Tratado Sobre el Fuego Cósmico - Segunda Parte - Sección D [continuación...]

      

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[e618] atracción descendente para el jiva implicado. El deseo de manifestarse y obtener experiencias inferiores ya no influye, quedando sólo el propósito consciente. Solo entonces puede ser construido el verdadero Mayavirupa; entonces el Maestro pronuncia el mántram para Sí Mismo, y construye sin fórmulas en los tres mundos. En el momento que el hombre comienza a hollar el Sendero de Probación, los mántram de los Ángeles solares empiezan a desvanecerse, y lentamente (a medida que se abren los pétalos del circulo interno) surge la verdadera Palabra, hasta que los tres pétalos que forman el santuario se abren y la chispa central es revelada. Entonces la Palabra es plenamente conocida, y de nada sirven los mántram y fórmulas. Así se revela la belleza del esquema. Al tratarse del Logos planetario, la Palabra emitida en niveles cósmicos se convierte en mántram en los planos etérico cósmicos, pues Él está en situación de crear conscientemente en esos niveles; sin embargo, actúa por medio de fórmulas en los planos físico densos de Su esquema, nuestros tres mundos de esfuerzo.

Retomando el tema de los jivas reencarnantes: Cuando se ha dado el impulso inicial la vibración palpita a través de los pétalos, y la actividad se inicia en aquello que responde a la nota de esa Palabra. Los Angeles solares dirigen la vibración y se origina el mántram para ese tipo
[i773] particular de Ego. Finalmente, la vibración llega hasta la unidad mental en la base del capullo del loto, y los Pitris lunares entran en actividad. Empiezan a desarrollar sus fórmulas para el tipo particular de vehículo requerido.

f. Actividad de los Pitris. La actividad conjunta de los Pitris solares y lunares (49) en el proceso seguido por el Ego reencarnante,
[e619] es el próximo tópico que consideraremos. El Ego, impulsado por el deseo de obtener experiencia física, ha hecho el movimiento inicial, y una vibración emanada desde el centro del capullo del loto llega hasta los pétalos del loto, en consecuencia ha vibrado con sustancia dévica o [i774] materia vitalizada por los Agnishvattas. Debido a que son energetizados para que entre en actividad (de acuerdo con el grupo afectado), la vibración aumenta y se emite un sonido dual. Dicho sonido constituye la base del mántram sobre el cual se funda el ciclo de encarnación del Ego. La vibración que pulsa a través del círculo externo de pétalos (pues los dos círculos internos y los tres pétalos centrales no responden todavía) llega al triángulo formado por los tres átomos permanentes, vivifica a las tres espirillas inferiores y causa una ligera respuesta en la cuarta, dejando a las tres superiores aletargadas. En cada ronda ha sido “creada” una de las espirillas, y en la presente cuarta ronda (por la creación de la cuarta espirilla), pudo venir a la existencia el cuarto reino o reino humano. La palabra “creación” debe ser comprendida esotéricamente y significa la aparición en manifestación activa de alguna forma de energía. Sólo en la próxima ronda la quinta espirilla será un ente activo funcionante, en un sentido incomprensible hasta ahora.

Los estudiantes deben recordar que esto se aplica principalmente a la humanidad individualizada en este globo, siendo también aplicable a la cadena anterior; sin embargo, los entes que vienen desde la anterior a la cuarta cadena o cadena terrestre, son mucho más evolucionados que la humanidad de la tierra, y su
[e620] quinta espirilla se está despertando para emprender una actividad organizada en la actual ronda. En la Naturaleza todo se superpone.

Por lo tanto, cuando esta vibración proveniente de la Voluntad central, ha llegado al triángulo atómico, indica que todo el loto está dirigiendo su fuerza hacia abajo, y durante el período de manifestación la afluencia de energía egoica se dirige a lo inferior y en consecuencia se aparta de lo superior. En esta etapa muy poca energía egoica se dirige a la Mónada, pues no ha generado aún suficiente fuerza ni es todavía radiactiva en lo que concierne al aspecto Espíritu. Sus actividades, durante la mayor parte del tiempo, son principalmente internas y autocentradas, o están dedicadas a despertar los átomos permanentes
[i775] y no a abrir los pétalos. Esto debe tenerse muy en cuenta.

El trabajo de los Angeles solares es triple, consiste en:

1. Dirigir la vibración hacia el triángulo atómico. Aquí debe recordarse un hecho muy interesante. Los tres átomos permanentes o los tres puntos del triángulo, no mantienen siempre la misma posición respecto al centro del loto, sino que de acuerdo al grado de desarrollo así será la posición de los átomos y la captación de la fuerza que afluye. En las primeras etapas, el átomo físico permanente es el primero en recibir dicha afluencia, haciéndola pasar a través de su sistema al átomo astral permanente y a la unidad mental. La fuerza circula cuatro veces alrededor del triángulo (nuestra ronda es la cuarta) hasta que hace contacto nuevamente con la unidad mental y la energía se centraliza en la cuarta espirilla de la unidad mental. Sólo entonces comienzan su trabajo los Pitris lunares y se establece la coordinación de la sustancia que formará la envoltura mental, actuando luego con el cuerpo astral y, finalmente, con el cuerpo etérico.

En una etapa posterior de la evolución del hombre (en la que se halla hoy el hombre común) primeramente se hace contacto con el átomo astral permanente, y al circular la energía a través de él, llega a los otros dos. En la etapa del hombre intelectual avanzado, la unidad mental ocupa el principal lugar. En este caso existe la posibilidad de alinear los tres cuerpos, lo que más tarde será un hecho consumado. La quinta espirilla en los dos átomos inferiores aumenta su vibración. Como ya se sabe, hay únicamente cuatro espirillas en la unidad mental, y en el momento en que está plenamente activa es posible la coordinación del antakarana. Entonces se producen cambios en el loto egoico y se abren los pétalos, dependiendo parcialmente de la vibración y del despertar de las espirillas.

[i776] El estudiante debe recordar que tan pronto como la unidad mental se convierte en el ápice del triángulo atómico, se produce [e621] una condición donde la fuerza futura penetrará simultáneamente por los tres átomos a través de los tres pétalos abiertos del círculo externo, entonces el hombre habrá alcanzado una etapa bien definida en la evolución. Dirigir y aplicar la fuerza a los átomos es la tarea de los Pitris solares. A medida que progresa la evolución su correspondiente trabajo se hace más complejo, pues los pétalos se van abriendo y el triángulo gira más rápidamente.

2. Pronunciar el mántram que hará posibles las 777 encarnaciones.

Cada cifra de esta triplicidad representa:

  1. Un ciclo de manifestación egoica.
  2. Un sonido particular que permitirá al Ego expresar algún subrayo del rayo egoico.
  3. Los tres círculos de pétalos que se abren como resultado de las emanaciones.
  4. El grupo particular de manasadevas que forman el cuerpo causal del Ego involucrado.

Por consiguiente, los sonidos mántricos se basan en guarismos y por medio del mántram (que aumenta en volumen, profundidad y cantidad de sonidos involucrados a medida que pasa el tiempo) la fuerza es dirigida, los correspondientes pétalos son impulsados a la actividad y los Pitris lunares se hacen conscientes de la tarea de preparación para cualquier encarnación.

3. Construir lo que hace falta para completar el cuerpo causal.

En las primeras etapas este trabajo es comparativamente insignificante, pero cuando se ha alcanzado la tercera etapa de desarrollo y el hombre manifiesta carácter y capacidad, su trabajo aumenta rápidamente, ocupándose de perfeccionar el cuerpo egoico, o de expandir la conciencia egoica si se prefieren términos metafísicos. Esto
[i777] se lleva a cabo por el material que proporciona el yo inferior. Cuando la Personalidad inferior se va haciendo gradualmente radiactiva, dichas irradiaciones son atraídas por el ego positivo y absorbidas en su naturaleza por la actividad de los Angeles solares.

Estas tres actividades constituyen el trabajo principal de los Pitris solares en lo que concierne al hombre. Cuando involucra al grupo y no al individuo, su trabajo reside en ajustar las unidades egoicas a sus grupos y hacerlas conscientes del mismo, pero esto sólo es posible en las etapas finales de la evolución cuando el trabajo del grupo más elevado de los Agnishvattas ha sido bien realizado. El grupo medio, que forma los nueve pétalos, es siempre el más activo. Los Pitris trabajan vinculados con el grupo inferior, quien transmite la energía directamente al triángulo atómico, que
[e622] a su vez lo recibe del grupo medio. No es posible dar más detalles sobre esto pues el trabajo de los Agnishvattas es grande y complicado y, en ciertos detalles, difiere en los distintos esquemas. Quienes trabajan en los esquemas de Urano, Neptuno y Saturno lo hacen en forma algo distinta a aquellos que actúan en el esquema de Venus, Vulcano, Marte, Mercurio, Júpiter, la Tierra y el esquema exotérico de Saturno, haciendo lo mismo los Manasadevas de la ronda interna. Se observará que tenemos nuevamente una triplicidad de grupos que representa una triplicidad de fuerza, y aquí hay una insinuación. En la lista central de esquemas, el grupo medio y el inferior de Agnishvattas están activos. En los otros, el grupo superior y el del medio son los que dominan, porque estos planetas, los más esotéricos y sagrados de la manifestación, se ocupan sólo de los egos que se hallan en el Sendero y, por lo tanto, están grupalmente activos. Esto podría esperarse de Urano, Neptuno y Saturno, pues constituyen los esquemas planetarios sintetizadores y proporcionan condiciones aptas únicamente para la etapas muy avanzadas. Son los planetas “cosechadores”.

[i778] Respecto a estos Egos existe mucha confusión en las mentes de los estudiantes debido a que no han comprendido (como lo señala H. P. B.) (50) que La Doctrina Secreta se ocupa principalmente del esquema planetario de nuestra Tierra; tiene muy poco que impartir respecto a los demás esquemas y a los métodos para desarrollar la autoconciencia. El procedimiento general en los niveles mentales es el mismo, pero como cada esquema personifica un tipo de fuerza particular, la peculiaridad de esa fuerza colorará toda su evolución y los Agnishvattas harán el trabajo que les corresponde. No es posible establecer cuál es la coloración particular del Rayo que personifica a nuestro esquema, pues es uno de los más recónditos misterios que se revela en la iniciación; los estudiantes deben recordar que los fundamentos expuestos aquí no se refieren específicamente a nuestro esquema.

En la literatura ocultista moderna se expone mucho acerca del proceso seguido para lograr la perfección de los Egos que han elegido permanecer con la Jerarquía de nuestro planeta y seguir sus métodos de desarrollo (desde el chela hasta el adepto). Pero prácticamente nada se ha dicho sobre los muchos egos que alcanzan cierta etapa elevada de evolución en nuestro esquema y luego son transferidos a uno de los tres esquemas sintetizadores, pasando primero a ese esquema que es el polo opuesto del nuestro, y de allí al esquema sintetizador. Numéricamente son más que los que permanecen dentro del esquema de la Tierra. Cualquiera sea el
[e623] esquema sintetizador que los atraiga, indica el comienzo de su recorrido hacia uno de los tres senderos cósmicos. El trabajo de los Manasadevas se lleva a cabo en todo el sistema, teniendo lugar una constante circulación y transmisión de energía y de unidades de fuerza que personifican esa energía. Esta transmisión se hace posible en cualquier esquema cuando el [i779] cuarto reino o humano llega a ser radiactivo; realmente esto marca el principio del período de oscuración. Venus es un ejemplo. Metafísicamente señala el punto en que los Logos comienzan a desprenderse de Sus cuerpos físico densos o de los tres mundos del esfuerzo humano.

Como hemos visto, los tres grupos de Agnishvattas vinculados con la evolución del hombre en el nivel mental, tiene cada uno una función específica, y el grupo más inferior se ocupa principalmente de transmitir la fuerza o energía a los tres átomos permanentes. Cuando éste emite dos veces el sonido del mántram egoico se producen cambios y los Pitris lunares (que se ocupan de los tres vehículos inferiores) inician su trabajo, facilitándoles la clave los Angeles solares.

Los Pitris lunares personifican la sustancia de los cuerpos inferiores del hombre, así como los Pitris solares se sacrifican para darle su cuerpo egoico y su conciencia, (51) (52) constituyendo la sustancia en su aspecto dual. Los Pitris lunares en sus grados superiores son la energía positiva de la sustancia atómica y en los inferiores el aspecto
[i780] negativo de la misma. En relación con el hombre puede considerarse que son de tres categorías:

    1. El grupo superior, recibe la energía proveniente de niveles [e624] superiores y anima a las espirillas de los tres átomos permanentes.
    2. El grupo medio, por ser la energía positiva atrayente, construye y forma el cuerpo del hombre en los tres planos.
    3. El grupo inferior, es el aspecto negativo de la sustancia energetizada y la materia de las tres envolturas.

En Conexión con el sistema solar personifican al aspecto Brahma, y son el producto de ciclos anteriores donde se realizó la actividad consciente, pero sólo adquirieron autoconciencia ciertas entidades cósmicas que pasaron por la sustancia consciente y le dieron esa potencialidad que permitirá a la sustancia atómica -después de muchos kalpas- desarrollar la autoconciencia. En relación con un planeta, se los denomina con un nombre misterioso que no puede ser revelado, pues encierra el misterio del esquema que precedió al nuestro y del cual el nuestro es una copia. Hay Pitris que trabajan en relación con un planeta y con un sistema solar, así como existen aquellos que trabajan en Conexión con el reino humano. Personifican la energía de la sustancia tal como se manifiesta en un sistema, un esquema y un ciclo humano.

A nuestro particular esquema terrestre están también vinculados esos Pitris lunares que alcanzaron en la cadena lunar su actual etapa de actividad. Son grupos dévicos que no han pasado (como los Agnishvattas) por la etapa humana, pero deben hacerlo; su actual experiencia en relación con la Jerarquía humana tiene esa finalidad. Se ha de recordar que la ley fundamental que rige el desarrollo exotérico establece que ninguna vida puede dar más
[i781] de lo que ha poseído, y la posesión de los distintos atributos de Conciencia, desde el átomo hasta un Logos solar, es el resultado de largos ciclos de adquisiciones. Por consiguiente, los Pitris solares pueden dar al hombre su conciencia y los Pitris lunares la conciencia instintiva de sus vehículos. Conjuntamente en todos los reinos de la naturaleza, en este planeta o en cualquier otra parte, proporcionan a los Logos planetario y solar la suma total del aspecto conciencia de Sus respectivos cuerpos. Esto sucede en cada esquema del sistema, pero en la cadena terrestre se ha creado un estado particular de cosas debido al fracaso planetario coincidente con la cadena lunar, siendo la causa de que actualmente se estén equilibrando las fuerzas en esta cadena. En la cuarta cadena de cada esquema se inició el trabajo de los Pitris solares en conexión con el hombre. También entraron en actividad los Pitris de sus cuerpos debido al impulso proporcionado por los Angeles solares. La materia de esas envolturas ha pasado por tres cadenas y tres rondas y vibra con una nota sintonizada... Para expresarlo en otras palabras, la tercera puede emitirse con claridad y [e625] lógicamente le sigue la quinta o dominante. La pronunciación simultánea de la tercera y la quinta, basada en la nota clave planetaria, produce el efecto de un triple acorde o un cuarto tono, un sonido complejo. Me refiero al acorde de la jerarquía humana como un todo. Dentro de la jerarquía existe una diversidad de notas basadas en el acorde jerárquico, el cual produce los numerosos acordes y las notas egoicas, que a su vez producen la manifestación objetiva.

Ahora podemos delinear la progresión de la energía egoica cuando desciende de los niveles abstractos a los átomos permanentes. En cada plano el trabajo es triple, y puede clasificarse de la manera siguiente:

1. La respuesta, dentro del átomo permanente, a la vibración iniciada por los Pitris solares o expresado en otras palabras,
[i782] la respuesta del grupo superior de los Pitris lunares al acorde del Ego. Esto afecta definitivamente de acuerdo con la etapa de evolución del Ego involucrado, a las espirillas del átomo.

2. La respuesta de la sustancia a la vibración atómica sobre el plano particular involucrado. Esto concierne al segundo grupo de Pitris cuya función consiste en reunir, alrededor del átomo permanente, la sustancia sintonizada con cualquier nota particular. Actúan de acuerdo a la Ley de Atracción magnética y constituyen la energía atractiva del átomo permanente. En menor escala cada átomo permanente ocupa (respecto a la sustancia de las envolturas del hombre) una posición relativa a la que ocupa el sol físico respecto a la sustancia del sistema, constituyendo el núcleo de fuerza atractiva.

3. La respuesta a la sustancia negativa implicada y su modelamiento en la forma deseada por medio de la energía dual de los dos grupos superiores de Pitris.
Alguna idea se ha proporcionado respecto a la unidad de este triple trabajo al diferenciar la sustancia de cualquier plano en

    1. Sustancia atómica,
    2. sustancia molecular, y
    3. esencia elemental.

Tal diferenciación no es totalmente exacta y podría llegarse a una idea más fiel del concepto subyacente si se sustituyeran las palabras “sustancia y esencia” por la de “energía”. El término Pitris aplicado al tercer grupo no es correcto. Los verdaderos Pitris lunares son los del primer grupo superior, porque personifican un aspecto de la voluntad inteligente de Brahma o Dios en la sustancia. El tercer grupo es literalmente el de los Constructores menores, siendo fuerzas ciegas e incoherentes sujetas a la energía que emana
[e626] de los dos grupos superiores. Esotéricamente estos tres grupos se dividen en: [i783]

    1. Pitris que ven, pero no tocan ni manejan.
    2. Pitris que tocan, pero no ven.
    3. Pitris que oyen, pero no ven ni tocan.

Como todos tienen el don de oír ocultamente, se conocen como los “Pitris que poseen el oído abierto”; trabajan influenciados totalmente por el mántram egoico. Si se estudian estas diferenciaciones mucho podrá extraerse acerca de un grupo muy importante de trabajadores dévicos que solo vienen a la manifestación en la cuarta ronda como una triplicidad coordinada, a fin de proporcionar vehículos para el hombre; la razón de esto se halla oculta en el karma de los siete Logos, pues energetizan la cuarta, quinta y sexta Jerarquías. En la primera ronda de cada esquema estos tres grupos obtienen cierta etapa de necesario crecimiento, y personifican la evolución más elevada del aspecto sustancia. Sólo los átomos de sustancia, más elevados y perfectos, aquellos que han sido partes integrantes de las formas evolutivas superiores, encuentran su camino hacia los vehículos de los hombres

g. El trabajo de construir formas. Este trabajo se efectúa bajo leyes definidas, las de la sustancia misma; produce un efecto similar en los vehículos humano, planetario y solar. Las diferentes etapas pueden enumerarse de la manera siguiente:

1. La Nebulosa. Etapa en que la materia del futuro cuerpo comienza a separarse gradualmente del conjunto de sustancia del plano y a asumir un aspecto nebuloso o lechoso. Esto corresponde a la etapa de la “niebla ígnea” en la formación de un sistema solar o de un planeta. “Los Pitris de la Niebla” entran en actividad como uno de los numerosos grupos subsidiarios de los tres grupos principales.

2. La Rudimental. La condensación ha empezado pero aún todo se halla en estado rudimentario y en condición caótica; no existe una forma definida. Dominan “Los Pitris del caos” caracterizándose por la energía excesiva y la actividad violenta; cuanto mayor es la condensación antes de la coordinación,
[i784] tanto más grandes son los efectos de la actividad. Esto es verdad respecto a los Dioses, hombres y átomos.

3. La Ígnea. La energía interna de los átomos que se reúnen rápidamente y su efecto recíproco, produce un aumento de calor y la consiguiente manifestación de la forma esferoidal, de manera que el vehículo de todos los entes se ve fundamentalmente como una esfera, girando sobre sí misma y atrayendo y rechazando a
[e627] otras esferas. “Los Pitris de las Esferas Ígneas” agregan su trabajo al de las dos anteriores, alcanzándose una etapa muy definida. Los Pitris lunares, en cada esquema y a través del sistema, son literalmente los agentes activos en la construcción del cuerpo físico denso del Logos; energetizan la sustancia de los tres planos mental, astral y físico denso del sistema en los tres mundos. Esto merece una cuidadosa reflexión.

4. La Acuosa.
La bola o esfera de esencia ígnea gaseosa se condensa o licúa cada vez más; empieza a solidificarse en su superficie externa, definiéndose con más nitidez el “círculo no se pasa” de cada cuerpo. El calor de la esfera aumenta, centralizándose en el núcleo o corazón de la esfera donde produce esa pulsación en el centro que caracteriza al sol, al planeta y a los diversos vehículos de todas las entidades encarnantes. Es una etapa análoga a la del despertar de la vida en el feto durante la etapa prenatal; esta analogía puede observarse en la construcción de formas llevada a cabo en todos los planos. Esta etapa marca la coordinación del trabajo de los dos grupos superiores de Pitris lunares, entonces los “Pitris del Doble Calor” colaboran inteligentemente. Se vinculan el corazón y el cerebro de la sustancia que compone a la forma, la cual se desarrolla lentamente. El estudiante hallará interesante establecer la analogía que existe entre esa etapa acuosa y el lugar que el plano astral ocupa en los cuerpos del planeta y del sistema, y la afinidad que existe entre mente y corazón, oculta en el término “kama-manas”. Uno
[i785] de los más profundos misterios ocultos será revelado a la conciencia del hombre cuando haya descubierto el secreto de la construcción de su vehículo astral y la formación del vínculo que existe entre ese cuerpo y la totalidad de la luz astral en el plano astral.

5. La Etérica. Esta etapa no se limita únicamente a construir la parte etérica del cuerpo físico, porque su contraparte se encuentra en todos los planos que conciernen al hombre en los tres mundos. La condensación y solidificación de los materiales ha continuado, hasta que ahora los tres grupos de Pitris forman una unidad en el trabajo. Se ha establecido el ritmo y se ha sincronizado el trabajo. Los constructores menores trabajan sistemáticamente y la Ley del Karma se demuestra activamente, pero debe recordarse que la reacción selectiva a la nota egoica es inherente al karma, respuesta vibratoria que cobra la sustancia misma. Sólo esa sustancia que (por el uso anterior) ha sido sintonizada a cierta nota y vibración responderá al mántram y a la consiguiente vibración que emana del átomo permanente. Esta etapa es muy importante, porque señala la circulación vital, por todo el vehículo, de un determinado tipo de fuerza particular. Esto puede observarse en el
[e628] vehículo etérico que hace circular la fuerza vital o prana del sol. Puede observarse un vínculo similar con la fuerza involucrada en los planos astral y mental. “Los Pitris del Triple Calor” trabajan ahora sintéticamente, coordinándose el cerebro, el corazón y los centros inferiores. Se vinculan lo superior y lo inferior y los canales se despejan permitiendo la circulación de la triple energía. Esto es verdad respecto a la construcción de formas de todos los entes, macro y microcósmicos. Ello se pone de manifiesto por la colaboración activa de otro grupo de Pitris denominado “Los Pitris de la Vitalidad” en relación con los demás. Colaboran grupo tras grupo, [i786] porque los tres principales están distribuidos entre los grupos menores.

6. La Sólida. Esto marca la etapa final en la construcción de la forma y señala el momento en que se ha realizado el trabajo de reunir y dar forma a la sustancia. La mayor parte del trabajo de los Pitris lunares ya se ha cumplido. La palabra “sólido” no se refiere únicamente a la manifestación inferior objetiva, pues una forma sólida también puede ser etérea, y sólo el grado de evolución alcanzado por la entidad involucrada revelará su relativo significado.

Todo lo que aquí se ha expuesto acerca de las etapas progresivas en la construcción de las formas en todos los planos es aplicable a las formas de todos los sistemas y esquemas y también a la construcción de formas mentales. El hombre construye continuamente formas mentales y aplica inconscientemente el método que sigue su Ego para construir sus cuerpos, el mismo que emplea el Logos para construir Su sistema y el que utiliza un Logos planetario para construir Su esquema.

Cuando un hombre habla emite un mántram muy diversificado. La energía así generada pone en actividad una multitud de pequeñas vidas que proceden a construir una forma para su pensamiento, siguiendo etapas análogas a las que acabamos de delinear. En la actualidad el hombre inicia inconscientemente estas vibraciones mántricas ignorando las leyes del sonido y su efecto. El trabajo esotérico que está llevando a cabo es desconocido para él. Más tarde hablará menos, sabrá más y construirá formas más exactas, que producirán poderosos efectos en los niveles físicos. Así, en ciclos lejanos, oportunamente, se “salvará” el mundo, y no solo un ente acá o allá.

Vinculadas a la construcción de los cuerpos del hombre ocurren en la manifestación ciertas cosas interesantes que podríamos dilucidar ahora, dejando que el estudiante establezca las analogías relacionadas con el sistema y el planeta; únicamente podrá dársele
[e629] indicaciones generales que serán de utilidad para llegar a sus propias conclusiones.

[i787] En todo el trabajo de construir formas suceden ciertas cosas muy importantes que conciernen al Ego más que a las envolturas, aunque la acción refleja entre el yo personal inferior y el superior es tan estrecha que casi son inseparables.

El momento en que el Ego se apropia de la forma.
Esto tiene lugar únicamente después que la cuarta espirilla ha comenzado a vibrar, variando el período de acuerdo al poder que ejerce el ego sobre el yo inferior. Idéntica analogía, en conexión con el vehículo físico denso, puede observarse cuando el Ego cesa su trabajo de influenciar y, en algún período, entre el cuarto y el séptimo años, hace contacto con el cerebro físico del niño. Un suceso similar ocurre con los vehículos etérico, astral y mental.

El momento en que la energía del Ego se transmite de una forma inferior a otra.
Siempre se pasa por alto el hecho de que el sendero de encarnación no se recorre rápidamente, sino que el Ego desciende muy lentamente y toma posesión gradual de sus vehículos; cuanto menos evolucionado es el hombre, más lento es el proceso. Consideramos aquí el período que transcurre después que el Ego ha dado el primer paso hacia el descenso y no el tiempo transcurrido entre dos encarnaciones. Esta tarea de pasar a un plano, con el propósito de encarnar, señala una crisis definida que se caracteriza por el sacrificio voluntario, la amorosa apropiación de la sustancia y la energetización de ésta para que entre en actividad.

El momento en que el tipo particular de fuerza se apropia y energetiza cualquier forma determinada.
Esto hace que el cuerpo implicado sea influenciado por:


  1. El rayo egoico.
  2. Un subrayo particular del rayo egoico.
  3. Y debido a ello es influenciado a su vez por: [i788]

Influencias astrológicas.

Irradiaciones planetarias.

Corrientes de fuerza emanadas de determinadas constelaciones.



Estos tres acontecimientos tienen una analogía muy interesante en relación con el trabajo del Logos en la construcción de Su cuerpo físico, el sistema solar; también existen ciertas analogías vinculadas a las tres primeras Iniciaciones.

Desde el punto de vista del yo inferior, los dos momentos más importantes de la reencarnación del Ego son: ése en que la unidad mental es energetizada para entrar en actividad cíclica y aquél en que el cuerpo etérico es vitalizado. Concierne a aquello que
[e630] vincula el centro en la base de la columna vertebral con cierto punto dentro del cerebro físico por conducto del bazo. Aquí tratamos estrictamente con la clave fisiológica.

Podríamos elucidar ahora un punto muy interesante relacionado con el cuerpo físico denso, si nos ocupamos por lo tanto de aquello que no se considera un principio, ya sea en el macro o en el microcosmos. Como se sabe, el hombre es esencialmente un hombre mental y un hombre astral, y ambos se apropian de un cuerpo etérico con el propósito de realizar un trabajo objetivo. Los dos se hallan en el cuerpo etérico y constituyen el verdadero hombre inferior. Pero posteriormente -a fin de adquirir conocimiento también en el plano más inferior de todos- el hombre se reviste con una envoltura de piel, como lo expresa La Biblia, colocándola sobre su cuerpo etérico, esa forma ilusoria externa que muy bien conocemos, este es el nivel más inferior de la objetividad y constituye su “aprisionamiento” directo. La apropiación de la envoltura densa, por el Ego, está sujeta a una parte especial del karma, vinculado con los cuatro Kumaras u Hombres celestiales, que forman el Cuaternario logoico. En los esquemas que se relacionan con la Tríada logoica (o esos tres Rayos mayores u Hombres celestiales), la encarnación física densa no constituye el objetivo
[i789] destinado, y el hombre actúa con materia etérica en su manifestación inferior.

La apropiación del cuerpo inferior es muy distinta a la de los otros cuerpos. Por una parte no hay átomo permanente para vitalizar. El plano físico es un reflejo completo del mental; los tres subplanos inferiores son el reflejo de los subplanos abstractos y los cuatro subplanos etéricos de los cuatro planos mentales concretos. La manifestación del Ego en el plano mental (o cuerpo causal) no es el resultado de la energía que emana de los átomos permanentes como núcleo de fuerza, sino el resultado de diferentes fuerzas y principalmente de la fuerza grupal. Lo señala predominantemente el acto realizado por una fuerza externa, que se pierde en la incógnita del karma planetario. Esto también es verdad respecto a las manifestaciones inferiores del hombre, siendo el resultado de una acción refleja, y se fundamenta en la fuerza del grupo compuesto de centros etéricos por medio de los cuales el hombre (como un conjunto de vidas) funciona. La actividad de dichos centros inicia una vibración en respuesta a los tres subplanos inferiores del plano físico y su interacción hace que se adhieran al cuerpo etérico o se reúnan a su alrededor partículas de lo que erróneamente denominarnos “sustancia densa”. Este tipo de sustancia energetizada es arrastrada hacia un vórtice, del cual no puede escapar, de corrientes de fuerza que emanan de los centros. Por lo tanto, dichas
[e631] unidades se van apilando de acuerdo a la dirección que lleva la energía alrededor y dentro del cuerpo etérico hasta cubrirlo y ocultarlo, aunque es interpenetrante. Esto es producido por una ley inexorable, la ley de la materia misma, y sólo pueden sustraerse al efecto de la vitalidad de sus propios centros quienes son “Señores de la Yoga” y pueden -por la voluntad consciente de su propio ser- sustraerse a la fuerza compulsiva de la Ley de Atracción que actúa en el subplano físico cósmico más inferior.

Cuando, en los niveles mentales se construye el Antakarana entre la unidad mental y el átomo manásico permanente (mediante el cual se recorre el Sendero de Liberación y se libera el hombre) se produce una interesante analogía (exacta en líneas generales,
[i790] aunque no en detalle) con la apertura del canal que se halla entre el centro ubicado en la base de la columna vertebral y el cerebro, y de allí al centro coronario. Por este último canal el hombre abandona el cuerpo físico denso y logra la continuidad de conciencia (entre los planos astral y físico). En el primer caso, mediante la correcta dirección de la fuerza, la trama etérica ya no constituye una barrera, pues es destruida y el hombre es plenamente consciente, en el cerebro físico, de lo que sucede en el plano astral. En el otro caso, el cuerpo causal también es oportunamente destruido por la correcta dirección de la fuerza. No nos ocuparemos aquí del trabajo específico de construir la forma física densa sobre la estructura del cuerpo etérico. Esto ha sido tratado extensamente en otros libros. Nos detendremos solamente sobre dos puntos que son de interés al considerar el trabajo que realizan los Pitris lunares cuando construyen el cuerpo del hombre.

Respecto a la construcción del cuerpo denso, podría decirse que aparece como una forma humana, muy semejante a una cruz dentro del ovoide de otras esferas. Es primordialmente de naturaleza quíntuple:

Cabeza.
Dos brazos.
Dos piernas.


De acuerdo a la posición que asume el hombre, es visto como el símbolo de la cruz, entonces es cuádruple, si se consideran las dos piernas como un solo miembro inferior, o quíntuple, si están separadas, siendo considerado como el símbolo de la estrella de cinco puntas. La naturaleza quíntuple del cuerpo físico denso se produce porque sólo cinco centros se hallan realmente activos en el hombre común,
[i791] y esto hasta recibir la tercera Iniciación; posee todos los centros y todos están vitalizados, pero únicamente cinco predomina durante esta evolución quíntuple normal. Por consiguiente, la fuerza que emana de ellos impele a la sustancia densa [e632] a una sólida aglomeración. Debido a que dos centros no funcionan en forma tan activa como los otros cinco, no forman un ovoide como en el caso de los cuerpos etérico, astral y mental. La figura quíntuple del hombre físico es el resultado de la dirección quíntuple de las corrientes de fuerza de los cinco centros.

Sería interesante también indicar que la interacción de la energía de los Pitris solares y lunares produce un efecto muy definido sobre el grupo inferior de Pitris lunares, siendo uno de los medios por los cuales alcanzarán oportunamente el nivel en que se encuentran los Pitris solares. Esto hará que el hombre (si lo comprende plenamente) controle cuidadosamente sus cuerpos y ponga la debida atención sobre la dirección que lleva su fuerza o energía. El es responsable de la tarea de ayudar a la evolución de la sustancia, constituyendo él mismo un manasaputra.

h. Encarnación y karma. Resumiendo nuestra consideración referente al proceso seguido por el Ego reencarnante, es necesario observar que todo el tema concierne radicalmente a la energía, y de acuerdo al grado de evolución alcanzado por la unidad de la fuerza involucrada así será la brevedad o extensión del proceso. En las primeras etapas el impulso inicial es pesado y lenta y la materia requerida para los cuerpos es correspondientemente “de grado inferior”, es decir de baja capacidad vibratoria, siendo extenso el tiempo transcurrido entre la primera vibración externa, en el plano mental, y su coordinación con el cuerpo físico denso. Más tarde la vibración se hace más poderosa, por lo tanto, los efectos se sienten más rápidamente. Al finalizar la evolución, cuando el ente humano se halla en el Sendero, controla conscientemente su destino y agota su
[i792] karma, los intervalos entre dos encarnaciones serán más o menos breves, según la elección que haga el hombre en beneficio del trabajo a realizar y de acuerdo a su intención de liberarse de la forma. Debe recordarse también que a medida que prosigue el proceso evolutivo, la actividad egoica invoca respuesta no sólo de la sustancia en los tres mundos sino también de los niveles amorfos del sistema. Finalmente, la respuesta será sentida en niveles monádicos. Entonces, después de un momento de equilibrio, el efecto del ritmo se hará sentir totalmente en los planos superiores y abandonará a los inferiores.

La palabra “momento” está empleada aquí en su significado oculto para especificar cierto período de tiempo, período relativo a un día o a un año de Brahma. Uno de los secretos de la iniciación se relaciona con la comprensión de los ciclos y su duración; deben tenerse en cuenta los términos siguientes, conocerse y analizarse debidamente su duración y su antítesis (un pralaya intermedio) antes de que un hombre sea considerado un verdadero ocultista.
[e633]

 
a. 100 años de Brahama Un siglo esotérico. El período que dura un sistema solar.
b. Un año de Brahma El período de duración de siete cadenas, en lo que concierne a siete esquemas planetarios
c. Una semana de Brahma El período que duran las siete rondas de un esquema. Significa una cadena
d. Un día de Brahma El período esotérico que dura una ronda
e. Una hora de Brahma Concierne a las cuestiones intercadenarias
f. Un minuto bráhamico Concierne a los centros planetarios y por lo tanto a los grupos egoicos.
g. Un momento bráhmico Concierne a un grupo egoico y su relación con el todo

Éstos son los períodos de tiempo más extensos, y cuando sea comprendido su significado muchas cosas que ahora permanecen confusas
[i793] serán esclarecidas. Únicamente a los iniciados se les revela las verdaderas cifras, las cuales aparecen en La Doctrina Secreta como que 100 años de Brahma señalan el promedio general, pero debe recordarse que cuando se consideran los números respecto a un esquema por ejemplo, se ha de tener en cuenta el karma planetario individual y su idiosincrasia.

Los puntos siguientes son dignos de consideración y tratan algunos factores interesantes de este tema.

No todos los Rishis planetarios poseen “larga vida” en el sentido oculto del término; los siete Logos planetarios de los siete planetas sagrados se hallan en distintas etapas de evolución, por eso Su respuesta vibratoria difiere, produciendo diferentes efectos en el tiempo.

Los tres esquemas planetarios principales (Urano, Neptuno y Saturno) no han sido todavía estimulados plenamente ni lo serán hasta serles transferida “energía de los siete sagrados”. En consecuencia, los guarismos respecto a su duración y persistencia, no son correctos.

Los cifras correspondientes a los planetas implicados en la “ronda inferior” difieren en cuanto a duración de tiempo, pero no de los otros planetas, respecto al lugar que ocupan en el espacio.

Los verdaderos guarismos en conexión con cualquier esquema planetario y su actividad oculta no pueden ser comprobados por el hombre, a quien no se le puede confiar el significado de otros cuerpos planetarios (muy numerosos) dentro del “círculo no se pasa” solar. Toda la esfera solar rebosa de estos cuerpos, caracterizados por los mismos lineamientos de los siete y los diez, produciendo cada uno de ellos en cierta medida un efecto sobre el todo. Los números no pueden ser considerados exactos hasta que se
[e634] conozca el efecto producido por los cuerpos planetarios menores sobre sus vecinos más cercanos y se haya medido la extensión de su irradiación planetaria. Existen más de 115 cuerpos que deben tenerse en cuenta y todos se hallan en diferentes etapas de impulso [i794] vibratorio. Recorren determinadas órbitas, giran sobre sus ejes, extraen su “vida” y sustancia del sol, pero, dada su relativa insignificancia, no han sido considerados todavía factores importantes. Esta actitud mental cambiará cuando la visión etérica sea un hecho y los científicos reconozcan la realidad de que todo lo manifestado posee su doble etérico. Este hecho será demostrado al finalizar el siglo; durante la primera parte del próximo habrá una revolución en los círculos astronómicos que traerá como resultado el estudio de los “planetas etéricos”. Debido a que estos cuerpos son órganos de energía que compenetran la forma densa, el estudio de la interacción de la energía solar y el oculto “dar y tomar” de los cuerpos planetarios asumirán un nuevo significado. Ciertos cuerpos planetarios (mayores y menores) son “absorbentes”, y otros son “irradiantes”, mientras que otros se hallan en la etapa de manifestar una actividad dual y están en proceso de ser “transmutados”. Todas estas circunstancias necesitan ser consideradas por el iniciado que se ocupa de los ciclos.

También serán computados los guarismos cuando se conozca el efecto que producen, sobre los planetas, los denominados “asteroides”. Esto es algo más grande de lo que hasta ahora ha aceptado la ciencia exotérica, pero su significado ha de ser oportunamente interpretado en términos de energía y en niveles etéricos.

Otro factor en la computación, que debe ser también considerado, es el efecto de las diferentes lunas sobre cualquier esquema planetario, y el verdadero significado de la octava esfera en conexión con la sustancia densa. Cada luna es esotéricamente un “punto de corrupción”, o aquello que lanza gases nocivos. La transmutación de la forma ha continuado en cada caso hasta alcanzar un grado en que todo lo que representa energía vital y vida solar ha desaparecido, no quedando vestigios de energía pránica; lo que se ve es simplemente la descomposición del cuerpo físico
[i795] -la descomposición de una luna produce un efecto muy maligno sobre todo aquello que entra en contacto con ella, así como un cuerpo en descomposición en la tierra afecta a su medio circundante. Esotéricamente es “ofensiva”. Esto será mejor comprendido cuando se estudie el doble etérico de nuestra luna. A medida que la luna se vaya achicando por el proceso de desintegración, su efecto sobre la Tierra será correspondientemente disminuído; conjuntamente con esta etapa los hijos de los hombres obtendrán la mayor liberación de los impulsos del mal. Sobre todo, otro de los resultados será [e635] mejores condiciones entre los animales, desapareciendo todo lo que es nocivo en el reino animal. Cuando llegue la séptima ronda, lo que reste de la luna ya no producirá malos efectos, pues prácticamente habrá desaparecido. Durante la quinta ronda, los hombres descubrirán cómo neutralizar el remanente de cualquier efecto por medio de la realización científica y del conocimiento de los sonidos y los mántram necesarios, contrarrestándose así gran parte del mal. En ello va incluida la luna etérica. El mayor efecto de las condiciones lunares puede observarse en el terror predominante y en la actual situación angustiosa del reino animal. (54)

Otro factor en la computación cíclica reside en el efecto que producen las siguiente estrellas y constelaciones sobre nuestro sistema y cualquier esquema particular dentro del sistema:


  1. La Osa Mayor.
  2. La Osa Menor.
  3. La estrella Polar, especialmente en lo que se refiere a nuestro planeta.
  4. Las Pléyades.
  5. La Constelación de Capricornio.
  6. Draco.
  7. Sirio.
  8. Las diversas constelaciones y estrellas del zodíaco.

[i796] El misterio se halla oculto en la astrología esotérica, y cuando se comprenda mejor la energía que actúa a través del cuerpo etérico, la radiactividad y la transmutación de todos los cuerpos de un estado inferior a otro superior, se revelará el verdadero misterio de la “influencia” que ejercen entre sí estos distintos cuerpos. Si aún se desconoce el efecto irradíatorio de un ser humano o el que ejerce entre sí un grupo de seres humanos desde el punto de vista de la ciencia práctica, también se desconoce el efecto oculto que recíprocamente producen dichas formas mayores. La ciencia reconoce ciertos efectos que conducen y tienden a producir la coherencia general del universo, de la misma manera que el hombre reconoce teóricamente las leyes generales de orden social; pero la ciencia sabe muy poco acerca de las irradiaciones de energía que emanan de los cuerpos etéricos de los soles y grupos de soles, de los planetas y grupos de planetas. Conoce su actividad atómica, pero comprende muy poco la parte de su ser que corresponde al magnetismo animal; tampoco ha calculado ni aceptado el factor aún más potente de la irradiación magnética de sus cuerpos astrales. Todo ello debe tenerse en cuenta cuando son considerados el factor tiempo y los ciclos. El verdadero conocimiento esotérico no [e636] se adquirirá estudiando los números con la mente inferior. Vendrá como resultado de la intuición y por el estímulo recibido durante la iniciación.

Todo lo que se ha expuesto puede ser aplicado (aunque en forma muy limitada) al ego y sus ciclos; también entrarán en sus períodos de tiempo otras consideraciones que no serán las estrictamente “personales”. La influencia ejercida por otros grupos y entes y el efecto producido por la radiación proveniente de otros rayos y de ciertos tipos de fuerza, aún no revelados, por lo cual no los consideramos, conciernen a su aparición, la duración de su
[i797] manifestación, la consiguiente oscuración y el gran intervalo praláyico final. Así como el Ego atraviesa períodos de tiempo que corresponden a “100 años” de Brahma, y sus “777 encarnaciones” tienen una analogía solar, también los grupos de Egos difieren en lo que respecta al factor tiempo, análogamente como los esquemas planetarios poseen una evolución similar pero difieren en lo que concierne a sus períodos. La Ley de Periodicidad es una, pero como está basada en el impulso inicial y sobre la palpitación rítmica del “Corazón central” o del “sol central” de cualquier organismo (sistema solar, esquema o cadena planetarios, grupo o vida individual egoicas) la verdadera naturaleza o “familia” de cualquiera de dichos organismos debe ser comprobada antes de hacer ningún pronunciamiento cíclico, con la esperanza de que sea aproximadamente exacta. Por eso H. P. B. trató de recalcar la necesidad de estudiar la “familia astral” y la herencia esotérica de cualquier persona, porque en lo astral se halla la clave de la “familia o grupo egoico”. Con esta clave, el estudiante podrá entonces comprobar las características de su grupo en niveles egoicos, el lugar que le corresponde entre otros grupos egoicos y, oportunamente, su rayo o centro grupal. Con el tiempo se iniciará el estudio de la herencia y de la transmisión esotérica y toda la estructura mental estará erigida alrededor de expresiones modernas tales como:

  1. Consanguinidad o lazos de sangre.
  2. Herencia física.
  3. Atavismo.
  4. Intermatrimonios consanguíneos o interraciales.
  5. Relaciones familiares.
  6. Unidad familiar.
  7. Almas gemelas.
  8. Divorcio y muchos otros términos que


serán desplazados a planos superiores y reconocidos y empleados en conexión con las relaciones del alma. Hasta ahora sólo constituyen, en el plano físico, una mínima comprensión de
[i798] ciertas [e637] relaciones internas que tratan de obtener una respuesta externa. Cuando este cúmulo de ideas sea interpretado en términos de fuerza y energía, atracción y repulsión o respuesta vibratoria de los entes entre sí y del conjunto de entes con otros grupos, se irán aclarando muchos problemas y se simplificará la vida. Los hombres serán fieles a sus afiliaciones grupales, y las actuales erróneas agrupaciones y los matrimonios incompatibles desaparecerán gradualmente por medio del conocimiento.

Podremos ahora abocarnos al estudio de la relación que existe entre el karma y la reencarnación. Como sabemos, la Ley del Karma es la más estupenda del sistema, imposible de ser comprendida por el hombre medio, porque si se la considera retrospectivamente hacia su raíz central y sus numerosas ramificaciones, oportunamente se enfrentarán causas anteriores al sistema solar; sólo un iniciado muy avanzado puede comprender en forma práctica este punto de vista.

Esta gran ley en realidad concierne a, o tiene su fundamento en, las causas inherentes a la constitución de la materia misma y a la interacción entre unidades atómicas, si empleamos esta expresión en relación con un átomo de sustancia, un ser humano, un átomo planetario o un átomo solar.

También podríamos explicarlo diciendo que el aspecto voluntad o impulso inicial es el que origina la causa y es la causa misma. Debería recordarse que esa causa involucra la idea de dualidad, es decir la iniciación de la causa y su efecto simultáneo. Las dos ideas son inseparables, sin embargo, la segunda, en su más abstracto significado, no debe considerarse literalmente como un efecto; el verdadero efecto involucra una tercera idea. La comprensión del problema podrá obtenerse considerando el fenómeno que siempre encierra esta doble causa inicial y su efecto objetivo.
[i799]

  1. Espíritu-materia en actividad dual producen el universo objetivo.
  2. Fuego eléctrico y fuego por fricción, al entrar en contacto, producen el fuego solar; surgen de la oscuridad, pero una oscuridad cargada de energía.
  3. Voluntad-deseo es la causa de la encarnación; la voluntad de ser reacciona sobre la sustancia (cuya cualidad principal es deseo o respuesta a la sensación) y produce las formas por las cuales la Vida o Existencia central trata de expresarse.
  4. Ideas y materia mental unidas, producen formas mentales.

Si el estudiante considera estos puntos, es evidente que sólo podrá estudiar los efectos producidos por la yuxtaposición de los pares de opuestos; no puede disociarlos mentalmente ni considerar
[e638] al Espíritu o a la materia por sí mismos; tampoco puede disociarse del cuerpo físico del hombre el átomo de sustancia de ese cuerpo y considerarse libre de las influencias de la forma. Todos los átomos están siempre controlados por los mismos factores, así como un hombre en el cuerpo de un Logos planetario y un Logos planetario dentro de Su todo mayor son igualmente controlados por los siguientes principios básicos:

La influencia y la cualidad del órgano o unidad, en la cual encuentra su lugar. En el átomo humano esto significa su fuerza o influencia grupal.

La influencia vital de todo el cuerpo físico
del que cualquier átomo es parte integrante. En el átomo humano esto significa la influencia del centro particular en el cual su grupo egoico tiene un lugar y el tipo de energía que personifica.

La influencia vital del deseo o del cuerpo astral,
el agente kármico más fuerte que debe tenerse en cuenta.
[i800] En el átomo humano esto involucra la influencia que ejercen los tres centros que forman cualquier “triángulo específico de fuerza” en el cuerpo del Hombre celestial, influyendo grandemente para que los grupos de Egos se liberen de la manifestación.

Las influencias vitales del cuerpo mental o de ese principio que introduce en el átomo la cualidad activa de la forma, rige la reacción del mismo hacia su vida grupal y permite que se manifieste la cualidad de su vida. En el átomo humano concierne a esas causas incidentales al Rayo de un hombre, o constituye literalmente la influencia que ejerce la vida del Logos planetario cuando actúa como Vida autoconsciente en Su propio plano, a medida que desarrolla Sus propios proyectos y, en consecuencia, impele a la actividad a las células de Su cuerpo, como mero incidente, en lo que a Él (vida central básica) atañe.

El impulso vital del Pensador
que actúa en el cuerpo causal, quien -ya se refiera a la vida celular, a una gran abstracción o al Absoluto- es sin embargo un poderoso y activo factor en la implantación del ritmo sobre el átomo de cada cuerpo. En el átomo humano atrae la influencia de la vida del Logos solar, pues esa Vida impone el ritmo sobre cada átomo humano en el sistema, haciéndolo por intermedio de la sustancia y su cualidad inherente, la sensación.

Con estos conceptos sólo hemos estudiado el karma desde un nuevo ángulo, procurando demostrar los orígenes de las “influencias” que actúan sobre todas las vidas atómicas.

[e639] El átomo está similarmente controlado por su propio “esse” (55) o por su propia naturaleza inherente o vibración, la cualidad de la materia misma antes de ser agregada a un sistema solar; también constituyó la actividad vibratoria producida por la vida rítmica de un sistema solar anterior. [i801] Lo mismo puede decirse de todos los tipos de átomos; pero únicamente es posible, en conexión con el átomo de la sustancia y en cierta medida con el átomo humano, conocer en alguna forma las causas que predisponen a ello. Mientras el misterio de la Osa Mayor no sea develado y conocido tal como es, no se comprenda la influencia que ejercen las Pléyades ni sea revelado el verdadero significado del triángulo cósmico formado por

  1. los siete Rishis de la Osa Mayor,
  2. los siete Logos planetarios de nuestro sistema solar,
  3. las siete Pléyades o Hermanas,

el karma de los siete planetas sagrados permanecerá desconocido. Todo lo que podemos ver es su actuación en el sistema solar. La complejidad del tema será evidente si se tiene en cuenta que no sólo estos tres grupos forman un triángulo cósmico, sino que dentro de ese triángulo han de ser estudiados muchos triángulos menores. Cualquiera de los siete Rishis, conjuntamente con uno de nuestros Logos planetarios y una de las siete Hermanas, pueden formar un triángulo subsidiario y deben ser estudiados en este sentido.

En cuanto al karma del Logos solar, el tema es aún más abstracto e incomprensible. No se halla oculto en las siete constelaciones, sino en las tres constelaciones vinculadas a los tres cuerpos de Su personalidad, los cuales no son más que manifestaciones de una VIDA central fuera de nuestro concepto y conocimiento. Concierne a la manifestación en tiempo y espacio de AQUEL SOBRE QUIEN NADA PUEDE DECIRSE, Cuya relación con el Logos solar tiene una débil analogía con la del Logos planetario y un hombre, el ente humano. No tiene objeto dilucidar en forma más extensa este tema.

Únicamente intentamos poner de relieve el hecho de la interdependencia de los átomos y de las formas, e insistir respecto a la existencia de las diversas influencias que actúan sobre todo
[i802] lo que se halla en manifestación, y llamar la atención sobre el hecho del karma de los pasados eones, los kalpas y ese período ignoto en que se originaron los impulsos iniciales que aún persisten, y que Dios, el hombre y los átomos siguen emitiendo y agotando. Las influencias o vibraciones que evocan respuesta, actúan sobre cada forma [e640] y átomo del sistema solar, y lo único que puede decirse de ellas es que tienden a desarrollar algún tipo de conciencia, imponer ciertos ritmos de acuerdo a esa respuesta consciente y producir una actividad conjunta o grupal.

Liberarse del karma, tan superficialmente mencionado por los seudos estudiantes de ocultismo, después de todo es liberar al átomo de su propio problema personal (el problema de responder a la sensación unitaria) y aceptar conscientemente la respuesta y el trabajo grupales. Consiste en disociar al átomo humano del ritmo impuesto por las “influencias” inferiores que le llegan a través de sus vehículos o cuerpos lunares, y su consiguiente y voluntario reconocimiento del impulso volitivo proveniente de su todo mayor o la vida del grupo egoico -un centro del cuerpo planetario. No sólo significa ser controlado atómicamente, sino someterse conscientemente al karma del Hombre celestial. El hombre ya no está esclavizado por el ritmo de la materia en sí, sino que la controla en los tres mundos de su esfuerzo; sin embargo, aún está controlado por el karma grupal del centro planetario, por su influencia, su vida e impulso vibratorio. Lo mismo puede afirmarse respecto a un Hombre celestial y a un Logos solar.

Para finalizar, podríamos expresar el mismo concepto en términos de fuego, recordando que las palabras limitan y restringen el pensamiento y que la principal razón de expresarlo en esos términos consiste en poner ante el hombre, en forma gráfica, algunos aspectos de la idea central.

“Fuego eléctrico o impulso volitivo” conjuntamente con “fuego por fricción” producen luz o “fuego solar”. Fuego eléctrico es fuerza o algún tipo de energía y, por lo tanto, constituye
[i803] fundamentalmente en sí mismo una emanación. “Fuego por fricción” es sustancia que tiene como característica principal la cualidad de calor, calor latente o sensación. En consecuencia, ambos conceptos dan la idea de dualidad. Toda emanación debe tener su fuente de origen, y el calor es únicamente resultado de la fricción, siendo necesariamente dual. Ambas afirmaciones involucran hechos que datan de mucho antes del sistema solar y se hallan ocultos en la Mente Universal. Todo lo que podemos comprobar científicamente, debido a su aproximación, es la naturaleza de lo que produce el fuego solar o la luz. Estas ideas pueden aclarar parcialmente el significado del número cinco, considerado esotéricamente. Siendo el fuego eléctrico una emanación, se lo conceptúa esencialmente dual, como así también el fuego por fricción; unidos producen el fuego solar y, por lo tanto, el cinco esotérico.

Se evidencia que cuando el hombre habla de karma, se refiere a algo mucho más vasto que la interacción de la causa y el efecto
[e641] dentro de la esfera de su rutina individual. Todas sus cosas están regidas por: las causas originadas en el conjunto de vidas que componen su grupo egoico, el conglomerado de grupos que forma un pétalo correspondiente a un centro de un Hombre celestial, la fuerza o propósito que circula a través de un triángulo de centros y la energía vital o propósito volitivo del Logos planetario. Finalmente, lo rige la voluntad del Logos solar cuando se manifiesta como actividad inicial. No es conveniente ir más allá de esto, pues ya se ha dicho bastante como para demostrar que cada átomo humano está dominado por fuerzas fuera de su propia conciencia, que impulsan a él y a sus semejantes a situaciones incomprensibles e ineludibles.

Nunca hubo un ejemplo tan exacto como el de la última guerra y las actuales condiciones del mundo, siendo el efecto producido por causas originadas en la renovada actividad de cierto triángulo planetario y en la vibración iniciada por nuestro Logos planetario en la cadena lunar,
[i804] que tuvo un débil principio en un sistema solar anterior. Esta vibración hizo impacto principalmente sobre ciertos átomos y grupos de átomos de Su cuerpo, principalmente los que componen los reinos humano y animal, y produjeron los resultados aparentemente desastrosos de los cuales hemos sido testigos. Tan grande fue el efecto de Su energía que el reino vegetal se vio afectado parcialmente y el reino mineral lo sintió en forma muy desconcertante, mucho más que el reino vegetal y casi tanto como el animal.

Tenemos aquí un conjunto de circunstancias que están fuera del control humano y grupal, lo cual pone de manifiesto el desamparo en que se encuentra el hombre bajo ciertas condiciones que sirven para atraer factores aparentemente distintos a la vibración individual del cuarto reino.

Sin embargo, dentro de ciertos limites, el hombre definidamente “controla su destino”, y puede iniciar una actividad cuyos efectos él reconocerá como dependientes de la actividad que despliega en determinada línea. Repite en minúscula escala el procedimiento que aplica el Logos en vasta escala, siendo de esta manera el árbitro de su propio destino, el empresario de su propio drama, el arquitecto de su propia casa y el iniciador de sus propios problemas. Aunque constituya el punto de reunión de fuerzas, fuera de su control, sin embargo puede emplear la fuerza, la circunstancia y el medio ambiente y, si lo desea, aplicarlos para sus propios fines.

La actuación de la ley kármica, en la vida de un hombre, podría ser dividida en tres amplias secciones; en cada una se expresa un tipo diferente de energía, produciendo efectos definidos sobre los cuerpos inferior y superior.

[e642] En las primeras etapas, cuando el hombre es algo más que un animal, la actividad vibratoria de los átomos de sus tres cuerpos (y principalmente el más inferior) rige todos sus actos. Es la víctima de la actividad vibratoria de la sustancia física, y mucho de lo que le sucede es la [i805] consecuencia de la interacción entre el Ego y su manifestación inferior, el cuerpo físico. Su centro de atención es el cuerpo físico, y sólo muy débilmente le responden los dos cuerpos más sutiles. El impulso egoico es lento y pesado, y la vibración hace que haya respuesta entre la conciencia egoica y los átomos del cuerpo físico. El átomo físico permanente es más activo que los otros dos. El aspecto “fuego por fricción” es aventado por el aliento egoico, con un triple objetivo:

  1. Coordinar el cuerpo físico.
  2. Acrecentar la resistencia de la trama etérica, tarea que fue llevada al punto culminante sólo a mediados de la raza raíz Atlante.
  3. Llevar a algunos de los centros inferiores a una etapa necesaria de expresión.

