Discipulado en la Nueva Era I - Cartas a P. G. C.
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P. G. C. |
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Enero de 1936 Hermano mío: Antes de iniciar el trabajo con usted, procuraré primeramente aclarar dos cosas. No espero ciega obediencia. No es la modalidad [e320] de un verdadero discípulo ni tampoco la suya, y de ello puede alegrarse. Lo que busco es la evidencia de esa experimentación espiritual dispuesta a llevar a cabo, durante determinado tiempo, un ensayo equitativo de esas cosas que no son contrarias a su intuición en desarrollo. Usted va siendo cada vez más consciente de que su independencia espiritual (uno de sus haberes más preciados) puede destacarse demasiado y convertirse así en un obstáculo. Su posición es clara y sólida, pero no reconoce el hecho de que su personalidad no es aún un canal puro; tampoco ha perfeccionado el alineamiento y el ajuste interno con el alma. Hermano mío, ¿no le parece que existe la probabilidad de que su negativa a recibir ayuda externa puede a veces militar contra su progreso? Su extrema cautela quizás conduzca (si la exagera) a un espíritu de aislamiento y separatividad, que puede ser profundamente desastroso para los verdaderos ideales espirituales emergentes. Siempre hay alguien a quien puede auxiliar y estimular y ayudarlo a ampliar su conciencia. Ése es su constante esfuerzo y realización, pues usted siempre presta servicio. Análogamente hay quien puede darle -a su debido tiempo y lugar- lo que necesita, a fin de posibilitarle el siguiente paso en el Sendero, y esto puedo proporcionárselo si le interesa iniciar, durante más o menos un año, algunos experimentos conmigo y sujetarse a algunos sencillos enunciados de la verdad. Durante el proceso de experimentación ¿podrá cumplir fielmente las instrucciones impartidas? Puede abandonar las experiencias en cualquier momento. No le pido la devoción de su personalidad ni se le pedirá que haga algo sin explicarle al mismo tiempo la razón y la finalidad. ¿Llevará a cabo mis instrucciones mientras trabaja en mi grupo y evitará la crítica y las conjeturas de carácter demasiado analítico, hasta que el tiempo pueda demostrarle el valor de lo que estoy [i343] tratando de hacer? Déme dos años, hermano mío, y en ese tiempo podrá valorar lo que yo y el grupo podemos dar. He querido atraerlo al trabajo grupal por varias razones. Primero, el tipo de mente que posee será de valor para el grupo y puede ayudarme con su capacidad de enseñar, pues es muy versado sobre el aspecto académico del arte divino y tiene mayores conocimientos que los demás miembros del grupo, así como análogamente I.S.G-L. es más profundamente versado en la ciencia de la Psicología que cualesquiera de ustedes. Sus preguntas y escritos ocasionales serán valiosos para el grupo. Segundo, si abandona temporalmente su actitud de aislamiento mental que, en cierta medida está basada en el temor [e321] -temor de perder el tiempo cuando capta los errores mentales de los demás- la identificación grupal requerida ampliará grandemente su comprensión. Lea lo que digo en las instrucciones generales respecto a este esfuerzo grupal y trate de colaborar -por lo menos durante un tiempo. El valor del trabajo grupal sobrepasará en sus resultados a la enseñanza que le pueda dar. En la nueva era, que ya está sobre nosotros, todo verdadero trabajo es trabajo grupal, subordinándose el individuo al bien grupal. Esta identificación tiene todavía que aprenderla. Los miembros de los nuevos grupos deberán aprender a identificarse con la aspiración y la meta subjetivas del grupo, pero no con el