La Exteriorización de la Jerarquía - La Crisis Mundial
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Untitled Document Septiembre de 1939 [e92] La humanidad está pasando por una aguda crisis y su karma o destino, es muy pesado. Por estar tan cerca de los acontecimientos no le resulta fácil a la humanidad verlos en su verdadera perspectiva, y escribo para que puedan ver con mayor claridad. Una visión más amplia y un horizonte más extenso pueden ayudarlos a comprender, y será de valor si los ayudo a ver el cuadro en relación con su trasfondo, tal como se presenta a nosotros, los instructores, en el aspecto interno. Dos puntos sobresalientes e importantes, están presentes en la conciencia de la Jerarquía mientras observa al género humano librar la actual y estupenda lucha. Primero, la humanidad es hoy consciente, en gran escala, de que lo que acontece es por su culpa y resultado de sus propios errores. Los hombres se sienten responsables de lo que sucede, o cargan abierta y deliberadamente la responsabilidad sobre las espaldas de otros. De estos infinitos errores de larga data, el Tratado de Versalles es sólo el símbolo y el punto focal práctico. Segundo, no obstante la guerra y la separatividad, la crueldad, las pasiones y el egoísmo desenfrenados, existe hoy más real comprensión, más buena voluntad y más expresión de amor que en cualquier época anterior en la historia de la raza. Digo esto deliberadamente y porque dispongo del conocimiento jerárquico. Por lo tanto, no se dejen engañar por el clamor externo de la guerra. Sostengo que los corazones de los hombres de todas partes son compasivos, tanto para sí como para los demás; el largo alcance y la vasta extensión del conflicto indican una [i106] unidad interna y una interrelación subjetiva, de las cuales todos son algo conscientes, y el conflicto mismo no lo niega. ¿Son duras estas palabras? Esto les indicará la verdad básica de lo que expongo, si reflexionan con mente abierta. La tarea de los aspirantes y hombres de buena voluntad de todas partes es procurar que este prolongado sufrimiento no mine las actitudes actuales, correctas y esenciales, y que el caos y el clamor no apaguen la respuesta a la voz del alma que ha estado hablando con creciente claridad durante los últimos catorce años. El estímulo establecido y la luz que se permitió infiltrar del último cónclave jerárquico, en 1925, han sido reales y efectivos. Esa reunión de los Maestros de Sabiduría en niveles espirituales, condujo a tres resultados o acontecimientos que experimentamos hoy. El primero fue una fresca afluencia del principio crístico de [e93] amor verdadero o espiritual, libre de todo emocionalismo e intención egoísta. Esta afluencia dio por resultado el inmediato y rápido crecimiento de todos los movimientos por la paz, la comprensión mundial, la buena voluntad, el esfuerzo filantrópico y el despertar de las masas a la hermandad. El segundo fue estimular el principio de relación, y condujo al crecimiento y perfeccionamiento de todas las fuentes de intercomunicación, tales como la prensa, la radio y los viajes. El objetivo interno de todo esto fue llevar a los seres humanos a un mayor acercamiento en el plano externo de la existencia y así equiparar objetivamente el desarrollo de la unidad espiritual interna. El tercero fue la afluencia de la fuerza de voluntad o poder, desde el centro shambállico. Ésta, como he explicado anteriormente, es hoy la fuerza más poderosa del mundo y sólo dos veces en la historia del género humano ha aparecido esta energía de Shamballa, sintiéndose su presencia mediante los enormes cambios que tuvieron lugar. Recapitulemos brevemente. La primera vez fue durante la gran crisis humana que tuvo lugar en el momento de la individualización de los hombres en la antigua Lemuria. [i107] La segunda, en el momento de la lucha entre los "Señores de la Luz y los Señores de la Expresión Material", en los días atlantes. Esta poco conocida energía divina afluye ahora desde Shamballa. Encierra en sí misma la energía que subyace en la crisis mundial del momento. La Voluntad de Dios consiste en producir ciertos cambios importantes y raciales en la conciencia de la raza, que cambiará totalmente la actitud del hombre hacia la vida y su captación de las esencialidades espirituales, esotéricas y subjetivas del vivir. Esta fuerza producirá (conjuntamente con la energía del amor) esa tremenda crisis -inminente en la conciencia humana- llamada la segunda crisis, la iniciación de la raza en el Misterio de las Edades, de lo que ha estado oculto desde el comienzo. Aquí sería de interés considerar los tres grandes centros planetarios y su relación en forma clasificada, a fin de obtener una idea general más clara.
La Ciudad Santa...............Propósito...Plan...................Glándula
pineal espiritual.. REGENTE: Sanat Kumara, el Señor del Mundo El Anciano de los Días Melquisedec [e94]
La Nueva Jerusalén.............Unidad................................Unificación.
Estas cuatro etapas de la Ley de Causa y Efecto (tal como afecta a la humanidad
en este momento) podrían ser denominadas: Sólo dos puntos de vista servirán realmente para aclarar lo que sucede en esta época. Primero, el reconocimiento de que la historia académica moderna constituye sólo una página de un vasto registro histórico y que los acontecimientos originantes que estamos investigando y que se desarrollan ahora como efectos en la vida planetaria, pertenecen a una era tan distante que ningún historiador moderno reconoce sus episodios. La información sobre este período antiguo debe buscarse en las numerosas Escrituras mundiales, en los antiguos monumentos, en la ciencia de los símbolos, en los mitos raciales y en las leyendas heredadas y trasmitidas. Segundo, por el estudio del microcosmos, el hombre descubrirá que contiene, como siempre, la clave para el estudio de los asuntos humanos. Así como los aspirantes y discípulos actuales tienen que pasar pruebas y experiencias y someterse a los efectos de inexplicables conflictos y cambios drásticos en sus vidas, lo mismo sucede con el aspirante mundial, la Humanidad. A las dos razones, que anteceden, podría agregar quizás aquello que tendrá significado y significación para los esoteristas y quienes, de alguna manera, captaron la enseñanza que traté de dar en mis libros sobre los tres centros mundiales -la Humanidad, la Jerarquía y Shamballa. Esta crisis mundial está relacionada con el acercamiento o la relación [i111] de la Jerarquía con la Humanidad. Ese gran centro de fuerza espiritual, el Reino Humano, ha alcanzado ahora un punto de tal potencia y de tan elevada actividad vibratoria, que se ha sacudido hasta sus mismas profundidades; todos sus grados y grupos evolutivos responden a la estimulación generada dentro del centro mismo y también por Fuerzas que emanan de los centros jerárquico y shambállico. Esto precipita una crisis que no ha tenido ningún paralelo en la historia humana, pero que encuentra un débil reflejo en la crisis que sobrevino en el reino animal y ocasionó la formación de un nuevo reino de la naturaleza -el humano. Como he dicho anteriormente, esta crisis mundial actual, si se la encara y controla correctamente, traerá la manifestación del quinto reino o espiritual en la Tierra. Esto (como bien saben) se producirá por la unificación de los dos centros -el centro humano y la Jerarquía. [e97] Una de las síntesis planetarias mayores está teniendo lugar o, debería decir, puede tener lugar (empleo las palabras con cuidado y les llamo la atención sobre ellas). Sería de utilidad extenderme algo más sobre las cuatro etapas de las primitivas causas ya mencionadas. Al hacerlo puedo darles una idea del propósito subyacente en todos los eventos actuales y una comprensión de las condiciones predisponentes que se hallan muy atrás en la noche de los tiempos. Si puedo hacerlo en forma adecuada y ustedes leen y estudian con comprensión y mente abierta, desaparecerá en alguna medida su perturbación natural, entonces podrán ayudar a otros a atravesar con calma esta crisis y a tener paciencia, buena voluntad, equilibrio y compasión. Por lo tanto, consideremos estos cuatro puntos, pues creo que abarcaremos suficientemente el campo para traerles por lo menos cierta medida de luz. Luego trataré de explicar la significación de la Gran Invocación y darles una idea de la naturaleza de las fuerzas invocadas y del significado esotérico que estas palabras (tan frecuentemente empleadas por ustedes) están destinadas a impartir. [i112] La Causa de la Crisis Actual Es bien sabido que la gran Ley de Renacimiento es la principal ley controladora en todos los procesos de la manifestación. Rige la expresión exotérica de un Logos solar o de un ser humano, y la finalidad de este constante proceso es producir una forma cada vez más perfecta para el creciente servicio que presta el alma. Por primera vez, desde su creación, la familia humana está en situación de ver por sí misma los procesos del renacimiento de una civilización como expresión de la cultura espiritual en una etapa determinada de la evolución. De allí la magnitud de esta crisis al penetrar en la conciencia humana. Muchas crisis menores, iniciando