Discipulado en la Nueva Era I - Cartas a B. S. W.

      


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B. S. W.

[i621] Febrero de 1933

Hermano mío:

     Para usted tengo las siguientes palabras: Como discípulo activo en el primer Rayo de Voluntad o Poder, que trabaja regido por el Maestro de ese rayo, el Maestro Morya, le sugeriría que meditara sobre el hecho de que el primer rayo es el primer subrayo del segundo Rayo de Amor-Sabiduría y, por lo tanto, debe completar su desarrollo amando a todos los seres. Ha logrado muy sensatamente evitar las principales cualidades destructivas de primer rayo, siendo encomiable la forma en que utiliza la energía en la tarea de servir. Su meta debe ser evitar toda condición estática. Muchas personas de primer rayo se hacen estáticas o se cristalizan pues este método lo utilizan los destructores de primer rayo -y todo es parte del trabajo divino.

     Le diré hermano mío (y sé que comprenderá), que usted tiene fortaleza, porque ha recorrido con firmeza el solitario sendero del discípulo. Posee sabiduría y la aplica para ayudar a los pequeños. La belleza debe ser ahora el objeto de su atención. Durante la meditación, quisiera que meditara sobre el loto de [e569] doce pétalos del corazón, visualizándolo de un intenso color rosa y un núcleo dorado. Elijo el color rosa porque vitalizará la contraparte astral del centro cardíaco, tanto en la columna vertebral como en su aspecto superior, ubicado en el centro coronario. Hermano mío, no infiera por esto que carece de amor; quien tiene muy marcado el primer rayo y necesita lo que ocultamente se denomina "la rosa del apego", encuentra fácilmente el camino del desapego; crea sin dificultad un cascarón protector y aprecia -con elevado idealismo- su aislamiento. Pero cuando aprende la lección del aislamiento y que el desapego es la línea de menor resistencia, entonces la Rosa del alma debe ser nutrida para que fulgure. A usted le es fácil ser impersonal. Ahora debe aprender a ser personal, con total impersonalidad -adquisición paradójica, pero de gran valor.

     Le sugeriría también, hermano mío, que trate de enseñar (aunque sólo sea a una o dos personas) el Camino del Discípulo y prepare a dos personas, por lo menos, durante los próximos tres años, para el sendero del discipulado, las cuales llegarán a usted oportunamente. [i622] A una ya la conoce, a otra la conocerá después. Esto significa que serán guiadas para que descubran el vínculo con su propio grupo y Maestro, pues ya han hecho contacto con su alma.

     Su rayo es preeminentemente el del ocultismo. Su Maestro, Morya, es el guía de todas las organizaciones esotéricas del mundo. Le llamo la atención sobre esto porque hay algo que puede hacer, y será posible cuando registre con mayor sensibilidad las dificultades psicológicas de los demás. Capta en forma mental con rapidez las situaciones; mentalmente y con palabras sensatas responde a la necesidad. Su cabeza y su alma responden. Agregue el acercamiento cordial a esa comprensión de la cabeza y sabiduría del alma que ya posee. Descienda con sus hermanos al valle, y no les ayude únicamente desde la cumbre de la sabiduría. Tiene poder mental, clara comprensión y la facultad de adaptarse inteligentemente a la solución, y si a todo ello agrega la capacidad de reaccionar a las necesidades emocionales de los demás, coordinará la personalidad en forma nueva y útil y aumentará su capacidad de servir. Puede trabajar con muchos grupos, si lo desea, y debe siempre trabajar como factor energetizante. Debe llevar cuidadosamente el diario espiritual desde este aspecto y observar detenidamente el móvil del corazón, que subyace en sus actividades. De esta manera se ampliará grandemente el campo donde presta servicio mediante su ser, que puede expandirse por la creciente belleza de la afluencia del amor y por un acrecentado amor a la belleza.


[e570] Julio de 1983

Hermano mío:

     Tengo la constante sensación de que usted, hermano mío, es un viejo camarada, que sabe muy bien lo que voy a decirle y, por lo tanto, que en realidad no es necesario que le hable. A veces le oigo reír y decir: "lo sé todo, algún día viviré todo". Con toda seguridad algún día lo hará y ese día está mucho más cerca de lo que parecía posible hace diez años.