El calor de los átomos en los cuerpos aumenta durante esta etapa y se coordina su vida atómica, mientras que triángulo entre los tres átomos permanentes se convierte en un hecho comprobable y no en una débil insinuación.

Durante la segunda etapa, la Ley del Karma o la influencia kármica (por medio de la acción refleja inevitablemente produce la creciente actividad de los cuerpos) se aboca a cumplir el deseo y transmutarlo en aspiración superior. El Pensador, por medio de la experiencia, reconoce los pares de opuestos, y ya no es víctima de los impulsos vibratorios de su cuerpo físico, evidenciándose el resultado de la elección inteligente. El hombre empieza a discriminar entre los pares de opuestos, eligiendo siempre, en sus primeras etapas, lo que más atrae a su naturaleza inferior y lo que cree que le producirá placer. El Ego centra su atención en el cuerpo astral, y se coordina tan estrechamente con el cuerpo físico que ambos forman una expresión unida de deseo. El cuerpo mental
[i806] permanece comparativamente inactivo en esta etapa. La naturaleza amor del Ego está en proceso de desarrollarse, siendo esta etapa la más larga de las tres. Trata de la evolución de los pétalos del loto egoico y de la mezcla del fuego solar y del fuego por fricción. La acción refleja entre lo inferior y lo superior, durante este período intermedio, produce tres efectos que, si son cuidadosamente estudiados, impartirán mucha información sobre la actuación de la ley del karma; ellos son:

    1. El desarrollo del átomo astral permanente con el correspondiente estímulo del átomo físico permanente, [e643] produciendo así el crecimiento y la evolución de los dos cuerpos involucrados.
    2. La coordinación del triple hombre por medio de la vitalidad innata del cuerpo astral y sus efectos sobre el mental y el físico. Éste es el período kama-manásico, y debido a que el cuerpo astral es la única esfera completa del triple hombre inferior, es inherentemente el más poderoso, pues personifica (como lo hace el sistema solar) el aspecto corazón o la naturaleza amor embrionaria que la evolución macro y microcósmica tiene por objetivo.
    3. Finalmente, el desarrollo de los nueve pétalos egoicos en tres etapas.

    Por lo tanto, en la actuación de la ley debemos observar que el hombre es, ante todo, víctima de los impulsos de la sustancia densa o aspecto Brahma, repitiendo así rápidamente el proceso evolutivo del sistema solar precedente; en la segunda etapa es víctima del deseo o de su propia naturaleza amor.

    En la tercera etapa la Ley del Karma actúa por intermedio de la naturaleza mental del hombre, despertando en él el reconocimiento de la ley y la comprensión intelectual de causa y efecto. Ésta es la etapa más corta, pero es también la más poderosa; concierne a la evolución de los tres pétalos
    [i807] internos que protegen a la “joya”, y su capacidad para descubrir, en el momento oportuno, lo que se halla oculto. Comprende el período evolutivo del hombre avanzado y del hombre en el Sendero. En relación con la familia humana abarca la primera mitad de la próxima ronda, antes de producirse la gran separación. El fuego eléctrico comienza a hacer sentir sus irradiaciones, y la voluntad y el propósito del Ego se cumplen conscientemente en el plano físico. Los tres átomos permanentes forman un triángulo de luz y los pétalos del loto se abren rápidamente. Cuando la conciencia incipiente del cerebro físico del hombre comprende la voluntad y el propósito del Ego, entonces se neutraliza la Ley del Karma en los tres mundos y el hombre se halla al borde de su liberación. Ha agotado la vibración inicial y sus cuerpos no responden a la triple vibración de los tres mundos; se ha emancipado de los tres reinos y del cuarto.

    d. La Construcción del Cuerpo Causal.

    Entramos ahora en la parte práctica más importante de este Tratado sobre el Fuego, la que trata de la construcción del cuerpo causal o cuerpo de manifestación del Ego. Concierne al trabajo de los Ángeles solares o la verdadera Entidad autoconsciente, el hombre. Si el estudiante ha captado la tendencia general de lo expuesto
    [e644] en las páginas precedente, estará en una condición mental que le permitirá interpretar todo lo que se diga en términos de energía, o esa actividad vibratoria producida por las tres fases principales de los fenómenos eléctricos, la unión que produce esa divina manifestación llamada Hombre, o cuando se considera al conjunto de entes, el reino humano.

    a. Notas de introducción. Hemos estudiado algo de la constitución de los Triángulos o Pitris, quienes, por medio del autosacrificio, proporcionan al hombre la autoconciencia y construyen su vehículo egoico empleando Su propia esencia. Nos
    [i808] hemos ocupado brevemente de los Pitris lunares que proporcionan al hombre los cuerpos y principios inferiores por intermedio de los cuales puede sentirse la energía de los Señores solares; ahora bien, procederemos a estudiar tres cosas:

    Primero, el efecto de la energía superior sobre los cuerpos inferiores, a medida que se hace sentir gradualmente durante el proceso evolutivo y simultáneamente “redime” al hombre, en sentido oculto, y también “eleva” a los Pitris lunares.

    Segundo, el efecto de dicha energía sobre el plano mental, en el desarrollo y apertura del loto egoico.

    Tercero, el impulso a la actividad de la Vida central dentro del loto, la cual se manifiesta de dos maneras:

    1. Por la comprensión del hombre, mediante su cerebro físico, de que posee en el plano físico una naturaleza divina, dando por resultado la consiguiente demostración de la divinidad en la tierra, previamente a la liberación.
    2. Por la actividad consciente del Ego individual en el plano mental en colaboración con su grupo o grupos.

    En el primer caso tenemos el efecto de la vida egoica sobre sus cuerpos y su consiguiente control; en el segundo tenemos el despertar de la unidad egoica en su propio plano, y en el tercero la comprensión grupal o la penetración del ente en la conciencia del Hombre celestial.

    Sólo es posible explicar el desarrollo en forma amplia y general. El tema de la evolución egoica no puede ser plenamente comprendido, hasta después de haber recibido la iniciación, pero los Instructores internos se dan cuenta que sería conveniente exponer los principios esenciales en vista de que se producirán acontecimientos inesperados (desde el comienzo de este siglo) en dos grandes ciencias:

    La Ciencia de La Electricidad
    . Las investigaciones de los científicos
    [i809] han sido grandemente estimuladas por el descubrimiento del radio, fenómeno eléctrico de determinado tipo, y por el [e645] conocimiento que trajo dicho descubrimiento respecto a las sustancias radiactivas, prestando gran ayuda al desarrollo de los innumerables métodos para emplear la electricidad. Esta ciencia ha llevado al hombre al umbral del descubrimiento que revolucionará el, pensamiento mundial referente a estas cuestiones y solucionará oportunamente una gran parte del problema económico, permitiendo así que un mayor número de personas queden libres para el desarrollo y el trabajo mentales. Este acrecentado conocimiento puede
    esperarse antes de que hayan transcurridos ciento cincuenta años.

    La Ciencia de la Psicología. Las teorías sicoanalístas que (aunque indicadoras de progreso) tienden todavía hacia una dirección equívoca, pueden resultar desastrosas para el desarrollo superior de la raza, salvo que se desentrañe la verdadera naturaleza de la “siquís”. Cuando la mente pública capte, aunque ligeramente, los siguientes hechos brevemente enunciados, la tendencia de la educación popular, la finalidad de la ciencia política y la meta del esfuerzo económico y social tomarán una nueva y mejor dirección. Estos hechos pueden ser resumidos en los siguientes postulados:

    1. El hombre es divino en esencia. (56) Siempre ha sido enunciado esto en el transcurso de las épocas, pero hasta ahora sigue siendo una bella teoría o creencia y no constituye un hecho científico comprobado ni aceptado universalmente. [i810]
    2. El hombre es un fragmento de la Mente Universal o alma mundial y, como fragmento, participa de los instintos y de la cualidad de esa alma, tal como se manifiesta por medio de la familia humana. Por lo tanto, la unidad es sólo posible en el plano de la mente. Si esto es verdad, tenderá a desarrollar en el cerebro físico la comprensión consciente de las afiliaciones grupales en el plano mental, el reconocimiento consciente de las relaciones, ideales y metas grupales, y la manifestación consciente de esa continuidad de conciencia que actualmente es el objetivo de la evolución. Luego transferirá la conciencia de la raza [e646] del plano físico al mental, y tenderá a la consiguiente solución de todos los problemas actuales por medio del “conocimiento, amor y sacrificio”. Esto nos emancipará del desorden actual en el plano físico. Conducirá a educar al público respecto a la naturaleza del hombre y al desarrollo de los poderes latentes en él -poderes que lo liberarán de sus limitaciones actuales y producirá en la familia humana un repudio colectivo hacia las condiciones actuales. Cuando todos los hombres se conozcan a sí mismo y conozcan a los demás como entes autoconscientes divinos que funcionan principalmente en el cuerpo causal utilizando los tres vehículos inferiores, sólo como medio para hacer contacto con los tres planos inferiores, tendremos gobierno, política, economía y orden social erigidos sobre bases sólidas, saludables y divinas.
    3. La naturaleza inferior y los tres vehículos del hombre son un conglomerado de vidas menores, y la naturaleza grupal, el tipo de actividad y la respuesta colectiva de dichas vidas dependen de él, las cuales [i811] -por medio de la energía o actividad del Señor solar- serán desarrolladas y elevadas posteriormente a la categoría humana.

    Cuando estos tres hechos sean bien comprendidos, sólo entonces tendremos un conocimiento correcto y exacto de la naturaleza del hombre, lo cual hará que se produzcan tres cambios en las ideas de la época:

    1. Un reajuste en el conocimiento que posee el hombre respecto a la medicina, traerá por resultado un verdadero conocimiento del cuerpo físico, un mejoramiento en su tratamiento y protección, obteniéndose así un conocimiento más exacto de las leyes de la salud. El objetivo del médico consistirá entonces en averiguar qué es lo que impide, en la vida del hombre, a la energía egoica llegar a todas las partes de su ser; descubrir los pensamientos que lo embargan y ocasionan la inercia del aspecto voluntad que lo conducen a obrar mal; comprobar qué hay en el cuerpo emocional que afecta al sistema nervioso y obstruye la afluencia de energía proveniente de los pétalos de amor del loto egoico (vía el átomo astral permanente) al cuerpo astral, y de éste al sistema nervioso; descubrir que obstáculo hay en el cuerpo etérico que impide la correcta afluencia de prana o vitalidad solar, a todas las partes del cuerpo.

    Es esencial que en el futuro los médicos comprendan que la enfermedad del cuerpo físico deriva de condiciones internas erróneas. A esto se lo tiene en cuenta en parte, pero (aunque es indiscutible en vista de las realizaciones de los científicos mentales y de
    [e647] las innumerables personas que curan por la fe) no será más que una bella teoría hasta que la verdadera naturaleza del ego, su constitución, sus poderes y su campo de influencia sean debidamente comprendidos.

    Dicha revelación vendrá cuando los médicos acepten esta
    [i812] enseñanza como una hipótesis aplicable, y luego comiencen a observar, por ejemplo, el poder de resistencia demostrado en la tierra por las grandes almas y su capacidad para trabajar a alta presión, permaneciendo prácticamente inmunes a las enfermedades, hasta que (al finalizar una útil y larga vida) el Ego elige premeditamente “retirarse” de la existencia física. Esto sucederá cuando la profesión médica se dedique a la acción preventiva, sustituyendo el actual régimen de drogas y operaciones quirúrgicas por la luz del sol, la dieta vegetariana y la aplicación de las leyes de vibración y vitalidad magnéticas. Entonces llegará la época en que se manifestarán en la tierra seres humanos mejores y más perfectos. Cuando los médicos estudien también la naturaleza del cuerpo etérico y el trabajo que efectúa el bazo como punto focal para la emanaciones pránicas, se introducirán sólidos principios y métodos qué eliminarán enfermedades tales como la tuberculosis, anemia, desnutrición y enfermedades de la sangre y de los riñones. Cuando los médicos comprendan el efecto que producen las emociones sobre el sistema nervioso, pondrán su atención al mejoramiento de las condiciones ambientales y estudiarán los efectos de las corrientes emocionales sobre los fluidos del cuerpo y principalmente sobre los grandes centros nerviosos y la columna vertebral. Cuando la relación entre el físico denso y los cuerpos más sutiles sea un hecho reconocido en los círculos médicos, entonces se sabrá cuál es el correcto tratamiento a aplicar en los casos de demencia, obsesiones y erróneas condiciones mentales, y los resultados serán más exitosos; finalmente, cuando se estudie la naturaleza de la fuerza egoica o de la energía y se comprenda mejor la función del cerebro físico como transmisor de la intención egoica, entonces se estudiará, en el hombre, la coordinación de todo su ser, se determinará con exactitud la causa que produce las dolencias, la anemia y las enfermedades y se tratará la causa, no simplemente él efecto.

    2. Los pensamientos del mundo social estarán dedicados a comprender la naturaleza emotiva de la
    [i813] humanidad, las relaciones grupales involucradas y la interacción entre los individuos y los grupos. Dichas relaciones serán interpretadas sabia y ampliamente, y se le señalará al hombre su responsabilidad hacia las vidas menores que él anima. Esto hará que la fuerza individual sea dirigida correctamente y utilizada para equilibrar, desarrollar y refinar la sustancia de los distintos vehículos. También se le indicará la [e648] responsabilidad que tiene, de acuerdo a la ley, con su propia familia. Esto dará lugar a la protección de la unidad familiar y su desarrollo científico; eliminará las dificultades matrimoniales y abolirá los abusos de diversa índole, que tanto prevalecen hoy en muchos círculos familiares.

    Además se hará hincapié sobre la responsabilidad del hombre hacia la comunidad. Se le enseñará el verdadero significado esotérico de la ciudadanía -basada en las relaciones grupales egoicas, la ley del renacimiento y el verdadero significado de la ley de karma. Se le inculcará su responsabilidad para con la nación, y el lugar que le corresponde a la comunidad dentro de la nación y el de la nación dentro de la comunidad de naciones. También, se le enseñará su responsabilidad para con el reino animal. Esto se logrará por medio de:

    1. Una mejor comprensión de su propia naturaleza animal.
    2. La comprensión de las leyes de la individualización, y el efecto que produce la influencia del cuarto reino o humano, sobre el tercero o reino animal.
    3. El trabajo que realiza un Avatar de menor categoría, Quien vendrá a principios del próximo siglo para revelar al hombre su relación con el tercer reino. Su camino está siendo preparado por aquellos que actualmente se ocupan de despertar el interés del público por medio de [i814] sociedades de beneficencia y protectoras de animales y a través de relatos publicados en libros y periódicos.


    Ha expresado H. P. B. (56)
    que el sentido de responsabilidad es uno de los primeros indicios del control ejercido por el ego; a medida que la humanidad esté regida por dicha influencia las condiciones se mejorarán lenta y constantemente en todos los sectores de la vida.

    3. En el mundo de la educación la comprensión de la verdadera naturaleza del hombre traerá un cambio fundamental en los métodos de enseñanza. Se procurará especialmente enseñar al hombre la realidad de la existencia del Ego en su propio plano, la naturaleza de los cuerpos lunares y el método para alinear los cuerpos inferiores, a fin de que el Ego pueda comunicarse directamente con el cerebro físico, controlar la naturaleza inferior y realizar sus propósitos. Por medio de la concentración y la meditación se enseñará a los hombres cómo pueden adquirir conocimiento por sí mismos, desarrollar la intuición y extraer los recursos del Ego. Así se enseñará al hombre a pensar, a asumir el control del cuerpo mental y a desarrollar sus poderes latentes.

    [e649] En las pocas frases anteriores se indican, breve e inadecuadamente, los resultados que pueden esperarse de la verdadera comprensión de la naturaleza esencial del hombre. Han sido escritas en vista de que actualmente existe la necesidad de algo que confirme la existencia del hombre real o interno y las leyes del reino de Dios. Siempre se ha sabido que existe ese hombre interno, e invariablemente se ha proclamado el “reino interno”, hasta que vino H. P. B. y enunció las mismas antiguas verdades desde un nuevo ángulo, dando un giro esotérico al pensamiento místico. Ahora el hombre tiene la oportunidad de comprender las leyes de su propio ser y, por ese conocimiento, quienes están al borde de la captación intuitiva del conocimiento y aquellos de tendencia científica dispuestos a aceptar estas verdades como hipótesis [i815] activa para ser aplicada como base experimental, hasta comprobar su inexactitud, tendrán la oportunidad de resolver los problemas mundiales desde el aspecto interno. De esta manera se manifestará el principio crístico sobre la tierra y se demostrará que la naturaleza crística es una realidad en la naturaleza misma.

    Para el pensamiento público es de gran valor la verdadera explicación respecto a la evolución del Ego, siendo muy grande el desarrollo gradual de su poder en la tierra. El hombre puede considerar esta cuestión de dos formas, ambas proporcionarán tema para la meditación y merecen ser consideradas seriamente. Han sido tratadas por los pensadores de muchas escuelas de pensamiento y, por ende, no necesitan una extensa elucidación. Puede considerarse que el problema exige del ente humano (actuando en el cuerpo físico) elevar su conciencia interna hasta los niveles superiores del plano mental, por lo tanto implica elevar o expandir su conciencia incipiente hasta llegar a ser consciente de esa vida superior. Tal es el camino del acercamiento místico; muchos ejemplos de esta realización pueden ser estudiados en la vida de los místicos de todas las épocas. Por medio de la devoción pura, la dedicación intensa y una severa disciplina del cuerpo físico, el místico penetra en el centro cardíaco de su pequeño sistema y los rayos de su propio sol central irradian sobre su vida la luz divina egoica. También podría decirse que el problema reside en que el hombre concentra su esfuerzo en hacer descender a la conciencia del cerebro físico -por consiguiente al plano físico- la vida, el poder y la energía del centro interno, el Ego. Ello significa necesariamente comprender en forma científica las leyes del ser y reconocer la naturaleza dual del Yo. Implica dedicarse a la tarea de dominar los señores lunares por medio del radiante control del Señor solar. Tal es el método esotérico, por el cual se estudia la constitución de esas entidades que forman la
    [i816] cuádruple naturaleza [e650] interna, la personalidad, y se investigan profundamente esas Esencias divinas que construyen el cuerpo del Ego o Yo superior. A esto debe agregarse también la severa aplicación de las leyes de la naturaleza al problema individual.

    El propósito de este tratado consiste en aplicar el último método mencionado, pues la meta consiste en esclarecer la razón del proceso.

    b. La evolución de los pétalos. La construcción del cuerpo causal es el resultado de la energía dual, la energía del yo inferior con su acción refleja sobre la unidad superior y la natural energía del yo cuando impresiona directamente a la sustancia del loto egoico. Debería recordarse aquí que, por sutil que sea el material, el loto egoico es en realidad sustancia que posee una vibración particular como la del cuerpo físico, sólo que (debido a su tenuidad el hombre físico lo considera prácticamente como insustancial. En efecto, como ya se ha indicado, es el resultado de la vibración dual de los Dhyanes quíntuples o Dioses en conjunción con el Cuaternario cuádruple o los Pitris de los vehículos inferiores. Mediante el esfuerzo consciente de los Logos planetarios los Dhyanes y los Pitris inferiores entran en estrecha relación. Esto produce (en el tercer subplano del plano mental) una vibración nónuple o un verticilo en la materia gaseosa del plano -subplano gaseoso cósmico- que, después de cierto período de persistencia, asume la forma de un loto de nueve pétalos. Dicho loto está cerrado en forma de capullo sobre el punto central o corazón del loto -esa chispa de fuego eléctrico que por su acción o vitalidad innata, actuando sobre la sustancia del loto, atrae hacia sí la suficiente cantidad de sustancia para formar tres pétalos internos y proteger a la chispa central, siendo sin embargo de la misma sustancia o esencia que los otros nueve pétalos. El estudiante debe cuidar de no materializar demasiado su concepto; por lo tanto seria conveniente que considere este tema desde otros ángulos y emplee otros términos para expresar la misma idea. Por ejemplo, el cuerpo egoico podría ser visto de las cuatro maneras siguientes:
    [i817]

    [i818] Como nueve vibraciones, emanando de un punto central, cuyas pulsaciones o radiaciones producen tres vibraciones principales de gran fuerza que circulan alrededor del centro; las nueve vibraciones recorren un sendero en diagonal hasta que llegan a la periferia de la esfera egoica de influencia. Allí dan la vuelta, formando de esta manera la ya conocida forma esferoidal del cuerpo causal.

    Como nueve pétalos de un loto, irradiando desde un centro común y ocultando dentro de sí tres pétalos centrales, que a su vez ocultan un punto de fuego central. Las irradiaciones que
    [e651]

    IMAGEN

     

    [e652] surgen de la punta de cada pétalo producen la ilusión de una forma esferoidal.

    Como nueve rayos
    de una rueda, que convergen hacia un eje central, que en es triple y oculta la energía central o dinamo de fuerza -generadora de toda actividad.

    Corno nueve tipos
    de energía que producen emanaciones definidas provenientes de una unidad triple, la cual a su vez sale de una unidad central de fuerza.

    Para nuestro propósito, la segunda definición será la más útil en el intento de imaginarnos la constitución, la naturaleza, el método de desarrollo y la verdadera evolución del Ego, actuando en el cuerpo causal.

    En términos de fuego, las mismas verdades pueden ser expresadas del modo siguiente, lo cual debería ser reflexionado detenidamente por quienes estudian este tratado:

    1. Fuego eléctrico Espíritu Aspecto voluntad La Joya en el loto
    2. Fuego solar Conciencia Aspecto amor Los nueve pétalos.
    3. Fuego por fricción. Sustancia Aspecto actividad Los tres átomos permanentes.

    [i819] En el fuego eléctrico, la Mónada está representada en su triple naturaleza y significa ese tipo de manifestación que será desarrollado en su más elevada etapa en el próximo sistema solar.

    En el fuego solar, estos Pitris solares en su formación nónuple representan y posibilitan el desarrollo de la conciencia de la Mónada, por intermedio del Ego en los tres mundos de la evolución humana.

    En el fuego por fricción, los Pitris lunares están representados por, y constituyen, el yo inferior, la personalidad, o esos vehículos mediante los cuales el Ego a su vez adquiere experiencia en los planos inferiores.

    Sin embargo, dentro del huevo áurico egoico los tres son uno en manifestación, continuando constantemente el intercambio de energía y vitalidad. El Espíritu emplea al Alma o Ego como vehículo de iluminación, y el Ego emplea al Cuaternario inferior como medio de expresión. Por lo tanto, la evolución del Espíritu puede dividirse en tres etapas:

    En la primera actúan principalmente los Pitris lunares y preparan a los cuerpos inferiores para que sean ocupados. Las vibraciones inferiores controlan y el “fuego por fricción” calienta y nutre, excluyendo todo lo demás.

    En la segunda los Pitris solares predominan gradualmente, desarrollándose la conciencia egoica. Los cuerpos son ocupados por el Pensador, los controla y somete gradualmente a su voluntad y
    [e653] propósito y los descarta oportunamente. Las vibraciones intermedias controlan y el fuego solar irradia, iluminando en el curso de la evolución a los cuerpos inferiores; gradualmente aumenta su calor, y con el tiempo ayuda a destruir las formas.

    En la tercera es revelado el fuego eléctrico y por la intensidad de su llama apaga los otros fuegos. Los Pitris lunares han cumplido su cometido, los Pitris solares
    [i820] han desarrollado al ente autoconsciente, el hombre, y la Mónada (habiendo utilizado a ambos) los descarta y se retrae en sí misma, pero esta vez con lo adquirido durante la existencia física, además del amor-sabiduría desarrollado.

    El Antiguo Comentario
    expresa esta verdad de la manera siguiente:

    “El Señor de la Vida Misma está sentado en el corazón y vigila. Los Señores del fuego solar prosiguen su tarea y se sacrifican por los Señores lunares de los planos inferiores. Mueren, pero resucitan. Se retiran, y vuelven nuevamente. Sin embargo, el Señor de la Vida permanece sentado.
    Los Señores lunares comienzan a morir; su poder empieza a declinar sucesivamente en cada ciclo. Los Señores solares brillan triunfalmente, y arrojan los cuádruples al fuego -el fuego que consume y disipa la forma.
    La tarea se repite muchas veces; los ciclos crecen y declinan hasta el día triunfante en que el Señor solar se proclame a Sí mismo y se reconozca como regente.
    Entonces el Señor de la Vida se da vuelta y se yergue en todo Su poder. Consume a los Señores solares, que perecen al igual que los Señores lunares. Pronuncia una Palabra; el fuego desciende. La llama surge. El fuego inferior ha desaparecido a través de la llama del calor solar y el fuego intermedio ha desaparecido por la intensidad del fuego de los Cielos.
    Nada queda, salvo una triple llama de color violeta, índigo y amarillo. ÉSA desaparece. Entonces reina la oscuridad. Sin embargo, el Señor de la Vida persiste, aunque invisible.”

    Como sabemos, el loto egoico está formado por tres hileras -cada hilera compuesta de tres pétalos
    y todas protegen el capullo interno, donde se oculta la joya. Tratamos aquí la evolución, formación, vitalización, nutrición y eventual desarrollo de los pétalos. Será útil para el estudiante, en esta etapa, recordar que nos referimos principalmente al desarrollo del segundo aspecto del hombre, el aspecto amor-sabiduría, considerando sólo en forma secundaria el tercer aspecto o la actividad, que tiene sus centros de energía en los tres átomos permanentes.

    [i821] A estas tres hileras de pétalos se las denomina en terminología esotérica:

    1. La tríada del “conocimiento externo” o los señores de la sabiduría activa. [e654]
    2. La triada de la hilera media del “amor” o los señores del amor activo.
    3. La tríada interna del “sacrificio” o los señores de la voluntad activa.

    La primera constituye el resumen de la experiencia y del desarrollo de conciencia alcanzado, la segunda la aplicación de ese conocimiento, en forma de amor y servicio, o la expresión del Yo y el no-yo vibrando recíprocamente, y la tercera, la plena expresión del conocimiento y del amor dedicados a sacrificar todo, conscientemente, para llevar a cabo los planes del Logos planetario y realizar Sus propósitos grupalmente. Cada uno de estos tres grupos de pétalos están guiados por los tres grupos de Agnishvattas y formados con su propia sustancia que, en esencia, constituyen el triple Ego durante su manifestación. A través de ellos fluye la fuerza y la energía coherente de esas misteriosas Entidades a quienes (cuando se considera a la familia humana como un todo) denominamos:

    1. Los Budas o Señores de Actividad.
    2. Los Budas o Señores de Amor Compasivo.
    3. Los Budas de Sacrificio, de los Cuales el Señor del Mundo es, para el hombre, el exponente más conocido.

    A través de estos tres grupos fluye esa triple energía que halla su expresión en el plano mental y en relación con el reino humano en los tres grupos de Agnishvattas o Pitris solares mencionados anteriormente. Estos grupos forman la sustancia de las tres hileras de pétalos, y cada uno ejerce también una influencia especial sobre el pétalo particular que pertenece a su especial grado de vibración. Para mayor claridad podemos clasificar los distintos pétalos a fin de que el estudiante pueda
    [i822] obtener una mejor comprensión de la conformación de su propio vehículo causal y una idea de las diferentes relaciones triangulares:


    I. La triada externa de “conocimiento”:
    a. ler. Pétalo Conocimiento en el plano físico. Colores: anaranjado, verde y violeta.
    b. 2do. Pétalo Amor en el plano físico. Colores: anaranjado, rosado y azul.
    c. 3er. pétalo Sacrificio en el plano físico. Colores: anaranjado,amarillo e índigo.

    Estos tres pétalos están organizados y vitalizados en el Aula de la Ignorancia, pero permanecen cerrados y sólo comienzan a abrirse cuando está organizado el segundo círculo.

    II. La triada intermedia de “amor”:
    a. ler. pétalo Conocimiento superior aplicado por medio del amor en los planos físico y astral. Colores: rosado y los tres originales.



    [e655]

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    [e656]

    b. 2do. pétalo Amor inteligente superior en los planos físico y astral. Colores: rosado y los tres originales.
    c. 3er. pétalo Sacrificio inteligente amoroso en los planos físico y astral. Colores: rosado y los mismos originales.


    Los tres pétalos conservan el color anaranjado fundamental, pero añaden el rosado en cada pétalo, de manera que ya se ven cuatro colores. Dichos pétalos están organizados y vitalizados en el Aula del Aprendizaje, pero permanecen cerrados. La hilera externa de pétalos se abre simultáneamente hasta quedar completamente abierta, revelando la segunda hilera; la tercera permanece protegida.

    III. La tríada interna de “sacrificio”:

    10
    a: 1er pétalo La Voluntad de sacrificarse por medio del conocimiento en el plano mental y así dominar inteligentemente al triple hombre inferior. Colores: amarillo más anaranjado, verde, violeta y rosado.
    b. 2do. Pétalo La voluntad de sacrificarse por medio del amor en el plano mental, a fin de prestar servicio. Colores: amarillo más anaranjado, violeta, rosado
    y azul.
    c. 3er. Pétalo El sumo y eterno sacrificio de todo lo que existe. Colores: amarillo, anaranjado, rosado, azul e índigo.


    Oculto en el misterio de los colores subsidiarios y del gradual fulgor dentro del loto de cinco colores, en cualquier pétalo por vez, se halla el misterio de los cinco Kumaras. (59)El estudiante que busca el significado del predominio del color anaranjado y del rosado se está acercando al secreto de los dos Kumaras caídos. Sobre esto no es posible decir más, pero los colores contienen la clave esotérica de este gran acontecimiento. El circulo interno de pétalos está organizado y vitalizado en el Aula de la Sabiduría, abriéndose simultáneamente la hilera intermedia, de manera que dos hileras de pétalos se hallan debidamente abiertas y sólo la tercera permanece cerrada. La apertura final se efectúa durante el período en que se recorre el Sendero de Iniciación, y en la ronda actual se acelera mediante los ritos de la iniciación y los ingentes y anormales esfuerzos que hace el hombre ayudado por el trabajo eléctrico del Iniciador, quien maneja el Cetro de Poder.

    Aunque hayamos clasificado de esta manera las distintas
    [e657] etapas de desarrollo, sólo hemos tratado el promedio general, extrayendo estos datos de los registros a los cuales tenemos acceso, estando clasificados en relación con este tema, en tres grupos vinculados a

    1. las Mónadas de poder,
    2. las Mónadas de amor,
    3. las Mónadas de actividad.

El estudiante debe tener en cuenta que los pétalos tienden a abrirse de acuerdo a estas clasificaciones. Por ejemplo, por ser Mónadas de Amor, en la mayoría de los hombres
[i825] los pétalos de amor se abren con más facilidad, pues la naturaleza de la manifestación actual es amor; siendo en cualquier dirección (inferior, elevada o espiritual) la línea de menor resistencia para la mayoría. Sin embargo, las Mónadas de actividad son numerosas e influyentes, y el primer pétalo de cada hilera es el que se abre más fácilmente. Para ambos grupos el pétalo del “conocimiento” es el primero en abrirse, dada la naturaleza inherente de los mismos Manasadevas y su vibración fundamental. Para la generalidad, el pétalo del sacrificio es el más difícil, pues siempre involucra los dos factores de inteligencia y amor -conocimiento inteligente y amor hacia aquello que debe ser salvado por el sacrificio.

En las tres hileras de pétalos se oculta otra clave del misterio de las 777 encarnaciones. Las cifras no indican el número exacto de años, sólo son representativas y simbólicas, y tienen por objeto dar la idea de tres ciclos de duración variable, basados en la naturaleza septenaria de la mónada en manifestación.

        Primero. Las 700 encarnaciones.
Se refiere a la apertura de la hilera externa. Constituye el período más largo. La vibración inicial es lenta y pesada y han de transcurrir millones de vidas antes que el intercambio de energía entre el Ego y su reflejo, el yo personal (el triple hombre inferior), sea tal que la conciencia del hombre “despierte” esotéricamente en el “Aula del Aprendizaje”. En lo que respecta al hombre evolucionado de la actualidad, estas encarnaciones tuvieron lugar en la cadena lunar y, en algunos casos, en ciertos planetas vinculados a la ronda interna. Esta circunstancia hizo necesaria su “venida” durante la raza raíz Atlante. Los hombres de este tipo se negaron a encarnar antes porque los cuerpos eran demasiado burdos, repitiéndose cíclicamente (en el plano más inferior) la negación de las Mónadas a encarnar en los albores de la oportunidad manvantárica. No se cometió ningún “pecado” real; su privilegio fue la discriminación; esa negación
[i826] ha influido sobre las condiciones que existen en la tierra, base de las grandes dificultades de clase que -en todos los países- han sido [e658] fuente de dificultades y el fundamento esotérico del sistema de “castas”, del que tanto se abusa hoy en la India. El problema del capital y el trabajo tiene sus raíces en la diferencia subjetiva que existe entre los Egos “capaces e incapaces”, entre los entes de la familia humana que han egresado del Aula de la Ignorancia y aquellos que aún recorren a tientas sus oscuros y sombríos corredores, y entre esos Egos que sólo son “capullos” y aquellos que han organizado la hilera externa de pétalos, los cuales ya están listos y en condiciones de abrirse.

Debe reflexionarse cuidadosamente sobre la idea de un septenario de siglos y, como siempre en todo tema ocultista, también ha de tenerse en cuenta la idea de la triplicidad, conjuntamente con un período sintetizador, resumen de la triple coordinación:

3 períodos de 3 decenas 90 años
1 período sintetizador 10 años
SUMAN 100 años
Repetido siete veces 7
SON 700 años

Cada ciclo (nuevamente en forma figurada) vitaliza a uno de los pétalos más que a otro, teniendo un efecto definido sobre cada uno.

Segundo. Las 70 encarnaciones.
Se refiere a la apertura de la hilera media. Mucho podrá aprenderse si se trata de comprender lo que ocultamente significa que algún iniciado (como el Cristo) enviara a sus seguidores en grupos de setenta, de dos en dos. Estas setenta encarnaciones se ocupan principalmente de desarrollar el amor en la vida personal, la evolución de la naturaleza astral, basándose en el reconocimiento de los pares de opuestos, y el equilibrio de ambos por el amor y el servicio.

Este ciclo abarca el período que ha pasado el hombre en el [i827] Aula del Aprendizaje y tiene su analogía en la raza raíz Atlante y en el conflicto que existió entonces entre los Señores de la Faz Oscura y la Fraternidad de la Luz. En la vida de cada individuo tiene lugar, durante dicho período, un conflicto similar que finalmente termina en el kurukshetra o campo de batalla que otorga al hombre el derecho de hollar el Sendero de Probación y oportunamente el privilegio de permanecer ante el Portal de la Iniciación. También se ha de estudiar el significado numérico de los guarismos; éstos se hallan ocultos en el número diez, o tres ciclos de tres períodos menores, formando cada uno nueve, y un período sintetizador, produciendo la consumación y un período dentro del [e659] ciclo mayor; esto está representado por el diez de la perfección (60) (61) relativa. La interacción entre el impulso kámico y la energía manásica produce la comprensión, en la conciencia del Ego, de lo [i828] que ha aprendido en las dos Aulas; la hilera externa de pétalos se abre mientras la hilera central está por abrirse.

Tercero. Las 7 encarnaciones.
Son las que se pasan en el Sendero de Probación. Es un período interesante en que tienen lugar ciertas cosas que podrían describirse de la manera siguiente:

Las dos hileras externas de pétalos son estimuladas en un sentido nuevo y especial por medio del acto consciente del discípulo probacionista. Hasta ahora, gran parte del trabajo ha sido realizado de acuerdo a las leyes comunes de la evolución y se ha efectuado en forma inconsciente. Pero todo cambia cuando el cuerpo mental entra en actividad y dos de los pétalos de voluntad se coordinan y el otro “activa” la vitalidad y se abre.

El fuego o energía de estas dos hileras empieza a circular por
[e660] el triángulo atómico, y cuando esto sucede, marca una época muy importante; ha culminado el trabajo dual tanto en la vida personal inferior como en la egoica:

  1. Las cuatro espirillas inferiores de los átomos permanentes están completamente activas (dos grupos de dos espirillas cada uno) y la quinta se halla en proceso de iniciar una actividad similar. El triángulo desarrolla una actividad circular, pero aún no ha logrado su plena brillantez ni su rotación o revolución cuadridimensional.
  2. Las dos hileras de pétalos están “activas”, una plenamente abierta y la otra por abrirse.

De esta manera dos aspectos de la vida divina van evidenciándose en la vida del probacionista, y aunque todavía queda mucho por hacer, sin embargo, cuando la hilera interna de pétalos está “activa” -ayudada por el curioso y anormal proceso de la iniciación- el otro aspecto adquirirá una importancia similar y producirá al hombre perfecto en los tres
[i829] mundos. Así culmina el trabajo de los Pitris solares.

Aquí debe hacerse hincapié sobre la anormalidad del proceso de la iniciación.

La iniciación constituye un gran experimento que nuestro Logos planetario lleva a cabo durante esta ronda. En las rondas anteriores y quizás en las posteriores, el proceso seguirá la ley natural. En la ronda y cadenas actuales, nuestro Logos planetario en Su elevado nivel practica lo que en términos esotéricos se denomina yoga y está pasando por ciertos procesos de entrenamiento a fin de estimular Sus centros. Esto es aprovechado en la Tierra por la Jerarquía para producir mediante Su guía ciertos resultados en las razas. Este proceso es optativo y el hombre puede -si así lo elige- seguir el proceso normal y emplear eones para efectuar lo que algunos han preferido realizar en un período más breve, por medio de un proceso forzado y autoelegido.

Al finalizar las 777 encarnaciones, el hombre atraviesa el portal de la iniciación y entra en un breve proceso sintetizador o período final en el cual cosecha los frutos de la experiencia adquirida en las dos primeras aulas, transmuta el conocimiento en sabiduría, transforma la sombra de las cosas vistas en la energía de aquello que es y finalmente logra liberarse de todas las formas inferiores que tratan de mantenerlo prisionero. Este período de iniciación está dividido en siete etapas, pero sólo cinco conciernen a la evolución del Ego, así como los cinco Kumaras conciernen principalmente a la evolución de la humanidad en este sistema y en este planeta. También tenemos los cuatro kumaras exotéricos, de
[e661] los cuales dos cayeron, y los tres esotéricos de los cuales Uno reúne las fuerzas vitales de los cuatro exotéricos, formando con Ellos los cinco ya mencionados. El estudiante debe analizar esto desde el punto de vista de la energía o fuerza vital, considerándola desde el ángulo de la polaridad y del matrimonio místico, de [i830] la comprensión del verdadero significado de la relación sexual, del encuentro y la fusión de los pares de opuestos y del trabajo que realiza el que sintetiza todos los tipos de energía. Por ejemplo:

  1. El Ego sintetiza o reúne en sí las fuerzas vitales del cuádruple hombre inferior.
  2. El Rayo del Mahachoan en la tierra sintetiza las fuerzas vitales de los cuatro inferiores, siendo el tercer subrayo de nuestro Rayo planetario.
  3. El tercer Rayo mayor del sistema solar se fusiona con los cuatro menores.
  4. El quinto Kumara fusiona y une en Sí Mismo el trabajo de los cuatro inferiores.

El reflejo de todo esto en el microcosmos puede ser estudiado por el hombre que comprende que el cuerpo físico es el vehículo de todos los principios.

Cuando se recibe la tercera Iniciación, se abre la hilera interna de pétalos, y el loto puede verse en pleno florecimiento y en toda su belleza. En la cuarta Iniciación el capullo interno se abre por el efecto de la fuerza eléctrica del Cetro que atrae el poder del rayo sintético del sistema solar mismo; así es revelada la joya interna. El trabajo ha sido realizado; la energía que reside en los átomos permanentes ha vitalizado todas las espirillas, mientras que la fuerza perfeccionada del loto y la voluntad dinámica de la chispa central entran en plena y unida actividad, dando lugar a un triple despliegue de fuerza vital que provoca la desintegración de la forma y los siguientes resultados:

  1. Los átomos permanentes se hacen radiactivos y, por consiguiente, su “círculo no se pasa” ya no es una barrera para las unidades menores que se hallan dentro; entonces los distintos grupos de vidas electrónicas salen y vuelven al depósito eterno. Forman una sustancia de orden muy [i831] elevado y producirán las formas de esas existencias que ocuparán vehículos en otro ciclo.
  2. Los pétalos son destruidos por la acción del fuego, y la multiplicidad de vidas dévicas que los componen y les proporcionan coherencia y cualidad son recogidas nuevamente en el Corazón del Sol por los Pitris solares de orden muy elevado; en otro sistema solar volverán a exteriorizarse. [e662] La sustancia atómica será empleada en otro manvantara, pero a los Pitris solares no se les pedirá nuevamente que se sacrifiquen hasta el próximo sistema solar, en que vendrán como Rayos planetarios, repitiendo así en dicho sistema, en niveles monádicos, lo que han hecho en éste. Entonces serán Logos planetarios.
  3. La Vida central eléctrica retorna a su fuente, escapando de la prisión y funcionando como un centro de energía en los planos cósmicos de energía etérica.

Con lo antedicho hemos tratado de dar una idea general del proceso evolutivo relación con el Ego y su progreso, regido por las leyes kármica y cíclica. Si el estudiante medita sobre estas dos leyes, le será evidente que ambas podrían ser resumidas en el término genérico de Ley del Ritmo. Toda manifestación es el resultado del efecto producido por cierta energía en actividad; el empleo de energía en determinada dirección necesitará un consumo similar en la dirección contraria. Esto, en términos del Ego y su experiencia vital, da lugar a tres etapas:

En la primera la energía manifestada actúa externamente. El Yo se identifica con sus cuerpos. Esta etapa es estrictamente personal.

En la segunda se procura hacer un reajuste de acuerdo a la ley, y el Yo no se identifica totalmente con sus cuerpos ni Consigo Mismo. Está
[i832] aprendiendo a elegir entre los pares de opuestos. En este período la lucha es terrible y predomina el desorden, siendo el campo de batalla donde se ha de lograr el reajuste y el laboratorio donde el discípulo genera suficiente fuerza transmutadora que lo conduce al otro extremo de la etapa anterior -esa etapa donde la energía se manifestará dentro y no fuera.

En la 3a Parte la energía del Ego está centrada en el corazón del círculo y no en la periferia, dedicándose allí al servicio grupal por medio del esfuerzo consciente del Ego. La naturaleza inferior es reemplazada por la atracción que ejerce aquello que es más superior que el Ego. Entonces debe repetirse el proceso anterior en una vuelta más alta de la espiral y la energía monádica comienza a actuar sobre el Ego, así como la egoica actuó sobre la personalidad. La Mónada, que se ha identificado con el Ego (su manifestación externa), también comienza a buscar su propio y verdadero centro “dentro del Corazón”; puede observarse nuevamente en los niveles superiores los resultados que afectan a la distribución y conservación de la energía.

Se debe poner de relieve este procedimiento porque es importante que todos los ocultistas aprendan pensar en términos de energía y fuerza, interpretándolos como algo diferente de los
[e663] cuerpos o instrumentos empleados. El místico ha reconocido este factor “fuerza”, pero ha trabajado únicamente con el aspecto positivo de la misma. El ocultista debe reconocer y trabajar con tres tipos de fuerza o energía; aquí reside la diferencia entre su trabajo y el del místico. El ocultista reconoce:

1. La fuerza positiva Aquello que energetiza.
2. La fuerza negativa Aquello que es receptor de energía; lo que actúa o toma forma bajo el impacto de la fuerza positiva. [i833] 
3. La luz o fuerza armónica Aquello que se produce por la unión de ambos, dando por resultado energía irradiante, siendo el resultado del equilibrio de ambos.

Estos tres aspectos de la energía han sido denominados, como frecuentemente se ha dicho:

a. Fuego eléctrico energía positiva Padre.
b. Fuego por fricción energía negativa Madre.
c. Fuego solar energía radiante Sol o Hijo.

Cada uno de estos dos últimos aspectos son en sí mismos duales, pero el efecto constituye un todo unificado en lo que respecta a la gran Unidad en la cual se manifiestan.

El problema de los devas puede ser mejor comprendido si se recuerda que personifican en sí los dos tipos de energía. Por ejemplo, los Pitris solares constituyen la sustancia de los cuerpos y grupos egoicos y el medio de expresión para el aspecto Espíritu, pues Éste se manifiesta por medio del alma. Los Pitris lunares que forman el yo inferior personal, por constituir un agregado de cuerpos inferiores, son energetizados y utilizados por los Señores solares. Dichos Angeles solares forman parte de muchos grupos y expresan una energía dual, positiva y negativa. Tenemos la vida positiva del loto egoico que coordina, conserva y activa a los pétalos y también la energía de la sustancia del pétalo mismo, o el aspecto negativo impulsado por la fuerza positiva de los Señores solares mayores hacia las ruedas o verticilos vivientes que denominamos simbólicamente “pétalos”. Vinculada al Logos planetario y al Logos solar existe una estrecha analogía entre el prana, fuerza vital que anima al cuerpo etérico del hombre, la cual [i834] da coherencia al cuerpo físico denso, y esa fuerza vital sintetizadora del Logos que anima a cada átomo en todos los planos del sistema. Si se reflexiona sobre esto y se desprende que los planos que nos atañen son la [e664] manifestación etérica y densa del Logos solar, entonces se dilucidará en parte el papel que desempeñan los Ángeles solares, y puede esclarecerse parcialmente su relación con el Logos planetario y el Logos solar.

No sólo debemos estudiarlos en conexión con nosotros mismos y nuestro esfuerzo por identificamos con los Señores solares y los Pitris lunares, sino que debemos reconocer a:

a. Los Angeles solares de un esquema planetario.
b. Los Angeles solares de un sistema solar.
c. Los señores lunares del esquema y del sistema.

La palabra “lunar” es aquí un anacronismo y no es técnicamente exacta. La luna o las lunas de cualquier esquema son efectos y no causas del sistema. En ciertas relaciones planetarias son consideradas causas, pero en relación con nuestro sistema solar no lo son. Respecto a un sistema, existen también cósmicamente ciertos cuerpos en el espacio que tienen un efecto tan definido sobre el sistema como el de la luna sobre la tierra. Esto es todavía algo desconocido e incomprensible para los metafísicos, científicos y astrónomos. La guerra se libra todavía cósmicamente entre los señores “lunares” del sistema y esas Entidades análogas a los Señores solares en niveles cósmicos. Mientras los estudiantes no amplíen el concepto hasta incluir en sus cálculos a los cuerpos astral y mental logoicos a medida que el Logos trata de expresar la emoción y la mente en el plano físico (por medio de Su cuerpo físico, un sistema solar) no penetrarán mucho en el núcleo del misterio solar. Hasta que no se descubra la fuerza de los Señores lunares cósmicos, el hecho de existir detrás de nuestro sistema solar constelaciones enteras en proceso de desintegración, en tiempo y espacio, en forma similar a
[i835] la desintegración de la luna, no será conocido ni podrá comprobarse sus efectos. Oportunamente, nuestro sistema solar pasará a un estado similar. Aquí reside el verdadero misterio del mal (62) y allí se ha de buscar la veracidad [e665] de la “Guerra en los Cielos”. También se ha de recordar que los esquemas planetarios pasan a la oscuración y “mueren” en todos los casos debido a que le han sido retirados la vida y la energía positiva y el fuego eléctrico, principio animador de cada sistema, esquema, globo, reino de la naturaleza y ente humano. Esto también produce en cada caso la muerte de la “irradiación solar”, luz producida por la fusión de las energías positiva y negativa. Todo lo que queda en cada caso es la energía común de la sustancia sobre, y a través de, la cual la energía positiva ha tenido un efecto [i836] tan notable. Este tipo de fuerza negativa se disipa o dispersa gradualmente yendo en busca del depósito central de energía. De esta manera se desintegra la forma esférica. La actuación de esto puede verse en el caso de la Luna, y la misma regla rige para todos los cuerpos. Podríamos enunciarlo de otra manera: Los Devas solares (o la energía irradiante) regresan al Corazón central o a la fuente que los exhaló. Esto hace que la sustancia dévica menor dependa de su propio calor interno, pues involucra retirar aquello que erigió a la sustancia en una forma. Existen muchas clases de sustancia dévica; quizás se comprenderá mejor el consiguiente procedimiento, si decimos que cuando la forma se desintegra los constructores y devas menores vuelven a su alma grupal. Algunos de ellos, los que forman los cuerpos del cuarto reino de la naturaleza, y son por lo tanto de un tipo superior de sustancia por medio de la cual la conciencia puede manifestarse en los tres mundos, se hallan en camino de individualizarse -están más cercanos a la etapa humana [e666] que la sustancia de los otros tres reinos. Ocupan un lugar en la evolución dévica, análogo al que el hombre, que se está acercando al Sendero, ocupa en el reino humano (observen que digo reino, no evolución). La meta de un deva (de categoría inferior a la de los Pitris solares) es la individualización, y su objetivo consiste en llegar a ser hombres en un ciclo futuro. La meta de un hombre es la iniciación, o llegar a ser un Dhyan Chohan consciente y, en un lejano ciclo, hacer por la humanidad de esa época lo que los Pitris solares han hecho por él, posibilitando así su expresión autoconsciente. La meta de un Pitri solar es, como ya se ha dicho, llegar a ser un Rayo logoico. (63)

[i837] Volviendo al tema en consideración: Así como la Luna constituye una fuerza nociva o maléfica, en lo que se refiere a la Tierra y ejerce malas “influencias”, del mismo modo todos esos cuerpos en descomposición son igualmente destructivos. Dichos cuerpos existen dentro del “círculo no se pasa” solar y aún no son [e667] reconocidos, habiendo constelaciones en desintegración (innumerables en el universo, desconocidas y no reconocidas por los científicos) que producen un efecto análogamente maléfico sobre nuestro sistema y todo lo que entra en su esfera de influencia.

Existe una constelación similar situada entre la Osa menor y nuestro sistema y hay otra interrelacionada con las Pléyades y nuestro sistema, que aún producen un marcado efecto sobre el cuerpo físico del Logos solar.

El párrafo que antecede está especialmente escrito así porque los efectos se hacen sentir en el cuerpo más inferior de todos, siendo responsables de la mayor parte de lo que ignorantemente se denomina “magia negra”. Ambas constelaciones han terminado sus ciclos y se están “disolviendo”. Parte de su fuerza vital y energía han sido transferidas a nuestro sistema solar,
[i838] análogamente como la fuerza vital lunar fue transferida a nuestra tierra, siendo la causa de la mayoría del mal cíclico. El proceso de descomposición y las emanaciones maléficas que todavía se producen tienen poder para influenciar a las formas que responden a lo que constituyó para ellas una vibración anterior. La sustancia de estas formas está magnéticamente vinculada al cuerpo en descomposición, así como el doble etérico está conectado con su cuerpo denso, siendo allí donde se manifiestan los efectos. El fuego purificador es la única cura para esta corrupción magnética, empleándolo libremente los Logos planetarios en Sus esquemas y el Logos solar en el sistema.

FUEGO PURIFICADOR

“El fuego ardía débilmente. Un fulgor rojo opaco dormitaba dentro del Corazón de la Madre. Su calor apenas se sentía. Las dos primeras líneas internas vibraban al quemarse, pero las restantes estaban frías.
Los Hijos de Dios miraron abajo desde el centro más interno. Luego desviaron Sus miradas y pensamientos hacia otras esferas. Todavía no había llegado Su hora. Los fuegos elementales no habían preparado el altar para los Señores. El fuego del sacrificio esperaba en su lugar elevado y aumentaba el constante fulgor que estaba debajo.
El fuego ardió con más intensidad, y lentamente se encendieron el primero y el segundo.
Su fulgor se convirtió en una línea de brillante fuego, sin embargo los cinco permanecieron intocados. Los Hijos de Dios miraron nuevamente hacia abajo. Durante un breve segundo pensaron en la
[e668] Madre, y a medida que pensaban se encendió el tercer fuego. Rápidamente apartaron Su mirada, porque la forma aún no Los había llamado. El calor estaba latente, y ningún calor externo ascendía hasta Su lugar.
Pasaron los eones. El fulgor aumentó. Las Esferas tomaron forma, pero se disiparon rápidamente por faltarles fuerza coherente. Desaparecieron. Reaparecieron. Incesante acción, ruido, fuego y calor latente caracterizaban Sus ciclos. Pero los Lhas en Su cielo elevado despreciaron este trabajo elemental y miraron dentro de Sí Mismos. Meditaban.

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El fulgor se convirtió en un fuego constante y se vieron diminutas llamas. La primera, la segunda y la tercera se convirtieron en tres líneas de fuego, y un triángulo fue consumado. Sin embargo, los cuatro permanecen pasivos [i839] y no responden al calor. De esta manera los ciclos y las vidas elementales pasan y vuelven a pasar y su trabajo continúa.
Las formas se solidifican, pero su duración es breve. Permanecen inmóviles, sin embargo pasan. Ha llegado el momento del gran despertar y ya no descienden sino que ascienden.
Éste es el intervalo que los Lhas esperaron en Su elevado lugar. Aún no pueden entrar en las formas preparadas, pero sienten que Su hora se acerca. Meditan nuevamente y durante un minuto contemplan los millares de triples fuegos, hasta que responde el cuarto.
Los sesenta segundos empleados en dinámica concentración producen formas de triple naturaleza, tres juegos de formas y miles de a tres. El Corazón de la Madre se contrae, y se expande con estos sesenta alientos ígneos. Se unen las líneas, formando cubos, que protegen al fuego interno. El altar está preparado y permanece en forma cuádruple. Fulgura, rojo en el centro y cálido externamente.

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El altar llamea. Asciende Su calor, sin embargo no quema ni se consume. Su calor, sin llama, llega a una esfera superior; los Hijos de Dios durante un breve período, Se calientan en él, pero no se acercan hasta que haya pasado otro ciclo. Esperan el momento, el momento del sacrificio.
Los Señores solares, tomando la Palabra tal como es emitida por los Hijos de Dios, Se yerguen en la implacabilidad de la vida solar y se acercan al altar. Las cuatro líneas fulguran y arden. El sol aplica un rayo; los Señores solares lo hacen pasar a través de Su sustancia, y nuevamente se acercan al altar. La quinta línea despierta y se convierte en un punto fulgurante, luego otra línea de color rojo opaco mide la distancia que media entre el altar y Aquel que vigila.
El quíntuple fuego dinámico comienza a parpadear y a arder.
Todavía no alumbra lo externo, simplemente fulgura. Los eones pasan, los ciclos vienen y van.
Continuamente los Señores solares Se sacrifican; constituyen el fuego sobre el altar. El cuarto provee el combustible.

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Los Hijos de Dios aún vigilan. El trabajo se acerca a su consumación final. Los Eternos Lhas en Su lugar elevado se llaman entre si y cuatro repiten el llamado: “El fuego arde. ¿Es suficiente el calor?”
[i840] Dos responden mutuamente: “El fuego arde; el altar está casi [e669] destruido. ¿Qué sucede luego? Agreguen combustible al luego de los cielos. Soplen el fuego y aventen su llama hasta que arda con gran intensidad”.
Así emite el mandato Aquel que durante incontables eones ha vigilado y permanecido silencioso. Los Lhas exhalan. Algo impide que el aliento pase. Piden ayuda. Aparece Aquel que aún no había sido visto.
Levanta Su mano. El uno, el dos, el tres, el cuatro y el cinco se fusionan en uno y se mezclan con el sexto. La llama asciende, respondiendo al aliento. La desaparición final del cubo es necesaria, y luego el trabajo queda terminado.”
Extraído de los Archivos de la Logia.

c. Nombres de los lotos egoicos. Podríamos considerar brevemente la tarea de formar el loto egoico en su propio plano; esto es parecido al resultado que produce el trabajo de los Agnishvattas, después de su segregación en el espacio y la formación de su “circulo no se pasa”. Nos hemos ocupado de las etapas más remotas y primitivas. Pero todavía no hemos hecho hincapié sobre algo que es de interés para el estudiante sensato, lo cual consiste en la diferencia existente en los cuerpos egoicos, debido a sus diferentes etapas de desarrollo. Hasta la mitad de la raza raíz Atlante, (65)
por ejemplo (cuando se cerró la puerta de la individualización), había Egos en distintas etapas de desarrollo, desde los “capullos” de RE.ciente organización, que representaban a hombres recién individualizados, hasta los cuerpos causales altamente desarrollados de los diversos iniciados o discípulos, que supervisaban la evolución de la raza. Los cuerpos egoicos podrían ser agrupados, desde el punto de vista evolutivo, de la manera siguiente:

En el tercer subplano del plano mental:

Egos capullo. Porque nuestro esquema planetario está en la mitad de su evolución, no existen, estrictamente hablando, “capullos” cerrados. Todos los lotos egoicos tienen por lo menos un pétalo abierto y están organizados; pero existe una gran diferencia entre los que están poco desarrollados, [i841] lo cual se demuestra en el brillo de los átomos permanentes, y los que se hallan en la etapa en que los pétalos comienzan a abrirse.

