Los Rayos y las Iniciaciones - Regla VII
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PRIMERA PARTE CATORCE REGLAS PARA LA INICIACIÓN GRUPAL REGLA VII |
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[e119] El tema de esta regla que vamos a considerar, tiene un profundo significado e interés esotérico; concierne a la vida de Shamballa y al propósito del Gran Concilio. La regla posee además una rara belleza y extraordinarias implicaciones, y tengo la oportunidad de explayarme sobre un tema poco conocido o comprendido por los esoteristas, en los grupos esotéricos comunes. La [i133] razón reside en que a medida que se acerca el nuevo ciclo -como sucede hoy-, la enseñanza más nueva y completa, el horizonte más extenso y la percepción enormemente ampliada del observador y trabajador espirituales, serán posibles y evidentes. Mucha y profusa información acerca de los Maestros se ha impartido duran los últimos cien años, y (al considerar el tema de la iniciación, y la preparación para esa gran experiencia de transición) es necesario comprender en parte la naturaleza de Aquellos con quienes el discípulo deberá asociarse, y la índole del mundo y conciencia donde Ellos viven, se mueven y tienen Su ser. Para muchos pensadores la realidad de la Jerarquía es reconocida ampliamente; para otros hay un amplio reconocimiento de la hipótesis de la existencia de una jerarquía. Información concerniente a sus grados, métodos de trabajo y objetivos, son ya de conocimiento común, y mucho ha sido aceptado y comprobado por los que admiten esta enseñanza. Antes de proseguir la exposición de esta Regla Siete quisiera dedicar unos segundos al estudio de algunos efectos resultantes de este creciente cúmulo de conocimiento, poseído por un gran número de personas y no sólo por el raro y discreto esoterista y el estudiante de ocultismo; esta enseñanza se ha infiltrado en la conciencia de las multitudes, despertando curiosidad, alivio y esperanza, o conjeturas y mofas cínicas; un consciente esfuerzo espiritual o un constante ridículo -según el tipo de mente, la sensibilidad hacia la verdad o la estúpida credulidad del receptor. Pero el conocimiento, la creencia y la esperanza sobre la existencia de una Jerarquía planetaria ha leudado la totalidad del pensamiento humano en forma mucho más amplia y profunda, que ni el más optimista puede sospechar; aquí reside la esperanza del mundo y también el fértil campo para el trabajo espiritual a realizarse durante las próximas décadas. Todos los discípulos deben prepararse para ello. Las reglas para llegar hasta la Jerarquía son bien conocidas por los aspirantes del mundo; deben ser análogamente conocidas por la persona común; deben acentuarse los objetivos del trabajo [e120] jerárquico y [i134] desarrollarse la naturaleza del Plan divino, a fin de presentar a la humanidad su propósito y meta; debe lograrse la síntesis de la cadena de Existencias jerárquicas -desde el más diminuto átomo de la materia en escala ascendente, hasta, e incluso, el Señor de la Vida-, y debe comprobarse la interdependencia esencial y espiritual de todas las cosas y la interrelación de cada entidad que posee vida divina. Esto conducirá, con el tiempo, a realizar ese esfuerzo unido que se manifestará en la fusión del cuarto y quinto reinos de la naturaleza y en el establecimiento de la hermandad, lo cual constituirá el germen o simiente de la venidera manifestación física de la Jerarquía, como el Corazón de Dios (relacionado directamente con el Corazón del Sol). Lógicamente, ésta es una frase muy ambigua, pero es la expresión más aproximada, en palabras, que he podido encontrar, sobre el propósito jerárquico. Todo el campo mundial -significando con esta frase todos los reinos de la naturaleza en unida relación interna y externa- será el medio para la reconocida experiencia espiritual y también campo de expresión de ciertas cualidades y aspectos divinos que hasta ahora han permanecido en actitud pasiva. Cuáles son estas cualidades, qué aspectos divinos esperan su precipitación y qué propósitos divinos latentes se hallan a la expectativa en ese campo, no puedo revelar ni siquiera insinuar. Los tiempos aún no están maduros. Un gran