     Continúe con la meditación dada últimamente, pero no emplee ya el color rosa, sino el color anaranjado dorado. Mezcle los colores rosa y anaranjado y practique la meditación en el centro cardíaco, recordando que ese centro está ubicado en la columna vertebral entre los [i623] omóplatos. Mantenga siempre la actitud del Observador en la cabeza. De esta manera el desapego del alma aumentará, mientras se acrecentará y multiplicará el apego del alma a las almas. El único ejercicio de respiración que le asigno es una serie de largas respiraciones normales, diciendo mentalmente al inhalar: "Adquiero vida y fortaleza". Al exhalar, diga mentalmente: "Con amor las exteriorizo". Así se manifiesta y expresa el ritmo de la vida de servicio.

     Su aporte al grupo es el conocimiento iluminado y la provisión de una base firme para la actividad, ejemplificado por la habilidad en la acción. Más adelante, cuando yo recurra al grupo de discípulos, a fin de que actúen conjuntamente en determinada línea, será de gran utilidad el poder que usted posee de conocer la causa de por qué lo hago. Este grupo de discípulos es un grupo de servicio y esto debe siempre recordarlo.

     No disipe sus poderes, centralice sus actividades y trabaje acrecentadamente con individuos. De esta manera el tipo de primer rayo obtiene la comprensión, y así desarrolla el amor.

Febrero de 1934

Mi hermano de antaño:

     Este último año fue de prueba, de gran tensión y de constante y fiel trabajo interno. Usted siempre estuvo seguro de sus relaciones espirituales, lo cual es correcto y bueno, pero afortunadamente ahora no está tan seguro de los razonamientos de la personalidad. Cuando se relega la personalidad al lugar que le corresponde, como instrumento, y se aparta la conciencia de la vida externa de la forma y se la traslada a la vida interna del alma, entonces es posible la verdadera vida esotérica. En la [e571] vida de todo discípulo llega un momento en que se produce un intervalo de dificultades durante el cual descubre que la voluntad, el razonamiento y la aspiración de la personalidad, son parte del espejismo general -espejismo que sólo puede disiparse cuando el alma vierte, con un constante fulgor, su vida y luz sobre su instrumento.

     Mi mejor deseo, hermano mío, es que la luz disipadora inunde su vida y evoque sencillez, que indica siempre el predominio del alma. La palabra "sencillez" debe encerrar el tema de sus reflexiones [i624] durante los próximos meses y constituir la nota clave de su meditación.

     Usted es un alma fuerte y debe abrirse camino a través de la maraña de la existencia mundana. ¿Qué quiero significar con las palabras "un alma fuerte"? No sólo quiero significar que usted expresa su cualidad de primer rayo, pues eso es lógico, sino también que, en primer lugar, adquiere experiencia, la cual le permite manifestar firmeza y ese aplomo en el aislamiento, que le imparte a los demás la sensación de que pueden depender de usted, lo cual, en segundo lugar, significa la creciente capacidad de ser magnético, y la palabra "magnético" contiene la meta de la experiencia de su personalidad. La persona de primer rayo llega fácilmente a ser fuerte, pero no tan fácilmente a ser magnética, porque el magnetismo es ante todo una emanación del corazón o del plexo solar.

     Desde que ingresó en mi grupo de discípulos se evidencia acrecentadamente que el centro cardiaco va despertando y esto debe alentarle. Debe dedicarse más definidamente a despertarlo. No quiero interrumpir ahora su meditación, pero usted reconoció que por la presión del trabajo y durante los próximos años, puedo dirigir su trabajo si así lo desea, por eso se comprometió voluntariamente a acatar durante un breve período las sugerencias de un discípulo de segundo rayo, yo. Es tan grande la presión que recae sobre el trabajo de los Maestros Morya y K.H., que algunos de nosotros aliviamos su carga en todo lo posible. Análogamente, el Maestro Hilarión está aliviando en gran parte el trabajo de entrenar a discípulos de sexto rayo a cargo del Maestro Jesús. Numerosos reajustes internos se llevan a cabo debido a las exigencias de la tensión de este ciclo. Es un solo trabajo hermano mío, y todas las fuerzas son expresiones de la energía del amor y el poder de la sabiduría.

     Usted responde fácilmente a la fuerza de la sabiduría del Buda. Vibra también sin dificultad ante el Maestro Jesús, y mantiene su devoción a Él y a Su organismo, la Iglesia militante, [e572] porque el sacerdocio fue por largo tiempo el campo que eligió para servir. Es un antiguo sannyasin. Responde, en sentido secundario, al amor comprensivo e incluyente del aspecto crístico, cuando se expresa en el "fuego de la divina compasión". Despertar esta compasión debe ser uno de los objetivos de su meditación. Conducirá [i625] a la inclusividad y al poder de "ver las cosas tal como las ven los demás".

