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El mago debe reconocer a los cuatro; observar en su trabajo el tono violeta que evidencian, y así construir la sombra. Cuando esto ocurre, la sombra se reviste a sí misma y los cuatro se convierten en siete. LOS
CUATERNARIOS QUE DEBEN SER RECONOCIDOS |
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[e390] [i541] Esta regla es para mí una de las más difíciles de explicar, por tres razones: Una: El número de personas, que en la actualidad están encarnadas físicamente y pueden trabajar en forma creadora y benéfica con las instrucciones dadas en estas regla, es excesivamente reducido. Sólo el mago blanco, si tiene experiencia en su trabajo, puede darle la verdadera interpretación. Es peligroso impartir la significación de estas reglas a quienes no poseen cualidades para trabajar correctamente. Por lo tanto, consideraremos las cualidades de quienes tienen derecho de recibir este conocimiento, a fin de que el estudiante pueda empezar a desarrollarlas en sí mismo. Dos: El peligro que implica dar ahora al mundo las instrucciones, minuciosas y detalladas, consiste en que el mundo se ahogaría en las formas mentales creadas para expresar deseos puramente egoístas, y la materia mental sería impelida a la actividad según las fantasías y los caprichos de quienes no están desarrollados espiritualmente. Debe recordarse que todo pensamiento humano, sea un potente pensamiento colectivo o ideas dinámicas individuales, surgen en su oportunidad objetivamente en el plano físico. Esta regla es ineludible e inalterable, y al considerar debidamente la Ley que gobierna la sustancia mental, se demostrará el peligro del pensamiento incorrecto y el poder del correcto. El poder del pensamiento humano, en la actualidad, puede describirse primordialmente como pensamiento colectivo, pues pocos pueden pensar en forma creadora. La opinión pública, las ideas masivas, las tendencias del [i542] deseo y el pensamiento humanos, no son hoy de un orden muy elevados, y puede verse en forma muy interesante la precipitación física de estos [e391] pensamientos vagos e incipientes, caracterizados por su gran similitud, están matizados por la intención egoísta y la demanda personal y basados en simpatías y antipatías, prejuicios y anhelos. La enorme multitud de insectos que pueblan actualmente nuestro planeta, objeto de creciente preocupación para los hombres de ciencia, los agricultores y todos los que trabajan por el bienestar del animal humano, son resultado directo de la precipitación del pensamiento. No puedo detenerme a ampliar este hecho, pero sí asegurarles que a medida que los hombres aprendan a pensar con mayor altruismo y pureza, y a medida que la malicia, el odio y la rivalidad den paso a la hermandad, bondad y cooperación, la plaga de insectos, como comúnmente se dice, desaparecerá con toda seguridad. Tres: Otra dificultad que experimento al dilucidar estas reglas, reside en que hoy es más fácil probar la existencia del reino de la mente que el reino del éter, aunque los científicos utilicen ampliamente esta palabra. Esta regla concierne a los cuatro grados de sustancia etérica que constituyen la envoltura etérica de todas las formas en la naturaleza, desde una montaña hasta una hormiga, y desde una planta hasta un átomo. Algunos hombres de ciencia reconocen la realidad del cuerpo etérico y otros no, y desde el punto de vista de las masas no es reconocido. Lo que está más cerca nuestro y en el primer plano inmediato, a menudo lo pasamos por alto; para quienes enseñamos y guiamos ha sido muy interesante observar el énfasis puesto sobre los fenómenos psíquicos y astrales, y la poca atención prestada a las formas y fuerzas etéricas más evidentes y fácilmente discernibles. Con un pequeño cambio en la forma actual del enfoque visual se descubrirá que el ojo humano es capaz de incluir un campo completamente nuevo de percepción y conocimiento. Los hombres introvierten ciegamente su [i543] conciencia, y llegan a percibir los objetos astrales y ese ilusorio mundo de formas siempre cambiantes, en que vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser; sin embargo, no ven lo que está frente a ellos. Tres dificultades: 1. la carencia de
cualidades, me imposibilitan tratar con toda equidad esta
regla y dilucidar el trabajo en los niveles etéricos, de allí
