Mi Trabajo
Por El Tibetano
[e183][i245]En
el mes de noviembre de 1919 me puse en contacto con Alice A. Bailey
y le pedí que escribiera y publicara algunos libros que debían aparecer,
con el fin de impartir la verdad en forma correlativa. Rehusó de inmediato,
argumentando que no simpatizaba con la denominada literatura ocultista,
difundida entre el público por los diversos grupos de esa índole;
que nunca había escrito para el público y, además, que le desagradaba
profundamente toda clase de trabajos y escritos psíquicos. Cambió
de parecer al explicarle que la relación telepática era algo ya comprobado
y un asunto de interés científico, que ella no era clarividente ni
clariaudiente y que nunca lo sería y, sobre todo, que la prueba de
la verdad es la verdad misma. Le dije que si aceptaba escribir durante
un mes, el material trascrito le demostraría contener la verdad, pues
enfocaba reconocimiento y comprensión intuitiva y abarcaba cuanto
fuera de valor para la nueva e inminente era espiritual. Esto contribuyó
a superar su aversión a tal tipo de trabajo, como también a las diversas
e imperantes presentaciones ocultistas de la verdad; entonces estipuló
que los escritos fueran publicados sin pretensiones de ninguna especie
y que las enseñanzas demostrarían o no su valor, de acuerdo a sus
propios méritos.
Los Libros
El primer libro publicado fue Iniciación Humana y Solar,
resultado de su primer esfuerzo en este tipo de trabajo, base
de los demás libros. Escribió para mí durante casi veinticinco años.
Los libros se publicaron de acuerdo a un propósito profundo y subyacente
que quizá deseen conocer y ha tenido amplia aceptación mundial.
En Iniciación Humana y Solar se trató de dar a conocer
la realidad de la existencia de la Jerarquía, que H. P. B.
ya había difundido mediante insinuaciones y enunciados, pero no en
forma ordenada. La [i246]Sociedad
Teosófica había enseñado la existencia de los Maestros, a pesar de
que H. P. B. manifestara a la sección esotérica que lamentaba profundamente
haberlo hecho. Estas enseñanzas fueron erróneamente interpretadas
por los posteriores dirigentes teosóficos, quienes cometieron varios
errores fundamentales.
La descripción que daban de los Maestros se caracterizaba por una
imposible infalibilidad, olvidando que Ellos también evolucionan.
La enseñanza impartida fomentó un creciente interés por el autodesarrollo
y un intenso enfoque sobre la liberación y el desenvolvimiento personales,
pues las personas consideradas como iniciados y discípulos avanzados,
eran [e184]mediocres
y sin mayor influencia fuera de la Sociedad Teosófica, exigiendo total
devoción a los Maestros y a Sus personalidades. Decían que estos Maestros
interferían en la organización de esos grupos esotéricos que afirmaban
trabajar bajo Su dirección. Se Les hacia responsables de los errores
cometidos por los dirigentes de los grupos, los cuales se escudaban
detrás de las siguientes declaraciones: "el Maestro me dio instrucciones
para que dijera...", "el Maestro desea que se haga el siguiente
trabajo", o "el Maestro quiere que los miembros hagan esto
o aquello". Quienes obedecían, eran considerados buenos y a los
que no se interesaban ni obedecían, se los consideraba como renegados.
Se infringía constantemente la libertad individual y se justificaban
las debilidades y ambiciones de los dirigentes. A. A. B., en conocimiento
de esto, rehusó tomar parte en tales actividades, pues ésta es la
historia de la generalidad de todos los grupos esotéricos que atraen
al público. Aunque yo hubiera querido trabajar en esas condiciones
-algo que ningún miembro de la Jerarquía hace- ella no habría colaborado
conmigo.
Luego escribió Cartas sobre Meditación Ocultista. Estas cartas
proporcionaron, en cierta medida, un nuevo acercamiento a la meditación,
basada en el reconocimiento del alma en cada persona y no en la devoción
a los Maestros. A éste siguió Tratado sobre Fuego Cósmico. Este
libro constituye una ampliación (ampliación esperada) de las enseñanzas
difundidas en el libro La Doctrina Secreta sobre los tres fuegos
-fuego eléctrico, fuego solar y fuego por fricción; también presenta
la clave psicológica de La Doctrina Secreta y deberá ser estudiado
por los discípulos e iniciados al finalizar este siglo y comenzar
el próximo, hasta el año 2025.
Después A. A. B. pensó que sería de valor para mí y el trabajo, escribir
libros útiles para los estudiantes, además de la trascripción [i247]de
mis escritos y apuntes, en el idioma original inglés, e ideamos hacerlo
juntos, lo cual me incitó a pensar y transmitir ideas, que constituyo
mi deber hacer públicas. El promedio general de los psíquicos y médium
no poseen mayormente un alto grado de inteligencia; A. A. B. deseaba
demostrar (para ayudar al trabajo del futuro) que puede hacerse un
trabajo netamente psíquico e inteligente al mismo tiempo. Por esta
razón escribió cuatro libros que son el producto de su propio esfuerzo:
La Conciencia del Átomo,
El Alma y su Mecanismo,
Del Intelecto a la Intuición,
De Belén al Calvario.
También escribió, con mi colaboración, un libro titulado La Luz
del Alma, donde doy una paráfrasis en inglés, de los Aforismos
sánscritos de la yoga de Patanjali, colaborando ella en los comentarios
y consultándome ocasionalmente para estar segura del significado.
A éste siguió Tratado sobre Magia Blanca, escrito hace unos
años, que en forma de capítulos enviaba a los estudiantes avanzados
de la Escuela Arcana, únicamente como material de lectura. Es el primer
libro publicado que trata del entrenamiento y control del cuerpo astral
o emocional. Se han escrito muchos libros ocultistas sobre el tema
del cuerpo físico y su purificación; también sobre el vehículo etérico
o vital y la mayoría es recopilación de otros libros, antiguos y modernos.
En este libro se intenta entrenar, al aspirante moderno, en el control
de su cuerpo astral, con ayuda de la mente, a medida que es iluminada
por el alma.
El siguiente fue Tratado sobre los Siete Rayos; es un libro
muy extenso y aún no ha sido terminado. (En la actualidad ya está
completa la serie [e185]de
este tratado. Nota de los editores.) Consta hasta ahora de cuatro
tomos, dos de los cuales ya fueron publicados; el tercero está por
publicarse y el último está en preparación. Los tomos I y II tratan
sobre los siete rayos y sus siete tipos psicológicos, poniendo los
cimientos para la nueva Psicología, pues la Psicología moderna, por
más que sea materialista, ha establecido bases sólidas. El tomo III
está íntegramente dedicado al tema de la astrología esotérica y constituye
en sí una unidad completa. Está destinado a difundir la nueva astrología,
basada en el alma, no en la personalidad. El horóscopo confeccionado
por la astrología ortodoxa predice la suerte y el destino de la personalidad,
[i248]y
cuando dicha personalidad está poco evolucionada o medianamente desarrollada,
puede ser y con frecuencia es asombrosamente correcto. Sin embargo,
en los casos de personas muy evolucionadas, aspirantes, discípulos
e iniciados, que comienzan a controlar sus estrellas y por
consiguiente sus acciones, no resulta tan exacto. Los sucesos y acontecimientos
de sus vidas son impredecibles. La nueva y futura astrología se esfuerza
por dar la clave del horóscopo del alma, condicionado por el rayo
del alma y no por el rayo de la personalidad. He impartido bastante
como para capacitar a los astrólogos, que tengan interés y posean
una nueva inclinación, a predecir el futuro desde el ángulo de este
nuevo acercamiento. La astrología es una ciencia fundamental y necesaria.
A. A. B. no es versada en ello ni sabe confeccionar un horóscopo,
tampoco conoce los nombres de los planetas ni las casas que rigen.
Por lo tanto, soy absolutamente responsable de lo que aparece en él
y en todos mis libros, excepto, como ya he explicado, el libro La
Luz del Alma.
El tomo IV versa sobre el tema de la curación y la construcción
del puente, el antakarana, que elimina la separatividad existente
entre la mónada y la personalidad. También se dan las Catorce Reglas
que deben dominar quienes se preparan para la iniciación. (Posteriormente,
El Tibetano y A. A. B. decidieron publicar estas reglas en un tomo
aparte. Por lo tanto, dentro de breve tiempo aparecerá el tomo V de
Tratado sobre los Siete Rayos). Quisiera llamar la atención acerca
de este último tema, recordándoles que A. A. B. nunca hizo la menor
alusión, pública o privada, de que es un iniciado. Sabe que ello es
contrario a la Ley y oyó a muchas personas de escasa luz espiritual
o capacidad intelectual, hacer tal afirmación, produciendo el consiguiente
daño, menoscabando la idea de la Jerarquía y la naturaleza del adepto,
ante los ojos del público observador. Soy absolutamente responsable
de las Catorce Reglas y de su elucidación y aplicación. A. A. B. nunca
pretendió ser más que un discípulo activo ocupado en el trabajo mundial
(lo cual no se puede negar) y ha reiterado constantemente que la legítima
palabra "discípulo" no admite controversia, así como también
es la más exacta para ser aplicada a las distintas categorías de trabajadores
de la Jerarquía, desde el discípulo probacionista, apenas afiliado
a algunos discípulos de la Jerarquía, hasta la influencia misma de
Cristo, el Maestro de Maestros e Instructor de ángeles y hombres.
Constantemente se opone, con mi total [i249]aprobación,
a la malsana curiosidad respecto de títulos y categorías, lo cual
constituye una plaga en muchos grupos esotéricos y conduce a la competencia
desmedida, envidia, críticas y pretensiones, que caracterizan a la
generalidad de esos grupos ocultistas, inutilizando la mayoría de
sus publicaciones e impidiendo al público recibir las enseñanzas en
toda su pureza y sencillez. Estado y titulo, categoría y posición,
nada significan. Lo que vale es la enseñanza, es decir, su verdad
y su llamado intuitivo. Esto debe tenerse constantemente presente.
Los discípulos aceptados, reconocen al Maestro internamente -lo cual
puede ser corroborado por sus discípulos y utilizado por el [e186]Maestro
como condición real-, lo conocen, aceptan Sus enseñanzas y es considerado
por ellos como su Maestro, pero no lo hacen con el mundo externo.
Mis libros han sido publicados constantemente durante años. Cuando
haya terminado el Tratado sobre los Siete Rayos y editado un
pequeño libro titulado Espejismo (Glamour) y también EL
Discipulado en la Nueva Era, A. A. B. habrá terminado su trabajo
en colaboración conmigo, entonces podrá reasumir su tarea como discípulo
en el Ashrama de su propio Maestro.
La Escuela
La siguiente fase del trabajo que procuraré ver realizado, funciona
ordenadamente. Mi deseo (como también el de muchos que están asociados
con la Jerarquía) fue establecer una escuela esotérica cuyos miembros
tuvieran libertad, no se vieran obligados a hacer juramentos ni a
contraer compromisos; se les proporcionara meditación, estudios y
enseñanza esotérica, dándoles libertad para hacer sus propios ajustes
e interpretar la verdad de acuerdo a su capacidad; presentándoles
diversos puntos de vista y al mismo tiempo transmitirles esas verdades
esotéricas más profundas que podrían reconocer, si en ellos despertara
la idea de los misterios y, aunque leyeran u oyeran algo acerca de
los mismos, no los perjudicara aunque carecieran de percepción para
reconocer la verdad tal como es. Dicha escuela fue establecida en
1923 por Alice A. Bailey, con ayuda de Foster Bailey y de algunos
estudiantes con comprensión y visión espirituales. A. A. B. estableció
como condición, que yo no interviniera en la Escuela Arcana ni controlara
sus planes y programas de estudio. En esto A. A. B. actuó en forma
inteligente [i250]y
correcta y apruebo plenamente su actitud. Tampoco fueron usados mis
libros como texto. Sólo, durante los últimos años, uno de ellos, Tratado
sobre Magia Blanca, fue adoptado como texto de estudio,
ante los continuos requerimientos de muchos estudiantes. También fue
utilizada durante dos años, en una sección del cuarto grado, la enseñanza
sobre el antakarana (que aparecerá en el tomo V del Tratado sobre
los Siete Rayos). Además se dio en otra sección como material
de lectura, enseñanza sobre espejismo (glamour).
En la Escuela Arcana no se exige obediencia a nadie, ni tampoco "obediencia
al Maestro", pues ningún Maestro dirige la Escuela. En cambio
se recalca la existencia del Maestro en el corazón, el alma, que es
el verdadero hombre espiritual dentro de cada ser humano; tampoco
se enseña teología ni se obliga al estudiante aceptar determinada
interpretación o presentación de la verdad; un miembro de la Escuela
puede aceptar o rechazar la existencia de los Maestros, de la Jerarquía,
de la reencarnación o del alma y continuar siendo miembro de la misma.
No se exige ni se pide lealtad a la Escuela ni a A. A. B. Los estudiantes
pueden trabajar en cualquier grupo ortodoxo, ocultista, esotérico,
metafísico o iglesia y ser no obstante miembro de la Escuela Arcana.
Sólo se les pide considerar dichas actividades como campo de servicio,
donde puedan proporcionar ayuda espiritual, obtenida a través de los
estudios de la Escuela. Los dirigentes y colaboradores avanzados de
muchos grupos esotéricos, también trabajan en la Escuela Arcana y,
sin embargo, son totalmente libres para poder dedicar su tiempo, lealtad
y servicio a sus propios grupos.
Después de veinte años, la Escuela Arcana entra ahora en un nuevo
ciclo de crecimiento y utilidad -juntamente con toda la humanidad-,
para lo cual se están haciendo los debidos preparativos. El principio
[e187]fundamental
es servicio basado en el amor a la humanidad. El
trabajo de meditación está equilibrado y va paralelo al estudio y
al esfuerzo de enseñar a los estudiantes a prestar servicio.
El Nuevo
Grupo de Servidores del Mundo
Otro aspecto de mi trabajo se concretó hace más de diez años,
cuando comencé a escribir ciertos folletos para el público, en los
cuales llamaba la atención sobre la situación mundial y el nuevo grupo
de servidores del mundo. Traté de introducir en la Tierra -si puedo
utilizar tal expresión- una exteriorización o símbolo del trabajo
de la Jerarquía. Esto constituyó un esfuerzo para unir, hasta donde
fuera [i251]posible
subjetiva y objetivamente, a todas las personas de propósitos espirituales
y de profundo amor a la humanidad, o a quienes trabajaban activamente
en muchas naciones, ya sea en organizaciones o individualmente. Éstos
son legión. Unos pocos son conocidos por los trabajadores de la Escuela,
por A. A. B. y F. B. Conozco a miles de éstos, pero ellos no los conocen.
Todos trabajan bajo la inspiración de la Jerarquía y, consciente o
inconscientemente, cumplen con sus funciones como agentes de los Maestros.
Forman un grupo íntimamente unido en el aspecto interno, por la intención
y el amor espirituales. Algunos son ocultistas que trabajan en diferentes
grupos esotéricos; otros, místicos que trabajan con visión y amor;
muchos pertenecen a religiones ortodoxas y, aún otros, no reconocen
en absoluto a ninguno de los llamados grupos espiritualistas. Sin
embargo, a todos les anima el sentido de responsabilidad por el bienestar
humano y se han comprometido internamente a ayudar a sus semejantes.
Este grupo es actualmente el Salvador del mundo y salvará al mundo
e inaugurará la nueva era después de la guerra. Los folletos que he
escrito (el primero de los cuales se titula Los Próximos Tres años,
editado en 1932 con el titulo de El Nuevo Grupo de Servidores
del Mundo), explican sus planes y propósitos y sugieren los modos
y métodos para colaborar con dicho grupo, ya existente y activo en
muchos campos.
Quienes son influidos por el nuevo grupo de servidores del mundo y
tratan de trabajar con él como agentes del mismo, se denominan hombres
y mujeres de buena voluntad. En 1936 hice un gran esfuerzo para ponerme
en contacto con tales personas, cuando aún había una pequeña posibilidad
de evitar la guerra. Muchos recordaron esta campaña y su relativo
éxito. La palabra escrita y hablada, a través de la radio, llegó a
millones de personas, pero no hubo un número suficiente que se interesara
espiritualmente por dar los pasos necesarios y detener el odio, el
mal y la agresión, que amenazaban envolver al mundo. La guerra estalló
en 1939, a pesar de todos los esfuerzos de la Jerarquía y Sus trabajadores,
paralizando el trabajo de buena voluntad. Esa parte del trabajo, en
la que habían tratado de servir los miembros de la Escuela Arcana,
y que trajo como resultado la formación de diecinueve centros de servicio,
en diversas naciones, fue temporalmente abandonada -pero sólo temporalmente,
hermanos míos, porque la buena voluntad y la expresión de la voluntad
al bien es la "fuerza salvadora" que anima al nuevo grupo
de servidores del mundo.
Quisiera puntualizar el hecho de que la tarea de introducir al nuevo
grupo de servidores del mundo y organizar el trabajo de buena voluntad,
no tiene en absoluto nada [i252]que
ver con la Escuela Arcana, excepto [e188]en
lo que se refiere a la oportunidad que se les dio a los miembros de
la Escuela para ayudar en ese movimiento. Se les otorgó plena libertad
de hacerlo o no. Un sinnúmero de ellos no hizo esfuerzo alguno, demostrando
así que se valieron de la libertad que se les otorgó y enseñó.