Lotos bráhmicos, en los que se ha abierto totalmente el primero o el pétalo de conocimiento. Se los denomina así porque representan, en el plano físico, al ente inteligente plenamente activo, al hombre de poco desarrollo mental, al tipo más inferior de trabajadores, agricultores y campesinos de todos los continentes. Se los denomina también “creadores de tercera clase”, pues se expresan sólo por medio de la creación física en el plano físico, y su función consiste más bien en proveer vehículos a los de su propio grupo.


[e670]
Los Lotos de Brahman, en los cuales el segundo pétalo da señales de abrirse, y el segundo aspecto, en su manifestación más inferior, comienza a expresarse. Estos lotos representan a algunos grupos de Egos provenientes de ciertos esquemas planetarios, especialmente de Júpiter y de Venus, los cuales son de categoría superior a la de los ya mencionados, pero aún tienen que recorrer un largo camino; a éstos se los denomina “creadores de segunda clase”, pues aunque aparecen en el plano físico en el acto de la creación física, están sin embargo más influenciados por el amor que por el instinto animal como los del primer caso. Encarnan en la actualidad en Oriente, particularmente en la India y en los países latinos y últimamente en América del Norte.

Lotos primordiales.
Éste es un grupo especialmente importante que ha venido influenciado por el Señor del Quinto Rayo, por lo tanto está fundamentalmente vinculado con la energía de manas que constituye una manifestación especial en el actual sistema, siendo la base de toda realización. Dicho grupo se hallaba en estado pasivo durante la raza raíz Atlante, entrando en actividad durante la cuarta y quinta subraza de la actual raza raíz. Forman un grupo más avanzado que los anteriores, pero necesitan adquirir mucha experiencia para desarrollar el segundo pétalo. Los pétalos primero y tercero de la primera hilera se están abriendo, pero el pétalo del medio está todavía cerrado. La hilera media tampoco demuestra señales de vitalidad. Debido
[i842] a las condiciones existentes en el planeta de donde emanaron, su desarrollo ha sido unilateral, y por eso encarnan en este esquema impelidos por una oleada de energía a fin de “capacitarse”, como comúnmente se dice. Puede vérselos en el tipo intelectual científico muy egoísta, responsable en gran parte del progreso de la ciencia mecánica, de su aplicación a las necesidades de los hombres y de la introducción de cierto tipo de máquinas; su trabajo está vinculado mayormente con la energía del reino mineral. De ello se deduce que los Señores solares, a quienes personifican, están ligados a un grupo de Señores lunares que responden magnéticamente a los devas del reino mineral. El trabajo que realizan para la raza, tiene en la actualidad un efecto deletéreo, pero cuando se abra el segundo pétalo, entonces las maravillas que realizarán en servicio amoroso dentro de su especialidad, será uno de los factores que regenerará al cuarto reino. En la quinta ronda llevarán a cabo su emancipación, pasando las cuatro quintas partes al Sendero y la quinta parte restante esperará el otro ciclo.

Lotos de pasión o de deseo. Se denominan así porque su naturaleza fundamental es el amor personifica en una u otra forma. La gran mayoría de las Mónadas de Amor pertenecen a este gran
[e671] grupo, constituyendo las personas de buena posición económica y benévolas del mundo. Están subdivididos en cinco grupos, tres de ellos se individualizaron en este planeta, haciéndolo en la cadena lunar los dos últimos. Han desarrollado dos pétalos, y en la actualidad su objetivo es desarrollar el tercero. Muchos podrán desarrollarlo antes del advenimiento de la séptima raza raíz de esta ronda, pero la mayoría lo hará en la segunda raza raíz de la ronda siguiente y, habiendo desarrollado una hilera de pétalos y organizado la segunda antes de finalizar la ronda, estarán ya preparados para entrar en el sendero de probación. Los lotos de la primera hilera se dividen en grupos entre los cuales continúa la interacción; la energía de cualquier centro [i843] produce un reflejo en otro. Debe recordarse que en la época atlante, cuando se cerró la puerta al reino animal y ceso temporariamente la formación “de capullos de lotos” el efecto fue dual, pero no en los reinos animal y humano. Dio por resultado la decisión interna, por parte del Logos planetario, de no crear en el plano mental del sistema sino de dedicarse al trabajo de evolución progresiva. Esto hizo que cesaran ciertos tipos de actividad, produciéndose la pasividad de algunos de Sus centros y la creciente actividad de otros. Tuvo también un efecto sobre los Angeles solares y en consecuencia sobre el Corazón del sistema solar del cual son extraídos. Haces de energía o corrientes de fuerza provenientes del corazón del sol (el Sol subjetivo) fueron detenidos y dirigidos hacia otro lugar, mientras que los Pitris ya activos, comenzaron a dedicarse al trabajo iniciado, y momentáneamente no se emprendió ningún otro. No debe olvidarse que, desde su punto de vista, el trabajo de los Pitris solares no constituye principalmente la evolución del hombre, sino que es el proceso de su propio desarrollo dentro del plan del Logos solar. Para ellos la evolución de la raza humana sólo es un método.

Hombres perfectos se hallan en los concilios del rayo particular del Logos planetario; los Pitris solares se hallan en el concilio del Logos solar. (66)

Sería conveniente que abandonáramos momentáneamente la consideración de los grupos egoicos y clasificáramos brevemente las evoluciones, recordando que en esta clasificación figuran únicamente los planos de diferenciación; en el plano de lo inmanifestado o de lo subjetivo, sólo se conoce la unidad. Nuevamente debe recordarse que el término “inmanifestado” tiene solo importancia relativa y se refiere a la captación que posee el hombre de todo lo que existe. Para el Logos solar los planos de lo inmanifestado son objetivos. El hombre no ha desarrollado todavía la visión etérica y los subplanos
[i844] [i845] etéricos son para él inmanifestados. El Logos solar

VI CLASIFICACIÓN

  VIDAS META
1. Logos planetario Liberación cósmica; las últimas Iniciaciones cósmicas
  Los Tres mayores  
2. Los cuatro Logos planetarios menores Iniciación cósmica, o las primeras cuatro Iniciaciones
3. Las Vidas que dan forma a un globo planetario Llegan a ser el Manu de una cadena cósmica. No un Manu simiente, sino un manu peródico de menor categoría. Esto encierra un misterio que no puede ser revelado, vinculado con ciertas Jerarquías de color.
4. La Vida que da forma a un reino de la naturaleza. Se transfiere a:

a. La línea de los Pitris solares.

b. Sirio , como ajustador kármico.

c. El sistema solar que, de acuerdo al orden, es el que sigue a fin de trabajar vinculado al Logos planetario de su propia línea en calidad de regente de un reino o de una oleada de vida en el sistema, no en un esquema.

5. Los Pitris solares De los tres grupos superiores se convierten en Logos planetarios principales; los cuatro inferiores se convierten en Logos planetarios menores.
6. La evolución humana Se convierten en los Pitris solares de otro ciclo. Recorren cualquiera de los senderos enumerados anteriormente. Los que se convierten en Pitris solares, la mayoría de la humanidad, volverán a Sirio a fin de ser exhalados nuevamente a la actividad.
7. Los Pitris lunares Se convierten en hombres. En sus grados superiores pasarán directamente a la evolución animal del ciclo siguiente y oportunamente se individualizarán. Los tres grados superiores se convertirán en hombres animales y los cuatro inferiores contribuirán a la formación de las formas cuaternarias de los hombres pertenecientes a la próxima creación.
8. La evolución animal El reino humano
9. La evolución vegetal El reino animal
10. La evolución mineral El reino vegetal
11. Los cuatro grados superiores de Constructores menores en todos los planos Constituyen el doble manifestado o la forma de la misteriosa tercera evolución del próximo sistema; es decir, el cuerpo etérico de la entidad planetaria. Vida enigmática que constituye todavía un misterio indescifrable, y no será revelado hasta la última triplicidad de los sistemas solares que pertenecen a nuestro Logos solar
12. Los tres grados inferiores de los Constructores menores La forma más densa del cuerpo físico de la entidad planetaria

 

[e672] I[e673] ha desarrollado plenamente la visión etérica cósmica y, debido a que se halla en el Sendero cósmico, conoce y le ha sido revelado todo lo que existe dentro del sistema solar.

Debe observarse aquí que la Entidad planetaria constituye la suma total de todas las vidas elementales de los Constructores menores que funcionan o forman la sustancia de cualquier globo particular en objetividad física. El enigma del tema se oculta en tres cosas:

Primero, que nuestras tres planos, físico, astral y mental, forman el cuerpo denso del Logos solar y, por consiguiente, no son considerados como un principio.

Segundo, que las “vidas” menores o esencia elemental, son el “desecho” de un sistema anterior y reaccionan tan poderosamente a impulsos inherentes que sólo fue posible controlarlas mediante la voluntad dinámica del Logos, conscientemente aplicada. La interpretación de la palabra “desecho” tiene su analogía en la interpretación de la frase: el hombre recoge para sí, en cada nueva encarnación, materia para formar su cuerpo físico denso, la cual estará coloreada por las anteriores vibraciones de encarnaciones precedentes. Estas “vidas” han sido atraídas gradualmente durante todo el mahamanvatara, a medida que no implicaban peligro y era posible controlarlas y someterlas a la voluntad de los grandes Constructores. Gran parte de la primitiva energia-sustancia empleada en la construcción del sistema ha pasado a esa fuerza-materia que denominamos Pitris lunares, y ha sido reemplazada gradualmente por ese tipo de energía extraída de la esfera mayor, donde nuestro Logos tiene su lugar. Después de todo, las doce evoluciones sólo son los doce tipos de energía que se manifiestan siempre como tres grupos de fuerzas, y como un solo grupo cuando se sintetizan durante el proceso de manifestación. Son cuádruples cuando interactúan, teniendo en el sistema un flujo y reflujo del cual poco se sabe.

Tercero, que la llegada a la encarnación de la “vida”
[i846] que da forma a esta sustancia de grado inferior, entidad proveniente de un lugar en los Cielos que no puede ser mencionado: Personifica a influencias de naturaleza manásica, pero manas en su vibración más inferior. Quizás pueda obtenerse una idea de ello si se dice que existe una semejanza entre esta vibración, o vida energetizante, y la vibración básica del sistema solar que precedió al nuestro. Debemos recordar que nuestra vibración fundamental es el resultado del proceso evolutivo de todo el sistema anterior. Esta entidad tiene una relación análoga con la evolución dévica similar a la de los misteriosos “puentes” que desconciertan a los científicos y se encuentran entre los reinos animal y vegetal, vegetal y [e674] mineral, no siendo ni lo uno ni lo otro. En amplia escala esta “vida” o la entidad que da forma a la vida inferior del plano físico del sistema solar no es un pleno exponente de la vida subconsciente del sistema anterior, ni de la vida elemental del nuestro; únicamente en el próximo sistema se manifestará una forma de conciencia de un tipo actualmente inconcebible para el hombre. Se dice esotéricamente que “no posee vista ni oído”; esencialmente no es dévica ni humana. Esotéricamente es “ciega”, totalmente inconsciente; solamente es capaz de moverse y se asemeja al feto en la matriz; lo que vendrá a la existencia se revelará en el próximo gran ciclo. El misterio de la luna (67) o del “divino lunático” tiene cierto vinculo (debido a la compasión prematura de nuestro Logos planetario) con la revelación de la vida de esta naturaleza que da forma al globo denso de la cadena lunar. Desde Su elevado nivel, despertó la piedad en el corazón del Logos planetario, hacia ciertas existencias involutivas dentro de la cadena lunar (como el Buda en escala menor y en fecha muy posterior), y la intensa compasión trajo los resultados kármicos que aún nos conciernen. La “bestia” debe ser acorralada [i847] en su guarida, para su propio bien, a fin de que recorra su ciclo, encerrada en su antro y confinada dentro de ciertos límites hasta que el amanecer de un nuevo sistema le ofrezca una oportunidad.

Más no se puede decir. Debe recordarse que los misterios de la existencia son POCO conocidos por el hombre. El hombre ignora totalmente los misterios profundos que existen en ciertos casos y allí donde en vez de misterio hay revelación para aquel que tiene ojos para ver y oídos para oír, con frecuencia permanece ciego y sordo. Cuando el hombre haya develado los secretos que se hallan detrás de los reinos inferiores de la naturaleza, solucionado el problema de la constitución interna de la Tierra y recorrido retrospectivamente el camino hacia el conocimiento de cómo actúa el sendero involutivo y las vidas que lo huellan, sólo entonces comenzará a comprender el extraordinario enigma que está más allá de su comprensión.

Haré otra insinuación, que        arrojará un haz de luz sobre el problema, para aquellos que ya están preparados, pero aumentará la confusión de los que no son intuitivos: desde el punto de vista de AQUEL SOBRE QUIEN NADA PUEDE DECIRSE, nuestro sistema solar no es más que un centro -siendo dicho centro una de las tres verdades reveladas en la séptima Iniciación.

    1. ler. Sistema se caracterizó por la organización de un centro, la vida misteriosa, a la que ya nos hemos referido, se produjo por la vibración “más baja del centro”. [e675]
    2. 2do. Sistema se caracteriza por la actividad tridimensional de dicho centro y por la evolución de tres tipos de conciencia, dévica, humana y subhumana, en sus innumerables categorías y jerarquías. En este período se equilibran las fuerzas del centro.
    3. 3er. Sistema se caracterizará por la actividad cuadridimensional del centro, y los doce tipos de evolución se transformarán en cuatro tipos de fuerza.


[i848] Le resultará casi imposible al hombre comprender esto y le parecerá inexplicable, pero esta indicación se ha hecho a fin de que se dé cuenta de la interdependencia existente entre los varios sistemas y el lugar que ocupan en un esquema mayor; no se intenta presentar al estudiante hechos sin correlación ni utilidad aparente para él. Desconociendo nuestra posición dentro de un esquema más vasto, las deducciones del hombre serán siempre inexactas.

Continuaremos enumerando los grupos de Egos de acuerdo a sus características, pero sería conveniente tratar primero un problema que puede presentarse, y ver si es susceptible de ser resuelto. Dos problemas surgen al estudiante analítico: uno respecto a la posición (en conexión con cualquier esquema planetario particular) que ocupan esos vastos grupos de Egos, asociados con cualquiera de los esquemas y personificados por Vidas que emanan de cualquiera de los siete rayos. El otro trata del efecto que produce la “entrada” en el plano mental de Egos que no son “Egos capullo”, sino que, como discípulos e iniciados, posiblemente están muy desarrollados.

Estos conceptos pueden ser aclarados si se dan ciertas explicaciones respecto al plano mental, y servirán para indicar dónde se halla la solución de dichos problemas.

Como lo señaló H. P. B., el plano mental es el más vasto de todos los que nos conciernen, siendo el plano clave del sistema solar el pivote sobre el cual gira la gran Rueda, el lugar de encuentro de las tres líneas de evolución y, por esta razón, ha sido esotéricamente denominado “la Cámara de Concilio de las Tres Divinidades”. En este plano las tres Personas de la Trinidad logoica trabajan en forma unida. En el plano de abajo dos Personas trabajan asociadas; en el plano de arriba actúa otra dualidad; pero sólo en este plano están unificadas las Tres.

[i849] Todos los Logos de los distintos esquemas se expresan en este plano. Existen ciertos esquemas en el sistema que tienen su manifestación inferior en este plano y no poseen cuerpo físico como la Tierra y los demás planetas densos. Existen gracias a la materia gaseosa, y sus esferas de manifestación están simplemente compuestas de cuatro éteres cósmicos y del gaseoso cósmico. Pero todas las grandes Vidas del sistema solar poseen cuerpos [e676] construidos de materia mental de nuestro sistema, de allí que todas esas Entidades puedan comunicarse en ese plano. Este hecho constituye el fundamento de la comprensión esotérica y la verdadera base de la unificación. Los vehículos de estas grandes Existencias están compuestos de materia de los niveles abstractos del plano mental, y por medio de esa sustancia energetizada pueden ponerse en contacto entre sí, sin tener en cuenta Su meta de realización individual. Por lo tanto, los cuerpos de dichas unidades pueden similarmente ponerse en contacto con los demás Egos y grupos cuando obtienen la conciencia del plano mental (la conciencia causal) y conocen las diversas “claves”, tonos y colores grupales.

Será evidente para el estudiante atento, que aquí reside la verdadera relación entre los distintos grupos de Egos, sin tener en cuenta su grado de evolución, rayo o esquema en que puedan hallarse. La verdad fundamental involucrada podrá captarse mejor estudiando las siguientes frases esotéricas:


“En el Aula de la Ignorancia
rige kama-manas. El hombre agobiado por numerosos malos deseos busca el objetivo que su corazón anhela en las aulas sombrías del maya más denso. Lo encuentra, pero muere antes de haber recogido los frutos apetecidos. Es mordido por la serpiente, y la anhelada alegría queda fuera de su alcance. Todos aquellos que buscan los frutos egoístas del karma deben despreciarse recíprocamente; por lo tanto lucha y codicia, mala voluntad y odio, muerte y retribución, invocación kármica y vengadora centella, caracterizan a esta aula.

[i850] En el Aula del Aprendizaje rige el intelecto y trata de guiar. Un deseo más elevado, el fruto de manas y su empleo, reemplazan al deseo kármico inferior. El hombre pesa y valora, y en el ocaso de las Aulas del Intelecto busca el fruto del conocimiento. Lo halla, pero se da cuenta que el conocimiento no es todo; muere en el campo abierto del conocimiento, escuchando el grito que resuena en sus oídos moribundos: “Sabe que el conocedor es más grande que el conocimiento; Aquel que busca es más grande que lo buscado”.

En
el Aula de la Sabiduría rige el Espíritu; el Uno dentro de los menores asume el control supremo. La muerte no es conocida en estas aulas, porque se pueden atravesar sus dos grandes portales. La discordia y la lucha desaparecen, y sólo reina armonía. Los conocedores se ven como Uno; reconocen el campo donde el conocimiento surge como disonancia y diferenciación bráhmicas. El conocimiento es conocido como método, un instrumento del propósito empleado por todos. y como simple germen de reconocimiento eventual. Dentro de esta aula, la mutua unión, la mezcla de uno con todos y la unidad de acción, de meta y capacidad, marcan todo esfuerzo superior.”



Si se medita sobre estas palabras, se comprenderá que la verdadera unión reside en la comprensión de que la vida mayor siempre incluye a la menor, y que cada expansión de conciencia acerca más al hombre a esa Unicidad.

Por lo tanto, si pudiéramos aventurarnos a expresar la
[e677] abstracción y el estado de conciencia en términos de tiempo y espacio, valiéndonos de la limitación del lenguaje, podríamos decir que en niveles egoicos o en los tres subplanos superiores del plano mental, existe un canal de comunicación entre cada uno de los esquemas planetarios, dentro del “círculo no se pasa” solar, basado en la similitud de vibraciones y unidad de esfuerzo. Sólo aquí (respecto a los tres mundos y al reino humano) es posible establecer relaciones egoicas y transmitir sustancia mental entre

    1. entes y grupos egoicos,
    2. grupos, [i851]
    3. grupos mayores y grupos menores,
    4. egos de un esquema planetario con los de otros esquemas.

Los Ah-hi, los Constructores mayores, (68)los Señores que realizan la voluntad del Logos solar, emplean principalmente dos planos para comunicarse entre ellos y Sus legiones:

Primero, el segundo plano, donde se comunican por medio de un método espiritual incomprensible para el hombre en la actualidad.

Segundo, el plano mental, donde se comunican con todas las vidas menores por medio de cierto tipo de telepatía mental.

La “entrada” en otros esquemas planetarios o esferas más sutiles de Egos avanzados, provenientes de la ronda interna, donde han permanecido en pralaya esperando la oportunidad, se produce en forma triple, como resultado de una triple actividad, causada por un acuerdo entre el Logos planetario de un esquema y otro Logos planetario, dando lugar un intercambio. El estudiante debe pensar aquí en términos de fuerza y energía, interacción magnética y transmisión consciente de energía desde el cuerpo del Logos planetario, vía un centro o centros, hasta el cuerpo de otro Logos planetario. Aquí la causa es voluntad o propósito, el objetivo es sensación y el método es transferencia de fuerza. Los mismos factores se hallan detrás de la venida de egos desde la ronda interna, sólo que en este caso la energía es enviada por ciertas existencias (actuando con cualquier Logos planetario), quienes son los “custodios del círculo interno”. Esto constituye un misterio y concierne a la llegada de Egos superiores, Avatares, Budas,
[i852] instructores, iniciados, discípulos y todos los que han de esperar un impulso no individual sino grupal a fin de cumplir el karma cíclico en amplia escala, y cuyas “ruedas” están controladas por fuerzas cósmicas y no por fuerzas del sistema exclusivamente.

[e678] Podría decirse que constituyen otro factor los resultados kármicos de las simientes sembradas en un pasado remoto, ocultas en los misterios de un anterior sistema, esquema o cadena, según el caso. Estos tres grupos de manifestación siguen el impulso kármico, el cual controla el tiempo, el período y el método de aparición en cualquier grupo de egos planetarios, capullos o lotos recién nacidos, o lotos que se dice que han sido “trasplantados” místicamente. Estos últimos probablemente tienen un alto grado de desarrollo. Esto es posible tanto en los individuos como en los grupos.

Un tercer factor tiene que ver con la transferencia de Egos o lotos desde una esfera de actividad a otra, produciendo necesariamente condiciones que exigen la aparición de centros similares para ser reemplazados. La energía transmitida ha de ser suministrada de otra parte, siendo otro factor que predispone a la aparición de lotos egoicos en cualquier esquema. La ley de conservación de la fuerza es aplicable a cualquier plano.

Toda la cuestión de transferencia de lotos egoicos de un esquema a otro, de una cadena a otra, en el plano mental, es verdaderamente muy complicada y no puede ser explicada al discípulo no juramentado. Sólo es posible dar estas indicaciones generales.

En relación con nuestro planeta también debe recordarse que los Egos aparecen en esos grupos cuyos lotos no son producidos como resultado de la Ley de Atracción cuando actúa entre el reino animal del globo y las Tríadas superiores, sino que son Egos que se han individualizado en otra parte, viniendo, por lo tanto, con sus pétalos ya formados y quizás con varios
[i853] pétalos abiertos. Lógicamente, esto tiene un profundo efecto sobre los grupos en los cuales aparecen y sobre el tipo de hombre que encarnará, en consecuencia, en el plano físico. En La Doctrina Secreta se hace alusión a esto cuando se refiere al tema de los antiguos instructores y reyes divinos que ocuparon los toscos cuerpos de la primitiva humanidad. (69) (70)

Continuando con nuestra consideración de los grupos egoicos, podría decirse brevemente que éstos, en conexión con nuestro planeta, pueden ser agrupados de manera general según la etapa de formación del loto:
[e679]

    1. Los egos que aparecieron por el proceso de individualización en los días lemurianos. Constituyen la verdadera humanidad de la Tierra, junto con el segundo grupo.
    2. Los egos que se individualizaron durante la raza raíz Atlante, hasta que se cerró la puerta.
    3. Los egos que han “venido” de la cadena lunar y están mucho más evolucionados que la humanidad terrestre.
    4. Los egos que fueron traídos desde la época atlante para ocupar el lugar de esos Egos que se liberaron, cuyos cuerpos causales desaparecieron y sus lotos han “muerto”, dejando un vacío, en la esencia de la fuerza, que debe ser llenado y provisto. Por lo general vinieron desde uno de los dos esquemas siguientes:
      1. Del esquema personificado por el polo opuesto de nuestro Logos planetario.
      2. Del esquema aliado a ambos, formando el triángulo del sistema. [i854] Estos casos son necesariamente raros en la actualidad, pero serán cada vez más frecuentes a medida que un mayor número de seres humanos reciba la cuarta Iniciación.
    5. Ciertos raros Egos o lotos provenientes de esquemas no mencionados en la triplicidad anterior. Por lo general son traídos con el único fin de que puedan perfeccionar ciertas cualidades de su propia naturaleza, para llevar a cabo un trabajo experimental en conexión con el reino dévico, o para producir ciertos resultados grupales deseados por el Logos planetario. Con frecuencia no descienden a la encarnación física densa, sino que trabajan principalmente en niveles mentales y astrales, volviendo con el tiempo a sus propias esferas para alcanzar las etapas finales de liberación.


Estos lotos en sus miles diferenciaciones producen recíprocamente efectos específicos aún incomprensibles para el hombre en niveles mentales. Sin embargo, constituyen la base de la verdadera psicología y de toda verdadera actividad. El estudiante haría bien en recapacitar sobre el efecto que probablemente produciría cualquier Ego avanzado sobre:

    1. Otros Egos de su grupo.
    2. Los Pitris solares que son la sustancia del grupo.
    3. Los Pitris lunares que están vinculados a los Pitris solares por medio de los átomos permanentes.


Anteriormente hemos mencionado ciertas clasificaciones de grupos de los que se encuentran en los niveles causales
[e680] del plano mental, a fin de dar al estudiante alguna idea de la vastedad del tema y de la complejidad del problema. Debe recordarse que en el tercer subplano del plano mental no hay separación individual tal como existe en la manifestación física, sin embargo, es evidente la separación grupal. Estos grupos son muy numerosos para detallarlos. Hemos delineado y nombrado cinco de los grupos mayores tal como están enumerados en la parte inferior [i855] de la clasificación de un esquema en el Aula de los Registros. Existen otros métodos, y hasta en la enumeración que hemos utilizado aquí, estos cinco grupos se subdividen cada uno en diez grupos, los cuales a su vez se dividen en unidades menores, representadas y conocidas por ciertos símbolos.

Cuando llegamos al segundo subplano del plano mental (el plano en el cual se encuentran los cuerpos egoicos de la humanidad avanzada, de los discípulos y de los iniciados) el método de agruparlos estará de acuerdo al:

    1. Rayo.
    2. Subrayo.
    3. Departamento (regido por el Manu, el Mahachohan o el Bodhisattva de nuestro esquema terrestre o sus analogías en otros esquemas).

    Estos lotos egoicos están conformados y tienen un número de pétalos sin abrir, mientras que otros se hallan en las etapas finales del desarrollo.

    Han sido también agrupados bajo los tres encabezamientos siguientes:

    Lotos de revelación. Aquellos en los cuales la “joya” está a punto de ser revelada.

    Lotos perfumados. Aquellos cuyo “perfume” o aroma oculto compenetra su ambiente. Son los Egos que todavía no han abierto totalmente la última hilera de pétalos, pero cuyas vidas tienen fuerza magnética en los tres mundos y sus actividades se distinguen por el servicio altruista.

    Lotos irradiantes. Aquellos cuya luz comienza a brillar en la oscuridad.

    Están agrupados también de acuerdo al color primario, a la coloración secundaria, a la clave o tono, siendo una de las clasificaciones totalmente numérica. Podría ser de interés
    [i856] para el estudiante si señaláramos que en el Aula de los Registros, en conexión con los Egos humanos, existen ciertos registros cuya terminología simbólica detalla minuciosamente los siguientes hechos respecto a cada ente:

    [e681] El registro lunar. Se ocupa de todos los vehículos y formas inferiores empleados por las Mónadas humanas, registrando:

    1. Su grado de vibración.
    2. Su tipo.
    3. Su número clave.
    4. El grupo particular de Señores lunares que se relacionan con esos cuerpos.
    5. La historia detallada de las vidas elementales que constituyen los cuerpos.

    Esta información la utiliza el agente kármico responsable de la construcción de una nueva serie de vehículos en cada encarnación a fin de ayudar a agotar el karma. La historia de los cuerpos lunares está reproducida en los átomos permanentes.

    El registro solar. Se ocupa del vehículo egoico permanente, registrando:

    1. El grado de vibración.
    2. La historia de la apertura de los pétalos.
    3. La historia de cualquier grupo determinado de Ángeles solares ocupados de la formación del loto.
    4. La actividad de la sustancia dévica con la cual se construye el loto.
    5. Las relaciones grupales.


Esta información es utilizada por el Maestro que se ha hecho responsable del estimulo y crecimiento de una serie particular de Egos y también por esos Egos avanzados que trabajan conscientemente con su grupo.

El registro de la conciencia. Concierne a la respuesta a su medio ambiente de la Entidad inmanente. Registra
[i857]

el empleo del conocimiento por parte del conocedor, siendo, por muchas causas, el más complicado y extenso de los registros.

Dichos registros son utilizados frecuentemente por el Señor del Mundo y Sus discípulos a fin de obtener información relativa a los centros planetarios. Tienen tal disposición que el registro de cualquier grupo, aunque vasto y extenso, está descrito en siete páginas, conteniendo cada una cuarenta y nueve símbolos. Las páginas se cambian y corrigen cada siete años y son precipitadas en materia astral debido al esfuerzo de voluntad realizado por el Chohan responsable del grupo particular involucrado.

d. Los pétalos y los centros etéricos. Sólo queda señalar la estrecha relación que existe entre el desarrollo de los pétalos de los lotos egoicos y los centros etéricos del hombre. A través de los
[e682]

centros fluye la energía síquica. Los estudiantes deberían tener cuidadosamente presente los dos hechos siguientes:

Primero, como ya sabemos, el prana vitaliza el cuerpo etérico. La energía pránica estimula la actividad animal y el desarrollo del plano físico, y afecta principalmente a los átomos del cuerpo físico teniendo un triple efecto sobre la sustancia del mismo:

    1. Conserva la salud animal del cuerpo.
    2. Construye y erige en el cuerpo, por medio de su energía y sus corrientes de fuerza, lo que se necesita para reemplazar el desgaste y la deterioración diaria.
    3. Es el medio por el cual el hombre entra en contacto físico con sus semejantes. El magnetismo físico depende amplia, aunque no totalmente, del prana.

Los centros etéricos son los vórtices de fuerza formados de materia etérica debido al impulso astral trasmitido por conducto de los
[i858] centros astrales. Dichos centros a su vez trasmiten una energía aún superior y, de esta manera, la afirmación de que los centros etéricos son la fuente de la energía síquica del hombre es técnicamente verídica, siendo por lo tanto afectados por el desarrollo de los pétalos. A su vez cada pétalo es una especie de centro de fuerza, y la energía que emana de ellos afecta a los centros etéricos y produce el verdadero tipo de energía síquica.

La energía que fluye desde el Ego se siente muy poco en las primitivas etapas de desarrollo. El hombre sigue su sendero por medio del instinto animal y racial, y puede recibir sin peligro el estímulo que emana de sus centros grupales y la fuerza impulsora común inherente a la forma y a las primitivas oleadas de vida anteriores. Sólo cuando ha alcanzado una etapa relativamente avanzada (en comparación con la del hombre animal) esa fuerza egoica o síquica fluye a través de sus centros de tal manera que produce resultados en la conciencia -los cuales oportunamente él percibirá en su cerebro físico. No me refiero aquí al psiquismo animal corriente desplegado por los animales superiores y por algunos miembros de las razas post lemurianas. Este tipo de conciencia es inherente a los átomos y parte constituyente del “alma del mundo”, siendo inconsciente e incontrolado, y no tiene cabida en esta enseñanza. Aquí me refiero al psiquismo consciente desplegado por la humanidad avanzada, discípulos e iniciados de todas las categorías, resultante de la afluencia de energía egoica a través de los centros etéricos (principalmente en cinco de ellos), de tal manera que la conciencia del cerebro físico se da cuenta de ella y también de

    1. su propósito,
    2. su técnica. [e683]
    3. los efectos producidos en el yo inferior del hombre y también en el de otros, [i859]
    4. su capacidad para aplicarla o no, según lo desee, estando controlada por el hombre. Como ya sabemos, los centros con los cuales el estudiante está relacionado,

    1. el coronario,
    2. el cardíaco,
    3. el laríngeo,
    4. la base de la columna vertebral,

son los únicos que deberían ser considerados. El trabajo que se ha de realizar consiste en transferir la fuerza o energía de los centros inferiores -el de la columna vertebral y el del plexo solar- a los tres centros superiores. Se presume que ya ha transferido o está en proceso de transferir la energía de los órganos genitales al centro del deseo, el plexo solar, a fin de ayudarla a ascender al centro laríngeo. El centro del bazo, por ser el vehículo del prana, está especialmente desarrollado de acuerdo a la ley evolutiva y su energía no es transferida a otro centro, sino que es distribuida conscientemente. Cuando se despierta la analogía que se halla en el centro coronario, éste se convierte en órgano de curación esotérica, por su intermedio el sanador (por un acto de voluntad) absorbe prana y vitalidad de los éteres y luego los exhala sobre el sujeto que va a ser curado, por un acto de curación compasiva.

En conexión con los centros etéricos, deberíamos señalar el hecho de que el centro superior de la cabeza es de estructura dual y constituye un loto de noventa y seis pétalos ubicado entre las cejas y un loto de doce pétalos ubicado en la cima de la cabeza, con un vórtice secundario de noventa y seis pétalos. El significado del número de pétalos es muy profundo. En todos los casos tenemos el número doce, lo cual demuestra una relación definida con los lotos síquicos básicos en los niveles egoicos. Doce multiplicado por ocho representa los doce pétalos de cada caso, mientras que en el número ocho se halla oculta la idea de dualidad en
[i860]

  1. el cuatro del cuaternario,
  2. el cuatro del huevo áurico egoico (los tres aspectos y el “círculo no se pasa”).

Debemos observar también que el doce está vinculado a tres centros,

  1. el coronario superior,
  2. el coronario secundario y
  3. el cardíaco.

[e684] Si el estudiante analiza esto y vincula las tres hileras de pétalos del loto de doce pétalos, puede hallar iluminación. No es posible dar más indicaciones en esta etapa.

Sólo cuando los centros etéricos -los dos centros de la cabeza y el centro del corazón- están plenamente activos con sus doce pétalos completamente abiertos, entonces la hilera central de pétalos del loto egoico (la cuarta o hilera interna) se abre. El significado de las cuatro hileras en el loto egoico y las ocho hileras de doce pétalos en los lotos etéricos del plano mental es de gran importancia.

Los centros con los cuales el hombre tiene que ver son necesariamente cinco en esta etapa, debido a los siguientes hechos, los cuales deben ser estudiados si el hombre quiere despertar sus centros de acuerdo al plan y seguir sin peligro la línea del verdadero desarrollo síquico:

La energía parte del quinto plano, el mental, en lo que se refiere al hombre.

Por intermedio del quinto principio el hombre puede trabajar conscientemente para su propio desarrollo.

El sendero de evolución es quíntuple para el hombre, abarcando los cinco planos del desarrollo humano, estando dividido en cinco etapas en lo que respecta al Ego.

Aunque el actual es el segundo sistema solar, o Su segundo ciclo egoico principal,
[i861] desde el punto de vista de los ciclos egoicos del Logos, sin embargo es el quinto visto desde otro ángulo, el de los ciclos menores. Corresponde al quinto período de la evolución humana, en el cual el hombre recorre el Sendero. El Logos está hollando ahora el Sendero cósmico.

La quinta espirilla está en proceso de despertar. Esto ha de efectuarse antes que la interacción de energía entre el loto egoico y los centros etéricos sea tan poderosa que despierte al cerebro físico del hombre y lo haga consciente de las corrientes internas. Ello tiene lugar generalmente cuando el quinto pétalo ya está formado.

Lo precedente puede encararse en forma más amplia desde el punto de vista de los cinco Kumaras. Debe recordarse que el conjunto de centros etéricos de cualquier grupo de hombres forma los centros de fuerza o diminutas “unidades de energía” en los pétalos más grandes de su centro grupal. También forma los pétalos de cualquier centro planetario determinado, y el conjunto de dichos pétalos forma esos centros mayores de energía que denominamos “centros planetarios”, los cuales a su vez son los centros de fuerza del Logos.

[e685] En relación con ello el misterio es tan profundo que si el estudiante no evita formularse un concepto demasiado matemático y materialista, se desorientará. Los centros etéricos del hombre no se hallan ubicados en el mismo plano que los centros etéricos de un Logos planetario, sino en el plano del cuarto éter cósmico, el plano búdico del sistema, y sólo cuando el hombre ha recibido la iniciación final su energía se incorpora a ese centro planetario en su propio plano. Los centros etéricos del Logos planetario son transmisores y transmutadores de fuerza, y tienen con él la misma relación que los centros físicos con un ser humano. Los centros físico densos, por ejemplo, la boca, [i862] son transmisores de algún tipo de energía que surge del cerebro o voluntad humana.

Es un secreto del conocimiento ocultista la comprensión de la fuerza, su transmisión y los efectos que produce la fuerza liberada sobre los planos superiores. La fuerza o energía afluye desde el Ego. Actúa por intermedio de los centros etéricos y produce resultados en los tres planos, variando de acuerdo a la edad del alma. Hasta ahora, por falta de alineamiento, la fuerza egoica no llega al cerebro físico tan plenamente como lo hará más adelante, pero si a los centros astrales, siendo frecuentemente la causa de la incontrolada emotividad que se observa en todas partes. La sustancia astral está aún insuficientemente organizada, y cuando es despertada por la energía egoica actúa violentamente. Dos corrientes contrarias de fuerza actúan sobre la sustancia astral: primero, la egoica y, segundo, esa vibración iniciada durante incontables épocas en el plano físico, latente en la sustancia misma, resultado de un sistema solar anterior. Esto produce las acciones y reacciones violentas que se observan en cada vida.

No es posible dar más datos sobre el desarrollo de los pétalos y su conexión con los centros etéricos. Sin embargo, pueden hacerse tres indicaciones de importancia práctica respecto a este estupendo tema, y si se reflexiona debidamente sobre ellas, puede llevar a la iluminación a los que están preparados.

La primera es que los centros etéricos se hacen activos en un sentido cuadridimensional (o se transforman en ruedas que giran sobre sí mismas) cuando el aspirante ha cumplido con ciertos requisitos, quien debe entonces dedicarse a desarrollar el quinto y sexto pétalos, o los dos finales de la segunda hilera, y esforzarse en llevar a cabo dos cosas en relación con su triple naturaleza inferior:
[i863]

  1. Alinear sus tres cuerpos de manera de formar un canal directo de contacto entre el Ego y el cerebro físico.
  2. Esforzarse por estabilizar el cuerpo astral y la mente, y procurar obtener ese equilibrio emocional que se produce por el consciente “equilibrio de fuerzas”.

[e686] Debe estudiar las leyes de transmutación y la alquimia divina, que le hará conocer el proceso de transmutar la fuerza inferior en superior, transferir su conciencia a los vehículos superiores y manipular corrientes de energía a fin de que su propia naturaleza se transforme. Entonces se convertirá en un canal por el cual fluirá la luz del Ego y descenderá la iluminación de budi para salvar a la raza e iluminar a aquellos que van dando tumbos en la oscuridad. Debe demostrar en el plano físico las leyes de la radiactividad en su propia vida, la cual ha de empezar a irradiar y a afectar magnéticamente a los demás. Quiero significar con esto que comenzará a influenciar a aquello que está aprisionado en otros, porque llegará -por medio de sus poderosas vibraciones- al centro oculto de cada uno. No me refiero aquí al efecto físico o magnético que muchas almas, poco evolucionadas, tienen sobre otras, sino a esa irradiación espiritual a la cual sólo responden y comprenden quienes están adquiriendo conciencia del centro espiritual dentro del corazón. En esta etapa, el hombre es reconocido como el que habla ocultamente de “corazón a corazón”. Se convierte en un estimulador del centro cardiaco del semejante, y despierta e impulsa a los hombres para que actúen en bien de los demás.

La segunda indicación es que cuando el aspirante llega a ser progresivamente radiactivo y la energía del Dios interno se demuestra acrecentadamente por medio de la personalidad inferior, las “irradiaciones de calor” se hacen tan poderosas que se obtienen resultados muy definidos de naturaleza personal y
[i864] ambiental. Algunos de estos resultados pueden ser enumerados de la manera siguiente:

La trama etérica que separa del plano astral la conciencia física inferior del cerebro, inicia un largo proceso de destrucción, produciéndose las primeras “roturas” en la trama. A través de éstas el estudiante percibe los planos internos, se hace consciente en el cerebro físico de los acontecimientos internos y puede (si es un discípulo) hacer contacto con su Ego (y por medio del Ego) con su Guru. (71) Esto marca un desarrollo muy importante.

El centro superior de la cabeza acrecienta su actividad y puede recibir destellos de iluminación desde los planos superiores. Al principio esto sucede sólo ocasionalmente, y luego con mayor frecuencia a medida que pasan los años y las “roturas” son más numerosas.

Los diferentes triángulos se vivifican y acrecientan su actividad en debida progresión geométrica, mientras que el centro entre los omóplatos, el punto donde convergen ciertos fuegos, entra en actividad. Esto marca una etapa definida en el proceso de transferir
[e687] los fuegos a centros superiores. Generalizando, este período de transferir el calor o energía de los centros inferiores a los superiores puede ser dividido en dos partes: primero, cuando la energía de los cuatros unificados en la parte inferior del cuerpo (debajo del diafragma) es transferida a los centros ubicados en la parte superior del torso. Dichos centros son tres, el corazón, la garganta y el centro entre los omóplatos. Debemos señalar aquí que el centro laríngeo está situado en la parte inferior de la garganta y pertenece al torso y no a la cabeza. Debe mencionarse también que el centro entre los omóplatos no es un centro “sagrado”, sino que es de naturaleza provisional, y lo crea el aspirante mismo durante el proceso de transferencia.

[i865] Segundo, cuando la energía de los seis centros inferiores,

  1. el laríngeo,
  2. el cardíaco,
  3. el plexo solar,
  4. el bazo,
  5. los órganos genitales y
  6. la base de la columna vertebral,

son -en debido orden, de acuerdo al rayo y subrayo del hombre- transferidos a las analogías dentro del centro de la cabeza. Los siete centros de la cabeza son el reflejo en el microcosmos de esas “mansiones preparadas en los Cielos” que reciben la séptuple energía de la Mónada. Constituyen las cámaras que han sido preparadas por la energía inferior, las cuales han de ser recipientes del “alma o energía síquica superior”.

Tercero, podría resumirse esto diciendo que, a medida que el aspirante progresa, (72)
no sólo equilibra los pares de opuestos sino que le es revelado el secreto que oculta el corazón de su hermano.

[e688] Llega así a ser una fuerza reconocida en el mundo, de quien puede confiarse que se dedicará a servir. Los hombres se dirigen a él en pos de ayuda y apoyo dentro de su línea de actividad, y empieza a emitir su nota a fin de que no sólo escuchen los seres humanos sino también los devas. Esta etapa [i866] la realiza por medio de la literatura, las conferencias y la enseñanza, y también por medio de la música, la pintura y el arte. Llega a los corazones de los hombres de una manera u otra, convirtiéndose en un auxiliar y servidor de su raza.

Deben enumerarse aquí dos características más de esta etapa.

El aspirante conoce el valor oculto del dinero cuando se dedica a servir. No busca nada para sí mismo, salvo aquello que puede prepararlo para el trabajo a realizar; considera el dinero y lo que con éste puede adquirirse como algo que debe ser empleado para los demás y un medio para llevar a cabo los planes del Maestro tal como él los percibe. El significado oculto del dinero es poco comprendido, sin embargo, constituye una de las más grandes pruebas a través de las cuales debe pasar el hombre, y define el lugar que ocupa en el sendero de probación, pues concierne a su actitud y a la forma de manejar aquello que todos los hombres buscan para gratificar sus deseos. Sólo quien no desea nada para sí mismo puede ser el receptor de la esplendidez financiera y el dispensador de las riquezas del universo. En los casos en que la riqueza aumenta, sólo trae penas, dificultades, descontento y abuso.

En esta etapa la vida del aspirante se convierte también en “un instrumento de destrucción”, en el sentido oculto del término. Donde quiera que vaya, la fuerza que fluye a través de él, proveniente de los planos superiores y de su propio Dios interno, produce a veces resultados peculiares en su ambiente. Actúa como estimulante tanto del bien como del mal, estimulando análogamente a los pitris lunares que forman los cuerpos de sus semejantes y al suyo propio, quienes acrecientan su actividad y adquieren excesivo poder. Este factor es utilizado por Aquellos que actúan internamente para realizar ciertos fines deseados. Esto a menudo causa momentáneamente la caída de almas avanzadas, las cuales no pueden resistir la fuerza que fluye a ellas, o sobre las mismas,
[i867] desviándose por la hiperestimulación temporaria de sus centros y vehículos. Esto puede observarse tanto en los grupos como en los individuos. Pero cuando los Señores lunares del yo inferior han sido previamente subyugados y controlados sucede lo contrario, entonces el efecto de la fuerza y de la energía, con las cuales entran en contacto, consistirá en estimular la respuesta de la conciencia del cerebro físico y de los centros de la cabeza al contacto egoico. Entonces esta fuerza que de otra manera sería destructiva se convierte en un factor estimulante, bueno y útil que pueden utilizarlo [e689] Aquellos que saben hacerlo, a fin de conducir al hombre a una mayor iluminación.

Estas etapas han de tener lugar en los tres planos inferiores y en los tres cuerpos de acuerdo al Rayo y subrayo particulares. De esta manera el discípulo continúa realizando su trabajo, y también lleva a cabo las pruebas y el entrenamiento a que está sometido, hasta que las dos hileras de pétalos se abren y la tercera comienza a formarse; dirigiendo correctamente la energía y manipulando inteligentemente las corrientes de fuerza, el discípulo es conducido al Portal de la Iniciación, egresando del Aula del Aprendizaje (73) e ingresando al Aula de la Sabiduría -donde gradualmente se hace “consciente” de las fuerzas y poderes que están latentes en su propio Ego y su grupo egoico. Allí adquiere el derecho a utilizar la fuerza del grupo egoico, porque ya se puede confiar que la empleará únicamente para ayudar a la humanidad. Después de la cuarta Iniciación se le puede confiar parte de energía del Logos planetario y participar de ella, permitiéndole llevar adelante los planes de este Logos para la evolución.

[i868] e. La iniciación y los pétalos. Poca información se permite dar en la actualidad al público en general respecto a la relación que existe entre los pétalos y su desarrollo por medio de la iniciación. Solamente es posible impartir ciertos enunciados que contienen

  1. insinuaciones para dirigir correctamente la energía,
  2. sugerencias sobre los misterios fundamentales que el hombre ha de resolver,
  3. advertencias sobre ciertas analogías,
  4. indicaciones prácticas para pensar constructivamente.

Los estudiantes deben recordar que el objetivo de todo instructor, verdaderamente ocultista, no consiste en dar información, sino en enseñar a los aspirantes a emplear energía mental. Por lo tanto se evidenciará por qué se emplea invariablemente este método de instrucción. Lleva implícita una indicación dada por el Instructor, quizás la correlatividad de ciertas analogías conjuntamente con
[e690] sugerencias acerca de los orígenes de la luz. Esto significa que el discípulo ha de reconocer que:

  1. Vale la pena seguir la insinuación.
  2. La meditación es el sendero que conduce a la fuente de luz; la insinuación aludida constituye la “simiente” para la meditación.
  3. Los hechos dispares y sin correlación en vez de prestar ayuda constituyen una amenaza para el conocimiento.
  4. Cada aspecto de la verdad, progresivamente aplicado, ha de ser asimilado y agregado a la experiencia del estudiante.
  5. A no ser que las analogías estén de acuerdo en sentido atómico, personal, planetario y cósmico, debe desconfiarse de ellas.
  6. Al estudiante no se le imparte mucha información hasta que se haya convertido en discípulo, y menos aún hasta después de ser un iniciado juramentado. La razón de ello [i869] concierne a la energía, su aplicación, uso y abuso de la misma.

Continuaremos ahora con nuestro estudio acerca de los pétalos de la iniciación.

Cada una de las tres hileras de pétalos de loto está estrechamente relacionada con una de las tres Aulas. A esto nos hemos referido anteriormente. Gran parte del trabajo relacionado con la primera hilera de pétalos es parte de la experiencia en el Aula de la Ignorancia. La etapa más importante consiste en la organización y preparación para el desarrollo, siendo lo que más atañe al hombre. El acto de la apertura de los pétalos es más breve, se produce por la afluencia de calor o fuego solar, dando lugar así a un nuevo acceso de energía, que tiene lugar en nuestro esquema terrestre por medio de la colaboración del Mahachohan, del Chohan del grupo egoico de un hombre y del Ego particular involucrado.

Puede ser de utilidad la clasificación siguiente:

    1. Pétalos de Conocimiento. Primera hilera.
      1. Formados en el Aula de la Ignorancia.
      2. Guiados por la fuerza y la energía del Mahachohan.
      3. Afectan al tercer grupo de Pitris solares.

    2. Pétalos de Amor. Segunda hilera.
      1. Formados en el Aula del Aprendizaje.
      2. Guiados por la fuerza del Bodhisattva.
      3. Afectan al segundo grupo de Señores solares.

    3. Pétalos de Voluntad o Sacrificio. Tercera hilera
      1. Formados en el Aula de la Sabiduría.
      2. Guiados por la fuerza y la energía del Manu.
      3. Afectan al primer grupo de Ángeles Solares.


[e691] En la etapa que estamos considerando (de formación y desarrollo de la primera hilera de pétalos) la influencia egoica sentida al principio es pequeña, pero cuando los tres pétalos, mediante la energía acumulada y almacenada en el [i870] ego durante las actividades de la vida personal, se hallan suficientemente activos y vivos, tiene lugar entonces una forma de iniciación que es un reflejo (en un plano inferior) de las grandes iniciaciones manásicas. La energía de la hilera externa de pétalos permite que se separe de la hilera siguiente y se abra. Esta triple energía se hace interactiva, alcanzándose así una etapa muy significativa. Esta serie de iniciaciones raras veces es percibida en la conciencia del cerebro físico, debido a la etapa relativamente incipiente en que se hallan los cuerpos y a la falta de respuesta de la materia cerebral. Sin embargo, son iniciaciones de carácter definido aunque de menor importancia, e involucran principalmente la demostración (dentro de la vida personal del hombre) de un inteligente reconocimiento de sus relaciones grupales en la tierra. Dicho reconocimiento frecuentemente es de carácter egoísta como, por ejemplo, el que demuestra el trabajador sindicado, pero indica la interacción grupal.

Un proceso similar tiene lugar cuando ya se ha formado la segunda hilera de pétalos y está por abrirse. Entonces colaboran el Instructor del Mundo, el Maestro y el Ego implicado, pues dichas iniciaciones menores están relacionadas con la naturaleza amor, la organización astral o emocional, y el reconocimiento (por el hombre en su vida personal) de algún tipo de amor altruista, amor por algo, persona o ideal, que conduce a realizar un esfuerzo altruista y a negar al yo inferior.

Esto nos conduce al tercer grupo de pétalos, los pétalos de la voluntad o del sacrificio, y a su desarrollo basado en el propósito inteligente y el amor puro. La fuerza de este grupo recurre a un factor diferente, el factor Manu, como también a la fuerza del Bodhisattva, y el efecto deseado se logra por medio de la plena colaboración del Ego totalmente despierto, ayudado por su propio Maestro (si está evolucionado en un ciclo donde el esfuerzo jerárquico para la humanidad adopta la forma que tiene actualmente) y el Manu. Oportunamente (después de la segunda Iniciación) el Señor del Mundo vendrá
[i871] como factor -el Señor del poder mundial- que se expresará plenamente como amor.

Por lo tanto, hablando en términos generales, puede decirse que los grupos egoicos en los cuales se están formando y desarrollando los pétalos de conocimiento quedan bajo la influencia primaria del Mahachohan; aquellos en quienes el aspecto amor o la segunda hilera de pétalos se está abriendo, quedan bajo la influencia primaria del Bodhisattva, desarrollándoseles los de
[e692] conocimiento, paralelamente al trabajo que realizan; mientras que aquellos cuya tercera hilera se está abriendo son dirigidos por la energía del Manu, coordinándose los otros dos tipos de fuerza. Será evidente para el lector atento que aquí se halla oculto el secreto por el cual el Mahachohan mantiene su cargo durante más tiempo que Sus dos Hermanos, desempeñándolo durante un período mundial completo. La clave para estos ciclos está oculta en los siguientes conceptos: El Bodhisattva y el Manu cambian con mayor frecuencia de cargo y pasan a otro trabajo, puesto que cada uno de Ellos personifica un tipo de fuerza triple, mientras que el Mahachohan es el punto focal de cinco tipos de energía, siendo a su vez cada una de naturaleza triple.

En cada caso, donde se desarrollan los pétalos, se generan ciertos tipos de fuerza; primeramente se enfrentan, asimilan y emplean en forma inconsciente, finalmente con plena inteligencia.

En el Aula de la Ignorancia la fuerza de la energía de Brahma (la actividad y la inteligencia de la sustancia) es la que más se enfrenta, y en ella el hombre debe aprender el significado de la actividad basada en

    1. la energía innata,
    2. la energía absorbida,
    3. la energía grupal,
    4. la energía material, o lo que se halla oculto en la materia del plano físico.

    En el Aula del Aprendizaje el estudiante es consciente de, y emplea la energía del segundo aspecto en la construcción de la forma, en las relaciones sociales, en la familia y en otras afiliaciones grupales.
    [i872] Obtiene el verdadero conocimiento del sexo y sus relaciones, pero aún considera a esta fuerza como algo que ha de ser controlado y no como que ha de ser consciente y constructivamente empleado.

    En el Aula de la Sabiduría el iniciado llega a conocer el primer gran aspecto de la energía, el empleo dinámico de la voluntad en el sacrificio; entonces se le confía la clave del triple misterio de la energía. En las aulas anteriores era consciente de esta energía en su triple aspecto. En las tercera, cuarta y quinta Iniciaciones se le proporcionarán las claves de los tres misterios.

    Entonces se le entrega la clave del misterio presentido en el primer aula, el misterio de Brahma, y puede liberar las energías ocultas en la sustancia atómica. Se pone en sus manos la clave del misterio del sexo o de los pares de opuestos; entonces puede liberar las fuerzas ocultas en todas las formas. Se le revela la clave para el misterio del sacrificio y el secreto de los Observadores
    [e693] Silenciosos del cosmos, aprendiendo a liberar las energías ocultas del aspecto voluntad. Se le enseña la dínamo del sistema solar, si así puede expresarse, y se le revela la complejidad de su mecanismo.

    Los tres misterios fundamentales del sistema solar son los siguientes:

    1. El misterio de la Electricidad. El de Brahma. El secreto del tercer aspecto. Latente en el sol físico.
    2. El misterio de la Polaridad, o del impulso sexual universal. El secreto del segundo aspecto. Latente en el Corazón del Sol, es decir, en el Sol subjetivo.
    3. El misterio del Fuego mismo, o la fuerza dinámica central del sistema. El secreto del primer aspecto. Latente en el Sol central espiritual.


Los tres misterios mencionados, en un sentido particular, están bajo la jurisdicción de
[i873]

ciertos grandes Señores o Existencias, quienes tienen a su cargo revelar el misterio a los iniciados que ya están preparados y que se hallan bajo Su influencia durante las etapas finales del Sendero.

Existen tres claves para desentrañar el misterio de la electricidad; cada una de ellas está en posesión de uno de los Budas de Actividad, quienes tienen la prerrogativa de controlar las fuerzas eléctricas del plano físico y el derecho de dirigir las tres corrientes principales de este tipo de fuerza en conexión con nuestro globo actual. Estas tres corrientes atañen a la sustancia atómica, con la cual están construidas todas las formas. En relación con nuestra cadena, existen tres Entidades misteriosas (de las cuales nuestros tres Pratyeka Buddhas constituyen únicamente los reflejos en la tierra) que desempeñan una función similar en relación con las tuerzas eléctricas de la cadena. En el esquema existen tres Existencias que colaboran con el Logos planetario quienes sintetizan Su tercer Aspecto y en consecuencia realizan una tarea similar a la realizada en el sistema solar por los tres aspectos de Brahma. El misterio de este triple tipo de electricidad tiene gran vinculación con los Constructores menores y con la esencia elemental en un aspecto particular -el más inferior y el más recóndito para la comprensión del hombre, pues encierra el secreto de lo que “subyace” o “se halla detrás” de todo lo objetivo. Secundariamente concierne a las fuerzas contenidas en los éteres, las cuales energetizan y producen la actividad que despliegan los átomos. Otro tipo atañe al fenómeno eléctrico que encuentra su expresión en la luz, controlada en cierta manera por el hombre en los fenómenos tales como las tormentas eléctricas y los relámpagos, en la aurora boreal y en los terremotos y toda actividad volcánica. Todas estas
[e694]

manifestaciones se basan sobre algún tipo de actividad eléctrica y tienen que ver con el “alma de las cosas” o con la esencia de la materia. El Antiguo Comentario dice:

[i874]

“La vestidura de Dios se abre por la energía de Sus movimientos revelando al verdadero Hombre; sin embargo queda oculto para aquellos que conoce el secreto del hombre tal como existe en su propio autorreconocimiento.”

