1.
El rayo del Ego o Yo superior.
2. El rayo de la Personalidad o yo inferior.
3. La condición kármica del triple hombre.
4. La condición del cuerpo causal.
5. La necesidad de la época y la disponibilidad del hombre.
6. Los grupos, internos y externos, a los cuales el hombre está
afiliado.
4 de junio de 1920.
[e24][i14] Ya he tratado
la importancia que tiene la meditación y sugerí que consideraran cuatro
razones, entre muchas, por las cuales debe ser practicada. En esta
época, en que la mayoría de ustedes practica la meditación sin la
guía de un instructor relacionado personalmente en el plano físico,
sólo ha podido formularse un plan, para ser practicado, que lleva
implícitos -elementos seguros y universales.
Cuando un instructor se halla presente,
pueden desarrollarse diferentes prácticas, adaptadas al temperamento
del discípulo, que contengan ciertos atributos y hagan de esa meditación
particular la línea de menor resistencia entre el cerebro físico y
el cuerpo causal.
Al formular métodos de meditación, se
han de tener en cuenta algunos factores que enumeraré. No trato de
darles esquemas y métodos a seguir, indico nada más que los principios
subyacentes que guían al instructor en la elección del método adecuado
para el estudiante. Más adelante, cuando aparezca el instructor y
quede demostrada la aplicación científica del método individual, podrán
ver si las reglas aquí formuladas son fundamentales o no. Fundamentos
y principios es todo lo que trato de proporcionarles. Los métodos
y detalles se han de desarrollar mediante la aplicación del discernimiento,
la experiencia, el valor y la perseverancia.
[e25] Los factores que el instructor tiene que considerar
al asignar la meditación son, si sólo tratamos los más importantes,
los seis siguientes:
[i15] 1. El rayo del Ego o Yo superior del estudiante.
2. El rayo de su Personalidad o yo inferior.
3. La condición kármica de su triple naturaleza inferior.
4. La condición de su cuerpo causal.
5. La necesidad inmediata de la época y su disponibilidad.
6. Los grupos, internos y externos, con los cuales el estudiante está
identificado.
Vamos ahora a considerar estos factores
por separado.
1. El rayo del Ego o Yo superior.
El rayo al cual pertenece el cuerpo
causal del hombre, el rayo egoico, debería determinar el tipo de meditación.
Cada rayo requiere un método diferente de acercamiento, porque la
finalidad de toda meditación es la unión con lo divino. En esta etapa
es la unión con la Tríada espiritual, que tiene su reflejo inferior
en el plano mental. Permítaseme ilustrar brevemente:
Cuando el rayo egoico es el primero,
o Rayo de Poder, el método de acercamiento debe ser la aplicación
dinámica de la voluntad a los vehículos inferiores, denominándoselo
logro por un enfocamiento intenso; una potente concentración de propósito,
que anula todos los obstáculos y, literalmente, abre un canal, impeliéndose
a sí mismo hacia la Tríada.
Cuando el rayo egoico es el segundo,
o Rayo de Amor-Sabiduría, la línea de menor resistencia se halla en
la expansión y en la inclusión gradual. No es tanto un impulso hacia
adelante, sino más bien la gradual expansión desde un centro interno,
hasta incluir a los que nos rodean, al medio ambiente, a las almas
afines y a [i16] los grupos de discípulos dirigidos por algún Maestro, incluyéndolos
a todos en la conciencia. Llevada a su culminación, esta expansión
da por resultado la final desintegración del cuerpo causal, en la
cuarta iniciación. En el primer caso -la realización a través del
Rayo de Poder- el impulso hacía adelante y hacia arriba tendrá el
mismo resultado, el cauce abierto da paso a la afluencia descendente
de la tuerza o fuego del espíritu y el cuerpo causal es igualmente
destruido a su tiempo.
Cuando el rayo egoico es el tercero,
a Rayo de Actividad-Adaptabdidad, el método es algo diferente. No
es el impulso hacia adelante ni la expansión gradual, sino la adaptación
sistemática de todo el conocimiento y de todos los medios para alcanzar
la meta percibida. En realidad es el proceso de utilizar a los muchos
para el uso de uno; es más bien el acaparamiento del material y de
las [e26] cualidades
necesarias para ayudar al mundo, y la acumulación de información,
por medio del amor y de la discriminación, que oportunamente desintegra
al cuerpo causal. En estos "Rayos de Aspecto" o de expresión
divina, si puedo denominarlos así, la desintegración es ocasionada,
en el primer caso, por el ensanchamiento del canal, debido a la fuerza
impulsiva de la voluntad; en el segundo caso, por la expansión del
huevo áurico inferior, el cuerpo causal, debido a la inclusividad
del rayo sintético de amor y sabiduría, y en el tercer caso, por la
rotura de la periferia del cuerpo causal, debido a la facultad acumulativa
y la absorción sistemática del Rayo de Adaptabilidad.
Estos tres métodos diferentes dan el
mismo resultado, siendo fundamentalmente formas de un gran método
empleado para lograr el desarrollo del amor o sabiduría -meta de esfuerzo
del actual sistema solar.
Tenemos así la voluntad, impulsando
al hombre hacia la perfección, mediante la realización de lo superior,
que da por resultado un poderoso servicio por medio del amor activo.
[i17] También el aspecto sabiduría o amor, impulsando
al hombre hacia la perfección, mediante la comprensión de su unicidad
con todo cuanto alienta, que da por resultado el servicio amoroso
por medio del amor activo.
Y el aspecto actividad, impulsando al
hombre hacia la perfección, mediante la utilización de todo lo que
está al servicio del hombre; primeramente, utilizando todo para él
mismo; luego, gradualmente, para la familia, aquellos que ama personalmente,
quienes lo rodean y así sucesivamente, hasta que utiliza todo en servicio
de la humanidad.
Cuando el rayo egoico es el atributivo
cuarto Rayo de Armonía, el método será la comprensión interna de la
belleza y la armonía, que causa la desintegración del cuerpo causal
por el conocimiento del sonido y del color mediante el efecto desintegrador
del sonido. Es el proceso que conduce a la comprensión de las notas
y tonos del sistema solar, la nota y tono de los individuos y el esfuerzo
para armonizar la propia nota egoica con la de otros. Cuando la nota
egoica es emitida en armonía con otros egos, da por resultado la desintegración
del cuerpo causal, el desapego de lo inferior y el logro de la perfección.
Sus exponentes desarrollan la música, el ritmo y la pintura. Se recogen
en sí mismos para abarcar el aspecto vida de la forma. La manifestación
externa de ese aspecto vida se revela en el mundo mediante lo que
llamamos arte. Los grandes pintores y los músicos inspirados están,
en muchos casos, alcanzando la meta por este medio.
Cuando el quinto Rayo de Conocimiento
Concreto o Ciencia [e27]
es el rayo del hombre, el método es muy interesante. Consiste en la
aplicación intensa de la mente concreta a algún problema para ayudar
a la raza; tal es la concentración de todas las cualidades [i18] mentales Y el control de la naturaleza inferior,
de manera que implique un supremo esfuerzo para trascender lo que
impide el descenso del conocimiento superior. Involucra también el
elemento voluntad (como ha de suponerse) que da por resultado la extracción
de la información deseada, desde la fuente de todo conocimiento.
A medida que este proceso continúa,
la penetración en la periferia del cuerpo causal se hace tan frecuente
que llega a producirse la desintegración, y el hombre se libera. Es
la mentalidad impulsando al hombre a la perfección y forzándolo a
utilizar todos sus conocimientos en amoroso servicio a su raza.
-
sexto Rayo de Devoción
es, preeminentemente, el del sacrificio. Cuando es el rayo egoico,
el método de acercamiento a través de la meditación toma la forma
de dedicación concentrada por medio del amor, hacia algún individuo
o ideal. El hombre aprende a ser incluyente por el amor a una
persona o ideal; concentra todas sus facultades y esfuerzos en
la contemplación de lo que se requiere, y sacrificándose por esa
persona o ideal, entrega su cuerpo causal a las llamas del altar.
