1. Postulados fundamentales.
2. Efecto creador de la Palabra Sagrada.
3. Efecto destructor de la Palabra Sagrada.
4. Pronunciación y empleo de la Palabra Sagrada.
5. Efecto de la Palabra Sagrada sobre los centros y cada uno de los
cuerpos.
9
de junio de 1920.
[e49][i51] El tema que vamos a tratar hoy es tan profundo y de importancia
tan vital, que lógicamente puede desalentar su consideración. No importa
lo que podamos decir respecto al tema, sólo lo tocaremos superficialmente
y lo que quede sin decir será tanto que los datos impartidos constituirán
una pequeña proporción.
Postulados fundamentales.
Primeramente, deseo sentar ciertos postulados
básicos, que aunque admitidos como conceptos mentales, quizás sean
todavía demasiados profundos para ser fácilmente comprendidos.
Estos postulados son cinco -los cuales
han sido extraídos de una cantidad increíblemente vasta, que les será
imposible concebir. Están basados sobre ciertos hechos fundamentales
(siete en total), que tampoco han podido ser totalmente comprendidos.
H.P.B. trató tres de ellos al exponer los fundamentos de La Doctrina
Secreta. Otros cuatro permanecen todavía ocultos, aunque el cuarto
va surgiendo del estudio de la Psicología y de la ciencia mental. Los
otros tres fundamentos emergerán durante las tres próximas rondas.
Durante la ronda actual se comprenderá el cuarto fundamento.
Los referidos postulados son los siguientes:
1. Todo cuanto existe está basado en
el sonido o en la Palabra.
2. Diferenciación es el resultado del
sonido.
3. la Palabra tiene un efecto diferente
en cada plano.
[i52]
4. De acuerdo a la nota de la Palabra o a la vibración del sonido,
así será el trabajo de construcción o moldeamiento.
[e50]
5. La triple Palabra tiene siete claves, y éstas tienen sus
propios subtonos.
En la captación de estos hechos básicos se halla oculta mucha luz
sobre el empleo de la Palabra en la Meditación.
En la gran enunciación original de la Palabra Sagrada (los tres Alientos
originales, con sus siete sonidos -un aliento para cada uno de los
tres sistemas solares) la nota fue diferente y los sonidos se entonaron
en diferentes claves.
En el primer sistema, se completó
el Primer Aliento, la culminación fue la emisión en una nota majestuosa,
la nota FA -nota básica del actual sistema y de la naturaleza manifestada.
Esta nota es, y a ella se le debe agregar la segunda nota para este
segundo sistema, la cual no ha sido plenamente enunciada ni completada,
y solo lo estará al terminar el ciclo mayor. El Logos la está emitiendo
ahora y si dejara de exhalaría, todo el sistema desaparecería en la
oscuración, marcando el fin de la manifestación.
En el segundo sistema, el actual,
no puede ser revelada la nota clave. Es uno de los secretos de la
sexta iniciación y no debe ser divulgado.
En el tercer sistema, la tercera
y final nota se agregará a las notas básicas del primero y segundo
sistemas, y luego ¿qué tendremos? Tendremos la tercera mayor de la
Personalidad logoica, en toda su plenitud, una analogía de la tercera
mayor del microcosmos -una nota por cada plano. Se dice que el Logos
solar trabaja en los planos cósmicos para solucionar el problema de
la mente cósmica, que actúa en Su sistema solar físico, y se halla
polarizado en Su cuerpo astral, o emocional cósmico, y que está [i53]
desarrollando la mente cósmica. Como sucede en los planos del sistema
solar lo mismo ocurre en el microcosmos. En la comprensión de esta
analogía y su inteligente aplicación se halla la iluminación respecto
al empleo de la Palabra Sagrada en la meditación.
El primer sistema.......corresponde al cuerpo físico.
El segundo sistema......corresponde al cuerpo emocional.
El tercer sistema.......corresponde al cuerpo mental.
El estudio de la Palabra o Sonido, en
la formación de los tres sistemas, ayudará a comprender su empleo
en la construcción del vehículo intuitivo y en la purificación de
la personalidad.
Ahora dividiremos en cuatro partes lo
que tengo que decir, y trataré cada una por separado:
1. El efecto creador de la Palabra Sagrada.
2. El efecto destructor de la Palabra
Sagrada.
[e51]
3. Su pronunciación y empleo
a. en la meditación
individual,
b. en el trabajo
grupal y de conjunto,
c. para ciertos
fines específicos.
4. Su efecto en los cuerpos y centros
y su eficacia para alcanzar el alineamiento egoico.
20 de junio de 1920.
El
doble efecto de la Palabra Sagrada, constructivo y destructivo.
Vamos a continuar con el tema que consideramos
ayer. Hemos dividido el tópico en cuatro partes y nos ocuparemos de
las dos primeras, el efecto creador y destructivo de la Palabra. Sólo
será posible dar pocas indicaciones generales, que permitan establecer
una base para la aplicación inteligente de la ley.
Ante todo repetiré la conocida verdad
de que los mundos son el efecto del sonido. Primero la vida, después
la materia; luego [i54] la materia es atraída a la vida para su manifestación y expresión
y la ordenada configuración de esa materia en las formas necesarias.
El sonido constituye el factor cohesivo, el impulso propulsor y el
medio atrayente. El sonido, en sentido oculto y profundamente metafísico,
significa lo que llamamos "la relación entre", siendo el
intermediario creador, el tercer factor vinculador en el proceso de
la manifestación, el akasha. En los planos más elevados es el agente
de esa Gran Entidad que esgrime la ley cósmica de gravedad, en su
relación con nuestro sistema solar mientras que en los planos inferiores
se manifiesta como luz astral, siendo el gran agente reflector que
fija y perpetúa, en su vibrante seno, el pasado, el presente y el
futuro, o lo que denominamos Tiempo. En relación directa con el vehículo
inferior se manifiesta como electricidad, prana y fluido magnético.
Quizás obtengan una idea más clara y sencilla, si consideran al sonido
como agente de la ley de atracción y repulsión.
Los siete grandes Alientos.
El Logos, en su séptuple plenitud, al
enunciar la Palabra Sagrada para crear el actual sistema solar, reunió,
al inspirar, la materia necesaria para la manifestación, iniciando
con el primer gran Aliento la evolución de esa materia,
Con el segundo gran Aliento se estableció
la diferenciación y se implantó el segundo aspecto logoico.
Con el tercer gran Aliento se
manifestó el aspecto actividad; [e52] la materia se impregnó de esta facultad y la quíntupla evolución
llegó a ser una posibilidad.
Con el cuarto gran Aliento algunas de
las Jerarquías respondieron, y los grandes Constructores vieron el
plan con mayor [i55] claridad. Existe una relación definida entre el cuarto gran
Aliento y la Cuarta Jerarquía creadora, o sea la Jerarquía de los
Espíritus humanos. Esta cuarta nota del Logos tiene una significación
especial para el Espíritu humano y produce un efecto singular en esta
tierra y en este cuarto ciclo. La relatividad del mismo es tal, que
resultaría difícil que pudieran comprender su efecto. Se manifiesta,
hasta donde puedan captarlo, en la nota armónica del cuarto plano
y rayo. Esta nota compenetra actualmente a los pueblos del mundo y
lo ha hecho desde la cuarta raza raíz. Se demuestra en el esfuerzo
que realiza la humanidad para comprender el ideal de armonía y de
paz y en la aspiración mundial para lograrlo.