     Su meditación no requiere ahora practicar la visualización ni registrar el color. La antigua pompa y ceremonial de su sacerdocio en el pasado, están enterrados en su conciencia y son fácilmente evocados, y su línea de menor resistencia reside en la emotividad de las imponentes ceremonias y en la organización rítmica. La persona de primer rayo es consciente de la vida ordenada y de la majestuosidad de las fuerzas ordenadas; el glorioso ordenamiento" inteligente de los poderes que subyacen en el mundo manifestado, constituye por derecho propio su campo de servicio. Pero a esto debe agregar el poder de intuir el Plan tal como existe en un corazón amoroso, porque sólo el amor revela el Plan y la parte que las almas deben desempeñar en él, en cualquier momento y lugar dados. Me extiendo sobre esto porque quiero que dos cosas enriquezcan su vida: primero, que conozca el Plan tal como existe actualmente en el plano astral, próximo a materializarse y, segundo, que reconozca la libertad de todas las almas para desarrollar ese Plan al unísono, sin interferir los métodos de los demás, sino amándose mutuamente y colaborando allí donde, cumpliendo el deber y la obligación, se establece contacto. Reflexione sobre esto.

Diciembre de 1934

     En mi última instrucción, hermano de antaño, le pedí que se erigiera en una torre de fortaleza para sus hermanos. Trató de hacerlo con su acostumbrada y rápida aceptación de cualquier sugerencia que le parece intelectual e intuitivamente constructiva. Pero, hermano mío, se ha excedido un poco en esa actitud de ser una torre y el Observador altamente ubicado, pero separatista, en la cima de la misma. Quizás el empleo de la palabra "torre" tenga la culpa. Puede ser que mi visión de que usted es un valioso y constante ayudante, conjuntamente con su innato aislamiento, lo haya desconcertado demasiado. El discípulo de primer rayo ama el aislamiento. Constituye para él la línea de menor resistencia y, como bien sabe, es el que comúnmente permanece solo. Ésa es su fortaleza y también su debilidad. Se vanagloria del desapego, así como usted se vanagloriaba internamente [e573] de su poder de adaptarse a mí, el instructor que le asignó su propio Maestro. Le agradó la [i626] facilidad con que se adaptó, ¿no es verdad?

     Al discípulo de primer rayo le resulta difícil aprender el apego (de tipo correcto y espiritual), como al discípulo de segundo rayo no le es fácil aprender el desapego. A este respecto, los discípulos de ambos rayos deben aprender una máxima lección tienen que encarar el problema desde distintos ángulos, porque el problema del apego y del desapego es uno, el de los correctos valores. Quien pertenece al primer rayo se ama excesivamente a sí mismo, a su poder y a su aislamiento. El de segundo rayo comete errores por su gran apego a los demás y su inclusividad demasiado flexible, expresada antes de comprender la verdadera naturaleza de la inclusividad. El individuo de segundo rayo comete errores por temor a ser incomprendido, a no ser adecuadamente amado y se preocupa demasiado de lo que puedan pensar o decir de él. El tipo de primer rayo comete errores porque no piensa en las reacciones de los demás por lo que él dice y hace; se enorgullece de su actitud desapegada y de su inmunidad al apego, y quiere que se aprecien su fortaleza y aislamiento. Uno sufre por temor, el otro por orgullo. Usted pide franqueza, hermano mío, y es franco en plena medida; de allí mi franqueza.

     Este "aislamiento" interno que ama tan profundamente, fomentado por el entrenamiento anterior y las actuales circunstancias, impide que sea telepáticamente sensible a otras personas. En vez de poner tanta "voluntad de amar", ¿por qué no se limita sencillamente a amar? Usted y F.G.D. son tipos extremos en sus rayos específicos. En él predomina el corazón, aunque su sabiduría es profunda y su comprensión excepcional. En usted predomina la cabeza y se ubica en la cima de su torre, mientras que en todo momento el llamado del corazón resuena por todo su ser y en sus oídos. Sin embargo, teme descender y caminar entre sus semejantes, identificándose amorosamente con ellos. Sólo atravesamos eventualmente el portal de la iniciación, cuando caminamos con nuestros hermanos por la polvorienta calle de la vida.

     Sin embargo, he observado mi viejo hermano que, en momentos de tensión y de posible incomprensión, elige el camino del corazón. Si no fuera así, no le escribiría de esta manera.

     Quisiera asignarle la tarea de escribir un artículo sobre el empleo del amor como intérprete de los hombres. Le recomiendo ese [i627] tema para la meditación. Sus escritos tienen fuerza y posee [e574] la habilidad de expresar las verdades más profundas por medio de las palabras, y puede ampliar su campo de servicio a este respecto. Por lo tanto, escriba para los muchos que leerán sus palabras y cuando descienda de su torre, manifieste en plena medida su corazón comprensivo, dándole tiempo y amplitud al amor.

