Los Rayos y las Iniciaciones - Regla I
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PRIMERA PARTE CATORCE REGLAS PARA LA INICIACIÓN GRUPAL REGLA I |
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[e32] [i25] Comenzaremos ahora a estudiar las catorce reglas para quienes van en pos de la iniciación en cualesquiera de sus grados. En el libro Iniciación Humana y Solar di las reglas para quienes intentan ingresar en los grados del discipulado. Quisiera ocuparme brevemente de la significación de la palabra "regla" y dar una idea de su significado esotérico. Existe una gran diferencia entre una ley, una orden o mandato, y una regla, y debe reflexionarse detenidamente sobre dicha distinción. Las leyes del universo son simplemente métodos de expresión, los impulsos de la vida y el sistema de existencia o actividad de Aquel en quien vivimos nos movemos y tenemos nuestro ser. En último análisis, no hay forma de evitar estas leyes; tampoco pueden ser negadas, pues somos eternamente impelidos a la actividad por ellas, rigiendo y controlando (desde el ángulo del Eterno Ahora) todo lo que sucede en tiempo y espacio. Órdenes y mandatos son débiles interpretaciones dadas por los hombres a lo que ellos comprenden por ley. En tiempo y espacio, en cualquier momento dado y localidad determinada, los mandatos son formulados por quienes tienen autoridad o parecen dominar o están en situación de hacer cumplir sus deseos. Las leyes son ocultas y básicas. Las órdenes indican la debilidad y limitación humanas. Las reglas son, sin embargo, diferentes y constituyen el resultado de la experiencia comprobada y de milenarias empresas, y -sin asumir la forma de leyes ni las limitaciones de un mandato- las reconocen aquellos para los cuales han sido creadas, evocando una rápida e intuitiva respuesta. No es necesario, exigir su cumplimiento, sino ser aceptadas y puestas a prueba voluntariamente, teniendo fe en la evidencia del pasado y en el testimonio de la épocas, pues justifican el esfuerzo necesario para los requerimientos expresados. Esto es verdad respecto a las catorce reglas que vamos ahora a estudiar. Quisiera recordarles que sólo un iniciado consciente puede comprender verdaderamente su significación, y [i26] también que todo esfuerzo por comprender, desarrollará en ustedes el comienzo de esa conciencia iniciática, siempre y cuando traten de [e33] poner en práctica y aplicar dichas reglas voluntariamente en su vida diaria. Pueden ser aplicadas de tres maneras -física, emocional y mentalmente- y una cuarta que puede ser mejor descrita con las palabras: "la respuesta, de la personalidad integrada, a la interpretación y comprensión del alma." Otro punto, sobre el cual quisiera llamarles la atención antes de abocarnos a la interpretación de esta regla, es que deben buscar la aplicación grupal, el significado grupal y la luz grupal. Acentúo enfáticamente las palabras "luz grupal". Por lo tanto, se trata de algo básicamente nuevo en el campo de la enseñanza esotérica, y la dificultad de comprenderlo inteligentemente es muy grande. Los verdaderos significados no son tan sencillos como parecen superficialmente. Las palabras de estas reglas parecerían vulgarmente familiares. Si significaran exactamente lo que aparentan, no sería necesario sugerirles las significaciones e ideas subyacentes. Pero no son tan simples. En resumen: las reglas deben ser leídas con la ayuda del sentido esotérico en desarrollo; se relacionan con la iniciación grupal, a pesar de que son aplicables individualmente; no son lo que aparentan ser superficialmente -verdades espirituales trilladas y estereotipadas- sino reglas para la iniciación que, si se cumplen, llevarán al discípulo y al grupo a través de una gran experiencia espiritual; personifican las técnicas de la nueva era, las cuales necesitan actividad y procedimientos grupales y acción conjunta. Anteriormente dije que estas reglas son el resultado de la experiencia comprobada, y mi empleo de la palabra "nuevo", a este respecto, se refiere al conocimiento humano y no al proceso iniciático, que siempre ha existido; invariablemente, durante las grandes crisis iniciáticas, los discípulos han avanzado en grupos, aunque no se hayan dado cuenta. Ahora los discípulos pueden ser conscientes de esto y los diversos ashramas de rayo no sólo podrán presentar los grupos (grandes o pequeños) al Iniciador, sino que los miembros de [i27] dichos grupos serán ahora conscientes de la realidad de la presentación grupal. Además deberán captar el hecho de que la amplitud de su conocimiento depende de su descentralización. Les pediré que cavilen y reflexionen sobre este último enunciado. Ahora consideraremos la Regla Uno. Regla Uno
Sería conveniente tomar cada frase de esta regla y tratar de extraer de cada una su significado grupal.
