Ahora iniciaremos el estudio de los cinco
grupos de almas. A fin de clasificar y comparar, dividiremos a la humanidad
terrestre en los siguientes grupos:
1.
Egos lemurianos
nuestra verdadera Humanidad terrestre.
2.
Egos que aparecieron
en la Atlántida.
3.
Egos de la cadena lunar
provenientes de la Luna.
4.
Egos
provenientes de otros planetas.
5.
Egos raros y avanzados
que esperan encarnar.
Consideraremos brevemente un tema que para el sicólogo y el estudiante
comunes, que no están familiarizados con las enseñanzas y
los términos ocultistas, podrán parecerles ilusorios e ininteligibles.
La razón de esto se debe a que estamos tratando el origen de
las almas que se expresan mediante seres humanos, los yoes que actúan
a través de la forma y son intangibles y -hablando científicamente-
no pueden ser verificadas. Sólo pueden ser inferidas por quienes
aceptan los presentimientos, deducciones y conclusiones que no pueden ser
verificadas con el tipo de equipo humano empleado ahora. La psicología
moderna, generalizando, considera al alma de diversas maneras:
Que no existe, y lo único evidente y comprobable es el mecanismo
inteligente.
Que constituye la suma total de las reacciones conscientes de las
células del cuerpo, en otras palabras, la sensibilidad del organismo.
[e165]
Que es un yo que evoluciona gradualmente, imparte vida y a medida
que transcurre el tiempo imparte percepción; considera que el
cuerpo lo condiciona y que es un producto de la evolución de
ese
[i202] cuerpo
durante las edades. Sin embargo, afirma que no existe en seres humanos
de tipo inferior; que posiblemente sea inmortal, pero eso no se lo puede
comprobar y no se lo considera un hecho.
Que es un yo definido, una entidad, que anima un cuerpo, actúa
en distintos niveles de la conciencia humana y posee continuidad, inmortalidad
y potencialidad.
La enseñanza ocultista acepta estas hipótesis como correctas,
pero relativas en tiempo y espacio y se refieren a las diferentes formas
de vida divina y a los distintos aspectos de esas formas. Hoy nos abocamos
a la enseñanza oculta, correcta o errónea, y nuestras premisas
y conclusiones pueden ser establecidas en las siguientes proposiciones:
Cada ser humano, en encarnación o no, es un fragmento
de la divinidad y una avanzada de la conciencia divina, actuando
en tiempo y espacio para expresarse.
Todas estas almas, yoes o seres humanos, se hallan, como hemos visto,
en una de las siete emanaciones de la energía espiritual que
surge de Dios al comenzar una era de actividad creadora y vuelven a
la fuente de donde emanaron cuando ese ciclo particular ha terminado.
En el intervalo de la emanación y absorción, estas almas
pasan a través de diversas experiencias, hasta el momento en
que pueden brillar en toda su exacta verdad.
Se las denomina, como se ha expuesto, en el Tratado sobre Fuego
Cósmico, (pág. 680).
Estas almas, que cíclicamente adoptan distintas formas de
vida en el largo proceso evolutivo, llegan con el tiempo a una existencia
plena y autoconsciente, lo cual significa que son autodeterminadas,
autocondicionadas y autoconscientes. También son conscientes
de, y responden a su medio ambiente. [e166]
Una vez obtenida esta percepción consciente, el progreso es
más rápido. Debe tenerse en cuenta que muchos seres humanos
no poseen dicha percepción. Las agrupaciones que surgen de esta
percepción (manteniendo nuestras ideas dentro del radio de la
familia humana) son:
Las almas que viven, pero su conciencia está
dormida. Estos seres humanos aletargados, tienen un grado muy inferior
de inteligencia y la percepción de sí mismos y de
la vida es tan tenue y nebulosa que sólo las formas más
inferiores de la existencia humana entran en esta categoría.
En forma racial, nacional y tribal no existen como tipos puros,
sino que ocasionalmente nacen en los bajos fondos de las grandes
ciudades. Son como una reversión y nunca nacen entre los
salvajes, nativos o campesinos.