Este cuarto aliento es aplicable especialmente
a la evolución humana. Por lo tanto tenemos que:
El primer subtono de la triple Palabra
dio la primera nota vibratoria e inició el movimiento de las esferas,
solares o atómicas. Personifica la Voluntad.
El segundo subtono de la triple
Palabra implantó el segundo aspecto, y trajo al regente cósmico del
rayo sintético a la manifestación. Señaló la dualidad o el amor reflejo.
El tercer subtono de la triple Palabra
hizo posible nuestra quíntuple evolución. Es la nota básica de los
cinco planos inferiores. Marcó la actividad o adaptabilidad.
El cuarto subtono de la triple Palabra
es el sonido de la Jerarquía humana y podría denominarse el "grito
del hombre".
Cada uno de los sonidos trajo
directamente un rayo a la manifestación, con todo lo que éste contiene.
Cada sonido se manifiesta particularmente en un plano, siendo la nota
dominante de ese plano.
El quinto gran Aliento tiene su propio
efecto peculiar, pues en su reverberación contiene la clave de todo
-es el Aliento de Fuego. Creó una vibración similar a la del plano
mental cósmico y [i56] está íntimamente relacionado con el primer Aliento. Es la
nota dominante (en términos técnicos musicales) del sistema solar,
lo mismo que el tercer Aliento corresponde a la tercera mayor. Ésta
es la nota del Logos. Cada aliento atrae hacia el Logos a alguna entidad
que se halla en los niveles cósmicos para que se manifieste. La analogía
del método puede verse en el microcosmos, cuando el Ego enuncia la
nota egoica en los tres mundos y se prepara para manifestarse o venir
a la encarnación. La nota atrae [e53] alrededor de los átomos
permanentes o núcleos, la materia adecuada para el propósito de su
manifestación, estando a su vez animada por alguna entidad vital.
Similarmente, los Señores cósmicos del Fuego, las grandes Entidades
que dan forma a nuestro sistema solar, responden cuando se emite este
quinto subtono. También los Señores de la Llama, dentro del sistema
solar, respondieron cuando el microcosmos enunció el quinto subtono
de la nota monádica y se involucraron en la evolución humana.
El sexto gran Aliento atrajo hacia sí
a los Señores del misterioso Pentaclo, las esencias volátiles del
plano emocional, la facultad del deseo revestida de materia, el aspecto
acuoso de la vida logoica.
Al
emitirse el séptimo subtono tuvo lugar la cristalización y la absoluta
conformidad con la ley de acercamiento, dando por resultado el aspecto
denso de la manifestación, el punto más profundo de la experiencia.
En consecuencia, observarán a este respecto su relación con el Rayo
de la Ley Ceremonial, uno de los grandes rayos constructores -rayo
que amolda la materia, de acuerdo a fórmulas establecidas, para que
adopten las formas deseadas.
Quizás se pregunten: ¿Por qué me he
apartado aparentemente del tema? ¿Les parece que me he apodado y que
estoy fuera del tema? Aclararé. El microcosmos solo tiene que repetir
el trabajo del macrocosmos. El Espíritu o Mónada, en su propio plano,
emite la nota (la nota jerárquica) y desciende a la encarnación. Dicha
[i57] nota es a la vez de atracción
y de exhalación. La personalidad -reflejo de la mónada en el punto
más denso de la evolución- está vinculada a la mónada por la fuerza
atractiva de la Palabra Sagrada, emitida por su mónada, su nota y
su subtono.
Pero la tarea de exhalación ya ha sido
realizada. Es la involución. Prosigue la tarea progresiva de inhalarían
o reabsorción en la fuente. Cuándo la Personalidad encuentra por si
misma (después de muchas vidas de esfuerzo y de búsqueda) su nota
espiritual, con la clave y subtono correctos, ¿cuál es el resultado?
Concuerda con la nota monádica, vibra al mismo compás y también con
el mismo color, encontrando finalmente la línea de menor resistencia,
y la vida que la anima se libera y retorna a su propio plano. Pero
este descubrimiento es muy lente, y el hombre ha de buscar el acorde
con paciencia y cuidado infinitos. Primero, descubre cuál es la tercera
nota de la personalidad y la emite; el resultado es una vida armónica
en los tres mundos. Luego encuentra la quinta dominante del Ego, la
nota clave del acorde, y la emite al unísono con la nota de la Personalidad.
El resultado es que se forma un vacío si puedo expresarlo así- y el
hombre [e54] liberado y el alma que lo anima (el triple espíritu más la
mente y la experiencia), el Tres, completado con el Cuaternario y
el Quinto, asciende hasta la Mónada. Es la ley de atracción demostrándose
por el sonido. La unidad de sonido, color y ritmo atrae lo similar
y análogo.
Esto conduce al segundo de los factores
que estamos considerando, el destructivo. Con la emancipación viene
la ruptura de las cadenas, y con la liberación la abolición de las
viejas formas; cuando se llega a dominar la materia se produce la
liberación del espíritu. Por tanto, al emitir la Palabra Sagrada en
su séptuple [i58]
sentido, el espíritu escapa de las formas desintegradas; primeramente
en la exhalación se produce la atracción de la materia, luego, en
la inhalación, se produce la gradual destrucción de las formas materiales,
las cuales son abandonadas.
La
Meditación y la Palabra.
Hasta aquí he presentado el tema desde
el punto de vista del sistema. Ahora lo aplicaré a la meditación y
veremos su resultado. Cuando el hombre medita trata de realizar dos
cosas:
a. La construcción de ideas, al hacer
descender a los niveles concretos del plano mental las ideas abstractas
y las intuiciones. Esto es lo que se puede llamar meditación con simiente.
b. El alineamiento del ego y la creación
de un vacío entre el cerebro físico y el ego, que da por resultado
la afluencia divina, la consiguiente destrucción de las formas y la
subsiguiente liberación. Esto se puede llamar: meditación sin simiente.
En determinado periodo de la evolución
ambas se fusionan en una, se prescinde de la simiente, entonces se
crea el vacío, no tanto entre los vehículos superior e inferior, sino
entre ellos y el plano intuitivo o de armonía.
Por consiguiente, al emitir la Palabra
Sagrada en la meditación, el hombre debe ser capaz (si se la emite
correctamente) de realizar el trabajo creador y el trabajo destructor,
como lo hace el Logos. Esto será un reflejo del proceso cósmico en
el microcosmos. Atraerá a su cuerpo materia más refinada y expulsara
la mas burda. Creará formas mentales que atraerán hacia si materia
más refinada y rechazarán las de vibración inferior. Deberá emitir
la [i59] Palabra de manera que el alineamiento se produzca automáticamente,
y el necesario vacío creado dará por resultado una afluencia desde
arriba. Todos estos efectos pueden producirse cuando la Palabra es
entonada correctamente, de modo que en cada meditación el [e55] hombre debe estar más alineado,
dispersar alguna materia de baja vibración de uno u otro de sus cuerpos,
ensanchar el canal y así proporcionar un vehículo más adecuado para
recibir la iluminación desde niveles superiores.
Pero, hasta que no pueda hacerlo correctamente,
el efecto producido por la emisión de la Palabra es muy insignificante,
afortunadamente para aquel que la emplea. Al estudiar los siete grandes
Alientos y el efecto de los mismos en cada plano, el estudiante descubrirá
mucho de lo que puede ocurrir en los distintos subplanos de cada plano,
especialmente en relación con su propio desarrollo. Al estudiar la
nota básica del sistema solar (que se estabilizó en el primer sistema)
se descubrirá mucho sobre el empleo de la Palabra en el plano físico.
