Los Rayos y las Iniciaciones - Observaciones Preliminares

      


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SEGUNDA PARTE

OBSERVACIONES PRELIMINARES

 

     [e269] [i323] Llegamos ahora a la parte final del Tratado sobre los Siete Rayos, y pienso exponer tres cosas que creo necesario ver realizadas, lo cual hará que este tratado no sólo sea un libro de texto de la nueva psicología, sino un factor más vital en la conciencia humana, debido a que acentuará la realidad de la iniciación. Procuraré hacer tres cosas:

1. Considerar el tema de la Iniciación a fin de preparar al mundo de los hombres para el restablecimiento de los Misterios.

2. Dar alguna enseñanza definida sobre los centros desde el ángulo planetario y también desde el ángulo del aspirante individual.

3. Vincular las siete energías de rayo con las cinco y las siete iniciaciones, y con los tres y los siete centros, en forma más nueva y destacada.

     Este es un vasto programa difícil de cumplir, porque mucho se ha dado ya sobre la iniciación, siendo un tópico peligrosamente familiar. Quiero significar que existen en las mentes de los hombres ciertas ideas preconcebidas y muchas de ellas no son veraces y necesitan ser descartadas o, en el mejor de los casos, reinterpretadas. He tratado en forma amplia y general el tema de la iniciación en uno de mis primeros libros, Iniciación Humana y Solar; también en todos mis escritos he diseminado, durante años, un cúmulo de información que debe ser recopilada y reunida como base para instruir a los discípulos que se entrenan para una iniciación.

     En el libro Discipulado en la Nueva Era, Tomo I, he impartido más sobre este tema y también información de naturaleza profundamente esotérica, respecto a los ashramas de los Maestros. La enseñanza contenida en el Tomo II, además de incluir muchas cosas nuevas, servirá para llevar el tema a la comprensión y alcance de la generalidad. Sin embargo, en las instrucciones que daré ahora, procuraré abarcar un terreno [i324] aún no considerado y encarar el tópico de la iniciación desde el ángulo de los siete rayos, su efecto sobre los centros, planetario e individual, y desde el [e270] punto de vista del entrenamiento esotérico del aspirante o discípulo aceptado. (Estas instrucciones comenzaron en marzo de 1946 y terminaron en marzo de 1949).

     Este último tomo del Tratado sobre los Siete Rayos cambiará eventualmente la actitud de las mentes de los hombres hacia los Misterios y hacia la actividad desarrollada en la transferencia espiritual, uno de los nombres dados por los Maestros al misterio básico de la iniciación. A su debido tiempo nuestros centros educativos, particularmente aquellos que se ocupan de la educación adulta, tendrán en cuenta, normal y habitualmente, la realidad de la futura iniciación en lo que concierne a sus estudiantes, y analizarán a los egresados desde este ángulo, a fin de aconsejarlos y asesorarlos. En dichas instituciones se enseñarán los elementos del verdadero esoterismo, aunque no serán considerados como esotéricos.

     Evidentemente este extenso tratado es una especie de tesis preparatoria, que abarca un vasto campo o área de información. Los dos primeros tomos trataron de la séptuple naturaleza del hombre y de la influencia de las siete energías básicas o rayos, ejercida sobre su desenvolvimiento e historia, así como también (en forma más breve) sobre el mundo en el cual vive y el ambiente que lo ayuda y condiciona. En el tercer tomo se ha considerado la influencia ejercida por las constelaciones y los planetas sobre el hombre y nuestro planeta Tierra, y se le ha dedicado mucho tiempo a la consideración de la astrología esotérica; los rayos, los signos, las constelaciones y los planetas, están todos estrechamente interrelacionados y el ser humano es el receptor de las energías y fuerza que éstos emanan o distribuyen, y hacen al hombre lo que esencialmente es, en cualquier momento dado en la encarnación.

     Después dilucidamos el tema de la curación en vista de la necesidad de comprender las limitaciones -sicológicas y físicas- que restringen la libre expresión de la divinidad en el hombre. Hemos tratado una condición muy importante que debe enfrentar [i325] y comprender la humanidad si quiere salir del sendero común de evolución y entrar en el sendero del discipulado y de la iniciación. El hombre debe llegar a ser consciente de los efectos de los rayos, del papel que desempeñan los centros en su progresivo desenvolvimiento, y del juego de las energías y fuerzas que traen las dificultades y enfermedades y al mismo tiempo su curación y la liberación del hombre.

     Después de considerar las limitaciones, nos introducimos en un tema y concepto totalmente nuevo, respecto a la educación del hombre cuando ha alcanzado una etapa de desarrollo relativamente avanzada. He dado la nueva enseñanza respecto al [e271] antakarana o el modo y método por el cual el iniciado podría relacionar en una gran fusión o unificación, no sólo el alma con la personalidad sino también con la mónada. Esta enseñanza ha hecho dar otro paso a todo lo que fue impartido hasta ahora en el transcurso de las edades y ha indicado la siguiente etapa de desarrollo que tiene por delante el discípulo. Ha llegado el momento previsto por la Jerarquía, para arrojar más luz sobre el interminable Camino.

