Tratado Sobre el Fuego Cósmico - Segunda Parte - Sección A

      


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SEGUNDA PARTE

SECCIÓN A

LA NATURALEZA DE MANAS O MENTE


I. Tres manifestaciones de manas.

II. Algunas definiciones de manas o mente.

1. Manas es el quinto principio,
2. Manas es electricidad.
3. Manas es aquello que produce cohesión.
4. Manas es la llave del quinto reino de la naturaleza
5. Manas es la vibración sintética de cinco rayos.
6. Manas es la voluntad inteligente o el propósito de una existencia.


[e269] [i308] Ahora nos dedicaremos a una sección muy importante de nuestro tema, pues vamos a considerar el Fuego de la Mente desde el punto de vista cósmico del sistema y humano. Hemos tratado el fuego de la materia y estudiado su propósito, origen y trabajo. Consideramos hasta cierto punto el factor de la Conciencia. y vimos que el gran trabajo de un Logos solar, incluyendo todas las vidas manifestadas, fue el desenvolvimiento de un control consciente y la percepción síquica dentro de ciertos límites establecidos. Habiendo formulado estas fundamentales ideas preliminares tenemos que agrupar, para mayor claridad, el material disponible sobre el tema del fuego manásico, principio animador de la conciencia misma, En primer lugar haremos un amplio delineamiento general y luego completaremos los detalles.

I. TRES MANIFESTACIONES DE MANAS (18)

1. El fuego de la mente considerado cósmicamente.
[i309]
2. El fuego de la mente desde el punto de vista del sistema
3. El fuego de la mente en conexión con un ser humano.

[e270] En otras palabras, nuestro objetivo consiste en estudiar la Mente de un Logos solar, de un Logos planetario y del Microcosmos. Cada una de estas tres clasificaciones principales debe ser estudiada a través de cuatro subdivisiones menores que pueden ser expresadas de la manera siguiente:

  1. El origen de la mente del cosmos, del sistema y del microcosmos.
  2. El lugar que le corresponde a la mente, en la evolución en los tres casos.
  3. El grado actual de desarrollo de la mente en cada uno de los tres grupos.
  4. El porvenir de la mente o el desenvolvimiento manásico.

Una vez que hayamos tratado estos puntos tendremos una idea más clara del propósito y lugar que le corresponde al fuego de la inteligencia, y seremos capaces de comprender con exactitud su trabajo sintético correlacionador.

Sin embargo, antes de desarrollar estas ideas, será conveniente que tratemos de definir el principio Manas y ver lo que ya entendemos por dicho término.

II. ALGUNAS DEFINICIONES DE MANAS O MENTE

1. Manas, como Sabemos, es el Quinto Principio.

Entramos ahora a considerar ciertos factores y analogías que a esta altura de nuestro estudio será de valor mencionar.

Este quinto principio contiene la vibración básica del quinto plano, ya sea que se lo considere desde el punto de vista cósmico o del sistema. Cierto sonido del Verbo logoico, al
[i310] llegar al plano mental, produce una vibración en la materia de ese plano, que detiene su tendencia a disiparse, haciendo que tome una forma esferoidal y se convierta, literalmente, en un cuerpo cuya forma es mantenida coherentemente por una poderosa Entidad dévica conocida por el [e271] Señor Rajas del plano mental. Un procedimiento exactamente igual se produjo en la esfera cósmica, cuando se pronunció un sonido aun más poderoso por AQUEL SOBRE QUIEN NADA PUEDE DECIRSE, cuya pronunciación originó una vibración en el quinto plano cósmico. Entonces ciertas grandes Entidades entraron en actividad, incluso Seres relativamente poco importantes como nuestro Logos solar y Su grupo.

Este quinto principio constituye el color característico de un grupo particular de Logos solares en el nivel causal del mental cósmico; además es el factor animador de Sus existencias, la razón para que se manifiesten a través de varios sistemas solares y la gran Voluntad de ser que los lleva a la objetividad.

Manas ha sido definido como mente, o la facultad de deducir y razonar en forma lógica, y la actividad racional que distingue al hombre del animal. Sin embargo es mucho más que eso, porque subyace en toda la manifestación; la forma misma de una ameba o la facultad discriminadora del átomo o célula más inferior se produce por un determinado tipo de mente. Únicamente cuando se comprenda y reconozca, dentro de su esfera mayor, el lugar que le corresponde a ese célula o átomo discriminador se obtendrá un concepto claro de lo que podrá ser esa incluyente, racional y coherente mentalidad.

2. Manas es Electricidad (19)

El fuego de la mente es fundamentalmente electricidad, manifestándose en sus actividades superiores, y no [i311] una fuerza de la [e272] materia. La electricidad se manifiesta en el sistema solar en siete tipos principales, que se pueden describir como:

Electricidad en el primer plano, logoico o divino, manifestándose como Voluntad de ser,
aspecto primordial de esa fuerza que, oportunamente, produce la objetividad. Considerada cósmicamente es el impulso o vibración inicial que emana del cuerpo causal logoico en el plano mental cósmico y establece contacto con el primer plano etérico cósmico o plano solar de adi.

Electricidad en el plano monádico, se demuestra como primera manifestación de la forma, aquello que causa la coherencia de la forma.
La materia (electrificada por “el fuego por fricción”) y el fuego eléctrico del espíritu se unen y mezclan y aparece la forma. La forma es el resultado del deseo de existir, de allí que el fuego dinámico de la Voluntad sea transmutado en el ardiente fuego del Deseo. Llamaré la atención sobre lo excepcional de ambas frases, que también pueden ser expresadas en los términos siguientes:

Manifestación dinámica eléctrica.

Manifestación ardiente eléctrica.

En este segundo plano el mar de Fuego eléctrico, que caracterizó al primero, se transforma en Akasha o materia etérica ardiente. Es el plano del Sol llameante, así como el primer plano es el de las nieblas de fuego
[i312] o las nebulosas. Esta idea se comprenderá más fácilmente si recordamos que estamos tratando del plano físico cósmico.

En el segundo plano acontecen ciertas cosas que debemos comprender aunque solo hayan sido aceptadas teóricamente.

Se ve primeramente el calor o la irradiación llameante.

Se toma posesión de una forma y se inicia la forma esferoidal de todo lo que existe.

Se siente la primera interacción entre los polos opuestos.

Se percibe primero la diferenciación, no sólo en la ya conocida dualidad de todas las cosas sino también en el movimiento, y se reconocen dos vibraciones,

Empiezan a actuar ciertos factores vibratorios: atracción, repulsión, rechazo discriminativo, asimilación coherente, manifestación aliada de formas giratorias y sendas orbitales, originándose esa curiosa atracción descendente que lleva hacia la materia y da corno resultado la evolución misma.

Se expresan las siete manifestaciones primarias de la existencia logoica y los tres y los cuatro comienzan Su trabajo.

[e273] Empiezan a vibrar las siete ruedas o centros etéricos del cuerpo etérico de esa gran Entidad cósmica, de Quien nuestro Logos solar es un reflejo, y se percibe Su actividad vital.

Estamos considerando, en este punto, las manifestaciones de la electricidad en los diferentes planos del físico cósmico o los planos de nuestro sistema solar. De allí que todo cuanto se halla en manifestación es fundamentalmente electricidad física. Hemos visto que la manifestación primaria es aquello que vitalizó, coloreó y compenetró la materia del espacio, corporificando así -en conexión con la manifestación logoica- aquello que es análogo al calor, a la actividad y a la irradiación vitales de un ser humano,
[i313] que se manifiestan en el plano físico solar. Ciertos fenómenos eléctricos caracterizan al ser humano, pero (como no han sido considerados ni expresados en términos de electricidad) se ha perdido de vista la analogía. Tales manifestaciones podrían ser las siguientes:

Primero,
esa VITALIDAD coherente que mantiene a todo el cuerpo girando alrededor de una unidad central de fuerza. Debe tenerse en cuenta que toda la manifestación de un sistema solar constituye el cuerpo etérico y el cuerpo denso de un Logos.

