[i139] 1. Fórmulas para
elevar la conciencia.
2. Fórmulas empleadas por el místico y el ocultista.
3. Fórmulas específicas.
4. Empleo colectivo de las Fórmulas.
6
de agosto de 1920.
[e110] [i140] No
puedo acceder plenamente al lógico deseo de ustedes de darles
en esta sexta carta ciertas fórmulas específicas, para alcanzar
determinados resultados. No intento delinear fórmula alguna para
que la sigan estrictamente. Los peligros, como ya he explicado,
son demasiado grandes, si no se cuenta con la supervisión de un
Instructor que vigile las reacciones. Tales fórmulas podrán ser
impartidas más adelante. El trabajo ya está debidamente planeado
para la próxima generación de estudiantes y esta serie de cartas
tiene su lugar dentro del mismo. Hoy me propongo impartir cosas
diferentes, las cuales tratar y dilucidar por separado.
Si se asimilan y aplican correctamente, traerán mucha luz. En
el método ocultista, la enseñanza se da paso a paso; cada punto
es presentado al estudiante lenta y gradualmente y sólo cuando
se dan los pasos y se capta cada punto, se aclara el siguiente.
El instructor hace una insinuación, da un indicio y descubre un
punto importante. El estudiante sigue la descripción de ese punto,
y al hacerlo afluye mayor luz; aparece otra etapa y se hacen otras
insinuaciones. El estudiante es entrenado por el ocultista mediante
la acción y la reacción combinadas.
Al estudiar el tema sobre el "empleo
de las formas o fórmulas en la meditación", la información
que impartiré será clasificada en cuatro subtítulos:
1.
Fórmulas para elevar la conciencia.
2. Fórmulas empleadas por el místico
y el ocultista.
[i141]
3. Fórmulas
específicas para fines específicos.
4.
Empleo colectivo de las Fórmulas.
[e111]
Observarán que cuando expongo estos temas, trato de darles
una exacta comprensión del valor de las fórmulas de meditación
y no un método definido. Procuro demostrar que es esencial proceder
de acuerdo a. la ley cuando se utiliza este medio tan importante
para lograr la unión con lo divino y la unificación de lo superior
con lo inferior, finalidad de toda evolución. Quisiera dejar en
las mentes de quienes lean estas palabras, una exacta comprensión
de la relación existente entre espíritu y materia, base de todo
trabajo de esta naturaleza.
El método empleado por el Logos,
en este segundo sistema solar, es precisamente el empleo de formas
construidas para los propósitos de la manifestación, como medio
de expresión y como vehículo mediante el cual la vida interna
pueda crecer, expandirse, experimentar y encontrarse a sí misma.
Este es el caso, ya se trate de un sistema solar, de un ser humano
en su complejidad, o de una forma construida por el ser humano,
en su esfuerzo por comprender y conocer -forma construida con
el propósito de proveer un vehículo por el cual la conciencia
pueda, en etapas determinadas, elevarse paso a paso hasta el punto
visualizado. Esto nos lleva a nuestro primer punto:
1. Fórmulas para elevar la conciencia.
De acuerdo a esta clasificación
tenemos que considerar tres cosas:
a. La conciencia misma.
b. La meta hacia la cual ella trata
de elevarse.
c. Los pasos mediante los cuales
lo logra.
Cada unidad de la raza humana
es parte de la conciencia divina [i142]
y de aquello
de lo cual es consciente o que est fuera de sí mismo -algo
que sabe que es diferente del vehículo que la encierra o de las
formas que la circundan.
En la actual etapa particular de
evolución, el hombre común es simplemente consciente de la diferenciación,
o de que está separado de los demás miembros de la familia humana,
constituyendo una unidad entre otras unidades. Reconoce esto y
también el derecho de las demás unidades separadas a considerarse
como tales. A este reconocimiento agrega otro, de que en alguna
parte del universo existe una Conciencia suprema, a la cual teóricamente
llama Dios o Naturaleza. Entre este punto de vista puramente egoísta
(empleo la palabra "egoísta" en sentido científico y
no como adjetivo despectivo) y la ambigua teoría de Dios inmanente,
se hallan numerosas etapas, en cada una de las cuales se produce
una expansión de conciencia o ampliación del punto de vista, que
gradualmente llevan a la unidad autorreconocida, desde el autorreconocimiento
[e112] al reconocimiento de los Yoes Superiores, a la capacitación
de sí mismo para reconocerse también como un Yo superior, y con
el tiempo alcanzar el reconocimiento oculto de su propio Yo superior.
Llega así a reconocer a su propio Yo superior o Ego, su verdadero
Yo, y desde esa etapa pasa a la de la conciencia grupal. Aquí
primeramente conoce a su grupo egoico y luego a los demás grupos
egoicos.
A esta etapa sigue el reconocimiento
del principio universal de la Fraternidad; esto no implica un
mero reconocimiento teórico, sino una fusión de la propia conciencia
en la total conciencia humana; esto es realmente el desenvolvimiento
de la conciencia, que permite al hombre darse cuenta, no sólo
de su afiliación grupal egoica, sino también de su lugar en la
Jerarquía humana, en su propio plano. En realidad se conoce a
sí mismo como que forma parte de uno de los Grandes Hombres celestiales.
Este conocimiento [i143]
posteriormente
se expande en un punto de vista inconcebiblemente vasto, el lugar
que ocupa dentro del Gran Hombre celestial, representado por el
Logos Mismo.
Hasta aquí debemos llegar para los
fines que buscamos, pues esta serie de cartas no intenta desarrollar
la conciencia cósmica.
Por lo tanto, será evidente que
se ha de pasar sistemáticamente por esas etapas, y cada uno ha
de dominarlas paso a paso. Ante todo, es necesario saber que,
donde finalmente tendrá lugar la expansión y se expresará la comprensión,
debe ser en la conciencia vigílica pensante. El Ego, en su propio
plano, puede ser consciente de la unidad de su conciencia con
las demás conciencias y comprender que su grupo es uno consigo
mismo; pero hasta que el hombre (en la conciencia del plano físico)
no se haya elevado al mismo plano y sea consciente de su conciencia
grupal -considerándose como el Yo superior dentro del grupo egoico
y no como unidad separada- su utilidad será nula, igual a una
teoría aceptada que no ha sido puesta en práctica.
El hombre ha de experimentar esas
etapas en su conciencia física y ha de saber por experiencia,
no meramente en teoría, lo que digo, para que se lo considere
preparado para pasar a las etapas siguientes. Toda la cuestión
se reduce a ampliar la mente, basta que ésta domina a la inferior,
y a desarrollar la facultad de concebir en forma abstracta, que
con el tiempo da por resultado la manifestación en el plano físico.
Esto significa convertir las teorías e ideales superiores en realidades
demostrables, y constituye esa fusión de lo superior y lo inferior,
y la preparación de lo inferior hasta proporcionar una expresión
adecuada para lo superior. Es aquí donde la práctica de la meditación
desempeña su parte. La meditación, [i144]
verdaderamente
científica, proporciona formas graduadas, [e113]
mediante las cuales la conciencia se eleva y la mente se expande
hasta que abarca a:
1. La familia y los amigos.
2. Los asociados que lo rodean.
3. Los grupos a que está afiliado.
4. Su grupo egoico.
5. Otros grupos egoicos.
6. El Hombre celestial, del cual
los grupos egoicos forman un centro.
7. El Gran Hombre celestial.
Para efectuarlo se darán más
adelante ciertas fórmulas que (obrando de acuerdo al rayo del
individuo) enseñarán a realizarlo mediante etapas graduadas. Observarán
que me he ocupado de la conciencia y de la meta a que ella aspira,
habiendo tratado los dos primeros puntos. Esto me lleva al último
punto subsidiario, los pasos por los cuales se obtiene la realización.
Todo individuo que emprende el desenvolvimiento
esotérico y aspira a lo superior, ha pasado por la etapa del hombre
común, el cual se considera aislado y trabaja por lo que le parece
que es bueno para él. El aspirante va detrás de algo diferente;
trata de fusionarse con su Yo superior y con todo cuanto esta
expresión implica. Las etapas más avanzadas con todas sus complejidades,
son secretos de la iniciación, con los cuales nada tenemos que
hacer.
La aspiración por llegar al Ego
y lograr esa conciencia superior, con el consiguiente desarrollo
de la conciencia grupal, concierne directamente a quienes lean
estas cartas. Es el próximo paso para los que se hallan en el
sendero de probación. No se alcanza dedicando simplemente treinta
minutos cada día a ciertas fórmulas de [i145]
meditación
establecidas. Indica el intento, hora tras hora, todos los días
y cada día, de mantener la conciencia lo más cerca posible del
elevado tono alcanzado en la meditación matutina. Presupone la
determinación de considerarse a sí mismo, en todo momento, como
el Ego y no como la Personalidad diferenciada. Más adelante, cuando
el Ego asuma mayor control, implicará la capacidad de verse uno
mismo como parte de un grupo, sin tener intereses ni deseos, objetivos
ni anhelos, aparte del bien del grupo. Demanda una vigilancia
constante cada hora del día, para evitar descender nuevamente
a la vibración inferior. Significa una lucha constante contra
el yo inferior que nos arrastra hacia abajo; es una incesante
lucha para mantener la vibración superior. Y el objetivo -trato
de inculcarles este punto- es desarrollar el hábito de la meditación
durante todo el día y vivir en la conciencia superior, basta que
se haga tan estable, que el deseo de la mente inferior y los elementales
físicos se atrofien y desnutran por falta de sustento; hasta que
la triple [e114] naturaleza inferior llegue
a ser simplemente el medio por el cual el Ego se pone en contacto
con el mundo, a fin de ayudar a la raza.
Al obrar así, el aspirante realiza
algo de lo cual el estudiante común rara vez se da cuenta. Construye
una forma, una forma mental precisa, que con el tiempo le proporcionará
un vehículo, mediante el cual saldrá de su conciencia inferior
y entrará en la superior, una especie de mayavirupa que le sirva
de canal intermediario. Estas formas son por lo regular, aunque
no invariablemente, de dos tipos:
El estudiante construye diariamente,
con cuidado, amor y atención, una forma de su Maestro, que encarna
para él la ideal conciencia superior. Traza el delineamiento de
esta forma durante la meditación y construye la trama en su vida
y pensamientos diarios. Dota a esa forma de todas las virtudes,
la ilumina con todos los [i146] colores
y la vivifica, ante todo, por el amor del hombre a su Maestro;
más adelante (una vez que ha llegado a ser adecuada para el propósito)
es vitalizada por el Maestro mismo. En cierta etapa de desenvolvimiento
esta forma proporcionará el campo para la experiencia oculta de
entrar en la conciencia superior. El aspirante se reconoce como
parte de la conciencia del Maestro, y en virtud de esta omniabarcante
conciencia, penetra conscientemente en el grupo egoico a que pertenece
el alma. Dicha forma provee el medio para tal experiencia, hasta
que se puede prescindir de ella y el aspirante, a voluntad, se
transfiere a su grupo, y más tarde mora allí permanentemente.
Éste es el método empleado más extensamente, constituyendo el
sendero de amor y devoción.
En el segundo método el estudiante
se imagina a sí mismo como el hombre ideal. Se visualiza como
el exponente de todas las virtudes, y procura en su vida diaria
hacer de sí mismo lo que él visualiza. Este método lo emplean
los de tipo mental, los intelectuales, aquellos cuyo rayo no está
matizado por el amor, la devoción o la armonía. Esto no es muy
común al principio. La forma mental así construida sirve de mayavirupa
como la anterior, y el hombre pasa de esas formas a la conciencia
superior. Como verán, por lo tanto, para construir tales formas
hay que dar ciertos pasos, y cada individuo construirá la forma
algo diferente.
Los primeros empezarán con la del
ser amado, y desde él ascenderán hasta el Maestro a través de
otros individuos.
Los segundos comenzarán meditando
sobre la virtud más deseada, agregarán una virtud tras otra durante
la construcción de la forma del yo ideal, hasta practicar todas
las virtudes, y súbitamente se pondrán en contacto con el Ego.
[i147]
Mañana
estudiaremos el tema desde otro punto de vista, donde se verá
la diferencia que existe entre el ocultista y el místico.
[e115]
8 de agosto de 1920
2. Fórmulas empleadas por el místico y el ocultista.
El tema de esta carta les ha de
interesar, pues nos ocuparemos de las fórmulas de meditación que
emplean los místicos y los ocultistas.
Será útil que en primer lugar establezcamos
cuidadosamente la diferencia entre ambos tipos. Comenzaré exponiendo
una verdad. El místico no es necesariamente un ocultista, pero
el ocultista abarca al místico. El misticismo es sólo un paso
en el sendero del ocultismo. En este sistema solar, sistema del
amor en actividad, el sendero de menor resistencia para la mayoría
es el del místico, el sendero de amor y devoción. En el próximo
sistema solar, el sendero de menor resistencia será el que hoy
conocemos como sendero ocultista. Entonces ya habrá sido recorrido
el sendero del místico. ¿Qué diferencia existe entre ambos tipos?
El místico tiene que ver con la
vida evolutiva; el ocultista se ocupa de la forma.
El místico se ocupa del Dios interno;
el ocultista del Dios en la manifestación externa.
El místico actúa del centro a la
periferia; el ocultista invierte el proceso.
El místico se eleva, por medio de
la aspiración y la devoción más intensa, hasta el Dios interno
o el Maestro, a quien reconoce; el ocultista avanza mediante el
conocimiento de la ley en acción, y esgrime la ley que liga la
materia y le da forma de acuerdo a las necesidades de la vida
que en ella mora. De esta manera, el ocultista llega a las Inteligencias
que trabajan con la ley, hasta que alcanza a la fundamental Inteligencia
Misma.
[i148]
El místico
trabaja por medio de los Rayos de Amor, Armonía y Devoción o por
el sendero de segundo, cuarto y sexto rayos. El ocultista trabaja
por medio de los Rayos de Poder, Actividad y Ley Ceremonial o
primero, tercero y séptimo rayos. Ambos se unen y fusionan mediante
el desarrollo de la mente, quinto Rayo de Conocimiento Concreto
(fragmento de la Inteligencia cósmica), y en este rayo el místico
se convierte en ocultista y entonces trabaja con todos los rayos.
