Los Rayos y las Iniciaciones - Regla II
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PRIMERA PARTE CATORCE REGLAS PARA LA INICIACIÓN GRUPAL REGLA II |
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Al estudiar la Primera Regla de la Iniciación obtuvimos (o quizás fijamos con mayor claridad en nuestras mentes) tres conceptos principales:
[i48] Terminamos el estudio con el concepto Tensión, y lo definí como la identificación del cerebro y el alma con el aspecto voluntad, y la preservación de esa identificación -inmutable e inamovible- a pesar de las dificultades y circunstancias. Lo menciono porque el concepto "tensión" o punto de realización, subyace en la enseñanza de la regla que vamos a considerar. Regla Dos.
Un cuidadoso análisis de esta regla impartirá a la intuición mucho más de lo que aparece en la superficie, lo cual ya es de suficiente valor. Cada una de las reglas contiene la simiente de la comprensión que debe ser evocada antes de dominar la siguiente regla. Todo lo que se imparte se basa siempre en lo que ha transcurrido anteriormente. Las "tres grandes demandas" del iniciado, se fundamentan en el "triple llamado", expuesto en la Regla Dos para aspirantes y discípulos, emitido previamente. Ahora deben captarse sus significaciones superiores. Esta regla, de suma importancia, sólo consta de cuatro partes, porque encierra la fuerza motivadora, los factores condicionantes y el lugar del triunfo -estando todos indicados en ella. Estudiaremos como ya es habitual, cada parte en forma correlativa y detalladamente, hasta donde sea factible, teniendo presente que la iniciación concierne a factores latentes en la manifestación, y ningún idioma posee palabras para describirla; se refiere asimismo a ideas inexistentes en "la nube de cosas conocibles" (denominada así por Pantanjali) -es decir, conocibles para la masa humana. No obstante, el iniciado enfrenta un mundo de significados y asuntos aún no manifestados. La tarea del Maestro [i49] (y la de Aquellos superiores a Él) consiste en dar dichos pasos y precipitar esos "acontecimientos que están a la expectativa", trayéndolos oportunamente a la manifestación. Les recordaré que esto se realiza invariablemente empleando la voluntad y desde un punto de tensión.
Quisiera llamarles la atención sobre la naturaleza progresiva [e52] de la ciencia esotérica; en ninguna parte está mejor ilustrada ni tan bien demostrada, como en esta frase, pero, a no ser que la intuición y el sentido de correlación estén activos, la idea eludirá todo reconocimiento. En la totalidad de la enseñanza dada al aspirante y al discípulo en las primeras etapas de su entrenamiento, se ha puesto el énfasis sobre el "punto de luz" que debe ser descubierto, llevado a su plena iluminación, empleándolo luego de tal forma, que aquel en quien la luz brilla se convierte en portador de luz en un mundo oscuro. Al aspirante se le enseña que esto es posible cuando se hace contacto con el alma y la luz es descubierta. Para la mayoría esta enseñanza es conocida, y constituye la esencia del progreso que han de realizar los aspirantes y discípulos, durante la primera parte de su entrenamiento. Nos dedicaremos ahora a otra expresión y al siguiente desarrollo en la vida del iniciado que está aprendiendo a actuar desde un "punto de tensión". Aquí reside el nuevo énfasis, y lo llevo a la atención de la humanidad en este momento, cuando el género humano se acerca al fin, al terrible pero liberador fin, de la actual gran prueba sufrida en esta moderna tierra ardiente. La humanidad podrá ahora penetrar en la luz clara y fría y allí comenzar a mantener ese punto de tensión que evocará la necesaria "comprensiva voluntad de seguir adelante por la línea de la humana voluntad al bien -primera etapa del desarrollo del aspecto voluntad. Ésta es la sublimación superior de la etapa de aspiración que precede al logro del "punto de luz" por medio del contacto con el alma. El punto de tensión se descubre cuando la consagrada voluntad [i50] de la personalidad es puesta en contacto con la Voluntad de la Tríada espiritual. Esto tiene lugar en tres etapas bien definidas: 1. Aquélla en que el aspecto inferior de la voluntad, enfocado en el cuerpo mental -la voluntad de actuar de la personalidad-, es puesto en contacto con la mente abstracta superior; esta última es el agente interpretador de la mónada, siendo también el aspecto inferior de la Tríada. A este respecto se desprenden dos cosas:
Se manifiesta en el cultivo de la buena voluntad, como la entiende [e53] el término medio de la humanidad inteligente, y es puesto en práctica como un modo de vivir. 2. Aquélla en que el aspecto amor del alma es puesto en contacto con el correspondiente aspecto de la Tríada, al cual damos el inadecuado nombre de intuición. En realidad es la percepción y comprensión divinas, al expresarse por medio de la formulación de ideas. Aquí tenemos un ejemplo de lo inadecuado del lenguaje moderno; las ideas son amorfas, y en efecto son puntos de energía que se exteriorizan a fin de expresar oportunamente alguna "intención" del divino Logos creador. Cuando el iniciado llegue a captar y a identificarse con esto, su buena voluntad se expandirá en voluntad al bien. Plan y cualidad ceden su lugar al propósito y método Los planes son falibles y experimentales y satisfacen una necesidad momentánea. El propósito, como lo demuestra el iniciado, es permanente, previsor, inalterable y sirve a la Idea Eterna. 3. Aquélla en que -después de la cuarta iniciación- existe una relación directa e inquebrantable entre la mónada, por intermedio de la Tríada, y la forma que emplea un Maestro para realizar Su [i51] trabajo entre los hombres. Dicha forma puede ser Su personalidad temporaria, obtenida en el curso normal de encarnaciones o sino una forma especialmente creada, a la cual los teósofos le aplican el término técnico, aunque engorroso, de "mayavirupa". Constituye el "verdadero disfraz que oculta la luz radiante y la energía dinámica de un revelado Hijo de Dios". Ésta es la definición esotérica que yo les presento. Esta etapa puede ser denominada la adquisición de la voluntad de ser, no del Ser como expresión individual sino del Ser como expresión del Todo -omnicluyente, no separatista, motivado por la bondad, belleza y verdad, e inteligentemente expresado como amor puro. Todas estas etapas se logran obteniendo un punto de tensión tras otro, y así se lleva adelante el trabajo hacia el reino de la firme y dinámica voluntad, la cual, a medida que se va desarrollando progresivamente, actúa invariablemente desde un constante punto de tensión. Ahora nos abocaremos al estudio de un tema que siempre resulta excesivamente difícil para los estudiantes: La naturaleza de la PALABRA, del A,U.M., y sus posteriores derivaciones, el O.M. y el Sonido. Existe mucha confusión respecto a su significación y a la necesidad de su empleo. La etapa de su reconocimiento, por la cual estamos pasando ahora, es puramente exotérica, a fin de acostumbrar al público a la realidad de su existencia, y se lleva a cabo de tres maneras:
El acercamiento más sensato corresponde a la tradición masónica, porque encara principalmente el mundo de significados y [i52] una de las fases de la enseñanza esotérica. El empleo del Amén en el ritual de la iglesia cristiana, caerá en desuso con el tiempo, pues básicamente constituye una afirmación materialista, siendo por lo general considerada por los feligreses como sello de divina aprobación, adjudicado por el Todopoderoso a sus demandas de protección o de satisfacción a sus necesidades físicas; por lo tanto, todo ello está relacionado con la vida de deseos, la aspiración al dualismo y a la demanda. Involucra las actitudes de dador y de receptor. El A.U.M. y el Amén son ambos una expresión del sonido mediante el principio de la sustancia activa inteligente de la manifestación divina, el tercer aspecto, y han servido a la necesidad humana durante la fase material y el desarrollo de la forma. También me refiero aquí al desarrollo de la mente o del cuerpo mental. La entera personalidad, cuando se ha perfeccionado y está regida por el alma, se convierte en el "Verbo hecho carne". El conjunto de aspirantes y discípulos está hoy aprendiendo el significado del O.M., que no es el Verbo hecho carne, sino el Verbo liberado de la forma expresándose como alma-espíritu y no como cuerpo-alma-espíritu. Por lo tanto, podría decirse que: 1. El A.U.M. (observen que separo cada aspecto de este triple sonido) hace descender al plano físico el aspecto alma-espíritu, y lo arraiga allí la fuerza de su saliente vibración. Emplearé un símbolo para aclarar lo que quiero significar. Diré que es análogo "a un fuerte viento que sujeta a un hombre contra una pared, imposibilitándole toda libertad de movimiento". Vivifica la forma; intensifica el aferramiento de la materia sobre el alma; construye una prisión alrededor del alma -la prisión de los sentidos. Es el "sonido del encantamiento", fuente del espejismo y de maya; energía altamente engañosa y alucinadora, nota del arco involutivo. Oculta el secreto del mal o materia, del empleo de la forma, primeramente como prisión, luego como campo de entrenamiento [e55] y de experiencia y, finalmente, como expresión de la manifestación de un Hijo de Dios. 2. El O.M. correctamente pronunciado libera al alma del espejismo y del -encantamiento. Es el sonido de la [i53] liberación, la gran nota de la resurrección y de la ascensión de la humanidad al Lugar Secreto del Altísimo, cuando todas las demás Palabras y sonidos han fracasado. Es un sonido dual, no triple como el A.U.M.; significa la relación entre espíritu y alma y entre vida y conciencia. Esta Palabra perdida, simbolizando lo que se ha perdido en los tres mundos (ejemplificado por los grados de la Logia Azul de la Masonería), debe ser recuperada, y está hoy en proceso de ser descubierta. Los místicos la han buscado; los masones han preservado la tradición de su existencia; los discípulos e iniciados del mundo deben demostrar que la poseen. 