[ Anterior | Indice | Otros Libros | Siguiente ]

Castellano:
Inglés:

[509] REGLA DOCE

La trama palpita. Se contrae y dilata. Que el mago se apodere del punto medio a fin de liberar a esos "prisioneros del planeta", cuya nota está correcta y exactamente afinada con aquello que debe ser hecho.

LOS INTERVALOS Y LOS CICLOS

 

     [e369] [i511] Llegamos ahora a las cuatro reglas que conciernen al plano físico. De muchas maneras la comprensión de esta regla es más difícil que las otras, así como la aplicación práctica lo es mucho más que la teórica. Con frecuencia pensamos con claridad y deseamos correctamente, pero nunca es fácil elaborar las ideas subjetivas y realizarlas en el plano físico de acuerdo a la ley y constructivamente. Sin embargo, el mago blanco inicia su verdadero trabajo precisamente en este punto, y es allí justamente donde fracasa y descubre que la captación interna de la realidad tiene corno resultado necesariamente una actividad creadora correcta. En Tratado sobre Fuego Cósmico, hay ciertos puntos que sería de interés considerar y quisiera citar en pocas palabras algunos de ellos:

     "Sería útil recordar aquí, que en el trabajo de creación, el mago blanco aprovecha la influencia del rayo en vigencia. Cuando el tercero, quinto y séptimo rayos se hallan en el poder, ya sea entrando en pleno cenit o saliendo de él, el trabajo es mucho más sencillo que cuando dominan el segundo, sexto o cuarto rayos. En la actualidad, como sabemos, el séptimo rayo está empezando a dominar rápidamente, y es una de las fuerzas con las cuales puede trabajar el hombre más fácilmente. Bajo la influencia de este rayo podrá erigirse una nueva estructura para la actual decadente civilización y construirse el nuevo templo para el impulso religioso. Mediante su influencia se facilitará grandemente el trabajo de los numerosos magos inconscientes". (Pág. 803.)

     Es evidente, por lo tanto, que el día de la oportunidad está con nosotros y que la venidera generación puede, si lo desea, efectuar el trabajo mágico con la mayoría de los [i512] actuales factores que traerán resultados satisfactorios. El quinto rayo está pasando, pero su influencia todavía se hace sentir; el tercer rayo está en pleno meridiano, y el séptimo rayo está entrando [e370] rápidamente en la correcta actividad. En consecuencia, muchas cosas ocurrirán hasta que el hombre triunfe, siempre que pueda mantener constantemente una correcta orientación, pureza de móvil y de vida, un cuerpo emocional estabilizado y receptivo, y ese alineamiento interno que haga de una personalidad un verdadero vehículo para su alma o ego.

     Una analogía muy interesante se presenta cuando estudiamos las palabras: "La trama palpita. Se contrae y dilata". La idea subyacente es la del latido, diástole y sístole, flujo y reflujo de la actividad cíclica, el día de la oportunidad y la noche de la inactividad, la absorción y la expulsión, y esas numerosas apariciones y desapariciones que marcan la corriente de la vida en todos los reinos y dimensiones. Este ciclo del día y la noche, que es la inevitable señal de la existencia manifestada, tiene que ser reconocido. Todo discípulo debe adquirir (poniendo la verdad en términos sencillos) esa sabiduría basada en el conocimiento de cuándo corresponde trabajar o no, y en la comprensión de esos períodos e intervalos que se caracterizan por la palabra y el silencio. Es aquí donde se cometen muchos errores y fracasan la mayoría de los trabajadores.

     Esta regla podría darse en la siguiente paráfrasis que merece cuidadosa reflexión y que elucidaré en parte.

     Dios respira y Su vida palpitante emana de Su corazón divino, manifestándose como energía vital en todas las formas. Fluye, palpitando en sus ciclos, a través de toda la naturaleza. Constituye la divina inhalación y exhalación. Entre esta exhalación e inhalación viene un período de silencio y un momento de trabajo efectivo. Si los discípulos pueden aprender a utilizar estos intervalos, podrán liberar a los "prisioneros del planeta", [i513] objetivo de todo trabajo mágico efectuado durante este período mundial.

     Respecto a la manera en que trabaja la Vida Una del sistema solar, en estos grandes intervalos de silencio meditativo, denominados técnicamente pralaya, no es necesario ocuparse. La actividad de la Mente Universal y su propósito comprensivo, sólo pueden ser percibidos cuando cada hijo de Dios entra conscientemente en posesión de su herencia divina. El modo de trabajar, mediante el cual nuestra Vida planetaria utiliza los cielos de silencio, concierne a Él únicamente, y hay que recordar que cada Logos planetario tiene una pulsación diferente, un intervalo periódico variable y Su propio y único método de proceder.

     A quien estudia estas instrucciones le interesa poder lograr una actividad definidamente constructiva, en sus intervalos. [e371] Estos intervalos para los propósitos de nuestra consideración, caen bajo tres categorías:

     1. Los intervalos de la vida, o esos períodos en que el hombre espiritual está fuera de encarnación y se ha retirado dentro de la conciencia egoica. Prácticamente no existen para el que está poco evolucionado; pasan cíclicamente y con asombrosa rapidez dentro y fuera de encarnación. La analogía en el plano físico de esta rápida actividad se encuentra en el intenso ir y venir del hombre común a medida que enfrenta las exigencias de la existencia, y también la dificultad para obtener el equilibrio meditativo, evidenciada por la impaciencia y expectativa. Durante el progreso, se alargan constantemente los períodos fuera de la encarnación, hasta el punto en que son mucho más extensos que los pasados en expresión externa. Entonces el intervalo domina. Los períodos de salida (exhalación) y entrada (inhalación) son relativamente breves y - el punto que debe recalcarse - ambos períodos están matizados y controlados por los propósitos del alma, formulados y registrados en la mente durante el intervalo entre dos etapas más activas de [i514] experiencia. La vida interna, lentamente desarrollada durante los intervalos cíclicos, llega a ser el factor dominante. El hombre se hace gradualmente subjetivo en su actitud, y la expresión en el plano físico es principalmente el resultado de la vida mental interna, y no tanto el resultado de la reacción a los acontecimientos en el plano físico y a la inquieta naturaleza del deseo.