trastorno en todos los reinos de la naturaleza ha caracterizado al actual día y generación; la enorme destrucción de todas las formas de vida divina en cada reino, ha sido la nota más destacada de este trastorno. Nuestra moderna civilización ha recibido un golpe mortal del cual nunca se recuperará, pero algún día será reconocido como el "golpe de liberación" y la señal para que aparezca lo nuevo, mejor y más apropiado para el espíritu en evolución. Grandes y penetrantes energías y sus fuerzas evocadas han entrado en conflicto y, figuradamente hablando, han elevado el reino mineral a los cielos, haciendo descender el fuego desde las alturas. Hablo de hechos reales y no simbólicos. Los cuerpos de hombres, mujeres y niños y también de animales, han sido [i135] destruidos; las formas del reino vegetal y las potencias del reino mineral, han sido desintegradas, diseminadas y devastadas. La coherente vida de las formas planetarias ha sido llevada momentáneamente a un estado de incoherencia. Una antigua profecía dice: "Ningún sonido unido es emitido de una forma a otra, de una vida a otra. Sólo un grito de dolor, una demanda de restitución y una invocación para aliviar la agonía, la desesperación y los infructuosos esfuerzos, surge de aquí hasta allá". [e121] El trastorno producido en el "suelo" del mundo -espiritual, psicológico y físico-, la desintegración de las formas y de los familiares contornos de nuestra vida planetaria, debieron producirse, antes del surgimiento de la Jerarquía, en la conciencia humana; todo ello debía realizar su trabajo sobre las almas de los hombres antes del advenimiento de la nueva era, trayendo la Restauración de los Misterios y la rehabilitación de los pueblos del mundo. Ambos hechos van unidos. Éste es uno de los principales puntos que trato de inculcar. La disolución, desintegración y las condiciones extremadamente caóticas que han existido en los reinos de la naturaleza, durante los últimos quinientos años, se han abierto camino hasta desarrollar condiciones físicas paralelas. Esto es bueno y deseable; marca el preludio de una más hábil construcción de un mundo mejor, de la creación de formas más adecuadas de vida y la adopción de actitudes humanas más correctas, además de una orientación de mayor sensatez hacia la realidad. Todavía debe llegar lo mejor. Todo va surgiendo rápidamente a la superficie (lo bueno y lo malo, lo deseable y lo indeseable, el pasado y el futuro -pues ambos son uno-); el arado de Dios casi ha terminado su tarea; la espada del espíritu ha separado el maligno pasado del radiante futuro, y el Ojo de Dios ve a ambos como contribuyentes; se verá a nuestra civilización materialista cediendo rápidamente su lugar a una cultura más espiritual; nuestras organizaciones eclesiásticas, con sus limitadoras y confusas teologías, cederán en breve su lugar a la Jerarquía, con sus enseñanzas emergentes -claras, actuales, intuitivas y sin dogmas. La Jerarquía ha sido invocada, y sus Miembros están [i136] preparados para el gran "acto de evocación", de respuesta al sonido invocador de la humanidad y para el definido (aunque relativamente temporario) "acto de orientación". Ello obligará a la Jerarquía, por su propio libre albedrío, a establecer un tipo de relación más nuevo e íntimo con la humanidad. El período de orientación terminará cuando una poderosa Jerarquía terrenal, externa y efectiva, rija realmente en la tierra y actúe en los reinos de la naturaleza, trayendo en verdad la expresión del Plan divino. El Plan se está desarrollando por intermedio de los miembros avanzados de la Jerarquía, los cuales invocan las "Luces que desempeñan la Voluntad de Dios", que a Su vez son invocados por los Portadores de Luz, los Maestros, que son también invocados por los aspirantes y discípulos del mundo. De modo que la cadena jerárquica es sólo un hilo de vida a lo largo del cual corren el amor y la vida de Dios, de Él a nosotros, de nosotros a Él. Este concepto dual sobre la relación existente entre la [e122] humanidad y la Jerarquía y entre ésta y el centro elevado, Shamballa, está tratado plenamente en la Regla Siete, en sus dos variantes -para aspirantes y para discípulos e iniciados. Regla Siete.