Las almas que son simplemente conscientes
del plano físico y de las
[i204]
sensaciones. Estas personas son
lentas, inertes e inarticuladas; el medio ambiente les trae
confusión, pero los acontecimientos no las perturba
tanto como a los tipos más avanzados y emocionales. No tienen
sentido del tiempo ni del propósito; muy raras veces pueden
estar preparadas mentalmente y pocas veces demuestran capacidad alguna.
Si se las dirige pueden hacer trabajo de pico, de pala y de acarreo;
comen, duermen y procrean, siguiendo los instintos naturales del cuerpo
animal. Sin embargo, aún no han despertado emocionalmente y
mucho menos mentalmente. Son individuos raros y existen miles de ellos
en nuestro planeta. Pueden ser reconocidos por su total incapacidad
para responder al entrenamiento emocional y mental y a la cultura.
Las almas que comienzan a integrarse y están
emocional y síquicamente despiertas. En ellos, lógicamente,
está despierta la naturaleza animal y comienza a predominar
la naturaleza del deseo. Muy pocas de estas personas se encuentran
en las razas, algunas se hallan entre los negros, raza que posee
un gran número de personas que está aún en
la etapa infantil. Estas almas infantiles poseen equipo mental,
y algunas pueden ser entrenadas para que lo empleen; ponen el énfasis
de la vida preponderantemente en la actividad física; están
animadas por el deseo de lograr satisfacciones y una superficial
vida o naturaleza de deseo, orientada, casi totalmente, hacia la
vida
[i205] física.
Tales almas son la analogía moderna de la antigua cultura
lemuriana. [e167]
Las almas que son primordialmente emocionales,
cuya mente no es muy ágil y sólo raras veces entra
en actividad, y cuyo cuerpo físico se desliza constantemente
hacia el reino de lo inconsciente. En cada raza y nación
existen millones de almas en estas condiciones. Pueden ser consideradas
como atlantes modernos.
Las almas que pueden ser clasificadas como
seres humanos inteligentes, aptos para aplicar la mente si se los
entrena y demuestran que pueden pensar cuando surge la necesidad.
Sin embargo siguen siendo predominantemente emotivos. Constituyen
la mayoría de la moderna humanidad actual. Son los ciudadanos
del promedio de nuestro mundo moderno, buenos, bien intencionados,
capaces de desplegar una intensa actividad emotiva, con una naturaleza
sensoria casi superdesarrollada, fluctuando entre la vida de los
sentidos y de la mente. Oscilan entre los polos de la experiencia.
Sus vidas transcurren en una continua agitación astral, pero
tienen momentos, cada vez más frecuentes, en que la mente
puede momentáneamente hacerse sentir y en casos necesarios
tomar importantes decisiones. Estas personas agradables y buenas,
están mayormente controladas por la conciencia de la masa,
porque no piensan. Pueden ser regimentadas y estandarizadas con
facilidad por una religión y un gobierno ortodoxos
Las almas que piensan y son mentales. Aumentan
constantemente y adquieren poder a medida que los procesos educativos
y descubrimientos científicos obtienen algunos resultados
y logran expandir la percepción humana. Constituyen la elite
de la familia humana y son los que triunfan en algún sector
de la vida. Incluye a los escritores, artistas, pensadores en diversos
campos del conocimiento y dirigentes religiosos, científicos,
trabajadores técnicos y artesanos de la aspiración
humana, políticos, y a todos aquellos que, aunque están
en primera fila, toman las ideas y proposiciones y las desarrollan
para el ultérrimo beneficio de la familia humana. Son los
aspirantes mundiales y los que comienzan a introducir en su conciencia
el ideal del servicio.
Las almas cuyo sentido de percepción
se ha desarrollado en grado tal en el plano físico que pueden
pasar al Sendero de Probación. Son los místicos, conscientes
de la dualidad, hostigados por los pares de opuestos, pero que no
pueden
[e168]
descansar hasta haberse polarizado
en el alma. Son las personas sensibles que luchan y no quieren fracasar
ni vivir en el mundo actual. Su mente es ágil y activa, pero
no pueden controlarla debidamente, y la iluminación superior
es aún una alegre esperanza y una última posibilidad.
[i207]
Las almas cuya inteligencia y amor se han
desarrollado e integrado en tal forma, que pueden comenzar a hollar
el Sendero del Discipulado. Son los místicos prácticos
o los ocultistas de los tiempos modernos.