     Quisiera indicarle, además, que el reconocimiento de los problemas y defectos de rayo que existen en su propia vida y en las de quienes lo rodean, no implica crítica alguna de mi parte ni de la suya. Los hechos de la naturaleza existen; el hombre inteligente los enfrenta, los conoce por lo que son y se esfuerza por trascenderlos...

     Le pido que vuelva a estudiar la última instrucción que le di, pues contiene un trabajo muy necesario. Esta instrucción es como una conversación franca, entablada con un hermano muy apreciado. Y yo lo aprecio, amigo mío.


Junio de 1935

Mi viejo hermano:

     Ha descendido hasta la mitad de su torre, y eso es bueno. En mi última instrucción le hablé con franqueza y reconoció la justicia de lo que dije y empezó a hacer los necesarios reajustes. Trabajo que debe continuar un año más.

     ¿Tiene alguna idea, hermano mío, del cuidado con que vigilo el trabajo de este grupo de discípulos? Lo hago con paciente atención, no por algún interés personal en lo que concierne a las personalidades de los discípulos, sino por el poder que está latente en grupos así consagrados. Si los miembros del grupo pueden ser suficientemente purificados y entrenados y si los discípulos que lo componen se hallan suficientemente fusionados en una sola unidad actuante, entonces mucho podrá realizarse. La mayoría de los grupos están todavía en la etapa de prueba y en años venideros los Maestros recién podrán saber qué grupos soportarán la presión y mantendrán no obstante el vínculo egoico que subyace en las distintas personalidades.

     El problema de la integración grupal nunca es fácil; a usted le resultó particularmente difícil integrarse en [i628] mi grupo de discípulos, debido a su tan apreciado y profundamente arraigado sentido de aislamiento, desarrollado en su última vida como mecanismo de defensa para una personalidad muy sensible. Sin embargo, está aprendiendo a abandonar esa actitud. Respecto a los demás discípulos son varias las razones que militan contra [e575] la integración. En algunos, se debe a que se absorben en los problemas de la personalidad, los cuales aprisionan al discípulo, así como usted fue aprisionado en su torre de aislamiento. En otros, el problema reside en la fuerza de voluntad para ubicarse en el centro, tanto en sentido correcto y noble como en sentido de la personalidad o erróneo. Esta actitud produce un sentimiento de identificación y de yoísmo que impide la integración. Otros discípulos se ven obstaculizados por una actitud opuesta, por el poder que otorga el segundo rayo para el apego y la inclusividad, lo cual debe ser anulado en el caso del apego, siendo necesario enfocarlo donde la tendencia a la expansión es constructivamente posible.

     Al exponer estas ideas, se habrá dado cuenta por qué sentí la necesidad de que todos los miembros de este grupo de discípulos comprendieran debidamente las reglas del trabajo grupal y supieran el lugar que cada uno debía ocupar en el trabajo futuro. Si todos mis discípulos se valen de la oportunidad actual, con renovado esfuerzo y entusiasmo, entonces descubrirán qué es lo que pueden realizar los discípulos en el Ashrama de un Maestro.

     Varias veces le dije que su función en este grupo particular consistía en impartir fortaleza y poder a sus condiscípulos. ¿Puede hacerlo con total desapego y profundo apego? Tal es su problema. Cada uno necesita lo que usted tiene para dar, pero lo necesita en forma distinta. Le recomiendo esto como tema de estudio para los próximos meses, y le propongo el trabajo siguiente: Analice a los condiscípulos que usted conoce y trate de establecer una íntima armonía con ellos. Estudie lo que dicen y escriben y trate de sintonizarse con sus almas y de comprender sus personalidades. El resultado será parcialmente correcto, y también en parte erróneo. Si llegaran a darse cuenta de lo que usted está haciendo, descubrirá que son bastante impersonales para permitirle aprender algo de psicología, analizando sus caracteres, temperamentos y tendencias. Esto me permitirá también darle alguna instrucción como psicólogo práctico -algo nunca fácil para un ego de primer rayo...


[i629] Febrero de 1936

Mi hermano de antaño:

     Éste fue para usted un año de interesante desarrollo interno, ¿no es verdad? Ha aprendido mucho y, afortunadamente para su progreso, su bella y aislada torre de marfil tambalea hasta los mismos cimientos. Su alma la ha socavado seriamente. Sigue [e576] en pie, pero desconfía de ella y ya no le interesa, lo cual es un gran paso. Continúe la buena obra y procure que este año desaparezca su torre de marfil -erigida cuidadosamente durante las últimas seis encarnaciones- y usted permanezca aquí abajo, entre los hombres, compartiendo con ellos todo lo que concierne a la humanidad. No se sentirá muy cómodo, pero puede, y podrá, convertirse en una torre de fortaleza para los demás.