aspecto organización, que siempre se mantiene en segundo plano. Esto no será fácil para usted. Los grupos, como los individuos, tienen tres aspectos activos. El de la organización activa externa, nos es muy familiar. Debe conocer el segundo aspecto de la inclusividad grupal e identificarse con él. Ahora, hermano de tiempos lejanos, le daré la meditación que quiero que practique. Durante seis meses abandone el ejercicio de respiración que estuvo haciendo, lo que denominó aliento abdominal, porque vitaliza principalmente los centros abajo del diafragma, pero en su caso y en forma curiosa, se vitaliza el centro en la base de la columna vertebral... Trato de despertar su imaginación creadora y liberar el sentido que posee, en ciertas zonas, de fuerza especializada. Que la luz brille efectivamente sobre su camino y lo conduzca a una creciente utilidad, es el deseo de su amigo y colaborador, El Tibetano. Hermano mío: Su alma pertenece al segundo rayo y su personalidad al séptimo. Esta personalidad de séptimo rayo le permite trabajar activamente de muchas maneras en el plano físico, uniendo la realidad subjetiva y la forma externa. La sensación de que hay en usted indicios de una actividad de quinto rayo, se debe por lo tanto a que el rayo de la personalidad en su última vida fue la línea de menor resistencia. Ante todo, hermano mío, quisiera darle las gracias por la forma en que se dedicó a este trabajo y por su colaboración al tratar de fusionar subjetivamente al grupo. Usted ha trabajado bien y tenazmente y, aunque sé que no busca halagos, a veces es de valor saber que nuestros esfuerzos están dando fruto. [e322] De ninguna manera resulta fácil trabajar con mi grupo. Cinco de los seis miembros que en la actualidad trabajan en él son egos de segundo rayo. Esto es interesante, porque indica la predominante facultad del grupo para curar y enseñar, que, en último análisis, son los dos objetivos principales que usted debe captar y comprender. La curación no debe tener, necesariamente un objetivo físico. La forma más elevada posible de curación en el momento actual es la psicológica, que lógicamente produce resultados físicos. Cuando un sanador pueda combinar en sí mismo ambos campos de actividad y producir esa síntesis psicológica y la consiguiente curación física, entonces mucho, mucho más, podrá hacerse. Tenemos además tres líneas de fuerza de sexto rayo, las cuales producen ese impulso definido que tiende al éxito final, aunque también impele al fanatismo. Debe precaverse de esto, pues para los discípulos en entrenamiento no es deseable el fanatismo. En este breve análisis de las fuerzas de rayo, presentes en este grupo, evidentemente debe encontrar un punto de contacto. El problema de dos de sus condiscípulos, aunque no definidamente similar, es muy semejante desde el ángulo del alma. Puedo agregar aquí que el punto de evolución de los discípulos y su etapa en el sendero del discipulado es un asunto [i345] entre ellos, sus almas y yo, y no es necesario comprometer la atención de ninguna otra persona. Es una especulación enteramente inútil de parte de las personalidades. Sólo he llamado su atención sobre estos puntos de relación, debido al valor que tienen en la integración grupal. No voy a cambiar por el momento su trabajo de meditación. Toma tiempo establecer el ritmo para la meditación y usted no ha trabajado sobre esto durante un lapso suficientemente largo como para obtener sus resultados. El ritmo que debe predominar no es aún el adecuado y no le perjudicará si continúa con estos ejercicios. Esfuércese por aclarar y profundizar su alineamiento entre la personalidad y el alma.