experimentos específicos, tribales, nacionales y raciales, en la renovación de la forma, continuaron y fueron registrados por algún grupo dentro de una nación o por una nación misma (si es suficientemente avanzada). Tal registro nacional se produjo por primera vez en la Revolución Francesa. Estos registros de los designios evolutivos tuvieron lugar con creciente claridad y comprensión durante los últimos doscientos años. Tales crisis ocurrieron prácticamente en todas las naciones en la época moderna, siendo reconocidas, en cierta medida, por los historiadores que las han ampliado, especulando con ellas los filósofos. Pero la crisis actual es mucho más vasta, abarca a la mayoría de las naciones en ambos hemisferios. Ninguna nación queda sin ser afectada en este momento y los resultados son y deben ser registrados en algún aspecto de la vida nacional. [e98] Debido a la efectiva interrelación entre las naciones de todas partes y a la rapidez de la intercomunicación, la actual es la primera y mayor crisis internacional en los asuntos humanos y abarca un período de veintiocho años (de 1914 a 1942), números interesantes, porque 28 (4 X 7) son los años de un ciclo completo de la personalidad. No deseo que por lo anterior infieran que el período de lucha y conflicto activos deben necesariamente prolongarse hasta 1942. No es así. La rápida terminación del conflicto o su indefinida extensión, está en manos de la [i113] humanidad; los hombres deben determinar cada vez más su propio destino, al pasar de la etapa de la adolescencia a la de la madurez, responsabilidad y realización. Este período de veintiocho años es, sin embargo, de principal importancia, y mucho depende de los próximos tres años. Vuelvo a repetir que aún la misma Jerarquía, con todo su conocimiento, visión y comprensión, y con todos sus recursos, no puede ejercer coerción ni predecir lo que hará el género humano. Puede estimular y estimula la recta acción; puede indicar e indica la posibilidad y la responsabilidad; puede enviar y envía sus instructores y discípulos para educar y conducir a la raza; pero en ningún momento ni situación da órdenes o asume el control. Puede extraer el bien del mal, y lo hace iluminando situaciones e indicando la solución de un problema, pero la Jerarquía no puede ir más allá de esto. Si asumiera un control autoritario, se desarrollaría una raza de autómatas y no una raza de hombres responsables, autodirigidos y con aspiraciones. Esto debe ser seguramente evidente para ustedes y puede servir para responder preguntas en las mentes de los irreflexivos estudiantes ocultistas de hoy. ¿Por qué la Jerarquía no pudo impedir esta catástrofe? Indudablemente los Maestros de Sabiduría, que poseen el conocimiento y el control de las fuerzas, podrían haber interferido, pero al hacerlo hubieran quebrantado una ley oculta y obstaculizado el verdadero desarrollo del género humano. Esto nunca lo harán. A cualquier precio el hombre debe aprender a permanecer y a actuar solo. En vez de eso, habiendo los Maestros realizado todo lo que se Les permitía, ahora permanecen al lado de la humanidad sufriente y desorientada y -con la más profunda compasión y amor- ayudarán a los hombres a corregir los errores que iniciaron, a aprender las lecciones necesarias y a salir de esta crisis (que ellos mismos precipitaron) enriquecidos y purificados en los fuegos de la adversidad. Éstas no son trivialidades, sino eternas verdades. Esta crisis mundial, con todo su horror y sufrimiento es -en último análisis- el resultado de los procesos evolutivos exitosos. Estamos dispuestos a reconocer que cuando ha transcurrido el [e99] ciclo de vida de un hombre y ha aprendido las lecciones que la [i114] experiencia de cualquier vida particular tuvo como fin enseñarle, su cuerpo físico y los aspectos de la forma interna (suma total de la expresión de su personalidad), empezarán a deteriorarse; los agentes destructores dentro de la forma misma entrarán en actividad y oportunamente la muerte tendrá lugar, dando por resultado la liberación de la vida que mora en lo interno, a fin de que una nueva y mejor forma pueda ser construida. Aceptamos lógicamente esto, ciega o inteligentemente, considerándolo como un proceso natural e ineludible, pero normal e inevitable. Sin embargo, nos inclinamos a olvidar que lo que atañe al individuo atañe también a la humanidad. Ciclos de civilización como el que llamamos nuestra civilización moderna, son análogos a una particular e individual encarnación humana, con su comienzo, progreso y crecimiento, su útil madurez y su resultante deterioración y la consiguiente muerte o desaparición de la forma. Las formas están siempre abiertas al ataque. Una fuerte vida subjetiva y un desapego espiritual, son las dos protecciones. Allí donde la forma es más poderosa que la vida, -el peligro es inminente; allí donde el apego al aspecto u organización material prevalece, se pierden los valores espirituales. Asistimos hoy a la muerte de una civilización o cielo de encarnación de la humanidad. En todos los campos de la expresión humana se ha establecido la cristalización y deterioración. Dogmas religiosos caducos y el aferramiento de la teología y las iglesias ortodoxas, ya no son suficientes para reclamar la lealtad de la potente vida espiritual interna; la humanidad es profundamente espiritual e innatamente religiosa, pero necesita una nueva forma con la cual revestir las antiguas verdades. Las viejas escuelas políticas son consideradas inadecuadas y las nuevas ideologías testimonian la fortaleza de la vida que va en busca de una expresión más propicia; los sistemas educativos, habiendo servido su propósito, son reconocidos rápidamente como inadecuados para satisfacer la necesidad de la exigente vida de la raza; en todas partes surge la demanda de cambios y de esas nuevas formas, en la vida religiosa, política, educativa y económica de la raza, que permitirá una expresión espiritual más libre y mejor. Tal cambio va llegando rápidamente y algunos lo ven como la muerte -terrible y que debe evitarse si es posible. En efecto, [i115] es la muerte, pero una muerte benéfica y necesaria. Esta comprensión de la desaparición de una civilización que da lugar a la constante y presagiante exclamación: "Esto es la muerte de la civilización, y no debe ser". "Esto es el fin del orden, y el antiguo orden debe ser salvado", "Esto es la destrucción de los antiguos y apreciados valores, y no debe permitirse". [e100] En efecto, es verdad que la humanidad está creando este imperioso cambio en forma innecesariamente cruel y dolorosa, así como lo es también que los seres humanos, por sus pensamientos erróneos, insensatos hábitos de vida física y actitudes emocionales indeseables, precipitan ciertamente un derrumbe físico final, y eventualmente la muerte. Sin embargo, para el progreso del alma del individuo y de la humanidad, la muerte es inevitable, buena y necesaria; es además una práctica con la cual estamos todos familiarizados por nuestra propia experiencia y por observarla en los demás. Pero es necesario recordar que la peor muerte de todas (en lo que a la humanidad concierne) sería si una forma de civilización, o un cuerpo, llegara a ser estática y eterna, si el antiguo orden nunca se alterara y si los antiguos valores no se trasmutaran en superiores y mejores, eso sería realmente un desastre. Debe recordarse también que las fuerzas de la destrucción o muerte, son duales: primero, la vida que surge y se desarrolla rápidamente, demandando más espacio para una mayor expresión y experiencia, y su aspiración espiritual para el cambio y progreso; segundo, las fuerzas reaccionarias y las actitudes conservadoras que se adhieren a lo bien conocido y familiar y detestan lo nuevo, incomprobado y desconocido. Ambas producen la gran divina transición del pasado al futuro y de lo viejo a lo nuevo, de la experiencia a la fructificación y luego, nuevamente, a la experiencia. Las realidades son eternas e imperecederas; las formas, efímeras y temporarias; el alma es persistente e inmortal; la forma, mutable y está condenada a morir. Los procesos de la evolución demostraron tener éxito en el pasado y lo tendrán en el futuro para que las formas nazcan, maduren y mueran. Pero (y éste es un punto interesante y significativo) [i116] por primera vez, la humanidad es consciente del proceso. Por primera vez ha decidido inteligentemente observar lo que está sucediendo y relacionarlo con la experiencia y el medio ambiente. Esto en sí indica una etapa de verdadero desarrollo y muy deseable. El razonamiento, el análisis y la presentación de distintos puntos de vista, están teniendo lugar en todos los países en gran escala, con variados resultados, basados en diferentes temperamentos de tradición, desarrollo y entrenamiento. Esta etapa de muerte y nacimiento (pues ambos tienen lugar simultáneamente) puede ser fácilmente comprendida por el esoterista al estudiar la guerra mundial en sus dos períodos característicos: 1914-1918 y 1939-1942. La primera etapa (si pudieran ver la situación tal como realmente es) fue muy definidamente la etapa de la muerte; la segunda etapa, en la que nos encontramos ahora, es literalmente la etapa del nacimiento, o