     2. El flujo y el reflujo de la vida diaria en una encarnación dada, también demostrarán sus intervalos, y el estudiante debe aprender a reconocerlos y utilizarlos. Además, ha de registrar la diferencia entre la intensa actividad saliente, períodos de retiro e intervalos, en que la vida externa parece estática y sin interés activo. Esto debe hacerlo si quiere aprovechar plenamente la oportunidad que la experiencia de la vida le ofrece. La totalidad de la vida no tiene que estar concentrada en un violento y continuo período de trabajo, ni tampoco comprendérsela como una eterna siesta. Tiene normalmente su propio latido rítmico y vibración y su propia y especial pulsación. Algunas vidas cambian su ritmo y modo de actividad cada siete años, otras cada nueve u once. Aún otras actúan en ciclos más cortos con meses de enérgicos esfuerzos, seguidos de meses de aparente inactividad. Algunas personas están tan sensiblemente organizadas que, en medio del trabajo, acontecimientos y circunstancias, se ven forzadas a un retiro temporal en el que asimilan las lecciones aprendidas durante el precedente período de trabajo.

     Dos grupos de seres humanos trabajan aparentemente sin ningún flujo y reflujo en el plano físico, pero manifiestan un [e372] constante impulso para trabajar. Éstas son personas tan poco evolucionadas, tan por debajo de la escala de la evolución (si puedo expresarlo así) y tan predominantemente animales, que no hay ninguna reacción mental a los acontecimientos o circunstancias, sino simplemente una respuesta al llamado de las necesidades físicas y la utilización del tiempo para la satisfacción de los deseos. Esto nunca cesa; [i515] por lo tanto poco existe de lo que puede denominarse cíclico. Entre ellos están incluidos el trabajador inculto y el hombre sin civilización. También existen esos hombres y mujeres que se hallan en la escala opuesta, habiendo ascendido relativamente más alto en la escala del progreso. Se han emancipado completamente de lo puramente físico y perciben íntimamente la naturaleza de deseo, por lo cual han aprendido a mantener una actividad continua - basada en disciplina y servicio. Trabajan conscientemente con los cielos y comprenden algo de su naturaleza. Conocen el divino arte de abstraer su conciencia en el alma en contemplación, y pueden controlar y guiar sabiamente su trabajo en el mundo de los hombres. Ésta es la lección que todos los discípulos están aprendiendo y la elevada realización de los iniciados y trabajadores entrenados de la raza.

     3. El tercer tipo de intervalo, que nos interesa primordialmente al considerar el trabajo mágico en el plano físico, es el logrado y utilizado mediante el proceso de meditación, y con el que el estudiante debe familiarizarse, porque de otra manera será incapaz de trabajar con poder. Este intervalo o período de intenso silencio se divide en dos partes:

     Existe ante todo el intervalo denominado contemplación. Quisiera recordarles la definición dada en un libro de Evelyn Underhill que describe la contemplación como un "intervalo entre dos actividades". Este período de silencio sigue a la actividad (tan difícil para el principiante) de conseguir el alineamiento entre alma, mente y cerebro, aquietar el cuerpo emocional y lograr esa concentración y meditación que servirá para enfocar y reorientar la mente sobre un nuevo mundo, y ubicarlo dentro de la esfera de influencia del alma. Es análogo al período de inhalación. En este cielo, la conciencia saliente se recoge y eleva. Cuando este esfuerzo es coronado por el éxito, la conciencia entonces [i516] se desliza fuera de la llamada personalidad, el aspecto mecanismo, y se produce un cambio en la conciencia. El alma llega a ser activa en su propio plano y de esta actividad son conscientes la mente y el cerebro. Desde el punto de vista de la actividad de la personalidad, se produce un intervalo. Hay un punto de inspirada espera. El mecanismo está completamente pasivo, la mente firme en la luz, y mientras tanto el alma piensa, como [e373] habitualmente lo hace, al unísono con todas las almas, extrayendo de los recursos de la Mente Universal y formulando su propósito de acuerdo al plan universal. Este cielo de actividad registrada del alma es seguido por lo que podría llamarse el proceso de exhalación. El intervalo llega a su fin; la mente expectante vuelve a la actividad y en la medida que ha sido correctamente orientada y mantenida en una actitud puramente receptiva, se convierte en intérprete e instrumento del alma, que ahora ha vuelto la "luz de su rostro sobre la personalidad atenta" Por ese medio puede ahora desarrollar los planes formulados en el intervalo de la contemplación. La naturaleza emocional es arrastrada por el deseo de hacer objetivos los planes, con lo cual la mente reorientada trata de colorar sus experiencias, y luego el cerebro recibe la impresión transmitida, y la vida del plano físico es entonces reajustada para materializar debidamente esos planes. Esto por supuesto implica un mecanismo entrenado, ajustado y correctamente responsivo, algo que raras veces se encuentra.

     La segunda parte del intervalo sólo llega a ser posible cuando se ha alcanzado el primero o intervalo contemplativo. El discípulo que trata de cooperar con la Jerarquía de Maestros y lo manifiesta mediante activa participación en Su trabajo en el plano físico, debe aprender a trabajar no sólo a través de la realización contemplativa, sino también mediante la utilización científica de los intervalos, desarrollados por medio de la respiración, entre los puntos de inhalación y exhalación, en el sentido puramente físico [i517] del término. Ésta es la verdadera ciencia del pranayama y su objetivo. La conciencia cerebral se halla necesariamente implicada. El intervalo entre respiraciones sólo puede usarse correctamente cuando el hombre ha alcanzado el poder de seguir el intervalo de contemplación que afecta al alma, la mente y el cerebro. Así como la mente se ha mantenido en la luz y receptiva a las impresiones del alma, del mismo modo el cerebro debe ser receptivo a las impresiones de la mente.

     Por lo tanto, tiene lugar un intervalo (desde el punto de vista del alma unificada con la personalidad) después del período de inhalación del alma, cuando la conciencia que va hacia fuera se vuelve dentro; el otro se efectúa al final, cuando el alma va de nuevo conscientemente hacia fuera, al mundo objetivo; la exhalación es reemplazada por la inhalación y esto también tiene su intervalo. El discípulo debe aprender a utilizar con facilidad estos dos intervalos del alma - uno de los cuales provoca efectos sobre la mente y el otro sobre el cerebro.

     Hay una analogía en el plano físico de este proceso de inhalación y exhalación divina, con sus dos intervalos de silencio y [e374] pensamiento. Permítanme repetir los efectos de estos intervalos. En el intervalo más elevado, el pensamiento abstracto o divino, impresiona al alma y es transmitido a la expectante mente; en el otro, por el pensamiento concreto y el intento de incorporar el pensamiento divino en la forma, la mente impresiona al cerebro y produce la actividad mediante el cuerpo físico.

