Discipulado en la Nueva Era II - Cartas a W. D. S.

      


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W. D. S.

 

[i619] Enero de 1940

Hermano mío:

     Un arduo trabajo invernal tienen por delante todos los discípulos que están empeñados en nuestro servicio que, repetidas veces se ha dicho, es preeminentemente servicio a la humanidad, el cual nos preocupa intensamente en la actualidad, y sólo puede ser adecuadamente llevado a cabo en forma grupal. No obstante, y por alguna razón, hermano mío, usted permanece particularmente solo. Al comprender esto, me pregunto qué puedo hacer para que reconozca esta situación en su vida, pues debe cambiar las Condiciones para poder llegar a ser parte integrante de la vida del grupo. Cuando digo grupo, no quiero decir su círculo inmediato de colaboradores ni el grupo de mis discípulos que reciben estas instrucciones sino significar el entero grupo de discípulos servidores activos en el mundo, que en la actualidad son la esperanza del mundo.

     No cabe duda sobre su deseo y su inherente determinación de servir y la honestidad de su dedicación Hay dos factores que casi [e531] desafían toda definición y contribuyen al hecho de que usted permanece esotéricamente solo, rechazando espiritualmente el contacto del aspecto interno de la vida diaria (y, en consecuencia, el aspecto externo). No se trata de su disposición a colaborar, porque ya ha sido comprobada; no es un esfuerzo para comprender, ello es evidente; tampoco es intrínsecamente lo que hace, y lo envuelve como un muro, porque ésa no es realmente la dificultad, sino que usted mismo, como personalidad, se ha mantenido durante un exagerado tiempo en el centro de su cuadro, militando también su personalidad de primer rayo contra su identificación con el mundo de la relatividad en que se encuentra. Su personalidad se interpone siempre en su camino. Nunca la olvida, y condiciona todo lo que hace y dice. Su mente no evidencia comprenderlo porque todo el tiempo el factor más real en la situación es usted y, sin embargo -como usted mismo enseñaría a la gente-, esa actitud de la personalidad es [i620] esencialmente ilusoria y la gran embaucadora. Este énfasis puesto sobre la personalidad imparte un sentido de falsedad a las personas con quienes entra en contacto y evoca en ellas una reacción que las aleja de usted. Esto evoca, a su vez, la autodefensa de su personalidad, y además el esfuerzo para forzar la colaboración, la disposición de seguir el mismo camino que recorre la mayoría, hacer lo conveniente y también probarse a sí mismo y a los demás de que usted es lo que sabe que es, y que ellos no tienen razón para reaccionar así en contra suyo. Habiéndole señalado esto, ¿se ha esclarecido realmente algo en su conciencia? Lo dudo, porque las palabras exigen una correcta interpretación -pueden tanto inducir a error como ayudar. Sin embargo, podría expresarlo de la manera siguiente. La expresión de su alma y de su mente de segundo rayo ha sido aminorada en tal medida que sólo es el amor de la personalidad y la manifestación amorosa (aparente, aunque no de hecho) de una actitud mental, con las cuales se engaña a sí mismo e impresiona erróneamente a los demás, porque nada de ello expresa en realidad la verdad. Tampoco hay fuerza egoica en la expresión de su vida, sino sólo determinación de la personalidad, que usted interpreta erróneamente como fuerza. Esto se manifiesta de varias maneras, según la persona que está con usted en determinado momento; también demuestra la fuerza firme del alma, centrada en el ser espiritual, iluminado por la luz del alma y dedicado al trabajo grupal y no a la aspiración y la ambición de la personalidad.

     ¿Qué puede hacer usted en ese caso? Le recordaré que una de las tareas del Maestro es enseñarle a Su discípulo cuál es en su vida el "punto ciego" que el alma tiene el propósito de iluminar y llevar a la luz de su conciencia, disipando así la oscuridad y la ceguera. Esto se realiza mediante la sugerencia y el estímulo al [e532] cual estuvo sometido durante años y tuvo un doble efecto: estimular la personalidad, a fin de que responda en forma mesurada (aunque inadecuada) al alma y también estimular las tendencias de la personalidad para que ellas se expresen más plenamente. Cuando estas tendencias son evocadas, se registran y reconocen por lo que son, y si se las maneja correctamente pueden ser eliminadas. [i621] Sin embargo, la tarea se hace más difícil a medida que se progresa en el sendero, porque las cualidades y debilidades más sutiles emergen y no son tan fácilmente detectadas como las reacciones burdas de la personalidad Por lo tanto, le sugeriría estudiar la debilidad de la posición que adopta en relación con sus colaboradores y hermanos de grupo y descubrir la causa de su "soledad", registrando diariamente el efecto que usted produce en las personas. Esto no significa que se estudie usted, sino que las estudie a ellas. ¿Evoca una respuesta buena y feliz en sus amigos y asociados, o a la inversa? ¿Tienen disposición a ir en su búsqueda y estar mucho tiempo en su compañía? ¿Le cuentan sus dificultades en gratas conversaciones y buscan su simpatía? ¿Cómo hallará la respuesta a estas preguntas? Usted debe descubrirlo. Yo puedo darle sólo indicaciones, porque las afirmaciones de los demás, aceptadas como verdades, no tienen valor real alguno, salvo como postes indicadores, y a menudo no convencen. Lo que aprendió y comprobó por sí mismo, y lo comprobó por medio del dolor, el fracaso, el sufrimiento y el orgullo herido, lo liberará y pondrá fin a su soledad hasta ahora mayormente incomprendida.