Cuando estalló la guerra y el mundo estuvo envuelto en el consiguiente
caos, horror, desastre, muerte y agonía, numerosas personas, espiritualmente
orientadas, optaron por permanecer alejadas de la lucha. No era la
mayoría, pero si una poderosa y ruidosa minoría. Consideraban cualquier
actitud partidaria como una violación a la ley de fraternidad, y estaban
dispuestas a sacrificar el bien de toda la humanidad por el sentimental
anhelo de amar a la humanidad, en forma tal que no implicaba acción
ni decisión de su parte. En vez de decir "defenderé a mi patria,
tenga razón o no", decían "defenderé a la humanidad, tenga
o no razón
Cuando escribí el folleto titulado La Actual Crisis Mundial y
sucesivamente artículos sobre la situación del mundo, expresé que
la Jerarquía apoyaba la actitud y los objetivos de las naciones aliadas,
que luchaban por la liberación de toda la humanidad y por el alivio
de los pueblos sufrientes. Esto, lógicamente, obligó a la Jerarquía
a no apoyar en forma alguna al Eje. Muchos de los colaboradores, en
el trabajo de buena voluntad, y algunos miembros de la Escuela, interpretaron
tal declaración como de carácter político y creyeron que la absoluta
neutralidad, en lo que concierne al bien y al mal, era la actitud
que debían mantener las personas con inclinaciones espirituales. No
pensaron con claridad, y confundieron el amor fraternal con el hecho
de abstenerse de tomar partido a favor de uno de los bandos, olvidando
las palabras de Cristo: "El que no está conmigo, está contra
mí". Repetiré lo que he dicho con frecuencia: La Jerarquía y
Sus miembros, incluyéndome, aman a la humanidad pero no desean apoyar
el mal, la agresión, la crueldad y el aprisionamiento del alma humana.
Con el fin de que todos avancen en el camino hacia la luz, defienden
la libertad, la oportunidad, el bienestar del género humano y, sin
discriminación, la bondad y el derecho de pensar, hablar y trabajar
libremente, que cada hombre posee. Por lo tanto, no pueden apoyar
a las naciones o a los habitantes de cualquier nación que vaya en
contra de la libertad y la felicidad humanas. Saben que en su amor
y comprensión de las circunstancias, en una vida o en vidas posteriores,
la mayoría de quienes ahora son enemigos de la libertad humana, serán
a su vez libres y hollarán el Camino Iluminado. Mientras tanto, toda
la fuerza de la Jerarquía está de parte de las naciones que luchan
por liberar a la humanidad y de aquellos que en cualquier nación trabajan
en ese sentido, Si fuera en detrimento de los valores espirituales
el estar a favor del
[i253]bien
y de la libertad, entonces la Jerarquía trabajaría para cambiar la
actitud de los pueblos, respecto a lo que es espiritual.
Por ser responsable Alice A. Bailey de transcribir los folletos, y
F. B. de su publicación y distribución, se ha encontrado ante la difícil
posición de ser el blanco de la crítica y ataques. Sin embargo, ella
sabe que el tiempo reajusta todas las cosas, y que el trabajo realizado,
si está correctamente motivado, oportunamente probará su propio valor.
Por consiguiente, me he interesado en tres aspectos del trabajo: los
libros, la Escuela Arcana y el nuevo grupo de servidores del mundo.
Los impactos mundiales hechos por estos tres aspectos del trabajo,
fueron efectivos y útiles. La parte útil del trabajo realizado es
lo que interesa, no la crítica e incomprensión de quienes pertenecen
al viejo [e189]orden
y a la era pisceana, pues son incapaces de ver el surgimiento de las
nuevas formas de vida y los nuevos acercamientos a la verdad.
Todo este tiempo he permanecido detrás de la escena. Soy responsable
de los libros y folletos, que llevan la autoridad de la verdad -si
la verdad existe en ellos-, pero no la autoridad de mi nombre,
ni la categoría que puedan adjudicarme o que me otorgan los curiosos,
los investigadores y los devotos. No he dictado ninguno de
los programas de la Escuela Arcana ni he interferido en sus planes
de estudio, y de ellos es responsable A. A. B. Mis libros y folletos
fueron puestos a disposición de los estudiantes de la Escuela y del
público.
He tratado de ayudar en el trabajo de buena voluntad, del cual es
responsable Foster Bailey, sugiriendo e indicando cuál es la tarea
que el nuevo grupo de servidores del mundo está tratando de realizar,
pero no lo he hecho en forma autoritaria, ni jamás lo haré. Los resultados
de estas actividades fueron buenos; ha habido poca incomprensión pues
ella es inherente a las facultades y actitudes personales de quienes
critican. La crítica es sana mientras no se torne destructiva.
El Entrenamiento Personal
Paralelamente a estas principales actividades, desde el año 1931
he estado entrenando a un grupo de hombres y mujeres, dispersos por
todo el mundo, en la técnica del discipulado aceptado, entendido académicamente.
De entre un grupo de muchos y posibles neófitos, señalé aproximadamente
a 45 personas -algunas conocidas personalmente por A. A. B. [i254]y
otras totalmente desconocidas- que habían demostrado disposición para
el entrenamiento, y podía ser probada su aptitud para el trabajo grupal
del nuevo discipulado. Estas personas recibieron directamente mis
instrucciones personales y ciertas enseñanzas generales, aunque basadas
lógicamente en las antiguas reglas, que involucraban el nuevo acercamiento
a la Jerarquía y a la vida espiritual. Estas instrucciones estarán
en breve a disposición del público, pero no se darán indicaciones
acerca de las personas así entrenadas, ni se impartirá información
al respecto; nombres, fechas y lugares serán cambiados, aunque las
instrucciones permanecerán tal como fueron dadas.1
Estas personas comprobarán mi identidad, por haber mantenido contacto
directo conmigo. Saben quien soy desde hace años, pero han conservado
mi anonimato con gran cuidado y verdaderas dificultades, debido a
que centenares de personas en el mundo han hecho conjeturas respecto
a mi identidad y algunas han acertado quien soy. Actualmente, y a
pesar de todo lo que A. A. B. y mis discípulos hicieron, se admite
generalmente que soy un Maestro, y a tal efecto se me ha dado un nombre.
Lo afirmé a mi grupo de aspirantes especialmente elegidos, cuando
lo descubrieron internamente por sí mismos. Hubiera sido torpe e inútil
no hacerlo, y al comunicarme con ellos y escribir instrucciones sobre
el nuevo discipulado, ocupó lógicamente el lugar que me correspondía.
Algunas de estas instrucciones fueron consideradas, por mí y A. A.
B., como apropiadas y útiles para un uso más general, y luego incorporadas
en una serie de escritos intitulados: Etapas del Discipulado, editados
bajo mi nombre en la revista The Beacon. Fueron cuidadosamente
revisados [e190]antes
de su publicación, excepto uno, en el que A. A. B., bajo la presión
del excesivo trabajo, omitió la supresión de un párrafo en el cual
se refería a mí como Maestro. Este párrafo apareció en The Beacon
en julio de 1943 y le produjo un gran disgusto. Cometió este descuido
después de tantos años de ocultar mi identidad como Maestro, quedando
así públicamente reconocida.
En relación con esto, hay tres puntos sobre los cuales deseo llamar
la atención.
Hace años, manifesté en Tratado sobre Magia Blanca que era
un iniciado de cierta categoría, pero que se debía mantener mi anonimato.
Años más tarde, debido a aquel error de [i255]A.
A. B., aparentemente me vi en la posición de contradecirme, y por
lo tanto cambiar mi actitud, pero en realidad no hice tal cosa. La
difusión de las enseñanzas alteran las circunstancias, y las necesidades
de la demanda humana exigen a veces un cambio en el acercamiento.
No hay nada estático en la evolución de la verdad. Desde hace tiempo
intento hacer lo necesario para presentar al público, en forma más
definida y atrayente, la existencia de la Jerarquía y Sus miembros.
Manifesté claramente a A. A. B., hace unos años (como lo hizo su propio
Maestro), que su deber principal como discípulo era familiarizar al
público con la verdadera naturaleza de los Maestros de Sabiduría,
para contrarrestar la impresión errónea que el público había recibido.
Lo logró hasta cierto grado, pero no en la amplitud esperada. A. A.
B. se sintió cohibida ante esta tarea por el desprestigio en que había
caído el tema debido a las falsas presentaciones de los diferentes
instructores y grupos ocultistas, además de las ridículas explicaciones
que daban los ignorantes acerca de nuestra identidad. H. P. B., su
predecesora, manifestó en ciertas instrucciones enviadas a la sección
esotérica de la Sociedad Teosófica, que lamentaba amargamente haber
mencionado a los Maestros, dando Sus nombres y Sus funciones. La misma
opinión sostuvo A. A. B. Los Maestros, tal como son presentados por
la Sociedad Teosófica, tienen una vaga semejanza con la realidad.
Ha traído mucho bien este testimonio de Su existencia, pero hicieron
gran daño los torpes detalles a veces impartidos. Ellos no son como
se Les describe: no dan órdenes a Sus seguidores (o mejor dicho devotos)
para hacer esto o aquello o para formar ésta u otra organización;
tampoco señalan a nadie como la encarnación de un personaje de suprema
importancia, pues saben muy bien que los discípulos, iniciados y Maestros,
son conocidos por su trabajo, sus obras y actos y no por sus palabras,
y tienen que demostrar su categoría por el trabajo realizado.
Los Maestros trabajan en muchas organizaciones por medio de Sus discípulos;
pero no exigen, por su intermedio, la total obediencia de los miembros
de determinada organización, ni excluyen de las enseñanzas a quienes
están en desacuerdo con las actividades de la organización o las interpretaciones
de sus dirigentes. No son separatistas ni antagonizan con los grupos
que trabajan bajo la dirección de distintos discípulos o Maestros.
Cualquier organización por la que Ellos se interesen será incluyente
y no excluyente. Tampoco promueven cuestiones respecto a las personalidades,
apoyando a una y rechazando a otra, simplemente porque las opiniones
de un líder sean o no apoyadas. No son personas extravagantes ni mal
educadas, tal como las describen los dirigentes mediocres de muchos
grupos; tampoco eligen, como discípulos consagrados y trabajadores
prominentes, a hombres y [i256]mujeres
de evidente inferioridad, desde el punto de vista mundano, ocupados
en reivindicaciones y en el arte de atraer la [e191]atención
sobre sí mismos. El discípulo en probación podrá ser un devoto, pero
debe poner el énfasis sobre la purificación y la adquisición de una
comprensión inteligente, respecto a la fraternidad y necesidad humana.
Para ser un discípulo aceptado, que actúe directamente bajo la dirección
de un Maestro y esté activo en el trabajo mundial, ejerciendo una
creciente influencia, se requiere polarización mental, desarrollo
del corazón y sentido de los verdaderos valores.
Los Maestros presentados al público por algunos movimientos como el
"Yo soy", constituyen una tergiversación de la realidad.
Los distintos movimientos teosóficos (desde la época de H. P. B.)
no han demostrado inteligencia ni buen criterio en la elección de
quienes la organización proclama como iniciados o importantes miembros
de la Jerarquía.
Habiendo conocido todo lo dicho y observado los malos efectos causados
por la enseñanza impartida acerca de los Maestros, A. A. B. extremó
Sus esfuerzos a fin de presentar la verdadera naturaleza de la Jerarquía,
Sus metas y sus miembros; procuró poner el énfasis -como lo hace la
Jerarquía- sobre la humanidad y el servicio prestado al mundo, y no
sobre un grupo de instructores, que aunque trascendieron los habituales
problemas y experiencias de la personalidad en los tres mundos, están
aún en proceso de entrenamiento, preparándose (bajo la dirección de
Cristo) para hollar "el Sendero de la Evolución Superior",
tal como se lo denomina. El nombre con que nos conocen algunos discípulos
en el Tíbet, da un indicio de nuestra etapa de realización. Denominan
a la Jerarquía la "sociedad de mentes iluminadas y organizadas"
-iluminadas por el amor y la comprensión, por una profunda compasión
e inclusividad, por el conocimiento del plan, a fin de captar el propósito,
sacrificando su propio progreso inmediato para ayudar a la humanidad.
Eso es un Maestro.
El segundo punto a tratar, lo expondrá en forma interrogativa: ¿Qué
daño puede ocasionar el hecho de señalar con el dedo a un Maestro
y reconocerlo como tal, siempre y cuando su comportamiento corrobore
esta declaración y su influencia sea mundial?
¿Ha producido algún daño este inadvertido descuido de A. A. B., evidenciándome
como Maestro? Mis libros, portadores de mi influencia, han llegado
a los más lejanos lugares de la tierra y estimulan y ayudan. El trabajo
de buena voluntad que he sugerido, y que F. B. está llevando a cabo
voluntariamente, ha llegado literalmente a millares de personas por
medio de folletos, la radio, el uso de la Invocación, los Triángulos,
y mediante la palabra y el ejemplo de los hombres y mujeres de buena
voluntad.
[i257]Durante
los veinticinco años que A. A. B. trabajó conmigo en el campo esotérico,
nunca trató de beneficiarse por el hecho de que yo soy uno de los
numerosos Maestros, reconocido hoy por millares de personas. No se
ha respaldado en mi, ni en su propio Maestro; no nos ha hecho responsables
por lo que ella ha realizado; tampoco inició ni emprendió su trabajo
sobre la base de que el Maestro "lo ordenó". Sabe que la
tarea del Maestro consiste en poner al discípulo en contacto con el
Plan, y que por propia iniciativa y cierta medida de sabiduría y de
amor, el discípulo se esfuerza inteligentemente para hacerse cargo
de la parte que le corresponde en la materialización del Plan. Comete
errores, y aunque no presenta quejas al Maestro, paga el precio, aprendiendo
la lección. Cuando tiene éxito no acude al Maestro para que lo alabe,
pues sabe que no lo hará. Lucha contra la mala salud, la envidia y
el antagonismo de quienes [e192]tienen
menos éxito o temen la competencia, y no acude al Maestro para recibir
fuerza a fin de mantenerse firme. Trata de caminar a la luz de su
propia alma y permanecer fuerte en su propio Ser espiritual, y así
aprende a ser Maestro, aprendiendo.
El tercer punto sobre el que quisiera llamar la atención es, que el
nuevo ciclo que vendrá al finalizar la guerra -la realidad de la
existencia de la Jerarquía y el trabajo de los Maestros por intermedio
de Sus discípulos-, debe ser llevado a conocimiento del público.
Los discípulos de todas partes presentarán al mundo, acrecentadamente,
el plan jerárquico para lograr la fraternidad, la vida y la inclusividad
espirituales. Esto no lo realizarán apoyándose en las frases (tan
prevalecientes entre los tontos), "el Maestro me ha elegido a
mí", o "el Maestro apoya mis esfuerzos", o "soy
el representante de la Jerarquía", sino mediante una vida de
servicio, recalcando que los Maestros existen y que son conocidos
por muchas personas; que el Plan consiste en el desarrollo evolutivo
y el progreso educativo hacia una meta espiritual inteligente; que
la humanidad no está sola y que la Jerarquía existe; que Cristo está
con Su pueblo; que el mundo está lleno de discípulos ignorados, debido
a que trabajan silenciosamente; que existe el nuevo grupo de servidores
del mundo; que los hombres y mujeres de buena voluntad se hallan en
todas partes; que a los Maestros no les interesa absolutamente las
personalidades, sino que utilizan a hombres y mujeres pertenecientes
a todas las tendencias, creencias y nacionalidades, siempre que los
aliente el amor, sean inteligentes, tengan mentes entrenadas y posean
además influencia magnética y radiante, lo cual atraerá a las personas
hacia la verdad y la bondad, pero no hacia el individuo, ya sea Maestro
o discípulo. Los Maestros no se preocupan, en absoluto, por la lealtad
personal; están exclusivamente dedicados a [i258]aliviar
el sufrimiento, a promover la evolución de la humanidad y a indicar
los objetivos espirituales. Ellos no esperan el reconocimiento de
Su trabajo ni la alabanza de Sus contemporáneos, sino sólo el acrecentamiento
de la luz en el mundo y el desenvolvimiento de la conciencia humana.
Agosto 1943.
Los Métodos
Aplicados en la Recepción de:
"TRATADO SOBRE FUEGO CÓSMICO"
[e193][i259]Cuatro
métodos han sido aplicados por El Tibetano para trasmitir esta enseñanza
al público.
-
Clariaudiencia.
En las primeras etapas -
durante los dos primeros años- el material contenido en los dos
primeros libros fue dictado por El Tibetano a la señora Bailey
mediante la clariaudiencia. En determinados y prefijados momentos, se
establecía el contacto, mediante una vibración que ella aprendió a
reconocer; luego oía clara y nítidamente su voz, que le dictaba
palabra por palabra.
-
Telepatía.
