Astrología Esotérica - Capítulo 3
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LA CIENCIA DE LOS TRIÁNGULOS INTRODUCCIÓN [e305] [i407] LLEGAMOS al fin de la tercera extensa parte del segundo capítulo sobre los Efectos Espirituales de las Constelaciones y sobre el Zodíaco y los Rayos. En esta parte se tratará la naturaleza de la astrología esotérica y en la introducción se consideró brevemente la significación del esoterismo en forma general, aplicado a la astrología moderna; además se consideraron las tres Cruces y se hicieron breves referencias sobre la relación que tienen los signos con los centros; no obstante hemos dedicado la mayor parte de nuestro tiempo a un análisis del significado y de la interrelación de los doce signos del zodíaco entre sí, con los planetas y la Tierra, tratando, apenas, el efecto que producen sobre el individuo, excepto en un sentido general. Ahora consideraremos la tercera y más importante parte de este estudio astrológico titulado La Ciencia de los Triángulos, dividido, como ya se indicó, en tres partes:
He analizado aquí el punto alcanzado en nuestro estudio, pues ansío que conozcan dentro de lo posible hasta dónde hemos llegado en nuestro intento de arrojar la luz de la comprensión esotérica [i408] sobre el actual y total estudio exotérico de la astrología. Por lo tanto, antes de proseguir con este tema, algo difícil, quisiera decir algunas palabras y recordarles ciertas cosas respecto a nuestra actitud general. En esta serie de estudios astrológicos no he expuesto la parte matemática vinculada a mis afirmaciones. Ciertos cambios básicos se están produciendo en la inclinación del eje de la Tierra y esto traerá gran confusión en los cómputos de los astrólogos, cambios que se efectúan lenta y progresivamente y de acuerdo [e306] a la ley cósmica. A medida que esto sucede resulta imposible hacer cómputos y deducciones exactas. Cuando la orientación y el punto de dirección del polo de la Tierra haya sido nuevamente estabilizado, podrán obtenerse, con exactitud, las nuevas cifras matemáticas condicionantes. En verdad, desde los antiguos días egipcios, no se ha podido lograr una verdadera exactitud. Cualquier cosa que pueda realizarse en estas líneas sólo es aproximado y, por lo tanto, resulta imposible hacer el análisis, la predicción y la interpretación verídicos. Todo el tema es muy confuso y completamente incomprensible para el astrólogo común y, lógicamente, para el estudiante común. Sin embargo les recordaré que en el gran ciclo de vida de la Tierra se ha producido varias veces el cambio de las estrellas polares y que nuestra actual estrella polar no ha estado siempre en la misma posición. Esto también la ciencia lo reconoce. En cada uno de los grandes deslizamientos del eje de la Tierra, hubo convulsiones, confusiones y cataclismos previos a la reconstrucción, estabilización y aparente y relativa calma. Estos acontecimientos macrocósmicos tienen analogías microcósmicas similares, tanto en la vida de la humanidad como en la del hombre individual, de allí que la crisis mundial actual -aunque precipitada por el error [i409] y el pecado humanos, por el karma pasado y el idealismo emergente, respondiendo al desarrollo del intelecto y a la aparición de la intuición- sea básicamente el resultado de combinaciones de corrientes de fuerzas mucho más grandes y más vastas, en las relaciones macrocósmicas. En resumen, podría decirse que las causas cósmicas y del sistema dadas a continuación, son responsables de las actuales y difíciles crisis y situaciones mundiales:
Los astrólogos harían bien en considerar estos puntos. Vuelvo a recordar a los estudiantes que cuando hablo de signos me refiero a las influencias de las constelaciones, tal como están representadas por los signos, llamándoles la atención sobre el hecho de que, en el gran proceso evolutivo y debido a ciertos desplazamientos y discrepancias astronómico-astrológicas, el Sol no se halla en la constelación a la cual se refiere un signo particular en un momento dado. Les he llamado la atención sobre ello en una parte anterior de este tratado. Los estudiantes hallarán interesante aplicar los siguientes grandes acontecimientos cíclicos a los propios procesos en que aparecen y actúan en tiempo y espacio:
Al considerar estos puntos debe recordarse siempre que los grandes desplazamientos o grandes expansiones de conciencia, son seguidos inevitablemente por trastornos en las formas externas. Esto es verdad en la vida de una deidad solar, de un Logos Hablando en forma amplia y general, puede decirse que los tres grupos de fuerzas principales que afectan a nuestro planeta son de naturaleza zodiacal, del sistema y planetaria y -nuevamente generalizando- pueden también decirse que:
Me he referido a esto anteriormente, pero he vuelto a enunciarlo, pues quiero que lo tengan siempre presente, a medida que avanzamos [i412] en nuestros estudios. Tenemos aquí una triplicidad mayor de energías que emergen de un vasto e incomprensible conjunto de fuerzas y energías, que son para ellas lo que la Vida Una es para este triángulo de menor importancia. Debe recordarse también que estos tres grupos de energía producen efectos diferentes de acuerdo con el tipo de mecanismo (dependiendo éste del grado de evolución y de la etapa de desarrollo) sobre el cual hace impacto. Por ejemplo, el efecto de una fuerza zodiacal y del sistema sobre un planeta sagrado u otro no sagrado, es muy característico, así como el efecto de [e309] estas energías cuando hacen su impacto en el hombre dependerá de si evoca respuesta de la mónada, del ego o de la personalidad, o si hacen impacto sobre la conciencia de la masa, el ente autoconsciente, o la conciencia iluminada de la humanidad, o si de hecho -en lo que al hombre se refiere- actúan sobre el no evolucionado, el evolucionado o los discípulos e iniciados. El tipo de mecanismo y la cualidad de la conciencia determinan la recepción y la respuesta. Este enunciado es de fundamental importancia, y hasta que los astrólogos no lleguen a un grado de desarrollo en que el mundo de verdaderos significados se abra ante ellos y el alcance de su conciencia sea ampliamente incluyente, no les será posible ser realmente exactos en sus interpretaciones de los horóscopos grupales o individuales. Insisto sobre esto porque la Ciencia de los Triángulos se refiere totalmente a las energías subjetivas al condicionar la conciencia y no al condicionamiento creado por las mismas energías sobre las formas externas en el plano físico. Quizás dirán cómo un hombre piensa así es él y la expresión de esa energía significará, en último análisis, lo mismo. Esto no es exactamente verdad. La respuesta de la humanidad y del individuo [i413] a la vida mental interna y a la conciencia subjetiva, no es inmediata. Toma mucho tiempo (especialmente en las primeras etapas) para que una idea se abra camino hacia la mente y de allí pase al cerebro, condicionando a la naturaleza emocional en sus progresos y procesos. Por lo tanto, se dedicarán varias vidas a registrar los efectos producidos por estas energías sobre la vida mental, y también se registrará la respuesta de la vida en el plano físico una vez captados. Por esta razón he afirmado que la Ciencia de los Triángulos subyace en todo el sistema astrológico y sólo ahora está en proceso de revelación. Tengan presente que el efecto de estas energías que vamos a considerar, y su triple relación, se producirá en el reino de las ideas y en el mundo de la conciencia y su expansión, y abarcará, por lo tanto, la vida mental sensible de un Logos solar, un Logos planetario, la humanidad y el hombre. No me ocuparé por lo tanto de lo que producen los acontecimientos, excepto en la medida en que todas las ideas llegan a la expresión en el plano de la manifestación, lo cual, repito, depende de la cualidad y naturaleza del mecanismo de respuesta, sea un sistema solar, un planeta, el cuarto reino de la naturaleza o un ser humano. Agregaré aquí una sexta razón que explicará la actual presión y tensión en la respuesta de la familia humana en esta [e310] crisis mundial, porque está relacionada por entero a la respuesta consciente a las fuerzas subjetivas que se expresan como ideas y vastas corrientes de pensamiento. Por este hecho la humanidad está girando al revés en la gran rueda zodiacal, tal como lo hace el discípulo individual el punto de reversión y el signo o signos en los cuales tiene lugar, marcan un punto de crisis muy importante en la vida de este reino de la naturaleza, producen tumultos, dificultades y toda la gama de reajustes necesarios para la reorientación. [i414] Si agregan a esta razón las otras cinco, no les asombrará que la situación actual sea hoy casi increíble por su dificultad y la extensión que abarca. En cada triplicidad hay tres cualidades principales que se manifiestan, o tres energías básicas que tratan de expresarse o influir. Al manifestarse en tiempo y espacio, el hombre descubre que esto es verdad y que constituye una ley de la naturaleza, y podría decirse que la tarea del discípulo es llegar a ser plenamente consciente -como Observador desapegado- de estas energías y las cualidades que van expresándose a medida que actúan dentro de él mismo. Esto lo realiza en el Sendero de probación, en el Sendero del discipulado y en el Sendero de la iniciación. Debe llegar a ser consciente de:
El aspecto que se manifiesta en estas triplicidades es el resultado de la interacción de las tres fuerzas y está condicionado por ellas. Ésta es su plena expresión y el resultado de su exitosa actividad:
Si los estudiantes aplican esta idea al estudio y a la comprensión de los triángulos astrológicos y no pierden de vista las [e311] triples energías relacionadas, simplificarán grandemente sus estudios. Cuando el microcosmos es conocido, contiene siempre la clave del Macrocosmos, el cual se refleja eternamente en el hombre, el microcosmos, y por eso el hombre tiene dentro de sí la posibilidad y la potencialidad de la comprehensión total. Por lo tanto, en las innumerables triplicidades que se estudiarán, descubriremos analogías con la mónada, el alma y la personalidad del hombre, y hallaremos que una línea del triángulo incorpora una fuerza determinante y dominante y dos líneas que -durante un ciclo particular- están condicionadas por ella. Tenemos, por ejemplo, una ilustración interesante de ello en la naturaleza del fuego, esotéricamente entendido, en su triple expresión en tiempo y espacio durante un ciclo de manifestación, pues, como saben, la Sabiduría Eterna enseña que existe:
Doy esta triplicidad porque es muy conocida y, al mismo tiempo, constituye una buena ilustración de una ley básica. 1. Triángulos de Energía-Constelaciones. Detrás de los innumerables triángulos entrelazados en nuestro sistema solar, condicionándolos en amplia medida (aunque hoy en forma más potencial que expresiva), hay tres energías que provienen de tres constelaciones principales, emanaciones de la Osa Mayor, de Sirio y de las Pléyades. Podría decirse que: [i416]
Conectada con este triángulo principal y afectando poderosamente a todo nuestro sistema solar hay una triple y muy interesante interrelación, que tiene una relación especial y peculiar con la humanidad. Este triángulo de fuerzas pone en relación a una de estas constelaciones principales, a uno de los signos zodiacales y a uno de los planetas sagrados de nuestro sistema solar. Primer Triángulo:
Segundo Triángulo:
Tercer Triángulo:
