Discipulado en la Nueva Era I - Cartas a L. F. U.
|
|||
|
|||
|
|||
|
|||
L. F. U. |
|||
Hermano mío: Sin que lo haya sospechado le estuve observando desde hace algunos años. Debido a mi definida impresión encontró usted el camino hacia mi grupo de discípulos donde ahora trabaja, hallando también su campo designado para servir. Me complace darle la bienvenida a este grupo de estudiantes. En su caso resulta conveniente el contacto personal, porque no lo teme ni tampoco lo ansía. En el ciclo de vida de todo aspirante llega una determinada vida donde encuentra al grupo al cual pertenece. Me refiero al grupo interno de discípulos y al grupo externo de servidores, con los cuales puede y debe colaborar. Cuando estos dos descubrimientos se sincronizan (lo cual no ocurre siempre) se ahorra mucho tiempo y la oportunidad es grande. En su caso fue así, y creo que empieza a darse cuenta de ello. El rayo de su alma es el primero, hermano mío, y el de su personalidad, el tercero. Habrá oído decir que debido a la presión de esta época y al trabajo que debe realizarse en el período inmediato, estoy reemplazando a algunos Instructores del aspecto interno, a fin de que tengan libertad para un servicio más amplio y exigente. Me he hecho cargo de algunos de Sus estudiantes y preparo a algunos [i226] de Sus aspirantes (a quienes Ellos estuvieron observando) para la etapa del discipulado aceptado, categoría a la cual pertenece usted. Cuando entró subjetivamente bajo mi influencia, comenzó a darse cuenta que el paso inmediato, a fin de prepararse debidamente para el servicio, consistía en profundizar su naturaleza amorosa. La combinación de sus rayos hizo esto necesario y mi influencia de segundo rayo sirvió de ayuda. Todos los aspirantes del mundo, sin excepción, pueden intensificar debidamente su divina naturaleza de amor, no su astral y emocional naturaleza de amor. Es necesario que comprenda la razón de todo desenvolvimiento, de allí mi explicación. Últimamente ha recorrido con bastante rapidez un largo trecho del sendero, y aumentó definidamente su capacidad e influencia vibratoria. Es posible que durante algunos años preste un gran servicio, lo cual requiere otra explicación. Aquel a quien usted conocerá algún día como su Maestro (el Maestro M.) cuando haya sido admitido con plena conciencia en su grupo de discípulos, es actualmente el guía de todas las escuelas esotéricas del mundo. [e218] Por esta razón ha encontrado el camino hasta mi grupo de discípulos, y trabaja en forma activa y fructífera en la parte ejecutiva y organizadora. Ello está de acuerdo con su fuerza grupal interna, que comprendida y utilizada correctamente, hará de usted un útil punto focal para la energía del Maestro, allí donde decida servir. En consecuencia, a medida que pase el tiempo y su sensibilidad aumente, deberá aprender a diferenciar entre:
Esto no podrá hacerlo todavía por algún tiempo, pero el desarrollo de este tipo de sensibilidad constituye un desenvolvimiento necesario y lo logrará con el tiempo, si sigue cuidadosamente mis instrucciones, y permite que el verdadero amor penetre cada vez más [i227] en su yo personal inferior. Puede penetrar, hermano mío, porque (como bien lo presiente) conoce algo de la naturaleza amorosa. Sin embargo, una cosa es amar y otra ser un canal para el amor del alma y del grupo. Su esfera de trabajo está bien definida, y en ella usted es necesario y útil, siendo lo único que desea. La tónica de su trabajo diario debería ser comprensión, y la del trabajo consigo mismo, en los tres planos, intrepidez, matizando el amor toda su vida. Estas tres palabras definen lo que debería ser el tono-color de la expresión de su vida, desde este momento hasta cuando sea llamado a prestar servicio en el más allá. Reflexione sobre estas tres palabras, comprensión, valor o intrepidez, y amor, durante el resto de su vida de servicio, porque "como el hombre piensa, así es él". Ahora le asignaré otra meditación y, en lo sucesivo y hasta hacer otro cambio, le sugiero la siguiente: Práctica de la Meditación
"El amor es el incentivo de nuestra aspiración
en el sendero; el amor es la sustancia de nuestro vivir en el mundo.