Segundo. ese MAGNETISMO irradiante que caracteriza al hombre y lo hace doblemente activo, en relación con:

La materia de la cual están compuestos sus vehículos.
Las unidades que componen sus cuerpos.

Tercero, esa ACTIVIDAD, en el plano físico, que trae por resultado la debida actuación de la voluntad y del deseo de la entidad inmanente, lo cual en el hombre constituye la analogía del aspecto Brahma.

Puede observarse la actuación de estas tres manifestaciones eléctricas -vitalidad, magnetismo e impulso fohático- en un Logos solar, en un Hombre celestial y en un ser humano. Son manifestaciones objetivas de la naturaleza síquica; de las cuales (por ejemplo cuando se trata de un Logos solar) hablamos en términos de cualidad y denominamos voluntad, sabiduría y actividad. Por consiguiente, se ha de observar que los tres primeros planos del físico cósmico -los planos logoico, monádíco y átmico- son fundamentales y de suma importancia, pues de ellos emanan los cuatro secundarios; en otras palabras, los tres primeros éteres cósmicos personifican, en sentido literal, esas tres Entidades que conocemos como Mahadeva, Vishnu y Brahma. En sentido similar, las Tres encuentran Su objetividad más densa en los tres éteres físicos. Los cuatro inferiores se manifiestan en el curso de la evolución, pero oportunamente se sintetizan en los tres [i314] superiores. Se ha de tener también presente que, en los siete subplanos de un plano solar, se [e274] desarrollan, en conexión con los fenómenos eléctricos en materia etérica, procesos paralelos a los de los planos mayores. Esto se ve fácilmente en el plano mental en conexión, por ejemplo, con el Hombre. Se acepta teóricamente que el cuerpo causal absorbe todas las facultades y en él se interrumpe toda obligada objetividad en los tres mundos al finalizar el período sintetizador. En otros planos no es tan evidente. En el plano búdico, los Constructores en el arco evolutivo o gran parte de la evolución dévica, están sometidos a una síntesis paralela. En el plano físico tiene lugar una misteriosa síntesis en conexión con el “espíritu de la Tierra”, y los primeros tres éteres se relacionan con él en forma aún poco comprendida.

Podemos resumir lo dicho de la manera siguiente:

Primero,
el equilibrio de los fenómenos eléctricos o el logro de la síntesis, en conexión con el Hombre, transcurre en los tres niveles superiores del plano mental.

Segundo,
algo similar, en conexión con el Hombre celestial, transcurre en los tres subplanos superiores del plano monádico. Visto en sentido más amplio tal proceso tiene lugar en los tres planos mayores -atmico, búdico y manásico-; de la misma manera en los tres mundos de la evolución humana -físico, astral y mental- el proceso sintetizador se lleva a cabo en el más elevado de los tres.

Tercero,
en conexión con un Logos solar (dentro del sistema y sin considerar Su síntesis cósmica) en los tres subplanos superiores del plano logoico se ve Su absorción o abstracción final y lo mismo ocurre con los tres planos de los tres Logos.

Se debe tener muy en cuenta que estamos tratando con materia eléctrica, por lo tanto con la sustancia etérica cósmica; toda materia en el sistema es necesariamente etérica. Por consiguiente tratamos literalmente con los fenómenos físicos en todos los planos
[i315] del sistema. En tiempo y espacio tratamos con unidades de polaridad distinta, las cuales, durante el proceso evolutivo, procuran la unión, la igualdad, el equilibrio o la síntesis, hasta que finalmente lo logran. Esta interacción eléctrica entre dos unidades causa lo que llamamos luz, y por consiguiente la objetividad. Durante la evolución esto se manifiesta como calor e interacción magnética, y es la fuente de todo crecimiento vital; cuando se alcanza la meta deseada, la unión o unificación, ocurren dos cosas:

Primero, la aproximación o fusión de los dos polos o un resplandor o luz radiante.

Segundo, la oscuración o la desintegración final de la materia, debido al intenso calor.

Esto puede observarse con respecto a un hombre, a un Hombre
[e275] celestial, a un Logos solar y a sus cuerpos objetivos. Cuando el hombre alcanza esta polarización se manifiestan los tres tipos diferentes de fenómenos eléctricos, entonces la luz resplandece, irradiando sobre el cuerpo causal del iluminando todo el sutratma o cordón (textualmente el Sendero), que conecta el vehículo causal con el cerebro físico. Después se produce la desintegración o destrucción, el cuerpo causal se desvanece como una llamarada de fuego eléctrico, y el “hombre” verdadero o yo, es abstraído de los tres cuerpos del mundo. Lo mismo ocurre con el cuerpo de un Hombre celestial, de un esquema planetario, como así también con el cuerpo del Logos un sistema solar.

Resulta difícil captar esta idea, porque necesariamente nos vemos obstaculizados por la falta de términos adecuados; pero aquí sólo me ocupo de las ideas principales, pues lo que más interesa en esta sección es la manifestación eléctrica del magnetismo, así como anteriormente dilucidamos superficialmente el mismo fenómeno eléctrico al manifestarse como actividad de la materia.

Por lo tanto tenemos:
[i316]

1. Actividad manifestación eléctrica de la materia.
2. Magnetismo manifestación eléctrica de la forma.
3. Vitalidad manifestación eléctrica de la existencia.

Esto literalmente (como dice H. P. B.) (20) es fuego por fricción, fuego solar y fuego eléctrico.

Fuego por fricción es electricidad animando a los átomos de materia o sustancia del sistema solar, y da por resultado:

La forma esferoidal de toda manifestación.
El calor innato de todas las esferas.
Diferenciación de los átomos entre sí.

Fuego solar es electricidad que anima las formas o conglomerados de átomos, dando por resultado:

Los grupos coherentes.
La irradiación de todos los grupos o la interacción magnética de dichos grupos.
La síntesis de la forma.

Fuego eléctrico es electricidad manifestándose como vitalidad o voluntad de ser de alguna Entidad, y se manifiesta como:
Ser abstracto.
Oscuridad, Unidad.

[e276] Hemos visto que la manifestación eléctrica en el primer plano causó la vibración inicial, y en el segundo su actividad produjo la forma arquetípica de toda manifestación, desde un Dios hasta el hombre y un átomo.

En el tercer plano que es primordialmente el plano de Brahma esta fuerza eléctrica se manifestó como propósito inteligente.
La voluntad de ser y la forma deseada están correlacionadas con el propósito inteligente que subyace en todo. Este propósito inteligente o voluntad activa, utilizando un instrumento, nos lleva al más difícil de los problemas metafísicos, o sea a la distinción entre voluntad y deseo. No es posible
[i317] dilucidar este tema tan delicado, excepto indicar que tanto en la voluntad como en el deseo el factor fundamental es la inteligencia o manas, y ello debe ser reconocido. El principio compenetrante de manas -que cobra los aspectos voluntad y deseo- ocasiona gran confusión entre los estudiantes; se obtendrá un pensamiento claro únicamente cuando se comprenda:

Primero,
que toda manifestación emana o es electrificada desde el plano mental cósmico

Segundo,
que la Mente Universal o Pensador divino, es el Principio inteligente que se da a conocer como “Voluntad de ser”, Deseo o “Amor de Ser” y ese propósito inteligente activo que anima al Sistema solar.