El misterio de la electricidad concierne a la “vestidura” de Dios, así como el misterio de la polaridad concierne a Su “forma”.

En el misterio de la Polaridad
se manifiestan tres tipos de fuerza, siendo evidente que los dos misterios tienen que ver con las seis fuerzas. Estos tres tipos de fuerza son manipulados por los Budas de Amor, quienes por medio de Su sacrificio se ocupan del problema del sexo o del “acercamiento magnético” en todos los planos. El Buda a quien nos referimos y que entra en contacto con Su pueblo durante la Luna llena de Wesak, es uno de los tres que están relacionados con nuestro globo, habiendo ocupado el lugar de Aquel que pasó a realizar un trabajo superior en conexión con la cadena, pues existe la misma graduación jerárquica como la vinculada a los Budas de Acción. Un grupo podría ser considerado como los divinos Carpinteros del sistema planetario, el otro como los divinos Armadores de sus partes, siendo Los que unen la diversidad y construyen con ello la forma debido a la influencia magnética que manejan.

Las actuales ideas referentes al Sexo deben ser transmutadas y elevadas de su actual significado inferior a su verdadera significación. El Sexo -en los tres mundos- tiene que ver con el trabajo de los Pitris lunares y los Señores solares. Significa esencialmente el trabajo de construir formas con sustancia y su energetización por el aspecto espiritual, y también la elevación del aspecto materia por la influencia del espíritu, pues ambos desempeñan su legítima función colaborando y produciendo -mediante su unión y fusión- al Hijo en toda Su gloria. Este método de interpretación es aplicable además a todas las existencias que se manifiestan en cualquier plano del sistema y del cosmos. En el
[i875]

concepto del Sexo se hallan encerrados ciertos factores que podrían ser enumerados de la manera siguiente:

    1. Atracción mutua.
    2. Adaptabilidad complementaria.
    3. Atracción instintiva.
    4. Acercamiento y colaboración reconocida.
    5. Unión.
    6. La próxima etapa es donde adquiere importancia momentánea el aspecto materia o Madre, el aspecto femenino. [e695]
    7. El retraimiento del Padre a un retiro temporario.
    8. El trabajo de crear al Hijo.
    9. La evolución y crecimiento del Hijo, tanto en la materia como en la conciencia.
    10. El Hijo se emancipa de la Madre, o el alma madura se libera de la materia.
    11. El Hijo es reconocido por el Padre, retornando al Padre.


El resultado final de estas sucesivas etapas consiste en que los tres aspectos han desempeñado su función (su dharma) en el plano físico y los tres han expresado cierto tipo de energía.

El aspecto Padre se manifiesta cuando es impartido el impulso inicial, la expresión eléctrica positiva, el germen del Hijo creado, cuya Vida está personificada en el Hijo. Muy poco se ha comprendido el significado oculto de las palabras “El que Me ha visto, ha visto al Padre, pues, Yo y Mi Padre somos Uno”, (74)
pronunciadas por el Cristo al responder a la demanda de “Señor muéstranos al Padre”.

La Madre,
o aspecto negativo, construye y nutre, cuida y quiere al Hijo por medio de las etapas prenatal e infantil, y permanece a su alrededor durante las etapas posteriores, proporcionándole la energía de su propio cuerpo y actividad de acuerdo a Su necesidad.

[i876] El Hijo, la energía combinada del Padre y de la Madre, personifica a ambos aspectos y a toda la serie dual de cualidades, pero posee Su carácter propio, una esencia que constituye Su naturaleza peculiar y una energía que Lo impele al cumplimiento de Sus propios fines y proyectos y que, oportunamente, hará que repita los procesos de

      1. la concepción,
      2. la creación,
      3. el crecimiento consciente,


tal como lo hizo Su Padre.

Cuando nos ocupamos del misterio del Fuego, nos enfrentamos con esa misteriosa energía que proviene de fuera del sistema, base de la actividad de la Madre y de la Vida del Hijo. El Hijo en todos sus actos “se convierte en el esposo de Su madre”, como dicen las antiguas Escrituras. Ésta es una frase enigmática, a menos que se la interprete como una combinación de energías. Sólo cuando el Hijo ha llegado a la madurez y sabe que es esencialmente lo mismo que el Padre, puede desempeñar conscientemente la función de Su Padre y producir y perpetuar aquello que es necesario para el sostenimiento de la generación cósmica.

[e696]

La electricidad cósmica de la sustancia, la de la forma y la de la Vida misma deben fusionarse y mezclarse antes de que el Hombre verdadero (Logos o ser humano) se conozca a sí mismo como creador. En esta etapa el hombre conoce algo de la electricidad de la sustancia y está adquiriendo algún conocimiento de la electricidad de la forma (aunque todavía la denomina magnetismo), pero nada sabe de la realidad eléctrica de la vida misma. Sólo cuando la “joya en el Loto” está por revelarse, o la tercera hilera de pétalos está por abrirse, el iniciado comienza a comprender el verdadero significado de la palabra “vida” o espíritu. Debe desarrollar plenamente la conciencia antes de que pueda comprender ese gran algo energetizador, de los cuales los otros tipos de energía constituyen nada más que su expresión.

[i877]

Quedan sólo dos puntos más para tratar, vinculados a los pétalos y a la iniciación.

Primero, debería observarse que los términos “conocimiento, amor y sacrificio” significan ocultamente mucho más que su significado aparente. Cada hilera de pétalos representa a una de estas tres y también personifica los tres aspectos de la existencia en mayor o menor grado. Estas tres palabras explican la manera con que se expresan las tres grandes cualidades que (desde el punto de vista del pasado, presente y futuro) caracterizan la naturaleza de todas las entidades que se manifiestan -Dioses, hombres y devas. Desde el punto de vista del factor central de la manifestación -el hombre- debería comprenderse que el conocimiento era inherente al sistema solar anterior, siendo la facultad de la cual tiene que valerse, pues, está disponible para su uso. Constituye la energía oculta del Logos planetario que debe aprender a enfocarla y aplicarla por intermedio de su cerebro físico.

Amor
es la facultad ingénita en el presente, siendo la energía oculta del Logos planetario que puede disponer, enfocar y aplicar por medio de su centro cardiaco.

Sacrificio es la facultad que le corresponderá en el futuro, y enfocará y aplicará inteligentemente por medio del centro más elevado de la cabeza. Esto depende del desarrollo de la conciencia y, por lo tanto, del reconocimiento del propósito esotérico de su grupo y de las existencias planetarias. Como esto involucra lo que se denomina “un acto solar y lunar de abnegación”, significa también comprender correctamente la energía solar y lunar, llevando a ambos grupos a una etapa de actividad colaboradora. Por consiguiente, se refiere a la naturaleza de la Joya en el loto; sólo cuando los tres pétalos de sacrificio de las tres hileras están abiertos, se libera este tipo particular de energía. Los Señores lunares de los tres cuerpos han sido controlados y su vibración sincronizada, a
[e697]

fin de estar preparados para el gran acto de sacrificio [i878]

en el proceso final de la renunciación. Los señores solares, en sus tres grupos principales también están preparados para el sacrificio final que implica lo que se llama la “ruptura entre el sol y la luna”. Esto da por resultado la ruptura del vínculo magnético entre el verdadero hombre y la sustancia vibratoria sensible con la cual están formados sus tres cuerpos. Ya no es sentida la necesidad de encarnar, se rompen las cadenas del karma y el hombre queda liberado. Los “Señores lunares vuelven a su propio lugar” o -como lo expresa el cristiano- “Satán es atado por mil años”; (75) esto significa únicamente que la paz praláyica es el sino de dichas entidades hasta volver la oportunidad manvantárica.

El sacrificio final comprende también la desaparición del triángulo inferior o la ruptura del vínculo entre los tres átomos permanentes en la parte inferior del cuerpo causal o loto egoico, y la unidad central de energía. La energía de estos átomos se libera mediante el intenso calor producido por la unión de los tres fuegos, siendo reabsorbida en el depósito general del espacio interplanetario. El triángulo ardiente se pierde de vista en la llama general y las esencias dévicas, que temporalmente lo formaban, cesan su actividad.

También los Angeles solares completan su sacrificio inicial con otro sacrificio final, ofrendándose a sí mismos en el altar ardiente. El cuerpo causal se destruye completamente. Los cuatro grupos inferiores de Pitris solares retornan al corazón del sol subjetivo o a ese recóndito centro del sistema de donde provinieron, mientras que los tres grupos superiores son llevados (por la fuerza y la energía generadas en la hoguera ardiente y en la llama, y mediante el estímulo producido por la llamarada de la joya central) directamente al sol central espiritual, para permanecer allí hasta otro kalpa en que se les pida Su sacrificio, esta vez como Logos planetarios. El estudiante debe recordar que
[i879]

cuando piensa en los Pitris debe hacerlo siempre en términos de grupo. Los Pitris que formaron el cuerpo egoico de un ser humano no forman, solos o aislados, los Logos planetarios. Constituyen los cuarenta y nueve grupos de fuegos solares mencionados que se relacionan con el gran trabajo y se convierten en cuarenta y nueve Logos planetarios en conexión con los siete sistemas solares. En ellos se halla oculto el misterio de los tres que se transforman en los dieciséis -unidos o sintetizados por el decimoséptimo- lo cual es la analogía, en niveles cósmicos, de las esferas séptima y octava. Por ahora esto será prácticamente un misterio insoluble para el hombre.

Los cuatro grupos que hallaron su camino hacia el Corazón del
[e698]

sistema reaparecerán como los cuatro Logos planetarios que constituyen los veintiocho, posibilitando el logro del diez de la perfección en otras manifestaciones de los sistemas.

Los siete tipos de energía solar encuentran el “sendero de retomo” a la fuente central de donde emanaron; el gran sacrificio culmina cuando se rompe el vínculo entre ellos y los señores lunares (de los cuales se habla esotéricamente como que están “muertos o muriendo” en el campo de batalla), quedando liberados a fin de retornar victoriosos.

El significado esotérico de estas palabras en conexión con la energía que se halla detrás, y actuando a través de toda apariencia podría expresarse de la manera siguiente:

Conocimiento
(76) es correcta comprensión de las leyes de la
[e699]

    energía, de la conservación de la fuerza, de las fuentes de [i880] energía, sus cualidades, tipos y vibraciones. Significa comprender:

    1. Las diferentes claves de la vibración.
    2. Los centros por los cuales penetra la fuerza.
    3. Los canales a través de los cuales ésta circula. [i881]
    4. Los triángulos y otras figuras geométricas que se forman durante la evolución.
    5. Los ciclos y el flujo y reflujo de la energía en relación con los diferentes tipos de manifestación planetaria, incluyendo todos los reinos de la naturaleza.
    6. El verdadero significado de esos aspectos de fuerza denominados “períodos de pralaya” y aquellos que llamamos “períodos de manifestación”. Implica también una correcta comprensión de las leyes de la oscuración.

El hombre fue aprendiendo todo esto en las diversas aulas por medio de la experiencia práctica, abarcando el placer y el dolor,
[e700] haciéndosele comprender en las iniciaciones finales no sólo la existencia de dichas fuerzas sino también cómo manejarlas y manipularlas. Conocimiento es: correcta dirección de las corrientes de fuerza, primero en los tres mundos del esfuerzo humano y luego en el sistema solar.

Amor
es correcta comprensión del uso y propósito de la forma y de las energías implicadas en la construcción y utilización de la misma y de su eventual desintegración al ser reemplazada. Involucra la comprensión de las Leyes de Atracción y de Repulsión, de la interacción magnética entre todas las formas, grandes y pequeñas, de las relaciones grupales, del poder energetizante de la vida unificadora y del poder de atracción que ejerce una unidad sobre otra, ya sea átomo, hombre o sistema solar. Significa que se han de conocer todas las formas, los propósitos y relaciones de las mismas; concierne a los procesos de construcción en el hombre mismo y en el sistema solar, para lo cual es necesario desarrollar esos poderes que convertirán al hombre en un Constructor consciente, un Pitri solar en el próximo ciclo. Una
[i882] de las grandes revelaciones en la iniciación es: revelar al iniciado el centro cósmico particular de donde emana el tipo de fuerza o energía con el cual él -el iniciado- estará relacionado cuando se convierta, a su debido tiempo, en un Pitri solar o divino manasaputra, para una humanidad futura. Por lo tanto, debe poseer no sólo conocimiento sino también la energía del amor que le permitirá vincular los tres superiores y los cuatro inferiores de una futura raza de hombres en un período distante e individualizarse gracias al sacrificio de su propio principio medio plenamente consciente.

Sacrificio
significa algo más de lo ya indicado. Implica los factores siguientes:

    1. Conocimiento de los propósitos e intenciones del Logos planetario.
    2. Comprensión del tipo particular y peculiar de energía y la cualidad de su propio Señor de Rayo.
    3. Comprensión de los diferentes grupos de existencias que participan en la evolución planetaria y en la manifestación solar.
    4. Revelación de ciertas empresas cósmicas en las cuales nuestro Logos planetario actúa como colaborador inteligente. De esta manera se introduce el factor fuerza que proviene de fuera del sistema.

Cuando se consideran estos y otros factores, es evidente que la energía liberada, en sacrificio a dichos planes e intenciones, abarca un campo tan vasto de sabiduría que jamás podrá
[e701] imaginárselo el hombre común. Trata de los propósitos y planes de los Observadores Silenciosos en los tres planos -los cinco y los siete- y la fuerza dinámica de los grandes Ángeles destructores en todos los planos que eventualmente -mediante la manipulación de las tres formas de energía- darán fin a todo lo que existe. Estos ángeles constituyen un grupo misterioso de Vidas foháticas, que hacen sonar las [i883] trompetas de la destrucción y, mediante las notas emitidas, producen esa desintegración que liberará a la energía encerrada en las formas.

El segundo punto es muy breve. Se refiere a la hilera interna de pétalos, o a ese conjunto de tres pétalos o corrientes de energía giratoria que rodean inmediatamente a la “joya en el loto”. Cada uno de estos tres pétalos está relacionado con una de las tres hileras y se van formando a medida que cada una de ellas se abre. Constituyen por lo tanto la síntesis del conocimiento, del amor y del sacrificio y se vinculan estrechamente, por medio del tipo de fuerza que fluye a través de ellos, con uno de los tres centros superiores del Logos planetario del rayo particular a que pertenece un hombre. Esta unidad central de triple fuerza debe ser enfrentada de manera especial, en la iniciación.

En la primera, segunda y tercera Iniciaciones, uno de los tres pétalos se abre, permitiendo que se despliegue cada vez más el punto central eléctrico. En la cuarta Iniciación, la joya (habiéndose revelado completamente) debido a su llameante luz, intenso calor irradiante y tremenda emisión de fuerza, produce la desintegración de la forma que la circunda, la desintegración del cuerpo causal, la destrucción del Templo de Salomón y la disolución de la flor de loto. El trabajo del Iniciador, respecto a esto, es muy interesante. Por medio del Cetro de Iniciación y de ciertas Palabras de Poder, produce resultados de naturaleza coordinadora, transmutadora y liberadora.

Por medio de la acción del Cetro, tal como ha sido manejado en las dos primeras Iniciaciones, las dos hileras externas se abren, la energía de ambas se libera y los dos conjuntos de fuerza personificados en los seis pétalos se coordinan e interactúan. Esta etapa de reajuste de pétalos sucede a la denominada anteriormente “desarrollo” y tiene que ver con la acción simultánea de las dos hileras de pétalos. La interacción entre ambas es total y la circulación
[i884] de las corrientes va perfeccionándose. El Cetro es aplicado a lo que podría llamarse el pétalo “clave”, de acuerdo al rayo y subrayo a que pertenezca un hombre. Lógicamente esto difiere en relación a la unidad de fuerza implicada. Es interesante observar aquí que así como la sustancia del pétalo es sustancia dévica y la energía de los pétalos y la energía de ciertos manasadevas (una de las tres [e702] categorías superiores de Agnishvattas), el iniciado es influenciado (esta palabra no es totalmente apropiada para explicar satisfactoriamente el tipo de servicio dévico que aquí se necesita) por un gran deva que representa el equilibrio de la vibración sustancial producida por los esfuerzos del iniciado, ayudado por los adeptos que lo presentan, los cuales representan uno de los dos polos de fuerza, la cual es temporariamente estabilizada por el Iniciador. Estos tres factores,

  1. el deva representante,
  2. los dos adeptos y
  3. el iniciador,

forman, durante un breve segundo, un triángulo de fuerza con el iniciado en el centro. A través de ellos circula el tremendo poder, el “fuego de los Cielos”, que es descendido desde la tríada superior por medio del Cetro eléctrico.

Esta aplicación de fuerza extra-egoica es en sí misma de triple naturaleza; está simbolizada por los tres agentes protectores y la triple naturaleza del Cetro mismo. Emana, en sentido primordial, del Logos planetario del rayo a que pertenece un hombre y procede de uno de los centros planetarios correspondientes al centro coronario, al cardíaco o al laríngeo de un ente humano. Dicha energía se aplica a la hilera correspondiente de pétalos y al pétalo correspondiente de la hilera de acuerdo a la iniciación recibida y a los rayos primario y secundario. Podrá observarse aquí una estrecha relación entre los pétalos y los centros del nivel etérico del plano físico
[i885] y se verá (cuando se ha realizado el trabajo necesario) cómo es posible obtener una transmisión directa de fuerza desde los planos superiores a los inferiores, en el siguiente orden:

  1. Desde el centro logoico, el Logos planetario, a la Mónada en su propio plano.
  2. Desde esa Mónada, a una de las tres hileras de pétalos, de acuerdo al aspecto o rayo correspondiente.
  3. Desde la hilera de pétalos, considerada como una unidad, a uno de los pétalos de la hilera, según la cualidad y tipo de fuerza, empleando al pétalo como agente transmisor.
  4. Desde el pétalo particular en el cual está centrada momentáneamente la fuerza, a uno de los átomos permanentes, también de acuerdo al rayo y tipo de fuerza.
  5. Desde el átomo permanente vía el triángulo atómico y los centros mental y astral, a uno de los centros superiores del cuerpo etérico particularmente implicado.
  6. Desde el centro etérico al cuerpo físico.
[e703] Hemos expuesto aquí brevemente el proceso de transmisión de fuerza desde la Mónada al hombre en el plano físico y, por lo tanto, será evidente el énfasis
puesto continuamente sobre la necesidad de lograr pureza corpórea (en los tres cuerpos) y sobre el alineamiento de esos cuerpos, a fin, de que la fuerza pueda afluir ininterrumpidamente. Los efectos de este descenso de fuerza pueden ser considerados de dos maneras, material o síquicamente.

El efecto material, o el resultado de este estímulo sobre las formas y los átomos de las formas, consiste en hacerlas radiactivas o liberar la energía de la sustancia. Constituye la liberación de la energía aprisionada dentro de la forma, y se relaciona con el aspecto Brahma y
[i886] la evolución de la materia misma. Afecta a los cuerpos lunares y, por lo tanto, está vinculado con los Pitris o Señores lunares, lo cual debilita su aferramiento sobre los constructores menores, sometiéndolos cada vez más a las corrientes de fuerza provenientes de los Ángeles solares, produciendo una situación que oportunamente hará regresar a los Pitris lunares de cualquier categoría al punto central de la sustancia de fuerza. En sentido síquico el resultado de la afluencia lo constituye la estimulación de la conciencia y la adquisición (por medio de ese estímulo) de los poderes síquicos latentes en el hombre. Sus tres centros físicos superiores, la glándula pineal, el cuerpo pituitario y el centro alta mayor son afectados y el hombre se hace síquicamente consciente en el cerebro físico de las influencias, acontecimientos y poderes superiores. Según el rayo involucrado así será el centro afectado. Será reemplazada la fuerza de los Señores lunares, que ha logrado mantener en estado pasivo a estos tres órganos, por la energía que verterán los Ángeles solares.

Todo ello está también estrechamente relacionado con la triple energía del cuerpo físico, que produce efectos en la columna vertebral, elevando de su base al fuego kundalínico, haciéndolo ascender por el triple canal de la columna, también de acuerdo al rayo y aspectos implicados. Nada más puede decirse sobre ello, pues los peligros de un conocimiento prematuro sobre esta línea son mucho mayores que los peligros de la ignorancia. Baste señalar que los fuegos de los centros inferiores -los de debajo del diafragma- en el momento de alcanzar la segunda iniciación, generalmente han ascendido al centro entre los omóplatos; en el transcurso de la segunda iniciación se elevan hasta la cabeza, entonces entran en actividad todos los fuegos del torso. Sólo queda por efectuarse su centralización, a fin de establecer la necesaria interacción geométrica entre los siete centros de la cabeza, para luego enfocarlos en el centro más elevado, antes de la liberación final.
[e704] [i887]

4. LOS ELEMENTALES DEL FUEGO, LOS CONSTRUCTORES MENORES.

a. Introducción.

Será evidente que, cuando consideramos los Constructores dévicos, grandes y pequeños, del sistema solar, prácticamente nos hemos limitado a aquellos que son agentes activos en los tres mundos del esfuerzo humano. Hemos considerado brevemente los Constructores que se hallan en el arco evolutivo, las entidades mayores que ya han pasado por el reino humano y, por consiguiente, han dejado atrás esa etapa de evolución de ciclos anteriores, siendo en la actualidad los “agentes solares” de la manifestación humana. Dichas formas de expresión divina representan -en su propio lugar- aspectos de fuerza positiva. Entraremos ahora a considerar los constructores menores en los tres mundos, aquellos que representan al aspecto negativo de la fuerza y se hallan en el arco involutivo, por lo tanto, son los receptores de energías e influencias. Sobre ellos actúa la energía, y por la actividad de los Constructores mayores son obligados a seguir diferentes direcciones en el espacio, construyéndose con ellos las diferentes formas. La energía que actúa sobre ellos, como bien se sabe, emana del segundo aspecto y, en su totalidad, componen la gran Madre.

Llamaré la atención a los estudiantes sobre el hecho de que dichos constructores menores constituyen literalmente un ''mar de fuego” sobre el cual tiene efecto el gran aliento o AUM. Cada chispa de fuego o átomo, se vitaliza (por la acción de la Palabra) con una nueva vida y se impregna de diferente tipo de energía. Al unirse la vida de la sustancia atómica con la vida que causa la cohesión de los átomos y forma cualquier clase de vehículo, puede verse la manifestación del “Hijo de Dios”. Aquí reside la dualidad esencial de toda manifestación; dicha dualidad es luego suplementada por la vida de Aquel que emite la Palabra. De esta manera tiene lugar la encarnación cósmica
[i888] tomando parte los tres factores. Esto ha sido suficientemente tratado en páginas anteriores.

Mucho de lo que se diga será expuesto adoptando un sistema de clasificación, y la única forma que los estudiante podrán controlar la exactitud aproximada de lo impartido consistirá en meditar cuidadosamente sobre:

  1. La Ley de Correspondencia o Analogía.
  2. Las probabilidades realizables.
  3. Las indicaciones de naturaleza corroborante dadas en la literatura ocultista.

Los estudiantes deben recordar que tratamos con sustancia involutiva o materia atómica. Dicha materia es sustancia viviente, siendo cada átomo una pequeña vida que palpita con la vitalidad
[e705] del tercer Logos. Estas vidas, por ser energía negativa, responden a su polo opuesto y (de acuerdo a la Ley de Atracción y Repulsión) con ellas pueden construirse formas que expresan el segundo aspecto. Oportunamente, las mismas formas se hacen a su vez negativas y responden a otro tipo de fuerza, convirtiéndose en receptores de la vida del primer Logos cuando han llegado al cuarto reino o humano.

Este tratado intenta comprobar que en el cuarto reino se unen los tres fuegos:

  1. El Fuego por fricción, o el Aspecto negativo Brahma, el tercer Aspecto.
  2. El Fuego solar, o el Aspecto negativo positivo Vishnu, el segundo Aspecto.
  3. El Fuego eléctrico, o el Aspecto positivo Shiva, el primer Aspecto.

El hombre en los tres mundos, consciente o inconscientemente, recapitula el proceso logoico y se convierte en creador, trabajando en la sustancia por medio de su energía positiva. Quiere, piensa, habla, produciendo formas mentales. La sustancia atómica es atraída por el
[i889] que habla. Las pequeñas vidas que componen esa sustancia están obligadas (por la energía del pensador) a adoptar formas que en sí mismas son activas, vitales y poderosas. Lo que el hombre construye puede ser una creación benéfica o maléfica de acuerdo al deseo, móvil o propósito subyacentes.

Es esencial esforzarse por llevar a la práctica lo que aquí se imparte, siendo inútil que el hombre estudie los grupos de los constructores menores, sus funciones y denominaciones si no comprende que está íntimamente relacionado con muchos de ellos, pues él mismo es uno de los grandes constructores y un creador dentro del esquema planetario. Los hombres deberían recordar que por medio del poder del pensamiento y la palabra hablada, producen efectos sobre otros seres humanos que actúan en los tres planos de la evolución humana, y también sobre el entero reino animal. Los pensamientos separatistas y maléficos del hombre son en gran parte responsables del salvajismo de los animales feroces y de la cualidad destructiva de algunos procesos en la naturaleza, incluso ciertos fenómenos tales como las plagas y el hambre.

No tiene valor para el hombre conocer el nombre de los que forman la “hueste de la voz”, a no ser que comprenda su relación con dicha hueste y se dé cuenta que tiene la responsabilidad de convertirse en un creador benefactor, de actuar de acuerdo a la ley del amor y de no ser impulsado a realizar el acto creador por el deseo egoísta de la actividad incontrolada.
[e706]

b. Elementales del plano físico.

Se ha de recordar que los devas que hemos considerado son quienes originan el impulso y manipulan la energía en su propio grado y plano. Vinculados a ellos tenemos, por lo tanto, los receptores de fuerza, o la multitud de vidas de naturaleza elemental que forman la suma total de la materia de un plano. Son arrastradas por las olas de energía debido al impulso del Aliento, como resultado de la
[i890] acción vibratoria, hacia todas las formas conocidas del plano físico. En consecuencia, en conexión con la manifestación en el plano físico, los devas pueden clasificarse en tres grupos:

  1. Los que transmiten La voluntad de Dios. Originan la actividad en la sustancia dévica. Éstos son los constructores mayores en sus distintos grupos.
  2. Los que manipulan la energía iniciada. Son los millares de trabajadores que emplean la fuerza, quienes a su vez transmiten el impulso a la esencia elemental, los constructores de categoría inferior que se hallan, igual que los del primer grupo, en el arco evolutivo.
  3. Los que reciben la fuerza, suma total de la sustancia viviente de un plano. Dichas vidas son maleables en manos de los constructores de categoría superior.

Los tres grupos a considerar son:

    1. Los elementales de la materia más densa.
    2. Los elementales de la materia líquida.
    3. Los elementales de la materia gaseosa.

Al estudiar estos tres grupos, debemos tener en cuenta que no nos ocupamos de los transmisores sino de los manipuladores y de los receptores de energía.

Los elementales de la materia densa. Estos trabajadores y constructores se ocupan de la parte tangible y objetiva de la manifestación. En su totalidad, forman literalmente aquello que el hombre puede tocar, ver y establecer contacto físicamente. Al considerar estos temas, nunca debemos disociar en nuestras mentes los diferentes grupos en sentido demasiado literal, pues todos se interpenetran y mezclan, de la misma manera que el cuerpo físico de un hombre está compuesto de materia densa, líquida, gaseosa y etérica. La diversidad en la unidad puede verse por doquier. Cuando el estudiante ocultista
[i891] analiza las formas subhumanas de existencia debe recordar constantemente este hecho. Hay un peligro muy evidente en todas las clasificaciones pues tienden a formar divisiones rígidas e inamovibles, mientras que la unidad lo compenetra todo.

[e707] Entre los devas manipuladores de los niveles más inferiores del plano físico denso, se hallan ciertas formas subterráneas de existencia, mencionadas en los libros antiguos y ocultistas. En las entrañas de la tierra habita una evolución de naturaleza peculiar muy semejante a la humana. Tienen cuerpos peculiarmente burdos que podrían ser considerados casi físicos, según entendemos dicho término. Moran en colonias o grupos en las grutas centrales, muchos kilómetros debajo de la superficie de la tierra, regidos por un gobierno apropiado a sus necesidades. Su trabajo está estrechamente relacionado con el reino mineral, y controla a los “agnichaitas” de los fuegos centrales. Sus cuerpos están constituidos de tal manera que pueden resistir mucha presión, y no precisan la libre circulación de aire como el hombre, ni se resienten por el gran calor que hay en el interior de la tierra. Poco puede decirse sobre estas existencias, pues están relacionadas con las partes menos vitales del cuerpo físico del Logos planetario, encontrando su analogía microcósmica en los pies y piernas del hombre. Constituyen uno de los factores que posibilitan la actividad progresiva revolucionaria de un planeta.

Aliados a ellos hay varios grupos de entidades de tipo inferior, y el lugar que ocupan en el esquema de las cosas sólo puede ser descrito como relacionado a las funciones planetarias más burdas. De nada serviría extendernos sobre estas vidas y su trabajo; no es posible al hombre entrar en contacto con ellos de ninguna manera ni tampoco sería deseable. Cuando hayan cumplido su ciclo evolutivo, en un ciclo posterior ocuparán su lugar en las filas de ciertos cuerpos dévicos, relacionados con el reino animal.

[i892] Comúnmente se supone que todas las hadas, gnomos, silfos y espíritus de naturaleza similar se encuentran únicamente en materia etérica, pero no es así. Poseen también cuerpos de sustancia gaseosa y líquida; el error ha surgido debido a que lo único que se puede observar objetivamente es la estructura etérica, y estas pequeñas y atareadas vidas frecuentemente protegen sus actividades físico densas por medio del espejismo, extendiendo un velo sobre su manifestación objetiva. Cuando prevalezca la visión etérica entonces podrán ser vistos, pues el espejismo, tal como lo entendemos, es sólo un velo que cubre lo tangible.

En esta oportunidad, los estudiantes deben recordar que todas las formas físico densas, ya sea un árbol, un animal, un mineral, una gota de agua o una piedra preciosa son en sí mismas vidas elementales construidas de sustancia viviente con la ayuda de manipuladores vivientes, que actúan dirigidos por arquitectos inteligentes. En consecuencia será evidente por qué no es posible establecer divisiones en conexión con este particular grupo inferior.

[e708] Un hermoso diamante, un majestuoso árbol o un pez en el agua, después de todo, sólo son devas. El reconocimiento de esta vivencia esencial constituye el hecho básico de toda investigación ocultista y el secreto de toda magia benefactora. En consecuencia no tengo el propósito de ocuparme más específicamente de estas formas inferiores de vida divina excepto comunicar dos hechos a fin de solucionar dos problemas que han preocupado a menudo al estudiante medio: primero, lo concerniente al propósito de la vida de los reptiles y, segundo, la conexión específica que tiene la evolución de la aves con el reino dévico.

El secreto del reino de los reptiles es uno de los misterios de la segunda ronda, habiendo un profundo significado relacionado con la expresión “las serpientes de sabiduría”, aplicada a todos los adictos a la buena ley.
[i893] El reino de los reptiles ocupa, no por una razón arbitraria, un lugar interesante en todas las mitologías y en las formas antiguas de comunicar la verdad. Es imposible extendernos sobre la verdad que subyace oculta en la historia kármica de nuestro Logos planetario y revelada a los iniciados de segundo grado como parte de la enseñanza impartida.

El segundo gran impulso u oleada de vida, iniciado por nuestro Logos planetario cuando entró en conjunción con la primera oleada, constituyó la base de esa actividad que denominamos energía evolutiva, dando por resultado un gradual desenvolvimiento o revelación, de la forma divina. La serpiente celestial, nacida del huevo, se manifestó e inició sus ondulaciones adquiriendo fortaleza y majestad, procreando, por su inmensa fecundidad, millones de “serpientes”. El reino de los reptiles en ciertos aspectos es el más importante del reino animal, si puede hacerse una afirmación aparentemente tan contradictoria, pues toda vida animal pasa por él durante la etapa prenatal, o vuelve a él cuando la forma está en avanzado estado de descomposición. El vinculo no es estrictamente físico sino también síquico. Cuando la verdadera naturaleza y el método kundalínico o fuego serpentino, sean conocidos, será mejor comprendida esta relación y la historia de la segunda ronda tendrá más importancia.

El secreto de la vida -no la vida del Espíritu sino la vida del alma, que será revelado cuando verdaderamente se encare y estudie la “serpiente de la luz astral”- se halla oculto en la etapa de la serpiente. Uno de los cuatro Señores Lipika, que se encuentra más cerca de nuestro Logos planetario es llamado “La Serpiente Viviente”, y Su emblema es una serpiente azul con un solo ojo formado por un rubí. Los estudiantes que desean ampliar un poco más la simbología pueden vincular esta con el “ojo de Shiva” que ve, conoce y registra todo, como
[i894] lo hace el ojo humano en [e709] menor grado; todo es fotografiado en la luz astral, así como el ojo humano recibe las impresiones en su retina. Este mismo concepto lo imparte frecuentemente La Biblia cristiana, cuando se refiere al reconocimiento hebreo cristiano del ojo de Dios que todo lo ve. Si se estudia el tema del tercer ojo y su relación con la columna vertebral y se investigan las corrientes que circulan por ella, serán evidentes la prácticabilidad y el valor de las indicaciones dadas. El tercer ojo constituye uno de los objetivos de la vivificación kundalínica, hallándose en la zona de la columna vertebral, primeramente el centro en la base de la misma, el hogar del fuego durmiente, luego, el triple canal a través del cual correrá ese fuego en el transcurso de la evolución y, finalmente, en la cúspide de la columna, y encima de todo eso el pequeño órgano llamado glándula pineal, que cuando está vivificado causa la apertura del tercer ojo y revela las bellezas de los planos más elevados y sutiles. Todo este proceso físico síquico es posible para el hombre debido a ciertos acontecimientos que se presentaron a la Serpiente celestial en la segunda ronda o ronda de la serpiente. Para que se produjeran dichos acontecimientos fue necesaria la formación y evolución de esa familia peculiar y misteriosa que denominamos reptiles. Estas formas de vida divina están muy íntimamente relacionadas con el segundo esquema planetario, responden a la energía que emana de ese esquema y llegan a la tierra por conducto del segundo globo de la segunda cadena. Un grupo especial de devas (vinculados a determinado sonido abierto de la Palabra planetaria) trabaja con la evolución de los reptiles.

Debería observarse que esta evolución en los planos etéricos afecta más al hombre que al plano físico. Si el estudiante se aboca a la consideración de estos hechos, a la investigación de las traducciones mitológicas y escrituras sobre la serpiente de todos los países, y se vincula todo este conocimiento al relacionado con esas constelaciones celestiales que tienen el apelativo de serpiente (tales como el Dragón) podrá
[i895] obtener mucha iluminación. Si tiene suficiente intuición se le podrá impartir conocimiento que esclarecerá la relación que existe entre el cuerpo físico y sus centros con la naturaleza síquica.

El reino de las aves está específicamente aliado a la evolución dévica. Sirve de puente entre la evolución puramente dévica y otras dos manifestaciones de vida.

Primero. Algunos grupos de devas que desean pasar al reino humano, habiendo desarrollado ciertas facultades, pueden hacerlo por medio de dicho reino; ciertos devas que desean entrar en comunicación con los seres humanos pueden hacerlo por medio del reino de las aves. Esta verdad se insinúa en La Biblia cristiana; la religión
[e710] cristiana representa a los ángeles o devas frecuentemente como que tienen alas. Estos casos no son numerosos porque el método generalmente empleado por los devas consiste en trabajar para lograr gradualmente la individualización por la expansión del sentimiento, pero cuando ocurre como en los casos anteriores, dichos devas pasan varios ciclos construyendo, en el reino de las aves, en respuesta a una vibración que finalmente los llevará a la familia humana. De esta manera se habitúan a emplear una forma grosera sin las limitaciones e impurezas que engendra el reino animal.

Segundo. Muchos devas salen del grupo de vidas pasivas en el esfuerzo de llegar a ser vidas manipuladoras por medio del reino de las aves y, antes de convertirse en hadas, silfos, gnomos u otros duendes, pasan cierto número de ciclos en dicho reino.

No será evidente para el lector casual por qué suceden los dos acontecimientos mencionados, ni los estudiantes ocultistas podrán comprender con exactitud la verdadera conexión que existe entre las aves y los devas, a no ser que se aboquen al estudio de “el ave o cisne fuera de tiempo y espacio”, y el papel que las aves desempeñan en los misterios. Aquí tiene la clave el estudiante. También debe recordar que todo tipo de vida desde un Dios hasta el más
[i896] insignificante de los devas menores o constructores, debe pasar por la familia humana en un momento u otro.

Como H. P. B. lo ha señalado, (77)
aves y serpientes están estrechamente relacionadas con la sabiduría, en consecuencia, con la naturaleza síquica de Dios, de los hombres y de los devas. El estudio de la mitología revelará ciertas etapas y relaciones que aclarará más este tema.

Los elementales y los devas menores de la materia líquida. Un ejemplo muy interesante de la interpretación de toda la materia viviente de la creación puede verse en la atmósfera que envuelve nuestro planeta, la cual contiene:

  1. Humedad, o esas esencias vivientes que son los elementales líquidos.
  2. Sustancia gaseosa, o esas vidas que están vinculadas a todas las esencias ígneas y volátiles, resultado del calor.
  3. Materia etérica, o las categorías más inferiores de los devas de los éteres.

La conjunción de esta importante triplicidad produce lo que respiramos y aquello en que vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser. Para el estudiante reflexivo el aire está lleno de símbolos, pues constituye una síntesis y el puente entre los estratos superiores e inferiores de la manifestación.

[e711]
Primero debemos centrar nuestra atención sobre esas vidas que constituyen a través de toda la manifestación la suma total de todo lo acuoso y líquido y, al considerarlo, debemos recordar que estamos realizando una de las investigaciones más esotéricas y ocupándonos de cuestiones que están muy estrechamente vinculadas con la evolución del hombre.

Los innumerables grupos de devas del agua que pertenecen al tipo manipulador han sido burdamente clasificados por escritores mitológicos bajo los términos de ondinas, sirenas y otras
[i897] expresiones, pero su diversidad es enorme; esto lógicamente se observará si se recuerda que toda el agua sobre la tierra (océanos, mares, ríos, lagos y arroyos) excede a la parte seca o tierra y cada gota de humedad es en sí misma una pequeña vida, cumpliendo su función y recorriendo su ciclo. Las formas míticas referidas, sólo son esas miríadas de vidas construidas en una forma por medio de la cual un deva evolucionante trata de expresarse.

La extrema importancia de este tema puede ser expresada en ciertas afirmaciones que darán al estudiante una idea de la cuidadosa atención que debe ponerse, y oportunamente se pondrá, sobre el tema de las vidas dévicas de la manifestación acuosa. Como ya se ha dicho, el conjunto de estas vidas es mayor que el de aquellas que forman la suma total de la tierra sólida, tal como entendemos el término, aunque no exceden al número de vidas que forman la parte gaseosa de la manifestación; dicha parte gaseosa se encuentra en la atmósfera interpenetrando la materia densa y llenando en gran parte las cavernas interiores del planeta. El parecido microscópico con la Gran Vida del planeta se evidencia en el hecho de que ambas formas sólo son envolturas o armazones externos que protegen una “bóveda” interna; ambas son huecas, tienen sus extremos positivo y negativo, sus polos por así decirlo, llevándose a cabo en su interior muchas cosas que afectan a las evoluciones externas.
Uno de los planetas más esotéricos, Neptuno, rige a los “devas de las aguas”; el Señor deva que lo rige es Varuna, el Raja del plano astral, siendo una emanación de ese planeta. Los estudiantes hallarán dé profundo interés estudiar la estrecha relación que existe entre:

  1. El sexto plano, el plano astral, y el sexto subplano del plazo físico, el subplano líquido. [i898]
  2. El sexto subplano de cada plano en el sistema solar y su relación recíproca.

He aquí una de las razones por la cual los hombres que poseen un tipo de cuerpo físico relativamente inferior, con un cuerpo astral que contiene algo de materia del sexto subplano, responden a cosas elevadas y tienen aspiraciones espirituales. La influencia que
[e712] emana del sexto subplano del plano búdico evoca una respuesta recíproca de la materia del sexto subplano en otros cuerpos, y el sexto principio de budi, de acuerdo a la Ley de Analogía, intensifica esa vibración.
Neptuno es uno de los nombres que se da en nuestro planeta al Logos planetario de uno de los tres esquemas principales. Algunas de Sus influencias y energías afectan en forma prominente a la esencia dévica de la materia de este sexto subplano, y les llega por conducto del Señor Raja Varuna. Este conocimiento es, astrológicamente, de valor práctico porque permitirá al hombre comprender la naturaleza de su propio cuerpo físico, y sobre todo de su cuerpo astral. Esotéricamente el tipo de materia astral en el cuerpo de un hombre decide la calidad de la sustancia acuosa de su cuerpo físico. En ocultismo, no hay disociación de las naturalezas físico-síquicas, pues la segunda determina la primera. En consecuencia el planeta Neptuno tiene una estrecha relación, de acuerdo a la Ley de Analogía con el sexto plano o astral -el plano de la parte líquida del cuerpo físico logoico-, con el sexto subplano del plano físico, la parte líquida del cuerpo físico humano y del físico planetario, y también con el sexto tipo de energía o fuerza, o sea el sexto rayo, produciendo sobre ellos un profundo efecto.

El esquema mayor que rige Neptuno forma un triángulo en el sistema con el sexto esquema y otro más, algo de mucho interés para los astrólogos esotéricos. Está simbolizado por el tridente que sostiene el dios Neptuno;
[i899] cada diente simboliza los triángulos conectados entre sí por tres líneas de fuerza.

Este planeta tiene también una relación vital con el sexto principio logoico o budi y, por consiguiente, con el sexto principio del hombre. Ningún hombre empieza a coordinar los vehículos búdicos hasta hallarse bajo la influencia neptuniana en una vida u otra. Cuando esto sucede, el horóscopo de la personalidad demostrará que la influencia neptuniana predomina en alguna parte.

El esquema neptuniano rige uno de los tres senderos de retorno, y reúne en sí oportunamente a todos esos Egos que han logrado la realización, manipulando principalmente el sexto tipo de energía que generalmente se denomina devoción. También la influencia neptuniana preside y hace posible la segunda Iniciación, donde el iniciado produce resultados en el cuerpo astral, siendo sus centros astrales objeto de la atención del Hierofante. Este tipo particular de energía fluye a través de tres centros:

  1. Ese particular centro de la cabeza vinculado al centro del corazón.
  2. El centro cardiaco.
  3. El plexo solar.

[e713] El planeta Neptuno, lo mismo que el logos planetario del sexto rayo, controla los centros astrales del hombre. Esta afirmación tiene mucho significado esotérico macrocósmico. Cuando se recuerde que todos los centros -humanos y divinos- están compuestos de esencia dévica, inmediatamente se evidenciará la relación que existe entre esta influencia y los devas, y su efecto reflejado sobre el hombre.

Cuando se descubra el misterio del mar y el enigma de su “desecación” o absorción esotérica, se revelará oportunamente el significado que subyace en:
[i900]

  1. El impulso sexual, interpretado macrocósmica y microcósmicamente.
  2. La cesación del deseo.
  3. La orientación del fuego al centro laríngeo en lugar de, los órganos genitales.
  4. El pralaya y la oscuración.
  5. El significado de las palabras “ya no habrá mar” que se encuentran en La Biblia cristiana.

Cuando el estudiante medite sobre estos pensamientos, deberá tener presente que Neptuno es uno de los planetas principales o sintetizadores, es decir un planeta “absorbente” o “abstrayente”, y que está vinculado con el proceso mediante el cual se obtiene con el tiempo la perfección. El Hijo llega así a la perfección y finaliza la encarnación cósmica.

Existe además un vínculo esotérico muy estrecho entre el hecho que subyace detrás de las palabras bíblicas “el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas” (78) y la actividad legítima y ordenada de la gran Madre cuando construye los cuerpos bajo el impulso del deseo. La verdadera relación que existe entre el plano astral y el plano físico será evidente sólo cuando los estudiantes tengan presente que el plano astral del sistema solar es el sexto subplano del plano físico cósmico y constituye la suma total de la sustancia líquida del cuerpo físico logoico. Cuando esto es comprendido, se inicia el trabajo de la esencia dévica, evidenciándose el factor deseo o movimiento astral y su acción refleja sobre el cuerpo físico a través del sexto subplano; se observará la gran Madre abocada activamente, influenciada por el deseo, al trabajo de construir, nutrir y producir el calor y la humedad que harán posible la manifestación. La Madre es el más grande de los devas y está muy vinculada
[i901] a los devas de las aguas, pues la humedad es esencial para toda vida.

[e714]
Por consiguiente, el sexto principio o el aspecto amor (principio crístico) y el sexto plano están relacionados; existe una interacción de energía entre el cuarto éter cósmico o energía búdica y el sexto plano o energía astral. Los devas de ambos planos pertenecen esencialmente a grupos regidos por la influencia neptuniana, por eso el plano astral puede, y eventualmente podrá, reflejar directamente al búdico.

Los devas constructores mayores
que se hallan en el segundo plano del sistema solar, el plano monádico o el segundo éter cósmico, dirigen las energías de los devas manipuladores del cuarto éter cósmico, el plano búdico.

Los devas manipuladores del cuarto éter cósmico, en el transcurso de la evolución, desarrollan el plan en perfecta objetividad, por medio de la sustancia viviente de los devas menores del plano líquido o astral. Cuando lo hayan realizado obtendrán dos resultados: primero, el plano astral reflejará perfectamente al plano búdico y, segundo, el plano físico producirá, por medio de la fuerza del agua o deseo, el vehículo más apropiado para la expresión micro y macrocósmica.

La simbología del sistema circulatorio del hombre revela todo esto al esoterista. Cuando el sistema sanguíneo, con sus dos tipos de canales (arterias y venas) y sus dos tipos de constructores (glóbulos rojos y blancos), sea estudiado desde el punto de vista esotérico, se verificarán muchas cosas de naturaleza revolucionaria. Las leyes del sendero de salida y del sendero de retorno, con los dos grupos de vidas dévicas concernientes, serán comprendidos por el hombre. Aquí puede hacerse otra indicación. En el cuerpo físico del hombre, en relación con el sistema circulatorio, encontramos en los tres factores, corazón, arterias y venas, la clave que revela los tres tipos
[i902] de devas, el triángulo del sistema que ellos representan y las tres formas en que se expresa la divinidad. Existe una circulación en el sistema y también planetaria, y se lleva a cabo en todas partes por medio de la sustancia dévica, tanto macro como microcósmicamente.

Los devas del sexto subplano físico pueden ser divididos en tres grupos y éstos en siete y en cuarenta y nueve, correspondiendo así a todos los grupos del sistema solar. Dichos grupos (en su naturaleza esencial) responden mejor a “lo que “está arriba que a lo que está abajo”, lo cual es una forma ocultista de expresar la íntima relación que existe entre los devas del fuego y los del agua y también de negar la relación que existe entre los devas del agua y los de la tierra. Expresado esotéricamente, los devas del agua se liberan por la acción de los devas del fuego

Los devas del agua por sí mismos encuentran la forma de
[e715] prestar servicio realizando el gran trabajo de nutrir la vida animal y vegetal del planeta; su meta consiste en pertenecer a ese grupo superior de devas denominados gaseosos o devas del fuego. Estos, al poner en acción su fuego sobre las aguas, producen la secuencia siguiente, evaporación, condensación y la eventual precipitación que -por su constante actividad- nutre toda vida sobre la tierra. Puede observarse cómo actúan las leyes síquicas del amor en el reino dévico y en el humano; primero, el retiro del grupo o segregación de la unidad (lo que se denomina individualización en el reino humano y evaporación en el reino acuático). Luego la condensación o amalgamación del ente en un grupo nuevo o superior, a esto lo llamamos condensación para los devas de las aguas e iniciación para el hombre; finalmente, el sacrificio del grupo de átomos humanos o dévicos para bien del todo. De esta manera rigen las leyes de servicio y de sacrificio en el segundo aspecto divino en todos sus sectores grandes [i903] o pequeños. Tal es la ley. Aunque en el reino humano, el amor significa cumplir la ley, se llega a esto por el sendero del sufrimiento y del dolor, y todo aquel que verdaderamente ama y sirve a la humanidad es tendido en la cruz hasta que predomine el sexto principio, y el sexto tipo de materia de sus cuerpos esté completamente sometido a la energía superior. (79) En el caso de los devas, amar es cumplir la ley sin dolor o sufrimiento.

Constituye para ellos la línea de menor resistencia porque son el aspecto madre, el factor femenino de la manifestación; el sendero fácil para ellos es dar, nutrir y curar. Por lo tanto, los devas de las aguas se dedican totalmente a servir a los reinos animal y vegetal y, mediante los fuegos transmutadores, será eliminado todo aquello que sujeta al sexto subplano; por medio de la “destilación y evaporación” esotéricas, estos devas formarán oportunamente parte del grupo gaseoso ígneo y se convertirán en esos fuegos que son la base de la divina alquimia.

Hablando en forma general, se ha de recordar que los devas terrestres de materia densa se transforman, en el transcurso de la evolución, en devas del agua, y oportunamente encuentran su camino al plano astral o líquido cósmico; los devas de las aguas del plano físico llegan por medio del servicio al subplano gaseoso y luego al cósmico gaseoso, trasformándose en devas del plano mental. Esto constituye literal y esotéricamente la transmutación del deseo en pensamiento.

[e716] Los devas gaseosos se convierten con el tiempo en devas del cuarto éter y, después de largos eones, llegan al cuarto éter cósmico o plano búdico. Por lo tanto, estos tres grupos están cósmicamente relacionados con: [i904]

  1. El plano astral cósmico y la constelación donde se origina la energía emocional y de deseo.
  2. El plano mental cósmico y la constelación de Sirio.
  3. El plano búdico cósmico y la constelación de las Pléyades.

De esta manera, todo el proceso puede desarrollarse si el hombre estudia cuidadosamente su propia naturaleza y la ley de analogía.

Los devas del subplano gaseoso.
Cuando se trata de los elementales o devas menores, regidos por los devas manipuladores de este extenso grupo, tratamos de los devas del fuego y de las esencias ígneas de naturaleza sustancial, que pueden verse en la manifestación de miríadas de formas. Algunas de las subdivisiones de este grupo son conocidas por el estudiante como:

Las Salamandras, o las vidas ígneas que pueden ser vistas por los clarividentes saltando sobre las llamas de una hoguera o de un volcán; este grupo puede, de acuerdo al color, ser subdividido en cuatro: rojo, anaranjado, amarillo y violeta, el último de los cuales se aproxima muy estrechamente a los devas del cuarto éter.

Los Agnichaitas,
término aplicado a las vidas ígneas, suma total del plano de la sustancia, como se ha visto en la primera parte de este tratado, y también a las minúsculas esencias que componen los fuegos de la manifestación. Cuando se comprenda y estudie la naturaleza de la electricidad del plano físico y su verdadera condición, será revelada la realidad de la existencia de los Agnichaitas.

Cuando la raza obtenga la clarividencia, lo cual sucederá seguramente en un gran porcentaje antes de finalizar esta raza raíz, dichos devas se revelarán y el hombre comprenderá que está trabajando con vidas ígneas y que él mismo se halla estrechamente aliado a esas vidas por medio de los fuegos de su propio cuerpo. La clarividencia que se está
[i905] desarrollando en esta raza raíz es totalmente física y, de acuerdo a la ley, su desarrollo es inevitable porque en la raza raíz Aria el hombre -en la actual cuarta ronda- llega a adquirir la plena autoconciencia. Ello involucra la visión física completa y el perfecto empleo de los tres sentidos del plano físico: oído, tacto y vista. En la próxima raza raíz prevalecerá la clarividencia astral, aunque no será universal, y de este modo se [e717] logrará más fácilmente contacto con el plano búdico. En las primeras razas raíces de la próxima quinta ronda, habrá una recapitulación de las actividades de esta ronda hasta que, en la quinta raza raíz, se verá la suma total de lo realizado en la misma. Entonces los hombres comenzarán a manifestar la clarividencia mental. Así los ciclos se mezclan y superponen a fin de que a ninguna unidad de vida, aunque pequeña y sin importancia, le falte la oportunidad.

Estos Agnichaitas del tercer subplano están particularmente influenciados por la energía saturnina. Son los grandes fundidores de la sustancia, y la transmutación de metales es posible por medio de ellos. Tienen con el reino mineral una relación análoga a la que los devas acuáticos tienen con los reinos vegetal y animal. Evidentemente están relacionados con el centro laríngeo de un Logos planetario o de un Logos solar, y por medio de su actividad se hace posible la transmisión del sonido a través del aire. Sorprendería a los estudiantes e inventores si se dieran cuenta que el rápido desarrollo actual de las comunicaciones inalámbricas se debe a un grupo de vidas dévicas ígneas quienes han hecho contacto con la vibración humana, lo cual no había sucedido hasta ahora.

Así como cada plano tiene siete subplanos, también cada subplano puede subdividirse, formando a su vez cuarenta y nueve fuegos en cada plano, o los trescientos cuarenta y tres fuegos del sistema solar. Aquí tenemos la clave del misterio del “cuarto entre los tres”
[i906] que a veces desconcierta a los estudiantes de los registros ocultos. Hay muchas maneras de leer las cifras 3 4 3, pero el único método que puede insinuarse aquí es el ocultista, el cual consiste en reconocer los tres planos superiores, los tres planos inferiores y el lugar de reunión, el cuarto plano, que se halla entre ellos. Este cuarto plano ha sido denominado esotéricamente “el lugar de reunión. Cuando se recuerde que la meta de estos devas gaseosos consiste en alcanzar el cuarto éter cósmico o plano búdico, y que ellos (en sus grupos mayores y menores) constituyen los fuegos macro y microcósmicos internos, podrá obtenerse una idea respecto al verdadero significado de la eventual unificación de las dos líneas evolutivas, pues la meta del hombre consiste también en alcanzar el plano búdico.

Por lo tanto, ciertos grupos de la actual quinta raza raíz están entrando en contacto con la quinta división de esencias dévicas del tercer subplano; el resultado de dicho contacto puede observarse en el estímulo de la respuesta vibratoria manifestada al descubrirse la comunicación inalámbrica y el radio.

Paralelamente podrá percibirse una vibración acrecentada de las espirillas humanas, lo cual hará que, antes de finalizar esta
[e718] ronda, entre en plena actividad la quinta espirilla del átomo físico permanente humano.

Por consiguiente, el trabajo que en la actualidad ha de realizar el Mahachohan en relación con el séptimo rayo (que momentáneamente actúa como síntesis de los cinco tipos de energía regidos por Él) puede resumirse de la manera siguiente:

Primero.
Emplea el séptimo tipo de energía a fin de que el ente humano acreciente el reconocimiento de la sustancia más sutil del plano físico. El séptimo rayo es un factor importante para producir la objetividad. La energía del Logos planetario del séptimo esquema predomina en el séptimo plano; es el rayo donde la sustancia dévica y el Espíritu pueden encontrarse y adaptarse
[i907] mutuamente con más facilidad que en cualquier otro rayo, con excepción del tercero.

En la actualidad, por medio de cualquiera de sus sentidos, el hombre tiene plena conciencia en los tres subplanos inferiores; está predestinado a lograr igual conciencia en los cuatro superiores. Esto debe llevarlo a cabo estimulando la sustancia dévica que compone sus cuerpos. Ello se realizará mediante la voluntad dinámica de los devas transmisores cuando energetizan a los devas manipuladores, afectando así a las miríadas de vidas menores que componen el cuerpo del hombre, y también por la acrecentada respuesta del hombre inmanente o pensador, al establecer ellas contacto con su cuerpo. Esta acrecentada percepción se logrará por el despertar de la quinta espirilla, por el desarrollo del quinto pétalo del loto egoico y por la apertura gradual del tercer ojo, iniciándose la actividad uniforme de cinco factores: el centro en la base de la columna vertebral, los tres canales de la columna vertebral y la glándula pineal.

Estos factores involucran la actividad de la esencia dévica, más la resultante percepción del pensador. Luego sigue el empleo consciente de los poderes incipientes. De esta manera la estrecha interrelación e interdependencia de las dos líneas de evolución se hacen extraordinariamente evidentes.