     Los estudiantes de ocultismo que han demostrado su devoción y equilibrio mental, y que (usando una fórmula antigua de las escuelas de meditación) han cumplido los cinco mandamientos y las cinco reglas y adquirido el correcto equilibrio, pueden comenzar a utilizar los intervalos entre los dos aspectos de la respiración física, con el objeto de desarrollar una actividad intensa y utilizar el poder de la voluntad para producir efectos [i518] mágicos. Enfocada la conciencia en el cerebro y habiendo participado en el trabajo de contemplación, puede ahora continuar con el trabajo de materialización del plan, en el plano físico, mediante la energía enfocada de la voluntad, empleada en silencio por el hombre consciente. Como puede verse, estos intervalos de respiración son igualmente dos, después de la inhalación y de la exhalación, y cuanta más experiencia tenga el discípulo, tanto más largo será el intervalo y, en consecuencia, mayor la oportunidad para el trabajo mágico centralizado y la pronunciación de esas palabras de poder que permitirán cumplirse el propósito divino.

     No sería correcto ni apropiado extenderme sobre la forma de utilizar estos "puntos medios", según se los denomina en esta regla, de los cuales se apropia el mago y los emplea en el trabajo constructivo. En ellos utiliza conscientemente la energía, dirigiéndola de la manera que le parece más apropiada; entra conscientemente en contacto con esas fuerzas y vidas que puede utilizar, y les ordena aportar lo esencial para activar los propósitos espirituales y construir las formas y organismos necesarios; con ellos lleva adelante el trabajo de liberar a los "prisioneros del planeta", y se hace consciente de sus colaboradores, el grupo de místicos mundiales de la jerarquía de almas.

     En instrucciones de esta índole, que leerá todo el público, sería imprudente dar direcciones más explícitas. Mucho no se ha dicho, a fin de que sólo el estudiante que posee un profundo conocimiento, logre las necesarias correlaciones que le permitirá llevar adelante el "trabajo de los intervalos", donde únicamente puede realizarse el trabajo mágico. Se preguntarán: ¿Por qué? y ¿Por qué los secretos de la respiración están tan celosamente guardados? Porque la eficacia de la magia negra se encuentra justamente ahí. Hay un punto en que ambas, la magia negra y la blanca, emplean necesariamente una etapa similar en el [e375] trabajo. [i519] Ciertos hombres, con fuertes voluntades y mentes claras y entrenadas, pero animados por propósitos estrictamente egoístas, han aprendido a emplear el más bajo de los dos intervalos del alma - el que concierne a la relación entre la mente y el cerebro. Mediante la intensa aplicación y un conocimiento de la ciencia de los centros pueden desarrollar sus planes egoístas e imponer su voluntad y autoridad mental sobre los "prisioneros del planeta". De esa manera han causado mucho daño. No desean participar en el intervalo superior, en el cual el alma está activa y la mente responde. La actividad intelectual y la respuesta del cerebro a las impresiones de la mente es todo lo que les concierne. Como puede verse, tanto los magos blancos como los negros emplean el intervalo inferior, y los dos conocen el significado de los intervalos de la respiración física. Pero el mago blanco trabaja desde el nivel del alma hacia fuera, en el mundo manifestado, y procura efectuar el plan divino, mientras que el mago negro trabaja desde el nivel del intelecto, procurando obtener sus propios fines separatistas. La diferencia no sólo reside en el móvil, sino también en el alineamiento y su radio de conciencia y campo de expansión. Por lo tanto, verán por qué todos los verdaderos instructores evidencian tan extremas precauciones, mientras se esfuerzan por enseñar la naturaleza del trabajo mágico. Sólo quienes han sido puestos a prueba y son leales, desinteresados y puros, pueden recibir las instrucciones completas. A todos puede dárseles información concerniente al intervalo mayor de almamente y mente-cerebro. Únicamente a unos pocos puede confiárseles la información más importante concerniente a los intervalos menores, efectuados en el cuerpo físico entre una respiración y otra y en la conciencia del cerebro.

     Otro punto podría ser de interés antes de hablar sobre, los "prisioneros del planeta" y el trabajo que debe realizarse con ellos.

     La humanidad está pasando actualmente a través de un ciclo de excesiva actividad. Por primera vez en la historia humana [i520] esta actividad abarca a la humanidad en gran escala, en los tres aspectos de la conciencia de la personalidad. El cuerpo físico y los estados de conciencia emocional y mental están grandemente trastornados. Esta triple actividad unificada es acrecentada por un cielo de intensa actividad planetaria, debido a la entrada en una nueva era, al desplazamiento del sol a un nuevo signo del Zodíaco y a la consiguiente preparación que capacitará al hombre para trabajar fácilmente con las nuevas fuerzas y energías que actúan sobre él. En el centro de la vida humana, el grupo integrador de los nuevos servidores del mundo debe enfrentar, por lo tanto, una verdadera necesidad. Su trabajo primordial consiste en mantenerse en estrecha unión con el alma de la [e376] humanidad - constituida por todas las almas en su propio nivel del ser, mediante la propia actividad del alma organizada, para que siempre haya quien "trabaje en los intervalos" y así permitir que progrese el plan y la visión, ante los ojos de quienes aún no pueden penetrar en el lugar elevado y secreto. Como muchas veces he dicho, ellos deben aprender a trabajar subjetivamente, a fin, de mantener - en este ciclo de actividad y expresión exotérica - el poder, latente en todos, de retirarse al centro. Hablando simbólicamente, ellos constituyen la puerta. Las facultades y los poderes se pueden perder por no emplearlos; el poder de divina abstracción y la facultad de hallar lo que ha sido llamado "el sendero dorado que conduce al claro estanque y de allí al Templo de Retiro", no deben perderse. Éste es el primer trabajo del Grupo de Místicos Mundiales, y deben conservar abierto el sendero y el camino libre de obstáculos. De otro modo la magia blanca podría dejar de existir temporalmente, y asumir indebido control los propósitos egoístas de la naturaleza forma. Este lamentable acontecimiento ocurrió en los días de la Atlántida, y los que entonces formaban el grupo de trabajadores tuvieron que retirarse de toda actividad externa y "abstraer los divinos misterios, ocultándolos de los curiosos y de los indignos".