Es el método del fanatismo divino que considera perdido todo lo
que está fuera de su visión y, oportunamente, sacrifica gozosamente
la entera personalidad. El cuerpo causal es destruido por el fuego,
y así la vida liberada asciende al Espíritu en divina beatificación.
Cuando el rayo
egoico es el séptimo, o Rayo de la Ley Ceremonial o Magia, el método
de acercamiento es la comprensión y glorificación de la forma. Como
se dijo anteriormente, la meta de todas las prácticas de meditación
consiste en acercarse a lo divino que en cada uno existe y, por ello,
a la Deidad Misma.
Por lo tanto, el método consiste en
aplicar la ley, el orden y la regla, a cada acción de la vida en los
tres cuerpos, y construir, [i19] dentro
del cuerpo causal, una forma que va expandiéndose hasta causar la
desintegración de ese cuerpo. Es la construcción del Santuario, de
acuerdo a ciertas reglas, hasta convertirlo en la morada de Shekinah,
y cuando arde la luz espiritual, el Templo de Salomón se estremece,
tambalea y se desintegra. Constituye el estudio de la ley y la consiguiente
comprensión del hombre, de por qué y cómo es manipulada la ley; consiste
en la definitiva aplicación de la ley al cuerpo causal, para hacerlo
innecesario y producir así su desintegración. El resultado es emancipación,
y el hombre se libera de los tres mundos. Muchos ocultistas pertenecen,
en la actualidad a este rayo, a fin de continuar el proceso [e28] liberador. Es el método que conduce al hombre a la liberación
por la comprensión y la aplicación inteligente de la Ley a su propia
vida, y al mejoramiento de las condiciones del cuerpo de la humanidad,
convirtiendo al hombre en un servidor de su raza.
Esto es suficiente por hoy.
5 de junio de 1920.
2. El rayo de la Personalidad o yo inferior.
Se ha tratado con cierta extensión el
primer factor, el rayo egoico, para determinar el método de meditación.
Hoy nos ocuparemos de las funciones del rayo de la personalidad para
determinar dicho método. Como se sabe, el rayo de la personalidad
es siempre un subrayo del rayo espiritual, y varía con más frecuencia
que el rayo egoico. En los Egos evolucionados, que hoy se encuentran
entre los pensadores de la raza y los prominentes trabajadores, en
todos los sectores de actividad en el mundo, el rayo de la personalidad
puede variar vida tras vida, estando basada cada vida en una nota
diferente y manifestando un color distinto. De esta manera el cuerpo
causal se va equipando más rápidamente. Cuando la unidad reencarnante
ha llegado a una etapa en que puede elegir conscientemente su modalidad
de expresión, [i20] primeramente recapitulará sus vidas anteriores,
y el conocimiento así adquirido lo guiará para elegir la simiente.
Antes de reencarnar hará vibrar su nota egoica, y observará la carencia
de plenitud o la disonancia que pueda contener; entonces decidirá
qué nota fundamentará la vibración de su futura personalidad.
Posiblemente dedique una vida a emitir
una nota particular y a estabilizar una vibración determinada. La
nota debe emitirse y la vibración estabilizarse, en diversas circunstancias.
De allí la necesidad de que la vida del aspirante o del discípulo
cambie frecuentemente, y esto explica la manifiesta condición de variedad
y caos aparente, que caracteriza a tales vidas.
Cuando la disonancia se ha corregido
y la vibración es constante y no está sujeta a cambios, se ha realizado
el trabajo necesario. El Ego puede recoger nuevamente sus fuerzas,
antes de continuar la tarea de perfeccionamiento del cuerpo causal
y llevar el acorde deseado a una perfecta exactitud y claridad de
tono. Entonces se verá cuán necesario es adaptar el método de meditación
a la necesidad de la personalidad, sincronizándolo al mismo tiempo
con el primer factor e involucrando al rayo del Ego.
Ilustración práctica.
Permítanme ilustrar a fin de dilucidar
de algún modo esta cuestión, siendo deseable que haya una exacta comprensión.
[e29] Supongamos que el rayo egoico al cual pertenece
A es el de amor o sabiduría, mientras que el rayo de su yo inferior
es el quinto rayo o de Conocimiento Concreto. En vidas pasadas A demostró
amor y realizó verdaderos progresos mediante el método del rayo sintético,
el de expansión. Ahora ama intensamente y su conciencia se expande
con gran facilidad, hasta incluir una parte [i21] exacta de las
circunstancias ambientales; pero aunque posee inteligencia común,
carece de la vibración estabilizadora, inherente al quinto rayo. No
tiene la concentración que fuerza los resultados, y necesita el fundamento
básico de hechos, antes de que pueda progresar inteligentemente y
sin peligro. El instructor prudente, al darse cuenta de esta necesidad,
emplea el método de expansión inherente al rayo egoico, y lo aplica
a la expansión del cuerpo mental. Mediante el método, inteligentemente
adjudicado, la facultad de expansión (utilizada hasta entonces únicamente
para incluir a otros por medio del amor) será aplicada al esfuerzo
concentrado con idéntica finalidad de expansión, pero con el propósito
de adquirir conocimiento. Alcanzado esto, todo esfuerzo de la vida
personal podrá dedicarse aparentemente (en determinada encarnación)
a adquirir una posición científica y al desarrollo de la mente. El
progreso intelectual podrá parecer de gran importancia al observador
sin cultura; no obstante la tarea continúa como lo ha deseado el guía
interno, y sólo la vida a vivir pondrá de manifiesto la sabiduría
de la elección egoica.
Combinando los métodos de segundo rayo
y la dedicación que otorga el quinto rayo, se alcanzará la expansión
intelectual. ¿He puesto esto en claro? Trato de escribir con claridad,
porque la meditación es de vital importancia para muchos.
Por lo tanto, después de un cuidadoso
análisis, resultará evidente que cuanto más sabemos, menos juzgamos.
Una persona podrá haber desarrollado el aspecto amor; no obstante,
en determinada encarnación, ese aspecto podrá ser pasivo, y la línea
de desarrollo más evidente será la estrictamente intelectual. Abstenerse
de opinar es la mejor actitud para el observador inteligente, pues
aún no posee la visión interna que ve el color, ni el oído interno
que le permite reconocer la nota.
7 de junio de 1920.
[i22] 3.
La condición kármica del triple hombre.
La condición kármica del triple
hombre y el lugar que ocupa en la evolución serán considerados hoy
al estudiar el tema de los "Métodos de Meditación". Este
tercer punto es de verdadera importancia para ayudarnos a decidir
inteligentemente cuál es el método de meditación adecuado para cada
individuo. [e30]
Primeramente, se trató de la importancia de la
meditación; luego tocamos, en forma breve, el punto respecto a la
parte que desempeña el rayo egoico en la decisión del método, poniendo
incidentalmente de manifiesto un punto en el cual no se ha hecho mucho
hincapié hasta ahora: que la verdadera meta de la meditación es separar,
desintegrar y dispersar gradualmente el cuerpo egoico. Como hemos
visto, cada rayo exige un proceso diferente. Después se trató de la
función que desempeña el rayo de la personalidad en combinación con
el rayo egoico, y vimos en qué forma, mediante la consideración inteligente
de esos dos factores, se puede asignar el método adecuado.
Ahora estudiaremos más específicamente
el factor tiempo. Karma y tiempo son términos sinónimos, más de lo
que comúnmente se piensa. La meditación ocultista y el comienzo definido
de la tarea de liberar al individuo de la periferia del cuerpo causal,
sólo pueden iniciarse cuando se ha alcanzado cierto grado de evolución
y el cuerpo causal (debido a su contenido) ha logrado cierta gravedad
específica y su circunferencia llena ciertas condiciones. Todo el
proceso se ajusta a la Ley y no es, como comúnmente se cree, cuestión
de aspiración y deseos elevados. Consideren inteligentemente esta
frase que acabo de escribir sobre la condición kármica del triple
hombre y el lugar que ocupa en la escala evolutiva. ¿Qué he especificado?
