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LAS NACIONES Y LOS SIGNOS QUE LAS GOBIERNAN

Hay muchos otros ángulos desde los cuales podríamos encarar el tema respecto de lo que predispone a los pueblos, naciones y razas, a seguir ciertas líneas de acción, haciéndolos antisociales o cooperativos, y determinando sus relaciones recíprocas. La tendencia de los acontecimientos en cualquier momento dado, quizás no refleje exactamente estos destinos más profundos.

Resultará interesante continuar el estudio iniciado, considerando algunos países y sus respectivos signos regentes. Esto será un punto práctico aunque necesariamente debatible. No tiene relación alguna con la posición geográfica de dichos países, sino con el destino (el futuro) y el karma (el pasado) de la humanidad misma, al diferenciarse en nacionalidades que, en un período de tiempo, viven en determinado territorio y constituyen esa amalgama de formas que denominamos naciones o razas. Las almas que animan básica y fundamentalmente a estas naciones o razas, permanecen alejadas para identificarse con ellas en el momento en que tales almas pueden actuar en la tierra. Por lo tanto, hasta que los astrólogos no sepan algo más  acerca de la astrología grupal y también cómo determinar las pasadas influencias y los pronósticos, no les será posible asignar los exactos y verdaderos signos regentes correspondientes a las diversas naciones y países o comprobar la exactitud o no, de las declaraciones que yo pueda hacer en las siguientes clasificaciones. Al tipo de astrología que se ocupa del pasado, la designamos esotéricamente astrología esencial, en contraposición con la astrología profética. Los factores que condicionaron el pasado son básicos y esenciales para expresar el presente y lo que ocurre en la familia humana en un momento dado; de la [e50] debida compresión de las reglas que deben regir (y que aún no lo hacen) los procesos de lo que a veces se denomina la rectificación [i64] del horóscopo, cuando no se conoce con exactitud la hora de un nacimiento, surgirá la ciencia futura que determinará los hechos pasados, causantes de los acontecimientos presentes. Observarán que establezco cuidadosamente una diferencia entre países y naciones, porque ya no son términos sinónimos y mucho menos lo serán en el futuro. La nación británica, por ejemplo, es una gran síntesis de pueblos, como los Estados Unidos de América y en menor medida Brasil y Argentina, En la actual situación incidental a la guerra, se ha iniciado alrededor del año 1900, una constante e incesante emigración de personas de un lugar a otro y de un país a otro, y no sólo en forma individual sino grupal. Esto tiende a crear una inevitable fusión y mezcla, producto de la vida interracial, neutralizando y anulando constantemente la llamada "pureza racial". Este intento irrealizable de lograr la segregación y pureza raciales, es un error, porque el pasado lo hace irrealizable; la mezcla de sangre corre por todas las venas, pero el esfuerzo para lograr esta pureza es la nota clave de algunas de las culturas más modernas. Afortunadamente constituyen la minoría, pues siendo antievolutivo su objetivo, es totalmente irrealizable, ya que su propia estirpe no es pura. La tendencia hacia la segregación racial (tan notable en el judío y en el germano) es una forma de aislacionismo y necesariamente un aspecto del materialismo, relacionado con la personalidad de la humanidad y no con el aspecto alma; es separatista en sus efectos y por lo general fomenta el orgullo del individuo y de la nación; atenta contra el verdadero progreso de la humanidad, que debe conducir acrecentadamente a relaciones humanas más estrechas, a la plenitud humana, en el verdadero sentido del término; producirá inevitablemente el reconocimiento de la unidad vital humana, sin poner el énfasis sobre [i65] las naciones individualmente, ni las razas. Este espíritu aislacionista constituyó uno de los peligros a que fueron expuestas, en una época, las potencias neutrales, particularmente Estados Unidos, siendo físicamente advertidos de ese peligro por medio de tormentas magnéticas que interrumpieron el contacto entre ellos y Europa y dislocaron las relaciones entre los estados dentro de Norteamérica misma.

