La Exteriorización de la Jerarquía - La Causa Oculta del Desorden Externo
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La fuerza de Shamballa es tan nueva e irreconocible, que le resulta difícil a la humanidad conocerla por lo que es la demostración de la benéfica Voluntad de Dios en una nueva y poderosa vivencia.
Estos tres centros están estrechamente interrelacionados y deben ser considerados como expresiones de la vivencia divina, personificando tres etapas en el desarrollo del Plan de Dios, y constituyen los tres centros principales -cabeza, corazón, garganta- en el cuerpo de Aquel en Quien vivimos, nos movemos y [i73] tenemos nuestro ser. Los estudiantes pueden relacionar estos tres centros con los tres sistemas solares mencionados en Tratado sobre Fuego Cósmico. En el primer sistema solar fue preparado el centro Humanidad, y el principio de la inteligencia vino a la manifestación. En el segundo sistema solar hizo su aparición la Jerarquía de Amor, y debe manifestarse plenamente, a fin de que el amor de Dios sea percibido. En el próximo sistema solar, el centro que ahora denominamos Shamballa manifestará inteligentemente el aspecto Voluntad de la Deidad por medio del amor. Es interesante observar que sólo mediante los seres humanos estos tres centros inician siempre una verdadera actividad funcionante; análogamente las tres principales ideologías (totalitaria, democrática, comunista) pueden ser la respuesta -distorsionada aunque responda- a las fuerzas que actúan sobre el centro humano desde los dos centros superiores. Hemos tratado esto con anterioridad en el libro. *(2)Los que tratan de servir a la humanidad y unirse al esfuerzo jerárquico para curar a un mundo dolorido, deben aprender a penetrar detrás de las apariencias, de los métodos y esquemas, de los resultados y efectos, en el plano físico, y tratar de establecer contacto con las fuerzas de Shamballa o de la Jerarquía, y con la necesidad humana que ha producido estas expresiones, y considerarlas por lo que son -no como sistemas caducos y esfuerzos infantiles para mejorar, sino planes embrionarios por los cuales, oportunamente, podrá llegar la liberación, la cultura y la civilización de la nueva era. Si tratan de llevar la iluminación a los lugares oscuros de la Tierra (es decir, a las mentes de los hombres), entonces deberán ver con claridad y relacionar lo abstracto y lo concreto, de manera que pueda verse en sus propias [e67] vidas un idealismo actuante; sólo así podrá verse también un idealismo activo de carácter nacional, racial y humano. Debe emplearse tanto la cabeza como el corazón, y esto muchas personas vehementes tienden a olvidarlo. Al realizar este esfuerzo ¿podrían trabajar a alta tensión -tensión producida por la interrelación de la cabeza y el corazón, actuando en forma creadora por intermedio del [i74] centro laríngeo- esotéricamente entendido? En esta última frase he expresado para los discípulos, la índole del esfuerzo que deben realizar. La mejor manera de servir, de parte de los pensadores del mundo y el nuevo grupo de servidores del mundo, es reconociendo lo que le sucede al género humano como un todo y lo que ocurre detrás de la escena; lo de mayor importancia es el desarrollo de la conciencia humana, en respuesta a las condiciones presentes en cualquier país o países; recién ahora el "estado mental humano" está comenzando a centrarse en las cosas importantes y a expresarse en forma viviente. Los pensadores y servidores deben aprender a concentrarse en la conciencia que empieza a despertar, y no en los movimientos superficiales. Este despertar avanza satisfactoriamente y a grandes pasos hermanos míos. La forma o formas podrán sufrir, pero la percepción intrínseca del hombre está llegando a ser en este siglo expresivamente divina. Las otras dos fuerzas que tienden a acrecentar la tensión ya prevaleciente en el mundo son:
Ambas fuerzas complican grandemente el problema que enfrentan la humanidad y la
Jerarquía, pero debe recordarse que producen también el equilibrio
tan necesario para el establecimiento de las condiciones correctas.