     [i521] Ahora se está haciendo un nuevo intento para liberar a "los prisioneros del planeta". La Jerarquía, mediante el grupo de servidores del mundo, en proceso de formación, procura restaurar los misterios a la humanidad, a la cual realmente pertenecen. Para el triunfo de este intento es fundamentalmente necesario, a quienes han percibido la visión y visto una parte del plan, dedicarse nuevamente al servicio de la humanidad, consagrarse al trabajo de ayudar hasta el máximo de su capacidad (reflexionen sobre estas palabras y extraigan su significado), a todos los servidores del mundo y sacrificar su tiempo y dinero en acrecentar el esfuerzo de los Grandes Seres. Ante todo no dejen de practicar la meditación; mantengan la unión interna; piensen en la verdad en todo momento. La necesidad y la oportunidad son grandes, y todos los que pueden ayudar son llamados al frente de batalla. Por lo tanto, todos pueden ser útiles de alguna manera si cada uno y todos comprenden la verdadera naturaleza del sacrificio, desarrollan habilidad en la acción y trabajan sin apegos.


Los Prisioneros del Planeta

     Habiendo tratado ya el trabajo del mago en su propia conciencia interna, y la necesidad de que conozca la importancia de poseer el "punto medio" en el trabajo de utilizar los intervalos mayores y menores, llegamos ahora a la consideración del objetivo de todo el trabajo, siempre que se trate de un verdadero [e377] mago blanco. Se ha afirmado claramente que este objetivo es liberar a los "prisioneros del planeta". Por lo tanto sería beneficioso estudiar quiénes son estos prisioneros y qué método de liberación debe emplear el discípulo activo.

     Estos prisioneros del planeta se dividen en dos grupos principales, que incorporan ciertas subdivisiones. Incluyen todas las formas de vida que generalmente llamamos subhumanas; pero a estas palabras debe dárseles un [i522] significado más amplio de lo que normalmente se hace, y extenderse hasta incluir todas las vidas encarnadas en las formas. Las dos divisiones son:

     Primero, la sustancia de todas las formas o multiplicidad de minúsculas vidas atómicas, que son arrastradas al aspecto forma mediante el poder del pensamiento, a través del cual todas las existencias o todas las almas, mineral, vegetal, animal y el cuerpo animal del hombre, se expresan. Esto abre un amplio horizonte y abarca prácticamente el trabajo de creación en el plano físico, de modo que ni siquiera podemos tocarlo. Bajo la Ley de Atracción Magnética y debido a la actividad impulsora de la Mente Universal, a medida que desarrolla el propósito del Logos solar o del Logos planetario, estos integrantes de la materia del espacio, estos átomos de sustancia, son reunidos y manipulados en forma rítmica para configurar la forma. Por este método de creación las existencias vienen a la manifestación, participando de un ciclo particular de experiencias, efímero como la vida de una mariposa o relativamente permanente como la vida animadora de una deidad planetaria, y luego desaparece. Los dos aspectos implicados, espíritu y materia, son puestos en íntima armonía y ejercen un esfuerzo recíproco. Si la denominada materia es energetizada o "elevada" en el sentido oculto del término, por su contacto con el espíritu, al espíritu le es permitido a su vez elevar sus vibraciones mediante su experiencia en la materia. La fusión de estos dos aspectos divinos tiene como resultado el surgimiento de un tercero que llamamos alma, y a través del alma el espíritu desarrolla la sensibilidad, la percepción y la capacidad consciente de responder, que constituye su posesión permanente cuando, eventual y cíclicamente, se ha producido la disociación de ambos.

     Respecto a esto, mucho puede hallarse en Tratado sobre [i523] Fuego Cósmico, y no es necesario repetirlo aquí. Este Tratado sobre Magia Blanca pretende ser práctico y útil. Trata principalmente del entrenamiento del aspirante, para poder actuar como creador consciente y, mientras trabaja, servir a su vez los propósitos más elevados de la Vida que lo envuelve. Así ayuda en la materialización de los planes de Dios. El entrenamiento, la indicación de las posibles tendencias, las líneas de evolución y la definición [e378] del propósito subyacente, es lo que conviene impartir al aspirante en la actual etapa en que se encuentra. Es lo que se ha intentado hacer en estas instrucciones, como también dar una nueva enseñanza respecto al vehículo emocional. En el próximo siglo, cuando el equipo del hombre esté mejor desarrollado y se conozca un significado más verdadero de la actividad grupal, será posible impartir mayor información, pero aún no ha llegado el momento. Todo lo que me queda por hacer es revestir la idea, de alguna manera, con palabras apropiadas. Si éstas revisten la idea y la limitan, entonces seré culpable de crear nuevos prisioneros que finalmente tendrán que ser liberados. Todos los libros son prisiones de ideas, y sólo cuando el lenguaje y la escritura sean reemplazados por la comunicación telepática, el intercambio intuitivo, el plan y su técnica de expresión podrán ser captados con mayor claridad. Ahora hablo simbólicamente; manipulo palabras a fin de crear ciertas impresiones; construyo una forma mental que, cuando sea suficientemente dinámica, impresionará el cerebro del agente trasmisor, como lo es el lector. Pero a medida que lo hago, sé perfectamente lo que no debo decir y que pocas veces es posible puntualizar una cosmología, macrocósmica o microcósmica, que sólo imparte una idea imperfecta de la realidad divina.

     Me refiero a las leyes y procuro formularlas inteligentemente, pero en realidad estoy considerando esos impulsos divinos que emanan de un Creador cósmico y se convierten en leyes a medida que producen efectos en la materia del espacio, sin hallar [i524] allí prácticamente ninguna resistencia. Otros impulsos divinos que fluyen cíclicamente no han tenido hasta ahora una vibración tan fuerte y, por lo tanto, no han sido tan poderosos como la vibración de la sustancia afectada y combinada. A estos impulsos los denominamos espirituales y esperamos ver establecidos como leyes de la nueva era, los cuales reemplazarán o se fusionarán con las leyes actuales del universo. Unidos traerán el nuevo mundo sintético.

     Pero ¿cómo podrá ser comprendido el todo por la parte? ¿Cómo puede un alma observar todo el plan cuando ella sólo ve una minúscula fracción de la estructura? Tengan esto constantemente en cuenta cuando estudian y reflexionan sobre estas Instrucciones, y recuerden que a la luz del futuro conocimiento humano, todo lo trasmitido aquí es análogo a un libro de lectura de quinto grado, comparado con los libros de texto utilizados por un profesor universitario. Sin embargo, servirá al aspirante para pasar del Aula de Aprendizaje al Aula de Sabiduría, siempre que utilice la información dada.

     [e379] Aprendan a ser telepáticos e intuitivos. Entonces estas frases e ideas revestidas por las formas, no serán necesarias. Así podrán enfrentarse con la verdad desnuda, y vivir y trabajar en el terreno de las ideas y no en el mundo de las formas.

