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LA VIDA ESPIRITUAL DE LA NUEVA ERA | |||
[e81] [i107] Hay un punto sobre el que quisiera llamarles la atención y es que los dos grandes grupos de agentes divinos ‑la Gran Hermandad Blanca y la Logia de las Fuerzas Materialistas‑ tratan de desviar las energías hacia ciertos canales que servirán a los fines para los cuales trabajan, se formaron y existen. Por lo tanto les pediría recordar que tras los acontecimientos externos están estos dos agentes directrices. En consecuencia, tenemos: 1 . Dos grupos de Mentes avanzadas, ambos igualmente iluminados por la luz del intelecto, formulando claramente sus objetivos, pero difiriendo en su orientación y énfasis. Un grupo, de acuerdo al plan divino, trabaja enteramente con el aspecto forma, estando ausente en este grupo la luz del amor y del desinterés. El otro trabaja únicamente con el aspecto alma o conciencia, y en este grupo controlan la doctrina del corazón y la ley del amor. A este respecto, ambos grupos trabajan por lo tanto en oposición en el plano mental. [e82] En consecuencia, tenemos dos grupos, dos objetivos, dos grandes ideales formulados, dos corrientes de energía activa y dos rayos predominantemente en conflicto, que producen las divergentes ideologías. El resultado de este dualismo es el caos externo, la diferenciación de ambos ideales grupales en los muchos experimentos humanos, y el alineamiento resultante de toda la familia humana agrupada bajo diversas banderas, testimoniando los variados puntos de vista en los numerosos campos del pensamiento ‑político, religioso, económico, social, educativo y filosófico. Diré que el resultado de este conflicto es definidamente bueno, y demuestra la constante realización de la Gran Logia Blanca. La conciencia de la humanidad se ha expandido definidamente, y en la actualidad todos los hombres piensan. Esto constituye un fenómeno totalmente [i109] nuevo y una fresca experiencia en la vida del alma humana. El primer resultado de todo este disturbio ha sido el traslado del foco de atención humano al plano mental, por lo tanto más cercano a las fuentes de luz y de amor. Aquí, en conexión con este cambio memorable de enfoque, los discípulos del mundo pueden hacerse cargo de la responsabilidad e iniciar el trabajo activo. Al hablar de discípulos empleo el término refiriéndome a todos aquellos que aspiran a la verdadera humanidad, a la hermandad y a la expresión viviente de los valores más elevados espirituales. No lo empleo en el sentido técnico, que involucra el reconocimiento de la relación con la Jerarquía a través de los diversos grados de probacionista o de discípulo aceptado, aunque los incluyo en mi pensamiento. Me refiero a todos los aspirantes y a quienes poseen algún sentido de los verdaderos valores, más el anhelo de satisfacer la necesidad del mundo. Para comprender un poco el problema involucrado y los distintos métodos de trabajo que caracterizaron, tanto a quienes lo hacían en el pasado, bajo la influencia de sexto rayo, como a los que aprenden hoy a trabajar bajo la influencia del entrante séptimo rayo, podría ser de utilidad comparar brevemente los dos sistemas de actividad. Les pediré recordar que ambos sistemas y métodos de trabajo son igualmente correctos para su época y lugar, pero que el discípulo moderno debería descartar los viejos métodos y aprender a emplear progresivamente los más modernos, nuevos y efectivos. El discípulo debe aprender a hacer todo esto en forma optimista y confiada, sabiendo que los beneficios y la experiencia adquiridos bajo el sistema de disciplina de sexto rayo, son aún su más valiosa posesión, porque ha trasmutado los métodos y modos en características y en hábitos establecidos. El discípulo de la era actual debe dominar los nuevos sistemas de trabajo y las nuevas [i110] fuerzas y objetivos, confiando en las lecciones aprendidas en el [e83] pasado, y basar su nueva estructura de la verdad sobre los cimientos de las orientaciones estabilizadas, a establecerse ahora. El primer paso que el aspirante sincero debe dar es detenerse por un instante a fin de averiguar y cerciorarse si está trabajando