Al descubrir dentro de sí mismo
el reino de Dios y estudiar las leyes de su propio ser, el místico
se hace experto en las leyes que rigen al universo, del cual es
parte. El ocultista reconoce el reino de Dios en la naturaleza
o en el sistema y se considera a sí mismo como ínfima parte del
gran Todo y regido por las mismas leyes.
[e116]
El místico, por regla general, trabaja en el sector del Instructor
del Mundo, el Cristo, y el ocultista actúa más frecuentemente
bajo el Manu o Regente; pero cuando ambos han pasado por los cuatro
rayos menores en el sector del Señor de la Civilización, se completa
su desenvolvimiento, el místico se convierte en ocultista y este
incluye las características del místico. Expresándome más sencillamente,
a fin de que todos me entiendan, diré: después de la iniciación
el místico se fusiona con el ocultista, porque se ha convertido
en estudiante de la ley oculta; debe trabajar con la materia en
su manipulación y empleo; debe dominar y controlar todas las formas
inferiores de la manifestación y aprender las reglas de acuerdo
a las cuales trabajan los devas constructores. El sendero místico
previamente a la iniciación, puede ser denominado sendero de probación.
Antes de que el ocultista pueda manejar inteligentemente la materia
del sistema solar debe haber dominado las leyes que rigen el [i149] microcosmos
y. aunque se halla naturalmente en el sendero ocultista, deberá
aún descubrir el Dios dentro de su propio ser, antes de poder
aventurarse, sin peligro, a entrar en el sendero de la ley oculta.
El místico trata de trabajar desde
el plano emocional al intuicional, y de éste a la Mónada o Espíritu.
El ocultista trabaja de lo físico a lo mental, de allí a Atma
o Espíritu. Uno trabaja en la línea del Amor, el otro en la línea
de la Voluntad. El místico no logra la finalidad de su ser -el
amor demostrado en acción- a no ser que coordine el todo mediante
el empleo de la voluntad inteligente; en consecuencia, se ha de
convertir en ocultista.
El ocultista también fracasa y se
convierte en un exponente egoísta del poder, actuando por medio
de la inteligencia, a no ser que encuentre, mediante un amor impulsor,
un propósito para esa voluntad y conocimiento que le proporcione
un móvil adecuado para todo lo que trata de realizar.
He tratado de darles una idea clara
de la diferencia que existe entre estos dos grupos, porque es
de gran importancia cuando se estudia el tema de la meditación.
Las fórmulas empleadas por ambos en cada caso son totalmente distintas
y muy interesantes cuando se las ve clarividentemente.
La
fórmula mística.
La expresión "fórmula mística"
es casi una paradoja, porque el místico, librado a sí mismo, elimina
completamente las fórmulas. Se concentra en el Dios interno, deteniéndose
en este centro de conciencia; trata de vincularlo con otros centros,
tales como el Maestro o algún santo y hasta con el Mismo Logos
supremo, y de ascender por la línea de vida, sin prestar atención
a las envolturas circundantes. Actúa en el sendero de fuego, la
frase "nuestro Dios es un [e117] [i150]
fuego consumidor" constituye para él la afirmación literal
de un hecho y una verdad captada. Asciende de un fuego a otro,
y por realizaciones graduales del Fuego Interno llega al fuego
del universo. Se puede decir que lo único que el místico emplea
es una escala de fuego o una cruz de fuego, por medio de la cual
eleva su conciencia al punto deseado. Se concentra sobre abstracciones
y atributos más que sobre aspectos, y en la vida más que en lo
concreto. El místico aspira, arde, armoniza, ama y trabaja por
medio de la devoción. Medita tratando de eliminar la mente concreta
en su totalidad y aspira a pasar del plano de la emoción al de
la intuición. Adolece de los defectos de su tipo -soñador, visionario,
falto de sentido práctico, emotivo, y carece de la cualidad mental
llamada discernimiento. Es intuitivo, propenso a ser mártir y
a autosacrificarse. Antes de poder alcanzar y pasar la iniciación
debe realizar tres cosas:
Primero, a través de la meditación,
someter su naturaleza a una disciplina, aprender a construir formas
y a conocer su valor.
Segundo, llegar a conocer el valor
de lo concreto y aprender bien el lugar que, en el esquema de
las cosas, ocupan las diversas envolturas, mediante las cuales
la vida que él tanto ama ha de manifestarse. Tiene que trabajar
en la construcción de su cuerpo mental y convertirlo en un depósito
de hechos, antes de que pueda seguir adelante.
Tercero, aprender, por medio del
inteligente estudio del microcosmos -su pequeño sistema espíritu-materia-,
el doble valor del macrocosmos.
En vez de conocer únicamente el
Juego que consume ha de comprender y trabajar por medio del fuego
que construye, fusiona y desarrolla la forma. Por medio de la
meditación ha de aprender el triple empleo del Fuego. Esta última
frase es de gran importancia y hago hincapié sobre ella.
10 de agosto de 1920.
[i151]
La fórmula
ocultista.
Hemos estudiado, hace dos días,
el método por el cual el místico alcanza la unión y también delineado
muy brevemente el camino por el cual intenta alcanzar la nieta.
Hoy trazaré sucintamente la ruta que sigue el ocultista y su tipo
de meditación en contraposición con la del místico, y después
señalaré cómo ambos deben mezclarse y sus elementos individuales
fusionarse en uno solo.
La fórmula constituye para el ocultista
la línea de menor resistencia, e incidentalmente podría intercalar
aquí un pensamiento. Admitido el hecho, podemos esperar hoy, por
lo tanto, con toda [e118]
certeza, un rápido desenvolvimiento del conocimiento oculto y
la aparición de algunos ocultistas verdaderos. El advenimiento
del séptimo rayo o Rayo de la Fórmula o Ritual, facilitará poderosamente
el descubrimiento del sendero oculto y la asimilación del conocimiento
oculto. El ocultista se ocupa en primer lugar de la forma por
medio de la cual la Deidad se manifiesta, más que de la Deidad
misma; en esto reside la diferencia fundamental que a primera
vista se evidencia entre los dos tipos. El místico elimina o trata
de trascender la mente en el proceso de encontrar al Yo. El ocultista,
mediante el interés inteligente puesto en las formas, que velan
al Yo, y el empleo del principio mente, en sus dos niveles, llega
al mismo punto. Reconoce las envolturas que velan. Se dedica al
estudio de las leyes que rigen el sistema solar manifestado. Se
concentra en lo objetivo pero, en los primeros años, puede a veces
pasar por alto el valor de lo subjetivo. Llega eventualmente a
la vida central eliminando, mediante el conocimiento y el control
consciente, una envoltura tras otra. Medita sobre la forma hasta
que la pierde de vista y su creador llega a ser todo en el todo.
Igual que el místico, debe realizar
tres cosas:
[i152]
1. Aprender la ley y aplicarla a sí mismo. Su método es la rígida
autodisciplina, lo cual es necesario, porque los peligros que
amenazan al ocultista no son los del místico. Vanidad, egoísmo
y manipulación de la ley, por curiosidad o deseo de poder, han
de ser consumidos por el fuego antes de que se le puedan confiar,
sin peligro, los secretos del Sendero.
2. En la meditación, por medio de
la forma construida, debe concentrarse en la vida que en ella
mora. Tiene que buscar el ardiente fuego interno que irradia en
todas las formas que cobijan la vida divina.
3. Mediante el estudio científico
del macrocosmos, "el reino de Dios externo", debe llegar
al punto en que localiza ese mismo reino dentro de sí mismo.
He aquí, por lo tanto, el punto
de fusión del místico y del ocultista. Sus senderos se convierten
en uno. Anteriormente me referí en esta carta, a lo interesante
que es para el clarividente observar las diferentes formas construidas
en la meditación por el místico y el ocultista. Mencionaré algunas
diferencias, pero hasta que no posean dicha visión, lo que diga
al respecto serán meras palabras.
Formas
místicas y ocultistas, vistas clarividentemente.
Cuando el místico medita construye
ante sí y a su alrededor contornos nebulosos, ambiguos y brumosos;
de tal manera que él mismo constituye el centro de la forma. En
muchos casos, según la inclinación de su mente, el núcleo de la
forma será algún [e119]
símbolo
favorito, tal como una cruz, un altar y hasta la idea por él imaginada,
de uno de los Grandes Seres. Esta forma aparece envuelta en nubes
de devoción, vibrando en aleadas de color que denotarán aspiración,
amor y anhelo ardiente. Tales colores son de pureza y [i153]
trasparencia singulares y se remontan a grandes alturas. Según
la aspiración y el amor del individuo así será la densidad y la
belleza de las nubes ascendentes, y de acuerdo a la estabilidad
de su temperamento será la precisión del símbolo o cuadro interno,
alrededor del cual circulan las nubes de colores.
Las formas construidas por el hombre
de tendencia ocultista y que está controlado por la mente, serán
de tipo geométrico. El delineamiento también será nítido, pero
propenso a la rigidez. La forma será construida con mayor detenimiento
y, durante la meditación, el hombre procederá con mayor cuidado
y exactitud. Se envanecerá (si puedo emplear esta palabra) de
la manipulación del material que entra en la construcción de la
forma. La materia del plano mental será la más visible, aunque
en el conjunto puede haber ciertas nubes de materia emocional,
lo cual tendrá importancia secundaria. Los colores empleados tendrán
todos la misma trasparencia, pero serán distribuidos con una intención
específica, y la forma se destacará nítidamente y no se desvanecerá
durante el impulso ascendente de los colores emocionales, como
ocurre con la forma mística. Más adelante, cuando el hombre en
cualquiera de los casos haya llegado a la etapa de un desenvolvimiento
más completo y sea tanto místico como ocultista, las formas construidas
combinarán ambas cualidades y alcanzarán una rara belleza.
Esto basta por hoy, pero antes de
terminar deseo delinear las ideas que expondré más adelante. Trataremos
el empleo de formas o fórmulas para alcanzar fines específicos,
aunque no es mi intención darlas o delinearías; sólo deseo agruparlas,
a fin de que más adelante, cuando el Instructor camine entre los
hombres, encuentre entre los estudiantes una rápida comprensión.
1. Fórmulas para actuar en los tres
cuerpos.
2. Fórmulas relacionadas con ciertos
rayos.
[i154]
3. Fórmulas
para curación.
4. Mántram.
5. Fórmulas empleadas en uno de
estos tres sectores:
a.
El del Manu.
b.
El del Instructor del Mundo o Cristo.
c.
El del Señor de la Civilización.
6. Fórmulas para invocar a los elementales.
7. Fórmulas para hacer contacto
con los devas.
8. Fórmulas especiales conectadas
con el fuego.
[e120]
11 de agosto de 1920.
... Los períodos de debilidad física
no tienen otro valor que demostrar la necesidad absoluta de que
el discípulo construya un cuerpo fuerte antes de poder obtener
algo, y la importancia de obtener buena salud antes de que pueda
avanzar en el Sendero. No puede permitirse a quienes enseñamos,
hacer ciertas cosas ni dar información sobre ciertas líneas, a
no ser que los vehículos físicos estén en buenas condiciones,
que no exista el entorpecimiento de la mala salud y la enfermedad,
y se haya eliminado de la vida personal el karma de dificultades
accidentales. El karma nacional y grupal a veces envuelve al estudiante
y trastorna los planes, pero esto es inevitable y raras veces
se puede contrarrestar.
Fórmulas
especificas para fines específicos.
Hasta ahora me he ocupado de los
aspectos personales de la meditación y he considerado los dos
tipos, prácticamente universales y fundamentales, habiendo estudiado
brevemente, a) la meditación según es practicada por el místico,
y b) la meditación según es practicada por el ocultista.
En gran parte he generalizado y
no he intentado entrar en [i155] detalles,
no siendo propio ni deseable en esta etapa. No obstante, llegado
a cierto punto de la meditación, cuando el estudiante ha hecho
determinado progreso, pasado por determinadas etapas, alcanzados
ciertos objetivos (lo cual se puede determinar por el examen de
su cuerpo causal) y establecido los cimientos del recto vivir,
que ni las tormentas ni los ataques podrán derribar o destruir
fácilmente, el Instructor, puede impartir al estudiante fervoroso
ciertas instrucciones mediante las cuales podrá construir con
materia mental, y de acuerdo a reglas definidas, formas que lo
llevarán a determinadas acciones y reacciones. Las fórmulas serán
impartidas gradualmente, y a veces el estudiante (esto sucede
especialmente al principio) no será consciente de los resultados
alcanzados. Obedecerá las órdenes, repetirá las palabras impartidas
o desarrollará las fórmulas delineadas; pero los resultados alcanzados
realizarán su trabajo, aunque el estudiante sea inconsciente de
ello más tarde -especialmente después de la iniciación, a medida
que las facultades sutiles entran en actividad y los centros giran
en orden cuatridimensional- puede llegar a ser consciente de los
efectos de su meditación en los planos emocional y mental.
Los resultados nunca nos conciernen.
El estudiante debe avenirse a lo siguiente: obedecer estrictamente
la ley, adherirse constantemente a las reglas establecidas y procurar
obtener habilidad en la acción, Así los efectos serán seguros
y no producirán karma
[e121]
...Trataremos cada una de las fórmulas por riguroso orden, pero
antes quiero hacer una advertencia. No intentaré delinearías ni
dar instrucciones específicas sobre la manera de obtener los resultados
indicados. Esto se hará más tarde, aunque no se puede decir cuando.
En gran parte depende del trabajo realizado durante los próximos
siete años, o del karma del grupo, como también del progreso alcanzado,
no sólo por la jerarquía humana sino también por la evolución
dévica o angélica. El secreto se halla oculto en el séptimo Rayo
de Ceremonial; el momento para dar el paso [i156] siguiente
lo indicará el séptimo Logos planetario, actuando conjuntamente
con los tres Grandes Señores, especialmente con el del tercer
sector.