En esta frase tenemos la idea de percepción intelectual y unidad enfocada. Percepción intelectual no es comprensión mental, sino que en realidad es la razón fría y clara, el principio búdico en acción y la enfocada actitud de la Tríada espiritual en relación con la personalidad. Llamaré la atención sobre las analogías siguientes:
Por lo tanto tenemos en estas palabras, la posición de la personalidad indicada cuando permanece en el punto de penetración del antakarana al establecer contacto con manas o mente inferior, constituyéndose así en agente del propósito de la mónada, actuando por medio de la Tríada espiritual que -como bien saben- el antakarana relaciona con la personalidad. El corazón como aspecto de la razón pura requiere una cuidadosa consideración. Generalmente es considerado el órgano del amor puro, [i28] pero -desde el ángulo de la ciencia esotérica- el amor y la razón son términos sinónimos y quisiera que reflexionaran por qué ello es así. Amor es esencialmente una palabra para definir el móvil subyacente en la creación. Sin embargo móvil presupone el propósito que conduce a la acción, por eso durante la tarea, en la vida grupal de la mónada encarnada, llega el momento en que el móvil (corazón y alma) ya no tiene valor espiritual, porque el propósito ha llegado a un punto de realización y la actividad puesta en movimiento es tal, que el propósito no puede ser detenido ni demorado. Nada podrá impedir al discípulo, y ningún obstáculo o dificultad será suficientemente fuerte para evitar su progreso. Entonces se producirá, eventualmente, la destrucción de lo que los teósofos denominan cuerpo causal y el establecimiento de una relación directa entre la mónada y su expresión tangible en el plano físico. El centro coronario y el centro en la base de la columna vertebral estarán sin obstáculos en directa relación; la voluntad monádica y la voluntad de la [e35] personalidad estarán sin obstáculos en análoga relación por intermedio del antakarana. Deben recordar que el aspecto voluntad es el principio que predomina finalmente. En la aplicación grupal de estas ideas ha de tener lugar el mismo fundamental y profundo desarrollo. Un grupo de discípulos debe caracterizarse por la razón pura, la cual paulatinamente reemplazará al móvil, fusionándose oportunamente con el aspecto voluntad de la mónada -su principal aspecto. Técnicamente hablando Shamballa está en relación directa con la humanidad. Por lo tanto, ¿cuál es la voluntad grupal de cualquier ashrama o grupo de un Maestro? ¿Existe ésta en forma suficientemente vital como para condicionar las relaciones grupales y unir a sus miembros en un grupo de hermanos -que avanzan hacia la luz? La voluntad espiritual de las personalidades individuales ¿tiene la fuerza suficiente para anular la relación de la personalidad y conducir al reconocimiento, la interacción y la relación espirituales? Sólo teniendo en consideración estos efectos fundamentales, de permanecer como grupo en "la clara luz de la cabeza", se les permite a los discípulos introducir sensibilidades y pensamientos personales, debido a las temporarias limitaciones del grupo. [i29] En consecuencia, ¿qué impide al discípulo -como individuo- establecer un acercamiento y contacto directo con el Maestro, sin depender de un intermediario? Permítanme ilustrar: En el grupo bajo mi entrenamiento (Discipulado en la Nueva Era, Tomos I y II), hay dos o tres miembros que tienen un acercamiento directo y otros que lo tienen y no lo saben; aún otros son discípulos bien intencionados y esforzados, pero ni por un segundo se olvidan de sí mismos; uno de ellos tuvo el problema del espejismo y ahora está preocupado por el problema de la ambición espiritual -ambición espiritual actuando a través de una personalidad muy pequeña; algunos podrían progresar rápidamente, pero están propensos a la inercia -más bien diría que no les interesa mayormente. Cada uno de ellos (y cada discípulo) puede hallarse a sí mismo. Todos desean progresar y poseer una fuerte vida espiritual interna -por eso busco tiempo para trabajar con ellos. Pero el antakarana grupal no está completo y el aspecto razón pura y corazón no controla En consecuencia, el poder evocador de la Tríada espiritual no es adecuado para mantener firme a la personalidad; tampoco existe el poder invocador de la personalidad -hablando desde el ángulo de la personalidad grupal que forma el aspecto personalidad del ashrama. Ellos a menudo creen que este factor no debe preocuparme. Pero sólo llegará a ser poderoso si ciertas relaciones de la personalidad son reajustadas y vencen la inercia. Recién entonces "el grupo podrá permanecer". [e36]
Aquí pueden surgir malos entendidos. Para la mayoría de la gente la tierra ardiente representa una o dos cosas:
La tierra ardiente a que se refiere aquí es algo [i30] muy diferente. Cuando los brillantes rayos del sol son enfocados sobre un vidrio de aumento o a través de él, se puede producir fuego. Cuando la brillante luz de la mónada está enfocada directamente sobre la personalidad, por intermedio del antakarana, pero no específicamente a través del alma, produce un fuego intenso que consume, en constante y consecutivo proceso, todo cuanto obstaculiza. Empleando otras palabras, cuando el aspecto voluntad afluye desde la mónada y es enfocado a través de la voluntad de la personalidad (a medida que la mente capta y comprende), destruye como si fuera un fuego todos los elementos de la propia voluntad. A medida que la energía de Shamballa afluye externamente y establece contacto directo con la humanidad (sin ser trasmitida a través de la Jerarquía como habitualmente lo ha sido hasta ahora), tenemos lo que se ha presenciado hoy en el mundo, una conflagración destructora o una tierra ardiente mundial. Cuando el antakarana de un grupo ha sido correctamente construido, entonces la voluntad grupal individualizada desaparece en la plena conciencia del propósito monádico, o sea la límpida voluntad dirigida. El discípulo que se prepara para recibir la iniciación debe considerar estos puntos y también deben hacerlo los grupos o ashramas que se preparan para recibirla. El secreto de las iniciaciones reside en el empleo entrenado de la voluntad superior, no en la purificación o en la autodisciplina o en los medios empleados que sirvieron en el pasado de interceptores de la verdad. Todo el problema de la voluntad de Shamballa está en proceso de revelación, y en su oportunidad alterará totalmente el acercamiento del discípulo a la iniciación en la nueva era. El tema del "camino hacia Shamballa" requiere un estudio reflexivo y una comprensión esotérica. Este concepto de la nueva y futura sección (si puedo denominarla así) del Camino o Sendero, que enfrenta el discípulo moderno, encierra el secreto de la futura revelación y de la dispensación espiritual que emergerá cuando la humanidad construya la nueva civilización mundial y comience a dar forma a la nueva cultura. Los efectos [e37] consumidores purificadores y destructores, de la voluntad monádica, sobre su distorsionado reflejo, la voluntad individual, merecen una profunda consideración. Durante mucho tiempo los aspirantes han observado, o se les ha enseñado, los efectos que produce la voluntad sobre el cuerpo astral o emocional. [i31] Constituye una de las primeras y más elementales tensiones iniciales, y esto se enseña en el sendero de probación. Como resultado de su acción destructora conduce a la purificación y reorganización de la vida física y emocional. A los niños de la raza y a los principiantes, en el sendero de retorno consciente, les decimos "que piensen", "que apliquen un poco de voluntad" y "que recuerden que poseen una mente". Poco a poco el enfoque y la orientación se trasladarán de la vida astral y del nivel emocional de conciencia al mental y, en consecuencia, al reflejo en el mundo del propósito existente en los tres mundos. Cuando esa etapa ha sido más o menos alcanzada, le sigue, en el sendero del discipulado y de preparación para la iniciación, un esfuerzo por captar y comprender los aspectos superiores de este proceso mental y el aspecto voluntad de la vida egoica comienza a ejercer influencia sobre el discípulo. Se abren los "pétalos del sacrificio" y el aspecto del sacrificio sagrado de la vida es revelado en toda su belleza, pureza, simplicidad y en su cualidad revolucionaria. En el sendero de la Iniciación, la voluntad monádica (siendo su reflejo la voluntad egoica y su distorsión la propia voluntad individual) es trasmitida por intermedio del antakarana, gradual y directamente al hombre en el plano físico, lo cual produce la analogía superior de esas cualidades que el bien entrenado, aunque cerrado esoterista, denomina antojadizamente: transmutación y transformación. El resultado es asimilación de la voluntad egoica individual en el propósito de la mónada, propósito -indesviable e inalterable- de Aquel en quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser. Ésta es la tierra verdaderamente ardiente, pues nuestro "Dios es un fuego consumidor"; la zarza ardiente o árbol ardiente de la vida, del simbolismo bíblico. Los efectos de este fuego superior a todos, de esta tierra ardiente. profundamente espiritual, hasta ahora raras veces reconocida, están resumidos en la siguiente frase de la Regla Uno:
[i32] Estas palabras contienen la clave de la iniciación grupal. La luz de la iniciación superior puede afluir cuando es evocada por el amor grupal. Esta luz clara y fría genera el "calor" necesario, [e38] palabra simbólica empleada por la mayoría de las Escrituras del mundo para significar energía viviente y espiritual. He dicho "energía espiritual" y no fuerza egoica, y en ello reside la diferencia que algún día tendrán que captar. El amor grupal se basa en el aspecto egoico de la voluntad, al que denominamos "amor sacrificado". Ello no significa relaciones felices entre los individuos del grupo. Presumiblemente quizás conducirá a una desdichada interacción externa y superficial, pero básicamente lleva a una inalterable y firme lealtad, subyacente en la superficie de la vida externa. La influencia que ejerce el Maestro cuando trata de ayudar a Su discípulo, produce siempre un trastorno transitorio -transitorio desde el ángulo del alma, pero frecuentemente temible desde el ángulo de la personalidad. Análogamente, la proyección de la vida e influencia de cualquier discípulo avanzado, dentro de la periferia o aura de un aspirante o discípulo menos avanzado, resulta -dentro de su categoría- perturbadora e inquietante. Esto es algo que se debe tener muy en cuenta, tanto en lo que respecta a la propia reacción y entrenamiento del discípulo como a cualquier efecto que pudiera