Discipulado en la Nueva Era I - Cartas a R. A. J.
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R. A. J. |
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Hermano mío: Debido a la presión del trabajo he demorado la redacción de mis instrucciones personales. Sin embargo, me he dado cuenta que usted tiene mucha paciencia, por eso carece del sentido de apremio. Los que enseñamos desde el aspecto interno generalmente debemos lidiar con dos actitudes extremas, en lo que a nuestros discípulos concierne. Protegernos de las impertinencias de los espiritualmente egoístas (a menudo inconscientes) y exageradamente ansiosos de progresar y aprender; tenemos también que estimular a los discípulos lentos, cautelosos y desconfiados, a fin de que adquieran una actitud más dispuesta y accesible. Los aspirantes y discípulos que tienen disposición para aprender cuando se presenta la oportunidad, deben seguir trabajando con constancia, aunque aparentemente no se produzca un contacto interno. Estos discípulos que no exigen mucho esfuerzo por parte del instructor interno, en último análisis, son los que más progresan. Usted ha consagrado su vida al arte de enseñar y, en consecuencia, se le proporciona ahora una visión más amplia del propósito subyacente en el movimiento educativo planetario, en el cual, quienes poseen visión interna y se dan cuenta de la magnitud del Plan para eliminar la brecha entre la mente superior y la inferior, pueden ayudarnos mucho en nuestro esfuerzo, y usted ayudará también a construir en niveles mentales. Le indico esto porque es esencial llevar a cabo ahora este trabajo mental interno que debe realizar en la conciencia egoica. Ésta no es la conciencia de los niveles concretos del intelecto ni la de los más abstractos de la intuición. Durante los próximos pocos meses será necesario que se dedique a lograr un alineamiento más instantáneo y definido. Con tal objeto hallará una meditación al final de esta instrucción, [i174] cuyo objetivo principal es obtener dicho alineamiento. Para aclarar su mente al respecto, le pido además, que busque en mis libros todo cuanto haya dicho sobre el alineamiento. Es conveniente que lo anote, y después de un detenido estudio, escriba un artículo sobre la naturaleza del verdadero alineamiento. De esta manera estabilizará su propio conocimiento y servirá a sus condiscípulos, recordándoles en forma unificada todo cuanto he dicho sobre el tema. Trascriba cada párrafo completo, hermano mío, extráigalos de los libros y preséntelos en correlación [e172] ordenada, de manera que la instrucción más sencilla vaya primero, y la más abstracta después. Al iniciar conmigo su trabajo personal quizá se pregunte ¿cuáles son los requisitos que yo considero importantes para usted en la actualidad? El equipo de los discípulos siempre carece de muchas cosas y adolece de otras que deberían eliminarse. Sin embargo, no es necesario ni útil atacar todos los puntos a la vez; por lo tanto, le diré que el mayor apremio es lograr más rápida y firmemente una vibración elevada. Su progreso en el sendero fue perseverante y constante, y la tendencia de su vida estuvo directamente orientada hacia la meta; pero el ritmo, mejor dicho, el latido espiritual de su corazón, es lento y tendría que acelerarlo. Debe moverse con más rapidez en el sendero y lo logrará mediante una actitud mental más activa. El grado de vibración difiere en cada cuerpo. El cuerpo astral vibra más rápidamente que el físico, y la vibración del mental es más elevada y rápida que la del astral. Debe tratar de vivir en el plano mental y en la conciencia de la mente, lo cual le permitirá (después de haber trabajado dos o tres años conmigo) "mantenerse en el ser espiritual", algo que ahora sólo lo consigue mediante un gran esfuerzo y tensión mentales, porque aún no constituye un hábito en su vida. Va mi bendición por esta nueva forma externa de comunicación, aunque durante cuatro años haya trabajado internamente con usted.