     Que la fortaleza de su personalidad y de su naturaleza emocional (que actualmente está construyendo a su alrededor una barrera aisladora) sea trasmutada en amorosa comprensión, la cual se obtiene cuando su poseedor se identifica con los demás y no consigo mismo. Tampoco asume la actitud de: "Me identifico con los demás", ni se observa a sí mismo para ver si la adopta, enfocándose al mismo tiempo en sí mismo y en sus reacciones, tratando de lograr la identificación, porque quiere poner fin al erróneo aislamiento y ser más feliz en su trabajo y en su conciencia. En cambio, se pregunta: "y, ¿Cuáles son los sentimientos y pensamientos de mi hermano?", porque le interesa más la felicidad de su hermano que sus propios sentimientos y pensamientos, olvidándose de sí mismo al comprobar la situación y al tratar de ayudar, estimular y amar con sabiduría. Éstas, hermano mío, son las verdades trilladas de la experiencia espiritual y también las repetidas verdades que debe experimentar en forma práctica, convirtiéndolas en hechos comprobados de la experiencia y en expresión de su vida diaria. Nada más puedo decirle en este [i622] momento. Mucho [e533] puede hacer para este trabajo si quiere enfrentarse a sí mismo, olvidarse de sí mismo, si desea ser fuerte debilitando a la personalidad, si desea aprender a amar sin preocuparse de evocar o no amor. Éstas son las paradojas ocultistas que usted debe resolver y que -una vez resueltas- aumentarán grandemente su efectividad en el servicio.

     Quizás le resulte útil y sugestivo hablar con A.A.B., que es un discípulo más avanzado. Pero ella me pide que no se lo sugiera, y agrega que una insinuación mía vale más que una multitud de sus palabras o de cualquier otro. No quiere hablarle de este asunto ni dar cabida a una discusión, pero si usted le habla y le pide que le aclare mis palabras, hará todo lo que pueda.

     Uno de sus hermanos de grupo me hizo una extensa serie de preguntas que quisiera responder aquí, ya que tiene implicaciones psicológicas que pueden serle de valor, y son:

     "¿Cuál es exactamente la relación entre el pensamiento y la emoción? ¿Puede ser mejor descrito el pensamiento como emoción sublimada? Nuestros pensamientos, por muy remotos que sean, ¿no surgen acaso de nuestros sentimientos pasados y presentes? Como reflejo de reacciones emocionales del pasado, ¿los pensamientos no pueden ser descriptos como 'sensaciones fósiles'? En lo que respecta al presente, ¿nuestros pensamientos no son acaso nuestros sentimientos más refinados? El desarrollo mental, ¿no es el resultado del refinamiento del cuerpo emocional?

     "En lo referente a la evolución, ¿no es acaso el cuerpo emocional la sublimación del etérico, que a su vez es la sublimación de la sustancia química inorgánica? A medida que progresamos en el Sendero de Retorno, ¿no reunimos acaso sucesivamente 'nuestros cuerpos dentro de nosotros' elevando cada uno a la luz del que está inmediatamente arriba, y no es éste el significado de la cultura, la educación, el refinamiento, la purificación? ¿No es este trabajo personal el que deberíamos realizar constantemente y lo que está simbolizado en la Doctrina Católica Romana, por la Asunción del cuerpo de la Virgen María, la Madre de Cristo, al Cielo?".

     [i623] Le respondo lo siguiente:

     En lo que antecede, hermano mío, ha hecho nueve preguntas que atañen al mismo tema. No hubiera sido necesario responder algunas, si hubiese dedicado tiempo a estudiar el Tratado sobre Fuego Cósmico, porque allí está la respuesta a muchas de sus preguntas. [e534]

     La dificultad para diferenciar entre pensamiento y emoción se debe enteramente a dos cosas:

1. Al grado de evolución del Observador, que determina mayormente el campo de su observación y al enfoque de su atención dirigida.

2. Al actual estado de la raza humana La mayor parte de la humanidad hoy no piensa, sino que siente activamente.

     La mayor parte del género humano carece de esta cualidad mental, que es principalmente el discernimiento Sin embargo, a medida que la mente se desarrolla, se va comprendiendo la cualidad de la emoción, resultado de cierta medida de discernimiento que permite al Observador darse cuenta que se halla en un estado emocional o está pasando una crisis emocional, cualidad que a su vez es resultado de la percepción sensoria. Puede producirse gran reacción sensoria sin emoción. No existe emoción, como resultado de la sensación, si no hay cierta medida de desarrollo de la mente y de la reflexión. Por lo tanto, a la reacción entre pensamiento y sensación la denominamos emoción. Sin embargo, puedo responder a su pregunta diciendo, en forma amplia y general que la sensación puede estar (y frecuentemente lo está) presente donde no hay absolutamente pensamiento alguno. Pero cuando el pensamiento entra en juego, entonces el resultado de la interacción entre el pensamiento y la sensación produce emoción.

