Discipulado en la Nueva Era II - Cartas a H. S. D.
|
|||
|
|||
|
|||
|
|||
H. S.
D. |
|||
Septiembre de 1943 Hermano mío: Durante este año se produjeron en su vida ciertos procesos liberadores. Está mucho más libre de complicaciones que antes y enfrenta una nueva oportunidad para servir y evolucionar. Mi problema consiste en ayudarlo a extraer algún beneficio del pasado, de modo que el futuro sea un período más fructífero que nunca. Ha estado vinculado con mi Ashrama durante algún tiempo y fue otra vez aceptado en el nuevo grupo simiente. Menciono esto porque quiero subrayar la palabra simiente. Usted debe ocuparse del germen, únicamente del germen de la vida espiritual, quiero que aparte su pensamiento y énfasis de la idea de que fructifique su vida en los años venideros y lo lleve al concepto de nutrir y fomentar la simiente o germen de la nueva vida, que recién comienza a surgir. El Antiguo Comentario dice: [e609]
Dejo que interprete esto por sí solo. El futuro que tiene ante sí -cercano o lejano- debe encararlo en forma distinta del pasado. Usted está solo. No obstante, lo acompañan sus hermanos del Ashrama, por consiguiente, no se halla solo. ¿Qué [i714] tiene ante sí? ¿En qué forma serán constructivos, organizados y creadores los años venideros? Elegí cuidadosamente las palabras -constructivos, organizados y creadores- y le pido que reflexione sobre ellas. ¿Qué contribución constructiva puede aportar ahora al trabajo que llevan a cabo los colaboradores elegidos por usted? ¿Cómo organizar su vida de manera que el resultado sea definido y tenga algo que mostrar como resultado de la actividad desarrollada? ¿Cómo aminorar y canalizar la intensa actividad de su mente para que surja algo creador que valga le pena? Tendrá que encarar estos problemas, y en ello puedo ayudarlo, hermano mío, si acepta y sigue mis sugerencias. El punto débil de su servicio grupal reside en que nunca termina los proyectos aprobados. Trabaja un poco en algún sector de la actividad grupal y luego pasa a otra cosa; su propósito básico es sólido y duradero, su firme adhesión a algún aspecto de mi trabajo, es inquebrantable y real, pero su labor en la superficie es inestable, y desde el ángulo del tiempo no es suficientemente persistente como para dar resultados. ¿Por qué? Las respuestas son dos: su mente excesivamente activa salta de un lado a otro, va y viene y superorganiza todo lo que toca. Segundo, debido a esta intensa tensión mental, y al constante movimiento, el cuerpo físico lógicamente es muy nervioso y se agota continuamente, porque raras veces concluye algo, y cuando lleva a cabo un proyecto y se adhiere a un plan, afluye energía al plano físico y, por consiguiente, al cuerpo físico. Su cuerpo vital siente el constante tirón hacia arriba de la fuerza mental, que no puede expresarse debido a que en el plano físico ninguna actividad es llevada a su conclusión. Su mente es como un trompo zumbador que cae constantemente y debe ser puesto de nuevo en movimiento, sin efectuar nada útil. Ése no es su deseo ni su intención, hermano mío. Entonces, ¿qué es lo que está mal? Le explicaré llanamente dónde está el defecto. [i715] El constante sobrestímulo de la mente es tan poderoso que no le deja tiempo ni energía para expresarla en el plano [e610] físico. ¿Cómo se remediará e impedirá este sobrestímulo, y se retardarán las cosas a fin de que haya tiempo para las realizaciones? Mi respuesta es: Abandonar totalmente la práctica de la meditación durante un año por lo menos, o hasta que lo autorice a reanudarla Por medio del proceso de la meditación se aparta y evade, y lo hace con tanto éxito que las energías, con las cuales entra en contacto, se enfocan en la mente. Es necesario que evite esto. Ahora debe reunir los resultados obtenidos en las prácticas anteriores de meditación y aplicarlos al servicio activo, elegido deliberadamente y llevado definitivamente a su término sin meditación alguna, sino por la fortaleza del conocimiento acumulado, el cual nunca empleó. Le pido, por lo tanto, que abandone toda meditación, incluso la grupal. Puede emplear quince minutos para la dedicación, la consagración y el contacto con su alma y conmigo cada domingo por la mañana y durante el período de la Luna llena. Participe en la meditación grupal de la Escuela, pero considere las meditaciones grupales como actos de servicio y no como un medio para estimular y renovar su propia naturaleza. Tome parte en el grupo que A.A.B. reúne los viernes por la noche, pues mucho podrá aprender allí. Pero en manera alguna dedique tiempo a otra meditación -particularmente en relación con el trabajo que pueda estar realizando. Necesito su activa colaboración en el plano físico, en determinada línea vinculada a mis actividades, y también que colabore a cualquier precio, a fin de que algo quede terminado. ¿Cuál será ese trabajo, qué aspecto del mismo llevará a cabo y qué responsabilidad asumirá? Creo que deberá tratar esto con A.A.B., si usted lo desea. Si sigue estas instrucciones descubrirá con sorpresa que la vida será más fácil para usted. Su mente se convertirá paulatinamente en su instrumento y no en su amo, como en la actualidad; su cuerpo etérico se estabilizará, y mejorará su salud general; se acrecentará su interés [i716] y aumentará su utilidad y, hermano mío, sé que ése es su deseo. Sólo trato de ayudarlo para que esté a la altura de su propia idea. Le permitiré practicar otro ejercicio. Le doy a continuación ciertas frases o enunciados, uno para cada mes del año. Cada mañana, antes de levantarse, pronuncie una sola vez en voz alta la frase correspondiente al mes, emitiendo así la nota clave para el día. Pero no medite, ni cavile o reflexione sobre la frase.