     La enseñanza acerca de las cinco iniciaciones que enfrentan todos los aspirantes se dio durante mucho tiempo, convirtiéndose en propiedad pública; para la mayoría de la gente ha significado muy poco, y absolutamente nada para las masas; fue considerada por los intelectuales como tontería vaga y visionaria; unos pocos admiten que estas iniciaciones son posibles; otros dicen que constituyen simplemente modos simbólicos para indicar alguna realización final que enfrente al género humano; aún otros las aceptaron y llegaron a considerar las iniciaciones como meta; luego dieron los pasos necesarios para demostrar la veracidad de sus creencias; la comprobaron; se convirtieron en iniciados y alcanzaron el grado de Maestro de Sabiduría, ocupando Su lugar en la Jerarquía. Por lo tanto, en cierta medida, estas metas son familiares, y el servicio que puede implicar, más la consumación de las posibilidades jerárquicas, indican en sí, que había llegado el momento de esclarecer ciertas sutiles indicaciones de lo que subyace en los Misterios y lo que tienen por delante quienes han recibido la iniciación, [i326] por eso comencé a impartir tres fases de la información.

I. Impartí enseñanza sobre la forma de tender un puente entre los tres mundos inferiores y el mundo de la Tríada espiritual. Al hacerlo se puso en evidencia que hay tres agrupamientos o niveles de conciencia que debían ser reconocidos:

1. Los tres mundos de la evolución humana: (a) plano mental, (b) plano astral, (c) plano mental.

2. Los tres niveles del plano mental: (a) el nivel de la mente concreta o inferior, (b) el nivel en el cual se encuentra el alma, (c) el nivel de la mente abstracta o superior.

3. Los tres mundos de la evolución superhumana, los niveles de la Tríada espiritual: atma-budi-manas.

Entre los tres superiores y los tres inferiores y abarcando el plano mental, existía una brecha definida, una interrupción en la continuidad del contacto consciente, o una zona donde no había un canal para la afluencia de energías superiores. Aquí eran necesarias las enseñanzas de la construcción consciente del antakarana; de esta manera podía ser eliminada por el aspirante mismo la brecha entre la unidad mental y el átomo manásico permanente, entre la personalidad (donde mora el alma) y la Tríada espiritual. [e272]

II. He creído necesario además indicar la naturaleza del Camino de Evolución Superior, que fue insinuado, pero sobre él no se había dado ninguna información. Es el Camino que se extiende ante el Maestro de Sabiduría, y conduce a estados de identificación y niveles de conciencia totalmente fuera de nuestra esfera planetaria. Hollar este Camino capacita al Maestro para "abstraerse" de los siete planos de nuestra vida planetaria y despojarse de todo lo que se entiende por existencia material. [i327] Recuerden que nuestros siete planos son sólo los siete subplanos del plano físico cósmico.

III. Debido a ello he abordado el tema de la posibilidad de las iniciaciones superiores que enfrentan los Miembros de la Jerarquía. A este respecto es útil recordar que:

1. La Cámara del Concilio en Shamballa proporciona una meta para los Miembros de la Jerarquía, pero no una morada.

2. Se penetra por los siete Senderos que se extienden ante un Maestro, al hollar el Camino de Evolución Superior.

3. La así llamada tercera iniciación, la Transfiguración, es sólo la primera iniciación principal desde el ángulo de la Jerarquía; señala el momento en tiempo y espacio en que el iniciado ve realmente y por primera vez, el portal que se abre hacia ese Camino superior. Entonces, sí elige el mismo sendero que eligió Cristo (no hay razón para hacerlo), "volverá su rostro para dirigirse a Jerusalén".

     Éstas son algunas de las cosas que he insinuado en escritos previos, mencionadas vaga y misteriosamente por instructores anteriores y, en forma más explícita, por mí; trataré aquí de ser más definido.

     Si la enseñanza es verdadera, debe estar en línea con el pasado y proporcionar un objetivo para el esfuerzo en el presente, y también contener más iluminación para quienes han alcanzado o están alcanzando las metas indicadas. Debe haber un futuro espiritual asignado. Eso es lo que se necesita ahora, pues muchos están alcanzando las metas propuestas por la Jerarquía y otros trabajando para su obtención. Recibir la iniciación es ahora algo más común y frecuente que en cualquier otro momento en la historia de la raza; para quienes la han obtenido debe ser claramente discernido el siguiente paso y el nuevo señuelo espiritual. La evolución no es una cosa estática; la muerte no puede ser la [i328] recompensa del esfuerzo de vivir. Permanecer estático, haber obtenido todo lo que puede ser alcanzado y estar completamente detenido, sería la muerte y, hermanos míos, la muerte no existe, existe solamente progreso de gloria en gloria, avance de un punto a otro en el Camino divino y una revelación tras otra, hacia esas etapas [e273] y revelaciones que quizás son parte de la Meta de Dios Mismo. Ustedes desconocen aún las metas del Camino Superior, pues no les es posible conocer o sentir las cualidades y objetivos divinos que pueden serles revelados al Maestro o al Cristo cuando huellan el Camino que los conduce fuera del plano físico cósmico, y aunque pudieran conocerlos y sentirlos no comprenderían su significado. "El ojo no ha visto ni el oído ha oído" las cosas que Dios revelará a quienes aman y recorren el camino hacia el centro más recóndito. Este antiguo escrito puede ser parafraseado así: Resulta imposible comprender el futuro maravilloso que el Logos planetario desplegará ante quienes han desarrollado el segundo aspecto divino, el Amor, y por lo tanto, son Miembros de la Jerarquía, centro donde está radicada la energía del Amor.