Tres factores a considerar:
[i23]
a. El grado de evolución.
b. La gravedad específica del cuerpo
causal.
c. La medida y circunferencia del cuerpo
causal.
Más adelante me propongo tratar definidamente
el plano mental y sus tres subplanos superiores, los planos del Ego.
Explicaré el lugar que ocupa el cuerpo causal en dichos planos y su
relación con otros cuerpos en el plano mental. En esta carta trataré
únicamente los puntos mencionados. En consecuencia, me limitaré al
cuerpo causal, a la conciencia egoica y a la relación de ésta con
el yo inferior. Más adelante considerará esta misma conciencia en
su propio plano y su relación con otros egos y con la Jerarquía. Tengan
claramente presente lo siguiente: mi tema principal es ahora el desenvolvimiento
de la conciencia egoica dentro de la Personalidad. No las confundan.
Podría expresarlo de otra manera: trataré de la relación del Yo superior
con el triple hombre inferior y de la forma de acrecentar gradualmente
la fuerza de dicha relación a través de la meditación. Tal acrecentamiento
coincide con los tres factores ya mencionados. Vamos a considerarlos
por orden.
[e31] El
grado de evolución.
La vida de la personalidad evolucionante
puede ser dividida en cinco partes. Después de todo, nuestra evolución
es quíntuple, y la vida del hombre (como ser humana y antes de alcanzar
la quinta iniciación) puede ser considerada como una serie de cinco
etapas sucesivas, cada una de las cuales es posible medir por el estado
en que se halla la Llama del Espíritu que en él mora. Desde el punto
de vista de nuestra Jerarquía planetaria oculta, como ya he dicho,
somos medidos por nuestra luz.
La primera etapa de nuestro progreso
podría medirse desde el momento en que el hombre animal se convirtió
en entidad [i24] pensante,
un ser humano, hasta la actuación consciente del cuerpo emocional
o etapa en que mayormente predominan las emociones. Esto corresponde
a los períodos de la época Lemuria y a los primeros días de la Atlante.
Durante el actual período el hombre se halla polarizado en el cuerpo
físico y está aprendiendo a ser controlado por su cuerpo de deseos
-el de los sentimientos y de las emociones. No tiene más aspiración
que satisfacer los placeres del cuerpo; vive para su naturaleza física,
y no posee idea de nada superior. Este período se asemeja al de la
infancia, de uno a siete años. En el actual período, los atentos Instructores
de la raza ven la Llama interna como un diminuto punto, y el átomo
permanente del plano físico retiene la polarización. Esto no demanda
la atención de los Instructores, porque la fuerza instintiva inherente
al Yo superior realiza la tarea, y la fuerza impulsiva de la evolución
lleva todo hacia la perfección.
La segunda etapa comprende un grado
de evolución en que la polarización se halla mayormente en el cuerpo
emocional, y se está desarrollando la mente inferior de deseos. Los
postreros días de la Atlántida son una analogía de esto. Los deseos
no son tan puramente físicos, porque la mente comienza a introducirse
en forma similar a como la levadura fermenta la masa. El hombre es
consciente de deseos indefinidos no asociados al cuerpo físico; puede
sentir un profundo amor por los instructores y guías más sabios que
él; devoción irracional e incontrolada por quienes lo rodean, y odio
también irracional e incontrolado porque le falta el equilibrio que
la mente proporciona, y la estabilidad es la resultante de la actividad
mental. Debido a esto el hombre sufre por sus extremismos.
La polarización ahora se halla en el
átomo emocional permanente, pero (cuando se alcanza este grado de
desenvolvimiento) [i25] actúa una luz entre los dos átomos que han experimentado
la polarización -el emocional y el físico. Lo que trato de poner en
claro es que, en esta etapa, la unidad mental no ha sentido la fuerza
de la [e32]
polarización, estando retenida por lo emocional,
dando por resultado una diferencia integral dentro de la periferia
del átomo mismo. Las combinaciones electrónicas que componen el átomo
que ha experimentado la polarización, están agrupadas en una forma
geométrica diferente de la de aquellos que no han experimentado el
proceso. Esto es efecto de la vida del Ego, que actúa sobre la materia
del átomo, causando varias aproximaciones y diferenciaciones invisibles
en un átomo no polarizado. El tema es oscuro y complejo.
Este período es análogo a la etapa de
la vida del niño desde los siete a los catorce años; o sea el período
de la adolescencia, en que el niño madura. Esta madurez es consecuencia
de la polarización lograda en el alineamiento de lo emocional y físico.
Este alineamiento se efectúa hoy fácilmente entre los cuerpos físico
y emocional. El problema consiste en alinear a ambos con el cuerpo
mental y después con el egoico.
Los Guías que observan a la raza, pueden
ver en el hombre la Llama o la Luz interna un poco más grande, pero
aún tan pequeña que es casi imperceptible. Pero si es posible poner
las cosas más claras, sin producir confusión por el empleo de las
palabras, diré que así como en el primer período el átomo físico podía
haberse iluminado, ahora en el segundo, el átomo emocional está similarmente
iluminado, lo cual constituye para los Instructores una señal de que
el trabajo progresa. Todo esto abarca un vasto período de tiempo,
porque el progreso en el presente período es extremadamente lento.
Mi alusión a las razas Lemuria y Atlante, no tiene más objeto que
trazar una analogía como ejemplo, pero no una analogía del tiempo.
Al entrar en la tercera etapa, llegamos
al momento más vital del [i26] desenvolvimiento
del hombre en el cual es desarrollada la mente, y la vida polarizada
se transfiere a la unidad mental. Hablando en términos del sistema
solar y considerando a la humanidad como una unidad, cuyos átomos
permanentes forman las moléculas del correspondiente átomo cósmico,
el trabajo ha progresado de la polarización física a la emocional
y ahí permanece. El átomo mental cósmico, en el cuerpo del Logos,
no alcanzará la polarización hasta el séptimo ciclo del ciclo mayor,
cuando el sistema sea llamado a la oscuración y fuera de la manifestación.
En todas partes los individuos, como unidades, realizan el trabajo
y constituyen, por lo tanto, una esperanza para todos.
Este tercer período corresponde, en
el ser humano, al que transcurre desde los catorce a los veintiocho
años, siendo dicho periodo muy extenso, porque es mucho lo que debe
hacerse. Dos átomos han experimentado la polarización, y otro es trasladado
al mental, constituyendo el punto medio. En esta época la Luz actúa
entre los [e33] tres átomos (delineando
el triángulo de la personalidad). Pero el punto focal se va trasladando
gradual y acrecentadamente a la unidad mental, mientras el cuerpo
egoico, gradualmente, se va integrando y asume sus debidas proporciones.
El hombre controla el cuerpo físico,
y en cada vida construye uno mejor; posee un cuerpo de deseos cuyas
exigencias son más refinadas (observen el significado oculto de esta
expresión); comprende los goces del intelecto y lucha por poseer un
cuerpo mental más apropiado; sus deseos tienden hacia arriba y no
hacia abajo, trasmutándolos en aspiración -primero aspiración por
las cosas de la mente, después por cosas más abstractas y sintéticas.
La Llama o Luz egoica interna irradia ahora desde un centro interno
hacia la periferia, iluminando al cuerpo causal y dando la impresión
de que arde. Para la Jerarquía observadora es evidente que el [i27]
fuego divino compenetra, calienta e irradia a través de
todo el cuerpo causal, y que el Ego es cada vez más consciente de
su propio plano y se interesa -vía los átomos permanentes- por la
vida de la Personalidad. El cerebro físico de la Personalidad, no
se da cuenta aún de la diferencia que existe entre la capacidad mental
inherente y la impresión dirigida por el Ego; pero se está acercando
el momento en que se producirá algún cambio y la evolución avanzará
con mayor rapidez. Se acerca la cuarta etapa. Aquí haré una advertencia.
Todo lo que antecede no se desarrolla en secciones ordenadas, si así
puedo expresarlo. Prosigue como lo hace el sistema mayor, en constantes
superposiciones y paralelamente, debido al inherente rayo del Espíritu
o Mónada, a los cambios cíclicos y a la diversidad de fuerzas que
actúan astrológicamente y con frecuencia de centros cósmicos desconocidos
en la vida que palpita dentro de los átomos...