Fórmulas
para actuar en los tres cuerpos.
Estas son algunas fórmulas que se
revelarán primero. En las diversas meditaciones, recomendadas
por los sabios Guías de la raza, hay ciertos delineamientos fundamentales
menores, destinados para el trabajo sobre la mente inferior. Tales
fórmulas estarán basadas en la necesidad especial de cualquiera
de los cuerpos y destinada a construir, mediante la manipulación
de la materia, lo que se necesita para llenar el vacío, y así
eliminar la deficiencia. Esta manipulación se hará, primero, sobre
la materia etérica del cuerpo físico, por medio de ejercicios
de respiración (inhalación y exhalación) y de ciertas corrientes
rítmicas, establecidas en el plano mental e impelidas desde allí
hacia los éteres inferiores. De esta manera se fortalecerá, purificará,
limpiará y reajustará el cuerpo etérico. Muchas de las enfermedades
del cuerpo físico denso tienen su origen en el etérico, que será
objeto de atención en un futuro inmediato.
El cuerpo emocional será similarmente
tratado por medio de fórmulas especiales. Una vez que el estudiante
haya cultivado, decididamente, la cualidad de discriminar y la
haya convertido en un factor en su vida, se le impartirán gradualmente
dichas fórmulas. Pero cuando sepa discernir, en cierta medida,
entre lo real y lo irreal, y cuando su sentido de proporción esté
inteligentemente ajustado, el plano emocional ha de ser para él
el campo de batalla, no el campo de experimentación. Permítaseme
ilustrar sobre el tipo de trabajo que realizarán las fórmulas
que actúan sobre la materia emocional. El estudiante que huella
el Sendero, tiene como meta construir un cuerpo emocional compuesta
de materia de los subplanos superiores, trasparente y sensible.
transmisor exacto, [i157]
caracterizado
por vibraciones estables, por un constante movimiento rítmico
y no susceptible a las tormentas violentas ni a los efectos constantes
de emociones incontroladas. Cuando el idealismo es elevado, cuando
el porcentaje de materia de los dos subplanos [e122]
superiores se acerca un poco al guarismo deseado y cuando el estudiante
reconoce prácticamente y en todo momento que él no es ninguno
de sus vehículos, sino el verdadero Morador divino en ellos, se
le comunicarán ciertas enseñanzas que, aplicadas cuidadosamente,
realizarán dos cosas:
Actuarán directamente sobre el cuerpo
emocional, expulsando la materia extraña o inferior y estabilizando
su vibración.
Construirán un cuerpo o forma de
materia emocional que el hombre podrá utilizar para realizar cierto
trabajo y que empleará como agente para obtener determinados resultados,
lo cual será parte del trabajo purificador y constructivo del
cuerpo emocional. Esto es todo cuanto se puede decir, pero bastará
para indicar el tipo de forma que se trata de obtener.
Fórmulas
de los Rayos.
Éste es un tema muy vasto y profundamente
interesante, y sólo puede ser tratado en términos generales. Ciertas
fórmulas erigidas sobre la base del aspecto numérico de los diversos
rayos, son propiedad exclusiva de los mismos y encierran su significación
geométrica, demostrando el lugar que ocupan en el sistema. Debido
a que algunas de esas fórmulas pertenecen a los rayos concretos
o constructores, constituyen líneas de menor resistencia para
el ocultista, mientras que las fórmulas que pertenecen a los rayos
abstractos o de atributo, son más fácilmente seguidas por el místico.
Estas fórmulas están destinadas
a lograr tres objetivos:
a. Poner al estudiante en contacto
directo con su propio rayo, ya sea el egoico o el de la personalidad.
b. Vincular al estudiante con su
grupo en los planos internos, ya sea el grupo de servidores, el
de auxiliares invisibles, o más adelante con su grupo egoico.
[i158]
c. Fusionar
los senderos ocultista y místico en la vida del estudiante. Si
se halla en el sendero místico, trabajará sobre las fórmulas de
los Rayos de Aspecto, y así desarrollará el conocimiento del aspecto
concreto de la Naturaleza -aspecto que actúa de acuerdo a la ley.
En el hombre de tendencia ocultista el proceso es a la inversa,
hasta que llega el momento en que los senderos se fusionan y todas
las fórmulas son iguales para el Iniciado. Recuerden que en este
punto de fusión el estudiante trabaja siempre de modo exclusivo
en su propio rayo, cuando ha trascendido la personalidad y encontrada
la nota egoica. Entonces manipula materia de su propio rayo, y
trabaja a través de sus propias fórmulas de rayo con las seis
fórmulas representativas de subrayo, [e123]
hasta que se convierte en adepto y conoce el secreto de la síntesis.
Estas fórmulas son enseñadas al estudiante por el Instructor.
Observarán que he dicho muy poco
sobre este tema, no obstante, si reflexionan sobre ello, hallarán
que tiene mucho contenido. A quienes lo asimilen inteligentemente
les proporcionará la clave que buscan para dar el siguiente paso.
Puedo abordar este punto y en cierto modo desarrollarlo algo más
cuando tratemos el tema del acceso a los Maestros a través de
la meditación.
Fórmulas
para las curaciones.
Ahora debemos tratar estas fórmulas,
teniendo en cuenta ante todo que es necesario clasificarlas en
tres grupos, cada uno de los cuales contiene muchas subdivisiones.
a. Fórmulas para la curación física.
Les sorprenderá saber que éstas rara vez son necesarias, siendo
por lo tanto muy pocas. La razón de ello estriba en que los trastornos
del cuerpo físico denso pocas veces tienen origen en el mismo.
Algunos provienen directamente del cuerpo etérico, pero, en la
presente etapa de evolución, la mayor parte proviene del cuerpo
emocional y el resto del mental. Podemos generalizar y decir que:
[i159]
El 25 % de las enfermedades de la carne son heredadas o provienen
del cuerpo eteríco.
El 25 % provienen del mental.
El 50 % tienen su origen en el cuerpo
emocional.
Por lo tanto, aunque puedan ocurrir
accidentes que produzcan un desastre físico inesperado, para el
cual, no obstante, pueden darse fórmulas curativas, el estudiante
inteligente hallará que las fórmulas que afectan al cuerpo etérico
pueden ser el primer punto de partida. Las fórmulas establecidas
durante la meditación, actuarán directamente sobre los canales
pránicos que componen el etérico -esa intrincada trama, contraparte
del sistema circulatorio del cuerpo físico denso. Allí se origina
la mayor parte de las actuales enfermedades de ese cuerpo, ya
sea en forma directa o por causas iniciadas en el plano emocional
y que reaccionan sobre el etérico.
b. Fórmulas para la curación del
cuerpo emocional. Como se dijo anteriormente, muchas de las enfermedades
actuales se deben a causas iniciadas en el cuerpo emocional, siendo
principalmente tres.
Recuerden que no doy más que amplios
delineamientos e indicaciones generales.
Emoción violenta y vibración inestable.
Su abuso produce un efecto desintegrador que afecta al sistema
nervioso. Si se reprimen e inhiben, producen un efecto igualmente
peligroso, dando por resultado dolencias del hígado, ataques de
bilis y los tóxicos que se generan en el sistema y se exteriorizan
en ciertos casos de [e124]
envenenamiento séptico, en enfermedades de la piel y en algunas
formas de anemia.
Temor y presentimientos, preocupación
y desesperación. Estos tipos de emoción -que son tan comunes-
tienen un efecto general debilitante sobre el sistema corpóreo,
produciendo pérdida de la vitalidad, actividad lenta de los órganos,
y muchas formas de enfermedades, poco conocidas, del sistema nervioso,
del cerebro y de la columna vertebral.
[i160]
Emociones
sexuales, que abarcan un amplio campo del sentimiento, desde la
emoción sexual reprimida que ahora empiezan a estudiar los psicólogos,
hasta la innoble emoción criminal, que tiene su expresión en la
vida licenciosa y las violentas orgías.
Bajo estos subtítulos caben muchos
puntos, pero como no escribo cartas sobre métodos de curación
sino sobre la meditación, por eso no debo extenderme más.
En las fórmulas empleadas en estos
tres casos, se debe poner atención en la causa del trastorno,
el plano donde se origina y el efecto que producen sobre el cuerpo
o cuerpos inferiores. Al designar las fórmulas se tendrán en cuenta
diferentes objetivos. Por ejemplo, donde la dificultad se basa
en una emoción reprimida, el efecto de la fórmula (si se la sigue
correctamente) será trasmutar la emoción y dirigirla hacia arriba.
Cuando, por el correcto empleo de la fórmula, el cuerpo emocional
se descongestione, las fuerzas dadoras de vida del Ego y de la
vida pránica disponibles en todas partes, se liberarán. Entonces
circularán con toda facilidad, entonando el entero sistema y purificando
todos los órganos que sufrían por la congestión interna.
c. Fórmulas para la curación mental.
Éstas resultarán, para la mayoría de ustedes, mucho más confusas,
pues los trastornos mentales son más difíciles de curar que las
dos anteriores. Ello se debe a dos causas, una de las cuales es
que como raza no estamos polarizados todavía en el cuerpo mental.
Resulta mucho más fácil hacer contacto con un cuerpo y manipularlo
cuando es asiento del centro de la conciencia. También el cuerpo
emocional por ser más fluido es más fácil de ser impresionado.
No puedo extenderme hoy sobre los trastornos del cuerpo mental,
excepto señalar que estas causas pueden surgir del cuerpo mental
mismo como herencia kármica, u originarse en el plano emocional
y volver al cuerpo [i161]
mental.
Por ejemplo, cuando una persona es propensa a tormentas emocionales,
si estás continúan, puede establecer una vibración análoga en
el cuerpo mental, que a su vez llegan a ser prácticamente permanentes,
y debido a la interacción de ambos cuerpos pueden surgir serios
trastornos, los cuales abarcarán desde un agriamiento general
de la Personalidad, de manera que al hombre [e125]
se lo conoce como un individuo desgraciado y desagradable, hasta
las enfermedades cerebrales definidas que ocasionan la demencia,
tumores cerebrales y cáncer en la cabeza.
Existen fórmulas de meditación aplicables
a todos esos trastornos, que si se emplean a tiempo, eventualmente
los disiparán. El hecho fundamental que se debe captar, es que
sólo se confían estas fórmulas cuando el estudiante sabe apreciar
inteligentemente el trastorno, o trastornos, que lo afecta cuando
es capaz de aplicar conscientemente las fórmulas impartidas, siempre
que su objetivo sea altruista. Si su Finalidad consiste en equiparse
para prestar servicio, en adquirir vehículos saludables para llevar
a cabo mejor el plan de los Grandes Seres, y si no lo hace por
el deseo de eludir la enfermedad para su propio beneficio, sólo
entonces se le impartirán las fórmulas y se le darán instrucciones.
Estas fórmulas actúan en conexión con la conciencia egoica. La
afluencia de la vida desde el Dios interno, da por resultado vehículos
sanos, de manera que sólo es posible realizar el trabajo cuando
la Personalidad se fusiona con el Ego y la polarización cambia
de lo inferior a lo superior. Este momento se acerca para muchos,
pudiendo esperarse que progrese la nueva escuela de medicina basada
en el pensamiento. Las fórmulas de meditación no son más que formas
de materia mental, por lo tanto será evidente que ya se ha hecho
un comienzo general.
Haré una indicación más sobre este
tema: A través de los [i162] distintos
centros del cuerpo -los siete centros con los que tiene que ver
el estudiante- vendrá el poder de curar el correspondiente centro
físico. A medida que dichos centros sean vitalizados, se demostrarán
ciertos efectos físicos, y por medio de fórmulas específicas que
actúen sobre los centros y a través de ellos, se obtendrán resultados
que arrojarán luz sobre este confuso tema de la curación por medio
de los cuerpos sutiles.
12 de agosto de 1920.
Fórmulas
mántricas.
Continuaremos hoy con el estudio
de las fórmulas que emplearán conscientemente los estudiantes
de la meditación ocultista. Hasta ahora nos hemos ocupado de tres
de estas fórmulas, nos quedan otras cinco por considerar.
Las fórmulas mántricas son un conjunto
de frases, palabras y sonidos, que, en virtud de su efecto rítmico,
producen resultados, imposible de conseguir sin ellos. Estas fórmulas
mántricas son tan numerosas que es imposible estudiarlas todas;
bastará que indique algunos tipos de mántram que se emplearán,
o que ya emplean quienes tienen el privilegio de utilizarlos.
Hay fórmulas mántricas basadas totalmente
en la Palabra Sagrada. Cuando se las emite rítmicamente en ciertas
claves,[e126]
producen determinados resultados, tales como la invocación de
ángeles protectores y también ciertos efectos subjetivos u objetivos.
Hoy estas fórmulas o mántram las emplean los orientales, en los
credos de Oriente mucho más que en los de Occidente. A medida
que se comprenda más el poder del sonido y se estudien los efectos
del mismo, también Occidente adoptará estos mántram.
Algunos de ellos son muy antiguos
y cuando se los entona en el sánscrito original tienen un efecto
increíblemente poderoso, tanto [i163]
que no es permitido darlos a conocer al estudiante común y sólo
son impartidos oralmente durante la preparación para la iniciación.
Existen unos pocos mántram muy esotéricos,
en el idioma sensar original, conocidos por la Fraternidad desde
los primeros días de la fundación de la Jerarquía. Fueron traídos
por los Señores de la Llama cuando vinieron a la tierra, y su
número no pasa de treinta y cinco. Constituyen la clave que abre
los misterios de cada subplano de los cinco planos de la evolución
humana. El adepto recibe instrucción sobre su empleo y puede aplicarlos
en el debido lugar, sujeto a ciertas condiciones. Constituyen
los mántram más poderosos que se conocen en nuestro planeta, siendo
su efecto de gran alcance. Como ya saben, la vibración de cada
plano responde a una clave y nota diferentes; su materia es manipulada
y su corriente extraída, pronunciando ciertas palabras de un modo
y tono determinados; cuando se emiten así, el adepto penetra en
la conciencia de ese plano y de todo cuanto éste contiene. Los
mántram, en cualquier idioma, están basados en ellos, aunque estén
tan alejados de los originales y sean tan diferentes que resulten
prácticamente inútiles
Algunos de esos mántram originales
son entonados al unísono por la Fraternidad en grandes ocasiones
o cuando es necesario el poder unido de la Logia para lograr fines
determinados. Los grandes acontecimientos se inauguran emitiendo
su nota clave, empleando palabras apropiadas; cada raza raíz tiene
su acorde mántrico, conocido por quienes trabajan con las razas.
