La Exteriorización de la Jerarquía - Los Factores de la Situación Mundial

      


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LOS FACTORES DE LA SITUACIÓN MUNDIAL

[i423] Abril de 1944

Hasta ahora he escrito para los aspirantes del mundo, durante muchos festivales de Wesak. Repetidas veces llamé la atención a ustedes y a ellos, sobre la estrecha relación que se va estableciendo entre el mundo de los hombres y el mundo de las almas. Repetidas veces también señalé que tuvieron lugar -de acuerdo a la Ley de Evolución- ciertas grandes fusiones, unificaciones o grandes Acercamientos. Indiqué que la actividad actual de nuestro Logos planetario está trayendo ciertos ajustes mayores en la esfera de influencia planetaria, que afectan principalmente al reino humano. Les hice conocer la urgencia de la vida entrante, produciendo tensión, reconocimientos espirituales muy amplios, el inmediato derrocamiento de falsos dioses y normas, y la supresión de las cristalizadas y caducas interpretaciones (llamadas doctrinas) de las realidades espirituales. Por estos medios, se despeja el camino para un nuevo y simple reconocimiento de la divinidad, que satisfará no sólo el corazón de la persona más sencilla, sino la necesidad del más inteligente. Hablé en términos de la unión del pensamiento oriental y occidental y de la necesidad de que las grandes civilizaciones -nutridas por la influencia de Shri Krishna, Buda y Cristo- se unan más estrechamente. Dije (y lo reafirmo) que Aquel Que viene hará posible y efectiva esta unión, acontecimiento que será reconocido mundialmente.

Afirmé también que estamos llegando a un período culminante en la historia humana, período en el cual están generalmente activos los Señores del karma. La Ley de Causa y Efecto está trayendo a la superficie los resultados de las actividades pasadas, el pensamiento subjetivo y los impulsos secretos, aplicando el castigo y limpiando la pizarra de la historia humana. Cuando estuvo en la tierra, hace dos mil años, Aquel a quien todos los discípulos sirven, dijo que las cosas secretas serán reveladas; por el surgimiento del bien y del mal los hombres llegarán al conocimiento, a la comprensión, y se verán obligados a dar esos pasos necesarios para
[i424] construir un mundo nuevo mejor, basado en la Ley del Amor y no en las Leyes de ha Separatividad y del Odio. Esto es lo que sucede ahora.

He dicho también que las Fuerzas de la Luz se acercan a la
[e353] tierra y que la Jerarquía constantemente se acerca más al género humano.

Estos eventos básicos, estos acontecimientos subjetivos y estas determinaciones espirituales -bajo la Ley de Acción y Reacción- evocaron más rápidamente una respuesta de las Fuerzas del Mal (presentes en nuestra vida planetaria) que de la humanidad. Ciertas grandes Fuerzas o Energías personificadas, de la oscuridad y del mal, se organizaron y dieron los pasos necesarios (así lo creyeron) para impedir que la humanidad avance hacia la Luz, valiéndose de las debilidades, egoísmos e intereses del hombre; así como el bien puede estimular a que se exprese la bondad latente en la humanidad, del mismo modo el mal puede evocar un mal mayor de quienes son susceptibles, debido a la innata flaqueza de los irreflexivos y los emocionales: las Fuerzas de la Luz trabajan solo con las almas de los hombres. Han avanzado rápidamente mentiras, falsas enseñanzas, propaganda maligna, guerra de nervios, el cultivo del temor, la organización de grupos de trabajadores aislados en cada nación, dedicados a minar la rectitud y distorsionar la verdad. Grandes y fundamentales verdades fueron tergiversadas para satisfacer los fines de los trabajadores del mal.

Por ejemplo, la doctrina de la super raza fue interpretada como significando la superioridad de la nación y la cultura alemanas por encima de Occidente, mientras se acentuaba la divinidad de los Hijos del Cielo (la raza japonesa) por encima de Oriente. Los pueblos desorientados de ambas naciones, fueron inducidos a creer que tenían una grande y espiritual misión: dominar el mundo.

Éste fue el primer resultado del acercamiento del reino de Dios a la tierra, o más bien al plano físico. En ese reino, hombres de todas las razas demostrarán su divinidad y el reino de las almas será reconocido como el hogar universal y la raza de todos los hombres, en el cual las nacionalidades separatistas no tendrán cabida ni serán reconocidas.