A medida
que la señora Bailey iba acostumbrándose a esta tarea, y producían
efecto la disciplina y dieta necesarias, el trabajo fue cambiando
gradualmente y el Tratado sobre Fuego Cósmico se trasmitió
en forma telepática. La señora Bailey se ponía en contacto con El
Tibetano en determinado momento y si Él estaba libre y disponía de
tiempo, se comunicaba telepáticamente con ella. La información era
impartida con gran rapidez y la detallada enseñanza se plasmaba con
tal claridad en su conciencia, que podía escribirla sin cambiar una
sola palabra. El libro se publicó tal como fue recibido, excepto leves
cambios, a veces en el tiempo de un verbo, pues el inglés de El Tibetano,
resulta un poco arcaico y desusado cuando quiere emplear Su propia
redacción, y no permitía que la señora Bailey interpretara Sus pensamientos,
como lo hace frecuentemente. Antes de recibirse la información y transcribirse
adecuadamente, debía practicar cierto proceso de meditación, donde
los temas particulares a tratar constituyeran los pensamientos simiente
para el esfuerzo meditativo. Esto debe ser precedido por la adquisición
de un conocimiento sintético de todo cuanto se haya escrito previamente
sobre el tema. La facultad mental, o cuerpo mental, debe ser por lo
tanto amplia y altamente organizada, con gran acopio de material y
controlada adecuadamente. Con esta base puede impartirse sin temor,
un conocimiento que trasciende la experiencia personal o el conocimiento
previo del receptor. [i260]Éste
es el método aplicado entre El Tibetano y la señora Bailey, lo cual
evidencia que no se apreciará el verdadero valor del tratado hasta
después de un profundo estudio y meditación y de muchas lecturas complementarias.
Sin embargo, el lenguaje empleado es tan claro y lúcido y el material
utilizado tan coordinado, que lleva adelante el razonamiento con lógica
precisión, y cualquier persona inteligente, aún en la primera lectura,
hallará una experiencia inspiradora, que iluminará ignotas regiones
de la conciencia, incitando a estudios posteriores más profundos,
lo cual es muy deseable.
[e194]
Dicho
tratado es un buen ejemplo del verdadero método telepático. Después
de una cuidadosa lectura de los datos impartidos en él, evidentemente
la señora Bailey no podía haber formulado esta enseñanza, porque se
refiere a procesos cósmicos que lógicamente ignora. Su contribución
al trabajo fue el gran interés inicial puesto en estos temas, durante
veinte años de práctica de meditación, muchos años de estudio y
reflexión y su dominio de un inglés claro y vigoroso.
-
Visión clarividente.
A la señora
Bailey le fueron presentados los diversos símbolos que aparecen en
los libros (y son muchos), que luego describió. Este proceso sólo
es posible con la ayuda de un poderoso colaborador. El Tibetano plasmaba
el símbolo o grabado deseado, sobre una de las sutiles diferenciaciones
del éter, manteniendo al mismo tiempo la vibración de los vehículos
del discípulo, en el grado requerido; entonces las imágenes aparecían
claras y perfectas para ser estudiadas, en forma análoga a una exquisita
obra maestra pictórica expuesta en alguna galería de arte. El cuadro
no puede retirarse, pero el observador puede estudiarlo y describirlo
y el artista copiarlo, aunque son imposibles de reproducir los efectos
del color en la materia física densa.
A la señora Bailey le fueron también presentadas siete grandes figuras
de Ángeles o Devas, correspondientes a los siete globos de la cadena
terrestre, que quizá posteriormente sean incluidos en la segunda edición.
También se le presentaron extractos de antiguos manuscritos; se le
permitió leer ciertas estanzas y se le mostraron los datos existentes
en los archivos jerárquicos, que ella tradujo superficialmente, siendo
corregidos por El Tibetano. No es necesario el conocimiento de las
lenguas arcaicas para realizar este tipo de trabajo, pues los más
antiguos manuscritos son ideográficos y simbólicos y, al haber suficiente
estímulo, el observador se da cuenta del significado y puede transcribirlo.
[i261]
-
La Recordación, al
despertar, de lo visto u oído durante
el sueño de la noche, cuando se está fuera del cuerpo físico.
Éste fue
el método empleado en las estanzas que aparecen al final del libro,
y también en los diagramas. Algunas de las definiciones que figuran
en ese libro se obtuvieron de esta manera.
Extraído de la revista "The Beacon", junio 1925.
¿QUÉ
ES UNA ESCUELA ESOTÉRICA?
Por Alice A. Bailey
[e195][i262]Existen
en la actualidad muchas escuelas supuestamente esotéricas que son
relativamente modernas y se establecieron durante los últimos sesenta
años. No me refiero a esa Escuela Esotérica que siempre ha existido
y está presente en todas partes del mundo. No posee un nombre determinado,
tampoco está representada por organización exotérica alguna ni tiene
directores. Esta única y verdadera escuela ha llenado siempre la necesidad
de esos buscadores que -a través de las épocas- han solicitado ser
admitidos en los misterios, y lo han logrado después de cumplir con
los requisitos. Me refiero, en cambio, a las innumerables escuelas
místicas, metafísicas, teosóficas, rosacruces y a las órdenes ocultas
que existen en todas partes. Tales organizaciones están compuestas
por personas que poseen una devota intención espiritual, animadas
por grandes aspiraciones, reunidas alrededor de un instructor y de
ciertas enseñanzas. El instructor imparte su interpretación personal
de la enseñanza académica ocultista y acentúa la necesidad de hollar
el sendero y lograr la pureza y formación del carácter, adoptando
por lo general la posición de única y máxima autoridad.
Esta etapa, en la historia del esoterismo, ha sido un buen trabajo
de preparación, porque presentó al público la naturaleza de la doctrina
secreta, la enseñanza esotérica y el gobierno interno del mundo. La
realidad de la existencia de los Maestros de Sabiduría -que trabajan
con la Jerarquía planetaria bajo la dirección de Cristo- ha sido ampliamente
difundida, ya sea en términos de la teosofía ortodoxa y de las conjeturas
metafísicas hindúes, o bajo la terminología cristiana. Ya se ha impartido
mucho conocimiento. El complicado proceso de la creación divina y
la consiguiente manifestación de Dios, constituye un gran estimulo
para el desenvolvimiento mental, pero con frecuencia trae muy poca
comprensión. Las escuelas esotéricas se ocupan de desarrollar la comprensión.
Han difundido últimamente ciertas reglas elementales destinadas, primeramente,
a purificar la naturaleza emocional o de deseos; han tratado extensamente
cuestiones como la diversidad de planos, los fuegos creadores y la
diferenciación de la sustancia, así como también los diversos septenarios
que condicionan la vida, la conciencia y la forma. Nada de esto
es enseñanza esotérica. Han enseñado devoción a los Maestros,
pero presentándolos en forma inadecuada. Expresan que tales Maestros
se interesan especialmente [i263]por
el instructor del grupo, y a los amigos personales del instructor
con frecuencia se les dice que el Maestro los ha aceptado en el circulo
interno de sus discípulos. Dentro de estos grupos se erige, casi sin
excepción, un círculo íntimo de adherentes, devotos del instructor,
quienes obedecen ciegamente a él y a los supuestos mandatos del Maestro,
trasmitidos por su intermedio, violando así la ley oculta de que un
Maestro [e196]no
debe dar órdenes ni esperar obediencia. Por lo general los grupos
esotéricos son hoy organizaciones herméticas, con miembros seleccionados;
fomentan un malsano sentido de misterio y presentan únicamente a medias
esas verdades, que sirven sólo al propósito de testimoniar la existencia
de lo real.
Por lo tanto, no existe hasta ahora una verdadera escuela esotérica.
Su formación es todavía una esperanza -esperanza que ha llegado a
la etapa en que puede hacerse la debida preparación para su establecimiento.
Lo antedicho no constituye en manera alguna una condenación al servicio
lealmente prestado, pero sin inspiración. Los estudiantes deben saber
que las escuelas con las cuales estén familiarizados son de carácter
preparatorio únicamente, adoleciendo de muchas fallas, basadas en
la flaqueza o fortaleza de los instructores que las fundaron; en consecuencia,
prepondera el énfasis sobre la personalidad, la demanda de lealtad
y la errónea interpretación y aplicación de la enseñanza. No obstante
ello, han sido jalones útiles para el futuro.
En verdad, no ha llegado aún el momento para establecer verdaderas
escuelas esotéricas. La humanidad no está preparada. Sin embargo,
en la actualidad, hay bastantes personas inteligentes que justifican
la formación de escuelas más avanzadas de entrenamiento, las cuales
sentarán las bases para las escuelas futuras, que irán apareciendo
de acuerdo con la Ley de Evolución. Las escuelas esotéricas no son
una excepción en el proceso evolutivo, y aparecen siempre en respuesta
a la demanda del género humano y cuando su desarrollo mental lo requiere.
En los próximos setenta años se fundarán las nuevas escuelas. Las
actuales deben empezar a renovarse, abandonar lo no esencial y aislar
las verdades realmente esotéricas, para tener una clara visión del
objetivo del entrenamiento esotérico, lo cual aún no se ha hecho.
Debe conocerse la disciplina a que se someterá el neófito en el futuro,
y también impartirse las técnicas correctas; todo ello será elevado
a un nivel superior al alcanzado en el presente. La enseñanza tiene
que independizarse de su actual tendencia teológica y pronunciamiento
autocráticos. Las numerosas escuelas ocultistas [i264]internas
y diversas secciones esotéricas, han sido desgraciadamente culpables
de los pronunciamientos dogmáticos.
Más adelante aparecerán instructores que tendrán una verdadera comprensión
de la naturaleza espiritual de la autoridad, la cual no se basará
en pretensiones ni en el misterio, sino en una vida vivida de acuerdo
con los ideales más elevados y en la presentación de una enseñanza
que evocará el respeto y la respuesta intuitiva del discípulo. El
instructor del futuro señalará simplemente el camino, lo recorrerá
con el discípulo y destacará las antiguas reglas, pero con una nueva
interpretación, y no (corno sucede con frecuencia) colocándose entre
el grupo y la luz, o entre el aspirante y el Maestro.
Estas escuelas preparatorias ya están en proceso de formación, y la
fundación de la Escuela Arcana, en 1923, fue parte de este
esfuerzo espiritual. A principios del próximo siglo surgirá, de dichas
escuelas, la primera verdadera Escuela de Iniciación.
Hasta la fecha, las llamadas escuelas esotéricas se ocuparon de
los aspirantes que están en el sendero de probación o purificación.
Las que ahora se forman, como la Escuela Arcana, se ocupan de
entrenar discípulos y prepararlos para hollar el sendero del discipulado
y, en fecha posterior, ponerlos en contacto directo con los Maestros.
Las nuevas escuelas que se establezcan en el próximo siglo admitirán
y prepararán discípulos para hollar el sendero de la iniciación.
[e197]Tenemos
así un esfuerzo unificado y gradual del cual son responsables los
Maestros. Las escuelas que ahora están en formación para entrenar
discípulos son de carácter intermedio y tienen por objeto establecer
un puente entre las escuelas esotéricas del pasado y las verdaderas
escuelas que aparecerán más adelante, lo cual podría resumirse así:
1. Escuelas Esotéricas
del Pasado
Con éstas estamos muy familiarizados, y son las escuelas internas
de los numerosos grupos teosóficos, las órdenes rosacruces y las incontables
organizaciones místicas y metafísicas. Aunque de carácter definidamente
esotérico, son útiles para despertar el interés del público. Proporcionan
valiosa información respecto a los tres mundos de la evolución humana
-físico, emocional y mental-, siendo exclusivamente para los neófitos
que se hallan en el sendero de probación. Se ocupan del acercamiento
a Dios por medio del corazón y también del profundo instinto humano,
si el hombre puede descubrirlo.[i265]
2. Escuelas Esotéricas
del Presente
Las escuelas que se establecen ahora poseen un mayor conocimiento esotérico,
que se está correlacionando y aplicando. Gran parte es todavía teórico,
pero la teoría debe siempre preceder a la práctica. Dichas escuelas
llevarán la enseñanza más allá del punto alcanzado en las
primitivas escuelas, trasladándola de los tres mundos al reino del
alma. Se ocuparán de los valores esotéricos y serán de naturaleza
mental, poniendo el énfasis sobre el conocimiento de Dios y no
sobre la idea de ir a tientas detrás de una divinidad
presentida. Las mejores escuelas del pasado lograron la integración
de la personalidad e hicieron realidad el dualismo esencial del místico.
Las nuevas escuelas persiguen una fusión más elevada, la de la
personalidad integrada y el alma. Revelan que detrás del dualismo del
místico, etapa necesaria, existe la realidad oculta de la
identificación con lo divino.
3. Escuelas Esotéricas
del Futuro
Estas escuelas serán verdaderamente esotéricas, porque para entonces
la humanidad estará preparada. Evocarán y entrenarán la conciencia
superior del discípulo, enseñándosele a trabajar conscientemente en
niveles espirituales y a actuar como alma en los tres mundos de la
evolución humana, por medio de una personalidad altamente
inteligente. Los discípulos serán preparados para la iniciación, y
los iniciados serán entrenados para iniciaciones mayores y
superiores. Harán hincapié sobre el correcto manejo de las energías
y fuerzas, sobre la sabiduría, como resultado del conocimiento
aplicado, y sobre los planes y trabajos de la Jerarquía. Desarrollarán
la intuición, y producirán una fusión aún más elevada entre el
hombre espiritual y el Ser universal.
Dividiré en acápites lo que tengo que decir respecto a las escuelas:
-
Algunas definiciones del
esoterismo.
-
Cómo se forma una Escuela
Esotérica.
-
Verdades fundamentales enseñadas
en las nuevas escuelas.
[e198]El
estudio de estos temas ayudará a conocer en qué consiste la enseñanza
esotérica, y a trabajar como esoteristas, recibiendo el entrenamiento
necesario y aprendiendo a hollar el camino correctamente. Los dirigentes
o instructores de las actuales seudo escuelas esotéricas deben enfrentar
la realidad por dura [i266]que
sea. Si son honestos y sinceros lo harán gustosamente, se adaptarán
a las necesidades de la época, valorarán correctamente el lugar que
ocupan en la escala de la evolución y decidirán hacia dónde deben
dirigir sus esfuerzos. Nada puede detener los planes jerárquicos,
tal como han sido delineados. Quienes no pueden enfrentarse a sí mismos,
ni realizar un trabajo de verdadero valor, descubrirán que sus escuelas
han caducado -esto ya sucede en todas partes. Los que se dan cuenta
de la situación y pueden percibir el futuro, avanzan hacia una acrecentada
utilidad, una reconstrucción vital y un servicio más amplio.
I. Algunas Definiciones
del Esoterismo
Las palabras "esotérico" y "oculto" significan
aquello que está escondido; indican lo que se halla detrás de las
apariencias externas y señalan las causas que producen apariencias
y efectos; se refieren al sutil mundo de energías y fuerzas, que todas
las formas externas velan y ocultan, y a lo que debe conocerse antes
de desarrollar la conciencia iniciática.
En el pasado se hicieron resaltar las fuerzas subjetivas, que no dejan
de ser fuerzas materiales ocultas en el ser humano, y frecuentemente
los poderes psíquicos, tales como la clarividencia y la clariaudiencia,
que el hombre comparte en común con los animales. En las antiguas
escuelas se ha acentuado de manera extraordinaria la pureza física
y todo lo concerniente a la purificación de las formas, mediante las
cuales el alma debe manifestarse. Esta purificación no es de carácter
esotérico ni un indicio de desarrollo esotérico o espiritual, sino
únicamente un paso preliminar muy necesario, pues hasta no emprender
tal purificación es imposible realizar un trabajo más avanzado. Las
disciplinas físicas son necesarias y útiles y deben aplicarse en todas
las escuelas para principiantes, pues mediante ellas el neófito adquiere
hábitos de pureza y construye el tipo de cuerpo que el discípulo necesita
para iniciar el verdadero trabajo esotérico.
Este entrenamiento elemental permite al neófito transferir su conciencia,
del mundo tangible del vivir cotidiano, a los mundos de las fuerzas
más sutiles de su personalidad. Llega así a darse cuenta de las energías
que debe manejar, y presiente vagamente lo que hay detrás de ellas
-el alma en su propio mundo, el reino de Dios.
Ahora las nuevas escuelas se ocupan de los valores más esotéricos.
Entrenan al discípulo para trabajar como alma, en los tres mundos,
y lo preparan para actuar como discípulo aceptado, en el grupo de
un Maestro. La mayoría de las escuelas del pasado han descuidado la
etapa de [i267]integración
de la personalidad y también el conocimiento de la vida en los tres
mundos, sobre lo cual se debe instruir al principiante. En cambio
han ofrecido la tentadora perspectiva de hacer contacto con un Maestro
y con Su grupo, antes de ser el aspirante una personalidad coordinada,
calificado como "inteligente", y de haber establecido contacto
con su alma. Se ha hecho y se hace hincapié sobre la devoción, devoción
al instructor del grupo, a sus verdades enunciadas y al Maestro, además
de la firme determinación de merecer el titulo de "discípulo",
para decir [e199]algún
día "conozco a tal o a cual Maestro". Mientras tanto, no
se ha dado al principiante una verdadera idea del discipulado ni de
sus responsabilidades. Las nuevas escuelas en formación imparten a
sus estudiantes ideas muy diferentes y emplean técnicas de entrenamiento
muy distintas.
1. Una escuela esotérica enseña la relación existente entre el alma,
el hombre espiritual, y la personalidad. Ésta es para el estudiante
la principal línea de acercamiento, constituyendo el contacto con
el alma su primer gran esfuerzo. Llega a conocerse a sí mismo y se
esfuerza por actuar conscientemente como alma y no sólo como personalidad
activa. Aprende a regular y dirigir su naturaleza inferior mediante
el conocimiento técnico de su constitución, y a hacer fluir la luz,
el amor y el poder del alma. Por el alineamiento, la concentración
y la meditación, establece contacto permanente con su ser espiritual
interno y está bien encaminado para convertirse en un útil servidor
de la humanidad.