su breve elucidación. Al tratar el tema de las cualidades y respondiendo a la pregunta: ¿Cuál es el equipo que necesita el mago blanco?, diría [e392] que todos los estudiantes comprenden que deben llenarse ciertos requisitos, si se quiere confiar a un hombre algún conocimiento de la técnica del Gran Trabajo. Sin embargo, supongo que las cualidades del carácter no son las que se refieren a la pregunta. Todos los aspirantes saben, y durante épocas se ha enseñado, que la mente limpia y el corazón puro, el amor a la verdad y una vida de servicio y altruismo, son los principales requisitos, y cuando no existen estas condiciones nada tiene valor y ninguno de los grandes secretos puede ser impartido. Podrán decir aquí: También se nos ha enseñado que existen quienes trabajan en los cuatro éteres y que indudablemente ejecutan actos mágicos; sin embargo, no poseen esa esencial pureza y bondad amorosa a que se ha hecho referencia. Sin lugar a dudas esto es verdad; pertenecen al grupo de los que trabajan con materia, llamados Magos Negros; están intelectualmente muy desarrollados y pueden activar sustancia o materia mental, de tal modo que adquieren objetividad en el plano físico para llevar a cabo sus recónditos intentos. Respecto a este grupo hay mucha incomprensión y profunda ignorancia. Quizá sea mejor así, [i544] porque su destino está ligado a la raza futura, la sexta, y el fin y cese de sus actividades se producirá en esa época distante, llamada técnicamente Sexta Ronda. La final rotura o división, entre las fuerzas llamadas negras y blancas, para este ciclo mundial, tendrá lugar durante el período de la sexta raza raíz en la presente ronda. Hacia el final de la sexta raza raíz, antes de la emergencia de la séptima, tendremos el verdadero Armagedón, sobre el cual tanto se ha enseñado. Un pequeño ciclo de separatividad y trastorno, no constituye el verdadero Armagedón. La guerra relatada en el Mahabharata y la actual última guerra, tuvieron las raíces de sus dificultades y las simientes de los desastres que produjeron, una, en el mundo astral inferior y la otra, en el superior. Egoísmo y deseos de orden inferior fueron los impulsos detrás de ambas. La próxima gran división tendrá sus raíces en el mundo mental y será consumada en la sexta subraza. La sexta raza raíz contendrá la simiente de enormes desastres, en la coordinada triplicidad de la mente, en el astralismo y en la naturaleza física, que causarán un momento culminante en la dualidad planetaria. No es necesario ir mas allá, porque la humanidad de la sexta ronda será de una naturaleza muy distinta de la nuestra, y quienes se caracterizan como fuerzas negras y blancas, serán tan diferentes de lo que ahora entendemos por esas palabras, que no es necesario ocuparse de ese problema tan lejano. Debe recordarse que el verdadero mago negro (no me refiero aquí a la persona con tendencia a la magia negra) es una [e393] entidad sin alma. Es un ser en el cual el ego o alma, [i545] según comprendemos el término actualmente, no existe. A menudo esto es pasado por alto y raras veces se capta o dice que no tiene cuerpo físico. Su mundo es siempre el mundo de la ilusión. Trabajan desde el plano mental inferior, con la materia de deseo y el cuerpo de deseos de aquellos que en el plano físico son arrastrados por la ilusión, están esclavizados por el extremo egoísmo y la autocentralización. Lo que el ignorante denomina mago negro en el plano físico, es sólo un hombre o mujer sensible o que está en armonía o es sensible al verdadero mago negro, en el plano astral. Tal relación sólo es posible después de muchas vidas de egoísmo, bajos deseos, pervertidas aspiraciones inteIectuales y amor al psiquismo inferior, pero únicamente cuando el hombre ha estado voluntariamente esclavizado por ellos. Tales hombres y mujeres son pocos, porque el puro y genuino egoísmo es realmente muy raro. Donde existe, es excesivamente poderoso, como son todas las tendencias que se concentran en un solo punto. La clave para los requisitos más esotéricos es dada en esta regla: "El mago debe reconocer a los cuatro". Se supone que ha construido un excelente carácter. Se ha educado a sí mismo para el servicio. Su aspiración es verdadera y constante, Vive con pureza y altruismo. Ha aprendido algo del significado de la meditación. Ahora debe comenzar a entrenarse en lo que se llama "reconocimiento oculto". Esta regla es un ejemplo muy interesante de las numerosas relaciones y equivalencias que pueden transmitirse en pocas palabras. Hemos dicho que debe "reconocer a los cuatro". En Tratado sobre Fuego Cósmico, pág. 805, se dice: "Esto literalmente significa que el mago