Segundo, el Mahachohan trabaja específicamente en la actualidad (en colaboración con el Manu) con los devas del subplano gaseoso; esto se halla vinculado al trabajo destructor que han de efectuar al finalizar la actual raza raíz, a fin de liberar al Espíritu de las formas que lo restringen. Por consiguiente, puede esperarse que entren en actividad las erupciones volcánicas en lugares inesperados y en las actuales zonas sísmicas y volcánicas. Antes de finalizar el siglo tendrán lugar graves acontecimientos en California y Alaska.

El trabajo del Mahachohan puede ser observado por el
[i908] efecto [e719] que los devas del fuego kundalínico producen sobre el hombre. Éstos constituyen un grupo peculiar de Agnichaitas que han alcanzado esa etapa de evolución que les permite separarse de su grupo y formar otro, conectado con cierto fuego en los cuerpos del hombre. Dicho fuego, debido a su actividad actual y a la orientación de dicha actividad, es responsable de la reacción contraria al matrimonio físico y del deseo evidenciado por los hombres altamente evolucionados para evadir la relación matrimonial y limitarse a crear en los planos mental y astral. Esto se debe a la actual tendencia de los devas manipuladores de los órganos genitales inferiores a trasladarse al centro laríngeo y funcionar allí, empleando la fuerza del fuego kundalínico para llevarlo a cabo. Todo ello está regido por la ley de evolución, pero en el intervalo entre la causa y el efecto esperado puede producirse mucho daño al evadir la ley y verse el consiguiente sufrimiento. Por lo tanto, debido a la violenta reacción actual contra las leyes que protegen a la civilización, se ha decidido que la naturaleza de los devas, su función y el lugar que ocupan en el esquema de las cosas sean parcialmente revelados al hombre, debiendo divulgarse la estrecha relación y dependencia que tiene el hombre sobre ellos. (80) Al mismo tiempo no debe darse información respecto al método para establecer contacto ni las palabras por las cuales pueden ser controlados.

El laxismo en las relaciones matrimoniales, debido a esta causa particular, se observa únicamente entre las personas altamente evolucionadas y entre los pensadores independientes de la raza. Un laxismo similar entre las masas y los tipos inferiores de la humanidad se basa en una razón diferente; la promiscuidad imperante se debe a cierto desarrollo de la naturaleza animal en su manifestación más inferior. Ambas causas
[i909] deberían ser consideradas por aquellos que sienten de corazón las necesidades actuales de la civilización. Así podrán colaborar con el Mahachohan en el tan necesario trabajo de trasladar la fuerza desde un centro inferior a otro superior e impedir (por medio del conocimiento) el libertinaje incidental. Esto evitará la profanación del gran amor o impulso sexual inmanente en la naturaleza.

El rayo del ceremonial ha sido llamado a menudo “el ritual matrimonial del hijo”, porque en este rayo el Espíritu y la materia debieran encontrarse y unirse. Este hecho debería tenerse en
[e720] cuenta en los próximos cien años, pues se producirán grandes cambios en las leyes del matrimonio. La indiferencia actual traerá inevitablemente una reacción, y las leyes serán más rigurosas a fin de proteger a la raza durante el período de transición. Dichas leyes no tendrán por finalidad dificultar más la disolución de las relaciones matrimoniales, sino un efecto contrario; la nueva generación será debidamente instruida y protegida, no permitiéndose contraer matrimonio en forma indiscriminada y precipitada; tampoco se permitirá a la juventud contraer precipitadamente obligaciones matrimoniales. No es necesario extendernos más sobre esto, los hombres sólo aprenden solucionando sus propios problemas, y todo lo que se nos permite, a quienes trabajamos internamente, es hacer una insinuación o indicación.

Otro aspecto del trabajo del Mahachohan en la actualidad está relacionado con el sonido y, en consecuencia, con las devas particulares que estamos considerando. Por la mala dirección de los hombres y su desarrollo desequilibrado, los sonidos de la tierra, como ser los de las grandes ciudades, de las fábricas y de los instrumentos de guerra, han producido una condición muy grave entre los devas gaseosos, que ha de ser contrarrestada en alguna manera; los futuros esfuerzos de la civilización estarán dirigidos a producir una revolución contra los males de la vida hacinada, fomentando el anhelo de volver a
[i910] la naturaleza y a los espacios abiertos. Una de las cosas principales del futuro será la tendencia a eliminar los ruidos, debido a la acrecentada sensibilidad de la raza. Cuando el hombre controle y utilice la energía del agua y del átomo, se revolucionarán nuestras actuales fábricas, métodos de navegación y transporte, tales como navíos y ferrocarriles. Esto tendrá un potente efecto no sólo sobre los hombres sino también sobre los devas.

c. Elementales de los éteres.

Consideraremos ahora los niveles etéricos del plano físico o sea los cuatro subplanos superiores. Dichos niveles etéricos sólo son graduaciones de la materia del plano físico, de índole más sutil y refinada, siendo sin embargo física. En algunos libros de texto se los denomina:

    1. El primer éter, o materia atómica.
    2. El segundo éter, o materia subatómica.
    3. El tercer éter, o materia superetérica.
    4. El cuarto éter, o materia etérica simplemente.

El cuarto éter es el único reconocido hasta ahora por los científicos, siendo el tema de sus investigaciones actuales aunque no se den cuenta de ello.

[e721] En el subplano atómico están los átomos físicos permanentes de toda la humanidad y los átomos correspondientes al reino dévico. Los devas no evolucionan como la raza humana. Reencarnan en grupos y no en individuos, aunque cada grupo está compuesto de unidades, no poseyendo nada de la naturaleza del alma grupal involutiva. El alma grupal del sendero involutivo y la del evolutivo son distintas; una está entrando en la diferenciación, y se compone de entidades animadas por una vida global; la otra se ha diferenciado, y cada entidad es una unidad separada de la vida una, completa en sí misma, sin embargo una con el todo.

[i911] Existen muchos tipos de vida con los cuales hay que entrar en contacto en los cuatro niveles etéricos, pero ahora sólo podemos ocupamos de la vida dévica, recordando que la evolución dévica es de igual importancia que la del hombre. Estos devas son numerosos, de naturaleza evolutiva y pertenecen a todos los grados y tipos. El gran deva Kshiti los rige en el plano físico. Es un deva de categoría y poder similares a los del Chohan de Rayo; preside todo lo que está fuera del reino humano en el plano físico y tiene como consejeros a los cuatro señores dévicos secundarios de los cuatro niveles etéricos. Con ellos preside un concilio subsidiario de siete devas que tratan todo lo que se relaciona con la evolución dévica y el trabajo de los constructores mayores y menores.

El deva que rige el cuarto éter o inferior, ha delegado a un miembro de Su concilio a fin de que se reúna, en la actualidad, con cierto Maestro para dos propósitos específicos; primero, para ver si es posible intentar el acercamiento de dos líneas de evolución, la humana y la dévica y, segundo, revelar algunos de los métodos curativos y las causas de la incapacidad física inherentes al doble etérico.

Devas de todo tipo y color se encuentran en los niveles físico etéricos, pero el color que prevalece es el violeta, de allí la frase los “devas de la sombra” empleada a menudo. Con la llegada del rayo ceremonial color violeta, tenemos por lo tanto la amplificación de la vibración violeta, siempre inherente a estos niveles, y en consecuencia la gran oportunidad para establecer contacto entre los dos reinos. En el desarrollo de la visión etérica (capacidad del ojo físico humano) y no en la clarividencia, se hará posible esta mutua comprensión. También con el advenimiento de este rayo, los que pertenecen al mismo, vendrán con el don natural de ver etéricamente. A menudo nacerán niños que
[i912] verán etéricamente con tanta facilidad como el ser humano común ve físicamente; cuando las condiciones armónicas surjan gradualmente del actual caos mundial, devas y seres humanos establecerán amistad.

Cuando ambos planos, el astral y el físico se fusionen y
[e722] mezclen y exista continuidad de conciencia le será difícil al ser humano, al principio, diferenciar entre los devas del plano astral y los del plano físico. Al iniciarse este período de reconocimiento, los hombres entrarán en contacto principalmente con los devas color violeta, pues los de categoría superior intentarán definitivamente entrar en contacto con el ser humano. Estos devas de las sombras son de color púrpura oscuro en el cuarto nivel etérico; de color púrpura más claro, muy similar al color violeta, en el tercer nivel etérico; violeta claro, en el segundo; mientras que en el subplano atómico son de un brillante color lavanda trasparente.

Algunos grupos de devas con los cuales se ha de entrar en contacto en el plano físico son los siguientes:

Cuatro grupos de devas de color violeta, asociados con el doble etérico de todo lo que existe en el plano físico. Estos cuatro están divididos en dos grupos, los que están asociados a la construcción del doble etérico y aquellos cuya sustancia se emplea para construir esos dobles etéricos.

Los devas de color verde del reino vegetal.
Existen también en dos grupos. Están muy evolucionados y se entrará en contacto con ellos principalmente por medio del magnetismo. Los devas mayores de este orden presiden los lugares magnéticos de la tierra; cuidan la soledad de las selvas, mantienen intactos los espacios abiertos del planeta que es necesario conservar inviolados, los defienden de toda intromisión y, con los devas violeta, trabajan en la actualidad, en forma definida aunque temporaria, regidos por el Señor Maitreya. El Señor Raja del plano astral, Varuna
[i913] y su hermano Kshiti, han sido convocados a la Cámara de Concilio de la Jerarquía para una consulta específica; así como los Maestros se están esforzando para preparar a la humanidad a fin de que preste servicio cuando el Instructor del Mundo venga, también estos Señores Raja trabajan en líneas similares vinculadas a los devas; lo hacen arduamente, su dedicación es intensa, aunque se hallan muy obstaculizados por el hombre.

Los devas de color blanco del aire y del agua, que presiden la atmósfera, trabajan con ciertos aspectos de fenómenos eléctricos y controlan los mares, ríos y arroyos. En cierta etapa de su evolución son extraídos de dichos grupos los ángeles guardianes de la raza cuando encarnan en el plano físico. Cada ente de la familia humana tiene su deva guardián.

Cada grupo de devas tiene un método específico de desarrollo
[e723] y algún medio por el cual evolucionan y alcanzan una meta determinada.

Para los devas color violeta el sendero de realización se manifiesta por medio del sentimiento, educando a la raza en el perfeccionamiento del cuerpo físico, en sus dos sectores.

Para los devas color verde el sendero de servicio consiste en la magnetización, de la cual la raza humana nada sabe todavía. Por medio de este poder, actúan como protectores de la vida vegetal y de los lugares sagrados del planeta; en su trabajo reside la seguridad del cuerpo del hombre, porque éste extrae su alimento del reino vegetal y lo seguirá extrayendo durante esta ronda.

Para los devas de color blanco el sendero de servicio reside en proteger a los individuos de la familia humana, cuidar y segregar tipos, controlar a los elementales del agua y del aire y gran parte de lo que atañe al reino ictiológico.

De esta manera, sirviendo a la humanidad en una forma u otra, dichos devas del plano físico logran su realización. Tienen mucho que dar y hacer para la humanidad y, con el tiempo,
[i914] le será evidente al ente humano lo que tiene que dar para la perfección del reino dévico. Ahora se está acelerando grandemente su evolución, paralelamente a la de la familia humana.

Existe otro grupo de devas con el cual no se puede establecer aún mucho contacto. Vinieron de otro esquema planetario y se especializan en su propia línea. Han alcanzado el reino humano o han pasado por él, y tienen la misma categoría que ciertos miembros de la Jerarquía, habiendo decidido quedar y trabajar con la evolución del plano físico. No son muy numerosos, doce únicamente. Cuatro trabajan en el grupo de color violeta, cinco en el grupo de color verde y dos en el grupo de color blanco, presididos por un regente de igual categoría que un Chohan. El seis es el número de la evolución dévica, como el cinco es ahora el del hombre, y así como el diez representa al hombre perfecto, el doce representa la perfección del reino dévico. Este grupo preside a los tres mencionados anteriormente. Existen además ciertos grupos subsidiarios.

En el primer grupo se hallarán los elementales que trabajan con el doble etérico del hombre, los elementales que forman el cuerpo etérico donde quiera que haya vida, y los elementales que trabajan con las contrapartes etéricas de los así llamados objetos inanimados. Éstos se enumerarán de acuerdo al orden e importancia de su desarrollo. Los devas color violeta se hallan en el sendero evolutivo, los elementales en el sendero involutivo y su meta consiste en pasar al reino dévico color violeta.

[e724] En el segundo grupo trabajan las hadas de la vida vegetal, los silfos que construyen y pintan las flores, los pequeños seres refulgentes que habitan los bosques y los campos, los elementales que trabajan con las frutas, los vegetales y todo lo que contribuye a cubrir de verdor la superficie de la tierra. Asociados a éstos se hallan los [i915] devas menores del magnetismo, apegados a los lugares sagrados, a los talismanes y a las piedras y también un grupo especial que se encuentra cerca de donde habiten los Maestros.

En el tercer grupo trabajan los elementales del aire y del mar, los silfos, las hadas del agua y los devas que cuidan a cada ser humano.

Aquí se dan sólo indicaciones generales. Esta lista no es completa ni incluye a los elementales más burdos, los duendes morenos y los que moran en los espacios oscuros de la tierra y de las ciudades y en los lugares subterráneos en la superficie de la tierra.

Los devas de los éteres llevan sobre su frente un símbolo transparente en forma de Luna creciente, y por eso quienes son capaces de ver clarividentemente los distinguen de los devas astrales.

Al considerar a los devas de los éteres, hallaremos que, por lo general, se dividen -en lo que se refiere a la manifestación- en dos grupos principales. Cada grupo está representado en cada uno de los cuatro subplanos, y este agrupamiento no puede ser considerado más que un método de diferenciación entre los muchos posibles. Dichos grupos son, primero, los devas que transmiten prana a todas las formas de vida; formando un grupo de devas intermediarios que proveen energía en sus distintas diferenciaciones; segundo, los devas que forman los cuerpos etéricos de toda forma de manifestación, constituyendo la mayoría de los devas menores.

Lógicamente hay muchas otras inteligencias organizadas en la gran Hueste de la Voz en relación con esta principal división del plano físico, pero si el estudiante considera ambos grupos e investiga su relación con el hombre y el Hombre celestial, dentro de Cuyo cuerpo ellos se encuentran, aprenderá mucho que le permitirá comprender los problemas considerados hasta ahora insolubles y se le revelarán muchas cosas
[i916] que tenderán a revolucionar los descubrimientos de la ciencia moderna y a producir cambios en los métodos empleados para el cuidado del cuerpo físico.

Los devas y la energía. Antes de entrar a considerar estos dos grupos, sería conveniente insistir en que es necesario tener presente, cuando consideramos los niveles etéricos del plano físico, que nos ocupamos de esos planos en los cuales se halla la verdadera forma y estamos próximos a la solución del misterio del Espíritu
[e725] Santo y de la Madre. Por esta comprensión hasta incluir todo un sistema solar, se logrará esclarecer el vínculo que existe entre los cuatro planos superiores del sistema y los tres mundos del esfuerzo humano. Tenemos en el macrocosmos los cuatro planos de la vida supraconsciente o vibraciones centrales, que constituyen la base de la vida y la energía del cuerpo etérico de un Logos planetario y de un Logos solar, y los tres planos de vida consciente y autoconsciente que forman el vehículo físico denso de un Hombre celestial y del gran Hombre de los Cielos.

Por medio del estudio de estas condiciones en el macro y microcosmos se comprenderá la razón por la cual los ocultistas nunca consideran al vehículo físico como un principio. El Espíritu Santo, quien influencia e implanta el germen de vida en la expectante y pasiva Virgen Madre o materia (haciendo que despierte e inicie su gran trabajo de producir la encarnación divina), es un factor primordial desde el punto de vista del segundo sistema solar. En forma incomprensible para los pensadores modernos, la Madre o divina aspirante a los misterios del matrimonio cósmico, fue (en un sistema anterior) el factor predominante. En este sistema, en relación con la sustancia o Espíritu Santo, es el factor predominante. Por lo tanto, el trabajo en niveles etéricos y la energía y actividad que se origina en el mismo, son los factores principalmente responsables en el plano
[i917] físico de todo lo que es tangible, objetivo y manifestado. El acrecentamiento de materia alrededor del cuerpo vital y la densificación de la sustancia alrededor del núcleo etérico vital son, en sí mismos, el resultado de la interacción y el intercambio final de vibración entre aquello que podría denominarse el remanente de una manifestación anterior y la vibración de la actual.

Aquí -en la relación que existe entre energía positiva y su cuádruple diferenciación, y la triple sustancia inferior negativa receptiva, los científicos llegarán eventualmente a ciertas deducciones definidas y descubrirán:

  1. El secreto de la materia misma, es decir, de la materia tal como la conocemos y vemos.
  2. La clave del proceso de la creación en el plano físico y el método por el cual se logra la densidad y concreción en los tres niveles inferiores.
  3. Las fórmulas para la transmutación orgánica, o la clave para los procesos por los cuales los elementos tales como los conocemos pueden ser desintegrados y combinados nuevamente.

Sólo cuando los científicos estén preparados para aceptar el hecho de que existe un cuerpo vital que actúa como punto focal en cada forma organizada, y sólo cuando quieran considerar cada
[e726] elemento y forma de cualquier grado como constituyendo parte de un cuerpo vital aún mayor, los verdaderos métodos de la gran diosa Naturaleza serán suyos. Para lograrlo deben estar dispuestos a aceptar la séptuple diferenciación del plano físico, según lo afirma el ocultismo oriental, y han de reconocer la triple naturaleza de la manifestación septenaria:


    1. La energía atómica o energía de Shiva, energía del primer subplano o primer plano etérico.
    2. La energía para la construcción de formas en los tres niveles etéricos siguientes.
    3. La energía negativa receptiva de los tres planos [i918] del físico denso, el gaseoso, el líquido y el verdaderamente denso.

Considerarán oportunamente también la interacción entre los tres inferiores y los cuatro superiores en ese gran átomo denominado plano físico. Esto puede verse duplicado en el átomo de la física o de la química. Los estudiantes científicos interesados en estos asuntos hallarán de utilidad estudiar la analogía que existe entre estos tres tipos de energía y lo que se entiende por las palabras átomos, electrones e iones.

Todo lo que se manifiesta desde Dios hasta el hombre (81) es el resultado de estos tres tipos de energía o fuerza, su combinación e interacción y su acción y reacción síquicas. En el gran ciclo de duración logoica predomina el segundo tipo de energía, siendo importante su evolución, por eso el cuerpo etérico subyacente en todo lo visible es el más importante. Esto es también verdad respecto a los dioses, hombres y átomos.

Se pierde mucho tiempo conjeturando sobre los orígenes de la vida, los resortes de la actividad y los impulsos que subyacen en los procesos creadores. Hasta ahora la ciencia ha trabajado casi a ciegas y ha dedicado mucho tiempo a investigar los tres planos inferiores. Se ha ocupado principalmente de la Madre, de la materia negativa receptiva, y sólo ahora está llegando a ser consciente del aspecto Espíritu Santo o energía que permite a esa Madre cumplir su función y llevar adelante su trabajo.

Abordando el mismo problema microcósmicamente puede
[e727] decirse que recién ahora los hombres comienzan a ser [i919] conscientes de los resortes que inician la actividad espiritual y de los orígenes de la vida espiritual. La energía de los planos superiores sólo se va revelando a medida que los hombres comienzan a hollar el Camino y a ser influenciados por budi, que afluye desde el cuarto plano etérico cósmico.

Finalmente, cuando los científicos estén dispuestos a reconocer y a colaborar con las fuerzas inteligentes que se hallan en los niveles etéricos y cuando se convenzan de la naturaleza hilozoísta de todo lo que existe, sus descubrimientos y trabajos tendrán una exacta analogía con las cosas tal como son en realidad. Como se ha señalado anteriormente esto se llevará a cabo cuando la raza desarrolle la visión etérica y se compruebe más allá de toda controversia, la verdad de las afirmaciones del ocultista.

Habrán observado que al enumerar los dos grupos principales, no se ha mencionado a ese gran grupo de Constructores denominados esotéricamente “los transmisores de la Palabra”. Sólo se ha tratado de los dos grupos que constituyen la “Hueste de la Voz”; esto se debe a que en esta parte nos ocupamos solamente de ella o de esos constructores, grandes y pequeños, que entran en actividad cuando se pronuncia la Palabra del plano físico. Los “Transmisores de la Palabra” del primer subplano o nivel atómico, reciben el sonido vibratorio que llega desde el plano astral y -pasándolo a través de sus cuerpos- lo envían a los otros subplanos. Para mayor claridad, puede decirse que dichos transmisores son siete. Forman, en su totalidad, los cuerpos físico atómicos del Señor Raja del plano y, en sentido peculiarmente esotérico, los siete forman (en sus diferenciaciones inferiores en niveles etéricos) la suma total de los centros etéricos de todos los seres humanos, así como en los niveles etérico cósmicos se encuentran los centros de un Hombre celestial.

La conexión que existe entre los centros y la sustancia etérica, humana y del sistema, abre un vasto campo para el
[i920] pensamiento. Los “Transmisores de la Palabra”, en el subplano atómico de cada plano son devas que poseen vastos poderes y prerrogativas, y puede decirse que están vinculados al aspecto Padre y a las personificaciones del fuego eléctrico. Todos tienen plena autoconciencia, habiendo pasado por la etapa humana en kalpas anteriores. Además son parte integrante de los siete centros principales de la cabeza en el cuerpo de un Logos solar o de un Logos planetario.

Aunque se hallan vinculados con el aspecto Padre, sin embargo forman parte del cuerpo del Hijo y, cada uno de ellos, de acuerdo al plano que energetizan, es parte componente de uno de los siete centros solares o planetarios -planetario cuando concierne
[e728] únicamente al centro involucrado del sistema, considerado parte integrante del todo.

Cada una de estas grandes vidas (personificando energía dévica de primer grado) es una emanación del sol central espiritual en el primer caso y de una de las tres constelaciones principales en el segundo. Se dividen, en el sistema, en tres grupos: Grupo 1, incluye a esos transmisores de la Palabra que se encuentran en los tres subplanos inferiores del plano Adi o logoico. Grupo 2, comprende a esos grandes constructores que trasmiten la Palabra en los tres siguientes planos del sistema, el monádico, el átmico y el búdico. Grupo 3, está formado por aquellos que realizan una función similar en los tres mundos del esfuerzo humano. Fundamentalmente, en el tercer caso, también son emanaciones de una de las siete estrellas de la Osa Mayor.

En estas triples fuerzas emanantes puede encontrarse el origen de todo lo que es visible y objetivo y, por su intermedio, nuestro sistema solar ocupa su lugar dentro del esquema cósmico mayor, formando un fuego cósmico básico, constituyendo la suma total de los centros coronario, cardíaco y laríngeo del Logos solar, hallándose sus analogías en un Hombre celestial, un ser
[i921] humano y un átomo. Por eso cuando el científico descubre la naturaleza del átomo se pone en contacto con esos tres tipos de energía solar y está desentrañando el misterio central del sistema. Cuando la triple naturaleza del átomo sea revelada, se comprobará gradualmente la triple naturaleza del hombre y de Dios. La energía de estos grupos pasa así a través del sol físico y de allí emiten la Palabra correspondiente al plano particular de su esfuerzo específico.

El estudiante no debe cometer el error de pensar que estos siete grandes transmisores son los siete Hombres celestiales. Componen la mitad de Su real naturaleza. Es todo lo que puede decirse de este gran misterio, aunque puede añadirse que, desde otro punto de vista, sólo forman una tercera parte de su triple naturaleza divina. El hombre es dual, Espíritu y materia; también durante la evolución, es una triplicidad; lo mismo sucede con el Hombre celestial, de allí el misterio.

El gran Transmisor de la Palabra en el plano físico, que estamos considerando, es el factor que energetiza el centro laríngeo de Brahma. Podría hacerse una interesante clasificación de los triples centros y de los tres aspectos divinos, que será de utilidad para el estudiante, aunque debería recordar cuidadosamente que estos centros sirven para generar y trasmitir energía:


  1. El transmisor de energía en el plano físico forma el centro laríngeo en el cuerpo de Brahma, el tercer aspecto. [e729]
  2. El transmisor de energía en el plano astral forma el centro cardíaco de Brahma.
  3. El transmisor de la palabra en el plano mental forma el centro coronario de este tercer aspecto.

    Estos tres Señores Raja, devas o transmisores, forman los tres centros de fuerza logoica en los tres mundos. Constituyen el aspecto energía más inferior de Brahma.
    [i922]

  4. El Transmisor de la Palabra en el plano búdico forma el centro de la garganta de Vishnu, el segundo aspecto. Desde allí surge la Palabra que construye la forma física densa de un Hombre celestial o de un Logos solar.
  5. El Transmisor de energía en el plano monádico forma el centro cardíaco de Vishnu, el segundo aspecto.
  6. El Transmisor de energía en el plano átmico forma el centro coronario de Vishnu.

Esta clasificación confundirá a los estudiante si no tienen en cuenta que estamos considerando estos aspectos sólo como dualidades y tratando de una de las partes duales. Se evidenciará por ejemplo, en el aspecto Vishnu, que se manifiesta en el segundo plano, que la energía de ese plano actuará como centro coronario para los planos subsiguientes, y si esto se capta correctamente aclarará lo demás.

El Transmisor de la Palabra en el plano de Adi o primer plano, es la personificación del centro laríngeo de una entidad cósmica. Lo expuesto proporcionará una exacta comprensión de nuestro lugar en el esquema cósmico; también demostrará la naturaleza fundamentalmente física de los siete planos del sistema solar y evidenciará la naturaleza de Brahma o el Espíritu Santo.

En Antiguo Comentario dice:

“Brahma es Uno, sin embargo incluye a Su hermano. Vishnu es Uno, sin embargo no existe separado de Su hermano aunque joven, en lo que respecta al tiempo, sin embargo es muy viejo. Shiva es Uno y antecede a ambos, sin embargo no aparece ni es visto hasta que ambos hayan recorrido cíclicamente Su curso.”

La séptuple clasificación que antecede, de acuerdo a la ley de analogías puede ser aplicada igualmente a cada plano, pues los transmisores y trabajadores en cada plano forman grupos similares. Del mismo modo, el hombre puede considerar esta clasificación en relación con sus siete centros y, de su estudio,
[i923] adquirirá conocimiento respecto al tipo de energía que fluye a través de cualquier centro particular. Análogamente, a estos transmisores se los puede oír cuando emiten la Palabra con bastante fuerza y poder en ese esquema Planetario que corresponde a su nota y está sintonizado [e730] a su vibración. Por lo tanto, los esquemas planetarios se dividen en agrupaciones similares y esto abrirá para los estudiantes un vasto campo de conjeturas. Los siete Prajapatis se dividen en dos grupos de tres, predominando uno de Ellos. Al estudiar el sistema solar, los planos, los esquemas, el hombre y el átomo, los estudiantes deberían recordar que las agrupaciones de las líneas o corrientes de energía durante los ciclos evolutivos se dividen lógicamente en cuatro:

    1. 1-3-3
    2. 4-3
    3. 3-4
    4. 3-1-3

La primera división puede ser interpretada de acuerdo a la ley de analogía, cuando se investiga la naturaleza del plano atómico del sistema solar, los tres planos etérico cósmicos y los tres planos del esfuerzo humano, en su mutua relación.

La segunda división es más fácil de captar cuando se comprende la estrecha relación que existe entre los cuatro planos etérico cósmicos y los tres planos inferiores. Esto puede ser esclarecido estudiando los cuatro éteres físicos y los tres subplanos inferiores de nuestro plano físico.

La clave para descifrar el misterio de la tercera división se halla oculta en la manera como está constituido el plano mental con sus tres niveles sin formas y sus cuatro niveles con formas.

La cuarta división puede ser descifrada cuando el estudiante comprende que su propia naturaleza constituye una tríada espiritual, un cuerpo egoico y un triple hombre inferior. También puede encarar la primera división en forma similar y considerarse a sí mismo como una fuerza primaria o la Mónada, una triple fuerza
[i924] secundaria o el Ego, y una triple energía inferior o la personalidad, recordando que aquí únicamente consideramos la energía creadora y el aspecto Brahma de la manifestación al coordinarse con el aspecto Vishnu.

Los transmisores de prana.
Anteriormente, en una parte de este tratado, hemos considerado en forma parcial los devas que transmiten prana para el cuerpo etérico del hombre y del planeta. Son el reflejo, en el plano inferior, del aspecto Vishnu de la divinidad; los siete subplanos de nuestro plano físico reflejan débil y distorsionadamente los tres aspectos, siendo una sombra oscura que nada revela de la Deidad. Este grupo de transmisores son responsables de tres resultados importantes, hallándose activos en tres líneas principales.

Son los devas que vitalizan y producen la energía de todas las formas de vida sensoria. Constituyen la vida que palpita a través
[e731] del cuerpo etérico de cada planta y animal y de toda forma intermedia de vida; son el fuego intenso que se ve circular a través de cada vehículo etérico. Otra de sus innumerables funciones consiste en producir el calor del sol y de todos los cuerpos; causan la irradiación solar, planetaria y humana; nutren y preservan todas las formas. Esotéricamente son los intermediarios entre el Padre y la Madre en cada plano, ya sea cósmico o del sistema. Se originan del sol y están estrechamente relacionados con el plexo solar logoico y planetario, pues el proceso evolutivo, como en toda la manifestación, es el resultado del deseo que actúa sobre las facultades creadoras y produce lo objetivo.

Constituyen los devas que energetizan a las miríadas de diminutas vidas que construyen en el cuerpo etérico de todo lo visible y tangible, siendo los instigadores de los procesos creadores de los tres subplanos más inferiores del plano físico. Los devas que en el sistema se dedican a esta actividad pueden subdividirse en dos grupos:
[i925]

  1. Aquellos que trabajan en los cuatro planos superiores del sistema y desde allí influencian a los tres mundos, produciendo por acción refleja los resultados deseados.
  2. Aquellos que trabajan en los tres mundos del esfuerzo humano, produciendo directamente la manifestación física densa.

Todos los devas etéricos que transmiten energía en el plano físico pertenecen a la segunda división ya enumerada; de acuerdo al subplano en que trabajan, son guiados por una inteligencia mayor en el plano correspondiente.

Existen también los devas que constituyen la fuerza atractiva de toda forma subhumana, manteniendo en coherencia las formas de los tres reinos inferiores de la naturaleza y produciendo así el cuerpo de manifestación de la gran Entidad, suma total de la vida del reino y de las vidas menores que animan a diferentes familias y grupos dentro de cualquier reino específico.

Los devas del doble etérico. El tema que abordaremos ahora concierne a esos devas que constituyen el doble etérico de todo lo que existe. En consecuencia tiene mucho valor para el estudiante inteligente porque revela el método por el cual todas las formas se materializan en el plano físico.

El propósito de este tratado no consiste en describir la materialización de la forma, por medio del divino pensamiento, a medida que se origina en los planos arquetípicos y (mediante corrientes dirigidas de energía inteligente) va adquiriendo sustancia al reproducirse en cada plano, hasta que oportunamente (en el plano
[e732] físico) la forma queda revelada en su manifestación más densa. Ninguna forma es todavía perfecta, para ello es necesario evolucionar cíclicamente y continuar en la producción de formas hasta que se aproximen a la realidad en hecho y acción.

El método para producir las formas puede clasificarse de la manera siguiente:
[i926]

1. Pensamiento divino El plano mental cósmico.
2. Deseo divino El plano astral cósmico.
3. Actividad divina El plano físico cósmico. (los siete planos de nuestro sistema).


El Aliento logoico Primer plano El sonido (82) A.

Constituye la primera aparición etérica de un sistema solar en el subplano atómico del plano físico. Todas las simientes de vida se hallan latentes. Facultad inherente que proviene de una esencia solar anterior. [e733]

El Sonido logoico Segundo plano El Sonido A U

Constituye el cuerpo del sistema solar en el segundo éter, siendo el plano arquetípico. Las simientes de [i927] vida están vibrando o germinando. Se evidencian los siete centros de energía. El deva Agni aparece como séptuple. La forma es potencialmente perfecta.

La Triple Palabra logoica Tercer plano El Sonido AUM

Se ve el cuerpo del sistema solar en sustancia del tercer plano etérico y los tres funcionan como uno. La triple energía del Logos está coordinada y nada puede obstaculizar el trabajo de la evolución. Los tres grupos de devas están activos y la forma arquetípica en proceso de materialización.

La palabra septenaria logoica . Los centros etéricos logoicos se hacen activos. Cuarto plano La Palabra de siete sílabas.


El cuerpo etérico del sistema solar ya está totalmente terminado, aunque no llegará a la perfección hasta el fin de otro manvantara. El principal cuerpo de vitalidad está preparado para energetizar al vehículo físico denso. Los siete centros, con sus cuarenta y nueve pétalos principales, vibran, y la conciencia se estremece a través de cada átomo del sistema.

Un intervalo o pausa tiene lugar en esta etapa de desarrollo llevándose a cabo los procesos de coordinación y estabilización; la energía o vibración aumenta hasta que, mediante un esfuerzo simultáneo que emana de los tres aspectos, se hace posible para llevar a la objetividad aquello que todavía es subjetivo. Esto tiene su paralelo en el plano físico cuando el hombre aplica el esfuerzo para atraer y materializar lo que ha concebido y deseado. La razón por la cual tantas personas no materializan sus conceptos, y por ello se consideran fracasadas, se debe a la incapacidad de aplicar en forma coordinada el esfuerzo y poner en movimiento sustancia de los tres subplanos inferiores del plano físico. Consiguen [i928] llevar su concepto desde el plano mental (como lo hace el Logos en niveles cósmicos) hasta el cuarto nivel etérico del físico, y allí su energía se agota debido a

  1. la falta de voluntad o concentración sostenida,
  2. la falta de alineamiento con el Ego,
  3. la débil coordinación entre las dos partes del vehículo físico.

La Frase logoica. El cuerpo gaseoso Quinto pIano El plano del mántram logoico de treinta y cinco estanzas.

Entonces aparece la forma gaseosa del sistema solar y los [e734] centros de energía se velan y ocultan. El acrecentamiento y la concreción tienen lugar rápidamente. Los tres grupos de constructores coordinan nuevamente sus esfuerzos y se produce una nueva afluencia de energía -trayendo devas desde el centro logoico de la cabeza. Los constructores menores responden al mántram logoico, entonado nuevamente en cada manvantara, y las siete corrientes de energía, desde los siete centros logoicos, se dirigen hacia abajo.


El canto logoico de Amor y Deseo. El cuerpo liquido Logoico El Sexto plano Un poema en cuarenta y dos versos.

Este canto o vibración provoca la venida de un grupo de devas desde el centro del corazón logoico para aumentar los esfuerzos de los que ya se hallan activos. El cuerpo líquido del Logos solar aparece, y la forma existe en sus seis diferenciaciones. La concreción es muy rápida y la actividad es considerablemente más violenta dada la mayor densidad de la substancia que se va acrecentando.


El libro logoico de La Vida Séptimo Plano Compuesto de cuarenta y nueve capítulos.

La totalidad de la forma revelada. Durante la evolución debe manifestar su propósito y naturaleza. Un tercer grupo [i929] de devas aparece desde el centro laríngeo logoico y colabora con sus hermanos. Los fuegos arden, los centros están activos y cada uno de los cuarenta y nueve pétalos, en el cuarto plano de budi, produce una actividad refleja en el plano físico denso.

El hombre realiza un trabajo similar cuando está abocado a la creación, cualquiera sea, y al proceso de producir formas en la tierra, las cuales personifican una idea. Aquí la analogía es perfecta.

En conexión con esos seres humanos que nada crean, pero que son impulsados a la actividad por la urgencia de las circunstancias -constituyendo el grueso de la raza humana-, debe señalarse que forman parte de la actividad creadora de alguna entidad mayor y más avanzada. A medida que prosigue la evolución autoconsciente habrá cada vez más miembros de la familia humana que se convertirán en creadores y trabajadores inteligentes en lo que atañe a la sustancia dévica. Por lo tanto, en las etapas iniciales, al disociarse de la actitud pasiva, surgirá una rebelión contra la ley y el orden, una negativa de ser gobernado y una evidente capacidad de seguir un concepto individual a expensas del grupo, grande o pequeño. La evolución y la experiencia pondrán remedio a este defecto aparente y, a medida que la conciencia responde más activamente a las vibraciones superiores, el hombre se hará consciente del propósito y del plan de la Inteligencia que dirige al grupo.
[e735] Despertará a la belleza de ese plan y empezará a subordinar sus propios intereses en bien de la mayoría y a colaborar inteligentemente. El poder creador, que antes había sido de naturaleza separatista, será ofrecido como sacrificio voluntario a la energía superior y sus pequeños planes e ideas se fusionarán con los más grandes. Sin embargo no será una unidad pasiva, llevada de un lado a otro por la energía de su grupo, sino que se convertirá en una fuerza positiva, activa y potente, autoinmolada por el reconocimiento inteligente de un plan superior. Comprenderá que existen fuerzas [i930] vivientes en la naturaleza y que a medida que la energía superior vibra a través de él, se despiertan sus propios poderes latentes. Ve y conoce a las fuerzas dévicas, y por lo tanto puede trabajar inteligentemente con ellas. Controlará y manipulará a unas, colaborará con otras y obedecerá aun a otras.

Verdadero mago es quien comprende los hechos relativos a la sustancia dévica, al poder del sonido, a la ley de la vibración y a la capacidad de producir formas de acuerdo a la ley. Aquí reside una de las diferencias existentes entre el mago de la Buena Ley y el del Sendero de la Izquierda. Un mago blanco puede controlar y manipular la sustancia dévica, y lo hace colaborando inteligentemente con los constructores mayores. Dada la pureza, la santidad de su vida y el grado elevado de su propia vibración, puede entrar en contacto con cualquier tipo de deva. El mago de las sombras controla y manipula la sustancia dévica, en los planos astral y físico y en los niveles inferiores del plano mental, por la fuerza de sus vibraciones y conocimiento, pero no colabora con los constructores dirigentes. No puede entrar en contacto con ellos porque, debido al egoísmo, su naturaleza es impura, siendo su vibración demasiado baja; por lo tanto, su poder es limitado y destructivo, sin embargo inmenso dentro de ciertas restricciones.

Los devas del doble etérico se dividen en dos grupos. Los constructores menores, que son dirigidos por los constructores mayores, forman el doble etérico de todo lo visible y tangible en el plano físico denso. Son legión y omnipresentes; reúnen y construyen el material necesario para formar el doble etérico de todas las cosas y lo hacen regidos por ciertas leyes, trabajando con ciertas restricciones. Se los denomina en la fraseología ocultista “los devas que escuchan”, pues recogen esa nota y tono particular emitido por los que transmiten
[i931] el sonido del plano físico, el cual es necesario para reunir la sustancia de cualquier forma material que se intenta realizar. También se dice que poseen “oídos, pero no ven”. Trabajan en estrecha colaboración con los elementales del cuerpo físico denso. Éste constituye el segundo grupo y se los denomina “elementales que ven”, pues existen en materia de los tres subplanos [e736] inferiores, pudiendo ver en el plano objetivo en sentido esotérico lo cual implica que existe siempre una analogía entre vista y conocimiento. Los “constructores que escuchan” reúnen el material; los “elementales que ven” toman este material y erigen con éste cualquier forma específica. Existen en muchos grupos de acuerdo a su grado de evolución y algunos de ellos pueden ser clasificados de la manera siguiente:

1. Los constructores del vehículo humano.

Constituye el grupo superior más altamente especializado de los constructores menores, del cual nos ocuparemos detalladamente más adelante.

2. Los constructores de las formas en las dos divisiones de los tres reinos de la naturaleza.

Primero. Los
constructores del reino mineral. Trabajadores que esotéricamente se denominan “los alquimistas elementales”. Pertenecen a muchos grupos vinculados a los diferentes elementos, como metales, productos químicos y minerales, y con las denominadas sustancias activas y radiactivas. Custodian dos secretos, el de la metalización de la Mónada y el de la transmutación de metales.

        Segundo. Los constructores del reino vegetal. Constituyen muchos grupos y se los denomina “los alquimistas de la superficie” y “las unidades puente”. Construyen el doble etérico de toda forma de vida vegetal, y así como los “alquimistas” del reino mineral
se ocupan mayormente con la acción del fuego, estos trabajadores alquímicos se ocupan de la acción líquida de la manifestación [i932] divina. Por consiguiente, trabajan en colaboración con los devas de las aguas o de la sustancia líquida, mientras que el grupo ya mencionado lo hace con los devas gaseosos. Aquí sólo se da un indicio, no es posible ampliarlo detalladamente debido al peligro que implica el conocimiento que con ello se adquirirá. Ocultan tres secretos; uno está relacionado con el sistema solar anterior o el sistema solar color verde; otro trata de las leyes para tender puentes o de la interacción entre los reinos de la naturaleza, y el tercero está relacionado con la historia de la segunda ronda; cuando este secreto sea revelado le aclarará al hombre la razón por la cual (de acuerdo a la ley) él debería ser vegetariano y no carnívoro. Los científicos ya están descubriendo ciertas cosas vinculadas al segundo secreto y podrán obtener indicios sobre el primero, a medida que amplían su conocimiento respecto al significado del color. Sobre el tercer secreto no se dará mayores detalles hasta que la sexta raza llegue a vivir en la tierra.

Tercero. Los constructores de todas las formas etéricas
[e737] animales. Constituyen un grupo estrechamente aliado a los que construyen la forma humana. Vinieron en tropel desde un depósito de energía mantenido en estado pasivo, hasta que la condición física de cualquier esquema particular justifique su entrada en actividad. Con ello vino también lo que ha causado la penosa situación actual, pues gran parte del temor, odio y destrucción que impera entra los animales se debe (como lo expresa H. P. B.) a que los “dioses imperfectos” construyeron sus cuerpos y llevaron a cabo su evolución empleando materia imperfecta manipulada en forma inexperta. El secreto del temor se halla oculto en el cuerpo etérico y en el tipo particular de sustancia con el cual puede estar construido.

3. Los constructores de la trama etérica planetaria.

Su trabajo es poco conocido y consiste en:
[i933]

a. La materialización de la trama. Sólo es perfeccionada en la cuarta ronda, siendo intencionadamente acelerada en conexión con nuestro planeta debido a las condiciones kármicas y de acuerdo a la ley de necesidad espiritual. Su analogía puede observarse en el hombre mismo. La trama etérica del hombre estaba inconsistentemente coordinada al principio de la cuarta raza raíz. La necesidad espiritual forzó su rápida consolidación y ahora está constituida de tal manera que forma una barrera entre el plano físico y el astral.

b. La conservación de la trama planetaria. Continuará hasta la sexta ronda. Durante este período la evolución espiritual proseguirá con cierta medida de seguridad planetaria, pues la trama resguarda de determinadas influencias solares y actúa ampliamente como tamizadora y distribuidora de fuerzas solares.

c. La destrucción de la trama. Tendrá lugar a fines de la evolución planetaria, permitiendo que la vida planetaria aprisionada se evada y el sintetizador absorba la esencia de la vida. El proceso de destrucción puede ser sólo descrito por las palabras perforación y desintegración.

4. Los constructores del cuerpo etérico de la Entidad planetaria.

Esta gran vida involutiva debe permanecer siendo un misterio durante muchos eones. Su cuerpo etérico está ahora en proceso de construcción y sólo en otro sistema solar asumirá forma física definida. No ha sido generada todavía suficiente energía como para permitir su manifestación objetiva, pues Ella sigue siendo aún subjetiva. También tiene su analogía solar.
[e738] [i934]

5. Los constructores del cuerpo planetario.

Esto prosigue bajo la misma ley del sistema solar y del hombre, pero, análogamente como en el sistema solar, se lleva a cabo en los planos superiores. Se recomienda a los estudiantes establecer, especialmente a este respecto, la relación entre los planos solar y cósmico.

6. El doble etérico de todo lo que crea el hombre.

Grupo especial de constructores etéricos que, regidos por el karma, están forzados a actuar conjuntamente con los seres humanos.

Constituyen algunos de los muchos grupos que es posible considerar; es inútil explayarse más, pues no se obtendrá un beneficio sustancial impartiendo mayor información. Sólo pueden darse muy escuetas indicaciones y hacerse breves dilucidaciones. No es seguro ni aconsejable impartir al hombre conocimiento sobre los trabajadores que emplean materia etérica, pues le permitiría entrar en contacto con ellos; tampoco es aconsejable por ahora unir coherentemente los hechos diseminados que se han expuesto en distintos libros ocultistas. La ciencia se halla al borde del descubrimiento y ya esta invadiendo el dominio de los devas constructores. Es necesaria mucha precaución. Sin embargo, si se estudian las indicaciones dadas, si se medita sobre los diversos secretos de los constructores y sobre el aspecto esotérico de la Masonería, cuidadosa y persistentemente, el trabajo del Gran Arquitecto y Sus muchos auxiliares se verá con mayor claridad y plenitud. Podría dar aquí una sugerencia, sin olvidar que el trabajo es dual:

La construcción del tabernáculo o de las formas temporarias, constituye el trabajo del divino Carpintero, mientras que la construcción del Templo de Salomón o de la estructura más permanente constituye el trabajo del Arquitecto supervisor. Uno se refiere a la Masonería activa, el otro a la Masonería especulativa, en el verdadero significado esotérico de la palabra.

[i935] Debemos considerar también a los devas que forman con su propia sustancia el doble etérico de todos los objetos. Dichos constructores constituyen la suma total de toda la sustancia del plano físico y la materia de los niveles etéricos del plano físico. Por lo tanto, forman cuatro grupos, cada uno de los cuales tiene una curiosa relación kármica con alguno de los cuatro reinos de la naturaleza:

Grupo Plano Reino
Primero Uno Humano
Segundo Dos Animal
Tercero Tres Vegetal
Cuarto Cuatro Mineral

[e739] La sustancia de la forma física superior de un ser humano es atómica. El cuerpo físico de un Maestro está construido con materia atómica y, cuando desea materializarlo en el plano físico denso, construye una envoltura de sustancia gaseosa sobre la materia atómica, detallando perfectamente los rasgos físicos conocidos. La sustancia más superior de la forma del cuerpo animal es la del segundo éter; aquí tenemos una clave respecto a la relación que existe entre todas las formas marinas y acuáticas con las del animal. La forma más elevada que puede adoptar el cuerpo de la vida vegetal es la del tercer éter. Estos hechos serán comprobados en la séptima ronda cuando los tres reinos de la naturaleza actuales -humano, animal y vegetal- sólo existan objetivamente en materia etérica y sea para ellos la manifestación más densa. El reino mineral llegará a su manifestación superior en la materia del cuarto éter, teniendo lugar desde ya dichas transmutaciones pues todas las sustancias radiactivas que actualmente se están descubriendo se convierten en materia del cuarto éter. El reino mineral está acercándose relativamente a su posible perfección manvantárica y, cuando llegue la séptima ronda, todas las vidas minerales (no las formas) [i936] habrán sido transferidas a otro planeta. Esto no sucederá con los otros tres reinos.

La actuación sobre la sustancia dévica etérica se efectúa de dos maneras:

Despertándola por la palabra a una actividad específica en el plano físico y construyéndola en formas, los constructores menores. En consecuencia será evidente que se halla regida por la influencia de dos tipos de fuerza o energía.

Consideraremos ahora brevemente el tema relacionado con el trabajo de los devas que construyen el cuerpo etérico y físico denso del hombre. Dividiendo nuestros pensamientos en dos partes podríamos abarcar el terreno más fácilmente, ocupándonos primeramente de los devas constructores y del microcosmos y luego de los devas menores en los niveles etéricos.

d. Los elementales y el microcosmos.

El hombre y los devas constructores. Durante el proceso evolutivo y a medida que sigue el método de reencarnación, el hombre trabaja con cuatro tipos de constructores y tres grados superiores de esencia constructiva o sustancia dévica.

Se vincula con los devas transmisores relacionados con el microcosmos del cuarto subplano del plano mental y con el subplano atómico de los planos astral y físico. Luego lo hace con los devas que se ocupan de

  1. La unidad mental, [e740]
  2. el átomo astral permanente,
  3. el átomo físico permanente,

colaborando con el trabajo de los devas constructores que forman el cuerpo etérico e influencian a los devas constructores de la sustancia física densa, de manera que el vehículo físico necesario para su manifestación objetiva se convierte en realidad.

Éstos son los cuatro grupos principales de devas influenciados por cualquier Ego particular. Unidos
[i937] producen al hombre inferior y traen a la manifestación a la Personalidad, reflejo del Ego y sombra de la Mónada. Las tres graduaciones de la esencia con la cual se construyen las formas, por medio de la actividad de los cuatro grupos mencionados, pueden reconocerse como sustancia mental erigida en un cuerpo mental, y sustancia astral empleada en la construcción del vehículo astral y de la materia del cuerpo físico. Estos siete grupos forman, en su totalidad, aquello que podríamos denominar el aspecto Brahma del microcosmos.

Desde otro punto de vista podríamos estudiar la acción que ejerce el Ángel o Señor solar, sobre los ángeles lunares, y el proceso por medio del cual éste impone cierto ritmo y vibración sobre los diferentes aspectos de la manifestación inferior. Esotéricamente, todo esto se halla oculto en las palabras de un escrito antiguo, que dice:

“A medida que la luna gira, refleja. A medida que refleja, produce respuesta en aquello que ha dejado de irradiar. Los tres, el Sol, la Luna y la Madre producen aquello que recorre un minúsculo ciclo y se quema.”

El primer paso que da el Ego en la producción de una “sombra” se halla expresado en las palabras “el Ego entona su nota”, emite su voz y (como en el proceso logoico) la “Hueste de la Voz” responde inmediatamente. De acuerdo al tono y a la cualidad de la voz, así será la naturaleza de los agentes que responden. De acuerdo a la profundidad o altura de la nota y a su volumen, así será la categoría o el grado del deva constructor que responde al llamado. Esta nota egoica produce, por lo tanto, ciertos efectos:

Impulsa a la actividad a devas que proceden a transmitir el sonido. Pronuncian una palabra.

Ésta llega hasta los “devas que escuchan” de segundo grado, la reciben y la amplían en lo que podría denominarse frase mántrica. El proceso de construcción empieza definitivamente en una forma triple y consecutiva. El
[i938] cuerpo mental empieza a coordinarse en tres etapas. Las etapas de construcción se superponen. Por ejemplo, cuando la coordinación del cuerpo mental está en su segunda etapa comienza la primera etapa de concreción astral. Esto es realizado durante siete etapas (tres principales y cuatro [e741] secundarias) que se superponen de manera complicada. Cuando se alcanza la segunda etapa, se produce una vibración que despierta respuesta en la materia etérica del plano físico, y los constructores del doble etérico inician su actividad. Nuevamente se repite el proceso. Cuando se origina la segunda etapa del trabajo de estos devas etéricos tiene lugar la concepción en el plano físico. Éste es un punto muy importante que se ha de recordar, pues pone a todo el proceso del nacimiento humano definidamente en línea con la ley kármica establecida. Demuestra la estrecha relación entre lo subjetivo y lo tangible y visible. La construcción del cuerpo físico prosigue igual a la de las tres etapas durante el período prenatal:

  1. El trabajo realizado por los devas constructores durante los tres meses y medio anteriores a la iniciación de la vida. Durante este período se lleva a cabo la tercer etapa de la construcción del cuerpo etérico.
  2. El trabajo de construcción de los tres meses y medio que siguen al período de gestación.
  3. El proceso final de concreción realizado durante los dos meses restantes.

Los estudiantes hallarán interesante establecer la analogía entre este método y el de producir la manifestación evolutiva en un esquema planetario con sus rondas y razas y en un sistema solar con sus manvantaras y ciclos mayores.

Resumiendo este delineamiento sucinto, diré que el trabajo de los devas etéricos no cesa con el nacimiento del hombre, sino que continúa durante tres etapas, que tienen una estrecha analogía con el período de vida de un sistema solar.

[i939] Primero, su trabajo es dedicado a acrecentar constantemente el vehículo físico humano a fin de que pueda seguir con exactitud las líneas de crecimiento de los dos cuerpos más sutiles. Esto continúa hasta la madurez. La etapa siguiente es aquella en la cual su trabajo consiste mayormente en la tarea de reparación y conservación del cuerpo durante los años de máxima virilidad, para que pueda estar a la altura del propósito de la vida subjetiva. Tal propósito varía lógicamente de acuerdo al grado de desarrollo del hombre. Finalmente, llega a la etapa en que cesa el trabajo de construcción. La vitalidad del cuerpo etérico disminuye tenuemente, comenzando el proceso de destrucción. El Ego empieza a retraer sus fuerzas. El “sonido” se hace débil y confuso y su volumen es tan bajo que los transmisores apenas pueden recibirlo y transmitirlo; la vibración inicial es cada vez más débil y tenue. Llega el período de oscuración primero el cuerpo físico se va debilitando e inutilizando; luego el Ego se retira de los centros y funciona durante [e742] algunas horas en el doble etérico. A su vez éste se desvitaliza y continúa así el proceso hasta que una por una las envolturas son descartadas y la “sombra” egoica disipada.

El trabajo de los devas constructores:

Consideraremos ahora el trabajo de los devas constructores en los tres planos, y los dividiremos en dos grupos:

  1. Aquellos que están conectados con los átomos permanentes.
  2. Aquellos que son responsables del proceso de construcción.

Los devas de los átomos permanentes. Este grupo particular de devas es el conjunto de vidas que forman la unidad mental y los dos átomos permanentes. Como sabemos, tienen su lugar dentro de la periferia causal, siendo puntos focales de energía egoica. Constituyen verdaderamente el tipo más elevado de devas constructores, formando un grupo de vidas estrechamente vinculados con los Angeles solares. Existen siete grupos relacionados con tres de las espirillas del
[i940] átomo físico permanente logoico. Dichas espirillas son, para estos siete grupos de vidas, lo que los siete rayos mayores para los siete grupos de rayos en los subplanos egoicos del plano mental. Es necesario que se medite sobre esta frase, porque puede proporcionar mucha información al pensador intuitivo, hay una analogía entre las tres tríadas atómicas permanentes y la aparición del hombre en la tercera raza raíz. Una secuencia curiosamente interesante de las tres líneas de fuerza puede observarse en:

  1. Las tríadas del alma grupal involutiva.
  2. La aparición de la triple naturaleza del hombre en la tercera raza raíz.
  3. Las tríadas de los cuerpos causales de cualquier unidad autoconsciente.

Estos devas constructores reciben el sonido, emitido por el Ego, por intermedio de ciertas agencias dévicas transmisoras, y mediante la vibración que esto ocasiona impulsa a la actividad a la esencia dévica que circunda

  1. al grupo que construye la forma y
  2. al grupo con el cual se construye la forma.

Afectan únicamente a los que poseen vibración análoga. Las etapas para construir cualquiera de las cuatro formas por medio de las cuales funciona el hombre inferior (el cuaternario), son exactamente las mismas que se emplean en la construcción del cuerpo físico denso, por ejemplo, de un planeta o de un sistema solar. Esto puede ser constatado en todo el proceso, desde las etapas
[e743] confusas y caóticas a través de lo ígneo a lo sólido, o a lo relativamente sólido, si se trata de un cuerpo sutil. No es necesario extendernos más sobre esto. H. P. B. ha delineado en La Doctrina Secreta, () estas etapas ya dilucidadas en el presente tratado.

Nos hemos ocupado ya con cierta amplitud del trabajo
[i941] de los devas transmisores, en los tres planos de los tres mundos, y de los devas relacionados con aquellos puntos focales relativamente permanentes -los átomos permanentes dentro de la periferia causal. Podemos considerar ahora al grupo de constructores que, respondiendo a la nota de los agentes transmisores y a la vibración inicial del segundo grupo de constructores relacionados con el triple yo inferior, inician el trabajo de reunir y moldear la sustancia viviente necesaria para la manifestación egoica en los planos inferiores.

Hemos visto que las tres primeras etapas del trabajo egoico son:

  1. La emisión de la nota apropiada que indica el lugar del hombre en la evolución y la naturaleza de su “siquis” o Ego.
  2. La transmisión de dicha nota por el Angel solar y los tres grupos de devas vinculados con los tres átomos permanentes.
  3. La vibración iniciada, de acuerdo a la nota emitida dentro de estos átomos, llega a ser tan poderosa que se hace sentir en la sustancia dévica circundante, evocando así respuesta.

Estas tres etapas podrían considerarse primarias, demostrando (en relación con el microcosmos) los tres factores, sonido, color y vibración que, de acuerdo a la Ley de Analogía, reflejan los tres aspectos del macrocosmos. Tenemos aquí algo semejante al trabajo que realizan los tres primeros Sephiroth de la Kabala -primitiva etapa de la manifestación que tiene su débil reflejo en el trabajo realizado por el Ego en los tres mundos.