2. Una escuela esotérica
es la ampliación, en el mundo físico externo, del grupo interno o
Ashrama de un Maestro. El discípulo individual aprende a considerarse
un canal para el alma y una avanzada de la conciencia del Maestro;
una verdadera escuela esotérica es además la avanzada de algún grupo
subjetivo espiritual o ashrama, condicionado e impresionado por el
Maestro, como el discípulo lo es por su alma. Por lo tanto, un grupo
de esta naturaleza está en relación directa con la Jerarquía.
3. Una verdadera escuela
esotérica trabaja en cuatro niveles de servicio y experiencia. Esto
permite al discípulo acercarse a la humanidad y utilizar todas sus
facultades. En las verdaderas escuelas espirituales, aprobadas y apoyadas
por los Maestros, se enseña al discípulo a servir a la humanidad y
no a ponerse en contacto con un Maestro, como ocurrió con la mayoría
de las escuelas esotéricas del pasado. El contacto con el Maestro
depende de [i268]
la
calidad del servicio que el discípulo presta a sus semejantes. Con
frecuencia esto lo pasan por alto los instructores que acentúan el
logro y el perfeccionamiento individuales. Las nuevas escuelas en
formación tratan de entrenar a los hombres para satisfacer las
necesidades del mundo y servir espiritualmente en los cuatro niveles
de la actividad consciente, enumerados a continuación:
-
En el nivel del mundo
externo se enseña al discípulo a vivir normal, práctica,
efectiva y espiritualmente en el mundo de la vida cotidiana. Nunca
debe ser extravagante ni raro.
-
En el nivel del mundo de
significados se enseña al discípulo las causas que originan los
hechos y circunstancias, individuales y universales. De esta
manera se prepara al aspirante para actuar como intérprete de los
acontecimientos y como portador de luz.
-
En el nivel del alma, su
propio mundo, el discípulo se convierte en un canal para el amor
divino, pues la naturaleza del alma es amor, inspirando y curando
al mundo.
-
En
el nivel del ashrama o grupo del Maestro, a medida que se le revela
gradualmente el Plan jerárquico, aprende a colaborar con éste,
adquiriendo el conocimiento que le permitirá dirigir algunas de
las energías que producen los acontecimientos mundiales. Así lleva
a cabo los propósitos del grupo interno al cual está afiliado.
Inspirado por el Maestro y Su grupo de discípulos e iniciados
activos, imparte a la humanidad conocimientos definidos acerca
de la Jerarquía.[e200]
4. Una escuela
esotérica entrena al discípulo para el trabajo grupal. Le enseña a
abandonar sus planes personales en bien del propósito grupal -que
está siempre dirigido a servir a la humanidad y a la Jerarquía. Sin
perder nada de su identidad individual ni particular, se sumerge
en las actividades grupales, contribuye con su dedicación al Plan,
sin que ninguna idea proveniente del no-yo influya en su forma de
pensar.
5. Una escuela esotérica
no se funda en la autoridad de algún instructor ni en las exigencias
de que se le reconozca y obedezca. No se basa en las pretensiones
de personas generalmente mediocres que afirman ser iniciados, y que
en virtud de ello hablan con autoridad dogmática. La única autoridad
reconocida es la de la verdad misma, percibida intuitivamente y sometida
al análisis mental y a la interpretación del discípulo. El discípulo
(que trabaja con alguno de los
[i269]Maestros)
inicia una escuela esotérica sin ejercer ninguna autoridad, excepto
la que le otorga una vida vivida lo más ajustadamente posible a la
verdad, además de la medida de la verdad que puede impartir a su grupo.
La obediencia que el dirigente del grupo debe inculcar a su grupo
de estudiantes es el reconocimiento de la responsabilidad y lealtad
conjuntas a las intenciones y propósitos grupales y -dados como sugerencias,
no como órdenes. Las declaraciones o exigencias del instructor del
grupo, para que se le reconozca autoridad y se le preste obediencia
y lealtad incondicional, lo señalan como principiante y simple aspirante,
aunque tenga buenas intenciones y sentimientos, e indica que no es
un discípulo a cargo del trabajo de la Jerarquía.
6. Un grupo esotérico
se preocupa del completo desarrollo del discípulo. La formación del
carácter y la aspiración altruista se consideran ya existentes, pero
no se les da gran importancia a las virtudes comunes, a una vida externa
pura, a la bondad, al buen carácter, ni a la total carencia de auto
imposición. Estas cualidades son consideradas esencialidades básicas
y existentes en cierta medida, pero su mayor desarrollo es una cuestión
personal del discípulo y no del instructor o del grupo. Se le da importancia
al desarrollo mental, a fin de que el discípulo sea inteligente, analítico
-pero no criticador- y posea un rico y bien organizado equipo mental.
La cabeza y el corazón son considerados de igual importancia y similarmente
divinos. La Jerarquía trabaja con los estados de conciencia de los
hombres de cualquier clase, raza o nación. Los discípulos aprenden
a trabajar en la misma forma, para llegar oportunamente a ser Maestros
de Sabiduría. Esto lo obtienen superando todas las dificultades y
obstáculos mediante el poder de sus propias almas. Así algún Maestro
activo ahora en el mundo, queda libre para realizar un trabajo diferente
y más elevado.
7. Una escuela esotérica
es el medio por el cual la vida del discípulo se enfoca en el alma;
los mundos físico, emocional y mental, no son para él la esfera principal
de sus actividades. Estos mundos son meramente su campo de servicio,
y la personalidad se convierte en aquello por cuyo medio su alma sirve.
Aprende a trabajar totalmente desde niveles espirituales, y su conciencia
está firmemente centrada en el alma y en el ashrama de su Maestro.
La escuela esotérica le enseña cómo lograrlo, a establecer contacto
con su alma, vivir como alma, reconocer al Maestro y a trabajar en
el [i270]grupo
de un Maestro. Aprende la técnica por la cual puede registrar impresiones
del Maestro, responder a la intención del grupo y así ser cada vez
más sensible al Plan, en el cual se han comprometido colaborar su
Maestro y el Ashrama. Aprende a desempeñar su parto en la tarea de
elevar la conciencia de la raza, [e201]empleando
consciente y directamente la mente entrenada, la naturaleza emocional
controlada y el cerebro receptivo. Entonces desempeña eficientemente
la doble y difícil función del discípulo: vive como alma en la vida
diaria y trabaja conscientemente en relación con la Jerarquía.
Hay muchas otras definiciones de lo que es una escuela esotérica,
pero he elegido las más sencillas y las que se han de captar primero
si se quiere lograr un correcto progreso. El discípulo es llevado
paso a paso, por el sendero, hasta el momento en que está preparado
para esos grandes desenvolvimientos de conciencia denominados "iniciaciones".
Entonces comienza a hollar conscientemente el sendero de iniciación,
que las escuelas esotéricas harán conocer al público en el futuro.
La Escuela Arcana se esfuerza por cumplir con los siete requisitos
de las escuelas esotéricas. No se ocupa, ni jamás se ha ocupado, de
preparar a los discípulos para las iniciaciones. Procura que sus estudiantes
establezcan los contactos preliminares y trabajen como verdaderos
servidores en el mundo. Actualmente no existe ninguna verdadera escuela
esotérica que entrene para la iniciación. Las que pretenden hacerlo
engañan al público. Se puede dar entrenamiento acerca de la vida del
discipulado, pero académicamente entendido. El entrenamiento en la
vida del iniciado debe comprobarse individualmente y por medio de
contactos en el mundo del ser espiritual.
II. Cómo se Forma
una Escuela Esotérica
Una escuela esotérica no es creada por algún discípulo que recibió
órdenes de su Maestro. El discípulo que inicia una escuela preparatoria
de ocultismo lo hace por propia voluntad. Es su definida y auto elegida
tarea. Sirvió lo mejor que pudo en el Ashrama de un Maestro; conoce
las necesidades del mundo; ansía intensamente servir, y es consciente
de que aprende continuamente y de los métodos por los cuales ha aprendido
y progresado en el sendero. Por lo tanto, es un trabajador consciente
de su deber como discípulo, está en contacto con su alma y es cada
vez más sensible a la impresión del Maestro. Generalmente no proyecta
iniciar una escuela esotérica; en su mente [i271]no
se configura una definida y planificada organización; ansía simplemente
satisfacer las necesidades que lo circundan. Debido a que está en
contacto con su alma y -en el caso de discípulos más avanzados- con
el Maestro y el Ashrama, su vida diaria llega a ser magnética, radiante
y dinámica y, en consecuencia, atrae hacia él a quienes puede ayudar,
reuniéndolos a su alrededor. Se convierte en el punto central de
vida de un organismo viviente, y no en el dirigente de una organización.
Tal es la diferencia entre el trabajo de un aspirante bien intencionado
y la de un discípulo entrenado. El mundo está lleno de organizaciones,
a cuyo frente hay alguien con móviles generalmente sanos, pero cuyos
métodos y acercamientos hacia quienes trata de servir, son similares
a los del mundo comercial; podrá crear una organización útil, pero
no fundar una escuela esotérica. El discípulo se convierte en el centro
de un grupo vital y radiante, que crece y alcanza sus objetivos, porque
la vida en el centro se desarrolla de adentro a fuera. Por la fuerza
de su vida logra el éxito, no por un sistema de propaganda. Raras
veces o nunca, tiene éxito comercial.
La gente responde a la nota emitida y a las verdades que se enseñan,
y la influencia del grupo aumenta constantemente hasta que el discípulo
es responsable de un grupo de aspirantes. Según la medida de contacto
con su alma, y su respuesta sensible a las sugerencias del [e202]Maestro
y a las impresiones del Ashrama con el cual está afiliado, así será
la fuerza y utilidad del grupo con el cual trabaja. Poco a poco irá
reuniendo a su alrededor a quienes pueden ayudarlo en la enseñanza,
según la sabiduría y el discernimiento que demuestre en la elección
de sus colaboradores, será el éxito de su servicio. No asume autoridad
alguna sobre el grupo ni sobre sus colaboradores, excepto la autoridad
que le otorga su mayor conocimiento, sabiduría y luz; esto le hace
un punto inconmovible de poder, contra el cual las interpretaciones
insignificantes y métodos se estrellan y desaparecen. Enseñan ciertos
principios ocultos, inalterables, que el grupo aceptará fácilmente
y sin controversia, y precisamente esos principios son los que le
llevaron a efectuar ese trabajo. Si en sus colaboradores observa signos
de desarrollo espiritual los coloca en posiciones de responsabilidad,
a medida que se van capacitando. Vive continuamente como aprendiz
y condiscípulo, hollando con ellos el sendero. La tónica del verdadero
dirigente esotérico es humildad, lo que indica visión y sentido de
proporción, y le enseña que cada paso adelante en la vida espiritual
revela las etapas que aún le quedan por dominar. La [i272]diferencia
entre discípulo entrenado y principiante reside en que este último
posee visión limitada y se inclina a creer que el camino es más fácil
de lo que realmente es; entonces se sobrestima. En cambio, el discípulo
tiene una amplia visión y sabe cuánto falta para convertirla en realidad.
Las escuelas esotéricas se pueden dividir en diferentes categorías,
dependiendo del grado de evolución del instructor. La comprensión
subconsciente al respecto, lleva al dirigente mediocre a tratar de
imponer su trabajo y llamar la atención sobre sus esfuerzos, mediante
ruidosas declaraciones, pretendiendo familiaridad con el Maestro y,
a veces, con toda la Jerarquía, exigiendo así reconocimiento. Esto
significa ser principiante, pues debe saberse que una verdadera escuela
esotérica es iniciada siempre por un discípulo, y ésta es su tentativa
de servicio y no el campo de expresión de un Maestro. El discípulo
-no el Maestro- es el único responsable del éxito o fracaso de la
escuela. Los Maestros no son responsables de las escuelas que
hoy existen, ni de las que están en proceso de formación. Tampoco
establecen normas ni solucionan problemas. En la medida en que el
discípulo dirigente esté en contacto consciente y humilde con el Maestro
y Su Ashrama, así afluirá a la escuela el poder del grupo interno;
esto se manifestará como luz y sabiduría espirituales, no como dirección,
mandato u órdenes concretas, ni como responsabilidad transferida del
dirigente al Maestro. El discípulo toma sus propias decisiones, entrena
a sus colaboradores, anuncia sus propias normas, interpreta la Sabiduría
Eterna de acuerdo con la luz que hay en él, y supervisa el entrenamiento
dado a los estudiantes. Cuanto más avanzado, menos hablará el discípulo
de su Maestro, y señalará más eficazmente el camino hacia la Jerarquía,
acentuando también la responsabilidad individual y los principios
básicos ocultos.
Las escuelas que existen hoy en el mundo pueden dividirse en tres
grupos:
1. Hay un sinnúmero de seudo escuelas esotéricas, iniciadas por
aspirantes los cuales desean ayudar a sus semejantes, impulsados
por amor a la enseñanza, cierta medida de amor a la humanidad y algo
de ambición personal. En resumidas cuentas, sus métodos son exotéricos;
la enseñanza que imparten se funda en lo que ya se ha dado y conoce;
enseñan pocas novedades, aunque las disfracen con distintos grados
y misterios. Emplean los libros comunes sobre ocultismo o recopilan
de otros sus propios libros de texto, extrayendo frecuentemente los
detalles [e203]espectaculares
y sin importancia y [i273]omitiendo
lo espiritual y esencial. Anuncian sus escuelas por cualquier medio,
y con frecuencia hacen resaltar el aspecto comercial. Exigen obediencia;
menosprecian y critican a otras escuelas; enseñan adhesión exclusiva
al dirigente, y lealtad a su interpretación de la verdad; realizan
un trabajo útil entre las masas, familiarizándolas con la existencia
de los Maestros y la doctrina secreta, y brindándoles la oportunidad
para el desarrollo espiritual. Ocupan un lugar definido en el plan
de la Jerarquía; pero no son escuelas esotéricas, ni sus dirigentes
discípulos, sino aspirantes en el sendero de probación, y no muy avanzados.
2. Existen también cierto número de escuelas esotéricas, iniciadas
por discípulos, que están aprendiendo mediante el esfuerzo de
ayudar a su grupo, la forma de enseñar y servir. Estas escuelas son
pocas, comparadas con las del primer grupo, y numéricamente muy pequeñas,
porque el dirigente se ajusta más a las reglas ocultas y se esfuerza
por cumplir con los requisitos espirituales. Trata de enseñar humildemente
y sin pretensiones; se da cuenta de que está alcanzando poco a poco
el conocimiento del alma y que su contacto con el Maestro no es frecuente.
Comúnmente presenta la verdad en forma académica y teológica, pero
rara vez es personalmente autoritario. Su influencia y radiación aún
no son muy potentes, pero es cuidadosamente vigilado por el Maestro,
porque constituye un valor positivo en potencia y se confía en que
aprenderá generalmente por sus errores. Atrae mucho menos público
que el primero y ruidoso grupo, pero da un entrenamiento más sensato
y prepara a los principiantes en los fundamentos de la Sabiduría Eterna.
Su trabajo se halla entre los grupos del pasado y los que hoy se van
formando.
3. Están apareciendo
ya las nuevas escuelas esotéricas iniciadas por discípulos más
avanzados. Lógicamente debe ser así, pues la tarea es más difícil,
e involucra la enunciación de una nota tan clara que hará surgir nítidamente
la diferencia entre lo nuevo y lo antiguo, y se darán ciertas verdades
e interpretaciones nuevas. Esta presentación nueva y más avanzada
se funda en antiguas verdades; pero se interpretarán diferentemente
y despertarán antagonismo en las antiguas escuelas. Estos discípulos
más avanzados emiten una radiación de mayor potencia; su influencia
y trabajo mundial, mucho más amplios, evocan antagonismo y rechazo
en los grupos del pasado, pero también respuesta [i274]
de
muchos que pertenecen a esos grupos que han superado los métodos
antiguos, han esperado un nuevo acercamiento a Dios y están
preparados para un llamado más espiritual. Ellos se convierten en
puntos focales de actividad espiritual, en los antiguos grupos y en su
medio ambiente, lo cual conduce a:
-
Que los grupos del pasado
rechacen a quienes respondan a la nueva enseñanza esotérica,
expulsándolos de su grupo.
-
Que las nuevas escuelas
tomen forma, gracias a este rechazo, en respuesta a la enseñanza
impartida por un discípulo más poderoso y desinteresado.
-
Que el público sea
consciente del nuevo movimiento, surgiendo así un profundo interés
por las cosas esotéricas relacionadas con la Jerarquía.
Estos discípulos,
a quienes se les confía la difícil tarea de inaugurar las nuevas escuelas,
son conocidos técnicamente como discípulos mundiales. Su influencia
penetra en todas direcciones, quebrantando y perturbando las escuelas
del pasado y liberando a quienes están preparados [e204]para
las nuevas enseñanzas; crean nuevas escuelas intermediarias entre
las antiguas y las futuras Escuelas de Iniciación; impresionan la
conciencia de los hombres, ampliando el punto de vista del público
en general y presentando a la humanidad nuevos conceptos y renovadas
oportunidades. Esto ya está ocurriendo. Los investigadores, por lo
tanto, deban aprender a diferenciar entre el trabajo de un aspirante
bien intencionado, que funda una escuela de esoterismo para principiantes,
el trabajo de un discípulo que está aprendiendo a ser instructor y
el de los discípulos mundiales que están derribando los antiguos métodos
e instituyendo nuevos y más adecuados, para la enseñanza de la verdad
oculta. La Escuela Arcana es parte de este último esfuerzo
mundial.