los dolores del parto del nuevo orden y de la nueva civilización, mediante los [e101] cuales puede expresarse el sentido de la vida de la humanidad. La madre muere para que el niño pueda vivir; la forma es sacrificada a la vida. Pero el aspecto forma, la Madre o el aspecto materia, está muriendo conscientemente y así, tan conscientemente, el niño, la infantil civilización, está viniendo hoy a la existencia. Esto es lo nuevo, en lo cual todos participamos. Es la muerte de la personalidad de la humanidad y la llegada del alma. Una muerte así es siempre un proceso penoso. El dolor ha sido siempre el agente purificador, empleado por los Señores del Destino, para traer la liberación. El dolor acumulado de la guerra actual y el heredado de la etapa anterior (comenzó en 1914), está produciendo una saludable y mutable conciencia mundial. El Señor del Dolor ha descendido de Su trono y huella hoy los caminos de la Tierra, trayendo angustia, agonía y terror, a quienes no pueden interpretar Sus fines, pero también vuelve a estimular el instinto de la autoconservación que -en su aspecto superior- es el instinto hacia la inmortalidad; tiende a enfocar la atención de la humanidad en el aspecto vida y no en la forma. Los nombres de los Señores del Karma significan simbólicamente y desde el ángulo de su significado interno: Relación, Iluminación, Dolor [i117] y Retorno. Reflexionen sobre esto. Ahora Ellos están particularmente activos, y en Su actividad reside la esperanza de la humanidad. Antiguos Acontecimientos Kármicos No tengo la intención de explicar o elaborar el tema del Karma. Este tema ocultista, aunque fundamentalmente exotérico, la Ley de Causa y Efecto, evoca un reconocimiento general cuando así se la denomina. Cuando se la llama Ley del Karma, es inmediatamente considerada como misteriosa, oriental y nueva. Llamada (como sucede a veces) Ley de Retribución, se le agrega un significado totalmente erróneo. El karma de la humanidad ha descendido hoy sobre ella. Sin embargo, recordaré que el continuo énfasis puesto sobre los aspectos malevolentes del karma, produce una equívoca impresión e impide que se capte plenamente la verdad. Existe karma tanto bueno como malo; aún en la situación mundial actual, el buen karma que emana del alma de la humanidad equilibra al malo que viene del aspecto material y es sobreestimado constantemente. Es el ritmo de la materia en contraposición al ritmo del alma y constituye las causas iniciadoras del conflicto actual, tanto en las vidas individuales como en la situación mundial general. Cuando esto sea adecuadamente comprendido, la verdadera imagen podrá emerger en sus corazones y mentes con mayor claridad. [e102] En un esfuerzo por aclarar la imagen, tendré que pasar por alto muchos detalles esenciales, y me veré también forzado a adoptar la siempre debatible posición de hacer enunciados que no pueden ser comprobados, cuyos argumentos se basan exclusivamente (en lo que al pensador común se refiere) en la deducción de los efectos producidos por causas que no las ve quien no posee iluminación oculta. En el futuro, el hombre desarrollará esa actitud mental que considerará las causas como de mayor importancia que los efectos; entonces aprenderá a considerar cuidadosamente los primeros pasos al iniciar cualquier línea de acción, meditando sobre la misma y deduciendo los efectos probables antes de dedicarse a cualquier acto específico. Sólo por el dolor, [i118] el error y el consiguiente castigo, se llegará a esta saludable etapa. Lo que hoy sucede se debe en primer lugar a la dualidad esencial del hombre; en segundo lugar, a ciertas líneas principales de separación creadas por este dualismo esencial, en una primitiva etapa de la historia humana y, en tercer lugar, a la creciente tendencia hacia la síntesis que la afluencia de la fuerza de Shamballa está produciendo actualmente. Éste es el enunciado más simple que me es posible hacer respecto a este complejo problema. Con amplias generalidades abarco el pasado, indico los efectos que estamos experimentando en el presente y predigo el futuro. La venida a la encarnación del ser humano espiritualmente autoconsciente, es la causa incitante del conflicto actual. Si los hijos de Dios no hubieran "penetrado en las hijas de los hombres" (forma bíblica y simbólica de expresar la gran relación entre el espíritu y la materia, establecida en el reino humano), si las entidades espirituales, la humanidad misma, no hubiesen tomado para sí formas materiales y el elemento positivo espiritual no se hubiera apegado al aspecto material negativo, el conflicto mundial actual no tendría lugar. Pero el Plan divino de la evolución estaba basado en el logro de esta relación entre el hombre espiritualmente consciente y el aspecto forma, y así entró en actividad la gran Ley de Dualidad, dando lugar a la "caída de los ángeles", al descender desde su estado de existencia liberada e inmaculada, a fin de desarrollar la plena conciencia divina en la Tierra, a través de la encarnación material y el empleo del principio mente. Éste fue el Plan divino, emanado de la Mente de Dios y lanzado a la actividad y al desarrollo, progresivo por un acto de Su Voluntad. En su comienzo, tuvo lugar la original "guerra en los cielos" cuando los hijos de Dios, que respondieron al anhelo divino de experiencia, servicio y sacrificio, se separaron de los hijos de Dios que no respondieron a esa inspiración y eligieron permanecer en su estado del ser original y elevado. El Cristo Mismo dio testimonio de esta verdad, en la historia del [i119] Hijo Pródigo y su relación con [e103] su hermano mayor, que no había dejado el hogar del Padre. Por esta parábola se evidencia dónde estaba la aprobación del Padre. Un estudio cuidadoso de esta historia y una comprensión intuitiva de sus implicancias, pueden evocar algún día una respuesta al pecado de la experiencia como ha sido llamado, y llevar a una comprensión de las dos leyes principales que rigen el proceso: la Ley de Evolución y la Ley de Renacimiento. Aquí está la principal causa iniciadora de lo que está teniendo lugar ahora. La segunda causa surgió lentamente de la primera. La materia y el espíritu, enfocados en la familia humana, y expresando sus cualidades básicas y naturaleza esencial, estaban eternamente en conflicto. En las primeras etapas y durante el largo ciclo lemuriano, la infante humanidad evolucionó constantemente y, sin embargo, a pesar de las separaciones presentes, no fueron reconocidas. La latente chispa de la mente sólo sirvió para llevar una relativa iluminación a los cinco sentidos y su aplicación puramente física. La vida física era fuerte; la vida deductiva, el propio registro de la vida, era prácticamente nulo. En ese entonces la vida de la humanidad estaba enfocada en el cuerpo físico, y se fortificaba y estimulaba la naturaleza animal, desarrollándose el organismo físico y los distintos órganos internos, por el desarrollo de los cinco sentidos; el hombre se convirtió primordialmente en un animal egoísta y agresor, sin embargo, a veces tenía vagas tendencias hacia algo tenuemente presentido como mejor, y momentos de deseos elevados, que no eran la aspiración ni el anhelo de progreso, tal como los conocemos, sino sus formas embrionarias. Al hombre moderno no le es posible visualizar o comprender tal estado de conciencia, pues lo ha dejado muy atrás. El foco de esta fuerza vital estaba también en la región de las glándulas adrenales, produciendo la bravura animal y la resistencia al choque. Pero el dualismo de la naturaleza esencial del hombre estaba presente como siempre, apareciendo gradualmente las líneas de separación; lenta, aunque constantemente, las almas precursoras (una minoría muy reducida) trasladaron en forma gradual su conciencia, elevándola hasta el plexo solar, y se produjo el reconocimiento del factor deseo por lo que era material y también la capacidad de reaccionar [i120] emocionalmente. Hasta entonces el deseo y el instinto fueron idénticos en los tiempos lemurianos. Reflexionen sobre esto, pues es interesante y concierne a un estado de conciencia del cual el hombre moderno prácticamente nada sabe. Pero, en la época atlante, las líneas de demarcación, entre lo que constituía la vida puramente física y lo que -aunque todavía material- podía ser la meta alcanzada por el esfuerzo, empezaron a controlar la naturaleza puramente animal; el hombre empezó así a ser adquisitivo y a rodearse de lo que deseaba. Entonces las líneas [e104] de separación entre el animal instintivo y el hombre adquisitivo, empezaron a definirse con más claridad. Entre estos precursores se desarrolló gradualmente el elemento mental, así como se está desarrollando hoy el elemento intuitivo entre los tipos mentales; los hombres comenzaron a adquirir alguna forma de percepción mental y a utilizar la poca mentalidad que poseían, en el proceso de acrecentar sus posesiones materiales. Se inició la etapa de la civilización (que básicamente es el reconocimiento de la relación grupal). Un período de existencia urbana reemplazó al de una existencia puramente nómada y agrícola. Los hombres se congregaron para un mayor bienestar y protección materiales e iniciaron los procesos