     Pasamos entonces a la segunda pregunta donde trata de descubrir el pensamiento como "emoción sublimada". Aquí pone usted el carro delante del caballo, según se dice. El pensamiento es el medio por el cual la emoción puede ser sublimada. La sensación sin reflexión ha producido el mundo de la Ilusión, del espejismo y del engaño. El pensamiento con su [i624] facultad discriminadora y analizadora, nos hace conscientes de tal maya (ilusión astral), en el cual deambulamos incesantemente. La reflexión arroja clara luz sobre la bruma y la niebla del plano astral. Durante millones de eras la energía astral -la reacción de la energía de la percepción sensorial fue puesta en actividad mediante las formas de vida de todos los reinos de la naturaleza. Esto ha traído la ilusión mundial. Sin embargo, sólo en la familia humana se la ve como es, y el poder del pensamiento y la blanca luz de la mente comienzan a actuar sobre la materia en ese plano, produciendo emoción, pues la emoción es una condición astral reconocida por la mente, comprobándose que es uno de los efectos del constante y creciente poder mental de la raza.

     Este pensamiento subyace en la frase que frecuentemente aparece en los libros teosóficos como kama-manas deseo-mente Porque toda sensación, emoción evoca inevitablemente deseo. Si la [e535] emoción evocada es placentera, debido a que la mente reconoce la sensación (registrada en el cuerpo astral), entonces produce el deseo de continuar o repetir la experiencia. Si en vez de placentera es dolorosa, entonces se produce como reacción el deseo de que cese la experiencia y, por lo tanto, se libera de ella. Este deseo básico humano conduce al deseo de liberarse (en el primer ejemplo) de la matriz y de entrar en la vida del plano físico, y de allí ascender a ese grande y último deseo de liberarse y entrar en la vida misma. Este pensamiento nos conduce al mundo de la más técnica psicología esotérica.

     Es muy difícil para el principiante captar las diferencias básicas que él ha fusionado en unidades, por su capacidad innata de identificarse consecutivamente con lo que le es revelado. La sensación y la mente son, para el individuo, las dos fundamentales diferenciaciones en tiempo y espacio. Lo que se registra de la interacción entre ambas es, primero la emoción y después el pensamiento. Pero el pensamiento es una realización posterior y revela emoción; sin embargo no es emoción. Descubre la sensación con la que el alma se ha ido identificando consistentemente durante eones, y -si puedo expresarlo así- dirige el faro de la mente, en lento desarrollo, hacia el mundo de la sensación, del espejismo y de la ilusión, lo cual revela la reacción del hombre [i625] hacia todo, y a esto lo denominamos emoción. En un sentido profundo y verdaderamente esotérico, la intuición es la emoción sublimada y no la mente.

     Por consiguiente, respondiendo a su tercera pregunta diré que los pensamientos no surgen de nuestras sensaciones, pero cuando la mente comienza a estar activa, nuestras sensaciones son reveladas y al resultado de esa revelación lo llamamos emoción.

     Los pensamientos no son "sensaciones fosilizadas", sino emociones que pueden ser registradas por la facultad que posee la mente de crear imágenes, y las formas mentales así creadas (personificando la reacción de la mente hacia el mundo de la sensación) pueden ser tan poderosas que persisten atesoradas en la memoria y son constantemente revitalizadas por una recurrente emoción. La actividad mental en relación con la sensación o el alcance de las sensaciones, revela la emoción. En la actualidad, cuando el ser humano y el aspirante común no pueden distinguir con exactitud entre la mente, emoción, sensación y formas mentales, que la memoria custodia, es imposible trazar una clara línea de demarcación. Pero esto se debe simplemente al grado de evolución de la raza. Esas líneas y diferenciaciones pueden ser trazadas con claridad por el discípulo evolucionado y el iniciado. Entonces, descubre que los pensamientos son el producto del [e536] principio inteligencia, el cual concierne a la vida y permite al hombre decir: No soy mi cuerpo. No soy mi mecanismo sensorio. No soy lo que se desarrolla por la interacción entre yo y mi medio ambiente; soy algo más que todo esto. Yo soy.

     Respecto a la sexta parte de su pregunta, hermano mío, ha olvidado su ocultismo técnico y la antigua enseñanza sobre el arco involutivo donde los diversos cuerpos y formas son creados por el Espíritu descendente y envolvente y la conciencia apropiada en un gran momento de crisis, cuando cada reino de la naturaleza vino a la existencia. La mente existe y necesita ser conscientemente empleada. Pocos conocen aún esa cualidad de la materia llamada mente. Pero así como en el arco involutivo el Espíritu crea a medida que desciende y se apropia cuando vuelve a ascender y cada apropiación marca también una nueva etapa en el Sendero de Retorno, de la misma manera el Eterno Peregrino, el alma, realiza lo mismo [i626] en menor grado. En el sendero hacia la manifestación física se construyen los cuerpos o formas. En el sendero de retorno son apropiados y utilizados y se acrecienta constantemente la conciencia de que son utilizados. Para el ser humano evolucionado la meta es una clara y consciente apropiación de lo que ha sido construido y empleado para servir al Plan.

     No olviden que todos los aspectos y exteriorizaciones que el alma emplea, y por medio de las cuales se expresa, son partes constituyentes del vehículo de expresión de Aquel en Quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser. Por lo tanto, nos apropiamos de lo que anteriormente está designado (si puedo emplear esa antigua palabra en su más profundo y verdadero significado oculto) cuando recorremos el sendero de descenso. Aprendemos a emplearlo conscientemente. Oímos su nota a medida que descendemos. La vemos cuando ascendemos. Nos identificamos con la forma cuando nos llega su sonido durante el proceso de la involución. La distinguimos en el arco evolutivo y cuando llegamos a la etapa en que comienza a desaparecer nuestra identificación con la forma, entonces la vemos y entramos en la etapa de la dualidad.