principalmente bajo el impulso de sexto rayo o con la influencia de séptimo rayo. Empleo deliberadamente los términos "impulso e influencia" porque describen el efecto general de las dos energías actuantes. Hay algo en que todos los discípulos y aspirantes pueden confiar, y es en el efecto básico y duradero de todas las potencias de sexto rayo, establecidas en los últimos dos mil años. Deben tenerse en cuenta, contrarrestarse y ser comprendidas, luego estudiarse las nuevas influencias, investigarse y dominarse los nuevos métodos y llevar las nuevas ideas e idealismos a la objetividad, para expresarlos en forma nueva. Sólo así podrá erigirse inteligente y sensatamente la nueva civilización y cultura, y sentarse las bases para el desarrollo de la familia humana en líneas correctas en la era venidera. Por lo tanto, será de valor comparar los sistemas antiguos y modernos de disciplina y entrenamiento, de atributo y cualidad, de métodos y objetivos. Esta orientación del hombre hacia el mundo de los valores superiores, ha sido el objetivo principal de la era de Piscis, que está finalizando [i112] ahora, y de la influencia de sexto rayo que va desvaneciéndose rápidamente. Aunque en ningún momento esta orientación básica deja de avanzar constantemente, es conveniente tener en cuenta que durante los últimos dos mil años se le han presentado a la raza procesos de orientación mucho más elevados, raros y difíciles, y ello por la siguiente razón: El cuarto reino de la naturaleza ha sido atraído hacia arriba, definidamente hacia el emergente quinto reino, lo cual hizo necesario también el traslado de la atención, desde los tres mundos del esfuerzo y expresión humanos, al mundo superior de la conciencia del alma. Así mismo fue necesario reenfocar la atención instintiva e intelectual, principal factor para el desenvolvimiento de la percepción divina, la cual puede ser instintiva, intelectual (y en consecuencia humana) y también espiritual. Pero los tres aspectos son igualmente divinos, cosa que a menudo se olvida. El segundo objetivo del discípulo de sexto rayo, o del hombre que está saliendo de la influencia de este rayo, pero que aún está condicionado por él (siendo como ser humano representativo del actual ángulo evolutivo), ha sido el desarrollo de la "capacidad de abstracción", como se la denomina. La cualidad sobresaliente de nuestro día y época, como resultado de la trasmutación del carácter y la cualidad humana, en los discípulos y por intermedio de ellos, ha sido la expresión de la naturaleza idealista del hombre o de su respuesta instintiva a los valores intuitivos superiores. En el pasado, personas altamente desarrolladas, aunque muy pocas, demostraron aquí y allá este poder de abstraer la conciencia del aspecto material o forma de la vida, y enfocarlo en el ideal y en la expresión amorfa de la verdad viviente. Hoy están regimentadas [e85] masas enteras y naciones, por ciertas formas de idealismo, y pueden apreciar y aprecian, las ideas formuladas en ideales. Podemos ver aquí nuevamente el éxito del proceso evolutivo y de la tarea [i113] de la Jerarquía, que demuestra su eficacia en el esfuerzo por expandir la conciencia humana. Debido a la potente actividad de sexto rayo, durante su largo período de expresión, la reacción del ser humano común ha sido una intensa devoción a su propio y particular ideal, unido al esfuerzo de imponer fanáticamente su sueño idealista (pues eso es en potencia) a sus semejantes, realizándolo de tal manera que la idea original se pierde lamentablemente y se destruye el ideal primitivo, y en vez del ideal mismo se ha ocupado demasiado de las formas de aplicarlo. Así la idea se pierde en el ideal, y el ideal a su vez, en el método de aplicación. El hombre se hace devoto de un ideal que puede o no encarnarse en una expresión individual, y esto controla sus pensamientos, preordena sus actividades y lo conduce, con frecuencia, a despiadados excesos en bien de su peculiar idea formulada. Los métodos por los cuales la actividad de sexto rayo y sus objetivos, han sido impuestos en la raza, son tres: 1. El desarrollo del instinto. A esto le sigue el deseo inteligentemente reconocido, produciéndose así el constante aumento de los requisitos, de la comprensión y luego de la reorientación. 