Como bien saben, existen ciertos
mántram en sánscrito, empleados por los que estudian meditación
para atraer la atención de algún Maestro. Estos mántrams los dan
a Sus discípulos y sirven para llamar Su atención y pedir Su ayuda.
[i164]
Hay otras fórmulas más potentes para establecer contacto con los
Grandes Señores y atraer Su atención respecto a cualquier situación
específica.
Cuando un mántram se entona correctamente,
crea un vacío en la materia, parecido a un embudo, y se forma
entre quien emite el mántram y quien recibe el sonido, estableciéndose
así un canal directo de comunicación. Por lo tanto, verán por
qué estas [e127]
fórmulas están tan celosamente guardadas y ocultan las palabras
y las claves. Su empleo indiscriminado tendría resultados desastrosos.
Debe haberse alcanzado cierto grado de evolución y cierta similitud
de vibración, para que se le conceda al estudiante el privilegio
de ser el custodio de un mántram, mediante el cual puede llamar
a su Maestro.
Existen también siete mántram, conocidos
por los tres Grandes Señores y por los Guías de la Jerarquía,
mediante los cuales ellos pueden invocar a los siete Logos planetarios
o los "siete Espíritus ante el Trono", según se los
designa en La Biblia cristiana. El mántram mediante el cual se
establece contacto con el Logos de nuestro planeta, también es
conocido por los adeptos. De esta manera se asciende la escala
y es entonada la Palabra, hasta alcanzar el mántram de nuestro
planeta, basado en la clave de la tierra, el cual encierra una
frase que compendia nuestra evolución. Cada planeta posee una
nota o frase, por la cual sus guías se ponen en contacto con el
respectivo Logos planetario. Los siete Logos, a su vez, tienen
su ritual o fórmula por la cual pueden comunicarse con el triple
Señor del sistema solar. Esto se hace cuatro veces al año, o cuando
la necesidad es urgente.
La Jerarquía en pleno, utiliza una
vez al año un mántram combinado, que crea un vacío entre sus componentes
superiores e inferiores, ascendiendo -vía los siete Logos planetarios-
hasta el [i165]
Logos Mismos.
Esto señala el momento de esfuerzo y vitalización espiritual más
intenso del año, perdurando los efectos durante los meses intermedios.
Este efecto es cósmico y nos vincula con nuestro centro cósmico.
Mántram de rayo. Cada rayo tiene
sus fórmulas y sonidos que le son propios y producen efecto vital
sobre las unidades agrupadas en esos rayos. Al emitirlos, producen,
en quien practica la meditación, los efectos siguientes:
1. Lo vincula y alinea con su Yo
superior o Ego.
2. Lo pone en contacto con su Maestro
y, por su intermedio, con uno de los Grandes Señores -dependiendo
del rayo a que pertenece.
3. Lo vincula con su grupo egoico,
uniéndolos en un todo, que vibra de acuerdo a una nota.
Estos mántram constituyen uno de
los secretos de las tres últimas iniciaciones; por eso el estudiante
no debe emitirlos sin permiso previo, aunque en ocasiones puede
participar en la entonación del mántram, guiado por el Maestro.
Mántram o fórmulas de palabras entonadas
por el estudiante, que tienen efecto sobre uno de los tres cuerpos.
Este tipo [e128]
de mántram
se emplea ya extensamente, aunque en forma tergiversada, en los
oficios de grupos religiosos de todos los países. El ritual de
la Iglesia, arroja alguna luz sobre ellos. Las palabras de pase,
como las que se emplean en la Masonería, aunque sin valor práctico
actualmente, se basan en el empleo de los mántram, y algún día,
cuando estas organizaciones (la Masonería, diversas sociedades
esotéricas y grupos religiosos) tengan un Guía Iniciado, se les
devolverá a los pueblos, en forma pura, los antiguos mántram.
[i166]
Existen
también ciertos mántram para ser empleados en curaciones y para
el desenvolvimiento de ciertas facultades psíquicas. Algunos producen
efecto directo sobre los centros del cuerpo, y más adelante se
emplearán bajo la guía del Maestro, a fin de aumentar la vibración,
producir movimiento cuatridimensional y vivificar totalmente los
centros.
Hay además otros mántram que actúan
sobre el fuego oculto, pero de ellos me ocuparé más adelante.
Existen innumerables libros orientales sobre este tema, el cual
es tan vasto que advierto al estudiante no investigar demasiado,
porque significará pérdida de tiempo para quien esté trabajando
en el mundo. He tocado esta cuestión, porque ningún libro sobre
meditación seria completo si no se refiriera a lo que algún día
reemplazará a toda meditación preliminar. Cuando la raza haya
alcanzado cierto grado de desenvolvimiento y la mente superior
predomine, estos mántram ocultos -correctamente enseñados y enunciados-
constituirán parte del programa de estudio común, El estudiante
iniciará su meditación con el mántram de su rayo, mediante el
cual ajustará su posición en el esquema; seguirá con el mántram
que llama a su Maestro y que lo pondrá en relación con la Jerarquía.
Entonces empezará a meditar con sus cuerpos bien ajustados, y
por el vacío que ello forma puede entonces ser utilizado como
medio de comunicación.
13 de agosto de 1920.
Fórmulas
empleadas en uno de los tres sectores.
Lo que he de comunicar hoy es de
gran interés, pues me referiré a las fórmulas empleadas en los
sectores del Manu, del Instructor del Mundo y del Mahachohan,
el Señor de la Civilización.
Estos tres sectores representan,
en la Jerarquía, los tres [i167] aspectos
del Logos, tal como se manifiestan en el sistema solar -el aspecto
Voluntad o Poder, el aspecto Amor-Sabiduría (aspecto básico de
este sistema) y el aspecto Actividad o Inteligencia. Ya conocen
ustedes, por el estudio anterior, el trabajo que corresponde a
cada uno de estos tres sectores.
[e129]
El Manu
manipula la materia y se ocupa de la evolución de la forma, ya
sea la física densa del animal, vegetal, mineral, ser humano,
planeta, o la forma de las razas, naciones, devas y otras evoluciones.
El Instructor del Mundo o Bodhisatva,
trabaja con la vida que evoluciona dentro de la forma, en la implantación
de ideas religiosas y en el desenvolvimiento de los conceptos
filosóficos, tanto en los individuos como en las razas.
El Mahachohan, que sintetiza los
cuatro rayos inferiores, se ocupa de la mente o inteligencia,
y en colaboración con Sus hermanos controla la evolución de la
mente, por medio de la cual el Espíritu o Yo, utiliza la forma
o no-yo.
El trabajo sintético que realizan
los tres Grandes Señores es inconcebiblemente grande. Forma -
Vida - Inteligencia, Materia - Espíritu - Mente, Prakriti - Purusha
- Manas, son tres líneas de desenvolvimiento, en cuya síntesis
se alcanza la plenitud.
Cada una de estas tres líneas actúa
por medio de fórmulas, o formas establecidas, las cuales, mediante
graduadas etapas, ponen a quienes las emplean en contacto con
la línea particular de evolución, representada por el Guía de
esa línea.
... Lo que deseo explicar aquí son
las tres líneas bien definidas por las cuales el hombre puede
ascender hasta el Logos y llegar a la unión con el yo del sistema
solar, ascender por la línea del Manu, realizar por la línea del
Bodhisatva o llegar a la meta por el sendero del Mahachohan. Pero
tengan especialmente en cuenta que en este planeta el Señor de
Amor y Poder, el primer Kumara, es [i168]
el punto focal de los tres sectores. Él es el Iniciador, ya sea
que el hombre trabaje en la línea de poder, en la de amor o en
la línea de la inteligencia, y finalmente llegará a su meta en
el rayo sintético de amor y sabiduría. Él debe ser amor y tiene
que manifestarlo, pero puede ser un amor que actúa por medio del
poder, amor armonioso o amor que actúa a través del conocimiento,
el ceremonial o la devoción; o puede ser simplemente amor puro
y sabiduría, que fusiona a los demás. Amor fue la fuente y amor
es la meta y el método para lograr la realización.
14 de agosto de 1920.
Las
tres líneas de acercamiento.
Continuando con el estudio de ayer,
observarán que hay tres formas directas de contacto entre lo superior
y lo inferior, y que las tres llegan a un punto focal por medio
del mismo Iniciador; además habrán notada que las tres son completamente
distintas, respecto al método de acercamiento. Si tienen en cuenta
esto, comprenderán que cada una proporciona al hombre (cuya nota
egoica [e130]
corresponde
a una de las tres, o a un sector de la tercera) la línea de menor
resistencia y el sendero por el cual puede alcanzar más fácilmente
lo Ultérrimo. Fundamentalmente, es algo relacionado con diversos
estados de conciencia, y en esto los Grandes Seres ayudan poderosamente
al estudiante. Por medio de la meditación, ajustada a la línea
deseada, el estudiante puede regular, paso a paso, los diversos
estados intermedios entre él y su meta. Se eleva a través de varios
puntos focales de fuerza, los cuales pueden ser su Yo superior,
su Maestro o un ideal, siendo nada más que peldaños por los cuales
obtiene expansiones de conciencia que le permiten ampliar la periferia
de su conciencia, hasta abarcar todo y [i169]
fusionarse finalmente con la Mónada, y más tarde con el Omni-Yo,
el Logos Mismo.
Para mayor claridad y a fin de satisfacer
el anhelo de la mente concreta, de establecer diferenciaciones,
estos tres sectores se presentan como distintos y separados, aunque
tienen sus puntos de contacto. En realidad, aparte de la ilusión
que la mente siempre establece, los tres son uno, y los siete
no son más que partes fusionadas de un todo sintético, estando
entrelazados y entremezclados. Los tres sectores son partes necesarias
de una organización regida por el Señor del Mundo. Constituyen
los sectores ejecutivos que dirigen los asuntos de nuestro planeta;
cada sector depende de los demás, y todos trabajan en la más estrecha
colaboración. El hombre que se encuentra en determinada línea
debe recordar, que con el tiempo y antes de alcanzar la perfección,
ha de comprender la síntesis del todo. Debe captarlo como un hecho
indudable y no como un concepto mental, entonces llegará el momento
que en su meditación comprenderá la unidad esencial y sabrá que
él es un fragmento de un todo más vasto.
En estos tres sectores, la meditación
es el método de acercamiento al Guía de un sector, difiriendo
la forma en que el estudiante se pone en armonía con la Vida esencial
de ese sector (todo es cuestión de términos). La vida dentro de
la forma se manifiesta -como resultado de la meditación- de tres
maneras diferentes. Los resultados de la meditación, expuestos
en términos del carácter (si así puedo expresarlo), son en realidad
los mismos aspectos de la manifestación, bajo distintos términos
o condiciones. Permítanme clasificarlos:
La línea del Manu.
Fuerza, Fortaleza, Poder para regir.
[i170]
La línea del Bodhisatva.
Magnetismo, Atracción, Curación.
La
línea del Mahachohan.
Electricidad, Síntesis, Organización.
[e131] Trato
de señalar aquí que, en la vida del estudiante que pertenece a
alguna de estas tres líneas, se producirán los efectos tal como
han sido enumerados, aunque, lógicamente, estarán matizados y
modificados por el rayo de su personalidad y por el grado de evolución
alcanzado. Si se reflexiona sobre las tres palabras aplicadas
a cada una de las tres líneas, se obtendrá mucha luz. (No trato
de expandir el cuerpo mental sino de entrenar la intuición). Estas
palabras demuestran que la ley actúa a través de los tres grupos
y que se expresa activamente en los tres mundos donde se sigue
la línea deseada. Cada línea tiene sus fórmulas específicas, por
las que se logran dichos resultados. Se acerca el momento en que
los rudimentos de estas fórmulas (las primeras fundamentales)
se darán a los estudiantes considerados con suficiente preparación
y que efectuaron el trabajo preliminar necesario.
1. La línea del Manu.
Podría indicar aquí parcialmente
el método aproximado, y también ciertas reglas que servirán de
dilucidación cuando llegue el momento.
La primera es especialmente la línea
de gobierno, de desarrollo racial, de trabajo en la materia y
con la materia de todas las formas y en todos los planos de la
evolución humana. Como he dicho anteriormente, es la línea del
ocultismo. Pone el énfasis en el método jerárquico, personifica
la autocracia divina, siendo la línea por la cual nuestro Logos
solar impone Su voluntad a los hombres. Está estrechamente ligada
a los Señores del Karma, y por medio del sector del Manu es aplicada
la ley de Causa y Efecto. Los cuatro Señores del Karma actúan
estrechamente con el [i171]
Manu, pues imponen la Ley, manipulan las formas de los hombres,
continentes, razas y naciones, para que se cumpla debidamente
la ley.
Por lo tanto, aquel que por la meditación
trata de hacer contacto con tales potencias, de elevarse para
unirse por tales medios y de alcanzar la conciencia del aspecto
Voluntad, trabaja de acuerdo a reglas establecidas, se eleva de
un punto a otro mediante formas apropiadas y reflexiona siempre
sobre la Ley y su actuación. Trata de comprender, discriminar
y estudiar; se ocupa de lo concreto y el lugar que le corresponde
en el plan divino; acepta la realidad de la vida inmanente, pero
principalmente se concentra en su método y forma de manifestación.