Este cambio no va a ser fácil para usted, hermano mío; aparentemente interrumpirá y perturbará el ritmo de su vida, pero [e612] obtendrá buenos resultados, y nunca le pesará haber accedido a mi pedido. Lo mejor está por delante. Se lo necesita y hay un servicio que puede prestar junto con sus hermanos de grupo y conmigo.
Noviembre de 1944 Esta es la última instrucción individual y específica que le daré. No tengo la intención de repetir continuamente lo que quiero que usted -y todos- lleguen a ser y hacer. Recibió muchas cosas en el transcurso de los años, que aún debe aplicar con efectividad práctica. Me pregunto. ¿observó cuán frecuentemente empleé la palabra "efectiva" en esta serie de instrucciones grupales e individuales? Lo hice deliberadamente porque esa palabra encierra algo que querría expresara cada uno. La verdadera efectividad es el resultado de una fusión de la energía del alma con la fuerza de la personalidad, y debido a esta fusión etérica, la expresión [i718] física es adecuada a la demanda y proporcional a la combinación de las fuerzas Los que fueron admitidos en el Ashrama establecieron ya cierta medida de contacto definido. Al círculo interno del Ashrama se llega mediante una relación más estrecha con el alma, y sobre esta relación debe concentrarse definidamente Está realizando un gran esfuerzo para colaborar y llevar a cabo mis instrucciones, y no le resulta fácil. Tardó mucho tiempo para emprender el trabajo, desde que recibió mi última instrucción; demoré bastante para enfocarse en una actividad definida, como lo insté hace algún tiempo, lo cual es también resultado de su mente supera razonadora que al ocuparse de las circunstancias de la vida, tiende, en su caso, a complicar y acomplejar las cuestiones más simples del plano físico. Propende a dar importancia a las cosas que no la tienen en lo más mínimo. La meta para el resto de su vida debería ser lograr la simplicidad de los asuntos y las relaciones. Quisiera que a esa simplificación añada un sentido de mayor dignidad personal -dignidad que se manifestará como reticencia física, de la cual sabe poco aún, pero irá sabiendo más a medida que reflexione sobre esa palabra. Quisiera también que agregue estas dos cosas necesarias para su expresión en el plano físico, la comprensión -comprensión basada en el amor, y no en un proceso mental, lo cual le resultará difícil, porque implica que deberá guiarlo el corazón, sin el acicate de su mente versátil y fluida. Si anhela desarrollar estas cualidades -la simplicidad desde el ángulo mental, la [e613] comprensión desde el ángulo emocional y astral y la dignidad desde ángulo físico- y se dedica a desarrollarlas durante el resto de esta encarnación, comenzará su próxima vida equipado para prestar un servicio más pleno, con un instrumento físico del que podrá depender. A.A.B. me dice que usted se aflige porque va a la zaga de los demás en el nuevo grupo simiente, en lo que se refiere a la recepción de la serie de instrucciones grupales. Ella me preguntó qué podía hacer, pues se las dará si yo deseo que usted se ponga "a la par" (éstas son palabras [i719] suyas). ¿Ponerse a la par de qué y de quién, hermano mío? Recibir instrucciones escritas no indica capacidad ni graduación, porque en la vida espiritual y en toda vida que está libre de la percepción del cerebro físico (tal como usted lo entiende), "ponerse a la par" no existe. Desde el ángulo del esoterismo, que se ocupa del aspecto egoico de la vida, el tiempo es sencillamente la secuencia de estados de conciencia registrados por el cerebro físico. En