Repito, la luz les podrá llegar si relacionan este triple enunciado con
los tres sistemas solares y con los tres aspectos de la divinidad. Por lo tanto,
el mal o la maldad existe sólo cuando se pone el énfasis sobre el
aspecto erróneo, desde el punto de vista del desarrollo alcanzado, o cuando
lo que ha sido utilizado y desarrollado hasta la necesaria etapa, retiene la vida
o conciencia demasiado tiempo. De allí, hermanos míos, la naturaleza
benéfica de la muerte. Sería bueno reconocer que estas fuerzas existen, pero ustedes, como individuos o grupos, poco pueden hacer respecto a ellas, excepto procurar que -por insignificante que sea- en nada les sirva de punto focal de sus esfuerzos, ni los convierta en agentes para la distribución de su tipo peculiar de energía -la enfocada y dirigida energía del odio-, de la separatividad, del temor y del orgullo. Quienes estamos vinculados directamente con la Jerarquía debemos ocuparnos de ellas, pero ustedes pueden ayudar más [e69] de lo que creen, controlando los pensamientos y las ideas, cultivando un espíritu amoroso y empleando en forma general la Gran Invocación. Ahora, consideraremos brevemente la cuestión judía. Recuerden que es un hecho interesante que los judíos residen, sin excepción, en todos los países, que su influencia es poderosa y amplia (mucho más de lo que ellos mismos están dispuestos a reconocer) y que manejan muy eficazmente esa peculiar concreción de energía denominada dinero. Constituyen, en forma extraña, un centro mundial excepcional de energía y característicamente separado. La razón de ello es que representan la energía y la vida del sistema solar anterior. Se ha dicho a menudo que al finalizar este sistema solar, una parte de la familia humana no llegará a la cima y pasará al pralaya, o estará en vías de solución hasta que llegue el momento de la manifestación del siguiente y tercer sistema solar. Entonces constituirá la vanguardia y el símbolo de la futura humanidad de ese sistema. Lo mismo ocurrió en el sistema anterior a éste, y los que ahora llamamos judíos (nombre y distinción puramente modernos, como he tratado de demostrarlo en las últimas páginas de Tratado sobre los Siete Rayos, T. I)., son los descendientes de ese primitivo grupo mantenido en pralaya entre el primer sistema solar y el segundo. Si recuerdan que el tercer rayo rigió ese sistema y gobierna también a la raza judía, que ese sistema se ocupaba solamente de [i77] los aspectos divinos de la materia y de las condiciones externas y que los judíos eran el producto más elevado de ese sistema, podrán llegar a comprender la separatividad del judío, su deseo de obtener la pureza racial y su interés en lo comercial y tangible. El judío, a través de las edades, ha insistido en separarse de todas las otras razas, pero trajo del sistema anterior el conocimiento (necesario entonces, pero caduco ahora) de que su raza era el "pueblo elegido". El "Judío Errante" ha deambulado desde el primer sistema al actual, donde debe aprender la lección de absorción y cesar en sus andanzas. Ha insistido sobre la pureza racial, porque ese fue su principal problema en la primitiva época lemuriana, cuando la raza vino a un mundo donde no existía el ser humano, pues fue antes de la llegada de los Señores de la Llama; esta insistencia ha persistido en ellos en el transcurso de las edades y ha regido las reglas del matrimonio y de la preparación del alimento, insistencia que debió haber abandonado hace millares de años. Estos hechos (desconocidos para el judío moderno) militaron en contra de ellos a través de los años e hicieron posible que las fuerzas de la separatividad y del odio empleen a la raza judía para provocar la dificultad mundial, a fin de llevar a una crisis el fundamental problema humano de la separatividad. Cuando [e70] la humanidad haya resuelto el problema judío (con la colaboración comprensiva de su parte) y dominado las antiguas antipatías y odios, podrá fusionar el problema en una vasta situación humanitaria. Cuando ello suceda, el problema se solucionará rápidamente y desaparecerá de la faz de la tierra una de las mayores dificultades. Entonces será posible la fusión racial. Nuestra humanidad terrena y el grupo de seres humanos de origen mucho más antiguo que el nuestro, formarán una sola