Las reglas básicas de la manifestación y de gobierno ocupan su
atención; por el estudio de las reglas y leyes y por tratar de
comprenderlas, lógicamente hará contacto con el Regente. Se eleva
etapa tras etapa: desde el regente del microcosmos en los tres
mundos, al grupo egoico y - tu punto focal, un Maestro; del regente
del grupo se eleva al del [e132]
Manu, el
Regente del sector donde él tiene su lugar; de allí se eleva al
Regente del Mundo, más tarde al Logos planetario, y de éste al
Logos solar.
2. La línea del Bodhisatva.
Ésta es la línea de la religión
y de la filosofía, como también del desenvolvimiento de la vida
inmanente. Se ocupa de la conciencia en la forma, más que de la
forma en sí siendo eso la línea de menor resistencia para la mayoría.
Personifica el aspecto sabiduría del Logos, y es la línea por
la cual se manifiesta Su amor de manera predominante, siendo en
sí el sistema solar una expresión directa del Logos y de Su aspecto
amor; toda la manifestación se basa en el amor -regir con amor,
amar con plenitud, actuar con amor-, pero en la segunda línea
la anterior manifestación es suprema, y con el tiempo absorberá
a las demás.
Quien medita sobre esta línea trata
siempre de penetrar en la conciencia de todo cuanto alienta, a
fin de llegar, con el tiempo,[i172]
y a través de graduadas expansiones de conciencia, hasta la Omniconciencia,
y penetrar en la vida del Ser supremo. Penetra así en la vida
de todo lo que existe en la Conciencia logoica. No reflexiona
tanto sobre la Ley, como sobre la vida regida por esa Ley. Por
el amor comprende y por el amor se fusiona primeramente con su
Ego, luego con su Maestro, después con su grupo egoico, más tarde
con todos los grupos, hasta que finalmente penetra en la conciencia
de la Deidad misma.
3. La línea del Mahachohan.
Ésta es la línea de la mente o inteligencia,
del conocimiento y de la ciencia, de La mente abstracta y de las
ideas arquetípicas. El individuo reflexiona no tanto sobre la
Ley y la Vida, como sobre los efectos que ambos producen en la
manifestación, y sobre la razón de ello. El hombre que pertenece
a esta quíntuple línea siempre pregunta por qué, cómo y dónde;
trata de sintetizar y comprender los arquetipos e ideales y convertirlos
en realidades en la manifestación. Cavila sobre los ideales, tal
como los percibe; aspira hacer contacto con la Mente Universal,
arrancar sus secretos y expresarlos. Es la línea de organización
de los negocios y la línea en que los artistas, músicos, científicos
y trabajadores del mundo ocupan su lugar. Los Espíritus de Amor
y Actividad permanecen mucho tiempo en cada uno de sus cinco sectores,
antes de pasar a las líneas de amor y de poder.
Durante la meditación el hombre
toma algún ideal, alguna parte del plan divino, cierto aspecto
de la belleza o del arte, algún problema científico o racial,
cavila sobre el mismo y utiliza la [e133]
mente inferior,
descubriendo todo cuanto se puede saber y sentir. Después de esto,
trata de elevar su conciencia aún más, hasta que alcanza la fuente
de iluminación y obtiene la luz e información [i173] necesarias.
Igualmente asciende y penetra en la conciencia de quienes son
superiores a él; no tanto desde el punto de vista del amor (como
en la segunda línea), sino por su admiración y alegría por lo
que han realizado, su gratitud por lo que dieron al mundo y su
devoción a la misma idea que los impulsa a actuar.
Aunque se haga un estudio muy superficial
de las tres líneas mencionadas, es evidente que los hijos de los
hombres van elevándose. Incluso aquellos (a veces tan despreciados)
que constituyen los trabajadores activos en el mundo, pueden (en
su lugar y por devoción a los ideales de trabajo, de la ciencia
y hasta de las organizaciones comerciales) estar tan adelantados
como quienes se consideran superiores porque expresan en forma
más patente el aspecto amor del Yo divino. Recuerden que esa actividad
es tan divina y tan fundamentalmente una expresión del Padre de
todos, como lo es el amor en el sacrificio y mucho más que aquello
que conocemos como poder, pues el aspecto poder no es todavía
comprendido por ninguno de ustedes ni lo será hasta una manifestación
ulterior.
14 de agosto de 1920.
Fórmulas
empleadas para llamar a los devas y elementales.
Los puntos seis y siete, enumerados
en la carta del 10 de agosto, podríamos tratarlos como uno, porque
los mántram y fórmulas empleados para hacer contacto con los devas,
ángeles o constructores, y para llamar a les elementales o formas
subhumanas de existencia, son prácticamente los mismos, y en estas
cartas se los ha de considerar así.
Como paso preliminar vamos a establecer
con claridad en qué consiste la diferencia entre ambos grupos.
Los elementales en su esencial esencia
son subhumanos. El hecho de que se puede establecer contacto con
ellos en el plano [i174]
emocional, no garantiza que se hallan en el sendero evolutivo.
Por lo contrario, están en el sendero involutivo, en el arco descendente.
Se los encuentra en todos los planos,
siendo muy conocidas las formas elementales etéricas tales como
duendes, gnomos y hadas.
En líneas generales se los puede
dividir en cuatro grupos:
1. Elementales de la tierra.
2. Elementales del agua.
3. Elementales del aire.
4. Elementales del fuego.
Son la esencia de las cosas -si
pudieran ustedes comprenderlo.
[e134] Son
las cosas elementales del sistema solar, en sus cuatro grados,
según los conocemos en este cuarto ciclo, en el cuarto planeta
o tierra.
Los devas se hallan en el sendero
evolutivo, en el camino ascendente. Como bien saben, son los Constructores
del sistema y trabajan en apretadas y graduadas filas. Los devas
tienen la misma categoría que el Logos planetario, y los Regentes
de los cinco planos de la evolución humana poseen igual categoría
que un Maestro de la séptima Iniciación. Otros poseen un desarrollo
igual (en su propia línea) a la de un Maestro de la quinta iniciación
y trabajan consciente y voluntariamente con los Maestros de la
Jerarquía. Puede encontrárselos en los grados inferiores, hasta
llegar a los pequeños devas constructores, los cuales trabajan
casi inconscientemente en sus grupos, construyendo las innumerables
formas que necesita la vida evolucionante.
Anteriormente -antes de dictar estas
cartas- recibieron instrucción acerca de la invocación mántrica
para los elementales y los devas. La información dada es correcta
y puede ser intercalada aquí.
"Fuerza evolutiva y fuerza
involutiva son dos cosas [i175]
diferentes; ésta es una afirmación preliminar. En una existe destrucción,
violencia, la actuación de potencias elementales ciegas. En la
otra los elementales realizan la mayor parte del trabajo, haciéndolo
ciegamente, controlados por los Constructores. La tarea constructiva,
cohesiva, constituye un crecimiento gradual de conjunto; produce
armonía en la discordia y belleza en el caos. Los reinos inferiores
de los devas trabajan guiados por los Grandes Devas Constructores,
y ascienden todos en ordenada belleza de un plano a otro, de un
sistema a otro, de un universo a otro. Por lo tanto, al estudiar
ocultismo debe tenerse presente dos cosas:
a. Que ustedes controlan las fuerzas
elementales.
b. Que colaboran con los devas.
En el primer caso dominan ustedes,
en el otro colaboran. Controlan por medio del aspecto actividad,
la ejecución precisa de ciertas cosas, la preparación de ciertas
ceremonias, a través de las cuales rueden actuar ciertas fuerzas.
Es una réplica en miniatura de lo que el tercer Logos hizo al
crear el mundo. Ciertas actividades tuvieron determinados resultados.
Más adelante se podrán hacer revelaciones respecto a los ritos
y ceremonias, mediante los cuales podrán ponerse en contacto con
los diversos elementales y controlarlos. El Rayo de Ceremonial
-al venir ahora a la manifestación- facilita grandemente las cosas
en esta particular dirección.
[e135] Los
elementales del fuego y del agua, así como los elementales inferiores,
pueden ser manejados por medio de ritos, y son de tres tipos:
1. Ritos protectores, para su propia
protección.
2 Ritos evocadores, que llaman y
revelan a los elementales.
[i176]
3. Ritos controladores, que los dirigen cuando se los evoca.
Al trabajar con los devas, se emplea
el aspecto sabiduría o amor, el segundo aspecto del Logos o aspecto
constructor. Por medio del amor y el anhelo ustedes pueden llegar
hasta ellos y, el primer paso a dar (pues están en el sendero
de evolución como ellos), es ponerse en contacto con ellos, porque
en lo futuro tendrán que trabajar juntos para guiar a las fuerzas
elementales y ayudar a la humanidad. Es peligroso para los seres
humanos, pobres necios ignorantes, entrometerse con las fuerzas
de la involución, mientras no estén vinculados con los devas mediante
la pureza de carácter y la nobleza de alma.
Mediante ritos y ceremonias pueden
sentir a los devas y llegar a ellos, pero no de la misma manera
ni por la misma razón que pueden llegar a los elementales. Los
devas acuden a las ceremonias libremente y no son evocados; así
como ustedes, acuden para extraer poder. Cuando la vibración es
suficientemente pura, las ceremonias sirven de punto común de
reunión.
... Para finalizar quiero decir
que cuando hayan aprendido a utilizar el aspecto actividad para
trabajar con las potencias involutivas, y el aspecto sabiduría
para colaborar con los devas, entonces pasarán, en conjunto, a
emplear el primer aspecto, el de la voluntad o poder."
Antes de seguir más adelante quiero
advertir el peligro que implica llamar y hacer contacto con estos
grupos de constructores, muy especialmente con las fuerzas elementales.
¿Por qué especialmente las últimas? Porque tales fuerzas hallan
siempre respuesta en cualesquiera de los tres cuerpos inferiores
del hombre. Tales cuerpos (considerados como envolturas separadas)
están compuestos por estas vidas involutivas. Por consiguiente,
aquel que [i177]
sin saberlo se expone al contacto directo con cualquier elemental,
correrá riesgo y lamentará amargamente lo ocurrido. Pero a medida
que el hombre se acerca al adeptado y ha obtenido dominio sobre
sí mismo, y puede en consecuencia confiársele el dominio de otras
formas de vida, le serán otorgados ciertos poderes, los cuales
-por estar basados en la ley- pondrán en sus manos el gobierno
de vidas inferiores y le enseñarán a colaborar con las huestes
dévicas, tan esenciales en el periodo final de la evolución.
[e136]
Los mantrám de poder.
Los mántram que contienen el secreto
del poder, son, como ya saben y lo he dicho anteriormente, de
diferentes tipos y principalmente cuatro:
a. Los mántram protectores, son
los de primordial importancia.
b. Los mántram que llaman a los elementales
y devas menores y los ponen en el radio magnético de quien los
llama.
c. Los mántram que imponen sobre
los elementales y devas menores la voluntad de quien los invoca.
d. Los mántram que rompen el encantamiento
(si puedo expresarlo así) y colocan a los elementales y devas
nuevamente fuera del radio magnético de quien los invocó.
Estos cuatro mántram se aplican
especialmente para llamar y entrar en contacto con elementales
y devas de los grados inferiores y no son muy usados, excepto
en raros casos, por iniciados y adeptos, que generalmente trabajan
por mediación de los grandes devas guiadores y constructores.
La Fraternidad Negra trabaja con las fuerzas de la involución,
e impone su voluntad sobre las inconscientes formas inferiores
de vida. El procedimiento correcto -tal como lo sigue la Fraternidad
de la Luz- consiste en controlar estos grupos involutivos y devas
de grado inferior, [i178]
por intermedio de sus propios rangos superiores, la hueste de
devas constructores con sus Señores Devas.
Esto nos conduce a considerar otro
conjunto de mántrams, empleados en conexión con los devas.
a. Los mántram rítmicos que ponen,
a quien los emplea, en contacto con el grupo de devas buscado.
Éstos son, lógicamente, Ios mántram de rayo, pues invocan a los
devas de determinado rayo, y varían si el individuo pertenece
al mismo rayo del grupo que está invocando. Se preguntarán ¿por
qué no se emplean primero los mántram protectores, como cuando
se llama a los elementales? Principalmente por las siguientes
razones: Los mántram que invocan a los elementales se descubren
y emplean con más facilidad que los utilizados para invocar a
los devas. La historia abunda en estos ejemplos, y en todo el
mundo (incluso en la actualidad) hay individuos que poseen el
secreto de cómo ponerse en contacte con elementales de uno u otro
tipo. En la época Atlante todo el mundo sabía hacer esto; el arte
es todavía conocido y practicado por los salvajes y por algunos
individuos de países civilizados. En segundo lugar, aunque el
hombre común conozca el mántram, probablemente fracasará al invocar
a un deva porque implica algo más que entonar las palabras y sonidos,
[e137]
constituyendo
uno de los secretos de la iniciación. Cuando un hombre es iniciado
o adepto no necesita ritos protectores, porque en el mundo del
ocultismo es ley que sólo aquellos de vida pura y de móviles altruistas
pueden hacer contacto con la evolución dévica, ocurriendo lo contrario
respecto a las vidas elementales.
b. Los mántram que permiten el intercambio
con los devas, una vez que han sido invocados. El lenguaje, tal
como lo conocemos, no es comprendido por los devas; pero mediante
el empleo de fórmulas mántricas pueden originarse impulsos, fuerzas
y vibraciones que producen los resultados deseados, prescindiendo
de [i179] la
palabra hablada. Estas fórmulas abren el camino para la mutua
comprensión.
c. Los mántram que ejercen influencia
sobre los grupos, y otros que lo hacen sobre determinados devas.
Quisiera indicar aquí que, por regla general, los devas se manejan
en grupos, no individualmente, excepto cuando se hace contacto
con devas de orden muy elevado.
d. Los mántram que llaman directamente
la atención de uno de los señores devas de un subplano o del poderoso
Señor Deva de un plano, siendo conocidos por muy pocos, empleándolos
únicamente los que han recibido una iniciación muy elevada.
17 de agosto de 1920.
La comprensión de la fuerza.