Las almas que se han iniciado en los misterios
del reino de Dios. No solamente son conscientes de sus vehículos
de expresión, la personalidad integrada, sino también
de sí mismas como almas, que saben, más allá
de toda controversia, que no existe mi alma ni tu alma,
sino simplemente el alma. No sólo la conocen
como un principio mental y una realidad sentida, sino también
como un hecho en su propia conciencia.
Las almas que han logrado liberarse de todas
las limitaciones de la naturaleza forma y moran eternamente en la
conciencia del Alma Una; no se identifican con ninguna aspiración
de la vida de la forma, por muy desarrollada que esté. Pueden
emplear y emplean, en bien de todos, la forma a voluntad. Son los
Maestros de la Vida, los adeptos perfectos.
No es necesario que me extienda más sobre esto, sólo haré
inferencias. No se puede hacer un análisis detallado dada la
limitación de la mente humana. Lo que antecede es una amplia
generalización, y las distintas agrupaciones se mezclan en forma
confusa. Hay millares de diferentes tipos intermedios, pero este análisis
servirá de estructura sobre la cual se podrá construir.[i208]
Debido al desarrollo actual de la raza podemos ahora estudiar los
tipos, las cualidades de esas almas, el mecanismo de respuesta que deben
emplear y la naturaleza del mecanismo de contacto que han construido,
a fin de permitirles actuar en el mundo tal como hoy lo conocemos. La
ciencia y la religión están desarrollando la última
de las ciencias denominada psicología. El momento es propicio
para ello.
Todas las almas que vienen a la existencia han surgido de alguna
Fuente en determinado momento de su expresión cíclica.
Esto podrá parecerle al pensador moderno que son simples conjeturas
y probablemente las considere de poco valor o interés, pero presumiblemente
imaginarias. Puedo decir
[e169]
que el ocultista considera las afirmaciones
antedichas como que constituyen una ciencia exacta comprobada, pero presentada
en forma simbólica a la consideración de las mentes de los
hombres. Los esotéricos y teósofos harán bien en
recordarlo y comprender que sus divisiones y agrupaciones, sus afirmaciones
y enunciados, respecto a la enseñanza oculta, y sus pronunciamientos
sobre tiempo y lugar, son en su mayoría simbólicos y deben
considerarse como tales.
Al proceso mediante el cual la naturaleza del alma y la de la forma
se encuentran y mezclan, se lo denomina individualización:
Individualización
es la entrada
del alma al sendero de exteriorización por medio de una forma.
De esta manera, mediante el empleo de la forma, le es posible expresarse
en los tres mundos.
Iniciación
es el proceso mediante
el cual un alma, habiendo agotado los recursos de la vida de la
forma y
[i209]
alcanzado el dominio y la expresión,
vuelve a su fuente de origen. El alma realiza esto en cinco etapas,
pasos o iniciaciones, que constituyen la analogía de la vida
interna del alma y las cinco etapas mediante las cuales se desarrolla
la expresión en las razas estrictamente humanas, empezando
por la etapa lemuriana, pasando a través de la atlante y
de la aria, y así sucesivamente hasta las dos razas finales
de nuestro planeta en este ciclo mundial.
En lo que a la individualización concierne deben recordarse los siguientes
puntos:
En la cadena lunar la individualización tuvo lugar en la quinta
raza de la tercera ronda.
En los días lemurianos tuvo lugar la individualización,
porque era la tercera raza raíz y la cuarta ronda.
En la época atlante se abrió el portal de la iniciación
a lo más selecto de la familia humana, convirtiendo la iniciación
en objetivo obligado. Todos los que pudieron o pueden llegar a iniciarse
de esta manera son luces que siempre irradian. En los días
lemurianos vinieron a la existencia las luces que siempre arden.
En nuestra raza tenemos las luces que siempre brillan.
Es la individualización de los tipos de la sexta raza que vinieron
en la segunda ronda.[e170]
Sería bueno recordar que el alma que vino a la encarnación
en la antigua Atlántida, se individualizó en la cadena llamada
lunar. Este período de desarrollo fue anterior al de nuestra [i210]tierra, y, sobre él nada sabemos.