Esta indicación es digna de consideración. En el esfuerzo por hallar
la nota de este sistema solar, la de amor y sabiduría, el estudiante
establecerá la comunicación necesaria entre el plano emocional o de
deseos, y el intuitivo, y descubrirá el secreto del plano emocional.
Cuando se estudie la Palabra en los planos mentales y el efecto que
produce al construir formas, se descubrirá la clave para erigir el
Templo de Salomón y el estudiante desarrollará las facultades del
cuerpo causal y conseguirá, finalmente, liberarse de los tres mundos.
No obstante, debe recordar que primeramente ha de encontrar la nota
de su personalidad y luego la egoica, antes de que pueda entonar el
acorde monádico. Una vez que haya hecho esto, habrá pronunciado su
propia triple Palabra, y será un creador inteligente animado por el
amor. Entonces habrá alcanzado la meta.
21 de junio de 1920.
[i60]
Algunas indicaciones prácticas.
Esta
tarde quisiera aclarar que no es posible, prudente ni adecuado, darles
las diferentes claves en que se puede entonar la Palabra Sagrada;
sólo puedo indicarles los principios generales. Cada ser humano y
cada unidad de conciencia, es tan diferente de las demás, que la necesidad
individual sólo puede ser satisfecha cuando el instructor ha desarrollado
plenamente la conciencia causal, y el estudiante ha alcanzado un punto
en que está dispuesto a "saber, osar y callar". Los peligros
del mal empleo de la Palabra son tan grandes, que sólo nos atrevemos
a dar ideas básicas y principios fundamentales, dejando que el aspirante
desarrolle por si solo los puntos indispensables a su propio desenvolvimiento,
practique los experimentos necesarios y descubra, por sí mismo, lo
que le hace falta. Únicamente le que se obtiene por el propio esfuerzo,
en dura lucha y amarga experiencia, es de valor permanente y duradero.
Sólo cuando el discípulo -en virtud [e56] de sus fracasos, sus éxitos,
sus victorias, dificultosamente obtenidas, y las amargas horas que
siguen a la derrota-, se ajuste a las condiciones internas, el empleo
de la Palabra será de valor científico y experimental. Su falta de
voluntad lo defiende, en gran parte, del mal uso de la Palabra, mientras
que sus esfuerzos para amar, lo llevan, con el tiempo, a entonarla
correctamente. Sólo lo que conocernos por nosotros mismos, se convierte
en facultad inherente. Las afirmaciones de un instructor, por muy
sabio que sea, no son más que conceptos mentales, hasta que forman
parte experimentalmente de la vida del hombre. Por eso sólo puedo
señalar el camino y dar indicaciones generales, lo demás debe descubrirlo
el que estudia la meditación.
[i61]
Pronunciación y empleo de La Palabra en La meditación individual.
Ahora seré más práctico. Hablaré para
el hombre que se halla en el sendero de probación, que puede por lo
tanto captar intelectualmente lo que debe ser realizado y comprende
aproximadamente el lugar que ocupa en la evolución y el trabajo a
efectuar, si aspira a atravesar algún día el portal de la Iniciación.
En consecuencia, lo que diré servirá de enseñanza a la mayoría de
quienes estudian estas cartas... El estudiante que emprende la meditación
procurará ajustarse a las reglas establecidas. Daré algunas indicaciones
preliminares:
El aspirante ha de retirarse diariamente
a un lugar tranquilo, donde esté a cubierto de interferencias e interrupciones.
Si es posible, lo hará todos los días en el mismo sitio, porque así
construirá una especie de cascarón a su alrededor que le servirá de
protección, estableciéndose más fácilmente contactos elevados. La
materia de ese lugar, es decir, la materia del espacio que lo rodea,
se sintonizará con determinada vibración (la propia vibración del
hombre, alcanzada en consecutivas meditaciones), lo cual le facilitará
el comenzar con una vibración más elevada, eliminando así el largo
proceso preliminar de sintonización.
El aspirante adoptará una postura en
que pueda llegar a ser inconsciente de su cuerpo físico. No existe
una regla fija para ello, porque hay que tener en cuenta que el cuerpo
físico puede estar impedido y endurecido o lisiado. Se ha de buscar
una postura cómoda, más una actitud alerta y atenta. La pereza y laxitud
no conducen a nada. La postura más adecuada para la mayoría es sentarse
en el suelo con las piernas cruzadas, apoyándose sobre algo que sostenga
la columna vertebral. En los momentos de meditación más intensa y
cuando el aspirante es muy práctico y sus centros se están despertando
rápidamente (quizás ya con el [i62] fuego interno palpitando en la base de la columna vertebral),
la espalda debe mantenerse erguida, sin apoyo. La cabeza no debe echarse
[e57] hacia atrás, a fin de evitar tensión, sino estar derecha o
con la barbilla ligeramente caída. Si se procede así desaparecerá
la rigidez, característica de muchos, y el vehículo inferior quedará
relajado. Los ojos deben estar cerrados y las manos cruzadas sobre
las piernas. Luego, el aspirante observará si su respiración es regular,
constante y uniforme. Después relajará todo el cuerpo, manteniendo
la mente positiva y el vehículo físico dócil y obediente.
Luego procurará visualizar los tres
cuerpos y después de haber decidido si la meditación se hará en la
cabeza o en el corazón (más adelante trataré este punto), entonces
retraerá su conciencia allí y se enfocará en cualquiera de los centros.
Al hacerlo debe considerar deliberadamente que él es un Hijo de Dios
que retorna al Padre; que es Dios mismo que busca Su conciencia; un
creador que trata de crear; el aspecto inferior de la Deidad, que
trata de alinearse con lo superior. Después entonará tres veces la
Palabra Sagrada, emitiéndola suavemente la primera vez, afectando
así al vehículo mental; más fuerte la segunda vez, estabilizando el
vehículo emocional, y aún más fuerte la tercera y última vez, actuando
sobre el vehículo físico. El efecto sobre los tres cuerpos será triple.
Si es entonada correctamente, manteniendo firme el centro de la conciencia
en cualquiera de los centros elegidos, los efectos serán los siguientes:
En los niveles mentales:
a. Establecer contacto con el centro
coronario, haciéndolo vibrar. Aquietar así la mente inferior.
[i63]
b. Vincularse con el Ego en mayor o menor grado, pero siempre, hasta
cierto punto, por medio del átomo permanente.
c. Expulsar partículas de materia tosca
y construir otras más refinadas.
En los niveles emocionales:
a. Estabilizar definitivamente el cuerpo
emocional por medio del átomo permanente, estableciendo contacto con
el centro cardiaco y activándolo.
b. Expulsar materia burda, haciendo
más incoloro el cuerpo emocional o de deseos, a fin de que refleje
con más exactitud lo superior.
c. Originar urna repentina afluencia
de sentimientos, desde los niveles atómicos del plano emocional al
intuitivo, por conducto del canal atmico que existe entre ambos. Dicha
afluencia se precipitará hacia arriba y despejará el canal.
En los planos físicos:
a. El efecto será muy similar, pero
se sentirá principalmente en el cuerpo etérico, estimulando la afluencia
divina.
[e58]
b. Irá más allá de la periferia del cuerpo y creará un cascarón
que servirá de protección. Rechazará los factores discordantes que
puedan existir en el medio ambiente inmediato.
22 de junio de 1920.
El acorde logoico y la analogía.