     Es interesante comprender que el desarrollo de la naturaleza del amor abre la puerta que conduce al Camino de Evolución Superior y que ninguna otra cosa puede abrirla. Este Camino lleva al Maestro fuera del plano físico cósmico hacia el plano astral cósmico, a un nivel de percepción cósmica, donde es generado ese impulso cósmico que llamamos Amor.

     Debido a que este tratado no está escrito para instruir a los Miembros de la Jerarquía, sino sólo para los aspirantes, discípulos e iniciados de grado inferior a la tercera iniciación, se evidenciará que gran parte de lo dicho será una especie de "pantalla" o estará velado en símbolos; mucho de lo que podría decir (si existieran palabras adecuadas) no lo diré. Los que tienen ojos para ver y oídos para oir, leerán entre líneas e interpretarán correctamente mis símbolos, insinuaciones y referencias. Para algunos, lo que digo será tan sin sentido como lo es Tratado sobre Fuego Cósmico para el lector común, y como todo el tema de las iniciaciones para el ignorante y el hombre [i329] no desarrollado. Si embargo, gran parte de ello debiera ser de servicio práctico para el esforzado discípulo y, en estas páginas finales, quisiera encender su fervor, profundizar su comprensión, estimular su capacidad de amar e iluminar su mente. Esto es lo que trato de hacer. Por su parte, que aborde este tema con profunda humildad, con una actitud meditativa y reflexiva, y rehuse materializar los conceptos presentados, cosa muy fácil de hacer. Que no haga descender la enseñanza al nivel de su conciencia física. En estas palabras he hecho una insinuación básica.

     El amor y la luz son los grandes reveladores, y si el estudiante trata verdaderamente de comprender y aprovechar lo que trato de enseñar, amando a todos los hombres más profundamente y procurando que su luz brille en un lugar oscuro, "en esa luz verá la Luz". La luz menor interna revela la luz mayor; cuando la luz [e274] del alma está combinada con la luz del hombre inferior, entonces esa luz fusionada y mezclada capacitará al aspirante para ver el Portal que se abre sobre el Camino de la Evolución Superior.

     Al considerar este tema, me propongo, como de costumbre clasificarlo de la manera siguiente:

El Aspirante y los Misterios de la Iniciación.

El paso a través de dos Portales.
El ingreso en los Ashramas.
La vida dual del proceso iniciático.
La Ciencia del Antakarana.

El Aspirante y las Iniciaciones Mayores.

La relación de los siete Rayos con las iniciaciones.
La significación de las iniciaciones.

El Aspirante y los siete Centros.

     He dado aquí y en otros escritos míos todo lo que en la actualidad es posible impartir sobre los centros planetarios y los rayos, incluso los rayos de las naciones y de las razas. Hallarán una riqueza de información oculta en mis libros si se emprende una definida búsqueda y se recopila el material en un todo coherente. Sugeriría que estudien y comparen, lean e investiguen por tópicos y extraigan todo lo que he dicho respecto a las diversas naciones, las constelaciones [i330] que las gobiernan y sus regentes planetarios. Esto facilitará la investigación de la relación que existe entre los centros planetarios y los centros del sistema, los planetas sagrados y las energías que afluyen a través de ellos, desde las constelaciones que, en sentido esotérico, ellas rigen. Esta es de las paradojas del ocultismo, pero el estudiante puede comprenderla si recuerda que los centros de su cuerpo etérico rigen hasta donde son receptivos o no, a las influencias que emanan del planeta por conducto de los centros planetarios. Por mi parte no sería aconsejable exponer la relación entre los centros planetarios y los centros del ser humano; no existe suficiente amor para equilibrar tal conocimiento y para contrarrestar cualquier posible abuso, con sus terribles consecuencias. Lo he incluido en el delineamiento que antecede, por la razón de demostrar la plenitud orgánica de nuestro tema, porque la vida del hombre abarca lo abstracto y subjetivo y también los niveles físicos externos del mundo manifestado.

     Durante los últimos años, he hecho dos afirmaciones respecto a la Jerarquía. Una, que como resultado de la purificación de la tierra por medio de la guerra mundial (1914-1945) y de los sufrimientos a que ha sido sometida la humanidad (con su consiguiente efecto purificador que se manifestará más tarde), será posible la Jerarquía exteriorizarse y actuar abiertamente en el plano físico.

     [e275] Esto indicará un retorno a la situación que existió en la época atlante cuando (empleando el simbolismo bíblico) Dios Mismo caminó entre los hombres -la divinidad estaba presenté en forma física porque los Miembros de la Jerarquía guiaban y dirigían los asuntos de la humanidad hasta donde lo permitía el innato libre albedrío. En una vuelta más alta de la espiral, esto volverá a suceder. Los Maestros caminarán abiertamente entre los hombres. La otra, que la Jerarquía restablecerá entonces los antiguos misterios, los viejos jalones tan seriamente conservados en la tradición Masónica, y también en el ritual masónico, esperando el día de la resurrección.

