Discipulado en la Nueva Era II - Enseñanza sobre la Iniciación II
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ENSEÑANZAS SOBRE LA INICIACION SEGUNDA
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Puntos de Revelación [i252] En mis escritos anteriores traté considerablemente los Puntos de Crisis. Ahora podemos abordar y probar la vivencia de nuestro progreso desde el ángulo de los Puntos de Revelación. Todo el objetivo del proceso preparatorio de la iniciación es traer revelación. Deben siempre recordar que lo revelado está eternamente presente. Por lo tanto, hay una verdad oculta en el enunciado "nada nuevo hay bajo el sol". Todo lo revelado en el sendero del discipulado y de la iniciación ha estado siempre allí, pero lo que puede percibirse, exteriorizarse e incluirse, se ha desarrollado con las edades. En las primeras etapas del sendero del discipulado, el ojo de la visión es la mente iluminada. El sendero de la iniciación es aquel en que el ojo de la mente constituye la exteriorización -la percepción intuitiva del alma misma. Pero a medida que prosigue la evolución, lo que fue llevado hasta el punto de percibir las verdades existentes, difiere vastamente en el transcurso de los siglos. Aún el adepto de esta época es pronunciadamente más perceptivo e interpreta con más exactitud, siendo su visión más penetrante que la del adepto de los días atlantes; el iniciado que logre la percepción iniciática durante la futura era acuariana será mucho más evolucionado que los que actúan ahora como adeptos. Ya les he advertido que el discipulado va siendo cada vez más difícil, debido a que el discípulo moderno manifiesta una creciente sensibilidad a los valores y realidades esotéricas. Él puede percibir, y efectivamente percibe, lo que fue la meta de la iniciación en primitivos eones, percibiendo estas cosas normalmente y como hechos comprobados en su desarrollada conciencia. Éste es el paralelo espiritual del desarrollo de los cinco sentidos durante la evolución material. Su meta y su "dirección señalada" están muy lejos y su inclusividad le abre esas puertas que en tiempos primitivos sólo se abrían cuando golpeaba el iniciado. En consecuencia, no les presento ningún camino fácil, sino sólo un camino de dificultades y adaptaciones. [e225] [i253] En posteriores etapas, en el sendero de iniciación, hay tres fases que conciernen a las reacciones del iniciado-aspirante. Tenemos ante todo la visión del alma, pero así como en el pasado existía la visión y un punto de partida, ahora el discípulo moderno percibe también muchas de las etapas intermedias, las fuerzas opositoras, las obstrucciones, los obstáculos y los impedimentos que surgen rápidamente. Estas palabras las he elegido deliberadamente. El iniciado-aspirante no está ahora totalmente ciego, ni avanza en la oscuridad total. Hay suficiente luz en él para obtener una "pequeña revelación" y, en esa luz, verá la luz mayor y logrará una percepción más real. Se ve a sí mismo y durante eones el discípulo siempre ha podido hacer eso. Pero ahora percibe y reconoce también a su hermano que está en la luz, que evoca las reacciones de la personalidad y que debe adaptarse no sólo a sí mismo, cuando se descubre como él es, sino también cuando descubre cómo es su hermano. Éstos no son reajustes fáciles y fueron advertidos cuando se impartieron Las Reglas del Camino.* Quisiera enumerar, hermano mío, los enunciados más interesantes que hice en mi instrucción anterior, señalando los que contienen insinuaciones importantes y demostrarle con qué cuidado preparo esta vez lo que trato de impartirle, pues espero que estudie cuidadosamente mis palabras. Los pensamientos claves son:
¿Han pensado alguna vez, hermanos míos, que una de las razones por la que no han establecido libremente contacto en su conciencia vigílica, ni me han hablado directamente, se debe a que el "círculo" es sólo para ustedes una teoría? Mientras el círculo de hermanos no sea una realidad en la conciencia diaria y de principal importancia en la vida cotidiana, no es posible hacer contacto con el "Punto". El discípulo comienza a moverse en la periferia del círculo del Maestro y va hacia el centro; sin embargo, se inclina a invertir este procedimiento en su conciencia. [e229] He dicho que la iniciación es esencialmente un proceso de revelación. Para el discípulo que se está preparando para recibir una iniciación, el énfasis necesariamente se pone sobre el reconocimiento -el inteligente reconocimiento de lo que debe ser revelado. Esto requiere que él salga definitivamente del mundo del espejismo para poder percibir con claridad la nueva visión; se arroja una nueva luz sobre las antiguas y bien conocidas verdades para que cambie [i258] extraordinariamente su significación y, en este cambio, el plan o propósito de la Deidad adquiere un significado totalmente nuevo. El neófito inexperto recibe constantemente revelaciones y registra lo que considera intuiciones poco comunes. Sin embargo, lo que realmente sucede es que va siendo consciente del conocimiento del alma, mientras que para el iniciado la intuición es siempre la revelación del propósito de Shamballa y el cumplimiento, sea desde un ángulo extenso o breve, del Plan divino. La revelación acordada en la iniciación es dada al alma, registrada por la "mente mantenida firme en la luz" y más tarde -con mayor o menor rapidez- es transferida al cerebro. Por lo tanto, podrá verse la verdadera intención del sistema de Raja Yoga que entrena la mente para ser receptiva oportunamente a la Triada espiritual. Se observará también que, durante siglos, el énfasis de los Instructores de la Sabiduría Eterna fue puesto sobre la necesidad de la discriminación, particularmente en lo que al discípulo en probación concierne. Ahora estoy tratando de que la actual enseñanza sobre la iniciación dé un paso adelante y demostrar que esencialmente no es un proceso de fusión de la personalidad con el alma (aunque ése debe ser el paso preliminar), sino de integración de la mónada con la personalidad, llevado a cabo por haber obtenido el alineamiento con el alma. La iniciación, en realidad, es el proceso esencial e inevitable de transferir la primaria triplicidad de la manifestación, a la dualidad básica espíritu materia. La crucifixión y muerte de Cristo estaban destinadas a "disolver al intermediario" y a revelar a los iniciados de los últimos 2000 años, la transmutación de la trinidad de la manifestación en la dualidad del propósito. No puedo expresar esto de otra manera, pero el iluminado comprenderá lo que quiero decir. Los interpretadores del Evangelio y los numerosos discípulos de la dispensación cristiana, no captaron en forma peculiar esta revelación; pusieron el énfasis sobre la muerte de la personalidad cuando Cristo pasó por la experiencia del "gran vacío de la oscuridad" y emitió en voz alta el mántram oculto, "Dios Mío, Dios Mío, ¿por qué Me has abandonado?", reconociendo con eso simultáneamente la diferencia que había con Su "manto de gloria" (simbolizado en el [i259] reparto de Su vestidura por los soldados romanos), llamando también [e230] la atención a todos los futuros discípulos e iniciados sobre la desaparición del "principio medio", el alma; Él proyectaba (en la conciencia mundial) el reconocimiento que debe venir por la relación con el Padre o la Mónada. Esta gran disolución culmina para nosotros en el momento de la tercera iniciación, cuando la Luz de la mónada anula a la luz del alma y a la luz atómica material de la triple personalidad. Pero -y aquí reside la cuestión- el reconocimiento de esta muerte y sus efectos, sólo está simbólicamente representado y reconocido en el momento de la cuarta iniciación, la Crucifixión. Todas las disoluciones, muertes, renunciaciones y desapariciones menores, de lo que la naturaleza inferior aferra y a su vez es aferrada, actúan en relación con los aspectos habituales de la vida de la forma y de la consciente sensibilidad y percepción, y son simplemente preparatorias y simbolizan la gran disolución final del cuerpo causal, consumada en la Crucifixión. Esto conduce a la resurrección, o