Hermano mío: Ha trabajado arduamente los últimos seis meses y aunque no quiere que lo aliente, su trabajo fue asombrosamente altruista y quiero que sepa que no me pasó desapercibido. Ha trabajado constante y subjetivamente para lograr la armonía y comprensión grupales; se ha esforzado conscientemente para que la fuerza de segundo rayo influya sobre la cuestión de la integración grupal. Al hacerlo se sintonizó con un problema vital del grupo. Este [e323] grupo de discípulos (afiliado a mi Ashrama) no puede iniciar su real servicio hasta que sus miembros individuales actúen con inquebrantable unidad. El problema es ayudar subjetivamente en este proceso con verdadera impersonalidad. Muchos discípulos tienden a hacer que sus mentes concretas presionen sobre estas relaciones y a menudo terminan perturbando su ritmo. Todo lo que se necesita es amor, comprensión y nuevamente amor, seguidos, por el silencio, y usted lo ha intentado con éxito. Siga haciéndolo y mantenga siempre un espíritu alerta para que pueda mantener esa elevada norma. Hay mucho que realizar durante el año venidero y todo debe ser abordado desde el ángulo del contacto con el alma, seguido por la eficiencia en el plano físico. Ésta es otra cosa sobre la cual quisiera que trabaje durante los próximos meses, porque constituye para usted el siguiente paso en el sendero del discipulado. Trate de hacer un contacto dinámico con su alma cada [i346] mañana (antes de iniciar el trabajo diario), para que el poder y la sabiduría con las que entra en contacto, más la pureza del canal abierto, lo lleven a través de las actividades del día sin recordar continuamente la necesidad de mantener contacto. Éste es uno de los primeros pasos en la nueva concepción del ser. Muchas personas trabajan afanosamente en la tarea de llegar a ser discípulos. En cierta etapa esto es correcto, apropiado y muy necesario, pero debe ser seguido de un contacto consciente, dinámico y rítmico, cada veinticuatro horas. Entonces el impulso establecido deberá ser suficiente para conducirlo a través de su plena vida de servicio. Una vez al día procure acumular el suficiente impulso, si quiere realizar adecuadamente el trabajo. Los otros puntos de contacto diarios no están destinados a ayudarlo personalmente, ni son para su propia renovación espiritual. Constituyen los momentos en que usted se sintoniza con la vida mayor de la Jerarquía y el nuevo grupo de servidores del mundo. Quiero que recuerde esto. ¿En qué forma logrará el estímulo dinámico? Ése es su problema inmediato y, a fin de ayudarlo, le sugiero la meditación delineada más abajo:
Siga su vida, preste servicio y espere los resultados.
Su mente inquisidora, hermano mío, es un verdadero bien grupal, pero cuando está envuelta por la ofuscación o las censurables dudas intelectuales, puede permitir la entrada de fuerzas destructoras. Emplee el conocimiento que posee para hacer resaltar los hechos de los cuales está seguro. Apóyese en aquello de que básicamente está seguro, y recuerde que de la síntesis de las complejidades aparentemente contradictorias, vendrá eventualmente la iluminación. Por lo tanto, hermano mío, ¿qué otra cosa me resta, sino decirle que espere con paciencia? En el entrenamiento ocultista sigue siendo una profunda verdad el antiguo adagio de que el poco conocimiento es peligroso". El sendero que conduce a la omnisciencia está lleno de acechanzas y dificultades. ¿Se ha detenido alguna vez a pensar en las complejidades que enfrentan los Grandes Seres al ocuparse de una humanidad que cambia constantemente? Los principios son eternamente los mismos, pero las técnicas y los métodos de presentación varían con cada ciclo, porque el equipo receptor del hombre se altera y mejora constantemente. Este mejoramiento no significa necesariamente un tipo de alumno más dócil sino, a menudo, lo contrario. El Instructor no sólo tiene que inculcar la antigua verdad en forma nueva, sino [e325] que debe neutralizar los arraigados hábitos de pensar y la impaciencia de una mente demasiado ávida. Medite sobre los temas sugeridos a continuación:
[i348] Sugeriría que, después de cada reflexión mensual, resuma en seis afirmaciones breves y concisas las conclusiones a que ha llegado.
