Discipulado en la Nueva Era II - Enseñanza sobre la Iniciación XI
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ENSEÑANZAS SOBRE LA INICIACION UNDECIMA
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[e373] Uno de los factores (creo que lo señalé anteriormente) que ha militado en contra de la verdadera comprensión de la iniciación, fue las pueriles y endebles interpretaciones que los diferentes grupos de ocultistas han promulgado. A menudo he deseado que H.P.B. (mi primera amanuense) y los numerosos y diversos instructores de la verdad oculta, nada hubieran dicho sobre la iniciación, los Maestros y la Jerarquía oculta. La humanidad no estaba aún preparada, ni la Jerarquía es como la han descripto los anhelantes teósofos y rosacruces. La imaginaron como un grupo de hombres ávidos y ansiosos de establecer felices relaciones con la humanidad, algo que no interesa mayormente a los Miembros de la Jerarquía. El principal objetivo del Maestro de un Ashrama, o en un Ashrama, consiste en cumplir debidamente los propósitos de Sanat Kumara mediante el esfuerzo jerárquico. Trabajan con los pensadores evolucionados de la familia humana, capaces de captar el Plan y penetrar en la periferia de la influencia jerárquica. Los Maestros buscan discípulos entre los intelectuales del mundo, pero no los buscan entre los que constitucionalmente se unen a grupos ocultistas, ni en las filas de los ilusos devotos que quieren asociarse con algún Maestro. Los buscan entre aquellos que aman inteligentemente a sus semejantes y no tienen ambición ni egoísmo espirituales. Nunca los buscan entre los que atesoran la idea de ser buscados y amados por los Maestros. Un hombre quizás no tenga conocimiento práctico alguno sobre la enseñanza académica iniciática pero -si ama a sus semejantes, se dedica a servirlos y puede utilizar su mente en bien de ellos- probablemente está más cerca de la iniciación que los devotos de escuelas ocultistas. Sin embargo, estas escuelas realizaron una tarea vital e importante y familiarizaron al género humano con el concepto general de la iniciación, presentando por lo tanto una meta [i430] impelente, prestando en consecuencia un servicio. Esto debe recordarse. En realidad no es culpa del individuo si es desviada y distorsionada la verdad presentada. Su etapa en el ciclo evolutivo lo hace inevitable. Desde el momento que se distorsiona y tergiversa esa etapa en la presentación evolutiva, en tal forma que su demanda no es progresiva, sino que sirve únicamente para nutrir el orgullo individual y el sentido del logro personal, lógicamente no es espiritual. Al encarar todo el tema de la iniciación les pediría que lo tuvieran siempre presente; quisiera que encararan este tan discutido tema en forma distinta de lo común. Les pido que duden de todo lo que los hace sentir personalmente capaces de cumplir las demandas iniciáticas y busquen aquello que los obliga a aplicar toda [e374] la intuición y percepción espiritual que poseen. Les rogaría que rechazaran todo lo que les hace sentir devoción por la individualidad de cualquier Maestro y creer que son la vanguardia de la oleada evolutiva. En esta instrucción quisiera darles una nueva perspectiva de los procesos iniciáticos, presentándoles un nuevo incentivo para el esfuerzo constructivo y para un acercamiento sensato a este tema. Lo hago por la razón expuesta en mi última instrucción donde dije: "Cuando coinciden las crisis humana y espiritual, llega uno de los principales períodos de oportunidad y de decisión, de allí la extrema gravedad del momento actual". Por lo tanto, sugeriría que estudiáramos el problema del proceso iniciá-tico desde el ángulo de la Penetración, la Polarización y la Precipitación. Estas palabras son de utilidad práctica si las comprenden correctamente; les pediría también que las consideren desde el ángulo de su acercamiento individual al Iniciador. En consecuencia esta necesaria consideración tiene dos aspectos: el de ustedes, el discípulo individual, y el del grupo, del cual deberían ser parte integrante (¿lo son?). Por lo tanto, tomemos estos puntos y veamos lo que podemos extraer de ellos. ¿Qué es lo que penetran? o como discípulos ¿en qué tratan de penetrar? ¿dónde están polarizados? y ¿qué quieren realmente significar cuando emplean esta palabra? ¿Qué es [i431] lo que se precipita cuando obtienen éxito en los procesos de penetración? o ¿cuándo alcanzaron cierta medida de polarización? Estos aspectos de la enseñanza son de importancia, de lo contrario no aplicarían la percepción inteligente ni emplearían palabras significativas. La iniciación es esencialmente una penetración en zonas de la conciencia divina, que no están dentro del campo normal de la conciencia de un ser humano. Esta penetración iniciática la realiza el discípulo por la meditación reflexiva, el desarrollo de la comprensión espiritual interpretativa, más la aplicación de la mente