3. El SONIDO es la única expresión del Nombre Inefable, el apelativo secreto de Aquel en quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser, a Quien conoce la Gran Logia Blanca por dicho nombre. Recuerden siempre que nombre y forma son términos sinónimos de la enseñanza esotérica y ambas palabras contienen el secreto de la manifestación. La meta del iniciado consiste en identificarse con todas las formas de la vida divina a fin de poder considerarse a sí mismo como parte integrante de ese Todo y sintonizarse con todos los estados de percepción divina conociendo por sí mismo (no sólo teóricamente) que éstos también constituyen sus propios estados de percepción. Entonces puede penetrar en el divino arcano del conocimiento, participar de la divina omnipresencia, expresar -a voluntad- la divina omnisciencia y prepararse para manifestar con plenitud de conciencia la divina omnipotencia. Empleo palabras que resultan fútiles para impartir el subyacente significado de la Palabra. La comprensión sólo puede llegar cuando el hombre vive la Palabra, oyendo su inaudible Sonido y exhalándolo hacia los demás en un aliento vital dador de vida. Las masas oyen el sonido del A.U.M., y la clase elevada está descubriendo que ese A.U.M. es la expresión de algo del cual trata de liberarse. Los aspirantes y discípulos del mundo oyen el O.M., y en sus vidas personales el A.U.M. y el O.M. están en conflicto. Quizás esto representa una nueva idea, pero imparte el concepto de un hecho eterno. Tal vez les ayude a comprender [i54] esta fase si puntualizo que, para el primer grupo, el O.M. puede ser representado con el signo M, que expresa la naturaleza material, mientras que el segundo grupo puede ser representado por el símbolo M, expresando el alma envuelta en la materia. Observarán [e56] por lo tanto, que la enseñanza conduce al hombre progresivamente hacia adelante y la ciencia esotérica pone al hombre en contacto con grandes contradicciones mentales y paradojas divinas Durante eones se han perdido la Palabra del alma y el Sonido de la realidad espiritual. Hoy la Palabra del alma se está descubriendo nuevamente, y con ese descubrimiento el pequeño yo se va perdiendo en la gloria y el fulgor del yo divino. Este descubrimiento culmina en el momento de recibir la tercera iniciación. El iniciado y el Maestro, conjuntamente con ésos de rango superior que se identifican con Shamballa, en forma constante y creciente, oyen con mayor claridad el Sonido que emana del Sol Central espiritual, que penetra en nuestro planeta en todas las formas de la vida divina -por conducto de nuestro Logos planetario, el cual oye con toda claridad y comprensión-, el Sonido de la sílaba inferior del Inefable Nombre de Aquel en Quien los Logos planetarios viven, Se mueven y tienen su Ser, pues Ellos son centros de la VIDA que se expresa a sí misma por medio de un sistema solar. Como podrán ver no tiene objeto que me explaye sobre esto. Su único valor consiste en dar un impulso expansivo a la conciencia del discípulo y sacudir su imaginación (la simiente de la intuición), y aunque esté ocupado en expresar la M y después la m, se esforzará en ir detrás del Sonido. Anteriormente señalé que el sonido A.U.M., el sonido O.M. y el SONIDO mismo, están relacionados con la vibración y sus variados y distintos efectos. El secreto de la Ley de Vibración se va revelando progresivamente a medida que la gente aprende a emitir la Palabra en sus tres aspectos. Los estudiantes harían bien en reflexionar sobre la diferencia que existe entre el aliento y el Sonido, entre el proceso de la respiración y el de la creación de una actividad vibratoria dirigida. Una está relacionada con el Tiempo y la otra con el Espacio, y difieren entre sí, y (tal como reza en El Antiguo Comentario) "el Sonido, el [i55] último Sonido aunque inicial, concierne a aquello que no es tiempo ni espacio, está fuera del TODO manifestado, origen de todo lo que es y sin embargo, no es nada". (La nada. A.A.B.) Existen, por lo tanto, grandes puntos de tensión, desde los cuales surge la Palabra Sagrada en sus mayores aspectos. Permítanme enumerarlos: 1. El punto creador de tensión -tensión lograda por el Logos planetario cuando responde al Sonido del Inefable nombre, exhalándolo, a Su vez en tres grandes Sonidos que constituye uno sólo en Su propio plano de expresión, creando así el mundo [e57] manifestado, el impulso hacia el desarrollo de la conciencia y también la influencia de la vida misma. Esto es el Sonido. 2. Siete puntos de tensión en el arco descendente e involutivo; estos producen los siete planetas, los siete estados de conciencia y la expresión de los impulsos de cada uno de los siete rayos. Constituyen el séptuple A.U.M., al cual se refiere la Sabiduría Eterna. Están relacionados con el efecto que produce el espíritu o la vida sobre la sustancia, dando así origen a la forma y creando la prisión de la vida divina. 