debe saber discriminar entre los diferentes éteres y observar el matiz especial de los distintos niveles, asegurando así una construcción equilibrada de la <sombra>. Lo <reconoce>, en sentido oculto, es decir, conoce su nota [i546] y clave y es consciente del tipo especial de energía que personifica. No se ha puesto suficiente énfasis en el hecho de que los tres niveles superiores del plano etérico están en comunicación vibratoria con los tres planos superiores del plano físico cósmico, y estos (con su cuarto nivel esferoidal) han sido denominados en los libros ocultistas <las Tétradas invertidas>. Este conocimiento pone al mago en posesión de tres tipos de fuerza planetaria y su combinación o cuarto tipo, liberando para sí esa energía vital que impulsará dicha idea a la objetividad. A medida que los diferentes tipos de fuerza se reúnen y coaligan, una tenue y umbría forma se reviste con la envoltura vibrante astral y mental, y la idea del Ángel solar logra una definida concreción". El significado más evidente es, por lo tanto, el reconocimiento de los cuatro éteres, pero depende a su vez de otros [e394] significados, basados en el reconocimiento de otros cuaternarios. Resumiré brevemente algunas de las cualidades necesarias para el mago blanco y los reconocimientos que gradualmente emergerán de su conciencia. Primero, debe reconocer a "los cuatro que constituyen el Uno". En otras palabras, el primer cuaternario que debe conocer, y conocerlo bien, es lo que él es esencialmente: 1. Cuerpo físico,
naturaleza emocional sensoria, mente y alma. Esto supone una realización verdaderamente espiritual y la capacidad, en consecuencia, de actuar como alma. Hasta no haberla alcanzado se puede ser un aspirante que practica magia blanca, pero no todavía un mago blanco. Segundo, debe reconocer a "la ciudad qué tiene cuatro lados". También debe comprender el significado de "el hombre, el cubo", de tres maneras: [i547] 1. De sí
mismo como ser humano, Esto significa, por consiguiente, que como hombre responde a su especie y es consciente del propósito del reino al que pertenece. Esto puede ser expresado mejor en las maravillosas palabras tomadas de un antiguo escrito de los archivos de los Maestros. Se dice que datan de los primeros tiempos atlantes. El material con que está hecho es tan viejo y frágil, que lo único que los mismos Maestros pueden tocar y ver es una precipitación del mismo, estando el original guardado en Shamballa. Dice así, con algunas omisiones que no es conveniente insertar: "En las cuatro esquinas del cuadrado, los
cuatro angélicos... son vistos. Son de color anaranjado, pero
velados en luz rosada. Dentro de cada forma, rodeada de llama azul,
se ve la llama amarilla... "Ellos expresan, cuatro palabras, una para
cada raza humana, pero no el sonido sagrado que trae la séptima.
Dos palabras se han desvanecido, cuatro son hoy pronunciadas. Una
se pronuncia en reinos tan elevados que el hombre no puede penetrar
como hombre. Así las siete palabras del hombre resuenan alrededor
del cuadrado, pasando de boca en boca. "Cada día del hombre las palabras
toman forma y parecen diferentes. En... las palabras serán
las siguientes: [e395]
"Desde el norte es cantada una palabra que significa... sé
puro. "Desde el sur, la palabra surge. Yo dedico
y... "Desde el este, trayendo una luz divina,
la palabra viene vibrando alrededor del cuadrado: Amad a todos. "Desde el oeste, la respuesta es devuelta: Yo sirvo". Este es un débil esfuerzo para expresar en lenguaje moderno las antiguas frases atlantes, más antiguas que el sánscrito o el senzar, y [i548] conocidas sólo por unos pocos miembros de la actual Jerarquía. Pero en los pensamientos de pureza, dedicación, amor y servicio, están resumidos la naturaleza y el destino del hombre y debe recordarse que no representan las llamadas cualidades espirituales, sino fuerzas potentes ocultas, dinámicas en su incentivo y creadoras en su resultado. Esto debe ser considerado cuidadosamente por todos los aspirantes. Tenemos, por lo tanto, con estas cuatro realizaciones espirituales agregadas a la primera, cinco cualidades del mago blanco. Tercero, el mago blanco debe reconocer la cruz que se alza en los Cielos, donde el Cristo cósmico es crucificado, y en la que el mago blanco, siendo una célula en el cuerpo del Cristo cósmico, es también crucificado. Técnica y astrológicamente hablando, en esta época actual debe comprender el significado interno de Tauro, Leo, Escorpio y Acuario, porque son poderosos en