Tercero,
que Mahadeva o Voluntad divina: Vishnu, el aspecto Sabiduría o el manifestado “Hijo de la necesidad” y Brahma o propósito activo, son la suma total de la conciencia inteligente y (para la Entidad cósmica en manifestación) lo que el cuerpo mental, astral y físico son para el hombre -el pensador en los tres mundos- que actúa en el cuerpo causal. No se ha de olvidar que el cuerpo causal contiene los tres átomos permanentes o las tres esferas que personifican el principio inteligencia deseo y objetividad física. Debe tenerse siempre presente la analogía que existe entre el triple Logos y el triple hombre, y cuando se reflexiona sobre la similitud que existe entre ambos se adquiere nitidez de pensamiento y de concepto El hombre es una unidad que funciona como tal en el cuerpo causal; una triplicidad que actúa regida por el aspecto voluntad, el cuerpo mental; gobernada por el aspecto deseo o sabiduría, el cuerpo astral; controlada por el aspecto actividad, el cuerpo físico. Electrifica o vitaliza los tres cuerpos o aspectos, unificándolos en uno y produciendo -mediante la Inteligencia que Él es en esencia, coherencia en la acción, simultaneidad de propósito y esfuerzo Sintético.

[i318] Finalmente, es evidente que, estudiado desde cualquier punto de vista, el triple Logos (o Su reflejo, el microcosmos), mediante el principio manásico convierte inteligentemente la materia en [e277] forma y la utiliza para cumplir la voluntad, el deseo y el propósito la existencia inmanente; podrá observarse que este principio subyace en Los tres aspectos.

No es necesario indicar aquí las distintas triplicidades que se pueden formar sobre la idea básica de Espíritu y materia, vinculados por la Inteligencia. Esto ya se ha realizado muchas veces. Trato simplemente de hacer resaltar que la INTELIGENCIA es la cualidad principal del Logos; se manifiesta como voluntad, deseo sabiduría y actividad, y la razón de ello reside en el trabajo realizado anteriormente por la Entidad cósmica, abarcando los ciclos relegados a un remoto pasado, incluso desde el ángulo de un Logos solar.

Este principio manásico desarrollado constituye el propósito inteligente que está produciendo la unificación en cada plano del sistema solar, en conexión con los subplanos. Oportunamente producirá la síntesis de todos los planos, poniendo al plano físico cósmico, como un todo unificado, bajo el total control de esa Entidad cósmica que trata de expresarse por medio de esa triple manifestación denominada sistema solar o cuerpo logoico.

En el tercer plano, el principio inteligencia se manifiesta como actividad coherente, ya sea del sistema, del planeta o de la mónada, y también como triple vibración de espíritu-materia-inteligencia, resonando como la triple Palabra Sagrada o electricidad que se manifiesta como sonido.

Tenemos aquí una interesante secuencia o inversión, de acuerdo al punto de vista, involucrando los planos tal como los conocemos:

Electricidad como impulso vibratorio. Causa la acumulación de materia y su actividad dentro de ciertos límites, o su entrada a la actividad dentro del “círculo no se pasa”
[i319] solar. Constituye la primera letra de la Palabra Sagrada.

Electricidad como luz. Causa la objetividad esferoidal. Es el nacimiento del Hijo. Abarca la enunciación de la segunda letra de la Palabra Sagrada. (21)

[e278] Electricidad como sonido. Aquí tenemos la triple Palabra Sagrada completa.

Esta fuerza eléctrica se manifiesta como color en el cuarto plano. En estos cuatro enunciados tenemos los conceptos fundamentales de toda manifestación; los cuatro tienen un origen electrodinámico. Constituyen básicamente una diferenciación o efecto del impulso que emana del plano mental cósmico y toma forma (con un propósito inteligente) en el plano físico cósmico. El hombre repite el proceso, en minúscula escala, limitándose a los tres planos y llegando a la objetividad en el físico solar. Esto se comprobará más adelante cuando la ciencia comprenda cada vez más la verdad de que:

  1. Todos los fenómenos físicos, tal como entendemos el término, tienen un origen eléctrico y una vibración inicial en el primer subplano del plano físico. [i320]
  2. La Luz, en el plano físico, está íntimamente vinculada con el segundo éter, que la utiliza como medio,
  3. El sonido actúa a través del tercer éter.
  4. El color, en un sentido peculiar, está vinculado al cuarto éter
Hemos de observar aquí que cuando se desarrollan los sentidos, el oído precede a la vista como el sonido precedió al color.

Tenemos en esto una interesante analogía entre el cuarto éter Cósmico y el cuarto éter del plano físico del sistema solar. Ambos están en proceso de convertirse en exotéricos, uno desde el punto de vista del hombre en los tres mundos, y el otro desde el punto de vista del Hombre celestial. Los científicos ya están investigando el cuarto éter, y gran parte de lo que postulan respecto al éter, al átomo, al rádium y al último “protilo”, tiene que ver con el cuarto éter. Con el tiempo se encontrará su fórmula científica; algunas de sus propiedades el conocimiento concerniente a su campo de influencia y su utilización serán conocidos por el hombre. Paralelamente a esto, el plano búdico, el plano del principio crístico, está siendo conocido gradualmente por esos seres avanzados que
[e279] individualmente son capaces de reconocer el lugar que les corresponde en el cuerpo del Logos de un esquema planetario. La influencia del plano búdico la característica peculiar de la fuerza eléctrica, comienzan a hacerse sentir, y su energía empieza también a producir un efecto definido en el cuerpo egoico del hombre; el cuarto éter del plano físico del sistema está asumiendo análogamente el lugar que le corresponde en la mente de los hombres, y la fuerza eléctrica de dicho subplano está siendo adaptada y utilizada por el hombre en las artes mecánicas, en los medios de transporte, en la iluminación y en la curación. Estas cuatro adaptaciones de la electricidad para
[i321]

    1. el uso mecánico.
    2. el transporte.
    3. la iluminación.
    4. la curación,

se aplican en el plano físico en forma similar a como se utiliza la fuerza eléctrica búdica.

Cabe preguntar aquí, por qué se dice que el color es la manifestación búdica de la electricidad. Empleamos la palabra “color” en su sentido original y básico, como “aquello que vela”. El color vela la séptuple diferenciación de la manifestación logoica y desde el punto de vista del hombre en los tres mundos, puede ser visto únicamente en su pleno significado en el plano búdico. Es evidente que toda manifestación eléctrica e ígnea encierra los siete colores.