     Estos antiguos misterios fueron originalmente dados a la humanidad por la Jerarquía y, a su vez, recibidos [i331] por la Jerarquía de la Gran Logia Blanca de Sirio. Contienen la clave del proceso evolutivo, oculta en números y palabras; velan el secreto del origen y destino del hombre, representando, por medio del rito y del ritual, el largo y largo sendero que debe recorrer. Proporcionan también, cuando están correctamente interpretados y debidamente presentados, la enseñanza que necesita la humanidad para progresar de la oscuridad a la Luz, de lo irreal a lo Real y de la muerte a la Inmortalidad. Cualquier verdadero masón que comprenda, aunque sólo sea en mínimo grado, las implicaciones de aquello en lo cual participa, reconocerá que estas antiguas plegarias orientales contienen la clave para los tres grados de la Logia Azul. Menciono aquí el propósito masónico porque se relaciona estrechamente con el restablecimiento de los Misterios y se ha conservado la clave -en el transcurso de las edades- para el restablecimiento, largamente esperado, de los cimientos sobre los cuales podrá erigirse la enseñanza restaurada y la estructura que exprese, por medio del poderoso ritual y los detallados ritos organizados, la historia del progreso del hombre en el sendero de retorno.

     Los Misterios serán también restablecidos de otra manera, pues contienen mucho más de lo que los Ritos Masónicos pueden revelar, o los rituales y las ceremonias religiosas exponer; encierran en sus enseñanzas y fórmulas la clave para la ciencia que abrirá el misterio de la electricidad -misterio del cual habló H.P.B.-; aunque la ciencia haya hecho mucho progreso a lo largo de esta línea, es aún de naturaleza embrionaria y sólo cuando la Jerarquía esté presente visiblemente en la Tierra, y los Misterios, cuyos custodios son los Maestros, sean dados abiertamente al hombre, se revelará el verdadero secreto y naturaleza de los fenómenos eléctricos.

     En realidad, los Misterios son la verdadera fuente de la revelación, y sólo cuando la mente y la voluntad al bien estén [e276] estrechamente fusionadas y condicionen la conducta humana, así, en es medida, se podrá captar la futura revelación, pues sólo entonces podrán confiarse tales secretos a la humanidad. Conciernen a esas facultades que permiten a los Miembros de la Jerarquía trabajar conscientemente con las energías del planeta y del sistema solar y controlar las fuerzas, dentro del [i332] planeta, que pondrán en su lugar a los poderes síquicos comunes (hoy tan estúpidamente encarados y tan poco comprendidos) y guiarán al hombre para ser utilizados útilmente.

     Los Misterios restablecerán el color y la música para el mundo, tal como esencialmente son, y lo harán de tal manera que el arte creador actual será para este nuevo arte creador lo que los pequeños bloques de madera con que juega el niño, son para una gran catedral como la de Durham o Milán. Cuando sean restablecidos los Misterios, harán realidad -en forma incomprensible ahora para ustedes- la naturaleza de la religión, el propósito de la ciencia y la meta de la educación, los cuales no son lo que creen ustedes hoy.

     El terreno ya está siendo preparado para esta gran restauración. Las Iglesias y la Masonería se hallan en el banquillo de los acusados, ante la mente crítica de la humanidad, y el mensaje ha surgido de la mente masiva, como que ambas han fracasado en sus tareas divinamente asignadas. Se comprende en todas partes que la nueva vida debe afluir y que grandes cambios deben efectuarse en el conocimiento y el entrenamiento de quienes trabajan a través de estos dos medios de difusión de la verdad. Dichos cambios no han sido aún realizados, pues es necesario una nueva visión y un nuevo acercamiento a la experiencia de la vida, y sólo la generación venidera es capaz de proporcionarlo; sólo ella podrá realizar las alteraciones y revitalización necesarias, y eso puede ser hecho y se hará:

"Aquello que es un misterio ya no lo será y lo que ha permanecido velado será ahora develado; aquello que ha sido abstraído emergerá a la luz y todos los hombres lo verán y juntos se regocijarán. Llegará el momento en que la desolación habrá realizado su trabajo benéfico, cuando todas las cosas hayan sido destruidas, y los hombres, por medio del sufrimiento, hayan tratado de ser impresionados por aquello que desecharon en el vano perseguimiento de lo que tenían a mano y era fácil de alcanzar. Una vez poseído, demostró ser agente de la muerte -sin embargo los hombres buscaban la vida, no la muerte".

     Así reza El Antiguo Comentario cuando se refiere al ciclo actual por el que atraviesa el género humano.

     [e277] [i333] Las pruebas para la primera iniciación, en lo que a la humanidad (el discípulo mundial) concierne, casi han terminado, y la hora del nacimiento del Cristo, como expresión del cuarto reino de la naturaleza, y la consumación del trabajo de la Cuarta Jerarquía Creadora, se aproxima. Esto no es una contradicción; la hora del nacimiento puede prolongarse y la forma debe sufrir los dolores del parto durante mucho tiempo, pero Cristo nacerá y Su naturaleza y conciencia crísticas compenetrarán y colorarán todos los asuntos humanos. Esta condición -tan inminente y tan deseable y por mucho tiempo predicha y anticipada- hará posible el retorno de la Jerarquía y el restablecimiento de los Misterios.