Entonces tiene lugar la segunda etapa en la cual prosigue el trabajo de construcción, hasta que el microcosmos, el hombre, hace su aparición en el plano físico. Le sigue la tercera etapa de evolución en la cual la naturaleza síquica del hombre ha de expresarse por medio de las
[i942]formas creadas. Entonces los dos grupos siguientes de Sephiroth se reproducen en el hombre. Desde otro ángulo el hombre se manifiesta como nónuple, pero en esta parte del tratado nos ocupamos solamente de los constructores de la forma.

Estos grupos de constructores son cuatro, los del

    1. cuerpo mental,
    2. cuerpo astral, [e744]
    3. cuerpo etérico,
    4. cuerpo físico denso.

Cada uno de ellos puede ser subdividido en siete, en cuatro o en tres, según el plano implicado. Los estudiantes deben recordar que la materia de los dos subplanos más inferiores de los planos físico y astral nunca se construyen en el cuerpo humano tal como está actualmente constituido, porque la vibración es demasiado baja y burda, incluyendo al tipo de hombre más inferior que existe actualmente en la tierra. Debe señalarse también que en el hombre medio la materia de algún subplano predominará de acuerdo a la profundidad de su naturaleza y al lugar que ocupa en la escala evolutiva. Los “constructores” del cuerpo humano trabajan dirigidos por uno de los Señores del Karma del grupo más inferior. Dichos Señores forman tres grupos y el Señor del tercer grupo supervisa el trabajo de los que construyen al ser humano en los tres planos. Rige a ciertos agentes kármicos, que también se dividen en los siguientes grupos:

    1. Tres agentes kármicos que responden por el trabajo de los Señores kármicos, realizado en los tres planos.
    2. Cinco Señores kármicos que trabajan en estrecha relación con los Manu de las diferentes razas, responsables de la correcta construcción de los diferentes tipos de raza.
    3. Agentes kármicos responsables de los tipos de la subraza actual. [i943]
    4. Ciertos agentes intermediarios Que representan (dentro de estos tres grupos) a los siete tipos de Rayo.
    5. Los agentes de la Buena Ley que están específicamente relacionados con el trabajo de los centros etéricos y su respuesta a los diferentes centros planetarios.
    6. Los custodios de los registros.

Estas diversas inteligencias manejan las fuerzas constructoras por medio de corrientes de energía que son puestas en movimiento cuando el Ego emite su nota. Debe recordarse que, en mayor o menor grado y en su propio plano, el Ego conoce su karma y también lo que se ha de realizar para fomentar el progreso durante la encarnación venidera. Por lo tanto, trabaja vinculado con dichos Señores, pero únicamente está en contacto directo con un agente del sexto y del cuarto grupos. Por intermedio de ambos el trabajo continúa en lo que atañe individualmente al Ego, poniendo en movimiento para él (después que ha emitido su nota) la maquinaria de la Ley.

Los que construyen la personalidad humana también se dividen en siete grupos principales; los demás, así como en el caso de
[e745] las Mónadas humanas, pertenecen a uno de los siete Rayos y responden a una de las siete corrientes logoicas de energía ígnea. De acuerdo al tipo de Rayo egoico del hombre así será el tipo de sustancia dévica influenciada.

Dichos constructores trabajan con ciertos elementales, pero sólo en el plano físico puede impartirse algo respecto a su naturaleza y trabajo. Estos elementales son pequeñas entidades que se adhieren al plan tal como lo desarrollan los constructores, construyendo ciegamente la estructura del cuerpo y formando las envolturas mediante las cuales el Ego se ha de expresar. En los planos etéricos, construyen la verdadera “forma” con sustancia etérica y producen la envoltura de complicadas líneas de hilos ígneos entrelazados, siendo en
[i944] realidad una extensión del sutratma o hilo de vida. Cuando está tejido y entrelazado se vitaliza con la energía de la vida enviada por el Ego, así como Shiva, el Padre, da al Hijo la verdadera “bios” o vida, mientras que la Madre calienta, construye y nutre el cuerpo. El trabajo de los elementales etéricos llega a su primera consumación cuando el sutratma se conecta con los tres centros de naturaleza física dentro del cráneo -la glándula pineal, el cuerpo pituitario y el centro alta mayor. Esotéricamente, la conexión más importante se establece cuando el sutratma penetra en el centro que se halla en la cima de la cabeza; a través del mismo la vida del cuerpo etérico se retira en el momento de la muerte. Éste es el punto vital. Allí, el “hilo” de vida, una vez cumplidos los siete años de vida, se divide en tres ramas, que se extienden hacia los tres centros. La comprensión de este hecho oportunamente proporcionará cosas de gran interés para el científico. Gran parte de la imbecilidad, o del desarrollo retardado, tiene su origen en la conexión etérica con estos tres centros. La trama etérica es literalmente la fina red de hilos de fuego que se extiende sobre el centro y cubre una zona de dimensiones muy amplias. Separa los cuerpos astral y físico. Una zona similar existe en el sistema solar. Por su intermedio las fuerzas cósmicas deben pasar a los diferentes esquemas planetarios.

Los grupos elementales del plano físico denso, puestos en actividad por los constructores, son tres:

  1. Los elementales gaseosos.
  2. Los elementales líquidos.
  3. Los elementales estrictamente densos.

Un grupo se ocupa de los canales ígneos, de los fuegos del cuerpo humano y de los diferentes gases que se encuentran dentro de la periferia humana. Otro grupo
[i945] trabaja con el sistema circulatorio y con todos los líquidos -líquidos y humores del cuerpo; [e746] mientras que el tercero está ampliamente involucrado en la construcción de la estructura, por medio de la correcta distribución de los minerales y de los productos químicos. Aquí hay algo vinculado a la medicina; esotéricamente es verdad que así como los devas y los elementales líquidos están estrechamente relacionados con el reino vegetal y ambos con el plano de las emociones, el cuerpo líquido logoico, así las enfermedades de los seres humanos que afectan el sistema circulatorio, los riñones, la vejiga y la lubricación de las coyunturas, serán curadas por los constituyentes vegetales y, sobre todo, mediante el correcto equilibrio de la naturaleza emocional.

Muchas otras influencias, además de las ya mencionadas, deben ser consideradas cuando se dilucide el tema del trabajo que realizan los constructores del cuerpo del hombre. No sólo son afectados por

  1. la nota de un hombre,
  2. el color proporcionado por los agentes transmisores,
  3. los agentes kármicos,
    sino que están regidos por
  4. el karma y la vibración grupales que harán intervenir a otro grupo de agentes y constructores, afectando así a los cuerpos de un hombre,
  5. el karma racial, extensión del anterior,
  6. las fuerzas que actúan sobre el planeta desde otro esquema o por medio de la formación de un triángulo del sistema,
  7. un triángulo cósmico de fuerza de un tipo específico que puede atraer entidades y energías de cualquier esquema particular, incidiendo sobre el karma del Logos planetario.

Por lo tanto será evidente para el estudiante que el tema es complejo y que verdaderamente el hombre es el resultado de algún tipo de fuerza -principalmente egoica, pero también
[i946] planetaria y hasta del sistema. Sin embargo, nunca se lleva a un hombre a enfrentar circunstancias insuperables cuando ha alcanzado el punto donde inteligentemente se pone en línea con la evolución o Dios. Quizás previamente sea impulsado a ello, y lo será, por la fuerza de las circunstancias; la presión del karma grupal y racial lo impelerá a situaciones necesarias para activar el proceso de despertarlo y comprender sus propias posibilidades innatas. Una vez que se hace constructor consciente y trata de controlar a las fuerzas y a los constructores de su propia naturaleza inferior, y de construir el Templo de Salomón, ya no está sujeto a condiciones anteriores. Se transforma en regidor, constructor y transmisor, hasta que [e747] oportunamente se convierte en uno con los Angeles solares y ha cumplido el trabajo de la evolución humana.

Lo dicho es muy superficial, habiéndose expuesto solamente lo que tiene un profundo significado para el hombre en la actualidad. Muchas cosas se han de deducir y se llegará a conclusiones de acuerdo a la Ley de Analogías. También debe tenerse siempre presente que nuestro concepto básico lo constituye la energía ígnea de los centros de fuerza puestos en movimiento y mantenidos en vibración activa por la palpitación de centros aún mayores. Toda forma está construida de átomos ígneos o vidas energéticas, por medio de vidas mayores, las cuales son mantenidas en coherencia dentro de envolturas todavía mayores -las envolturas mayores son para las menores lo que el macrocosmos es para el microcosmos. Estos grupos de vidas constructoras pueden ser divididos en tres grupos de unidades de energía y su naturaleza deducirse por las frases:

  1. Vidas animadas por energía dinámica.
  2. Vidas animadas por energía irradiante.
  3. Vidas animadas por energía atómica.

Éstas constituyen también la suma total de los tres fuegos, fuego eléctrico, fuego solar y fuego por fricción. En términos del plano
[i947] físico cósmico, la analogía con el plano del sistema puede verse en la clasificación siguiente:

1. Energía dinámica fuego eléctrico subplano atómico. Primera sustancia etérica. Plano de adi.
2. Energía irradiante . fuego solar tres niveles etérico cósmicos. Cuerpo etérico logoico.
3. Energía atómica fuego por fricción tres planos de los tres mundos. Vehículo denso logoico.

Como se verá cada plano refleja en forma interesante este mismo orden.

III. EL HOMBRE COMO CREADOR QUE CREA CON MATERIA MENTAL

1. Creación de Formas Mentales.

El tema que vamos a tratar ahora no lo dilucidaremos explícitamente debido a los peligros que acarrea. Durante el proceso creador el hombre maneja cierto tipo de fenómenos eléctricos y tiene que ver con aquello que vitalmente es afectado por cada pensamiento que emana de él y con esas vidas menores que (en conjunto) constituyen, desde cierto ángulo, una fuente de verdadero peligro para el mismo. Concretaremos lo que debe decirse en ciertas afirmaciones. [e748]

a. Gran parte de la angustia que actualmente se observa en el mundo puede ser atribuida directamente a la incorrecta manipulación de la materia mental por el hombre, a los erróneos conceptos vertidos respecto a la naturaleza de la materia, y a las peligrosas condiciones producidas por el conjunto de tentativas creadoras que los seres humanos han realizado en el transcurso de los siglos.

Erróneas interpretaciones han surgido respecto a la finalidad de los fluidos vitales del universo; esto, como también ciertas distorsiones de la luz astral, ha aumentado la angustia, produciendo un espejismo subsidiario o secundario, luz
[i948] reflejada que intensifica el maya ya creado. Este reflejo secundario lo ha producido el hombre en su evolucionado intento de equilibrar los pares de opuestos, provocando una condición que tiene que ser superada antes de iniciar el verdadero equilibrio oculto. Podría considerarse como la suma total de esa gran manifestación (creada sólo por el hombre) denominada “El Morador del Umbral”.

Uno de los mayores obstáculos en el sendero de Retorno, del cual el hombre es definidamente responsable, dentro de los límites esotéricos, lo constituyen esas formas animadas que ha venido creando permanentemente desde mediados de la raza raíz atlante, cuando el factor mente comenzó con lentitud a asumir mayor importancia. El egoísmo, los móviles sórdidos, la rápida respuesta a los impulsos del mal, que han caracterizado a la raza humana, acarrearon un estado de cosas que no tiene parangón en el sistema. Se cierne sobre toda la familia humana una forma mental gigantesca, construida durante épocas por los hombres de todas partes, energetizada por los deseos insanos y las inclinaciones malignas de la peor naturaleza humana, vivificada por las inclinaciones de sus deseos inferiores. Esta forma mental debe ser desintegrada y disipada por el hombre al finalizar esta ronda, antes de que termine el ciclo, y su disipación constituirá una de las fuerzas que tenderán a producir el pralaya interplanetario. Ésta es la torpe creación, si puede denominarse así, que los Grandes Seres se ocupan de destruir. De acuerdo a la Ley del Karma tiene que ser disipada por quienes la han creado; por lo tanto, los Maestros llevan a cabo Su trabajo en forma indirecta, tratando de iluminar gradualmente a los hijos de los hombres a fin de que puedan ver con claridad a este “Morador del Umbral” de la nueva vida y al antagonista que se encuentra entre el cuarto y el quinto reino de la naturaleza. Cada hijo del hombre que entra en el Sendero de Probación
[i949] facilita Su tarea, pues significa que una pequeña corriente de energía vital va dirigida hacia nuevos canales, cortándose de la antigua corriente que tiende a vitalizar y nutrir la forma del mal; de esta [e749] manera otro agresor consciente puede ser entrenado para colaborar en la tarea de destrucción. Cada vez que un iniciado es admitido en los grados de la Logia, significa que un nuevo y poderoso agente está dispuesto a hacer descender fuerza desde los niveles superiores para ayudar en la tarea de desintegración. Cuando se comprendan estos dos métodos de trabajo agresivo (el del aspirante y el del iniciado) el cuidadoso estudiante de analogía obtendrá muchas cosas de vital interés. Aquí reside la clave del actual problema del mal y del poderoso aferramiento que el aspecto materia tiene sobre lo espiritual. Esta gigantesca forma mental, producto de la ignorancia y el egoísmo del hombre, se mantiene viva y vitalizada de tres maneras:

Primero, mediante la acumulación de malos deseos, perversas intenciones y propósitos egoístas individuales. Todo mal pensamiento involucrado en la palabra y manifestado como acción en el plano físico, contribuye a expandir las proporciones de esta entidad maléfica.

Segundo, por la protección de los hermanos de la sombra y esos representantes de lo que podría denominarse “mal cósmico”, los que (debido al karma de la familia humana o cuarto reino, en esta cuarta ronda) asumiendo enormes responsabilidades, hacen posible la vitalización secundaria de la forma mental y producen condiciones tan horrendas que, de acuerdo a la ley, provocan la rápida cristalización, trayendo como consecuencia la destrucción final. El estudiante haría bien en ampliar su concepto respecto al propósito del mal
y al lugar que dichas fuerzas ocupan en el esquema general.

Tercero, mediante las energías existentes y la vibración que todavía se siente, fuerza de
[i950]un sistema solar anterior que persiste, y la emanación de aquello que en este sistema solar no se considera ya como un principio.

Éstos son los tres factores principales que los Grandes Seres han de considerar en Su trabajo cuando ayudan al hombre a desIigarse de la influencia de esta forma autoimpuesta, a destruir aquello que ellos mismos han construido y a liberarse de la ilusión proyectada por el persistente vampiro que han nutrido y fortalecido durante milenios.

Esta tarea de destrucción es llevada a cabo por los Grandes Seres, de cuatro maneras:

  1. Por la fuerza de sus pensamientos y meditaciones conjuntas.
  2. Por el trabajo de la Jerarquía, al entrar y enseñar a [e750] individuos, que se desprenden en esta forma de la ciega actividad grupal, y se convierten en centros conscientes de fuerzas y colaboradores en la tarea de destrucción. Este trabajo debe ser efectuado en los niveles mentales. De allí que se entrene a los discípulos a meditar y a trabajar con materia mental.
  3. Por el empleo de ciertos mántram y palabras que introducen fuerza interplanetaria de cuarto orden. Dicha fuerza se dirige luego hacia la creación distorsionada efectuada por la cuarta Jerarquía creadora (el cuarto reino o humano) tendiendo a aumentar el trabajo de destrucción. Gran parte de esta tarea es llevada a cabo por los Nirmanakayas.
  4. Por el estímulo del cuerpo egoico de los hombres, de tal manera que los Angeles solares puedan llevar adelante con mayor precisión y fuerza el conflicto con los dioses lunares. Ésta es la verdadera guerra en los cielos. A medida que los Dioses solares (84) descienden [i951]al plano físico, asumen un paulatino y creciente control de las naturalezas lunares, y en consecuencia se purifican y refinan los pensamientos y deseos de los hombres. Los fuegos solares desplazan a la luz lunar, y la naturaleza inferior es finalmente purificada y transmutada. Con el tiempo los Ángeles solares brillarán en toda su gloria, en el plano físico, por medio de la naturaleza inferior, la cual proporciona el combustible para las llamas. El detestable “Morador del Umbral” muere así gradualmente por falta de sustento, desintegrándose por ausencia de vitalidad, y el hombre queda libre.

b. En la actualidad, gran parte de la manipulación de la materia mental destinada a construir formas de cualquier tipo, se efectúa en los niveles inferiores, dando por resultado el poderoso deseo basado en la atracción física. El cuerpo de deseos, de la mayoría de los hombres, no el cuerpo mental, es el más poderoso, e
[e751] impone una vibración tan fuerte (debido a la fuerza grupal de los señores lunares) que el tercer grupo de entidades lunares que construye el cuerpo mental es impelido a responder voluntariamente, quedando la triple naturaleza inferior inmediatamente comprometida en el horrible proceso de alimentar al temible “Morador”. La energía sigue la línea de menor resistencia. Como ya sabemos, una de las primeras tareas del Ego es imponer un nuevo ritmo a su sombra y reflejo, el hombre inferior, y esta imposición, a su vez, desvía la energía de la distorsionada creación del hombre, poniendo su vibración a tono con la de su Angel solar.

A los devas, la suma total de energía de la sustancia misma, no les interesa el tipo de forma que construyen.
[i952] Responden irresponsablemente a las corrientes de energía, y no se ocupan de su procedencia. Por lo tanto, el lugar que le corresponde al hombre en el plan cósmico se hace más vital y evidente cuando se comprenda que una de sus principales responsabilidades es dirigir las corrientes de energía desde el plano mental y crear lo que se desea en niveles superiores. Todos los hombres están pasando por un determinado desarrollo evolutivo con el fin de llegar a ser creadores conscientes en el uso de la materia. Esto implica:

La comprensión del plan arquetípico.

La comprensión de las leyes que rigen los procesos constructivos de la naturaleza.

El consciente proceso de creación voluntaria, de manera que el hombre colabore con el ideal, trabaje bajo la ley, produzca aquello que está de acuerdo con el plan planetario y tienda a promover los mejores intereses para la raza.

La comprensión de la naturaleza de la energía y la habilidad para dirigir las corrientes de energía y desintegrar (o extraer la energía) todas las formas en los tres mundos.

La comprensión de la naturaleza de los devas, su constitución y lugar que ocupan como constructores, y las palabras y sonidos con los cuales se los puede dirigir y controlar.

Cuando las corrientes de energía de la familia humana sean dirigidas sólo desde niveles egoicos, cuando el deseo sea transmutado y se haya despertado el quinto principio y, finalmente, sea iluminado por el sexto, sólo entonces se desvanecerá el impulso que emana de los niveles inferiores, y el “Morador del Umbral” (que ahora acecha a la familia humana) también morirá. En otras palabras, cuando el cuerpo físico denso del Logos planetario (compuesto de materia de los tres mundos del esfuerzo humano) se haya purificado y vitalizado totalmente por la fuerza de la vida que fluye de los niveles etéricos, y cuando todos Sus centros (formados por entes humanos) se hayan despertado plenamente, entonces se
[e752] [i953] convertirán en canales de la fuerza pura, y ya no podrá existir una entidad como el “Morador”.

Todo lo que he expresado aquí referente al “Morador del Umbral” entre los dos grandes reinos en el Sendero -el cuarto y el quinto-, puede ser analizado por el estudiante en forma personal. Frente a cada sensato aspirante a los Misterios se halla esa forma vitalizada que ha construido y nutrido él mismo durante anteriores encarnaciones, representando la suma total de sus malos deseos, móviles y pensamientos. Durante épocas ha sido vampirizado por ella, representando para él aquello que no ha logrado realizar. Lo afectan no sólo a él sino también a todos esos entes con quienes hace contacto y conoce. Para destruirla deberá seguir métodos similares a los aplicados por los Grandes Seres y por el acrecentado poder de su Angel Solar, la fuerza de su Ego, un estudio de la ley, el conocimiento del poder del sonido y el control de la palabra, producirá finalmente su desintegración. El Antiguo Comentario dice:

“El Angel solar debe apagar la luz de los ángeles lunares; entonces por falta de calor y luz, perece aquello que ha servido de obstáculo.”

c. Hasta ahora pocos miembros de la familia humana trabajan, deliberada y conscientemente, empleando únicamente materia mental. La energía utilizada por el hombre es en su mayor parte kama-manásica o de deseo, acompañada de una mente inferior en la que prepondera, como se ha de suponer, la fuerza del deseo. Esto se infiere de la segunda afirmación. Toda la tendencia de la evolución consiste en desarrollar la capacidad de construir con materia mental, y la raza tiene ante sí dos cosas.

Primero.
La disipación gradual de masas indefinidas de materia kama-manásica, circundando prácticamente a todo ente de la familia humana, produce una condición lóbrega y brumosa, dentro y alrededor de cada aura. Gradualmente
[i954] ésta se esclarecerá y los hombres estarán rodeados por nítidas formas mentales, caracterizadas por una definida vibración y por una calidad particular e incidental al rayo del hombre y en consecuencia a su tipo de mente.

Segundo.
La acumulación de formas mentales humanas de carácter personal, vibrando actualmente alrededor de cada ser humano, así como los planetas vibran alrededor del sol, tenderán a aproximarse a un centro grupal. La energía mental, que emana de cada ser humano como una corriente relativamente débil de un indefinido conglomerado de materia mental, de carácter indeterminado y sin configuración definida, que continúa animando esas formas durante un breve período, se dirigirá a la creación de aquello que el grupo anhela y no a lo que el ente desea. Esto constituye
[e753] en gran parte la base del antagonismo que han de enfrentar todos los pensadores constructivos y trabajadores grupales. La corriente de energía que emana de ellos y que construye vigorosas formas mentales, corre en sentido opuesto al de la masa de hombres, despierta oposición y produce caos temporario. Los trabajadores y pensadores destacados de la familia humana, dirigidos por la Logia, se ocupan de tres cosas:
  1. Imponer a los hombres un ritmo nuevo y elevado.
  2. Disipar las lóbregas nubes de formas mentales indefinidas y semivitalizadas que circundan nuestro planeta, permitiendo la entrada de fuerza interplanetaria y de los niveles mentales superiores.
  3. Despertar en los hombres el poder de pensar con claridad, energetizar debidamente sus formas mentales, mantener vitalizadas esas construcciones mentales, por medio de las cuales pueden lograr su objetivo, y [i955]traer al plano físico las condiciones deseadas.

Dichos pensadores y trabajadores vitales deberían comprender con toda claridad por medio del sonido y la vitalización estos tres objetivos: el poder del pensamiento, la dirección de las corrientes mentales, la ciencia de la construcción mental, la manipulación de la materia mental de acuerdo a la ley y el orden, y el proceso de manifestar el pensamiento. También involucra la capacidad de rechazar o inutilizar impulsos que surgen del yo inferior, de aspecto estrictamente personal y centralizado, y la habilidad de trabajar en forma grupal, enviando cada pensamiento a cumplir la misión definida, la cual consiste en agregar su cuota de energía y materia a determinada corriente específica y conocida. Esto último es muy importante, pues todo aquel que trabaje para la humanidad no puede ser realmente útil hasta que (conscientemente y con pleno conocimiento de su tarea) dirige definitivamente su energía mental hacia determinado canal para prestar servicio a la raza.

d. Por lo tanto, en la construcción de todo pensamiento de orden elevado, los hombres deben realizar varias cosas que pueden ser enumeradas de la manera siguiente:

Primero, purificar sus deseos inferiores para permitirles ver, con claridad, en sentido oculto. El hombre no puede poseer una visión clara si está obsesionado por sus propias necesidades, actividades e intereses y es inconsciente de lo superior y de la actividad grupal. Esta clara visión lo capacita para leer, aunque inconscientemente al principio, los archivos akáshicos, a fin de comprobar dónde se inician los nuevos y entrantes impulsos mentales, la capacidad de subordinar sus propios intereses al bien del grupo,
[e754] colaborando con el plan, y la facultad que lo hará consciente de la nota clave de la raza y del “clamor de la humanidad”.

Segundo, controlar la mente. Esto implica
[i956] ciertas cosas importantes: Conocer la naturaleza de la mente y el cerebro, por medio de la concentración; comprender la relación que debiera existir entre el cerebro físico y el Hombre, el Pensador real en el plano físico, capacidad que se desarrolla gradualmente cuando se llega a controlar la mente por medio de la concentración, para meditar en sentido ocultista y precipitar así el plan desde los niveles superiores, reconocer su participación individual en el plan y colaborar entonces en la tarea de algún grupo particular de Nirmanakayas. A esto le sigue el estudio de las leyes de la energía. Un hombre descubre cómo construir una forma mental de cualidad y tono determinados, cómo energetizarla con su propia vida y así lograr -en niveles mentales- una pequeña creación, el hijo de su voluntad, que puede emplear como mensajero o como medio para manifestar una idea. Los estudiantes deberían considerar cuidadosamente estos puntos si es que quieren llegar a ser operadores conscientes.

Finalmente después de haber construido una forma mental, el servidor de la humanidad debe aprender a enviarla a cumplir su misión, cualquiera sea, mantener su configuración por medio de su propia energía vital, hacerla vibrar a su propio ritmo y una vez cumplida su misión, provocar su destrucción. El hombre común a menudo es víctima de sus propias formas mentales. Las construye, pero no es lo suficientemente fuerte como para enviarlas a realizar su tarea, ni bastante sabio para disiparlas cuando es necesario. Esto ha producido la espesa y arremolinada bruma de formas semiconstruídas y semivitalizadas que envuelve al ochenta y cinco por ciento de la raza humana.

En el trabajo de construir formas el hombre tiene que manifestar las características del Logos, el gran Arquitecto o Constructor del universo. Debe realizar su trabajo igual que el Logos:

Concebir la idea.

Revestir la idea con materia.
[i957]

Energetizar la idea, capacitando así a la forma para preservar su delineamiento y cumplir su misión.

En tiempo y espacio, por medio del deseo y el amor, dirigir esa forma mental, vitalizándola continuamente, hasta haber logrado el objetivo. Destruir o desintegrar la forma mental cuando se ha cumplido el fin deseado, retirando su energía (ocultamente “ya no le presta atención” o “ya no la vigila”) de modo que las vidas menores (que han sido construidas en la forma deseada) se apartan y regresan a la reserva general de sustancia dévica.

[e755] En todo trabajo creador con materia mental, se ve al hombre como Trinidad activa, el creador, el preservador y el destructor,

e. En todo trabajo oculto realizado con materia mental, que deba manifestarse en el plano físico para lograr objetividad, el hombre tiene que trabajar como unidad. De esto se infiere la capacidad del triple hombre inferior de subordinarse al Ego de tal manera que la voluntad dinámica del mismo pueda ser impuesta al cerebro físico.

El método del hombre que desarrolla en el plano físico un trabajo consciente con materia mental, podría ser considerado en sus dos aspectos: primero, el proceso inicial de alineamiento con el Ego para que el plan, propósito y método de realización puedan ser impresos en el cerebro físico y, segundo, un proceso secundario en que el hombre, usando el cerebro físico conscientemente, lleva adelante el plan, construye por medio de la voluntad y el propósito la forma necesaria, y después de haber construido y energetizado la forma “la vigila”. He aquí expuesta esotéricamente la gran verdad que yace detrás de todo proceso energetizador. La Biblia cristiana se refiere mucho “al ojo del Señor” y, en términos esotéricos, el ojo es aquello que otorga poder a su servidor, la forma mental. Los científicos
[i958] comienzan a interesarse ya por el poder que posee el ojo humano, y esa facultad de controlar y reconocer que existe en todas partes será explicada científica y esotéricamente cuando sea estudiada corno instrumento de energía iniciática.

Por lo tanto, será evidente que una forma mental es el resultado de dos tipos de energía:

En primer lugar, la que emana del Ego en los niveles abstractos.

En segundo lugar, la que emana del hombre en el plano físico por medio del cerebro.

El hecho de que generalmente los hombres no reconozcan el primer factor, es responsable de gran parte del mal. Cuando la Ciencia del Yo” haya asumido debidas proporciones, los hombres deberán determinar cuidadosamente los impulsos egoicos en todos los procesos mentales y utilizar la verdadera energía egoica antes de comenzar a manipular sustancia dévica y construir formas con vidas dévicas.

2. Construcción de Formas Mentales en los Tres Mundos.

He de decir algunas palabras más respecto al tema del Hombre como Creador que crea con materia mental. Van dirigidas a todos los estudiantes que por su capacidad para concentrarse, han desarrollado cierta medida de control mental y desean llegar a
[e756] comprender el proceso de la creación con mayor exactitud científica. Trataremos por lo tanto de dos factores en el proceso de construir formas mentales:

  1. El alineamiento con el Ego. (85)

  2. El proceso de impresionar la voluntad egoica en el cerebro físico, o (en otras palabras) la utilización inicial de la energía egoica.

[i959] Considerémoslas una por una.

a. El alineamiento con el Ego. Esto, como se sabe, sólo es posible para el hombre que ha llegado al Sendero de Probación o a cierto punto bien definido en la evolución. Por el conocimiento y la práctica se adquiere el poder de utilizar automática y científicamente el sutratma (o canal) como medio de contacto. Cuando a esta capacidad se agrega la utilización del antakarana con igual facilidad (el puente entre la Tríada y la personalidad), tenemos entonces un poderoso agente de la Jerarquía en la tierra. Podríamos generalizar las etapas de crecimiento y la consiguiente capacidad para llegar a ser un agente que aumenta constantemente sus poderes extrayendo los recursos de la energía dinámica de los tres mundos, de la manera siguiente:

Los tipos inferiores de la humanidad utilizan el sutratma cuando atraviesa el cuerpo etérico.

Los hombres comunes utilizan casi totalmente esa parte del sutratma que pasa a través del plano astral. Sus reacciones están basadas, en gran medida, en el deseo y son emocionales.

Los hombres intelectuales
utilizan el sutratma cuando atraviesa los niveles inferiores del plano mental, descendiendo a través del astral hasta el físico, en sus dos partes. Sus actividades son energetizadas por la mente y no por el deseo como en los casos anteriores.

Los aspirantes en el plano físico
utilizan el sutratma cuando atraviesa los dos subplanos inferiores de los niveles abstractos del plano mental y comienzan a construir gradualmente el antakarana o el puente entre la Tríada y la Personalidad. Entonces el poder del Ego puede empezar a hacerse sentir.

Los aspirantes a la iniciación
y los iniciados hasta la tercera iniciación utilizan ambos, el sutratma y el antakarana, empleándolos como si fueran uno. Aquí comienza a fluir el
[e757] poder de la Tríada, energetizando así a todas las actividades [i960] humanas sobre el plano físico y vitalizando en grado siempre creciente las formas mentales del hombre. La clave para la formación del Mayavirupa se encuentra en la correcta comprensión del proceso.

Si los estudiantes analizaran cuidadosamente las anteriores diferenciaciones se arrojaría mucha luz sobre la cualidad de la energía empleada en la construcción de las formas mentales.

En las primeras etapas este alineamiento debe ser realizado concisa y cuidadosamente por medio de la concentración y la meditación. Luego, cuando se ha implantado el ritmo correcto en los cuerpos y la purificación de las envolturas se ha seguido rígidamente, la actividad dual llega a ser prácticamente instantánea, y el estudiante puede entonces abocar su atención a la tarea de construir y vitalizar conscientemente, pues ya no se concentrará para lograr el alineamiento.

El exacto alineamiento requiere:

Quietud mental o vibración estable,
Estabilidad emocional, dando por resultado un nítido reflejo.
Equilibrio etérico, lo cual produce una condición en el centro coronario, que permitirá la aplicación directa de la fuerza al cerebro físico por medio de dicho centro.

b. Impresión en el cerebro físico. La exacta comprensión, por parte del cerebro físico, de lo que el Ego trata de comunicar respecto al trabajo a realizar, sólo llega a ser posible cuando se comprenden dos cosas:

El alineamiento directo.

La transmisión de la energía egoica o voluntad, hacia uno de los tres centros físicos de la cabeza:

La glándula pineal.
El cuerpo pituitario.
El centro alta mayor, o ese centro nervioso que se halla en el extremo superior de la columna vertebral, donde el cráneo y la columna casi se unen. Cuando este conglomerado de nervios se ha desarrollado plenamente, forma un centro de comunicación entre la energía vital de la columna vertebral (el fuego kundalínico) y la energía de los dos centros de la cabeza ya enumerados. Es la analogía del antakarana en niveles superiores.
[i961]

[i962] El cuerpo pituitario (en los casos de correcto y normal desarrollo) constituye el centro que recibe la triple vitalización que [e758]

 

IMAGEN

 

[e759] corre por el sutratma desde el mental inferior, hasta el astral y los planos etéricos. La glándula pineal entra en actividad cuando esta acción es reforzada por la afluencia de energía desde el Ego en su propio plano. Cuando es utilizado el antakarana, se emplea también el centro alta mayor, y los tres centros físicos de la cabeza comienzan a actuar como una unidad, formando así una especie de triángulo. En el momento que se recibe la tercera Iniciación, el triángulo se despierta totalmente y el fuego (o energía) circula libremente.

Por lo tanto es evidente que la capacidad del hombre para crear en materia mental aumenta a medida que recorre el sendero. Se ha de recordar que (según el ángulo desde el cual se lo estudie) no estamos considerando el poder del Ego para construir formas en el plano mental, sino la capacidad del hombre en el plano físico a fin de crear, en el plano mental, vehículos para la energía, la que -cuando se pone en movimiento por su voluntad consciente- produce ciertos efectos específicos en el plano físico. Esto se lleva a cabo mediante la energía egoica que desciende por el sutratma al cerebro físico, siendo retransmitida al plano mental, con aquello que ha adquirido o perdido en el proceso. El verdadero adepto, por medio del conocimiento, conserva la energía durante el proceso de transmisión, acrecentándola con la energía que hace contacto, es decir, la energía de la voluntad más la del deseo, alimentada por la energía del cerebro físico, que constituye literalmente un pequeño resumen del proceso creador de Dios, constituyendo la
[i963] energía unificada de las tres personas, desde el punto de vista físico. En la unificación de los tres fuegos en el hombre, siendo en realidad:

a. Esa cantidad de fuego del espíritu o fuego eléctrico, que cualquier Ego particular contiene (cantidad relativamente pequeña antes de la tercera Iniciación) o puede transmitir conjuntamente con:

b. Esa cantidad de fuego del Angel Solar (fuego solar) o aspecto egoico que el Ego es capaz de transmitir. Sin embargo, es pequeña en el hombre común, mayor en el hombre que se halla en el sendero de probación y una gran precipitación cuando se recibe la tercera iniciación.

c. Esa cantidad de fuego que puede penetrar la sustancia, en estado de purificación. Esto depende de la pureza de los tres vehículos, y en el caso del hombre altamente avanzado es el fuego kundalínico el que aviva la llama producida por los otros dos.

Por lo tanto, cuando el alineamiento es correcto y los centros físicos de la cabeza se despiertan, el hombre puede llegar a ser un creador consciente con materia mental.
[e760]

IV. EL HOMBRE Y LOS ESPIRITUS DEL FUEGO O CONSTRUCTORES

Trataremos esta sección más detalladamente que la anterior, ya que se ocupa de muchas cosas que tienen un actual valor práctico para el hombre. Esto se observará especialmente al estudiar los efectos, que se producen al hablar, y el significado oculto de la palabra hablada.

1. El Aspecto Voluntad y la Creación.

En una sección anterior, nos ocupamos de la transmisión de la voluntad del Ego al cerebro físico, y vimos que sólo en esas personas que (mediante el desarrollo evolutivo) han establecido una conexión entre el sutratma y el antakarana y cuyos tres centros físicos de la cabeza se hallan más o menos despiertos, puede ser transmitida la voluntad del Ego. En los otros casos, como en el hombre común y el poco desarrollado, el propósito
[i964] que afecta al cerebro físico emana de los niveles astrales o mental inferior, siendo probablemente impulsos de algún Señor lunar, aunque de orden menos elevado que la divina voluntad del Ángel solar, el verdadero hombre.

a. Las condiciones del mago. Es de valor recordar que cuando los centros físicos de la cabeza se despiertan (mediante el alineamiento de los centros etéricos) tenemos los aspectos más inferiores de la influencia egoica. Desde estos tres centros, el hombre, en el Sendero de Probación y hasta la tercera Iniciación, dirige y controla su envoltura, y desde ellos difunde esa iluminación que se irradiará en la vida del plano físico. En el momento de recibir la tercera Iniciación, el triángulo interno se halla en pleno proceso de transmisión circulatoria, y toda la vida de la Personalidad está sometida a la voluntad del Ego. “La estrella absorbe la luz de la luna, para que puedan reflejarse los rayos del Sol”, manera esotérica de expresar la verdad referente a este punto de la evolución. Sería también de valor destacar aquí la condición de los centros etéricos durante este procedimiento directo de control solar.

Antes de que despierten los tres centros físicos de la cabeza, el hombre está en gran parte sometido a la fuerza que fluye a través de los cuatro centros etéricos menores; luego los tres centros principales -el coronario, el cardíaco y el laríngeo- comienzan a vibrar, y gradualmente su actividad se amplia hasta que su energía tiende a rechazar la de los centros inferiores, a absorber su vitalidad y a desviar su dirección, hasta que las tres ruedas superiores estén en plena actividad cuadridimensional. Mientras esto prosigue, los tres centros físicos de la cabeza comienzan a despertar del letargo y a entrar en actividad, sintiéndose el siguiente efecto:
[e761]

  1. Cuando despierta el centro principal de la cabeza la glándula pineal comienza a funcionar.
  2. Cuando el centro del corazón está completamente activo entra en actividad el cuerpo pituitario. [i965]
  3. Cuando el centro de la garganta ocupa su correcto lugar en el proceso evolutivo el centro alta mayor vibra adecuadamente.

Cuando se halla en actividad circulatoria el triángulo de fuerza formado por estos tres centros físicos, puede verse también en actividad circulatoria el triángulo mayor; entonces se convierte en una “rueda que gira sobre sí misma”. Los centros etéricos principales están en plena actividad y se acerca el momento de la liberación del hombre.

Cuando se lleva a cabo esotéricamente el trabajo de creación, deben utilizarse estos tres centros físicos, y al considerar el tema se evidenciará por qué ha sido necesario tratarlos en este orden.

Por medio de la glándula pineal, (86)
órgano de la percepción [e762] espiritual, el hombre comprueba la voluntad y el propósito del Ego, y desde allí extrae de los niveles superiores [i966] la energía necesaria, vía el centro coronario y el sutratma.

Por medio del cuerpo pituitario, queda disponible el segundo elemento del deseo o la energía constructora de la forma y, de acuerdo a la ley de atracción, puede moldear y construir con sustancia dévica.

Cuando el centro alta mayor, síntesis de lo que podríamos llamar energía nerviosa, ha despertado, el hombre puede materializar y activar la forma deseada que está en proceso de construir mediante la energía atractiva.

Por lo tanto, se evidenciará por qué razón tan poca gente construye formas mentales de beneficio permanente y constructivo para la humanidad, y también por qué los Grandes Seres (a medida que trabajan por intermedio de Sus discípulos) están obligados a trabajar con grupos, y raras veces encuentran un hombre o una mujer cuyos tres centros físicos de la cabeza estén simultáneamente activos. Con el objeto de obtener la cuota de energía necesaria para lograr Sus fines, frecuentemente tienen que trabajar con grandes grupos.

Será evidente también que el poder del discípulo para servir a la humanidad depende en gran medida de tres cosas:
[i967]

  1. El estado de sus cuerpos y su alineamiento egoico.
  2. La actividad que desarrollan los centros físicos de la cabeza.
  3. La actividad circulatoria de la transmisión triangular de fuerza.

[e763] Estos factores a su vez dependen de otros, entre los cuales podrían enumerarse:

  1. La habilidad del discípulo para meditar.
  2. La capacidad que demuestra para extraer con exactitud de los niveles más sutiles, los planes y propósitos que son patrimonio del Ego.
  3. La pureza de sus móviles.
  4. Su poder para “mantener un estado de meditación” y, mientras se halla en él, empezar a construir la forma para su idea, materializando así el plan de su Ego.
  5. La cantidad de energía que puede derramar luego en su forma mental, proporcionándole así un período de existencia, o su minúsculo “día de Brahma”.

Estos factores subsidiarios dependen a su vez de:
  1. El lugar que ocupa en la escala de la evolución.
  2. La condición de sus cuerpos.
  3. Su condición kármica.
  4. La sutilidad de su trama etérica.
  5. La calidad de su cuerpo físico y su relativo refinamiento.

Es necesario advertir aquí al estudiante que no cometa el error de acatar como regla rígida e inflexible el orden consecutivo del desarrollo de los centros físicos de la cabeza y la vitalización de los centros de fuerza. Este proceso depende de muchas cosas, tales como el rayo al que pertenece la Mónada y la evolución lograda en encarnaciones anteriores. La naturaleza, en todos los sectores de su vida colectiva, equipara sus esfuerzos y superpone sus variados procesos, y sólo un vidente que posea
[i968] gran sabiduría y experiencia puede establecer con exactitud la etapa en que puede hallarse cualquier ente determinado de la familia humana. El sabio se abstiene de afirmar algo hasta que lo sabe.

Consideraremos ahora:

b. La construcción, vitalización y actuación de la forma mental. Habiendo obtenido el Ego un reconocimiento o una condición de receptividad en el cerebro físico del hombre y obtenido de él la respuesta necesaria, comienza en consecuencia el proceso de construcción.

Este proceso de lograr respuesta en el plano físico está fundado -como todo en la naturaleza- en la relación existente entre los polos opuestos. Los centros físicos son receptivos a la influencia positiva que ejercen los centros de fuerza. El cerebro físico responde, en las anteriores etapas evolutivas, a la influencia positiva de la naturaleza inferior o a las reacciones de la sustancia de las
[e764] envolturas, impresiones de los Señores lunares. En etapas posteriores responde a la influencia positiva del Ego o a la impresión del Señor solar.

Como es evidente, este proceso de construcción se divide en tres partes que se superponen y parecen simultáneas. Cuando (como en el caso de la mayoría de la familia humana) el proceso es inconsciente, producido por la acción refleja y basado en gran medida en la satisfacción del deseo, todo ocurre con gran rapidez y conduce a rápidos resultados -siendo factibles de acuerdo a la capacidad del hombre para vitalizar y mantener en forma coherente su idea. La mayoría de las formas mentales creadas por el hombre común, dentro de grandes limitaciones, son de relativa eficacia y con un radio de acción restringido. Cuando el hombre está aprendiendo conscientemente a crear, haciéndolo mediante la organización del pensamiento, la concentración y la meditación, procede con más lentitud, porque debe hacer dos cosas antes de llevar a cabo el proceso creador:
[i969]

  1. Establecer contacto o comunicarse con el Ego o Ángel solar.
  2. Estudiar el proceso de creación y adaptarlo paso a paso a la ley natural de evolución.

Lo antedicho es otro modo de definir la meditación y su objetivo.

Más adelante, cuando el hombre sea un experto en meditación, el trabajo de crear mentalmente continuará con mayor rapidez hasta sobrepasar (en una vuelta más alta de la espiral) la actividad del período inconsciente anterior.

Por lo tanto, comenzando con el reconocimiento de la intención egoica en el cerebro físico, el hombre procede a construir la forma para su idea. Empieza primero a organizar el material requerido en el plano mental. En este plano el impulso adopta su forma primaria. En el plano astral o del deseo se efectúa en gran parte el proceso de vitalización, puesto que la duración de la vida de cualquier forma mental (aunque sea como la de nuestro sistema solar) depende de la persistencia y fuerza del deseo.

En los niveles etéricos del plano físico tiene lugar el proceso de concreción física; cuando el vehículo físico adquiere las proporciones necesarias, la forma mental se separa de quien le está dando forma. Cualquier idea se materializará inevitablemente en materia física densa si tiene suficiente fuerza, pero el trabajo principal de su creador cesa cuando ha trabajado con ella en los niveles mental, astral y etérico. La respuesta del físico denso es entonces automática e inevitable. Alguna de las grandes e
[e765] importantes ideas que han surgido en la conciencia de los Guías de la raza, alcanzan plena manifestación sólo por medio de numerosos agentes e impulsos dinámicos de muchas mentes. Cuando esto sucede sólo unos pocos trabajan conscientemente para producir la forma [i970] necesaria; la mayoría son impulsados a la actividad y prestan su ayuda por medio de la propia negatividad de su naturaleza; se ven “obligados” a interesarse aunque no quieran, y se “unen al movimiento”, no por la captación mental o el “deseo vital” sino porque es lo que deben hacer. En este ejemplo puede observarse la capacidad que poseen los Grandes Seres para utilizar la aparente inercia y negatividad (debido al poco desarrollo) y lograr buenos resultados.

Aquí sólo nos ocuparemos del hombre que está aprendiendo a construir conscientemente; no consideraremos el proceso tal como lo realiza el adepto, ni los intentos caóticos de los poco evolucionados. Habiendo captado la idea y discriminado cuidadosamente el móvil subyacente en ella, descubriendo sus propósitos utilitarios y el valor que tiene para el grupo que sirve a la humanidad, el hombre ha de realizar algunas cosas que podemos resumir, por razones de claridad, en ciertas afirmaciones:

Ante todo ha de retener la idea el tiempo suficiente como para ser registrada fielmente en el cerebro físico. Con frecuencia el Ego “hará llegar” hasta el cerebro algún concepto, una parte del plan, y tendrá que repetir el proceso continuamente durante un largo período antes que la respuesta física sea de tal naturaleza que el Angel solar pueda estar seguro de que ha sido inteligentemente captada y plasmada. Es innecesario decir que todo el proceso se facilita enormemente si la “sombra” o el hombre practica la meditación regularmente, si todos los días y a cada hora cultiva el hábito de recapitular, como lo hace el Yo superior, y antes de dormirse se esfuerza por retener la idea de que al despertar ha de “recordar”, lo más posible, cualquier impresión egoica recibida. Cuando se establece la reacción entre los dos factores, el Ego y el cerebro físico receptivo, la interacción es recíproca y ambos se sintonizan mutuamente, entonces se entra en la segunda etapa, la concepción de la idea.

[i971] Sigue entonces un período de gestación, el que también está dividido en varias etapas. El hombre cavila sobre la idea, recapacita sobre ella, iniciando así una actividad en materia mental, al atraer a su pensamiento germinal el material necesario para ser revestido. Visualiza el contorno de la forma mental agregando el color y los detalles. Aquí se observará el gran valor que tiene una verdadera imaginación y su uso científico ordenado. La imaginación es de origen kama-manásico no es deseo puro ni mente pura, [e766] sino un producto estrictamente humano, siendo reemplazada por la intuición del hombre perfecto y las Inteligencias superiores de la Naturaleza.

Cuando su voluntad o impulso inicial es suficientemente fuerte y la imaginación o poder de visualización adecuadamente vívido, se entra en la segunda parte del período de gestación, iniciándose la vitalización por medio del deseo. La interacción entre el impulso mental y el deseo produce lo que podría llamarse una pulsación en la forma organizadora de la idea y adquiere vida. Aunque todavía es nebulosa y de gran tenuidad, muestra ya signos de organización y los contornos de su forma. Los estudiantes deben recordar que en esta etapa todo el proceso se lleva a cabo en el cerebro, existiendo así una analogía definida con el trabajo de los nueve Sephirot:

El de los tres primeros corresponde al impulso egoico que ya hemos tratado anteriormente.

El del segundo grupo de Sephirot tiene su analogía en el trabajo llevado a cabo en la etapa que estamos tratando, o el impulso mente-deseo, emanado conscientemente del cerebro de un hombre.

La tarea de los tres últimos se termina cuando la forma mental, ya revestida de materia astral y mental, se hace objetiva en el plano físico.

[i972] Una etapa posterior en el período de gestación tiene lugar cuando la forma mental revestida de materia mental, y habiendo sido vitalizada por el deseo, toma para sí una capa de sustancia de materia astral, y en consecuencia es capaz de actuar en el plano astral lo mismo que en el mental. Ahora su crecimiento es rápido. Debiera tenerse muy en cuenta que el proceso de construir con materia mental y astral son simultáneos, y el desarrollo ahora es doble. Aquí el constructor consciente debe mantener cuidadosa. mente el equilibrio y no permitir que la imaginación asuma proporciones indebidas. Debe haber una proporción exacta de elementos manásicos y kámicos, o tendremos esa manifestación tan común de una idea concebida y mal nutrida y por lo tanto incapaz de desempeñar la parte exacta que le corresponde en el plan evolutivo, pues sólo es una grotesca distorsión.

La idea está ahora entrando en una etapa crítica y debería estar preparada para adoptar materia física y tomar para sí una forma etérica. Cuando en los niveles etéricos recibe ese impulso final que la llevará a lo que podría llamarse “actuación”, o la recepción de ese impulso motivador, se disociará de su originador y se exteriorizará a fin de
[e767]

  1. adoptar una forma densa y
  2. llevar una existencia separada.

Debe recordarse que la forma mental ha salido del plano mental; ha tomado para sí una envoltura astral y está reuniendo también un cuerpo de materia etérica. Cuando ha alcanzado esta etapa su vitalización continúa rápidamente y se acerca el momento en que ha de llevar una existencia separada.

El hombre lleva a cabo conscientemente la vitalización que -de acuerdo al intento original o impulso inicial- proporciona alguna clase de energía a la forma mental. Dicha energía emanará desde uno de los tres centros superiores, de acuerdo a la cualidad de la idea personificada,
[i973] viéndose que afluye del centro involucrado hacia la idea que se está objetivando rápidamente. No debe olvidarse que estamos considerando la forma mental creada por el constructor consciente. Las formas mentales creadas por la mayoría de los seres humanos no son energetizadas desde una fuente tan elevada, sino que su impulso activo emana desde el plexo solar o de los órganos de la procreación, que son aún más inferiores.
Esta constante corriente de energía emocional o sexual es responsable de las caóticas condiciones actuales, y no permite mantener el equilibrio porque la interacción entre ambas y las consiguientes miríadas de formas mentales resultantes, de un orden y vibración inferiores, están produciendo una condición que necesitará del esfuerzo conjunto de los trabajadores mentales para poder oportunamente rechazar, contrarrestar y trasmutar. Estas formas, que casi no merecen el nombre de “mentales” porque en su mayoría son kámicas con una mezcolanza de materia mental del grado más inferior, son responsables de la pesada bruma o revestimiento que vibra o pulsa lentamente y envuelve a la familia humana, produciendo la mayor parte del mal, la delincuencia y el letargo mental actuales. Como ya sabemos, la gente está polarizada principalmente en el cuerpo astral, estando más activos los centros inferiores; cuando el clima o medio ambiente de las formas mentales de baja vibración se halla vitalizado por las formas más viles de energía astral, entonces será evidente la estupenda tarea que implica elevar a la humanidad hacia un clima mejor, más puro y más límpido, y también con qué facilidad florecen y se acrecientan los aspectos y apetitos inferiores.

A medida que prosigue la vitalización y la energía fluye de alguno de los centros a la forma mental, el constructor consciente comienza a extender su influencia a fin de enviarla a cumplir su misión, cualquiera sea hacerla esotéricamente “radiante” para que sus vibraciones emanen y se hagan sentir, y finalmente llegue a ser magnética para que dicha
[i974] forma mental provoque respuesta [e768] de otras mentes o de las mentes con las cuales pueda entrar en contacto.

Cuando se han logrado estos tres objetivos la vida de la forma es entonces tan fuerte que puede cumplir su propio y pequeño ciclo de vida y desempeñar su trabajo, estando vinculada a su creador únicamente por un pequeño hilo de sustancia radiante que es la analogía del sutratma. Todas las formas poseen este sutratma. Vincula los cuerpos del hombre con la Entidad interna, o esa corriente magnética que, emanando de la verdadera Entidad, el Logos solar, conecta al Creador del sistema solar con Su gran forma mental por una corriente de energía enviada desde el Sol espiritual central hasta un punto en el centro del Sol físico.

Durante el tiempo en que la atención del creador de cualquier forma mental, grande o pequeña, se dirige hacia ella, ese vinculo magnético persiste y la forma mental ha servido su propósito: todo creador, consciente o inconscientemente, aboca su atención a otra cosa, y su forma mental se desintegra.

He aquí el significado esotérico de los procesos, ocultamente involucrados con la vista. Mientras el Creador no aparte su mirada de lo creado, persistirá su creación; cuando el Creador retira “la luz de su faz”, se produce la muerte de la forma mental, porque la vitalidad o energía sigue la línea del ojo. Por lo tanto, cuando un hombre en meditación considera su trabajo y construye su forma mental para servir, está mirando ocultamente y, en consecuencia, energetizando; comienza a usar el tercer ojo en su aspecto secundario. El tercer ojo u ojo espiritual, tiene varias funciones. Entre otras, es el órgano de la iluminación, el develado ojo del alma, a través del cual entra en la mente la luz y la iluminación, de esta manera se ilumina toda la vida inferior. Es también el órgano a través del cual afluye la energía rectora
[i975] que surge del adepto consciente y creador a los instrumentos de servicio, sus formas mentales

Quienes están poco evolucionados no emplean, por supuesto, el tercer ojo para estimular sus formas mentales. La energía que emplean en la mayoría de los casos se origina en el plexo solar y opera en dos direcciones, a través de los órganos de procreación o por medio de los ojos físicos. En muchas personas estos tres puntos -los órganos inferiores, el plexo solar y los ojos físicos- forman un triángulo de fuerza alrededor del cual fluye la corriente de energía antes de dirigirse a la forma mental objetivada. En el aspirante y en el hombre intelectual, el triángulo puede estar formado por el plexo solar, el centro laríngeo y los ojos. Más adelante, cuando el aspirante acrecienta su conocimiento y la pureza de motivo, el triángulo de energía tendrá , como punto inferior el
[e769] corazón en vez del plexo solar, y el tercer ojo comenzará a realizar su tarea, aunque todavía muy imperfectamente.

Mientras el “ojo” esté dirigido a la forma creada se le transmitirá a ésta la corriente de fuerza, y cuanto más se concentre el hombre, más centralizada y eficaz será dicha energía. Gran parte de las personas son ineficaces porque sus intereses no están centralizados, son muy ambiguos y nada monopoliza su atención. Disipan su energía, tratan de satisfacer cualquier deseo pasajero y se ocupan superficialmente de todo lo que se interpone en su camino. Por lo tanto, ninguno de sus pensamientos adquieren una forma apropiada ni son debidamente energetizados. En consecuencia, están rodeados por una densa nube de formas mentales, semiformadas y en desintegración, y por nubes de materia energetizada parcialmente y en proceso de disolverse. Esto produce en sentido oculto una condición semejante a la corrupción de la forma física, siendo igualmente desagradable y malsana. Explica gran parte de la condición enfermiza de la familia humana en la actualidad.

El fracaso en la creación mental se debe también al hecho de que
[i976] no se enseñan las leyes del pensamiento y los hombres no saben cómo crear, por medio de la meditación, esos hijos de su actividad para llevar a cabo su trabajo. En el plano físico se obtienen resultados con mayor rapidez, por medio de la creación mental científica que emplea directamente los medios del plano físico. Esto se comprende hoy cada vez más, pero hasta que la raza no haya alcanzado un mayor grado de pureza y altruismo, no podrá darse la explicación más detallada del proceso.

Otra de las razones por las cuales son ineficaces las creaciones mentales, consiste en que las corrientes que emanan de la mayoría de la gente son de un orden tan inferior que las formas mentales nunca llegan a actuar independientemente, excepto por medio del trabajo grupal acumulativo. Hasta que la materia de los tres subplanos de los planos astral y físico no encuentre su lugar en la forma mental, tendrá que ser energetizada principalmente por la energía de la masa. Cuando la sustancia superior comience a orientarse hacia la forma, entonces ésta actuará independientemente, ya que el Ego individual del hombre implicado puede empezar a actuar a través de la materia -algo que antes era imposible. El Ego no puede trabajar libremente en la personalidad hasta que en sus cuerpos haya materia del tercer subplano, siendo en consecuencia aplicable también la analogía.

Una vez que la forma mental ha sido vitalizada y su forma etérica terminada o “sellada”, como se dice, puede adquirir forma física densa si se desea. Esto no significa que las formas mentales individuales creadas por el hombre adoptan sustancia densa en el
[e770] etérico, sino que con el tiempo se convertirán en una actividad en el plano físico. Por ejemplo, un hombre tiene un pensamiento bueno, lo ha construido y vitalizado, entonces para el clarividente es algo objetivo, y existe en materia etérica cerca del hombre. Por lo tanto, se manifestará físicamente como un acto de bondad o una caricia física. Cuando ha terminado el acto y se ha prodigado la caricia, el interés del hombre por esa forma mental particular se desvanece, y la forma muere. Lo mismo ocurre con un delito -la [i977] forma mental ha sido construida e inevitablemente hallará su expresión física en algún hecho. Cualquier tipo de actividad, es el resultado de:

  1. Formas mentales construidas consciente o inconscientemente.

    Formas mentales autoiniciadas, o el efecto de las formas mentales de otros.