rítmicos de concentración, extendiéndose mundialmente. Estos ciclos son análogos a los de inhalación y exhalación del organismo físico del hombre. Algún día se hará un estudio de estos factores básicos y controladores de la existencia humana, la dispersión o descentralización de la vida de la comunidad, o la expresión del instinto de rebaño en una vuelta superior o inferior de la espiral de la existencia. Los últimos cien años han visto el surgimiento de un grave problema en la actual tendencia de la humanidad a reunirse en grandes ciudades y a congregarse en vastos rebaños, dejando el campo despoblado de habitantes y creando serios problemas de alimentación, salubridad y delincuencia. Este ritmo está cambiando actualmente ante nuestros ojos y soluciona un serio problema: las ciudades son evacuadas y -debido a que los hombres y las mujeres son impelidos hacia el campo por alguna razón- los señores de la evolución están interrumpiendo forzadamente el ritmo de esa concentración, y lo sustituyen por el ritmo [i121] de la dispersión. Esto contribuirá grandemente al bien de la raza y facilitará el desarrollo de la síntesis subjetiva, que enriquecerá notablemente a la humanidad y dará nuevos valores a la vida. Las líneas de separación entre la naturaleza animal instintiva y alguna forma de deseo (aspiración embrionaria), aumentaron continuamente durante la época atlante, y esta primitiva civilización empezó a manifestar su propia nota y a establecer nuevas normas de bienestar material y control egoísta, en mayor escala cada vez, a medida que se desarrollaba la existencia urbana. Quizás sea difícil visualizar un mundo tan densamente habitado como el mundo moderno, pero lo estaba. Debido a que dominaba la naturaleza animal, la tendencia llevaba a la relación sexual y a la procreación de grandes familias, así como sucede en la actualidad entre las clases inferiores de nuestras zonas civilizadas, pues los campesinos y los barrios bajos producen más hijos que los intelectuales. En esos lejanos días, las únicas personas que tenían cierta medida de inteligencia eran los discípulos e iniciados; guiaban y protegían [e105] a la humanidad infantil, similarmente a como los progenitores modernos guían y protegen a sus hijos y a como el Estado asume la responsabilidad por el bienestar de la nación. Entonces la Jerarquía estaba presente en la Tierra como reyes-sacerdotes, que actuaban como puntos focales de energía atractiva, atrayendo hacia sí a aquellos cuyos valores más intangible asumían lentamente un vago control, definiendo con más claridad las líneas de separación entre el materialismo y la espiritualidad. Cabe recordar que la espiritualidad de entonces era muy diferente de la que hoy se conoce con ese nombre. Era una especie de aspiración hacia un presentido más allá, hacia la satisfacción de la belleza y la integridad de la emoción. No había reflexión -tal como la conocemos- en esta actitud, sino sólo una tendencia hacia lo inalcanzable, pero presentido, y lo que era deseable. La Jerarquía fomentó esto en los pueblos, mediante el don de la invención y el empleo de las masas instintivas en la construcción de grandes y bellas ciudades y estupendas estructuras, cuyas ruinas subsisten [i122] hoy, y fue realizado bajo la guía experta de los iniciados y adeptos que emplearon los conocimientos que poseían acerca de la naturaleza de la materia y de la energía, para producir muchas cosas que actualmente el hombre trata a tientas de descubrir y hacer posible. Todo lo que posibilitaron los modernos procesos de la civilización y mucho más de lo que hoy se clasifica como descubrimiento científico, era conocido en la antigua Atlántida, pero no fue desarrollado por los hombres, sino conferido como un don gratuito, muy parecido a como la gente obsequia a un niño cosas bellas y maravillosas con las cuales se deleita y las emplea, aunque sin comprenderlas. En todas partes había grandes y bellas ciudades llenas de templos, y grandes edificios (de los cuales las ruinas de los caldeos y babilonios constituyen sus restos degenerados, cuyo vástago es el moderno rascacielo). La mayoría de nuestro conocimiento científico moderno era poseído por estos reyes-sacerdotes, y constituía para las masas, un maravilloso tipo de magia. La salubridad, la higiene, los medios de transporte y las máquinas voladoras se desarrollaron, y eran de un orden muy elevado, pero no fueron la realización del hombre sino dones de la Jerarquía, desarrollados o construidos bajo una sabia guía. Eran controlados el aire y el agua, porque los guías sabían cómo controlar y dominar las fuerzas de la naturaleza y los elementos, pero nada de ello fue resultado de la comprensión, conocimiento o esfuerzo humano. Las mentes de los hombres no estaban desarrolladas ni eran adecuadas para semejante tarea, como no lo está la mente de un infante. La separación entre los dos grupos (uno, expresando las fuerzas del materialismo y el otro la energía de la luz) aumentó gradualmente, [e106] hasta que al finalizar la era Atlante era tan amplia y la línea de demarcación entre las dos escuelas de la vida y del pensamiento tan clara, que se precipitó una crisis en ese civilizado mundo de entonces, de la cual el conflicto actual es su efecto definido. Esperamos también que constituya la culminación, y de que no vuelva a ocurrir. Entonces tuvo lugar la gran guerra entre los Señores de la Forma y los Señores del Ser, o entre las Fuerzas de la Materia y la Gran Logia Blanca. Un cuidadoso estudio [i123] resultará iluminador, particularmente si se lleva a cabo detenidamente.* Para nuestra comprensión, la explicación puede parecer vaga y oscura, pero los asuntos en esa época eran claros. Las Fuerzas de la Luz triunfaron porque la Jerarquía se vio obligada a intervenir poderosamente y, con ayuda de ciertas grandes Vidas extrañas a nuestra vida planetaria, llevaron la civilización atlante a un abrupto fin, después de un largo período de caos y desastre. Esto tuvo lugar por intermedio de una culminante catástrofe que barrió de la faz de la tierra a cientos de miles de seres humanos. Este acontecimiento histórico ha sido preservado en la leyenda universal del gran diluvio. En La Biblia se habla simbólicamente de los que sobrevivieron, como también los que fueron salvados en el Arca de Noé, y los antiguos escritos lo describen en los siguientes términos: - "Así como la serpiente-dragón, que desenrosca lentamente su cuerpo, así los hijos de los hombres, guiados por los Hijos de la Sabiduría, desdoblaron sus pliegues como corriente de agua dulce... Muchos medrosos perecieron en el camino. Pero la mayoría se salvó." Un detenido estudio del relato dado en La Doctrina Secreta, revela el estado de desarrollo inmaduro (desde el ángulo de las normas modernas) y el enfoque básicamente emocional y físico de la humanidad de ese período; mostrará también la capacidad mágica del hombre para subyugar y controlar los reinos subhumanos y las fuerzas elementales del planeta. Ambos ángulos fueron estudiados. Sin embargo, el énfasis se puso correctamente sobre la interferencia e intervención divinas; esto pudo salvar una minoría éticamente sana (la palabra "espiritual" no es aplicable aquí, excepto en forma relativa) y destruir a quienes estaban erróneamente enfocados u orientados y, por lo tanto, también dedicados a la vida de aspiración y percepción materiales. [i124] El núcleo salvado, formó la base de nuestra actual raza raíz, la Aria. Todo el tema de El Antiguo Testamento se desarrolla alrededor [e107] de la evolución y crecimiento de este núcleo. Hablando simbólicamente, los habitantes del arca y sus descendientes y la raza judía, representan el resto de la humanidad que se salvó -salvada por la Gran Logia Blanca a pesar de ellos mismos y frente a tremendas dificultades. Aquí dos cosas merecen atención. La primera y menos importante, desde el punto de vista del alma, es la desaparición de la faz de la Tierra de, prácticamente, todo indicio de la maravillosa civilización atlante, excepto esos pocos tesoros arqueológicos que intrigan e interesan a los modernos investigadores, además de esos vagos recuerdos de antiguas realizaciones científicas que conducen al estudiante moderno a la investigación e invención y lo incitan al descubrimiento y a la producción de lo que llamamos los triunfos de la ciencia moderna. La segunda es que, para bien de la humanidad, la Jerarquía se retiró a segundo plano, dejando al hombre abrirse camino fuera del espejismo y la ilusión del materialismo con métodos correctos, y eventualmente eliminar las antiguas separaciones. La guerra debe ser llevada a su culminación y expresión finales, teniendo en vista que debe ser descartada definitivamente como medio de lograr los fines deseados. * La Doctrina Secreta, T. III, págs. 257-426. La Era Moderna Quisiera detenerme aquí y recordarles uno o dos puntos que deberían ser reconocidos a medida que encaramos esta era moderna donde tienen lugar todos estos efectos culminantes. Los describiré concisa y claramente. Las líneas de separación entre el materialismo y la espiritualidad (como ahora entendemos los términos) se han aclarado acrecentadamente. Dos cosas han tendido a