[i137] Existen dos contrastes que, aunque relativamente pequeños, son muy importantes. Emergen nítidamente al comparar las instrucciones impartidas a los aspirantes al discipulado y a los iniciados. Al aspirante (o discípulo joven) se le da un trato individual y se le dice que emita "esos sonidos" que serán oídos por el Maestro en Su ashrama, pues es el verdadero significado de las palabras. El iniciado actúa en un grupo (siempre en un grupo) y ha desarrollado o está desarrollando rápidamente la conciencia grupal; al unísono con su grupo y como parte consciente, integrante del mismo, debe emitir la Palabra que no es una mezcla de sonidos sino una clara palabra invocadora. Debe recordarse que el discípulo se ocupa de resolver los numerosos sonidos en la Palabra; cuando lo ha logrado, su acercamiento individual a la realidad llega a su fin y comienza a actuar con su grupo en lo concerniente a todas sus actividades. Esto es muy importante y debe captarlo el nuevo tipo de discípulo. Antiguamente se ponía el énfasis sobre lo que debía hacer el iniciado individual a fin de prepararse para la iniciación y así convertirse en un Maestro de Sabiduría y miembro de la Jerarquía planetaria. En el venidero nuevo ciclo se pondrá el énfasis sobre el trabajo, la actividad, la iniciación y el acercamiento grupales al Centro de Vida. El modo de vida requerido y las necesarias eliminaciones y reajustes individuales son ahora tan conocidos (por lo menos teóricamente), que habrán quedado bajo el umbral de la conciencia y deben producir en consecuencia, efectos en forma automática. También tiene que proporcionar el constante aliciente para la reflexión, lo cual convertirá al iniciado en lo que debe ser, pues su conciencia mental estará libre para actuar grupalmente. Continuamente se debe [e123] cultivar el siguiente concepto: "Como un hombre piensa en su corazón, así es él". La mente inferior debería ser el órgano para la expresión del corazón y ser además tan inconsciente en su funcionamiento como lo es el ritmo del corazón, el corazón físico. Para el iniciado, la mente superior está destinada a convertirse en forma creciente en el campo de su esfuerzo, de allí su necesidad de construir el antakarana. Esta regla se ocupa, por lo tanto, del trabajo [i138] que debe realizar el grupo de discípulos consagrados e iniciados; estudian juntos a fin de acercarse a Shamballa (involucrando el elemento voluntad); es la meta de la Jerarquía, como lo es para la humanidad avanzada su acercamiento a Ella. Concierne a la interrelación de grandes centros de fuerza. Esto es algo que los estudiantes deben tratar de captar, porque completa la cadena planetaria de la Jerarquía y arroja luz sobre el Camino de Evolución Superior. Grandes movimientos progresivos han tenido lugar en el aspecto subjetivo de la vida; estas actividades subjetivas dificultaron la captación de la verdad, por parte de los discípulos, y la obtención del verdadero conocimiento acerca de la situación subjetiva existente entre la Jerarquía y Shamballa. Las energías implicadas son tan sutiles y los Seres involucrados tan avanzados y altamente desarrollados (incluso desde el ángulo de un iniciado de tercer grado), que resulta casi imposible parafrasear la enseñanza (que trato de impartir), de modo de hacerla comprensible. Sólo puedo exponer ciertas afirmaciones que (desde el punto de vista de mis estudiantes) no son verificables; han de aceptarse confiadamente y con la salvedad de que según el tiempo y punto de vista del discípulo individual comprobarán o no su veracidad posteriormente. El objetivo de todo entrenamiento de un discípulo consiste en trasladar su percepción consciente desde la etapa en que se encuentra, a niveles más elevados que los de los tres mundos de la definida evolución humana; el intento consiste en enseñarle a funcionar en esos planos de contacto consciente, los cuales son aún tan subjetivos que sólo teóricamente acepta su existencia. El iniciado entrenado sabe que deben convertirse en su morada natural, y que con el tiempo debe relegar su experiencia humana, común y normal, a los tres mundos de la expresión cotidiana, los cuales se convierten oportunamente en los mundos que existen bajo el umbral de la conciencia, quedando relegados al reino del subconsciente -conscientemente recuperables si es necesario, para prestar un debido servicio a la humanidad, [i139] pero sumergidos bajo el umbral de la conciencia en la misma medida en que lo están las reacciones emocionales comunes del hombre término [e124] medio. Éstas son siempre recuperables (como lo ha demostrado el moderno sicoanálisis), pudiendo expresarse y formularse en