Me pregunto si pueden captar, por lo menos parcial y simbólicamente, el hecho de que estos triángulos no ocupan siempre el mismo lugar, estática y eternamente, ni son tridimensionales. Deben ser considerados como que se mueven rápidamente, giran eternamente en el espacio y avanzan incesantemente, y su extensión es de cuádruple y quíntuple dimensión. No hay manera de describirlos ni llevarlos visualmente a la atención, pues sólo el ojo interno de la visión puede imaginar su progresión, posición o apariencia. Estos tres triángulos principales se expresan todavía parcialmente, en lo que respecta a nuestro sistema solar y sólo un punto del gran triángulo -como por ejemplo, un punto de la Osa Mayor- constituye una línea de fuerza relacionada con Aries; únicamente un punto de Aries -dentro de sí mismo o su propio campo de interacción con Leo y Capricornio (véase la tabulación VIII) está relacionado con Plutón. Por lo tanto, toda la trama cósmica y del sistema solar es una intrincada serie entretejida [e313] de triángulos en constante movimiento, y de cada punto del triángulo, emanan tres líneas o corrientes de energía (nueve en total); cada serie responde análogamente y recibe las energías -también de naturaleza triple- que se hallan dentro de su periferia o esfera de influencia y actividad vibratoria. Es inútil que los estudiantes traten de desenredar este conglomerado de entrelazadas corrientes de energía. Todo lo que es posible para el hombre, con su equipo actual, es aceptar hipotéticamente estos enunciados, acerca de ciertos triángulos principales que afectan a la humanidad, tratar de comprobar sus efectos y esforzarse por obtener alguna comprensión de esta intrincada red entretejida que él mismo posee y [i418] denomina cuerpo etérico. De esta manera puede llegar a comprobar la exactitud de un enunciado, por la cualidad demostrada del aspecto vida, su condicionamiento y sus resultados en la vida y acontecimientos microcósmicos. Esto es lo que ha tratado de hacer la astrología, en conexión con los eventos tangibles en el plano externo de la existencia; sin embargo, trataremos de llevar nuestro esfuerzo por la línea de la historia y los acontecimientos de la vida psicológica y no por la de los acontecimientos físicos. Esta diferencia es fundamental y debe siempre tenerse en cuenta. Los astrólogos han comenzado a tener una tenue idea de la energía de los triángulos entrelazados, en lo que concierne a nuestra Tierra, dividiendo algo arbitrariamente las doce constelaciones en cuatro triplicidades, descritas en términos cualificativos, como triplicidad terrestre o triplicidad ígnea, compuesta cada una de un signo cardinal, uno fijo y otro mutable. De esta manera dividen el zodíaco en un cuádruple grupo de triplicidades entrelazadas e interrelacionadas, que están condicionadas por uno de los elementos básicos y así cualificadas. Constituyen una serie de triángulos básicos que tienen una relación definida con nuestra vida planetaria. Dado el constante movimiento que existe en todas partes, inherente al sistema solar y al zodíaco -adelante, interno y giratorio- podemos captar alguna idea de la complejidad de todo el diseño. A fin de captar la belleza esencial del movimiento coordinado y organizado y su poder de cualificar y condicionar todo el diseño universal, puede obtenerse una ayuda adicional de quienes han estudiado algo de los diferentes triángulos que se hallan en el cuerpo etérico del hombre, por medio de la interrelación de los siete centros a que me he referido en mis libros. Cuando estos centros están despiertos o vivificados, son impelidos finalmente dentro del radio de acción de cada uno; desde el punto de vista de la energía viviente, la circunferencia de estas ruedas o vórtices de fuerza se agrandan [e314] tanto que, oportunamente, [i419]se superponen y tocan, presentando en pequeña escala, una condición análoga a la serie de triángulos entrelazados que hacen contacto con los ya mencionados. Detrás de estos conceptos de la relación existente en tiempo y espacio, entre las constelaciones de la Osa Mayor, las Pléyades, el sol Sirio y nuestro sistema solar, debe recordarse que existe una inmensa serie de triángulos entrelazados entre las estrellas que componen estas constelaciones internamente y nuestro sistema solar. Por lo tanto tenemos una relación entre:
formando así triángulos principales de fuerza, sujetos dentro del radio de la Vida de ese Gran Ser cuya intención, expresa y manifiesta, es traída a la existencia por medio de estos tres grupos relacionados y nuestro sistema solar. Como insinué en el Tratado sobre Fuego Cósmico, estos cuatro grupos de estrellas constituyen el aspecto manifestado o la personalidad de una Vida grande y desconocida. A este respecto trato de presentar únicamente una imagen general, porque no tengo la intención de ocuparme de los triángulos cósmicos. Consideraremos sólo a esas constelaciones que se hallan dentro del zodíaco mayor y los astrólogos saben que producen un efecto definido sobre la humanidad y nuestra vida planetaria. Por eso, al estudiar estos triángulos estableceremos (para nuestra guía) ciertas reglas que, de acuerdo a la Ley de Analogía, pueden facilitar la comprensión del significado y de las verdades subyacentes: [i420]
Luego me ocuparé de analizar tres grupos de triángulos que son actualmente de primordial importancia para la humanidad y que siguen a la información dada con anterioridad. De estos grupos de triángulos emanan energías que llegan a través del espacio al hombre individual, las que no pueden por lo tanto ser ignoradas, ellas son:
Transmiten energía a través de
Estas transmiten energía a través de
Llegando a los siguientes centros
Desde allí al
y oportunamente controlan
Consideraré también algunos puntos e indicaciones, insinuados en la Tabulación IX, pág. 317 relacionada a los doce signos del zodíaco. Se observará que hay ciertas corrientes principales de energía condicionantes, relacionadas entre sí y con nuestra Tierra, divididas en dos grupos:
Les repito que lo que les diré se relaciona con las actuales condiciones mundiales, con la humanidad y también -para la enseñanza y aplicación prácticas- con la vida del discípulo individual. Lógicamente estas energías tienen una significación cósmica, planetaria y del sistema, pero ningún discípulo puede captarlas todavía; para llegar a comprender tan sólo las primeras etapas de estos misterios, se debe trascender la personalidad, cosa que aún no han logrado, pero inevitablemente algún día lo alcanzarán. Cuando el hombre es impersonal y se libera de las reacciones del yo inferior y cuando su conciencia está iluminada por la clara luz de la intuición, entonces la ventana de su visión se clarifica y ve sin obstáculos la realidad. Las obstrucciones (erigidas por la humanidad misma) desaparecen, ve la vida y las formas en su verdadera relación y llega a comprender y hasta ver ocultamente el paso de las energías. La relación existente entre ciertos rayos y triángulos cósmicos será más clara si estudian con cuidado la siguiente tabulación: [e317] NOTA: Las siete estrellas de la Osa Mayor son las fuentes originantes de los siete rayos de nuestro sistema solar. Los siete Rishis (según se los denomina) de la Osa Mayor se expresan por intermedio de los siete Logos planetarios que son Sus Representantes, para Quienes representan el Prototipo cósmico. Los siete [i423] Dioses planetarios se manifiestan por medio de los siete planetas sagrados. Cada uno de estos siete rayos es trasmitido a nuestro sistema solar por intermedio de tres constelaciones y sus planetas regentes. UNA SERIE CÓSMICA DE TRIÁNGULOS INTERRELACIONADOS (Los Rayos, las Constelaciones y los Planetas)
Procuraré ahora trazar ciertas corrientes principales de energía condicionante, que surgen desde sus fuentes emanantes -vía ciertas constelaciones y planetas- y llegan a la Tierra y -desde dentro del radio de la Tierra- al discípulo individual, también a través de ciertos centros planetarios [i424] principales. Así esa Gran Síntesis (la Vida cualificada de apariencia o manifestación) puede verse actuando en forma definida, produciendo [e318] efectos solares, planetarios e individuales y demostrando esa relación intrincada que une el átomo humano con las Grandes Vidas, suma total de lo manifestado. La analogía entre el microcosmos y el macrocosmos será por lo tanto de ayuda, y la relación entre una célula o un átomo, en uno de los órganos abdominales, por ejemplo, y el alma en su propio plano, ilustrará con exactitud una relación e interacción aún mayor. En esta interacción de Vidas y Sus corrientes de fuerzas y energías emanantes y en las principales y determinantes actividades de la vida de Aquel en quien todas las formas -incluso la humana- viven, se mueven y tienen su ser, se hallará la inevitabilidad del logro final, la inalterabilidad de la ley y, finalmente, la expresión del Propósito divino inmutable. En los efectos evolutivos de esta relación, entre la Vida y la Forma, tenemos también el método indesviable de una conciencia en expansión y siempre en desenvolvimiento -sea macro o microcósmico. De allí que la Voluntad de Dios mueve los mundos, y el Amor de Dios determina los resultados. En esta consideración de la básica Ciencia de los Triángulos (casi diría en la contemplación de la básica Ciencia de los Triángulos, pues lógicamente es lo que debería ser, si queremos obtener la comprensión como verdadera recompensa de nuestros esfuerzos) debe tenerse en cuenta la relación existente entre las tres energías fundamentales que afectan a nuestro sistema solar y el efecto predominante de una de ellas, en cualquier expresión cíclica en tiempo y espacio. Un ejemplo de esto surgirá en forma normal en nuestras mentes si recordamos que en este ciclo mundial, en la manifestación de nuestro sistema, el segundo aspecto o aspecto conciencia (el del segundo Logos), es el factor [i425] dominante y condicionador, que establece la nota para el desarrollo evolutivo y absorbe la atención de las unidades humanas en evolución, lo cual se lleva a cabo aunque estén presentes y activos otros factores. Por lo tanto, todos los acercamientos a la verdad y al conocimiento durante este ciclo, deben hacerse en la conciencia. En otro ciclo, tal acercamiento podrá enfocarse en la voluntad, o en algún atributo divino existente, pero incomprendido, para el cual aún no tenemos denominación. En consecuencia, todo lo que el hombre puede proporcionar para captar la experiencia de la vida, o comprender una ciencia esotérica, como la de los Triángulos, es una conciencia desarrollada hasta un grado definido y personal de percepción o conciencia. Este punto de percepción depende del desarrollo individual y también del estado [e319] de conciencia de toda la humanidad, y significa que existen dos condiciones de percepción distintas, aunque interrelacionadas. Técnicamente hablando, la percepción y la respuesta, o la actividad de la conciencia que percibe y observa -llevada a cabo por medio del mecanismo de respuesta- depende de la condición o vivencia de los centros, o de su pasividad. Esto es verdad para el hombre impelido a la actividad por medio de sus siete centros, un Logos planetario que actúa por medio de siete centros planetarios, un Logos solar que actúa por medio de grandes centros de reacción vibratoria, o Vidas aún mayores que actúan a través de un conjunto de sistemas solares. La ciencia de la astrología depende de esta actividad y su comprensión, y en esta afirmación les doy la clave de lo que algún día podrá revolucionar el actual acercamiento a la astrología. Los doce signos del zodíaco se dividen en dos grupos de signos y la relación de su síntesis tiene mucho que ver con la Ciencia de los Triángulos y son: [i426]
Estos cinco signos están relacionados, en sentido planetario, con las cinco grandes razas, de las cuales nuestra raza actual, la Aria, es la quinta. Estas cinco razas, bajo la influencia de los cinco signos, producen las exteriorizaciones denominadas los cinco continentes -Europa, África, Asia, Australia y América. Estos cinco continentes son para la Vida planetaria lo que las cinco glándulas endocrinas principales son para el ser humano y están relacionados con los cinco centros. Todas estas apariencias, expresiones de cualidades y evidencias materiales de vida, son símbolos o signos externos y visibles de [e320] realidades internas y espirituales o de Vida, y todo lo que ustedes quieran significar con dichos términos. Para nuestro propósito podría definirse la Vida como energía que emana de esas Grandes Vidas que están detrás de nuestro sistema solar y como su vida y fuente, análogamente a como la Mónada está detrás de la apariencia del hombre en el plano físico o del alma en su propio nivel. Puede decirse que el hombre es la expresión de siete principios y de la vida o actividad de cinco planos. En la suma de 7 + 5 se debe descubrir la clave del misterio de las siete y de las cinco constelaciones zodiacales. [i427] Dentro de esta suma total de energías activas y cualificadas, tenemos (actuando hoy) influencias e impulsos provenientes de tres constelaciones mayores, que afluyen, a través de algunos otros planetas y constelaciones, y van hacia tres centros planetarios mayores: Shamballa, la Jerarquía y la Humanidad. Me ocuparé de estos tres centros y continuamente me referiré a ellos y sus interrelaciones. Quisiera que tuvieran presente que estas energías son trasmitidas de un punto a otro, o atravesadas de un centro a otro con efectos trasmutadores, llevando su propia cualidad vibratoria y también la del centro de transmisión. Durante el tránsito de la energía, desde un centro principal a un ser humano, y cuando la energía está finalmente introducida en el centro del discípulo, observarán que constituye entonces una fusión de seis energías. Estos tres grupos de energías (cada uno es una fusión de seis) se convierten en diez y ocho energías dominantes y controlan al ser humano; esto contiene la clave del misterio de la marca de la bestia, el 666, siendo el número del hombre inteligente activo que diferencia su naturaleza forma de su naturaleza espiritual, el 999. Las tres líneas o corrientes de energía en el hombre pueden ser enumeradas como:
Al estudiar esta clasificación se demostrará que existe una estructura de muchos triángulos de fuerza, y unos son cósmicos, algunos zodiacales, otros del sistema y aún otros planetarios, y sus reflejos en el cuerpo etérico de los discípulos del mundo de todos los grados. Por medio del gran triángulo, Shamballa, la Jerarquía y la Humanidad, es enfocada la fuerza cósmica, zodiacal y del sistema, y las tres se convierten a su vez, en un triángulo macrocósmico de energías relacionadas con el ser humano individual en el planeta. Tenemos así las siguientes líneas de transmisión de fuerza:
Omitimos un centro importante porque está principalmente relacionado con el cuerpo físico y lo que expresa la perpetuación de la vida, y éste es el centro sacro. Así como el verdadero esotérico considera que el cuerpo físico no es un principio, también el centro sacro es considerado como la evocación necesaria entre lo superior y lo inferior y entre lo que se ha emitido desde el centro laríngeo y aquello que responde a una nota profundamente emitida. En conexión con esto existe un interesante triángulo subsidiario de fuerza formado por: [i429]
Cuando este triángulo está activo, hay un triángulo subsidiario de fuerza, formado por:
[e322] Nos detendremos un momento para señalar que en este estudio de los Triángulos sólo podemos analizar algunos de los principales grupos de triángulos y muy poco de los triángulos más importantes, en lo que concierne a la humanidad. Es de valor para los seres humanos comprender que hay otras evoluciones y formas de expresión logoica, que tienen la misma importancia que la propia. En realidad existe una variada multiplicidad de triángulos, pues ésta es la forma geométrica básica de toda manifestación y según pueden verlo (quienes tienen ojos para ver) subyace en toda la trama de la manifestación, sea la de un sistema solar, una ronda zodiacal, las triplicidades cósmicas o el minúsculo reflejo de esta divina triplicidad que llamamos hombre. Cuando el ser humano está en latencia, pero aún no se ha manifestado verdaderamente, el triángulo que simboliza esta manifestación lo constituyen los dos ojos y el tercer ojo:
Los tres, en realidad, son:
Esta última energía de luz está necesaria y peculiarmente activa cuando el signo Tauro predomina en cualquier horóscopo planetario o individual. En forma poco común (desde el punto de vista humano), todo lo que concierne al desarrollo del género humano ha sido expresado por él -en el transcurso de las épocas- en términos de iluminación y conocimiento, de visión y de entrada de luz, conduciendo así a la revelación e, incidentalmente, al verdadero tema de la interpretación astrológica. Por lo tanto, desde este ángulo peculiar, podemos encarar los grandes Triángulos que ahora nos conciernen y ocuparnos de su significación en términos de Luz, significación y acercamiento resumido en las estanzas de El Antiguo Comentario que -si es estudiado cuidadosamente arrojará mucha luz sobre el tema de este tópico particular. La séptuple luz del Padre extrajo del caos en el día designado, Su propósito y Su plan. Los siete Dioses supremos se doblegaron a este propósito y con voluntad unida ordenaron el Plan. La Osa y el León se unieron y proyectaron sus planes [i431] de acuerdo con el plan y propósito del Señor que los controlaba. Recurrieron al Padre Tiempo (Saturno. A.A.B.) en demanda de ayuda y fuerza, el Cual respondió a su triple llamado. También a este llamado respondió el Joven Eterno (Sanat Kumara, Señor de Shamballa), el cual se abocó nuevamente a estudiar el plan, ayudado por el Padre Tiempo, sin ser afectado por el Señor del Tiempo, porque Él mismo era el eterno tiempo, aunque no lo eran las Vidas que Él abarcaba en Su pensamiento y Plan... Luego la triple luz, que provino desde la Osa en Su elevado lugar, desde Leo en su lugar inferior, y desde Saturno en su pequeño lugar, afluyó al lugar planetario de poder. Shamballa vino a la manifestación. El Señor de la Vida y del Mundo entraron en actividad... El pequeño ser dentro del gran Todo (el discípulo humano individual. A. A. B.) respondió también a la triple luz, pero no lo hizo hasta que los ciclos pasaron repetidas veces. Al atardecer de un día determinado en el tiempo, Shamballa emitió un llamado, retransmitido de una voz a otra y resonó sobre el O.M. El discípulo, al oír este sonido, alzó la cabeza; un impulso desde la base ascendió en tiempo y espacio. Leo, dentro del corazón y la cabeza, gritó y permaneció, mientras Saturno hizo su trabajo...; de esta manera los dos fueron uno. La luz central de Sirio brilló a través del ojo del Hijo; vino la visión. La luz de la sabiduría penetró en las aguas y lanzó el esplendor de los Cielos a las profundidades. Al oír este llamado atrayente, la diosa ascendió a la superficie (las diosas-peces, el símbolo de Piscis. A.A.B.) y dio la bienvenida a la luz en las profundidades, y se la adjudicó como propia. Ella vio al Sol, y habiendo visto a su Hijo, desde [i432] ese día el Sol nunca la abandonó. La oscuridad no existe. Siempre hay luz. Luego los cielos dentro del círculo infranqueable respondieron a la luz de Sirio que, pasando a través del mar de Piscis, elevó los peces a la esfera celestial (Urano), apareciendo así una triple luz menor, el radiante sol de los soles, la luz acuosa de Piscis, la luz celestial de Urano. Esta luz descendió sobre la esfera expectante, y encendió sobre la Tierra la galaxia de pequeñas luces. Una Jerarquía de Luz surgió desde su propio lugar; el planeta fue iluminado. [e324] El pequeño ser, en el diminuto mundo, respondió lentamente a esa luz, hasta que ahora el pequeño mundo de los hombres empieza a palpitar rítmicamente al unísono. Se producen cambios. El corazón cósmico, el corazón del sistema, y el pequeño corazón del hombre, empiezan a latir como uno, y a medida que este latido pulsa con mayor fuerza, mezcla una nota menor (la del plexo solar. A. A. B.) dentro de sí mismo, así suaviza su aspereza y su nota de temor, poniendo fin a la ilusión. Entonces nuevamente los dos son uno. Las siete Madres fusionan su luz y se trasforman en seis (se refiere a la Pléyade perdida. A. A. B.) y, sin embargo, las siete están aún allí. Su luz es distinta de las otras luces. Esta luz evoca respuesta de quienes claman en voz alta. Soy el punto más denso de todo el mundo concreto (Capricornio. A. A. B.) Soy una tumba y también la matriz. Soy la roca que se sumerge en lo profundo de la materia. Soy la cima de la montaña sobre la cual nace el Hijo, donde [i433] se ve el Sol y aquello que capta los primeros rayos de luz. Hacia mi viene un Mensajero (Mercurio. A.A.B.) y dice 'La Aurora del día proveniente de lo alto está en camino, enviada por el Padre a la Madre'. En su camino hacia esta estrella inferior denominada Tierra, se detuvo en un radiante sol, donde brilla la luz del amor (Sirio. A.A.B.), recibiendo el abrazo del amor. Así trae al hombre radiantes dones. Porque Él es el hombre mismo, y de los tres (Las Pléyades, Capricornio, Mercurio. A. A. B.) el Hombre adopta la naturaleza que hoy posee. Hijo de la Madre, nacido de la tumba, expresa después del nacimiento la luz que ha recibido de todos ellos. Entonces se dirige a los tres inferiores, convirtiéndose con el tiempo en el Mensajero de estas almas aprisionadas. De este modo el Señor de Mercurio se repite a sí mismo. El Hijo desciende nuevamente al lugar de tierra y hierro. Y nuevamente conoce a Su Madre. Así el pequeño ser, en la más diminuta esfera, se trasforma en el más grande Dios. Desde el centro director de su vida en la Tierra se esfuerza, trabaja y lleva a cabo el Plan. (El centro ajna es el centro directriz. A. A. B.). También él se despierta ante la necesidad, y desde el lugar elegido (el centro laríngeo, A. A. B.) emite el Sonido que con el tiempo se convierte en el Verbo. Luego los tres son dos y ambos Uno. [e325] Continua y repetidamente, los estudiantes deben recordar que estamos considerando el impacto de la energía sobre las unidades de energía (todas cualificadas y que producen la apariencia) y la respuesta de estas unidades de energía a las corrientes de fuerza que le llegan desde el centro más lejano. La sensibilidad necesaria, se obtiene cuando se desarrolla la respuesta a los puntos distantes de contacto y [i434] fuentes emanantes de energía. Hablando en forma general, la sensibilidad es de naturaleza triple:
Será iluminadora una consideración de la insinuación hecha anteriormente sobre el simbolismo y la significación de los tres ojos que el hombre puede emplear, y su relación con el corazón y la garganta evocará conocimiento, los cuales se relacionan con los tres centros mencionados, y en una más amplia acepción, con los tres centros planetarios: Humanidad, Jerarquía y Shamballa; existe una relación posterior con los centros cósmicos de la Osa Mayor, Sirio y [i435] las Pléyades. Entre estos centros planetarios, a los cuales me he referido, y sus arquetipos cósmicos distantes, hay tres centros del sistema que en la actualidad, y [e326] de acuerdo a la ley cíclica, son: Saturno, Urano y Mercurio. Entre ellos se encuentra también un triángulo zodiacal: Leo, Piscis y Capricornio. Para los propósitos de nuestra inmediata consideración tenemos, en consecuencia, los tres triángulos siguientes: Cuando se capte la significación de esto se comprenderán otros puntos interesantes. Los expondré por el valor que puedan tener, lo cual depende de la meta que tienen ante sí, y donde están ubicados actualmente en tiempo y espacio. El tercer triángulo describe la interacción de tres corrientes de fuerza que, en este ciclo mundial particular, condicionan y básicamente influyen sobre la humanidad común. Recuerden que la humanidad misma constituye un gran centro en la vida del Logos planetario:
y sus analogías en la sustancia-energía:
En este particular ciclo mundial, Capricornio produce el momento de crisis -una crisis de iniciación más que una crisis de destrucción (relacionada principalmente con el reino mineral), al mismo tiempo que una crisis de percepción mental, [i437] precipitada por Mercurio. Esta percepción mental, más la participación mundial al derrumbarse la montaña de Karma anuncia la visión del nuevo día desde la cima de la montaña. Aquí, en lenguaje pictórico, me he esforzado en describir las tres corrientes de energía que se unen en el centro denominado Humanidad, que implican por lo tanto:
Esta combinación de energías produce hoy una triple actividad de suprema importancia. El segundo triángulo ha sido llamado el triángulo del hombre avanzado; asociado con el reino de las almas, el quinto reino de la naturaleza, así como también está relacionado con el cuarto. Esta triplicidad de fuerzas actúa sobre el tercer triángulo, extrayendo de él esas unidades de energía que (como resultado de la actividad de Capricornio, Mercurio y la Humanidad) están preparadas para recibir influencia jerárquica y ser desviadas, por consiguiente, por distintas corrientes de fuerza, hacia quienes hasta ahora habían evocado respuesta:
El triángulo Piscis-Urano-Jerarquía se está haciendo magnéticamente atrayente para el triángulo de la Humanidad, Urano y Mercurio combinados forman una dualidad que el discípulo aprende a resolver, y durante dicho proceso cambia su enfoque del reino humano al quinto reino, la Jerarquía de almas. Piscis y Capricornio producen al unísono esos cambios que extraen al discípulo de las aguas que lo ahogan rápidamente, llevándolo a la cima de la montaña desde donde puede observar el receso de las aguas. Así sabe que él es un iniciado. En la actual crisis mundial deberá verse y se verá, una estrecha y muy poderosa fusión de los dos triángulos, y esta sincronización parcial (por estrecha que pueda ser, no constituirá todavía un proceso de identificación general) producirá la séxtuple energía necesaria para traer la nueva sexta raza y el nuevo período mundial, donde el compañerismo y la hermandad se manifestarán en todas las relaciones humanas..
