Autobiografía Inconclusa

      


[ Anterior | Indice | Otros Libros | Siguiente ]

Castellano:
Inglés:

INTRODUCCIÓN

[e9] [i1] Lo que finalmente me decidió escribir acerca de mi vida, fue una carta que recibí en 1941, de un amigo que estaba en Escocia, donde me decía que, según su modo de ver, podía prestar un gran servicio si explicaba a la gente cómo había llegado a lo que soy, siendo de utilidad saber de qué manera una activa y rabiosa cristiana ortodoxa llegó a convertirse en una muy conocida instructora esotérica. Las personas podrían aprender mucho descubriendo en qué forma una estudiante de la Biblia, teológicamente orientada, pudo llegar a la firme convicción de que las enseñanzas orientales y occidentales deben amalgamarse y fusionarse antes de que la verdadera religión universal -que todo el mundo espera- aparezca en la Tierra. Es de valor saber que el amor de Dios antecede al cristianismo y no reconoce fronteras. Esta fue la primera y más difícil lección que tuve que aprender y me llevó largo tiempo, así como a todos los fundamentalistas les cuesta aprender que Dios es amor; lo afirman, pero no lo ponen en práctica, me refiero a la práctica de Dios.

Entre otras cosas quisiera demostrar cómo el mundo de los seres humanos se abrió para recibir a una mujer inglesa, consciente de su clase social, y cómo un mundo de valores espirituales, con un gobierno directo, interno y espiritual, llegó a ser un hecho comprobado para una cristiana de mente excesivamente estrecha. Me vanaglorio con el nombre de cristiana, pero ahora pertenezco a la clase incluyente y no a la excluyente.

Una de las cosas que deseo destacar en esta narración es la realidad de la dirección interna de los asuntos mundiales, y así familiarizar paralelamente a más personas con la realidad de la existencia de Quienes son responsables (detrás de la escena) de la guía espiritual de la humanidad y también de la tarea de conducir a esa humanidad de la oscuridad a la Luz, de lo irreal, a lo Real y de la muerte a la Inmortalidad.

[i2] Quiero que los Discípulos de Cristo, los Maestros de Sabiduría, sean reales para las personas, como lo son para mí y para muchos miles de personas en el mundo. No me refiero a una realidad hipotética (si se me permite la frase) ni a un acto de fe y credulidad. Quiero presentarlos tal cual son, Discípulos de Cristo, hombres que están en la vida y son factores siempre presentes [e10] en los asuntos humanos. Éstas son las cosas que tienen importancia y no las experiencias terrenas, ni los acontecimientos y eventos en la vida de uno de Sus trabajadores.

He vivido muchas, encarnaciones en una. He tratado de avanzar constantemente, aunque con suma dificultad (tanto psicológica como material), hacia un campo de servicio cada vez más amplio. Quiero demostrar que en cada ciclo de experiencia he tratado sinceramente de seguir una guía interna, y cuando lo he hecho siempre ha significado un paso adelante en comprensión y progreso y una gran capacidad para ayudar. El resultado de este progreso aparentemente ciego (como cuando me casé y vine a vivir a los Estados Unidos) fue siempre una mayor oportunidad. He desempeñado diversos papeles en mi vida. Fui una niña muy desgraciada, excesivamente desagradable, una joven de sociedad, de la alegre década (que para mí no lo era) de 1890, para convertirme después en una evangelista y trabajadora social del tipo predicador de "Billy Sunday". Repito: no era muy alegre, pero si joven y me interesaban grandemente todas las cosas. Más tarde me casé con Walter Evans y me encontré actuando como esposa del párroco de la Iglesia Episcopal Protestante de California y madre de tres niñas.