conceptos condicionantes -poniendo así en actividad la percepción mental si se lo considera suficientemente importante. No obstante, se ha de recordar que la mayor parte de la vida emocional del discípulo debe ser cada vez más subconsciente, en forma análoga a como la vida en el plano físico del normal hombre sano es totalmente automática y por lo tanto subconsciente. Cuando el discípulo se ha esforzado por expandir su conciencia y ha aprendido a estabilizarla en la Tríada espiritual, entonces llega a formar parte de un grande y constante esfuerzo jerárquico que lucha por ascender hasta el "Lugar de la clara Luz eléctrica", siendo la clara y fría luz de la razón la primera llave que abre la primera puerta Hablando en forma figurada, Shamballa posee tres puertas:
Cuando el iniciado ha cruzado las tres puertas, hablando [e126] simbólicamente, entonces enfrenta la totalidad de la vida, acontecimientos, predeterminaciones, sabiduría, actividad, y todo lo que el futuro pueda depararle como servicio y progreso, desde el ángulo de la razón para (infalible e inmutable), de la verdadera voluntad espiritual (totalmente identificada con el propósito del Logos planetario) y de la más elevada y enfocada relación posible. Se le revela el misterio de la relación. Entonces se le aclara todo el esquema de la evolución y la intención de Aquel en Quien vive se mueve y tiene su ser; nada más tiene que aprender en este esquema planetario; su actitud hacia todas las formas de vida se ha convertido en universal, identificándose también con la "unidad aislada" de Sanat Kumara. Muy pocas de las Grandes Vidas que forman el grupo interno de la Cámara del Concilio en Shamballa son [i142] más avanzadas que él; el "Supremo Tres", el "Siete Radiante", las "Vidas que personifican los cuarenta y nueve Fuegos", los Budas de Actividad y ciertos "Espíritus Eternos", provenientes de centros de vida dinámica espiritual, como Sirio o una constelación, que en cualquier momento dado forma un triángulo con nuestro Sol, Sirio y un representante de Venus, están más -mucho más- evolucionado que él. Siendo así, todos los iniciados de sexto grado y algunos Maestros que han recibido un entrenamiento especializado, porque pertenecen al primer Rayo de Voluntad o Poder (rayo que condiciona a Shamballa mismo), forman parte del Gran Concilio. Sin embargo, muchos Maestros y Chohanes, después de prestar servicio, desempeñando distintas capacidades en el planeta y trabajando con la Ley de Evolución, se retiran totalmente de nuestra vida planetaria. La información dada respecto a las Vidas que están mucho más evolucionadas que los discípulos del mundo, es de poco interés para ustedes, excepto que cae dentro de un diseño diagramático de nuestra vida y propósito planetario, por consiguiente les permite obtener una vislumbre de un tema y propósito sintéticos al que deben y deberán ajustarse oportunamente todas las vidas evolucionantes. Debe recordarse siempre que el gran tema de la LUZ subyace en la totalidad de nuestro propósito planetario. La plena expresión de la LUZ perfecta, esotéricamente entendida, constituye el absorbente propósito -de la vida de nuestro Logos planetario. Luz es la grande y obsesora empresa en los tres mundos de la evolución humana; en todas partes el hombre considera que la luz del sol es esencial para la vida saludable; podemos captar una idea del anhelo humano por obtener luz si contemplamos el brillo de la luz engendrada físicamente y en la cual vivimos al llegar la noche, y la comparamos con el método de iluminar las calles y los hogares del mundo, antes del descubrimiento del gas y posteriormente de la electricidad. La luz del conocimiento, como recompensa del [e127] proceso educativo, es el incentivo que reside detrás de todas las grandes escuelas de enseñanza en todo el mundo, siendo la meta de gran parte de la organización mundial; la terminología de la luz controla hasta la computación del tiempo. El misterio de la electricidad se está develando gradualmente ante nuestros asombrados [i143] ojos; se está comprobando lentamente la naturaleza eléctrica del hombre y posteriormente se demostrará que toda la estructura y forma humana está compuesta principalmente de átomos de luz, y que la luz de la cabeza (tan conocida por los esoteristas) no es el producto de una ficción ansiosa ni de una mente alucinada, sino de la unión o fusión de la luz, inherente a la sustancia misma, y la luz del alma. Se descubrirá que ello podrá ser comprobado científicamente. Se demostrará también que el alma misma es luz y que la total Jerarquía es un gran centro de luz, siendo la causa de que la simbología de la luz rija