La tensión es actualmente grande,
y la fuerza que afluye a los diferentes centros puede causar sensación
de fatiga, tensión, excitación y desasosiego, si no está controlada
debidamente. El secreto del control, que reside en la no-resistencia,
es conocido por muy pocos, de ahí la intensidad de las emociones,
de las reacciones violentas y de la actual ola de delincuencia,
siendo en gran parte resultado de fuerzas erróneamente empleadas
y aplicadas, manifestándose en todas las esferas de la vida; únicamente
quien conoce el secreto de ser nada más que un canal, y mora tranquilo
en el lugar secreto, puede pasar por la presente crisis sin excesivo
dolor y malestar. La fuerza estimulante -tal como se manifiesta
ahora- produce dolor y la reacción consiguiente, y debe resguardarse
de ella con la misma precaución que de su opuesta, la pérdida
de vitalidad -resguardarse, no en el sentido de cerrarse a la
fuerza estimulante, sino recibirla, pasándola a través del propio
ser, y sólo absorbiendo de ella lo que puede retenerse. Entonces
el resto es exteriorizado como agente curativo y retornará al
depósito general. El verdadero significado esotérico de la [i180]
fuerza de la naturaleza, de las corrientes eléctricas del universo
y del [e138]
calor latente
acumulado, en todas las formas, es todavía poco comprendido por
los Científicos exotéricos y los presuntos estudiantes de ocultismo.
X... emprendió el estudio del ocultismo desde este punto de vista
y, por lo tanto, logró un profundo conocimiento de la ley.
Me
he ocupado de esta cuestión porque se halla subyacente en toda
instrucción de carácter esotérico. Si pueden captar algo de su
significado y comprender que la ley no es más que la adaptación
de la forma a una de estas grandes corrientes de fuerza, iluminarán
su vida y serán conducidos, mediante esas corrientes magnéticas,
fluido vital, rayos eléctricos (no importa qué términos se les
dé), hasta el corazón de lo desconocido. Esta misma idea de la
fuerza y de las Corrientes magnéticas del sistema solar rige todo
cuanto he dicho sobre la meditación, en sus diferentes aspectos:
especifico, individual y colectivo, basados sobre fórmulas o no;
es el medio por el cual actúan los mántram, desde esos que hacen
contacto con las vidas elementales, hasta las grandes Palabras
entonadas rítmicamente, que invocan al Señor de un Bayo, al Deva
de un plano y hasta al mismo Señor de un sistema solar. La entonación
de estas palabras, el ascenso a través de fórmulas graduadas,
hasta un punto específico, y la entonación de los mántram, pone
a quien así trabaja en la línea de alguna corriente de fuerza.
Consiste en hallar la línea de menor resistencia a fin de alcanzar
determinada meta, comunicarse con alguna Inteligencia individual,
controlar alguna vida involutiva y ponerse en contacto y colaborar
con algún grupo de devas.
Esta disgresión servirá para resumir lo que he dicho últimamente
acerca de las fórmulas mántricas o de otro tipo, tal como la emplean
quienes estudian la meditación ocultista.
Como se ha de imaginar, sólo puede
invocar a los devas y a los elementales sin peligro quien tenga
el poder y la capacidad [i181]
de utilizarlos
inteligentemente una vez invocados, por eso los mántram que he
enumerado anteriormente sólo se ponen en manos de quienes trabajan
con las fuerzas constructivas del sistema o pueden controlar constructivamente
a los elementales destructivos, sometiéndolos a las fuerzas desintegradoras
que forman parte del gran esquema constructivo. Si alguien, que
no posea tales capacidades, llegara a ponerse en contacto con
los devas y los atrajera por medio de los mántram, encontraría
que las fuerzas inherentes a ellos descenderían sobre él como
algo destructivo, con graves consecuencias para uno de sus cuerpos.
Por lo tanto, reflexionen sobre
esto, recordando que tales peligros residen en el excesivo estímulo,
el repentino desmoronamiento y la desintegración por el fuego
o el calor. En el caso de reunir a su alrededor vidas involutivas,
el peligro tomaría forma [e139]
diferente
o se manifestaría con efecto opuesto, tal como pérdida de vitalidad,
causada por el vampirismo, absorción de las fuerzas de uno u otro
de sus cuerpos, acumulación anormal de materia en alguno de sus
cuerpos (debido a la acción de vidas involutivas, como ser los
elementales físicos o de deseo) y muerte por agua, tierra o fuego,
comprendida en sentido oculto.
He tratado aquí los riesgos que
corre quien atrae a su esfera magnética a entidades de cualquiera
de estos dos grupos, sin poseer el conocimiento necesario para
protegerse, controlarlas y utilizarlas. ¿Por qué me he ocupado
de ellos? Porque tales fórmulas mágicas existen y serán conocidas
y empleadas cuando el estudiante esté preparado y el trabajo lo
requiera. Algún día las fórmulas menores serán dadas gradualmente
a quienes estén preparados y trabajen abnegadamente para ayudar
a la raza. Como he dicho anteriormente, tales fórmulas eran conocidas
en la época Atlante. Entonces tuvieron resultados desastrosos,
porque fueron empleadas por individuos de vida impura, para fines
egoístas [i182]
y propósitos
malignos. Invocaron a las huestes elementales para vengarse de
sus enemigos; invocaron a los devas menores y utilizaron sus poderes
para satisfacer sus propias ambiciones; no trataron de colaborar
con la ley, sino que la utilizaron en sus maquinaciones en el
plano físico, originadas por sus deseos. La Jerarquía regente
consideró que el peligro era demasiado grande, pues amenazaba
la evolución del hombre y de los devas, por eso retiró gradualmente
de la conciencia humana el conocimiento de fórmulas y Palabras,
hasta el momento en que se desarrolló parcialmente la razón y
la mente espiritual comenzó a despertar. Así las dos grandes evoluciones
y la tercera evolución latente (compuesta de vidas involutivas),
fueron separadas y aisladas. Temporariamente el grado de vibración
se hizo más lento, pues el propósito original consistió en establecer
un desarrollo paralelo. El secreto de este aparente retroceso,
en los planes del Logos, se halla oculto en el remanente del Mal
cósmico activo que llegó a la manifestación, siendo el remanente
del primer sistema solar o de actividad y base del actual sistema
de amor. El mal es nada más que el sedimento del karma no agotado,
y tiene su raíz en la ignorancia.
La separación, en triple escala,
de las vidas evolutivas e involutivas, ha continuado hasta ahora.
Con el advenimiento del actual séptimo Rayo de Magia Ceremonial,
se permite, en cierta medida, una tentativa de acercamiento de
los dos grupos evolucionantes, aunque no con el grupo involucionante.
Recuerden esta afirmación. Las evoluciones dévica y humana llegarán
a ser, en el transcurso de los próximos quinientos años, más conscientes
una de otra y, por lo tanto, podrán colaborar más libremente.
A la par de esta creciente conciencia vendrá la búsqueda de métodos
de [e140] comunicación.
Cuando se sienta sinceramente la necesidad de comunicarse para
fines constructivos, podrán circular algunos de los antiguos [i183]
mántram,
bajo la juiciosa guía de los Maestros. Su acción, interacción
y reacción serán cuidadosamente observadas y estudiadas, esperándose
que redunden en beneficio de ambos grupos. La evolución humana
deberá dar fortaleza a la dévica y ésta, a su vez, alegría a la
humana. El hombre tendrá que comunicar a los devas su punto de
vista objetivo, mientras que ellos por su parte derramarán sobre
el hombre su magnetismo curativo. Los devas son los custodios
del prana, del magnetismo y de la vitalidad, así como el hombre
es el custodio del quinto principio, la mente o manas. He hecho
aquí varias indicaciones y no puedo decir nada más.
Quizás mañana me ocupe de una clasificación
vitalmente importante: las fórmulas vinculadas con el fuego. Por
hoy es suficiente lo impartido.
19 de agosto de 1920
Fórmulas
mántricas vinculadas con el fuego.
Será de utilidad que diga algo sobre
la parte que desempeña el fuego en la evolución y en los diversos
sectores de nuestro sistema solar, relacionados con el fuego.
Pongo especial énfasis en ello porque con la meditación se penetra
en el reino del fuego, y también por su primordial importancia.
Los sectores donde el fuego desempeña su parte son cinco. Trataré
primero del fuego en el Macrocosmos y más adelante demostraré
su analogía microcósmica:
1. El fuego vital que anima al sistema
solar objetivo. Tal como se evidencia, por ejemplo, en la economía
interna de nuestro planeta y la esfera central de fuego, el sol.
2. Ese algo misterioso que H.P.B.
denomina Fohat; del cual algunas de sus manifestaciones son la
electricidad, ciertas formas de luz y el fluido magnético, dondequiera
se manifieste.
3. El fuego del plano mental.
[i184]
4. Los
elementales del fuego, que, en esencia, son el fuego mismo.
5. La chispa vital denominada "llama
divina", latente en cada ser humano, la cual distingue a
nuestro Logos solar de los demás Logos y es la suma de todas Sus
características. "Nuestro Dios es un Fuego consumidor".
Estas diferenciaciones del fuego son prácticamente diferenciaciones
de una misma cosa, básicamente son lo mismo, aunque diversas en
su manifestación. Tuvieron fundamentalmente su origen en el [e141]
fuego cósmico
de las esferas mentales cósmicas. En el microcosmos tenemos esta
misma quíntuple diferenciación; por el reconocimiento de esta
analogía llega la iluminación y se alcanza el objetivo de la meditación.
1. Los fuegos vitales que mantienen
la economía interna del ser humano (el sistema microcósmico) en
plena manifestación. Al cesar este fuego interno se produce la
muerte, y el sistema físico objetivo entra en oscuración. Lo mismo
ocurre en el Macrocosmos. Así como el sol es el centro de nuestro
sistema, el corazón es el punto focal del calor microcósmico;
así como la tierra está vitalizada por el mismo calor y constituye
(para nuestra cadena) el punto más denso de materia y de mayor
calor físico, así también los órganos inferiores genitales son,
en la mayoría de los casos, el centro secundario para el fuego
interno. La analogía es exacta interesante y misteriosa.
2. La analogía con Fohat, en el
microcosmos, reside en las corrientes pránicas que, por mediación
del cuerpo etérico, mantienen al cuerpo físico denso, vitalizado
y magnetizado. Los recursos del fluido pránico son ilimitados
y poco [i185]
comprendidos,
y en la adecuada comprensión de los mismos está el secreto de
la salud perfecta. Trataremos de esto más adelante.
3. La analogía con el fuego del
plano mental es fácilmente demostrable, porque el trabajo de los
Señores de la Llama, al implantar la chispa de la mente, ha crecido
y se ha desarrollado de tal manera que ahora el fuego del intelecto
arde en todos los pueblos civilizados. Todas las energías están
dirigidas a nutrir esa chispa y utilizarla con el máximo de provecho.
4. Los elementales del fuego son
conocidos en cierta medida en el microcosmos, por las formas mentales
conjuradas y vitalizadas por el individuo cuyo poder mental es
suficiente para realizarlo. Estas formas mentales, construidas
por el hombre que puede pensar intensamente, son vitalizadas por
su vida o la capacidad de generar calor, perdurando mientras él
tenga el poder de animarlas. En la actualidad son de corta duración,
pues todavía es poco comprendido el verdadero poder del pensamiento.
En el quinto gran ciclo que, en esta cadena, verá la culminación
del quinto principio o mente, esta analogía será mejor comprendida.
Actualmente la relación no está necesariamente definida.
5. La chispa vital latente en todo
ser humano indica que posee la misma naturaleza del Logos Solar.
[e142]
He aquí
el fuego, tal como se lo puede ver en los sistemas mayor y menor.
Ahora resumiré la finalidad del fuego en el microcosmos y lo que
se ha de procurar realizar. Tenemos tres fuegos:
1. La chispa vital divina.
2. La chispa de la mente.
3. El kundalini, la doble fusión
del calor interno y de la [i186] corriente
pránica. Esta fuerza está localizada en el centro situado en la
base de la columna vertebral, y el bazo nutre ese calor.
Cuando estos tres fuegos -el del
cuaternario, el de la tríada y el del quinto principio- se unen
y mezclan en forma geométrica, cada centro está vitalizado adecuadamente,
se manifiesta suficientemente cada poder, se consume toda impureza
y escoria y se alcanza la meta. La chispa se Convierte en llama
y la llama es parte de la gran hoguera egoica que anima a todo
el universo objetivo.
En Consecuencia, llegamos lógicamente
a la conclusión de que para estos tres tipos de mántram, existen
otros que producirán la unión y fusión de ellos. Tenemos, en efecto:
Los mántram que afectan al kundalini
y lo despiertan en forma correcta. Por el poder de la vibración
lo ponen en circulación a través de los centros, de acuerdo a
su natural progresión geométrica. Una rama secundaria de estos
mántram se relaciona con el bazo y con el control de los fluidos
pránicos, para fines de salud y vitalización y para afectar al
luego en la base de la columna vertebral.
Los mántram que actúan sobre la
materia del plano mental, en una u otra de sus dos divisiones
principales, abstracta y concreta, lo hace de das maneras: producen
una acrecentada capacidad para pensar, manipulan la materia mental
y actúan como estimulante del cuerpo causal, adaptándolo más rápidamente
como vehículo de la conciencia y preparándolo para la desintegración
final efectuada por medio del fuego. Los mántram que evocan al
Dios interno y actúan específicamente [i187] sobre
el Ego. Desde allí establecen una fuerte vibración en la tríada
superior, haciendo que descienda fuerza monádica al cuerpo causal.
Todos estos mántram pueden emplearse separadamente y alcanzar
resultados propios. Hay siete grandes mántram (uno para cada rayo),
los cuales combinan los tres efectos anteriores, cuando los utiliza
un Maestro o uno de los miembros de la Jerarquía. Estos mántram
despiertan al kundalini, actúan sobre el vehículo causal en el
plano mental, y establecen una vibración en la Triada; de esta
manera efectúan la unificación de lo inferior, lo superior y el
quinto principio.