crearlo. Primero, el pronunciamiento de los Diez Mandamientos. Éstos, aunque negativos en su forma y dogmáticos en su actitud, esclarecieron adecuadamente los asuntos y las actitudes requeridas. Debido a la relativamente inferior etapa de la [i125] inteligencia humana universal, en la época en que fueron dados (pues las fechas bíblicas no son correctas y la de su pronunciamiento es mucho más antigua de lo que se cree) se los expresó bajo la fórmula Tú no. . . dirigiendo así la atención humana a la expresión material de las tendencias materialistas. En días futuros, los Diez Mandamientos serán expresados a la inversa, de la cual el Sermón de la Montaña y las Bienaventuranzas son la forma embrionaria. Segundo, la Jerarquía se retiró para que la humanidad, una vez alcanzada la madurez y la edad del propio albedrío, no fuera [e108] impedida ni obstaculizada por la coerción y la indebida protección, sino que expresara sus principales características divinas; de éstas, el libre albedrío y el empleo discriminador de la mente, son las cualidades sobresalientes. En los días atlantes no existía libre albedrío. Ahora hay una tendencia al libre albedrío (observen este término) y la denominamos libertad e independencia, libertad de pensamiento y derecho del individuo para determinar las disposiciones que controlan o deberían controlar al grupo del cual forma parte. Todos estos son atributos y cualidades del libre albedrío, pero no el principio divino del libre albedrío en sí. Poco sabemos sobre él. Sólo los discípulos e iniciados del mundo conocen el verdadero significado e implicación de la libertad de elección y del correcto empleo de la voluntad, y esto porque están motivados por el bien grupal y la necesidad de la mayoría. La prueba a la cual había de ser sometida la humanidad, y es hoy el factor controlante, era si -dado el desarrollo y conocimiento mentales- consagraría ese conocimiento y su realización científica y mental al bien grupal o a fines egoístas, a los asuntos materiales, o a los incentivos e impulsos espirituales. Este antiguo conflicto ha sido llevado ahora a otro campo de la expresión humana, el de la mente -ya que la raza ha progresado y las personalidades de los seres humanos han alcanzado una etapa elevada de integración y realización- se ha hecho muy agudo, y ahora que es tan completo el esclarecimiento de las cuestiones y está tan bien definido el alineamiento de los oponentes en dos grupos, es posible la lucha final. [i126] La mayoría de las personas inteligentes del planeta se dan cuenta hoy de la actuación inteligente y de la capacidad de la generalidad para presentar a la mente las condiciones subyacentes, aunque su punto de vista esté necesariamente matizado por las tradiciones nacionales, las ideas y políticas heredadas, como también por el control y las tendencias del medio ambiente, la raza ha avanzado mucho hacia su emancipación final. Por lo tanto, hay cierta medida de libre albedrío y esto constituye un factor enteramente nuevo y un desarrollo muy satisfactorio. Les recordaría un punto muy importante y es que las masas -la clase media, burguesa y proletaria (empleo estas palabras en su sentido general y simplemente debido a su significado y significación)- siguen siendo víctimas de la autoridad del control, y permanecen relativamente irreflexivas e infantiles. Esto significa que el verdadero conflicto es entre una pequeña minoría, para la cual los asuntos son claramente iluminadores, y que definidamente se ha alineado con cualesquiera de las fuerzas en lucha. Un simple puñado de hombres, los descendientes directos, o más bien las reencarnaciones de los conductores [e109] del antiguo conflicto atlante, se hallan ahora en la tierra dirigiendo las fuerzas de la luz o de la oscuridad, trayendo a la existencia millones de hombres que apoyarán directamente a sus conductores, y cuya voluntad será la de ellos. Las líneas de separación se han extendido constantemente y puede decirse ahora que una parte de la humanidad está orientada hacia los valores superiores altruistas y espirituales, cuyas notas clave son el sacrificio, el bien grupal y la comprensión mundiales, y la otra está enfocada predominantemente en lo material, cuyos objetivos son egoístas, animados por la ambición y el espíritu de adquisición. La gravedad de esta situación y la amplia extensión de la separación, indujeron a la Jerarquía observadora a dejar que afluya directamente al mundo (no obstante el riesgo que implicaba) la fuerza de Shamballa. El objetivo fue estimular el libre albedrío de las masas; el resultado fue relativamente bueno, pues condujo a la formulación y expresión de las grandes ideologías mundiales -fascismo, [i127] democracia y comunismo, así como también a esa mezcla peculiarmente distorsionada de fascismo y comunismo que actúa con el nombre de hitlerismo o nazismo. Todas estas ideologías son fomentadas por el deseo de las masas de mejorar la condición en la cual vive la población de cualquier país, y se ha enfocado en forma expresiva y creadora por la influencia que ejerce la fuerza de Shamballa. Pero otro resultado de esta afluencia de voluntad al poder, fue la estimulación de cierto grupo de personalidades destacadas en muchos países, de manera que asumieran el control de las masas y pudieran determinar las definiciones y los métodos -religiosos, políticos y sociales- de las diferentes naciones. Un grupo relativamente pequeño de personas, en cada nación, decide todas las cuestiones importantes y determina las principales actividades nacionales. Lo hacen ya sea por la fuerza, el terror y el engaño, o por la persuasión, las bellas palabras y la aplicación de móviles ideológicos. Los Señores del Destino aprovechan esta situación de modo de llevar a un fin el antiguo conflicto y permitir que la humanidad entre en la nueva era acuariana, relativamente libre y con una más clara comprensión de las correctas metas y relaciones humanas y del futuro predestinado del hombre. No tiene ningún valor atribuirle relación al actual conflicto mundial y a los guías mundiales, con el conflicto y los conductores de la época atlante. Basta decir que muchas de las mismas personalidades (en una vuelta más elevada de la espiral) desempeñan nuevamente diversas partes en el gran drama. De nada les serviría ni comprenderían mentalmente la situación, si acentuara los detalles de esta gran guerra y su analogía moderna; tampoco tendría [e110] para mí ningún valor comparar los antiguos métodos y los métodos modernos por los cuales una de las partes lleva adelante la lucha por la supremacía. No están en situación de verificar lo que digo o controlar la exactitud de mis enunciados, sin embargo, el punto de mayor importancia es llegar a una clara comprensión de lo que está en juego y a una justa apreciación de los valores involucrados y también a una correcta captación de los ideales que animan a ambos grupos antagónicos. En los días atlantes, se dijo que la lucha era entre [i128] las Fuerzas de la Oscuridad (la así llamada "Logia Negra de Adeptos") y las Fuerzas de la Luz (denominadas Gran Logia Blanca, la Jerarquía de Maestros). En aquel entonces era aproximadamente verdad, pues el conflicto se libró entre dos pequeños grupos, siendo las masas simplemente ciegas y miserables víctimas de la lucha y de la situación. Ahora no es posible ni apropiadamente admisible establecer tal clara diferencia entre las fuerzas comprometidas. Ninguna nación o grupo de naciones puede ser clasificado en una amplia generalización como blanco o negro. No olviden esto. Sólo hablan así quienes no tienen visión y poseen un espíritu intolerante y partidista. Todas las naciones contienen millares de personas que pertenecen a la categoría de los que son impelidos por las Fuerzas de la Luz y, en consecuencia, responden normal y fácilmente al concepto de la buena voluntad, al deseo de rectas relaciones entre todos los hombres y al ideal del verdadero entendimiento internacional y mundial. En todas las naciones existen aquellos a quienes no les atrae esta situación, y hallándose aún en la oscuridad, no ven los verdaderos problemas. Éste es un enunciado real. Una mayoría trata de lograr el establecimiento de la buena voluntad y el entendimiento, pero -como he señalado en escritos anteriores- es relativamente fútil para controlar todavía la situación o para obligar a sus conductores a seguir la voluntad al bien de las masas. Son inspirados o protegidos por la Jerarquía de la Luz y con ellos debe llevarse adelante la tarea de estimular la libre expresión de esta buena voluntad, cuando el conflicto llegue a su fin. Respecto al otro grupo, tenemos los que por inclinación o antiguo karma descienden de los Señores de la Oscuridad; sus acciones e ideales hacen posible la actividad de las fuerzas del materialismo. Quisiera que observaran esta forma de expresión. Aún el más peligroso de estos descendientes es, sin embargo, consciente de alguna forma de idealismo, pero se han extraviado y responden plenamente a la voluntad de poder (poder en el plano físico mediante la actividad de la forma). Esto es estimulado por la afluencia de la energía shambállica. Debido a estas reacciones y tendencias, constituyen puntos