     Su principal actividad espiritual debe ser ahora el trabajo de plenilunio. Cada mes dedique sus períodos de recogimiento interno a la preparación que debe realizar durante los cinco días del período de la Luna llena:

  1. Dos días de preparación e introspección.

  2. El día de la Luna llena, que ofrece la oportunidad de sintonizarse con sus condiscípulos en mi ashrama.

  3. Dos días para tratar de beneficiarse con lo adquirido subjetivamente, haciéndolo objetivo en su conciencia.

     Si lleva a cabo exitosamente este ejercicio para desarrollar su sensibilidad interna, los beneficios aportados serán inconmensurables, siendo para sus condiscípulos de mayor utilidad de lo que cree.

     Los próximos meses están destinados a la preparación (de los discípulos en todos los ashramas), a fin de prestar un servicio más pleno. Ningún precio que se nos exija será demasiado elevado para ser útil a la Jerarquía en el momento de la Luna llena de Tauro, el Festival de Wesak; ningún precio es demasiado elevado para obtener la iluminación espiritual posible, particularmente en ese momento.


Agosto de 1936

     Este año fue de cambio para usted, mi luchador hermano, y como resultado tiene menos del luchador [i630] y más del discípulo en Camino de la Luz. Su torre de marfil está aún allí y permanece en toda su real belleza. Quizá nunca se destruya y pueda convertirse en un refugio para otros. Sus puertas están ampliamente abiertas, y pocas veces lo hallarán en su torre, porque estará ocupado en otra parte, sirviendo a sus semejantes. Mantenga las puertas abiertas, entre y salga con plena libertad y empléela como "Torre de Silencio" para el yo inferior, como entrada al "Lugar Secreto del Altísimo" y "Templo de Refugio" en el cual pueda entrar el cansado, el desorientado y el solitario, a fin de ser ayudado y fortalecido. Posee gran sabiduría y también la capacidad que otorga el primer rayo, de sustentar un principio. Durante décadas, ambos (la sabiduría y el principio) se han [e577] expresado hasta donde lo permitió su personalidad. Pero internamente posee un grande y profundo amor innato que -de acuerdo al proceso equilibrador, al cual se someten los verdaderos discípulos- debe expresarse más definidamente. Antes de que pronuncie las palabras de poder y sabiduría (que pronuncia con tanta facilidad y veracidad, extraídas de una larga experiencia), debe verter el amor de su corazón sobre aquellos que se dirigen a usted para obtener luz y fortaleza. Hoy los hombres necesitan amor. Si esto se lo hubiera dicho cinco años atrás, quizás lo hubiera creído, pero no comprendido. Ahora lo comprende.

     Frecuentemente señalé a este grupo de discípulos que no puedo continuar indefinidamente dando consejos personales. Hay un límite para lo que se puede asimilar, y mucho queda por hacer durante el día. Sin embargo, puedo impartir a usted y a sus condiscípulos muchas cosas de importancia y significación grupales y por ese medio familiarizar a los discípulos sobre las reglas de esa actividad grupal que debe regir el desarrollo y el servicio que se prestará durante la futura nueva era. Puedo enseñarles las técnicas del futuro. Quisiera que reflexione extensamente acerca del trabajo que llevan a cabo los nuevos grupos de discípulos, pues forman los grupos simiente donde se aplicará la técnica de la nueva era. Esfuércese por obtener una clara imagen mental de los tres aspectos del trabajo. Reflexione sobre el propósito mental que está detrás de todos los Ashramas y sobre mi plan para mi Ashrama. Digo "mi plan" intencionalmente, hermano mío, pues le pido que comprenda lo que trato [i631] de hacer. Hago planes para el futuro de acuerdo al Plan. Yo, su amigo e instructor, estoy preparando definidamente a usted y a sus condiscípulos, para una posible y determinada y hasta casi inminente expansión de conciencia. Más adelante le pediré sintonizarse con la vida del corazón de este grupo particular de mi ashrama, con su vida de deseo-aspiración, haciéndolo por medio de su cuerpo astral de deseo. Cuando el propósito y el deseo del grupo (al esforzarse por sintonizar mi plan) empiecen a madurar en su mente, entonces, inevitablemente verá con claridad que en el plano físico hay ciertas formas de colaborar y actividades que desempeñar. Éstas emergerán más adelante, pues aún no es el momento.