discernidora entrenada. Esto conduce oportunamente a la estabilización de su conciencia en el nuevo campo de percepción, de manera que se polariza allí y puede trabajar inteligentemente desde el punto de percepción y de visión consciente alcanzado. Una vez que puede hacerlo y es consciente de las nuevas energías con las cuales trabaja, entra en la etapa en que puede precipitar estas energías en los tres mundos del servicio humano y las emplea para llevar adelante el Plan jerárquico. Estas tres etapas de actividad consciente -penetración, polarización y precipitación- son etapas definidas y reconocidas en cada iniciación, excepto la primera. El discípulo (según rezan las Escrituras) "toma el reino de los cielos por la violencia", y de ese modo penetra en la palestra donde actúa el Iniciador; se polariza dentro de esa zona de influencia espiritual [e375] y dinámica, cuyos resultados están condicionados por la particular iniciación que está recibiendo. Desde este punto, lleva adelante la tarea de precipitar las energías con las cuales ha entrado en contacto, y aprende a disponer de ellas cuando trabaja para la humanidad. Al mismo tiempo, el Iniciador "polariza" las energías del discípulo que "penetra" y las "precipita" por medio de su vehículo, de acuerdo con la Voluntad o el Propósito de la divinidad. La etapa en la que el discípulo demuestra el hecho subjetivo de que es un iniciado, se denomina etapa de penetración, donde enfrenta
denominada la etapa de polarización. Luego, cuando el proceso iniciático se completa y él "vuelve a su lugar de origen para llevar a cabo el Plan", tiene lugar la etapa de precipitación. Por lo tanto hay dos procesos de actividad que se realizan simultáneamente, es decir, el que complementa el Iniciador y aquel del cual es responsable el iniciado que progresa. Desde el momento en que un discípulo entra en el sendero de la iniciación -desde la segunda a la novena iniciaciones- actúa en una de estas etapas. Penetra en nuevas zonas de conocimiento divino y profundamente en la Mente de Dios, o aprende a vivir y actuar desde la etapa alcanzada, denominada de polarización, o ayuda, hasta donde es capaz, a precipitar las energías que posibilitarán la manifestación del reino de Dios en el plano físico. Cada iniciado constituye un punto polarizado de energía precipitada; cada iniciado trabaja desde un conocido punto de polarización, y su principal tarea es precipitar la energía a fin de energetizar, estimular y crear lo que se necesita en cualquier campo inmediato de la actividad divina. La obediencia oculta es, en realidad, la capacidad de trabajar con estas energías en relación con el Plan, aunque sólo una ínfima parte de ese Plan es conocido por el iniciado. Así llega a formar parte de un gran grupo distribuidor de energía. Comprenderán en consecuencia, por lo que antecede, que las tres palabras consideradas son las principales palabras claves del programa jerárquico. Una de las tareas de un Maestro, en relación con Sus discípulos, es ayudarlos a obtener una polarización efectiva y la consiguiente estabilidad espiritual. El discípulo debe efectuar la etapa de penetración solo y sin ayuda; durante el proceso de polarización se le permite al Maestro de su Ashrama ayudarlo. La etapa de precipitación consta de tres partes:
Como bien saben, el primer Iniciador es el Alma, el Angel de la Presencia, y la etapa de penetración abarca el largo ciclo evolutivo donde el alma trata de establecer contacto con la personalidad y controlarla. La etapa de polarización abarca el ciclo donde el control del alma se estabiliza y se impone conscientemente sobre el triple hombre inferior. Se conoce la etapa de precipitación por lo que esencialmente es, cuando las energías de la Tríada espiritual pueden llegar, por intermedio del antakarana, a la personalidad fusionada con el alma. Tenemos, por consiguiente:
Estas etapas se presentan en forma dramática durante el proceso o el reconocimiento de la iniciación. Como se ha dicho a menudo, todo tiene que ver con el empleo de la energía y abarca la totalidad del período de entrenamiento para la distribución de la energía. En efecto, la iniciación es un proceso donde el iniciado aprende a trabajar con la energía, a emplear las energías creadoras, atractivas y dinámicas, de acuerdo al Plan jerárquico, con la finalidad de precipitar el Propósito planetario en el campo externo de la [e377] manifestación. Quizás piensen que no es muy nuevo lo que digo y, en parte, ello es verdad. El empleo de las tres palabras que he tratado de explicarles trae implícita una comprensión esotérica extremadamente profunda de los Misterios ocultos y de las Realidades espirituales: la concepción de un objetivo que debe penetrarse, de una nueva zona de conciencia donde el iniciado debe estabilizarse y polarizarse y, como resultado, el empleo dinámico de energías hasta ahora desconocidas, disponibles para él porque