focales para esas Vidas y [i129] Energías inherentes [e111] a la materia misma, cuya influencia y trabajo están dedicados a la conservación de la forma y de todo lo que existe. Se esfuerzan constantemente por anular lo nuevo y detener la evolución y el desarrollo de la conciencia humana. No olviden que la verdadera cuestión reside en el campo de la conciencia y que la lucha es entre la forma y la vida dentro de la forma, y entre el progreso, que conduce a la liberación del espíritu humano, y la actividad reaccionaria, que lleva al aprisionamiento de la conciencia humana y a restringir su libre expresión. Haría aquí una pausa y les pediría solemnemente no ampliar las líneas de separación, ubicándose, ustedes y todos los que siguen su misma ideología, del lado de las Fuerzas de la Luz, y a las demás personas y sus ideologías, con las cuales ustedes quizá no estén de acuerdo, del lado de las Fuerzas de la Oscuridad. El problema es, en último análisis, el derecho a expresar la voluntad al bien, el derecho a expresar relaciones humanas, no obstaculizadas por las barreras territoriales y hábitos mentales nacionales; involucra el derecho y la sentida necesidad de manifestar amor a todos los seres, y de esa manera desarraigar todo odio y separatividad. Concierne al derecho de todas las naciones a vivir en paz con sus vecinos y en armonía entre sí, expresar la verdadera y subjetiva síntesis de la humanidad y a no anteponer posesiones, fronteras, cultura, poder y ambición nacionales, al bien general y a la felicidad del mundo de los hombres. Éste es el problema real y subyacente. Todos los desafíos nacionales, llamados patrióticos, son simples tentativas de los conductores de todas partes para mantener al pueblo en una línea particular de pensamiento y de acción. Asegurar el mundo para la democracia, tener un lugar para vivir, defender los derechos de las pequeñas naciones, conservar el equilibrio del poder, oponerse a la fuerza con la fuerza, restablecer las antiguas e históricas fronteras, imponer alguna cultura considerada deseable, evitar la destrucción económica, mantener los objetivos e intereses nacionales, son todos puntos de discusión de los conductores actuales. Pero la verdadera cuestión intangible es hallar Quién dirija. ¿Qué camino tomará la humanidad? [i130] ¿Seguirá el camino del altruismo, expresado en la disposición de actuar siempre en bien de todos, promoviendo así el entendimiento y la unidad mundiales, o el camino del egoísmo y de la agresión, expresados en un intenso nacionalismo, sacrificando los verdaderos y superiores valores de emancipación, independencia y libertad de pensamiento? Este egoísmo puede manifestarse como agresión, o una neutralidad activa. Las naciones que no participan en esta lucha, perderán mucho y -ensanchando su propia lucha egoísta y oscureciendo la real situación [e112] con hermosas palabras- ayudarán a prolongar la lucha, evitando que su propio pueblo aproveche una oportunidad útil. Señalaría también que así como en todas las familias, empresas comerciales y organizaciones, existen los que constituyen puntos de autoridad enfocada y son los diseñadores de las actividades planificadas, también dentro de ese grupo o cuerpo organizado, denominado humanidad, tenemos puntos focales similares o aquellos que planifican, dirigen y producen los acontecimientos y eventos externos, que están en el período de realización de la personalidad -ese momento en que los seres humanos, habiendo alcanzado la integración y una fusionada expresión de sentimiento, percepción y mente, trabajan en forma activa y efectiva en el plano físico. Estos puntos focales son empleados para producir dos grandes cambios en el mundo; primero, la fusión y mezcla de los pueblos y la minorías, a fin de que los imperios coordinados y las naciones cultas empiecen a aparecer en todas partes y, segundo, el cambio de fronteras y la alteración de límites para dar lugar a un completo reajuste del mapa del mundo, en Asia, Europa y África. Evidentemente, se observará que existen tres métodos o modos principales para producir estas fusiones. Gran Bretaña, los Estados Unidos de América y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.), están desarrollando el principio de federación, de relación y de fusión de cuerpos en conjuntos concentrados, que responden a la misma inspiración, pero empleando sus propios métodos especializados para obtener los fines deseados. No se sorprendan de que [i131] incluya a Rusia en esta triplicidad. Su ideología es fundamentalmente tan sana como la de los demás grupos, pero la diferencia reside en los factores de la personalidad y en el modo de aplicar la ideología. El control ejercido por personalidades poderosas y peligrosas y el empleo de métodos de fuerza y crueldad, fueron evitados en los primeros dos grupos de naciones, y la razón se halla en la fuente de inspiración que produce los efectos. Otra razón reside en que se ha ubicado el poder en manos de quienes históricamente no están preparados para gobernar y en la de aquellos cuya pasada evolución los condujo hasta ahora sólo a la etapa infantil de la evolución. Sin embargo, en estos tres grupos deben observarse muchas cosas interesantes. Una de ellas es que Gran Bretaña representa una fusión, cuyos cimientos fueron establecidos en un largo pasado histórico de preparación para gobernar; otro, el de los EE.UU., representa una fusión que está en desenvolvimiento y desarrollo en el presente, cuyos experimentos son nuevos, aunque empleando factores de cada nación de Europa; la U. R. S. S., a su vez, representa la fusión venidera o síntesis futura. En los tres, tenemos [e113] una expresión interesante e inmediata de los tres aspectos divinos; cada uno inspira y colora la civilización embrionaria. Gran Bretaña expresa la voluntad de poder, pero, a causa de la edad y la experiencia adquirida a alto precio, está hoy suavizada por la justicia y una creciente comprensión de la necesidad humana, siendo, a su vez, en el pasado y durante muchos siglos, resultado del control por la aristocracia, con su paternalismo, conservadorismo y métodos de lento reajuste. Los EE.UU. expresan la voluntad de amar que se demuestra como capacidad para absorber vastamente elementos divergentes y, sin embargo, presentar igual oportunidad a todos. Esto se produce mayormente debido a que el control en esta federación de estados, está en manos de la burguesía, con sus metas financieras, su poder de determinar las condiciones de vida y su veloz y simpático contacto con la vida. Su método no es el de un ajuste lento, sino de rápida asimilación. En ese país la gente es muy sensible [i132] a la influencia de la Jerarquía. La U.R.S.S. expresa la voluntad de crear y establecer nuevas condiciones y un nuevo orden -planificado, determinado y previsto. Frecuentemente ha sido impuesto mediante la crueldad, una disposición para los convenios, el cambio o el desprestigio del ideal original, llevado a cabo a su vez por la actividad del proletariado, por su incapacidad de gobernar, por su deseo de ejercer represalias y por su ignorancia de la tradición y de los procedimientos heredados. Por lo tanto, un experimento muy interesante se está realizando en estos tres grupos de elementos interrelacionados y de distintos ideales nacionales. La U.R.S.S. pondrá eventualmente el énfasis y se interesará principalmente por Asia, hasta los límites del Océano Pacífico, produciendo cambios en ese continente. Gran Bretaña, por su exitosa demostración del principio de federación, puede efectuar mayores cambios en Europa si existe una percepción despierta, una real y benévola justicia y una inteligente paciencia. Los EE.UU. tienen una tarea similar que realizar para las Américas, que demandan un orden estatal elevado y un espíritu de comprensión. Si han comprendido bien las sugerencias que anteceden, será evidente que la fuerza shambállica trabaja a través de esa comunidad de naciones federadas, llamada Imperio Británico y expresa la voluntad hacia la síntesis y la voluntad para un proceder justo y legal. La fuerza de la Jerarquía puede expresarse acrecentadamente a través de los Estados Unidos de América, porque el reconocimiento intuitivo de las realidades subjetivas y el sentido real de los valores superiores pueden controlar, y frecuentemente controlan, los impulsos que rigen a este grupo de estados federados. La voluntad de ser que posee la humanidad con su [e114] énfasis casi extravagante puesto sobre los valores humanos, y la voluntad de gobernar creadoramente, es la contribución de la U.R.S.S., esa gran federación de repúblicas. De esta manera, puede verse la expresión de la influencia que ejercen los tres grandes centros mundiales a que me referí, mediante estos tres grupos de naciones. Al mismo tiempo, la fuerza de Shamballa está activa en todos ellos, pues produce federación y síntesis. Su primera gran expresión o demostración [i133] del espíritu de fusión, tuvo lugar en los siglos XVIII y XIX y condujo a la creación de países como Italia y Alemania, formados por muchos pequeños estados, ducados y reinados. Resultaría muy iluminador estudiar la historia de la tendencia hacia la fusión en el mundo moderno. Se descubrirla que los primeros débiles indicios se percibieron alrededor del año 1575 de nuestra era, debido a que se permitió afluir esta fuerza cuando se la exigió en la Conferencia Centenaria de la Jerarquía, celebrada en 1425. En escritos anteriores me he referido a dicha conferencia.