3.Después sigue el reflejo de la realidad en la conciencia mental, y esto se siente, se exige y se busca, por medio del trabajo grupal. [i115] El mecanismo del ser humano por el cual el alma hace contacto con los tres mundos, que de otra manera (de acuerdo al actual plan) quedan sellados y ocultos a la experiencia y experimentación del alma, ha sido más agudamente sensibilizado y desarrollado durante los últimos dos mil años que en el período anterior de diez mil años. La razón estriba en que la mente del hombre ha ayudado conscientemente en el proceso de coordinar los instintos y trasmutar la reacción instintiva, traduciéndola en una percepción inteligente. En el caso de los discípulos mundiales, el proceso se llevó hasta la siguiente etapa de desenvolvimiento, denominada conocimiento intuitivo. La contraparte de los cinco sentidos y sus analogías superiores, en los planos más sutiles, se están desarrollando, organizando y reconociendo rápidamente, y mediante estos sentidos internos ha sido posible el descubrimiento espiritual, así como también los más conocidos descubrimientos síquicos. En las tres fases, a. el instinto de aspiración, b. el estímulo del deseo divino, tenemos la historia de la actividad de sexto rayo y su relación, durante los últimos siglos, con su principal campo de expresión, el plano astral. 1. Cambia la naturaleza de la civilización y la cultura de la humanidad en un período dado. La Jerarquía utiliza esta fuerza cuando tiene lugar cualquier encuentro de energías de rayo. La cultura es la primera en cambiar, porque toda cualidad básica cambia siempre de arriba abajo, y los intelectuales son los primeros en ser sensibles a las diferencias entrantes. Entonces los cambios de la forma invierten automáticamente el proceso. De esta manera se producen inevitablemente puntos de unión en todo el proceso evolutivo. Cuando los científicos, que se ocupan de la teoría y procesos de la evolución, acepten y estudien el procedimiento de los rayos, se producirán definitivos cambios en la actitud y habrá un acercamiento más estrecho a la verdad. Este concepto se halla también detrás de la enseñanza que he impartido sobre los Grandes Acercamientos que deben tener lugar (y que lo tendrán dentro de breve [i117] tiempo) entre los reinos cuarto y quinto de la naturaleza. La Jerarquía es el núcleo dinámico y viviente del quinto reino. Los poderes de la era de la magia son numerosos, y una de las razones por las cuales está apareciendo ahora el séptimo rayo, se debe a la rápida integración y perfeccionamiento de la personalidad humana; lograr la integración superior del alma con la personalidad resulta hoy más posible y fácil que nunca. Las nuevas formas, por las cuales la tan deseada consumación puede efectuarse, deben desarrollarse, en consecuencia, de manera gradual y científica. Esto, como puede fácilmente concebirse, se realizará mediante la intensificación de las fuerzas que funcionan a través del cuerpo etérico, mediante la coordinación de los siete centros mayores y el establecimiento de sus relaciones rítmicas. El séptimo rayo rige predominantemente los niveles etéricos del plano [i118] físico. No rige la forma física densa, que está controlada por el tercer rayo. El cuerpo etérico o vital, responde y se desarrolla bajo las influencias entrantes de séptimo rayo. Al considerar los métodos por los cuales se realizan los propósitos del séptimo rayo, quisiera señalar que precisamente aquí me encuentro limitado y obstaculizado por el idioma, pues estamos tratando con algo nuevo y por lo tanto aún no verdaderamente comprendido, y con esos desenvolvimientos que eventualmente se producirán por medio de una magia científica y verdadera. Esta nueva magia tendrá la misma relación que las que podrían tener las siglas g‑a‑t-o, en una fórmula algebraica, con las burdas tentativas y a menudo ridículas empresas de los magos, alquimistas y prestidigitadores del pasado. Además quisiera recordarles que la magia que se realizaba en Egipto ‑lugar en que originó la antigua magia‑ estaba definidamente concentrada en la producción de efectos físicos y resultados materiales y el centro de la atención de los magos de esa época puede observarse en la estupenda producción de esas antiguas y gigantescas formas que se yerguen hoy, silentes e inmóviles, conservando toda su prístina magnificencia, las cuales llaman la atención de los arqueólogos y viajeros; las formas menores de la magia estaban dedicadas a la protección mágica de la forma física y a las cuestiones relacionadas con ella. Más tarde apareció la alquimia con sus variadas formas, y también la búsqueda de la piedra filosofal [e89] y la enseñanza sobre los tres elementos minerales básicos. Los alquimistas eran impulsados esotéricamente, y desde el aspecto subjetivo de la vida trataban de descubrir lo que pudiera unificar los tres niveles físicos inferiores, haciéndolo en la naturaleza profundamente simbólica del desenvolvimiento racial. Dichos niveles simbolizan al hombre integrado ‑físico, astral y mental. Si agregamos [i119] a estos elementos la piedra filosofal, que ha realizado su trabajo mágico, tenemos la representación simbólica del control ejercido por el alma en los cuatro niveles superiores del plano físico, los niveles etéricos o de energía. La piedra filosofal es el emblema de esta deseable culminación. Digo "emblema" y no "símbolo". Un símbolo es el signo externo y visible de una realidad interna y espiritual, llevada a la expresión en el plano físico por la fuerza de la vida interna ya encarnada. Un emblema es la formulación y creación de un concepto por parte del hombre, personificando para él la verdad tal como la percibe y comprende. Un símbolo tiene más grandes implicancias que un emblema. Los niveles etéricos constituyen también el campo de expresión del alma, ya sea el alma humana o su expresión como Tríada superior, la vida monádica. Me pregunto si alguno de ustedes tiene la menor idea de lo que le ocurrirá a la humanidad cuando la realidad subjetiva interna, actuando por medio del cuerpo etérico y derramando sus fuerzas libremente a través de los centros de ese cuerpo, logre su mayor integración con el mecanismo físico denso, y lo controle, reduciéndolo a la más completa subordinación, como resultado de la integración superior consumada entre el alma y la personalidad. Nos encontramos, en consecuencia, en un período crucial e interesante de la historia racial y planetaria, período distinto de cualquier otro precedente, debido a que el proceso evolutivo ha sido definidamente exitoso, pese a todos los fracasos, errores y demoras; las demoras que abundaron, debido a la negativa (para ustedes curiosa y difícil de entender) de las Energías concentradas en Shamballa, de imponer la fuerza de la voluntad sobre la materia y la forma, hasta el momento de poder hacerlo con la cooperación de la familia humana. Hasta ahora nunca fue posible [i120] porque el hombre no estaba preparado para la tarea ni tenía conocimiento del Plan. El Señor de Shamballa y Sus Colaboradores tuvieron que esperar hasta que penetrara por lo menos un tenue delineamiento del Plan en la conciencia de la raza, lo cual está sucediendo con creciente frecuencia, y cada día que pasa, mayor número de hombres y mujeres inteligentes entran en contacto (o son puestos en contacto) con las ideas que emergen de la Jerarquía. En consecuencia podemos esperar que aparezca firmemente [e90] y se aplique gradual y cautelosamente la energía volitiva proveniente del centro más elevado que existe en nuestro planeta, Shamballa. Dicho centro corresponde al monádico, el que hace sentir su poder en la conciencia del discípulo que está preparado para recibir la tercera iniciación. Una vez recibida la segunda iniciación, la atenta Jerarquía puede empezar a observar la constante reorientación del alma ‑ hacia lo mónada y el poder de atracción que ejerce ese aspecto superior sobre el iniciado. En la actualidad son tantos los miembros de la familia humana ‑encarnados o no‑ que han recibido las dos primeras iniciaciones, que la atención de Shamballa se dirige cada vez más hacia la humanidad, vía la Jerarquía; mientras tanto, en forma simultánea, los pensamientos