El mundo es uno, y sus sufrimientos son uno; la humanidad en verdad es una unidad, pero muchos lo ignoran todavía y la tendencia de la actual enseñanza está dirigida a despertar a la humanidad a fin de percibirlo, mientras hay tiempo para evitar condiciones aún más serias. También los pecados de la humanidad son uno. Su meta es una, y como una gran familia humana debemos [e51] ir hacia el futuro. Quiero hacer hincapié sobre este pensamiento: emergeremos en el futuro como una sola humanidad, depurada, disciplinada, pero iluminada y fusionada. Quienes no capten este hecho importante, ya se denominen beligerantes o neutrales, sufrirán profundamente como resultado de su falta de participación en el destino de la totalidad. Las actitudes aislacionistas o superraciales del azorado pueblo germano, corresponden a las tendencias separatistas de la naturaleza forma, con su erróneo énfasis, pero es también la actitud velada por hermosas palabras y nebuloso idealismo, de cualquier potencia neutral que permanezca apartada de los hechos actuales. La Jerarquía no es neutral. Está con el correcto elemento de cada nación y contra todas las actitudes separatistas, aislacionistas y materialistas. Tales actitudes impiden la captación de los verdaderos valores espirituales y obstaculizan el desarrollo humano. La identificación con todas las condiciones mundiales y la participación en ellas ‑voluntariamente, y no por la fuerza‑ es el camino de salida para todos los pueblos. Reflexionen sobre esto.

[i66] 1. Las Naciones y sus Signos Regentes.

Evidentemente las naciones reaccionan como los seres humanos bajo la influencia de sus rayos ‑el de la personalidad y el del alma; este hecho es de vital importancia para el esoterista y algo hasta ahora poco conocido o comprendido inteligentemente. Por consiguiente, lo que diré bajo este acápite es exotéricamente nuevo. Debe prestarse atención a toda información ‑provenga de mí o de otras fuentes‑, si queremos tener una verdadera comprensión de la situación y en consecuencia prestar una útil cooperación a las Fuerzas de la Luz. Daré aquí las actuales influencias que ejerce la personalidad de las naciones, según lo indican sus signos zodiacales regentes, confiando en que los lectores reflexionarán debidamente sobre lo que imparto, asegurándoles. que son de vital significación en esta época, particularmente si se las compara con las que he dado sobre los rayos de las naciones, en el primer tomo de Tratado sobre los Siete Rayos. Quisiera recordarles que (en el trascurso de los siglos) las naciones renacen varias veces o reencarnan en una nueva forma, que podemos denominar "período", si no es importante, y "civilización", si es bastante dramática y significativa. Por lo tanto, el rayo de la personalidad y las influencias regentes cambian con frecuencia. Esto a menudo se olvida, porque los ciclos son mucho más vastos que los de la encarnación humana. Quiero señalar también que la siguiente clasificación concuerda en parte, [e52] pero no siempre, con la asignación de los signos zodiacales aceptados para los distintos países. Daré dos signos para cada país. Uno será la influencia emergente que regirá al ego o alma del país o nación, y el otro el que rige en el momento actual al rayo de la personalidad del país individual, condicionando así a las masas. Debe recordarse que el alma del pueblo está representada por [i68] quienes reaccionan a la influencia del rayo del alma y al signo que lo afecta (podríamos decir su ascendente), mientras que las masas están condicionadas por el rayo de la personalidad y en consecuencia por el signo del sol de la nación especificada.

NOTA: La clasificación en la página 53 ha sido arreglada en forma alfabética y no por el grado de importancia e influencia de un país o nación.

Creo también que resultará valioso indicar el signo regente de algunas de las capitales de los países que aparecen en la clasificación. El enfoque de la inmediata respuesta de los pueblos que constituyen las naciones, con frecuencia se puede distinguir por la cualidad (si así podernos denominarla) de su ciudad capital y las decisiones que en ella se toman. Quiero señalar que en el Imperio Británico existen varias secciones importantes y características, que están definidamente gobernadas por ciertos signos regentes, por lo tanto, antes de dar los regentes de las capitales quisiera señalar las influencias que controlan al Imperio Británico por medio de sus partes componentes, pues son un factor importante en los acontecimientos actuales, debido a la destacada y poderosa naturaleza de la parte que Gran Bretaña desempeña en la situación actual. Como se habrá observado, Gran Bretaña está regida por Géminis y Tauro, y en consecuencia los principios de multiplicidad e integración, se hallan presentes simultáneamente. Dualidad, triplicidad (Inglaterra, Escocia y Gales), más diferenciación, son los aspectos condicionantes del Imperio. Bajo el principal control de Géminis y Tauro, tenemos las siguientes potencias activas:

[e53]

Regente del Alma

Regente de la Personalidad

Australia

Virgo

6to

Capricornio

10mo

Canadá

Tauro

2do

Libra

7mo

India

Aries

1ro

Capricornio

10mo

Nueva Zelandia

Géminis

3ro

Virgo

6to

Sudáfrica

Aries

1ro

Sagitario

9no

[i69] Estas son las dependencias principales. Hay divisiones menores, pero no nos conciernen. Los países nombrados están vinculados [e54] a la madre patria por medio de sus regentes planetarios, y en esta afirmación tienen una sugestión bien definida. Los signos zodiacales vinculan, pero los planetas ejercen una influencia más poderosa en esta etapa de la evolución.