nuestro ciclo mundial. También debe ser capaz, si puedo decirlo al mismo tiempo simbólica y correctamente, de expresar la realización que es la meta de su esfuerzo en cada uno de estos cuatro signos y bajo cada uno de estos cuatro poderes. En Tauro tiene que ser capaz de decir: "Busco la iluminación y yo mismo soy la luz". En Leo dirá: "Reconozco ser el Uno. Rijo por medio de la Ley". La palabra que expresará en Escorpio será: "La ilusión no puede atraparme. Soy el ave que vuela con entera libertad". En Acuario las palabras serán: "Soy el servidor y el dispensador del agua viviente". Las cualidades ocultas que he mencionado superficialmente deben ser estudiadas con cuidado por el estudiante, y a medida que las analiza y vive de acuerdo a estas reglas, emergerán diversas cualidades que lo caracterizarán. Debe recordarse que todo lo dicho aquí, tiene un significado distinto en cada plano [i549] y en las siete etapas de conciencia, a medida que se expresan en los siete campos del conocimiento. Finalmente, en lo que respecta al aspirante lector de estas instrucciones, debe haber trascendido las cuatro nobles verdades, aprendido el significado de los cuatro evangelios, comprendido el significado y el propósito de los cuatro elementos - tierra, agua, fuego, aire y, esotéricamente hablando, haber pasado [e396] como un Salvador a través de los cuatro reinos. Esta última frase será comprendida verdaderamente en la cuarta iniciación. Cuando lo haya hecho podrá decir: "El deseo no me esclaviza, permanezco libre. Deseo todo y nada. Vivo y muero, soy inmolado y me levanto de nuevo; vengo y voy por propia voluntad. Bajo mis pies está la tierra y el agua lava mi forma. El fuego destruye lo qué impide mi camino, soy amo del aire. A través de todo el mundo de las formas han pasado mis pies. Todo existe ahora para mí, y yo, el servidor del todo, persisto". Estudien estas palabras y observen cómo el concepto de los requisitos ideales que constituyen las facultades del mago blanco han progresado constantemente. Podría hablar más detalladamente sobre muchos otros cuaternarios, pero los pocos citados son suficientes para demostrar algunos de los reconocimientos hacia los cuales tiende el aspirante. Únicamente voy a referirme al cuaternario de color violeta, o los cuatro tipos de energía que constituyen el cuerpo vital o etérico de todas las formas del mundo natural. Nuevamente tenemos aquí tres superiores y uno inferior, que indican siempre los tres aspectos o principios de la divinidad, y la forma mediante la cual los tres deben manifestarse. Espíritu, alma y cuerpo, expresan la misma idea desde otro ángulo, más lo que es producido por su interacción. Debe siempre recordarse que desde el punto de vista de la Realidad, lo que llamamos cuerpo físico denso, tangible y objetivo, es tan sólo una ilusión. Se nos ha dicho una y otra vez en las antiguas escrituras que no es un principio. ¿Por qué no lo es? Por ser sólo una [i550] apariencia producida por la fusión de los tres superiores y el cuarto, y esta apariencia es una ficción e imaginación de la mente humana. No hablo en parábolas; sólo expreso hechos de la naturaleza, que serán considerados progresiva y plenamente por los filósofos de ambos hemisferios. Tanto en el sistema solar, el macrocosmos del microcosmos, como en el microcosmos, hay siempre tres planos superiores que incorporan los principios, producen el propósito dinámico y constituyen los cuatro niveles del cuerpo etérico, tanto de Dios cómo del Hombre, considerándolos desde el punto de vista físico o de la energía. Estos cuatro se reflejan en la división de los cuatro niveles etéricos del plano físico, en lo que se refiere al cuerpo físico de todas las formas. Estos cuatro niveles etéricos o grados de sustancia vital, constituyen lo que se le llama "forma verdadera" de todos los objetos o fenómenos materiales, y responden a los cuatro tipos superiores de energía espiritual que generalmente llamamos divina. Esta relación entre la trinidad prototípica, su plano de fusión y el reflejo etérico, se encuentra en todas las formas, según el tipo de energía que [e397] predomine. En cada uno de los cuatro reinos de la naturaleza se hallan los cuatro tipos, pero el cuarto etérico se encuentra en mayor grado en el reino mineral que en el humano, mientras que el más elevado de los cuatro éteres se encuentra en mayor proporción en el humano que en los otros reinos. Esto que les digo puede confundir al neófito, porque las palabras energía, propósito