Enero de 1937

Querido hermano:

     Sus respuestas a mis preguntas me causaron regocijo. Son como usted, ansiosas, sinceras, mentales, lógicas y tienen la [e578] impersonalidad del tipo de primer rayo. Sus respuestas podían haber sido previstas. Serán de valor para quienes las lean. ¿Lo ayudó en algo esta tarea? ¿Le trajeron iluminación y momentos de autorrevelación, algo nada fácil para los hombres de su tipo, las respuestas a estas preguntas? Tales momentos llegan con un destello de luz cegadora. Un estudio de la revelación de la verdad y la lógica tenacidad de San Pablo (no importa cuán desastrosos hayan sido sus efectos sobre la cristiandad) y su impersonalidad, le proporcionarán un gran aliciente, serias advertencias, la verdad y lo que sea necesario. Hermano mío, usted podría haber escrito sin dificultad alguna la Epístola a los Romanos. Averigüe por qué.

     El trabajo de este grupo de discípulos al cual está asociado, aumenta, y quizás en el futuro el grupo necesite de su razonamiento equilibrado y de su clara visión. Brinde plenamente consejos y ayuda y atempérelos expresando más vitalmente el amor. Su "cuerpo mental, duro como el acero", algún día deberá ser destruido. Empiece por mantener intacto el principio mente, permitiéndole que actúe libremente, pero envíelo en alas del amor y en misiones de compasión. El hombre común actúa en niveles emocionales, sin ayuda de la mente y sin la iluminación del alma. El hombre evolucionado y el aspirante [i632] actúan en niveles mentales, integrando la personalidad y, por lo tanto, adquiriendo poder. El discípulo trabaja en los niveles del alma, los del amor divino, proporcionándole a la mente el móvil del amor, sometiendo todo sentimiento de la personalidad al amor universal, llevado a cabo en forma práctica, no teórica. Hermano mío, si no lo amara ¿podría ayudarlo de este modo?

     Quisiera que realizara un trabajo en usted mismo y a través suyo. Estudie la teoría sobre la transmutación de las actitudes mentales por los procesos del amor -procesos que de ninguna manera impiden la adopción de estas actitudes, sino que las motiva y universaliza. Mediante estos procesos, un concepto mental puede convertirse en una realidad en el plano físico por la actividad del amor correctamente empleado. Usted podría extraer grandes cosas de este pensamiento e impartir mucha enseñanza a quienes leen sus palabras.

     No tengo ningún ejercicio esotérico especial que darle, excepto decirle que preste mucha atención a su sensibilidad espiritual en el momento de la Luna llena, y hágalo desde tres aspectos:

  1. Trate de acercarse más a mí y procure sentir mi vibración. [e579]

  2. Trate de captar al mismo tiempo la vibración de mi grupo de discípulos.

  3. Registre cualquier fenómeno, si se presenta.


Julio de 1937

Hermano mío:

     Fuera de explicarle los hechos, poco tengo que decirle; puede y hará sus propios reajustes. Tiene el don de considerarlos con claridad y luego actúa sobre lo que descubre o deduce.

     Su cuerpo mental (y esto quizás le sorprenda) pertenece al cuarto Rayo de Armonía a través del Conflicto, de allí la intensidad de su vida mística interna. Pocos son conscientes de esta vida interna. Constituye el aspecto incluyente y suavizante en su vida, y en él está mayormente polarizado y, acrecentadamente, deberá estarlo. Este factor en su vida hace que sea magnético y que lo amen. Su mente no es separatista.

     Su cuerpo astral está influido por el sexto rayo de Devoción, de allí su temprano interés en las cosas pisceanas, [i633] su marcada tendencia cristiana y también su fuerte naturaleza emocional que, no obstante, está bien controlada, debido mayormente a que en esta vida posee un cuerpo masculino.

     Como bien imaginará, su cuerpo físico está condicionado por el séptimo rayo. No es necesario que me extienda sobre ello. Por lo tanto, posee un complejo conglomerado de fuerza:

1. El rayo del alma - el primer Rayo de Voluntad o Poder.
2. El rayo de la personalidad - el séptimo Rayo de Orden Ceremonial.
3. El rayo de la mente - el cuarto Rayo de Armonía.
4. El rayo del cuerpo astral - el sexto Rayo de Devoción.
5. El rayo del cuerpo físico - el séptimo Rayo de Orden Ceremonial.


