Telepatía y el Vehículo Etérico - Primera Parte - Capítulo I
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PRIMERA PARTE CAPITULO I EL
CAMPO DEL INTERCAMBIO TELEPATICO |
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[e9] [i1] Me propongo escribir sobre intercambio telepático, explicar su razón de ser y también dar algunas reglas sencillas que puedan ser seguidas por los discípulos, en su afán de establecer un intercambio de pensamientos entre los miembros de un grupo determinado. Una de las características
que distingue al grupo de servidores y conocedores del mundo es que
no poseen un organismo externo que los integre. Están ligados
por una estructura interna mental y por un medio telepático
de interrelación. Los Grandes Seres, a Quienes tratamos de
servir, están vinculados de esta manera, y pueden - en caso
de necesidad y con el mínimo desgaste de fuerzas - ponerse
en contacto entre sí, sintonizándose a una determinada
vibración. [i2] En las palabras bíblicas: "En Él vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser", tenemos la declaración de una ley fundamental de la naturaleza y la base del hecho descrito en la palabra ambigua: [e10] Omnipresencia, la cual deriva de la sustancia del universo y de lo que los científicos llaman éter; esta palabra es un término genérico que abarca el cúmulo de energías interrelacionadas, constituyendo el cuerpo sintético de energía de nuestro planeta. Al considerar el tema de la telepatía debe tenerse en cuenta que el cuerpo etérico de todas las formas de la naturaleza es parte integrante de la forma sustancial de Dios Mismo - no la forma física densa sino aquello que los esotéricos consideran la sustancia de la cual está hecha la forma. Empleamos la palabra Dios para significar la expresión de la Vida Una que anima a todas las formas en el plano objetivo externo. El cuerpo etérico o de energía de todo ser humano es parte integrante del cuerpo etérico del planeta mismo y, en consecuencia, del sistema solar. Por este medio, el ser humano se relaciona con toda expresión de Vida divina, grande o diminuta. La función del cuerpo etérico consiste en recibir impulsos de energía o corrientes de fuerza que lo ponen en actividad. Y emanan de alguna fuente originaria. El cuerpo etérico, en realidad, sólo es energía. Está compuesto de miríadas de filamentos de fuerza o diminutas corrientes de energía, mantenidas en relación, por su efecto coordinador, con los cuerpos emocional y mental y el alma. Estas corrientes de energía a su vez producen un efecto sobre el cuerpo físico, induciéndolo a emprender alguna actividad, según la naturaleza y poder del tipo de energía que rige al cuerpo etérico en determinado momento. [i3] A través del cuerpo etérico circula energía que emana de alguna mente. La masa humana responde inconscientemente a las decisiones de la Mente universal; esto en la actualidad se complica por la creciente respuesta al conjunto de ideas - denominado opinión pública - que proviene de la mentalidad humana, la cual evoluciona rápidamente. En la familia humana se encuentran también quienes responden a ese grupo interno de Pensadores que trabajan con materia mental, controlando, desde el aspecto subjetivo de la vida, el surgimiento del gran Plan y la manifestación del Propósito divino. Estos Pensadores se agrupan en siete divisiones principales, siendo presididos por tres grandes Vidas o Entidades superconscientes: el Manu, el Cristo y el Mahachohan, que trabajan empleando principalmente el método de influir las mentes de los adeptos y de los iniciados. Éstos a su vez influyen a los discípulos del mundo, los cuales, cada uno en su lugar y bajo su propia responsabilidad, elaboran su propio concepto del plan, tratando de expresarlo de acuerdo a sus posibilidades. Por lo tanto, como pueden suponer, este proceso aminora el grado de vibración, hasta que llega a ser tan densa que afecta la materia del plano físico, [e11] facilitando así la producción de efectos organizados en dicho plano. Hasta ahora tales discípulos han trabajado en forma aislada, excepto cuando, debido a las relaciones kármicas, se han puesto en contacto entre sí, y la intercomunicación telepática ha sido limitada fundamentalmente a la Jerarquía de adeptos e iniciados, tanto en encarnación como fuera de ella, y al trabajo individual que realizan con Sus discípulos. Sin embargo, se cree que es posible establecer ahora una condición similar y una relación telepática entre los discípulos del plano físico. Donde se encuentre este grupo de místicos y conocedores, [i4] oportunamente hallarán que es factible comunicarse entre sí, y en la actualidad lo hacen con frecuencia. Una idea mística fundamental o alguna nueva revelación de la verdad es súbitamente reconocida por una mayoría, hallando expresión simultánea en numerosas mentes. Nadie puede pretender el derecho individual a la verdad o principio enunciado. Numerosas mentes lo han registrado. Por lo general se afirma que dichas personas se han conectado con las corrientes mentales internas o han respondido a la acción de la