     Sí, hermano mío, elevemos en efecto nuestros cuerpos al cielo, pero la elevación tiene lugar dentro del reino del esfuerzo consciente, porque cuando las diferenciaciones de la mente inferior desaparecen y el trabajo -el trabajo necesario- de descubrimiento y diferenciación ha desempeñado su parte al enseñar la lección de no desear nada, descubrimos que la forma y la conciencia son una, la luz es una y la energía es una. También descubrimos que "una estrella difiere de la otra en la gloria", porque existe una llama, pero hay muchas chispas de diferente brillo [e537] de esa Llama. Ésa es la gloria del Gran Eterno Uno. Este conocimiento es la aspiración del alma y la meta de su gran iluminación. Como usted lo señala correctamente cuando considera el tema desde el ángulo de la madre-materia, es la asunción de la Virgen al cielo para ser glorificada. Gran parte del misterio vinculado con "las tres vestiduras del Buda" está relacionado con esta glorificación de los tres cuerpos. Puede obtener gran conocimiento estudiando cuidadosamente la relación entre los tres cuerpos del ser humano y las vestiduras o los vehículos del Señor Buda. Toda la historia de la Sublimación, la Purificación y la Transfiguración, está oculta [i627] en esta relación. Sin embargo, las analogías no fueron todavía señaladas. Tarea que queda por hacerse.

     Retomaré ahora sus propias instrucciones específicas. No le daré ninguna fórmula fija de meditación, sino algo que debe hacer, y si lo realiza con éxito, podrá traerle la liberación.

     Todos los días, durante diez minutos, trate de ponerse en contacto espiritual, mental y emocionalmente, con alguno de sus hermanos de grupo. Hágalo con cada uno de ellos en forma sucesiva y diaria. Trate de obtener una armonía definida y difundir amor y prestar ayuda. Olvídese de sí mismo al hacerlo, y expulse de su conciencia la idea de que es un centro emanante de fuerza. Reflexione sobre las circunstancias en que viven sus vidas hasta donde las conozca; trate de comprender los problemas del tiempo, carácter y aspiración. Escríbales, si quiere, y pídales que traten de ayudarlo. Deje que de usted extraigan la esencia misma del servicio espiritual, lo cual significa que extraerán de su alma lo que necesitan; al darse así se enriquecerá a sí mismo.

     Reciba mi bendición, hermano mío.

Agosto de 1942

1. En el centro del huracán hay un punto de paz. Así reza la historia. Puede descubrírselo. Así sucede en todas las tormentas de la vida. Conducen a la paz siempre que no seamos como hojas al viento.

2. Mantenga sus antiguos vínculos y camine con sus hermanos. Huelle el Camino Iluminado como grupo. La cadena jerárquica permanece firme.

3. La luz que afluye desde mi Ashrama es parte del Camino Iluminado, y en ese hilo de luz usted y sus hermanos se mueven.

4. La soledad -como la cree conocer- sólo es un espejismo, hermano mío. No está solo. Pero la soledad que conocerá es una luz que ilumina la oscuridad. Busque esa luz. [e538]

5. En el pináculo de la soledad se halla un único lugar donde la verdad puede ser conocida. Permanezca en ese pináculo. [i628]

6. Cuando vea con claridad la verdad (una vez que haya limpiado las telarañas y barrido el polvo de la vida inferior) entonces su servicio traerá una fresca verdad a los hombres.

Septiembre de 1943

Hermano mío:

     Lo he observado con sumo interés durante los últimos dos años, mientras usted reajustaba drásticamente su vida. Además, noté la creciente fortaleza de sus vínculos espirituales con su propia alma, con el Ashrama y conmigo, su Maestro y constante amigo. Ha hecho algo sorprendente -sorprendente porque no es común y probablemente no sea continua ni inspiradoramente consciente de ello. Realizó estos ajustes drásticos sin perder terreno momentáneamente, lo cual es en verdad raro. Por lo general, durante estos cambios básicos de la vida y en los períodos en que se altera el diseño de la vida cotidiana, se pierde momentáneamente tiempo y terreno. Pocas veces es permanente, pero existe por lo general durante un breve lapso hasta que el nuevo ordenamiento y ajuste adoptan el ritmo, se retoman los hilos, se restablecen los viejos hábitos espirituales, y el discípulo nuevamente sigue su camino. Sin embargo, esto no le sucedió a usted. Siguió adelante con firmeza sin tener experiencia espiritual vitalmente importante, pero con una pronunciada estabilidad. Esto le indicará algo importante, pues significa que ha alcanzado esa etapa en el sendero del discipulado donde no necesita preguntarse si podrá ir adelante firme e indesviablemente. Quizás fracase y fracasará respecto a los detalles. técnicas y métodos, y probablemente interprete mal o no reaccione rápidamente a la oportunidad espiritual, lo cual es inevitable, porque mediante ese método el discípulo aprende. Pero usted no fracasará en su progreso, tampoco retrocederá ni se inclinará a hacerlo -sólo tendrá momentos de indecible fatiga, donde lo acosará la tentación, pero no le prestará atención.

     Me pregunto, hermano mío, si comprende el significado que esto tiene para el Maestro que instruye y guía a un discípulo. Quiere [i629] decir que puede descartar definitivamente un posible peligro y que, por lo menos en un aspecto, estará seguro de Su discípulo. Ya no duda de su poder de persistir, sabe que eso es bueno y que el discípulo aceptará con toda firmeza cuanto se le presente.