Esa variada experiencia de vivir y trabajar en Gran Bretaña, Europa, Asia y América, hizo cambiar fundamentalmente mi actitud hacia la vida y las personas. Permanecer estático en un solo punto de vista me parece poco inteligente. Significa llegar a un punto, en el propio desarrollo, en que dejamos de aprender y no podemos extraer el significado de los acontecimientos, de las corrientes del pensamiento y las circunstancias, quedando
[i3] mentalmente pasivos frente a la vida. Esto es desastroso y malo. Sin duda ha de ser lo que se denomina infierno. Lo terrible del infierno (en el cual no creo desde el punto de vista ortodoxo) debe consistir en una eterna monotonía, en una forzosa incapacidad de cambiar las condiciones.

Después me convertí en una estudiante de esoterismo, una escritora cuyos libros lograron amplia y constante difusión, traducidos a muchos idiomas. Más tarde me encontré directora de una escuela esotérica (sin desearlo y sin la menor intención) y organizadora, con Foster Bailey, del Movimiento Internacional de la Buena Voluntad (no un movimiento pacifista), alcanzando tal éxito al estallar la guerra en 1939, que contábamos con centros en diecinueve países.

Por lo tanto no he sido inútil en lo que respecta al servicio mundial, pero no pretendo que mi éxito se deba únicamente a mi esfuerzo personal. Siempre he tenido la bendición de maravillosos amigos y colaboradores que -en el transcurso de los años- a pesar
[e11] de todo lo que les hice, continuaron igualmente. He tenido muchísimos amigos y sorprendentemente muy pocos enemigos, los cuales no me causaron realmente daño alguno; quizás se deba a que nunca me fueron desagradables y siempre supe comprender por qué no les caí en gracia. Foster Bailey, mi esposo, facilitó mi trabajó durante más de veinticinco años. Creo que sin él, poco hubiera podido realizar. Cuando existe un amor profundo, leal y comprensivo, respeto y continua camaradería, en realidad podemos considerarnos ricos. Mi esposo ha constituido para mí una torre de fortaleza y "la acogedora sombra de una gran roca en una tierra sedienta". Hay cosas que al expresarlas en palabras pierden su significado y suenan a huecas y fútiles cuando las escribimos. Nuestra relación es una de ellas. Debemos haber vivido y trabajado juntos durante muchas vidas, y ambos esperamos seguir juntos otras tantas. Nada más diré sobre esto. Frecuentemente me he preguntado qué hubiera hecho yo sin la amistad [i4]comprensiva, el afecto y la firme colaboración de mis innumerables amigos y colegas, que durante años me apoyaron. No puedo nombrarlos, pero son las personas esencialmente responsables del éxito del trabajo que hemos realizado como grupo.

Esta autobiografía tiene, por lo tanto, un triple propósito, pues tres cosas deseo destacar, y espero hacerlo con claridad.

Primero, la realidad de la existencia de los Maestros de Sabiduría, que actúan bajo la guía de Cristo. Quiero poner en claro la naturaleza de Su trabajo, y presentarLos al mundo tal cómo los conozco personalmente, pues en los años venideros otras personas darán testimonio de Su existencia y deseo allanarles el camino. Esto lo ampliaré más adelante y mostraré cómo llegué a conocer personalmente Su existencia. En la vida de cada uno de nosotros existen ciertos factores convincentes que hacen posible el vivir. Nada puede alterar la propia convicción interna. Los Maestros son para mí tal factor, y este conocimiento ha constituido un punto estabilizador en mi vida.

Segundo, quisiera señalar algunas de las nuevas tendencias en el mundo de hoy, que decididamente están ejerciendo influencia en el género humano y elevando la conciencia humana, y también puntualizar algunas de las ideas más nuevas que surgen en el mundo del pensamiento humano y provienen del grupo interno de Maestros, las cuales están introduciendo una nueva civilización y cultura y -incidentalmente desde el ángulo de la eternidad-destruyendo muchas de las viejas y queridas formas. Durante mi vida he visto, como lo ven las personas reflexivas, la desaparición de muchas cosas inútiles en el campo de la religión, de la educación y del orden social. Y eso es muy bueno.