Mente universal. Literal y técnicamente esto no es así. Un miembro de la Jerarquía planetaria extrae la idea de la Mente universal de acuerdo a Su tendencia y equipo mental, y las necesidades inmediatas son sentidas por los adeptos activos; entonces presenta la nueva idea, el nuevo descubrimiento o la nueva revelación al grupo de adeptos - lógicamente en forma telepática - y cuando ha sido considerado por el grupo, lo presenta a Su grupo de discípulos. Entre ellos hallará quien responda con más facilidad e inteligencia y éste, mediante su claro pensar y el poder de las formas mentales formuladas, puede entonces influir sobre otras mentes, las cuales a su vez captan el concepto como propio, se apoderan de él y lo llevan a la manifestación. Cada uno considera como privilegio especial hacerlo así y, debido a esta facultad especializada y a la responsabilidad automáticamente generada, pone en ello toda su energía; entonces trabaja y lucha en pro de sus formas mentales. Una ilustración al respecto la tenemos en la historia de la Liga de las Naciones. Antes que el Maestro Serapis emprendiera un trabajo especial, procuró inculcar ideas constructivas para ayudar a la humanidad. Concibió una unión mundial en el campo de la política, que se pondría de manifiesto como una asociación inteligente de naciones para preservar la paz internacional. Presentó la idea a los adeptos reunidos en cónclave, quienes consideraron que algo se debía hacer. [i5] El Maestro Jesús se encargó de presentarlo a Su grupo de discípulos, pues estaba trabajando en Occidente. Uno de los discípulos de los planos internos captó la sugerencia [e12] y la trasmitió, o más bien la adaptó, hasta que fue registrada por el cerebro del coronel House, que no captó el origen - del cual era completamente inconsciente - y a su vez la trasmitió a ese aspirante de sexto Rayo llamado Woodrow Wilson. Entonces, nutrida con múltiples ideas análogas, provenientes de otras mentes, fue presentada al mundo. Se ha de tener presente que la función de un discípulo consiste en enfocar una corriente de energía de cualquier tipo particular en el plano físico, donde puede convertirse en un centro magnético y atraer hacia sí tipos de ideas similares y corrientes de pensamientos que no poseen la fuerza necesaria como para tener vida propia, ni hacer un impacto suficientemente fuerte sobre la conciencia humana. En la unión está la fuerza. Ésta es la segunda ley que rige la comunicación telepática. La primera ley es:
La segunda ley es:
Tenemos aquí una ley que rige la actividad subjetiva y otra que rige la manifestación objetiva. Explicaremos estas leyes en la forma más sencilla posible. Cuando [i6] cada miembro del grupo puede actuar en la conciencia mental, sin el entorpecimiento del cerebro o de la naturaleza emocional, descubrirá la universalidad del principio mental, el cual constituye la primera expresión exotérica de la conciencia del alma. Luego penetrará en el mundo de las ideas, llegando a ser consciente de ellas por medio de la placa sensitiva y receptora de la mente. Entonces buscará a quienes respondan al mismo tipo de ideas y reaccionen simultáneamente al mismo impulso mental. Al unirse a ellos descubre que está en comunicación con ellos. La comprensión de la primera ley produce su efecto en la mente o cuerpo mental; la comprensión de la segunda produce resultados en una estación receptora inferior, el cerebro, lo cual es posible mediante el fortalecimiento de la reacción mental del hombre por la reacción mental de otros, similarmente receptivos. Se observará que este proceso de comunicación, regido por ambas leyes, siempre ha actuado entre los adeptos, iniciados y discípulos avanzados que tienen cuerpos en el plano físico. Este proceso debe [e13] ser ahora divulgado y desarrollado constantemente por el grupo de místicos y servidores del mundo que emerge, y es, en potencia, el Salvador del mundo. Sólo quienes conocen algo de lo que significa concentración y meditación, y pueden mantener la mente firme en la luz, serán capaces de comprender la primera ley y ese intercambio de energías dirigidas por la mente, que tiene un punto de expresión en la mente de algún pensador inspirado y otro en la mente del atento servidor mundial, que trata de sintonizarse con esos procesos mentales que contienen la clave para la salvación final del mundo. La energía que dirige el pensamiento tiene su origen en un Pensador que puede penetrar en la Mente divina, debido a que ha trascendido Sus limitaciones humanas; el receptor dirigido por el pensamiento [i7] es el hombre que, en manifestación exotérica, ha alineado su cerebro, su mente y su alma. En realidad la omnipresencia, ley de la naturaleza basada en el hecho de que los cuerpos etéricos de todas las formas constituyen el cuerpo etérico del mundo, hace posible la omniciencia. El cuerpo etérico del Logos planetario es impelido a la actividad por Su voluntad dirigida; la energía es el resultado de Su forma mental que opera en Su cuerpo de energía y a través del mismo. Esta forma mental corporifica y expresa Su