Hermano mío: En su caso particular, es fácil deducir las implicancias del año trascurrido. Ha habido un constante desenvolvimiento y, [i175] a veces, también algún desaliento, renovada determinación de seguir adelante a cualquier precio y a la vez un sentido de fracaso, debido mayormente a la fatiga física y a la presión de la vida. Sólo usted sabe cuán cansado se ha sentido a veces. Han sido muy pocos los momentos en la cúspide y muchos en la experiencia del valle; pero generalmente ha prevalecido la constante monotonía de una profesión que se convirtió en hábito arraigado, ansiando con frecuencia sentir los primeros entusiasmos. Sin embargo, no se puede evitar esto, pues es una de las cosas que le ocurren a los discípulos que realmente se hallan en el sendero. La vida en el plano externo se vive casi automáticamente, y cuando se trasforma en hábito, queda bajo el umbral de la conciencia, estableciendo así orden, [e173] regularidad y buena disciplina, pero si la conciencia llega a centralizarse allí, habrá aridez y ansia de cambiar y de sentir las primitivas "emociones" (empleando la palabra en su significado técnico psicológico), que darán sentido de realidad al trabajo externo. Pero esta entrenada respuesta a las condiciones ambientales, conduce, como dije, a hábitos de respuesta correctos y automáticos que deberían ser considerados como una liberación, dándole la libertad de profundizar y excitar la vida subjetiva interna, donde se enfocará cada vez más el centro de la conciencia. Le digo esto porque (a medida que analizo su condición general) me parece que lo que usted más necesita es tener conciencia de la liberación. Todos necesitan, y especialmente usted, la profunda corriente subterránea de la aspiración espiritual y estar atentos mentalmente al impacto del alma. Durante algún tiempo se dedicó a adquirir el alineamiento de la personalidad. La atención puesta en ello debe producir resultados y los produjo, aunque no se haya dado cuenta todavía. Lo perciben otras personas, aunque no saben decir en qué estriba el cambio. No es mi propósito variar su meditación, pero le daré siete pensamientos simiente, recomendándole concentrarse en ellos durante el período de la meditación. Por lo demás practique la meditación que le di. Los pensamientos son: 1er. mes - El Poder del Alma fluye a través de mi vida como una constante corriente. Lo percibo en mi actitud hacia la vida [i176] y en la luz que derrama al fluir por todos los aspectos de mi naturaleza. Que ese poder fortalezca mi voluntad de servir. 2do. mes - La Luz del Alma se vierte sobre mi camino como la de un faro luminoso, y en esa luz percibo la luz en otros. Sé que no camino solo. 3er. mes - El Amor del Alma emana de mi corazón, sobreviniendo la comprensión, la conmiseración, el amor y el olvido de mí mismo. Llevo amor a todos. Devuelvo amor por amor y me olvido de mí mismo. 4to. mes - El Gozo del Alma irradia en mi vida, aligerando la carga que agobia a aquellos con quienes entro en contacto. El Gozo del Señor es mi fortaleza y me fortalezco al sentir gozo por los demás. 5to. mes - La Pureza del Alma actúa como corriente purificadora y baña mi ser inferior en las "aguas purificadoras". El cuerpo de deseos se purifica, limpia y [e174] fortifica. De esta manera me convierto en una fuerza purificadora para todos aquellos con quienes entro en contacto. 6to. mes - La Voluntad del Alma se convierte en mi voluntad. No conozco otra. Esa voluntad es amor, paz, poder y fuerza para vivir. Me lleva adelante. Me conduce hacia la Cruz y la Resurrección. Sólo así podré revivir y elevar a mis semejantes. 7mo.mes - La Presencia del Alma mora en mí. Camino con Dios día y noche. Estoy con Dios en los caminos de los hombres; la sombra de Su Presencia, que es la Presencia de mi alma, revela a Dios en todas partes y en todos los hombres. Percibo la divinidad en todas direcciones y en todas las formas. Creo, hermano mío, que si reflexiona sobre estos pensamientos y trata de incorporarlos a la meditación sobre el alineamiento que le di anteriormente, adquirirá fuerza para cumplir la voluntad de Dios. Los dos aspectos de sí mismo -la personalidad alineada y el alma atenta- irán hacia la unidad. No le daré un trabajo determinado, pues quisiera que lleve a cabo las instrucciones que le impartí últimamente. Sin embargo, si decide tomar [i177] nota cada mes de lo que pueda tener un significado durante la práctica de la meditación, cristalizará sus vagas reacciones y se posesionará del poder que subyace detrás de las fórmulas mántricas. Diré algo más, hermano mío. Manténgase firme y sepa que no está solo. El grupo de discípulos de mi ashrama no es todavía un todo integrado; su personal no está completo, pero constituye un refugio en los planos internos. Tiene el amor de sus condiscípulos. Puedo decirle que yo también "estoy a su lado" con fuerza comprensiva.