No tengo intención de dar los signos regentes de las capitales de todos los países, sólo me referiré a los más importantes:

País

Capital

Regente del Alma

Regente de la Personalidad

Alemania

Berlín

Escorpio

8vo

Leo

5to

Bélgica

Bruselas

Géminis

3ro

Capricornio

10mo

Estados Unidos

Washington

Cáncer

4to

Sagitario

9no

Francia

París

Virgo

6to

Capricornio

10mo

Gran Bretaña

Londres

Leo

5to

Libra

7to

Italia

Roma

Tauro

2do

Leo

5to

Polonia

Varsovia

Capricornio

10mo

Piscis

12mo

Rusia

Moscú

Tauro

2do

Acuario

11mo

Un análisis de los signos regentes de los distintos países evidenciará ciertas condiciones descollantes, y aún con el poco conocimiento de astrología esotérica de que disponen, surgirá en sus mentes cierta información definida y vitalmente aclaratoria. Capricornio, por ejemplo, pocas veces aparece como signo regente de la expresión del alma de una nación, pero muy frecuentemente lo hace como regente de la manifestación de la personalidad, o sea el país, exotéricamente. Austria, Grecia, India, Japón y España, tienen a Capricornio como regente de sus personalidades, lo que indica edad, cristalización y materialismo; un breve estudio de las condiciones y de la actual etapa de evolución lo pondrá en evidencia. En la próxima gran raza que sucederá a ésta, Capricornio aparecerá como regente de la expresión egoica, porque el alma tendrá entonces un control mayor y ciertos grandes grupos de seres humanos (que forman ahora las actuales naciones) estarán preparados para la iniciación en la cima de la montaña de Capricornio.

[i70] No puedo detenerme mucho tiempo para analizar todo esto, pero quisiera señalar uno o dos puntos que podrían servir para guiar sus pensamientos y también aclarar el tema. Así podré señalar el camino que servirá de futura guía a los astrólogos que tienen prejuicios esotéricos. Sin embargo, el tema es suficientemente abstruso como para disuadir a la mayoría. Las relaciones que se establecerán no pueden estar basadas sobre un definido punto de partida, como ocurre algunas veces al confeccionarse el [e55] horóscopo individual, sino que se basarán en los efectos de la energía, que viene directamente de los propios signos, o vía ciertos regentes planetarios (que pueden ser exotéricos, esotéricos o jerárquicos) ; estos efectos están a su vez condicionados por la interacción de la energía de los rayos que rigen el alma o la personalidad de una nación, o país en consideración. El problema resulta asimismo complicado porque es necesario distinguir entre el horóscopo del territorio que alberga a la nación y al pueblo mismo, que compone esa unidad llamada nación. Algunas naciones son fluidas y no se han integrado adecuadamente como lo están las masas en todas partes; otras son entidades integradas, personalidades que se expresan plenamente; aún otras están cristalizadas y casi han terminado su carrera como personalidades; ciertas naciones están entrando bajo la influencia de su rayo egoico, que las conduce a otro ciclo de fluidez, antes de evidenciarse precisamente la entidad iniciada; también unas pocas naciones se hallan en estado puramente embrionario. De este modo la extrema dificultad de la ciencia es aparentemente creciente. Sin embargo no hay por qué desanimarse, pues la astrología es una ciencia sujeta a momentos de intensa iluminación, cuando la intuición revele repentinamente las leyes determinantes, y la capacidad de pensar en forma abstracta y sintética derrame mares de luz sobre los problemas más difíciles y complejos. Cuando el mundo se disponga otra vez a disfrutar un ciclo de paz, teniendo la oportunidad de lograr un mayor desarrollo de conciencia, descubriremos [i71] que ese factor embrionario que llamamos intuición, florecerá en una reconocible expresión de la conciencia humana, tal como lo son la captación intelectual y la percepción mental de la raza en la actualidad. Hasta que llegue ese momento, el astrólogo investigador debe proseguir esperanzadamente, aunque todavía sin comprender plenamente lo que aquí expongo.

 


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