realidad, en nada afecta al hombre espiritual interno. Debe saber -y esto es algo que todos los discípulos deben captar- que usted, el verdadero Ser, no necesita instrucciones. La tarea de todo Maestro consiste sólo en llamar la atención del hombre, por intermedio del cerebro físico, acerca de esa fase de la Sabiduría Eterna que su propia alma trata de hacerle captar. En realidad, usted recibió instrucciones a intervalos más breves y en más rápida sucesión que sus hermanos de grupo, debido a la inoportuna y ambiciosa demanda de su mente ágil e insatisfecha. Pero de ninguna manera asimilo lo impartido, ni practicó la meditación que necesita; por lo tanto, después de que el sol se haya desplazado hacia el norte recibirá únicamente instrucciones grupales comunes y le insinuaré a A.A.B. el momento propicio. Respecto al trabajo de meditación, puede practicar el delineamiento dado en la última serie, haciéndolo sin indebida presión y sin una ansiosa expectativa, simplemente como un deber exigido. Vigílese con extremada atención y absténgase de emplear la Palabra Sagrada, excepto en la meditación grupal, donde el aura del grupo absorbe las energías entrantes, evitando que usted se estimule indebidamente. La mente, despierta y activa, es la gran transmisora de las energías liberadas por la Palabra Sagrada. Cuando la emite la persona emotiva, resulta afortunadamente ineficaz en la mayoría de los casos y ninguna energía llega al mecanismo de la personalidad. Cuando la mente está activa y en armonía con el alma en determinadas etapas de evolución, puede extraer y extrae energía del alma y la pone [i720] rápida e inmediatamente en relación con el cerebro. De allí proviene gran [e614] parte de las dificultades vinculadas con el sobrestímulo, del cual usted es víctima. Adhiérase estrictamente a esta recomendación. Uno de los factores, que debe descubrir y expresar en las relaciones ashrámicas es esa paz segura y confianza interna que caracterizan la vibración de dichas relaciones Usted vive demasiado febrilmente. Lo achaca a un cuerpo delicado, hermano mío, pero no es así. Se debe a la mente febril; hasta que la calma, la paz y la tranquilidad, caractericen sus procesos mentales, no será conveniente que penetre en el Ashrama más allá de donde usted se encuentra ahora. De modo que esfuércese por mantener la mente tranquila. El vehículo físico es mucho más fuerte de lo que cree y tendrá más salud si su mente puede estar mejor regulada. Un Ashrama es un lugar de esfuerzo regulado, tranquilo y confiado. El plan y la inmediata actividad de servicio son Conocidos y los discípulos e iniciados -cada uno es consciente de su tarea y equipo- efectúan la fase que les Corresponde en el Trabajo Uno. Todos presienten la relación que tienen con el aspecto del trabajo emprendido por sus hermanos de grupo. La confianza y la seguridad se desarrolla aprendiendo a ver la totalidad del cuadro como lo ve el Maestro. En reemplazo de la dedicación matutina de los domingos, le detallaré cuatro imágenes para que reflexione y procure ver detrás de su simbolismo el mensaje de su alma para la personalidad.
Tome estas imágenes -una cada domingo del mes- y trabaje creativamente con ellas. Al terminar el año, envíe a A.A.B. (para ayudar al grupo) su interpretación de estos símbolos. Diga la verdad a través de los mismos y no tema la crítica. Va progresando, hermano mío, y, si quiere, puede ser de utilidad a sus semejantes. Recuerde que en el centro del Ashrama me encontrará en cualquier momento, pero sólo cuando lo haga con sencillez, comprensión y dignidad.