En la cuarta etapa se completa la coordinación
de la Personalidad, donde el hombre despierta (como el hijo pródigo
en un país lejano), y dice: "Me levantaré e iré a mi Padre".
Éste es el resultado de la primera meditación. Los tres átomos permanentes
funcionan, y el hombre es una entidad activa, sensible y pensante.
Llega a la culminación de la vida de la personalidad y empieza a trasladar
conscientemente su polarización, de la vida de la personalidad a la
vida egoica; se encuentra en el sendero del discipulado o probación,
o muy cerca de ello. Comienza la tarea de transmutación del hombre;
laboriosa, penosa y cuidadosamente fuerza a su conciencia hacia arriba
y la expande a voluntad; determina, a toda costa, dominar y actuar
con plena libertad en los tres planos inferiores; se da cuenta de
que el Ego debe tener una perfecta expresión -física, emocional y
mental- y construye con infinito esfuerzo el canal [i28] necesario. Atrae
la atención de los Instructores. ¿Cómo logra esto? El cuerpo causal
empieza a irradiar la Luz interna. Este cuerpo ha [e34] sido
llevado a un punto de refinamiento en que se hace trasparente, y al
establecer contacto el Ego con la Triada, aparece una llamita... La
luz ya no está oculta, sino que surge repentinamente y atrae la anhelante
mirada del Maestro.
Esto corresponde en el individuo, al
periodo que va desde los veintiocho a los treinta y cinco años. Es
el período en que el hombre se encuentra a sí mismo, descubre cuál
debe ser su línea de actividad, qué puede realizar y, desde el punto
de vista mundano, adquiere lo que le corresponde.
Durante la quinta etapa, la Llama traspasa
gradualmente la periferia del cuerpo causal y "el sendero del
justo brilla cada vez más, hasta el día perfecto". En la cuarta
etapa comienza la meditación; es la meditación mística que conduce
a la meditación ocultista en la quinta etapa, en la cual se obtienen
resultados por estar ajustada a la ley, siguiendo así la línea de
su rayo. Por medio de la meditación el hombre -como Personalidad-
siente la vibración del Ego, y trata de llegar a éste y hacer descender
la conciencia egoica, hasta incluir conscientemente al plano físico.
Por la meditación o el recogimiento en sí mismo, el hombre aprende
el significado del Fuego, aplicándolo a todos los cuerpos, hasta que
sólo queda el fuego mismo. A través de la meditación, o pasando de
lo concreto a lo abstracto, se penetra en la conciencia causal, y
el hombre -durante esta última etapa- se convierte en el Yo superior,
no en la Personalidad.
Durante la quinta etapa (el periodo
del Sendero de Iniciación) la polarización cambia completamente de
la Personalidad al Ego, de manera que al término de dicho período
es total la liberación [i29] del
hombre, y hasta al cuerpo causal se lo considera una limitación, completándose
la emancipación. La polarización entonces es elevada a la Triada;
la trasferencia comenzó ya en la tercera Iniciación. El átomo físico
permanente desaparece y la polarización se convierte en mental superior;
el átomo emocional permanente desaparece y la polarización se hace
intuitiva; la unidad mental también desaparece y la polarización llega
a ser espiritual. El hombre se convierte en Maestro de Sabiduría,
teniendo la edad simbólica de los cuarenta y dos años, el punto de
perfecta madurez en el sistema solar.
Viene después un período posterior que
corresponde a la edad entre los cuarenta y dos y cuarenta y nueve
años, cuando se puede recibir la sexta y séptima iniciaciones; pero
este período no concierne a los lectores de estas cartas.
[e35] La
gravedad específica y el contenido del cuerpo causal.
Este tema, respecto al cuerpo causal,
ofrece al pensador mucho material para reflexionar. No se pueden dar
cifras literales ni líneas dimensionales, pues forman parte de los
secretos de la iniciación, pero sí sugerir ciertas ideas para someterlas
a la consideración de los interesados.
¿Qué se quiere dar a entender cuando
se habla del cuerpo causal? No digan superficialmente el cuerpo de
las causas, porque las palabras así expresadas son a menudo confusas
y ambiguas. Vamos a considerar al cuerpo causal y averiguar cuáles
son sus partes componentes.
En el sendero involutivo tenemos lo
que se denomina Alma Grupal, competentemente descrita (hasta donde
lo permiten las palabras) como un conjunto de triadas, encerradas
en una triple envoltura de esencia monádica. En el sendero evolutivo
tenemos análogos grupos de cuerpos causales compuestos similarmente,
que involucran tres factores.
[i30] El
cuerpo causal es una colección de átomos permanentes, tres en total,
encerrados en una envoltura de esencia mental... ¿Qué ocurre en el
momento en que el hombre-animal se convierte en una entidad pensante,
un ser humano? Se produce el acercamiento entre el Yo y el no yo por
medio de la mente, porque el hombre es "el ser en quien el espíritu
más elevado y la materia más inferior están unidos por la inteligencia".
¿Qué significa esta frase? Simplemente lo siguiente: que cuando el
hombre-animal llegó al punto adecuado, cuando su cuerpo físico estuvo
suficientemente coordinado y la naturaleza emocional o de deseos fue
bastante fuerte como para formar la base de la existencia, guiándola
por medio del instinto, y cuando el germen de la mente fue debidamente
implantado para otorgar la memoria instintiva y la correlación de
ideas, tal como se puede observar en el animal doméstico común, entonces
el Espíritu descendente (que había tomado para sí un átomo en el plano
mental) juzgó que el momento era oportuno para tomar posesión de los
vehículos inferiores. Fueron exhortados los Señores de la Llama, y
transfirieron la polarización desde el átomo inferior de la Tríada
al átomo inferior de la Personalidad. Pero la Llama interna no pudo
descender más abajo del tercer subplano del plano mental. Allí se
unieron ambos y se convirtieron en uno, formando el cuerpo causal.
En la naturaleza todo es interdependiente, y el Pensador interno no
puede regir los tres mundos inferiores sin la ayuda del yo inferior.
La vida del primer Logos debe estar fusionada con la del segundo Logos
y basada en la actividad del tercer Logos.
[e36] Por lo tanto, en el momento de la individualización
(término empleado para expresar este momento de contacto) tenemos,
en el tercer subplano del plano mental, un punto de luz que encierra
tres átomos y, a su vez, el mismo punto está contenido en una [i31] envoltura
de materia mental. Por consiguiente la tarea a realizar consiste en
procurar que:
1. El punto de luz se convierta en llama,
aventando constantemente la chispa y nutriendo el fuego.
2.
El cuerpo causal crezca y se expanda desde un ovoide incoloro (que
retiene al Ego como lo está la yema dentro de la cáscara del huevo),
en algo de rara belleza, conteniendo en sí todos los colores del arco
iris.
Ésta es una realidad ocultista. A su
debido tiempo, el cuerpo causal palpitará, irradiando internamente
una fulgurante llama interna, que gradualmente se abrirá camino del
centro a la periferia. Luego horadará esa periferia, utilizando el
cuerpo (el producto de millares de vidas de dolor y esfuerzo) como
combustible para sus llamas. Consumirá todo; ascenderá hasta la Tríada
y (convirtiéndose en uno con Ella) la llama será reabsorbida en la
conciencia espiritual -y llevará con ella- empleando el calor como
símbolo -una intensidad de calor, cualidad de color o vibración que
antes no poseía.
Por lo tanto, el trabajo de la Personalidad
-pues hemos de mirar todo desde este ángulo, hasta alcanzar la visión
egoica- consiste, primero, en construir, embellecer y expandir el
cuerpo causal; segundo, encerrar la vida de la Personalidad dentro
de éste, absorbiendo lo bueno de la vida personal y acumulándolo en
el cuerpo del Ego. Podemos denominarlo Vampirismo Divino, porque el
mal es siempre el reverso del bien. Después de realizar esto, la llama
se aplica al cuerpo causal, apartándonos gozosamente mientras prosigue
el trabajo de destrucción, y la llama -el hombre interno viviente
y el espíritu de vida divina- se libera y asciende hasta su fuente
de origen.