     Ahora dejemos esta extensa variedad de vidas, definida por la frase sin sentido "sustancia atómica", y pasemos a considerar esos prisioneros del planeta con los que se puede hacer contacto más fácilmente, cuyo problema general es más específicamente comprendido y se halla en más íntima relación con el hombre. Los hombres aún no están equipados para comprender la naturaleza de esas unidades de energía eléctrica que encarnan lo que llamamos el alma de todas las cosas, y que ha sido denominada "ánima mundi" - la vida y el alma de Aquel en quien todas las existencias encarnadas viven, se mueven y tienen su ser.

     [i525] Para hacer esto será necesario comprender la parte que desempeña el cuarto reino de la naturaleza en relación con el todo y el propósito para el cual existe ese conjunto de formas, llamado familia humana. Debemos estudiar esto desde el punto de vista de la relación del cuarto reino con el todo, y no desde el ángulo del desarrollo progresivo individual del hombre y la parte que desempeña como una unidad humana dentro del "círculo infranqueable" de la familia humana. Utilizaremos la palabra humanidad; hablaremos de su misión y función en el gran esquema y en el desarrollo del plan. Consideraremos una humanidad como compuesta de todos los hijos de los hombres. Por un lado incluye a la jerarquía de adeptos que premeditadamente han encarnado en el plano físico para trabajar dentro de los límites del reino humano, y por otro tenemos los tipos poco desarrollados que son más animales que humanos. Entre estos dos extremos, encontramos los numerosos y diferentes tipos, desarrollados y no desarrollados, inteligentes e ignorantes - todos incluidos en la palabra hombre.

     La humanidad constituye un centro de energía dentro del cosmos, capaz de tres actividades:

     I. Ante todo, la humanidad responde al influjo de energía espiritual, que fluye a ella desde el cosmos y, hablando simbólicamente, estas energías son básicamente tres:

          1. La energía espiritual, como inadecuadamente la designamos. Emana del Dios Padre y llega a la humanidad desde el nivel técnicamente llamado plano monádico, la esfera arquetípica, la fuente más elevada donde el hombre puede llegar a ser consciente. Muy pocos están equipados para poder responder a este tipo de energía. Para la mayoría no existe. Empleo las palabras el "Dios Padre" en el sentido de Aquella Vida AutoExistente o Ser Absoluto. [e380]

          2. La energía consciente, que hace del hombre un [i526] alma. Es el principio de percepción, la facultad de conciencia, ese algo inherente a la materia, que (cuando se pone en relación con el espíritu) despierta respuesta a un amplio y trascendente campo de contactos externos. Es lo que oportunamente desarrolla en el hombre un reconocimiento de la totalidad y del yo, y lo conduce a la autodeterminación y a la autorrealización. Cuando éstas se han desarrollado, como no están en los reinos subhumanos, un hombre puede llegar a percibir el primer tipo de energía mencionada anteriormente. Esta energía de conciencia sensoria proviene del segundo aspecto de la deidad, desde el corazón del sol, así como la del primer tipo, técnica y simbólicamente hablando, emana del sol central espiritual. El símil de estos dos tipos de fuerza en el ser humano, es la energía nerviosa que trabaja mediante el sistema nervioso con su sede en el cerebro, y la energía vida que está asentada en el corazón.

          3. La energía pránica o vitalidad. Es esa fuerza vital, inherente a la materia misma, en la cual todas las formas están sumergidas, pues constituyen las partes activas de una forma mayor. A ésta responden todas las formas. Este tipo de energía viene del sol físico y trabaja activamente sobre los cuerpos vitales de cada forma del mundo natural, incluyendo la forma física de la humanidad misma.

     En la terminología de la Sabiduría Eterna, estas tres son llamadas fuego eléctrico, fuego solar y fuego por fricción, y su propósito recíproco está resumido en La Doctrina Secreta en las palabras:

     "La materia es el vehículo para la manifestación del alma en este plano de existencia, y el alma es el vehículo en un plano más elevado, para la manifestación del espíritu, y estos tres son una Trinidad sintetizada por la Vida, que los compenetra a todos".
D.S., T.I. pág. 106

     La humanidad, en la cual se encuentran los tres tipos de energía, constituye por lo tanto el "punto medio" [i527] en la conciencia del Creador. El agente creador activo debe apoderarse de este "punto medio", así como el aspirante debe aprender a aprovechar sus puntos medios en la ínfima parte del trabajo mágico y creador que trata de llevar a cabo. La humanidad debe ser el medio en que ciertas actividades pueden ser instituidas. En realidad, es el cerebro de la Deidad planetaria, porque sus innumerables unidades son análogas a las células cerebrales del órgano humano. Así como el cerebro humano, compuesto por un infinito número de células sensitivas responsivas, puede ser [e381] adecuadamente impresionado cuando logra quietud y llega a ser el medio de expresión de los planes y propósitos del alma, transmitiendo sus ideas a través de la mente, también la Deidad planetaria, bajo la inspiración de la Mente Universal, puede impresionar a la humanidad con los propósitos de Dios y producir los consiguientes efectos en el mundo fenoménico.

     Los miembros de la Jerarquía representan a quienes han alcanzado la paz y la quietud y pueden ser impresionados; los aspirantes y discípulos representan esas células cerebrales que empiezan a formar parte del ritmo divino mayor. Están aprendiendo la naturaleza de la respuesta. La masa de hombres son como los millones de células cerebrales, no usadas, que los psicólogos y científicos dicen que poseemos, pero no empleamos. Esta analogía pueden desarrollarla muy detalladamente por sí mismos, pero cuando este punto sea captado, aunque superficialmente, les será evidente que el propósito para el cual la humanidad existe, el objetivo que tiene ante sí el grupo de místicos y trabajadores mundiales y el ideal presentado al aspirante, son los mismos que los de la meditación individual: obtener esa atención enfocada y quietud mental donde se llega a la realidad, conocer el divino propósito y registrar lo verdadero y lo bello, siendo posible transmitir a la forma fenoménica, en el plano físico, la necesaria energía, a fin de que la [i528] realización subjetiva se materialice. Si el aspirante tiene éxito en su esfuerzo, lo hace en conexión con el propósito de su propia alma; el discípulo aprende a realizarlo en relación con el propósito grupal y el iniciado coopera con el propósito planetario. Esto constituye el grupo interno de células vitalmente vivientes en el cerebro planetario - todo el grupo humano - y es evidente que cuanto más potente sea su vibración unida y cuanto más clara la luz que reflejen y transmitan, tanto más rápidamente entrará en actividad el conjunto actual de células cerebrales inertes. La jerarquía oculta es para la Vida planetaria lo que la luz en la cabeza para el promedio de discípulos que ha despertado, sólo que en una escala tan amplia y con un alineamiento interno tan adecuado, que al leer estas instrucciones los estudiantes no pueden comprender la verdadera significación de las palabras. El punto a captarse es que, a través de la humanidad, en el plano físico, se revelará la naturaleza de la realidad; se manifestará lo verdadero y lo bello; el plan divino será oportunamente desarrollado, y la energía será transmitida a todas las formas de la naturaleza, lo cual permitirá que se ejerza la realidad espiritual interna.