Podrá observarse otra analogía entre el cuarto éter cósmico y el cuarto éter físico, en el hecho de que ambos se ocupan principalmente del trabajo de les grandes Constructores. Téngase en cuenta que construyen en materia etérica el cuerpo verdadero del Logos; el vehículo físico denso no constituye el resultado de su trabajo, sino la unión de las siete corrientes de fuerza o electricidad, lo cual produce la aparente congestión de la materia denominada planos físico densos (los tres subplanos inferiores). Después de todo, esta aparente congestión sólo constituye la excesiva actividad electrónica o la energía del conjunto de átomos negativos que esperan el estímulo cuyo resultado será la aparición de cierto número de átomos positivos. Debe tenerse esto en cuenta. El proceso de la evolución se basa en dos métodos y se manifiesta como:

Involución, donde tienen preponderancia los electrones negativos de la materia. El porcentaje de estos electrones femeninos es uno de los secretos de la iniciación, siendo tan enorme durante la etapa involutivo que es muy notable la escasez de átomos
[i322] positivos, tanto que se sirven para mantener la coherencia del conjunto. [e280]

Evolución,
donde los átomos negativos, debido a la acción de manas, son estimulados, o bien desaparecen en el depósito eléctrico central, o se fusionan en su polo opuesto y, por consiguiente, desaparecen nuevamente. Esto da por resultado:

Síntesis.
Homogeneidad.
Sutilidad, en vez de la densidad de la materia. El cuarto éter cósmico, el búdico, constituye el plano del aire y también el plano de absorción en los tres mundos. Esta sutilización de la materia densa (tal como la conocemos) significa simplemente que al término del proceso evolutivo se habrá transmutado y, desde nuestro punto de vista, prácticamente no existirá; todo lo que quedará serán los átomos positivos o ciertos vórtices de fuerza que -habiendo absorbido a los átomos negativos- se manifestarán como fenómenos eléctricos, en forma inconcebible para el hombre, en su actual etapa de conocimiento. Estos vórtices se caracterizan por:


  1. Intensa actividad vibratoria.
  2. Predominio de cierto color de acuerdo a la cualidad de la manifestación etérica y su origen.
  3. Rechazo de todos los cuerpos que poseen un grado similar de vibración y polaridad. Su cualidad atractiva cesará al finalizar la evolución, debido a que nada quedará por ser atraído.

Los vórtices de cada esquema planetario durante la evolución serán siete. Más tarde, durante el período de oscuración, tres de los vórtices se aproximarán a su polo masculino y con el tiempo sólo quedará uno. Un proceso similar puede observarse en el hombre, en conexión con sus
[i323] siete centros, durante el proceso de iniciación. Primero existen siete; luego tres absorben a los cuatro inferiores por medio de la interacción eléctrica. Consideramos aquí el tema de acuerdo al punto de vista de este estudio. Finalmente sólo queda el centro coronario por ser el polo positivo de los otros.

El tema sobre la polarización eléctrica de los centros es realmente difícil, y poco puede informarse sobre esa materia. Sin embargo, podría decirse, sin ningún riesgo, que los órganos genitales constituyen el polo negativo del centro laríngeo, así como el plexo solar o es del cardíaco. Este tema es muy vasto y complejo debido al orden de desarrollo de los centros, al tipo de rayo y al color, conjuntamente con el hecho de que durante ciertas etapas del proceso evolutivo distintos centros (como el que está en la base de la columna vertebral) son positivos. En forma análoga algunos esquemas planetarios son positivos y otros negativos; tres de dichos esquemas son duales, es decir, positivos y negativos. Lo mismo
[e281] puede decirse de un sistema solar y en forma curiosa también de los planos. En relación con el esquema terrestre tenemos una polaridad positiva de carácter temporario, basada en el tipo particular de encarnación adoptado por nuestro Hombre celestial en este planeta. Con esto quiero significar que tanto los Hombres celestiales como los hombres encarnan en cuerpos masculinos o femeninos, considerando el tema desde el punto de vista de la polarización eléctrica y no desde el ángulo sexual en lo que respecta al cuerpo físico.

Venus es de polaridad negativa, de allí que la Tierra absorbiera misteriosamente fuerza venusiana. Aquí la cuestión del sexo podrá ayudar a dilucidar lo expuesto. El vínculo kármico existente entre un Hombre celestial en encarnación positiva y otro en encarnación negativa, dio lugar a que se cancelara una antigua deuda y a que se produjera una alianza planetaria. En la época lemuriana
[i324] la Luz brilló en varios de los grandes grupos humanos al establecerse la conexión eléctrica entre esos dos polos. Era necesaria la tarea conjunta de esos dos Hombres celestiales, realizada en los niveles búdicos (el cuarto éter cósmico), a fin de producir el resplandor de la luz de manas en los grupos causales del quinto plano cósmico gaseoso, el plano mental del sistema solar. Recuerden que anteriormente se dijo que la mayoría de los hombres actúan conscientemente en el quinto subplano de los tres planos en los tres mundos. El quinto principio comienza a estar activo en ellos, pero apenas tiene la suficiente fuerza para mantenerlos en línea con la fuerza eléctrica que fluye del cuarto éter cósmico hacia el inmediato subplano inferior del plano físico cósmico.

Se ha de recordar que cada plano y subplano, numéricamente iguales, contienen el mismo tipo de fuerza y, en consecuencia, la misma polaridad.

También los planos astral y búdico están relacionados, como ya sabemos; el astral es negativo con respecto al búdico. Cuando se conozca y comprenda la polaridad de los distintos planos y subplanos, su interacción y los planos cósmicos correspondientes, recién entonces el hombre se liberará. Cuando se conozca la polaridad de los éteres entre sí y su relación con el todo, habrá terminado la evolución humana. Cuando un Maestro ha solucionado el problema de los fenómenos eléctricos en los tres mundos, obtiene Su liberación. Además, cuando se capte la relación de la forma negativa con el Espíritu positivo y, en cierta medida, su conjunta conexión con las Entidades cósmicas que habitan el entero sistema, se obtendrá la liberación grupal.

Quizás podría ayudar a esclarecer
[i325] el punto de vista, al encarar este tema tan abstruso, si recordamos que el hombre es [e282] esencialmente positivo en su propia naturaleza, pero sus vehículos son negativos; de allí que constituya la unidad central de la electricidad positiva que atrae y mantiene aferrados a él los átomos de polaridad opuesta. Cuando ha unido y fusionado los dos polos y producido luz de cierta magnitud (fijada por el Ego antes de encarnar) durante una encarnación particular, tiene lugar la oscuración. La manifestación eléctrica quema y destruye el medio, entonces la luz desaparece; sobreviene lo que llamamos muerte física, porque la corriente eléctrica quema aquello que causa la objetividad y lo que resplandece. Ampliemos la idea y comprendamos que estas unidades denominadas hombres (positivos respecto a sus propios vehículos) sólo son células negativas en el cuerpo de un Hombre celestial mantenidas en Su esfera de influencia por la fuerza de Su vida eléctrica. Además tengan en cuenta que los Hombres celestiales son positivos con respecto a las vidas menores pero a su vez negativos con respecto a la Vida mayor que Los contiene.

Aquí también se demuestra la verdad de la enseñanza dada por H. P. B.:

Fuego Eléctrico Positivo Espíritu
Fuego por Fricción Negativo Materia
Fuego Solar Luz Ambos se fusionan y producen la llama objetiva.

Hemos considerado ya la pregunta respecto al origen eléctrico de toda manifestación en conexión con los cuatro subplanos superiores del sistema solar -esos cuatro planos que son los cuatro éteres cósmicos y por lo tanto, forman el cuerpo objetivo de un Hombre celestial así como los cuatro éteres físicos del sistema solar forman el cuerpo etérico de un hombre. He repetido aquí un hecho cuya importancia no ha sido plenamente comprendida por el estudiante corriente de ocultismo este hecho, una vez [i326] aceptado y comprendido sirve para aclarar, en forma maravillosa, todo el tema de la Evolución planetaria. Hemos llegado ahora a los tres planos en que el hombre actúa, los subplanos gaseoso, líquido y denso del plano físico cósmico

El tema referente al Akasha se esclarecerá a medida que la ciencia exotérica investigue el tema de los éteres. A medida que vaya adquiriendo conocimiento sobre los cuatro tipos de éteres, que comprenda su acción vibratoria, que conozca las sustancias de que están compuestos, cómo se utilizan qué propiedad poseen como conductores de luz y los diversos ángulos desde los cuales pueden ser estudiados, surgirá un conocimiento paralelo respecto a los correspondientes éteres cósmicos mucho respecto a ellos podrá deducirse de lo que ya se conoce en relación con los cuatro éteres físicos solares.