3. El A.U.M. mismo o el Verbo hecho carne; creando finalmente un punto de tensión en el cuarto reino de la naturaleza, donde es posible el ciclo evolutivo y llega a oírse casi imperceptiblemente la primera tenue nota del O.M. El hombre individual alcanza el punto cuando. la personalidad es un todo integrado y activo y el alma comienza a ejercer control. Constituye una tensión acumulada, lograda durante muchas vidas. Este proceso está descrito en los archivos de los Maestros, de la manera siguiente: Recuerden que estos símbolos constituyen una tentativa de mi parte, de traducir antiguas signaturas, en tipos de imprenta modernos y occidentales. Esotéricamente, el único que no varía es el A.U.M. [i56] 4. Luego se produce un punto de tensión, y desde él, el hombre logra oportunamente liberarse de los tres mundos, convirtiéndose en un alma liberada; llega a ser un punto dentro del círculo -que indica el punto de tensión desde el cual actúa, siendo el círculo la esfera de su actividad autoiniciada. No creo necesario extenderme más; el iniciado pasa de un punto de tensión a otro, análogamente a como la hacen todos los seres humanos, aspirantes, discípulos e iniciados de grado inferior; obtienen una expansión de conciencia tras otra, hasta recibir la tercera iniciación, y los puntos de tensión (cualificados por la intensión y el propósito) reemplazan los esfuerzos anteriores y el aspecto voluntad comienza a ejercer control. Aquí tenemos en forma concisa un nuevo ángulo del conocido tema de la Palabra -tema preservado, de alguna manera, por todas las religiones mundiales, pero, como todas las cosas, ha sido [e58] tan materializado, que la tarea de la jerarquía consiste en restablecer el conocimiento de su significado, su triple aplicación y sus significaciones involutivas y evolutivas. Los estudiantes harían bien en recordar que la emisión oral nada significa. La emisión silenciosa e inaudible dentro de la cabeza, constituye un factor importante; luego de haberlo realizado, oír su reverberación allí y reconocer que este Sonido autoiniciado -exhalado desde un punto de tensión- es parte del SONIDO original a medida que va adquiriendo la forma de una Palabra. Cuando el hombre expresa perfectamente el A.U.M., entonces puede emitir el O.M. con eficacia, desde puntos progresivos de tensión hasta la tercera iniciación. Entonces el efecto del O.M. es de tal naturaleza que la personalidad desaparece como entidad separada, surge el alma en toda su gloria, y el primer tenue sonido del SONIDO original irrumpe en el oído del transfigurado iniciado. A esta Voz se refiere el relato bíblico de la Transfiguración. Dicha Voz dice: "Éste es mi Hijo bienamado". El iniciado registra el hecho de haber sido aceptado por Shamballa y haber establecido el primer contacto con el Logos planetario, el Hierofante, el Iniciador en la tercera iniciación, en forma análoga a como Cristo, el Maestro de Maestros, es el Iniciador y el Hierofante de las dos primeras iniciaciones. [i57] No obstante, la Palabra que nos ocupa no es la Palabra Sagrada, sino un signo o señal de aceptación. Esta regla lo expresa en la frase: "Aceptado como grupo", la cual se refiere al conjunto y mezclas combinadas de sonidos a través de los cuales pueden actuar el alma en relación con la personalidad, la mónada en relación con la Tríada espiritual, el Maestro en relación con su ashrama y Shamballa en relación con la Jerarquía, expresando el plan en las etapas iniciales de contacto y, en las últimas, el propósito. Recuerden que la analogía rige en todo esto. La personalidad es un conglomerado de formas y vidas sustanciales que al fusionarse y mezclarse constituyen una totalidad unificada, animada por el deseo o aspiración, por el plan o propósito, y actúa en el lugar que le corresponde, inspirada por un programa interno autoiniciado. De acuerdo al punto de vista y ángulo más extenso, de quienes ven la vida en términos de totalidades cada vez más amplias, el progreso se realiza pasando de un grupo a otro. El pronunciamiento que surge desde un punto de tensión, es la Palabra del alma al integrarse con la triple personalidad cuando está conscientemente preparada para dicha fusión. El aferramiento del alma sobre sus instrumentos de expresión, la red compuesta por los siete centros y sus subsidiarios, se intensifica, y la energía afluye obligando a la pasiva personalidad a expresar [e59] plenamente el tipo de su alma, subordinando el rayo de la personalidad (y sus tres rayos subsidiarios) a la dominante energía del alma. La primer gran integración consiste en la fusión de la fuerza con la energía. Esta afirmación es de suma importancia, porque expone una de las primeras lecciones que debe dominar el iniciado, y sólo puede ser debidamente comprendida por la experiencia de la vida, y sujeta a la interpretación en el mundo de significado. Alguna comprensión de lo que esto implica se obtendrá cuando el discípulo sepa diferenciar entre actividad egoica y acción de la materia, entre amor y emoción, entre voluntad inteligente y mente, entre plan y propósito. Al hacerlo, adquiere la habilidad de descubrir su punto de tensión en cualquier momento dado, y esta creciente habilidad lo llevará con el tiempo a reconocer conscientemente como unidades a un grupo tras [i58] otro, con los cuales deberá tratar de identificarse. Encuentra a su alma mediante la fusión del alma y la personalidad; a su grupo por la absorción de esta