|
||||||||||||||
|
||||||||||||||
|
||||||||||||||
|
||||||||||||||
ENSEÑANZAS SOBRE LA INICIACION SEPTIMA
PARTE |
||||||||||||||
Un verdadero problema se les presentaría a los seudoiniciados si tuvieran que responder a ciertas preguntas, entre ellas, la siguiente: ¿Saben en qué se inician ustedes? ¿Se están iniciando los discípulos para entrar en la Jerarquía? ¿Existen ciertos contactos secretos que hacen posible la iniciación? Conocer ciertos misterios y lograr el conocimiento, hasta ahora desconocido, ¿constituye la recompensa de la iniciación? Sobre estas cuestiones se hacen muchas conjeturas y se tienen vagas ideas. En el curso de los años, les di muchas definiciones de la iniciación, todas fueron útiles y veraces. Actualmente trato de ampliar grandemente el concepto que tienen sobre esto, [i324] dándoles un sesgo totalmente nuevo sobre este trabajo absorbente y afirmativo. Lo que debo decir deriva de ciertas insinuaciones dadas en páginas precedentes, las cuales ilustran muy bien el método de enseñanza profundamente arraigado en la técnica jerárquica. Dije que:
En esta instrucción particular me ocuparé de estos seis puntos: 1. Cuando digo que
se está instituyendo más rápidamente la iniciación,
no debe inferirse que al discípulo se le permite cierto relajamiento
o que los requisitos no son tan drásticos, [e285]
ni puede recibir la iniciación antes de que esté realmente
preparado para seguir adelante, antes de haber comprobado su capacidad
de avanzar en el sendero. Esto no sucede en ninguno de esos casos.
Tres factores son responsables de este cambio en los requisitos jerárquicos:
Nada más diré porque no lo comprenderían; lo antedicho pueden aceptarlo como posible hipótesis sin ofender su sentido común o intención. Sólo les pido simplemente que lo acepten. Una gran oportunidad se les presenta; el éxito del sistema de Raja Yoga, la soberana Ciencia de la Mente (originada por el gran iniciado Patanjali hace once mil años), se está evidenciando y sus técnicas se justifican. Lo que Patanjali desarrolló en bien de la Gran Logia Blanca ha sido ahora satisfactoriamente divulgado y se ha justificado en gran [e287] parte el propósito original. En los próximos siete mil años, [i327] su sistema se empleará para entrenar discípulos en el control de la mente. Por este sistema lograrán la etapa de "unidad aislada" y en esa unidad -solos y sin embargo con muchos otros- recibirán la iniciación, que les permitirá liberar las energías en un mundo de hombres que esperan y demandan. 2. Ahora llegamos al segundo punto: que la iniciación vela un secreto y que su revelación es inminente. No puedo revelar cuál es ese secreto; concierne a un tipo particular de energía que puede ser inducida en un momento de tensión suprema. La única insinuación posible que puedo hacerles en relación con este misterioso asunto, es que está estrechamente relacionado con la "Luz cegadora" que Saúl de Tarso vio en el camino hacia Damasco y la "luz cegadora" que acompañó a la descarga de energía de la bomba atómica. La "Luz cegadora" que acompaña siempre a la verdadera conversión (un acontecimiento raro y repentino cuando la conversión es verdadera y real) y la manifestación de todas las Vidas que pasaron por la etapa humana de conciencia -de acuerdo a Su grado- y a la luz liberada por la fisión del átomo, son una y la misma expresión en distintos niveles de conciencia, y están definidamente relacionadas con los efectos y los procesos de la iniciación. Esto no tendrá sentido hasta que hayan pasado por ciertas experiencias iniciáticas. No le resulta fácil al aspirante común comprender que las etapas progresivas en el sendero indican la capacidad progresiva para "recibir la Luz". Cuando el aspirante dice en la nueva Invocación: "Que la Luz descienda a la Tierra", está invocando algo que la humanidad tendrá que aprender a manejar; ésta es una de las cosas para las cuales los discípulos del mundo deben comenzar a preparar a la raza de los hombres. Estos desarrollos planetarios acarrean riesgos y ninguno tan grande como el de la absorción de luz por la humanidad, en escala mundial, con la consiguiente acción refleja en los tres reinos subhumanos. Nada que afecte o estimule a la humanidad a una actividad progresiva, queda sin su inevitable efecto sobre los tres reinos inferiores de la naturaleza. ¡Recuérdenlo! El género humano es el macrocosmos de este triple microcosmos inferior. Éste, como supondrán, puede ser uno de los secretos [i328] del proceso iniciático. El "principio de absorción" emerge como uno de los temas que deberá estudiarse, comprenderse y [e288] dominarse entre una iniciación y otra, porque cada iniciación lleva adelante el tema. En la actualidad, los efectos físicos de la fisión del átomo y su consiguiente empleo constructivo, constituyen el problema inmediato para la ciencia moderna y, les recordaré, este problema es ahora exotérico. Su uso constructivo y el correspondiente empleo en los niveles esotéricos, sigue siendo uno de los secretos de la iniciación. 