Existen también ciertas escuelas espúreas, bien conocidas y espectaculares,
que atraen a los curiosos e ignorantes. Afortunadamente ejercen un
breve ciclo de influencia. Causan temporalmente mucho daño, pues deforman
la enseñanza y dan una idea falsa respecto a los Maestros y al sendero,
pero su poder de perdurar es prácticamente nulo. Los otros tipos de
escuela realizan un buen trabajo y satisfacen la necesidad de quienes
responden a su tónica. Sin embargo, las escuelas antiguas están desapareciendo,
las del segundo grupo se mantendrán activas aún durante largo tiempo,
dando instrucción elemental, entrenando a discípulos en los métodos
de trabajo y en la forma de servir. El último y nuevo, tipo de escuela
[i275]acrecentará
su poder y preparará a los discípulos de la nueva era para las futuras
Escuelas de Iniciación.
III. Las Verdades que se Enseñan en las verdaderas
Escuelas Esotéricas
Debe observarse que muchas de las verdades impartidas hasta ahora
bajo el término "esotéricas", no lo han sido, o son totalmente
"exotéricas". Las verdades esotéricas del pasado son fundamentalmente
verdades exotéricas en el presente. Durante los últimos cien años,
las doctrinas esotéricas y la enseñanza secreta de la Sabiduría Eterna
-dadas al público frecuentemente bajo juramento de guardar secreto-
han llegado a ser de propiedad pública. La naturaleza del hombre,
según se enseñaba en las escuelas de misterios del pasado, es reconocida,
entre otros, con el nombre de Psicología moderna. Los misterios del
cuerpo etérico, del astral y del mental, son tratados por nuestras
universidades en cursos de Psicología que se ocupan de la vitalidad,
la naturaleza emocional y la mentalidad del ser humano. La creencia
en los Maestros fue un secreto celosamente guardado, pero hoy se habla
de Ellos en las tribunas públicas de nuestras grandes ciudades. La
práctica de la meditación y sus técnicas eran temas cuidadosamente
reservados, y al público se le decía que su enseñanza era peligrosa;
hoy esta idea ha sido desvirtuada y gran número de personas meditan
para lograr el alineamiento, establecer contacto con el alma y adquirir
su conocimiento. La verdad también ha estado velada y oculta por un
cúmulo de enseñanza secundaria que ha desviado el interés del investigador
y concentrado su atención en los fenómenos, por la importancia que
le atribuyen. La postura, el empleo de antiguas fórmulas, palabras
y mántram, los ejercicios de respiración, las insinuaciones misteriosas
para elevar el fuego kundalini, el despertar de los centros y otros
aspectos atrayentes del ocultismo secundario, han llevado a las personas
a perder de vista el hecho de que gran parte de lo dicho, por pertenecer
al reino de los fenómenos, se relaciona con el cuerpo físico, con
su correcto ajuste, su [e205]vitalización
y energetización y, por lo tanto, con los efectos y no con las causas
esenciales de dichos efectos. Todos estos resultados fenoménicos serán
demostrados sin peligro, normal y sensatamente, así como automáticamente,
cuando el hombre interno, emocional y mental, esté en armonía con
el mundo espiritual y empiece a funcionar como ser espiritual. Este
acercamiento secundario a la verdad ha hecho mucho daño a la causa
del verdadero ocultismo y ha perturbado considerablemente las mejores
mentes en el campo espiritual.
En las escuelas que están en formación se acentuará el conocimiento
del alma, [i276]el
conocimiento espiritual, la comprensión de las fuerzas superiores
y el conocimiento directo de la Jerarquía espiritual que rige la vida
de nuestro planeta, y la comprensión (desarrollada progresivamente)
de la naturaleza divina y del Plan que, obedeciendo a la voluntad
de Dios, condiciona cada vez más los asuntos del mundo. En dichas
escuelas se estudiarán las leyes que rigen al individuo, a la humanidad
y a los reinos de la naturaleza, y la Ciencia de las Relaciones (a
medida que se va desarrollando en nuestro mundo evolucionante) será
de interés práctico para el discípulo. Cuando éste establezca rectas
relaciones consigo mismo, con el mundo del ser espiritual, con el
mundo del vivir humano y con todas las formas de vida divina, automáticamente
tendrá lugar el despertar de su propia naturaleza, sus centros
se convertirán en fuentes vitales de poder espiritual y toda su constitución
entrará en actividad rítmica y tendrá la consiguiente utilidad. Sin
embargo, todo esto ocurrirá en virtud del correcto ajuste con Dios
y con el hombre, su creciente comprensión del propósito divino y su
conocimiento de las diversas técnicas y leyes científicas que condicionan
todos los fenómenos, incluso al hombre.
Quisiera exponer con claridad que la Escuela Arcana, por ser
una de las escuelas intermedias más nuevas, se ocupa de los fundamentos
comunes de la doctrina secreta, pero sólo como base de la nueva enseñanza
que se va desarrollando. Los ejercicios respiratorios se dan únicamente
después de varios años de estudio, sin hacer resaltar su importancia,
porque la respiración correcta -esotéricamente comprendida- no depende
del control de los pulmones ni del aparato respiratorio, sino de la
orientación correcta y del ajuste rítmico de la vida al orden espiritual
y a las circunstancias.
Se estudia la Psicología del hombre interno cuando condiciona los
centros del cuerpo vital; sin embargo, se pone de relieve el aspecto
psicológico y no los centros; éstos funcionarán correctamente cuando
el pensamiento sea sano y el hombre viva con éxito la vida dual del
discípulo: rectas relaciones con el mundo de las almas y la Jerarquía,
y rectas relaciones con sus semejantes en la vida diaria.
Después de una enseñanza preliminar acerca de las bases generales,
y de un período de comprobación del grado de comprensión del estudiante,
además de algunas instrucciones básicas sobre la naturaleza de la
meditación, las nuevas escuelas enseñarán las siguientes materias:
1. La Ciencia de Impresión. El estudiante aprende a ser sensible
a las "impresiones" que llegan de su propia alma y, más
tarde, del [i277]Maestro
y del Ashrama. Se le enseña a interpretar correctamente tales impresiones
a través de su mente entrenada e iluminada; aprenderá también a diferenciar
entre lo que llega de su propio subconsciente, lo que registra telepáticamente
como procedente del mundo del pensamiento y de las mentes de otros
hombres, y lo que procede del mundo del ser espiritual.[e206]
2.
La Ciencia de Unificación. El estudiante aprende la integración
y coordinación, el contacto y la fusión entre el ama y la
personalidad y, más tarde, la relación directa entre el aspecto
espiritual más elevado y su yo personal. Esto lleva progresivamente
al constante desarrollo de la conciencia, preparando al estudiante
para aprovechar la enseñanza que recibirá en las Escuelas de
Iniciación. Además, estudia la naturaleza de la iniciación como
expresión de grandes expansiones de conciencia y resultado de la
integración autodirigida.
3. La Naturaleza de
la Jerarquía. El estudiante aprende que quien emprende el
entrenamiento necesario y se disciplina, puede conocer a la Jerarquía
y hacer contacto directo con ella. La disciplina debe ser auto
impuesta y adaptada a la naturaleza y grado de desarrollo del discípulo
individual. Se estudian los distintos grados de la Jerarquía, el carácter
de las iniciaciones y el trabajo de Cristo, como Guía de la
Jerarquía. De esta manera el discípulo tiene un cuadro preciso del
grupo interno que constituye su meta.
4. La Ciencia
de la Meditación. Esta ciencia y sus técnicas son dominadas
gradualmente en sus distintas etapas: alineamiento, concentración,
meditación, contemplación, iluminación e inspiración; al
estudiante se le enseña el correcto empleo de la mente, el control
del pensamiento y la correcta interpretación de los fenómenos
espirituales. Aprende el significado de la iluminación en su siete
etapas, y empieza a vivir, con acrecentada eficacia, la vida inspirada
de un Hijo de Dios.
5. Las Leyes del
Mundo Espiritual. El discípulo estudia estas leyes y las
aplica en sí mismo, en los acontecimientos, en el mundo y en la
humanidad, las cuales incluyen, entre muchas otras:
-
La Ley de Causa y Efecto.
-
La Ley de Renacimiento.
-
La Ley de Evolución.
-
La Ley de la Salud.
[i278]Conciernen
a la manifestación del mundo de los valores e impulsos espirituales,
a través del mundo de los fenómenos materiales.
6. El Plan. El
estudiante recibe indicaciones sobre el Plan que custodia la Jerarquía
y que subyace en todos los acontecimientos planetarios, desarrollando
el propósito divino; estudia su actuación en el pasado, que ha llevado
a la humanidad a su actual grado de desarrollo; interpreta los acontecimientos
actuales en términos del Plan de Dios, investigándolos como preludio
para el futuro; considera también profundamente el raso inmediato,
invocando así su activa participación. Luego, cuando sea parte activa
y consciente de la Jerarquía, estará familiarizado con los amplios
delineamientos del propósito divino y podrá colaborar inteligentemente
en la tarea inmediata.
7. Energías y Fuerzas. Éstas constituyen la sustancia misma
de la creación y deben ser comprendidas y oportunamente controladas.
El alumno aprende que todo cuanto se manifiesta sobre el planeta y
en él, es sólo un conjunto de fuerzas que producen las formas, y que
todo es movimiento y vivencia. Empieza aprendiendo la naturaleza de
las fuerzas que hacen de él lo que es, como hombre; luego aprende
a atraer una fuerza o energía de orden superior, la del alma, para
controlar esas fuerzas. Después estudia la naturaleza del espíritu,
del alma y de la materia, a las cuales generalmente denomine: vida,
conciencia y forma; o vida, cualidad y apariencia. Así obtiene una
vislumbre de la naturaleza de la Trinidad divina y de la naturaleza
eléctrica de todos los fenómenos, incluyendo al ser humano.[e207]
8. Psicología Esotérica. Se la considera también de gran importancia.
Señala el cambio de enfoque de la presentación material de las antiguas
escuelas de esoterismo, con su énfasis puesto sobre los distintos
planos, los procesos de desarrollo material y la constitución de las
formas. En las nuevas escuelas se hará resaltar la naturaleza del
alma que anima a las formas, y ese agente creador que actúa con el
mundo material y en él. Se estudiarán los siete tipos principales
de personas; se investigarán sus características, además de su relación
con los siete grupos de que está compuesta la Jerarquía y con los
siete grandes rayos o energías, emanaciones que la Biblia llama "los
siete espíritus ante el trono de Dios". Así se evidencia la síntesis
en toda la manifestación, y puede verse con claridad el lugar que
ocupa la parte dentro del todo.
[i279]Existen
muchos estudios subsidiarios que el estudiante debe conocer antes
de ingresar en las futuras escuelas de iniciación; pero lo antedicho
dará una idea del programa general a que se ajustarán las nuevas escuelas.
La Escuela Arcana procura dar una preparación general sobre
tales fundamentos básicos, a fin de que el estudiante pueda aprovechar
la riqueza de literatura y enseñanza que aparecerá en lo que reste
del presente siglo.
El estudiante debe adquirir, ante todo, una idea general de la enseñanza
esotérica, para saber cuál de las numerosas líneas seguirá; debe aprender
a aplicar la enseñanza, en forma práctica, trasmutando la teoría en
práctica y demostrando para sí la necesidad y posibilidad de llegar
a vivir en el mundo de los significados. Entonces reconocerá la relación,
en todos los acontecimientos individuales, humanos y planetarios,
y por qué y cómo tienen lugar dichos acontecimientos. A medida que
adquiere conocimiento de la Psicología esotérica, y domina algunas
de las técnicas de los procesos de meditación, podrá ubicarse en el
peldaño que le corresponde en la escala de la evolución; entonces
sabrá cuál es su paso inmediato, la siguiente meta de desarrollo,
lo que tiene que dar como servicio a la humanidad y a quién podrá
ayudar.
Empieza así a participar conscientemente en la gran escuela
de la experiencia espiritual, donde hallará oportunamente respuesta
a sus preguntas y solución a sus problemas. Descubrirá que los principales
requisitos para desarrollar con éxito el trabajo esotérico son: paciencia,
continuo esfuerzo, visión y sano juicio discriminativo. Poseyendo
todo esto, más un sentido del buen humor, una mente abierta y sin
fanatismos, el estudiante rápidamente progresará en el "Camino
Iluminado", como se lo denomine a veces al sendero. Finalmente
se encontrará ante el portal de la iniciación, sobre el que están
inscriptas las palabras de Cristo: "Pide y se te dará; busca
y encontrarás; llama y se te abrirá."
Enero 1944
PRINCIPIOS DE LA ESCUELA ARCANA
Por Alice A. Bailey
[e208][i280]
A
quien ingresa en la Escuela Arcana y participa activamente en este
grupo, deseamos exponerle ciertas ideas fundamentales o principios que
rigen la enseñanza, pues de ello depende el éxito de su trabajo y el
nuestro. Usted emprende una tarea para la cual su vida actual y las
anteriores, lo ha preparado -si es que acepta la Ley de Renacimiento
y las nuevas oportunidades. Lo que va a iniciar es de gran
importancia. Implica probablemente reorientar su vida y sus métodos
de vida; significa aprender las reglas que le permitirán realizar en
el quinto reino los esfuerzos que realiza en el cuarto reino o humano.
El quinto reino denominado a veces reino de Dios, otras la Jerarquía
espiritual de nuestro planeta, es un reino de la naturaleza, tanto
como lo son el humano y el animal. Recibirá también preparación
para lograr esas grandes expansiones que trasformarán su conciencia y
harán que sea constantemente consciente del todo universal, en vez de
identificarse con una diminuta fracción de ese Todo, lo cual le
permitirá reemplazar la separatividad, característica del ser humano
común, por la síntesis.
Al encarar esta nueva vida de entrenamiento y progreso, hacia una
nueva vivencia espiritual, hay ciertas proposiciones y condiciones
esotéricas esenciales que, una vez comprendidas, simplificarán su
acercamiento a ese reino y a la verdad, y lo ayudarán a reconocer la
sólida base en la que usted se apoya. Quizá esto hará que usted
formule preguntas como las siguientes:
¿Cuál es la finalidad de la Escuela Arcana?
¿Cuál es la naturaleza de su enseñanza?
-
¿Cuáles son los principios
que rigen el entrenamiento y la ayuda que presta?
-
¿compromisos contraigo al
ingresar en la Escuela Arcana?
¿Cuales son las características
de toda verdadera escuela esotérica?
-
¿ajusta la Escuela Arcana a
ellas?
-
¿conceptos e ideas
fundamentales rigen en la Escuela Arcana?
-
[i281]Los
trabajadores y estudiantes de la Escuela Arcana deben ajustarse a
siete principios u objetivos regentes. Un análisis de éstos facilitará
en gran parte el trabajo futuro, pues responderá a todos los interrogantes
y despejará el camino para un progreso comprensivo. Tales principios
son inmutables y nunca se alteran; si llegaran a alterarse entonces
la Escuela Arcana ya no cumpliría con su propósito original.
Métodos y técnicas podrán cambiar, dogmas y doctrinas aparecer y desaparecer,
a medida que la Sabiduría Eterna se manifiesta [e209]
generación
tras generación y continúa la secuencia de revelaciones, de acuerdo
a la demanda de las necesidades de la humanidad, pero el objetivo
subyacente en todas las escuelas esotéricas (incluyendo a la Escuela
Arcana) es siempre el mismo: revelar la divinidad en el hombre y en
el universo, lo cual conduce inevitablemente al reconocimiento de
Dios Trascendente y de Dios Inmanente. La terminología y la
presentación de la verdad una, lógicamente, cambian de acuerdo a la
época, satisfaciendo así la necesidad de los distintos pueblos del
mundo, pero lo que trata de expresarse sigue siendo eternamente
inalterable. Es de esperar que una década tras otra, cambien la técnica
y los métodos de entrenamiento ofrecidos por la Escuela Arcana, en
respuesta a las exigentes demandas de los aspirantes y al
desenvolvimiento de la mente de la humanidad y, en consecuencia, al
desarrollo de la cultura y civilización humanas. Sin embargo estos
cambios no podrán conducir a la deformación de la enseñanza esotérica,
ni se harán en desmedro de la verdad; tampoco deben asumir indebida
importancia ni exageradas proporciones, anulando la realidad o velando
la visión.
Los siete principios o proposiciones esenciales son:
-
La Escuela Arcana tiene por
objetivo el entrenamiento de discípulos, no de discípulos en probación
o aspirante devocionales.
-
La Escuela Arcana entrena
a hombres y mujeres adultos, para dar el próximo paso en
el sendero de evolución.
-
La Escuela Arcana reconoce
la existencia de la Jerarquía espiritual del planeta e
imparte instrucciones sobre la forma de acercarse y pertenecer
a Ella.
-
La Escuela Arcana enseña que:
"Las almas de los hombres son una".
-
La Escuela Arcana no pretende
tener poder, categoría ni posición espirituales. Destaca la necesidad
de vivir una vida espiritual.
-
La
Escuela Arcana es no-sectaria, apolítica y de alcance internacional.[i282]
-
La Escuela Arcana no tiene
dogmas teológicos, sino que enseña las doctrinas fundamentales
de la Sabiduría Eterna, tal como ha sido reconocida en todas partes,
desde épocas remotas.
Analicemos
cada uno de estos principios fundamentales a fin de extraer su significado
y ver cómo se expresan los métodos y formas de trabajar de la Escuela
Arcana.