  2. Respuesta a los propios impulsos internos, o a los impulsos de otros y, por consiguiente, a formas mentales grupales.

Se evidenciará cuán vital es esta materia, y la gran influencia que ejercen sobre los hombres y mujeres las formas mentales que ellos mismos crean, o los engendros mentales de otros.

c. El significado oculto del habla. La Antigua Escritura dice: “En las muchas palabras no falta pecado”, (87)
porque en una oleada de palabras en la etapa actual de la evolución del hombre, muchas se dicen sin ningún propósito o por ciertos motivos que (cuando se los analiza) se fundan estrictamente en la personalidad. Cuanto más progrese en el sendero de acercamiento a los misterios, mayor cuidado ha de tener el aspirante. Esto es necesario por tres razones:

Primero, debido a su etapa de evolución puede impartir tal fuerza a sus palabras que le sorprendería si pudiera verlas en el plano mental. Construye con más exactitud que el hombre común, en consecuencia su forma mental tiene mayor vitalidad y desempeña con mayor precisión la función para la cual ha sido enviada, mediante el “Sonido” o el habla.

Segundo, cualquier palabra hablada y en consecuencia cualquier forma mental construida (excepto en el sendero superior, y que no esté fundada en impulsos personales) puede erigir una barrera de materia mental entre el hombre y su objetivo. Esta materia o muralla de separación debe ser eliminada antes de poder
[i978] efectuarse un nuevo avance; dicho proceso es kármico e inevitable.

Tercero, la palabra constituye en gran parte un sistema de comunicación en los niveles físicos; en los niveles más sutiles
[e771] donde se encuentra el trabajador y en las comunicaciones con sus compañeros de trabajo y colaboradores elegidos desempeñará una parte cada vez menor. La percepción intuitiva y la interacción telepática caracterizarán el intercambio entre aspirantes y discípulos, y cuando van acompañados de plena confianza, simpatía y esfuerzo unido para realizar el plan, tendremos un grupo con el cual podrá trabajar el Maestro, y a través de él derramar Su fuerza. El Maestro trabaja por medio de grupos, grandes o pequeños, y si la interacción entre las unidades del grupo es constante e ininterrumpida, se facilita Su tarea. Una de las causas más frecuentes de las dificultades surgidas en el trabajo grupal y la consiguiente interrupción de la afluencia de fuerza del Maestro, se funda temporariamente en el mal uso del lenguaje. Mientras tanto el canal del plano mental se obstruye.

        Menciono estos tres factores porque el asunto del trabajo grupal es de vital importancia y de él se espera muchas cosas en estos días. Si en cualquier organización del plano físico los Maestros pueden lograr formar un núcleo, aunque sea de tres personas que interactúen mutuamente (elijo esta palabra con premeditación) y que sigan desinteresadamente el sendero del servicio, Ellos podrán obtener resultados más definidos en menos tiempo de lo que es posible con un vasto y activo grupo de personas que, pudiendo ser sinceras y fervientes, desconocen el significado de la confianza y colaboración mutuas y descuidan sus palabras.

Cuando un hombre comprende el significado del lenguaje, aprende cómo hablar, cuándo hablar, qué logra con hablar y qué sucede cuando habla, entonces está muy cerca de su objetivo. La persona
[i979] que controla correctamente sus palabras es la que hará mayor progreso. Esto siempre lo han comprendido quienes dirigen los movimientos ocultistas. Esa orden tan esotérica de Pitágoras en Crotona y muchas otras escuelas ocultistas de Europa y Asia, poseían una regla por la que no se permitía a ningún neófito y probacionista hablar durante dos años después de su ingreso, y cuando habían aprendido a guardar silencio durante ese período, les era concedido el derecho de hablar, puesto que ya habían aprendido una reticencia específica.

Sería de valor comprender, por parte de los estudiantes, que todo buen orador realiza un trabajo muy esotérico. Un buen conferenciante (por ejemplo) es el que hace un trabajo análogo, en pequeña escala, al realizado por el Logos solar. ¿Qué hizo el Logos? Pensó, construyó, vitalizó. Un orador, por lo tanto, selecciona el material con el que y estructurar su oratoria y lo vitalizará. Reúne de toda la materia mental del mundo la sustancia que trata de emplear individualmente. Luego hace lo mismo que el segundo
[e772] Logos, le da forma inteligentemente. Construye la forma y, cuando ya lo ha hecho, termina desempeñando la parte de la primera Persona de la Trinidad, introduciendo su Espíritu, vitalidad y fuerza en ella, para que sea una vibrante y viviente manifestación. Cuando un conferenciante u orador de cualquier naturaleza puede realizar esto, mantendrá vivo el interés de su auditorio, el cual aprenderá siempre algo de él, pues reconocerá lo que la forma mental está destinada a transmitir.

El estudiante hace precisamente lo mismo al hablar, pero la dificultad surge con frecuencia porque generalmente construye algo que no vale la pena y lo vitaliza con un tipo erróneo de energía, de manera que la forma, en vez de ser constructiva, vital y útil, se convierte en una fuerza destructiva. Si estudiamos las diversas cosmologías del mundo
[i980] veremos que el proceso de la creación fue logrado por medio del sonido, palabra o Verbo. La Biblia dice: “En el principio era el Verbo y el Verbo era Dios... Todas las cosas por Él fueron hechas; y sin Él nada de lo que es hecho, fue hecho.” (88) De esta manera, de acuerdo a la enseñanza cristiana, los mundos fueron hechos por el Verbo de Dios.

En las Escrituras hindúes, encontramos que al señor Vishnu, que representa a la segunda Persona de la Trinidad, se lo denomina “La Voz”. Es el gran Cantor que ha construido los mundos y el universo mediante Su canto. Es el Revelador del pensamiento de Dios que ha construido el universo de sistemas solares. Así como los cristianos hablan de la gran Palabra, el Verbo de Dios, el Cristo, así el hindú habla de Vishnu, el gran Cantor, que crea por medio de Su canto.

En el plano físico se nos conoce por lo que hablamos, por nuestra parquedad, por las cosas que decimos y por las que no decimos, y se nos, juzga por la calidad de nuestra conversación. Juzgamos a las personas por lo que dicen, porque sus palabras revelan el tipo de materia mental con que operan y la cualidad de energía o vida que hay detrás de sus palabras. Los diversos Logos solares de las vastas constelaciones, se ponen en evidencia cuando escudriñamos los cielos estrellados; la cualidad del Logos de nuestro sistema solar se ve por medio de esa gran forma mental que Él construyó por el poder de Su palabra, la cual es energetizada con Su particular cualidad de amor. Cada vez que Dios habla crea los mundos, y en la actualidad sólo está en ese proceso. Aún no ha concluido lo que tiene que decir, y de ahí la evidente imperfección presente. Cuando termine esa gran frase o sentencia divina que ocupa Su pensamiento
[i981] tendremos un sistema solar perfecto, habitado por vidas perfectas.

[e773] Un pensamiento es evocado y concretado por medio de la palabra, extraído de lo abstracto y de un estado nebuloso, y materializado en el plano físico, produciéndose así (si pudieran verlo) algo muy definido en los niveles etéricos. La manifestación objetiva se produce porque “las cosas son aquello que el Verbo crea cuando las nombra”. El lenguaje es literalmente una gran fuerza mágica, y los adeptos o magos blancos, por medio del conocimiento de las fuerzas y del poder del silencio y del lenguaje, pueden producir efectos en el plano físico. Como bien sabemos existe una rama del trabajo mágico que consiste en aplicar este conocimiento como Palabras de Poder y esos mántram y fórmulas que ponen en movimiento las energías ocultas de la naturaleza y llaman a los devas a realizar su trabajo.

Las palabras constituyen una de las llaves que abren las puertas de comunicación entre los hombres y los seres más sutiles. Dan la clave para descubrir a esas entidades con las cuales se entra en contacto en el más allá. Pero sólo quien ha aprendido a guardar silencio y conoce el momento propicio en que debe hablar, puede atravesar el velo y establecer ciertos contactos esotéricos. En La Doctrina Secreta se dice: la magia consiste en dirigirse a los Dioses en Su propio lenguaje, por lo tanto, el lenguaje del hombre común no puede llegar hasta ellos.

Por consiguiente, quienes tratan de aprender el lenguaje oculto, quienes anhelan conocer las palabras que penetrarán los oídos de aquellos que se hallan en el más allá, y quienes tratan de aplicar las fórmulas y frases que les dará poder sobre los Constructores, deben olvidar el modo con que empleaban las palabras y abstenerse de hablar por el método ordinario. Entonces el nuevo lenguaje será suyo y las nuevas expresiones, palabras, mántram y fórmulas serán puestas bajo su custodia.

[i982] Las leyes del lenguaje son las leyes de la materia, y los estudiantes deben emplear las palabras aplicando las leyes que rigen la sustancia del plano físico, pues ello concierne a la manipulación de materia en otros niveles. La palabra es el gran medio por el cual ponemos de manifiesto la naturaleza del pequeño sistema que estamos construyendo -ese sistema del cual cada ente humano constituye el sol central, porque de acuerdo a la Ley de Atracción atrae hacia sí aquello que necesita.

1. La Naturaleza de la Magia. (89)

Hemos considerado con cierta extensión la construcción de formas mentales y hemos visto que el proceso seguido por el hombre
[e774] es análogo al del triple Logos cuando creó el sistema solar. Ahora consideraremos esa gran rama del ocultismo que generalmente se denomina magia. El hombre que desentrañe el significado esotérico de lo que aquí se expone ocupará su lugar entre los que se titulan los “Hermanos Magos Blancos”. La magnitud del tema es demasiado grande para ser tratado brevemente, pues abarca [i983] todos los sectores del esfuerzo en la construcción material.

Primero debemos ocupamos de la actitud mental que adopta el hombre al encarar el trabajo creador y su capacidad para atraer, por medio del cuerpo mental, el propósito del Ego, impartiendo así a los agentes constructores del plano mental un determinado ritmo y cierta actividad vibratoria. Éste es el factor primordial que trae como resultado (en el plano físico) la iniciación de una actividad egoica directa. También se ha de recordar que al considerar este tema no nos referimos al trabajo diario del hombre común, sino al trabajo creador organizado del hombre evolucionado, de acuerdo a las leyes y preceptos. De esta manera establecernos una norma y acentuamos el ideal hacia el cual todo estudiante ocultista debiera esforzarse.

Se ha de considerar también la tarea que realiza en el plano astral el inteligente estudiante de magia, donde, por medio del deseo purificado y la emoción santificada, establece esas condiciones de equilibrio y esas vibraciones constantes que permitirán transmitir al plano físico sin impedimentos, por conducto del cerebro físico del hombre, la actividad vibratoria que emana del Ego y la actividad circulante de la fuerza superior. De allí que (si puede
[e775] intercalarse un consejo práctico para el estudiante común) el cultivar la serenidad emocional sea uno de los primeros requisitos para adquirir el equipo que necesita el mago blanco. Esta serenidad no se logra reprimiendo toda actividad vibratoria astral por un esfuerzo de la voluntad, sino cultivando la capacidad de responder al Ego, negando toda respuesta a la vibración innata del vehículo astral mismo.

Encararemos ahora el trabajo de transmitir fuerza al plano físico por conducto de los centros etéricos y del cerebro físico, estudiando algo el efecto que produce el sonido cuando es emitido inconscientemente en la conversación diaria y conscientemente
[i984] en las ordenadas y regulares palabras del que verdaderamente trabaja con magia. (90)

Por lo tanto, debido al valor práctico y vital de esta sección y a los peligros atinentes que pueden surgir al captar estas cuestiones quienes aún no están preparados para el trabajo de manejar conscientemente la fuerza, me propongo impartir la enseñanza necesaria presentándola en forma de “Reglas de la Magia”, con ciertos comentarios aclaratorios. De esta manera se resguarda plenamente el trabajo mágico y al mismo tiempo se les imparte suficiente conocimiento a aquellos cuyo oído interno está atento y el ojo de la sabiduría en proceso de abrirse.

a. Magos blancos y magos negros. En estos días mucho se habla entre los estudiantes ocultistas, sobre la magia blanca y negra (91) y mucho de lo que se dice no tiene fundamento o veracidad

[e776] [i985] Se ha expresado con toda exactitud que la línea de demarcación existente entre los dos tipos de trabajadores es tan tenue que difícilmente pueden reconocerla quienes aún no merecen ser llamados “conocedores”.

La diferencia entre ambos existe en el método y en el móvil, pudiendo resumirse de la manera siguiente:

El móvil del mago blanco consiste en beneficiar al grupo para el cual emplea su energía y tiempo. El mago del sendero izquierdo siempre trabaja solo, y si alguna vez colabora con otros lo hace con un propósito egoísta oculto. El exponente de la magia blanca se interesa en el trabajo constructivo a fin de colaborar en los planes jerárquicos y llevar adelante los deseos del Logos planetario. El Hermano de la Oscuridad se ocupa de lo que está fuera de los planes de la Jerarquía y de lo que no está dentro del propósito del Señor del Rayo planetario.

El mago blanco, como ya se dijo, trabaja totalmente por medio de los Devas Constructores mayores; valiéndose del sonido y de los números, fusiona su trabajo, influenciando así a los
[e777] Constructores menores que forman la sustancia de sus cuerpos y, por consiguiente, de todo lo que existe. Actúa [i986] por medio de centros grupales y puntos vitales de energía, y desde allí produce en la sustancia los resultados deseados. El Hermano de la Oscuridad trabaja directamente con la sustancia y con los Constructores menores, no colabora con las fuerzas que emanan de niveles egoicos. Las legiones menores de la “Hueste de la Voz” son sus sirvientes, no las Inteligencias rectoras de los tres mundos; trabaja principalmente en los planos astral y físico, sólo raras veces lo hace con las fuerzas mentales, y únicamente en casos muy especiales, un mago negro oculto en el karma cósmico actúa en los niveles mentales superiores. Sin embargo los casos que allí pueden observarse constituyen las causas principales que contribuyen a la manifestación de toda magia negra.

El Hermano de la Luz trabaja siempre por medio de la fuerza inherente al segundo aspecto, siempre que actúe en conexión con los tres planos inferiores. Después de la Tercera Iniciación trabaja acrecentadamente con energía espiritual o con la fuerza del primer aspecto. Impresiona las sustancias inferiores, manipula las vidas menores constructivas por medio de la vibración del amor y la atractiva coherencia del Hijo y construye las formas con sabiduría. Aprende a trabajar desde el corazón y, por lo tanto, manipula esa energía que emana del “Corazón del Sol”, hasta que (convertido en un Buda) puede prescindir de la fuerza que emana del “Sol Espiritual”. En consecuencia, el centro cardíaco del Hermano en el sendero de la derecha constituye el agente transmisor de la fuerza constructora, y el triángulo que emplea en su trabajo es el siguiente:

  1. El centro coronario que corresponde al cardíaco.
  2. El centro cardíaco.
  3. El centro laríngeo.

Los Hermanos del sendero de la izquierda trabajan totalmente con las fuerzas del tercer aspecto, y esto les
[i987] otorga aparentemente mucho poder, porque el segundo aspecto sólo está en proceso de Iograr su consumación vibratoria, mientras que el tercer aspecto está en la cumbre de su actividad vibratoria, siendo el producto de los procesos evolutivos del principal sistema solar precedente. Trabaja casi enteramente desde el centro laríngeo, y maneja principalmente las fuerzas del sol físico. Ésta es la razón por la cual obtiene mucho de lo que se propone aplicando el método de la estimulación o la desvitalización pránica, y explica por qué la mayoría de sus efectos se producen en el plano físico. Por lo tanto trabaja a través de: [e778]

  1. El centro coronario correspondiente al laríngeo.
  2. El centro laríngeo.
  3. El centro en la base de la columna vertebral.

El mago blanco trabaja siempre en colaboración con otros, siendo dirigidos por ciertos guías de grupo. Por ejemplo, los Hermanos de la Logia Blanca trabajan dirigidos por los tres grandes Señores, adaptándose a los planes establecidos, subordinando Sus propósitos e ideas individuales al gran esquema general. El mago negro trabaja por lo general en forma excesivamente individualista, llevando a cabo solo sus proyectos o ayudado por sus subordinados. Comúnmente no acepta ninguna autoridad superior, pero con frecuencia es víctima de los agentes que se hallan en niveles superiores del mal cósmico, utilizándolo en la misma forma que él emplea a sus colaboradores inferiores, es decir, actuando (en lo que atañe al propósito superior) ciega e inconscientemente.

El mago blanco, como es bien sabido, trabaja con el aspecto evolutivo en conexión con el Sendero de Retorno. El hermano negro se ocupa de las fuerzas involutivas o del Sendero de Ida. Constituye la gran fuerza equilibradora de la evolución, y aunque uno
[i988] se ocupa del aspecto material de la manifestación y el otro del aspecto alma o conciencia, ellos y su obra, de acuerdo a la gran ley de evolución, contribuyen al propósito general del Logos solar, aunque (y esto contiene un gran significado oculto para el estudiante iluminado) no al propósito individual del Logos planetario.

Por último, podría decirse brevemente en conexión con las diferencias que existen entre ambos, que el mago de la Buena Ley trabaja con el alma de las cosas. Su hermano de la oscuridad trabaja con el aspecto materia.

El mago blanco trabaja por medio de los centros de fuerza, en el primero y cuarto subplanos de cada plano. El mago negro trabaja por medio de los átomos permanentes y con la sustancia y las formas involucradas. El mago blanco utiliza a este respecto los tres centros superiores; el mago negro emplea la energía de los tres centros inferiores (los órganos de la procreación, el bazo y el plexo solar) sintetizando su energía por un acto de la voluntad y dirigiéndola al centro en la base de la columna vertebral, de manera que la cuádruple energía es desde allí transmitida al centro laríngeo.

El mago blanco usa la fuerza kundalínica a medida que es transmitida por el canal central de la columna vertebral. El mago negro emplea los canales inferiores, dividiendo la cuádruple energía en dos unidades, que ascendiendo por sus dos canales, deja el canal central inactivo. Se observa aquí que uno trabaja con la dualidad
[e779] y el otro con la unidad. Por lo tanto, en los planos de la dualidad se evidencia por qué el mago negro tiene mucho poder. El plano de la unidad para la humanidad es el plano mental. Los planos de la diversidad son el astral y el físico. De aquí que el mago negro tiene aparentemente más poder que el hermano blanco en los dos planos inferiores de los tres mundos.

El hermano blanco trabaja dirigido por la Jerarquía o el gran Rey, llevando a cabo Sus propósitos planetarios.
[i989] El hermano de la oscuridad trabaja dirigido por ciertas Entidades separadas, desconocidas para él, vinculadas con las fuerzas de la materia misma. Mucho más podría decirse a este respecto, pero lo que se ha impartido basta para nuestro propósito.

b. El origen de la magia negra. Al tocar este tema invadimos los ámbitos del misterio y el dominio de lo inexplicable. Sin embargo pueden hacerse ciertas afirmaciones que, si se reflexiona sobre ellas, arrojará alguna luz sobre este oscuro tema.

Primero. Debiera recordarse que el tópico acerca del mal planetario (y los estudiantes deben distinguir cuidadosamente entre mal planetario y mal cósmico) se halla oculto en los ciclos de la vida individual y en la historia del gran Ser, el Logos planetario de la Tierra. Por lo tanto, hasta que un hombre no haya pasado ciertas iniciaciones y adquirido cierta medida de conciencia planetaria es inútil que especule sobre su historial. En La Doctrina Secreta (92) H. P. B. ha mencionado el tema de “los Dioses imperfectos”, y en dichas palabras reside la clave del mal planetario.

Segundo. Podría decirse brevemente que, en lo que respecta a nuestra humanidad, los términos mal planetario y mal cósmico podrían interpretarse de la manera siguiente:

El mal planetario surge de ciertas relaciones existentes entre nuestro Logos planetario y otro Logos planetario. Cuando se equilibre la oposición polar terminará el mal planetario. El equilibrio será efectuado por mediación (comprendida esotéricamente) de un tercer Logos planetario. Estos tres formarán finalmente un triángulo equilátero, entonces el mal planetario cesará. La fuerza circulará libremente, la oscuración planetaria llegará a ser posible y los “Dioses imperfectos” alcanzarán una perfección relativa. Así se equilibrará el karma del manvantara o ciclo
[i990] secundario, y se agotará mucho mal kármico planetario. Lo antedicho debe interpretarse en sentido esotérico, no exotérico.

El mal cósmico, desde el punto de vista de nuestro planeta, se debe a la relación existente entre esa Unidad espiritual inteligente o “Rishi de la Constelación superior”, según se le denomina (Vida
[e780] animadora de una de las siete estrellas de la Osa Mayor, y nuestro prototipo planetario), y una de las fuerzas de las Pléyades. (93) Los estudiantes deben recordar que a las “siete hermanas” se las denomina ocultamente las “siete esposas” de los Rishis y que la fuerzas duales (resultado de esa relación) convergen y actúan a través de ese Logos planetario, el Logos de un planeta determinado y el “reflejo” de cualquier Rishi específico. En ello, todavía en forma imperfecta, se halla oculto el misterio del mal cósmico a medida que se hace sentir en cualquier esquema planetario. Cuando el triángulo celestial esté debidamente equilibrado y la fuerza circule libremente a través de

  1. una de las estrellas de la Osa Mayor,
  2. la Pléyade implicada,
  3. el esquema planetario concerniente,

también será rechazado el mal cósmico y se logrará una perfección relativa. Esto marcará el logro de la perfección primitiva y la consumación del ciclo mayor.

El mal cíclico o terciario, se halla oculto en la relación existente entre los globos de cualquier esquema, estando dos de ellos siempre en oposición hasta ser equilibrados por la fuerza que emana de un tercero. Los estudiantes sólo captarán el significado de esta enseñanza a medida que estudien los pares de opuestos en sus propios ciclos y la tarea equilibradora del Ego.

De los ya mencionados surge un cuarto tipo de mal,
[i991] y se manifiesta principalmente en los sufrimientos y dificultades del cuarto reino o humano, el cual podrá evitarse de dos maneras: primero, equilibrando las fuerzas de los tres reinos (el quinto reino o espiritual, el humano y el animal) y, segundo, rechazando el poder atractivo de los tres reinos inferiores (el mineral, el vegetal y el animal, que forman una unidad) mediante el reino espiritual utilizando el cuarto reino o humano. En todos estos casos se forman triángulos de fuerza que, una vez equilibrados, se obtiene el fin deseado.

Se dice que la magia negra hizo su aparición en nuestro planeta durante la cuarta raza raíz.(94) Debe recordarse que esto se refiere estrictamente al cuarto reino y a su empleo consciente por esas personas equivocadamente desarrolladas. Las fuerzas del mal de índole planetaria y cósmica han existido desde que comenzó la manifestación, estando latentes en el karma del Logos planetario, pero durante la cuarta raza raíz de esta ronda los seres humanos
[e781] comenzaron a trabajar conscientemente con dichas fuerzas y a utilizarlas para determinados fines egoístas.

Los magos negros trabajan regidos por seis grandes entidades, y se dice por ejemplo en La Biblia, que tienen el número 666. (95) Vinieron (pues son cósmicas y no del sistema) con esa corriente de fuerza que emana de los niveles mentales cósmicos que produjeron los tres mundos del esfuerzo humano. Los estudiantes deberían recordar el hecho de que los tres planos inferiores de nuestro sistema solar no son considerados como un principio cósmico, porque constituyen el cuerpo físico denso del Logos, y al cuerpo físico denso no se lo considera un principio. La expresión “sin principios” también tiene un significado oculto. Estas entidades son la suma total de la sustancia de los tres subplanos inferiores del plano físico cósmico (los tres planos inferiores del
[i992] sistema), y los magos negros, regidos por ellas, entran en actividad a menudo inconscientemente, adquiriendo poder a medida que trabajan conscientemente.(96)

En las primeras etapas de la evolución humana todos los hombres son magos negros inconscientes, pero no por ello son “malditos” esotéricamente. A medida que prosigue la evolución son regidos por la fuerza del segundo aspecto, a la cual responde la mayoría, escapando de las redes de los magos negros, quedando así bajo la fuerza de otro número. Aquellos pocos que no logran hacerlo en este manvantara constituyen los “fracasados” que deben continuar la lucha en fecha posterior. Un ínfimo porcentaje se niega obstinadamente a “seguir adelante”, convirtiéndose en verdaderos “magos negros”. Para ellos el fin es siempre el mismo. Primero, el Ego se separa de la Mónada, significando que deben esperar muchos eones antes que aparezca otro sistema solar. En el caso de los que han “fracasado” el Ego se separa de la personalidad o yo inferior, lo cual significa que han de esperar un período menor, pero tendrán otra oportunidad en este sistema.

Segundo,
[e782] durante un ciclo de vida practican el mal en forma ilimitada, dependiendo de la vitalidad que posea el cuerpo egoico separado y su innata persistencia. Estas son las vulgares “almas perdidas” a las que se refiere La Doctrina Secreta. (97) Si los estudiantes analizan estas condiciones y amplían el concepto hasta abarcar un sistema solar anterior de mayor madurez, obtendrán [i993] alguna luz sobre el problema del origen del mal en este sistema solar.

c. Condiciones para la magia blanca. Al considerar los factores que requieren un ajuste antes de emprender el trabajo de magia, trataremos de algo que tiene un eminente valor práctico. A no ser que los estudiantes de magia la practiquen fortalecidos por un móvil puro, un cuerpo limpio y una aspiración elevada, están predestinados a la desilusión y al desastre. Quienes tratan de trabajar conscientemente con las fuerzas de la manifestación y se esfuerzan por controlar las Energías en todo lo visible, necesitan la fuerza protectora de la pureza. Este es un punto que nunca se acentúa lo suficientemente, y por ello se insta constantemente a lograr el autocontrol, comprender la naturaleza del hombre y consagrarse a la causa de la humanidad. Es peligroso abocarse a la investigación mágica por tres razones.

Si los cuerpos de un hombre no están bastante purificados y su vibración atómica no es suficientemente elevada, está en peligro de hiperestimularlos al entrar en contacto con las fuerzas de la naturaleza, y esto inevitablemente entraña la destrucción y desintegración de uno u otro de sus cuerpos. A veces puede significar la destrucción de dos o más cuerpos, y cuando esto sucede tiene lugar una pausa en el desenvolvimiento egoico, porque requiere en tales casos prolongar mucho más el intervalo entre encarnaciones, debido a la dificultad de reunir los materiales necesarios en las envolturas.

Además, si el correcto móvil del hombre no fortalece este esfuerzo, está propenso a extraviarse por la adquisición de poder. El conocimiento de las leyes y la magia pone en manos del estudiante poderes que lo capacitan para crear, adquirir y controlar. Dichos poderes
[i994] encierran muchos peligros para los que no están en condiciones ni preparados, porque en este caso el estudiante puede aplicarlos a fines egoístas, usándolos para su propio [e783] progreso material y temporal, adquiriendo aquello que nutrirá los deseos de la naturaleza inferior. Da entonces el primer paso hacia el sendero de la izquierda, y en cada vida progresará en él con mayor aptitud hasta que -casi inconscientemente- se hallará engrosando las filas de los maestros negros. Tal estado de cosas sólo puede ser contrarrestado cultivando el altruismo, el amor sincero del hombre y rechazando continuamente todos los deseos inferiores.

El tercer peligro que amenaza al incauto estudiante de magia reside en el hecho de que cuando hace ensayos con dichas fuerzas y energías, está manipulando aquello que es muy afín a su propia naturaleza inferior. Por lo tanto, sigue la línea de menor resistencia, aumenta estas energías, acrecentando así su respuesta a lo anterior y a los aspectos materiales de su naturaleza. Esto lo hace a expensas de su naturaleza superior, retardando su desarrollo y dilatando su progreso. También incidentalmente atrae la atención de aquellos maestros del sendero izquierdo que están siempre a la expectativa de los que pueden ser doblegados a realizar sus propósitos, y se convierte (sin intención al principio) en un agente del mal.

Por lo tanto será evidente que antes de emprender la ardua tarea de llegar a ser un consciente Maestro de Magia, el estudiante debe poseer las siguientes cualidades:

Pureza Física. Esto es algo que no se adquiere fácilmente y para lograrlo se necesitan muchas vidas de intenso esfuerzo. Por medio de la abstinencia, la recta continencia, la vida pura, la dieta vegetariana y el rígido autocontrol, el hombre gradualmente eleva la vibración de sus átomos físicos, construye un cuerpo cada vez más resistente y fuerte y consigue “manifestar” una envoltura más refinada.

Libertad Etérica.
Estos términos no expresan todo lo que
[i995] trato de impartir, pero son suficientes a falta de otros mejores. El estudiante de magia que pueda emprenderla sin peligro, habrá construido un cuerpo etérico de tal naturaleza que la vitalidad, fuerza o energía pránicas, circularán libremente, formando una trama etérica tan tenue que no constituirá un obstáculo para la conciencia. Esto es todo lo que puede decirse sobre este tema, debido al peligro involucrado, pero es suficiente para dar cierta información a aquellos que empiezan a conocer.

Estabilidad Astral
. El estudiante de magia intenta sobre todo purificar sus deseos y transmutar sus emociones de tal modo que estén a su disposición la pureza física de lo inferior, la respuesta mental superior y el poder de transmutación. Todo mago tiene que aprender el hecho de que, en este sistema solar, durante el ciclo humano, el cuerpo astral es el eje del esfuerzo, y tiene un efecto
[e784] reflejo en los otros dos vehículos, el físico y el mental. Intenta, por lo tanto, transmutar (como se ha dicho a menudo) el deseo inferior en aspiración, cambiar los colores burdos inferiores que caracterizan al cuerpo astral del hombre común, por los tonos más claros y más puros del hombre espiritual, transformar su caótica vibración normal y el “borrascoso mar de la vida” por la respuesta constante y rítmica de aquello que es superior y constituye el centro de paz. Estas cosas las efectúa mediante una continua vigilancia, un inagotable control y la incesante meditación.

Equilibrio Mental.
Estas palabras se emplean en sentido oculto, donde la mente (tal como se entiende comúnmente) se convierte en el firme y delicado instrumento del pensador interno y en el punto desde el cual puede dirigirse hacia reinos más elevados de comprensión. Esta es la piedra fundamental donde puede iniciar una expansión superior.

Ningún seudo estudiante de magia ha de proseguir sus investigaciones y experimentos hasta que no haya cumplido estas disposiciones y la orientación de su mente no esté dirigida a manifestar y demostrar sus pensamientos
[i996] en la vida diaria. Cuando haya trabajado de esta manera incesante e incansablemente, y su vida y servicio en el plano físico atestigüen la transmutación interna, entonces puede llevar una vida paralela de estudio y trabajo mágicos. Sólo el Angel solar puede realizar el trabajo del mago blanco y lo efectúa controlando los ángeles lunares y subyugándolos completamente. Están alineados en contra de él, hasta que por medio de la meditación, la aspiración y el control, los somete a su voluntad y los convierte en sus servidores.

Este concepto nos lleva a la vital y verdadera diferencia que existe entre el hermano blanco y el hermano de la oscuridad; con este resumen terminaremos esta dilucidación y proseguiremos con las reglas.

        El trabajador en magia blanca utiliza siempre la energía del Angel solar para realizar sus fines. El hermano de la oscuridad trabaja por medio de la fuerza innata de los Señores lunares, que poseen una naturaleza afín con todo lo que es objetivo. En un antiguo libro de magia, oculto en las cavernas del saber, custodiado por los Maestros, se encuentran las siguientes y terminantes palabras que tienen cabida en este tratado sobre el Fuego, debido a al propiedad que poseen:

“Los Hermanos del Sol, por medio de la fuerza del fuego solar aventaron la llama en la ardiente bóveda del segundo Cielo, apagan los fuegos lunares inferiores y reducen a la nada ese inferior “fuego por fricción.”
El Hermano de la Luna ignora al sol y al calor solar; toma su fuego de lo triple y prosigue su ciclo. Los fuegos del infierno esperan
[e785] y el fuego lunar se apaga. De nada le sirven el sol ni la luna, sólo el cielo más elevado aguarda la chispa eléctrica buscando la vibración sincronizada de aquello que se halla debajo, y aún así no llega.”

3. Quince Reglas para la Magia.

Estas reglas son lógicamente de naturaleza esotérica, y el estudiante deberá recordar que la terminología es de naturaleza evasiva, pero siempre traerán
[i997] una revelación a quienes poseen la clave, aunque tenderán a confundir y a dejar perplejo al estudiante que aún no está preparado para recibir la verdad. Quisiera también que el estudiante tenga presente que todo lo que aquí se imparte concierne a la “magia blanca”, y es dado desde el punto de vista del Angel solar y del Fuego solar. Teniendo presente estos dos puntos el estudiante hallará mucho de valor en estas reglas, que oportunamente le traerán iluminación interna. Las dividiremos en tres grupos de aforismos o frases ocultas; el primero se relacionará con el trabajo que realiza el mago en el plano mental, la forma de manipular la energía solar y su capacidad para que los Constructores colaboren en sus propósitos.

El segundo grupo llevará la tarea al plano del deseo y de la vitalización, y transmitirá información sobre el equiparamiento de los pares de opuestos y su equilibrio a fin de que se haga posible La manifestación final.

El tercer grupo tendrá que ver con el plano físico, la transmisión de fuerza a través de

  1. los centros,
  2. el cerebro,
  3. el plano físico.

a. Seis reglas para el plano mental. Se proporcionarán ciertas leyes del lenguaje, y el significado del color y del sonido subyacerá en la forma exotérica de las frases para quienes tienen suficiente percepción:

REGLA UNO. El Angel Solar se recoge en Si mismo, no disipa su fuerza, sino que en profunda meditación se comunica con su reflejo.

El significado de esta regla es fácil de comprender. Mago blanco es aquel que, mediante el consciente alineamiento con su Ego, su “Angel”, es receptivo a sus planes y propósitos, por lo tanto, capaz de recibir impresiones superiores. Debemos recordar que
[i998] el mago blanco trabaja de arriba hacia abajo, siendo el resultado de la vibración solar y no de los ardientes impulsos que emanan de uno u otro de los Pitris lunares; el descenso de la energía [e786] impresionante del Pitri solar es el resultado de su recogimiento interno, de la absorción de sus fuerzas antes de enviarlas concentradamente a su sombra, el hombre, y de su constante meditación sobre el propósito y el plan. Podría ser útil al estudiante recordar aquí que el Ego (igual que el Logos) está en profunda meditación durante todo el ciclo de encarnación física. Esta meditación solar es de naturaleza cíclica, enviando el Pitri involucrado a su “reflejo”, corrientes rítmicas de energías que son reconocidas por el hombre implicado como “impulsos superiores”, sueños y aspiraciones. Por lo tanto, será evidente por qué los trabajadores en magia blanca son siempre hombres evolucionados y espirituales, el “reflejo” responde raras veces al Ego o Angel solar si no han transcurrido muchos ciclos de encarnaciones. El Pitri solar se comunica con su “sombra” o reflejo por medio del sutratma que desciende a través de los cuerpos hasta un punto de entrada en el cerebro físico.

REGLA DOS. Cuando la sombra ha respondido, el trabajo prosigue en profunda meditación. La luz inferior es proyectada hacia arriba; la luz superior ilumina a los tres, y el trabajo de los cuatro continua.

Aquí podrá observarse que el trabajo del Ego en su propio plano y de su instrumento en los tres mundo está vinculado y coordinado. Como bien sabemos, la principal función de la meditación es llevar al instrumento inferior a tal condición de receptividad y respuesta vibratoria que el Ego o Angel solar pueda utilizarlo y producir resultados específicos. Esto implica, por lo tanto, un descenso de fuerza desde los niveles superiores del plano mental
[i999] (donde mora el Hombre real) y una vibración recíproca que emana del Hombre, el Reflejo. Cuando estas dos vibraciones se sintonizan y la interacción es rítmica, entonces las dos meditaciones prosiguen sincrónicamente y la tarea de magia y creación puede continuar libremente. Se verá entonces que el cerebro es la analogía física de los centros de fuerza del plano mental, y que la vibración tiene que ser establecida conscientemente por el hombre en meditación Cuando se efectúa esto, el hombre puede ser un creador consciente, y el trabajo prosigue de manera triple, circulando la fuerza libremente por tres puntos de actividad centralizada:

Primero. Desde el círculo de pétalos, en el loto egoico, que el Ego ha decidido utilizar o está en situación de hacerlo, estando condicionado por el objetivo a realizar y el grado de desarrollo egoico.

Segundo.
El centro del cerebro físico que está activo en la meditación. También está condicionado por el grado de evolución del hombre y la meta que ha pensado alcanzar.
[e787]

Tercero.
El centro de fuerza generado por el hombre, en el plano mental inferior, a medida que construye la forma mental necesaria y pone en actividad esos constructores que pueden responder a la vibración establecida. Esto también se halla condicionado por la fuerza de su meditación, la plenitud de la nota emitida y el poder de la vibración que inició.

De allí que lo primero que hace el Angel solar es formar un triángulo compuesto por sí mismo, el hombre en el plano físico, y por el ínfimo punto de fuerza, resultado de su esfuerzo unido. Será de valor para quienes estudian el tema de la meditación reflexionar sobre este procedimiento y estudiar la analogía que existe entre éste y el trabajo del Logos solar a medida que fue “creando los Cielos y la Tierra”. Se
[i1000] unieron los aspectos superiores e inferiores, entraron en contacto el espíritu y la materia, la consecuencia de esta interacción fue el nacimiento del hijo o la gran forma mental solar. En los tres mundos, el hombre, la Deidad inferior, dentro de sus límites, procede en líneas análogas. Los tres iluminados por La luz del Uno, son las tres personas de la Tríada inferior, el cuerpo mental, el cuerpo astral y el cuerpo físico. Ellos y el Iluminador forman los “Cuatro” a los que se refiere la regla, y así se pone de manifiesto la Tétrada microcósmica.

Las dos reglas anteriores forman la base esotérica de toda meditación y deben ser estudiadas cuidadosamente si se desea obtener ciertos resultados.

REGLA TRES. La Energía circula. El punto de luz, producto de la labor de los cuatro, crece y aumenta. Miríadas se reúnen en torno a su calor resplandeciente hasta que merma su luz y su fuego disminuye. Después se emitirá el segundo sonido.

El mago blanco por medio de la meditación y el propósito consciente forma un punto central de energía en el plano mental, acrecienta la vibración por medio de la continua concentración, comenzando entonces a visualizar detalladamente la forma que ha de construir, la imagina con todas sus partes, componentes y ve “ante el ojo de su mente”, el producto consumado de la meditación egoica a medida que se va realizando. Esto produce lo que aquí se denomina “la nota secundaria”; la primaria es la que emana del Ego en su propio plano, que despertó “al reflejo” y evocó respuesta. La vibración se hace más fuerte y la nota emitida por el hombre en el plano físico asciende y es oída en el plano mental. Es por ello que en toda meditación
[i1001] ocultista el hombre tiene que realizar ciertas cosas a fin de ayudar a producir los resultados.

[e788] Tranquiliza sus cuerpos de manera de no tener impedimentos para el intento egoico y está atento para oír la “Voz del Silencio”. Responde entonces conscientemente a esa Voz y reflexiona sobre los planes impartidos.

Luego entona la Palabra Sagrada, y tomando la nota del Ego, cuando cree oírla, la envía para aumentar el sonido egoico y poner en movimiento la materia en el plano mental. Sincrónicamente con esta emisión, visualiza detalladamente la forma mental propuesta, para corporificar los propósitos egoicos.

Debe recordarse que hablamos de las meditaciones conscientes, basadas en el conocimiento y en la larga experiencia, que producen resultados mágicos en el plano físico, y de esas meditaciones que tienen el propósito de revelar al Dios interno y traer el fuego iluminado al Ego.

Cuando este proceso continúa por ley y orden, el punto focal de energía en el plano mental inferior adquiere fuerza; su luz o fuego se hace sentir; llega a ser, en sentido oculto, visualmente objetivo, atrayendo la atención de los constructores menores por medio de

    1. su radiación o calor,
    2. su activa vibración,
    3. su sonido o nota,
    4. su luz.

Los trabajadores elementales capaces de responder, son reunidos y atraídos dentro del radio de fuerza, comenzando a agruparse a su alrededor. La forma pretendida empieza a ponerse de manifiesto y pequeñas vidas, unas tras otras, ocupan el lugar que les corresponde en su construcción. El resultado de esa “coherencia” es que la luz interna comienza a velarse, su brillo disminuye así como la luz del Ego en su sombra o la forma mental, el hombre, también disminuye y se oculta.
[i1002]

REGLA CUATRO.El sonido, la luz, la vibración y la forma se entremezclan y fusionan, y así el trabajo es uno. Procede de acuerdo a la ley, y nada puede ya entorpecer el avance del trabajo. El hombre respira profundamente. Concentra sus fuerzas y arroja de sí la forma mental.

Tenemos aquí una faceta muy importante del trabajo mágico pocas veces considerada y conocida. La fuerza aplicada por el Ego en la tarea de obligar al hombre a cumplir Su propósito ha sido la voluntad dinámica, y el pétalo o centro de energía empleado ha sido uno de los pétalos de voluntad. Hasta ahora el hombre fue impulsado por la voluntad egoica, pero ha fusionado con ella gran parte de la energía del aspecto atrayendo (deseo o amor),
[e789] reuniendo para sí en el plano mental el material necesario para su forma mental. Hasta ahora se ha logrado observar, en los niveles concretos del plano mental, una forma construida de materia mental, coherente, viva, vibrante y de naturaleza deseada. Su actividad interna es tal que está asegurada su persistencia durante el tiempo necesario para lograr realizar su propósito egoico; está preparada para ser enviada a cumplir su misión, a reunir para sí material de naturaleza más densa en el plano astral y a obtener mayor consolidación. Esto es efectuado mediante un acto de voluntad que emana del hombre y le da a la forma viviente el poder de “desprenderse”. Afortunadamente para la raza humana, exactamente en este punto es donde fracasan en su trabajo la mayoría de los investigadores mágicos. Construyen una forma con materia mental, pero desconocen como enviarla a cumplir su misión inevitablemente. Así numerosos formas mentales mueren de muerte natural en el plano mental debido a la incapacidad del hombre para ejercer constructivamente la facultad de la voluntad, y a su fracaso e incomprensión de las leyes que rigen la construcción de formas mentales. Otro factor lo constituye su desconocimiento [i1003] de la fórmula que libera a los constructores elementales de lo que los circunda, obligándolos a adherirse dentro de la periferia de la forma mental durante el tiempo que el pensador desea. Finalmente muere debido a que la incapacidad del hombre le impide meditar durante un período suficientemente prolongado y formular sus ideas con tal claridad como para producir la materialización final.

Los hombres son todavía demasiado impuros y egoístas como para confiárseles este conocimiento. Construirían sus formas mentales para ser enviadas a misiones egoístas y con fines destructivos; hasta que no sean más espirituales y hayan controlado su naturaleza inferior no estarán disponibles para su empleo las palabras mágicas que impulsan a que emprenda una actividad separada la forma construida en sustancia mental.

Podría preguntarse en qué forma los hombres logran sus objetivos por medio de la concentración y la visualización y cómo puede enviar formas mentales que lleguen a su destino. Esto puede efectuarse de dos maneras.

Primero. Recordando inconscientemente métodos y formas conocidas y utilizadas en la época atlante, cuando las formas mágicas eran de propiedad pública y los hombres obtenían resultados emitiendo ciertos sonidos. No lograban sus objetivos por su capacidad mental, sino que principalmente lo hacían repitiendo como loros esos mántram. Éstos están a veces ocultos en el subconsciente y los utiliza involuntariamente el hombre cuando los presiente fuertemente.
[e790]

Segundo. Por medio de los pensamientos e ideas del hombre que encajan con los planes y propósitos de aquellos que saben, ya sea en el sendero de la magia blanca o en el de la magia negra Luego utilizan la forma con su fuerza inherente y la galvanizan para que entre en una actividad y entidad temporariamente separada, enviándola así a cumplir su propósito. Esto explica los numerosos resultados fenoménicos aparentes logrados por los egoístas o los buenos pensadores, pero incompetentes.

[i1004] Las palabras mágicas son comunicadas únicamente, bajo la promesa de guardar secreto, a los que trabajan regidos por la Fraternidad de la Luz, a los iniciados y a los chelas juramentados debido al gran peligro que involucran. También, ocasionalmente son captadas por hombres y mujeres que han obtenido el alineamiento con el Ego y están, por lo tanto, en contacto con el centro interno de todo conocimiento. Cuando esto sucede, el conocimiento está seguro, porque el Ego trabaja siempre de parte de la luz y de la rectitud, y las palabras emitidas por el Ego se “pierden en Su sonido” (como se dice esotéricamente) y no serán recordadas por el cerebro físico cuando no está influenciado por el Ángel solar.

Las seis reglas para el plano mental son muy breves, debido a que el plano de la mente es aún un terreno desconocido para la mayoría -desconocido en lo que respecta a su control consciente. Las dos reglas restantes se relacionan, en el primer caso, con el hermano que practica magia blanca y, en el segundo, con la fórmula mental que está construyendo.

REGLA CINCO.Tres cosas preocupan al Ángel solar antes que la envoltura creada descienda: la condición de las aguas, la seguridad de aquel que así crea y la constante contemplación. De este modo están aliados para el triple servicio, el corazón, la garganta y el ojo.

El punto focal de energía que el hombre, el mago, ha creado en el plano mental, alcanza una actividad vibratoria que asegura la respuesta, por parte de la materia requerida, para proveer la siguiente y más densa envoltura. Esta vibración hará que se agrupe alrededor del núcleo central un tipo diferente de sustancia vital divina. Esta forma se construye esotéricamente, con el fin de ser enviada, para que descienda y
[i1005] vuele como un pájaro a cumplir su misión, entonces se acerca el momento crítico para el mago. Una de las cosas de las que se ha de ocupar el mago es que la forma que ha construido, y a la cual se mantiene unido por una fuerte hebra de sustancia (una analogía en minúscula escala de hilo sutrátmico por el cual la Mónada o el Ego se mantiene [e791] vinculado a su “forma de manifestación”), no muera por falta de sostén vital ni retorne a él sin haber cumplido su misión. Cuando ocurre tal catástrofe, la forma mental se convierte en una amenaza para el mago, y éste llega a ser la víctima de lo que ha creado. Los devas que forman el cuerpo de la idea que ha fracasado en cumplir su propósito constituyen un drenaje de su fuerza vital, por eso procura que el móvil o deseo que subyace detrás de la “idea”, revestida ahora con su primer envoltura, mantenga su prístina pureza, no tenga vestigios de intención egoísta ni haya tergiversación del propósito inicial del Angel solar, produciendo una vibración indeseable. Esto es lo que se quiere significar cuando se dice que se ha de cuidar la “condición de las aguas”. Como bien sabemos, el agua representa la materia; la sustancia del plano astral que estamos considerando tiene gran importancia para la construcción de formas. De acuerdo a la sustancia empleada y a la naturaleza de los constructores que responden a la nota de la forma de materia mental, así será el propósito a realizar. Esta es la etapa más importante por muchas razones, puesto que el cuerpo astral de cualquier forma condiciona

    1. la naturaleza del vehículo físico y
    2. la transmisión de fuerza del siguiente plano superior.

Los “devas kámicos” pueden llevar a cabo su tarea siempre que el hombre del plano físico mantenga firmemente el propósito e impida que las influencias y vibraciones que emanan del hombre inferior la distorsionen.
[i1006] Recordaré a los estudiantes, a esta altura, que cualquier forma mental se encamina necesariamente a mayores corrientes de fuerza o energía que emanan de pensadores avanzados de toda categoría, empezando del Logos planetario hacia abajo, y de acuerdo a su naturaleza y móvil así se ayudará o retrasará el trabajo evolutivo. De este modo trabajan los Nirmanakayas ampliando corrientes de energía mental, vitalizando las formas creadas por los hombres y llevando a cabo la tarea de construcción y destrucción. Tienen que utilizar lo que existe, de ahí la necesidad de pensar con claridad. Habiendo “purificado” las aguas o salvaguardado sus deseos, el pensador procede luego (mediante el uso de ciertas palabras que le son impartidas por el Ángel solar) protegerse de los devas de naturaleza elemental con los cuales se propone trabajar. En el plano mental, la naturaleza y vibración del Angel solar provee suficiente protección, pero ahora se propone trabajar con los elementales y las existencias más peligrosas de los tres mundos. (98)

[e792] Estas fórmulas protectoras son pronunciadas por el pensador conjuntamente con el Angel solar, en el momento en que la forma mental está preparada para recibir su envoltura astral. El mántram va dirigido a las fuerzas que impulsan la actividad de los Agnisuryas y origina una corriente de energía protectora desde uno de los pétalos del corazón del Loto egoico. Esta circula a través del centro laríngeo del hombre, y establece una corriente circulatoria de energía a su alrededor que rechaza automáticamente a los devas que podrían (por medio de su tarea ciega e ignorante) amenazar su paz. Habiéndose ocupado de estas dos cosas -regulado el deseo y resguardada la identidad- tanto el Angel solar como el trabajador mágico mantienen una actitud contemplativa [i1007] y profunda, adoptada después de la meditación.

Durante la contemplación el ojo interno se fija sobre el objeto de la contemplación, y esto produce (inconscientemente en la mayoría de los casos) una constante corriente de energía enfocada en el objetivo, produciendo vitalización y actividad. Es la base del “trabajo de transmutación”, en que la sustancia humana, por ejemplo, es transmutada en sustancia solar. El Ego contempla sus cuerpos lunares, y gradualmente se va realizando el trabajo. Cuando su reflejo, el hombre, ha alcanzado un punto en la evolución en que puede meditar y contemplar, el trabajo se acelera rápidamente y la transmutación procede con rapidez, particularmente en el plano físico. En la tarea de construcción de la forma mental, el hombre en contemplación, prosigue la tarea de energetizar y vitalizar. Podría aquí decirse que el ojo es el gran agente rector. Cuando se emplea el tercer ojo, como sucede en la contemplación, éste constituye el sintetizador y rector de la triple energía; de allí la poderosa tarea que ejecutan aquellos que lo han desarrollado. El tercer ojo sólo empieza a funcionar cuando el tercer circulo de pétalos egoicos comienza a desarrollarse lentamente.

Si los estudiantes analizaran el efecto que produce el ojo humano en el plano físico, y luego extendieran el concepto a la tarea del Pensador interno cuando utiliza el tercer ojo, obtendrían una interesante aclaración sobre el tema del control mental. El Antiguo Comentario dice:

“Cuando el ojo es ciego, las formas creadas giran en circulo y no cumplen la ley. Cuando el ojo está abierto fluye la fuerza, la orientación y la realización son seguras y los planes prosiguen de acuerdo a la ley; el ojo de color azul o el ojo que no ve el rojo de la ira cuando está abierto, produce con gran facilidad aquello que se intenta realizar.”

[e793] La regla final está contenida en las palabras: [i1008]

REGLA SEIS.Cuando el ojo se abre los devas de los cuatro inferiores sienten la fuerza, son expulsados y pierden a su amo.

La energía egoica, transmitida vía el cerebro físico, entonces se dirige a realizar el trabajo de enviar la forma, para que pueda revestirse de materia astral. El ojo del Pensador se abre y afluyen corrientes de vitalidad repulsiva. No es necesario decir más porque hasta que el ojo no funcione, no es posible que los hombres comprendan la naturaleza de la energía que manejarán o dirigirán.

b. Cinco reglas para el plano astral. Antes de considerar el segundo grupo de “Reglas para la Magia”, quisiera decir algunas palabras respecto al “ojo del Mago”, al cual ya me he referido anteriormente. Una de las reglas fundamentales detrás de todo proceso mágico consiste en que ningún hombre puede ser un mago o trabajador en magia blanca hasta que no se le haya abierto el tercer ojo o esté en proceso de abrirse, pues por medio de ese ojo se energetiza, dirige y controla la forma mental y los constructores o fuerzas menores son impulsados a realizar cualquier tipo de actividad. Entre los futuros descubrimientos y próximas revelaciones de la ciencia materialista, una de las revelaciones se relacionará con la facultad que posee el ojo humano, ya sea solo o colectivamente, de dirigir la fuerza, y esto indicará una de las primeras etapas hacia el redescubrimiento del tercer ojo o el “Ojo de Shiva”. Como sabemos Shiva es uno de los nombres para el primer gran aspecto Logoico y ese nombre oculta cosas de gran importancia esotérica. Shiva representa:

    1. El Aspecto Voluntad.
    2. El Aspecto Espíritu.
    3. El Padre en el Cielo.
    4. El Propósito Rector.
    5. La energía consciente.
    6. La intención dinámica.

[i1009] Al considerar estas frases se evidenciarán las facultades innatas del tercer ojo.

En el ser humano, el “Ojo de Shiva” está situado, como ya se sabe, en el centro de la frente entre los dos ojos físicos. (99)

No debe confundirse con la glándula pineal, que es un centro físico o glándula bien definida. El tercer ojo existe en materia etérica, siendo un centro de fuerza etérica, hecho con sustancia de los éteres, mientras que la glándula pineal está formada por materia
[e794] de los tres subplanos inferiores del plano físico, sin embargo, ella ha de funcionar en cierta medida antes que el “Ojo de Shiva” tenga cierto grado de actividad; esto es lo que ha conducido a los escritores de libros ocultistas, del pasado, a confundirlos deliberadamente a fin de proteger el conocimiento.

El tercer ojo se forma por la actividad de tres factores:

Primero,
mediante el impulso directo del Ego en su propio plano. Durante la mayor parte de la evolución el Ego hace contacto con su reflejo, el hombre en el plano físico, mediante el centro que se halla en la cima de la cabeza. Cuando el hombre esté más evolucionado y se aproxime o esté hollando el Sendero, el Yo interno se aferrará más a su vehículo inferior, y descenderá hasta un punto de la cabeza o del cerebro que se encuentra aproximadamente en el centro de la frente. Éste es su contacto más inferior. Es interesante observar aquí la analogía que existe con la evolución de los sentidos. Los tres sentidos principales y los primeros en manifestarse sucesivamente son oído, tacto y vista. Durante gran parte de la evolución el oído constituye el impulso que guía la vida humana por medio del contacto egoico establecido en la parte superior de la cabeza. Luego, cuando el Ego desciende un poco más, se une al centro etérico activo en conexión con el cuerpo pituitario y el hombre responde
[i1010] a las vibraciones más sutiles y superiores; entonces se despierta la analogía esotérica del sentido físico, el tacto. Por último se abre el tercer ojo y la glándula pineal comienza a funcionar simultáneamente. Al principio la visión es oscura y la glándula sólo responde parcialmente a la vibración, pero en forma gradual el ojo se abre totalmente, la glándula está plenamente activa, y tenemos al hombre “totalmente despierto”. Cuando esto sucede, vibra el centro alta mayor y entonces los tres centros físicos de la cabeza funcionan.

Segundo,
mediante la actividad coordinada del centro principal de la cabeza, el loto de múltiples pétalos que se halla sobre la parte superior de la cabeza. Este centro afecta directamente a la glándula pineal, y la interacción de fuerza detrás de ambos (la analogía en pequeña escala de los pares de opuestos espíritu y materia) produce el gran órgano de la conciencia, el “Ojo de Shiva”. Constituye el instrumento de la sabiduría, y en estos tres centros de energía tenemos la analogía de los tres aspectos dentro de la cabeza del hombre.

1. Centro Principal de la cabeza Aspecto Voluntad Espíritu Padre en el Cielo
2. Glándula pineal Aspecto Amor-Sabiduria Sustancia Hijo.
3. Tercer ojo Aspecto actividad Materia Madre.

[e795] El tercer ojo dirige la energía o fuerza, y por lo tanto es el instrumento de la voluntad o Espíritu; responde a esa voluntad sólo cuando es controlada por el aspecto Hijo, el revelador de la naturaleza amor-sabiduría de los dioses y del hombre, siendo por lo tanto el signo del mago blanco.

Tercero, mediante la acción refleja de la glándula pineal misma.

A medida que estos tres tipos de energía o la vibración de estos tres centros comienzan a hacer contacto entre sí, se establece una definida interacción. Esta triple interacción forma con el tiempo un vórtice o centro de fuerza que se ubica en el centro de la frente, y oportunamente se asemeja a un ojo que observa entre los otros dos.
[i1011] Es el ojo de la visión interna, y quien lo haya abierto puede dirigir y controlar la energía de la materia, ver todas las cosas en el Eterno Ahora, estar más en contacto con las causas que con los efectos, leer los archivos akáshicos y ver clarividentemente. Por lo tanto, el que lo posee puede controlar a los constructores de grado inferior.