fusión alma-forma en el grupo de un Maestro, siendo finalmente absorbido en el ashrama del Maestro; allí, en concierto con el grupo de hermanos, se fusiona y mezcla con la Jerarquía y. oye la ampliación de la Palabra que originalmente pronunció su alma: Aceptado como grupo. Luego, mucho más tarde, participará de ese augusto reconocimiento que tiene lugar cuando surge la Voz -como lo hace anualmente- desde el centro de Shamballa, y el Señor del Mundo pone el sello de aprobación sobre la aceptación de la Jerarquía y sus nuevos asociados. Dicha aceptación incluye a los iniciados de tercer grado que han estado, más que nunca, estrechamente integrados con la vida jerárquica. Para ellos constituye la señal (y también para los que están más avanzados y la han oído año tras año) de que forman parte del instrumento cuyo propósito consiste en cumplir el plan. De este modo se van produciendo las grandes síntesis. Han tardado muchos eones, porque la evolución (especialmente en las primeras etapas) avanza lentamente. Durante el período de posguerra, y a medida que la nueva estructura del venidero orden mundial vaya adquiriendo forma, los procesos se acelerarán considerablemente; sin embargo esto no sucederá hasta dentro de cien años, lo cual es un instante en la, eterna historia de la humanidad. La vida de Dios pasa de una síntesis a otra. Primeramente, la síntesis de las vidas atómicas que adquirirán formas cada vez más perfectas hasta aparecer los tres reinos de la naturaleza; luego la síntesis de la conciencia que permitirá al ser humano penetrar en la conciencia mayor del Todo y, finalmente, ese misterioso acontecimiento resultante del efecto producido por los desarrollos anteriores, denominado Identificación. [e60] Desde la primera identificación, analogía superior de la etapa de individualización, tiene lugar la absorción progresiva en totalidades cada vez mayores, y todas las veces surge la Palabra: Aceptado como grupo. ¿He logrado darles en esta breve exposición una visión algo más amplia de lo que significa la iniciación? [i59] ¿Pueden ver con mayor claridad la creciente belleza del Todo, la bondad del Propósito y la Sabiduría del Plan? ¿comprenden más cabalmente, que belleza, bondad y sabiduría. no son cualidades, como puede implicar su inadecuada nomenclatura sino grandes realidades manifestadas? ¿Han llegado a comprender que no son descriptivas de la Deidad, sino nombres aplicados a Vidas de cuya potencia y actividad los hombres nada saben? Alguna comprensión al respecto debe infiltrarse con lentitud en la mente y conciencia de cada discípulo, a medida que sobre esa mente se va irradiando la luz del alma en las primeras etapas y, más tarde, va respondiendo al impacto de la energía proveniente de la Tríada espiritual. Sólo cuando se visualiza esto, aunque no se lo comprenda, el esforzado discípulo sabrá que las palabras:
son un mandato viviente que lo condicionarán, quiéralo o no. de los resultados más reales que se producen al oír la Palabra pronunciada después de pasar las dos pruebas, es la incapacidad de retirarse de la posición asumida. Tener que vivir inevitablemente la vida del espíritu, constituye al mismo tiempo su horror y su alegría. Eso es exactamente lo que quiero significar. El símbolo o primera expresión de esto (para quienes viven en los tres mundos, es solo el símbolo de una realidad interna, es el impulsivo anhelo de mejorar, característica sobresaliente del animal humano. Pasa por una etapa de disconformidad a otra, impelido por un algo interno que constantemente le revela una seductora visión de algo más deseable que su actual estado y experiencia. Al principio lo interpreta en términos de bienestar material; entonces esta divina disconformidad lo impele hacia una etapa de lucha de naturaleza emocional; ansía la satisfacción emocional y más tarde las realizaciones intelectuales. En todo momento la lucha por alcanzar lo que siempre está más adelante, crea los instrumentos para lograrlo, perfeccionándolos gradualmente, hasta que la triple personalidad está preparada para obtener la visión del alma. Desde ese punto de tensión, el anhelo y la lucha recrudecen, [i60] hasta comprender la Regla Uno para Aspirantes y entrar en el sendero. En cuanto llega a ser un discípulo aceptado y ha emprendido [e61] definidamente el trabajo de preparación para la iniciación, ya no puede volver atrás. No podría aunque quisiera, y el ashrama, lo protege. Cuando esta regla es para discípulos aceptados e iniciados, enfrentamos una condición similar en una vuelta más elevada de la espiral, pero con una diferencia (que difícilmente podrán captar, a no ser que se hallen en el punto donde la Palabra va hacia ustedes): el iniciado permanece solo en "unidad aislada", consciente de su misteriosa unicidad con todo lo que existe. El anhelo que caracteriza su progreso, de llegar a la fusión alma-personalidad, se trasmuta en una fija intención, en la habilidad de ir adelante hacia la clara y fría luz de la lúcida razón, libre de todo espejismo e ilusión, poseyendo ahora el poder de presentar las tres demandas, lo cual puede