Enero de 1938

Hermano mío:

     Me pregunto si podrá captar mi intención o si yo podré llegar hasta usted. No trabajo en el plano astral con mi grupo de discípulos, sino en niveles mentales, tratando de ayudarlos a construir el puente de unión entre sus personalidades y sus almas, entre ustedes como condiscípulos y entre el Ashrama y la Hermandad a la cual pertenezco y a la que el alma, en su propio nivel, trata conscientemente de servir. Pero usted estuvo ausente del hogar durante un tiempo.

     [e580] No es particularmente intuitivo, hermano mío, ni su contacto con las "hermandades internas" tiene que ver con la intuición o la inspiración. No existen hermandades en el plano de la intuición. Las hermandades son formas grupales que constituyen los aspectos de la personalidad de los grupos egoicos. La expresión o término Jerarquía, es sólo una palabra aplicada al transfigurado aspecto de la personalidad de todos esos grupos egoicos, egos o almas liberadas, que actúan en los niveles superiores del plano mental, y desde allí tratan de ayudar a los hijos de los hombres. Por lo tanto, usted hace contacto con la Jerarquía en los niveles mentales. El contacto con lo que usted denomina "hermandades internas" es astral, con todo lo que esta palabra implica. Nada tiene de malo o de indeseable este contacto, siempre que reconozca el plano en el cual usted actúa con sus evidentes limitaciones.

     [i634] ¿Se ha dado cuenta de que lo estoy entrenando para que salga de su torre de aislamiento y, al mismo tiempo, entreno a C.D.P. para que permanezca en la cima de su torre? Pero la suya es la torre de una personalidad aislada, y C.D.P. tuvo que aprender (y aún está aprendiendo) a crear una torre de fortaleza y de resistencia contra las demandas de tipo inferior. Dicha torre nada tiene que ver con la personalidad. Recuerde hermano mío, que cuando aprenda a salir de su torre no significará que debe deambular por los niveles de la vida de la personalidad sin una verdadera dirección.

     Si echa una mirada retrospectiva al entrenamiento que le di durante los últimos años, observará que mi tarea fue doble:

  1. Le revelé que pertenece al primer rayo y que debía, por lo tanto, aprender el correcto apego. Tuvo que aprender a integrarse en mi grupo de discípulos y a amar en forma incluyente y no excluyente.

  2. Le liberé de una torre en la que se encerró usted mismo. Esta última tarea fue exitosamente cumplida. La primera aún debe ser llevada a feliz término.

     El grupo de discípulos al cual pertenece, hermano mío, se halla en el plano mental y está formado por dos grupos: el de los discípulos al cual usted pertenece y donde le asigné un trabajo específico, y el jerárquico, mi ashrama particular, al que usted está afiliado y en el que debe ser absorbido por la consagración del alma y, posteriormente, con el correr de los años, por la iniciación. Sólo una cosa impide que se integre rápidamente en el lugar que le corresponde, y es el ancestral amor que siente por las divagaciones astrales y los fenómenos psíquicos.

     [e581] Esa tendencia al astralismo la heredó de otras vidas y tiene su fundamento en antiguas tendencias monásticas y en los mundos de ensueño por los cuales deambuló en tiempos pasados, a fin de aliviar la monotonía de la vida dentro de las cuatro paredes de la celda en que vivía, dedicado a la vida contemplativa. Su conciencia era entonces mística, visionaria e imaginativa, desviándose hacia esferas de alucinación astral, lo cual significa que su cuerpo astral en esta vida retorna fácilmente a los antiguos métodos, a los viejos modos de pensar, al control de las formas mentales del pasado, siendo, por lo tanto, fácilmente engañado.

     [i635] Siempre puedo hablar con claridad y franqueza a los discípulos de primer rayo, sabiendo que aceptarán mis palabras con correcto espíritu. Por lo tanto, le digo veraz y comprensivamente, que se va deslizando hacia las ilusiones de los fenómenos astrales. No hay nada real en lo que está haciendo ahora. Usted es un alma y no un investigador de fenómenos astrales.

     Tres o cuatro de los que actúan con usted en el plano astral, sufren realmente un engaño y están en peligro, porque usted les impide progresar hacia los niveles mentales. La mayoría de los miembros del grupo con quienes trabaja no tienen vida real. Son simples cascarones de antiguos trabajadores astrales, mantenidos en coherente unidad como formas activas por las pocas personas que pasan, a través del plano astral, a niveles superiores. También son mantenidas en coherencia por aquellos que en el plano físico son seducidos por los fenómenos astrales y temporalmente son desviados por el espejismo.