3. Como tercer punto dije que cada iniciación indica una más estrecha participación en todas las formas de la vida jerárquica. ¿Comprenden en alguna medida lo que ese enunciado significa o cuáles son las implicancias? Me refiero no sólo a un punto de profunda significación, sino también a una gran prueba. Hay una contraparte espiritual o analogía superior, de la vida económica en la Jerarquía de nuestro planeta. La participación está asociada con lo que tiene valor, con lo que debería ser compartido, si se quiere hacer justicia y, básicamente, se asocia con esos valores dadores de vida. Aquí me refiero a la participación en lo que se refiere a las reacciones, las actitudes, los distintos tipos de sabiduría, los diferentes problemas, las dificultades y limitaciones, a fin de que sean constructivos en sentido grupal en vez de destructivos. Nada destructivo tiene cabida en un ashrama, pero los discípulos pueden emplear y emplean fuerza ashrámica en su trabajo y en los tres mundos, en forma destructiva. Esto no es fácil de comprender. Quizás podría aclararlo si señalo que la participación involucra el conocimiento total de todas las reacciones de la personalidad de los miembros del ashrama, es decir, de todos los que se preparan para las iniciaciones menores, por lo tanto, su graduación es inferior a determinado grado. NO hay secreto que no sea develado y, como comprenderán, el descubrimiento de la naturaleza real de esto constituye una prueba importante para los discípulos. Todo lo que existe en la mente de un discípulo puede ser conocido telepáticamente por los demás miembros del ashrama que tienen el mismo grado de desarrollo o los de grado superior, pues por ley lo mayor puede siempre incluir a lo menor. Quisiera que los estudiantes consideren este hecho inteligentemente y con atención; entonces, llegarán al [i329] conocimiento de que sus limitaciones constituyen definidamente un problema para los menos limitados. Llegará un momento en que los que aspiran a ser admitidos en un ashrama y, posteriormente, a la iniciación, deben comprender que sus [e289] limitaciones, puntos de vista relativamente mezquinos y actitudes circunscriptas, son un obstáculo para los eventos ashrámicos progresivos. Si el principio de participación tiene algún significado, tales cosas son de gran importancia y dignas de suprema consideración. Una ilustración de esto puede verse en la respuesta que dio el grupo al trabajo que les pedí emprender en el transcurso de los años. Un escaso puñado respondió, se sacrificó y trabajó arduamente para llevar adelante el trabajo de Triángulos, distribuir la Invocación y ayudar en el trabajo de Buena Voluntad, pero es una minoría muy pequeña. El resto sólo se interesó intelectualmente por el trabajo, pero no hizo los sacrificios necesarios o se negó a hacer primeramente lo primero, y dedicó su vida a las cosas secundarias. Esta limitación, como pueden comprender, ha obstaculizado los planes ashrámicos, y aquellos que trabajaron con todo corazón (y saben que sé quienes son) tuvieron que participar -con dolor y sentimiento- de las limitaciones. He dicho con frecuencia que al entrar en un ashrama, el discípulo deja atrás su vida de la personalidad y entra como alma. Lo que enuncié en el párrafo que antecede no contradice de ninguna manera este hecho. Sin embargo, debe recordarse que un discípulo se convierte en lo que es, como resultado de la aspiración de su personalidad, de sus luchas en los tres mundos y de la etapa de desenvolvimiento espiritual alcanzado. Por lo tanto, aunque deje atrás su personalidad con sus defectos y problemas, revela claramente a sus condiscípulos y a quienes están más evolucionados cuál es su etapa de evolución, de qué carece su equipo y qué etapa alcanzó en el discipulado. A este respecto recomiendo releer lo dicho en las seis etapas del primer tomo de esta obra, donde el material dado es de gran valor aquí. Al principio el discípulo quizás poco tenga para compartir, en cambio revelará muchas cosas a los discípulos avanzados para que las registren, las tengan en cuenta y las contrarresten. También deben regular la energía que actúa sobre el [i330] discípulo que ingresa, de manera que se adapte a su etapa de desarrollo, a su rayo y a su naturaleza. El grupo de discípulos del ashrama que logró el mismo desarrollo que el nuevo discípulo, actúa como grupo protector, y esto sucede cualquiera sea el grado, en lo que concierne a la entrante energía superior. Cuando un discípulo está momentáneamente desorientado, tal protección llega a ser una gran necesidad y, cuando un discípulo está [e290] bajo un espejismo en su vida, impone una real tensión a sus condiscípulos, los cuales deben compartir el impacto y asumir conjuntamente la protección; ésta no es tarea del Maestro, sino que se lleva a cabo bajo Su consagrada y sabia instrucción. La participación ashrámica es una de las grandes compensaciones del discipulado. Por su intermedio se puede "soportar ocultamente" mayor luz. Quisiera que meditaran sobre esta frase. Puede ponerse al servicio del Plan una gran fuerza unida y captarse el significado oculto de las palabras: "Mi fuerza es como la fuerza de diez personas, porque mi corazón es puro". La fuerza perfecta del ashrama (simbolizada por el número 10) está a disposición del discípulo cuya pureza de corazón le ha permitido penetrar en el ashrama; su conocimiento se trasmuta más rápidamente en sabiduría a medida que su mente es sometida a la acción de la comprensión superior de Aquellos con los cuales está asociado; gradualmente, comienza a contribuir con su propia cuota de luz y comprensión, para quienes recién ingresan y son iguales a él. Todo con lo que pueden contribuir los miembros de un ashrama constituye su fortaleza, disponibilidad y utilidad, más lo que aportan Quienes recibieron la tercera iniciación, "extrayéndolo" de fuentes aún superiores, o lo que, ante la necesidad, los Maestros de los Ashramas pueden poner a disponibilidad. Los estudiantes tienden a creer que un ashrama es dirigido por un iniciado de quinto grado (el grado de Maestro). Esto pocas veces sucede. Por lo general hay en cada ashrama tres "Maestros colaboradores", uno de Ellos se halla en el ápice del triángulo, que actúa como Maestro dirigente del ashrama y es responsable de la preparación de los discípulos para la iniciación. Otros "Maestros