es un iniciado y debe llevar a cabo lo que le fue revelado del Plan jerárquico, desde el Punto de Revelación alcanzado. Todo ello está implícito en estas palabras, y que, aunque breves, imparten las más grandes verdades espirituales, un creciente sentido de eterna vivencia, actividad y movimiento. El iniciado descubre que él es un punto de energía en un océano de energías dirigidas por grupos de Seres Vivientes Que trabajan de acuerdo a su comprobada inmortalidad, y que -debido a su vivencia- pueden ser centros para precipitar energía según el Plan divino y de acuerdo al Propósito divino. Los místicos de la Iglesia y de las grandes religiones mundiales han dado a la palabra "revelación" una acepción errónea, empleándola generalmente con un sentido egoísta e implicando el concepto de que la revelación es la merecida recompensa concedida al místico por la lucha y la intensa búsqueda de Dios. Entonces repentinamente Dios se le revela; [i435] inesperadamente habla el Angel; súbitamente su búsqueda parece terminar, concediéndosele la recompensa en forma de revelación. Este procedimiento y secuencia de los acontecimientos fue el proceso común aplicado durante siglos, y en todo momento la idea de Dios Trascendente predominó en el pensamiento religioso. Pero la revelación acordada está, en realidad, relacionada (hasta la sexta iniciación) con Dios Inmanente, Dios en la forma, Dios en el corazón humano y con esa Realidad suprema velada y oculta que motiva toda la existencia y que es siempre la conciencia consciente de sí misma. La revelación es la progresiva penetración: primero en la Mente, luego en el Corazón y, finalmente, en el Propósito de Aquel en Quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser. En las primeras dos iniciaciones el alma es el agente de la revelación, razón por la cual se dice que la primera iniciación es, en verdad, la expresión de la propia divinidad interna del hombre. Por eso se las considera a las dos primeras iniciaciones como las "iniciaciones en el umbral". Aquí debe tenerse en cuenta el trabajo que realiza el Cristo o Quien sea el Guía cíclico de la Jerarquía, en colaboración con el alma del iniciado en el plano del alma, el mental; el Hijo de la Mente es liberado y entonces son posibles las [e378] iniciaciones superiores. Después de ello, puede enfrentar o afrontar paso a paso al Iniciador Uno y se le revela el alma mundial, la conciencia planetaria -de la cual el Alma o conciencia individual es parte integrante. Después de la sexta Iniciación de la Decisión, la revelación pasa a los niveles cósmicos y sale del plano físico cósmico; entonces se obtiene la sabiduría respecto a Dios Trascendente. El iniciado posee ya, dentro de la esfera planetaria, el conocimiento de Dios Inmanente y a ese conocimiento puede añadir la sabiduría y aprender a interpretar correcta y comprensivamente lo que se le va revelando etapa tras etapa, mientras demuestra que él es un iniciado. Después de la sexta iniciación, el iniciado, por medio de su percepción espiritual proyectada, empieza a penetrar en los niveles cósmicos, donde entra en contacto con revelaciones nunca imaginadas. Lo que en realidad quiero que comprendan está mejor expresado en El Antiguo Comentario, que dice:
Todo el tema de la revelación se refiere a la revelación de la luz e implica muchas y variadas interpretaciones de la palabra "luz"; concierne al descubrimiento de las zonas iluminadas del ser, que de otra manera permanecen desconocidas y, por lo tanto, ocultas. Creamos luz; empleamos luz; descubrimos luces mayores que sirven para revelarnos al Dios Desconocido. Es la luz guiadora en nosotros que oportunamente revela esas luces más brillantes que introducen el proceso de la revelación. Como pueden comprender, hermanos míos, hablo en símbolos. La mayor parte del pensamiento humano sobre la religión concierne a la luz del conocimiento, debido a que la primera "gran zona iluminada" que el iniciado puede captar es el "círculo de la Mente de Dios", al manifestarse en estado activo y viviente en la conciencia planetaria. Llega un momento en el proceso iniciático en que el iniciado se hace consciente en forma que no puedo ni debo explicar -de la luz tal como fulguró en la culminación del anterior sistema solar, aplicándole el inadecuado nombre de la "luz de la inteligencia", siendo en realidad la luz de lo que denominamos [e379] luz del ánima mundi; en esta experiencia iniciática la luz del Reino de las Almas se suma a esa luz. En una iniciación posterior llega un momento de revelación donde el iniciado percibe y registra como definida revelación la "Luz del Propósito divino" y esto sucede de tal manera que la luz de la Mente o Inteligencia divina, está disponible para esta acrecentada iluminación y animación. Cuando esto tiene lugar se llega a un punto en que la inteligencia [i437] y sus diversas fases, tal como él las conoce hasta ese momento, quedan