     A medida que avanza durante los próximos doce meses, deberá comprender con toda claridad mi mandato anterior de buscar "el pináculo de la soledad, único lugar donde la verdad puede ser [e539] conocida y cuya finalidad es hacerle acrecentar su capacidad para retirarse a ese punto de enfoque en la mente iluminada donde nadie puede acompañarlo, y allí esperar la revelación de la verdad -esa verdad particular que su personalidad demanda a su alma, y que usted cree en determinado momento que es esencial captarla si su servicio y progreso deben avanzar adecuadamente. La demanda basada sobre una necesidad sentida, variará un año tras otro, pero siempre habrá alguna verdad, algún aspecto de la comprensión y alguna revelación inmediata que usted sabe (más allá de toda controversia y discusión) que debe captar y conocer si quiere progresar como desea -y también su alma y su Maestro.

     En este momento particular, ¿cuál es la verdad, información y revelación inmediata que necesita? Aunque lo sé, no me corresponde decírselo. Progresará formulándose esa necesidad y requerimiento. Le pediría que al recibir esta instrucción, después de una tranquila reflexión, determine en su mente cuál es su necesidad espiritual inmediata. Luego, que busque dentro suyo el pináculo de la verdad y allí espere la revelación. Inevitablemente llegará si tiene suficiente interés y paciencia.

     Los últimos dos años fueron de preparación, aunque usted no sepa aún con qué fin. Aprendió mucho durante esos años. Pero le recordaré que toda la enseñanza, instrucción y experiencia que adquirió, deberá llevarlas a un punto de síntesis en la mente iluminada, y allí se convertirán en un poderoso pensamiento simiente, capaz de otorgar una gran percepción intuitiva y traer posteriormente la revelación.

     [i630] Por lo tanto, haga lo que va a continuación y siga el procedimiento delineado:

1. Resuma en su conciencia y a la luz de su alma, la naturaleza y el propósito de las experiencias y cambios a los cuales fue sometido. Esfuércese por ver el gran alcance de la intención y no se preocupe por los detalles. Formule para sí, con frases concisas y claras sus conclusiones, a fin de que le sean reveladas las lecciones del pasado.

2. Determine para sí mismo cuál es la necesaria verdad, el tipo de revelación o el requisito que le permitirá avanzar con creciente poder, visión más clara y verdadera percepción interna. No será tan fácil como parece, porque la próxima verdad relacionará el pasado con el servicio que prestará en el futuro, tal como lo percibió.

3. Manteniendo en su mente con claridad y firmeza ambas líneas de pensamiento "busque el pináculo de la soledad", que lo descubrirá silo hace con empeño. Allí podrá esperar la verdad y la revelación deseadas. Entonces espere. [e540]

4. Cuando su intuición empiece a actuar y la paciente espera, la silenciosa reflexión y el firme equilibrio mental traigan como recompensa la percepción esclarecida, entonces trate de aplicar la verdad conocida y el germen de la revelación a las cosas prácticas de la vida. Así descubrirá que toda su vida se va enriqueciendo constantemente.

     Este ejercicio le proporcionará una gran recompensa y, si sólo pudiera comprenderlo, constituye una forma de meditación definidamente avanzada. Hallará que este proyecto de meditación es un experimento muy interesante.

     Algo más le diré, hermano mío. Este período de guerra no durará indefinidamente. El final se vislumbra, y para ello debe prepararse, lo cual no es sólo una sabiduría práctica y mundana, sino una previsión espiritual. Su trabajo en mi Ashrama algún día será, más definidamente que hasta ahora, un aspecto de mi trabajo [i631] en el mundo externo; quisiera que cavilara sobre lo que usted puede hacer. Los discípulos en todos los Ashramas (el mío no es una excepción) están consagrados al trabajo de su Ashrama, y esto usted lo supo siempre. Aunque es verdad que todo trabajo con móvil e intención correcta es espiritual, los discípulos, no obstante estar consagrados definidamente a prestar determinados servicios jerárquicos, que deben preceder a todas las actividades de la vida, cumplen otras tareas al mismo tiempo en el mundo externo, basadas en las correspondientes obligaciones y responsabilidades que les corresponde como ciudadanos. Tenga esto definidamente presente y recuerde que necesito la ayuda de todo el grupo de mi Ashrama y, además, su colaboración individual y comprensión de los problemas a resolver. Puedo hacer un llamado general y establecer los principios y las líneas de actividad específicos que regirán el trabajo de mis discípulos, pero no puedo decir cuándo o dónde debe prestarse servicio.

     El trabajo grupal y las cuatro etapas de reflexión que le delinee, son suficientes para su obra espiritual actual, lo que conjuntamente con el trabajo que está realizando en su actual campo de actividad, le ofrece una oportunidad adecuada para la vida y el progreso.

     Mi amor y mi bendición son suyos y puede contar con ambos.

Noviembre de 1944

     En su conciencia se formula una pregunta importante. Su alma le enseñó a interrogar; usted asimiló la observación de que el Maestro alcanza Su meta por el proceso de formularse preguntas [e541] y buscar la respuesta solo y sin ayuda externa. En usted se ha arraigado esa creencia y comprensión, lo cual es bueno. Aún subsiste en su mente un interrogante sin respuesta, evocado por lo enunciado en la última instrucción, y es que el trabajo del Ashrama constituye siempre la obligación primordial del discípulo.