     Tales acontecimientos dependen, no sólo de la aptitud de la humanidad para proporcionar el correcto escenario, y de la inevitabilidad del desarrollo evolutivo mismo, sino de la reaparición de la Jerarquía; lo que Sus miembros realizarán se relaciona también (y primordialmente) con la vida interna y los impulsos espirituales dentro de la Jerarquía misma, no teniendo relación alguna con el género humano. La Jerarquía persigue Sus propias líneas de desarrollo espiritual como actividad paralela a Su servicio en la Tierra, en conexión con la evolución planetaria. Los hombres tienden a considerar sus propias vidas, su destino y el desarrollo de la conciencia humana, como el único factor de importancia principal en la Tierra y en los procesos evolutivos del planeta. Estas condiciones son de importancia, pero no los únicos factores importantes. La humanidad no está sola ni aislada, ocupa un punto medio entre los reinos subhumano y superhumano, y cada uno de estos grupos de vidas en evolución, tiene su propio e importante destino -importante para todos los que se hallan dentro del "círculo no se pasa" grupal. Ellos tienen sus propios, elegidos y diferentes modos, métodos y maneras de realización. Así como un hombre individual debe aprender el arte o la ciencia de la relación con los demás hombres y con su medio ambiente, así la humanidad, como un todo, debe conocer su relación con lo que está por encima y más allá de ella y con lo que está abajo y ha quedado atrás. Esto involucra un sentido de proporción que puede ser alcanzado sólo por medio del principio mente en el hombre [i334] y por quienes están empezando a polarizarse mentalmente. Este sentido de proporción revelará a los hombres su lugar en la escala de la evolución y los conducirá al reconocimiento del destino particular y metas excepcionales de otros reinos de la naturaleza, incluyendo al quinto, el reino de Dios, la Jerarquía espiritual de nuestro planeta.

     La Jerarquía misma se halla también en un punto de crisis espiritual. Sus iniciados permanecen ante el Portal que conduce al [e278] Camino de Evolución Superior, y todo el personal de la Jerarquía espera avanzar en conjunto, e ir -en Su propio nivel- paralelamente al progreso que la humanidad está también destinada a realizar.

     Pero, hermanos míos, aquí está lo interesante. De acuerdo a la gran ley de expresión sintética (denominada por nosotros la Ley de Síntesis, que rige al primer aspecto divino) la Jerarquía debe avanzar de tal manera que el esfuerzo abarque el plano físico y también los planos superiores. La actividad ideada debe abarcar los tres mundos de la evolución humana, así como los tres mundos de la Tríada espiritual. Recuerden que la superposición de estos dos mundos tiene lugar en el plano mental y justifica la bien conocida frase "los cinco mundos de la evolución superhumana". De allí la necesidad de la exteriorización de la Jerarquía y la demostración de Su capacidad conjunta para trabajar desde el plano físico hasta el más elevado, a fin de avanzar conjuntamente a través de este Portal y penetrar en el Camino. Hablando simbólicamente, esta exteriorización es, para los Miembros de la Jerarquía, un acto de sacrificado servicio, pero también un gesto simbólico. La Jerarquía vuelve a encarnar sobre la tierra y por primera vez desde su última encarnación en los días atlantes. Sin embargo la encarnación de los Miembros de la Jerarquía es grupal, no individual; éste es probablemente para ustedes un punto sutil demasiado difícil de comprender.

     Por lo tanto, la exteriorización de la Jerarquía y el restablecimiento de los Misterios no es algo hecho para la humanidad o simplemente llevado a cabo porque los hombres han merecido un contacto más estrecho, tienen el derecho de recibir alguna recompensa o son ahora tan espirituales que la Jerarquía puede gozosa y útilmente [i335] ayudarlos. El cuadro es completamente distinto. Lo que en realidad parece de tanta importancia en la conciencia de los hombres es totalmente secundario en relación con la crisis jerárquica que estamos considerando. Esta reaparición en el plano físico y la consiguiente vida de servicio (que involucra factores de profundo significado para los hombres) son una expresión del impulso espiritual inherente que está impeliendo la acción jerárquica en dos direcciones, pero involucra un movimiento unificado que abarca los cinco planos de la evolución superhumana y necesita una recapitulación grupal en el proceso de la encarnación.

     La Jerarquía tiene Su propia vida, metas y objetivos. Su propio ritmo evolutivo y Sus propias expansiones espirituales, no siendo los mismos que los del reino humano. Estas metas y ritmos se harán más familiares a los hombres reflexivos a medida que la Jerarquía se va acercando al plano físico.