hacer conscientemente y por el empleo de la voluntad dinámica, en vez de "presentar la solicitud en triple forma" como lo hizo antes. Esta diferencia es vital y señala un enorme crecimiento y desarrollo. El iniciado ha oído la Palabra que le llegó cuando se comprometió a cumplir irremediablemente con el propósito jerárquico. Ha oído la Voz proveniente de Shamballa, así como anteriormente oyó la Voz del Silencio y la voz de su Maestro. La obediencia esotérica cede su lugar a la voluntad iluminada. Se puede ahora confiar que andará y trabajará sólo, porque inalterablemente es uno con su grupo, con la Jerarquía y finalmente con Shamballa. La clave de esta regla reside en el mandato de que el iniciado agregue a su solicitud tres demandas y sólo después de haber sido formuladas, correctamente expresadas y motivadas por la voluntad dinámica, vendrá el mandato de seguir adelante. ¿Cuáles son estas tres demandas y con qué derecho las presenta el iniciado? Hasta ahora la nota de su conciencia en expansión había sido la visión, esfuerzo, realización y nuevamente visión; Hasta entonces se había ocupado de llegar a ser consciente en el campo de la divina realización -zona que se expande [i61] y acrecienta constantemente. En términos del ocultismo práctico, una vez que se ha identificado con esa revelación, reconoce una esfera cada vez más amplia, donde puede prestar servicio pleno de propósito y desarrollar el Plan. Hasta que esta revelación no constituya parte integrante de su vida, le será imposible al iniciado comprender el significado de estas sencillas palabras. Identificación es comprensión, más experiencia esotérica, más absorción en el Todo, y (como ya señalé anteriormente) para describir esto no tenemos terminología. El discípulo es ahora amo de lo que ha visto y se ha apropiado, y presintiendo lo que tiene por delante, y siendo consciente de [e62] ello, "se afirma sobre sus derechos esotéricos y presenta sus claras demandas". Se pueden descubrir cuáles son esas demandas si recordamos que todo lo que debe sobrellevar y desempeñar el iniciado constituye la analogía superior y esotérica de la triple manifestación espíritu-energía, que caracterizó la primera fase de su desenvolvimiento, es decir la personalidad. Quisiera llamar la atención sobre el vocablo "desenvolvimiento", porque quizás sea la palabra más explícita y correcta que se puede aplicar al proceso evolutivo. El idioma no posee otra mejor. El iniciado siempre ha sido un iniciado. El divino Hijo de Dios siempre fue conocido por lo que es. Un iniciado no es el resultado del proceso evolutivo sino la causa del proceso evolutivo, y por medio del mismo él perfecciona sus vehículos de expresión hasta convertirse en un iniciado en los tres mundos de la conciencia y en los tres mundos de la identificación. El desenvolvimiento prosigue de acuerdo al tipo de rayo, y cada triple etapa del desenvolvimiento inferior hace posible más tarde (en tiempo y espacio) el desenvolvimiento superior en el mundo de la Tríada espiritual. En estas instrucciones trato de indicarles la relación que existe entre la triple personalidad y la Tríada espiritual, vinculadas y unidas por el antakarana. Cada uno de estos tres aspectos inferiores Posee su propia nota y produce la formulación de las tres demandas que evocan respuesta de la Tríada espiritual, llegando asi hasta Shamballa, el elevado lugar donde espera la Mónada. [i62] En el primer capítulo del libro Cartas sobre Meditación Ocultista, publicado en 1922, senté las bases para la enseñanza más avanzada que aquí estoy impartiendo. En dicho capítulo me ocupé del alineamiento del ego con la personalidad, siendo la primera vez que fue enfocado definidamente todo el tema del alineamiento, porque es el primer paso hacia la fusión y, posteriormente, hacia los misterios de la identificación. Permítanme ahora transcribir el párrafo: "A medida que transcurre el tiempo, con la ayuda del Maestro, se logra la armonía del color y tono (pues son sinónimos), hasta que finalmente se obtiene la nota fundamental de la materia, la tercera mayor de la personalidad alineada y la quinta dominante del ego, seguida por el pleno acorde de la Mónada o Espíritu. Durante el discipulado buscamos la dominante del ego; pero antes debe vibrar la tercera perfecta de la personalidad. Durante varias encarnaciones hacemos vibrar los cambios en los tonos intermedios y a veces nuestras vidas vibran a un tono mayor o menor; pero siempre tienden a [e63] adquirir mayor flexibilidad y belleza. A su debido tiempo cada nota se ajusta a su acorde, el del espíritu; cada acorde forma parte de una frase, frase o grupo al cual corresponde el acorde, y la frase completa la séptima parte del todo. Las siete partes completan entonces la sonata de nuestro sistema solar -parte de la triple obra maestra del Logos o Dios, el Maestro Músico. Llegamos ahora a un punto que difícilmente podrán captar los discípulos. El iniciado o discípulo ha llegado a una etapa evolutiva donde la triplicidad cede su lugar a la dualidad, previamente al logro de la completa unidad. Sólo dos factores le