El “Ojo de Shiva”, una vez perfeccionado, es de color azul, y como nuestro Logos solar es el 'logos Azul”, sus hijos se Le asemejan en sentido oculto; este color tiene que ser interpretado esotéricamente. También debe recordarse que antes de recibir las dos Iniciaciones finales (la sexta y la séptima) el ojo del mago blanco, cuando está desarrollado, se coloreará de acuerdo al rayo a que pertenece el hombre -también esotéricamente comprendido. No puedo dar más información respecto a esta cuestión del color. De acuerdo al color así será el tipo de energía manipulada, pero debe tenerse presente que todos los magos trabajan con tres tipos de energía:

    1. La que es idéntica a la de su propio rayo.
    2. La que complementa su propio tipo de fuerza.
    3. La que constituye su polo opuesto.

Por lo tanto, trabajan en la línea de menor resistencia por medio de la atracción y repulsión.

A través de este “ojo que todo lo ve” el Adepto puede en cualquier momento y lugar ponerse en contacto con Sus discípulos; comunicarse con Sus colegas en el planeta, con aquellos que se hallan en el polo opuesto de nuestro planeta y con los del tercer planeta que, conjuntamente con el nuestro, forman un triángulo; por medio de la energía dirigida a través de éste puede controlar y dirigir a los constructores, sujetar cualquier forma mental que pueda haber creado dentro de Su esfera de influencia y en su
[e796] proyectado sendero de servicio; a través de Su ojo, mediante las corrientes de energía dirigida, puede estimular y ayudar a Sus discípulos o grupos de hombres, en cualesquiera lugar y momento.

[i1012] La glándula pineal está sujeta a dos líneas de estímulo: Primero, la que emana del Ego mismo, vía los centros etéricos de fuerza. Este descenso de energía egoica (resultado del despertar de los centros por medio de la meditación y la espiritualidad de la vida) hace impacto sobre la glándula, y en el transcurso de los años aumenta gradualmente su secreción y tamaño, comenzando un nuevo ciclo de actividad.

La segunda línea de estímulo que afecta a la glándula pineal es consecuencia de la disciplina del cuerpo físico y su sometimiento a las leyes del desarrollo espiritual. Cuando el discípulo vive una vida ordenada, no consume carne, no fuma ni bebe alcohol y practica la continencia, la glándula pineal ya no está atrofiada, sino que reasume su actividad primitiva.

Nada más puede decirse aquí pues ya se ha dado bastante al estudiante para reflexionar.

Al pronunciar la palabra, durante la meditación, el estudiante evoca respuesta del centro mayor de la cabeza, provoca vibración recíproca entre éste y el centro físico de la cabeza y, gradualmente, coordina las fuerzas de la cabeza. Practicando la visualización se desarrolla el tercer ojo. Las formas visualizadas y las ideas y abstracciones que durante el proceso se revisten de forma y se les da forma mentalmente, se ven a pocas pulgadas del tercer ojo. Cuando el yogui oriental dice de concentrarse en la punta de la nariz se refiere a este proceso. Esta frase engañosa vela una gran verdad.

Continuando con las “Reglas para la Magia”, nos ocuparemos del segundo grupo que trata de los impulsos constructores de formas y esas tendencias atractivas que son la base de la manifestación en el plano físico. Hemos considerado algunas reglas que se ocupan de la tarea del Angel solar, quien, en cualquier tipo verdadero de trabajo mágico, es el agente activo. Ya hemos
[i1013] dilucidado las reglas por las cuales construye una forma mental en el plano mental, o ese cuerpo germinal que (mediante la acumulación y sonido vibratorio) toma para sí otras formas.

REGLA SIETE.Las fuerzas duales se perciben en el plano donde ha de buscarse el poder vital; los dos senderos enfrentan al Ángel solar; los polos vibran. Aquel que medita debe hacer una elección.

La forma mental ha de funcionar hora en el plano astral, se la debe proporcionar un cuerpo para pueda hacerlo. La
[e797] energía del deseo la penetra y “aquel que medita” tiene que energetizar la forma con uno o dos tipos de fuerza antes de objetivarse. De la acción emprendida depende la construcción del cuerpo etérico y la consiguiente manifestación física. Sin embargo, esto es poco comprendido por el pensador común, pero la analogía con su propia experiencia vital es exacta como lo es la del proceso cósmico. La “naturaleza del deva” (como se lo llama) la compenetra, y la naturaleza de la forma mental depende de la cualidad de su amor y del tipo específico de aquello que es el objeto del amor. Si el deva o Ángel solar ama todavía la manifestación y desea existir objetivamente, identificándose voluntariamente con la sustancia, se produce el fenómeno de la reencarnación. Si al deva o Ángel solar no lo atrae ya la materia, entonces no hay identificación, y la vida objetiva ya no constituye la ley de su existencia. Se identifica entonces con la cualidad o energía y se convierte en expresión de los atributos divinos. La objetividad puede entonces continuar como una ofrenda voluntaria para el bien del grupo o existencia planetaria, no identificándose ya con la forma separada. El vehículo humano así creado es una forma mental como puede serlo cualquier otra idea particularizada, y [i1014] se observará el acto más grande de magia consciente. Todas las demás creaciones mágicas son secundarias. Manipulando la energía positiva y negativa, llevándolas a un punto de equilibrio antes de darles forma, se construye el cuerpo perfecto del Adepto. Todo trabajo mágico realizado en el plano astral debe hacerse en la línea de la actividad equilibradora; la naturaleza característica de este tipo de trabajo, en los tres planos de los tres mundos, podría resumirse de la manera siguiente:

En el plano mental, la fuerza positiva del Angel solar impele la sustancia necesaria hacia su correspondiente forma.

En el plano astral, la fuerza equilibradora del Ángel solar reúne el material y la energía necesarios de todas partes, construyendo con él la necesaria envoltura astral.

En el plano físico, la fuerza negativa del Ángel solar es todo lo que se necesita para reunir la sustancia etérica deseada. Esto significa que la forma ha adquirido vitalidad y característica propias, de manera que no se requiere la acción violenta que emana del centro egoico para proseguir el trabajo. Es suficiente la nota y la vibración de la forma misma.
[e798]

REGLA OCHO.Los Agnisuryas responden al sonido. El flujo y el reflujo de las aguas. Que el fuego cuide de no ahogarse en el punto donde la tierra y el agua se unen. El punto medio, que no es ni seco ni húmedo debe ser el lugar donde él apoye sus pies. Donde se unen el agua, la tierra y el aire, allí está el lugar en que debe hacerse el trabajo mágico.

Debe observarse que en esta regla no se menciona al cuarto elemento, el fuego. La razón consiste en que el mago debe realizar la estupenda tarea de generar el fuego necesario en este triple “punto de reunión”. Esta es una de las reglas más ocultas y enigmáticas.
[i1015] Las siguientes frases del Antiguo Comentario arrojan alguna luz sobre ello:

“Cuando el fuego se extrae desde lo más intimo del corazón, las aguas no bastan para dominarlo. Surge como una corriente de llamas y atraviesa las aguas que desaparecen ante él. Así se encuentra la meta.”
“Cuando el fuego desciende de Aquel que observa, el viento no logra apagarlo. Los propios vientos protegen, resguardan y ayudan en la tarea, guiando al fuego que desciende al punto de entrada.”
“Cuando el fuego emana de la boca de aquel que piensa y ve, entonces la tierra no es suficiente para ocultar o apagar la llama. Alimenta la llama, produciendo tal aumento y magnitud del fuego, que llega hasta la estrecha puerta de entrada.”

Esta simbología oculta mucha información referente a la energía dadora de vida, a los centros simbolizados que la enfocan e impelen y al lugar que los diversos tipos de materia receptiva ocupan en el trabajo mágico. Como siempre ocurre en magia blanca, la actividad del Ángel solar es el factor primordial, y la tarea que realiza el hombre en el plano físico se considera secundaria, su cuerpo físico y el trabajo que allí se inicia frecuentemente se mencionan como “el combustible y su calor”. Esto se ha de recordar muy bien pues dará la clave de la necesidad del alineamiento egoico y la razón de la desaparición de ciertos magos, quienes fueron “destruidos por su propio fuego” o energía. Mago discreto es aquel que cuida la preparación de su vehículo inferior a fin de llevar consigo el fuego con el cual trabaja, y esto lo alcanza mediante la disciplina y la pureza total.

El mago cuida de no “ahogarse” o caer bajo la influencia del agua o elementales astrales, por el conocimiento de ciertas fórmulas, y hasta que estos mántram y sonidos no sean impartidos y conocidos, es peligroso para el hombre en el plano físico intentar la creación mágica. Dichas fórmulas son tres:

[i1016] Primero, la que fusiona dos notas y agrega una tercera, [e799] poniendo así en actividad a los constructores del plano astral, los Agnisuryas en cualquiera de sus grados. Esto se basa en el sonido inicial del Ego, distinguiendo entre éste y el sonido de la nota de los constructores y vidas de la minúscula forma mental ya creada. La fórmula es entonada basándose en estas tres notas, en la variación de tono y nota, aunque no de fórmula, produciendo así los tipos de formas.

Segundo,
la que es de naturaleza puramente protectora y que, por el conocimiento de las leyes del sonido, está vinculada con el agua (o plano astral), produce un vacío entre el mago y las aguas y entre él y su creación. Esta fórmula se basa en los sonidos vinculados también con el aire, pues el mago se protege a sí mismo evitando que se acerquen los constructores del agua, erigiendo a su alrededor una capa protectora de átomos de aire, entendidos esotéricamente.

Tercero, la que al ser pronunciada produce dos resultados: el envío de la creación perfecta, a fin de tomar para sí un cuerpo físico y luego la dispersión de las fuerzas constructoras una vez se ha terminado su trabajo.

Esta última fórmula es excesivamente interesante y, si no fuera tan poderosa, el mago podría verse en dificultades con el producto de su pensamiento y convertirse en la víctima de una forma vital y de ciertos “devas de las aguas” que nunca lo abandonarían hasta haberle drenado todas “las aguas de su naturaleza”, absorbiéndolas en su propia naturaleza y provocando su muerte astral. El curioso fenómeno que se observaría entonces sería el del Ego o Ángel solar encarnado en la envoltura mental, pero separado del cuerpo físico, debido a que el mago se ha “ahogado” esotéricamente. Lo único que puede hacer el Ego es romper el sutratma
[i1017] o hilo y retirar todo contacto con la envoltura inferior. Esta envoltura podrá persistir por un corto período, de acuerdo a la fuerza de la vida animal, pero es más probable que la muerte se produzca inmediatamente. () Varios magos han perecido de esta manera. [e800]

REGLA NUEVE.Después sobreviene la condensación. El fuego y las aguas se encuentran. La forma se dilata y crece. Que el mago coja que su forma en el sendero apropiado.

Esta regla se resume brevemente en el mandato: Que el deseo y la mente sean tan puros y tan proporcionados y la forma creadora tan exactamente equilibrada, que no pueda ser atraída por el sendero de destrucción o de “izquierda”.

REGLA DIEZ.A medida que las aguas bañan la forma creada, éstas son absorbidas y utilizadas. La forma acrecienta su fuerza; que el mago continúe hasta que su trabajo sea suficiente. Que los constructores externos cesen su trabado y los constructores internos inicien su ciclo.

Uno de los conceptos fundamentales captados por todos los trabajadores de magia, es que tanto la voluntad como el deseo son emanaciones de fuerza. Difieren en cualidad y vibración, pero SON esencialmente corrientes de energía, una de ellas forma un vórtice inicial o centro de actividad pues es centrífuga; la otra es centrípeta, siendo el principal factor que le va dando forma a la materia alrededor del vórtice central. Esto puede verse en el caso del lote egoico, donde se manifiesta de manera interesante el aspecto voluntad formando “la joya en el loto” o el centro
[i1018] interno de energía eléctrica, y el deseo o aspecto amor formando el loto egoico mismo o la forma que oculta el centro. La analogía en toda construcción de formas rige para los dioses, hombres y átomos. Desde los planos cósmicos superiores, el sistema solar se ve como un enorme loto azul y lo mismo sucede en toda la escala en orden descendente: lo mismo puede decirse del minúsculo átomo de sustancia. La diferencia entre estos diversos lotos se halla en el número y distribución de los pétalos. El sistema solar es literalmente un loto de doce pétalos, estando cada pétalo formado por cuarenta y nueve pétalos menores. El loto planetario difiere en cada esquema, y es revelado uno de los secretos de la iniciación al iniciado cuando se le confía el número de pétalos de

    1. nuestro planeta tierra,
    2. nuestro polo opuesto planetario y
    3. nuestro planeta complementario o equilibrante.

Provisto de este conocimiento puede entonces utilizar ciertas fórmulas de magia que le permitirán crear en las tres esferas. El mismo concepto básico rige en la construcción de formas mentales
[e801] y permiten al mago blanco fenómenos objetivos en el plano físico. Trabaja con los dos tipos de energía, voluntad y deseo, y cuando estos se equilibran conduce a equilibrar los pares de opuestos y a la consiguiente liberación de la sustancia-energía, al erigirse la estructura del plano físico. El mago ha de conocer los siguientes hechos:

Las fórmulas para los dos aspectos de energía logoica, voluntad y deseo. Esto literalmente consiste en captar la nota y la fórmula de Brahma o aspecto sustancia, y la nota y fórmula de Vishnu o aspecto constructivo. A uno lo reconoce porque ha manejado materia; le es revelado el otro cuando ha alcanzado la conciencia grupal.

[i1019] La fórmula para el tipo particular de sustancia-energía que está tratando de emplear se vinculará con ese pétalo particular del Logos solar desde donde emana la fuerza deseada.

La fórmula para el tipo particular de energía que le es transmitida por medio de uno de los tres círculos de pétalos en su propio loto egoico.

La fórmula para el pétalo en particular, de un círculo de pétalos que puede elegir para trabajar. Todas conciernen principalmente al aspecto voluntad, en lo que respecta a la forma mental que se ha de construir, porque el mago constituye la voluntad, el propósito o el espíritu detrás del fenómeno objetivo que está en proceso de producir.

La fórmula que impele a la actividad (produciendo así una forma), los Agnisuryas energetizados por cualquier aspecto particular de fuerza solar. Donde las dos fuerzas entran en contacto se produce la forma, o el tercer centro de energía aparece o se manifiesta:

    1. La energía del aspecto voluntad.
    2. La energía del deseo o aspecto amor.
    3. La energía de la consiguiente forma mental.

Aquí no se contradice la enseñanza oculta de que el Padre y la Madre o Espíritu y Materia, cuando entran en contacto, producen el Hijo. La dificultad que los estudiantes deben superar consiste en la verdadera interpretación de los tres términos: Madre-Materia-Humedad (o las aguas).

Las tres esferas vibratorias,

1. la física densa madre materia,
2. la etérica materia Espíritu Santo,
3. la astral humedad agua,

esperan como una unidad en la creación, y durante las primeras etapas de creación en la enseñanza ocultista, no tienen que estar [e802] separadas o apartadas. En el sendero de involución, si se encara el tema desde un ángulo diferente a fin de [i1020] esclarecerlo parcialmente, se establecerán las diferencias, pero en el sendero de evolución o de retorno, como bien sabemos, son superadas; en el punto medio de equilibrio, por ejemplo, como en nuestro globo, la confusión se produce en la mente del estudiante debido al hecho oculto de que se emplean simultáneamente las diversas fórmulas; las formas mentales se hallan en todas las etapas de construcción, y el resultante caos es terrible.

El significado de la regla que estamos comentando podría interpretarse como que la energía de las aguas llega a predominar en el trabajo mágico, y el deseo por adquirir forma y cumplir su objetivo se acrecienta. Esto tiene lugar después que la energía de la voluntad ha formado el núcleo central al haber entrado en contacto con la fuerza del deseo. El mago, por medio del deseo (o fuerte motivo), acrecienta la actividad de la forma hasta que adquiere una vida propia separada tan poderosa e intensa que está lista para cumplir su misión en el plano físico. Los devas constructores que han sido impelidos a construir la forma, empleando las miríadas de vidas elementales disponibles, han completado su tarea y dejan de construir; este tipo particular de energía no impele a las vidas menores en una dirección específica, sino que entran en el ciclo final de trabajo en el plano astral. Esto se sintetiza en la siguiente regla:

REGLA ONCE. Tres cosas tiene ahora que llevar a cabo quien trabaja con la ley. Primero, descubrir la fórmula que confine a las vidas dentro del muro esferoidal; luego, pronunciar las palabras que le expresen a esas vidas que deben hacer y dónde hay de llevar lo que ha sido hecho; finalmente, ha de pronunciar la frase mística que lo salvaguardará de su trabajo.

La idea corporificada posee ahora forma y figura en el plano astral, pero aún se halla en estado de flujo; las vidas sólo se mantienen en su lugar por medio de la centrada atención
[i1021] del mago, trabajando por medio de los grandes constructores. Mediante el conocimiento de ciertas frases mágicas, debe tratar de que su trabajo sea permanente e independiente y fijar el lugar de los elementos vitalizadores dentro de la forma, dándoles el impulso que traerá como resultado una concreción más segura. Habiendo realizado esto, llega a ser, si puede expresarse así, un agente del Karma y envía la forma mental dual (revestida de materia mental y astral) a cumplir su misión, cualquiera que ella sea. Finalmente [e803] debe tomar las precauciones necesarias para protegerse de las fuerzas de atracción de su propia naturaleza, lo cual puede conducirlo a retener la forma mental tan cerca del radio de su propia influencia que sería inútil neutralizar su energía innata y anular su propósito.

También puede producir una fuerza de atracción tan poderosa que al atraer la forma tan cerca de sí estaría obligado a absorberla. Esto puede realizarlo sin ningún peligro aquel que sabe hacerlo, sin embargo produce una pérdida de energía, prohibida por la Ley de Economía. La mayoría de los hombres, que a menudo son magos inconscientes, crean muchas formas mentales maliciosas y destructivas, las cuales se vuelven en contra de sus creadores en forma desastrosa.

c. Cuatro reglas para el plano físico. Al realizar el trabajo mágico de crear formas, se ha hecho descender la forma mental desde el plano mental -donde el Angel solar inició el trabajo- a través del astral -donde se estableció el equilibrio- hasta el plano físico o niveles etéricos. Aquí se lleva a cabo la tarea de producir la objetividad, y quien trabaja en magia está en peligro de fracasar si no conoce las fórmulas y los mántram para hacer contacto con el nuevo grupo de constructores y salvar el espacio que existe entre el plano astral y el subplano gaseoso del plano físico. Sería útil recordar aquí que en el trabajo de creación
[i1022] el mago blanco aprovecha la influencia del Rayo en vigencia. Cuando el tercero, quinto y séptimo rayos se hallan en poder, ya sea entrando en pleno cenit o saliendo de él, el trabajo es mucho más sencillo que cuando dominan el segundo, el sexto o el cuarto rayos. En la actualidad, como sabemos, el séptimo Rayo está empezando a dominar rápidamente, y es una de las fuerzas con las cuales debe trabajar el hombre más fácilmente. Bajo la influencia de este Rayo podrá erigirse una nueva estructura para la actual decadente civilización y construir el nuevo templo deseado para el impulso religioso. Mediante su influencia se facilitará también grandemente la tarea de los numerosos magos inconscientes. Esto traerá como consecuencia el rápido aumento de fenómenos síquicos inconscientes, la difusión de la ciencia mental y la consiguiente capacidad de los pensadores para adquirir y crear los tangibles beneficios que desean. Sin embargo, esta magia de naturaleza inconsciente y egoísta conduce a resultados kármicos deplorables, y solo quienes trabajan con la ley pueden evitar las consecuencias que afectan a los que manipulan materia viviente y controlan las vidas menores mediante el conocimiento, el amor y la voluntad.

El mago blanco utiliza fuerzas solares. A medida que el planeta gira alrededor del sol hace contacto con diferentes tipos de
[e804] energía solar, requiriéndose un experto conocimiento para utilizar las influencias a su debido tiempo y la forma ser constituida de tal manera que pueda responder a la energía diferenciada en el momento necesario.

Manipula fuerza planetaria de tres tipos:
  1. La de su propio planeta, y la más asequible.

  2. La que emana del polo opuesto de nuestro planeta.
  3. La que se presiente que se origina en ese planeta que, con nuestra tierra y su opuesto, forma el triángulo esotérico


[i1023] Los estudiantes han de recordar que estamos tratando con materia etérica y energía vital y por lo tanto con lo concerniente al plano físico y todo lo que abarca ese término. También deben recordar que el mago (a medida que trabaja en el plano de la objetividad) está en condición de utilizar sus propias fuerzas vitales en el trabajo de creación de la forma mental, pero sólo le es posible y permitido cuando ha alcanzado ese grado de evolución en que se convierte en canal para la fuerza y sabe cómo atraerla dentro de si, transmutarla o combinarla con las fuerzas de su propio cuerpo y luego transmitirla a la forma mental que está en proceso de construir. Muchas cosas interesantes se le revelarán al pensador que extienda esta idea al Logos planetario y a Su trabajo de crear formas.

Con estas breves observaciones preliminares podemos ahora continuar con las Reglas para la Magia, aplicables al plano físico

REGLA DOCE.La trama palpita. Se contrae y dilata. Que el mago se apodere del punto medio a fin de capturar a “esos prisioneros del planeta” cuya nota está correcta y exactamente afinada con aquello que debe ser hecho.

Es preciso que el mago recuerde que todo lo que sucede en la tierra acontece dentro de la trama etérica planetaria. El trabajador en magia blanca, por ser ocultista, se ocupa de universalidad y comienza su trabajo mágico dentro de los confines de la esfera física etérica. Su problema consiste en localizar esas vidas menores, dentro de la trama, que son apropiadas para construir el vehículo mental propuesto. Dicho trabajo sólo puede efectuarlo el hombre que, mediante la destrucción de la trama que confina a su propia trama etérica, puede alcanzar aquello que reconoce conscientemente como el cuerpo vital planetario. Sólo aquel que es libre puede controlar y utilizar a esos prisioneros. Éste es axioma oculto
[i1024] de real importancia, de la mayoría de los [e805] fracasos sufridos por los seudos trabajadores en magia, se deben al hecho de que ellos mismos no son libres. Los “prisioneros del planeta” son esas miríadas de vidas dévicas que forman el cuerpo pránico planetario, siendo arrastradas por el torrente de fuerza vital que emana del sol físico.

REGLA TRECE.El mago debe reconocer a los cuatro; observar en su trabajo el tono violeta que evidencian y así construir la sombra. Cuando esto ocurre, la sombra se reviste a sí misma y los cuatro se convierten en siete.

Esto significa literalmente que el mago debe saber discriminar entre los diferentes éteres y observar el matiz especial de los distintos niveles, asegurando así una construcción equilibrada de la “sombra”. Los “reconoce” en sentido oculto, es decir, conoce su nota y clave, y es consciente del tipo particular de energía que personifican. No se ha puesto demasiado énfasis en el hecho de que los tres niveles superiores de los planos etéricos están en comunicación vibratoria con los tres planos superiores del plano físico cósmico, y éstos (conjuntamente con su cuarto nivel envolvente) han sido denominados en los libros ocultistas “la Tétrada invertida”. Este conocimiento pone al mago en posesión de los tres tipos de fuerza planetaria y su combinación o el cuarto tipo, liberando para sí esa energía vital que impulsará dicha idea a la objetividad. A medida que los diferentes tipos de fuerza se reúnen y una tenue y umbría forma se reviste con la envoltura vibrante astral y mental, y la idea del Angel solar logra una definida concreción.

REGLA CATORCE.El sonido aumenta. Se acerca la hora del peligro para el alma valerosa. Las aguas no han dañado al creador blanco y nada puede ahogarlo ni mojarlo. Ahora lo amenaza el peligro del fuego y de Las Llamas
[i1025] y se observa tenuemente el humo que se eleva. Que él, después del ciclo de paz, nuevamente invoque al Angel solar.

El trabajo creador asume ahora serias proporciones; por última vez el cuerpo del mago es amenazado por la destrucción. Habiéndose formado la “sombra”, ya está preparada para tomar un cuerpo gaseoso o “ígneo”, y son estos constructores del fuego que amenazan la vida del mago, por las siguientes razones:

Primero, porque estando los fuegos del cuerpo humano
[e806] estrechamente vinculados a los fuegos con que el mago trata de trabajar, si los fuegos latentes del cuerpo y los del planeta se colocan en muy estrecha yuxtaposición, el creador está en peligro de quemarse y destruirse.

Segundo, estando los Agnichaitas vinculados a los “devas del fuego” del plano mental, son muy poderosos y sólo pueden su controlados debidamente por el Angel solar mismo.

Tercero, en este planeta los fuegos planetarios todavía no han sido dominados por el fuego solar, y son impulsados fácilmente a efectuar el trabajo de destrucción.

Por lo tanto, se ha de invocar nuevamente al Angel solar. Ello significa que el mago (cuando su “sombra” se ha completado, previamente a las etapas finales de concreción) debe cuidar que su alineamiento con el Ego sea exacto y directo y que las corriente de comunicación estén en plena actividad. Literalmente tiene que “renovar su meditación”, y hacer un nuevo y directo contacto antes de proseguir la tarea. De otra manera los fuegos de su propio cuerpo pueden quedar incontrolados y sufrir, en consecuencia, su cuerpo etérico. Por lo tanto lucha contra el fuego utilizando fuego y hace descender fuego solar para protegerse. Esto no fue necesario hacerlo en el plano astral. Los momentos de mayor peligro en el trabajo creador del mago se producen en ciertas ocasiones en el plano astral, donde está en peligro de ahogarse, esotéricamente y durante la transición de los niveles etéricos
[i1026] a los planos de concreción tangible cuando corre el peligro de “quemarse esotéricamente”. En el primer caso no acude al Ego, sino que detiene la oleada por el amor y los poderes equilibradores de su propia naturaleza. En el segundo debe acudir a aquello que representa el aspecto voluntad en los tres mundos, el impulsivo y dinámico pensador o Angel solar. Esto lo logra por medio de un mántram. Ningún indicio puede darse debido a los poderes que confiere.

REGLA QUINCE.Los fuegos se acercan a la sombra, sin embargo no la queman. La envoltura del fuego se ha terminado de construir. Que el mago entone las palabras que mezclan el fuego y el agua.

Poco puede decirse para interpretar estas palabras, excepto hacer una referencia general. Se ha creado la envoltura gaseosa y se acerca el momento de construir la envoltura para el sexto subplano, el líquido. Ambos deben fusionarse. Es el momento de mayor peligro, en lo que respecta a la forma mental misma. Anteriores peligros han amenazado al mago. Ahora debe ser protegida la forma que está creando. La naturaleza del peligro se insinúa en las
[e807] palabras: “Cuando el fuego y el agua se unen, sin haber entonado el sonido, todo se disipa en vapor. El fuego deja de ser.” El peligro reside en la enemistad kármica existente entre los dos grandes grupos de devas. Dichos grupos sólo pueden ser unidos por el mediador, el hombre.

Quizás se preguntarán para qué sirven las quince reglas impartidas respecto a la magia. Todavía para nada respecto al trabajo práctico, pero serán muy útiles cuando se desarrolle la intelectualidad interna. Quien medite y reflexione sobre estas reglas a la luz de lo que ha sido previamente comunicado referente a los devas y a las fuerzas constructoras, llegará a comprender las Leyes de Construcción del macrocosmos, que le serán muy útiles y le ahorrarán mucho tiempo cuando se le confíe el trabajo y las fórmulas mágicas.

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49) La actividad conjunta de los Pitris solares y lunares D. S. III, 242-243.

  1. "La chispa pende de la llama por el hilo más fino de Fohat.
    1. La llama de tres lenguas que nunca muere..Tríada.
    2. Los cuatro pabilos...Cuaternario
    3. El hilo de Fohat.....Hilo de Vida
  2. Recorre los siete mundos de maya.
    1. Macrocósmicamente....Los siete esquemas planetarios.
    2. Planetariamente..........Las siete cadenas de un esquema
    3. Microcósmicamente........Los siete globos de una cadena
    Tomen nota y mediten ahora: "...el divino Septenario que pende de la Tríada, formando así la Década y sus permutaciones. Siete, cinco y tres."
  3. "Se detiene en el primero y es un metal y una piedra; pasa al segundo y he aquí una planta; la planta gira a través de siete formas y se transforma en un animal sagrado." Compárese D. S. I, 262-263.
  4. Obsérvese el aforismo cabalístico: "Una piedra se transforma en una planta, una planta en una bestia, una bestia en un hombre, un hombre en un espíritu y el espíritu en Dios. D. S. I, 264.
  5. Combinando estos atributos se forma Manu, el Pensador. D. S. III, 173,180.
  6. ¿Quién lo forma? Las siete vidas y la Vida Una. D.S. III,251. Los siete grupos de vidas que forman los tres cuerpos inferiores. Los Pitris lunares o padres de las formas materiales.
  7. ¿Quién lo completa? El Quíntuple Lha. ¿Quién une la Tríada aespiritual superior y el yo inferior?
    1. Los Dioses quíntuples de la inteligencia.
    2. El quinto principio de la mente.
  8. ¿Quién perfecciona al último cuerpo? El pez, el pecado y el soma.
    1. Pez, pecado y soma componen colectivamente los tres símbolos del ser inmortal.
    2. Pez -símbolo del principio búdico, la vida manifestada sobre la tierra. Observen el avatar Vishnu. El signo de Piscis, el pez. Jesus el pescador de hombres.
    3. Pecado - la caída del hombre, la invlución del Espíritu.
    4. Soma -Luna. El trabajo de los Pitris lunares que proveen los cuerpos. Léase D. S. I, Estanza VII, 278.

50) D. S. I, 77-78,108.
51) El Ego está descrito en La Doctrina Secreta de la manera siguiente: "Cada uno es un pilar de Luz. Habiendo elegido el vehículo se expandió, envolviendo on un aura akáshica el animal humano, el Principio divino se estableció dentro de la forma humana" D. S. VI, 131-132. "Son los Dhyanes del Fuego y emanan del Corazón del Sol". D. S. III, 100. Léase el Comentario en D. S. III, 100. "Son los Hijos del Fuego y conforman al hombre interno. D. S. III, 115.

52) Los Ángeles solares (Hijos de la Sabiduría) son entidades que tratan de obtener conciencia más plena. D. S. III, 170-171;IV, 173-174.
  1. Adquirieron el intelecto debido al contacto previamente establecido con la materia.
  2. Encarnaron regidos por la Ley del Karma. D. S. VI, 151-152.
  3. Tuvieron que convertirse en conocedores. Léase cuidadosamente D. S. III, llamada 20.
  4. Estos ángeles solares son inteligencias elevadas. D. S. III, 243-244.
  5. Son los yoguis celestiales. D. S. III, 241-242.

53) "Nirmanakaya" es un nombre formado por dos palabras y significa "que no tiene cuerpo", no se refiere a las cualidades morales. Es un estado de conciencia. A los grandes Instructores de las esferas nirvánicas se los denomina así." 54) La Biblia, Romanos, VIII, 22. 55) D. S. III, llamada 5. 56) Cada ser humano es una encarnación de Dios. D.S. VI, 91. Compárese IV, 82; D. S. VI, 114, y las palabras bíblicas: "He dicho, sois Dioses." "¿No sabéis que sois el Templo del Espíritu Santo?" Ningún Ser puede transformarse en un Dios sin pasar por los ciclos humanos. D. S. IV, 331. Por lo tanto, el hombre es igual a Dios en el sentido que representa los pares de opuestos, bien y mal, luz y oscuridad, macho y hembra, etc. Es una dualidad. Representa también a Dios porque es una triplicidad, siendo tres en uno y uno en tres. D. S. IV, 93-94. Por hombre se entiende la divina Mónada. D. S. IV, 187-188. 57) D. S. I, 79-80-81. 58) D. S. VI, 211. 59) D. S. II, 158. 60) El Número 10. D. S. I, 143-145.
  1. Los tres, incluídos dentro del círculo, son los sagrados Cuatro.
    1. Adi-Sanat, el Número, Unidad. El Logos o el Uno en encarnación física. Dios y el hombre funcionan como unidades en sus respectivos planos físicos.
    2. La Voz de la Palabra, los números, pues Él es uno y nueve. El segundo aspecto. La idea personificada. Conciencia.
    3. El Cuadrado amorfo, el aspecto materia, sustancia y forma. Limitación.
      1. Un Logos solar, que da forma a un sistema solar.
      2. Un Logos planetario, que da forma a un esquema planetario.
      3. Un hombre que da forma a sus cuerpos de manifestación.
  2. Los diez constituyen el universo arupa.
Aquí se hace hincapié sobre las Vidas subjetivas, o la Conciencia Inteligencia dentro de las formas. Estos diez podrían denominarse:

I. El primer Logos...Shiva...Padre.......... Voluntad.

II. El segundo Logos..Vishnu..Hijo........... Amor-Sabiduría.

III. El tercer Logos...Brahma..Espíritu Santo. Inteligencia,

influenciando a la Materia, Madre.

1. El Señor de la Voluntad Cósmica........Primer Rayo.

2. El Señor del Amor Cósmico..............Segundo Rayo.

3. El Señor de la Inteligencia Cósmica....Tercer Rayo.

4. El Señor de la Armonía Cósmica.........Cuarto Rayo.

5. El Señor del Conocimiento Cósmico......Quinto Rayo.

6. EL Señor de la Devoción Cósmica........Sexto Rayo.

7. El Señor del Ceremonial Cósmico........Séptimo Rayo.

Ellos son la conciencia subjetiva, la causa de la manifestación.

61) D. S. III, 407-408-409.

62) El problema del Mal. Lo siguiente ha sido extraído de un escrito mediumnímico, por la Dra. Anna Kigsford: "Ustedes han consultado sobre el origen del mal. Éste es un tema importante que no se hubiera tocado, pero parece que es necesario hacerlo. Comprendan que el Mal es el resultado de la Creación. La Creación es el resultado de la proyección del Espíritu en la materia, y con esta proyección vino el primer germen del mal. Sepan que no existe tal cosa como mal puramente espiritual, sino que el mal es el resultado de la materialización del Espíritu. Si analizan cuidadosamente todo lo que hemos dicho respecto a las distintas formas del mal, verán que cada una es el resultado del poder limitado de percibir el Universo nada más que como el Yo superior......Entonces es verdad que Dios creó el mal; también es verdad que Dios es Espíritu y siendo Espíritu es incapaz de hacer mal. Por lo tanto el mal es estricta y solamente el resultado de la materialización de Dios. Esto es un gran misterio. Pero podemos decir esta noche....Dios es la percepción misma. Es percepción universal, lo que ve y lo visto. Si pudiéramos ver todo, oir todo, tocar todo, etc., no existiría el mal, pues el mal viene de la limitación de la percepción. Tal limitación fue necesaria para que Dios produjera nada más que Dios. Sólo Dios puede ser menos que Dios. Por lo tanto sin el mal Dios habría permanecido solo. Todas las cosas son Dios de acuerdo a la medida del Espíritu que existe en ellas." Es decir, una humanidad perfecta será el vehículo perfecto del Espíritu divino (véase La Mercaba de Ezequiel, I, capítulo). Grande es nuestra deuda con los videntes que emiten destellos de luz en la oscuridad y con elmisterio de la vida humana; allí donde el Espíritu, luchador interno, frecuentemente sumergido en las profundidades de este misterioso caos, hace visible la oscuridad, con el fin de permitirnos ver algunos pasos adelante en el Camino, alentándonos para seguir adelante con la renovada seguiridad de que se dispersarán las nieblas y nubes y que , a su debido tiempo, entraremos en la plenitud de la Presencia divina. The Theosophist, T. XXIX, pág. 50

63) La Meta para los Pitris:

Los Pitris lunares están en el mismo nivel que los principios inferiores. D. S. III, 88

a. Crean nuestros principios inferiores D. S. III, 96
b. Poseen fuego creador pero no fuego divino D.S.III, 87-88
c. Hacen evolucionar a la forma humana D. S. I, 209
d. Eventualmente se convertirán en hombres D. S. I, 209
  Compárese, D. S. III, 102  
  Los principios superiores están latentes en los animales. D. S. III, 249,260
a. Los Pitris solares personifican al quinto principio D. S. I, 242
b. Proporcionan conciencia al hombre D. S. I, 210
c. Proveen el vehículo para la Mónada encarnante formando el cuerpo egoico D. S. I, 238-239
d. Desarrollan el tipo humano D. S. III, 229-230
  Compárese, D. S. III, 99  

Planetas invisibles:"No todos los planetas Intra-mercuriales, ni siquiera aquellos en la órbita de Neptuno, han sido descubiertos todavía, aunque se sospecha su existencia. Sabemos que existen y dónde están; ellos dicen que hay innumerables planetas "quemados" -nosotros decimos que están en oscuración- o planetas en formación y no poseen luminosidad todavía, etc."

"Cuando esté así adaptado el "tásmetro" ofrecerá la posibilidad no sólo de medir el calor de las más remotas estrellas visibles, sino también de detectar, por sus invisibles radiaciones, estrellas invisibles e indetectables, por ende también planetas. El descubridor,un M.S.T., muy protegido por M., piensa que si en cualquier lugar del espacio vacio de los cielos -un espacio que parece vacío incluso cuando se lo mira con el telescopio más poderos- el tásmetro indica invariablemente un aumento de temperatura, lo cual constituirá una prueba contundente de que el instrumento está en línea con un cuerpo estelar no luminoso o tan distante que se halla fuera del alcance de la visión telescópica. Su tásmetro, dice, "es afectado por una variedad más amplia de ondulaciones etéricas que la que el ojo puede percibir". La ciencia oirá sonidos provenientes de ciertos planetas antes de haber sido vistos. Esto es una profecía. The Mahatma Letters to A. P. Sinnett, pág. 169

65) D. S. I, 203

66) Todos se transformarán en Logos solares de distintas categorías

67) D. S. I, 183, llamada 16

68) De una palabra sensar que significa "serpientes". Son los Dragones de Sabiduría. D. S. I, 89,97.

69) Véase el comienzo del T. III de la Doctrina Secreta.

70) C. W. Leadbeater tenía una vaga comprensión de esta idea cuando se refería a esos cargamentos de egos provenientes de la cadena lunar. Por supuesto, materializó la idea en forma exagerada; si la misma idea fundamental es expresada en términos de fuerza y de aparición de centros de fuerza dentro de la cadena terrestre, centros que son el resultado de la energía que emana de una cadena anterior y produce remolinos en el éter o sustancia del plano mental, entonces captará más fácilmente el verdadero significado.

71) Un Guru es un instructor espiritual

72) Aspirante. "Las prácticas que rigen la unión con el alma son: ferviente aspiración, lectura espiritual y total obediencia al Maestro." "Las palabras "ferviente aspiración" que he empleado significan princialmente "fuego"; en la enseñanza oriental significan el fuego que da vida y luz y, al mismo tiempo, el fuego que purifica. Por lo tanto, tenemos como primera práctica o método de progreso espiritual, esa cualidad ígnea de la voluntad que enciende e ilumina, y al mismo tiempo esa constante práctica de la purificación, la eliminación por el fuego de las impurezas conocidas" "Su meta es traer la visión del alma y desechar los obstáculos." "Las reglas son las siguientes: pureza, serenidad, ferviente aspiración, lectura espiritual y total obediencia al Maestro." "La perfección de los poderes de la vestidura corpórea se obtiene por la eliminación de las impurezas y de la ferviente aspiración." Aforismos de la Yoga de Patanjali, Libro II, 1,2,32 ,43 (Edición C. Johnston).

73) Las tres Aulas a través de las cuales el alma del hombre debe progresar están expuestas en La Voz del Silencio, págs. 18,19.

1er. Aula Aula de la Ignorancia humanidad infantil plano físico
2da. Aula Aula del Aprendizaje hombre medio plano astral
3er. Aula Aula de la Sabiduría hombre espiritual plano mental

Donde permanecemos más tiempo es en el Aula de la Ignorancia. El período siguiente en el Aula del Aprendizaje es llamado Sendero de Probación. En el Aula de la Sabiduría el iniciado se acerca al misterio central del Ser.

74) La Biblia. Juan XIV, 8.

75) La Biblia. Rev. XX, 2.

76)

  1. Existen siete ramas del conocimiento, mencionadas en los Puranas. D. S. I, 200.
  2. La Gnosis o el Conocimiento oculto, es el séptimo Principio; las seis escuelas de la filosfía hindú constituyen los seis principios. D. S. I, 290.
  3. Estas seis escuelas son:

    a. La escuela Lógica Prueba de correcta percepción.
    b. La escuela atómica Sistema detallado. Elementos. Alquimia y química.
    c. La escuela Sankya Sistema de números. La escuela materialista. La teoría de los siete estados de la materia o prakriti.
    d. La escuela de Yoga Unión. La regla del diario vivir. Misticismo
    e. La Escuela de la Religión Ceremonial Ritual. Culto a los devas o Dioses.
    f. La escuela vedanta Tiene que ver con la no-dualidad. Trata de la relación de Atman, en el hombre, con el Logos.
  4. Existen cuatro ramas del conocimiento a las cuales se refiere espcialmente H.P.B., D. S. I, 200.
  5. Estas cuatro son probablemente aquellas que más ha tratado el hombre en esta cuarta ronda y cuarta cadena.

    Compárese D. S. I, 97, 119, 128,230.

    Las cuatro Nobles Verdades. Los cuatro Vedas. Los cuatro Evangelios. Las cuatro admisiones básicas. Los cuatro Elementos preparados. Los cuatro grados de la Iniciación.

    a. Yajna Vidya La ejecución de ritos religiosos a fin de producir ciertos resultados. Magia ceremonial concierne al Sonido, por consiguiente, el Akasha o éter del espacio. El "yajna" es la Deidad invisible que compenetra el espacio
        ¿No se referirá esto al plano físico?
    b. Mahavidya El gran conocimiento mágico. Ha degenerado en el culto Tantrika. Trata del aspecto femenino o del aspecto materia (madre). La base de la magia negra. El verdadero mahayoga tiene que ver con la forma (segundo aspecto) y su adaptación al Espíritu y sus necesidads.
        ¿No se referirá esto al plano astral?
    c. Guyha vdya La ciencia de los mántram. El conocimiento secreto de los mántram místicos. La potencia oculta del sonido o la Palabra.
        ¿No se referirá esto al plano mental?
    d. Atma vdya. Verdadera sabiduría espiritual.
  6. El conocimiento de la verdad es un patrimonio común.D. S. III, 56,21.
  7. El conocimiento es una cosa relativa y varía de acuerdo al grado alcanzado.
    1. Campos de mayor conocimiento se abren ante un Logos planetario. D. S. IV, 259.
    2. El hombre puede llegar a obtener las cuatro verdades sin ser ayudado. D. S. VI, 66
  8. Finalmente el conocimiento es un arma peligrosa:
  9. Esto es debido al Egoísmo personal.

    No es peligroso cuando:

    1. Se entrega a él en cuerpo, alma y espiritu. D. S. V, 69-70
    2. Se cree firmemente en la propia divinidad. D. S. V, 69-70
    3. Se reconoce su Principio inmortal.
    4. Se conoce a sí mismo. D. S . VI, 79-80.
    5. Se practican todas las virtudes. D. S. V, 238
    6. Se tiene experiencia. D. S. VI, 130.
    7. Se comprende que el conocimiento es únicamente el fruto del Espíritu. D. S. VI, 96.
    8. El conocimiento es adquirido por medio de la mente superior. D. S. VI, 96.

77) D. S. I, Sección X, 108, 68;III, 284-285

78) La Biblia. Gen. I:2.

79)

"Mide tu vida en vez de las adquisiciones.

No por el vino bebido, sino por el vino escanciado,

Pues la fuerza del Amor está en el sacrificio del Amor;

Y quien más sufre más tiene para dar."

The Disciples por Hamilton King.

80) Si el hombre puede llegar a comprender la naturaleza de su propio ser y de su constitución; si puede ser inducido a comprender que lo que ocurre es razonable, y si se les puede demostrar a los pensadores de la raza los riesgos indicdentales producidos en la evolución dévica por los acontecimientos actuales, pueden evitarse grandes peligros. A esto se debe la decisión de ampliar este tratado para que incluya una información más detallada respecto a la evolución dévica.

81) La Doctrina Secreta dice que: Dios, Mónada y Átomo son analogías de Espíritu, Mente y Cuerpo. D. S. II, 313.

El Logos se manifiesta en ese mahamanvantara como Manas (los divinos Manasaputras en su totalidad) empleando cuerpos atómicos para propósitos evolutivos con el objeto de desarrollar el segundo aspecto de budi o sabiduría. La sabiduría debe tener por base a manas o mente inteligente. El Logos es la suma total de la Inteligencia, que está evolucionando a fin de desarrollar Amor.

82) Sonidos Mántricos.

Mántran es una combinación de sonidos, palabras y frases que, por virtud de ciertos efectos rítmicos, producen resultados imposibles de obtener separadamente. El más sagrado de todos los mántram de Oriente que se ha dado al público hasta ahora, está contenido en las palabras: "Om mani padame hum". Cada sílaba de esta frase tiene un poder secreto y en conjunto siete significados que pueden producir distintos resultados.

Varias formas mántricas que se basan en esta fórmula y en la Palabra Sagrada, emitidas rítmicamente y en diferentes claves, logran ciertos fines deseados como el de invocar a los ángeles o devas protectores, y realizan un trabajo definido, constructivo o destructivo, en los planos.

El poder de un mántram depende del grado de evolución del hombre que lo emplea. Emitido por un hombre común sirve para estimular lo bueno dentro de sus cuerpos, protegerlo y ejercer una influencia benéfica en su medio ambiente. Emitido por un adepto o iniciado, sus posibilidades para el bien son infinitas y de largo alcance.

Existen muchas clases que podrían enumerarse como:

1. Los mántram muy esotéricos, en idioma sensar, custodiados por la Gran Logia Blanca.
2. Los mántram sánscritos empleados por iniciados y adeptos.
3. Los mántram vinculados con los diferentes rayos.
4. Los mántram que se emplean para curar.
5. Los mántram que se utilizan en los departamentos del Manu, del Bodhisattva o del Mahachoan.
6. Los mántram empleados en relación con los reinos de los devas y de los elementales.
7. Los mántram especiales relacionados con el fuego.

Su potencia depende del sonido, del ritmo y del énfasis silábico impartido cuando se los emite y entona, también de la capacidad del hombre que los emplea para visualizar y del anhelo de lograr el efecto deseado

83) D. S. I, 273-274.

84) Los Dioses solares son los "Ángeles cídos". D. S. III, 267.

  1. Calientan a las sombras.... los cuerpos humanos.
  2. A su vez son calentados por la Mónada o Atma. D.S. III, 116-117-118, 266.
  3. Son las Serpientes de sabiduría. D. S. III, 227.
  4. Su naturaleza es conocimiento y amor. D. S. IV, 69.
  5. Provienen del plano mental cósmico. D. S . VI, 175.

El Ego o ángel solar está aprisionado. D. S. II, 264,265.

  1. Ha de emanciparse por sí mismo de la esclavitud y la percepción sensoria.
  2. Ha de ver en la luz de la Realidad Una.
  3. D. S. IV, 116.
  4. Ha de redimir a la humanidad. D. S. III, 242.
  5. Ha de dotarlo con los efectos y aspiraciones humanos. D. S. III, 242.
  6. Otorga al hombre inteligencia y conciencia. D. S. I, 210

85) Alineamiento. Véase Cartas sore Meditación Ocultista, Carta I.

86) La Glándula Pineal. El Tercer Ojo. D. S. VI, 183.

  1. La Meta de la evolución es desarrollar la visión interna.
  2. El significado esotérico del ojo. D. S. VI, 208-209
  3. El "ojo de Tauro, el Toro" (compárese con el ojo del toro). A la constelación de Tauro se la denominó Madre de la Revelación e intérprete de la divina Voz. D. S. II, 350.
  4. Los órganos de la visión interna:
    1. El órgano exotérico...la glándula pineal...físico.
    2. El órgano esotérico...el tercer ojo........etérico.
    Nota: Los estudiantes deben distinguir entre el tercer ojo y la glándula pineal. D. S. III, 286. "El tercer ojo ha muerto ya y no actúa. "Testimoniando su existencia ha quedado la glándula pineal.
  5. La glándula pineal es una masa nerviosa de materia gris del tamaño de una arveja adherida en la parte posterior del tercer ventrículo del cerebro.
  6. El cuerpo pituitario es para la glándula pineal lo que manas es para budi o la mente para la sabiduría. D. S. VI, 140-141.
  7. La glándula pineal alcanzó su más alto desarrollo en proporción al desarrollo del cuerpo físico más inferior. D. S. III, 286,290.
  8. El tercer ojo existe en materia etérica.
    1. Delante de la cabeza
    2. A nivel de los ojos
  9. Es un centro de energía formado por un triángulo de fuerza.
    1. El cuerpo pituitario.
    2. La glándula pineal.
    3. El centro alta mayor.
  10. El tercer ojo abierto no proporciona directamente clarividencia, sino que es el órgano por medio del cual se obtiene cierto conocimiento directo. D. S. I, 103
    1. El iniciado dirige el ojo hacia la esencia de las cosas.
    2. El asceta debe desarrollar el tercer ojo antes de convertirse en adepto. D. S. IV, 180.
  11. Los estudiantes de ocultismo debieran saber que el tercer ojo está indisolublemente conectado con el karma: D. S. III, 290 (llamada 159), 293,296-297.
    1. A su pasado atlante; la quinta raza raíz está sufriendo por causas originadas en la cuarta raza raíz..
    2. Debido a que revela su pasado. D. S. III, 276-297; IV, 324-325.
  12. El tercer ojo es el espejo del alma. D. S. III, 289.
  13. Para el ojo espiritual interno los Dioses no son abstracciones como lo son el alma y el cuerpo para nosotros. D. S. II, 3236.
    1. El ojo interno puede ver a través del velo de la materia. D. S. II, 326.
    2. El ojo espiritual revela los estados supersensibles D. S. IV, 100.
  14. En el hombre espiritual regenerado está activo el tercer ojo. D. S. III, 419.

87) La Biblia, Prov. X, 19.

88) La Biblia, Juan I.

89) Magia. D. S. I, 277.

  1. Magia es la ciencia divina que conduce a participar de los atributos de la divinidad misma. Isis sin Velo, I.
  2. Todo el trabajo mágico consiste en liberarnos de los repliegues de la Antigua Serpiente. Isis sin Velo, I.
  3. El propósito del arte mágico es perfeccionar al hombre. Isis sin Velo, I.
  4. La magia explora la esencia y el poder de todas las cosas. Isis sin Velo, I.
  5. Magia y magnetismo son términos sinónimos. Isis sin Velo, I.
  6. Magia es la suma total de la naturaleza del conocimiento. Isis sin Velo, II.
  7. Magia no implica transgredir las leyes de la naturaleza. Isis sin Velo, I. Prefacio.

Fundamentos de la Magia.

  1. La magia está basada en los poderes internos que posee el alma del hombre. Isis sin Velo, I.
  2. La trinidad de la naturaleza constituye la cerradura de la magia; la trinidad del hombre es la llave que se adapta a ella. Isis sin Velo, I.
  3. La magia es la psicología oculta. Isis sin Velo, II.
  4. La luz astral es el principal agente de la magia. Isis sin Velo, I; D. S. I, 270; IV, 79.

Magia. Esta palabra encierra en sí la prueba de su elevado origen. La palabra latina Magus y la palabra griega, Magos, un mago, proporcionan derivados que indican autoridad, sabiduría , superioridad. Tenemos entonces magnitud, manificencia, magnielocuencia para expresar grandeza de posición, de acción y de palabra. Cambiano lógicamente las mismas palabras se convierten en majestad, implicando dominio, y tenemos también magistrado, algo magistral, lo cual ha sido simplificado por Maestro y, finalmente, mediante el proceso evolutivo de las palabras, se ha convertido en el común "Mister". Pero el latín es sólo un transmisor de palabras. Podemos igualmente seguir el desarrollo histórico de esta raíz hasta que llegamos al zendo, en que se aplica para designar a toda la casta sacerdotal. Los magos eran renombrados en todo el mundo por su sabiduría y capacidad en el ocultismo; sin duda nuestra palabra magia debe principalmente a esa fuente su actual existencia y significado. No es necesario que nos detengamos aquí porque, detrás de la palabra zendo "mag, aparece la palabra sánscrita maha, que significa "grande" . Creen los estudiosos que maha originalmente se pronunciaba magha. En el sánscrito existe en verdad la palabra Maga, y significa un sacerdote del Sol, pero fue evidentemente una adaptación posterior del zendo cuya raíz originalmente derivó del sanscrito. Lucifer, T. X, pág. 157.

Magia. El arte de la divina magia consiste en la capacidad de percibir la esencia de las cosas a la luz de la naturaleza(luz astral) y -empleando los poderes anímicos del Espíritu- de producir cosas materiales desde el universo invisible; en dichas actuaciones debe unirse lo que está arriba y lo que está abajo y actuar armoniosamente. D. S. IV, 79-80.

Magia es el segundo de los cuaro Vidyas, el gran maha-vidya en los escritos tántricos. Sobre ella se ha de verter la luz del cuarto vidya (atmavidya) para que sea magia Blanca. D. S. I, 200.

Magia Negra es definida por H.P.B. de la siguiente manera:

  1. En la magia negra se emplea la luz astral con el propósito de engañar y seducir, mientras que el mayo blanco la emplea con proósitos informativos y para ayudar a la evolución. D. S. I, 269.
  2. La magia negra trabaja con los polos opuestos. El mago blanco busca el punto de equilibrio y síntesis. D. S. II, 120
  3. La magia negra tiene por símbolo la estrella de cinco puntas invertida, la magia blanca usa el mismo símbolo con la punta hacia arriba
  4. La magia negra es maha-vidya sin luz de atma-vidya. La magia blanca es maha-vidya iluminada por atma-midya. D. S. II, 240.
  5. La magia negra se rige por la luna. La magia blanca se rige por el sol.
  6. La magia negra y blanca surgieron durante el gran cisma que comenzó en la cuarta raza raíz. D. S. III, 408; IV, 63, 79.
  7. La magia negra se basa en la degradación del sexo y de la función creadora. La magia blanca está basada en la transmutación de la facultad creadora, en el pensamiento creador superior; el fuego interno abandona los órganos genitales y pasa a la garganta, el centro del sonido creador.
  8. La magia negra trata con las fuerzas de la involución. La magia blanca trabaja con los poderes de la evolución
  9. La magia negra se ocupa de la forma, la materia. La magia blanca se ocupa de la vida dentro de la forma, el Espíritu.

92) D. S. V. 69-70, Sección VI, 75.

93) D. S. IV, 116-117-118.

94) D. S. I, 122-124; III, 209,221;IV,62

95)La Biblia Rev. XIII, 18

Podría preguntarse aquí qué relación puede haber a este respecto con la ronda interna. La ronda interna tiene muchos significados, algunos de los cuales es imposible darlos, pero dos cosas pueden decirse: Que se ocupa del efecto producido por el equilibrio triangular de las fuerzas al finalizar el ciclo, cuando la fuerza de la energía involucrada circula sin impedimentos, aunque lentamente a través de:

  1. dos constelaciones del sistema solar,
  2. los esquemas planetarios
  3. tres globos en el esquema.

Debe recordarse que los tres son interdependientes. La fuerza empieza así a fluir cuando algún ciclo ha recorrido dos tercios. Concierne a las Iniciaciones mayores, y es la analogía, en los planos superiores, del atajo esotérico que conduce a la sabiduría y al conocimiento, que denominamos sendero de Iniciación.

97) Ningún alma puede perderse cuando:

  1. Existe una buena aspiración
  2. Ha realizado una acción altruista
  3. Lleva una vida virtuosa
  4. Lleva una vida de rectitud
  5. Vive una vida naturalmente pura. Isis sin Velo, II.

Véase D. S. VI, 160-161-162.

98) H.P.B. ha dicho que los elementales del aire son los más malvados y peligrosos. Se refiere al plano físico y a los peligros que acechan al cuerpo físico. Son los más peligrosos en lo que respecta al plano físico, pero en el caso que estamos considerando, tratamos con el hombre, la unidad en los tres mundos.

99) D. S. I, 103; III, 276,287,293.

1) Los caminos abiertos para el Ego divino después de la separación son dos. D. S. VI, 157.

  1. Puede iniciar una nueva serie de encarnaciones.
  2. Puede retornar al "seno del Padre" y volver a la Mónada.

Dos caminos están abiertos para el yo inferior descartado. D. S. VI, 159, 161.

  1. Si tiene cuerpo físico se convierte en un hombre sin alma. En este caso hay esperanza.
  2. Si no tiene cuerpo físico se convierte en un fantasma o en una especie de Morador del Umbral.


 
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