[i425] Las Fuerzas del Mal buscaron a esos guías y grupos que son la analogía materialista de los guías espirituales y tratan de guiar a la humanidad en líneas correctas. Tomaron posesión (y empleo esta palabra deliberadamente) de los malignos hombres que conducían a las Potencias del Eje -Hitler, Tojo, Goebbels, Ribbentrop, Himmler y, en menor grado Mussolini, Hess, Goering y Otros. Ellos dominaron en forma total las mentes de los hombres, ya distorsionadas por la ambición y las inclinaciones sádicas. ¿A quién, se preguntarán, me refiero al decir “ellos”? Quiero significar a esas individualidades inteligentes malignas, carentes de amor, plenas de odio, que son para el mundo del enfoque [e354] egoísta y material lo que la Jerarquía de Maestros, que trabaja bajo el Cristo, es para los esforzados aspirantes humanos. El poder de estas fuerzas malignas es enorme, porque no reconocen ninguna restricción o limitación humana comúnmente decente; trabajan por medio de la violencia, la coerción, la crueldad, el odio, el terror y la mentira; tienden a subyugar a la conciencia humana por medio del completo control de las mentes de los hombres, la restricción del bien y la promulgación del mal; estimulan el cerebro de los hombres mediante la amplitud de su conocimiento maligno y mágico; esto lo digo literal y físicamente. La Gran Logia Blanca que trabaja bajo la inspiración de Cristo y de Shamballa, actúa necesariamente bajo ciertas restricciones espirituales. La coerción no es permitida; las mentes de los hombres deben ser y permanecer libres; es permitido estimular el alma de los hombres, porque da por resultado el estímulo de la expresión del amor y de la comprensión que conduce a rectas relaciones humanas. Estas restricciones espirituales hacen que el progreso de las Fuerzas de la Luz sea muy lento; les interesa recordar que la duración de la guerra dependió en parte de la incapacidad de los Ejércitos del Señor para impedir que se cometieran los crímenes de los cuales las Potencias del Eje eran responsables. Las actividades físicas de las Fuerzas de La Luz reconocen ciertas limitaciones, y las Fuerzas del Mal aprovechan esto constantemente. El bombardeo en masa de las poblaciones fue comenzado por Hitler y él pudo haberlo terminado inmediatamente si así lo hubiera querido.

[i426] Hay otro aspecto de este asunto sobre el cual quisiera llamarles la atención. Estas restricciones que las Fuerzas de la Luz reconocen, tienen también un efecto indeseable en lo que respecta al ignorante bien intencionado, y la manera de interpretar la Ley del Amor en quienes están emocionalmente polarizados. Las Naciones Aliadas que trabajan para la liberación y la libertad humanas (y por lo tanto de acuerdo a la Ley del Amor bien comprendida) se ven impedidas de seguir las líneas de la crueldad indiscriminada que caracterizó a las técnicas alemana-japonesa: tortura, hambre, falsa propaganda, maltrato y abuso de los prisioneros, y campañas de terror. Los reglamentos de los Hermanos de la Humanidad no permiten estas iniquidades. Desde un ángulo estrictamente físico, puede interpretarse como que las Huestes del Señor están en desventaja. Esta correcta actitud de parte de las Fuerzas de la Luz tiene un efecto indeseable sobre los apaciguadores y pacifistas del mundo, los cuales por razones humanitarias y por amor a las formas, mediante las cuales actúa la humanidad, llevarían inmediatamente al fin de la guerra.

En su ceguera bien intencionada sacrificarían el futuro de la humanidad y las vidas de millones de personas en fecha
[e355] posterior, por la cesación momentánea de las hostilidades. Insisto que las Fuerzas del Mal deben ser derrotadas ahora; los malignos guías deben ser arrancados de su alto lugar y la completa derrota y aniquilación de los responsables de lanzar este horror sobre la humanidad, es una necesidad absoluta y un deber obligatorio, si la seguridad, el bienestar y el nuevo orden de vida más feliz, deben ser el signo de las generaciones venideras. Un final temporario de la guerra sólo daría tiempo a las Fuerzas del Mal para reorganizarse, y la futura guerra sería infinitamente peor que ésta. Lo dice el humanitario inteligente y también es la opinión de la Jerarquía. La Jerarquía está firmemente de parte de los que piden una guerra hasta el fin, y las razones son: la salvación final de millones de vidas y la conservación de ciertos valores espirituales básicos.