conciernen cuando "permanece en el punto medio", y son: espíritu y materia Su principal nota consiste en llegar a identificarlos plenamente en su conciencia. pero sólo en lo que respecta a todo el proceso creador y no a su yo separado. El servicio que presta el iniciado tiene como móvil este concepto. Dicho concepto de plenitud, que gradualmente se va deslizando en la conciencia del mundo, [i63] indica que la humanidad se halla al borde de la iniciación. Por lo tanto, lo que posibilita la actividad del iniciado, cuando formula las tres demandas, es el aspecto material, "el tercero perfecto de la Personalidad". El "quinto dominante del Ego" se hace oír en la tercera iniciación, marcando el logro de la unificación, desvaneciéndose en la cuarta iniciación. En ese momento desaparece el vehículo egoico, el cuerpo causal, quedando entonces únicamente dos aspectos divinos, la sustancia activa, perfecta, radiante y organizada, el aspecto materia, a través del cual el iniciado puede actuar, controlándolo totalmente, y el dinámico principio vida, el aspecto espíritu, con el cual espera ser identificada la "divina Realidad sustancial". Este concepto subyace en las tres demandas del iniciado que (de acuerdo a la regla anteriormente dada para aspirantes y discípulos) debe pronunciar "a través del desierto, sobre los mares y a través del fuego". No me es posible hacerles comprender explícitamente la naturaleza de las demandas, sólo puedo formular ciertas frases simbólicas que, interpretadas intuitivamente, proporcionarán una clave. Sólo es posible formular la primera demanda porque "la vida del desierto quedó atrás; éste floreció y fructificó, luego llegó la sequía y el hombre se retiró. Aquello que nutrió y sustentó su vida se convirtió en tierra yerma, quedando sólo hueso, polvo y una insaciable sed que nada puede aplacar". Sin embargo, resulta claro para la conciencia del iniciado que al desierto hay que hacerlo florecer nuevamente como una rosa y que su tarea consiste en restaurar (distribuyendo las aguas de la vida su prístina belleza, no la belleza de su falso florecimiento. Por lo tanto, sobre la nota del aspecto inferior de la personalidad (hablo [e64] simbólicamente) él demanda que el florecimiento tenga lugar de acuerdo al Plan. Ello involucra, de su parte, una visión de ese plan, identificación con el propósito subyacente y la habilidad de actuar -por intermedio de la mente superior, aspecto inferior de la Tríada espiritual- en el mundo de las ideas para crear esas formas mentales que lo ayudarán a materializar el [i64] Plan de conformidad con el Propósito. Éste es el trabajo creador de la construcción de formas mentales, por eso se dice que la primera gran demanda "se pronuncia dentro del mundo de las ideas de Dios y va dirigida al desierto que, hace mucho tiempo, quedó atrás. Después de esa gran demanda el iniciado consagrado a prestar servicio en el mundo, retorna al desierto, trayendo consigo la simiente y el agua por la que el desierto clama." La segunda demanda tiene relación con el anterior clamor del discípulo, emitido "sobre los mares". Se refiere al mundo del espejismo en el cual se debate la humanidad, y al mundo emocional en el que está sumergido el género humano, como ahogándose en el océano. En la Biblia se dice -y el concepto está basado en la información existente en los Archivos de los Maestros- que "ya no habrá más mar"; he dicho que llega un momento en que el iniciado sabe que el plano astral ya no existe, pues se ha desvanecido y desaparecido para siempre. Pero cuando el iniciado se ha liberado del reino de la ilusión, de las nieblas, las brumas y el espejismo, y permanece en "la luz clara y fría" del plano búdico o intuitivo (el segundo aspecto o aspecto medio de la Tríada espiritual), llega a obtener una grande y fundamental comprensión. Sabe que debe retornar (si esta palabra tan tonta explica algo) a los "mares" que dejó atrás y allí disipar el espejismo. Ahora actúa "arriba en el aire y a plena luz del día". Ya no se debate en las olas ni se hunde en las aguas profundas. Se cierne sobre el mar, dentro del océano de luz, y vierte esa luz en las profundidades. Lleva así las aguas al desierto, y la luz divina al mundo de las brumas. Sin embargo, nunca abandona el lugar de la identificación, y todo lo que ahora realiza lo lleva a cabo desde los niveles que ha alcanzado cualesquiera de las iniciaciones. Todo lo hace "en el desierto y sobre los mares" mediante el poder del pensamiento, el cual dirige la necesaria energía y ciertas destinadas y elegidas fuerzas, a fin de que el Plan, permítanme repetir, pueda desarrollarse de acuerdo al propósito divino por el poder de la dinámica voluntad espiritual. Cuando lleguen [i65] a comprender que el iniciado de alto grado trabaja con energía monádica y no con fuerza del alma, entonces se darán cuenta por qué necesita actuar detrás de la escena. Traba]a con el aspecto alma y por medio del poder de [e65] la energía monádica, empleando el antakarana como agente distribuidor. Los discípulos e iniciados de los primeros dos grados trabajan con fuerza del alma