     Este trabajo varía lógicamente de acuerdo a la graduación del discípulo y al lugar que ocupa en el Ashrama. Ya describí (en distintas instrucciones grupales) las etapas del discipulado [i632] -que se alcanzan dentro de la conciencia del discípulo y conciernen a su relación con el Maestro. Detallé su progreso desde un contacto poco común, hasta un lugar cerca del Maestro. Sería de valor agregar a los pasos dados individualmente ésos que conciernen a la posición del discípulo dentro del Ashrama, desde el ángulo de su deber y servicio ashrámicos. Esto es algo distinto y, aunque tiene relación con la interacción entre él y su Maestro, dichas etapas conciernen a la acción y a los resultados de su conciencia en expansión, dentro de la percepción jerárquica; tienen relación también con su percepción de la verdad, cuando la respuesta a la radiación del Maestro evoca en él ciertos desarrollos, estimula determinadas cualidades y nuevas características y lleva la iluminación a su mente.

     Estas etapas concernientes al servicio y al reconocimiento del deber y la obligación, tienen que ver con la graduación más que con el desarrollo y el control del alma, aunque dicho desarrollo sea uno de los factores determinantes respecto a su posición en el Ashrama. Permítame enumerar las etapas y así podrá ubicarse en la correspondiente categoría de los servidores a la cual usted pertenece, demostrando además al mundo la naturaleza de su posición ashrámica. Le daré los nombres y los símbolos esotéricos de esta diferenciación:

1. La etapa del "impulso incipiente". El ojo entreabierto es el símbolo de esta etapa. El neófito recientemente aceptado en el Ashrama, se convierte (como lo expresa el Libro de Instrucciones para neófitos) en "víctima de la doble vista". Con el ojo derecho ve un sombreado camino hacia el Ashrama central y un pasillo que se extiende de un punto a otro, de la luz a la oscuridad y de la oscuridad a la luz; siguiendo la hilera de pilares ve un estrecho pasillo que termina en una habitación; dentro de esa habitación la figura del Maestro pasa, aparece y desaparece. Con el ojo izquierdo ve un mundo de niebla y bruma, de formas tétricas y tenebrosas, un país de infortunio y de terrible angustia, donde fluctúan la luz y la sombra. Desde ese país sombrío surge un grito: "Necesitamos tu ayuda. No podemos [e542] ver. Trae esa luz". Estas frases contienen la primera reacción del nuevo discípulo hacia la vida dual, a la [i633] que se comprometió cuando fue aceptado en el Ashrama -una vida de instrucción ashrámica y de constante acercamiento al Maestro, más una vida de servicio externo para satisfacer la necesidad, no para cumplir un deber obligatorio. No distingue con claridad ninguna de ellas. Recuerde siempre que el acercamiento y el servicio que prestará deben ser autoiniciados y autocomplementados. La única ayuda que el discípulo obtiene en esta etapa, proviene del efecto estimulador del aura del Ashrama.

2. La etapa del "progreso". No me refiero al progreso de la comprensión, que inevitablemente se logra con el tiempo y es incidental al espacio cuando el discípulo es inconmovible en su determinación. Me refiero al proceso (técnicamente entendido) de su progreso, a lo largo del pasillo de pilares, simultáneamente con su aparición en el mundo externo como trabajador ashrámico. Tenemos la frase "escalador social" que se emplea generalmente en sentido despectivo al describir a una persona que -disconforme de su posición, contactos y relaciones sociales- emplea todos o cualquier método para introducirse en esos círculos sociales que le parecieron inalcanzables. Es una verdad trillada decir que toda meta indigna (por su móvil incorrecto) es la analogía inferior o la expresión simbólica (aunque distorsionada) de objetivos y aspiraciones superiores. Este concepto debería aclarar su pensamiento. En esta etapa el discípulo es un hombre cuyo carácter y facultades le permitieron entrar en el Ashrama con el pleno consentimiento de sus miembros. No obstante, se mantiene en la periferia de sus actividades; sabe que -dentro del círculo infranqueable ashrámico- hay acciones, contactos y relaciones que algún día los hará. Sin embargo, también sabe que debe comprender plenamente el significado del enunciado paradójico que evocó al expresar su aspiración: "Traspone la puerta y abandona el Ashrama; déjalo como estaba y sé como tú eres; busca otra entrada; descubre lo que buscas, dejándolo atrás; progresa por el arte de volver atrás".

     En la deslumbrante luz del Ashrama, el discípulo comprende que todavía no adquirió el derecho de atravesar el pasillo hasta el santuario del Maestro, pero es necesario que vaya [i634] al mundo de los hombres, de oscuridad y de dolor; entonces, puede volver al Ashrama a fin de obtener fuerzas [e543] para continuar su trabajo externo. Lo que existe externamente, más allá de la puerta del Ashrama, simbólicamente hablando, llega a ser para él de mayor importancia que atravesar el pasillo. Cuando ambos ojos "actúan en la luz dual", su sentido de los valores se reajusta y su propia y progresiva satisfacción llegó a ser de menor importancia de lo que él podía hacer para aliviar el dolor y la angustia que existe más allá de la puerta.