* En el segundo grupo donde hubo cambios de ideologías y reacción a la necesidad de la masa, tenemos a Francia, Alemania, Italia, España y Portugal, alterando todas ellas su antigua política y sus sistemas de gobierno, que reaccionaron gradual y lentamente a la fuerza shambállica. Sin embargo reaccionaron a esa fuerza por intermedio de grandes y destacadas personalidades, particularmente sensibles a la voluntad de poder y a la voluntad de cambiar, las cuales (durante los últimos 150 años) alteraron el carácter de sus vidas nacionales y acrecentadamente hicieron resaltar los más grandes valores humanos. Los hombres que inspiraron la iniciadora revolución francesa; el gran conquistador Napoleón; Bismark, el creador de una nación; Mussolini, el regenerador de su pueblo; Hitler, que elevó sobre sus hombros un pueblo angustiado; Lenín, el idealista; Stalin y Franco; son todas expresiones de la fuerza shambállica y de ciertas energías poco comprendidas. Éstos realizaron cambios significativos en su día y generación y cambiaron la faz de Europa, afectando incidentalmente a Asia y condicionando las actitudes y política en América. Los resultados, aun cuando peligrosos y terribles, desarrollaron dos características vitales en la humanidad. Una fue el amplio desarrollo de la facultad discriminadora, la otra una tendencia a la dispersión que tuvo como [i134] consecuencia diluir los valores civilizados y culturales y los variados dones que muchas personas impartieron al alma del mundo. La emigración de los pueblos, desde Gran Bretaña a las colonias, la emigración de todas las naciones de Europa a América del Norte y del Sur, la dispersión [e115] de los pueblos dentro de los límites nacionales, como resultado de la guerra y la conveniencia de evacuar las ciudades, trajo el traslado de personas fuera de Italia y de grupos dentro de Rusia, más el constante deambular de los judíos errantes, lo cual indica un desmoronamiento en escala mundial de todas las fronteras externas y la institución de un proceso de fusión y amalgamación como el mundo nunca había visto. Constituye un sistema educativo de incontable valor que conduce a la constante necesidad de reajustar los puntos de vista, cambiar las normas de vida de los matrimonios mixtos y las así llamadas relaciones ilícitas. El cambio externo está produciendo una síntesis interna y dispersión externa, las separaciones se desarrollan internamente en relaciones más estrechas y en un tolerante espíritu de comprensión. El poder de considerar, elegir, pensar y discriminar, se va desarrollando rápidamente entre las clases de todas partes, como resultado de los numerosos sucesos catastróficos, la aparición de numerosas circunstancias cambiantes y los incontables puntos de vista y teorías sobre gobierno y religión; éstos surgen en forma natural de los nuevos contactos y la rápida presentación de los acontecimientos por medio de la prensa y la radio. Esto es importante desde el punto de vista de la evolución y del acrecentamiento de la conciencia mundial. Los sucesos en el plano físico son incidentales y transitorios. Los eventos y las precipitaciones del plano físico se llevan a cabo y son posibles mediante puntos focales de energía, los dictadores del mundo, los estadistas y los seres humanos descollantes de todos los países, así como también lo grupos que trabajan activamente en todos los países para sus propios fines o -como sucede más a menudo- bajo la influencia de algún ideal o sabiduría grupales, además de la ambición, la voluntad de poder y el engrandecimiento personales. [i135] A estas personas se las denomina dictadores, demagogos, conductores inspirados u hombres justos y sabios, de acuerdo con nuestra particular ideología, tradición, actitud hacia nuestros semejantes y determinado entrenamiento político, económico y religioso. Pero todos estos conductores son simplemente seres humanos y, al igual que los demás hombres -idealistas equivocados, patriotas, egoístas, impresionables, tontos, astutos, poderosos, enfocados en alguna meta o ambición, con clara visión y, al mismo tiempo, con reacciones miopes, crueles o sabias, según el caso- son en último análisis, personalidades altamente desarrolladas. Se los utiliza para dirigir cambios grandes y necesarios y alterar la faz de la civilización. Los métodos erróneos empleados y la maldad, son defectos de la humanidad y de los hábitos mentales que trasformaron al género humano en egoísta y cruel y es la causa de que este espíritu grande y universal [e116] de la voluntad de cambio, se manifieste tan poderosa y cruelmente. No culpen a las personalidades involucradas o a los hombres que producen estos acontecimientos ante los cuales nos hallamos hoy desorientados y anonadados. Son únicamente el producto del pasado y las víctimas del presente, siendo al mismo tiempo los agentes del destino, los creadores del nuevo orden y los iniciadores de la nueva civilización; son los destructores de lo que debe ser destruido antes de que la humanidad pueda seguir adelante por el Camino Iluminado. Son la personificación de la personalidad de la humanidad. Por lo tanto, cúlpense a sí mismos de lo que está sucediendo hoy y no traten de evadir la responsabilidad transfiriéndola a los hombros de los hombres espectaculares o estadistas, dictadores, o a algún grupo. No señalen a una sola persona o grupo, acusándolos de ser la causa de la condición mundial actual. Tampoco esperen que una sola persona o un solo grupo, traiga la liberación o halle solución al problema mundial. Esto debe hacerlo la humanidad misma. La humanidad debe comenzar a actuar, y lo hará cuando llegue el momento oportuno. Reconocer la responsabilidad, los errores conjuntos, los antiguos conceptos erróneos, las actitudes y costumbres mentales equívocas, el propósito y la intención mundial egoísta, el espíritu de agresión universal que, a través de las edades [i136] influyó primero a una nación y luego a otra, la tendencia del siglo pasado a cristalizarse y a ser estático, las fuerzas reaccionarias por todas partes -son defectos universales y ninguna nación ni raza está libre de culpa ni tiene las manos totalmente limpias. Además, ningún grupo nacional está totalmente equivocado ni es malo, o puramente bueno y altruista. En todas partes hay mezcla de móviles. El nacionalismo, la agresión, el egoísmo y la crueldad de todos los países, enfrentan el deseo de un entendimiento mundial, relaciones pacíficas y también un espíritu altruista y benéfico en todas las naciones. Las Fuerzas de la Luz tienen sus adherentes y trabajadores en todos los países, aunque algunos no pueden expresarse por estar sujetos a mayores obstáculos. Lo mismo sucede con las Fuerzas del Materialismo. Y entre estos grandes grupos se hallan las masas -esperando el surgimiento de una nueva oportunidad y nuevas revelaciones. La universalidad de estas condiciones y la nitidez de las cosas han hecho de este período una oportunidad e iniciación planetaria. La iniciación es esencialmente salir de los antiguos controles y entrar en el control de valores más espirituales y acrecentadamente superiores. La iniciación es una expansión de conciencia que conduce a un creciente reconocimiento de las realidades internas. Es también el reconocimiento de un renovado sentido de la necesidad de cambio y de la dirección inteligente [e117] de estos imprescindibles cambios, para que pueda tener lugar un proceso real; la conciencia se expande y se vuelve más generosa y divinamente incluyente, y el alma controla en forma nueva y poderosa, al asumir acrecentadamente la dirección de la vida del individuo, de una nación y del mundo. En último análisis, y desde el punto de vista de la Jerarquía, el conflicto actual entre la personalidad de la humanidad (que expresa los valores materiales como factor dominante en la experiencia de la vida) y el alma de la humanidad (que expresa los valores espirituales como factor dominante en los asuntos humanos), es idéntico al conflicto que tiene lugar en la conciencia de un ser humano cuando éste ha alcanzado la etapa del discipulado y enfrenta el problema de los pares de opuestos. Este conflicto se manifiesta de muchas [i137] maneras, de acuerdo al punto de vista y al trasfondo del pensamiento. Podría llamarse el conflicto entre el Cristo y el Anticristo, pero no como lo comprenden quienes emplean esas frases. Ninguna nación expresa el espíritu del Anticristo, así como tampoco nación alguna expresa el espíritu erístico. El Cristo y el Anticristo son las dualidades del espiritualismo y el materialismo, tanto en el individuo como en toda la humanidad. Se puede hablar de Dios y del Diablo con las mismas implicancias básicas. ¿No es acaso el hombre una expresión de la divinidad (Dios), en una forma material (el Demonio)? y ¿qué es la materia, sino el medio por el cual la divinidad debe eventualmente manifestarse en toda su gloria? Pero cuando eso tenga lugar, la materia