     [e279] Esta actividad incluyente y planeada de la Jerarquía está relacionada con los incentivos espirituales, que tienen sus raíces en Shamballa. Allí el aspecto vida es casi violentamente estimulado por la acción de los Señores de la Liberación, que se han lanzado a la actividad planetaria debido al empleo de la segunda estrofa de la Gran Invocación, utilizada potentemente por los Miembros de la Jerarquía. Repito, ésta no fue empleada por Ellos únicamente en beneficio de la humanidad, o para la liberación del género humano; tenía también implicaciones jerárquicas y era en parte una demanda de la Jerarquía para permitírsele continuar por el Camino. La liberación de la "fuerza salvadora", debido a que la hora de servir había llegado, permitió (al mismo tiempo) la afluencia de un aspecto de la energía que nunca había llegado a la humanidad ni estaba destinada a ser utilizada exclusivamente por ella, sino que fue retenida por la Jerarquía para vitalizar, hacia una renovada vivencia, los siete ashramas principales, permitiendo al Ashrama de Cristo elevarse a un nivel espiritual superior y más cerca del portal que conduce a la Vida.

     Estos enunciados velan profundos misterios jerárquicos y no están de manera alguna relacionados con los Misterios que concernirán [i336] a la humanidad cuando la Jerarquía se exteriorice, y esos misterios no serán revelados a los hombres. Sólo es permitido un enunciado general de los efectos producidos sobre la Jerarquía, por ciertas actividades misteriosas. Sirven para demostrar la firme pulsación del ritmo evolutivo que compenetra cada átomo, forma, grupo y centro, sobre nuestro planeta, produciendo efectos sobre las formas inferiores de existencia, ascendiendo hasta las más elevadas. En todas partes no existe más que progresión y un firme avance hacia una luz más clara y una vivencia mayor.

     En estas instrucciones me ocuparé del tema de la iniciación, desde un ángulo amplio y general, y de la definición; por lo tanto no tengo la intención de repetir lo que se da en Discipulado en la Nueva Era, Tomo II. El acercamiento será algo distinto en la última parte de este tratado; me limitaré a los efectos de los rayos sobre el iniciado y a la relación existente entre las energías de rayo y las diferentes iniciaciones ya delineadas. En esta parte tampoco tengo la intención de considerar el despertar científico de los centros o los tecnicismos para llevarlos al equilibrio y la actividad deseados. He impartido ya lo necesario en mis distintos libros, donde hay mucha cantidad de información diseminada. Por medio de esta difusión y dispersión se protege la enseñanza y no constituye para el público, en general, un peligro. En el futuro inmediato, los estudiantes tendrán que buscar la enseñanza en los muchos y numerosos volúmenes y extraer más cuidadosamente los detalles de la ciencia de los centros y la información respecto a su [e280] naturaleza y procesos. El tema sobre los centros es peligroso si no es bien comprendido; los centros constituyen una amenaza cuando se los despierta prematuramente o se los energetiza indebidamente, y puede resultar muy peligroso para el hombre impulsado por la curiosidad y para el experimentador ignorante. El tiempo no está aún maduro para presentar este tema en forma plenamente coordinada; se previene a los estudiantes que no deben publicar una tesis clara y correlacionada sobre el tema, cómo resultado de sus investigaciones en mis libros. No obstante, [i337] debe dársele al verdadero aspirante la información necesaria.

     Los Misterios son revelados, no principalmente por haber recibido información acerca de ellos y sus procesos, sino por la acción de ciertos procesos, consumados dentro del cuerpo etérico del discípulo, que le permiten conocer lo que está oculto, lo ponen en posesión de un mecanismo de revelación y lo hacen consciente de ciertos poderes o energías radiatorias y magnéticas, dentro de sí mismo, que constituyen canales de actividad y métodos por los cuales puede adquirir lo que el iniciado tiene el privilegio de poseer y utilizar.

     En el sendero de probación, el discípulo, poseyendo un equipo definido y un mecanismo creado, inicia la búsqueda del portal de la iniciación y va en pos de aquello por lo cual entrará en contacto después de haber franqueado el portal. En muchos ciclos de encarnaciones ha adquirido el mecanismo y la aptitud de emplearlo. Una encarnación es un período definido (desde el ángulo del alma) donde el experimento, la experiencia y la expresión, constituyen la nota clave de cada encarnación. Cada encarnación sucesiva continúa el experimento, profundiza la experiencia y relaciona más estrechamente la expresión con la latente divinidad en desarrollo.

     Las mismas palabras -en una interpretación más amplia, acentuando una oportunidad mayor y plena- pueden ser empleadas para describir el progreso del iniciado en las etapas finales del sendero; de esto nos ocuparemos parcialmente en esta sección. Les pediría que recuerden estas tres palabras cuando lean y mediten sobre lo expuesto. El discípulo o iniciado encara la iniciación animado por el espíritu de experimentación divina de índole científica, porque la iniciación constituye el momento culminante de realización, y el éxito se obtiene mediante una serie graduada de experimentos con la energía.

     Habiendo cosechado el fruto del experimento mencionado, llega cierto período donde se obtiene la experiencia para emplear potencias relacionadas. Esto abarca el intervalo entre una iniciación y otra, y también el período de muchas vidas, o uno [e281] relativamente breve. Los resultados del experimento de la iniciación y de la experiencia [i338] adquirida con las energías otorgadas, constituyen la capacidad del iniciado para expresar la divinidad más plenamente que hasta entonces, lo cual significa que puede actuar acrecentadamente como creador divino en relación con el Plan jerárquico, como manipulador de las energías atractivas del amor y como el que determina -bajo la impelente voluntad de Shamballa- la fase o aspecto del propósito divino, del cual él mismo debe ocuparse, en relación con la manifestación del Logos planetario. Observarán que no digo en relación con la humanidad. El iniciado trabaja en muchos campos de la creatividad divina, de la cual el campo del género humano es sólo uno.