asociados" a menudo trabajan particularmente durante los ciclos de iniciación rápida, como sucede [i331] hoy. Otros también se están preparando para la sexta iniciación. Este proceso de "participación" no involucra lo que generalmente se entiende como "participar en las dificultades". En un ashrama no entran las dificultades ni los problemas de la personalidad, sólo se reconocen la imperfección y las limitaciones evolutivas (limitaciones para la expresión del alma, que indican el grado o la etapa alcanzada en el discipulado). Sin embargo, si los discípulos actúan o reaccionan de modo que se promueve un ataque al ashrama, lógicamente es reconocido, pero tales casos [e291] afortunadamente son muy raros; podrían ser más comunes a medida que la inspiración espiritual, a la cual la humanidad ahora se somete y reacciona, ponga a un mayor número de discípulos en relación con la Jerarquía. En el caso en que un discípulo ha abierto una puerta para atacar a un ashrama -que como bien saben sucedió en el caso de mi Ashrama- el trabajo conjunto de los discípulos es "sellar la puerta" contra el mal amenazante, retirarle la confianza al discípulo que comete el error y permanecer al mismo tiempo amorosamente a su lado hasta el momento en que haya corregido el error de su proceder y dado los pasos necesarios para detener el mal que inició. Recuerden que nada de esto constituye un ataque personal o individual a un ashrama. Los esfuerzos relativamente débiles de una persona son inútiles y no hacen real impacto sobre la vida consciente del ashrama. El mal liberado debe surgir de un grupo, aunque proceda por intermedio de un discípulo individual. Éste es un asunto totalmente distinto. Un discípulo lo hace si emplea en forma errónea la mente inferior y su capacidad de razonar, la cual puede hacer aparecer lo negro blanco y comprobar que la buena intención es responsable de la energía mal distribuida, o puede dejar entrar el mal, influido por el espejismo, siempre que, repito, sea un mal grupal. En estos casos el discípulo simplemente hace girar la llave y permite entrar el mal grupal. Por ejemplo, el daño hecho al Ashrama del Maestro Morya por H.P.B. en su encarnación como Cagliostro,* recién está desapareciendo, y sus [i332] repercusiones afectaron a toda la Jerarquía. El daño que se intentó hacer a mi Ashrama fue más fácilmente contrarrestado, y la fuente de odio que representó, fracasó en su tentativa por su reconocida mala reputación. Fue contrarrestado por el amor y la comprensión, lo que no es tan fácil cuando se trata de un ataque de primer rayo. En un ashrama, por lo tanto, la participación tiene lugar en las siguientes líneas:
Todo gran acto de
participación da automáticamente por resultado dos reacciones:
No me explayaré sobre esto porque mucho les di sobre estas líneas en escritos anteriores. Unir "dos puntos de energía" (como, por ejemplo, dos discípulos) crea inevitablemente un punto de tensión que puede liberar energía para servir al Plan. Produce también un punto de crisis, de acuerdo al desarrollo de los discípulos involucrados. No se produce un [e293] mismo punto de crisis cuando están implicados iniciados de grados superiores. En estos casos, el punto de tensión da por resultado "una crisis de proyección y dirección" que de ninguna manera se relaciona con la vida o la condición del discípulo, o con su aspiración y comprensión. 4. La iniciación en la actualidad concierne a la vida grupal y no al individuo. Esto no es fácil de explicar a un grupo de personas que se hallan tan polarizadas en sus personalidades que el aspecto de la personalidad de sus compañeros absorbe su atención en todo momento. Digo esto enfáticamente. Los discípulos aspirantes son mucho más conscientes de los defectos y atributos de la personalidad de los demás, que los discípulos más avanzados en los ashramas. El discípulo avanzado puede ser, y lo es, bien consciente de los defectos, fallas y cualidades indeseables de aquellos con quienes está [i334] asociado, pero su tendencia mental a la crítica no es el factor determinante, como sucede en la mayoría de los menos evolucionados. Los condiciona mucho más la aspiración, el esfuerzo y la intención fija, que el aspecto de la personalidad. Mide el aferramiento del alma sobre el yo inferior, principalmente desde el aspecto de la estabilidad de ese aferramiento; trata al aspirante, por lo tanto, de acuerdo a ese reconocimiento, pero no lo hace analizando su falta de desarrollo. Esto es algo de gran importancia, porque así lo hacen los Maestros cuando eligen y entrenan a un grupo para la iniciación. El Maestro no se ocupa de los defectos temporarios sino del aferramiento y de la intención del alma y de cómo responde habitualmente el aspirante a la energía del alma, cuando esa energía es aplicada. Habiendo un firme aferramiento del alma, más un oído atento de la personalidad y un esfuerzo consistente y sostenido desde ambas direcciones -alma y personalidad (y esto es un ejemplo de la invocación y la evocación)-, el Maestro puede empezar a entrenar a un grupo. Esto, lógicamente, es un proceso lento, desde el punto de vista del plano físico, pero en los planos internos -donde no rige el factor tiempo- no tiene la menor importancia. Los Maestros piensan en términos de ciclos y no en términos de una vida individual; como ustedes no pueden hacerlo, excepto teóricamente, no les es posible comprenderlo. Observo, por ejemplo, la experiencia, los fracasos y las realizaciones de los discípulos de mi Ashrama, en términos de ciclos de mil años. Lo que pueden haber realizado en esta vida, a menos que sea de destacada significación, con toda [e294] probabilidad será totalmente desconocido