Mi hermano de antaño: Le pediría que dirija la mirada, el ojo de la visión espiritual interna, hacia los últimos ocho años, a fin de que sepa que durante ese tiempo le sucedieron tres cosas:
Las implicaciones de estos tres desarrollos y sus efectos sobre su vida diaria, en su oficina, hogar, medio ambiente y grupo, están ahora muy definidas y quisiera recordárselo. Sabrá en su fuero interno la razón por la que le llamé la atención sobre estos pasos de progreso. A veces es de real valor para un discípulo resumir lo realizado y aceptarlo. [e326] Siempre sobreviene un nuevo ciclo después de un momento de reconocimiento y de conclusión, y está ahora entrando en tal ciclo. Por lo tanto, esté preparado para una visión profunda y un nuevo ciclo de pruebas. Quizás me pregunte hermano mío, en qué debe consistir esa preparación. Para usted debe ser un constante "permanecer en el ser espiritual", que en su caso [i349] (debido a afiliaciones de rayo) significa permanecer en la radiación del amor -amor que no vacila ni permite que reacción alguna de la personalidad empañe su brillo. Me refiero aquí al amor y a la paciencia del alma y no a cualquier expresión emocional de un cuerpo astral bien desarrollado, que usted sin duda posee. Un cuerpo astral así, debidamente disciplinado, se convierte en un canal para el alma, y es un bien grupal de importante utilidad. Anteriormente le di algunos pensamientos simiente como germen de su meditación. Lo hice con un propósito en mi mente. La meditación a menudo es considerada el medio para establecer contacto con el alma. Sin embargo, la gente olvida que este contacto se produce con frecuencia por una actitud reflexiva interna de la mente, por una vida dedicada al servicio y al altruismo y por una determinación de disciplinar la naturaleza inferior, para que llegue a ser un verdadero canal para el alma. Cuando estos tres métodos de desarrollo son plenamente expresados y se convierten en tendencia de la vida o en hábitos permanentes, entonces la meditación puede ser llevada a otro nivel de utilidad y a servir como técnica para el desarrollo de la intuición y la solución de los problemas grupales. Sobre este empleo de la meditación quiero llamarle la atención y ésta es la finalidad que buscaba cuando elegí los pensamientos simientes a principios de este año. Ahora le pediría que reflexione meditativamente sobre las seis preguntas siguientes, basadas sobre esos pensamientos simientes, y las responda mensualmente durante los próximos meses.
[i350] Encontrará estas preguntas de absorbente interés y merecedoras de su atención como tarea preparatoria para el futuro trabajo de curación, para el cual debe prepararse a fin de desempeñar una parte prominente. Espero que podamos empezar pronto este trabajo grupal, si el grupo continúa con su tarea de integración y adquiere ese espíritu tranquilo, libre de toda crítica e indebidas dudas y se exterioriza hacia los demás con amor. Le indicaré ahora la naturaleza de los cinco rayos que lo condicionan actualmente. Conoce dos de ellos -el segundo rayo de su alma y el séptimo de su personalidad. De muchas maneras conoce más del rayo del alma que a usted lo condiciona, que del séptimo rayo de su personalidad. El conocimiento de este último lo obtendrá por el arte de curar, pues su alma ha llevado a su personalidad a la correcta línea de actividad. Su cuerpo mental es de quinto rayo. Esto es definidamente lo que podría llamar un "residuo" de la personalidad de quinto rayo, en la que actuó en su encarnación anterior. Esta mente de quinto rayo le otorga su naturaleza inquisidora e investigadora, una de sus características sobresalientes -un gran haber cuando es correctamente empleada, y principal problema y verdadero impedimento para la afluencia de la luz del alma, cuando se destaca demasiado. Hace pocos años se encontraba en ese estado. Su cuerpo astral pertenece al sexto rayo, uno de los factores que lo vincula tan estrechamente a varios de sus condiscípulos. Habrá notado que los dos rayos mayores que lo rigen son los mismos que los de R.S.W. Observará la poderosa parte que puede desempeñar en esta vida si la fuerza o influencia que fluye a través suyo, por intermedio de su naturaleza emocional, es correctamente dirigida por su alma, por pertenecer a la misma línea de energía del alma, 2,4,6, la línea de menor resistencia para la fuerza del alma. Su cuerpo físico de séptimo rayo debe facilitarle la expresión del propósito de su personalidad en el plano físico. Por lo tanto, en lo que a usted respecta, debe considerar las siguientes fuerzas de rayo:
Es de valor que los discípulos estudien qué rayos están representados en el equipo de su personalidad. Le llamo la atención sobre esto y sobre las implicaciones basadas en el hecho de que tres de los rayos de sus tres cuerpos corresponden secuencialmente a los tres planos en los tres mundos, donde actúa su personalidad.