Me pregunto si usted ha observado (cuando digo "usted" me dirijo a todos los discípulos de este grupo ashrámico) que el rayo egoico de la mayoría de ustedes es el segundo... La razón de haber elegido almas de segundo rayo para trabajar en este grupo, se debe a que preeminentemente es el rayo de la enseñanza, denominado a veces el de la "influencia dadora de luz", o "el rayo del iluminador". La tarea del verdadero educador es llevar luz a las mentes de los educandos, a fin de que recorran con mayor [e175] seguridad el camino que conduce a la meta en determinada encarnación. Se evidencia, por lo tanto, que la mayor influencia predominante en este grupo debería ser la de segundo rayo. Es interesante observar que prácticamente predomina en todos los casos la influencia del rayo del alma. En este grupo no hay personalidades de segundo rayo. En consecuencia requiere mucha actividad, definidamente aplicada por todos ustedes, a fin de poner de manifiesto su expresión. También debe observarse que las personalidades pertenecen -con una sola excepción- a la línea 1,3,5,7, demostrando con ello la tendencia a mantener el equilibrio y contrarrestar la influencia poderosa y dominante de la línea 2,4,6. Quisiera que tengan presente constantemente la palabra equilibrio, al analizar el trabajo del Ashrama y la interrelación grupal. Sólo una persona equilibrada puede satisfacer las necesidades de aquellos a quienes se les ha confiado la enseñanza, o pueden manejar sabiamente las dos líneas de fuerza sintetizada, que entran en conjunción en todo proceso educativo. Ambas líneas de fuerza [i178] constituyen las cinco líneas de energía que componen el equipo del instructor y el de aquel a quien se le debe enseñar. En ninguna profesión es tan necesaria la actitud del observador como en la profesión de maestro. Tampoco en cualquier otra tiene tanta importancia la correcta manipulación de las propias fuerzas personales. Si se logra, producirá automáticamente dos técnicas que más adelante estudiaremos detalladamente: la técnica para controlar las propias fuerzas, de manera que no se produzca presión indebida o peligrosa, y la técnica para emplear la presión correctamente, a fin de evocar respuesta del educando. Esto constituye una ciencia definida y nos ocuparemos de ella a medida que continuamos con nuestro estudio. Una de las cosas que trato de hacer hoy es proporcionarle un análisis de los rayos que determinan el equipo de su personalidad, a fin de poder equilibrar su desenvolvimiento con el mayor beneficio posible, y saber con qué fuerza puede trabajar. Con el tiempo surgirá la cuestión de la índole de los reajustes que deberá hacer para relacionarse con sus condiscípulos, reajustes que se harán de acuerdo con las predisposiciones innatas y su utilización a fin de obtener el mayor beneficio posible, para llegar a una comprensión que conducirá a una actividad benéfica y creadora. Luego, hermano mío, le daré a usted y al grupo una meditación que los ayudará a equilibrar el problema de la interrelación interna de rayo, y recopilaremos así algunas meditaciones sobre [e176] los rayos, que pueden ser de valor, no sólo para usted, sino también para otros, si la practica con debido cuidado. Esto es algo que he querido hacer desde hace tiempo. Como bien sabe, sus rayos principales son el segundo y el séptimo. Este último le otorga, si puede comprenderlo y decide utilizarlo correctamente, el poder de apropiarse de la luz que reside en usted y en el alumno, e iluminar la vida en el plano físico, porque el séptimo rayo rige las relaciones espíritu-materia. Su rayo mental es el cuarto, el de Armonía a través del Conflicto, la belleza mediante el orden y la unidad mediante la comprensión. Correspondiendo éste a la línea del rayo de su alma, [i179] tenderá a establecer rápidamente contacto con ella, por conducto de la mente, si se dedica diligentemente al trabajo implicado. El problema de su vida reside, por lo tanto, en las relaciones internas y en el campo de servicio elegido. Lógicamente esto atañe a todos, pero su principal campo de batalla en conexión con esto, reside en la reconciliación de las fuerzas que luchan dentro de su propia naturaleza y en su medio ambiente. No es el kurukshetra de los "pares de opuestos", en medio del cual se encuentra Arjuna, tratando de equilibrar las fuerzas en lucha, sino el campo de batalla donde luchan las relaciones más elevadas -entre el alma y la personalidad y entre lo que usted es en esta vida y el medio ambiente, donde se halla el campo de servicio elegido. Logrará su liberación personal cuando haya obtenido la armonía a través del conflicto, y la mejor técnica es adquirir esta influencia armonizadora en su propio medio ambiente, como resultado del conflicto interno que se libra silenciosamente en el santuario de la mente. Su cuerpo astral o emocional pertenece al sexto rayo, de manera que tiene una línea de fuerza que viene directamente del alma. En su caso, dicha energía se manifiesta predominantemente como dedicación al deber, según usted lo entiende, y como responsabilidad, según usted la reconoce, y no tanto como dedicación a las personas o a los ideales. Esto ha constituido el factor equilibrador más importante en su vida. El problema lo verá con mayor claridad si le digo que su cuerpo físico pertenece al segundo rayo. Sus rayos son:
Esto significa que todo su equipo corresponde a la línea de fuerza de segundo rayo, por lo tanto, necesita un equilibrio inteligente. ¿Cómo puede hacerlo? ¿Dónde surgirá [i180] la dificultad del problema creado por ésta? Creo poder aclarárselo, señalando que debido a que los vehículos de la naturaleza inferior corresponden a la misma línea de influencia del alma, se presentarán dos dificultades que deberán ser reconocidas:
Inicie el trabajo del día buscando y esperando los resultados de esta meditación de primer rayo. Sepa que estos resultados son infalibles mientras "permanezca con fortaleza en el ser espiritual".