para mí; si quiero, puedo saberlo y lo hago en esos casos en que los resultados de alguna actividad tienen repercusiones sobre mi Ashrama, o sobre una gran parte del grupo de discípulos. Permítanme exponerlo así: no observo el mezquino egoísmo, las pequeñas y tontas vanidades y la inestabilidad que los perturba, las palabras despiadadas que pueden pronunciarse sobre los demás y el hecho de no amar o poner un erróneo énfasis en la vida diaria, y tampoco lo hace Maestro alguno. Son asuntos de su propia alma; los resultados afectan a su familia, amigos o grupo comunitario, y no nos incumben. Sin embargo son [i335] cosas que las ven en los demás y afectan su juicio, evocan simpatía o antipatía, alabanzas o acusaciones, pero -como individuos- los coloca inevitablemente en el banquillo de los acusados. Ningún Maestro se erige en juez. Cuando Cristo dijo: "No juzguéis y no seréis juzgados", indicó un estado mental donde la mente y la comprensión controlan de tal modo, que el aspirante no halaga ni culpa; debido a esta actitud general en el acercamiento mental hacia las personas, entonces es libre para convertirse en miembro definitivo de un Ashrama. Si oportunamente consideran los numerosos y evidentes fracasos de mi experimento al formar un grupo externo afiliado a mi Ashrama, tal como está demostrado en el libro El Discipulado en la Nueva Era, quizás se pregunten por qué elegí un grupo de personas así, o por qué quise conocer sus pensamientos, defectos y fracasos. Lo expondré: Después de haber hecho el análisis de mil años (como lo hacen los Maestros) he sacado en consecuencia que cada una de estas personas demuestra una definida intención egoica y cada una en su vida personal está definidamente orientada hacia el mundo espiritual y reacciona correctamente al control del alma -aunque a veces muy débilmente. El alma las ha aferrado verdaderamente, y ese aferramiento se hizo estable y persistente. No obstante, a pesar de los serios defectos, de las pronunciadas cualidades de naturaleza indeseable de la personalidad y de los erróneos énfasis, estas personas estuvieron y están preparadas para recibir entrenamiento. Sus fallas y debilidades desaparecerán con mayor rapidez de lo que creen, por la influencia que ejerce el alma -como el rocío desaparece bajo el sol de la mañana. La tarea de los Maestros de reemplazar el laborioso proceso de la iniciación individual por la iniciación grupal, está teniendo éxito, aunque se halla todavía en la etapa experimental. [e295] Los "ciclos de interés", o esos períodos en los cuales los Maestros prestan una cuidadosa atención al aspecto cualidad del género humano, también se está acelerando; el proceso de "cálculo" tendrá lugar cada trescientos años en vez de cada mil, como sucedió hasta el año 1575 d.C.. Este cambio puede atribuirse a que el hombre responde con mayor sensibilidad al estímulo espiritual y a la rapidez con que se ocupa de su personalidad. Lógicamente esto no [i336] pueden percibirlo ustedes, debido al trato diario; sin embargo es evidente para Quienes observan a la humanidad con gran desinterés y más profunda comprensión, durante largos ciclos de tiempo. El resultado de esta frecuente vigilancia por parte de la Jerarquía, ha demostrado la confianza con que los Maestros iniciaron la preparación de las personas para la iniciación. La decisión de hacerlo así y el permiso concedido desde Shamballa, hicieron surgir ciertas cuestiones que debían ser consideradas. La mayoría de ellas son, lógicamente, demasiado abstrusas para que ustedes las comprendan -lo cual corresponde a la mente y al cerebro en vez del alma y el corazón. Evidentemente, si la iniciación es un asunto del plano físico que requiere el reconocimiento en la conciencia cerebral, los discípulos deben encarnar físicamente juntos (y con esto quiero decir dentro del círculo infranqueable de los tres mundos, que son los planos físicos densos del plano físico cósmico) durante un período de tiempo suficientemente extenso, para poner a prueba sus reacciones, como grupo, sobre el concepto de la iniciación-grupal y recíprocamente como participantes. Durante gran parte de este tiempo, debe haber también una vida en el plano físico compartida por todos en el grupo; esto no es necesario que involucre similitud o identidad de ubicación, sino que debe implicar la similitud de los asuntos mundiales y de la civilización. Esta necesidad en el plano físico es -como percibirán- una prueba de integración individual, teniendo en vista la posterior integración grupal. Esta prueba la apliqué al trabajar con todos ustedes en este grupo especial; la relación correspondiente persiste después de la muerte, también en el aspecto interno y en la conciencia de aquellos (no afiliados en la actualidad) que siguen siendo parte del grupo que elegí con el fin de experimentar la preparación grupal para la iniciación. Otros Maestros hacen lo mismo que yo. En el curso de los [e296] próximos quinientos años esperamos presentar varios de estos grupos al Iniciador Uno. Todos los que pertenecen a estos grupos han recibido la primera iniciación, como también otras miles de personas en el mundo. Muchos han recibido la segunda, particularmente aquellos que trabajan en ashramas de quinto y tercer rayos, pues esos discípulos se caracterizan por la carencia de énfasis emotivo. [i337] La Jerarquía se vio obligada a adoptar la iniciación grupal debido al rápido desarrollo de la conciencia espiritual de la humanidad, desarrollo que se demuestra -cualquiera sea el rayo- como buena voluntad. Esta buena voluntad no debe ser interpretada como lo hace el aspirante sentimental no entrenado de sexto o segundo rayo. Puede adoptar varias formas: manifestarse, por parte de la ciencia, como sacrificio y consagración de los frutos de la investigación científica al bienestar humano; puede tomar la actitud de tercer rayo, de dedicar grandes bienes a empresas filantrópicas o educativas. En ninguno de estos casos evidentemente el discípulo se caracteriza por la así llamada naturaleza amorosa. Sin embargo, los resultados de su consagración a la ciencia o su acumulación del prana cristalizado, que pertenece al mundo financiero, están dedicados a ayudar al género humano. Quizás estas palabras no sean gratas a algunos de ustedes que tildan de vergonzosa una observación iracunda hecha por un condiscípulo y empequeñecen los esfuerzos del que gana dinero, haciendo ambas cosas con un sentido de autovirtuosidad digno de encomio. El antiguo adagio de que "el mal que los hombres hacen vive después de ellos, y el bien es a menudo enterrado con sus huesos", esotéricamente es falso. El mal persigue a un hombre en su próxima encarnación, hasta que aprenda a eliminarlo, pero el bien que los hombres hacen (aún por diversos motivos) nunca se olvida, queda asentado en la agenda de la Jerarquía. Antes de que finalice este siglo, miles permanecerán ante el Iniciador y recibirán la iniciación en forma grupal; atravesarán la puerta de la iniciación juntos, y juntos formularán sus votos. Este enunciado se aplica a la segunda y tercera iniciaciones. Las iniciaciones superiores seguirán recibiéndose individualmente o en grupos de tres, pero no más. Cuando los Maestros reciben la sexta iniciación, lo hacen forzosamente solos, en el "punto medio" entre Shamballa y la Jerarquía, aparentemente abandonados por [e297] ambos grupos observadores. Allí, en completo silencio y en situación de "unidad aislada", toman Su gran decisión. Recién entonces se darán cuenta del vasto auditorio espiritual de observadores que han esperado conocer Su voluntad. 5. La iniciación concierne al futuro e involucra previsión. Repetiré nuevamente y diré que el tema o móvil [i338] de la iniciación es muy difícil de explicar. ¿Por qué debe involucrar la previsión el hecho de ser iniciado? Esta pregunta es la primera que surge de sus labios. Responderé a ella con otra ¿Qué entienden ustedes por visión? Me refiero, lógicamente, a la visión real que predice por lo tanto acontecimientos. En todos los escritos místicos y esotéricos, la idea de la visión, de ver o de materializar una visión, corre como hilo dorado a través del pensamiento del aspirante. La conecta en su mente con la realización espiritual, el logro de su meta y el reconocimiento de lo que reside en el corazón de toda aventura espiritual elevada. Los escritos místicos se refieren a visiones y siempre en términos de lo que está por delante, de lo que se desea profundamente; el concepto es a menudo prostituido por un excesivo emocionalismo o una sublimada expresión sexual. Los escritos ocultistas se refieren con frecuencia a la visión como un punto móvil que avanza hacia una revelación progresiva de la divinidad. Sin embargo, todo el concepto es relativamente muy simple. Cada iniciación y cada etapa preparatoria para la iniciación, involucra ver lo remoto, aunque alcanzable; toda visión conduce al importante evento de la sexta iniciación, cuando el Maestro enfrenta lo que para Él es la visión culminante dentro de este círculo infranqueable planetario. Toma Su gran decisión basado en la oportunidad vista, y por Su respuesta a las siete fases de esa visión cósmica huella uno de los siete senderos. Todas las visiones menores prepararon al Maestro para esta "gran crisis de la visión"; después de haber tomado Su decisión, ya no hay visión tal como comprendemos el término, sino una percepción real de tal naturaleza que el elemento tiempo -según se evidencia como lo lejano y distante entre esto y aquello, aquí y allí- desaparece para siempre. Lógicamente, este enunciado quizás no tenga sentido para la mayoría de las personas. Para el aspirante
que tenga como meta el sendero del discipulado, o uno de los siete
senderos que lo apartan de [e298]
la conocida experiencia planetaria, existe eso que persistentemente
imparte dos factores a la conciencia: [i339]
He dicho a menudo que el tiempo es la secuencia de los estados de conciencia, tal como lo registra el cerebro humano, siendo por lo tanto, un acontecimiento físico. Detrás de esta definición, sin embargo, hay un tiempo real o verdadero, del cual va siendo acrecentadamente consciente el iniciado. Poca atención se le ha prestado a la gran Ley del Karma, desde el punto de vista del tiempo; sin embargo, determina la secuencia de la evolución, del progreso evolutivo, el período de los reconocimientos kármicos y la terminación de un ciclo kármico. La enseñanza común sobre el karma (particularmente en lo que respecta al elemento tiempo) fue terriblemente tergiversada por la presentación estrictamente egoísta, dada por los primeros instructores teósofos, que entendieron e interpretaron mal lo que dijo H.P.B.. No podían hacer otra cosa que relacionarlo con los asuntos individuales si querían familiarizar al público con el concepto, aunque no obstante hicieron mucho daño con su pueril establecimiento de épocas y temporadas y sus esfuerzos para adjudicarse las funciones misteriosas de un Señor del Karma. Siempre es difícil explicar el verdadero concepto del karma, porque concierne predominantemente a los ciclos y a la secuencia de los acontecimientos mundiales. Mucho queda por hacer todavía para relacionar el tiempo y reconocerlo conscientemente. A este respecto,
la iniciación podría definirse como el reconocimiento
de tres cosas:
Aquí tenemos, en lo que respecta al iniciado, una situación que incluye el pasado, el presente y el futuro y -en esta presentación del Eterno Ahora a los ojos y al corazón atentos del iniciado- tenemos, lo que es para él, en su particular etapa de desarrollo iniciático, la culminación de toda visión o visiones. Esto lleva a un progreso definido; cancela lo que se entiende comúnmente por karma; inicia causas nuevas y espirituales que -a su vez- proyectan magnéticamente adelante al iniciado, hasta que (en la sexta iniciación) "ya no necesita incentivo, porque la visión es el incentivo y el tirón del magnetismo espiritual sobre nuestra vida planetaria". Así puede ser esotéricamente expuesto. Para el iniciado (en esta gran etapa de la experiencia) el karma termina. Con ello quiero decir que el karma -según lo entiende el estudiante común- ya no tiene efecto. Tampoco lo aferra el buen karma, cuyo resultado es el sentimiento de bienaventuranza, ni el mal karma, que imparte sentido de castigo, relacionado a la convicción de que ha pecado (según lo denomina erróneamente el teólogo cristiano). La manifestación y la Ley de Causa y Efecto están relacionadas; donde hay manifestación, esta gran Ley -que rige a la sustancia y está innata en la materia- debe controlar y condicionar la forma. Pero el Maestro permanece libre, dotado de conciencia crística. Entonces maneja esta Ley, pero no es manejado por ella. Ésta es la recompensa por haber seguido, primero, la visión mística y luego la visión de la elección, previamente determinada, la visión del Plan y la visión de la oportunidad cósmica. Las últimas tres visiones son diferentes de la visión autocentrada y dualista del místico, la cual forma parte del desarrollo espiritual evolutivo de todos nosotros y han quedado atrás en la mayoría de los aspirantes esotéricos. Nada más puedo decir sobre esta visión superior, pues el tema es demasiado abstruso. Involucra el experimento y la experiencia. A través de ambas fases el iniciado pasa y aprende la pequeñez y la inexactitud de su antigua opinión e interpretación de la experiencia. [i341] 6. El factor tiempo es uno de los principales secretos subyacentes en la iniciación. Por esto observarán el gran énfasis que se pone sobre el tiempo como un acontecimiento de suma importancia en la carrera del iniciado. El tiempo [e300] a que aquí se refiere es como lo comprende el iniciado -porque ya se ha liberado del control de la forma o de la sustancia material. Es considerado tiempo cuando condiciona la velocidad, establece el ritmo, dirige las relaciones, determina la elección y fija la decisión: actividad, ritmo, relación, decisión. Las decisiones a las cuales se llega no están relacionadas con la vida en los tres mundos, sino que personifican las reacciones de la Tríada espiritual. Esto es muy difícil que lo capten, porque en realidad no han construido ni empleado el antakarana todavía; se refiere al tiempo que abre la puerta a la existencia extraplanetaria, el cual no sólo libera al iniciado del plano físico cósmico, sino también del plano astral cósmico. Con estos pensamientos pongo fin a esta exégesis, porque el lenguaje no posee palabras para indicar la verdad, aunque tales expresiones fueron fructíferas y de utilidad para el aspirante avanzado.
Los estudiantes esotéricos están sujetos a un error si tienden a creer que una insinuación se halla tan cuidadosamente velada y discretamente oculta, que sólo puede descubrirse después de una persistente búsqueda. Pero no es así. Por lo general una insinuación es muy evidente y debería serlo; sin embargo, su significado por concernir a la vida, al trabajo y a las actividades del discípulo, es el factor que presenta dificultades y exige una cuidadosa reflexión. Tomen, por ejemplo, la evidente insinuación (en la página 280) donde se indican hasta los párrafos en que pueden hallarla. La insinuación que ustedes debían tomar como guía está contenida en las palabras relacionadas con el discípulo que debe "...reconocer la insinuación relacionada con su grado de conciencia... Mi esfuerzo es sólo indicar la relación entre iniciación y revelación". Al estudiar esta insinuación se le sugiere al discípulo cuatro ideas:
Hay algo que todos tienden a olvidar en la búsqueda febril de la insinuación, y es que la insinuación es para el discípulo investigador. No es de aplicación general a lo que a mi intención concierne, sino que debe contener algo de lo que cada uno de ustedes [e301] necesita, a fin de dar el próximo paso adelante, necesario durante el año que sigue a la recepción de la instrucción. ¿Lo consideraron bajo esa luz? Tienen aquí seis insinuaciones que pueden ser resumidas en forma de preguntas, dirigidas personalmente a ustedes y a nadie más, que requieren dedicación, comprensión y respuestas personales:
Estas insinuaciones están destinadas, por lo tanto, a guiar al discípulo en entrenamiento; las fórmulas tienen una aplicación más amplia y conciernen al grupo, al Ashrama, a la Jerarquía y a los que trabajan con el Plan, en los aspectos interno y externo de la vida. La síntesis de la enseñanza o el entrenamiento dado, es algo que ustedes no deben pasar por alto. La unidad, el individuo y la parte, son considerados siempre en relación con el todo incluyente y en expansión. Uno de los signos de que se está preparado para la iniciación es la capacidad de ver esta entidad [e302] incluyente y observar la ley que se trasciende cuando la parte se convierte en el todo; el discípulo debe ser capaz también de registrar y responder prácticamente a las leyes espirituales principales que reemplazan a las que fueron trascendidas. En esta última frase he hecho la séptima insinuación. El Maestro de cualquier grupo particular trasmite al discípulo, por medio de una insinuación, el deseo de que sea Su discípulo. Antiguamente la insinuación era evidente y el Maestro la expresaba con toda claridad. Actualmente, debido a la mayor percepción intelectual del hombre, la insinuación sigue siendo evidente, pero está contenida en las instrucciones grupales, que no se dan al individuo sino a los miembros de un Ashrama en una etapa particular de desarrollo -como sucede con los que reciben estas enseñanzas. Se hicieron siete