producir en la vida del discípulo en probación o menos avanzado, que esté en su propia esfera de influencia. Estas influencias intrusas, producidas por un Maestro o discípulo avanzado, y su consiguiente efecto sobre un individuo o grupo, se interpretan generalmente en términos de la personalidad, siendo muy poco comprendidas. Sin embargo constituyen aspectos de la voluntad superior de algún discípulo avanzado, que hacen impacto sobre la voluntad de la personalidad y evocan la voluntad sacrificada del ego o alma, originando así un período de malestar temporario. A causa de ello el aspirante y el discípulo inexperto se resienten, y culpan de su malestar a las fuerzas evocadoras, en vez de aprender la necesaria lección de recibir y manejar fuerza. No obstante, cuando hay verdadero amor, se reducirá la voluntad de la personalidad, se evocará la voluntad sacrificada del alma y se acrecentará constantemente la capacidad de identificar [i33] al grupo con la voluntad o propósito de la mónada. El progreso del grupo va, por lo tanto, de una tierra ardiente a otra -siendo cada una más fría y clara que la. precedente, produciendo consecuentemente el fuego ardiente, el fuego encendido, claro y frío, y el fuego divino consumidor. De esta manera la verdad es presentada en parábolas, y gradualmente el iniciado va captando la forma de emplear el calor, lo cálido, la luz y la energía; llega a comprender la propia voluntad, la voluntad sacrificada y el propósito de Shamballa; sólo el amor (el amor propio, el amor grupal y finalmente el amor [e39] divino) puede revelar el significado de estas palabras simbólicas y las paradojas esotéricas que enfrentan al verdadero aspirante cuando trata de hollar el sendero. A medida que proseguimos con el estudio de las reglas que deben cumplir quienes reciben entrenamiento iniciático, les recordaré ciertas cosas, algunas ya mencionadas, que requieren más énfasis. El valor de estas reglas dependerá para ustedes de la captación de unas pocas ideas básicas y luego de su conversión en hechos, hasta donde les sea posible. Ante todo llamaré la atención sobre cuál debe ser la actitud básica del iniciado en cierne: Tener un propósito, regido por la razón pura, desarrollándose como actividad espiritual. Ésta es una frase que se escribe fácilmente pero, específicamente, ¿qué les imparte? Permítanme ampliarla algo más. El iniciado en entrenamiento debe adoptar la actitud de correcto móvil espiritual -el móvil consiste en cumplir inteligentemente el aspecto voluntad de la divinidad o de la mónada. Esto involucra la fusión de la propia voluntad de la personalidad con la voluntad sacrificada del alma; una vez logrado, conducirá a la revelación de la Voluntad divina. Nadie que no sea un iniciado podrá formarse un concepto de esta Voluntad divina. Significa, en segundo término, el despertar de la facultad de percibir espiritualmente Y comprender intuitivamente, lo cual implica el rechazo de la actividad de la mente concreta o inferior, y del yo personal inferior, y la subordinación del aspecto conocimiento del alma a la clara y pura luz de la comprensión divina. Cuando ambos factores comiencen a entrar en [i34] actividad, tendremos la iniciación de una verdadera actividad espiritual en el plano físico, motivada desde la elevada fuente de la mónada y complementada por la razón pura de la intuición. Se evidenciará por consiguiente, que estas facultades espirituales superiores sólo pueden ser puestas en actividad cuando el antakarana o puente, comienza a desempeñar su parte. A ellos se debe la enseñanza que estoy impartiendo sobre la construcción del puente o arco iris. En realidad estas reglas constituyen grandes Fórmulas de Acercamiento, que indican también el acercamiento a un sector específico del sendero, pero no un acercamiento al Iniciador. Quisiera que reflexionen sobre esta diferencia. El "Camino hacia la Evolución Superior" se abre ante quien aspira a los Grandes Misterios, pero se siente perplejo al comienzo y a menudo surgen dudas en su mente acerca de cuál es la diferencia entre el progreso o evolución de la personalidad hacia la conciencia egoica y de la índole del progreso que tiene por delante, que esencialmente es [e40] distinto al desenvolvimiento de la conciencia pura. ¿Captaron el hecho de que después de la tercera iniciación el iniciado ya no se ocupa para nada de la conciencia, sino de fusionar su voluntad individual con la voluntad divina? No se preocupa ya de acrecentar su sensibilidad al contacto ni de su respuesta consciente a las condiciones ambientales, sino de llegar a ser acrecentadamente consciente de la dinámica de la Ciencia del Servicio al Plan. Esta comprensión característica sólo podrá llegar cuando su personalidad fusionada, más la voluntad expresada por el alma, hayan desaparecido en la brillante luz del Propósito divino -propósito que no puede ser frustrado, aunque a veces sea demorado, como lo fue durante los últimos cincuenta y cinco años. (Esto fue escrito en febrero de 1943). Gran parte de lo antedicho no tendrá significado para ustedes, pues no han completado el contacto entre el alma y la personalidad ni comprendido aún las tres fases del aspecto voluntad en la manifestación: las de la Personalidad, del Ego y de la Mónada. Pero, como ya dije anteriormente, sólo escribo para esos discípulos e iniciados que vienen