bajo el umbral de la conciencia y se convierten en un hábito instintivo e irrevocable, pero ya no causan gran preocupación. "La luz del Amor" que afluye desde el Corazón de Dios (y desde el ángulo del sistema solar -del Corazón del Sol) reemplaza a la luz que hasta entonces ha iluminado su camino. En ese punto de revelación (hablando también simbólicamente) se da cuenta por primera vez de la triple "relación iluminada": un triángulo compuesto por la luz de la Tríada espiritual, por una luz que afluye desde el "Corazón del Sol" y por otra que fulgura constantemente desde el plano físico cósmico. Cuando el iniciado penetra en las etapas superiores del sendero de iniciación, avanza hacia esa luz que le fue revelada por el empleo de la triple luz de su personalidad y la triple luz de su alma que (cuando está fusionada) representa dos grandes luces; cuando vuelve a avanzar, fusiona esas tres luces con la triple luz de la Tríada espiritual, y la unión de todas estas luces revela una luz y luces extraplanetarias. La dilucidación que antecede es de naturaleza profundamente instructiva aunque simbólica, y sólo puede ser correctamente comprendida si se capta la premisa básica de que "la luz es sustancia" y que "la sustancia es energía". Aquí he tratado de reducir a palabras comprensibles para ustedes algunas páginas extraídas de las Reglas para Discípulos, a las cuales tiene acceso el iniciado cuando recorre el Camino y llega a la etapa crítica en que "reconoce la revelación". Les pediría que pensaran cuidadosamente sobre estas tres palabras, porque involucra la percepción de algunas verdades susceptibles de ser olvidadas. Por ejemplo, la verdad de que la revelación revela lo que está siempre presente; no revela en realidad algo nuevo y desconocido hasta ahora. Expresado en términos más simples: el iniciado descubre que puede percibir más de lo que él creyó que existía o era perceptible, y que está percibiendo algo que siempre existió. Se da cuenta que la limitación reside en él mismo y que el Camino de la Revelación es a través del descubri-miento y el desprendimiento de sus limitaciones personales o más bien individuales. [e380] El siguiente punto que debe recordar es que estas limitaciones [i438] fueron eliminadas por él mismo, debido al estímulo aplicado por el Cetro de la Iniciación, manejado por el Iniciador. Quisiera que recordaran que este Cetro es el de la Luz estimuladora que proyecta el Iniciador con toda su Iluminada energía, sobre el centro que recibe la atención durante una iniciación específica. Hay otro punto de revelación en el Camino de la Iniciación al cual quisiera referirme. Se produce cuando la luz que el iniciado ha generado o recibido, es proyectada hacia el pasado y le es revelada la mente subconsciente (como los sicólogos la denominan inadecuadamente), la cual lo relaciona con los cuatro reinos de la naturaleza. Ésta es una de las primeras fases y tiene lugar antes de que la luz penetrante y enfocada pase a zonas de conciencia extraplanetarias. Constituye una revelación fundamental, siendo un "punto sintetizador de penetración". Trato, hermanos míos, de proporcionarles -hasta donde puedo- alguna enseñanza sobre los puntos de revelación que el Cristo hará posible que el género humano los capte, y también de hacerles comprender algo de la cualidad de la luz del conocimiento inherente al planeta y la cualidad de la luz del amor de origen solar; ésta es una de las enseñanzas que el Cristo aclarará un poco más para el género humano. Es todo lo que puedo decir sobre estas líneas. Sin embargo, era necesario que hablara de estas cuestiones, aunque les parezcan símbolos y parábolas, pues los ayudará a valorar más exactamente la iniciación. En los procesos planetarios y cósmicos, el destino, la realización y el progreso del iniciado individual, son de poca importancia en el vasto esquema de la vida divina. ¿Pueden captar algo de lo que quiero significar si digo que la iniciación es una actividad planetaria, basada sobre la vida del Logos planetario y la etapa de realización espiritual de Sanat Kumara? Esta realización impele o lleva al iniciado a esferas cada vez más amplias de "conciencia iluminada", que no sólo le permite dar la bienvenida a las revelaciones de la luz, sino que lo convierte en uno de los agentes de la Luz. Estos misterios son muy profundos y no puedo esperar ni anticipar la plena comprensión de ellos. Hay por delante muchas vidas de lucha, servicio y [i439] progreso, pero la recompensa de la revelación es la compensación adecuada por todo lo que debe soportar el iniciado cuando rompe las limitaciones. La meta de este proceso fue resumida, en lo que a la humanidad planetaria concierne, en las palabras del quinto Punto de Revelación: "Cuando la luz de los siete rayos se fusionen con el séptimo rayo, entonces puede conocerse la Luz Suprema". |
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