3. La etapa de "dejar que cada pilar quede detrás de su propia sombra.". ¿No es, acaso, una verdad bien conocida que cuando se presta servicio y aumenta éste en efectividad, al trasponer el discípulo la puerta del Ashrama, descubre que no está parado del lado de adentro de la puerta, sino que ya recorrió un buen trecho del pasillo? Dejó atrás algunos pilares. Uno de los Maestros -empleando la palabra en su sentido correcto- denominó a estos simbólicos pilares, los "pilares de la corrección", significando que cada pilar dejado atrás indica que ha desarrollado ciertos aspectos de la correcta conducta. Cuando se han desarrollado estos aspectos del comportamiento, el discípulo puede ir y venir por el corredor a voluntad, lo que para él simboliza un aspecto de la conducta ashrámica, todavía no desarrollada. Los pilares representan la fase final de la ilusión -ilusiones que desorientan al discípulo, pero no afectan a nadie fuera del ashrama. Éstas debe descubrirlas por sí mismo. Deberá capacitarse para pasar cinco pilares más, antes de obtener la plena libertad del Ashrama. Aprendió a pasar y pasó siete de ellos, y para usted ya no existen.

4. La etapa de la "habitación de retiro". Tengo que explicar estos aspectos de la conciencia en forma material y simbólica para llamarle pictóricamente la atención sobre las fases de acercamiento que usted y todos los discípulos deben seguir. Los pilares (también como símbolos) ya no bordean su camino de acceso. Aunque estén para los demás, a usted ya no le conciernen. Ante usted se extiende nítidamente el camino. Ahora le es posible abrigar la esperanza de entrar libremente en la [i635] habitación donde trabaja el Maestro. Para proteger al Maestro en su aislamiento, hay en el Ashrama una antecámara que preside Su discípulo más avanzado, a fin de resguardarlo de las indebidas interrupciones, y tiene la responsabilidad de cuidar el vehículo físico del Maestro cuando entra en "samadhi", siendo el único que puede interrumpirlo en [e544] momentos de emergencia, y entrar y salir del estudio del Maestro cuando lo juzga conveniente. Tal disposición requiere que el discípulo que llega reconozca al discípulo avanzado; este proceso de reconocimiento constituye a menudo la prueba final, antes de permitírsele trasponer la puerta interna.

5. La etapa que se denomina "el derecho de entrar". En esta etapa el discípulo puede entrar y salir cuando lo dictaminan su alma y la necesidad de servir en el mundo externo. Ha desarrollado su sensibilidad para saber si puede o no presentarse ante el Maestro. Al alcanzar esta etapa, el discípulo descubre que desaparece todo deseo de hacer contacto con el Maestro para su propia satisfacción o ayuda. Sólo la necesidad mundial lo impelirá en alas de la luz, a través del pasillo, y fortalecerá su mano para abrir de par en par la puerta.

     Detrás de estos símbolos descubrirá, hermano mío, la lección que estoy tratando de transmitirle. En mi última instrucción lo insté a que comprendiera la necesidad de alcanzar el pináculo de la soledad, porque en él encontrará lo que necesita y esto debería descubrirlo por sí mismo. ¿Ha aprendido algo respecto a este lugar solitario? Si algo aprendió, su próximo desarrollo quizás involucre (no dije que "implicaría") los momentos solitarios que transcurren al pasar de un pilar a otro y avanzar por el pasillo, acicateado por las necesidades de aquellos a quienes trata de servir. Entonces llegará el momento en que el discípulo avanzado simbolizará el fin de la soledad y le dará la bienvenida como a un hermano. Lo que después tendrá lugar entre usted y el Maestro es un secreto compartido por ambos.

     En este momento trato de puntualizar la [i636] necesidad de que reconozca más definidamente que el camino al santuario interno es el camino del servicio externo. Este servicio no debe tener por móvil las exigencias de la época ni las cuestiones financieras, ni los dictámenes de la personalidad. Podrá o no prestarlo en el lugar donde lleva a cabo su trabajo externo y será necesario cambiar su ubicación y circunstancias, pero el discípulo -si es fiel a su alma y a su Ashrama- sirve a sus semejantes como esoterista y también como humanista y sicólogo. Éste es un punto que usted debe captar. Luego tendrá que adaptar las tareas asumidas y emprendidas al cuadro simbólico que le di. Cuento con su comprensión, porque no pronuncio palabras vanas; cuento también con que considerará y reflexionará debidamente sobre mi próxima afirmación.

     [e545] He planeado un trabajo definido que debe ser complementado por los miembros de mi Ashrama, y usted puede emprenderlo. Se relaciona con el proyecto de la buena voluntad, tan cerca de mi corazón; le demandará sacrificio y quizás el abandono de toda meta menor. Si lo acepta, significará que los "pilares que resguardan el acceso al santuario" de su Maestro quedarán atrás; entonces habrá llegado a la etapa en que entrará en la "habitación de retiro". Hablo nuevamente en símbolos. Usted casi ha cumplido los sesenta años, hermano mío. El año sexagésimo tercero de su vida le traerá, como en la vida de todos los discípulos, crisis y suprema oportunidad, y para ello debe prepararse debidamente. En ese intervalo pasará los pilares, irá de un punto a otro, con la conciencia fija en el Ashrama y la personalidad desempeñando fielmente la tarea impuesta por su alma.

     Dentro de poco tiempo tendrá que llegar a una decisión básica, de la cual dependerá el derecho de entrar, técnicamente entendido. No puedo indicarle la naturaleza de la crisis venidera ni insinuarle cuál debería ser su decisión. Sin embargo, confío en usted, porque ha aprendido mucho en los últimos cinco años, se ha fortalecido una y otra vez, ha pasado de un pilar a otro, aunque no se dio cuenta. Descubrirá la [i637] calidad de su fortaleza ante la necesidad de tomar una decisión. Lo espero en la habitación interna.