nuestras ideas y acercamiento a Dios, lo cual nos permitirá comprender las palabras de Cristo "Yo soy la Luz del mundo". Dichas palabras contienen un significado para todos los verdaderos discípulos, presentándoles una meta análoga, la de descubrir la luz, apropiarse de la luz y convertirse en portadores de luz. El tema de la luz subsiste en las Escrituras del mundo; la idea de la iluminación condiciona todo entrenamiento dado a la juventud del mundo (aunque la aplicación de esta idea esté muy limitada), y la idea de más luz rige los incipientes anhelos del espíritu humano. Aún no hemos llevado este concepto hasta el Centro de Vida donde mora el Anciano de los Días, el Joven Eterno, el Señor del Mundo, Sanat Kumara, Melquizedek - Dios. Sin embargo desde ese centro emana lo que ha sido denominado la Luz de la Vida, la Luz Suprema. Estas palabras no tendrán significado hasta saber, como iniciados entrenados, que la luz es un síntoma y expresión de la Vida, y que esencial, esotérica y en forma muy misteriosa, los términos Luz y Vida son intercambiables dentro de los límites del "círculo no se pasa" planetario. Más allá de esos límites, ¿qué podemos saber? La luz puede ser considerada como un síntoma, una reacción hacia la unión y consiguiente fusión del espíritu y la materia. Por lo tanto, cuando aparece en tiempo y espacio un gran punto de fusión y crisis solar (pues eso es, aún cuando produce una crisis planetaria), inmediatamente [i144] hace su aparición la luz, y es de tal intensidad, que sólo quien conoce la luz del alma y es capaz de soportar la luz jerárquica, puede ser entrenado para penetrar y formar parte de la luz de Shamballa y deambular en esas "aulas radiantes donde actúan las Luces que llevan a cabo la Voluntad de Dios". [e128] Llevando el concepto más cerca de nosotros diré que: sólo cuando la voluntad de la personalidad y la voluntad del alma se unen -evocadas por el amor-, la luz del alma domina a la luz material de la personalidad. Ésta es una afirmación importante. Sólo cuando la voluntad de la mónada y la voluntad de la Jerarquía de almas se unen y mezclan en los "estratos superiores" (si puedo utilizar un término moderno de negocios), la radiante luz de la Vida domina las luces fusionadas de la Humanidad y de la Jerarquía. Tenuemente podemos observar que tiene lugar esa fusión y unión grupal. El primer toque de la radiación proveniente de Shamballa está revelando universalmente el mal, radiación que hoy produce la inquietud mundial y el alineamiento del bien y del mal; este toque de radiación es el factor condicionante que está detrás del denominado planeamiento de posguerra y de las ideas de reestructuración y reconstrucción mundiales que predominan en los mejores pensamientos humanos en la actualidad. Debe tenerse muy en cuenta que el mal (el mal cósmico o la fuente del mal planetario) está más próximo de Shamballa que de la Humanidad. Las Grandes Vidas actúan libres de todo espejismo; Su visión es extremadamente simple; únicamente se ocupan de la grande y sencilla dualidad de espíritu y materia y no de las innumerables formas que la fusión de ambas trae a la existencia. Lo que constituye el mal es el dominio del espíritu (y su reflejo, el alma) por la materia, y ello es así aunque esta afirmación se aplique al desarrollo del individuo o del grupo. Las "Luces que llevan a cabo la voluntad de Dios" actúan libres de la fascinación del mal. La Luz en que Ellos actúan lo protege, y Su propia, innata e inherente radiación, rechaza al mal, pero "actúan junto al mal, al cual todas las formas menores están propensas"; forman parte de un gran [i145] Grupo de observadores que "van adelante en tiempo y espacio"; sus miembros observan cómo prosigue en la tierra la gran guerra y conflicto entre las Fuerzas de la Luz y las Fuerzas del Mal. Han liberado las Fuerzas de la Luz sobre la Tierra, en tanto que las Fuerzas del Mal son inherentes a la sustancia misma -de la cual están construidas las innumerables formas de vida; En la actualidad, el Gran Concilio de Shamballa, que había actuando a través de la Jerarquía trabaja con la vida dentro de la forma; al trabajar deben proceder con mucha cautela, porque estas Luces saben que el peligro de establecer prematuramente un contacto directo con la humanidad y el consiguiente sobreestímulo, es muy grande. Una de las causas de la actual hecatombe reside en el hecho de que la humanidad fue considerada capaz de soportar y recibir un "toque de Shamballa", sin que fuera necesario [e129] aminorarlo por medio de la Jerarquía, como se había hecho habitualmente. La determinación de aplicar este toque (como un gran experimento) surgió