Proseguiremos ahora estudiando
el empleo de la Palabra Sagrada en su aplicación grupal y para ciertos
fines determinados. Hemos estudiado brevemente como emplea la Palabra
[i64]
el individuo que empieza a meditar, cuyo efecto consiste principalmente
en la purificación, estabilización y centralización. Esto es todo
lo que se puede lograr hasta que el estudiante llegue a la etapa donde
se le permite emitir la nota en uno de los subtonos egoicos. En la
nota egoica tenemos la misma secuencia que en la nota logoica. ¿Cuál
era ésta? Un acorde séptuple cuyos puntos importantes, en nuestra
etapa actual de desenvolvimiento, son:
1. La nota básica.
2. La tercera mayor.
3. La dominante o quinta.
4. La séptima final.
Aquí puedo dar un indicio de acuerdo
con la analogía. Existe una íntima relación entre la nota quinta o
dominante, y el quinto principio, Manas o Mente, y para este sistema
solar (aunque no para el primero o tercero) existe una interesante
respuesta entre el quinto plano de la mente y la dominante, y entre
el sexto plano de las emociones y la tercera mayor. A este respecto,
desde algunos puntos de vista, el vehículo emocional constituye un
tercer vehículo para la conciencia, contando el físico denso y el
vehículo de prana o vitalidad eléctrica, como dos unidades. Nada más
puedo decir, porque todo cambia y se interpenetra; pero aquí he dado
mucho tema para reflexionar.
En la nota egoica, como dije anteriormente,
tenemos una secuencia similar, pues es en su propio plano un reflejo
del Logos. Por lo tanto tenemos la nota básica del físico, la tercera
del emocional, la quinta de los niveles causales. Una vez que el hombre
domina Ja clave y ha encontrado el propio subtono, entonces entona
la Palabra Sagrada con exactitud y alcanza el fin deseado. Su alineamiento
será perfecto, sus cuerpos serán puros, el canal [i65] estará libre de obstrucciones y será posible alcanzar la
inspiración superior. Ésta es la finalidad de la verdadera meditación,
la cual puede alcanzarse mediante el correcto empleo de la Palabra
Sagrada. Mientras tanto, debido a que no se tiene un Instructor y
a los defectos del estudiante, lo único posible es entonar la Palabra
como mejor se pueda sabiendo que no se corre ningún [e59] peligro cuando hay sinceridad de propósito, pudiéndose obtener
ciertos resultados, tales como protección, aquietamiento y corrección.
Empleo grupal de la Palabra.
El efecto de la Palabra empleada en
forma grupal se intensifica, siempre que los grupos estén constituidos
correctamente; pero se anula y neutraliza si el grupo contiene elementos
indeseables. En consecuencia, es necesario comprobar ciertas cosas
antes de que un grupo pueda emplear la Palabra adecuadamente:
a. Es conveniente que el grupo esté
formado por individuos del mismo rayo o de un rayo complementario.
b. Es deseable que la Palabra
sea entonada en el mismo tono o por lo menos armónicamente. Si así
se hace, el efecto vibratorio es de gran alcance y ocurrirán ciertas
reacciones.
¿Cuáles son, por consiguiente, los resultados,
cuando la Palabra en entonada en forma correcta por un grupo de individuos
debidamente fusionados?
a. Se establece una fuerte corriente
que llega al discípulo, o al Maestro responsable del grupo, permitiendo
armonizar al grupo con la Hermandad y despejar el canal para trasmitir
la enseñanza.
b. Se crea un vacío, algo similar al
que debe existir entre el Ego y la Personalidad, pero en este caso
entre el grupo y Quienes actúan desde el aspecto interno,
[i66]
c. Da por resultado también, si las condiciones son correctas, la
vinculación con los grupos egoicos de las personalidades implicadas,
una estimulación de los cuerpos causales y la conexión entre los tres
grupos -el inferior, el superior y la Hermandad- para formar un triángulo
destinado a la transmisión de fuerza.
d. Tiene un efecto definido sobre los
vehículos físicos del grupo inferior, e intensifica la vibración de
los cuerpos emocionales, expulsando las vibraciones opuestas y armonizándolas
con el ritmo superior. Esto trae como resultado el equilibrio, estimula
la mente inferior, no obstante crea al mismo tiempo un vinculo con
la mente superior que, al penetrar, estabiliza a la mente concreta
inferior.
e. Atrae la atención de ciertos devas
o ángeles, que trabajan con los cuerpos de los hombres, permitiéndoles
efectuar ese trabajo con mayor exactitud y establecer contactos que
más tarde serán útiles.
f. Crea una envoltura protectora alrededor
del grupo, que (en forma transitoria) lo protege de toda perturbación,
[e60] permitiendo a los componentes
del grupo trabajar con mayor facilidad de acuerdo con la Ley, y ayuda
a los Instructores internos a hallar la línea de menor resistencia
entre Ellos mismos y quienes buscan Su instrucción.
g. Ayuda en el trabajo de la evolución.
Por ínfima que sea esta ayuda, todo esfuerzo que contribuye a la libre
actuación de la ley, que actúa en cualquier forma sobre la materia
para un mayor refinamiento, que estimula la vibración y facilita el
contacto entre lo superior y lo inferior, es un instrumento en manos
del Logos para la aceleración de Su plan.
[i67]
He descrito aquí brevemente algunos de los efectos incidentales al
entonar al unísono la Palabra. Más adelante, a medida que se comprendan
las reglas de la meditación ocultista y se apliquen experimentalmente,
se estudiarán tales efectos. A medida que la raza desarrolle la clarividencia,
esos efectos podrán ser clasificados y comprobados. Las formas geométricas
creadas por el individuo y por el grupo, al entonar la Palabra, podrán
ser entonces registradas y observadas. La eliminación de individuos
en algunos grupos y su asignación a otros más adecuados será efectuada
mediante la juiciosa consideración del trabajo que han realizado.
Más adelante, a medida que los individuos desarrollen la conciencia
superior, deberá elegirse a los custodios de los grupos -no sólo por
su realización espiritual y su capacidad intelectual, sino por su
habilidad de ver internamente- y así ayudar a los miembros y al grupo
a formar y desarrollar los planes correctos.
Grupos
para fines específicos.
Más adelante se formarán grupos para
fines específicos, lo cuales me lleva al tercer punto, el empleo de
la Palabra para alcanzar ciertos objetivos.
Enumeraré algunos de los fines que los
grupos deberán perseguir al formarse, y mediante el empleo de la Palabra
Sagrada, conjuntamente con la verdadera meditación ocultista, lograr
ciertos resultados. No ha llegado el momento aún para ello; por lo
tanto es innecesario describirlos detalladamente; no obstante, sí
las cosas progresan como es de desear, ustedes mismos lo verán desarrollarse
en sus vidas. Así se formarán grupos:
1. Destinados a trabajar sobre el cuerpo
emocional, a fin de desarrollarlo, subyugarlo y purificarlo.
2. Con el objetivo de desarrollar la
mente, fortalecer el equilibrio y establecer contacto con la mente
superior.
[i68]
3. Dedicados a la curación del cuerpo físico.
[e61]
4. Con el propósito de efectuar el alineamiento y despejar
el canal entre lo superior y lo inferior.
5. Para el tratamiento de la obsesión
y las enfermedades mentales.
6. Cuya tarea consistirá en estudiar
las reacciones que se producen al pronunciar la Palabra, registrar
y clasificar las consiguientes formas geométricas, observar sus efectos
en los miembros de los grupos y en las entidades foráneas que atrae
en virtud de su fuerza atractiva. Tales grupos deberán ser algo avanzados,
capaces de hacer investigaciones clarividentes.