No tengo otra intención que decirle unas breves palabras, aclarar someramente otras que deberían encerrar la meta de su personalidad, y sugerirle una meditación. Posee gran conocimiento, y aunque la vida es hoy tan intensa y plena, una multitud de palabras puede llegar a los oídos ensordecidos por el ruido y el espejismo de nuestro mundo moderno. Ha pasado por un año de tensión, predominantemente interna. Creo que se dio cuenta que fue para su bien. Sólo bajo la presión de las circunstancias se puede evocar el pleno poder del alma. Tal es la ley. El año próximo quizás tendrá poco alivio o aminoramiento de la tensión (también interna), pero estará mejor equipado para manejarla. Trato de destacar la palabra alineamiento, pues debe establecer un contacto correcto y directo entre el alma y el cerebro, por ser el rasgo característico de todos los discípulos experimentados. El alineamiento entre la mente y el cerebro ya logrado, mejoró bastante el alineamiento superior esencial, y no es necesario que trabaje tan arduamente para desarrollar esa capacidad. Sin embargo, debe utilizar con más frecuencia y facilidad la línea de fuerza que ha establecido entre el alma y la personalidad, que tendría por resultado poner de manifiesto la significación de las otras dos palabras, e irradiando luz y amor, usted constituiría un motivo de inspiración acrecentada para los demás. La segunda palabra, radiación, debería ser la tónica de su vida, hasta que le imparta otra instrucción. Quisiera que tratara de expresar el tipo específico de irradiación de luz que llega a otros en aras del gozo. Le recordaré que la felicidad es el resultado de la satisfacción de los deseos de la personalidad, el gozo es la seguridad que da el alma, mientras que la bienaventuranza es la consumación que la mónada concede al iniciado. Antes de practicar la meditación grupal, hermano mío, le pido que lleve a cabo el breve ejercicio espiritual -como lo denominan los místicos cristianos: [i182]
Mi bendición
queda con usted. Enero de 1939 Un espejismo lo domina hermano mío, y usted lo conoce muy bien. No es necesario que lo nombre, pues sabe a qué me refiero. Tiene afinidad con el temor, y lo sintoniza con el poderoso y bien desarrollado espejismo mundial. Está vinculado con su cuerpo astral y naturaleza emocional de deseos. Es muy poderoso y ha persistido mucho tiempo, por lo tanto constituye un arraigado hábito mental. Viva como si el espejismo no existiera. A medida que trata de actuar como alma y hacerlo como si fuera desde los niveles de la misma, aprenderá que las cosas que en la conciencia de su personalidad son poderosas y evidentes, en realidad no existen ni llegan hasta la conciencia del alma. Ya sabe a qué me refiero. Empleando una significativa frase moderna, le aconsejo que de una vez por todas "se olvide" del espejismo. No permita que limite la influencia que está en condición de ejercer a medida que presta servicio en su específica esfera de utilidad. No se desaliente (que es un aspecto de su espejismo particular) si no ve (en esta vida) los resultados de la influencia condicionante que ejerce sobre otras vidas. Recuerde que, como discípulo, en esta vida establece relaciones que no manifestarán su verdadera importancia hasta que usted, como Maestro, reúna a su alrededor un grupo para instruirlo; hoy se está preparando para prestar servicio en vidas futuras. El trabajo que debe realizar el próximo invierno lo ha emprendido con fuerza y vigor renovados. Parece que en la actualidad llega el alivio y la liberación [i183] tanto para usted como para la mayoría, concentrándose en la tarea designada en la vida; del cumplimiento y la perfección con que se desempeña el deber, surge el sentimiento de que contribuimos a mitigar la necesidad del mundo. No obstante, como habrá descubierto, eso no es suficiente para el discípulo, y constituye un problema para usted. Al enseñarle, trato de hacer tres cosas:
Ya le dije que usted estaba creando esas relaciones que se manifestarían posteriormente. Me pregunto si lo hace conscientemente. Estas relaciones son de índole distinta de las que existen entre usted y sus asociados en el campo de trabajo elegido, o entre usted y sus hermanos de grupo. El discípulo, y más tarde el iniciado de cierto grado, desde el superior al inferior, tienen que establecer y mantener una doble relación:
Sería de gran valor si tratara especialmente de diferenciar estas relaciones y reconociera y regulara las que son inevitables y las que emergen definidamente del pasado. No pueden eludirse, y constituyen con frecuencia -por su interacción en la vida del discípulo-, el principal problema de la vida. El discípulo debe manejar con inteligencia la interrelación entre él y el ashrama, para poder llevarse a cabo la interacción subjetiva y la fusión grupal sin obstáculos y con prontitud. Aquí es donde me agradaría [e181] ver una integración más estrecha y agudo interés de su parte. Su actitud hacia sus hermanos de grupo es algo negativa, ¿no es verdad? Sería deseable un contacto más positivo. No quiero decir que haga contacto personal, como el implicado en la palabra "amistad", sino que usted se exteriorice y reciba de ellos el significado espiritual superior de la vulgar expresión "dar y recibir". ¿Qué da usted al grupo? ¿Qué recibe del grupo? Si ambas cosas no existen, no se produce la libre circulación del pensamiento y de los deseos unidos, a que me referí anteriormente. Donde no existen éstos, puede producirse obstrucción y bloqueamiento, lo cual ocurre automáticamente y sin intención alguna, resultado de un estado particular de conciencia. Este "paulatino y no reconocido" alejamiento, como se lo llama a veces, se basa en muchas cosas. Puede ser un modo de autoprotección necesario debido a los largos años de extrema sensibilidad, lo cual debe eventualmente convertirse en custodio de los intereses grupales. Puede ser resultado de la timidez y de una naturaleza inarticulada que anhela y busca compañerismo en el Camino, pero que no sabe cómo trasformarla en proceso activo. Puede ser el resultado de una actitud de crítica, pues la mente censuradora, como bien sabe, separa y divide. Puede también ser causado por la tendencia a la soledad, inducida por tendencias naturales inherentes, o por ocupar un cargo ejecutivo, o por las circunstancias de la vida individual, o por la tristeza [i185] y los traumas en las primeras experiencias de la vida. Esto debe ser equilibrado por la exteriorización del alma, la cual trasfiere todo el problema de las relaciones a un nivel más elevado de contacto, trayendo la liberación y el poder de comunicarse, característica de la vida grupal. Le pido que considere con cuidado estas ideas y que reflexione sobre el establecimiento de relaciones grupales y el reconocimiento de las mismas en su conciencia cerebral, porque éste es su problema, respecto al grupo del cual forma parte. A la relación exotérica debe sumarse la relación interna. Creo que lo sabe. Tal contacto debería ser relativamente fácil, pues en su naturaleza están activos cuatro de los siete rayos, careciendo en esta encarnación de los rayos que tienden a producir actitudes separatistas en las primeras etapas de expresión (primero, tercero y quinto). Me pregunto, hermano mío, si ha observado la relación que existe entre gozo y radiación -dos palabras clave que le di como guía hace años. Radiación es una tangible sustancia y una potencia que produce efectos. Su radiación "o cualidad de contacto áurico [e182] efectivo" es reconocida y evoca reacciones en el plano objetivo, en su medio ambiente inmediato y en todos los que se ponen en contacto con usted. Llamo su atención sobre la radiación subjetiva, conscientemente enfocada, la cual debiera producir efectos sin contacto físico y constituir su servicio gozoso. El gozo es el impulso más poderoso detrás del tipo correcto de radiación. Quizás me pregunte: ¿Cómo llega un Maestro a su grupo de discípulos? Por radiación directa. Ésta es la base de toda comunicación telepática e interacción grupal de gran utilidad. Como ejercicio para fomentar este deseable proceso de radiación efectiva, le pediría que se esfuerce durante unos pocos meses por llegar a dos de sus hermanos de grupo, mediante el pensamiento dirigido, el gozo y la exteriorización del amor. Elija dos, y trate de establecer contacto. Le sugeriría que en lo posible eligiera a los que usted no conoce personalmente, porque el ejercicio será más útil y en consecuencia constituirá una prueba más definida... Es necesario que se cuide físicamente hermano mío, y también que cultive el aplomo. Ha recibido mucho entrenamiento, pero mucho se le exigirá [i186] durante los próximos meses, y para ello debe estar preparado. La cualidad que expresa en su vida es buena. Todo lo que necesita es intensificarla. NOTA: Este discípulo colabora
todavía activamente con El Tibetano. |
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