[e143]
Éste es
un reflejo de lo que ocurrió durante el advenimiento de los Señores
de la Llama. Ello conduce a la total unificación y señala al hombre,
de ahí en adelante, como un ser en quien se demuestra el amor
en acción, mediante la ayuda de la mente iluminada.
Éstos son los cuatro tipos de mántram
más importantes, en lo que respecta a la evolución y desenvolvimiento
individual, siendo muy conocidos por quienes entrenan estudiantes
para recibir la iniciación. Pero si estos mántram fueran descubiertos
por quienes no están preparados, muy poco podrían realizar por
sí mismos, pues su empleo debe ir acompañado del poder que se
adquiere mediante la aplicación del Cetro de Iniciación. Este
Cetro, por medio del diamante que lo corona, enfoca los tres fuegos,
de la misma manera que el vidrio de aumento concentra los rayos
del sol y produce fuego.
He dado aquí en muy pocas palabras
mucha información. El tema está muy condensado. Lo dicho tendrá
significado especial para el individuo que se acerca al Sendero
de Iniciación. Reflexionen detenidamente sobre lo que acabo de
decir, pues reflexionando en el silencio del corazón puede llegar
la luz, y el fuego interno arder con más calor.
Podría mencionar otros mántram relacionados
con el fuego. Hay otros dos grupos con los cuales se puede hacer
contacto empleando ciertos sonidos rítmicos, y son:
[i188]
Los elementales del fuego y sus diversas huestes, que se encuentran
en las entrañas de la tierra, sobre su superficie y en el aire
de la misma.
Los devas del plano mental, que
son esencialmente devas del fuego.
Nada hay para decir o enseñar respecto
a los mántram que afectan a los elementales del fuego, que son,
en muchos aspectos, los elementales más peligrosos y poderosos
que cuidan la economía de la tierra. Son, por una parte, más numerosos
que los demás elementales y se los encuentra en todos los planos,
desde los superiores a los inferiores. Los elementales del agua
y de la tierra se encuentran únicamente en ciertas localidades
o esferas del sistema solar; los elementales más numerosos, después
de los del fuego, son los del aire.
Los mántram para invocar, controlar
y alejar a los elementales, eran de uso corriente entre los atlantes.
Los peligros originados y la amenaza que pesaba sobre la tierra,
a causa del empleo indiscriminado de los elementales, perturbó
de tal manera el exacto desarrollo de los planes logoicos y disgustó
tanto a los Guías de la raza, que el conocimiento fue retirado.
La raza raíz Atlante [e144]
desapareció a causa de los desastres producidos por el agua, las
inundaciones y los sumergimientos; si se tiene en cuenta que el
agua es el enemigo natural del fuego y que ambos grupos de elementales
no tienen punto alguno de unificación en esta etapa, se podrá
comprender un aspecto interesante del cataclismo Atlante.
Los mántram que invocan a los devas
del fuego, están además bien resguardados, no sólo por el peligro
implicado, sino también debido a las demoras, respecto al tiempo,
que se producen cuando esos devas son invocados sin motivo y retenidos
por encantamientos mántricos que impiden seguir su necesaria vocación.
Bajo estos grupos de fórmulas mántricas se encuentran muchos grupos
inferiores, que trabajan especialmente con distintos grupos de
elementales y devas.
[i189]
Hemos enumerado seis mántram conectados con el fuego. Existen
unos cuantos más, que enumeraré brevemente:
Los mántram purificadores, que despiertan
un fuego que arde y purifica, en uno de los tres planos inferiores.
Esto se efectúa mediante la actividad de elementales regidos por
los devas del fuego y bajo la guía directa de un iniciado o discípulo,
para algún fin especifico de purificación. La finalidad puede
ser purificar alguno de los cuerpos, localidad, casa o templo.
Los mántram que invocan el fuego
para la magnetización de talismanes, de piedras o de lugares sagrados.
Los mántram que curan, gracias al
empleo oculto de la llama.
Los mántram empleados por:
a. El Manu, al manipular lo necesario
para el desplazamiento de continentes y el sumergimiento de tierras.
b. El Bodhisatva, al estimular la
llama interna en cada ser humano.
c. El Mahachohan, al trabajar con
la inteligencia o quinto principio.
Todas estas fórmulas mántricas y
muchas otras más, existen realmente... El primer paso a dar para
conocer estos mántram es adquirir la facultad de meditar en forma
ocultista, porque no es sólo la emisión de las palabras la que
produce el efecto deseado, sino también la concentración mental
que visualiza los resultados que se han de alcanzar. Esto ha de
ir acompañado por la voluntad, que hace que estos resultados sean
controlados por quien emite los sonidos. Estas fórmulas mántricas
son peligrosas e inútiles si en el individuo no hay un equilibrio
mental concentrado y el poder de controlar y vitalizar.
[e145]
21 de agosto
de 1920
[i190]
Llegamos
ahora a la última clasificación enumerada en nuestra sexta carta.
El
empleo colectivo de las fórmulas.
Para mayor claridad me propongo
tratar esta parte bajo tres encabezamientos, que titularemos:
1.
El empleo colectivo del sonido en una fórmula de meditación.
2. El empleo colectivo del ritmo
en la meditación.
3. Ocasiones especiales en que se
emplean estas fórmulas.
...Hemos considerado con alguna
extensión, en esta serie de cartas, la meditación individual,
y también hemos tratado el asunto desde muchos y variados ángulos
En todo lo dicho, se ha dado bastante información como para despertar
el interés del estudiante e incitarlo a un mayor esfuerzo, a un
más detenido estudio y una investigación más profunda. Únicamente
lo que la conciencia interna comprende y capta como una realidad
experimentada, sirve de algo en el difícil sendero del desenvolvimiento
ocultista. Las teorías y los conceptos intelectuales de nada sirven,
simplemente aumentan la responsabilidad. Solo cuando estas teorías
resistan la prueba y, por consiguiente, se las conozca como realidades
en la naturaleza, sólo cuando los conceptos mentales se desarrollen
y demuestren en el plano físico como experiencia práctica, el
estudiante estará en condiciones de indicar el camino a otros
buscadores y tender la mano a los que siguen detrás. Decir: oigo,
podrá ser de valor y alentador; agregar, creo, podrá dar
más seguridad; pero lo que se necesita en esta hora más oscura
de Kalí Yuga, es emitir la nota clara y decir, sé. Quienes
saben, son todavía pocos. No obstante el saber es perfecta y plenamente
posible y sólo demanda, del estudiante que se halla en el sendero,
persistencia, sinceridad y la capacidad para mantenerse firme
en el sufrimiento.
[i191]
Ahora bien,
teniendo ya alguna vaga idea de los resultados a obtener y los
métodos a emplear en la meditación individual, y habiéndome extendido
un poco sobre el empleo de las fórmulas por los individuos, podemos
iniciar la consideración del tema desde el punto de vista colectivo.
Algunas de las cosas más importantes
que se han de notar, respecto al empleo colectivo de fórmulas,
es que tienen una adaptación universal, y aunque muy eficaces
pueden ser también muy peligrosas. El culto colectivo a la Deidad
y la celebración de ritos religiosos al unísono, son parte tan
importante de la vida pública [e146]
en todos
los pueblos, que fácilmente se olvida la razón de ser y sus resultados.
Cada religión, sea cristiana, budista, hindú, mahometana, y también
la deformada adoración fetichista de las razas más degeneradas,
ha hecho hincapié en el valor y la eficacia del intento colectivo
de entrar en contacto con la Deidad. Inevitablemente se obtienen
resultados que abarcan desde esa sensación de calma y paz experimentadas
por el participante en los misterios cristianos, hasta el frenesí
y las contorsiones de los derviches más salvajes o del más ignorante
zulú. La diferencia radica en la capacidad del adorador para asimilar
fuerza, y en su capacidad de retenerla y conservarla. Estos puntos
son determinados por el lugar que ocupa en la escala de evolución
y el control mental y emocional que posee.
El primer postulado que debe tenerse
en cuenta, cuando se considera el empleo colectivo de fórmulas
en la meditación, es que al emplear el sonido y el ritmo, estas
fórmulas deben abrir un conducto de comunicación entre quienes
toman parte en ellas y las Inteligencias o Potencias a quienes
tratan de acercarse, Por medio de este conducto que va de lo físico
a lo emocional, o aún más arriba, o a uno de los niveles mentales,
las Inteligencias o Potencias pueden proyectar luz iluminadora
o poder de cualquier tipo, [i192]
sobre quienes
se acercan a Ellas. El conducto forma un canal por el que se puede
hacer contacto. El proceso es puramente científico, basado en
la vibración y en el conocimiento de la dinámica. Depende de la
formación exacta de un vacío, mediante el conocimiento ocultista.
La afirmación esotérica de que "la naturaleza aborrece el
vacío", es verdad. Cuando, mediante la correcta entonación
de ciertos sonidos, se forma este vacío o conducto entre lo superior
y lo inferior, fluye por él, bajo la acción inevitable de la ley,
fuerza o poder de alguna manifestación de energía fohática, que
a través de él alcanza su objetivo.
Gran parte de lo que se conoce como
artes negras o magia maligna, tiene por base el mal uso de este
conocimiento. Por medio de invocaciones y fórmulas, los Hermanos
Negros (o quienes se entrometen en lo que ignorantemente se denomina
los poderes del mal) extraen fuerzas vinculadas con inteligencias
oscuras en elevados lugares. De esta manera ponen en acción acontecimientos
en el plano físico, originados en las oscuras y misteriosas cavernas
del mal cósmico, que existe en nuestro sistema solar. Similarmente
es posible extraer fuerzas aún más poderosos de la luz y del bien
y aplicarlas al aspecto evolución.
El
empleo colectivo del sonido en las fórmulas de meditación.
Vamos ahora a considerar específicamente
la cuestión desde el punto de vista del sonido. Al estudiar la
Palabra Sagrada y su [e147]
empleo, vimos que tiene un efecto triple: destructivo, constructivo
y personal -si puedo expresarlo así- o que actúa en sentido estimulante,
directamente sobre los centros del cuerpo. Estos tres efectos
se pueden observar en el empleo colectivo de los sonidos por un
grupo numeroso de personas. Podemos mencionar, para mayor claridad,
un cuarto efecto: la creación de un conducto. Este cuarto efecto,
en la actualidad, no es más que la síntesis de los otros, pues
al crearse este conducto de comunicación tienen que hacerse [i193]
los reajustes
en la materia de los tres planos inferiores. Estos reajustes tienen,
como primer resultado, la destrucción de la materia obstructora,
y luego la construcción del conducto que se ha de utilizar, llevándose
a cabo definidamente por medio de los centros. Este último punto
es de interés fundamental, y encierra el secreto de la aplicación
más poderosa del sonido. Esta aplicación consiste en proyectarlo
en materia mental por medio de uno de los centros principales.
Los efectos producidos por un grupo de personas que posean el
poder de trabajar en las esferas mentales y de emplear simultáneamente
uno de los centros principales (ya sea el centro coronario en
su totalidad o uno de los otras centros mayores, en conexión con
su correspondiente centro de la cabeza), pueden ser increíblemente
poderosos. Es una suerte que la raza no posea todavía este poder.
Si existe una unida pureza de móviles y una adhesión al bien de
todos, se permitirá que este poder llegue nuevamente a ser conocido
por el común de los hombres. Todavía es prácticamente imposible
encontrar un número suficiente de personas del mismo grado de
evolución, en el mismo punto de la escala, que empleen el mismo
centro y respondan a la vibración de un mismo rayo, para reunirse
al unísono y entonar juntos la misma nota o mántram. Además tendrán
que estar animados por el mismo amor puro y trabajar inteligentemente
por la elevación espiritual de todos.
Parte del poder de la Jerarquía
se debe a la capacidad de Sus miembros para realizar precisamente
eso. A medida que progrese la evolución y este tema se comprenda
mejor, los grupos de meditación cambiarán su condición actual
de grupos de aspirantes sinceros que buscan iluminación, se convertirán
en grupos de trabajadores, capaces de actuar unidos en forma constructiva
e inteligente para lograr ciertos fines. Ustedes tienen en La
Biblia cristiana fragmentos de un relato llegado de los días atlantes.
En aquellos tiempos era comprendido el empleo del sonido y [i194]
practicado
en las esferas física y emocional, utilizados para fines egoístas
en la mayoría de los casos. Leemos que el sonido de las trompetas,
tocado cierto número de veces, después de haber circundado rítmicamente
las murallas de Jericó, produjo su derrumbe. Ello fue posible
porque los dirigentes del pueblo eran versados en la [e148]
ciencia del sonido, gracias a cuyo conocimiento ocultista sabían,
exactamente, el momento de aplicar la ciencia y alcanzar el efecto
deseado.
Estos sonidos pueden agruparse bajo
tres acápites:
La
entonación unida de la Palabra Sagrada.
Este es uno de los métodos más usados
y el medio más directo de formar un conducto para la transmisión
de poder. Si es tan efectiva cuando la entona un individuo, como
se ha demostrado repetidas veces, al hacerlo colectivamente, con
seguridad debe ser de enorme eficacia y hasta evidentemente peligrosa.
Debido a que se ha perdido el modo de emplear esta Palabra, ello
ha invalidado y obstaculizado la eficacia de todos los credos
exotéricos actuales; pero esta pérdida ha sido producida deliberadamente,
debido a los peligros incidentales al grado inferior de evolución
de la jerarquía humana. Cuando el empleo de esta Palabra se restablezca
colectivamente, y las congregaciones de hombres puedan entonaría
correctamente, en la nota adecuada y con la cadencia o ritmo correctos,
entonces el descenso de fuerza de lo alto (la cualidad de esa
fuerza depende de la clave y del tono) será tal, que la vivificación
del microcosmos afectará al medio ambiente y a la zona circundante.
Producirá el estímulo correspondiente en todos los reinos de la
naturaleza, porque el reino humano constituye el eslabón entre
lo superior y lo inferior, y conjuntamente con el reino dévico
proporcionará el lugar de reunión para las fuerzas de la vida.