Hermano mío: Comienzo mis instrucciones agradeciéndole la entereza con que ha logrado la tan necesaria integración grupal. Aunque no se dé cuenta, ha servido bien al grupo. Lo observé y lo sé. Pocas veces hago una pausa en mi vida activa para decirle a un discípulo que ha obrado bien. Sin embargo, me detengo para decírselo con toda premeditación. El grupo debe iniciar su servicio de curación a fines de otoño. Para entonces ya habrán asimilado y comprendido las cosas esenciales del trabajo grupal. Usted será más receptivo a mis sugerencias que hasta ahora, porque trabajó arduamente en la tarea de lograr una sumisa obediencia espiritual. Esto fue muy difícil porque su personalidad es analítica. Ahora recibirá la enseñanza con sensible obediencia e integridad espiritual, lo cual hace siete años le hubiera sido absolutamente imposible. Procure conservar estas cualidades. Le expondré un serio problema hermano mío, y lo puedo explicar de la manera siguiente: Las reuniones grupales no son convenientes para los discípulos en las primeras etapas en que trabajan juntos. Sólo sirven para fomentar reacciones de la personalidad. ¿Cómo y de qué manera puede reunirse el grupo, como unidad, para el futuro trabajo de curación? Debe considerar cuidadosamente esta pregunta, y le pido que reflexione acerca de las siguientes posibilidades:
En mis últimas instrucciones le aconsejé considerar la naturaleza, las cualidades y los atributos de los rayos de que su equipo carecía. ¿Lo hizo como debía? Como bien sabe son: primero, tercero y cuarto, o los rayos de poder y de inteligencia activa y el rayo que da esa habilidad en la acción que produce el conflicto que conduce a la armonía. Es muy sólida la comprensión de los rayos que constituyen su equipo para esta vida, pero debe saber cuáles son los atributos necesarios de que carece para lograr la realización. Posee cuatro tipos de energía de rayo que actúan plenamente a través suyo. Le resulta fácil manifestar el amor, aunque se traba a sí mismo en forma considerable, debido al excesivo énfasis sobre el aspecto sabiduría del amor. Esto impone cierta dureza en sus relaciones con sus allegados y seres queridos. ¿Le sorprende esto, hermano mío? El séptimo rayo, al cual pertenecen su personalidad y su cuerpo físico, le imparte el deseo de emplear las manos y determina el trabajo que debe hacer en su vida, pues las manos son los agentes del mago y usted se halla definidamente en el Sendero del Mago Blanco. Su cuerpo astral de sexto rayo le proporciona su idealismo, y la centralización de su mente de quinto rayo ha determinado la forma de encarar mentalmente los problemas y las personas, pero carece de ciertas cualidades que complementarían la expresión de su vida y redondearían su naturaleza. Necesita ser más hábil en la acción, y enfocar la voluntad más firmemente para poder comprender, lo que pondrá en actividad una mayor cantidad de células cerebrales, ejercitando las cualidades de tercer rayo. Reflexione sobre esto, pero no lo tome demasiado en serio. Siga con la meditación grupal junto con los demás miembros del grupo, y considere detenidamente los pocos cambios que hice. [i353] Agregue una breve meditación. Ha sido proyectada en relación con su naturaleza mental de quinto rayo, y le pido que la practique cuidadosamente... Que la paz lo acompañe, hermano mío.