Las cuestiones son espiritualmente mucho más serias de lo que creen;
[i427] el trabajo de la Jerarquía es obstaculizado no sólo por las restricciones, bajo las cuales las Fuerzas de la Luz deben trabajar, sino también por el trabajo y las expresiones tontas e insignificantes de los hombres de poca visión que no ven las posibilidades futuras, si la guerra llegara a un término, inconcluso, los cuales (por la comodidad actual de la generación presente) sacrificarían a los niños de mañana y a las generaciones posteriores. El trabajo de la Jerarquía es obstaculizado por las actitudes de los hombres sin perspectiva alguna y con mucho egoísmo; no son crueles, pero piensan estúpidamente. Estos hombres -en la legislatura de las distintas Naciones Aliadas, en el Parlamento, en el Congreso y en las iglesias- abogan por la cesación de la guerra antes de obtener la victoria, y antes de que los enemigos de la humanidad sean derrotados hasta que se dobleguen, supliquen misericordia y pidan la paz. Ven el fin de las transacciones comerciales tal como lo han conocido; ven desaparecer los factores familiares de su confortable mundo; les desagrada los resultados de la guerra en lo que a ellos afecta; no pueden soportar el sufrimiento general, e impelidos por la piedad piden una paz inmediata. Otros son movidos por el aislacionismo y el deseo de no participar en la agonía de la guerra; algunos odian a aquellos cuyo deber consiste en llevar ha guerra a una culminante victoria, o ven sus ambiciones particulares amenazadas por el condicionamiento de un mundo cambiante. Éstos sacrificarían a las futuras generaciones, como ya he dicho, por su política miope y su endeble juicio. Por lo tanto, divulgan la desunión y atan las manos de los que gobiernan en los cargos elevados. Sus esfuerzos prolongan la guerra, desalientan a las fuerzas que luchan, destruyen la moral nacional y militar y sientan una base endeble para el trabajo del mundo de posguerra. De estos hay muchos en cada nación, [e356] demasiado en los Estados Unidos de América y ninguno en la URSS, de allí su marcha triunfal.

Por lo tanto, tenemos hoy en el mundo:

  1. Las Fuerzas del Mal, que trabajan por intermedio de Alemania y Japón. Hasta la fecha se están manteniendo y no han sido aún derrotadas. Aterrorizan al mundo. Dentro de [i428] sus propias fronteras nacionales no hay suficientes personas que tengan el valor, la comprensión o la capacidad de pensar con claridad, que odien el mal y puedan aferrarse a una visión. Ninguna de esas naciones contiene algo que pueda ayudar a has Fuerzas de la Luz. Los alemanes fueron engañados desde el principio, y la decepción nacional ampliamente difundida, respaldada por una campaña de terror, implica debilidad general, carencia de valor y una natural predilección para guiar en forma maligna. La tendencia de ser conducida en líneas agresivas, egoístas y malignas, fue característica de la mentalidad alemana durante un gran período de tiempo. A esta nación negativa, con su arrogante Psicología (una de las grandes paradojas de las edades), debe enseñársele los métodos del bien positivo, y reemplazar la actual aceptación negativa del mal por una valerosa defensa de la justicia. Con humildad e inteligencia debe enseñarse a la nación alemana a ocupar su adecuado lugar en la comunidad de naciones. La nación japonesa, no obstante su gran edad, debe volver a su estado de niñez; enseñársele, como se les enseña a los niños, a ser sociales, no antisociales, y pasará mucho tiempo antes de que se pueda confiar en esta nación. La nación italiana no presenta mayores problemas que cualquier otra nación del mundo. Es normal, como lo son las Naciones Aliadas; la nación alemana y la raza japonesa no son normales y deben ser llevadas a la normalidad por un manejo cuidadoso y bondadoso, pero firme, mediante la aplicación de procedimientos educativos.

  2. Las Fuerzas de la Luz. Quisiera cambiar aquí la impresión que prevalece entre muchos esoteristas. Al emplear esta frase (las Fuerzas de la Luz) a veces significa que la Jerarquía lucha textualmente contra las naciones del Eje. No es así en sentido físico. La Jerarquía trabaja, como bien saben, con las almas de los hombres y con esas mentes que están orientadas y dispuestas de tal manera, que reaccionan a la inspiración del alma. Al decir “las Fuerzas de la Luz” me refiero a esas naciones iluminadas sobre las cuales brilla la luz de la libertad, y que se niegan a toda costa a abandonar esa luz. No hay libertad en Alemania ni en [i429] Japón. En sentido menor, y durante un breve tiempo, no hubo libertad en Italia, pero esta puede contarse entre las naciones iluminadas, porque no pudo ser esclavizada. Las Fuerzas de la LUZ [e357] involucran a esas naciones (que trabajan por medio de sus ejércitos, la humanidad, los eternos derechos del hombre, la libertad en la palestra diplomática) que hoy luchan por la libertad de conciencia, la posición del individuo en cualquier nación y la libertad de religión o el derecho del autoelegido acercamiento del hombre a las realidades espirituales. Detrás de estas naciones permanece la Jerarquía. La libertad es el derecho hereditario del género humano, y el libre albedrío la más elevada de las características divinas. La libertad es mal interpretada y erróneamente empleada por muchos, debido a ha etapa de evolución de la masa humana, pero es un principio divino fundamental, y donde los principios están involucrados la Jerarquía no contrae ningún compromiso. No existen principios espirituales detrás de las actividades de las potencias del Eje, ni detrás de la actividad alemana o de la agresión japonesa. Por lo tanto, ha Jerarquía no respalda con Su poder o fuerza, ninguno de sus esfuerzos.