dinámico, vitalidad y sustancia etérica, significan poco para el principiante, pero sirven para indicar algunos de los conocimientos que debe captar el trabajador en magia blanca Esto podría ser ilustrado por ejemplo, diciendo que al trabajar en el reino mineral, el cuarto reino de la naturaleza desde el punto de vista de Dios, y el primero desde el punto de vista de tiempo y espacio, se trabajará con el cuarto éter cósmico (energía búdica), utilizando [i551] éter del cuarto grado en su propio cuerpo como agente transmisor, y así sucesivamente en conexión con los otros tres reinos de la naturaleza. Uno de los secretos aún no revelados, afortunadamente, y que no lo será por algún tiempo, se refiere a la cuestión de si el violeta claro es el color del superior o el inferior de los cuatro. La consideración de estos diferentes cuaternarios, que es necesario que el mago blanco comprenda, y las cualidades que debe poseer antes de efectuar el trabajo mágico, conduce a la siguiente pregunta: ¿Existe alguna fórmula o proposición básica que debe regir la actividad mágica? Por supuesto esta pregunta es demasiado general y vaga, pero hasta que la inclusividad de la mente humana no sea mayor que la actual, inevitablemente se formularán tales preguntas. Sin embargo, puedo darles una respuesta breve, que contiene la clave de todo el proceso. Cuando sea correctamente comprendida, gobernará el método de trabajo y la vida mental del trabajador en magia blanca. Mi respuesta es la siguiente: Las Potestades producen precipitación. Estas palabras encierran todo el asunto. Resumen la historia del Creador y la historia de la vida y el medio ambiente que condiciona a cada ser humano. Dan cuenta de todo lo que es y subyace detrás de la ley de renacimiento. Estas potencias son impulsadas a la actividad por el poder del pensamiento, y al entrenarlas para que sean creadoras y al enseñarles a gobernar y controlar sus propios destinos, los Instructores de la raza comienzan con el aspecto mental de los aspirantes. Acentúan lo que regirá los poderes y tratan con lo que producirá la forma objetiva, la califican y energetizan y cumplen el propósito del pensador. El pensador es entonces el factor esencial, por lo tanto llegará a ser evidente, a medida que estudian estas palabras, lo [e398] que está sucediendo hoy en el mundo. La [i552] tendencia de nuestra civilización moderna, a pesar de todos sus errores, es producir pensadores. Educación, libros, viajes, en sus muchas y variadas formas, enunciaciones de la ciencia y de la filosofía, y ese anhelo interno que llamamos impulso religioso, pero que en realidad constituye un impulso hacia la verdad y su verificación mental - todos estos factores tienen un solo objetivo, producir pensadores. Un verdadero pensador, es un creador incipiente que (inconsciente al principio, pero consciente después) manejará el poder a fin de "precipitar" u obligar a emerger las formas objetivas. Estas formas estarán de acuerdo al propósito y plan divino y, en consecuencia, harán progresar la causa de la evolución, o bien serán animadas por la intención personal, caracterizadas por propósitos egoístas separatistas, por lo tanto constituyen parte del trabajo de las fuerzas retroactivas y de los elementos materialistas, perteneciendo por naturaleza a la magia negra. Nuevamente aparecen los cuatro: 1. El pensador.
¿Qué es una precipitación? Podrían darse muchas definiciones y la mayoría de ellas - al expresarlas en palabras - pierden mucho de su verdadera significación, pero podría darse una idea en los siguientes términos: "Precipitación es una acumulación de energías ordenadas en cierta forma, a fin de expresar la idea de algún Pensador creador, y calificada o caracterizada por la naturaleza de su pensamiento y mantenida en esa peculiar forma mientras su pensamiento permanece dinámico". Estas palabras intentan expresar un símbolo hallado en el mismo libro antiguo, o más bien resume lo dicho [i553] anteriormente, al considerarse esta regla. En verdad estos símbolos que surgen del remoto pasado constituyen las herramientas de trabajo, si así puedo expresarlo, de los Pensadores que guían nuestra evolución racial y planetaria. Este símbolo especial podría describirse de la manera siguiente: Un sol radiante constituye el trasfondo y en el mismo centro de ese sol aparece un ojo; proyectándose hacia abajo, fluyendo a la derecha de ese ojo una corriente de energía en forma [e399] de haz de luz. Irradia hacia fuera, ensanchándose al final, en