     II. El segundo tipo de actividad para la que el hombre está capacitado consiste en un intenso y progresivo desarrollo en espiral dentro del "círculo infranqueable" humano. Esta frase [e382] abarca el método de desarrollo y todo el proceso de desenvolvimiento de las unidades evolutivas que llamamos hombres. De esto no me ocuparé aquí. La historia del crecimiento estructural de la humanidad, todo el campo del desenvolvimiento humano consciente y la historia de todas las razas y pueblos que han vivido o viven en nuestro planeta, pueden ser considerados bajo este encabezamiento. Concierne al empleo que ha hecho la humanidad de todas las energías disponibles, dentro del mundo natural de que forma parte, inherentes al cuarto reino y también provenientes del mundo de las realidades espirituales. [i529]

     III. El tercer tipo de actividad, aún poco comprendido, que debe ocupar la atención de la humanidad, consiste en actuar como centro transmisor de fuerzas espirituales - fuerza del alma y energía espiritual unidas y combinadas - para los prisioneros del planeta y para las vidas que existen en encarnación en los otros reinos de la naturaleza. Los seres humanos son propensos a preocuparse, principalmente, de sus relaciones grupales superiores, de su retorno al hogar del Padre y de la tendencia a "elevarse" y apartarse del mundo fenoménico. Se preocupan principalmente de hallar el centro dentro del aspecto forma, lo que llamamos alma y, habiéndolo hallado, trabajan por llegar a conocerse con esa alma y así encontrar la paz. Esto es correcto y está de acuerdo con la intención divina, pero no es todo el plan para el hombre, y cuando ese plan permanece como su principal objetivo, el hombre se halla en inminente peligro de caer en la trampa del egoísmo espiritual y la separatividad.

     Cuando cualquier ser humano ha hallado el centro, se unifica con el alma y entra en relación con ella, entonces cambia automáticamente su posición en la familia humana y - hablando simbólicamente - se encuentra a sí mismo como parte del centro de luz y comprensión, denominado esotéricamente la Jerarquía oculta, la nube de testigos, los discípulos de Cristo y otros nombres más, según las convicciones del discípulo. Esta jerarquía trata también de exteriorizarse en el grupo de trabajadores del mundo; cuando un hombre ha descubierto su alma y se le ha revelado en grado suficiente el principio de unidad, se desplaza también hacia este grupo más exotérico. Quienes encuentran el centro, no se unen aún con los grupos internos y externos. Se consagran al trabajo mágico, a la salvación de las almas y a la liberación de los prisioneros del planeta. Ésta es la meta para toda la humanidad, y cuando los hijos de los hombres hayan logrado tal objetivo, dichos prisioneros serán [i530] liberados. La razón de esto se deberá al trabajo mágico llevado a cabo perfecta e inteligentemente, y los grupos de seres humanos actuarán como [e383] transmisores de energía espiritual pura, vivificando todas las formas en cada uno de los reinos de la naturaleza.

     Al considerar el problema de los "prisioneros del planeta" y su oportuna liberación, debe recordarse que una de las fuerzas que se hallan detrás de todo el esquema evolutivo es el Principio de Limitación. Constituye el impulso primario que produce el acto de la creación y está íntimamente vinculado con el de la voluntad y su reflejo inferior, el deseo. Voluntad es deseo formulado con tanta claridad y llevado potentemente a una culminación inteligente tal, que su método de materialización es captado con total exactitud y energetizado intensamente, con resultados inevitables. Pero la voluntad pura sólo es posible para el pensador coordinado y para las entidades verdaderamente conscientes de sí mismas. Deseo es instinto, o más bien es inherente a todas las formas, porque formas y organismos son parte de algún primer pensador y son influidos por el poderoso intento de esa fuerza primaria.

     El Principio de Limitación por lo tanto es el resultado de la voluntad intencionada y del deseo formulado de algún Ser pensante, y en consecuencia rige el proceso de tomar forma para todas las vidas encarnadas. Este Principio de Limitación controla la duración de una encarnación, fija su medida y ritmo, determina el radio de su influencia y produce la apariencia ilusoria de la realidad que llamamos manifestación.

     Los "prisioneros del planeta" abarcan dos categorías:

     1. Esas vidas que actúan bajo la influencia de un propósito consciente, "limitando la vida que está en ellas" por un tiempo. Éstas toman forma conscientemente, conociendo el fin desde el principio. Tales Seres comprenden, a su vez, tres grupos principales: [i531]

          a. El Ser que constituye la vida de nuestro planeta, el Uno en Quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser. Este Ser, o suma total de vidas organizadas, es a veces llamado el Logos planetario, otras el Anciano de los Días, a veces Dios y otras Vida Una.

          b. Esas vidas que constituyen el Principio de Limitación en un reino de la naturaleza; la Vida que se expresa por medio del reino animal es, por ejemplo, una entidad inteligente autoconsciente, que trabaja con pleno conocimiento de intención y objetivo, y limita su esfera de actividad a fin de proveer debida oportunidad y expresión a las miríadas de vidas que encuentran su vida, ser y sustento en él. Observen en qué forma la ley del sacrificio se manifiesta a través de toda la creación. [e384]

          c. Los hijos de la mente, almas humanas, Ángeles solares, los divinos hijos de Dios, quienes en completa autoconciencia desarrollan ciertos fines bien visibles por medio de la familia humana.

     2. Aquellas vidas que están limitadas por la forma, porque no son autoconscientes, sino partes inconscientes que constituyen una forma más grande. Todavía no han evolucionado hasta el punto de ser entidades autoconscientes.