en 1825, cuando el Gran Concilio celebró su acostumbrada reunión centenaria. Los resultados ya los conocen ustedes, pues están desarrollándose ante sus propios ojos. Hace cien años el movimiento industrial comenzó a adquirir forma y, debido a ese toque, recibió un gran impulso. El mal existente en las naciones -la agresión, la codicia, la intolerancia y el odio- se despertó como nunca y se desataron las dos grandes guerras mundiales, una de las cuales aún se está librando (esto fue escrito en octubre de 1943). Paralelamente a ello se produjo el levantamiento del bien, en respuesta al "toque" divino, dando por resultado el acrecentamiento de la comprensión, la difusión del idealismo, la purificación de nuestros sistemas educativos y el establecimiento de reformas, en cada sector de la vida humana. Todo ha sido acelerado, y no se ha visto antes de 1825 un progreso en tan amplia escala. El conocimiento sobre la Jerarquía también se está difundiendo por el mundo; los hechos acerca del discipulado y de la iniciación están siendo de propiedad común; en consecuencia la humanidad ha avanzado hacia una mayor medida de luz. El bien y el mal se destacan con toda claridad; la luz y la oscuridad se hallan en una más brillante yuxtaposición; las cuestiones del bien y del mal aparecen más claramente definidas, y toda la humanidad ve en escala mundial los grandes problemas de la rectitud [i146] y el amor y del pecado y la separatividad. La era pasada y la futura, las antiguas corrientes de pensamiento, los nuevos acercamientos a la verdad y las nuevas y mejores normas de vida consiguientes, se presentan con toda claridad a las mentes de los hombres. A pesar de muchas cosas indeseables, el hecho de que tantas naciones se hayan puesto del lado del bien y sólo dos del lado del mal, constituye la garantía de que triunfará el experimento iniciado hace más de un siglo. El mal se halla ahora más concentrado, y por lo tanto temporariamente poderoso en el plano físico; el bien está más diluido y su concentrada esencia no es muy pura, pues se halla matizada por muchos aspectos indeseables; sin embargo, el bien se va concentrando rápidamente y triunfará. Las "Luces que llevan a cabo la voluntad de Dios" esperan dar otro toque, que permitirá realizar el trabajo de reconstrucción en líneas correctas, pero aguardan únicamente el llamado invocador de la humanidad y que se disipe el conflicto y el humo de la batalla. Las dos reglas siguientes revelarán las cosas con mayor claridad, y cuando sean explicadas, ampliadas y mejor comprendidas, describirán los procesos y métodos del trabajo jerárquico, llevado [e130] a cabo conjuntamente con el Gran Concilio en Shamballa. A ello debemos agregar la colaboración -hasta donde sea posible- de los hombres iluminados, regidos por los Portadores de Luz, los Maestros, e inspirados por las Luces que cumplen la voluntad de Dios. Por lo antedicho he procurado darles una leve idea de la relación existente entre la Jerarquía y Shamballa. Lo hice con la finalidad de que capten algo de la síntesis subyacente en toda la vida planetaria y también de que esta regla para iniciados sea interpretada, hasta donde se pueda, por la conciencia iniciática, para la cual está destinada, y por último, de que el concepto acerca de Shamballa y su inmensa reserva de energía, denominada voluntad o vida de Dios, ocupe el lugar que le corresponde en la presentación esotérica de la verdad. La voluntad y la vida de Dios son esotéricamente términos sinónimos, y cuando el aspecto vida del individuo y su voluntad espiritual altruista estén [i147] totalmente sincronizados, entonces tendremos -en un ser humano -la plena expresión de la divinidad, o como se dice esotéricamente: "En él se complementa Shamballa". A su vez esto es lógicamente relativo, aunque la expresión de esta relación puede elucidar parcialmente el problema, y el aspirante o discípulo debe recordar que sólo por medio de las analogías del Macrocosmos existentes en él microcosmos, se obtendrá la iluminación. Preguntaré ¿cómo puede comprender la relación que existe entre los tres grandes centros planetarios (Shamballa, la Jerarquía y la Humanidad), si apenas él se conoce como un ser humano? ¿Cómo puede captar estas fundamentales y avanzadas verdades cuando recién está aprendiendo la naturaleza de la cualidad jerárquica del amor, y su voluntad espiritual (que lo vincula a Shamballa) está totalmente dormida?, y digo, totalmente dormida. Pero se pueden captar los tenues contornos del cuadro, y en cada década futura el aspirante y el discípulo tendrán más capacidad para captarlas. |
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