un segundo círculo, donde hay una cruz parecida a la denominada cruz de Malta. En el centro de la cruz hay otro ojo y dentro del ojo la Palabra Sagrada. Entre los brazos de la cruz y por lo tanto formando otra cruz, está la Svástica, cuyos brazos surgen detrás de la cruz de Malta. Al pie de la página donde se encuentra este símbolo hay cuatro formas geométricas. H. P. B. se refiere a algunas de ellas y las extrajo de esta antigua lámina. Son conocidas pero muy raras veces aplicadas por los esotéricos en el trabajo creador, ellas son: el cubo, la estrella de cinco puntas, la estrella de seis puntas y el diamante de ocho lados, sobrepuestos uno sobre otro. Constituyen por lo tanto la base del símbolo. H. P. B. también se refiere al punto, a la línea y al círculo, pero éstos, con el triángulo, han sido aplicados exotéricamente a la Deidad y al universo manifestado. Más adelante esas otras formas serán aplicadas también esotéricamente a Dios y al hombre. Pero se hará únicamente cuando las verdades de la Sabiduría Eterna sean reconocidas universalmente. Las leyes del pensamiento son las leyes de la creación, y todo el trabajo creador es llevado adelante en el nivel etérico. Esto constituye prácticamente una segunda fórmula. El Creador del sistema solar circunscribe su atención al trabajo efectuado en lo que llamamos los cuatro planos superiores de nuestro sistema. Los tres inferiores, que constituyen el plano denso físico cósmico son objetivos y de precipitación, [i554] porque la materia del espacio responde o es atraída por la potencia de las cuatro vibraciones etéricas superiores. Éstas, a su vez, son impulsadas a la actividad por el impacto dinámico del pensamiento divino. Hay procedimientos similares en lo que al hombre concierne. Tan pronto como un hombre se convierte en pensador, y puede exponer su pensamiento, desear su manifestación y energetizar "por el reconocimiento" de los cuatro éteres, es inevitable una densa manifestación física. Atraerá, mediante su energía pránica, matizada por el deseo superior o inferior y animada por el poder de su pensamiento, la materia de respuesta necesaria para dar forma a su cuerpo. Mucho de esto ha sido considerado en Tratado sobre Fuego Cósmico, y como estas instrucciones están destinadas a desarrollar internamente al aspirante, me extenderé sobre ello sólo para profetizar que dentro de cincuenta años el verdadero significado de las precipitaciones ocupará la atención de los científicos. Los estudiantes ocultistas deberían estudiar cuidadosamente el tema. Puede ser abordado de dos maneras. Primero por el estudio del mundo objetivo, donde se encuentra el [e400] aspirante individual. Debe considerar el hecho de que su cuerpo de manifestación es una precipitación y el resultado de su potente pensamiento y el deseo y "reconocimiento" de los cuatro éteres. Debe comprender que esta forma creada por él persistirá mientras el poder dinámico de su pensamiento la mantenga en un estado de coherencia, y se disipará (esotéricamente hablando) "cuando quite sus ojos de ella". Debe también considerar que su medio ambiente es el resultado del trabajo de un conjunto de pensadores grupales - grupo al cual pertenece. El origen de este concepto puede buscarse, desde un grupo familiar hasta los egos que, íntimamente entrelazados, forman un grupo en el nivel superior del plano mental, y de allí continuar hasta los siete pensadores mayores del universo, los Señores de los siete rayos. Estos siete, a su vez, son [i555] impulsados a la actividad por los tres supremos trabajadores mágicos, la manifestada Trinidad. Estos Tres, a su turno, serán reconocidos como respondiendo al pensamiento del Creador Uno, el Logos Inmanifestado. La palabra "reconocimiento" es una de las más importantes en el lenguaje ocultista y contiene la clave del misterio del Ser. Se relaciona con la actividad kármica, y de ello dependen los señores del Tiempo y del Espacio. Resulta difícil ilustrar esto en términos sencillos, pero podría decirse que el problema de Dios Mismo consiste en el triple reconocimiento que Él debe manifestar: 1. Reconocimiento
del pasado, que necesariamente implica un reconocimiento de esa materia
en el espacio que, mediante asociaciones anteriores, ya está
matizada por el pensamiento y el propósito. 2. Reconocimiento
de los cuatro grados de vida que, por asociaciones anteriores, son
capaces de responder ahora a su nuevo pensamiento y pueden, por lo
tanto, efectuar sus planes y trabajar en colaboración con Él.