1. La Escuela Arcana tiene por objetivo el entrenamiento
de discípulos
Al finalizar la guerra mundial (1914-1945) la Escuela Arcana contaba
casi con veinticinco años de existencia, y durante ese tiempo había
servido a más de 20.000 estudiantes. Su programa de estudio es progresivo;
paso a paso se profundizan los estudios y se intensifica la práctica
de la meditación a medida que el estudiante pasa de un grado a otro.
No imparte enseñanza para desarrollar poderes psíquicos ni enseña
al estudiante la clarividencia y la clariaudiencia; tampoco lo entrena
en la magia, en los rituales mágicos, ni en nada que se relacione
con la magia sexual. Pone todo el énfasis sobre la vida espiritual,
la captación mental de la enseñanza esotérica y las normas y procesos
que contribuyen [e210]a
establecer rectas relaciones con nuestros semejantes, con la propia
alma, con la Jerarquía espiritual (de la cual el Cristo es el Guía
Supremo) y con un Maestro y Su Ashrama o grupo.
Debido a que la Escuela Arcana está destinada únicamente al entrenamiento
de personas que se convertirán en discípulos activos y conscientes,
su programa de estudio es definidamente selectivo. El estudio que
se exige al estudiante no es fácil ni intenta serlo. Las normas que
sustenta son elevadas, y el trabajo está programado en tal forma,
que aquellos cuyo haber mental y aspiración espiritual son inadecuados
a los requisitos exigidos, automáticamente se eliminan; por sí
solos se dan cuenta que no pueden cumplir con el programa de estudio.
El estudiante nunca es obligado a continuar sus estudios si no demuestra
aptitud, pues ello causa desaliento y un sentido de fracaso que redunda
en perjuicio de todos.
El discipulado requiere un corazón amoroso y una mente aguda y alerta.
Las iglesias y los grupos esotéricos hacen resaltar siempre "el
corazón amoroso y la devoción". Esto es una verdad y necesidad
básicas, pero la mente entrenada, aguda y alerta, tiene igual importancia.
Los Maestros llegan al mundo de los hombres por medio de Sus discípulos,
pues es la forma en que han decidido trabajar. Por lo tanto, buscan
personas inteligentes [i283]
y
autocontroladas, con visión y disciplina espiritual autoimpuesta,
mediante las cuales el trabajo puede llevarse acabo. Por esta razón
hemos hecho intencionadamente difícil el estudio y mantenido elevadas
normas y requisitos, y sólo retenemos a esas personas que pueden
utilizar sus mentes o que, por lo menos, demuestran disposición para
emplear y desarrollar los procesos mentales. Las personas emocionales,
aspiracionales y devocionales, pueden satisfacer sus necesidades en
otros grupos y escuelas esotéricos.
En todo el programa de estudio de la Escuela Arcana el tema
predominante es el servicio. El servicio al semejante es la característica
del discípulo y la llave que le abre la puerta a la iniciación. Por
lo tanto, a quienes ingresan en la Escuela Arcana e inician el nuevo
ciclo de entrenamiento, les decimos: estudien, piensen, pruébense a sí
mismos y compruébennos que han captado las enseñanzas, respondiendo
a las lecciones; aprendan a meditar, para hacer contacto con su
verdadero yo espiritual, el alma, y a prestar servicio como expresión
de lo que aprenden. Estas tres cosas deben ser su principal preocupación
espiritual, a medida que cursan los primeros grados. En el transcurso
de los años hallarán que se acrecienta constantemente su
conocimiento, relativo al camino hacia la Jerarquía, y que su vida
adquiere un significado más pleno y rico, pues se logra penetrar en
el mundo de los significados. Verán que los siguientes grados le
abrirán sus puertas, porque habrán asimilado el trabajo preliminar
necesario, obtenido cierta medida de conocimiento técnico y académico,
establecido algunos contactos espirituales y alcanzado ciertos grandes
reconocimientos.
2. La Escuela Arcana entrena a hombres y mujeres adultos,
para dar el próximo paso en el sendero de evolución
Al ingresar en la Escuela Arcana usted toma parte en un nuevo
experimento educativo para adultos, basado en tres requisitos; por lo
tanto cada estudiante:
-
Se
compromete a prestar obediencia esotérica.[e211]
-
Considera que tiene libertad
para continuar o no, el programa de estudio de la escuela.
-
Se convierte, si lo desea,
en parte de la Escuela Arcana.
[i284]En
realidad ¿qué es un adulto? Desde nuestro punto de vista, es un hombre
o mujer que ha alcanzado ciertas integraciones fundamentales o está
tratando conscientemente de lograrlas. Ser adulto, en verdad, nada
tiene que ver con la edad de la persona. Sostenemos -al igual que
la Psicología moderna- que el ser humano es una síntesis de la naturaleza
física -actividad vital y suma total de los estados emocional, sentimental
y mental. Frecuentemente estos diversos aspectos no se relacionan
entre sí y, en la mayoría de los casos, están dominados por la naturaleza
emocional, y la mente no tiene oportunidad de actuar. Sin embargo,
cuando se ha logrado cierto equilibrio, cuando la mente, la naturaleza
emocional y la persona física vital constituyen una unidad funcionante,
puede decirse que el hombre es adulto. Puede clasificarse como "personalidad",
porque ha logrado internamente -como resultado del proceso evolutivo-
una serie de integraciones.
Muchos estudiantes de la Escuela Arcana están abocados a la tarea
de integrar la personalidad o de desarrollar la mente, para ejercer
un control eficaz sobre la naturaleza emocional y dirigir las actividades
del individuo en el plano físico. Otros han obtenido cierta integración
de la personalidad y procuran alcanzar una síntesis más elevada, la
del alma y la personalidad, o del yo superior y el yo inferior. Una
vez lograda esta última integración, el hombre puede ser considerado
como una "personalidad fusionada con el alma". En este punto,
o cuando está en proceso de realizarlo, puede convertirse en un discípulo
aceptado, técnicamente entendido.
La obediencia esotérica a la cual nos referimos, es la obediencia
del hombre -la personalidad- a su propia alma. No es la obediencia
a un instructor o a un conjunto doctrinario. En ningún grado de la
Escuela Arcana se exige al estudiante promesas o juramentos. Debido
a que los estudiantes ingresan en la Escuela por su propia voluntad,
presumimos que procurarán cumplir, también voluntariamente, con los
requisitos. Sin embargo, esto nada tiene que ver con la obediencia
esotérica; es simplemente cuestión de sentido común. La obediencia
esotérica es la reacción espontánea de la mente a los deseos o a la
voluntad del alma. Significa que el aspirante al discipulado se está
entrenando para ser sensible a las impresiones provenientes del alma,
que luego se apresura a obedecer. La finalidad de la meditación es
ante todo, lograr esta sensibilidad y permitir al estudiante trabajar
guiado por la luz de su alma. Por este medio, y siguiendo el sendero
de la obediencia esotérica [i285]la
personalidad se hará progresivamente más sensible a las impresiones
del alma.
El personal y los secretarios de la Escuela nunca intervienen en la
vida espiritual y esfuerzos del estudiante. La ayuda prestada en la
práctica de la meditación y las sugerencias ofrecidas, respecto a
la vida espiritual, son desinteresadas. Los requisitos nunca son impuestos;
nos complace saber que el estudiante se beneficia por el estudio y
la ayuda prestada; pero si no aprovecha las oportunidades ofrecidas
es asunto suyo.
El objetivo fundamental de la Escuela Arcana es dejar completamente
libre al estudiante. Esto es necesario si quiere aprender a
manejarse a sí mismo inteligentemente y progresar espiritualmente;
puede o no continuar con el estudio, pues es dueño de abandonar la
Escuela [e212]si
lo desea. Cuando el estudiante no estudia ni envía sus trabajos e
informes de meditación regularmente, llegamos lógicamente a la conclusión
de que no le interesan y que debemos eliminarlo de la lista de estudiantes
activos. También nos reservamos este derecho cuando
observamos que no aprovecha las enseñanzas.
La Escuela Arcana también tiene como norma no inmiscuirse en la vida
privada del estudiante. No se impone disciplina física ni régimen
vegetariano; tampoco se prohíbe fumar ni beber alcohol, como lo hacen
a menudo otras escuelas esotéricas; eso lo considera de su propia
incumbencia, pues cree que dada la correcta enseñanza, hará por sí
solo los reajustes necesarios. Sabe que el alma impone su propia disciplina
a su instrumento, la personalidad. La tarea de la Escuela Arcana consiste
en enseñarle a conocer su propia alma y a obedecer sus requisitos.
Por lo tanto, no impone al estudiante normas de vida ni se inmiscuye
en sus asuntos privados. A medida que transcurre el tiempo, el alma
impondrá al estudiante sus propias normas, si es sincero y está realmente
interesado. Tampoco formula preguntas ni escucha habladurías.
La Escuela sabe que todos debemos aprender a ser Maestros, aprendiendo,
para que el Maestro en el corazón pueda asumir control. El objetivo
de la Escuela consiste en ayudar al estudiante a controlarse, enseñándole
las antiguas reglas que rigen el sendero del discipulado, adaptadas
a las condiciones modernas y a la comprensión mental más avanzada
del aspirante moderno.
[i286]También
el estudiante es libre de servir cómo y dónde quiere. No se le obliga
a emprender una u otra actividad, como hacen otros grupos esotéricos.
Como organización no exige ser servida; no tiene logias ni centros,
no obliga a asistir a reuniones y conferencias; el estudiante tiene
plena libertad de trabajar en cualquier grupo, iglesia, organización
y actividad social o benéfica. La Escuela sostiene que si imparte
algo de valor espiritual, debe ser aprovechado y utilizado por el
estudiante en el medio ambiente (cualquiera sea) que evoca su interés
o demanda su lealtad. La plena libertad para trabajar y servir fuera
de la Escuela Arcana, constituye la razón por la cual han ingresado
tantos estudiantes, afiliados a otras Escuelas y asociaciones. En
la Escuela Arcana hay muchos teósofos y rosacruces, lo mismo que muchos
de la Christian Science [Ciencia Cristiana], eclesiásticos de todas
las denominaciones, protestantes y católicos, y hombres y mujeres
de diversas ideas religiosas y políticas, los cuales se sienten libres,
y verdaderamente lo son.
Además los estudiantes de la Escuela Arcana pueden formar su propio
grupo y dar expresión a sus propias ideas y modalidades de servicio,
sin que la Escuela interfiera. Frecuentemente ellos lo hacen. Sin
embargo, no asume responsabilidad por dichos grupos ni los considera
como parte de la Escuela Arcana o afiliados a ella; tampoco los patrocina
ni responde por lo que tales grupos imparten. En cambio aprobará todo
esfuerzo que proporcione al estudiante un campo de servicio y su intento
de difundir la Enseñanza de la Sabiduría Eterna. Considera que es
indicio saludable cuando un estudiante trata de trabajar de esta manera,
pues la necesidad de esta enseñanza en el mundo es muy grande y puede
llegar a miles de personas.
Finalmente, este experimento en la educación del adulto, es excepcional,
en el sentido de que los estudiantes más avanzados se convierten en
colaboradores instructores de la Escuela y, como secretarios, supervisan
el trabajo de los estudiantes menos avanzados. Todo estudiante puede
ser secretario si ha captado la enseñanza, es inteligente y ama a
sus semejantes. En 1947, había alrededor de ciento cuarenta secretarios
de todas [e213]las
nacionalidades, y su número aumenta a medida que la Escuela va creciendo,
y lo hace con rapidez. Estos secretarios pertenecen a todas las nacionalidades.
El estudio en los grados más avanzados es atendido por el grupo de
la Sede.[i287]
3. La Escuela Arcana reconoce la existencia
de la Jerarquía espiritual
La Escuela está libre de dogmas y doctrinas. No pide que el estudiante
acepte ésta o aquélla verdad, y si éste rechaza lo que la Escuela
cree y acepta, es asunto suyo. Ello no implica que exista diferencia
alguna entre los trabajadores de las Sedes; es indiferente que un
estudiante rechace la doctrina del renacimiento o se niegue a creer
en la Jerarquía y en los Maestros de Sabiduría. Todo lo que se le
pide es que investigue y analice las razones en favor o en contra
de tales creencias, y luego se ajuste a lo que considera correcto.
Sin embargo ciertas creencias de origen muy antiguo son generalmente
aceptadas, ya sea como verdades conocidas, premisas fundamentales
o hipótesis interesantes. Se le sugiere al estudiante mantener esta
actitud o acercamiento a la verdad, pues la Escuela cree que deben
considerarse las verdades presentadas como campo propicio de investigación
honesta. Esto puede aplicarse también a la creencia en la existencia
efectiva de la Jerarquía espiritual; esta verdad está encarada desde
el ángulo del desarrollo evolutivo; se considera que el orden jerárquico
de los Seres que forman la Jerarquía, constituye el quinto reino de
la naturaleza, inevitable resultado de la experiencia de la vida en
el cuarto reino, el humano. La enseñanza cristiana respecto al reino
de Dios, se refiere a la Jerarquía espiritual. Si esta premisa es
verdadera, la existencia de este reino puede considerarse científicamente
como parte integrante del gran proceso evolutivo, en su sistema de
seres vivientes que avanzan en ordenada progresión desde el átomo
más diminuto hasta Dios mismo.
En los primeros grados de la Escuela se enseña muy poco sobre esto,
excepto la consideración e interrelación de la existencia del Plan
divino y el hecho del desarrollo de la conciencia en el hombre y en
todas las formas. Posteriormente el estudiante dirige su atención
hacia esos Seres que inspiran e imparten la verdad a la humanidad,
y a ello se refiere el trabajo de meditación; no obstante, si no le
atrae, se le proporciona como alternativa otra meditación, en la que
es omitida toda referencia a la Jerarquía espiritual. En los grados
superiores (en los cuales se ingresa por invitación) se supone que
el estudiante cree en la existencia de los Maestros de Sabiduría,
iniciándoselo en el entrenamiento elemental para el discipulado. Llegado
a este punto, se analiza el trabajo realizado en los grados anteriores
y, quienes pueden continuar, se clasifican en dos categorías:[i288]
-
Los que no dudan de la
existencia de la Jerarquía espiritual, de la cual Cristo es el Guía.
-
Los que aún dudan, pero
aceptan la enseñanza como hipótesis activa.
Entonces se les instruye sobre las reglas que rigen el sendero del
discipulado; si son aceptadas y seguidas persistentemente, conducen
a millares de personas de la "oscuridad a la luz" y del
cuarto al quinto reino de la naturaleza. Se le enseñan las leyes y
reglas del Ashrama de un Maestro. El Ashrama es ese centro de luz
y poder espirituales donde el Maestro reúne a Sus discípulos para
instruirlos sobre el Plan, del cual se convierten en agentes.
[e214]Discipulado
es un término técnico que indica aptitud para la enseñanza, disposición
para el desarrollo del Plan para la humanidad y un profundo amor hacia
el semejante. El estudiante que aprende la aplicación de estas antiguas
reglas a su vida cotidiana, adquirirá con el tiempo un conocimiento
personal de la Jerarquía y del Plan, que Ella custodia. Dicho Plan,
Dios Trascendente, se desarrolla mediante los procesos evolutivos,
los cuales con el tiempo revelan la existencia de Dios Inmanente.
El estudiante no está obligado a aplicar estas reglas o a seguir el
sendero del discipulado, sin embargo, sabemos por experiencia que
al enfrentarse con la oportunidad ofrecida, acepta el entrenamiento
o se retira de la Escuela, por lo menos temporalmente.
En los grados superiores de la Escuela Arcana se hace hincapié sobre
la naturaleza del Plan, el nuevo ciclo evolutivo en el cual la humanidad
está entrando ahora, y el inminente retorno de Cristo, según las enseñanzas
de todas las religiones del mundo. Los cristianos esperan el advenimiento
de Cristo, los judíos la venida del Mesías, los budistas la llegada
del Boddhisattva, los hindúes el Avatar y los mahometanos la aparición
de Iman Mahdi. La universalidad de esta enseñanza, más la expectativa
general, representan el principal argumento de la naturaleza real
de la verdad involucrada. La amplia aceptación de cualquier verdad,
en cualquier civilización y cultura y en el transcurso de las épocas,
indica un hecho espiritual divinamente presentado. En la actualidad,
la atracción de estas verdades debe ser mental y científica, y no
simplemente emocional y mística, como ha sucedido generalmente hasta
ahora.[i289]
4. La Escuela Arcana enseña que "las almas
de los hombres son UNA"
Esta verdad surge normalmente de cualquier consideración del Plan
evolutivo y demuestra ser una realización progresiva para quienes
intentan llevar a la práctica las reglas de la vida espiritual, y
así ajustarse a las leyes qué rigen el reino de Dios. Durante los
últimos trescientos años se ha impartido mucha enseñanza acerca de
la hermandad y de la relación fraternal entre los hombres. En la Escuela
Arcana se estudian los fundamentos de esta creencia y la inclusividad
de la Vida divina que anima a todos los reinos subhumanos, a la familia
humana y a las vidas superhumanas, que se extienden más allá de lo
estrictamente humano hasta la luz misma de la eternidad.
Esto se acepta prácticamente por el aspecto internacional en desarrollo
de la Escuela Arcana. Sus estudiantes pertenecen a todas las naciones
y religiones. Las lecciones y escritos de la Escuela están disponibles
en inglés, francés, alemán, italiano, holandés, castellano, y se están
traduciendo al polaco, griego, rumano y armenio. En este sentido se
ha progresado mucho. Los secretarios de la Escuela pertenecen a todas
las nacionalidades. Al estudiante se le asigna a veces un secretario
de distinta nacionalidad, lo cual contribuye a fusionar a los hombres
en una gran fraternidad espiritual, sin diferencia de raza, nación
o religión. La Invocación que emplean los estudiantes diariamente,
ha sido traducida a más de cincuenta idiomas y dialectos.