ahora a la encarnación y se hallarán en la plena flor de su [i35] conciencia y servicio al finalizar este siglo. Pero el esfuerzo que realicen para comprender, tendrá su efecto, aunque el cerebro no lo registre. En última instancia, estas Reglas o Fórmulas de Acercamiento conciernen principalmente al aspecto vida o shambállico. Son las únicas fórmulas o técnicas personificadas que existen, conteniendo la cualidad que permitirá al aspirante comprender y oportunamente expresar el significado de las palabras de Cristo: "Vida más abundante". Dichas palabras se refieren al contacto con Shamballa, cuyo resultado será la expresión del aspecto voluntad. Todo el proceso de invocación y evocación está ligado a esa idea. El factor invocador constituye siempre el aspecto menor y es la ley inalterable que se halla detrás de todo el proceso evolutivo. Necesariamente es un proceso recíproco y podría decirse a grande rasgos que, en tiempo y espacio, lo menor siempre invoca lo mayor, siendo evocados los factores superiores que responden de acuerdo al grado de comprensión y tensión dinámica, desplegados por el elemento invocador. La mayoría no llega a comprender esto. No se empeñan en desarrollar el proceso evocador. Esa palabra sólo significa la respuesta de aquello con lo que se ha hecho contacto. La tarea del grupo o aspecto menor, es invocadora, y al éxito del rito invocador se lo denomina evocación. Por lo tanto, cuando la vida sea fundamentalmente invocadora, entonces se producirá la evocación de la voluntad. Será realmente invocadora sólo cuando la personalidad y el alma se [e41] fusionen y actúen como una unidad conscientemente fusionada y enfocada. En el siguiente punto expondré que estas Fórmulas de Acercamiento o Reglas, conciernen al desenvolvimiento de la conciencia grupal, porque únicamente en forma grupal se puede extraer, por ahora, fuerza volitiva de Shamballa. De acuerdo a la nueva dispensación iniciática, de nada sirven al individuo; sólo el grupo, guiado por el nuevo sistema de actuación y de iniciación grupales propuestos, es capaz de invocar a Shamballa. Por esta razón Hitler, exponente de la reacción contraria a Shamballa (y en consecuencia la reacción maligna), tuvo que reunir a su alrededor un grupo de personas o [i36] personalidades, que poseían ideas análogas. En el arco superior del ciclo evocador (Hitler es la expresión del arco invocador de la fuerza de Shamballa) se requiere un grupo para lograr la evocación. Llegamos ahora al tercer punto relacionado con las Reglas o Fórmulas, y su finalidad. Conciernen -por encima de todo- a la iniciación grupal. Tienen otras aplicaciones, pero por el momento su utilidad reside en que son aplicables aquí. Quizás se pregunten: ¿Qué es la iniciación grupal? ¿Significa que cada miembro del grupo recibe la iniciación? ¿Puede una persona ejercer una influencia tan amplia capaz de detener, demorar y hasta evitar (en tiempo y espacio) la iniciación grupal? No es necesario que todos los miembros del grupo hayan recibido la misma iniciación. Con esto quiero significar que no se requiere un mismo desarrollo grupal para la iniciación simultánea de todos los miembros. Lo que estoy tratando de decir, acerca de estas reglas, se relaciona básicamente con la tercera iniciación -la iniciación de la personalidad integrada. No obstante, están necesariamente vinculadas a la segunda iniciación, siendo en consecuencia de mayor interés general, pues es la iniciación que enfrentan hoy innumerables aspirantes -demostración de que la formidable naturaleza emocional ha sido controlada. Les encarezco reflexionar largamente sobre el punto que acabo de presentar. La iniciación grupal significa que los miembros del grupo se hallan debidamente orientados están dispuestos a aceptar la disciplina, la cual los preparará para la siguiente gran expansión de conciencia, y que ninguno de ellos se desviará de su propósito (observen esa palabra en sus implicaciones shambállicas o de primer rayo), no importa lo que está sucediendo en su medio ambiente o vida personal Deben reflexionar sobre ello si quieren lograr el progreso necesario. En estas breves instrucciones, cuyo objetivo es sólo presentar "indicaciones experimentales" (observen esta frase), no es [e42] necesario exponer detalles explícitos. De todas maneras, si las Fórmulas o Reglas no aparecen intuitivamente claras en la mente, cualquier cosa que yo pudiera decir sólo obstaculizaría y frustraría mi propósito. En definitiva, estas Fórmulas o Reglas son susceptibles de [i37] una triple aplicación o interpretación, y quisiera que lo recuerden, porque con ello descubrirán dónde está el foco de su atención individual y en consecuencia si están actuando como personalidad integrada. Recuerden siempre que sólo una personalidad integrada puede lograr el necesario enfoque egoico. Este requisito es fundamental. Las tres maneras de aplicar estas reglas son: física, emocional y mentalmente. Estas palabras en su más simple acepción, se refieren realmente a la tarea de obtener cualquiera de las iniciaciones superiores. La única forma en que se podrá percibir verdaderamente su significación, será captando los significados siguientes:
Tales son algunas de las implicaciones detrás del empleo de estas palabras familiares, y la cuidadosa consideración de su significado podría traer una definida expansión de conciencia. Dicha expansión se produce normalmente después de ciertas etapas claras y definidas:
Antes de proseguir con el estudio de la última frase de la Regla [i39] Uno, quisiera llamarles la atención sobre el hecho de que el iniciado ha enfrentado dos pruebas principales, descritas simbólicamente como "la tierra ardiente" y la "luz clara y fría". Sólo después de haber salido victorioso de esas pruebas, puede él -o el grupo, si se trata de iniciación grupal- ir adelante y externamente hacia realizaciones más amplias de la conciencia divina. Estas pruebas se aplican cuando el alma aferra a la personalidad, y el fuego del amor divino destruye los amores y deseos de la personalidad integrada. Dos factores tienden a producirlo el lento progreso de la conciencia innata, para obtener mayor control, y el constante desarrollo de la "aspiración ardiente", a la cual se refiere Patanjali.(1) Ambos factores, cuando son puestos en viviente actividad, llevan al discípulo al centro de la tierra ardiente que [e44] separa al Ángel de la Presencia del Morador en el Umbral. La tierra ardiente se encuentra en el umbral de todo nuevo progreso, hasta recibir la tercera iniciación. La "luz clara y fría" es la luz de la razón pura, de la infalible e intuitiva percepción, y debido a su incesante, intensa y reveladora luz, constituye, por sus efectos, una prueba mayor. El iniciado descubre las profundidades del mal y al mismo tiempo lo seducen las cumbres de un creciente sentido de la divinidad. La luz clara y fría revela dos cosas: A. La omnipresencia de Dios en toda la naturaleza y, por lo tanto, en toda la vida de la personalidad del iniciado o del grupo iniciado. Cae la venda de los ojos, produciendo -paradójicamente- la "oscura noche del alma" y un sentido de soledad y desamparo. Esto llevó (en el caso de Cristo, por ejemplo) al terrible momento en el Huerto de Getsemaní que culminó en la Cruz, entonces la voluntad del alma-personalidad chocó con la divina voluntad de la Mónada. La revelación que tuvo el épico iniciado de haber sido separado de la Realidad Central, y todas las implicaciones derivadas, se reproduce en quien trata de permanecer como "unidad aislada", denominada así por Pantanjali.(2) [i40] La omnipresencia de la divinidad en todas las formas se derrama sobre la conciencia del iniciado, y el enigma tiempo, espacio y electricidad, queda develado. El efecto principal de esta revelación (antes de la tercera iniciación) consiste en que lleva al discípulo a comprender la "gran herejía de la separatividad", cuando se centraliza en él mismo, o sea el individuo aislado y plenamente consciente -consciente de su pasado, y ahora de su rayo y poder condicionante, enfocado en su propia aspiración, aunque todavía forma parte de toda la naturaleza. Desde ese momento en adelante sabe que sólo existe la divinidad y lo aprende por la revelación de la separatividad inherente a la vida de la forma por los procesos de la "oscura noche del alma" y la lección culminante sobre la significación del aislamiento y del proceso liberador, que produce la fusión en la unidad mediante la emisión del sonido, el grito, la invocación, tal como fue simbolizado por el grito de Cristo en la Cruz. Sus exactas palabras no han sido trasmitidas a nosotros. Varían para cada rayo, pero todas llevan el reconocimiento de esta divina fusión, donde los velos separadores son "rasgados de arriba abajo" -como lo expresa El Nuevo Testamento. B. La omniciencia del Todo divino llega también a conocimiento del iniciado por intermedio de luz clara y fría, [e45] terminando para siempre fases de la "experiencia aislada", como a veces se la denomina esotéricamente. Quisiera que comprendan lo que posiblemente podría significar esto a sus conciencias actuales. Hasta hoy, el discípulo-iniciado ha actuado como una dualidad y fusión de la energía egoica y la fuerza de la personalidad. Ahora estas formas de vida le quedan reveladas tal como esencialmente son y sabe que -en su carácter de agentes rectores y de dioses transitorios- ya no lo dominan. Gradualmente se traslada a otro aspecto divino, llevando consigo todo lo adquirido durante épocas de estrecha relación e identificación con el tercer aspecto, la forma, y el segundo aspecto, la conciencia. Le embarga una sensación de despojo, abandono y soledad, cuando se da cuenta que el control que ejercen la forma y el alma deben también desaparecer. En esto reside la agonía [i41] producida por el aislamiento y la insoportable sensación de soledad. No obstante, las verdades reveladas por la luz clara y fría, no le dejan otra alternativa. Debe abandonar todo cuanto lo separa de la Realidad Central; debe adquirir vida, "vida más abundante". Esto constituye la prueba suprema durante el ciclo de vida de la Mónada encarnada; "cuando el corazón mismo de esta experiencia penetra en el corazón del iniciado, entonces, a través de ese corazón, se exterioriza en una plena expresión de la vida". El Antiguo Comentario así lo expresa, y no puedo explicarles la idea de otra manera. La experiencia sufrida no tiene relación con la forma ni está vinculada con la conciencia ni tampoco con la sensibilidad síquica superior. Consiste en la identificación pura con el propósito divino. Ello es factible porque la propia voluntad de la personalidad y la voluntad iluminada del alma han sido abandonadas.