Estos efectos sobre los distintos
centros, se sentirán [i195] definidamente
en cualquier plano de los tres mundos. Permítanme ilustrar, pues
la claridad es deseable. Quiero advertir, sin embargo, que no
se le ha de atribuir importancia alguna al orden especificado
aquí. El momento no es propicio para dar una información exacta
sobre esta materia.
Supongamos que una congregación
de personas desea vincularse con ese canal de fuerza que actúa
por medio de la emoción, estimulando así una mayor aspiración
y amor. Permanecerán en unido silencio, hasta que, a una palabra
del dirigente, cada unidad del grupo llevará deliberadamente su
conciencia al centro cardíaco; desde ese centro (manteniendo la
conciencia fija en el mismo) emitirá el sonido de la Palabra Sagrada,
entonada en la clave a la cual responderá la mayoría del grupo.
Esta clave será determinada por el dirigente clarividente del
grupo, observando rápidamente las auras reunidas ante él. El sonido
creará así el conducto necesario, y el resultado será una inmensa
ampliación temporaria de la periferia del centro emocional de
los participantes y una intensa vitalización de los centros cardíacos.
Por este medio las [e149]
personas podrán alcanzar alturas y recibir bendiciones, lo cual
no sería posible en forma aislada. Ustedes mismos pueden idear
otras condiciones. El empleo de la imaginación en estas cuestiones
es de verdadera importancia y desarrolla una conexión entre esa
facultad y su contraparte superior, la intuición. Los estudiantes
de meditación deben aprender a utilizar más la imaginación.
La entonación unida de ciertos
mántrams, los cuales se emplearán con fines específicos. Ejemplos
de tales propósitos son:
a. La purificación de una ciudad.
b. La magnetización de terrenos
que se van a emplear como centros de curación.
[i196]
c. La clarificación
de las mentes de una congregación a fin de capacitarse para recibir
iluminación superior.
d. La curación de personas reunidas
para ese propósito.
e. El control de las fuerzas de
la naturaleza a fin de producir acontecimientos en el plano físico.
f. La iniciación de individuos en
los misterios menores.
En lo antedicho, como se han de
imaginar, hay tema para llenar un grueso volumen. Forma parte
de esa magia blanca que será restituida a la raza, lográndose
por su intermedio una gloria y civilización insinuadas ya en la
época Atlante, constituyendo uno de los sueños de los visionarios
de la raza.
Los mántram o palabras enunciadas
colectivamente, por medio de los cuales se establecerá comunicación
con el reino dévico o angélico. Este es un conjunto peculiar de
los mantrám vinculados con el sector del Mahachohan, del que tratará
específicamente más adelante...
22 de agosto de 1920.
El
empleo colectivo del ritmo en la meditación.
Se puede describir la palabra ritmo
como el movimiento cadencioso que lleva automáticamente, a quienes
lo emplean, a alinearse con ciertas fuerzas de la Naturaleza.
Es esa acción dirigida, seguida al unísono por un grupo de personas,
la cual produce ciertos alineamientos y efectos, sobre uno de
los cuerpos o en todos. Por consiguiente, tiene por objeto:
a. Llevar un cuerpo un conjunto
de cuerpos al radio de acción de una corriente de fuerza.
b. Reajustar la materia de uno de
los distintos cuerpos o de todos los cuerpos de los miembros de
un grupo.
[i197]
c. Fusionar -de acuerdo a cierto equilibrio y diseño geométrico-
las auras de las unidades diferenciadas de un grupo, [e150]
y hacer que esas auras formen un aura grupal unida, permitiendo
así la afluencia rítmica de fuerza en ciertas direcciones específicas
y para ciertos fines, también específicos.
Esto ha sido bien comprendido en
el transcurso de las épocas, no obstante, los métodos, procedimientos
y resultados, no han sido comprendidos científicamente ni clasificados,
excepto por varias organizaciones ocultistas y esotéricas. Antiguamente,
se conocía muy bien el valor del ritmo en los ritos paganos; hasta
David, el almista de Israel, bailó ante el Señor. El vaivén del
cuerpo a cierto compás y el balanceo de la estructura del vehículo
físico en varias direcciones, sujeto a veces al sonido musical
de instrumentos, tiene un efecto peculiar y definido sobre la
materia de los dos vehículos sutiles. Por medio de este movimiento
rítmico:
1. La fuerza que se obtiene de esta
manera, es dirigida (según el ritmo) a uno de los centros del
cuerpo.
2. La materia de los cuerpos emocional
y mental se reajusta y vuelve a fusionarse totalmente, produciendo
ciertos efectos que tienen probablemente una manifestación física.
3. Es afectado el alineamiento de
los vehículos, el cual puede ser deformado, alterado o correcto,
poniendo a ambos vehículos en contacto con el cuerpo causal.
Este es uno de los principales objetivos
del movimiento verdaderamente rítmico, del cual nos han venido
deformaciones a través de los siglos, y tiene su apoteosis en
el tipo inferior de la danza moderna. En el baile moderno tenemos
la manifestación más corrompida del movimiento rítmico; el efecto
principal del ritmo es dirigir la fuerza extraída, por su intermedio,
al vehículo emocional, y al tipo más inferior de materia de este
vehículo. Produce [i198]
en el plano
físico el más indeseable estímulo de los órganos sexuales. El
empleo correcto del movimiento rítmico tiene por efecto alinear
los tres vehículos inferiores con el causal, y este alineamiento
-cuando va unido a una intensa aspiración y ardiente deseo- da
por resultado el descenso de la fuerza desde lo alto. Esto causa
la vivificación de los tres centros principales y una definida
iluminación.
Cuando todos los componentes de
un grupo están animados por un solo deseo elevado, de manera que
sus auras se mezclan y forman un canal unido para el descenso
de la fuerza, el efecto se intensifica enormemente y puede abarcar
un radio mundial. Un ejemplo de esto lo tenemos en el maravilloso
festival Wesak que hasta ahora se celebra en la India y en todo
el universo, cuando la Jerarquía se constituye en canal para trasmitir
poder y bendición, desde los niveles en que se encuentra el Buda.
Actúa como punto focal para ese poder y, haciéndolo pasar por
Su aura, lo derrama [e151]
sobre la humanidad por medio del canal proporcionado por los Señores,
los Maestros, iniciados de diversos grados y discípulos allí reunidos.
Este canal se forma mediante el empleo simultáneo del sonido y
del ritmo. Por la entonación de ciertos mántram, mediante movimientos
lentos y acompasados que acompañan ese cántico, se forma el conducto
que se extiende hacia arriba, hasta llegar al lugar deseado. Las
figuras geométricas formadas con materia del plano superior al
físico (figuras que son el resultado del movimiento geométrico
de quienes están reunidos en ese centro del Himalaya) se convierten
en maravillosas avenidas de acercamiento al centro de bendición,
ya sea para los habitantes, devas u otros seres provenientes de
cualquier plano. Para quienes pueden ver la escena clarividentemente,
la belleza de las formas geométricas es increíble, y esa belleza
se destaca más por las auras radiantes de los Grandes Seres que
se reúnen allí.
[i199]
Oportunamente se comprenderá y utilizará el valor de la combinación
de la música, los cánticos y el movimiento rítmico, para lograr
ciertos resultados. Se formarán grupos para estudiar los efectos
creadores o la eficacia purificadora de sonidos ordenados y movimientos
unidos y combinados; se investigará clarividentemente el efecto
constructivo sobre los tres cuerpos; el efecto eliminatorio sobre
la materia de esos cuerpos será científicamente clasificado, y
todo el conocimiento así obtenido se aplicará al mejoramiento
de dichos cuerpos. Se observará detenidamente la calidad de fuerza
extraída y sus efectos excitantes, vivificantes y estimuladores.
Los centros se estudiarán en relación con las corrientes de fuerza
con las que han hecho contacto, y se emprenderá el cultivo e intensificación
del movimiento giratorio.
Otro ángulo de esta cuestión se
refiere al trabajo realizado en el mundo, el cual, aunque depende
de la condición del grupo y de su personal, no es principalmente
para propósitos grupales. Los grupos se dedicarán a la tarea de
establecer contacto con ciertos tipos de fuerza logoica, haciéndola
pasar a través del conducto grupal, enviándola al mundo para ciertos
fines constructivos. Este trabajo está íntimamente relacionado
con el de los Nirmanakayas o Distribuidores de Fuerza, que en
gran parte estará dirigido por ellos, porque cuando llegue el
momento oportuno podrán utilizar esos grupos como puntos focales
para Sus actividades. El trabajo que Ellos realizan tiene su punto
focal principalmente en el plano mental y parcialmente en el emocional.
Cuando se comprenda mejor el secreto del alineamiento causal y
cuando los grupos de individuos, en encarnación física, puedan
trabajar con verdadera colaboración (imposible hoy porque la personalidad
todavía se destaca demasiado), los Nirmanakayas podrán establecer
contacto directo [e152]
con el piano físico y actuar así con mayor fuerza sobre las evoluciones
que se encuentran en dicho plano.
[i200]
Los grupos
para curación trabajarán de la manera siguiente: el círculo de
trabajadores, con el sujeto que se debe curar colocado en medio
de ellos, se dedicará a curarlo empleando los mántram establecidos
y, siguiendo ciertos movimientos, hará que el individuo enfermo,
que se halla entre ellos, sea el punto focal de la afluencia de
fuerza. Por el poder estimulante de esta fuerza, por su cualidad
reconstituyente o por su capacidad de destruir y eliminar los
llamados milagros, serán ocurrencias comunes y diarias. El tema
es demasiado vasto y sólo puedo dar indicaciones. Pero cuando
la raza progrese y se comprenda mejor el secreto de alcanzar la
unificación, cuando sean muchos los que estén en el Sendero de
Probación, cuando la proporción de iniciados sea mayor que ahora
y cuando un gran número de seres humanos esté alineado más directamente
con el cuerpo egoico, veremos la aplicación científica de las
leyes del sonido y del ritmo.
Al mismo tiempo, presenciarán también
el mal empleo de estos poderes -el mal empleo que anunciará una
de las luchas finales entre los Señores de la Luz y los Señores
de la Oscuridad. Grande será el cataclismo y terrible el desastre,
pero la Luz brillará sobre las tinieblas, y Aquel que reina sobre
todo y mantiene todo dentro de la circunferencia de Su aura, conoce
la hora de la oportunidad y sabe también cómo utilizar aquello
que puede proteger.
Ocasiones
especiales en que se emplearán estas fórmulas.
El gran acontecimiento sobre el
planeta, en relación directa con la raza humana, es el festival
Wesak. Hay otro acontecimiento más importante en el calendario,
es el momento en que se crea un conducto directo entre la tierra
y el Regente supremo, el Logos de nuestro sistema. Esto se realiza
por el poder de ciertos mantrám y los esfuerzos unidos de la Jerarquía
y de los Señores Devas de los planos. Les Señores Devas son ayudados
por la evolución [i201]
dévica,
y la Jerarquía por esos miembros de la raza humana que se hallan
preparados para hacerlo. Ellos se enfocarán a través de los Señores
de los Rayos, entonces en manifestación, así como a través del
Logos planetario de este planeta. La fecha de este acontecimiento
no se puede comunicar todavía exotéricamente.
En las tres líneas principales de
acercamiento -la del Manu o Regente, del Bodhisatva o Instructor
del mundo y del Mahachohan o Señor de la Civilización- se encontrarán
los grupos específicos correspondientes, sujetos a ciertos mántram
y palabras, moviéndose bajo ciertas leyes rítmicas. Sólo puedo
darles aquí un indicio, y creo que lo hallarán interesante. Se
acerca el momento [e153]
en el que, quienes trabajan bajo el Manu, en la manipulación de
las naciones, dirigiendo su atención a los gobiernos y a la política,
tomando parte en las asambleas de los pueblos, dictando leyes
y administrando justicia, iniciarán su trabajo con grandes ceremonias
rítmicas. Por medio del ritmo unido y de las palabras entonadas,
procurarán ponerse en contacto con la conciencia del Manu y con
Su gran sector gobernante, poniendo así más claramente en práctica
el desarrollo de Sus planes y la formulación de Sus intenciones.
Habiendo alineado de esta manera sus cuerpos y creado el conducto
necesario, proseguirán con su trabajo después de situar en medio
de ellos, como punto focal de iluminación, a uno o dos hombres,
que dedicarán toda su atención a descubrir la intención del Manu
y Sus subordinados, respecto a la cuestión que tienen entre manos.
Similarmente, en el sector del Bodhisatva,
se seguirá un procedimiento parecido, para lo cual ya está organizada
la estructura. El sacerdote será el punto focal, y después de
la debida ceremonia y ritmo, por parte de la congregación, ellos
serán los transmisores de la información recibida desde lo alto.
Pero aquí hay un punto de gran interés: el sacerdocio no constituirá
en esos días un grupo [i202] separado.
Entonces todos serán sacerdotes y un laico podrá ocupar el cargo
cuando sea elegido debidamente, al comenzar la ceremonia. La única
condición requerida será la capacidad de alinearse con lo superior
y de colaborar con las demás unidades que componen el grupo.
En el sector del Mahachohan, el
Señor de la Civilización y Cultura y Guía de la tercera línea
de evolución, se repetirá una acción similar. Ninguna universidad
o escuela iniciará sus sesiones sin la ceremonia de alineamiento;
en este caso el instructor será la línea focal de información
proveniente del sector que rige la actividad de la mente. Así
se ayudará grandemente a estimular los cuerpos mentales de los
estudiantes y se reforzará el canal entre la mente superior y
la inferior. También se desarrollará la intuición y se hará contacto
con ella. En estas afirmaciones no he abarcado el tema. Sólo he
impartido amplios delineamientos de cosas que algún día serán
hechos demostrados en el plano físico. Esta idea contiene mucho
material para ser considerado e investigado, y es de gran ayuda
para el estudiante inteligente. Todo lo que amplíe su horizonte
y acreciente el alcance de su visión debe ser bienvenido, aunque
la compresión de estos hechos sea deficiente y la capacidad de
asimilar deje mucho que desear.