En la Escuela Arcana tratamos de contrarrestar la "gran herejía
de la separatividad", característica del pensamiento moderno,
y de sentar las bases para ese nuevo mundo, del cual surgirá una civilización
basada en la creencia de que "las almas de los hombres son Una".
El aislamiento, [e215]la
desunión y el individualismo son expresiones de una arraigada separatividad,
que desdichadamente ha caracterizado a la humanidad; esto subyace
en el fondo de las diferencias religiosas, políticas e ideológicas
y es la fecunda fuente de todas las guerras. La solución de este problema
mundial reside en la aparición de un grupo espiritual (cuyos miembros
pertenezcan a todas las razas y naciones) que se una con la finalidad
de hollar el sendero del discipulado, de modo de traer a la manifestación
el reino de Dios y expresar rectas relaciones humanas. Dicho grupo
reconocerá a los grupos [i290]de
ideales, origen y metas similares, y expresará una unidad espiritual
fundamental. Los miembros de este grupo pondrán el énfasis sobre los
puntos de contacto y no sobre las diferencias; procurarán colaborar
con todos los grupos que poseen sana visión y objetivo espiritual,
sin perder a la vez su individualidad e integridad.
Por esta razón la Escuela Arcana no forma grupos o logias, ni organiza
reuniones en las diversas poblaciones del mundo, donde residen sus
estudiantes. No desea erigirse en una organización que compita con
los demás movimientos de esta índole. Como ya se ha dicho, los
estudiantes tienen libertad para trabajar en otras organizaciones
y no se espera adhesión a nadie en la Escuela Arcana. Al
estudiante se le enseña a comprender que las almas de los hombres
son una y a vivir y aplicar el poder que otorga esta verdad fundamental.
Se le alienta a desarrollar tal actitud, resumida en las siguientes
líneas, constituyendo el anteproyecto sobre el cual se le pide que
amolde su vida:
Los hijos de los hombres son uno y yo soy uno con ellos.
Trato de amar y no odiar;
Trato de servir y no exigir servicio;
Trato de curar y no herir.
Que el dolor traiga la debida recompensa de luz y amor.
Que el alma controle la forma externa,
La vida y todos los acontecimientos,
Y traiga a la luz el amor
Que subyace en todo cuanto ocurre en esta época.
Que venga la visión y la percepción interna.
Que el porvenir quede revelado.
Que la visión interna sea demostrada.
Que cesen las divisiones externas.
Que prevalezca el amor.
Que todos los hombres amen.
5. La Escuela Arcana no pretende tener poder, categoría
ni posición espirituales
En el mundo, muchas personas se autoproclaman discípulos,
iniciados y Maestros; en todas partes se elevan voces que demandan
atención; estas pretensiones personales engañan a mucha gente. Falsos
Maestros existen en muchos países donde se engaña al pueblo y se prostituye
públicamente [i291]la
Divina Ciencia de los Iniciados; iniciados espurios e impostores dan
conferencias por todo el mundo; falsos Cristos surgen en ambos hemisferios,
corroborando la exactitud de las profecías de Cristo, expuestas en
San Mateo 24. Es fácil engañar a la gente que ansía grandemente ser
ayudada, porque reconoce instintivamente que existe cierto grado de
desarrollo espiritual en la humanidad. Las masas poseen la inherente
creencia en la Jerarquía espiritual, y precisamente es lo que los
falsos profetas explotan intencionadamente.
[e216]A
los estudiantes de la Escuela se les enseña la verdad (tal como fue
dada por Cristo) de que "por sus frutos los conoceréis";
y se acentúa el hecho de que tales pretensiones, constituyen un engaño.
Ningún Maestro o iniciado verdadero lo proclama, ni trata de atraer
la atención; en cambio se ocupa intensamente de las "cosas del
reino de Dios", pues no dispone de tiempo para imponerse a la
conciencia de los hombres.
Maestro es quien ha logrado liberarse del control de la personalidad
o yo inferior; por lo tanto, no desea imponerse ni exigir reconocimiento.
Prefiere trabajar tranquila y silenciosamente detrás de la escena,
ocupándose de la verdad y de la necesidad humana, impulsando a los
hombres en la búsqueda del Maestro en sus propios corazones.
Los trabajadores de la Escuela Arcana trabajan porque están orientados
espiritualmente y no porque desean ser reconocidos como iniciados.
Sólo aspiran a hollar el sendero del discipulado, única y legítima
aspiración que puede tenerse; pretender ser Maestro o iniciado indica
engaño y crasa ignorancia. Por lo tanto, nadie que trabaja en la Escuela
Arcana (incluso la señora y el señor Bailey y el personal de la Sede)
puede asignarse una elevada categoría espiritual; si alguien procediera
así, dejaría automáticamente de ser un trabajador de la Escuela. Podrá
decir que es un discípulo, pero no un iniciado o Maestro.
6. La Escuela Arcana es no-sectaria, apolítica
y de alcance internacional
La Escuela Arcana está preparada para ayudar a todo hombre o mujer,
cualquiera sea su punto de vista religioso o político, ideología o
[i292]nacionalidad.
Si es verdad (e indudablemente lo creemos así) "que las almas
de los hombres son UNA", sostenemos que los conceptos y aceptaciones
de la mente consciente del estudiante, no interfieren en realidad
su capacidad de captar este hecho espiritual ni evitan que haga contacto
con su alma. Sólo pedimos al estudiante que mantenga una mente abierta
y esté dispuesto a ver la vida y los acontecimientos mundiales como
un todo; que considere los asuntos mundiales, políticos, religiosos,
sociológicos o económicos, como un vasto método o campo de experiencia,
por medio del cual y en el cual, el propósito divino se desarrolla
lentamente; que investigue de qué manera su creencia particular se
ajusta a ese programa mundial, y si es excluyente o incluyente en
su acercamiento.
Debido a esta actitud de la Escuela Arcana, hay estudiantes que responden
actualmente a todas las tendencias políticas y pertenecen a todas
las religiones. No deben existir barreras y muros separatistas entre
ellos. En realidad ¿cómo podría haberlos? El fondo religioso y la
ideología política de un hombre son determinados generalmente por
su lugar de nacimiento, trasfondo nacional y tradición. En la Escuela
estudian eclesiásticos de todas las denominaciones y personas espirituales
que no pertenecen a ninguna iglesia, y además miembros de todos los
partidos políticos e ideologías. Estudiamos unidos, respetando los
puntos de vista de los demás, y no entramos en discusiones o controversias.
A los secretarios no se les permite discutir cuestiones
políticas o religiosas con los estudiantes a su cargo. Sólo se trata
de indicar la meta común, el campo universal de servicio y los antiguos
métodos por los cuales los seres humanos pueden pasar de lo irreal
a lo real.
[e217]Durante
la guerra (1914-1945) la Escuela Arcana estuvo de acuerdo con el propósito
de las naciones aliadas y en firme oposición con las que combatían
a las Fuerzas de la Luz; esto no fue en forma alguna un movimiento
político; se basó en la convicción espiritual de que el propósito
de las Potencias del Eje contrariaba el Plan de Dios y se oponía a
la Jerarquía espiritual del planeta y al bienestar general de la humanidad.
La política del Eje se fundaba en una perversa separatividad y
odio. La decisión de no permanecer neutrales coincidió con la
voluntad de la mayoría de los estudiantes. Hay quienes sostienen que
el esoterista debe mantenerse alejado de los acontecimientos mundanos,
y que el estudiante esotérico no debe [i293]tomar
parte en los asuntos de la humanidad, sino estar activo en los reinos
espiritual y mental. Si los asuntos del plano físico están fuera de
la esfera de influencia de la vivencia espiritual, hay algo fundamentalmente
erróneo en la interpretación de la verdad; si el objetivo de nuestro
esfuerzo espiritual es establecer el reino de Dios en la Tierra,
entonces los acontecimientos del plano físico deben convertirse
en la preocupación de las personas espirituales. ¿No será verdad que
debido a esta antigua división, entre la vida espiritual y la acción
material, las iglesias de todos los países y la vida política y económica
del mundo, han degenerado hasta llegar a la terrible situación que
la humanidad del siglo XX tiene que enfrentar?
A los estudiantes de la Escuela Arcana se les alienta a llevar su
conocimiento, energía y comprensión espirituales, a los asuntos humanos,
y hacerlo en el nivel físico de la existencia. Pedimos a los
estudiantes de cada nación que estudien el desarrollo efectivo del
Plan y su propósito espiritual, en todos los aspectos de la actividad
humana, y que relacionen la palabra "espiritual" con todas
las actividades de la vida cotidiana, y no sólo, como sucede frecuentemente,
con los grupos religiosos existentes, con la aspiración, la práctica
de la meditación y el estudio esotérico.
Quien firmemente crea que las "almas de los hombres son UNA",
se verá obligado a poner en práctica tal concepto en la vida diaria;
de lo contrario será un mero teórico, un idealista o un místico impráctico.
La aplicación diaria de la verdad espiritual y esotérica hace práctico,
útil e interesante el trabajo de la Escuela.
Por esta creencia el factor dinero adquiere mucha importancia. El
dinero domina todos los aspectos de nuestra vida en el plano físico;
siendo el factor predominante y controlador de nuestra civilización
actual, muy poco se ha hecho hasta ahora en el mundo para emplear
el dinero con fines verdaderamente espirituales. Mucho dinero se ha
invertido en propósitos filantrópicos y humanitarios; gran parte de
éste se halla en manos de los teólogos de las distintas iglesias,
pero la contribución intencional de fondos dedicados a la obra de
los Maestros y a la ayuda de los planes de la Jerarquía espiritual,
es prácticamente nula. Los conceptos incluyentes de la Sabiduría Eterna
y el conocimiento del Plan divino, requiere dinero para que llegue
a las multitudes, pues es precisamente lo que la humanidad espera
en la actualidad. Los místicos, los profesionales espirituales y los
esoteristas del mundo, que consideran el dinero como algo maligno,
[i294]con
el cual no deben asociarse, son en gran parte culpables. Mucho daño
han hecho las Escuelas de pensamiento que consideran maléfico, perjudicial
y erróneo, el deseo de dinero, aún para llevar a cabo la obra de los
Maestros, afirmando que el hombre verdaderamente espiritual no debe
solicitar dinero ni orar para obtenerlo. Una de las mayores necesidades
de hoy es crear grandes fondos para la obra de Cristo y sus discípulos
y para preparar las mentes de los hombres para Su advenimiento. Es
necesario reorientar la tendencia material del dinero y ponerlo
a [e218]
disposición
del trabajo de los Maestros. Ésta es una de las tareas nuevas e
inmediatas de los discípulos mundiales y trabajadores espirituales, y
se pide a los estudiantes de la Escuela Arcana que consideren y
reflexionen sobre ello. La Escuela Arcana, por ejemplo, no establece
cuotas por el servicio que presta; la obra se lleva a cabo con
contribuciones voluntarias; anualmente se envía a los estudiantes el
balance para informarlos del monto de la financiación de la Escuela.
Cuando surgen necesidades, se pide a los estudiantes satisfacerlas en
lo posible, habiendo demostrado su amplia generosidad en el transcurso
de los años. La Escuela Arcana no tiene subsidios, ni donantes
generosos que aportan en forma regular y constante. El personal de las
Sedes tiene un salario mínimo, lo cual es parte de su contribución
voluntaria a la obra.
7. La Escuela Arcana enseña las doctrinas fundamentales
de la Sabiduría Eterna.
Presenta las enseñanzas para que el estudiante las acepte o rechace,
de acuerdo a su modo de pensar o deseo. Como bien se sabe, no hay
imposición oficial dogmática ni teológica de la verdad.
Desde el punto de vista de la Escuela Arcana. ¿Cuáles son los
principios esenciales? ¿Qué enseñanzas se consideran necesarias?
-
Que el reino de Dios, la
Jerarquía espiritual de nuestro planeta, puede materializarse, y
se materializará en la tierra. Creemos que ya está presente y
que, más tarde, será reconocida como el reino culminante de la
naturaleza.
-
Que
en el transcurso de las edades ha continuado la revelación, y
que ciclo tras ciclo Dios se ha revelado a la humanidad.[i295]
-
Que Dios Trascendente es
también Dios Inmanente, y que por medio de los seres humanos, que
en verdad son hijos de Dios (si las palabras de Cristo y de todos
los instructores del mundo significan algo), los tres aspectos
divinos -conocimiento, amor y voluntad- pueden ser expresados.
-
Que existe únicamente una
vida divina que se expresa por medio de múltiples formas en todos
los reinos de la naturaleza, y por eso los hijos de los hombres
son UNO.
-
Que en cada ser humano hay
un punto de luz, una chispa de la Llama Una. Creemos que el alma
es el segundo aspecto de la divinidad, referido por San Pablo al
hablar de "Cristo en ti esperanza es de gloria". Nuestra
meta es demostrar la vivencia divina en cada persona, y el
discipulado es un paso hacia esa realización.
-
Que es posible alcanzar una
última perfección, aunque relativa para el aspirante individual
y la humanidad como un todo, mediante la acción del proceso
evolutivo. Tratamos de estudiar este proceso para reconocer las
miríadas de vidas en desarrollo, cada una en su lugar en el
esquema, desde el átomo más humilde, ascendiendo desde los
cuatro reinos reconocidos de la naturaleza hasta el quinto reino,
del cual Cristo es el Guía Supremo, y hasta las excelsas esferas
en las que el Señor del Mundo desarrolla el Plan divino.
-
Que
existen ciertas leyes inmutables que rigen el universo, de las
cuales el hombre se da cuenta progresivamente a medida que evoluciona.
Estas leyes son expresiones de la voluntad de Dios.[e219]
-
Que la ley fundamental de
nuestro universo se observa en la manifestación de Dios como Amor.
Sobre estos ocho principios fundamentales
descansa toda la enseñanza esotérica. Existen factores subsidiarios
y otras enseñanzas que se pide al estudiante considerar, pudiendo
o no aceptarlas, según su criterio. Estas enseñanzas son: la reencarnación,
regida por la Ley de Renacimiento, la naturaleza cíclica de toda manifestación,
la naturaleza y finalidad del proceso evolutivo, la existencia de
la Jerarquía espiritual, la existencia de los Maestros y Su trabajo
y la naturaleza de la conciencia en sus distintas etapas de conciencia
individualizada [i296]-la
autoconciencia y conciencia espiritual-, que se manifiesta en el Sendero
de Evolución y culmina en el Sendero de Iniciación.
Son presentadas para su aceptación, las mayores y grandes verdades,
porque existen como verdades fundamentales en todas las religiones
del mundo y han evocado reconocimiento universal; el hombre las conoce
instintivamente, ya sea como hipótesis activa, que no son contrarias,
o bien las acepta como realidades, de acuerdo a su grado de evolución.
Las verdades menores se ofrecen simplemente para su consideración,
y también como aspectos o detalles, que complementan o surgen del
conjunto de verdades más fundamentales que, aunque debatibles, millones
de personas creen en ellas.
Por lo tanto, estos siete factores rigen el trabajo de la Escuela
Arcana. En consecuencia, pedimos a los estudiantes analizarlos y aceptarlos
mientras estén con nosotros. Han ingresado voluntariamente y pueden
retirarse cuando deseen. No es un camino fácil. Todos tenemos nuestros
momentos de desaliento; ninguno de nosotros ve el mundo perfecto,
aunque esperamos que lo será algún día; tampoco nos vemos perfectos
a nosotros mismos como desearíamos serlo; pero podemos trabajar y
percibir muchas y grandes mejoras, tanto en nosotros como en el mundo.
La visión siempre se halla delante; si no fuera así no habría nada
que nos alentara en nuestro esfuerzo. Sin embargo, es de valor comprender,
por lo menos, que parte de nuestra visión puede convertirse en realidad
y que trabajamos para lograrlo.
Año 1947
LA ESCUELA
ARCANA, SU ORIGEN
Y PROPÓSITOS ESOTÉRICOS
por foster bailey
[e220][i297]éste
es el momento propicio para considerar la relación de la Escuela Arcana
con algunos aspectos inmediatos, en los planes de la Jerarquía. Comprendemos
que poseemos un conocimiento muy limitado de esos planes, pero también
nos damos cuenta que, como resultado del trabajo realizado durante
30 años por El Tibetano, en colaboración con Alice A. Bailey (a la
que nos referimos como A. A. B.), ha sido puesta a nuestra disposición,
especialmente durante los últimos dieciocho años, información que
no había llegado antes a la mayoría de los aspirantes y discípulos
sinceros y sensatos del mundo. Nuestro conocimiento trae responsabilidad.
Nuestra posición privilegiada nos ofrece una oportunidad extraordinaria.
En la actualidad, la situación de la familia humana nos pone frente
a una necesidad mundial mucho más crítica de lo que somos capaces
de comprender la mayoría de nosotros.
La Escuela Arcana fue fundada en 1923 por la señora Bailey. Han transcurrido
veintiocho años y constituimos hoy un grupo de servidores bien
organizados, que lleva a cabo ciertos proyectos espirituales, para
los cuales hemos asumido la responsabilidad. Por lo tanto, es fácil
determinar con cierta exactitud nuestra posición, debido a que todos
reconocemos que enfrentamos un nuevo ciclo en la vida del grupo, lo
cual justifica que tratemos de definir cuáles son nuestro origen y
propósitos esotéricos.