Agosto de 1946

     Hoy, hermano mío, nada importante tengo que decirle. Mi última instrucción fue larga y de vital importancia; aún no ha absorbido toda su significación. Había en ella dos frases que nuevamente quiero destacar en su conciencia, y son:

1. Se llega al santuario interno prestando servicio externo.

2. El sexagésimo tercer año de su vida le traerá -como en la vida de todos los discípulos- crisis y suprema oportunidad.

     Ambos enunciados están estrechamente relacionados. Las crisis, hermano mío, pueden ser objetivas o subjetivas; si se producen en el plano físico no tiene gran significación desde el ángulo espiritual, aunque causen mucho sufrimiento y dolor a la personalidad; si surgen en la conciencia en los planos emocional o mental, y ofrecen la oportunidad para actuar, dicha actuación estará mayormente vinculada a la personalidad; también puede ser el resultado de la intención del alma plasmada en el cerebro y registrada por la personalidad, entonces sí son de suprema [e546] importancia, pero a menudo pasan desapercibidas, a no ser que el discípulo esté muy alerta y constantemente consciente de la afluencia cíclica de energía espiritual. Usted está por enfrentar una crisis de esa naturaleza. ¿Cree que su sensibilidad espiritual se ha acrecentado en tal forma, durante los últimos años, que puede estar seguro que cuando se le presente, reconocerá la crisis como su oportunidad? Quisiera que considerara esto, porque de lo que usted reconozca y decida, dependerá gran parte de la utilidad que preste en el resto de su vida -es decir, desde el ángulo del ashrama.

     Surge una dificultad peculiar cuando se sabe que a la mayoría de los miembros del grupo [i638] le restan relativamente pocos años de vida. Cuatro de las dificultades que impiden comprender la sensible y sensata futura transición son:

1. La tendencia a cristalizarse y a adoptar la posición de que se hizo cuanto se pudo, y que eso es todo lo que puede esperarse de uno. Esto hará que en los pocos años restantes siga simplemente demostrando sus hábitos y su carácter establecidos, impidiendo emprender una nueva aventura espiritual.

2. La aceptación de que se llegó a la plenitud de la vida y nada más puede esperarse, y quizás sea así, desde el ángulo de la personalidad, pero el alma es eternamente joven e insatisfecha y no conoce un momento estático.

3. La preocupación, que aumenta año tras año, por los procesos del envejecimiento, impedimentos, síntomas físicos, fealdad y obligatorio (?) ostracismo. Esta es la forma en que general y comúnmente se encaran los años de decadencia, y la mayoría procede así. Procure que no sea tal su actitud durante el transcurso de la próxima década.

4. La aceptación de que el alma, gozando de la abundante riqueza de la experiencia adquirida en la vida, pueda servir libremente, sin preocuparse de resolver nuevos problemas y aplicar nuevas disciplinas, pero como discípulo dedica cuanto posee para que se sirva de ello el ashrama, durante el resto de su vida.

     Presento estos puntos para que los considere, porque definen decisiones que usted debe tomar, y tiene el derecho de conocerlos. No haré otro comentario, excepto insistir en que debe llegar a una definida y consciente decisión, teniendo plena libertad para pensar en el asunto.

     En el pasado hizo mucho para ayudar en el trabajo que he planeado. Ahora se cuenta entre aquellos que les interesa [e547] descubrir qué obra espiritual les corresponde. Descúbrala, hermano mío, e inicie un trabajo que ayude a conocer (no dije [i639] manifestar) el Reino de Dios en la Tierra. Interésese nuevamente y en forma más vivaz en los planes jerárquicos y adáptese al programa de mis propósitos ashrámicos. Ajuste su sentido de los valores, porqué últimamente se han desajustado considerablemente (no digo para bien o mal, porque eso es cuestión suya); procure que su vida sea de valor en los momentos de necesidad de la humanidad.

     Para su trabajo de meditación le hago las siguientes sugerencias:

1. Oriéntese dinámicamente hacia el Ashrama y hacia mí, su Maestro, y reflexione sobre su relación conmigo y las diferentes implicancias.

2. Oriéntese hacia las obras espirituales (porque hay varias) que emanan del Ashrama, dirigidas por mí, y reflexione sobre la responsabilidad que en ellas le corresponde.

3. Oriéntese hacia el trabajo diario que ha elegido y observe donde surgirá la oportunidad que podrá adaptarse a la visión espiritual que todos los discípulos poseen.

4. Oriéntese hacia su propia alma y considere cuáles son los deberes, las responsabilidades y las relaciones de esa alma en los tres mundos de la experiencia.

5. Pronuncie el OM tres veces, a fin de aclarar la mente; aquiete toda reacción emocional y esfuércese por hacer que su cerebro sea receptivo a la impresión espiritual superior.

6. Luego, con sus propias palabras y como alma, hábleme y considere conmigo su vida e intención espiritual. No responderé, pero (tenga presente esto) se registrará todo lo que tiene el poder de penetrar en el Ashrama.

7. Pronuncie la Nueva Invocación, emitiendo el OM después de cada estrofa.

8. Termine su meditación diciendo -como personalidad y con énfasis-, "Que cumpla mi deber al dirigirme hacia Tus sagrados pies".

     [i640] Nos conocimos hace muchos, muchos años, hermano mío. Permanezco siendo el mismo e inmutable, por lo tanto, mi amor, mi fortaleza y mi comprensión son en todo momento factores que puede con toda seguridad contar.


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