[e329] porque la fuerza shambállica se halla detrás de los otros dos triángulos, y es la receptora de la energía proveniente de las tres constelaciones ya citadas, mezcladas en la conjunta expresión de la voluntad, demostrando así ser custodio del propósito divino. Los triángulos que expresan la Jerarquía y la Humanidad responden acrecentadamente a Shamballa -el centro jerárquico responde mayormente y el centro humano en forma gradual. El primero o triángulo fundamental, está oculto, en el verdadero sentido de la palabra, hasta para el ocultista entrenado y la mayoría de los miembros de la Jerarquía. Por lo tanto, poco puede decirse sobre él, y poco contiene para permitirle al discípulo avanzado obtener una real comprensión. La información debe ser forzosamente académica y teórica.
Por lo tanto, estos tres triángulos de energía pueden ser considerados como básicos y determinan y producen los asuntos y sucesos planetarios. Por eso he dedicado mi esfuerzo para que comprendan esta fundamental ciencia astrológica. 2. Triángulos de Fuerza-Planetas. Es evidente al mismo tiempo, que en relación con estos triángulos simples surgen también ciertos triángulos entrelazados como, por ejemplo, el triángulo zodiacal Leo-Piscis-Capricornio y el triángulo planetario similar Saturno-Urano-Mercurio. Ambos triángulos vierten sus seis corrientes de fuerza actualmente en nuestros tres centros planetarios, vitalizando y estimulando al triángulo planetario Shamballa-Jerarquía-Humanidad. Detrás de estos tres reside un triángulo cósmico del que emanan tres corrientes de energía que afluyen a los tres triángulos menores, y a través de ellos afectan poderosamente a cada reino de la naturaleza. Este triángulo cósmico es el formado por la Osa Mayor-Sirio-Las Pléyades. Este párrafo resume simplemente las páginas que anteceden e indica la relación que existe entre los cuatro triángulos de energía. Uno o dos puntos subsidiarios son de interés para el astrólogo esotérico y podríamos enumerarlos brevemente en relación con estos triángulos efectivos, empleando esa palabra para significar resultados condicionantes y potentes. En el actual ciclo mundial todos los resultados tienen un significado poco común y se acentúan extraordinariamente en la conciencia humana. [e331] [i442]
En este punto quisiera detenerme e intercalar unas palabras en respuesta a una pregunta perfectamente normal, que puede presentarse en la mente de los estudiantes y aspirantes reflexivos. ¿De qué sirve toda esta afirmación tan abstrusa y abstracta para un mundo agonizante y afligido? La valiosa utilidad de la información impartida, que condicionará la astrología del futuro, está más allá del período de posguerra, cuando nuevamente se abra el campo de servicio mundial y los hombres tengan tiempo para pensar y reflexionar debidamente. Quizás el servicio mundial se está hoy llevando a cabo en mayor escala que nunca, y se ha limitado únicamente a la liberación de la esclavitud, a aliviar el dolor [i443] y el sufrimiento y a prestar ayuda más estrictamente física. El servicio a que me refiero aquí, es el del proceso educativo, que traerá la civilización venidera y su correspondiente cultura, la cual se basará en todos los procesos culturales del pasado y del presente, descartando en lo posible todo lo que ha producido los desastres actuales. Esto significa la futura y la gradual aplicación del conocimiento de las potencias subyacentes, porque pueden indicar las líneas de menor resistencia para el emergente bien y la crisis de desarrollo que inevitablemente se producirá en el período de reconstrucción. Pero algo muy bueno puede surgir aún del estudio de estas cuestiones en la actualidad, [e332] siempre y cuando el estudiante de esoterismo no se contente con el estudio (empleado como escape del desastre presente) sino que vaya paralelo a la comprensión de las causas y de las condiciones, acompañada de un definido esfuerzo en un sentido práctico y definidamente físico. Todo lo que he dicho testimonia la realidad emergente y dominante: las condiciones mundiales de hoy, precipitadas por la codicia y la ignorancia humanas, están sin embargo básicamente condicionadas por la voluntad al bien, cualidad primordial de las energías y fuerzas que provienen de las grandes Vidas en las cuales toda existencia vive, se mueve y tiene su ser. La Ley del Universo (y ¿ qué es la ley sino la actuación y los propósitos de estas omniabarcantes Vidas, Sus impulsos y Sus planes?) constituye eternamente el bien del todo y nada puede impedir que ello suceda; pues ¿ quién puede detener el impacto de estas energías que actúan en nuestro planeta y a través de él? Al decir esto, al mismo tiempo señalo la errónea actitud de muchos estudiantes que inevitablemente participan en los acontecimientos mundiales y afirman que tal es la ley y tal el karma de los pueblos y naciones y el destino predeterminado. [i444] Creen -a veces sinceramente- que todo lo que debería hacerse es simplemente esperar los resultados y que se cumplan el karma y el destino. Sólo entonces todo irá bien, pero olvidan que el karma se cumple en relación con la naturaleza forma, en la cual agota su energía y el proceso es muy lento donde hay una condición estática y pasiva, porque la vida de la forma no experimenta el forzoso y necesario despertar, debiendo inevitablemente repetirse el proceso que tiene por delante hasta que llegue el momento de evocar la actividad y respuesta. Esto conduce a resistir la aparente necesidad kármica, la cual trae la liberación. Sólo resistiendo al mal (y en este período mundial y de kali-yuga, como lo denominan los instructores orientales, constituye una actitud básica esencial) puede ponerse fin al karma. La ley de la materia aún rige los tres mundos de la experiencia humana y el fuego por fricción debe consumir aquello que vela el creciente brillo del fuego solar. El reconocimiento del fuego solar -cuando se demuestra como idealismo y radiación trascendentales- por parte del idealista ignorante, y su simultánea negativa de colaborar durante este período de necesidad kármica, prolonga la difícil y cruel situación y hace que se sumerja, individual y profundamente, en el espejismo. La simplificación del problema del mundo, en términos de materia, se logra reconociendo el dualismo esencial que subyace en los acontecimientos. Recomiendo [e333] este pensamiento a los estudiantes y sugiero que basen su optimismo en la amplia visión respaldada por los Cielos y corroborada por la actividad de las estrellas, y así estarán seguros de que finalizará esta situación trágica inmediata. Resulta interesante observar que el séptimo Rayo de Ley y Orden Ceremonial actúa por intermedio de Urano, que ahora trasmite a la Jerarquía la fuerza de Sirio por intermedio de Piscis. [i445] Desde ese centro medio pasa a ese sensitivo grupo de discípulos, aspirantes y trabajadores, en cuyos corazones y manos se les ha confiado la pesada tarea incidental a la reorganización y reconstrucción de la destrozada estructura mundial. Los Conocedores a veces han denominado en forma peculiar al séptimo rayo, al considerarlo como el Rayo de la Decencia Ritualista. Éste ayuda e inaugura la aparición de un nuevo orden mundial, basado en un impulso espiritual y en la aspiración, la libertad mental, la comprensión amorosa y el ritmo en el plano físico, que ofrece la oportunidad para la plena expresión creadora. Para realizar esto, la energía proveniente de Shamballa (personificando la vo|untad al bien) se fusiona y mezcla con la energía organizadora del séptimo Rayo, y luego es llevada a la humanidad a través de la corriente de amor que emana de la Jerarquía. Piscis rige este esfuerzo de la Jerarquía, porque el aspecto más elevado de Piscis, que actualmente la humanidad puede de algún modo comprender, es el de Mediador. Ésta es la energía de la mediación y de las correctas relaciones. Hoy más que nunca la Jerarquía es el trasmisor mediador entre:
Esto es todo lo que tengo que decir sobre cómo responden los centros en el ser humano a la actividad de los centros planetarios bajo el estímulo del sistema y del zodíaco. No escribo un tratado sobre el entrenamiento individual del discípulo, sino que trato de demostrar la realidad de la interacción cósmica, zodiacal y del sistema, planetaria y humana, que a su vez constituye un inmenso y viviente Todo -expresión de la Vida de un Ser de Quien sólo sabemos que el amor y la voluntad al bien, expresados por medio de la Mente universal, son sus características sobresalientes, y emergen constantemente con creciente radiación. 3. Los Triángulos y los Centros. Debe recordarse que todas las influencias que hacen impacto sobre el individuo o la humanidad, pasan por intermedio de los centros planetarios, o son trasmitidas por cualesquiera de ellos. Poco he dicho acerca de estos centros, excepto referirme a los tres principales que llamamos Shamballa, Jerarquía y Humanidad. Son conocidos como: [e339]
Quedan por considerar otros cuatro: el centro laríngeo, el centro plexo solar, el centro sacro y el centro en la base de la columna vertebral planetarios. [i453] En la vida logoica planetaria -como en el caso del hombre individual, el microcosmos del Macrocosmos- ciertos centros han despertado más que otros y vibran al unísono, más plenamente que otros, impulsados por el sistema. En el caso del Logos planetario de nuestra pequeña esfera, los centros coronario, ajna, cardíaco, laríngeo y plexo solar, son los cinco puntos focales de energía que están muy activos y vibrantes. El centro sacro va quedando lentamente debajo del umbral de la conciencia logoica, mientras que el centro de la base de la columna vertebral está práctica y totalmente pasivo, excepto en relación con sus efectos pránicos sobre la vida-forma, engendrando la voluntad de vivir, el anhelo de sobrevivir y la vitalización de las formas. Estos hechos darán una idea de nuestra categoría planetaria en la gran familia del sol central, e indican por qué nuestro planeta no es sagrado. Ningún planeta es sagrado a no ser que el centro en la base de la columna vertebral (hablando simbólicamente) esté despierto y se haya efectuado la resultante gran fusión de energías. Me refiero a este ciclo mundial y período particulares y al estado en que se encuentran los asuntos en la actual quinta raza raíz o Aria. Los que han estudiado mis libros y La Doctrina Secreta deben recordar que cualquier contradicción que pueda aparecer, sólo existe respecto al factor tiempo; cuando este factor sea debidamente comprendido y el estudiante sepa a que ciclo específico debe aplicar la información, desaparecerán estas aparentes inexactitudes. Lo que es verdad respecto a la humanidad, por ejemplo, en la tercera raza raíz, podrá no serlo en la quinta raza raíz. Por lo tanto, lo único que puede hacerse es estudiar y relacionar, reflexionar y aplicar la Ley de Analogía, sabiendo que a medida que la conciencia del iniciado entrenado se expande y es más incluyente y reemplaza a la actual percepción humana, [i454] estos debatidos puntos quedarán esclarecidos, asumirán una verdadera consistencia y desaparecerán las contradicciones. El centro planetario que corresponde al de la base de la [e340] columna vertebral en el ser humano, no será despertado hasta la séptima raza raíz, y eso sucederá sólo cuando quede establecida la correcta relación entre el centro sacro planetario (relacionado con el tercer reino de la naturaleza, el reino animal) y el centro laríngeo planetario, funcionando adecuadamente y al unísono. En el primer tomo de este tratado algo se insinuó sobre estos centros planetarios y los rayos de energía que afluyen a través de ellos, a los que quisiera referirme aquí porque están relacionados con la Ciencia de los Triángulos. Deben observar, por lo tanto, que los tres reinos inferiores de la naturaleza constituyen en sí mismos un triángulo de fuerza y son esencialmente reflejo de un triángulo planetario determinado. Sería conveniente clasificar en forma breve algunas de estas principales inferencias -pues sólo son hoy inferencias y nada más. Aquí hay algo de verdadero interés. He dicho que la Humanidad es la analogía, en la Vida planetaria, del centro ajna individual. Anteriormente he expresado que el quinto Rayo de Conocimiento Concreto está relacionado con el centro ajna y, por lo tanto, en el ciclo mundial actual, tenemos: La Humanidad ... centro ajna planetario 5to. Rayo de Conocimiento ... 5ta. raza raíz. Por lo tanto, cinco centros van despertándose rápidamente en el hombre. Estas relaciones se comprueban recíprocamente, pero sólo cuando son consideradas en relación con el ciclo mayor. En una época la humanidad fue la analogía del plexo solar planetario, y algún día cambiará el foco de su receptividad al centro cardiaco planetario; cuando esto tenga lugar, también la Jerarquía [i455] cambiará su foco de receptividad dentro de la esfera de influencia de Shamballa. La presencia del loto de doce pétalos en el centro más elevado de la cabeza (el punto de relación entre el centro cardíaco y el alma en su propio plano) garantiza este cambio. En consecuencia, deben tenerse presentes las relaciones siguientes:
Esta clasificación puede servir para aclarar algo más el actual plan general, o anteproyecto del desarrollo evolutivo de la conciencia. Otros desarrollos prosiguen simultáneamente, tal como el de la respuesta del aspecto forma y la evolución de los devas o ángeles, que va paralela a la humana y a la cual me he referido en el Tratado sobre Fuego Cósmico. Un tercer gran esquema de la evolución se está llevando a cabo y sólo puedo referirme a él como desarrollo del propósito divino en su propio plano; sobre esto la humanidad no tiene todavía ni la más mínima idea, porque su conciencia se halla aún sujeta a las limitaciones de su propio reino de la naturaleza; la Jerarquía está tratando de responder a esta forma de energía. [i457] Hay otro punto de interés al cual deseo referirme, que es aún poco comprendido por el estudiante esotérico común. Me refiero a las salidas de energía planetaria mediante las cuales se producen grandes y generales efectos en la vida planetaria externa. En esta quinta raza raíz existen sólo cinco de esas [e342] salidas, en lo que concierne a los efectos que producen sobre la humanidad; la respuesta del hombre a las mismas se manifiesta en la relativa importancia con que se condicionan los escritos y asuntos mundiales. Donde existe una de estas salidas de fuerza espiritual, habrá también una ciudad de importancia espiritual en el mismo lugar. Estos cinco puntos son:
Más adelante serán agregados dos puntos o salidas de la energía, pero el momento no ha llegado aún. Por intermedio de estos cinco lugares y sus zonas vecinas afluye la energía de cinco rayos, condicionando al mundo de los hombres, produciendo efectos de significado planetario y determinando el curso de los acontecimientos Un estudio de la historia y de los asuntos actuales traerá alguna comprensión de su importancia en conexión con cuatro de ellas. El efecto de la fuerza que afluye por intermedio de Darjeeling, aunque no aparentemente inmediato, es de gran importancia como agente distribuidor para la Jerarquía y particularmente para Sus miembros que se ocupan o influyen sobre los actuales acontecimientos humanos, en estos momentos de importante crisis. Estos cinco puntos de energía condicionante, en su interrelación, producen dos triángulos de fuerza: [i458]
Por intermedio de los dos centros, Ginebra y Darjeeling, puede ser dirigida la energía espiritual pura, con más facilidad que por intermedio de los otros tres, constituyendo por lo tanto, los puntos superiores de sus respectivos triángulos. Éstos son más subjetivos en su influencia que Londres, Nueva York o Tokio. Juntos forman actualmente cinco centros de energía impelente. Les interesará conocer también los rayos regentes y los signos astrológicos de estos cinco lugares, hasta el punto en que puedan ser dados en la actualidad y durante el ciclo actual. Recuerden que los rayos de la personalidad cambian de un período a otro, en relación con los países y ciudades, así como sucede con el individuo. [e343] RAYOS
Si estudian esta relación y la dada en otra parte, respecto a otras naciones y ciudades, se observará que las interrelaciones que emergen ahora de los asuntos mundiales, son el resultado de la acción de estas fuerzas y energía que resultan por lo tanto inevitables. La energía puede emplearse en líneas erróneas, produciendo separatividad y dificultad o, en líneas correctas, conduciendo a la armonía y a la comprensión, pero la energía está allí y debe causar efectos en todos los casos. Así en la vida del individuo cualesquiera de los rayos dominará y controlará a través de los resultados de la acción de la vida del alma sobre el aspecto forma. Si la persona o nación [i459] está orientada espiritualmente el resultado del impacto de la energía será bueno y conducirá al desarrollo del plan divino, siendo totalmente constructivo. Allí donde domina la fuerza de la personalidad, los efectos serán destructivos y obstaculizarán el surgimiento del propósito divino. Sin embargo, también la fuerza destructiva puede trabajar y finalmente lo hace para el bien porque el curso de la fuerza evolutiva es inalterable. Puede demorarse o acelerarse de acuerdo al propósito, la aspiración y la orientación de la entidad (humana o nacional); puede expresar el propósito del alma o el egoísmo de la personalidad, pero el impulso hacia el mejoramiento inevitablemente triunfará. Al estudiar esta Ciencia de los Triángulos se debe recordar que hay siempre un punto del triángulo -en una crisis determinada o en un acontecimiento en la conciencia- que es energía emanante, dinámica, condicionante. Durante el ciclo (grande o pequeño, mayor o menor) en que controla de esta manera, los otros dos puntos expresan receptividad y son considerados esotéricamente como corporificando fuerzas. Por lo tanto, cada triángulo es la expresión de una energía fundamental y de dos fuerzas secundarias. Éste es un enunciado básico de importancia y también la formulación de una ley bajo la cual todas las triplicidades de energía funcionan en tiempo y espacio. En consecuencia, tenemos: [e344] 1. Un centro emanante de energía: Expresión dinámica del propósito cíclico. Energía que sale del rayo, cualificada y positiva. Energía planetaria, del sistema, zodiacal y cósmica. La base de la expresión hilozoística (viviente). 2. Un centro receptivo de fuerza: Expresión evocadora de la energía impulsora inicial. [i460] Síntesis de las dos fuerzas, la emanante y la receptiva. Energía secundaria, cualificada y condicionadora Energía fusionada, motivadora, que no es positiva ni negativa. 3. Un punto de respuesta, de energía negativa: Centro principal que completa la introducción de la energía emanante. Responde principalmente al segundo punto del triángulo. Fuente emanante de la violenta interacción entre los dos puntos de la línea base. Este centro distribuidor puede ser un sistema solar, considerado como centro cósmico, un planeta que es un centro en el sistema, uno de los centros planetarios mencionados sobre los cuales me he referido, una nación o un individuo, o uno de los centros en el cuerpo etérico humano. Un estudio cuidadoso de estas corrientes de energía demostrará dos movimientos principales: I. Un descenso de energía de un centro emanante. Esto conduce a:
El estudiante puede obtener alguna luz sobre este tema tan abstracto si trata de comprender que el diagrama dado anteriormente y la subsiguiente enunciación, describe su propia historia involutiva y evolutiva, la interacción de su vida monádica, de la energía del alma y de la fuerza de la personalidad, al enfocarse los tres en el plano físico, trayendo manifestación y apariencia. II. La afluencia de esta energía cualificada que retorna a su fuente emanante, el punto más elevado del triángulo principal, produce:
Esto es todo lo que puedo impartir sobre esta línea. El tema es demasiado vasto, abstruso y complicado. Sin embargo, he [i463] dado bastantes indicaciones para arrojar alguna luz sobre esta intrincada ciencia. Resumiendo lo expuesto:
De esta manera se completa el séxtuple triángulo objetivo y subjetivo. Evidentemente, no será posible considerar los diversos triángulos de energía que producen efectos sobre nuestra Tierra e incidentalmente afectan a la humanidad en forma exhaustiva, los cuales son legión. Pero ciertas relaciones triangulares podrían ser consideradas a modo de ensayo, y más adelante dilucidar el lugar que ocupan en los horóscopos planetario e individual. En la nueva astrología, la del alma, no se dará tanta importancia a las doce casas (como sucede ahora), sino que se pondrá el énfasis sobre las tres Cruces que juntas forman doce brazos, y la energía que fluye a través de éstos y el lugar que ocupan en el horóscopo del alma asumirán gran importancia. Me extenderé sobre ello cuando tratemos el tema de las tres Cruces. Las doce casas conciernen a la personalidad; los cuatro brazos de las tres Cruces al alma, y los doce y su figuración o no en el horóscopo, regirán el horóscopo del alma. Las cuatro influencias de las tres El principal triángulo cósmico actúa hoy especialmente por intermedio de seis constelaciones y -también en la actualidad- la constelación cósmica y las dos energías zodiacales se enfocan a través de un planeta particular, empleándoselo como agente trasmisor para la Tierra. Por lo tanto, tenemos: [e348] Estas seis influencias ayudan grandemente a desarrollar la autoconciencia y luego la conciencia espiritual en el hombre que ha alcanzado el punto de reorientación en la gran Rueda. No me refiero a las influencias, inclinaciones y determinaciones de la personalidad, tal como aparecen en el mapa del hombre común, sino a las influencias y a esas energías determinantes que afluyen sobre el hombre que está en el sendero de retorno y va hacia el centro de la vida, por lo tanto, me refiero a las tres etapas finales en el Sendero de evolución. [i466] Podría, en consecuencia, establecerse que las fuerzas de:
Atañen fundamentalmente a la manifestación de la conciencia en los planos externos de expresión, o a la fusión del alma y de la forma, a fin de demostrar plenamente un estado de percepción. [e350] Estos hechos serán evidentes si a los cuatro planetas esotéricos, vinculados con estas constelaciones, se los considera y relaciona:
Estas tres están definida y acrecentadamente relacionadas con el desarrollo de la conciencia humana, en tres aspectos principales. Debe fomentarse el desarrollo de la autoconciencia, porque es el principal efecto -como bien saben- de la fuerza de Leo. La influencia de esta constelación ayuda a manifestar la voluntad, el amor y la inteligencia individuales; fomenta el ahamkara o principio egotista; pone el énfasis sobre la actitud de Yo soy, etapa necesaria antes de que el individuo pueda sumergirse en el Todo como una unidad consciente, que se respeta a Sí misma. Pero detrás de esa influencia, y presionando para manifestarse, se halla la fuerza de Virgo (madre o custodio de la conciencia erística) que destruye eventualmente la síntesis y la unidad inferior producida por la energía de Leo; estimula al alma dentro de la forma, y también al alma dentro de cada átomo de la forma, porque el genio y la excepcionalidad de Virgo produce la forma, y estimula la vida dentro de esa forma y, por lo tanto, nutre y energetiza simultáneamente dos vidas. Es una poderosa energía dual, expresión potente del ánima mundi o alma del mundo. El reconocimiento de [i471] esto hizo que los antiguos astrólogos fusionaran [e352] a Virgo y a Leo en un solo signo. Luego, cuando el dualismo del espíritu humano (espíritu-materia) fue una realidad en la conciencia del hombre, el signo fue dividido en dos y la guerra de los pares de opuestos se convirtió en una guerra con un propósito y está incidentalmente llegando hoy a su culminación. Este hecho será evidente para los verdaderos esotéricos. Otra corriente de energía está también ejerciendo presión y produciendo efectos sobre esos miembros de la familia humana que no sólo responden a la influencia de Leo y por consiguiente son, en su propia conciencia, individuos, sino que responden también a la creciente expansión de la conciencia crística, de la cual están llegando a ser cada vez más conscientes en su propia experiencia individual. Éste es el aspecto superior de la energía de Piscis y constituye la percepción del grupo, del todo, del universo. Es la energía de budhi, el aspecto superior de la naturaleza síquica inferior; el aspecto del mediador, en contraposición con el médium; el control intuitivo, en vez del dominio intelectual de Leo y las limitaciones de Virgo. Estas tres energías actúan poderosamente sobre la humanidad y producen:
Todo esto se realiza en la actualidad por la constante afluencia de las energías de Leo-Piscis-Virgo, y se halla detrás del excesivamente rápido desarrollo de los tres tipos de [i472] conciencia que se encuentran en diferentes grados en la humanidad actual. Como he señalado anteriormente, hay siete grandes crisis vinculadas al ser humano en el sendero de evolución, y abarcan las primeras, intermedias y finales etapas de crecimiento. Debe tenerse presente que son precipitadas por medio de las influencias condicionantes de siete grandes constelaciones. Las consideraremos brevemente, y son: [e353]