[e12] Mirando retrospectivamente, no puedo imaginar nada más espantoso que la perpetuación de la era Victoriana, su fealdad por ejemplo, la afectación, el excesivo lujo de [i5] las denominadas clases altas y la terrible condición en que debía debatirse la clase trabajadora. En ese bien equipado, afectado y confortable mundo, viví mi niñez. No puedo imaginar algo más enfermizo para el espíritu humano, que la teología del pasado, que hacía resaltar la existencia de un Dios que salva a unos pocos presumidos y condena a la mayoría a la perdición. Tampoco puedo imaginar nada más conducente a la inquietud, a la guerra de clases, al odio y a la degradación, que la situación económica del mundo de entonces, que fue por muchas décadas grandemente responsable de la actual guerra mundial, (1914-1945).

A Dios gracias, vamos en camino hacia cosas mejores. El grupo que compartió nuestro trabajo, junto con otros grupos que responden a la misma inspiración de amor a la humanidad, habían desempeñado su pequeña parte para producir los tan necesarios cambios. La tendencia del mundo hacia el federalismo, hacia la comprensión y la colaboración y hacia todas las cosas que beneficiarán a todos y no a unos cuantos elegidos, es muy alentadora. Nos encaminamos hacia la fraternidad.

Tercero, deseo demostrar cuán maravillosos son los seres humanos. He vivido en tres continentes y en muchas naciones. He conocido a los muy ricos y a los muy pobres, íntimamente y desde el ángulo de la más estrecha amistad; los seres más encumbrados y los más desposeídos del mundo han sido mis amigos, y en todas las clases, naciones y razas, he encontrado la misma humanidad, la misma belleza de pensamiento, el mismo autosacrificio y el mismo amor por los demás, los mismos pecados y flaquezas, el mismo orgullo y egoísmo, la misma aspiración y objetivos espirituales y el mismo deseo de servir. Si pudiera presentar esto con la fuerza y claridad necesarias, ello sólo justificaría este libro.

En el amplio campo de la historia humana y al lado de los grandes personajes del mundo ¿quién es Alice Ann Bailey?
[i6] Una mujer sin importancia que se vio obligada por las circunstancias (casi siempre contra su voluntad), por una conciencia que se entrometía activamente y por el conocimiento de lo que su Maestro quiso que hiciera: emprender ciertas tareas. Una mujer que siempre temió a la vida (quizás en parte, debido a la excesiva Protección durante la infancia), de naturaleza tan tímida que aún hoy tiene que armarse de valor para llamar a la puerta, si es invitada a un almuerzo; es muy hogareña, le gusta cocinar y lavar (sólo Dios sabe en qué medida ha hecho esto) y aborrece la publicidad.

[e13]
Aunque nunca he sido robusta, poseo una vitalidad sorprendente. En el transcurso de mi vida me he visto obligada a permanecer semanas y hasta meses en cama. En estos últimos ocho años, me he mantenido viva gracias a la ciencia médica, pero (y esto es algo de lo que me siento orgullosa) he seguido trabajando a pesar de todo. He considerado a la vida como algo muy bueno, aun en lo que la mayoría consideraría una época pésima. Siempre hubo mucho que hacer y mucha gente que conocer. Lo único que lamento es haberme sentido siempre cansada. En un viejo cementerio de Inglaterra, hay una lápida con una inscripción que puedo comprender muy bien.

        1. yace una pobre mujer que estuvo siempre cansada.

        2. en un mundo que le exigió demasiado.

        3. lloren por mí, amigos, que al país donde voy

        4. hay que pasar el plumero, barrer ni coser.

        5. lloren por mí, amigos, aunque la muerte nos separe,

        6. más haré nada."