Constituimos un grupo esotérico acuariano, es decir, somos un grupo
de discípulos y aspirantes al discipulado, que está tratando de ayudar
a la humanidad en relación consciente con lo más elevado que se conoce
del trabajo jerárquico. Por lo tanto, procuramos ocuparnos de las
causas en vez de neutralizar los efectos desafortunados. Tratamos
de comprender los significados espirituales más profundos que subyacen
en los sucesos mundiales y nos esforzamos por vivir en tal forma,
que debiéramos ejemplificar acrecentadamente cualidades espirituales
esenciales.
El hecho de que estamos verdaderamente relacionados con la Jerarquía,
no sólo justifica nuestra existencia como grupo espiritual en el mundo,
sino que es el factor esencial en todas nuestras futuras empresas.
Sin esta relación jerárquica, conscientemente reconocida y constantemente
mantenida, en los días venideros seríamos menos merecedores que todo
el cúmulo de movimientos mundiales de beneficencia y actividades surgidas
espontáneamente [i298]en
todas partes, que no han obtenido conscientemente vínculo espiritual.
Durante toda su vida A. A. B. evitó cualquier afirmación o acción
que pudiera interpretarse como una adjudicación de derechos, respecto
a su [e221]estado
espiritual personal. Esto lo sabemos muy bien. El trabajo poderoso
y sorprendentemente efectivo y fructífero que realizó, trajo, sin
embargo, el reconocimiento inevitable de que realmente era un esforzado
discípulo de los Grandes Seres, que alcanzó un estado adecuado a su
tarea y que, por su intermedio, el impacto directo de la fuerza espiritual,
tal como la maneja la Jerarquía, fue puesto a nuestra disposición.
Retrocedamos a esa época, previamente a la manifestación externa de
nuestro grupo, en el plano físico, de los primeros días de la niñez
de la señora Bailey. Siendo una adolescente, cuando actuaba en Londres
en los círculos aristocráticos, poseedora de una considerable fortuna,
cumpliendo con las actividades y obligaciones sociales, como correspondía
a esas damas jóvenes, se le apareció su Maestro. Su círculo era de
un conservadurismo extremo; su comprensión de la religión y su fidelidad
a la Iglesia Anglicana era cerrada, rígida y dogmática. Su conocimiento
del mundo, fuera de su pequeño círculo de experiencia, era terriblemente
escaso.
La visita del Maestro tuvo el propósito de implantar en la conciencia
de su cerebro físico los puntos esenciales del diseño de su vida,
tal como debían desarrollarse. Suficientemente fuerte como para conocer
el programa de servicio al que estaba dedicada y consagrada en el
plano interno, los puntos esenciales fueron elegidos por su propia
alma.
En aquella época era un discípulo avanzado en el Ashrama del Maestro
K. H. (un ashrama puede ser considerado como un centro de energía
espiritual viviente en la vida grupal de la Jerarquía). A medida que
transcurrían los años aprendí a beneficiarme de las enseñanzas que
recibí personalmente de ella, llegando a comprender mejor lo que involucra
necesariamente una posición avanzada en el ashrama. Tal posición es
la clave de todo el trabajo que ella realizó. Hay muchos factores
involucrados, sobre algunos de los cuales puedo hablar ahora. A través
de las enseñanzas de El Tibetano, innumerables personas han aprendido
mucho acerca de tales cosas, y otras comparten conmigo el conocimiento
de ciertos puntos esenciales, que constituyen nuestro trasfondo como
grupo esotérico.
Cuando nos referimos habitualmente a El Tibetano, sabemos que en realidad
es uno de los Maestros de la Sabiduría, conocido por algunos [i299]de
sus asociados como el Maestro Djwal Khul. Se le confió a D. K., especializado
en filosofía esotérica y ley cósmica, la tarea de proporcionar en
nuestra época esa enseñanza de enlace, necesaria para guiar a los
muy apremiados discípulos de los Grandes Seres, y especialmente proveer
el conocimiento necesario de las realidades espirituales, que deberá
ponerse a disposición de la humanidad durante el periodo crítico de
nuestra historia mundial actual, al pasar de la era pisceana a la
acuariana. D. K. trabajó con ese gran discípulo a quien conocemos
como H. P. B. Sus escritos, y especialmente La Doctrina Secreta,
fueron un valiente esfuerzo precursor que irrumpió en los primeros
días, que facilitó la realización de lo que ahora hacemos, que de
otro modo no hubiera sido posible. Había llegado el momento para la
siguiente expansión de la enseñanza. D. K. permanecía cerca de K.
H., de quien había sido discípulo durante mucho tiempo. Era lógico
que buscara y hallara al colaborador necesario, en ese grupo de discípulos
que estaban en su mismo ashrama.
D. K. debía encontrar algún osado y consagrado discípulo, disponible
en el plano físico, para realizar este trabajo, pero lógicamente tenía
otras responsabilidades y actividades, de las cuales poco sabemos.
[e222]Además,
había llegado el momento en que debía producirse la expansión planificada,
con la consiguiente reorganización de la Jerarquía, y formarse los
ashramas adicionales, buscando y entrenando al personal para los mismos.
Esta ardua empresa constituye en muchas maneras, una tarea difícil
como es de imaginarse, y la Escuela Arcana ha ayudado a proporcionar
el material utilizable. Por lo tanto, El Tibetano se ha ocupado, en
parte, de la fundación de su propio Ashrama (que ahora se está consolidando
y expandiendo rápidamente), de impartir las enseñanzas contenidas
en dieciocho volúmenes, y de la inauguración de ciertas actividades
espirituales en el mundo, acordes con el plan de operaciones tal como
es desarrollado por la Jerarquía, en un esfuerzo por acelerar la
reaparición de Cristo. En los últimos años hemos llegado a comprender
que el retorno de Cristo ha sido en realidad la nota clave y el objetivo
culminante de todo lo realizado.
Es característico de las fuerzas verdaderamente espirituales y constructivas,
que su expresión activa trae siempre como resultado beneficios definidos.
Tal es la potencia de la fuerza espiritual. El trabajo que El Tibetano
ha hecho en los últimos treinta años, demuestra esta cualidad enormemente
[i300]significativa
y alentadora. Lo mismo tiene vigencia en la vida de todo discípulo,
en proporción a la importancia de su categoría y a la cantidad de
fuerza espiritual que contiene.
Es privilegio y programa inevitable de todo discípulo avanzado,
iniciar en cada encarnación alguna actividad que sirva al Plan
jerárquico y ayudar especialmente en esa parte del Plan, para lo cual
su propio ashrama ha aceptado la responsabilidad. Por esta razón,
antes de su última encarnación física, A. B. proyectó establecer,
en el momento apropiado, una escuela esotérica. Cuando un discípulo
presenta y propone una línea de acción, es aprobada si ello ayuda
efectivamente al trabajo ashrámico y si las circunstancias hacen factible
su cumplimiento razonable. Pero, en todo caso, el discípulo está libre
de probar y mientras sea constructivo y útil, y ayude verdaderamente
al Plan, tendrá disponible para su propósito toda la energía ashrámica
que el discípulo individual sea capaz de asimilar. Si se aleja de
su destino espiritual, estas fuerzas no están ya disponibles. La tentativa
en este caso se marchita, y muere en la mayoría de los casos antes
de que el discípulo desaparezca, o inevitablemente, no mucho después.
Raros son en el mundo los movimientos de naturaleza espiritual que
sobreviven a los rigores y confusión de la segunda generación, y tal
supervivencia es la verdadera señal de su genuino origen espiritual.
Nos hallamos hoy frente a la oportunidad de emplear en tal forma las
fuerzas espirituales disponibles en la Escuela Arcana, como resultado
de treinta años de trabajo, que los frutos alcanzados serán más de
lo que sabemos, sólo la parte más pequeña del resultado benéfico final.
Esta rica recompensa nos fue dada por A. A. B. y la recibimos quienes
hemos tenido la buena fortuna de poder acompañarla a través de los
años y llevarla a una utilidad viviente, manteniéndola fiel a la visión.
En efecto, su éxito en crear la conciencia y acción grupales, produjo
al final un sentimiento de responsabilidad mutua y estableció una
interdependencia, lo cual ha hecho que la realización grupal sea nuestra
y de ella. La conciencia grupal adquirida, es la mayor garantía de
que actuaremos exitosamente en los días venideros.
La Escuela Arcana fue proyectada por A. A. B., como un esfuerzo para
ayudar a satisfacer ciertas necesidades definidas en el campo [e223]esotérico.
Primero, existía la real necesidad de un creciente número
de discípulos activos en el mundo, que estuvieran dispuestos
a llevar adelante los planes de la Jerarquía. Una escuela esotérica
podría proporcionar esas personas que recibirían entrenamiento preliminar,
lo cual resolvería el problema del personal para el ashrama. [i301]Segundo,
era necesario un experimento esotérico para la enseñanza de segundo
rayo, que trataría de impartir algo de la creciente cualidad acuariana.
Esto exigía un nuevo énfasis sobre la responsabilidad grupal y
servicio mundial, como esencial del verdadero discipulado en el
futuro. A. A. B. logró, en forma remarcable, impregnar a su escuela
de las cualidades necesarias y, por lo tanto, satisfacer esta exigencia.
Este factor dio, a nuestro trabajo organizado en el mundo,
un aspecto precursor, haciéndonos cada vez más conscientes de que,
en medida considerable, todo el asunto era experimental.
Otra necesidad real en el campo esotérico fue establecer, para el
discipulado, un tipo de enseñanza y acción que ayudara a contrarrestar
la cristalización de las escuelas esotéricas establecidas en la era
pisceana que está pasando. Estos errores y aspectos desafortunados
fueron, en cierto sentido, inevitables, y no justifican la crítica
de algún grupo o trabajo esotérico. Sin embargo, existieron y fueron
un obstáculo, evitando la recepción de las nuevas formas de expresión
espiritual. A. A. B. vio esto claramente y trabajó con persistencia,
teniéndolo siempre presente. Este esfuerzo, entre otros, está ejemplificado
por su insistencia en lograr una relación colaboradora con el trabajo
de la Jerarquía, en contraposición con la actitud del devoto que
actúa sobre el principio de obediencia, en forma infantil. Insistió
en llevar una vida de servicio altruista como factor muy importante,
donde las disciplinas del plano físico, particularmente la dieta y
la frecuente y fanática obediencia a las intercaladas citas de Hatha
y Laya Yoga, aparecidas en el mundo
occidental y tan prevalecientes entre los esotéricos, estaban ampliamente
fuera de moda y, por lo tanto, eran obstáculos limitadores.
Además, insistió sobre la libertad y polarización mentales y
la adquisición de una mente entrenada y bien equipada, para considerar
inteligentemente, y con sentido común, las condiciones mundiales.
Sabía que ello reemplazaría al idealismo místico y a menudo impráctico,
de las primeras etapas del entrenamiento espiritual, de carácter básicamente
más emocional, que conduce frecuentemente a la separatividad y al
egoísmo espirituales. Esta posición es bien conocida por todos nosotros
y, en el caso de nuestra propia vida grupal, tuvo su origen en la
sabiduría de A. A. B., en un esfuerzo por satisfacer esta tercer necesidad.
Lo que antecede, sugiere sólo algunos factores útiles en el proyecto,
tal como ella lo concibió originalmente. Otra consideración que ha
afectado a toda la actuación, ha sido la regla de que el trabajo realizado
en la vida [i302]de
todo discípulo avanzado, no sólo debe ser objetivamente útil a la
Jerarquía y al Ashrama, y tener un efecto práctico en el mundo, sino
ofrecer una oportunidad adecuada para adquirir esa experiencia propia
del discípulo individual, si quiere desempeñar su parte en el trabajo
de equipo, planificado para la siguiente encarnación. La fundación,
la conducción y el perfeccionamiento de la Escuela Arcana fue, en
efecto, parte del entrenamiento de A. A. B., en la realización de
su tarea, de la cual ya se liberó. Este hecho no implica un menor
interés o apoyo en su trabajo inaugurado en esta vida, pues ella está
tan profundamente preocupada como nunca lo estuvo antes.
Sin duda la señora Bailey, se halla, en la actualidad, subjetiva y
telepáticamente, en relación con un gran número de amigos y [e224]estudiantes.
Quienes son sensibles, a veces registran impresiones; sin embargo,
no se ocupa de ir detrás de individuos, diciéndoles qué deben hacer
o qué quiere ella que hagan. A. A. B. y El Tibetano establecieron
definidamente que después de su muerte, él no seguiría actuando por
intermedio de ningún canal como lo hizo con ella; tampoco ella trataría
de controlar a la Escuela Arcana ni dirigir sus asuntos o alguna de
las actividades de servicio, con mensajes de ninguna naturaleza.
La humanidad está pasando por la crisis espiritual más grande, en
la larga historia de este planeta. Las implicaciones son demasiado
profundas para nuestra comprensión. Las selecciones que la humanidad
ha estado haciendo en los recientes años, y que aún debe hacer en
los pocos que tiene por delante, son de significado más profundo de
lo que podemos imaginar. Se nos ha enseñado, y lógicamente será verdad,
que la Jerarquía de Maestros no es todopoderosa, de lo contrario habría
poca libertad humana y estaríamos destinados a ser "robots"
espirituales. Ella depende de cómo respondemos a los estímulos espirituales
en los momentos de crisis. Evidentemente el Plan de Dios consiste
en que la humanidad logre su propio destino, a la luz de su propia
alma, por el poder de su propia capacidad intelectual en desarrollo
y por su profunda percepción y consagración al cumplimiento de su
destino divino.
En esta luz podemos comprender por qué, desde el ángulo de un mayor
conocimiento y sabiduría de la Jerarquía, se sabe que ciertas cosas
son inevitables para la familia humana y otras están sujetas a nuestra
respuesta a los acontecimientos. Lo que denominamos segunda guerra
mundial, no fue de hecho kármicamente necesaria [i303]y
se habría evitado la guerra en el plano físico si se hubieran alcanzado
ciertas realizaciones. Este desarrollo del Plan, por la Jerarquía,
durante los últimos doce años, incluía esa actividad que fue imposible
iniciar, porque la humanidad decidió precipitar la segunda fase del
gran conflicto mundial, en el plano físico, desatando una verdadera
guerra.
Esto explica muchas cosas. Significa que el trabajo efectivo de muchos
miembros del nuevo grupo de servidores del mundo, fue grandemente
demorado. La posibilidad de un trabajo efectivo en el campo de la
buena voluntad, fue completamente destruida durante casi un ciclo.
Por lo menos hasta terminar la lucha en el plano físico externo se
evitó momentáneamente que los discípulos y los estudiantes diseminados
por todo el mundo, en contacto con la Escuela Arcana, no pudieran
ingresar en nuestras filas. El desarrollo del programa que solucionaría
el problema de la correcta relación del dinero con el trabajo jerárquico,
cesó totalmente. La construcción de la Red de Luz y Buena Voluntad,
estableciendo el movimiento de los Triángulos, fue casi completamente
frustrada. La posibilidad de llevar la Gran Invocación a todo el mundo,
como se hace ahora, no pudo realizarse.
En los oscuros días de 1939, cuando pareció que todo se derrumbaba
y que los esfuerzos heroicos de muchos discípulos, para ayudar a evitar
la guerra, eran inútiles, resultó un poco difícil vislumbrar cómo
podría iniciarse el trabajo, reorganizarse, refinanciarse y volver
a activarlo eficientemente. En esa época, por la bondad de su corazón
y para mi estímulo, El Tibetano me aseguró que terminado el holocausto
de la guerra, se descubriría que los cimientos tan bien y verdaderamente
asentados para todo nuestro trabajo, estarían no sólo intactos, sino
que serían muy adecuados para erigir la estructura necesaria de nuestro
futuro trabajo. Esto me parecía increíble en esa época, porque era
profundamente consciente de las desastrosas consecuencias de la segunda
guerra mundial, pero la [e225]afirmación
hecha demostró ser verídica: actualmente estamos en una posición más
fuerte y trabajamos y servimos más eficazmente de lo que la mente
finita, en aquel entonces, podía razonablemente creer.
Ahora, nuestro grupo está lleno de luz, amor y poder. Hoy, la Escuela
Arcana, grupo del cual formamos parte, está funcionando como una gran
estación de luz en el cuerpo del nuevo grupo de servidores del mundo.
Somos un punto focal magnético en ese cuerpo, llevándole potencia
y ayudándolo para que su trabajo sea exitoso. Ésta es nuestra [i304]
posición
alcanzada y constituye para nosotros el hecho más significativo de la
hora presente. No estamos solos. Nuestros esfuerzos se
justifican por las relaciones mantenidas con todos los discípulos
activos en todas partes que, consciente o inconscientemente, integran
ese grupo mundial de servidores, traídos a la existencia por la misma
Jerarquía, como parte de la gran aventura de las nuevas técnicas
acuarianas. En efecto, el nuevo grupo de servidores del mundo es un
proyecto sintetizador del campo combinado de operaciones en los planes
de la Jerarquía, involucrando un nuevo tipo de discipulado mundial en
acción grupal. Nuestro verdadero lugar en el esquema de las cosas
puede ser comprendido sólo en términos de nuestra participación en
esta vida grupal mayor.
(Charla dada a los estudiantes en la Conferencia Anual de la Escuela
Arcana, Nueva York, mayo 1950.)
Notas:
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Las Instrucciones están
disponibles en los Tomos I y II de El Discipulado en la Nueva
Era (ed. en inglés.
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