Si desea, puede practicar dos días por semana cualquier meditación que sea de utilidad y ayuda. Quiero que actúe con libertad. Febrero
de 1938. Hermano mío: Ha practicado por algún tiempo la meditación asignada. Ha progresado más de lo que quizá pueda percibir. Le digo esto para alentarlo. En la regimentación y regularidad de su vida y en el constante ritmo de su servicio, los elevados momentos de realización y exaltación, llegaron a ser relativamente pocos. Quizá no haya tenido momentos de crisis, de crisis espiritual. Se lo digo para que obtenga en la vida interna potencia e impulso dinámico, [e220] aunque la vida externa parezca moldeada de acuerdo a un canon. Este canon es necesario, porque posibilita su servicio. En cuanto un hombre pone su mano en el arado y empieza a abrir el surco, desde ese momento hasta que termina la [i229] tarea, se mantiene internamente libre y externamente sujeto. Así debe ser siempre para los servidores en nuestro trabajo. Pero los momentos culminantes son de importancia, y seguir un curso nivelado no es comúnmente bueno para un discípulo si se prolonga en exceso, especialmente en la etapa de evolución en que se halla usted. Lo es para el aspirante, que trata de controlar el cuerpo emocional y lograr el equilibrio astral. No lo es tanto para el discípulo consagrado, cuyo curso de vida debe contener, como la de Cristo, la experiencia del valle y de la cima de la montaña, lo mismo que la de la caverna, con su soledad y su período de cultura introspectiva. Por lo tanto, hermano mío, le recomiendo llevar una vida más dinámica que hasta ahora. La actitud externa alcanzada en el trabajo elegido la sido buena, ha orientación interna hacia el alma, como amor, también es buena. No dude sobre este punto. Paralelamente a este firme progreso debe haber un constante aumento de experiencia y un intervalo más vívido de vida. Creo que captará lo que quiero decir, pues lo hago teniendo en cuenta sus deseos. En el año próximo lleve su diario espiritual basado en las crisis. No produzca usted estas crisis. No son de naturaleza física, ni deben ser emocionales, deberían ser mentales o del alma. Si estas crisis ocurren en el cuerpo astral, producen una contracción, resultado de la concentración egoísta, del dolor o placer producido por la satisfacción o la negación de lo que emocional o sensiblemente se demanda. ¿No es así, hermano mío? Pero las crisis del alma son expansiones registradas por la afluencia de luz y de amor. Mentalmente se las reconoce como crisis de inclusividad, las cuales nos conducen y preparan para expansiones posteriores más vastas, llamadas iniciaciones. Son estas crisis de expansión, en los diferentes aspectos de su naturaleza, que le pido observe, registre y anote, durante el próximo año. Anote también en qué cuerpo o vehículo de experiencia ocurren, cuál es su reacción a ellas y el efecto posterior en su vida y en su servicios personales. Hallará esto de mucho interés. Está en situación de servir grandemente a otros. Su utilidad depende de que alcance un constante crecimiento interno, conocimiento progresivo y la [i230] consiguiente capacidad de satisfacer a todos los que busquen su ayuda con espíritu amoroso, libre de toda crítica personal y con inteligente reticencia, una de sus [e221] características predominantes. La intensificación de la potencia de su aura (emanación de su personalidad) es muy deseable, pues mediante el correcto empleo del aura estimulamos a otros a un renovado esfuerzo, o aminoramos su expresión. Esta intensificación depende de la calidad, potencia y ritmo de su vida subjetiva. De ahí las sugerencias que hice anteriormente. Respecto a su práctica de la meditación, se la cambiaré parcialmente. Durante los próximos diez meses, es conveniente el siguiente procedimiento. Procure que cuando el Sol se desplace hacia el norte, haya asimilado el proceso y se haya acostumbrado a la fórmula, de manera que ese aspecto de la meditación sea automático y su atención interna le permita, por lo tanto, dedicarse a desentrañar los significados del trabajo asignado. La finalidad consiste en permitirle seguir dos líneas de actividad en forma precisa y simultánea. Práctica de la Meditación:
Hermano mío: Aunque le guste
poco oírlo o reconocerlo, quiero decirle que el año
pasado hizo un progreso más real que en cualesquiera de los
diez años anteriores. Quizás me pregunte: ¿Cómo
sé y de qué manera puedo captar este desenvolvimiento?
Extirpó las antiguas adherencias (empleando el lenguaje del
cirujano, pues el alma es el más eficiente de todos los cirujanos)
e hizo desaparecer las viejas cristalizaciones, lo cual me evidenció
que el poder de su alma se está haciendo sentir. Esto es bueno.