La gravedad específica del cuerpo causal
fija el instante de la emancipación y marca el momento en que se completa
el trabajo de [i32] construcción y de embellecimiento, cuando es
erigido el Templo de Salomón y el peso (ocultamente entendido) del
cuerpo causal está de acuerdo con la cualidad que desea la Jerarquía.
Entonces sobreviene el trabajo de destrucción y la liberación se acerca.
Ha experimentado el estado primaveral, seguido del pleno verdor del
estío; ahora se hará sentir la fuerza desintegradora del otoño -aunque
esta vez se sienta y aunque en el plano mental y no en el físico.
El hacha es aplicada a las raíces del árbol, pero la esencia de la
vida se recoge en el depósito divino.
[e37] El contenido del cuerpo causal es la acumulación
lenta y gradual de todo lo bueno en cada vida. La construcción avanza
despacio al principio; pero al acercarse el término de la encarnación
en el sendero de probación y en el de iniciación- el trabajo
avanza rápidamente. La estructura ha sido erigida y cada piedra fue
extraída de la cantera de la vida personal. En el Sendero, en cada
una de sus dos etapas, la tarea de completar y embellecer el Templo
prosigue con mayor rapidez...
La medida y la circunferencia del cuerpo causal.
En resumen y como conclusión diré que
la circunferencia del cuerpo causal varia de acuerda al tipo y al
rayo. Ciertos cuerpos egoicos son de forma más circular que otros,
algunos más ovoides y otro de forma más alargada. Lo que tiene importancia
es el contenido y la flexibilidad de esa materia, y sobre todo la
permeabilidad oculta del huevo áurico inferior, que le permite hacer
contacto con otros Egos y sin embargo retener la propia identidad;
fusionarse con sus similares, no obstante conservar su individualidad,
y, absorbiendo todo lo deseable, conservar su propia forma.
16 de junio de 1920
4. Condición del cuerpo causal.
El cuarto factor, que influye en la
selección del método de [i33] meditación, será
nuestro tema de hoy. Trata de la condición del cuerpo causal.
Hemos tratado el cuerpo causal en relación
con la Personalidad o yo inferior y demostrado la interacción e interdependencia
de ambos. Hemos visto que mediante la práctica constante de la meditación
ocultista y el aquietamiento gradual de la mente inferior, mediante
la concentración y la inteligente práctica de la meditación sobre
el rayo egoico, equilibrado con la meditación sobre el rayo de la
Personalidad, la relación del cuerpo causal con la Personalidad se
hace cada vez más íntima y el canal que los une más preciso y adecuado.
Vimos oportunamente que esto dio por resultado el traslado de la polarización
de lo inferior a lo superior y más tarde -emancipado totalmente de
ambos- se centralizó en la conciencia espiritual. El tema fue considerado
desde el punto de vista inferior, viéndolo desde el ángulo del hombre
en los tres mundos.
Hoy trataremos el tema desde el punto
de vista del Yo superior, el nivel egoico; consideraremos la relación
de ese Yo con la Jerarquía, con los Egos que lo circundan y con el
Espíritu. Será difícil dar algo más que algunas indicaciones, pues
gran parte de lo que podría decir sería poco comprendido, y muy esotérico
y peligroso para ser comunicado en forma general.
[e38] Tres
cosas pueden impartirse que, si se medita sobre ellas inteligentemente,
podrán conducir a la iluminación:
El Ego en su propio plano comprende
conscientemente su relación con el Maestro, y trata de trasmitir esa
conciencia a la Personalidad.
El Yo superior en su propio plano, no está entorpecido por el factor
tiempo y espacio, y (como conoce el futuro, lo mismo que el pasado)
trata de lograr el fin deseado y convertirlo rápidamente en una realidad.
[i34] El
Yo superior o Ego en su propio plano, está en relación directa con
Egos que se hallan en el mismo rayo, abstracto o concreto, y -comprendiendo
que el progreso se alcanza en forma grupal- actúa en ese plano ayudando
a los de su especie. Estos hechos son parcialmente comprendidos por
los estudiantes, pero voy a comentar algo más a fin de esclarecerlos.
La relación
del Ego con la Jerarquía.
La relación del Ego con algún Maestro,
en la actual etapa, es emprendida conscientemente, pero en sí misma
constituye un desenvolvimiento evolutivo. Según se ha dicho, existen
en la jerarquía humana en evolución sesenta mil millones de unidades
conscientes o espíritus. Éstos se encuentran en los niveles causales,
aunque el número se ha reducido algo hoy, porque algunos han recibido
la cuarta iniciación. Estos Egos, de diferentes grados de desenvolvimiento,
están vinculados con su Monada, Espíritu o Padre en el Cielo, como
análogamente (aunque en materia más sutil) el Ego lo está a la Personalidad.
Como bien saben, las Mónadas están controladas
o más bien forman parte de la conciencia de uno de los Espíritus planetarios.
En los niveles egoicos los Egos se encuentran en condición similar.
Un Adepto del mismo rayo supervisa su evolución general, ocupándose
de ellos en grupos, formados de acuerdo con:
a. el subrayo del Rayo egoico,
b. el período de individualización o
de entrada en el reino humano y
c. el grado de realización.
El Adepto del mismo rayo ejerce la supervisión
general, pero supeditado a Él trabajan los Maestros, cada uno en Su
propio rayo y con Sus respectivos grupos individuales, que están afiliados
a [i35] Ellos
según el período, el karma y el grado de vibración. Regidos por los
Maestros trabajan los discípulos que han alcanzado la conciencia del
Yo superior; por lo tanto, pueden actuar en los niveles causales y
ayudar al desenvolvimiento de esos Egos cuyos cuerpos causales están
menos desarrollados que el propio.
[e39] Todo está bellamente sujeto a la ley, y como
la tarea del desarrollo del cuerpo egoico depende del progreso alcanzado
en la triple personalidad, el Ego es ayudado en los niveles inferiores
por dos discípulos; uno actúa en los niveles emocionales, informando
a otro que actúa en el cuerpo mental. Éste a su vez informa al discípulo
que posee conciencia causal, el cual informa al Maestro. Todo esto,
como pueden ver, es realizado con la colaboración de la conciencia
interna que reside en el cuerpo causal, e implica cinco factores,
concernientes a la ayuda del Ego en su desenvolvimiento evolutivo:
1. El Adepto de su rayo.
2. El Maestro de su grupo.
3. Un discípulo con conciencia causal.
4. Un discípulo en el plano mental.
5. Un auxiliar en el plano emocional.
Durante el transcurso de un sinnúmero
de vidas, el Ego es prácticamente inconsciente de la Personalidad.
Existe el vínculo magnético y nada más, hasta que llega el momento
en que la vida de la personalidad alcanza un punto donde debe agregar
algo al contenido del cuerpo causal, que al principio es un cuerpo
pequeño, incoloro e insignificante. Pero llega el instante en que
las piedras son extraídas de la cantera de la vida personal, perfectamente
labradas, y el hombre, constructor y artista, les aplica los primeros
colores. Entonces el Ego empieza a prestar atención, rara vez al [i36] principio, pero
con creciente frecuencia después, hasta que en determinadas vidas
el Ego se dedica a subyugar al yo inferior, a ensanchar el canal de
comunicación, y a trasmitir a la conciencia del cerebro físico la
realidad de su existencia y la meta de su ser. Una vez que se ha alcanzado
esto y que el fuego interno circula más libremente, se dedican muchas
vidas a estabilizar esa impresión y a convertir esa conciencia interna
en parte de la vida consciente. La llama irradia cada vez más hacia
abajo, hasta que gradualmente los diferentes vehículos se van correlacionando
y el hombre entra en el sendero de probación. Ignora lo que le espera,
y sólo es consciente de una incontrolada y ansiosa aspiración Y de
innatos anhelos divinos. Ansía avanzar y saber, y sueña Siempre con
algo o alguien superior a él. Todo ello se apoya en la profunda convicción
de que la meta ansiada será alcanzada por el Servicio prestado a la
humanidad, la visión será una realidad y el anhelo se convertirá en
satisfacción y la aspiración en visión.