ya no será un factor controlante sino simplemente un medio de expresión. Por lo tanto, la batalla se libra entre el aspecto forma de la vida y el alma. El Morador en el Umbral (el umbral de la divinidad, hermanos míos) es la misma humanidad con sus antiguas costumbres mentales y su egoísmo y codicia. La humanidad ahora está frente al Ángel de la Presencia -el alma cuya naturaleza es amor, luz y comprensión incluyentes. El gran problema de hoy es ¿cuál de los dos saldrá victorioso del conflicto y cuál de estos dos grandes agentes de la vida determinará el futuro de la humanidad e indicará el camino que la humanidad decidirá seguir? Los asuntos en juego están claros para las personas que piensan correctamente. La intolerancia, el intenso orgullo nacional y la propia satisfacción, pueden cegar a los hombres a las realidades actuales, pero hay suficientes personas que piensan con claridad para que sea probable un futuro de correctas decisiones, como en ningún otro momento en la historia de la raza. * Tratado sobre Magia Blanca, págs. 293-318. Tratado sobre los Siete Rayos, T. I, págs. 144-158. [e118] Preparación para la Buena Voluntad Mundial Las causas de la actual guerra son antiguas. Esta secuencia histórica de los factores predisponentes puede ser claramente trazada en los registros exotéricos de todas las naciones y también los registros esotéricos de la Jerarquía. Las cualidades humanas [i138] inherentes que condujeron al desarrollo de la guerra actual son bien conocidas. Quienes son conscientes y observadores de la guerra que se libra dentro de sus propias naturalezas, entre el egoísmo de la personalidad y el altruismo del alma, se dan cuenta de las implicancias y las analogías. ¿Dónde reside por lo tanto la solución? ¿Qué debe hacerse para detener los fuegos del odio, de la agresión, de la venganza y del temor? Además, ¿qué debe hacerse como preparación para cuando llegue el momento de la reconstrucción del mundo de los hombres y la inauguración de la nueva y mejor civilización? Consideraremos esto brevemente. En lo que respecta a la participación activa en el trabajo que debe realizarse, a fin de preparar el mundo para la expresión de la buena voluntad, poco puede hacerse de naturaleza exotérica activa en este momento; es necesario esperar con paciencia y ver qué sucederá y qué dirección seguirá la actividad de las naciones. Pero hay mucho que realizar de naturaleza esotérica y preparatoria y esto trato de plasmarlo en las mentes. Hasta la fecha y a pesar de las apariencias, las Fuerzas de la Luz son victoriosas y mantienen definidamente firmes los asuntos. Por esta razón no ha podido ser extinguido el espíritu de buena voluntad ni el entendimiento comprensivo que existe entre los pueblos de las naciones, sin excluir a Alemania, la cual fue la característica significativa y sobresaliente del conflicto actual. Existe allí poco odio o espíritu de venganza, y este hecho constituye la diferencia entre esta guerra y la de 1914. Indica un triunfo para las Fuerzas de la Luz, y en ello reside la esperanza del futuro. Sin embargo, aquí es donde debe considerarse el factor tiempo, pues una guerra prolongada puede causar un cambio en esta actitud deseable, y una experiencia muy drástica producirá cambios psicológicos profundos e inevitables en el pensamiento y la acción humanos. Esto debe ser neutralizado conscientemente. Aunque no ha sucedido todavía, podría suceder, y si ocurre causará mucho dolor, terror, terrible anticipación y sufrimiento, y la agonía producida por el espectáculo del sufrimiento podría eventualmente trasformar esta buena voluntad en un [i139] espíritu dinámico de odio y revancha, a no ser que sea contrarrestado definida y conscientemente. Los grupos que se adhieren a los principios de las Fuerzas de la Luz, que dedican todo esfuerzo a poner fin [e119] al espíritu de agresión y a librar al mundo de los puntos focales de la influencia y el poder materiales, deben llevar todavía a cabo la tarea de unir a los hombres y mujeres de todas las naciones con espíritu de comprensión amorosa y deben servir de intérpretes entre las naciones, en términos de hermandad y del nuevo orden. Esto no es fácil realizarlo ahora. Los cuerpos astrales o emocionales de los seres humanos (que constituyen el cuerpo astral de la humanidad como un todo) están hoy en un estado de caos y son arrastrados por antiguos deseos, actitudes egoístas, profundamente arraigadas, y por viejos odios. La tarea también se complica por la actividad de los procesos mentales del hombre, caracterizados por destacadas y desarrolladas ilusiones, actitudes separatistas y argumentos plausibles. Pero, al mismo tiempo, hay en el mundo suficientes personas que responden al espíritu de buena voluntad, de comprensión tolerante, animándolas el deseo de rectas relaciones humanas permanentes. He sugerido anteriormente* que debería ser posible -en fecha posterior- el reconocimiento mundial del Día del Olvido, del Perdón y del Cumplimiento del mandato bíblico de "olvidar las cosas que quedan atrás y seguir adelante" hacia la nueva era, las nuevas relaciones y la nueva civilización. Podría empezarse a planear y trabajar para esa época y momento psicológico, donde esta idea pueda ser presentada. Vendrá inmediatamente después de la cesación de las hostilidades. Pero hoy en todos los países, cuando sea posible, debe ser educado el pueblo en esta expresión de síntesis y de interrelación humanas. Sin embargo, ello implica poner énfasis sobre los valores a los cuales me he referido anteriormente en este artículo. Ésta es la responsabilidad conjunta [i140] de la humanidad, debido a sus errores generales y a las antiguas actitudes y controles erróneos. En consecuencia significa descender de nuestra posición de críticos y adjudicadores de la responsabilidad, y emprender conjuntamente la enorme tarea de cambiar las condiciones actuales e instituir esa política contraria que hará posible un orden mundial unido. No es una tarea fácil. Exhorta a todos los hombres y mujeres de buena voluntad del mundo, y los incita a prepararse, mientras continúa el conflicto, para lo que podrá realizarse una vez que haya terminado. He dado mucha información que puede proporcionar la base de los objetivos y métodos. Nada de lo que he delineado ha quedado anulado, sólo fue postergado su cumplimiento. Durante siete años críticos estuvo en las manos de los hombres espiritualmente orientados, de las iglesias de todos los países, de los hombres de [e120] buena voluntad y de los aspirantes mundiales, de modo que su trabajo pudiera evitar el conflicto actual. Pero el espíritu crístico se perdió dentro de las organizaciones clericales; el énfasis fue puesto sobre la teología técnica; el espíritu de buena voluntad no se expresó dinámica y prácticamente, sino teórica y negativamente; los aspirantes del mundo no poseían un verdadero sentido de los valores, sino que se contentaban con dedicar un poco de tiempo a la vida espiritual y a algunas personas, pero se perdió mucho tiempo en objetivos personales e individuales. El espíritu de inercia embargó a los mejor dispuestos y a las personas más comprensivas; nada de lo que hicimos sirvió para despertarlos ni para que iniciaran una poderosa acción o sacrificaran sus valores personales temporarios en bien de los valores duraderos y universales. Lo individual fue más importante que el bien de la totalidad. No se desalienten, hermanos míos, que no son ustedes solos, sino que forman parte de un vasto número de personas, si esto les trae cierta satisfacción. Pero ante ustedes hay una renovada oportunidad de naturaleza práctica que corresponde a esferas definidas de trabajo y de actividad planeada. Ante todo, se les pide que se [i141] preparen para la gran oportunidad que vendrá al final de este conflicto, y que
ideen algún acontecimiento Además, debe mantenerse un constante proceso de recto pensar, correcta interpretación de los acontecimientos actuales y la debida preparación mientras dura la guerra, a fin de contrarrestar cualquier debilitamiento del espíritu de buena voluntad, ya logrado para que la comprensión acreciente su potencia y no haya ofuscamiento. Para lograr esto, se sugieren las siguientes actividades, comenzando con las que conciernen al trabajador individual:
Estudien y capten con claridad las cuestiones Procuren utilizar cada día la fórmula o mántram siguiente
Estas palabras pueden parecer inadecuadas, pero expresadas con la fuerza y la comprensión de su significación y con la potencia de la mente y del corazón detrás de ellas, pueden ser increíblemente poderosas en la vida de quien las pronuncia. Producirán también un efecto en su medio ambiente, y los efectos acumulados en el mundo, a medida que divulgan el conocimiento de la fórmula, serán grandes y efectivos. Cambiarán las actitudes, iluminarán la visión y conducirán al aspirante a un servicio más pleno y a una más amplia colaboración, basada en el sacrificio. Hermanos míos, no pueden a la larga evadir el sacrificio, aunque lo hayan eludido hasta ahora.
Quisiera que, a su manera, se preparen para un gran Las instrucciones dadas en mis folletos anteriores |
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