Pero tengo que hacerle presente algo que todos los aspirantes propenden
a pasan por alto, y es que la aplicación exitosa de la fuerza
del alma a la vida de la personalidad, siempre produce un sobrestímulo
de uno de los cuerpos, y hay que resguardarse de ello y contrarrestarlo
definitivamente. Pero lo que debe comprender es que esta última parte de su vida es predominantemente de entrenamiento preparatorio para la realización grupal creadora en su próxima vida. Uno de los problemas que debemos enfrentar los instructores del aspecto interno, es saber guiar a nuestros discípulos para que reconozcan que cualquier vida particular es momentánea y tiene relativamente poca importancia. Hasta la edad de cuarenta y tres años no obtuvo un verdadero sentido grupal. Vino a la encarnación para conseguirlo y encontró su camino hacia la actividad grupal. Esto a veces constituyó un lugar de satisfacción para el alma, y muchas otras de conflicto. Y, hermano mío, ha progresado realmente en la evocación de la conciencia grupal. Ha sido [i233] peculiarmente difícil, debido a los dos rayos principales que lo controlan, el primer Rayo de Poder, de aislamiento, de desapego y del sentido de excepcionalidad, y el tercer Rayo de Inteligencia, que trae consigo el orgullo del intelecto. Este último fue dominado con éxito. Pero en esta encamación particular, cada paso dado para controlar el alma, lo dio enfrentando ciertas pruebas, vinculadas con su línea de menor resistencia, y lo hizo con los ojos de la mente bien abiertos, a fin de evitar las celadas de la soledad y la separación. Creo que esto lo sabe. Su problema se complica más, porque su cuerpo mental pertenece al tercer Rayo de Inteligencia Activa, que es también el rayo de su personalidad. Esto produce dos cosas: facilita definidamente la integración de su personalidad, a la vez que le permite, si así lo decide, establecer contacto con su alma con cierta facilidad. No obstante, hace también resaltar todas las facultades y capacidades de tercer rayo de su personalidad -crítica analítica, separatista, orgullosa e interesada en sí misma, y como está pasando definidamente por un proceso de rápida integración, todo produce situaciones que requieren un manejo y cuidado correctos. [e224] Su cuerpo astral o emocional pertenece al sexto Rayo de Devoción. Trae conflictos de idealismo, y constituye para usted la encrucijada del problema de su vida. Le permite además introducir ciertas tendencias neutralizadoras muy valiosas, en los rayos de su personalidad y de su mente. Debido a que su cuerpo físico es también de sexto rayo, en consecuencia, su cerebro responde mucho a sus impulsos astrales, particularmente en las líneas del idealismo. La combinación de estas dos fuerzas de sexto rayo es, en su equipo, el único punto de contacto (en esta encarnación) con las grandes líneas de fuerza de segundo rayo. Debe tener esto muy presente y cultivar asidua y constantemente el idealismo superior o grupal, por intermedio del cual puede lograr equilibrio y reconocimiento de la expresión de la vida de su personalidad.
Hermano mío Sus espejismos no son muchos ni muy poderosos, porque está más [i234] sujeto a las ilusiones que a los espejismos, por ser un discípulo de tipo predominantemente mental. Quisiera hoy preguntarle si el énfasis mental que impone sobre su vivir diario, tanto interno como externo, no constituye en sí un espejismo entorpecedor que obstaculiza el pleno despertar del centro cardiaco. Durante los últimos cinco años hizo mucho para acrecentar la sensibilidad del corazón. No obstante, el intelecto razonador todavía impide la receptividad del corazón a la vida y a las circunstancias y, sobre todo, a la predominante demanda de toda la humanidad. ¿Es usted suficientemente fuerte para participar en el actual dolor, angustia y despertar mundiales, sin erigir barreras? El corazón de la humanidad está reviviendo, y esto, en sí, constituye un problema. La combinación de una mente entrenada y un corazón despierto, es el objetivo del discípulo que, en su etapa de desenvolvimiento, está preparándose para la iniciación; pero con frecuencia olvida la relación entre esos dos centros. Éste es uno de los espejismos no reconocidos, debido a que la obtención del equilibrio intelectual puede contrarrestar el equilibrio del entero hombre. Como le dije hace algunos años, el corazón henchido de amor (no de sentimiento ni de emoción) es la meta de su vida, la cual debe alcanzar, no ahogando el intelecto, sino mediante la percepción intelectual del significado de un corazón amoroso, más la activa comprensión del significado del sufrimiento humano, que [e225] le llevará con el tiempo a participar del mismo. Esta relación de una mente entrenada y un corazón despierto, constituye la verdadera tierra ardiente. El estudio de la situación humana actual indicará la exactitud de mis aseveraciones. Junio
de 1940 Mi hermano y amigo: Es uno de los pocos, en este grupo, que consciente y subconscientemente han hecho un tenaz esfuerzo para desarrollar las cualidades indicadas. Está desarrollando y expresando el amor; gran parte de lo que le pareció inexplicable por mi anterior énfasis (al iniciar mi trabajo con usted), ahora le resulta [i235] claro a su percepción. Reconocerá la necesidad de intrepidez bajo otra luz si estudia con cuidado cualesquiera de mis comunicaciones, que podrá recibir en cualquier momento. Nada más diré sobre este tema, pues comprenderá a qué me refiero y la razón de la brevedad de esta comunicación Su comprensión se desarrolla aceleradamente. Sin embargo, le haré una insinuación. Que prevalezca la comprensión del punto de vista de todos y no su comprensión ni la de los demás. Necesita, si puedo expresarlo así, cultivar la íntima identificación con los demás y no el esfuerzo por comprender. Reflexione sobre esto. Nada más tengo que decirle en esta instrucción, y conoce la razón de ello. NOTA: Este discípulo trabaja todavía con El Tibetano. |
|||
|
|||
|
|||
|
|||
|
|||
Los Libros Azules © 2010 — info@libros-azules.org |