Por consiguiente, estos egos no se individualizaron en nuestra tierra, sino
que aparecieron en nuestro ciclo evolutivo como seres humanos -de orden
tan inferior como el más inferior de nuestra actual humanidad, pero
algo más superior a los egos que se individualizaron en la antigua
Lemuria.
Sería interesante observar aquí que el Cristo fue el primero
de nuestra humanidad terrena que alcanzó la meta, mientras que el
Buddha fue el último en realizarlo en la humanidad de la cadena lunar.
Respecto al desarrollo de estos dos hijos de Dios, el del Cristo fue muy
rápido, pues en la época atlante se hallaba en el Sendero
de Probación al igual que el Buddha. Éste, cuando vino a la
encarnación desde la cadena lunar (que hasta ese momento se hallaba
en estado de pralaya, como lo denomina la enseñanza ocultista)
entró en el Sendero de Probación poco tiempo antes que su
hermano el Cristo. Desde el punto de vista evolutivo, el rápido desarrollo
de la evolución del Cristo no ha tenido paralelo. Nunca ha
sido igualado, aunque en la actualidad hay personas en nuestro planeta que
han comenzado a desarrollarse ya con igual rapidez (pero no antes,
de manera que tienen un trasfondo de un lento desarrollo individual que
sólo ahora está siendo acelerado). Sin Embargo, tal rapidez
es algo muy distinto, pues muchos de los discípulos actuales han
venido a la evolución terrena desde la cadena lunar donde ya habían
logrado cierto desarrollo. No han llegado a su etapa desde la época
lemuriana como lo hizo el Cristo, por eso es un ejemplo único.
Sería muy interesante saber cómo y por qué vinieron
a la evolución de nuestro planeta egos de ciclos anteriores y de
otros sistemas planetarias, pero no tiene real importancia para quienes
estudian este tratado. Por lo tanto, no lo consideraremos, pues es hipotético
e imposible de corroborar o sustanciar. No hay un canon para hacer comparaciones,
ni puede establecerse lo que es importante [i211]
mediante conjeturas. Todo lo que puede decirse
es que los tres tipos monádicos mayores vinieron a la existencia
de la cadena lunar, o durante la etapa lemuriana de individualización,
y los tres determinan en gran parte lo que hoy transcurre. Aquí sólo
puede darse alguna información que arroje luz sobre el tema y
matice la generalidad de los pensamientos; pero resulta imposible comprobarlo
o aceptarlo como inferible o posible. El estudiante podrá determinarlo
cuando su conocimiento y poderes sean mayores que los actuales y aptos para
ese propósito. [e171]
Como es bien sabido, los tres tipos principales monádicos son voluntad
o poder, amor-sabiduría e inteligencia activa. Por lo tanto deben
recordarse los siguientes hechos:
Los egos de inteligencia activa, individualizados en la cadena lunar,
constituían el 75%, y el 25% restante estaba repartido entre
los otros dos.
En la época lemuriana predominaban los egos de amor-sabiduría
y a su vez constituían el 75%, y el 25% restante eran egos de
inteligencia activa. Muy pocos en verdad, un número prácticamente
insignificante, se individualizó en la línea de poder
o de voluntad de ese período.
Hubo una gran afluencia de egos que se individualizaron en los primeros
días atlantes y pertenecían prácticamente al tipo
poder-voluntad. Puede decirse que el 80% de los que entraron en la evolución
humana en ese tiempo eran egos que expresaban el aspecto voluntad de
la deidad, y el 20% restante pertenecía a la línea de
amor-sabiduría.
Todos éstos, conjuntamente con los egos que se individualizaron en
la cadena lunar y que iban llegando continuamente a las etapas finales del
período atlante, [i212]
a medida que las condiciones planetarias los
condicionaban, constituyen el grueso de la humanidad moderna, además
de algunos raros egos que se deslizan en nuestra evolución planetaria
por una razón u otra y nunca se adaptan ni encajan adecuadamente
en nuestra vida planetaria. Éstos siguen siendo persistentemente
anormales.