Hermano de antaño: Una de las cosas que dentro de dos o tres años emergerá como parte del servicio al que usted contribuyó, será el profundo [e330] conocimiento adquirido por los esoteristas y el renovado interés en círculos ortodoxos, respecto a la enseñanza sobre los rayos, las glándulas y los centros. Le pido que permita infiltrar lentamente (si puedo emplear tal término) este conocimiento en su conciencia y allí -sin ninguna tensión o presión- será asimilado gradualmente. Luego se convertirá en parte integrante de su conocimiento científico, equipo mental y técnica de servicio, para que instintivamente esté disponible. Recuerde que el conocimiento intelectual, penosamente adquirido, debe trasformarse en factores creadores instintivos, hasta que llegue el momento en que el hombre pueda recibir la iniciación. Los hechos esotéricos aprendidos y el conocimiento mental adquirido, deberán quedar con el tiempo bajo el umbral de la conciencia, del pensamiento y del conocimiento, y constituir parte integrante del entero hombre, análogamente a como la naturaleza instintiva animal o la reacción de la mente, ante los hechos presentados por los cinco sentidos, queda bajo el umbral de la conciencia animal, pero en protegida disponibilidad. El verdadero sanador (y usted puede con toda seguridad llegar a serlo) debe estar tan centrado en la percepción superior y percibir tan sutilmente las necesidades y el estado de la persona que debe ser curada, que su reacción ante la situación y la ayuda necesaria será automática, intuitiva y, por consiguiente, digna de confianza. El verdadero sanador también correlaciona y emplea las diferentes ramas del arte de curar -esotérica y exotérica, ortodoxa y experimental. No debe limitarse a una sola manera de servir o a un solo método establecido de curación. Quisiera también que reflexione sobre esto. Estudie cuidadosamente el empleo de las manos en la curación. He hecho varias insinuaciones en mis [i354] libros sobre el tema y hay mucho sobre la "aplicación de las manos" en las doctrinas dadas por la Iglesia, como también en la enseñanza oriental sobre los mudras o el empleo de las manos en el servicio ritualista. Busque todo lo que pueda respecto a las manos. Más adelante le indicaré la futura aplicación de la ciencia de las manos y le daré más instrucción sobre la finalidad de los centros que hay en las manos referente al arte de curar. Mientras tanto, reúna toda la información que pueda sobre el asunto, y preséntela en forma que esté a disposición del grupo. No le asigno otro trabajo ni meditación especiales. Su tiempo está plena y constructivamente ocupado, hermano mío. Hermano mío: Existe en el centro de su vida astral un espejismo obstaculizador y, como en el caso de su hermano de grupo..., me resulta difícil denominarlo. El suyo es opuesto al de él; sus dos naturalezas son también muy distintas. Trataré de explicarme. Usted se ocupa en el plano físico de cuerpos y mentes angustiados. También trabaja en los niveles del alma con pensamientos y conceptos y asimila además el conocimiento interno y oculto, por ser el camino que eligió en esta vida. Por lo tanto, su mente activa e inquisidora está decidida a prestar servicio y a adquirir el conocimiento. Puede alcanzar grandes alturas en su vida interna. El servicio, asiduamente prestado, lo hace descender a las profundidades del vivir humano. Sin embargo, el espejismo del desapego, que lo conduce a las separaciones personales de su vida interna, impide que el alma se exprese plenamente y logre la tan necesaria fusión. La palabra que podría traer luz a usted y a..., es identificación. Por medio de esa identificación el alma se unifica con todo lo que respira. Lo que obstaculiza a... es distinto de lo suyo. Su mente es más activa que la de él y no está sujeto a las consideraciones sociales. La intuición de él es más aguda y sensible que la suya. Sin embargo, ambos necesitan identificarse más íntimamente con la humanidad y liberarse del espejismo de la preocupación por [i355] lo que sucede en los niveles superiores de la conciencia, e interesarse más por las reacciones en los planos donde se expresa la personalidad. Creo que mi diagnóstico le sorprenderá. La realidad es que deberá mantener sus actividades mentales, despreocuparse totalmente de la búsqueda de la verdad y la significación oculta de la vida, pero, en su caso, trate de unificarse más con sus semejantes por intermedio del cerebro y de los contactos en el plano físico. Quizás me refiera a una creciente habilidad en la actividad dual del faro de la mente. Procure que ambas se conviertan en dos haces de luz, con los cuales debe trabajar acrecentadamente, y que se equilibren entre sí. Cuando lo estén, desaparecerá el espejismo. NOTA: P.G.C. sigue siendo uno de los trabajadores en quien puede confiar El Tibetano. |
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