insinuaciones, susceptibles de una doble interpretación: de
recepción individual y de condicionamiento grupal. Deberían
ocuparse del aspecto receptividad individual, porque el esfuerzo para
aplicar estas siete insinuaciones a sus vidas diarias de servicio
los entrenará en las técnicas de mi Ashrama. Las Fórmulas No tengo la intención de darles una fórmula en esta instrucción. Las cinco que recibieron aún no las han visto [i344] ni explicado -con una o dos excepciones; tampoco reflexionaron ni estudiaron estos importantes procesos creadores. Para captar el significado de estas misteriosas presentaciones, la imaginación creadora debe ser puesta en actividad; ,ha de recordarse que estas palabras, símbolos y fórmulas, tienen una relación progresiva con la iniciación para la que se está preparando el discípulo. Son como las llaves para una puerta y -cuando son debidamente captadas, comprendidas y empleadas -autorizan al discípulo a exigir la entrada, basado en el trabajo demostrado, efectivo y creador. Evidencian también (y quiero que lo observen cuidadosamente) que en cada iniciación el discípulo ha llegado a captar durante la vida alguna gran idea divina. En las cinco fórmulas que les fueron presentadas, se les dieron cinco ideas divinas. Superficialmente parecían familiares, pero cada una velaba una significación profunda y oculta. Cada una de estas cinco ideas controla una de las cinco iniciaciones, pero no las di en su orden correcto. Eso lo deben determinar ustedes. No tengo la intención de darlas ni es necesario que reciban más fórmulas. Sin embargo, en posteriores instrucciones, tomaré cada una de estas ideas supremas y regentes y trataré de darles una visión iniciática, respecto a su significación esotérica. [e303] Habrán observado que las fórmulas, como las di, fueron ordenadas en dos grupos distintos. Lo menciono porque ambos emergen del texto general y quizás no podrán discernirlo En un grupo hay cinco fórmulas y todas conciernen a un concepto regente mayor. Estos conceptos son ideas divinas traducidas en formas mentales humanas, condicionando cada una el trabajo de nuestro Logos planetario. Son tan omnincluyentes, que poco puede hacer el discípulo, excepto sentirse parte integrante de las mismas -y no puede sentirse diferente. El segundo grupo no es de tanta importancia, aunque probablemente de mayor utilidad práctica; si el discípulo [i345] es sometido a una meditación profunda y a un pensamiento concentrado, se lo preparará para una más profunda comprensión del primer grupo de ideas divinas. Las cinco fórmulas encierran en sí una sexta, que no voy a darla aunque la mencione aquí. El segundo grupo de fórmulas es:
La sexta fórmula se deduce de las otras cinco. En estas instrucciones he tratado las fórmulas principales. Las menores podrían ser consideradas como el sometimiento de las fórmulas al primer y tercer métodos de interpretación, mientras que el grupo de ideas principales concierne a los métodos interpretativos segundo y cuarto. Esto es algo importante que deben tener presente. Puntos de Revelación No olviden que todo lo que estoy comunicando aquí está estrictamente relacionado con la iniciación. Las revelaciones acordadas [e304] (de las cuales he indicado tres), conciernen al iniciado y a su trabajo, cuando es impulsado desde el instante [i346] en que recibió una iniciación. La vida es una total revelación reconocida o no por los hombres de todas partes; podría decirse que únicamente existe eso, aunque la mayor parte es de poca importancia, excepto en su secuencia combinada. Las revelaciones podrían más bien considerarse como que crean o constituyen un "campo de revelación" o una zona de conciencia, donde algún día se observarán cinco puntos principales de revelación que serán captados y comprendidos; son la sustancia que contiene en sí ese algo viviente que invoca a la luz; es ese substrato material capaz de evocar esa "respuesta iluminada" que el iniciado manifiesta cuando aprendió a generar los cinco puntos de revelación. Estos cinco puntos (que indicaré) no deben confundirse con las cinco iniciaciones. En verdad, están relacionados con ellas, pero en su orden correcto constituyen una revelación, y ninguno de ellos puede ser específicamente aplicado por ustedes a determinada iniciación. Realmente, podría decirse que los cinco puntos son aplicables a cada iniciación, dándonos -a medida que el iniciado puede recibirla y soportarla- cinco aspectos de la actividad divina, que son cinco métodos o técnicas del futuro trabajo que debe realizar el iniciado entre una iniciación y otra. La cita extraída de El Antiguo Comentario que aparece en la página 272, puede considerarse como la clave de la técnica. Sin embargo, esa técnica es formulada por el iniciado mismo y no impuesta por el Ashrama o el Maestro observador. Estos puntos de revelación conciernen también a las técnicas de la creación, e indican al Maestro la naturaleza del trabajo creador con el que -de acuerdo a la ley y al rayo, y en relación con uno de los siete senderos- trabajará oportunamente. Todo el tema es demasiado complejo, lo único que puede hacerse en la actualidad es insinuar los conceptos. El tema general lo he abarcado hasta la fecha en cuatro grupos de pensamientos o ideas. Aunque comprendo que estoy repitiendo lo dicho anteriormente, debo -en aras de la claridad- volver a llamarles la atención sobre los mismos:
Pueden ver, por lo tanto, que todos los procesos que anteceden involucran definidamente una actividad creadora planeada. Sin embargo, éstas no son ideas que puede utilizar el aspirante no iniciado. La aplicación de estas técnicas mediante la comprensión se limita enteramente al trabajo creador, llevado adelante en concordancia con el Propósito de Shamballa y no con el Plan jerárquico. Las diversas etapas del cuádruple proceso que antecede, marcan eventualmente el reconocimiento del divino Propósito por parte del Maestro; demuestran también que ese propósito se revela en cinco etapas, requiriendo además dos revelaciones finales de principal importancia. Una de las líneas de pensamiento muy necesaria para plasmar en los discípulos que avanzan y avanzaron, es "pensar iniciáticamente". Esto significa que el pensamiento debe llevarse a niveles puramente abstractos, personificando, por lo tanto, el pensamiento libre de todo condicionamiento egoico y de la cristalización [i348] de la mente inferior. Esencialmente es pensamiento triádico y el único que registra el cerebro cuando el antakarana está parcialmente construido y hay cierta comunicación directa desde la Tríada espiritual al cerebro de la personalidad. Pongo énfasis sobre este punto, porque el cuarto punto de revelación se relaciona con el reconocimiento repentino, por parte del iniciado, de la potencia del Propósito, tal como se expresa en la creación, más un reconocimiento paralelo de que la creatividad es -para el Maestro- la expresión de todo aquello para lo cual Él se ha entrenado; al mismo tiempo es el más bajo de los tres [e306] reconocimientos posibles acerca del Propósito divino. Los otros nada tienen que ver con la creación dentro del círculo infranqueable planetario, sino que conciernen a los factores que complementan el pensamiento divino. No conozco otra manera de expresar estas realidades profundas y abstrusas -abstrusas, porque el discípulo no ha creado aún el mecanismo adecuado para comprenderlas. Por lo tanto, podríamos expresar este cuarto punto de revelación como sigue: el Propósito mismo no es más que una energía liberada dentro de los límites de la Cámara del Concilio, donde debe tomar forma. Detrás de ella aparece aquello que la trajo a la existencia. Les pediría que meditaran profundamente sobre esta parte que hemos denominado Puntos de Revelación, por ser aspectos del entrenamiento dado al iniciado. Son también -en una vuelta más elevada de la espiral- la analogía esotérica o el significado superior de las palabras: "Como un hombre piensa en su corazón, así es él". Sin embargo, en el caso del iniciado, el corazón es sólo uno de los puntos condicionantes del contacto, por intermedio de los cuales puede llegar el "punto de luz que avanza". Quizás sea un pensamiento algo nuevo para ustedes enteramente nuevo e imprevisto-, como aspirantes y estudiantes esotéricos, de que hay una revelación mayor inherente a la situación cuando el candidato a la iniciación permanece ante el Iniciador. Si consideramos los tres puntos de revelación dados, puede demostrarse la profundidad del actual misterio en lo que concierne a cada uno de estos puntos. El misterio del ojo y su relación con la luz (esotéricamente comprendida) es muy grande, y hasta ahora ningún estudiante, por asiduo que sea, sabe algo sobre el mismo. Por ejemplo, hermanos míos, cuando el [i349] tercer ojo, el ojo interno, y la Mónada, están en alineamiento directo con "el Ojo de Dios Mismo", en tal forma que lo que el Logos planetario ve, puede ser parcialmente (por lo menos) revelado al iniciado, ¿quién puede predecir los resultados y la iluminación que traerá la revelación? Cuando la verdadera naturaleza de la voluntad y la autovoluntad de la personalidad (necesariamente en un orden muy elevado), sean comprendidas, la voluntad del alma (tal como lo demuestra la actividad de la hilera o círculo superior de pétalos egoicos) o atma, que se expresa como la voluntad espiritual, y Sanat Kumara, serán también, a través de la iniciación, llevados al alineamiento directo. Repito, ¿quién puede predecir cuál será la revelación? Cuando (como se insinúa en la página 275) las miríadas de formas mentales de la mente concreta o inferior, sean consideradas como ilusorias, y la mente inferior y los pétalos del conocimiento del loto egoico, la mente abstracta budi o razón [e307] pura, se pongan directamente en alineamiento con los Señores del Karma, significará la finalización del karma en los tres mundos. ¿Quién puede predecir la naturaleza de la revelación resultante? El alineamiento contiene la clave o llave de todos estos acontecimientos profundamente espirituales. Estas ideas deben surgir cuando el verdadero estudiante ocultista enfrenta el reconocimiento de la oportunidad y se prepara definida y conscientemente para la revelación. Será evidente que las revelaciones que estoy considerando son el resultado o la consecuencia, de permanecer ante el Iniciador Uno, pero únicamente cuando el Cristo presenta al iniciado. Las iniciaciones anteriores pueden tener sus correspondientes revelaciones de acuerdo a la gran Ley de Analogía, pero en sí son de un tipo de ilusión muy elevado; tienen la cualidad de la ilusión y requieren el reconocimiento (por el Iniciado) de que simplemente velan una posibilidad final por la cual debemos trabajar y esperar. Notas: |
||||||||||||||
|
||||||||||||||
|
||||||||||||||
|
||||||||||||||
|
||||||||||||||
Esta obra está bajo una licencia de: Los Libros Azules © 2010 — info@libros-azules.org |