[e283] Por ejemplo, el cuarto éter (el cual podríamos decir que esta siendo “descubierto”) tiene en esta etapa ciertas características. Enumeraré muy brevemente algunas de ellas:
  1. EI rayo violeta emplea al éter como medio.
  2. La mayoría de los cuerpos etéricos humanos están construidos con material del cuarto éter.
  3. El cuarto éter es, en gran parte, la principal esfera de influencia de los “devas de las sombras”, o esos devas violeta, internamente interesados en la evolución física del hombre.
  4. Dentro de la esfera etérica la evolución humana y dévica establecerán contacto más adelante.
  5. Los cuerpos físico densos son construidos en la cuarta esfera etérica
  6. Es la esfera de la individualización física. Sólo cuando el animal, al individualizarse, era plenamente consciente en ese subplano del plano físico fue posible coordinar las esferas correspondientes de los planos astral y mental y, mediante esta triple coordinación, dar los pasos necesarios que permitieran al cuaternario aproximarse a la Tríada. [i327]
  7. Este cuarto éter, en esta cuarta ronda y en esta cuarta cadena, ha de ser totalmente dominado por la Jerarquía humana, la cuarta Jerarquía creadora. Cada ente de la familia humana debe lograr este dominio al terminar esta ronda.
  8. Es la esfera donde se pasan las iniciaciones el umbral y se emprenden las cinco iniciaciones en el plano físico.

Mucho más podría agregar a esta enumeración, pero solo he indicado aquello que puede ser comprendido fácilmente y tiene su analogía en el plano búdico, el cuarto éter cósmico. Debe recordarse que nuestro plano físico tiene también en sus subplanos la analogía de todo el plano físico cósmico.

PLANO FISICO CÓSMICO

1. Adi Primer Eter Cósmico 1. Subplano atómico Primer Eter
2. Monádico Segundo Eter Cósmico 2. Subatómico Segundo Eter
3. Atmico Tercer Eter Cósmico 3. Superetérico Tercer Eter
4. Búdico Cuarto Eter Cósmico 4. Etérico Cuarto Eter
5. Mental Gaseoso Cósmico 5. Gaseoso  
6. Astral Líquido Cósmico 6. Liquido  
7. Físico Denso Cósmico 7. Denso Físico  

Aplicando la analogía en los planos superiores, el plano físico solar puede explicarse de la manera siguiente: [e284]

PLANO FISICO SOLAR

Primer subplano atómico primer éter adi físico.
Segundo subplano subatómico segundo éter anupadaka físico.
Tercer subplano superetérico tercer éter átmico físico.
Cuarto subplano etérico cuarto éter búdico físico.
Quinto subplano gaseoso   mental físico.
Sexto subplano líquido   astral físico.
Séptimo subplano denso   denso físico.


[i328] Tanto en el plano cósmico como en el físico solar, el búdico constituye siempre el plano de unificación o el campo donde se encuentra y fusiona la diversidad, no como unidad fundamental sino grupal. Esto se debe a que el plano búdico está preeminentemente más relacionado con la evolución de los Hombres celestiales. Por lo tanto, lo que he afirmado acerca del cuarto éter físico puede hacerse extensivo al cuarto éter cósmico, y encontrarse la analogía en el plano búdico. El lugar que ocupa, por ejemplo, el color violeta en el espectro es de primordial importancia en relación con los ciclos mayores, y marca el fin de un ciclo y el principio de uno nuevo. El plano búdico es peculiarmente el plano del color violeta, aunque existen allí todos los colores; el Señor de Rayo de Magia Ceremonial, quien personifica al Rayo o Jerarquía violeta, se relaciona especialmente con el plano búdico. Se ha de tener en cuenta que cada Logos planetario trabaja principalmente en uno de los siete planos; de ello podemos deducir que ejerce Su influencia en aquel plano donde encuentra Su línea de menor resistencia, aunque la ejerce en todos.

Ampliando la segunda afirmación respecto a la composición etérica de los cuerpos humanos a los cuerpos de los Hombres celestiales, encontramos que así como la mayoría de los cuerpos etéricos humanos están construidos con materia del cuarto éter, también los vehículos etéricos de cuatro de los Hombres celestiales están compuestos de este cuarto éter cósmico (materia búdica).

Además, las dos grandes evoluciones (humana y dévica) encuentran su unidad grupal en el plano búdico, y parte de ambas jerarquías se mezclan y fusionan a fin de formar el cuerpo del divino Hermafrodita. (22,23) Antes de llegar a esto, en ciertos puntos ya fijados, podrán aproximarse entre sí
[i329] momentáneamente. En el plano búdico puede observarse una alianza definida y permanente. En dicho plano los “devas de las sombras”, dedicados a construir el esquema planetario, desarrollan su trabajo [e285] paralelamente a la tarea que realizan en los tres mundos los constructores menores, los cuales trabajan con el cuerpo etérico del hombre. De esta manera puede establecerse la analogía, pues en todo rige la Ley de Semejanza; pero no debe olvidarse que la analogía es de carácter síquico y se manifiesta como trabajo, actividad y cualidad, no como una copia fiel de la forma.

A medida que vaya transcurriendo el tiempo, la tarea que han de realizar los Hombres celestiales en las esferas etérico-cósmicas será mejor comprendida y ayudada por las inteligencias menores, las cuales -mediante el estudio de los éteres físicos- obtendrán con el tiempo la clave de la manifestación mayor. La Ciencia es la sierva de la Sabiduría, y abre la puerta que conduce a los infinitos horizontes y extensiones cósmicas donde se encuentran esas grandiosas Inteligencias que manipulan la materia de los planos superiores y la moldean en la forma deseada, haciendo que las vibraciones iniciadas se perciban en los confines más lejanos del “circulo no se pasa” solar. Entonces, automáticamente, todas las vidas menores y la materia más densa son arrastradas y llevadas hacia las formas y canales necesarios. Vibración o actividad inicial: luz o actividad que adquiere forma y anima a la forma; sonido, base de la diferenciación y origen del proceso evolutivo, y color, la séptuple diferenciación, así se lleva a cabo el trabajo. Hemos tratado estos cuatro factores en conexión con un Logos solar e igualmente con la tarea realizada por el Hombre celestial el hombre y la mónada humana.

Los estudiantes han de tener también presente otro punto que frecuentemente se olvida, y es que cada plano puede ser estudiado y dividido de dos maneras:

Primero. Los siete subplanos pueden dividirse en
[i330] tres superiores o abstractos y en cuatro inferiores o concretos Esta división es la mejor y más estrictamente metafísica, porque encierra todo el concepto del Yo, del no-yo y de la Inteligencia, con su síntesis, que produce el universo objetivo, ya sea un sistema solar, un esquema planetario o una encarnación humana. En conexión con el Logos, H. P. B. en La Doctrina Secreta, Tomo I, dilucida magistralmente y considera en forma iluminadora el trabajo del Padre y de la Madre al producir el Hijo, mediante una consciente e inteligente colaboración.

Referente al Hombre, se podrá comprender el tópico más fácilmente si es considerado el cuerpo causal, en los niveles abstractos del plano mental, en relación con los cuatro niveles inferiores o concretos, de donde emana la manifestación.

Segundo. Los siete subplanos pueden dividirse igualmente en tres superiores pero considerando al cuarto plano como el de
[e286] reunión o unificación y a los tres inferiores como planos de esfuerzo. Esta división concierne principalmente al hombre.