elevación de la conciencia de la personalidad-alma (debidamente fusionada y mezclada) en la conciencia de la mónada, la cual es lograda finalmente y llevada al grado de perfección solar en la iniciación de la Ascensión. He presentado esta enseñanza en términos cristianos para que ustedes puedan captarla más fácilmente, pero existen otras y numerosas formulaciones y acercamientos a estas verdades y, cuanto más nuevas, más cuesta presentarlas. Sólo las comprenderán quienes están por recibir inminentemente la iniciación; otros preferirán interpretarlas para sí mismos mediante fórmulas fáciles y muy conocidas de la etapa preparatoria para la unificación del alma y la personalidad. La etapa donde se reconoce la revelación otorgada al iniciado en los Misterios mayores se divide en fases menores, y puede decirse que son tres, aunque mucho depende de la iniciación que se va a recibir y del rayo a que pertenece el discípulo preparado. Éstas son:
Hoy nada más tengo que decir respecto a la iniciación. Reflexionen sobre lo dado y capten hasta donde les sea posible imaginativamente, la magnificencia del proceso iniciático -que es vastamente más incluyente que lo indicado en cualquier enseñanza dada hasta ahora. Cuando la guerra haya terminado y el nuevo mundo, con su civilización y cultura venideras, comience a tomar forma, se pondrá creciente énfasis sobre el propósito de la Deidad controladora o la Vida o Energía básica, al actuar a través de la humanidad. Esto lo harán los esoteristas entrenados. Gran parte de lo que dicen hoy los dirigentes mundiales y los trabajadores servidores en todas las naciones, indica que responden inconscientemente a la energía de Shamballa. Hacia el final del siglo y en las primeras décadas del siglo XXI, se proporcionará enseñanza sobre Shamballa. La mente abstracta del hombre se esforzará por comprenderla, así como en la actualidad el discípulo se esfuerza por establecer [i262] contacto jerárquico. El espejismo va desapareciendo, las ilusiones se van disipando, la etapa de penetración en una nueva dimensión, en una nueva fase de esfuerzo y de realización, se está alcanzando rápidamente. Esto se realiza a pesar de todo el horror y la agonía, y será uno de los primeros resultados de la tregua de la guerra. La guerra misma va destruyendo ilusiones, revelando la necesidad de cambiar y produciendo la demanda de un nuevo mundo futuro y de una venidera belleza de la vida, que será revolucionaria y también una respuesta materialista hacia un intenso proceso iniciático en el que pueden participar todos los discípulos y para el cual pueden prepararse los aspirantes avanzados. Las Fórmulas Ahora que presumiblemente han meditado durante algunos meses sobre las Fórmulas, de acuerdo a mis instrucciones, trataré de impartirles algunas de las implicaciones más profundas. Fórmula Uno.
Estas fórmulas y sus implicaciones han causado gran preocupación, debido a que son extremadamente difíciles de interpretar. Les pediría recordar que individualmente [i263] no pueden captar la amplitud de su propia comprensión, porque la mente (el principal factor condicionante en la vida del discípulo en las primeras etapas de su entrenamiento) conoce mucho más de lo que el cerebro es capaz de registrar. Posteriormente, en la vida del iniciado, el alma registra conscientemente para el discípulo que puede identificarse con ella, mucho más de lo que a la mente concreta le es posible registrar. Por lo tanto, les pediría que no midan la capacidad de comprensión que poseen, sino que simplemente cavilen y reflexionen. Resumiré brevemente algunas de las cosas que indiqué sobre estas fórmulas, en instrucciones anteriores:
[e234] Estos efectos resultantes de la correcta comprensión de las fórmulas, podrían ser considerados como reacciones -automáticas e inevitables; la palabra "reacción" la empleé en mi última instrucción. Estas reacciones son frecuentemente y podría decir generalmente, inconscientes, y sólo gradualmente el discípulo se da cuenta de que reflexionando tranquilamente sobre la fórmula, puede obtener ciertas [i264] expansiones de conciencia, una mayor sensibilidad y un reconocimiento intuitivo de lo hasta ahora invisible e incomprendido, produciendo cambios definidos en su naturaleza subjetiva. Realiza su trabajo designado y los resultados se producen en forma simple y natural. Aquí hay una insinuación sobre la necesidad de la obediencia oculta. Mi responsabilidad es indicarles el trabajo que quiero que efectúen y los pasos que han de dar, debiendo por lo tanto hacer el trabajo. La mayoría de ustedes que viven normalmente en el mundo de los efectos y no en el mundo de las causas, se preocupan de los posibles resultados y las diferencias fenoménicas (si puedo llamarlas así) que esperan surjan del trabajo. Por consiguiente en vez de concentrarse sobre la exactitud del trabajo y la meticulosa obediencia, dedican su energía a pensar en lo que sucederá, a considerar las dificultades del trabajo y a creer que en su caso particular no se producen resultados. Al darles estas fórmulas, trato principalmente de ayudarlos a trabajar en el mundo de las causas y sacarlos así conscientemente del mundo de los efectos. Por consiguiente les pediría que realicen el trabajo indicado, concentren sus mentes sobre las fórmulas de poder, "trabajen sin apego" -tal como el Bhagavad Gita lo expresa- y que se abstengan de buscar resultados, sabiendo que se producirán aunque no lo reconozcan, hasta que su enfoque sea más definidamente subjetivo. No he dicho "introspectivo", hermanos míos, sino "subjetivo". 'Ser introvertido significa realmente que, como personalidades pensantes, miran siempre hacia su vida mental y sentimental interna. Eso no es vivir subjetivamente, es vivir como observador externo que mira hacia adentro. Vivir subjetivamente significa que el enfoque de su conciencia está dentro y que de allí miran en dos direcciones: externamente a la personalidad, en el plano físico; internamente al alma. Reflexionen sobre esto. La diferencia es muy real y deberían captarla. El hombre que conoce la diferencia entre vivir una vida introspectiva y una vida subjetiva, está en camino de ser un verdadero esoterista. Consideremos por un momento la Fórmula Uno y busquemos su [i265] interpretación más simple, aunque avanzada, desde el ángulo del neófito (que ya no deberían serlo). Tomaré una o dos ideas [e235] generales que surgen de un análisis del todo y luego algunas frases que -al interpretarlas- pueden arrojar luz sobre ciertas significaciones y prácticas. En primer lugar, quisiera que observaran el énfasis puesto sobre el "ojo" en esta fórmula. Es una nota clave y está expresada de diversas maneras. En todas las ideas subyace el concepto de ver, de un Ser Que Ve, mirando al Todo creado. Este mismo concepto se encuentra en el símbolo masónico fundamental del Ojo de Dios que domina todo dentro del templo. En esta fórmula tenemos:
[e236] Por lo tanto, después de una cuidadosa reflexión podemos ver cuán simple es este tema esotéricamente considerado, y que la clave de su comprensión reside en la identificación consciente con los tres, tanto secuencialmente, a través del crecimiento, como simultáneamente, por medio de la iniciación. Aquí hago una insinuación esotérica. Segundo, quisiera que observaran que esta fórmula se relaciona con el antakarana:
Éstas son algunas de las significaciones más evidentes; surgirán otras más profundas cuando sean realidades y no teorías especulativas en sus vidas. Por lo tanto, será evidente que es necesario trabajar definidamente sobre las instrucciones dadas respecto al antakarana. En conexión con lo referente a la Fórmula Dos, dije que el alineamiento "será nuestra siguiente consideración cuando la Fórmula Uno haya producido ciertos cambios en la conciencia. No consideraré estas fórmulas ahora. Sólo señalaré que sus principales implicaciones pocas veces serán como ustedes creen, pues están condicionados por las palabras e interpretaciones de la mente concreta inferior".
* El Discipulado en la Nueva Era. T. I, pág. 535. |
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