Ellos subordinan sus propósitos individuales al plan divino. 3. Reconocimiento del objetivo que existe en Su mente. Esto, a su vez, necesita un enfoque unificado sobre la meta y mantener el propósito a través de las vicisitudes del trabajo creador, a pesar del poder de los numerosos Pensadores divinos, atraídos a Él por similitud de ideas. Es inútil tratar de evitar el uso de pronombres personales cuando se habla gráfica y simbólicamente. Si el estudiante tiene en cuenta que tal intento de reducir palabras a principios y conceptos cósmicos, es en sí ridículo, y lo único que puede hacer es presentar un panorama, entonces no causará ningún daño. [e401] Pero el panorama cambia a medida que prosigue la evolución, y [i556] el actual será considerado mañana como el tosco diseño de una criatura. Entonces será presentado un nuevo cuadro más sencillo, armonioso y bello, hasta que éste a su vez se estime inadecuado. Estos mismos reconocimientos rigen, en escala menor, las actividades del Ángel solar, mientras prosigue con el trabajo de encarnación y manifestación en el plano físico. Debe reconocer la materia de los tres planos de expresión humana que, por asociaciones anteriores, ya está matizada por su vibración, y también los grupos de vidas con los que ha tenido relación y debe trabajar nuevamente. Por último, a través del pequeño ciclo de una encarnación, debe mantener constante su propósito y ver que cada vida lleva adelante ese propósito, hasta una manifestación más plena y consumada. Además, el trabajo del ser humano se cumple a medida que éste se esfuerza en convertirse en un pensador creador. Su trabajo creador tendrá éxito si puede reconocer la tendencia de su mente a medida que surge a través de sus actuales intereses, porque éstos tienen su raíz en el pasado. Tendrá éxito si puede reconocer la vibración del grupo de vidas, y de acuerdo a dicho pensamiento su trabajo creador debe proseguir, porque a diferencia de la Deidad en el sistema solar, él no puede trabajar solo y aparte. ¿Y quién puede decir si en esas grandes esferas de existencia, en que nuestra Deidad desempeña Su parte, Él se halla más libre de influencias grupales cósmicas, que el individuo humano de las impresiones e impulsos del medio ambiente? Debe reconocer el propósito, por el cual ha considerado necesario construir una forma mental, y mantenerlo firme e incólume a través de todo el período de objetividad A esto se lo denomina atención centralizada y este trabajo creador es una de las metas aún no reconocida, del proceso meditativo. Hasta ahora se ha insistido en el logro de [i557] una atención enfocada y en la necesidad - cuando esto haya sido alcanzado - de hacer contacto con el alma, el pensador espiritual. Pero las décadas venideras verán el surgimiento de la técnica de la creación. Cuando el alma, la mente y el cerebro, estén unificados y se haya adquirido facilidad para la unificación, se darán más instrucciones para el arte creador. Meditación es la primera lección fundamental impartida a los hombres cuando alcanzan la capacidad de funcionar en el plano mental. Bajo el gran ciclo de la rueda del renacimiento "la idea del Ángel solar logra una definida concreción". (Tratado sobre Fuego Cósmico, pág. 805.) Cada vida ve claro el propósito inicial, y el tiempo es, específicamente hablando, la longitud de un [e402] pensamiento. Esta misma verdad fundamental subyace en la creación de todas las formas en el plano físico, sea una forma mental encarnando el urgente deseo de adquisición egoísta de un hombre, o esa forma mental que llamamos grupos u organización y que, animada por un propósito altruista, es el modo con que un discípulo ayuda a la humanidad. Fundamenta el trabajo grupal, considerando al grupo como a una entidad. Si un grupo apreciara el poder de este hecho y "reconociera" su oportunidad, podría, mediante la aguda fijeza de propósito y su enfocada atención sobre el objetivo espiritual, producir milagros en la salvación del mundo. Apelo a todos aquellos que lean estas palabras, a volver a consagrarse a sí mismos y a reconocer que tienen la oportunidad de realizar un esfuerzo unido de utilidad mundial. Podría ser útil aquí expresar con sencillez los requisitos necesarios para manifestar un propósito espiritual, individual o grupal. Éstos podrían resumirse en tres palabras: 1. Poder Muy a menudo se usan palabras sencillas y, [i558] gracias al uso diario, pierden su real significado y valor esotérico. Permítanme expresar algunas ideas referentes a estas palabras, aplicables únicamente al trabajo creador de magia blanca. Poder depende de dos factores para su expresión: a. Unidad de propósito. Los estudiantes se asombrarían si pudieran ver sus móviles como los vemos nosotros, los que guiamos el aspecto subjetivo de la experiencia. La mezcla de móviles es universal. Móvil puro es raro, y donde existe, hay siempre éxito y realización. Tal móvil puro puede ser totalmente egoísta y personal o altruista y espiritual, y ambos están mezclados, en diversos grados, en lo que al estudiante concierne. De acuerdo, sin embargo, a la pureza de intención y unidad de propósito, así será la potencia. El Maestro de Maestros ha dicho: "Si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz". Las palabras que Él enunció, dan el principio subyacente en todo trabajo creador, y podemos vincular la idea que Él revistió con palabras, en el símbolo que describí anteriormente en este tratado. ¡Poder, luz, vitalidad y