7. Cuyo trabajo específico será establecer
contacto con los devas y colaborar con ellos de acuerdo con la ley.
Esto se facilitará mucha cuando el séptimo rayo entre en actividad.
8. Dedicados a trabajar definida y científicamente
sobre las leyes de los rayos, a estudiar el color y el sonido y sus
efectos grupal e individual y su interrelación. Éste debe ser necesariamente
en grupo selecto, en el cual sólo se permitirá tomar parte a aquellos
espiritualmente avanzados y a los que estén próximos a recibir la
iniciación. Recuerden que tales grupos, en el piano físico, son la
manifestación inevitable de los grupos internos de aspirantes, estudiantes,
discípulos e iniciados.
9. Que trabajan definídamente bajo algún
Maestro y de acuerdo con cierto procedimiento establecido por Él.
Los miembros de estos grupos serán, por lo tanto, elegidos por el
Maestro.
10. Que trabajan específicamente en
uno de los tres grandes sectores, que procurarán, bajo un experta
guía, influir [i69]
política y religiosamente en el mundo
de los hombres y acelerar el proceso de la evolución de acuerdo con
las directivas del sector del Señor de la Civilización. Algunos de
estos grupos actuarán en las Iglesias, otros en la Masonería y aun
otros estarán vinculados con dirigentes iniciados de las grandes organizaciones.
Al considerar esto recuerden que, a medida que el tiempo avanza, el
mundo es más mental, de ahí la acrecentada expansión de este trabajo.
11. Algunos trabajarán totalmente en
lo que podemos denominar el trabajo preparatorio para los futuros
habitantes.
12. Dedicados a solucionar problemas,
y serán formados para resolver los problemas sociales, económicos,
políticos y religiosos y estudiar los efectos de la meditación, del
color y del sonido.
13. Otros se ocuparán de la educación
infantil, del entrenamiento individual de la gente, de guiar a las
personas en [e62] el sendero de probación
y del desenvolvimiento de las facultades superiores.
14. Más adelante, cuando el Gran Señor,
Cristo, reaparezca con Sus Maestros, se establecerán unos pocos grupos
esotéricos, formados por miembros entrenados de otros grupos que (por
graduación y derecho kármico) serán entrenados para el discipulado
y la primera iniciación. Habrá siete de estos grupos o centros, formados
para dar entrenamiento definidamente ocultista... Sólo ingresarán
aquellos cuya capacidad vibratoria sea adecuada.
He dado bastante material para considerar
hoy y dejaremos para mañana el estudio del cuarto punto.
23 de junio de 1920.
[i70]
Están en lo cierto al considerar que las condiciones actuales no son
deseables. El mundo entero avanza rápidamente hacia una crisis reconstructiva,
aunque al observador le parezca destructiva. En todas partes se están
destruyendo las antiguas formas, aunque no se haya realizado el trabajo
totalmente. Sin embargo, se ha efectuado bastante como para poder
erigir la estructura del nuevo edificio. Mediante la serenidad y la
firme adhesión al deber inmediato se simplificará el trabajo a realizar.
Hoy vamos a tratar los efectos de la
Palabra sobre los diversos centros en cada cuerpo, y su utilidad en
el alineamiento de los cuerpos con el vehículo causal. Éste fue nuestro
cuarto punto. Los dos primeros están íntimamente relacionados, porque
la Palabra Sagrada, enunciada adecuadamente, actúa sobre los diversos
cuerpos, por mediación de los centros y sus contrapartes astral y
mental. Algunos de los efectos como, por ejemplo, la eliminación de
la materia indeseable y la construcción de la nueva, así como el efecto
protector de la Palabra y su acto de estabilización y purificación,
ya los hemos tratado. Ahora concentraremos mayormente la atención
en los centros y en el resultado obtenido sobre los mismos, al entonar
la Palabra.
Los
siete centros y la Palabra Sagrada.
Como de costumbre dividiremos nuestras
ideas en varios subtítulos. Las clasificaciones tienen sus ventajas,
sistematizan el conocimiento, contribuyendo a la ordenada disposición
del cuerpo mental, y facilitan la memoria por medio de la visual.
1. Enumeración de los centros y comentarios
sobre los mismos.
2. Crecimiento y desenvolvimiento de
los centros.
3. Efecto de la meditación sobre los
centros.
4. Interrelación de los centros en el
trabajo de alineamiento.
[e63]
[i71] Ante todo diré que debo
abstenerme de dar cierta información que parece ser la natural consecuencia
y el corolario de lo que voy a impartir. Los peligros que encierra
el desarrollo irreflexivo de los centros es demasiado grande para
aventurarnos a dar instrucciones plenas y detalladas. Tratamos de
desarrollar Maestros de Compasión, dispensadores del amor en el Universo.
No tratamos de desarrollar Maestros en las Artes Negras ni especialistas
en la autoexpresión despiadada, a expensas de los no iniciados. Ciertos
hechos ya han sido dados y pueden ser impartidos. Este conocimiento
conducirá al desarrollo de la intuición e inspirará, a quienes buscan
la luz, a realizar un mayor esfuerzo. Otros deberán ser reservados,
porque serian armas muy peligrosas en manos de los inescrupulosos.
Por lo tanto, si les parece que lo impartido sólo es suficiente para
despertar interés, sepan que ésa, precisamente, es mi intención. Cuando
se haya desarrollado suficientemente el interés de ustedes y el de
todos los aspirantes, nada les será vedado.
1.
Enumeración de los centros.
Los centros físicos, como bien saben,
son:
1.
La base de la columna vertebral.
2.
El plexo solar.
3. El bazo.
4. El corazón.
5. La garganta.
6. La glándula pineal.
7. El cuerpo pituitario.
Esta enumeración es correcta, pero,
basado en hechos que impartí anteriormente, daré otra clasificación
relacionada con el sistema solar. Estos siete centros pueden reducirse
a cinco si eliminamos el bazo y contamos como uno los dos de la cabeza.
Los cinco [i72]
centros así especificados son aplicables a nuestra quíntuple evolución,
en este segundo sistema solar.
En el anterior sistema solar se desarrollaron
los tres centros inferiores, con los cuales nada tiene que hacer el
ocultista; constituyen la base del desenvolvimiento del cuaternario
inferior antes de la individualización, pero ya han sido trascendidas,
y el fuego divino debe enfocarse en otros centros más elevados.
El
bazo.
El bazo, el tercer centro, tiene una
finalidad específica y su analogía en el tercer aspecto o actividad,
y en el tercer rayo o Rayo de Actividad (adaptabilidad), siendo la
base de todas las [e64] actividades fundamentales
del microcosmos y las consecuentes adaptaciones de éste al medio ambiente,
a sus necesidades y al macrocosmos. Controla los procesos selectivos
del microcosmos; toma la tuerza vibratoria y la energía del macrocosmos
y la trasmuta para uso del microcosmos. Podemos denominarlo el órgano
de transmutación, y cuando sus funciones sean mejor comprendidas se
verá que proporciona el eslabón magnético entre el consciente y reflexivo
triple hombre y sus vehículos inferiores, considerando a éstos como
el no-yo, animados por entidades que los conforman. Su propósito consiste
en que la fuerza de la vida establezca contacto con estas entidades.
En su contraparte emocional, el bazo
es el órgano de la vitalidad emocional, con la misma finalidad de
proporcionar un vínculo. En el plano mental llena en cierta manera
idéntico objetivo, sólo que en este caso, por mediación del mismo,
las formas mentales son vitalizadas mediante la voluntad energetizadora.