Hermano mío: En mi anterior instrucción le dije que seria la última. Entonces no tenía la intención de romper la afiliación ashrámica externa. Hoy sí, por lo tanto que llegue a usted y también a sus hermanos una palabra de despedida que será de importancia práctica en el plano físico. Siento gran preocupación por usted debido a que su vida en el plano físico es ahora tan fluida como antes lo fue su mente y, hermano de antaño, sabe que esa mente inquieta, ambiciosa e insatisfecha, nos ha traído grandes dificultades en nuestra asociación [i722] durante muchos años. Consideremos con toda claridad su situación y le explicaré un sabio procedimiento para el futuro. Demostró ser un discípulo consagrado; es miembro de mi Ashrama, pero su fluidez mental le ha impedido entrar en una relación más estrecha con éste. Permanece aún en la periferia, cuando debería haber llegado, por lo menos, hasta el primer círculo de discípulos activos. Sin embargo, ello fue imposible y lo será hasta que se haya tranquilizado y establezca un ritmo en su vida en el plano físico. Comprendiendo esto, A.A.B. le rogó, no hace mucho, que se afianzara. No podía alegar razones ashrámicas, porque nunca se inmiscuye en las cosas que forzosamente debo hacer yo, pero trató ansiosamente de ayudarlo. [e616] Hermano mío, dondequiera esté el discípulo, debe tener un lugar fijo donde vivir, por varias razones. Durante los meses o años, en lo que concierne al verdadero discípulo, esta morada fija se convierte en un santuario, erigiéndose en algo que llega a ser magnético y responsivo al Ashrama y, esotéricamente hablando, puede ser localizado el receptor sensible del cerebro físico del discípulo y descubrir que está aquietado. Confío que comprenderá y quisiera que cavile sobre estas palabras y reflexione sobre mi sugerencia. Quisiera que buscara (y encontrara) un lugar apropiado para residir, que sea de amplia utilidad, el cual no deberá abandonar, a no ser que lo haga en respuesta a los procedimientos normales de la vida. La inestabilidad que trajo a la encarnación constituye su mayor problema en la vida; tampoco ignora que necesita un ritmo constante con el latido cardíaco de la Sede de Nueva York, por cuyo intermedio yo trabajo, lo cual debería orientar su elección para encontrar un lugar donde afianzarse, y acentúo y acentuaré, hermano mío, la palabra afianzarse. Esto es para usted una necesidad espiritual y significará oportunamente salud, paz y un estable y arraigado ritmo personal y también un paso hacia la liberación. Aceptó la inquietud y la inestabilidad como factores condicionantes de su vida, pues éste es el gran error [i723] que siempre ha cometido. Ambos factores constituyen un serio detrimento para su progreso y utilidad espiritual, y la razón por la cual no es tan útil como debería serlo para quienes están a su alrededor. Cualquiera sea el tiempo que le quede, hermano mío, detenga este constante movimiento. Esfuércese por estar donde se lo puede encontrar; reúna a su alrededor lo que necesita para vivir pacífica, tranquila y útilmente y allí habite. Nunca insistiré demasiado para que lo haga. Interésese al máximo por las cosas relacionadas con mi trabajo (trabajo que evocó su sincera consagración), pero no dedique tiempo a la meditación. Su constante ansia de meditar es responsable de la mayor parte de su dificultad, porque la meditación sobreestimula su mente fluida y activa y, con el tiempo, da por resultado una inquieta vida física que cambia constantemente. Hable con A.A.B. sobre ello, pues lo ha vigilado muchos años con amorosa preocupación y ahora se halla particularmente afligida por usted. Es mucho lo que puede realizar si está dispuesto a hacer las pequeñas cosas. Ha dado generosamente de los medios que posee e hizo posible gran parte de mi trabajo, lo cual yo agradezco y le transmito el agradecimiento de los que en la Jerarquía están detrás del trabajo del que son responsables A.A.B. y F.B.. Estaremos siempre agradecidos por esa ayuda, como lo están los dos que [e617] trabajan con nosotros, y también lo estaremos por su continua colaboración en esta línea, si así lo dispone su alma, y retenga lo que se necesita para llevar una vida tranquila, agradable, reposada, en una vivienda apropiada, cerca del centro de nuestro trabajo. Estamos tratando de prolongar la vida de A.A.B., que debería terminar este año; lo hacemos muy en contra de sus deseos, a fin de que pueda estabilizarse el trabajo en Europa y se hayan publicado todos los libros. Expongo ambas cosas por orden de importancia. Ayúdela todo lo que pueda. Me pide que no exponga esto, pero tiene mis instrucciones para hacerlo. Su vida es más difícil de lo que usted cree y si no fuera por F.B. ya no estaría aquí. Por la mañana, a mediodía y por la noche, antes de retirarse a dormir, alinéese con su alma, con el Ashrama y conmigo, y diga muy quedamente y sin tensión:
Ésta es la única meditación que le daré para practicar durante el resto de su vida, a excepción de las meditaciones grupales en la Sede de nuestro trabajo. Descubrirá que estas tres afirmaciones diarias bastarán para calmar su mente y convertir el lugar donde habita en un santuario. Quizás le sorprenda algo esta comunicación. Raras veces me ocupo de las cosas del plano físico, y lo hago respecto a ese "centro pacífico de vida", únicamente porque usted carece de él y se niega (internamente) a buscar un lugar apropiado para vivir, lo cual indica un estado mental al que usted debe ponerle fin. Esta inquietud afecta la cualidad de su vibración que, a su vez y en pequeña medida (muy pequeña), afecta a su grupo ashrámico de hermanos. Se abrirá ampliamente ante usted un futuro de servicio, si, repito, está dispuesto a hacer pequeñas cosas y terminar lo que ha empezado. Mi bendición y amor -el amor de un Maestro para su discípulo, distante y cercano, lejos aunque cerca- es siempre suyo. |
|||
|
|||
|
|||
|
|||
|
|||
Esta obra está bajo una licencia de: Los Libros Azules © 2010 — info@libros-azules.org |