propósito mundial. Todas las formas de vida subhumanas y las formas humanas, hasta la etapa del hombre avanzado, están regidas por el pensamiento divino, por intermedio de los cuerpos de energía que son parte integrante del todo. Sin embargo reaccionan inconsciente e ignorantemente. La humanidad evolucionada, los místicos y conocedores, son cada vez más conscientes de que la mente dirige el proceso evolutivo. Cuando esta conciencia sea cultivada y la mente individual establezca conscientemente contacto con la mente de Dios, a medida que se expresa por medio de la mente iluminada de la Jerarquía de adeptos, tendremos el constante desarrollo de la omniciencia. Ésta es la descripción del verdadero sentido del intercambio telepático, pues describe el crecimiento de esa oligarquía de almas selectas, que oportunamente regirán al mundo, las cuales serán seleccionadas para gobernar y reconocidas por las masas como capacitadas para desempeñar tan alto cargo, gracias a la coordinación que han establecido entre:
[e14] [i8] Referente a los discípulos y aspirantes al discipulado se presume que sus mentes, están, en cierta medida, sintonizadas con el alma y también alineados en tal forma, que el alma, la mente y el cerebro se han coordinado, comenzando ya a actuar como una unidad. Tal es la responsabilidad del individuo. Ahora viene la tarea en que se ha de aprender a responder al grupo y tratar de ponerse en contacto con esas mentes que están energetizadas por corrientes de pensamientos similares, lo cual debe cultivarse. ¿Cómo debe llevarse a cabo? Consideraremos los distintos tipos de trabajo telepático. El ser humano no evolucionado e irreflexivo y las personas que no han desarrollado la mente, pueden ser telepáticos y a menudo lo son, pero trabajan a través del plexo solar. La línea de comunicación se tiende por lo tanto, de un plexo solar a otro, lo cual es telepatía instintiva e implica sensación en todos los casos. Involucra invariablemente radiaciones del plexo solar, que en el mundo animal, por lo general, sirve de cerebro instintivo. Este tipo de comunicación telepática es una característica definida del cuerpo animal del hombre, y uno de los mejores ejemplos de esta relación telepática es la que existe entre la madre y su hijo. Este tipo de telepatía predomina en las sesiones espíritas, donde el médium establece inconscientemente conexión telepática con las personas reunidas. Sus sentimientos, preocupaciones, penas y deseos son evidentes y forman parte de los llamados mensajes. Tanto los asistentes como el médium actúan a través del mismo centro; con dichos médium y tal tipo de sesiones nada aprenderán las personas muy inteligentes y mentalmente polarizadas y, probablemente, no recibirán mensajes a no ser que sean falsos. De ahí que cuando se trata de investigaciones científicas realizadas por mentes entrenadas, siempre han predominado los fenómenos físicos y no las formas más sutiles del psiquismo. Allí donde [i9] las formas más sutiles de percepción super o extrasensorias han estado involucradas, el médium ha sido un adolescente o ha alcanzado ya la mayoría de edad, estando principal y correctamente enfocado en el cuerpo emocional sensible. Esto sucede aunque se trate de personas muy intelectuales. Por lo tanto, esta forma de comunicación telepática es de dos tipos, pero siempre involucra al plexo solar:
Más adelante, cuando se emprenda el trabajo de telepatía en forma grupal, los centros de transmisión donde estén implicados los sentimientos elevados y consagrados, la devoción, la aspiración y el amor, y donde los grupos trabajen con amor puro, la comunicación será de un corazón a otro y del corazón de un grupo al corazón de otro. A la frase "hablar de corazón a corazón" usada tan a menudo, no se le da por lo general su verdadero significado, pero algún día se le dará. Actualmente, constituye una conversación entre plexos solares. La segunda forma de trabajar telepáticamente es de mente a mente, y esta forma de comunicación hoy está siendo investigada intensamente. Sólo lo hacen ciertos tipos de mente, y cuanto más puedan ser eliminados la emoción, el sentimiento [i10] y los deseos, más exacto será el trabajo realizado. El intenso deseo de triunfar en el trabajo telepático y el temor al fracaso, son los medios más seguros para contrarrestar el esfuerzo fructífero. En todo trabajo de esta índole, una actitud de desapego y un espíritu de "indiferencia" son de verdadera ayuda. Los experimentadores necesitan dedicar más tiempo y reflexión a los distintos tipos de fuerza; deben comprender que la emoción y el deseo de algo, por parte del agente receptor, crea emanantes corrientes de energía que rechazan o repelen aquello que trata de hacer contacto, como por ejemplo, los pensamientos dirigidos de alguien que desea ponerse en comunicación. Cuando estas corrientes son bastante fuertes, actúan como un "boomerang" y vuelven al punto de partida, atraídas por el poder de la vibración que las proyectó. Este concepto encierra la causa del fracaso de:
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