     Por lo tanto, estas tres palabras indicarán el primer tipo de acercamiento a nuestro tema, y lo que tengo que decir deberán recordarlo en cada caso.

     Quisiera que consideren conmigo los diferentes aspectos de esta parte del tema, desde el ángulo de los siete rayos. Con ello quiero significar que los discípulos que pertenecen a distintos rayos, tendrán todos la misma meta, harán los mismos experimentos, pasarán la misma experiencia y llegarán igualmente a la expresión divina. Sin embargo sus cualidades y métodos de acercamiento, sus reacciones y naturalezas características, diferirán de acuerdo al tipo de rayo; esto constituye una fase muy interesante y poco conocida de nuestro estudio de la iniciación. La iniciación ha sido un acontecimiento encubierto y no se ha hecho ninguna anotación sobre las implicaciones de rayo. Esto me propongo remediarlo.

     Cada una de las siete iniciaciones principales, pongamos por caso, es una ejemplificación o revelación de una de las cualidades o tendencias de los siete rayos, que está siempre regida y condicionada por cierto rayo, siendo esto uno de los factores que los discípulos deben aprender y comprender mientras se preparan para una iniciación, porque involucra un éxito en el manejo y la manipulación de ciertos tipos de energía divina.

     Cada iniciación lleva a la plena actividad funcionante a uno de los siete centros, no desde el ángulo del despertar o del estímulo, sino desde el ángulo de una "rueda que gira sobre sí misma". Esta es una expresión de El Antiguo Testamento, [i339] siendo completamente inadecuada, pero no encuentro otra que la reemplace. La paráfrasis es totalmente superficial e impropia y les resultará algo sin significado, excepto para el iniciado que ha experimentado el girar de la rueda. Como bien saben los astrólogos esotéricos, llega un ciclo de vida en el cual el discípulo se invierte sobre la Rueda de la Vida (la rueda zodiacal) y en lugar de girar [e282] en el sentido de la aguja del reloj, alrededor del zodíaco, empieza ahora a girar en sentido contrario; aprende que el aspecto sustancia de su naturaleza puede estar aún condicionado por las fuerzas que fluyen a través de ella, en secuencia y serie, y de acuerdo a su horóscopo y al método exotérico de la revolución zodiacal; al mismo tiempo el discípulo recibe corrientes de energía desde la rueda invertida, donde él se encuentra como alma, siendo en consecuencia el receptor de dos corrientes de energía que van en dirección contraria; de allí el creciente conflicto en su vida y circunstancias, constituyendo la razón de las pruebas de la iniciación

     En pequeña escala, esto atañe a los centros en el cuerpo etérico del discípulo, evidenciando también la misma actividad dual, una vez que se ha hollado el sendero del discipulado y se ha entrado en el sendero de la iniciación. La rueda zodiacal es en sí, esencialmente, un centro cósmico; es un loto de doce pétalos, pero un loto de doce pétalos dentro del loto de mil pétalos de una Entidad cósmica desconocida, el Ser al que me he referido en mis libros anteriores, como AQUEL DE QUIEN NADA PUEDE DECIRSE. La multiplicidad de las influencias zodiacales tienen eventualmente un efecto dual: uno sobre Shamballa (el centro coronario planetario) y el otro sobre la Jerarquía (el centro cardíaco planetario); el efecto es también sentido en el centro coronario y cardíaco de cada iniciado. Esta actividad dual final es registrada por el iniciado de grados superiores, cuando recibe la octava y novena iniciaciones; las otras siete iniciaciones están regidas por los siete rayos. Por lo tanto, tenemos: [i340]

1ª. Iniciación Nacimiento
Centro sacro 7º rayo   Plano físico
Comienzos Relación Magia Sexual  

2ª. Iniciación Bautismo
Centro plexo solar 6º rayo   Plano astral
Dedicación Espejismo Devoción  

3ª. Iniciación Transfiguración
Centro ajna 5º rayo   Plano mental
Integración Dirección Ciencia  

4ª. Iniciación Renunciación
Centro cardíaco 4º rayo   Plano búdico
Crucifixión Sacrificio Armonía  

5ª. Iniciación Revelación
Base de la columna vertebral 1º rayo   Plano átmico
Surgimiento Voluntad Propósito [e283]  

6ª. Iniciación Decisión
Centro laríngeo 3º rayo   Plano monádico
Fijación Cooperación inteligente Creatividad  

7ª. Iniciación Resurrección
Centro coronario 2º rayo   Plano logoico
El eterno Peregrino Amor-Sabiduría Atracción  

8ª. Iniciación Transición
Jerarquía Cuatro rayos menores   Planetario
Elección Conciencia Sensibilidad  

9ª. Iniciación Negación
Shamballa Tres rayos mayores   Del sistema
Siete Senderos Ser Existencia  

     No es posible para ustedes comprender la síntesis que rige a las cuatro iniciaciones finales, y para estas experiencias no tenemos aún el lenguaje adecuado. Sólo es posible indicar ciertas corrientes y tendencias espirituales y -como esta sección está escrita principalmente para quienes han recibido o están preparándose para recibir alguna de las iniciaciones- sólo espero que les llegue algún significado a las personas que están preparadas.