La Jerarquía empieza ya a actuar y la
instrucción del aspirante se lleva a cabo tal como lo he mencionado...
Hasta ahora los Instructores sólo han observado y guiado, sin ocuparse
definidamente del hombre; se ha dejado al Ego y a la vida divina desarrollar
el [e40] plan, y la atención
de los Maestros ha sido dirigida al Ego en su propio plano, el cual
hace todo el esfuerzo posible para acelerar la vibración y obligar
a los vehículos inferiores, a menudo rebeldes, a responder y adaptarse
a la fuerza que rápidamente se acrecienta. Es principalmente cuestión
de intensificar el fuego o calor y, en consecuencia, la capacidad
vibratoria. El fuego egoico aumenta cada vez más, hasta que el trabajo
está realizado y el fuego purificador se convierte en la Luz que ilumina.
Reflexionen sobre esta frase. Como arriba es abajo; el proceso se
repite en cada peldaño [i37]
de la escala. En la tercera iniciación la Mónada
es consciente del Ego. El trabajo se realiza con mayor rapidez, debido
al refinamiento de lo material y a que la resistencia es un factor
que existe únicamente en los tres mundos.
He aquí por qué un Maestro no sufre
dolor, mejor dicho, dolor como lo conocemos en la tierra, que es en
gran parte dolor en la materia. El dolor que se halla oculto en la
comprensión, no en la resistencia, se siente en los niveles más elevados
y llega hasta el Logos mismo. Pero esto está fuera del tema y es casi
incomprensible para ustedes, que todavía están trabados por la materia.
La relación del Ego con su propio desenvolvimiento.
El Ego trata de alcanzar el fin deseado
de tres maneras:
1. Por un trabajo
definido en niveles abstractos. Aspira a hacer contacto con el átomo
permanente y a encerrarlo; éste es su primer acercamiento directo
a la Tríada.
2. Por un trabajo
definido con el color y el sonido, con miras a la estimulación y vivificación,
actuando en grupos y bajo la guía de un Maestro.
3. Por frecuentes
intentos para controlar definitivamente al yo inferior, cosa que desagrada
al Ego, cuya tendencia consiste en contentarse con obtener conciencia
y aspiración en su propio plano.
Recuerden que el Ego también tiene algo
contra qué luchar. La negativa a encarnar no se manifiesta únicamente
en los niveles espirituales sino también en el Yo superior. El Ego
tiende a lograr además, ciertos desenvolvimientos incidentales a los
factores tiempo y espacio según se entiende en los tres mundos tal
como la dilatación del cuerpo causal, por el estudio de la telepatía
divina, la Psicología del sistema y el conocimiento de las leyes del
fuego.
[i38] Relación
del Ego con otros egos.
Referente a esta relación, debemos recordar
ciertas cosas:
El factor periodicidad. Los egos
encarnados y los no encarnados son diferentes, pudiendo realizar distinto
trabajo. Los egos [e41] cuyos reflejos están encarnados, tienen más limitaciones
que los que no lo están; es algo así como si el Yo superior estuviera
orientado hacia abajo o circunscribiéndose voluntariamente a una existencia
tridimensional, mientras que los egos no encarnados no están limitados
de esa manera y actúan en otra dirección o dimensión. La diferencia
estriba en el enfoque de la atención, durante la vida en el plano
físico. El tema es muy difícil de comprender ¿no es verdad? Casi no
sé cómo expresar esta diferencia con mayor claridad. Es como si los
egos encarnados fueran más positivos y los no encarnados más negativos.
El factor actividad. Esto en
gran parte es una cuestión de rayo y afecta íntimamente la relación
entre los egos. Los que se hallan en rayos similares se unen y vibran
con mayor facilidad que los que están en rayos distintos. Sólo es
posible la síntesis, una vez que se ha desarrollado el segundo aspecto
o sabiduría.
En el tercer subplano del plano mental,
los egos están separados en grupos -no existe separación individual;
sólo se siente la separación grupal incidental al rayo y grado de
evolución.
En el segundo subplano los grupos se
fusionan y mezclan, y de cuarenta y nueve grupos se convierten, mediante
la fusión, en cuarenta y dos. El proceso de síntesis se puede clasificar
como:
[i39]
Plano
mental
|
Tercer
subplano
|
49
grupos, 7 x 7
|
Segundo
subplano
|
42
grupos, 7 x 6
|
Primer
subplano
|
35
grupos, 7 x 5
|
|
|
|
Plano
budico
|
Tercer
subplano
|
28
grupos, 7 x 4
|
Primer
subplano
|
21
grupos, 7 x 3
|
|
|
|
Plano
átmico
|
Subplano
atómico
|
14
grupos, 7 x 2
|
|
|
|
Plano
monádico
|
-----------------
|
7
grandes grupos
|
e
dado aquí pocas indicaciones, pocas si las comparamos con lo que
sabrán más adelante, cuando aquellos que ahora estudian, expandan
aún más la conciencia; pero es todo lo que por ahora puedo impartir,
y esto ha sido hecho sólo con la intención de demostrar cuántas
cosas se han de considerar cuando las fórmulas de meditación son
debidamente establecidas por un Maestro, el cual tiene que tratar
sabiamente el rayo egoico y la condición del cuerpo causal en
su relación con el yo inferior y con la Jerarquía. Se ha de conocer
el estado del cuerpo y su contenido; su relación con otros egos
debe ser debidamente considerada, porque todo se halla en formación
grupal. Por lo tanto la meditación debe estar de acuerdo con el
grupo asignado al Ego, porque cuando el individuo medita, sólo
se pone en contacto con su propio Ego, sino también con su grupo
egoico, y por mediación de ese grupo, con el Maestro con quien
está vinculado, aunque la eficacia de la meditación depende [e42] de
que el trabajo se realice en forma ocultista y concorde a la ley.
El significado de la meditación grupal es poco comprendido todavía;
pero recomendamos que estudien inteligentemente las ideas que
anteceden.
17
de junio de 1920
5.
La necesidad inmediata de la época y la disponibilidad del individuo.
Vamos a considerar el quinto factor
que incide en la decisión de los métodos de meditación y a tratar
la necesidad de esta época particular y la adaptabilidad del individuo
para llenar esa necesidad.
Ante todo haremos una breve recapitulación,
pues el valor de la repetición es muy grande. Hemos tratado brevemente
el factor [i40] rayo egoico, según lo considera el instructor,
al asignar una meditación; hemos visto cómo cada rayo persigue
la misma meta, pero por distinto camino, y que cada rayo necesita
un tipo diferente de meditación; hemos tocado la cuestión de las
modificaciones que demanda la meditación, al tener en cuenta el
rayo de la personalidad. Después se trató el factor tiempo, tal
como se demuestra en el cuerpo causal, su punto de desarrollo
y la relación de ese cuerpo con sus tres expresiones inferiores,
terminando ayer con algunas breves indicaciones respecto al cuerpo
causal en su propio nivel y su amplitud de conciencia. Todo ello
los habrá hecho ver cuán sabio debe ser el instructor que intente
asignar una meditación. Debo intercalar aquí una observación:
El instructor que no haya hecho contacto ni obtenido conciencia
causal, no puede asignar adecuadamente una meditación verdaderamente
ocultista. Cuando el instructor conoce la nota, el grado de vibración
y el color, puede asignar inteligentemente la meditación, no antes.
Hasta entonces, sólo puede hacerlo en forma general y asignar
una meditación que pueda acercarse a la necesidad y, al mismo
tiempo, que no ofrezca peligro.