Observarán que dos de las constelaciones que acabamos de considerar -Leo y Virgo- figuran en la enumeración. Hay cinco constelaciones que no atañen tan íntimamente a las crisis humanas masivas, sino que tienen una relación más definida y específica con el desarrollo del discípulo individual, y son: Sagitario, Libra, Tauro, Piscis y Acuario. Sin embargo, Piscis se relaciona hoy excepcionalmente con las siete constelaciones productoras de las grandes crisis humanas, completando también el mancomunado esfuerzo final del triángulo: Leo, Virgo, Piscis. El constante impacto de la fuerza pisciana ha llevado finalmente a la humanidad, el discípulo mundial, al portal de la iniciación. Durante más de dos mil años, la influencia pisciana ha estado actuando sobre el género humano, dando lugar a la demanda de un reajuste mundial, desarrollando el espíritu internacional, conduciendo a la formación de grupos en cada sector [i473] del vivir humano y erigiendo así la base para la futura síntesis en Acuario. La influencia de este triángulo se expresa simbólicamente en la vida del individuo autoconsciente que logra la autopercepción en Leo, la cultura en Virgo y la autoliberación final en Piscis. Aquí podríamos dedicar un poco de tiempo a las lecciones prácticas que deben aprenderse sobre las siete crisis a través de las cuales atraviesa el hombre, el individuo, la humanidad y la totalidad. Considerando estas crisis que tienen lugar en la historia de la vida del alma, desde su primera encarnación hasta su liberación final, se hallará que siete constelaciones importantes y sus influencias, afluyen a través de los planetas exotéricos y esotéricos, y presentan las circunstancias y condicionan el medio ambiente del hombre espiritual progresista. Cuando cualesquiera de [e354] estas constelaciones ejerza una influencia predominante, aparecerán ciertas vidas, y dichas constelaciones producirán ese enfoque de fuerzas que -dado el equipo particular del hombre en cualquier momento determinado- evocará de éste el máximo esfuerzo posible, permitiéndole avanzar hacia un estado de conciencia más iluminado. Observarán que no digo permitirán triunfar. Un hombre puede triunfar, venciendo las condiciones de prueba y conquistando las circunstancias en el plano físico y, sin embargo, ser derrotado. La razón de esto estriba en que sí la lucha y el surgimiento no producen cambios básicos en la conciencia y un horizonte más amplio, resultarán inútiles para llevar a cabo su tarea asignada. Al estudiar los momentos de crisis, debe recordarse que se experimentan aproximadamente tres veces de acuerdo al ciclo mayor de vida y también a que son recapituladas en menor grado en una vida particular o en un conjunto de vidas. Los tres ciclos de mayor importancia en la conciencia del ego reencarnante son: [i474]
Las influencias de estas siete constelaciones están simbolizadas por tres triángulos y una síntesis final o punto focal. Esotéricamente, estos triángulos están representados generalmente como superpuestos, pero para mayor claridad los separaremos: [e355] [i475] Tenemos aquí tres triángulos, pero, al mismo tiempo, sólo siete influencias para que produzcan efecto las fuerzas condicionantes de los dos triángulos predominantemente activos en los dos primeros ciclos, estando fusionadas y mezcladas en el tercero. Estas influencias fusionadas (con la ayuda de las restantes cinco constelaciones: Sagitario, Libra, Tauro, Piscis y Acuario) permiten al discípulo salir del reino humano y entrar en el reino de las almas. Por lo tanto, tenemos:
Diré también que, necesariamente, he descrito los tres triángulos en cierto orden, cuyos puntos inferiores expresan la energía de ciertas constelaciones que, de esta manera, describen los efectos y resultados finales de una determinada serie de tres crisis. Debe recordarse que tales resultados sólo se obtienen por la constante repetición y el frecuente esfuerzo enfocado. Una crisis se produce debido a cierto hábito mental, desarrollado en el vehículo; sólo es superada con el tiempo, por cierta costumbre y ritmo en el contenido espiritual de la naturaleza del hombre. El establecimiento de cierto ritmo objetivo produce una crisis; el surgimiento de un ritmo subjetivo particular, permite al hombre [e356] superar la crisis y capitalizar la oportunidad. Les ruego tener esto en cuenta. [i476] Las siete crisis pueden también relacionarse con los siete centros en el cuerpo vital o etérico; los estudiantes avanzados verán más adelante que existe una estrecha relación cíclica entre:
Permítanme recordarles que las doce constelaciones traen el desarrollo evolutivo y la oportuna liberación del hombre de la Gran Rueda de la existencia viviente. Sin embargo, siete de ellas son muy útiles para producir las siete crisis del alma, mientras que cinco son complementarias en las etapas finales del Camino, permitiendo al discípulo o iniciado, utilizar la experiencia y los valores adquiridos para penetrar en el quinto reino de la naturaleza. Por lo tanto, tenemos 12 + 7 + 5, total 24, y éstos encierran los 24 episodios que marcan la Cruz de la Vida. Desde el punto de vista del simbolismo cristiano (aunque su interpretación es todavía inadecuada) las crisis corresponden a las siete estaciones de la Cruz que marcan el camino del progreso del Salvador del mundo. Referente a las cinco constelaciones que están particularmente activas en la vida del discípulo avanzado y del iniciado, las influencias se dividen en dos triángulos de fuerza, porque Leo -enfocando la energía de las siete constelaciones- está incluido, vinculando así el aspecto autoconsciente con el espíritu: [i477] No rehuyan estas crisis por duras y difíciles que parezcan ser. Son difíciles, pero no olviden que el hábito de enfrentar las crisis ha estado largamente establecido en la conciencia de la humanidad. El hombre tiene el hábito de las crisis, si puedo denominarlo así. Sólo son puntos para analizar la fortaleza, el propósito, la pureza, el móvil y la intención del alma. Cuando son superadas evocan confianza y producen una amplia visión. [e357] Fomentan la compasión y la comprensión, porque el dolor y el conflicto interno que han engendrado nunca se olvidan, pues extraen su fuerza de los recursos del corazón y liberan la luz de la sabiduría dentro del campo del conocimiento, enriqueciéndose el mundo. 4. Conclusiones. Hemos llegado a un punto en nuestra consideración de la Ciencia de los Triángulos, donde podemos hacer una pausa para ocuparnos de nuestro próximo acercamiento a este tópico y elegir el tema por el cual podamos arrojar más luz sobre el mismo. Ahora será evidente que esta Ciencia de los Triángulos concierne a la benevolencia de la Deidad y que, por medio de las combinaciones intrincadas de los triángulos cósmicos, del sistema y planetarios, actúan los propósitos de Dios, los cuales están motivados por el amor. Por intermedio de estas relaciones se expresa el amor, se llevan a cabo los cambios necesarios para su expresión y la conciencia humana es conducida al necesario estado de inclusividad. [i478] Por medio de los cuadrados, o relación cuaternaria, el aspecto forma es puesto en relación y adecuación con la voluntad de la Deidad que se expresa por intermedio del aspecto conciencia, la cual se va desenvolviendo gradualmente. Explico esta situación en palabras simples, porque será evidente que sólo cuando el alma ilumina a la mente puede captarse la significación de la enseñanza. Únicamente cuando haya sido alcanzada la etapa iniciática, emergerá el verdadero significado. Al mismo tiempo he tratado de despertar en las mentes una reacción hacia la verdad abstracta, subyacente en los dos enunciados siguientes:
A este respecto les recordaré lo que dije anteriormente en este tratado, que la Ciencia de los Triángulos está relacionada con el espíritu y la síntesis. Quisiera recordarles además lo que he escrito sobre astrología en este Tratado sobre [i479] los Siete Rayos, destinado a instruir a los discípulos a fines de este siglo y durante el período de posguerra. Nuevamente señalaré lo que he enunciado ya, que esta ciencia debe ser siempre encarada desde el ángulo de las tres energías fundamentales: las que proceden de la Osa Mayor, de las Pléyades y de Sirio; porque (condicionadas en tiempo y espacio) estos tres tipos de energía afluyen por intermedio de los tres centros principales, Shamballa, la Jerarquía y la Humanidad. Mi problema ha consistido en seleccionar cuál de los miles de relaciones triangulares entrelazadas consideraré, a fin de presentar esta ciencia de tal modo que sea de verdadero interés. La red interna de luz, denominada cuerpo etérico del planeta, es esencialmente una red de triángulos que se habrá organizado cuando el proceso evolutivo se haya completado. El actual diseño de cuadrados constituye la principal trama de la red, pero esto va cambiando lentamente a medida que se desarrolla el plan divino. Las redes etéricas de los planetas sagrados son en gran parte triángulos, mientras que la del Sol está formada por círculos entrelazados. El esfuerzo a realizarse hoy en la tierra (tal como lo ve el Logos planetario) consiste en llevar a cabo una transformación de la red del planeta, y cambiar lentamente así los cuadrados existentes, en triángulos. Esto no se hace sólo creando divisiones, aplicando la Ley de Separación, sino también por el reconocimiento, en la conciencia, de la dualidad, más la aplicación del movimiento dirigido y la aparición de los dos triángulos, en lugar de un cuadrado. Cuando esto tiene lugar, la conciencia perceptora reconoce su identidad y termina el reinado del cuadrado. Estas palabras me las dijo una vez un antiguo vidente que biseccionó esotéricamente el cuadrado, formando dos triángulos, uniéndolos en una nueva manifestación para formar la Estrella de la Vida. Reflexionen sobre esto. [i480] Por esta razón los astrólogos del futuro pondrán énfasis sobre la relación y la interrelación de los triángulos. Como ya he señalado, el nuevo astrólogo pondrá el énfasis sobre esto: [e359]
Repetiré nuevamente el hecho de que la nueva astrología se ocupará de confeccionar el mapa de la vida del alma. Cuando las doce constelaciones desempeñen su parte en la vida del discípulo por intermedio de sus agentes distribuidores, los planetas esotéricos regentes transformarán gradualmente la forma exotérica del mapa del individuo, lo cual se deberá al enfoque, consciente e intencionadamente, de las diferentes energías en el hombre, y no tendrá que ver con su reacción negativa a las energías condicionantes. Quisiera llamar la atención aquí sobre un punto interesante de influencia definida sobre el poder del individuo para captar la nueva astrología y comprender la Ciencia de los Triángulos. Los símbolos astrológicos de Virgo y Escorpio son de naturaleza triple -son los únicos dos. Cuando el discípulo capte el significado que está detrás de esa triplicidad, estará preparado para comprender el significado de esta ciencia abstrusa y trabajar con la nueva astrología. Virgo y Escorpio son dos signos relacionados con el crecimiento de la [i481] conciencia crística; marcan puntos críticos en la experiencia del alma -puntos de integración en los cuales el alma se está unificando conscientemente con la forma y al mismo tiempo con el espíritu. He dicho la experiencia del alma, no la experiencia del hombre en el plano físico. Cuando la experiencia pasada en Virgo llegue a culminar en Piscis, y las pruebas en Escorpio conduzcan a la iluminación en Tauro, entonces el efecto de estas cuatro energías (Virgo, Piscis, Escorpio, Tauro) convertirán al hombre en el verdadero triángulo, expresando los tres divinos aspectos o energías, cuando provienen de las tres constelaciones principales: la Osa Mayor, las Pléyades y Sirio. Podría llenar volúmenes con las indicaciones respecto a los innumerables triángulos, cuando se descubra que están relacionados en tiempo y espacio y que, de acuerdo a la voluntad de la Deidad y a la inalterable energía en el corazón del zodíaco manifestado, producen, al finalizar el ciclo mundial, los cambios en [e360] la conciencia, que hacen divino al hombre. Pero el tema es demasiado vasto y todo lo que trato de hacer es indicar el camino hacia una nueva ciencia y hacia esas combinaciones esotéricas de energía que, cuando sean reconocidas, capacitarán a la humanidad para evolucionar más rápidamente, fusionar y mezclar las energías de los tres centros planetarios y transformar nuestra Tierra (por medio del pensamiento humano, reaccionando a las influencias zodiacales) en un planeta sagrado. Por lo tanto, la influencia y la combinación de