Esto realmente sería el infierno y no deseo ir allí. Quiero tornar un cuerpo nuevo y más adecuado y regresar para retomar los antiguos hilos, encontrar el mismo grupo de colaboradores y continuar la tarea.

Si la historia de mi vida sirve de aliento a otra persona para seguir adelante, este libro será entonces de valor; si ayuda a quien aspira
[i7] iniciar el impulso espiritual y obedecerlo, algo se habrá ganado, y si puede infundir ánimo y fortaleza y darles un sentido de la realidad a otros trabajadores y discípulos, no habrá sido escrito en vano.

Podrán ver que, como historia de una vida, la mía no tiene mucha importancia. Sin embargo, como medio para probar ciertos hechos, que tengo la certeza serán esenciales para la felicidad y progreso futuro de la humanidad -como la realidad de la existencia de los Maestros, el futuro desarrollo, del cual la guerra mundial que recién termina no es más que una etapa preparatoria, y la posibilidad de establecer contactos espirituales telepáticos directos- y para obtener conocimiento, todo lo que pueda decir será de utilidad. En el transcurso de las épocas, muchos místicos aislados, hombres y mujeres que son discípulos y aspirantes, han conocido todas estas cosas. Ha llegado el momento en que las masas deben también conocerlas.

He aquí la historia de mi vida. No se dejen engañar. No va a ser una exposición profundamente religiosa. Soy una persona algo jovial y humorista, y siempre estoy penosamente dispuesta a ver el lado cómico de las cosas. Confidencialmente diré que el profundo interés que demuestran las personas por sí mismas, por
[e14]sus almas y todas las complejidades de las experiencias relatadas, casi me anonadan. Me entran ganas de sacudirlos y decirles: "Salgan y descubran su alma en los demás, y así descubrirán la propia". Tiene fundamental interés lo que sucede en el mundo y en las mentes y corazones de los hombres. El amplio alcance del progreso humano, desde las edades primitivas hasta el alba de la inminente nueva civilización, tiene gran interés e importancia espiritual. Las propias descripciones de los místicos medievales ocupan su lugar, pero pertenecen al pasado; las conquistas de la ciencia moderna (pero no el uso que el hombre hace de esas revelaciones) constituyen el principal factor moderno espiritual; la lucha que se está librando entre las ideologías políticas y entre el capital y el trabajo, además del derrumbe de nuestros antiguos sistemas educativos, indican un fermento [i8] espiritual y divino, que es la levadura de la humanidad. Sin embargo, el sendero místico de introspección y de divina unión debe preceder al método esotérico de conocimiento intelectual y percepción divina. Siempre ha sido así en la vida del individuo y en la de toda la humanidad. El sendero místico y ocultista y el camino del corazón y la cabeza deben fusionarse y mezclarse, entonces la humanidad conocerá a Dios y no "irá simplemente tanteando en pos de Él".

Este conocimiento personal de Dios, llegará, no obstante, viviendo en forma normal y lo más bellamente posible, sirviendo e interesándose por los demás, a fin de descentralizarse. Esto se obtendrá por el reconocimiento del lado bueno de la vida, por la bondad que hay en todas las personas, por la felicidad y por la inteligente apreciación de la oportunidad -propia y ajena-. También se obtendrá llevando una vida plena y efectiva. En el camposanto donde mis padres están sepultados, había una lápida (que atraía la mirada, ni bien se atravesaban los portales) donde se leían las palabras: "Hizo todo lo que pudo". El epitafio de un fracasado siempre me pareció muy penoso. Por mi parte lamento no haber hecho todo lo que pude, pero siempre traté de hacerlo lo mejor posible. Trabajé. Cometí errores. Sufrí y gocé. Me divertí mucho viviendo y no tendré una muerte dolorosa.


Castellano: Inglés:

[ Anterior | Indice | Otros Libros | Siguiente ]

Esta obra está bajo una licencia de: Creative Commons License
Los Libros Azules
© 2010 — info@libros-azules.org