     Podría decirse que esta segunda categoría incluye todas las existencias, pero la línea de demarcación entre la limitación autoproducida y la incomprendida adquisición de forma, se halla totalmente en el reino de la conciencia. Algunas vidas son prisioneras y lo saben. Otras lo son y no lo saben. La clave del sufrimiento reside precisamente en el reino de la mente. Dolor y agonía, rebeldía e impulso consciente hacia algo mejor y cambio de condiciones, sólo se encuentran donde está presente lo que llamamos individualidad, donde el complejo del "yo" controla y donde la entidad autoconsciente actúa. Existe, lógicamente, [i532] el equivalente del sufrimiento en los reinos inferiores al humano, pero entran en otra diferenciación. No están autorrelacionados. Las formas subhumanas de vida sufren y padecen malestar y están sujetas a los estertores de la muerte, pero carecen de memoria y previsión, y no poseen esa captación mental que les permite relacionar el pasado y el presente y anticipar el futuro. Están exentas de la agonía de la premonición. Todas sus reacciones, hacia lo que denominamos condiciones malignas, son tan diferentes de las de la humanidad, que es difícil captarlas. El Antiguo Comentario describe estos dos grupos en los siguientes términos:

     "Los hijos de Dios que conocen, ven y oyen (y conociendo, saben que conocen), sufren el dolor de la limitación consciente. En las más íntimas profundidades del ser consciente, su perdido estado de libertad corroe como una gangrena. Dolor, enfermedad, pobreza y pérdida, son considerados como tal, y contra ellos todo hijo de Dios se subleva. Sabe dentro de sí mismo que, como él era antes de estar prisionero en la forma, no conocía el dolor. Enfermedad y muerte, corrupción y malestar no lo afectaban. Las riquezas del universo eran suyas, y desconocía las pérdidas.

     "Las vidas que entran en la forma junto con las vidas autoconscientes, y las vidas de los devas que construyeron las formas habitadas por todos los Hijos de Dios, no conocen el dolor, las pérdidas o la pobreza. La forma se corrompe, las otras formas se retiran y falta lo necesario para nutrir y mantener fuerte lo externo. Pero faltando también la voluntad y la intención planeada, no se exasperan ni sienten rebelión alguna".

     Sería apropiada aquí una palabra respecto al dolor, aunque nada tengo que comunicar de naturaleza abstracta respecto a la [e385] evolución de la jerarquía humana por medio del dolor. Los devas no sufren como la humanidad. Su grado rítmico es más constante, aunque está de acuerdo a la Ley. Aprenden por el trabajo de construcción y por la incorporación en la forma de eso que es construido. Crecen por la apreciación [i533] y el regocijo de las formas construidas y el trabajo efectuado. Los devas construyen y la humanidad destruye, y mediante el descontento el hombre aprende la destrucción de las formas. Así se logra el consentimiento en el trabajo de los grandes Constructores. El dolor es ese esfuerzo ascendente a través de la materia, que coloca al hombre a los Pies del Logos; dolor es seguir la línea de mayor resistencia y por ese medio llegar a la cima de la montaña; dolor es la destrucción de la forma y la obtención del fuego interno; dolor es el frío de la soledad que conduce al calor del sol central; dolor es arder en la hoguera a fin de conocer la frescura del agua de la vida; dolor es viajar al país lejano, que trae como resultado la bienvenida al hogar del Padre; dolor es la ilusión del desconocimiento del Padre, que conduce al hijo pródigo al corazón del Padre; dolor es la cruz de la pérdida completa, que trae de retorno las riquezas de la eterna generosidad; dolor es el látigo que hostiga al esforzado constructor para llevar la construcción del Templo a la completa perfección.

     La utilidad del dolor es muy grande y conduce al alma humana de la oscuridad a la luz, de la esclavitud a la liberación y de la agonía a la paz. Esa paz, esa luz y esa liberación, más la ordenada armonía del cosmos, son para todos los hijos de los hombres.

     Con el problema de la limitación está íntimamente relacionado el de la liberación. Dentro de la prisión de la forma entra - todo lo que vive; algunos lo hacen conscientemente y otros inconscientemente, y a esto llamamos nacimiento, aparición, encarnación y manifestación. Inmediatamente entra en actividad otra ley o desarrollo del principio activo, denominado Ley de Ciclos. Éste es el principio de apariciones periódicas - una acción benéfica de amor -, sabiduría e innata divinidad, porque provoca la secuencia de los estados de conciencia que llamamos Tiempo. Por lo tanto, produce en el campo mundial de la percepción un progreso [i534] gradual y lento hacia la autoexpresión, autoapreciación y autorrealización. A tales Principios de Limitación y Ciclos se agrega otro, el Principio de Expansión. Esto trae el desarrollo de la conciencia, de modo que el germen latente de la respuesta sensible al medio ambiente es fomentado en la unidad viviente.

     Por lo tanto tenemos tres Principios:

     1. El Principio de Limitación. [e386]
     2. El Principio de Manifestación Periódica.
     3. El Principio de Expansión.

     Estos tres principios constituyen los factores subyacentes en la Ley de Evolución, según la denominan los hombres. Causan el aprisionamiento de la Vida en sus diversas apariencias o aspectos; producen las formas ambientales y conducen las vidas aprisionadas a otras prisiones cada vez más constructivas. Finalmente llega el momento en que el Principio de Liberación comienza a ser activo, y se efectúa la transición de la prisión que entumece y deforma, a otra que provee condiciones adecuadas para el próximo desenvolvimiento de conciencia.

     Es interesante observar aquí que la muerte es regida por el Principio de Liberación, y no por el de Limitación. La muerte es reconocida sólo como un factor que concierne a las vidas autoconscientes, pero es mal interpretada por los seres humanos, que son los más ilusos y engañados de todas las vidas encarnadas.

     El siguiente punto a observarse es que cada reino de la naturaleza actúa de dos maneras:

     1. Como el liberador del reino de las formas que no han alcanzado su particular etapa de percepción consciente.

     2. Como la prisión de las vidas que han llegado desde el nivel de conciencia inmediato inferior.

     [i535] Debe recordarse que cada campo de percepción constituye dentro de sus límites una prisión, y que el objetivo de todo trabajo de liberación es liberar la conciencia y expandir su campo de contactos. Donde hay limitaciones de cualquier tipo, donde el campo de influencia es circunscrito y donde el radio de contacto es limitado, hay una prisión. Reflexiónese sobre este enunciado, porque contiene mucha verdad. Donde hay captación de la visión y un amplio campo de contactos sin conquistar, entonces inevitablemente habrá sensación de aprisionamiento y restricción. Cuando se comprende que hay mundos por conquistar, verdades por aprender, dificultades que vencer, deseos que satisfacer, conocimientos a adquirir, habrá una lacerante sensación de limitación, estimulando al aspirante a renovados esfuerzos e impulsando a la entidad viviente en el sendero de evolución. El instinto que rige a los reinos vegetal y animal, se desarrolla en intelecto en la familia humana. Después el intelecto se fusiona con la intuición, y la intuición lleva a la iluminación. Cuando la conciencia superhumana es evocada, ambas - intuición e iluminación - ocupan el lugar del instinto y de la inteligencia.