Observen que este párrafo invierte el orden usual, porque hasta ahora los libros ocultistas han explicado que el Portal de la Iniciación se halla siempre delante del iniciado. Pasa por una puerta tras otra, hacia una mayor experiencia y expansión de conciencia. Pero después de las dos primeras iniciaciones esto no constituye el conocimiento para la conciencia iniciática, sino sólo lealtad a una antigua forma simbólica con las limitadas verdades que implica. Recordaré que la Jerarquía considera que la tercera iniciación es la primera y principal y las iniciaciones primera y segunda son las iniciaciones en el umbral. Para el conjunto de la humanidad, las dos primeras iniciaciones constituirán durante mucho tiempo las principales experiencias iniciáticas, pero no durante la vida y la realización del alma iniciada. Después de recibir las dos iniciaciones en el umbral, cambia la actitud del [e46] iniciado y ve las posibilidades, factores y revelaciones, hasta entonces [i42] incomprendidas y desconocidas, aún en los momentos más elevados de su conciencia. El portal de la iniciación aparece enorme ante la conciencia del neófito el Camino superior, la Transfiguración, es el factor determinante en la vida del iniciado de tercer grado; una nueva gloria afluye a través del iniciado transfigurado, que ha sido liberado de todo aferramiento, ya sea de la personalidad o del alma. Por primera vez aparecen ante él la meta del Camino superior y el logro del Nirvana (como lo denominan los orientales), y sabe que ninguna forma ni complejo espiritual, ni tampoco la atracción del alma o de la forma, o ambas unidas, podrán evitar que llegue a su destino final. Quisiera referirme por un momento al simbolismo del portal, cuando el iniciado comienza a captar el significado interno de estas sencillas palabras. Durante mucho tiempo la enseñanza impartida en la luz clara y fría respecto al portal, y la insistencia de representado delante del aspirante, nos ha familiarizado con él, pero ello ha significado trabajar sobre los aspectos inferiores del simbolismo, aunque los aspirantes no se hayan dado cuenta; se les ha enseñado la realidad de la luz en la cabeza, analogía de la personalidad con la luz clara y fría, a la cual me refiero. Como bien saben, efectiva y teóricamente muchos aspirante a través de la inconstante experiencia, existe en el centro de esa luz, un punto o centro de color azul índigo oscuro -azul de media noche. Observen el significado de esto en vista de lo que he dicho acerca de la "oscura noche", la hora de medianoche, la hora cero en la vida del alma. Ese centro constituye en realidad una abertura, una puerta que conduce a algún lugar, un camino de escape, un lugar a través del cual el alma aprisionada en el cuerpo puede evadirse y pasar a estados más elevados de conciencia sin ser trabada por las limitaciones de la forma; también ha sido denominada "conducto o canal para el sonido"; "la trompeta a través de la cual puede pasar el fugitivo A.U.M." La habilidad de emplear esta puerta o canal se logra practicando el alineamiento; de allí el énfasis puesto sobre ese ejercicio cuando se entrena a los aspirantes y discípulos. Una vez obtenido el alineamiento se llega a comprobar [i43] (recordando el simbolismo de la cabeza, la luz y la abertura central) que en muchas ocasiones, durante la meditación, "detrás del grupo queda el Portal, y ante él se abre el Camino". De esta analogía inferior de la experiencia iniciática superior trata esta regla. Asimismo, pero esta vez en relación con el alma, se vuelve a descubrir el Portal, su empleo y finalmente su aparición detrás [e47] del iniciado, pero esta vez en el plano mental y no, como anteriormente, en el nivel etérico, lo cual se obtiene con la ayuda del alma y de la mente inferior y por el poder revelador que posee la luz clara y fría de la razón. Cuando se descubre el Portal, el iniciado enfrenta "la revelación de una terrible, aunque hermosa, experiencia". Descubre que no necesita establecer el alineamiento, sino que debe emprender definitivamente un trabajo creador -la construcción de un puente entre el portal que yace detrás y el que está delante. Involucra la construcción del técnicamente denominado antakarana, el arco iris. El discípulo en entrenamiento lo construye sobre la base de su pasada experiencia; queda arraigado en el pasado, y firmemente asentado en el aspecto más elevado y correctamente orientado de la personalidad. A medida que el discípulo trabaja en forma creadora, se da cuenta de una actividad recíproca de parte de la Presencia, la Mónada -unidad que permanece detrás del Portal. También descubre que un tramo del puente (si así puedo llamarlo) se está construyendo del otro lado del vacío que lo separa de la experiencia en la vida de la Tríada espiritual. La Tríada espiritual es esencialmente para el iniciado lo que la triple personalidad para el hombre físico encarnado. Me pregunto si he logrado impartirles por lo menos una idea general de las posibilidades que el discípulo tiene por delante y si los he inducido a responder definida y conscientemente a esas posibilidades. Sólo puedo hablarles en términos de conciencia, aunque la vida de la Tríada -que a su vez conduce a la identificación con la mónada, así como la vida de la personalidad lleva oportunamente al control y expresión del alma- nada tiene que ver con la conciencia o sensibilidad, tal como generalmente se entienden [i44] dichos vocablos. Sin embargo recuerden que en todas mis enseñanzas acerca del desenvolvimiento esotérico he empleado la palabra IDENTIFICACIÓN, siendo el único término que en cierto modo puede describir la total unidad lograda por quienes desarrollan el sentido de unidad y se niegan a aceptar el aislamiento; entonces desaparece totalmente la separatividad. La unidad aislada obtenida es la unidad con el Todo, con el Ser en su totalidad (esto todavía no tiene mucho sentido para ustedes).