Dos acontecimientos de gran importancia ocurrirán no antes de mucho
tiempo. La puerta se abrirá a fin de admitir almas raras y peculiares
que traerán a nuestra civilización aspectos nuevos y cualidades
extrañas y nuevas de la Deidad, aunque no se abrirá para la
individualización común. Estos tipos raros e inesperados provocarán
gran confusión a nuestros sicólogos. Se debe observar aquí
que la individualización es una crisis y no un desarrollo. Esto
es muy importante y debería tenerse en cuenta al considerar este
difícil tema. Es el resultado del desarrollo, desarrollo que no debe
conducir necesariamente a esta crisis particular. La causa de esta crisis
en la vida de las almas está aún oculta en la conciencia del
Logos planetario y solo será revelada en la iniciación. Existen
características y cualidades del Logos planetario que siguen siendo
incomprensibles para nosotros.
Cuando el reino animal, considerándolo desde el punto de vista del
todo y no desde el punto de vista de las especies, alcanzó una etapa
particular de desarrollo, entonces simultáneamente se [e172]
produjo una precipitación de energía
de los siete rayos en la vida planetaria. Esto sucede muy raras veces, y
el enorme estímulo que sufrieron entonces las formas sensibles de
la vida (los animales en esa época eran muy sensibles), produjo el
surgimiento de una nueva forma, la humanidad infantil. Fue la reacción
de ese reino, expresada a través de la vida que mora internamente,
el Ser animal (que es la vida animadora de ese reino de la naturaleza),
la que produjo la individualización en los más avanzados hombres-animales
de entonces.
Lo expuesto en libros ocultistas de que los perros y otros [i213]
animales respondieron al impulso divino por
medio de la actividad de la voluntad o del amor, podrá ser de naturaleza
simbólica, pero literalmente no es correcto, aunque lo creen muchos
fervorosos estudiantes ocultistas. Dichas formas específicas de vida
no existían en tiempos tan remotos, principalmente en la cadena lunar.
La consideración de las especies y tipos no es conveniente y resultaría
inútil y una pérdida de tiempo. Lo que verdaderamente ocurrió
fue una reacción de todo el reino animal a la afluencia de los tres
tipos principales de energía, que se expresaron por medio de los
siete tipos comunes y evocaron así respuesta de esas formas de vida
que fueron energetizadas mediante los tres centros principales -cardíaco,
coronario y laríngeo- del Ser, que es la vida animadora. Como respuesta,
surgió un enorme impulso ascendente, que hizo posible el establecimiento
de un nuevo reino.
Un acto creador es siempre el resultado de la inspiración captada,
reconocida por lo que es, desarrollada por el aspecto forma, comprendida
y fomentada por el cerebro y el corazón del hombre. Así se
producen cosas nuevas. Aquí no me refiero al instintivo acto creador
del cuerpo físico. De esta manera y por haber respondido a la inspiración,
vino a la existencia el reino animal. Primero tuvo lugar la afluencia de
energía estimulante e inspiradora; luego vino el reconocimiento,
por parte de la forma, que dio por resultado la iniciación de la
actividad; después se produjo lo que no había existido hasta
entonces. Así apareció un nuevo reino de la naturaleza.
Esto mismo está sucediendo hoy en el mundo. Hay una afluencia de
energía espiritual que vitaliza, trasforma y hace creadora a la humanidad.
Por lo tanto es posible realizar el trabajo iniciático con el fin
de que aparezca en la tierra un superior y nuevo reino. Pero esto se deberá,
como anteriormente, a que la triple energía afluye de siete maneras.
El poder de [i214] estas
fuerzas reside detrás de los disturbios de los momentos actuales,
pero un nuevo reino de la naturaleza será creado. [e173]
El valor de esto, psicológicamente hablando,
no reside detrás de los históricos hechos establecidos, sino
en los tipos de egos superiores que han aparecido actualmente en la tierra
y existen entre los hombres en todas partes. Las almas que corresponden
al aspecto voluntad son relativa y naturalmente pocas; las almas que pertenecen
al aspecto amor aparecen más frecuentemente; las almas inteligentes
están más diseminadas. Se está estableciendo actualmente
un equilibrio entre las almas que pertenecen al aspecto amor y al aspecto
inteligencia, y unidas deben inaugurar e inaugurarán la nueva civilización
que constituirá el campo para la futura cultura del reino de Dios
en la tierra. La llegada de este reino será tanto la precipitación
de una realidad interna, como un factor invisible, similar a un germen que
actúa dentro del cuerpo humano. La precipitación y el cultivo
del reino germen va sucediendo lentamente.