Ambas divisiones, como se verá más adelante, existen en cada plano del sistema y tienen su origen en la fuerza eléctrica, la cual se manifiesta diversamente en cada plano, pero en todos actúa bajo tres leyes: Atracción y Repulsión, Economía y Síntesis. Los tres planos o subplanos inferiores actúan principalmente bajo la Ley de Economía, el plano de unión actúa bajo uno de los aspectos de la Ley de Atracción. Lógicamente, durante la evolución, paralelamente a ellos tienen sus opuestos, manifestándose como Dispersión, Repulsión y Diferenciación.

Lo relacionado con la manifestación eléctrica del akasha se ha de estudiar en sus tres divisiones principales, luego plano por plano o una séptuple consideración, y finalmente como los cuarenta y nueve
[i331] fuegos. A través de todo esto no se ha de olvidar que el tema se complica aún más debido al factor tiempo, que ubica a estos cuarenta y nueve fuegos, que se hallan en diferentes etapas, bajo distintas esferas de influencia y tres leyes del cosmos. Así, el mismo fuego se manifestará como luz constructiva, en diferentes períodos, y en otros producirá la combustión y oscuración eventual como resultado de la combustión.

La manifestación de la electricidad en los planos mental, astral y físico. No nos detendremos sobre este tema, porque se elucidará con posterioridad lo más plenamente posible. Basta decir que la Ley rige siempre y que todo lo que se ha afirmado como un hecho, respecto al Hombre celestial en sus propios planos, puede decirse también del hombre en los cuatro planos inferiores. Por lo tanto tenemos:



UN LOGOS SOLAR

1. Vibración eléctrica el plano logoico o de adi
2. Luz eléctrica el plano monádico o anupadaka.
3. Sonido eléctrico el plano átmico.
4. Color eléctrico el plano búdico.

UN HOMBRE CELESTIAL
1. Vibración eléctrica el plano monádico
2. Luz eléctrica el plano átmico.
3. Sonido eléctrico el plano búdico.
4. Color eléctrico el plano mental.

UN HOMBRE
1. Vibración eléctrica el plano búdico
2. Luz eléctrica el plano mental.
3. Sonido eléctrico el plano astral.
4. Color eléctrico el plano físico.

Es necesario recordar aquí que anteriormente nos hemos ocupado del Logos y de los Hombres celestiales como partes componentes de Su cuerpo de manifestación. En la clasificación anterior tratamos cada uno por separado; [i332] ha de observarse que los grupos de cuerpos causales en el plano mental manifiestan el color de un Hombre celestial y Su punto más inferior de objetividad En el hombre, el punto más inferior de objetividad es el quinto subplano del plano físico, puesto que los subplanos líquido y denso no son considerados como principios, ni tampoco el líquido y el denso cósmico (los planos astrales y físicos del sistema) constituyen un principio para el Hombre celestial.

Hemos visto que manas o mente, quinto principio, constituye la vibración básica del plano mental cósmico, el quinto plano; por consiguiente, lo que llevó a nuestro Logos solar a la manifestación fue un impulso originado en los niveles causales del plano mental cósmico; de la misma manera que la fuerza que lleva al hombre a la encarnación emana de su cuerpo causal en el plano mental del sistema solar. Hemos visto además que manas es la facultad discriminadora que anima toda sustancia y constituye el fuego eléctrico del sistema, expresándose como atracción y repulsión, y todo lo que implican estas palabras. Las Leyes de Economía y de Síntesis, en un sentido más amplio de la idea, sólo son divisiones de la misma ley cósmica, de la cual son también manifestaciones las Leyes de Atracción y Repulsión. Esta ley cósmica, que se manifiesta de triple manera, podría denominarse (a falta de mejor término) la Ley del Ser, y es tan incomprensible para la mente finita del hombre que solo podrá percibirla parcialmente mediante las tres manifestaciones mencionadas

3. Manas es Aquello que Produce Cohesión.

Llegamos ahora a la tercera definición: El principio manásico es, sobre todo, ese algo cohesivo que permite a una Entidad (sea Logos, Hombre celestial u hombre) actuar:

  1. por medio de una forma, y así existir, [i333]
  2. por medio del desarrollo progresivo o evolución cíclica,
  3. en ciertos planos que, para la entidad implicada, son el campo de batalla de la vida y el campo de experiencia,
  4. mediante el método de manifestación, que consiste en el gradual crecimiento desde una alborada oscura y distante hasta alcanzar paulatinamente el esplendor de la luz, convirtiéndose en una llamarada de esplendente gloria, para luego, a través de un gradual crepúsculo, llegar a la oscuración - El amanecer, la mañana, el mediodía, el [e288] crepúsculo, la noche constituyen el mismo orden para el Logos, el Logos planetario y el hombre.

Si se estudian detenidamente los cuatro puntos que anteceden, se verá que son bastante amplios y que encierran los únicos cuatro puntos que están a disposición del hombre en esta cuarta ronda.

El hombre se considera a sí mismo como un conjunto sintético formado por el cuerpo físico, la naturaleza emocional y la mente; sin embargo, sabe que es algo más que estos tres, y se reconoce como el que utiliza la forma, la emoción y la mentalidad, las mantiene coherentemente unidas, y hace de él una unidad. Un Logos planetario hace lo mismo, con la diferencia que manas no constituye el medio por el cual él es un todo coherente. Debido a su etapa más avanzada de evolución la sabiduría constituye para El el factor dominante. Un Logos solar obtiene, por medio de la Voluntad, lo que el Logos planetario logra por medio de La sabiduría o budi, y el hombre en su pequeña escala por medio de manas. No obstante, como el Logos planetario y el hombre son parte de su gran todo, el fuego eléctrico de la voluntad también los compenetrará y se fusionará con el fuego solar de budi, aventando el fuego de la materia. Al considerar estas distinciones y diferenciaciones debe recordarse que, desde el punto de vista logoico no existen, sino que se establecen en relación
[i334] con los cuerpos menores, comprendidos en el “círculo no se pasa” solar.

El hombre es un ente coherente, en manifestación objetiva, durante muy breves periodos en el plano físico, simplemente porque aún trabaja por medio de manas y no de la sabiduría. Por lo tanto sus ciclos pasan tan rápidamente como un destello en la noche. Los períodos de un Logos planetario, quien es manas perfeccionado y trabaja por medio de la sabiduría, son más extensos y, desde el punto de vista del hombre, duran eones; Su vida constituye la base de la comparativa duración de los ciclos egoicos del hombre. El ciclo de objetividad de un Logos solar persiste durante el mahamanvantara mayor o ciclo solar, porque está basado en la voluntad, lo mismo que en la sabiduría y en manas. Por consiguiente se verá que:


  1. Manas o inteligencia constituye la base de la manifestación separatista del hombre.
  2. Sabiduría o budi constituye la base de la manifestación grupal de un Hombre celestial.
  3. Voluntad constituye la base de la Vida Una, que sintetiza todos los grupos.

Por lo tanto, repetimos, al estudiar el Fuego de la Mente, debemos recordar que es aquello que el hombre está desarrollando y por
[e289] medio del cual está aprendiendo a trabajar, siendo también lo que el Hombre celestial desarrolló en un sistema anterior. Para Éste el Fuego de la Mente es tan automático en su acción, como lo es la actividad inconsciente de los órganos físicos del hombre.