Esta frase contiene en forma concisa ciertas instrucciones básicas. Cada una indica la nueva actitud que deben adoptar quienes han recibido la iniciación. No pueden ser interpretadas en términos del sendero del discipulado o de probación. Los significados a los cuales se llega fácil y comúnmente tienen poco sentido para [e48] la mente del iniciado. Consideraré brevemente las instrucciones, a fin de que prevalezca la claridad de concepto y no el detalle.
Por lo tanto, podrán ver, que esta enseñanza ha dejado muy atrás a las actuales actitudes y metas. La identificación con el alma y con la jerarquía depende de la capacidad del discípulo para amar correctamente. Constituye el surgimiento del segundo aspecto divino, porque el amor es la expresión de la vida grupal, [i46] lo cual es muy raro de encontrar en estos días. La correcta tensión indica el surgimiento del primer aspecto, la voluntad, que muy pocas veces existe, excepto en los discípulos más avanzados y en los miembros iniciados de la Jerarquía. El amor rige el Camino que lleva hacia la vida de la Jerarquía y es la base para todo acercamiento, apreciación y aceptación de la Verdad. La voluntad rige el Camino que lleva hacia Shamballa y es la base para todo acercamiento, apreciación e identificación con el Ser. La voluntad desarrollada se expresará como tensión esotéricamente entendido. Personifica las ideas orientadoras, la implacable determinación, la capacidad de esperar y mantener inconmovible la orientación e intención, a pesar de lo que pueda ocurrir. También involucra la decisión de emprender determinada acción (siempre de naturaleza creadora, basada en una comprensión amorosa) en el momento psicológico (correcta regulación del tiempo), o en el instante exacto que la psiquis o alma estima correcto. Aquí tenemos uno de los interesantes cambios de significación y relación que se producen en la Sabiduría Eterna. El Hijo o alma, emerge a la manifestación con la colaboración y ayuda de la Madre o aspecto materia. Esta verdad es muy conocida para ustedes. En la etapa siguiente, la del desarrollo iniciático, el Hijo se convierte a su vez en el aspecto femenino o negativo y, manifestándose como la siquis, permite al iniciado expresar otro aspecto divino, la voluntad. Hasta no recibir la cuarta iniciación, es el alma en su función de "punto focal, para la luz descendente y la radiación ascendente". Esta actividad dual revela la naturaleza de la voluntad. Observen cómo describe el antakarana esta frase extraída de un antiguo escrito. No es posible en estas breves instrucciones ocuparme en [e50] forma adecuada del aspecto voluntad de la divinidad, y tampoco seria de valor en la actualidad. Los aspirantes deben aprender a conocer la naturaleza de la voluntad mediante el poder de la iluminación interna y por ciertos reconocimientos inteligentes. Aprender a conocer la naturaleza del yo, ayudados por la personalidad, la sombra o distorsión de la voluntad divina. Expresan la voluntad [i47] estrictamente egoísta, autosuficiente y autoenfocada, y de allí pasan a la comprensión de la voluntad grupal y a la realización de un esfuerzo, a fin de personificar esa voluntad grupal, la cual concierne siempre a aquello que no es la voluntad del yo separado. A medida que se acrecienta y desarrolla esta capacidad de descentralizarse altruistamente, el aspirante alcanza una etapa en que la vida y el bien grupal son considerados como parte integrante de un Todo mucho mayor. Este todo mayor es el SER Mismo, divorciado de la forma, pero actuando siempre a través de la forma y desenvolviéndose con planificado propósito, mientras se halla en manifestación. Va comprendiendo entonces que no bastan el amor y la inteligencia, sino que deben ser complementados y ayudados por la voluntad, el propósito activo e inteligente, amorosamente aplicado. La dificultad del tema reside en el hecho que, básicamente, (por muy extraño que parezca) el amor es la línea de menor resistencia para el ser humano evolucionado. Constituye el principio que rige el actual sistema solar. La voluntad es el principio que regirá el próximo o venidero sistema solar, el cual vendrá a la manifestación por intermedio de esos seres humanos que -en este sistema solar- lleguen a expresar plenamente el aspecto voluntad. Entonces, en la futura y culminante manifestación, el amor será para el aspecto voluntad lo que la inteligencia es, en este sistema solar, para el amor.
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