Ahora entra otro factor -factor
que varía de acuerdo a la necesidad de la época. No todos los
ciclos tienen la misma importancia fundamental. Los períodos de
verdadera importancia en un ciclo son los terminales y aquellos
en que ocurre la superposición y la fusión. Éstos se manifiestan
en el plano físico en grandes revoluciones, gigantescos cataclismos
y trastornos fundamentales en los tres sectores de la Jerarquía
-el del Instructor del Mundo, del guía de la raza raíz y del Regente
de la civilización o de la fuerza. En los puntos de fusión de
un ciclo se producen corrientes encontradas y todo el sistema
parece estar en condición caótica. En la mitad de un ciclo, donde
la vibración entrante se halla [e43] [i41] estabilizada
y la anterior ha desaparecido, llega un período de calma y aparente
equilibrio.
En ningún otro período de la historia
de la raza lo antedicho ha sido tan evidente como en la mitad
del siglo actual. El sexto Rayo de Devoción va desapareciendo,
y está entrando el Rayo de Ley Ceremonial, destacándose con ello
preeminentemente las características y facultades del sector fuerza
y actividad; recuerden que es la síntesis de los cuatro rayos
menores. Por lo tanto, tenemos la lucha por ideales, y la devota
adhesión a una causa, como lo manifiesta el rayo del Maestro Jesús;
de allí que se produzcan choques en todos los campos de esfuerzo
de los idealistas (correctos o equivocados) y la violenta lucha
entre ellos. La guerra mundial ¿no fue acaso la culminación de
la lucha en el plano físico, entre dos ideales opuestos? Constituyó
un ejemplo de la fuerza de sexto rayo. A medida que este rayo
vaya desapareciendo cesarán gradualmente los choques y predominará
la organización, la reglamentación y el orden, debido al empuje
de la fuerza entrante, la del rayo del Maestro R. De la presente
turbulencia surgirá la forma ordenada y organizada del nuevo mundo.
El nuevo ritmo se impondrá gradualmente sobre las comunidades
desorganizadas de los hombres, y en vez del caos social actual
se tendrán orden social y regla social; en vez de las diferencias
religiosas y de las innumerables sectas de las llamadas religiones,
se dará forma a la expresión religiosa, y todo estará regido por
la ley; en vez de tensión y tirantez económica y política, habrá
una actuación armónica del sistema de acuerdo a ciertas fórmulas
fundamentales; en todo predominará el ceremonial y los resultados
internos que persigue la Jerarquía irán tomando forma gradualmente.
Recuerden que en la apoteosis de la ley y el orden y sus resultantes
formas y limitaciones, se producirá cerca del fin (elijo las palabras
[i42] deliberadamente),
un nuevo período de caos y la liberación de la vida aprisionada
aún por tales limitaciones, llevando consigo los dones impartidos
y la esencia del desenvolvimiento perseguido por el Logos del
séptimo rayo.
Ésta es la situación que se presenta
esporádicamente en el transcurso de las épocas- Cada rayo asume
el poder trayendo consigo sus propios espíritus encarnantes, para
quienes el período constituye comparativamente un punto de mínima
resistencia; ellos hacen contacto en los mundos con otros seis
tipos de fuerza y seis grupos de seres, que deben ser impresionados
por esa fuerza y llevados adelante en su carrera hacia la meta
universal. Tal es la situación especial de la época en que viven
ustedes; un período donde el séptimo Logos de La Ley y Orden Ceremonial
trata de Ordenar el caos momentáneo y aspira a evitar, hasta cierto
punto, la vida se evada de las antiguas y caducas formas. Ahora
[e44] se
necesitan otras nuevas y adecuadas. Sólo después del periodo intermedio
de un nuevo ciclo, se hará sentir nuevamente la limitación y se
iniciará un nuevo intento de evasión.
Por lo tanto, el instructor inteligente
debe tener en cuenta, en esta época, la situación y valorar el
efecto que produce el rayo entrante sobre los espíritus en encarnación.
En consecuencia, tenemos el tercer rayo, cuya influencia se ha
de considerar al asignar la meditación. ¿Consideran la tarea compleja
y difícil? Afortunadamente el Aula de la Sabiduría equipa a sus
egresados para desempeñar la tarea.
En este período particular se desarrollará
mucho el aspecto forma en la meditación (ya sea que la meditación
esté basada principalmente en el rayo del Ego o en el de la Personalidad).
Es de esperar que la construcción de formas bien definidas y asignadas
tanto a los individuos como a los grupos, dará por resultado el
incremento de la magia blanca, y la consiguiente ley y orden en
el plano físico. El futuro período de reconstrucción avanza de
acuerdo al rayo, y su éxito y realización finales es más factible
[i43] de
lo que se cree. El Supremo Señor se acerca en concordancia con
la ley y nada puede detener Su acercamiento.
En estos momentos es de gran necesidad
hallar a quienes comprenden la ley y son capaces de actuar con
ella. También es el momento oportuno para desarrollar este principio
y entrenar a la gente para ayudar al mundo.
Los Rayos menores de Armonía y de
Ciencia responden rápidamente a esta séptima influencia, lo cual
significa que las mónadas que pertenecen a dichos rayos son fácilmente
orientadas en tal sentido. A las mónadas que pertenecen al sexto
Rayo de Devoción les es más difícil adaptarse, hasta acercarse
al punto de síntesis. Las mónadas de primero y segundo rayos,
hallan en aquel rayo un campo de expresión. Las mónadas de primer
rayo tienen un vinculo directo con este rayo y tratan de aplicar
la ley mediante el poder; mientras que las de segundo rayo, siendo
de tipo sintético, guían y rigen por medio del amor.
Creo que les he dado hoy bastante
tema para reflexionar sobre el quinto factor Es todo lo que trato
de hacer. La luz guiadora de la intuición esclarecerá lo demás,
y lo que esta guía interna revele, tendrá más valor para el individuo
que todo lo impartido exotéricamente. En consecuencia, cavilen
y reflexionen.
18 de junio de 1920.
Algunas
palabras de aliento.
Sólo a medida que el discípulo esté
dispuesto a abandonarlo todo para servir a los grandes Seres,
sin reserva alguna, alcanza [e45] la liberación, y el cuerpo de deseos se trasmuta
en el de la intuición superior. Servir perfectamente cada día,
sin pensar ni calcular para el futuro, lleva al hombre al estado
del perfecto Servidor. ¿Puedo sugerir una cosa? Toda preocupación
y ansiedad tiene por base principal un móvil egoísta. Temen sufrir
más, [i44] se acobardan al
pensar que tendrán otras experiencias penosas. La meta no se alcanza
de esta manera, sino que se llega por el sendero de la renunciación.
Quizás signifique renunciar a los placeres, a la buena reputación,
a los amigos, o a todo a lo que el corazón se aferra. Digo quizás,
no que sea así. Sólo trato de indicarles que si ese es el camino,
por el cual tienen que llegar a la meta, entonces es el camino
perfecto para ustedes. Todo lo que lleve rápidamente a Su Presencia,
a Sus Pies de Loto, debe ser deseado por ustedes y ansiosamente
bienvenido.
Por lo tanto, cultiven diariamente
el supremo deseo de buscar sólo la aprobación de su Guía e Instructor
interno y la respuesta del alma a la buena acción, desapasionadamente
ejecutada.
Si la aflicción los abruma, sonrían
ante ella; terminará en una fecunda recompensa y recuperarán todo
lo perdido. Si son objeto de burla y desprecio sonrían también,
sólo deben esperar la aprobación del Maestro. Si las lenguas embusteras
se desatan, no teman, sigan adelante. La mentira es una cosa de
la tierra y puede ser trascendida como algo demasiado vil para
ocuparse de ella. La meta del discípulo es alcanzar visión, deseo
puro, propósito consagrado y oídos sordos a todos los ruidos de
la tierra. Nada más diré; sólo quisiera que no disiparan inútilmente
la fuerza en infructuosas imaginaciones, en febriles especulaciones
y en ansiosas expectativas.
6.
Los grupos internos y externos, a los cuales el discípulo esta
afiliado.
El punto que vamos a ver hoy es
de interés práctico. Trata del grupo a que pertenece el hombre.
Ya consideramos, en cierta [i45] medida, la relación con el Maestro, y ahora continuaré
la instrucción respecto a la conexión con los grupos.