4. Manas es la Llave del Quinto Reino de la Naturaleza.

Podemos también definir a manas como la llave que abre la puerta por la que se penetra al quinto reino de la naturaleza o reino espiritual. En cada uno de los reinos se entra con ayuda de alguna clave. Con respecto a los dos primeros reinos, el mineral y el vegetal, la llave o método por medio del cual se transfiere la vida al reino superior es tan inexplicable para el hombre, en su actual grado
[i335] de comprensión inteligente, que no nos detendremos a considerarlo. En relación con el reino animal puede decirse que la llave, por medio de la cual entra al reino humano, es el instinto. En sus etapas finales de evolución y a medida que se desprende del alma grupal (24)se transmuta en mentalidad o mente embrionaria, latente en el hombre animal, que sólo necesitó la vibración estimulante emanada del Primario de la Tierra para elevarse a algo definidamente humano Se ha de tener siempre en cuenta que el método de individualización empleado en este globo no fue seguido en otros y que muchas de las actuales unidades avanzadas de la humanidad se individualizaron normalmente por la fuerza impulsora de la evolución misma. Encontraron su polo eléctrico opuesto (para expresarlo hasta donde es posible en términos de fuego) gracias a la actividad del instinto animal, y su fusión produjo un ser humano -la unión de los tres fuegos en el vehículo causal.

El hombre entra al quinto reino mediante la transmutación de la facultad discriminadora de la mente, que (como en la individualización del animal) causa, en cierta etapa, la individualización espiritual, la analogía en los niveles superiores de lo que ha ocurrido en la época lemuriana. Por consiguiente, tenemos:

Instinto....... La llave para pasar del reino animal al humano, o del tercer reino al cuarto.
Manas........ La llave para pasar del reino humano al espiritual, o del cuarto al quinto reino.

[i336] No es necesario ir más allá, porque continúan las transmutaciones de manas y hay todavía mucho que hacer. [e290]

5. Manas es la Vibración Sintética de Cinco Rayos.

Podría darse otra definición, aunque su complejidad quizá cause confusión al estudiante

Manas es la facultad combinada de Cuatro Hombres celestiales, sintetizada en un quinto Hombre celestial en el tercer plano del sistema.
Estos cinco Hombres celestiales, en un sistema anterior fueron la personificación logoica y alcanzaron la plenitud de la vida manásica. Al hablar de Brahma, Entidad cósmica, suma total de la inteligencia activa logoica, se quiere significar principalmente la vida sintética de los Hombres celestiales. A falta de términos más adecuados, los denominamos Señores de los cuatro Rayos menores, Cuya síntesis se produce por medio del tercer Rayo de Actividad. A fin de expresar los principios que personifican, han sido denominados:

    1. El Señor de Magia Ceremonial.
    2. El Señor de Idealismo Abstracto o Devoción.
    3. El Señor de Ciencia Concreta
    4. El Señor de Armonía y Arte.

Estos cuatro actúan por medio del cuarto éter cósmico y poseen vehículos de materia búdica. Se fusionan en la vida mayor del Señor del tercer Rayo de Aspecto, en los niveles átmicos, y estos cuatro (con el Rayo Sintético) representan la totalidad de la energía manásica. Constituyen la vida de los cinco planos inferiores Son los cinco Kumaras que, con los dos restantes, los cuales forman los siete Kumaras o Constructores del Universo, se los denomina los Cinco Hijos de Brahma nacidos de la Mente. (25) En consecuencia manas es el efecto síquico de Su trabajo grupal unido que se expresa de diferentes maneras según las unidades involucradas, las formas
[i337] animadas y los planos implicados. Se manifiesta, predominantemente en los cinco subplanos inferiores de cada plano, factor que se ha de tener en cuenta, en relación con las iniciaciones mayores de manas. No obstante -por ser la suma total del tercer aspecto de Brahma-, Su principal esfera de influencia se halla en la inferior o en la tercera división del universo manifestado, o en los planos mental, astral y físico.

Voy a sugerir una tercera división de los planos mayores del sistema, que será de interés para el verdadero estudiante de ocultismo:



[e291] En estas cinco definiciones de manas se ha sugerido un amplio campo para reflexionar y se han dado muchos indicios para quienes tengan oídos para oír. Se podrían dar muchas más explicaciones, pero nuestro propósito consiste en que los estudiantes piensen por si mismos y procuren definir estas ideas con sus propias palabras.

6. Manas es la Voluntad Inteligente o el Propósito de una Existencia.

Para finalizar podríamos definir a manas como inteligente voluntad y propósito ordenado de todo ente autoconsciente. Recomiendo al estudiante tener en cuenta ciertos hechos fundamentales que contribuirán a mantener la mente clara y le permitirán comprender algo sobre el lugar que este fuego de la mente ocupa en el cosmos, en el sistema solar y también (es innecesario decirlo) en su propia vida, reflejo de los otros dos.

El estudiante debe recordar que manas es un principio del Logos y, necesariamente, se hace sentir en todas
[i338] las evoluciones, pues son parte de Su naturaleza, pero está especialmente vinculado con el centro laríngeo y el coronario; es el factor inteligente activo que permite a un Logos solar, a un Logos planetario u Hombre celestial y a un ser humano:


  1. Utilizar inteligentemente una forma o vehículo
  2. Desarrollar facultades en el cuerpo causal.
  3. Cosechar el beneficio de la experiencia.
  4. Expandir la conciencia.
  5. Avanzar hacia una meta específica.
  6. Discriminar entre dos polos.
  7. Elegir la dirección hacia la que ha de orientar su actividad.
  8. Perfeccionar la forma y utilizarla.
  9. Controlar la sustancia activa y encauzar sus fuerzas hacia canales deseables.
  10. Coordinar los diferentes grados de materia y sintetizar las formas utilizadas, hasta que todas y cada una muestren una línea unánime de acción y expresen, simultáneamente, la voluntad del Morador Interno.

Todas estas finalidades son el resultado del desenvolvimiento manásico. Quizás el estudiante podría captar con mayor claridad la idea subyacente si se diera cuenta que:

  1. El Espíritu emplea a manas en todo cuanto concierne a la materia, sustancia eléctrica o akasha activo.
  2. El Espíritu emplea a budi en todo cuanto se relaciona con la psiquis y con el alma del mundo, del individuo o de cada forma. [e292]
  3. El Espíritu emplea a la voluntad o atma en todo cuanto se relaciona con la esencia de todo, con la esencia de sí mismo. considerando a la esencia y al Yo como Espíritu puro, como distinto al espíritu-materia.

En el primer caso, la cualidad característica de manas es discriminación; la cual permite al Espíritu diferenciar: [i339]

  1. El Yo y el no-yo.
  2. El Espíritu y la Materia.
  3. Los planos y los subplanos.
  4. Los diferentes grados de materia atómica del sistema.
  5. Las vibraciones engendradas por la voluntad, al actuar por medio de amor-sabiduría y energetizar la sustancia.
  6. Todo aquello que concierne a cualquier tipo de forma y existencia esencial.

En el segundo caso, el principio búdico tiene como cualidad característica el amor, y se manifiesta como sabiduría que actúa por medio del amor y produce:

  1. Unidad entre todos los Yoes.
  2. Conciencia grupal.
  3. Cualidades características que se hallan en la línea que denominamos Amor.
  4. Trabajo efectivo, en relación con la evolución, o los fundamentos del trabajo jerárquico.

En el tercer caso, el Espíritu emplea el aspecto voluntad o atma (en el hombre) cuya característica es esa fuerza coherente que mantiene siempre a la vista el propósito de la entidad y lo desarrolla en forma sustancial por medio del amor.