     ¿Hacia dónde nos conduce la iluminación? Directamente a la cima de la realización, al cumplimiento del destino cíclico, a [e387] la emergencia de la radiante gloria, a la sabiduría, al poder y a la conciencia de Dios. Estas palabras, sin embargo, significan poco o nada comparadas con una Realidad que puede ser sentida por cualquier ser humano únicamente después de despertar su intuición e iluminarse su mente.

     Al tratar de captar estas verdades respecto al aprisionamiento, ¿cómo puede un hombre llegar a ser un agente liberador de los "prisioneros del planeta"? ¿Qué puede lograr toda la humanidad si sigue esta dirección? ¿Qué puede hacer el individuo?

     La tarea de la humanidad cae principalmente dentro de tres divisiones de trabajo. Tres grupos de prisioneros pueden ser [i536] liberados y oportunamente hallarán el camino fuera de su prisión, por mediación del hombre. Ya trabajan seres humanos en los tres campos:

     1. Prisioneros de la forma. Significa trabajar con nuestros semejantes.

     2. Prisioneros del reino animal; es mucho lo que se está haciendo ya en ese campo.

     3. Prisioneros de las formas del reino vegetal. Se ha comenzado a hacer algo en ese sentido.

     Mucho trabajo realiza el hombre para los otros hombres, y mediante la contribución del esfuerzo científico, religioso y educativo; la conciencia humana se expande constantemente, hasta abrirse paso uno por uno los Hijos de Dios a través de sus limitaciones hacia el mundo de las almas. Echando una mirada retrospectiva en la historia, el cuadro del emergente prisionero, el Hombre, puede verse claramente delineado. Poco a poco ha vencido los límites planetarios; poco a poco ha ido evolucionando desde la etapa del hombre de las cavernas hasta la de un Shakespeare, un Newton, un Leonardo da Vinci, un Einstein, un San Francisco de Asís, un Cristo y un Buda. La capacidad del hombre para lograr destacarse en cualesquiera de los campos de la actividad humana parece prácticamente ilimitada, y si en los últimos mil años hemos visto un crecimiento tan extraordinario, ¿qué veremos en los próximos cinco mil? Si el hombre prehistórico, poco más que un animal, ha crecido hasta llegar a ser un genio, ¿cuál no será su desarrollo a medida que se haga sentir más la innata presencia divina? El superhombre está con nosotros. ¿Qué será el mundo cuando toda la humanidad tienda hacia la manifestación concreta de poderes sobrehumanos?

     La conciencia del hombre se está liberando en diferentes direcciones y dimensiones. Se expande en el mundo de las realidades espirituales y empieza a abarcar el quinto reino o reino [e388] espiritual, el de las almas. Interpenetra el mundo del [i537] esfuerzo sobrehumano mediante la investigación científica, e investiga los numerosos aspectos de la Forma de Dios y de las formas que constituyen la Forma.

     Referente al trabajo de la humanidad para liberar las unidades de que está constituida y liberar a los prisioneros de los reinos vegetal y animal, deseo señalar dos cosas, ambas de profunda importancia:

     Primero, a fin de liberar a los "prisioneros del planeta" que se hallan comprendidos bajo el título de subhumanos, el hombre debe trabajar bajo la influencia de la intuición; cuando trabaja para liberar a sus semejantes debe conocer el significado de la iluminación.

     Cuando sea captada la verdadera naturaleza del servicio, se descubrirá que es un aspecto de esa energía divina que trabaja siempre bajo el aspecto destructor, porque destruye las formas con el fin de liberarlas. El servicio es una manifestación del Principio de Liberación, y la muerte y el servicio constituyen dos aspectos del mismo. El servicio salva y libera, y trae liberación en diversos niveles, a la conciencia aprisionada. Lo mismo puede afirmarse de la muerte. Pero a no ser que el servicio sea prestado, comprendiendo intuitivamente todos los pormenores del caso, interpretado con inteligencia y aplicado con espíritu de amor sobre el plano físico, fracasará en el cumplimiento de su misión.

     Cuando el factor iluminación espiritual entra en ese servicio, tenemos esas Luces trascendentes que han iluminado el camino de la humanidad y han servido como proyectores de luz, dirigidos hacia el gran océano de la conciencia, revelando al hombre el sendero que puede y debe seguir.

     Quisiera señalar otra cosa. No he dado ninguna regla específica con el fin de liberar a los prisioneros del planeta. Tampoco hice clasificación alguna de las prisiones y sus prisioneros, ni mencioné los métodos de trabajo ni las técnicas de liberación.

     Sólo recomiendo a cada uno y a todos quienes leen estas [i538] instrucciones, renovar sus esfuerzos a fin de equiparse en el servicio mediante un consciente y deliberado esfuerzo, desarrollar la intuición y lograr la iluminación. Todo ser humano que alcanza la meta de la luz y la sabiduría, tiene, automáticamente, un campo de influencia que se extiende hacia arriba y hacia abajo, y ambos llegan internamente a la fuente de la luz, como exteriormente a los "campos de la oscuridad". Cuando haya logrado la realización, llegará a ser un centro consciente de fuerza dadora de vida, y lo hará sin esfuerzo alguno. En [e389] renovado esfuerzo estimulará, energetizará y vivificará todas las vidas con las cuales se pone en contacto, ya sea un compañero aspirante, un animal o una flor. Actuará como transmisor de luz en la oscuridad, dispersará el espejismo a su alrededor y permitirá la irradiación de la realidad.

     Cuando en gran número los hijos de los hombres puedan actuar de esta manera, entonces la familia humana emprenderá su destinado trabajo de servicio planetario. Su misión es actuar como puente entre el mundo del espíritu y el mundo de las formas materiales. Todos los grados de materia se encuentran en el hombre y todos los estados de conciencia son posibles para él. La humanidad puede trabajar en todas direcciones, elevando al cielo los reinos subhumanos, y trayendo el cielo a la tierra.


Castellano:
Inglés:

[ Anterior | Indice | Otros Libros | Siguiente ]

Última Modificación, 21 Noviembre 2006          © 2006 Fundación Lucis. Derechos reservados.