de los hombres se encaminan hacia el Plan y hacia el empleo de la voluntad, al dirigir y guiar la naturaleza de la fuerza dinámica. La cualidad de la guerra en este siglo, por ejemplo, de naturaleza dinámica y explosiva, es índice de lo antedicho porque la expresión de la muerte y la destrucción, es uno de los aspectos de la energía volitiva, y el primer rayo es el del destructor. Lo que se ve, en consecuencia, es el efecto que produce la fuerza de Shamballa en las formas de la naturaleza, debido al mal uso que el hombre hace de esta entrante energía. Antiguamente las guerras, hablando en forma esotérica y general, se basaban indefectiblemente en el atrayente poder de las posesiones, conduciendo a la formación del carácter agresivo y codicioso de [i121] los móviles que llevaban a la guerra. Gradualmente se ha ido produciendo un cambio, y últimamente las guerras han tenido su fundamento en móviles más elevados, y la adquisición de más territorios y posesiones no han constituido el principal y real motivo. Las guerras han sido desatadas por la necesidad económica o por la imposición de la voluntad de alguna nación o grupo de naciones sobre otras, por el deseo de implantar alguna ideología en El séptimo rayo constituye una de las líneas directas que puede recorrer la energía de primer rayo y en ello reside otra de las causas de su aparición en estos momentos, pues al liberar la vida para penetrar en las nuevas y mejoradas formas, los anticuados sistemas de vida, cultura y civilización, deben ser destruidos o modificados. Todo esto es el trabajo del primer Rayo de Voluntad, expresándose predominantemente en la época actual por medio del séptimo rayo de Organización y Relación. Por esta razón se dice que el séptimo rayo rige al reino mineral, mediante el cual manifiesta esa significativa característica y cualidad del alma que llamamos radiación. El término describe exactamente el resultado del estímulo del alma sobre cada forma y dentro de ella. La vida del alma oportunamente se irradia más allá de la forma, y dicha radiación produce efectos definidos y calculados. El sexto rayo, como bien se sabe, está estrechamente relacionado con el reino animal, y su efecto allí consiste en desarrollar la cualidad y expresión de la domesticidad en las formas superiores de la vida animal, y la adaptabilidad del animal al contacto humano. Los rayos séptimo, tercero y sexto, controlan al reino animal. De allí que podemos deducir fácilmente que la relación existente entre los animales superiores y el hombre, es de rayo y por lo tanto de utilidad según la ley de evolución, e inevitable en sus resultados. Los rayos sexto, segundo y cuarto, rigen [i124] al reino vegetal, existiendo aquí también una relación entrelazada por medio del sexto rayo. El reino humano está regido por los rayos cuarto y quinto, y nuevamente por el cuarto, lo cual indica relación. Algún día esas relaciones y líneas de fuerza interconectadas serán mejor comprendidas, se estudiarán científicamente y se investigarán las líneas de energías relacionadas. Este conjunto de energías directrices entrelazadas ocupará la atención de algunas de las mejores mentes, y cuando ello ocurra se aprenderá mucho. Tal información, sin embargo, es hoy de muy poca utilidad, y continuará así hasta que los hombres se hagan sensibles a la vibración de los distintos rayos y lleguen a aislar el ritmo de un rayo en su conciencia. Cuando se desarrolle dicha sensibilidad, se realizarán numerosos y rápidos descubrimientos revolucionarios y significativos. Uno de los inevitables efectos de la energía de séptimo rayo será relacionar y unificar en estrecha síntesis, los cuatro reinos de la naturaleza, debiendo hacerse como preparación para realizar el trabajo largamente preordenado para la humanidad, que consiste en ser el agente distribuidor de la energía espiritual para [e93] los tres reinos subhumanos. Esta es la principal tarea de servicio que debe emprender el cuarto reino por medio de sus almas encarnadas. La radiación proveniente del cuarto reino será algún día tan poderosa y sus efectos tendrán tan largo alcance, que compenetrarán las mismas profundidades del