y por intermedio de los centros. La personalidad trabaja con fuerzas. La tercer gran demanda contiene distintas implicaciones y se dice que se pronuncia "a través de los fuegos". En el actual sistema solar no es posible evadir el fuego. Existe en todos los niveles de la expresión divina, como bien sabemos, por el estudio de los tres fuegos -el fuego por fricción, el fuego solar y el fuego eléctrico, con sus diferenciaciones, los cuarenta y nueve fuegos- de los siete planos. Por lo tanto, si el llamado o la demanda proviene del discípulo o del iniciado, el Sonido surge siempre "a través del fuego", "hacia el fuego" y "desde el fuego". Muy poco puedo decir acerca de la técnica que subyace en la poderosa demanda. La demanda es emitida desde el plano más elevado de la voluntad espiritual, técnicamente denominado "plano átmico", y produce resultados en los niveles mentales, así como las dos anteriores demandas se desarrollan en los niveles físico y astral. Quisiera intercalar aquí la observación de que si bien no existe el plano astral, desde el ángulo del Maestro, miles de millones lo reconocen y también trabajan dentro de su esfera alucinante, ayudados por los discípulos iniciados que actúan desde los correspondientes niveles elevados. Esto también es verdad acerca de todo el trabajo planetario, ya sea hecho por los iniciados y Maestros, actuando directamente en los tres mundos, o desde niveles superiores, como lo hacen los Nirmanakayas (los creadores Contemplativos del planeta), o de Shamballa, desde la Cámara del Concilio del Señor del Mundo. Todos los esfuerzos de la Jerarquía o los de las "Vidas condicionantes" (tal como a veces se las denomina) de Shamballa, están dedicados a desarrollar el plan evolutivo, que finalmente contendrá el propósito divino. Insisto en acentuar deliberadamente esta diferencia entre plan y propósito, [i66] porque indica la fase siguiente del desarrollo de la voluntad inteligente en la conciencia de la humanidad. Nada más puedo insinuar acerca de estas demandas. Mucho les habré dicho si su intuición ha permanecido despierta para leer la significación de algunos de mis comentarios. Dichas demandas no sólo se refieren a la evolución de la humanidad sino a todas las formas de vida existentes dentro de la conciencia del Logos planetario. La mente rectora del iniciado indica la meta a realizar dentro de los tres mundos.
Esto no es una afirmación contradictoria. Quizás podré explicarles mejor la idea, de la manera siguiente: El iniciado no pierde [e66] tiempo recapitulando las lecciones aprendidas; actúa por hábito adquirido haciendo instintivamente lo correcto y necesario. La respuesta instintiva a las formas del medio ambiente erige, como bien saben, las normas de proceder, de conducta y de reacción. Ello establece lo que podría denominarse memoria inconsciente, y rige sin necesidad de esforzarse por recordar. Los hábitos de la bondad, de la correcta reacción y de la comprensión instintiva, son la característica del iniciado entrenado. No necesita recordar las reglas, las teorías, los planes y las actividades. Son parte establecida de su naturaleza, como el instinto de conservación lo es del equipo de un ser humano normal. Reflexionen sobre esto y procuren adquirir los correctos hábitos espirituales. De esta manera el Maestro no pierde tiempo ocupándose de los planes del alma o personales. Tiene el hábito -basado en la memoria instintiva divina- de la actividad correcta, de la comprensión correcta y del correcto propósito. No es necesario el recuerdo.
Esto no constituye, como podrá parecer, el esfuerzo destinado a realizar el trabajo para la humanidad, tal como lo ha planeado o deseado el grupo, con el cual está asociado el iniciado. El método de trabajo abarca una fase anterior, donde el discípulo [i67] aceptado aprende mucho. Primeramente descubre en el plano físico al grupo cuyos ideales y planes para el servicio están de acuerdo con su idea de la correcta actividad; se asocia a dicho grupo, trabaja, aprende y el aprendizaje le ocasiona mucho sufrimiento. Luego encuentra el camino hacia el ashrama de un Maestro, donde su esfuerzo consiste en aprender a emplear acrecentadamente la voluntad a fin de llevar a cabo el Plan y adaptarse a los métodos y planes grupales, trabajando para bien de la humanidad, regido por la ley de la obediencia oculta. El iniciado, sin embargo, no trabaja de esta manera, aunque ha adquirido el hábito de entrar en contacto correcto con organizaciones de los tres mundos y de colaborar correctamente con la Jerarquía. Actúa inspirado por el aspecto vida, identificándose con él -el aspecto vida de su rayo grupal y de todos los grupos unificados. Esto quiere decir que comprende plenamente lo que significa la vida involutiva y evolutiva. El grupo o grupos, que necesita ayuda, invoca su servicio. Su respuesta es una evocación esotérica al unísono con el grupo de servidores, con el cual está afiliado en el aspecto interno, algo muy distinto de lo que comúnmente se comprende acerca del método de prestar servicio. |
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