Por consiguiente, fuera de estas indicaciones generales, no trataré
con mayor amplitud dicho centro. Pocos poseen la facultad de [i73] estimularlo por medio de la Palabra, y tampoco es deseable
hacerlo. Se desarrolla normalmente si el aspirante progresa como una
totalidad: si su cuerpo físico recibe una dosis adecuada de fuerza
vital del sol, si su cuerpo emocional es impulsado por elevados deseos
y se abre a la influencia de fuerza que desciende de los niveles causal
e intuitivo, y si su vida mental es intensa, vibrante y está animada
por una fuerte voluntad. Entonces el bazo, con sus contrapartes internas,
progresará y estará en condiciones saludables.
Por lo tanto, no trataremos dicho centro
en estas cartas.
Los centros fundamentales.
Los tres centros fundamentales
y de vital importancia desde el punto de vista del hombre medio, polarizado
en su cuerpo emocional y que vive la vida normal del hombre mundano,
son:
1. La base de la columna vertebral.
2. El plexo solar.
3. El centro cardiaco.
[i74]
Los tres centros principales para el individuo que se acerca al Sendero
de Probación y para quien aspira a una vida altruista, después de
haber experimentado las atracciones de los tres mundos, son:
1. La base de la columna vertebral.
2. El centro cardíaco.
3. El centro laríngeo.
[e65]
Se ha de dejar que el plexo solar funcione normalmente, pues
ha servido su propósito como centro para el enfoque emocional. Así,
la actividad del fuego se centraliza más en el laríngeo.
Los tres centros principales para el
hombre que se halla en el sendero, en su doble división, son:
1. El cardíaco.
2. El laríngeo.
3. El coronario.
La actividad divina ha desarrollado
el centro plexo solar, está controlando todos los centros debajo de
éste y ascendiendo en ordenada progresión hasta enfocarse en los centros
de la cabeza, a los cuales vivifica.
Anteriormente dividimos la vida del
hombre en cinco períodos principales, siguiendo el desenvolvimiento
de cada uno. Si generalizamos detalladamente podemos aplicar lo mismo
a los cinco centros.
Primer periodo - donde el centro
de la base de la columna vertebral está más activo, en sentido estrictamente
rotativo y no cuatridimensional. El luego interno está enfocado en
la vivificación de los órganos genitales y en la vida funcional física
de la personalidad.
Segundo periodo - donde el plexo
solar es el foco de atención del fuego y la contraparte emocional
vibra en forma sincronizada. Dos centros vibran así aunque el ritmo
es lento; los otros están activos, y se los puede ver palpitar, pero
aún no hay movimiento circular.
Tercer período - donde el fuego
divino asciende al centro cardíaco y los tres giran al unísono en
forma ordenada y medida. Diré que la vibración de cualquier centro
causa la intensificación de la fuerza de todos, y que también en la
cabeza hay siete centros (tres mayores y cuatro menores) que corresponden
directamente a uno de los centros del cuerpo. Constituyen su síntesis,
y cuando son estimulados los centros correspondientes, se produce
en ellos un análogo poder rotativo.
[i75]
Cuarto periodo - señala la definida estimulación del centro
laríngeo. La actividad creadora del triple hombre físico, emocional
y mental, asciende para prestar servicio, su vida empieza a emitir
ocultamente un sonido. El hombre es ocultamente productivo. Se manifiesta
y su sonido va adelante de él. Ésta es la afirmación de un hecho oculto
perfectamente evidente para quienes poseen visión interna. Se evidencia
la coordinación de los centres; se intensifíca la rotación, cambiando
ellos de apariencia; se despliegan y el movimiento giratorio se hace
[e66] cuatridimensional, girando
internamente sobre sí mismo. Los centros son entonces núcleos radiantes
de luz y los correspondientes cuatro centros inferiores de la cabeza,
se hallan análogamente activos.
Quinto periodo - señala la aplicación
del fuego a los centros de la cabeza, y su total despertamiento.
Antes de la iniciación, todos los centros
girarán en orden cuatridimensional, pero después de la iniciación
aparecen como ruedas llameantes y, vistas clarividentemente, son de
belleza extraordinaria. Entonces es despertado el fuego kundalínico,
ascendiendo en espirales adecuadas. En la segunda iniciación se despiertan
similarmente los centros emocionales. En la tercera iniciación llega
a los centros del plano mental. El iniciado puede hallarse entonces
ante la Presencia del Gran Rey, el Iniciador Uno.
Quiero puntualizar que el estudiante
debe recordar que aquí solo hay generalizaciones. La complejidad del
desarrollo del microcosmos es tan grande como la del macrocosmos.
El despertar de los centros y su orden particular dependen de varios
factores:
a. El rayo del Espíritu o Mónada.
b. El rayo del Ego, Yo superior o Hijo,
o el subrayo.
[i76]
c. La raza y la nacionalidad.
d. El especial tipo de trabajo a realizar.
e. La dedicación del estudiante.
IMAGEN
[e67]
Por lo dicho se darán cuenta que, para el desarrollo de los
centros, no tiene objeto dar reglas ni formular métodos con el fin
de hacer circular el fuego, hasta que el trabajo en el plano físico
esté a cargo de instructores entrenados, dotados de gran conocimiento
y de facultades clarividentes. No es deseable que los aspirantes se
concentren en alguno de los centros, porque corren el riesgo de [i77]
sobreestimularlos. Tampoco que se esfuercen en dirigir el fuego a
un punto determinado; el manejo ignorante produce demencia y enfermedades
mentales. Si el aspirante sólo desea lograr el desarrollo espiritual,
sinceridad de propósito y compasivo altruismo, y si con serena dedicación
se aboca a subyugar el cuerpo emocional y a ampliar el mental, y cultiva
el hábito de pensar en forma abstracta, por lógica, se producirá el
desarrollo deseado de los centros, evitándose todo peligro. Cuando
estos triángulos constituyen los senderos del triple fuego, emanando
de la base de la columna vertebral, cuando se logra el entrelazamiento
y el fuego circula en el sendero, de un centro a otro, en forma correcta,
y cuando esto lo efectúa el rayo primario del hombre en el orden debido,
entonces el trabajo ha terminado. El quíntuple hombre ha logrado la
perfección para el actual ciclo mayor y ha alcanzado la meta.
(Obsérvese que este orden se ha de mantener
también en los centros de la cabeza).
Mañana encararemos un estudio más especifico
de los centros y los describiré parcialmente, indicando el efecto
que produce en la vida el despertar de estas ruedas.
25
de junio de 1920.
2.
Crecimiento y desarrollo de los centros.
Nuevamente enumeraré los centros, considerando
esta vez sus correspondencias psíquicas, e indicaré los colores
y la cantidad de pétalos.
1. Centro en la base de la columna vertebral.
Cuatro pétalos. Están dispuestos en forma de cruz, irradiando fuego
de color anaranjado. [i78]
2.
Centro plexo solar. Diez pétalos. Color rosado con mezcla de verde.
3. Centro cardíaco. Doce pétalos. Color
oro resplandeciente.
4. Centro laríngeo. Dieciséis pétalos.
Color azul plateado, predominando el azul.
5. Los centros de la cabeza son dos:
[e68]
a. Entre las cejas. Noventa y seis pétalos. La mitad del loto
de color rosa y amarillo; la otra mitad, azul y púrpura.
b. En
la cima de la cabeza. Doce pétalos principales, de color blanco y
oro, y 960 pétalos secundarios, dispuestos alrededor de los doce pétalos
centrales. Esto hace un total de 1068 pétalos, en los dos centros
de la cabeza, o sea 356 triplicidades. Estas cifras tienen un significado
oculto.