mundo fenoménico creado, llegando incluso hasta el reino mineral. Entonces veremos los resultados a que se refiere el gran iniciado Pablo, cuando dice que toda la creación espera la manifestación de los Hijos de Dios. Tal manifestación es la irradiación de la gloria, el poder y el amor. Incidentalmente quisiera indicar que la influencia de séptimo rayo tendrá tres efectos definidos sobre el tercero y cuarto reinos de la naturaleza, y son: [i125] En este estudio comparativo, aunque inadecuado, de los antiguos y nuevos estilos de discipulado uno de los problemas que la [i126] Jerarquía debe afrontar es cómo lograr los cambios necesarios [e94] en la técnica y método de desarrollo, que requerirá el sujeto de séptimo rayo, y al mismo tiempo condicionar esos cambios para producir suavemente el proceso de reajuste e interacción entre la Jerarquía y los aspirantes del mundo. Dicho reajuste debe incluir a ambos grupos (uno de ellos es hoy numeroso, el otro reducido) de discípulos que pertenecen a los rayos sexto y séptimo. Los problemas de la Jerarquía no interesan, por supuesto, a quienes no alcanzaron la liberación y, por lo tanto, no pueden contemplar la vida con los mismos ojos de quienes ya no están sujetos a las fuerzas de los tres mundos; sería de utilidad para los discípulos reflexionar ocasionalmente sobre las relaciones existentes en el caso de los Maestros y cavilar menos sobre sus propias y peculiares dificultades individuales. La tarea de los trabajadores de la nueva era es reunir esos dos aparentes opuestos y demostrar que espíritu y materia no son antagónicos entre sí, y que en todo el universo sólo existe sustancia espiritual, actuando sobre las formas tangibles externas y luego creándolas. Cuando clasificamos como "malas" una forma y actividad, se debe solamente a que la energía motivadora detrás de la forma, responsable de la actividad, está erróneamente orientada, egoístamente impulsada e incorrectamente empleada. Aquí nuevamente son importantes dos verdades básicas del ocultismo moderno (se [i128] impartirán otras cuando estas dos sean dominadas y aplicadas correctamente): 1.La energía sigue al pensamiento. 2. El objetivo correcto crea la acción adecuada y la forma conveniente. Por lo general el discípulo de sexto rayo hace descender su trabajo hasta el plano astral, y allí reside el foco de su atención, de su vida y de su pensamiento. Su naturaleza física responde por necesidad y automáticamente al impulso enviado desde el plano astral, motivado en el mental, y a veces dirigido por el alma. Pero la potencia de su deseo y su determinación de ver el fruto de su trabajo, ha causado mucha dificultad en el pasado, al detener [e96] la verdadera expresión del impulso originador. Queda detenido en el plano astral. Esto ha sido equilibrado por la intervención cíclica de otras fuerzas de rayo, de lo contrario la situación sería mucho peor de lo que es. El discípulo de séptimo rayo hará descender directamente al plano físico la energía que maneja, logrando con ello la integración, y el dualismo que lo caracteriza constituirá un centro de energía en el plano mental y otro en el [i129] plano físico. Los pares de opuestos del plano astral constituyen el dualismo del trabajador de sexto rayo. El discípulo de séptimo rayo trabaja conscientemente por medio de ciertas leves, las cuales rigen la forma y su relación con el espíritu o vida. En Tratado sobre Fuego Cósmico, dí las tres leyes mayores del sistema solar y las siete leyes subsidiarias por las [e97] cuales se expresan las tres mencionadas; también me referí a las leyes que rigen el trabajo grupal. Debe recordarse que los discípulos, que pertenecen a los diversos rayos, manejarán esas leyes de acuerdo a la cualidad de los impulsos de su rayo (estoy obstaculizado por falta de palabras apropiadas), interpretándolos en términos de obligaciones específicas de la vida o dharma, produciendo los resultados deseados mediante las distintas técnicas de rayo, sin embargo, de acuerdo siempre a la inevitabilidad de los resultados producidos por las energías que han liberado para actuar sobre las fuerzas, bajo las leyes de su ser. El discípulo de