humanidad, y entonces habrá paz en la Tierra. Por qué nuestro planeta y nuestro sistema solar debieron ser constituidos en el vivero de la simiente de la separatividad, y por qué ese remanente de la humanidad mucho más avanzada que la nuestra, fue destinado a realizar su futuro en nuestra Tierra, lo sabe el Señor de Shamballa, un conocimiento inalcanzable para ustedes y en realidad para muchos [i78] que pertenecen a la Jerarquía. Es un hecho que simplemente deben aceptar. Como dije, la solución vendrá cuando las razas consideren el problema judío como humanitario y también cuando el judío haga su parte para comprender, amar y actuar correctamente. Hablando racialmente, todavía no lo ha hecho. Debe abandonar sus propias tendencias separatistas y su profundo sentido de persecución. Posteriormente lo hará con más facilidad cuando comprenda, como raza, el significado y la inevitabilidad de la Ley del Karma, y por un cuidadoso estudio del Antiguo Testamento y de los actos y hechos que allí se proclaman como sus actos y hechos raciales (conquista, terrorismo y crueldad), y también comprenda que la ley está actuando y liberándolo incidentalmente para un futuro mejor. Al mismo tiempo, el judío y el gentil deben comprender la igualdad de responsabilidad y culpabilidad por las actuales dificultades mundiales. Por lo tanto, las dos fuerzas a las cuales me he referido, deben ser tenidas en cuenta por los discípulos al tratar de servir en este ciclo crítico; ambas fuerzas deben entrar en los cálculos cuando comience este nuevo trabajo grupal, o sus idealismos y pensamientos erróneos podrán obstaculizar el trabajo grupal. Deben reconocer teóricamente las cinco fuerzas (tres mayores y dos menores) que se encuentran y chocan actualmente en la familia humana. Fue necesario llamar su atención sobre estos hechos. Si los discípulos deben realizar juntos un trabajo grupal en niveles mentales, también deben liberar sus mentes del prejuicio, los odios y cualquier tendencia a la superioridad y a la crítica. No pueden trabajar como grupo si existen estas ideas y pensamientos, y estoy preparándome para enseñarles algunas de las primeras etapas del trabajo y la utilidad grupales. No hubiera sido necesario ocuparme de estos problemas mundiales si no hubiesen reaccionado [e71] emocionalmente hacia ellos; muy pocos poseen una mente libre de prejuicio y de odio, y esos pocos posibilitan la tarea de que el resto aparte su mente de la indebida influencia y de las ideas erróneas. Les pido que en este trabajo se concentren sobre las fuerzas de Shamballa y de la Jerarquía, que se conserven [i79] canales puros y despejados y que traten de vincularse con el alma de cada uno y de todos, cuya naturaleza es amor puro, síntesis y poder divino. Sin embargo, es esencial que a pesar del trabajo para el cual he llamado a estos grupos y que -como bien saben- está destinado a sentar las bases del trabajo de las futuras escuelas esotéricas, los miembros de todos los grupos comprendan que debe ser emprendido también el trabajo grupal exotérico. Una gran mayoría de quienes participan en estos grupos están satisfechos por lo que significa su propio trabajo grupal y permiten que ello usurpe el lugar del servicio objetivo. Si es tan difícil, hermanos míos, despertar a los aspirantes como ustedes, a la urgencia del servicio y al pleno sentido de responsabilidad, y si los hombres y mujeres con toda la información que ustedes poseen, no pueden ser despertados para realizar un esfuerzo sacrificado, tendrán con esto una idea de la magnitud de la tarea que la Jerarquía enfrenta en la actualidad. Quizás puedan comprender el sentimiento de frustración que me embargaría (si estuviera limitado por el concepto tiempo) cuando, por ejemplo, aquellos de quienes espero colaboración están preocupados con sus propios asuntos, no tienen ningún sentido de urgencia y prefieren concentrarse sobre su propio desarrollo, sus propias familias, sus propios problemas, antes de alcanzar la amplia visión mundial que los llevará a una plena colaboración. La meta de nuestro esfuerzo consiste en evitar la ruina del mundo, y para esta meta he pedido vuestra ayuda. *(1) El Destino de las Naciones, págs. 7-37. *(2) El Destino de las Naciones, pág. 20. |
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