Esta descripción se ha tomado del libro
"La Vida Interna". Se refiere a los centros etéricos, los
cuales son la manifestación, en el plano físico, de los correspondientes
vórtices en el plano emocional, a través de los cuales actúa la vitalidad
emocional. Tienen su contraparte mental, y al despertarlos, como ya
mencioné, mediante el crecimiento y desarrollo de los mismos, viene
la final vivificación y la resultante liberación.
La conexión entre los centros, el cuerpo
causal y la meditación, está oculta en la siguiente indicación: la
desintegración del cuerpo causal se efectúa mediante la rápida rotación
e interacción de estos centros y la intensificación de su fuerza por
medio de la meditación -la meditación ocultista ordenada. Cuando el
fuego interno circula por cada centro y el kundalini asciende en espiral,
[i79] exacta y geométricamente,
de un vórtice a otro, la intensificación interactúa en tres direcciones:
a. Enfoca la luz o conciencia del Yo
superior en los tres vehículos inferiores, haciéndola descender para
expresarse plenamente y ampliar su contacto en los tres planos de
los tres mundos.
b. Hace descender, del triple espíritu,
cada vez más fuego, realizando para el cuerpo causal lo que el Ego
hace para los tres vehículos inferiores.
c. Obliga a la unificación de lo superior
con lo inferior, y atrae la vida espiritual. Cuando se ha realizado
esto, cuando cada vida consecutiva percibe una acrecentada vitalización
de los centros y cuando el kundalini, en su séptuple capacidad, hace
contacto con cada centro, entonces, hasta el cuerpo causal resulta
inadecuado para la afluencia de vida que desciende de lo alto. Los
dos fuegos se unen, si puedo expresarme así, y con el tiempo el cuerpo
egoico desaparece; el fuego consume el Templo de Salomón, se destruyen
los átomos permanentes y todo queda reabsorbido en la Tríada. La esencia
de la personalidad, las facultades desarrolladas, el conocimiento
adquirido y el recuerdo de lo que ha [e69] ocurrido, forman parte del
bagaje del Espíritu y, con el tiempo, llega al Espíritu o Mónada en
su propio plano.
Ahora permítanme enumerar aquello sobre
lo cual no es posible dar mayor información, porque implica demasiado
peligro:
1. El método para despertar el Fuego
Sagrado.
2. El orden de su progresión.
3. Las formas geométricas que adquiere
al elevarse.
4. El orden en que se desenvuelven los
centros, de acuerdo al rayo del Espíritu. La complejidad es excesiva.
[i80]
Se habrán dado cuenta que cuanto más se estudia el tema, más abstruso
se hace. Se complica por la actuación de los rayos, por el lugar que
el individuo ocupa en la escala de evolución, por el despertar desigual
de los diferentes centros, en relación al tipo de vida que lleva el
hombre; su complejidad aumenta por la triple naturaleza de los mismos
(etérica, emocional y mental), por el hecho de que algunas personas
tienen un centro emocional completamente despierto, el cual se manifiesta
etéricamente, aunque la contraparte mental esté aún pasiva; otros
tienen sus centros mentales despiertos, no el emocional, que etéricamente
se halla pasivo. Esto pone de manifiesto, en consecuencia, cuán grande
es la necesidad de instructores conscientes y clarividentes, capaces
de trabajar inteligentemente con los estudiantes, estimulando los
centros dormidos o perezosos, por medio del conocimiento y los métodos
científicos, alineándolos de manera que la corriente afluya alternativamente
entre los vórtices externos y el centro interno. Más adelante el instructor
podrá entrenar al estudiante para que despierte sin peligro el fuego
interno, lo cultive y trasmita científicamente, instruyéndolo sobre
el orden requerido para su circulación por el sendero de triángulos,
hasta llegar a los centros de la cabeza. Una vez que el kundalini
haya recorrido esas líneas geométricas, el hombre es perfecto, la
personalidad ha servido su objetivo y se ha alcanzado la meta. Por
eso todos los centros tienen un número de pétalos múltiplo de cuatro,
porque el cuatro es el número del yo inferior, el cuaternario. La
cantidad total de pétalos en los centros (si eliminamos el bazo, que
tiene un fin determinado, y los tres órganos inferiores de la procreación)
es de mil ciento diez, número total que representa la perfección del
microcosmos -diez el número de la personalidad perfecta, cien el número
de la perfección causal y mil el número de la realización [i81] espiritual. Cuando cada
pétalo vibra en todas las dimensiones, se alcanza la meta para este
manvantara. Entonces el loto inferior e halla en todo su esplendor
y refleja al superior con precisión.
[e70]
26 de junio de 1920.
Efectos de la meditación ocultista sobre los centros.
Estudiaremos hoy los efectos de la meditación
ocultista sobre los centros y su consiguiente vivificación, presentando
una meditación iniciada siempre con el empleo de la Palabra Sagrada,
pronunciada de acuerdo con la regla.
Nos referiremos también a la meditación practicada bajo la dirección
de un Instructor. Por lo tanto, el individuo meditará en forma correcta
o lo más correcto que pueda; por eso hoy consideraremos el factor
tiempo en relación con los centros, porque la tarea es lenta y necesariamente
gradual. Haré aquí una pausa, para insistir que es necesario recordar
que en todo trabajo realmente ocultista, los efectos esperados llegan
siempre muy lentamente. En el caso de que un individuo, en una encarnación
dada, progrese en forma espectacular, se debe a que está poniendo
de manifiesto algo adquirido anteriormente (la manifestación de las
facultades innatas, adquiridas en pasadas encarnaciones) y se está
preparando para un nuevo periodo de esfuerzo lento, cuidadoso y minucioso.
En la vida presente recapitula los procesos superados en el pasado
y pone los cimientos para un esfuerzo renovado. Este esfuerzo lento
y laborioso, método general para todo cuanto evoluciona, no es al
fin y al cabo más que una ilusión de tiempo, debido a que actualmente
la conciencia de la mayoría está polarizada en los vehículos inferiores
y no en el causal. Los estados de conciencia se suceden unos a otros
con aparente lentitud, y en esta progresión lenta reside la oportunidad
para el Ego de [i82]
asimilar el fruto de estas etapas. Toma largo tiempo para establecer
una vibración estable y un tiempo igualmente largo para desintegraría
e imponer un ritmo más elevado. El crecimiento constituye un largo
periodo de construcción, para una final destrucción, de organización
para una posterior desorganización, de desarrollo de ciertos procesas
rítmicos, a fin de romperlos y luego obligar al antiguo ritmo a que
ceda su lugar a otra nuevo. Lo que la Personalidad ha tardado muchos
cientos de vidas en establecer, no será fácilmente alterado, cuando
el Ego actuando en la conciencia inferior- trate de efectuar un cambio.
La trasferencia de polarización del emocional al mental, de éste al
causal y, más tarde, al triple Espíritu, necesariamente implica un
período de gran dificultad, de violento conflicto, tanto interno como
con el medio ambiente, de sufrimiento intenso y de aparente oscuridad
y desintegración; todo esta caracteriza la vida del aspirante o del
discípulo. ¿Cuál es la causa y por qué es así? Las siguientes razones
ponen de manifiesto por qué el sendero es tan difícil de hollar y
el [e71] proceso de ascender la escala se hace (a medida que se alcanzan
los escalones más altos) más complicado y difícil. Se debe:
1. Disciplinar a cada cuerpo por separado,
a fin de ser purificados.