     El plano astral no es para usted, hermano mío. Le sugiero que abandone esa actividad y vuelva a actuar como alma. La verdadera naturaleza de su alma no se identifica con los fenómenos; es el centro de fuerza espiritual por cuyo intermedio vienen a la existencia los planes de Dios. Sus incursiones en el mundo de la ilusión y el maya, han demorado al grupo de discípulos con el que trabaja y postergaron su actividad grupal unida. Durante meses no ha acatado regla alguna de las que rigen a mis discípulos, lo cual significa, viejo hermano, que la integridad grupal ha sido infringida y que en la actualidad el grupo no funciona como una unidad. Hasta que no vuelva a ser un todo activo, el trabajo que hemos proyectado no podrá iniciarse. Usted se halla en la difícil situación de impedir que sus condiscípulos cumplan la tarea específica asignada.

     ¿Quisiera reflexionar sobre estas cuestiones y en los meses [e582] venideros liberarse de esta tendencia a las actividades fenoménicas? Éstas lo desviaron frecuentemente, durante los últimos diez años.


Marzo de 1939

Hermano mío:

     Si llega a captar con claridad las implicaciones de lo que ahora diré, obtendrá un progreso real. Dejaré que descubra por sí mismo esas implicaciones. Llegó a la [i636] etapa de desarrollo donde -a no ser que obtenga un conocimiento de tipo más mental se convertirá en un mago astral de elevado rango y detendrá su propio y verdadero desarrollo en esta vida.

     Respecto a esto, quisiera señalarle tres cosas:

  1. La mayor parte de su vida subjetiva la pasa en el plano astral.

  2. Se esfuerza -en gran parte inconscientemente- por trabajar como lo hace un mago astral, empleando palabras para unir la vida y la forma. No emplea la Palabra.

  3. No trabaja desde niveles del alma, sino en niveles astrales, y de esa manera la Palabra de Poder que el alma emplea se diluye entre las incontables palabras que el mago astral considera necesarias. Pone énfasis sobre el aspecto forma y no sobre el aspecto espíritu.

     Esto se debe a dos cosas: Primero, a que el rayo de su personalidad y también el de su cerebro, es el séptimo. Segundo, trajo esta tendencia de una vida anterior; su tarea fue trascender y liberarse de todo trabajo mágico del tipo que fuera, hasta afianzarse en la conciencia del alma. Pero actualmente ama estas cosas y cree que todo aquello con lo cual entra en contacto es real. Mientras las cosas sean así, su vida egoica estará bloqueada en los niveles astrales.

     Otra dificultad, derivada de lo mismo, es que, a causa de este "impasse" astral, su alma está enfocada en el cuerpo astral, la cual no puede expresarse en el plano físico, por ejemplo, debido al espejismo que lo circunda. La energía de su personalidad está enfocada en el cuerpo mental. Esto hace que la magia de séptimo rayo influya sobre su mente, quedando así atrapado por el espejismo, en dos direcciones. Siendo su cerebro también una expresión de la fuerza de séptimo rayo, facilita este trabajo de magia.

     Mientras no se haya polarizado hermano mío, en el alma, está jugando con fuego, y el trabajo mágico del plano astral [e583] es muy peligroso. Incluso el interés que siente por la masonería no es conveniente para esta vida, pues el trabajo masónico es trabajo mágico, siendo un reflejo de los procesos de la iniciación mediante los cuales se unen el poder del espíritu y el poder de la sustancia, por medio del trabajo mágico del alma.

     [i637] Hablo con franqueza, porque quiero verlo liberado de esta condición y del "impasse" a que ha llegado. Por lo tanto, le pido -acepte o no mis conclusiones- que dedique diez minutos cada mañana para lograr la actitud y la altitud del alma y desde ese punto (o del más elevado que le sea posible alcanzar en cualquier momento dado) piense cabalmente sobre los argumentos en pro y en contra de su actual actitud e interés en la vida. Procure, a medida que lo hace, armonizar el alma y el cerebro -algo que raras veces logra. Si puede reflexionar con claridad en esta línea, se liberará rápidamente del espejismo. Recuerde que su cuerpo astral de sexto rayo intensifica el problema, porque lo impele a dedicarse a los fenómenos superficiales que considera reales...

     Le envío mi bendición. Le pediría particularmente que hiciera del período de la Luna llena de cada mes, un período de tensión e interés verdaderamente espirituales. Le rogaría que trate de oír y ver lo que digo. He expuesto esto con una intención definida. Mucho logrará por este esfuerzo.

NOTA: El Tibetano expresó en enero de 1938: "sólo una cosa le impide que se integre rápidamente en el lugar que le corresponde, y es el ancestral amor que siente por las divagaciones astrales y los fenómenos psíquicos". Ello probó ser verdad y este discípulo sigue desviado, por eso ya no trabaja en el Ashrama del Tibetano.


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