Ayer vimos la importancia que tiene
la meditación, en conexión con el grupo al cual el hombre está
vinculado en los niveles egoicos. Hoy nos ocuparemos del grupo
con el cuál está vinculado en la tierra. Dicho grupo no será exactamente
un reflejo del que se halla en niveles egoicos, como podrían suponer,
porque sólo algunas unidades de un grupo egoico, estarán encarnadas
en un momento determinado. Consideraremos la Ley de Causa y Efecto,
según se manifiesta en los grupos, nacional, religioso y familiar.
[e46] Cuatro
grupos relacionados con el discípulo.
El
hombre encarnado debe considerar que su grupo está compuesto por
cuatro tipos de personas:
1. El gran grupo nacional
al que pertenece, cuyo karma (debido al gran número de personas
que lo forma) es tan fuerte, que no puede evadirse de él aunque
quiera. Posee ciertas características raciales y tendencias temperamentales,
porque están ocultas en el cuerpo físico racial, y, durante su
vida en la tierra, tal será su constitución y las tendencias inherentes
a ese particular tipo de cuerpo. El cuerpo proporciona las experiencias
necesarias o (a medida que prosigue la evolución) provee el mejor
tipo de cuerpo para llevar a cabo el trabajo que ha de realizar.
Un cuerpo de tipo oriental posee una serie de cualidades buenas,
y un cuerpo occidental otras también buenas, si así puedo expresarlo.
Trato de aclarar este punto, porque el occidental tiende a imitar
al oriental y a forzar sus vibraciones al mismo ritmo de éste.
A veces esto preocupa a los Instructores internos y, ocasionalmente,
produce trastornos en los vehículos.
[i46] Se
ha generalizado mucho la creencia de que la meta de todos es llegar
a ser oriental. Recuerden que no todos los Grandes Seres son orientales
y los Maestros que poseen cuerpos europeos han hecho las mismas
cosas que los adeptos orientales más conocidos. Reflexionen sobre
esto. Debe ser analizado inteligentemente, de allí mi insistencia
al respecto. Cuando se tenga más conocimiento sobre estas cosas
y se hayan establecido escuelas de meditación, dirigidas sobre
líneas verdaderamente ocultistas, con Instructores idóneos, se
planearán fórmulas de meditación adaptadas a las distintas nacionalidades
y a los diferentes temperamentos nacionales. Cada nación posee
sus virtudes y defectos propios; por lo tanto, la función del
Instructor que los dirija será asignar meditaciones que intensifiquen
las virtudes y remedien los defectos. El campo que abren estas
ideas es tan vasto que no puedo ocuparme de él. Más adelante personas
especializadas se ocuparán del problema, y llegará el momento
en que Oriente y Occidente tendrán sus respectivas escuelas, sujetas
a las mismas reglas básicas y bajo la supervisión de los mismos
Instructores internos, pero difiriendo sabiamente sobre ciertos
puntos y aunque persiguiendo el mismo objetivo, seguirán diferentes
rutas. Estas escuelas se establecerán después en todas las naciones.
No será fácil ingresar a ellas, porque cada solicitante tendrá
que someterse a un rígido examen. Cada escuela diferirá en ciertas
cosas, no en los fundamentos sino en los métodos de aplicación,
debido a la inteligente discriminación del Rector de la Escuela,
el cual siendo de la misma nacionalidad de los estudiantes y teniendo
las [e47] facultades del cuerpo causal plenamente desarrolladas,
aplicará el método a la necesidad inmediata.
Más adelante quizás me extienda
sobre el porvenir de las escuelas de meditación, a fin de instruirlos,
pero por ahora trato únicamente de generalizar.
[i47] 2.
El segundo grupo importante en la vida del discípulo es el grupo
familiar, que comprende la herencia y las características
especiales de la familia. Todo individuo que ha alcanzado cierta
etapa en su evolución, donde es deseable y posible practicar la
meditación ocultista, ha entrado en determinada familia por elección
propia a fin, de
a.
agotar karma, lo más rápidamente posible mediante el vehículo
físico que le proporciona.
Por lo tanto, fácilmente observarán
que al asignar la meditación ocultista que se debe practicar en
el plano y vehículo físicos, es necesario que el Instructor conozca
algo de la genealogía y de las características innatas del discípulo,
para hallar la línea de menor resistencia y saber qué debe ser
superado. (Algunos de los que meditan, tienden a alcanzar la conciencia
intuitiva o se preocupan tanto por ello, que olvidan el tan necesario
vehículo físico). El cerebro físico y la conformación de la cabeza
juegan una parte importante en el proceso y, en el futuro, no
deberán ser pasados por alto como sucede actualmente. Esto ocurre
por la escasez de instructores especializados en cuerpos físicos,
insuperable hoy.
Por consiguiente, el grupo familiar
constituye el segundo que se ha de considerar en orden de importancia,
y la cuestión es más trascendental de lo que creen.
En las futuras escuelas de meditación
se llevarán registros de los antepasados del discípulo, la historia
de la familia, lo realizado en su juventud y en la vida y su historial
médico. Este registro deberá ser exacto en sus menores detalles,
y por ello mucho se aprenderá. La vida será controlada y la purificación
científica [i48] del cuerpo físico
será una de las primeras cosas que se intentará. Incidentalmente
(al hablar de dichas escuelas) no vayan a imaginar que estarán
situadas en algún lugar aislado. Lo ideal sería que estuvieran
en el mundo, sin pertenecer al mundo, y sólo en las etapas avanzadas
e inmediatamente antes de recibir la iniciación, se permitiría
al discípulo tener períodos de retiro. Lo que tiene valor es el
despego interno y la habilidad de disociar al yo del medio ambiente,
y no el aislamiento en el plano físico.
3. El tercer grupo que el hombre
debe tener en cuenta es el particular grupo de servidores,
al cual pueda estar afiliado. Todo individuo que esté preparado
para practicar la meditación [e48] ocultista
debe haber demostrado, primeramente, durante muchas vidas su inteligente
disposición a servir y trabajar entre los hijos de los hombres.
El servicio altruista constituye la roca fundamental de la vida
del ocultista; cuando ello no existe, acecha el peligro, y la
meditación ocultista constituye una amenaza. De allí que el individuo
debe ser un trabajador activo, en algún sector del campo mundial,
y, análogamente, desempeñar su parte en los planos internos. En
tales condiciones el Instructor deberá tener en cuenta varias
cosas:
a.
El trabajo grupal que está realizando y su preparación para servir
mejor en ese grupo.
b.
El tipo de trabajo que realiza, y la relación en este trabajo
con sus asociados -factor oculto muy importante- serán cuidadosamente
valorados antes de asignar una meditación, y ciertas fórmulas
de meditación (quizás preferidas por él) no serán dadas pues no
son apropiadas al trabajo que realiza, porque tienden a desarrollar
ciertas cualidades que pueden entorpecer al servidor en su trabajo.
Se darán [i49] meditaciones que
aumenten la capacidad para servir. Después de todo, el propósito
mayor siempre incluye al menor.
4. El cuarto grupo que entra en
los cálculos del Instructor, es eso al cual pertenece el hombre
en el plano interno, el grupo de auxiliares al que ha sido
designado o, si es un discípulo, el grupo de estudiantes del que
forma parte. Se tendrá en cuenta su tipo particular de trabajo
grupal; se fomentará la capacidad del estudiante para progresar
a la par de sus condiscípulos y acrecentará su capacidad para
ocupar el puesto designado.
En estas ultimas instrucciones sólo
he insinuado muchas cosas que han de considerarse al asignar una
meditación. Se han de tener en cuenta tres rayos, el grado de
evolución del cuerpo causal y su interrelación en su propio plano,
con su grupo, con la Jerarquía y con su reflejo, la Personalidad.
Además está el factor karma, la necesidad de la época y del hombre
y la relación de éste con cuatro grupos diferentes.
Todo esto puede realizarse y algún
día será reconocido, pero no ha terminado aún el período de establecer
las bases y se prolongará durante mucho tiempo. En la actualidad
el objetivo de la meditación es dominar la mente, y éste debe
ser siempre el paso preliminar.
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