2. Reajustar y alinear.
3. Repolarizar.
4. Reconstruir prácticamente.
5. Dominar cada subplano, del cuarto
en adelante, pues en el cuarto se inicia la vida del aspirante.
6. Despertar gradual, cuidadosa y científicamente
cada centro; intensificar la rotación y electrificar la radiación
(sí se me permite utilizar este término y aplicarlo a los centros),
y manifestar su fuerza a través de la dimensión superior.
[i83]
7. Vincular magnéticamente cada centro etérico plenamente alineado
con los centros correspondientes de los cuerpos mental y emocional,
de modo que no se entorpezca la afluencia de fuerza.
8. Despertar nuevamente cada centro
mediante el Fuego Sagrado, hasta que las radiaciones, la velocidad
y los colores, se hayan armonizado con la nota egoica. Esto es parte
del trabajo de Iniciación.
Debido a que todo cambio se hace gradualmente,
responde a la misma ley que rige el crecimiento cíclico del macrocosmos:
1.
Primeramente se produce el choque entre el ritmo viejo y el nuevo.
2.
A esto le sigue un período en que gradualmente domina el nuevo, eliminando
al viejo y estabilizando la nueva vibración.
3. Finalmente se produce la desaparición,
y luego la repetición del proceso.
Esta tarea se realiza en los cuerpos
y en los centros por la meditación y el empleo de la Palabra Sagrada,
lo que contribuye a reajustar la materia, a vitalizaría por el fuego,
permitiendo al aspirante trabajar de acuerdo a la ley. Este desarrollo
de los centros es un proceso gradual, paralelo al trabajo realizado
sobre los cuerpos, al refinamiento de los vehículos y al lento desenvolvimiento
de la conciencia causal.
Observaciones
finales.
Al concluir esta clasificación sobre
el empleo de la Palabra Sagrada durante la meditación, quisiera explicar
ciertas cosas, aunque sólo es posible dar indicaciones. Es algo que,
me doy [e72] cuenta de ello, resulta
difícil comprender. La dificultad reside en que [i84] no se puede decir mucho sobre el correcto empleo de la Palabra
sin correr peligro, pues es uno de los secretos de la iniciación;
por tanto, no debe ser divulgado, y lo que pudiera decirse es de poca
utilidad para el estudiante, aparte de incitarlo a un prudente intento
de experimentación; experimento que se ha de llevar a cabo bajo la
dirección de alguien que conozca. No obstante, voy a indicar ciertas
cosas que, si se reflexiona inteligentemente, traerán iluminación.
Al meditar sobre el centro cardíaco,
imaginarlo como un loto dorado y cerrado. Al enunciar la Palabra Sagrada,
imaginen este loto expandiéndose lentamente, hasta ver el centro o
vértice interno como un radiante remolino de luz eléctrica, más azul
que dorada. Formar allí la imagen del Maestro, en materia etérica,
emocional y mental. Esto implica retraer más internamente la conciencia.
Una vez que la imagen esté completamente formada, emítase otra vez
suavemente la Palabra y, mediante un esfuerzo de la voluntad, retraerse
aún más internamente y vincularse con el centro de doce pétalos de
la cabeza, el centro de la Conciencia causal. Hacer esto lenta y gradualmente,
manteniendo una actitud de paz y calma perfectas. Existe una relación
directa entre los dos centros de doce pétalos y la meditación ocultista;
la acción del fuego kundalínico revelará más adelante su significado.
Esta visualización lleva a la síntesis, al desenvolvimiento y a la
expansión causal y, con el tiempo, conduce al hombre a la presencia
del Maestro.
El plexo solar es el asiento de las
emociones, y no hay que concentrarse en él durante la meditación.
Es la base de la curación física, y más adelante será mucho mejor
comprendido. Es el centro de la actividad -actividad que más tarde
será intuitiva, el centro laríngeo actúa radiantemente cuando es transferida
la polarización del átomo físico al átomo mental permanente, como
ya se [i85] ha explicado. Entonces
el átomo mental permanente se convierte en el centro de la razón pura
o pensamiento abstracto. Luego llega un momento en el desenvolvimiento
de la conciencia, en que la fuerza emocional, que rige a la generalidad,
es trascendida y reemplazada por la fuerza del intelecto superior.
A menudo marca un período en que el individuo es guiado puramente
por la razón, y sus emociones ya no lo gobiernan. Esto se puede manifestar
en el plano físico como inflexibilidad intelectual. Más tarde, el
átomo emocional permanente cede su lugar al intuitivo, y la intuición
pura y la comprensión perfecta, por medio del amor, constituyen el
poder motivador, además de la facultad de razonar. Entonces el plexo
solar se caracteriza por la preponderancia del color verde de la actividad,
porque el cuerpo emocional es el agente activo de lo superior, y engendra
muy poco el color rosa del deseo humano.
[e73]
En la rotación de la fuerza, a través del vórtice (rotación
que forma los pétalos del loto), se observará que ciertos pétalos
resaltan sobre los demás, y cada centro manifiesta una cruz de modalidad
peculiar, excepto en los dos centros de la cabeza, síntesis de las
cruces inferiores. La cruz de cuatro brazos del tercer Logos se halla
en la base de la columna vertebral, y la cruz de la cuarta Jerarquía
humana en el corazón.
Cuando el aspirante medio entona la
Palabra Sagrada, lleva la fuerza al etérico a través de todos los
centros internos, y causa un definido estímulo en los pétalos de cada
centro. Si el loto está abierto parcialmente, sólo algunos pétalos
reciben el estímulo. Esto da origen a una vibración (especialmente
en el centro sobre el cual el individuo medita -el coronario o el
cardíaco), lo cual da origen a una acción refleja en la columna vertebral,
hasta su base. Esto, por sí mismo, no es suficiente para despertar
el fuego; sólo se puede hacer en forma correcta, en la clave adecuada
y sujeto a ciertas reglas.
[i86]
Cuando la meditación se hace en el corazón, mediante la entonación
correcta de la Palabra Sagrada, y de acuerdo a las leyes ocultas,
la fuerza llega a través de los centros emocionales, desde los niveles
intuitivos. Cuando se realiza en la cabeza, la fuerza llega por los
centros mentales desde los niveles manásicos abstractos y, más tarde,
desde el átmico. Uno imparte intuición espiritual y el otro, conciencia
causal.
Hombre avanzado es aquel que une los
dos centros mayores -coronario y cardíaco- en un instrumento sintético,
y cuyo centro laríngeo vibra al mismo ritmo. Entonces tiene la voluntad
y el amor fusionados en servicio armónico, y la actividad del físico
inferior es trasmutada en idealismo y altruismo. Al llegar a esta
etapa el hombre está preparado para despertar el fuego interno. Sus
cuerpos están suficientemente refinados para resistir la presión y
la precipitación; nada contienen que sea perjudicial para su progreso;
los centros son objeto de una sintonización suficientemente elevada,
como para recibir el nuevo estímulo. Cuando esto se ha realizado llega
el momento de la iniciación, en que el servidor, en cierne, de la
humanidad, llega ante su Señor con el deseo purificada, el intelecto
consagrado y un cuerpo físico que es su servidor y no su amo.
Terminaremos esta carta aquí. Mañana
trataremos los peligros que enfrentan al hombre que medita. Procuraré
indicar de qué debe precaverse y dónde actuar con cautela.
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