energías, a medida que afectan a los aspirantes y discípulos del mundo, deberán ser suficientes para una acrecentada comprensión; consideraré gradualmente a éstas y daré también al final de esta parte una exégesis de la tabulación, en la cual se da la relación que existe entre los rayos y las constelaciones, lo cual es básico en sus implicaciones. Algunas de las fuerzas que estamos considerando rigen [i482] a la humanidad en forma peculiar, y el efecto de su influencia es lograr la unificación de los tres centros planetarios. Como bien saben, hay cuatro constelaciones que imparten las energías necesarias que harán divina a la humanidad, y son: Aries, Leo, Escorpio y Acuario. No es necesario analizarlas pues ya lo hice cuando estudiamos previa y separadamente cada una de ellas. Sin embargo, quisiera señalar que cada una está estrechamente vinculada, como transmisora de energías, con ciertas estrellas foráneas a nuestro zodíaco, vinculando así a nuestro pequeño planeta con algunos grandes puntos focales de energía. Aries, el iniciador de los impulsos (el impulso para venir a la encarnación o volver a la fuente de origen), está en íntimo contacto con una de las estrellas de la Osa Mayor denominada El Puntero en la expresión común, que es una estrella de magna dirección, pues por medio de ella (en este ciclo mundial) afluye la voluntad de unificar y de obtener la síntesis. Esta fuerza da lugar a la fusión e integración de la personalidad, la unificación de la personalidad y el alma, la unificación de la humanidad o el Gran Acercamiento de la Jerarquía a la Humanidad. Producirá también la integración de nuestra Tierra al grupo de los planetas sagrados y el consiguiente establecimiento de un triángulo de fuerza formado por el Puntero, Aries y la Tierra. Esta relación triangular tendrá un efecto potente en el sistema solar, así como en el planeta, y es también uno de los factores causantes del deslizamiento del eje de la Tierra. Relacionado con este triángulo hay otro secundario, dentro de la [e361] órbita de nuestro Sol, compuesto por Vulcano, Plutón y la Tierra. En los archivos de la Gran Logia se hace referencia a esto, simbólicamente, como: [i483]
En consecuencia, por medio de estos triángulos relacionados, aparecen Shamballa y la Humanidad -los dos polos de la expresión divina- voluntad y actividad. Llegamos ahora a otro triángulo, cuya actividad produce la manifestación de la Jerarquía -el intermediario entre Shamballa y la Humanidad: Escorpio, Sirio y Marte. Éstos, en relación con nuestra Tierra, producen las cuatro corrientes de energía (iniciadoras y trasmisoras) que conducen a la humanidad hacia el discipulado y la iniciación. Cuando el trabajo de todos estos triángulos haya terminado, [i484] la humanidad (y en un sentido misterioso nuestra Tierra) funcionará a un ritmo perfecto y responderá a las energías que afluyen desde Alcyone. [e362] No puedo insistir demasiado en que la astrología esotérica concierne totalmente a las fuerzas y energías que afectan al aspecto conciencia del ser humano y condicionan la vida de la personalidad. Este punto debe ser considerado por sobre todo lo demás. En otras palabras, la astrología esotérica concierne al alma y no a la forma y, por lo tanto, todo lo que tengo que decir se refiere a la conciencia, a su expansión, al efecto que produce sobre sus vehículos, la forma, y -en último análisis (como se comprobará más adelante)- a la Ciencia de Iniciación. Esto ya lo he señalado antes, pero la idea es tan nueva y el acercamiento tan universal o cósmico, que no resulta fácil, para quienes están entrenados en la astrología exotérica moderna, comprender realmente la significación de esta enseñanza. Al considerar los Triángulos que he elegido para emplear como temario de la elucidación de este grandioso tópico, no debe olvidarse el énfasis puesto sobre el aspecto conciencia. Lo que resta de esta parte sobre la Ciencia de los Triángulos, lo dedicaré a esos triángulos que en este momento y ciclo mundial producen efectos en la conciencia humana, los cuales son de dos tipos: los muy generalizados no son fácilmente discernibles y afectan a las masas, y los que obtienen resultados más específicos, tienen mayor efectividad tangible y sirven para condicionar la conciencia de los aspirantes, discípulos e iniciados del mundo. Hoy, este movimiento dual de energías continúa produciendo un lento y constante despertar de la conciencia de la masa, a fin de que en amplia escala mundial la autoconciencia individual sea su resultado y produzca un acelerado estímulo de [i485] la conciencia ya despierta de la humanidad avanzada, para poder lograr la iniciación. La eficacia de este proceso dual puede percibirse si se comprende que los signos -Leo, Sagitario y Acuario- están hoy excesivamente activos y actúan en estrecha y mutua relación. Las energías de estos tres signos afectan a toda la humanidad como un todo -un reino de la naturaleza. Leo: el signo del individuo autoconsciente, es potente en su efecto masivo, y hoy, por el apremio de las circunstancias y los terribles resultados de ciertos acontecimientos, miles de hombres y mujeres están saliendo del estado de rebaño, de la conciencia masiva y del profundo sueño de la irresponsabilidad, llegando a ser conscientes de sí mismos como entidades desapegadas y activas. Sagitario afecta poderosamente a los aspirantes del mundo, conduciéndolos a esas actitudes mentales que traerán una lealtad inquebrantable a los valores espirituales y una adhesión inalterable al bien de la [e363] humanidad. Acuario -con igual potencia- afecta a los discípulos e iniciados del mundo y los conduce al servicio mundial en vasta escala, produciendo la actividad grupal y utilidad vital, características del discípulo consagrado. La influencia que ejercen estas tres constelaciones se siente por intermedio de sus planetas esotéricos, y el movimiento masivo de la conciencia (del cual Leo es responsable) puede ser considerado, aún por el neófito, como una posibilidad, cuando comprende que el Sol constituye en Leo los planetas regentes desde tres ángulos: exotérico, esotérico y jerárquico. El movimiento conjunto hacia la autoconciencia individual se ha intensificado hoy enormemente, como también el movimiento paralelo individual hacia la iniciación. Leo reaparece ahora en otro triángulo importante: Aries, Leo, Virgo -que ayuda poderosamente a la inauguración de la Nueva Era, la cual se caracterizará [i486] por una humanidad poderosamente autoconsciente, condicionada por una conciencia crística, manifestándose paulatinamente. La potencia de Aries, al iniciar esos acontecimientos, pondrá en movimiento las causas que traerán la Nueva Era, observándose ya la tendencia de los nuevos movimientos en la formulación de los nuevos órdenes mundiales en los descubrimientos de la ciencia y en el surgimiento de nuevas especies en los diversos reinos de la naturaleza. Esta actividad se ha sentido desde 1835; la potencia de Leo puede ser trazada desde entonces en el gran número de personas que están llevando a cabo la integración de la personalidad, llegando a ser autoconscientes, así como también en la aparición de millares de aspirantes autoconscientes en el mundo, que están subordinando gradualmente sus personalidades integradas al bien del grupo. La influencia de Virgo aparece en las innumerables organizaciones, movimientos religiosos, espiritualistas y mentales, que indican en forma muy directa el despertar de la conciencia crística en la humanidad. Así estos triángulos pueden ser vistos como factores vivientes y vibrantes que producen cambios mundiales y dan un enorme impulso progresivo al desarrollo humano. Es interesante recordar que así como cada signo está dividido en tres decanatos, regidos por planetas específicos, en forma análoga el zodíaco es una parte de un zodíaco mayor, y está también dividido en tres partes. La triple división del zodíaco está regida por tres constelaciones, que son para este zodíaco mayor lo que los planetas para los decanatos. Las tres constelaciones regentes son Escorpio (en la Cruz Fija), Tauro (también en la Cruz Fija) y Piscis (en la Cruz Mutable). Esto necesariamente es así porque las pruebas, el deseo, la iluminación, la materia, [e364] la forma y la salvación, son las notas claves de nuestro sistema solar y de nuestra Tierra en particular. El actual sistema solar expresa el segundo aspecto de la divinidad, de allí el [i487] énfasis puesto sobre las fuerzas que afluyen a través de Escorpio, Tauro y Piscis. Reflexionen sobre esto, pues hay un indicio respecto a nuestro zodíaco, que es de suprema importancia para el astrólogo del futuro. En el decanato cósmico, al cual me refiero aquí, se hallará que tres grandes hijos de Dios han expresado para nosotros la cualidad, la nota clave y el desarrollo manifestado por cada decanato:
En un sentido peculiar, los tres constituyen un triángulo iniciático y son de primordial importancia en dicho proceso iniciático. Manifiestan: fortaleza iluminación y amor en plena expresión. Leo reaparece en la actual situación mundial, como parte de un triángulo de crisis, porque la combinación de las tres constelaciones implicadas: Leo, Libra y Capricornio, producen invariablemente crisis. Leo, cuando dominó el triángulo, produjo en el pasado la crisis de la individualización. Más tarde en la historia humana, cuando fue alcanzado el punto de equilibrio, volvió a ser poderoso. H.P.B. señala que llegó un momento en que se logró el equilibrio entre el espíritu y la materia, y desde entonces la tendencia de la humanidad fue hacia la evolución, fuera de la materia, y no hacia la involución, dentro de la materia; la humanidad se dirigió al Sendero de Retorno y no al Sendero de Ida; esto es cada vez más evidente. Hoy Capricornio está produciendo una tercera crisis en la muy larga historia del género humano -crisis de iniciación-, existiendo la posibilidad de que tal crisis sea eficaz y produzca la aparición de un nuevo reino de la naturaleza en la Tierra, lo cual es cada vez más factible. Quisiera recordarles aquí la referencia que hice [i488] respecto a otro triángulo, en el cual Leo está activo, y a otro de los grandes triángulos que condicionan a la humanidad: Tauro, Leo y Acuario. Tauro incita a la experiencia y a la obtención del conocimiento; Leo conduce a la expresión de esa experiencia en la vida diaria y al esfuerzo para justificar el conocimiento; Acuario toma esa experiencia y el conocimiento adquirido, empleándolos conscientemente para prestar servicio al grupo. Podría expresarse también de la manera siguiente: [e365] Tauro-se manifiesta en la etapa final de desarrollo, como la conciencia iluminada. Leo-produce el verdadero hombre autoconsciente. Acuario-es el hombre de espíritu, de vida y de dedicación para la divina expresión del servicio. Aquí puede verse la importancia de los regentes esotéricos. Estos triángulos, formados por tres constelaciones, están (de acuerdo a la ley cíclica) dominados en un momento dado por cualesquiera de los tres, quedando subordinados a los otros dos. En los Archivos de la Logia estos triángulos son llamados Triángulos en Revolución; en un momento dado, una de las tres constelaciones será el factor controlador, en otro será otra y posteriormente una tercera. Cada una de ellas a su turno, hace afluir su fuerza por intermedio de sus regentes esotéricos, y las otras dos energías son de importancia secundaria. Cuando esta información se vincule a la enseñanza sobre los rayos, será evidente cuán necesario es conocer cuál de los triángulos es el punto focal de transmisión, porque de esta manera se descubrirá qué energía de rayo tiene mayor o menor expresión. Como hemos visto, Leo es, por ejemplo, un agente transmisor muy importante en la actual crisis mundial. Esto significa que los rayos 1ro. y 5to. están excesivamente activos, y también que la influencia del Sol es potente, tanto [i489] exotérica como esotéricamente. Significa además que los planetas relacionados con ambos rayos estarán muy activos, por lo tanto, Plutón y Venus predominan en la producción de resultados mundiales. Cito esto como un ejemplo de la interrelación de los planetas, las constelaciones y los rayos; un cuidadoso estudio de la crisis mundial indicará la plausibilidad de la premisa respecto a la actividad de Leo como fuerza principal del triángulo, que actualmente es responsable de la situación mundial. En este tratado he dado anteriormente la relación existente entre los rayos y las constelaciones y enuncié que cada uno de los siete rayos se expresa por intermedio de tres constelaciones, o por un triángulo de energía. Esta relación es la base de toda la Ciencia de los Triángulos y por consiguiente de la astrología misma y está además relacionada con los rayos, las constelaciones, sus planetas regentes y nuestra Tierra, en una gran síntesis de energías; relaciona a nuestro sistema solar con el todo mayor y a nuestro pequeño planeta no sagrado con el sistema solar. Permítanme repetir este enunciado y de este modo indicarles algunos hechos vitales, respecto a este mundo de energías [e366] entretejidas. Los rayos afluyen a través de las siguientes constelaciones. y son expresados y trasmitidos por su intermedio:
Emergerán algunos hechos interesantes si esta clasificación es estudiada cuidadosamente. Enumeraré algunos de ellos, dejando que ustedes apliquen la información como mejor les parezca:
Desde el punto de vista de nuestro tema (la evolución de la conciencia), nunca debe olvidarse que la meta es llevar al Ángel solar, el Hijo de la Mente (denominado en La Doctrina Secreta el divino Manasaputra), al sitial de poder. Esta tarea está preeminentemente confiada a las tres grandes Vidas que actúan por intermedio de Géminis-Libra-Acuario. Aquí surge un punto de suma importancia, mejor dicho, una pregunta: ¿ Cómo un insignificante planeta no sagrado puede ser considerado de tanta importancia, como para que estas grandes Vidas se preocupen de desarrollar la mente de la humanidad? La respuesta es que no se preocupan. Es la humanidad que -debido al anhelo producido por las grandes energías que entran [e369] y salen- se preocupa del problema del desarrollo mental. En último análisis, el problema de responder e interpretar los contactos ambientales es el de todo planeta, especialmente de los no sagrados; tal respuesta debe ser evocada no sólo en el cuarto reino de la naturaleza sino en todos los reinos. En nuestro sistema solar la sensibilidad al contacto constituye la cualidad dominante; está en proceso de llegar a ser cósmicamente consciente; es impulsado por la necesidad y las circunstancias cósmicas ambientales para desarrollar el amor-sabiduría, palabras que [i494] describen y expresan el aspecto conciencia. Amor es respuesta al contacto y esto -en el ser humano- significa comprensión, inclusividad e identificación. Sabiduría implica habilidad en la acción, como resultado del amor desarrollado y de la luz de la comprensión; es ser consciente de los requisitos y de la capacidad para reunir, en una relación fusionada, la necesidad y lo que la satisfará. Servicio es esencialmente un modo científico de expresar amor-sabiduría, influido por cualquiera de los siete rayos, según el rayo a que pertenece el alma del discípulo servidor. El problema concierne a nuestro Logos planetario. Podría decirse (a fin de que el tema sea comprensible) que el proceso evolutivo -desde el punto de vista del ser humano común- consiste en hacer que el planeta no sagrado, nuestra Tierra, responda a los impactos cósmicos, produciendo una integración interna más interrelacionada, dentro del cuerpo logoico de expresión. Existen otros propósitos, pero sólo después de la tercera iniciación el hombre comienza a comprenderlos. Estas tres constelaciones, cíclica y eternamente, conducen al Eterno Peregrino a lo largo del sendero del desenvolvimiento mental, y la etapa final de la evolución mental tiene lugar en el sendero de iniciación. La iluminación, término aplicado a esta etapa final, es la síntesis del instinto, el intelecto y la intuición. Los estudiantes deben recordar que:
Por lo tanto, tenemos grandes Triángulos de energía que afectan al mecanismo mental de respuesta de la humanidad y al triángulo mencionado, concerniente al desarrollo de la mente, y se le pueden agregar dos más:
Existen otros triángulos mayores, y se los denomina triángulos en la conciencia. Como bien se sabe, el triángulo Cáncer, Leo y Acuario, es el más importante en la actualidad para el género humano, porque las influencias que afluyen a través de estos tres signos son básicamente responsables del acrecentamiento de la comprensión humana, y no sólo del desarrollo del mecanismo de respuesta del hombre, la [i496] naturaleza forma, sino también de la ampliación de la percepción de aquello con lo cual se entra en contacto. Este triple proceso, regido por las tres constelaciones, produce finalmente la identificación con lo percibido como esencia divina, subyacente en la forma. La identificación con lo que es el Yo subjetivo y real, y el alejamiento de lo que es el no-yo, constituye la nota clave de la cuarta iniciación. De ser consciente de la masa en Cáncer, el hombre se convierte en un individuo en Leo, trasformándose la lenta e ignorante subconsciencia de rebaño, en la autopercepción del hombre desarrollado La reacción instintiva cede el lugar a la [e371] actividad intelectual consciente. A su vez, esta actividad dual cede el lugar a la conciencia grupal, facultad conferida por la actividad acuariana; entonces el hombre divino superconsciente trasciende su autoconciencia limitada, y el intelecto es reemplazado por la intuición. En la etapa de desarrollo alcanzada por la conciencia humana, muy poco más puedo decir sobre la Ciencia de los Triángulos. Me he referido a la estructura de triángulos de luz viviente, movibles, enfocadores y transmisores, que deberá subyacer (y eventualmente subyacerá) en el universo manifestado. He señalado ciertas relaciones entre las diferentes constelaciones, los planetas esotéricos y nuestra Tierra. He trasladado el acercamiento del estudiante de astrología, del mundo de los acontecimientos tangibles, de los sucesos precipitados y las características personales (que caracteriza a la astrología exotérica moderna) al mundo de las energías condicionantes, de los incentivos controladores, de los impulsos y de las causas, y así he establecido la base de una astrología esotérica interna, que en el futuro deberá regir esta antigua ciencia. He acentuado en la conciencia la red de luz y energía receptora de las fuerzas zodiacales y de otras foráneas al sistema, y he señalado el primer [i497] esbozo de la astrología del alma y de la conciencia humana en desarrollo. He presentado algunos hechos esotéricos, que durante un tiempo deben permanecer como hipótesis y teorías probablemente inaceptables para el astrólogo común; he hecho enunciaciones necesariamente de naturaleza revolucionaria y por lo tanto perturbadoras, a veces aparentemente falsas o basadas sobre premisas que niegan todo lo que el astrólogo moderno ha desarrollado y hasta ahora ha apreciado. A este respecto existen dos ideas básicas, en lo que se refiere a la astrología del alma:
Ambas ideas son evidentemente revolucionarias y si a ellas se agrega la nueva serie de regentes planetarios que he dado, no me sorprenderá que el lector sienta la vastedad del tema astrológico. Sin embargo, esa fue la primera reacción que esperé recibir de ustedes. La astrología debe argumentar ahora de lo universal [e372] a lo particular, porque en el futuro ha de ocuparse del desarrollo del alma y no del horóscopo de la personalidad, como hasta ahora. En este punto, quisiera recordarles que nada de lo que he expuesto se opone a la confección del horóscopo de la personalidad, como se hace en el caso del hombre común que sigue la Rueda de la Vida en el sentido de las manecillas del reloj. Todo lo que he hecho es llevar la astrología [i498] de la conciencia humana, del ángel solar, del hijo de la mente, el hombre espiritual, al campo de la investigación astrológica. Al finalizar este siglo, se demostrará que es verídico lo que he impartido, especialmente en lo que se refiere a los discípulos, los aspirantes altamente desarrollados y los iniciados. La antigua astrología exotérica persistirá aún y demostrará su utilidad cuando se trate del hombre común, enfocado en la vida de su personalidad y orientado hacia el mundo material. Posteriormente se logrará un gran progreso en la correcta comprensión de la astrología, cuando estén disponibles ciertas nuevas meditaciones sobre los doce signos del zodíaco. Cuando el mundo se apacigüe nuevamente, viva en forma más pacífica y se ajusten las condiciones a un ritmo más estable, estas nuevas meditaciones podrán constituir una útil y poderosa fuente para la iluminación de la trama de la vida y el establecimiento de una vida espiritual más efectiva entre los hombres. El problema de todos los discípulos es el mismo, es decir, vivir simultáneamente la vida interna, agudamente sensible, y la del Peregrino en el sendero de la vida, el ser humano en el mundo de los acontecimientos humanos; vivir la vida grupal del discípulo consagrado y la vida masiva de la humanidad; cumplir con su propio destino espiritual, por intermedio de una personalidad controlada y, al mismo tiempo, participar plenamente de la vida de la humanidad en la Tierra -esto no es una tarea fácil. He finalizado lo que creí posible comunicarles acerca de la Ciencia de los Triángulos -ciencia que concierne a todo el diseño subjetivo de la manifestación, cuyo significado está estrechamente interrelacionado con la Trinidad de la manifestación. Otro nombre para esta ciencia es la Ciencia de la Estructura Etérica o Sustancia. Siendo así, esta ciencia se ocupa de la vida, la cualidad y la apariencia, en los tres mundos del Propósito y la Voluntad divinos; por eso, [i499] lo único que puedo hacer en este tratado, es impartir ciertos pensamientos simientes que -en fecha futura- florecerán como la básica Ciencia de las Relaciones. Esta relación subjetiva será vertical y horizontal, particular y universal, específica y general. Con el equipo mental actual de la [e373] humanidad, todo lo que el hombre puede realizar es captar ciertos hechos y presentir vagamente ciertas implicaciones e ideas intuitivas. Más tarde, percibirá intuitivamente la estructura subyacente en las ideas y sentirá la síntesis básica que la vida misma contiene. Hoy no podrán ir más allá de lo que he dado. Pero el corolario de la guerra cambiará todo esto. Cuando se haya llegado a eliminar, en cierta medida, la tensión nerviosa y estabilizado nuevamente la oscilación del movimiento del mundo, la humanidad se trascenderá a sí misma. Los valores espirituales emergerán con más claridad, la realidad del mundo interno ya no será puesta en duda, porque la acrecentada sensibilidad del hombre le permitirá responder a la impresión superior y a la inspiración interna; su capacidad para vivir la vida vertical del espíritu y la vida horizontal de relación, aumentará en cada década. Entonces la relación de la vida con la forma, del espíritu con el cuerpo, del alma con la personalidad, se demostrará en el reino de la cualidad, y la cualidad del aspecto divino inmediato la conciencia crística, emergerá en forma no soñada hasta ahora por ninguno de ustedes, ni siquiera por los pensadores más avanzados. Es inútil hacer conjeturas sobre ello. Sólo el tiempo servirá para demostrar la veracidad del panorama que he descrito y la validez de la estructura espiritual interna. Esta estructura siempre ha existido, pero ha sido pesadamente revestida por los deseos materialistas de la humanidad. Una gruesa costra (si puedo emplear tal palabra) de formas mentales vela y oculta el reino interno de la belleza y el significado de la cualidad y de la conciencia espiritual. Esta costra está siendo desprendida de acuerdo a la actual [i500] condición catastrófica del mundo. Al terminar la guerra actual, los hombres sentirán como si nada les quedara y como si hubieran sido privados y despojados de todo lo que hace a la vida digna de vivirse -pues han dependido demasiado del denominado alto nivel de vida. Pero estas actitudes servirán de escalones a una nueva vida y a un mejor y más sencillo modo de vivir; se liberarán nuevos valores que los hombres comprenderán y se revelarán nuevas metas. Llegará el día, en la experiencia humana, en que el hombre mirará retrospectivamente los siglos de preguerra y se extrañará de su ceguera, asombrado de su pasado egoísta y materialista. El futuro brillará con mayor gloria, aunque existirán las dificultades, los problemas incidentales al reajuste mundial y las nuevas relaciones entre el hombre espiritual y su ambiente material, se comprobará que el futuro será lo mejor que se ha vislumbrado hasta ahora. Surgirán dificultades en [e374] todos los planos hasta la última iniciación, pero la destructividad del proceso de la vida nunca será nuevamente tan potente. La razón de esto se debe a que la humanidad está emergiendo muy definidamente de la esclavitud de la materia; en tales casos la destrucción va a la par del impacto producido por el espíritu al descender sobre la materia opositora. Reflexionen sobre este enunciado. |
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