sexto rayo, cuando trabaja con las leyes de la naturaleza y las del alma, cualificará sus resultados y producirá sus formas creadoras en el plano astral; a menudo debe aprender a trabajar por medio de una personalidad de séptimo rayo, durante varias vidas (previas o posteriores al discipulado), antes de poder llevar al plano físico sus sueños y visiones. El discípulo de séptimo rayo no tiene tal problema. Por su conocimiento del ritual (que es el antiguo medio codificado mediante el cual son organizadas y relacionadas la naturaleza atrayente y expresiva de las energías a emplearse), por su comprensión de las "Palabras de Poder", que descubre mediante el experimento y el empleo de la potencia del sonido, el discípulo del futuro trabajará y construirá el nuevo mundo [i131] y su cultura y civilización. Una curiosa indicación del efecto del trabajo mágico de séptimo rayo, sobre la conciencia de la masa, es el empleo creciente de lemas y "frases persuasivas" (¿no es éste el término empleado?) para obtener resultados e impeler a los seres humanos a ciertos tipos de acción masiva. Constituye el empleo embrionario de las Palabras de Poder, y por el estudio del valor de sus tonos, por sus indicaciones numéricas y su potencia inherente, los hombres llegarán eventualmente a vastas creaciones y realizaciones mágicas, produciendo actividad grupal y logrando la aparición de ciertas formas de expresión en el plano externo. Después de todo, las fórmulas científicas han reducido a unos cuantos signos y símbolos los descubrimientos más abstrusos e intrincados. El paso siguiente es encarnar esos signos y símbolos en una palabra o palabras, impartiéndoles lo que esotéricamente se denomina "el poder de encarnar". Podría expresarlo de esta manera: la antigua afirmación de que "Dios habló y los mundos fueron hechos", significa sencillamente que la fórmula de Dios para la creación, se redujo a una gran Palabra que El emitió, a la cual siguieron los inevitables resultados. Algo de este proceso, en la ínfima escala humana, será visto en la próxima era. Lo que termino de decir ahora parecerá fantasioso y fantástico al estudiante común. La influencia del séptimo rayo originará en un sentido peculiar inesperado, la Escuela Occidental de Ocultismo, del mismo modo que el impulso de sexto rayo originó la Escuela Oriental de Ocultismo, la cual hizo descender la luz al plano astral y la nueva influencia entrante la hizo descender al plano físico. La enseñanza oriental afectó al cristianismo, e indicó y determinó las líneas de su desarrollo, siendo el cristianismo definidamente una religión de enlace. Eventualmente, los papeles se invertirán y la "Luz de Oriente" se trasladará a Europa y América. Esto traerá inevitablemente la tan deseada y necesaria síntesis del camino místico y el sendero ocultista, lo cual llevará más tarde a la formulación del camino superior, del que es inútil hablar por el momento, pues no lo comprenderían. Ninguna de las antiguas y fundamentales Reglas del Camino serán abrogadas o descartadas. Así como los hombres recorrían a pie las antiguas carreteras, de acuerdo a las necesidades de su época y tiempo, y hoy viajan por tren o automóvil (para llegar al mismo lugar), debe seguirse el mismo camino y alcanzarse la misma meta, pero habrá diferencia en los procedimientos, variarán las precauciones y cambiarán las medidas de protección. Las reglas pueden variar de vez en cuando a fin de proporcionar [i133] indicaciones más simples y la protección adecuada. El entrenamiento del discípulo en el futuro diferirá del entrenamiento en el pasado, pero las reglas básicas mantendrán su autoridad. La nota clave que rige el desarrollo del discípulo de sexto rayo está expresada en las palabras de Cristo, cuando dijo: "Si [e99] fuere yo ascendido, atraeré a todos los hombres hacia Mí". El énfasis de todo trabajo de sexto rayo es Atracción y Repulsión, de allí que la división y separación producen eventualmente comprensión de la necesidad de una síntesis e integración, conscientemente emprendida y mentalmente motivada y producida. La historia del cristianismo (la historia de Europa) se iluminará, si se estudia la