1.
Establece contacto egoico y alineamiento.
2. Produce un estado de equilibrio.
3. Estabiliza la vibración.
4. Ayuda a transferir la polarización.
3
de junio de 1920.
[e20][i9] Esta mañana expondré algunas
ideas más sobre el tema de la meditación, que tienen relación con
el tema tratado ayer y el del 16 del mes pasado.
Fundamentalmente, la meditación consiste
en ayudar al alineamiento, permitiendo hacer contacto con el Yo superior,
y con ese fin ha sido instituida. Con el objeto de dilucidarlo debidamente,
encararé el estudio de este tema bajo los siguientes encabezamientos:
La importancia de la Meditación.
Los puntos que se toman en consideración
al asignar la Meditación.
El empleo de la Palabra Sagrada en la
Meditación.
Los peligros que deben evitarse en la
Meditación.
El empleo de las Fórmulas en la Meditación.
El empleo del Color y del Sonido en
la Meditación.
El acceso a los Maestros por medio de
la Meditación.
Las futuras Escuelas de Meditación.
La purificación de los vehículos.
La vida exotérica de servicio.
Hoy trataré el primer punto: ¿Por qué
es importante la meditación?
El énfasis puesto sobre la importancia
de la meditación, es consecuencia lógica de la absoluta convicción,
por parte del estudiante, de la necesidad imperiosa de que el Ego
domine a la Personalidad.
El hombre, en la actualidad, está dedicado
a muchas actividades y, por fuerza de las circunstancias, polarizado
totalmente en el yo inferior, ya sea en el cuerpo emocional o en el
mental. [e21] Quisiera hacer resaltar algo de interés. Mientras la polarización
sea o [i10] puramente
física o emocional, nunca se sentirá la necesidad de meditar. Aunque
el cuerpo mental esté activo, no se siente la necesidad de meditar
hasta que el hombre haya sufrido muchos cambios y pasado muchas vidas;
apurado la copa del placer y del dolor en el transcurso de innumerables
encarnaciones; sondeado las profundidades de la vida, vivida totalmente
para el yo inferior, hallando que todo eso no satisface. Entonces
comienza a dirigir su pensamiento a otras cosas: aspirar a lo desconocido,
comprender y sentir dentro de sí los pares de opuestos y percibir
en su conciencia posibilidades e ideales nunca soñados. Ha llegado
así a un punto donde el éxito, la popularidad y los diversos dones
son suyos, sin embargo, no extrae de ellos ninguna satisfacción, persistiendo
siempre el anhelo interno, hasta que el dolor es tan agudo, que el
deseo de exteriorizarse y elevarse, para llegar a alguien o a algo
que está más allá, vence todos los obstáculos. El hombre comienza
a dirigirse internamente y a buscar la fuente de su origen. Entonces
empieza a meditar, a reflexionar e intensificar la vibración, hasta
que, en el transcurso del tiempo, recoge los frutos de la meditación.
Cuatro cosas realizadas a través de la meditación:
1. Permite al hombre establecer contacto
con el Ego y alinear los tres cuerpos inferiores.
2.
Hace que el hombre adquiera equilibrio, no siendo totalmente receptivo,
negativo ni positivo, sino que se ubique en el punto de equilibrio.
De esta manera el Ego, y más tarde el Maestro, tiene la oportunidad
de romper el equilibrio y de sintonizar la aquietada vibración con
una nota más elevada que antes, de hacer que la conciencia vibre a
un ritmo nuevo y superior y vire (sí puede expresarse así) hacia la
periferia del triple Espíritu. Practicando constantemente esto, el
punto de equilibrio se eleva gradualmente, hasta llegar el momento
en que el punto de atracción [i11] inferior, en la oscilación y reajuste, no es el físico, tampoco
llega al emocional, ni establece contacto con el mental (pasando por
alto también el cuerpo causal), y el hombre desde ese momento está
polarizado en la conciencia espiritual.
Esto señala la cuarta Iniciación, después
de la cual el adepto construye y crea libremente para sí un cuerpo
de manifestación, pues nada existe en Él que anhele la objetividad
de un cuerpo para ser utilizado en los tres mundos y que evolucione
de acuerdo a la Ley de las Causas.
3. Estabiliza las vibraciones inferiores
en los subplanos emocional y mental. Comienza la tarea de sintonización
[e22] del yo inferior con la vibración
del tercer subplano de cada uno de los tres planos inferiores, hasta
dominar ese subplano. Luego es sincronizado el segundo subplano.
El hombre alcanza en ese ciclo la máxima
realización de la personalidad cuando adquiere la capacidad de vibrar
y moverse conscientemente en el cuarto subplano. Podría denominar
al cuarto subplano de los planos físico, emocional y mental (cuando
están dominados, alineados y actuando simultáneamente en una encarnación)
el plano de la personalidad perfecta, en el sentido concreto de la
expresión r desde un punto de vista inferior. En esa particular encarnación
el hombre logrará la plena expresión de su yo inferior -físicamente
perfecto, emocionalmente vibrante y mentalmente colosal. A continuación
empieza la trasferencia a una vibración superior, la sintonización
con el Yo superior, y la afinación de la personalidad o tercera mayor,
con la quinta dominante del Ego.
4. Ayuda a transferir la polarización
desde uno de los átomos permanentes de la personalidad al correspondiente
átomo de la Tríada espiritual. Más adelante dilucidaré este punto
con mayor amplitud.
[i12]
Lo antedicho evidencia la naturaleza esencial de la meditación
y su práctica inteligente, diligente y formal. En la primera experiencia,
una vez logrado lo más elevado que la naturaleza inferior tiene que
ofrecer, el hombre empieza a meditar. Sus tentativas son al principio
desordenadas, y a veces transcurren varias encarnaciones hasta que
el Yo superior fuerza al hombre a pensar y meditar seriamente, sólo
a raros y separados intervalos. Las ocasiones de recogerse en sí mismo
ocurren con mayor frecuencia, hasta que en varias vidas el hombre
se dedica a la meditación y aspiración místicas, consagrando finalmente
toda una vida a ellas, lo que señala el cenit de la aspiración emocional
por medio del cuerpo mental, independientemente de la aplicación científica
de la Ley. Estas leyes rigen la verdadera meditación ocultista.
Cada uno de los que trabajan definidamente
bajo la dirección de algunos de los Maestros, ha pasado por dos culminantes
vidas: una vida de apoteosis mundana y una vida de la más intensa
meditación mística o emocional-intuitiva. Quienes están vinculados
con el Maestro Jesús y Sus discípulos han pasado esta vida meditativa
en algún monasterio o convento de Europa Central, y los discípulos
del Maestro M. o del Maestro K. H. en la India, el Tibet o la China.
Todos ustedes pasarán ahora por una
serie más importante de vidas, para lo cual las anteriores culminaciones
fueron sólo los peldaños. En las vidas que seguirán de inmediato para
quienes [e23] están en el sendero, llegará
la realización final por medio de una ordenada meditación ocultista
basada en la ley. Algunos alcanzarán su objetivo en la vida presente
o en la próxima; otros lo realizarán muy pronto, en otras vidas. Unos
pocos lograrán la culminación del método místico que será más tarde
la base del método ocultista o mental
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