  3. La Humanidad como un todo. Los hombres, mujeres y niños del mundo están todos implicados en esta guerra universal y afectados por ella. Los efectos alcanzan hasta la villa más aislada, el desierto más extenso y la cima de la montaña más elevada, así como a las ciudades y zonas congestionadas de todas las naciones. Nadie está exento de las consecuencias de la actual catástrofe. El grueso de la humanidad es la víctima universal e inocente. La mayoría apenas comprende de qué se trata; y en este histórico punto culminante desde el ángulo puramente autocentrado y desde el punto de vista de que los afecta como individuos y a su nación como un todo. Un creciente número llega a comprender que esta guerra debe librarse hasta un final victorioso, porque no hay paz, esperanza o rectas relaciones mundiales, mientras dos naciones -una en Occidente y otra en Oriente- puedan precipitar el desastre sobre incontables millones de personas. Una minoría va comprendiendo que la guerra ha precipitado el mal condensado de edades y que la humanidad enfrenta la oportunidad [i430] de corregir errores pasados, antiguos egoísmos e impregnadas maldades, e inaugurar un mundo nuevo y mejor. En este nuevo mundo habrá Libertad de acercamiento a Dios, oportunidad para la expresión individual, libertad para vivir en rectas relaciones y posibilidad para una vida creadora. Unos pocos, muy pocos, saben que éste es un punto culminante en un antiguo conflicto entre el Cristo, con su Jerarquía de Maestros, y ha “maldad espiritual en lugares elevados”. Un mero puñado de conocedores y discípulos saben, más allá de toda controversia y discusión, que esos infelices países, Alemania y Japón, están encabezados por antiguos líderes que tratan nuevamente de producir el desastre planetario y desviar los planes y las metas de la Gran Logia Blanca.

[e358] Entre todos ellos, millares están desorientados, presienten la verdad, pero se sienten impotentes frente al horror gigantesco que la maligna banda que rige ahora a Alemania, ha precipitado sobre la humanidad. Tienden a pensar correctamente, pero siguen siendo la presa de los inescrupulosos y los egoístas. Cuando sus pensamientos hayan sido guiados en líneas correctas por la correcta presentación de la situación, constituirán un poderoso acervo para las Fuerzas de la Luz.

Tal es la situación que enfrentan hoy la Jerarquía y la humanidad. La fortaleza de las Fuerzas de la Luz aumenta; el poder de las Fuerzas de la Oscuridad puede estar declinando, pero es aún muy fuerte en el plano físico. Está aferrado principalmente sobre las mentes de los hombres, siendo excesivamente potente y no se debilita, porque es ayudado por la persona suave e irreflexiva, por el desorientado, el pacifista, el apaciguador y el aislacionista. El idealismo de este grupo está dirigido a ayudar a Alemania por los hábiles trabajadores del mal. Los ejércitos alemanes siguen siendo invencibles; Europa central es una poderosa fortaleza, dominada por el archienemigo de la humanidad, asentado en la cima de su montaña. Allí, simbólicamente, se halla el que inicia las condiciones malignas y conduce a la esclavitud. Los ejércitos del Señor están listos y la victoria será suya cuando haya completa unidad de propósito, atención concentrada sobre las rectas relaciones humanas, y
[i431]
divulguen la aspiración idealista a todos los que libran esta batalla por la libertad. Para esta unidad de propósito deben trabajar todas las personas iluminadas del mundo, unidad que aún no existe en forma adecuada.

Volvamos ahora al trabajo de la Jerarquía y al acontecimiento para el cual todos los iniciados y discípulos se están preparando ahora -el próximo Festival de Wesak
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