He señalado todas estas características porque sirven para presentar al estudiante, con mayor claridad, el alcance y también las limitaciones del principio mental activo. En el Aula de la Ignorancia se desarrolla el aspecto acumulativo de manas y la habilidad de adquirir y acumular conocimiento e información. Por ejemplo, un hombre adquiere conocimiento, estudia y establece vibraciones que debe aplicar inteligentemente. Así se pone de manifiesto el aspecto adquisitivo de dicho principio. En el Aula del Aprendizaje se desarrolla el aspecto discriminativo, y el hombre aprende no sólo a elegir, sino también a rechazar, y comienza a fusionar inteligentemente los dos polos. En el
[i340] Aula de la Sabiduría también rechaza y fusiona perfectamente los dos polos, produciendo así ese algo objetivo que llamamos luz. Se manifiesta el aspecto iluminador de manas. El hombre se convierte en un [e293] creador inteligente, y cuando haya pasado las cuatro iniciaciones mayores.

  1. Habrá desarrollado a la perfección el aspecto Brahma, que, como ya se indicó, actúa principalmente en los tres mundos. Es el aspecto activo inteligente.
  2. Habrá alcanzado el grado de desarrollo donde el Hombre celestial, el divino Manasaputra, comenzó este círculo de manifestación que llamamos sistema solar.
  3. Habrá transmutado manas en sabiduría o amor.
  4. Habrá sintetizado los Rayos de Actividad o Inteligencia, y estará comenzando a fusionar dichas síntesis con la superior, amor-sabiduría.

Resumiendo todo en palabras de fuego: “El fuego ha resplandecido perfectamente, y la actividad vibratoria del hombre se ha sintonizado hasta sincronizarse con la del Hombre celestial, permitiéndole actuar conscientemente, o estar vitalmente activo en el plano búdico.”

El fuego de la mente se ha fusionado con el de la materia, estimulándola en tal medida que ha liberado al ente, el hombre, de los tres mundos y, esotéricamente, ha “oscurecido” su manifestación en los tres planos, de la misma manera que la manifestación de un Logos se “apaga” (en sentido esotérico) cuando los fuegos arden suficientemente. Respecto al fuego del Espíritu o fuego etérico puro, éste se sintetiza finalmente con los otros dos y hace que la vida pase a otro plano, desde el punto de vista cósmico.
[i341]

UN HOMBRE

  1. La fusión del fuego de la materia con el de la mente libera al hombre de los tres mundos.
  2. La fusión del fuego eléctrico con los otros dos fuegos lo libera de los cinco planos inferiores, y le permite actuar conscientemente en el plano físico cósmico.

UN HOMBRE CELESTIAL

  1. La fusión del fuego de la materia con el fuego de la mente lo libera de los tres planos de Su manifestación.
  2. La fusión del fuego eléctrico en Su caso, con los otros dos, le permite salir del “círculo no se pasa” planetario y actuar conscientemente en el plano astral cósmico.

UN LOGOS SOLAR

  1. La fusión del fuego de la materia con el de la mente libera al Logos solar del “circulo no se pasa” solar, y le otorga libertad para actuar en los planos físico cósmico y astral y en los subplanos inferiores de los planos mental cósmico.
  2. La fusión del fuego eléctrico con los otros dos le permite actuar, conscientemente, en Su cuerpo causal y llevar a cabo el mismo trabajo que el hombre realiza en los tres mundos.

__________________________

18) "Manas constituye la individualidad o el Ego espiritual, en el aspecto de la Tríada superior, y la personalidad o ego kámico, en el aspecto cuaternario inferior. Manas representa el eje de la estructura humana, o el centro en que giran la parte espiritual y mateial del hombre.

Manas inferior constituye sólo un rayo de manas superior penetrando en el tabernáculo carnal, para iluminar su ser y proporcionarle ideas, deseos y memoria.

Siendo Manas el punto decisivo en el ciclo, es considerado por H. P. B. como los dos aspectos, superior e inferior; el superior alcanza y experimenta las alturas espirituales y el inferior, el alma de los tres inferiores, el triángulo que completa la encarnación. Por consiguiente , manas es el campo de batalla de las fuerzas contenidas en el microcosmos...

La etapa evolutiva que hemos alcanzado es el verdadero punto de partida de la gran lucha." Some Thoughts on the Gita.

 

19) Electricidad: "No conocemos ningún fenómeno en la naturaleza -enteramente desconectado de la electricidad o del magnetismo y su "Alter Ego" (en nuestra humilde opinión), -electricidad ya sea como causa o efecto- o mejor dicho ambos, si ahondamos la manifestación hasta su origen. Todos los fenómenos de las corrientes de la tierra, magnetismo terrestre y electricidad atmosférica, se deben a que la tierra, es un conductor electrificado cuyo potencial cambia constantemente a causa de sus movimientos de rotación y orbital anual, el sucesivo enfriamiento y calentamiento del aire, la formación de nubes y lluvia, tormentas y vientos, etc. Esto quizás lo encuentren en algún libro de texto. Sin embargo, la Ciencia no querrá admitir que tales cambios se deben al magnetismo akáshico, que genera incesantemente corrientes eléctiras, tendientes a restablecer el equilibrio perturbado."

"...El Sol no es un Sólido ni un Líquido, tampoco un resplandor gaseoso, sino una gigantesca bola de Fuerzas electro-magnéticas, depósito universal de Vida y Movimiento, desde el cual irradia en todas direcciones, nutriendo desde el átomo más pequeño hasta el genio más grande con la misma materia, y al término del Maha Yuga." The Mahatma Letters to A. P. Sinnett, págs. 160,165.

20) D. S. II, 220; III, 240-243.

21) "Por la meditación perfectamente concentrada sobre la luz en la cabeza, llega la visión de los Maestros que han logrado la realización."

"Según la tradición existe cierto centro de fuerza en la cabeza; quizás sea la "glándula pineal", que algunos filósofos occidentales suponen que es la morada del alma; un centro que representa, por así decirlo, el portal entre el hombre natural y el espiritual. Constituye el asiento de esa conciencia más perfeccionada e inteligente que se halla detrás de la conciencia externa, localizada en la parte delantera de la cabeza, y "detrás de la mente" percibiendo cosas espirituales e intentando grabar la visión espiritual en la conciencia externa, es el hombre espiritual que trata de guiar al hombre natural, para que se ocupe de las cosas relacionadas con su inmortalidad. Las palabras del Upanishad lo sugieren: "Allí, donde se divide el cabello y se extiende hacia la cima de la cabeza"; las cuales parecerán una fantasía, hasta llegar a comprenderlas"

"Se dice que, cuando se ha despertado plenamente este poder, trae la visión de los grandes Compañeros del hombre espiritual, quienes ya han realizado, y llegado a la rivera más lejana del mar de la muerte y del renacimiento. Quizás el Maestro se refirió a esta visión divina cuando dijo: "Te aconsejo que me compres a mí el bálsamo para los ojos, a fin de que puedas ver". Aforismos yogas de Patanjali, Libro III, 32, por Johnston.

 

22) Los Pares de Opuestos. Ciencia de la Organización Social, por Bhagavan Das.

23) El Divino Hermafrodita -ese gran Ser, planetario o solar, que manifiesta en Sí Mismo los pares de opuestos.

 

24) Alma Grupal es un conjunto de Tríadas permanentes que se halla en una triple envoltura de esencia monádica. Las Tríadas permanentes son el reflejo , en los planos inferiores, de las Tríadas espirituales que se hallan en los planos superiores. Esta descripción es exacta en lo que respecta a todas las almas grupales que actúan en el plano físico, pero no da una idea de la extrema complejidad del tema." Estudio sobre la Conciencia, por Annie Besant.

25) D. S. I, 136; II, 158; III, 112-114.


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