manifestación! Tal es el verdadero procedimiento. Es evidente, por lo tanto, que la unidad manifestada, el hombre, es exhortado a ser vital en su búsqueda y a cultivar su [e403] aspiración. Cuando esa aspiración es suficientemente fuerte, entonces es instado a alcanzar la capacidad de "mantener su mente firme en la luz.". Cuando pueda hacerlo, adquirirá el poder y poseerá el ojo único que redundará en la gloria de la divinidad inmanente. Sin embargo, hasta no haber dominado este proceso de desarrollo, no puede confiársele el poder. El procedimiento es el siguiente: El aspirante individual empieza a manifestar algo del propósito del alma, en su vida del plano físico. Transmuta el deseo en aspiración, y esa aspiración [i559] es vital y verdadera. Aprende el significado de la luz. Cuando ha dominado la técnica de la meditación (y de esto se ocupan ciertas escuelas que existen actualmente) podrá manejar el poder, porque habrá aprendido a actuar como un Pensador divino. Ahora es un colaborador y está en contacto con el Propósito divino. Sin embargo, como bien saben los verdaderos estudiantes, los impedimentos son legión, pues los obstáculos son innumerables. Tal unidad de propósito puede ser realizada ocasionalmente en momentos elevados, pero no permanece siempre con nosotros. Hay impedimentos de naturaleza física, de herencia y medio ambiente, de carácter, tiempo y condiciones, de karma mundial, así como también de karma individual. ¿Qué puede hacerse entonces? Tengo sólo una palabra que decir, y ella es: persistir. El fracaso jamás impide el éxito. Las dificultades desarrollan la fortaleza del alma. El secreto del éxito es mantenerse siempre firme e impersonal. El segundo requisito es desapego. El trabajador en magia blanca debe mantenerse en lo posible libre de identificarse con aquello que ha creado o intenta crear. El secreto para todos los aspirantes es cultivar la actitud del observador y del vigía silencioso. La mayor parte del trabajo mágico queda anulado, porque el trabajador y constructor de la materia no guardó silencio. Por hablar anticipada y excesivamente, destruye lo que ha tratado de crear, y el hijo de su pensamiento nace sin vida. Todos los trabajadores del campo mundial deben reconocer la necesidad del desapego silencioso, y el trabajo de los estudiantes que leen estas instrucciones consiste en cultivar una actitud de desapego. El desapego mental capacita al pensador para morar siempre en un lugar elevado y secreto, y desde ese centro de paz llevar a cabo con calma y poder, el trabajo que se ha propuesto. Trabaja en el mundo de los hombres, ama, consuela y sirve; no presta atención a la [i560] simpatía y antipatía personales, ni a prejuicios ni apegos; se mantiene fuerte como una roca y como una mano tendida en la oscuridad, para todos aquellos con quienes entra en contacto. El cultivo de una actitud personal de desapego, con una actitud de apego espiritual, cortará [e404] las raíces de la vida del hombre, pero devolverá mil veces todo aquello que ha cortado. Mucho se ha escrito sobre el apego y la necesidad de practicar el desapego. Ruego a todos los estudiantes, en la urgencia de la situación actual, que en vez de leer piensen sobre ello y comiencen a practicarlo y a demostrarlo. No criticar es el tercer requisito. ¿Qué puedo decir sobre ello? ¿Por qué es un requisito tan esencial? Porque la crítica (análisis y en consecuencia separatividad) es la característica sobresaliente de los tipos mentales y también de las personalidades coordinadas. La crítica es un potente factor que pone en movimiento la sustancia mental y emocional, e impresiona fuertemente las células cerebrales y da origen a las palabras. Por un repentino estallido de pensamientos de crítica, la personalidad puede ser galvanizada en una potente pero errónea coordinación, con resultados desastrosos. La crítica es una facultad de la mente inferior, por lo tanto tiende a dañar y herir, y ningún hombre puede proseguir en el camino mientras daña y causa dolor a sabiendas. El trabajo de magia blanca y la realización del propósito jerárquico se ven obstaculizados fundamentalmente en las relaciones existentes entre sus trabajadores y los discípulos. En la tensión de la actual oportunidad no hay tiempo para la crítica, pues esto sería un obstáculo para sí y para el trabajo. En la apremiante
situación actual siento la urgencia de exhortar a todos los
que leen estas instrucciones, a olvidar sus simpatías y antipatías
y a trascender los [i561]
impedimentos de la personalidad que inevitablemente existen en ellos
y en todos los que trabajan en el plano físico y los obstaculiza.
Pido a todos los trabajadores recuerden que está ya con nosotros
el día de la oportunidad, y que éste tiene su límite.
Este actual tipo de oportunidad no durará eternamente. Las
pequeñeces de las fricciones humanas, la incomprensión
entre unos y otros, las pequeñas fallas, originadas en la personalidad
y que después de todo son efímeras, las ambiciones y
las ilusiones, deben todas desaparecer. Si los trabajadores practicaran
el desapego sabiendo que la Ley actúa, que el propósito
de Dios debe llegar a una conclusión final, y si aprendieran
a no criticar jamás en palabra ni en pensamiento, la salvación
del mundo debería proceder aceleradamente y sería anunciada
la nueva era de amor e iluminación.
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Última Modificación, 21 Noviembre 2006 © 2006 Fundación Lucis. Derechos reservados. |