Ley de Atracción y Repulsión en conexión con su épico pasado. El empleo y mal uso de esta ley y sus constantes interpretaciones en términos de deseos materiales, ambiciones personales y control territorial, ha causado las diversas escisiones y separaciones y también gran parte de lo ocurrido. Bajo la influencia de séptimo rayo, terminarán esas separaciones, oportunamente, y tendrá lugar la síntesis. La nota clave del discípulo de séptimo rayo es "Actividad Radiatoria". De allí que hayan surgido en el mundo del pensamiento ciertas nuevas ideas ‑la radiación mental o telepatía, el empleo radiatorio del calor, el descubrimiento del radio. Todo esto constituye la actividad del séptimo rayo. Este pensamiento llama la atención sobre los tres métodos de actividad empleados por todos los trabajadores de rayo, y difieren para cada uno. Finalmente controlarán los tipos de séptimo rayo, los que gradualmente cambiarán las actividades hacia la vida y producirán diferentes métodos para el diario vivir, y son: [e100] 2. Estimulación de las formas etéricas por medio de la fuerza correctamente dirigida. 3. Distribución correcta de la energía vital, mediante el estudio científico. Estamos entrando en una era científica, pero será una ciencia que saldrá de la actual encrucijada en que se halla y ‑habiendo penetrado, como lo ha hecho, en el reino de lo intangible‑ comenzará a trabajar más subjetivamente que hasta ahora. Reconocerá la existencia de sentidos suprasensorios, como prolongación de los cinco sentidos físicos, y esto se impondrá a la ciencia debido a la gran cantidad de personas dignas de confianza que los poseerán [i135] y que podrán vivir y actuar simultáneamente en los mundos de lo tangible y de lo intangible. El cúmulo de testimonios irrefutables será incontrovertible. En el momento en que se pruebe la existencia del subjetivo mundo de las causas (y a eso se llegará mediante la irrebatible evidencia de la prolongación de los sentídos del hombre), la ciencia entrará en una nueva era; su foco de atención cambiará; las probabilidades de efectuar descubrimientos serán inmensas y el materialismo (tal como se lo entiende ahora) desaparecerá. Hasta la palabra "materialismo" resultará anticuada y a los hombres del futuro les divertirá la limitada visión de nuestro mundo moderno y se preguntarán por qué pensábamos y sentíamos así. En conexión con los cinco rayos que según hemos observado están actualmente influyendo o comenzando a influir sobre la humanidad (los rayos primero, segundo, tercero, sexto y séptimo). deberían recordar que su efecto varía de acuerdo al tipo de rayo o cualidad de rayo del individuo implicado y según su etapa en la escala de la evolución. Estos puntos a menudo se olvidan. Por ejemplo, si un hombre pertenece al segundo Rayo de Amor‑Sabiduría, puede esperarse que la influencia de este rayo y la del sexto (que está en la línea de poder de segundo rayo) sea fácilmente eficaz, constituyendo necesariamente la línea de menor resistencia. Esta situación puede por lo tanto producir una indebida sensibilidad y desenvolvimiento desequilibrado de las características. Nuestras características ejercen influencias sobre la conducta, y nuestras reacciones sobre las circunstancias. Esto significará también que la influencia de los rayos primero, tercero y séptimo, será fundamentalmente perturbadora y provocará resistencia o, por lo menos, una actitud no receptiva. En el mundo, los rayos que están hoy en la línea de la energía del primer Rayo de Voluntad o Poder [e101] (en el que se incluyen el tercero y el séptimo) se hallan en la proporción de tres a dos (en lo que concierne a la actual manifestación), [i136] en consecuencia podemos esperar una expresión más plena de los atributos y acontecimientos de primer rayo, que de otra manera no sería posible. Esto será especialmente así porque el sexto rayo está saliendo rápidamente de la manifestación. Lo antedicho es una información de poco valor en la actualidad. Sus implicaciones se harán cada vez más evidentes a medida que trascurra el tiempo, por lo tanto las incluyo en mi enseñanza. | |||
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