     Un cuidadoso estudio de la clasificación expuesta les dará [i341] una idea diferente respecto al tema de la iniciación. El concepto de la iniciación grupal debe reemplazar hoy al de la iniciación individual de un aspirante. En el pasado, a fin de introducir la idea de la iniciación en la mente del pueblo, la Jerarquía eligió el método (ahora en desuso) de presentar la perspectiva de la iniciación ante el ansioso discípulo; acentúo inmediatamente desde el comienzo su peculiaridad, su naturaleza recompensadora, su ritual y ceremonial y su lugar en la escala de la evolución. Debido a que la realidad de la iniciación ha sido captada por una mayoría y realizada por algunos, es posible revelar ahora lo que estuvo siempre implicado, que la iniciación es un acontecimiento grupal. Si el claro pensar hubiera reemplazado a la egoísta aspiración individual, el hecho de la iniciación grupal habría sido evidente, por las siguientes razones, inherentes o implicadas en toda la situación:

1. El alma -en su propia naturaleza- es consciente del grupo y no tiene ambiciones o intereses individuales ni está en forma alguna interesada en las metas de la personalidad. El alma es el iniciado. La iniciación es un proceso por el cual el hombre espiritual que mora en la personalidad, llega a ser consciente [e284] de sí mismo como alma, con los poderes, relaciones y propósitos del alma. Cuando un hombre comprende esto aún en pequeña medida, llega a ser consciente del grupo.

2. Únicamente el hombre, cuyo sentido de identificación comienza a expandirse y a ser incluyente, puede "recibir la iniciación" (como se dice erróneamente). Si la iniciación fuera una realización puramente personal, arrojaría al hombre nuevamente a la conciencia separatista, que está tratando de evadir. Ello no constituiría un progreso espiritual. Cada paso en el sendero de iniciación acrecienta el reconocimiento grupal. La iniciación es esencialmente una serie de reconocimientos incluyentes en expansión.

3. La iniciación admite al aspirante como miembro de la Jerarquía. Esto involucra, hablando esotéricamente, el abandono de todas las reacciones separatistas de la personalidad, en una serie de renunciamientos progresivos, que culminan [i342] en la cuarta iniciación y nuevamente se destacan misteriosamente en la novena iniciación.

     Cuando el iniciado pasa de una iniciación a otra, avanza en el sendero o penetra en el corazón de los Misterios, conjuntamente con quienes son igual a él, hallándose en la misma etapa de evolución y trabajando para alcanzar la misma meta; entonces se da cuenta que no está solo y que se realiza un esfuerzo mancomunado. En efecto, es la nota clave de un ashrama que condiciona su formación, compuesto de discípulos e iniciados, en diferentes etapas de desarrollo iniciático, que han llegado juntos a su etapa de conciencia ashrámica y seguirán juntos hasta llegar a esa total liberación que se alcanza cuando el plano físico cósmico desciende bajo el umbral de la conciencia o de la percepción sensible, y ya no tiene ningún interés para el iniciado.

     Éste es uno de los nuevos factores en los métodos y técnica jerárquicas, que tuve la responsabilidad de llevar a la atención de público, corrigiendo de este modo la enseñanza errónea de quienes fueron entrenados por las así denominadas escuelas ortodoxas de ocultismo. El Maestro K.H., en uno de los pocos (muy pocos) párrafos del libro The Mahatmas Letters (Cartas de los Mahatmas) las cuales son auténticas y no simplemente un trabajo de H.P.B dio una indicación a los aspirantes de esa época, cuando dijo que muchos de ellos eran "espiritualmente egoístas". El egoísmo espiritual ha conducido al estudiante esotérico común a apropiarse de la iniciación y a considerarla personal e individual. Sin embargo, uno de los primeros requisitos para la iniciación es el reconocimiento claro y conciso del propio grupo, no por el pensamiento ansioso sino por la cooperación y el trabajo efectivos en el [e285] plano físico. He dicho grupo, hermano mío, y no organización, pues son dos cosas muy diferentes.

     Por lo tanto, tengan cuidadosamente presente la realidad de la iniciación grupal y dejen de lado toda consideración y pensamiento sobre la preparación para la iniciación. Algunos grupos están siendo preparados para la iniciación, donde ejercen control los siguientes factores -en lo que concierne al individuo: [i343]

1. Un grupo de hombres y mujeres. cuyas almas pertenecen al mismo rayo, es reunido subjetivamente por un Maestro del mismo rayo, para darles entrenamiento grupal.

2. A tales personas se les da la oportunidad de establecer contacto, en el plano físico, con algunos de los que están así vinculados subjetivamente e imparten mutuamente un sentido de solidaridad grupal. La relación subjetiva está asegurada por un contacto objetivo. El reconocimiento es, por lo tanto. una prueba preliminar a la iniciación, y esto debe recordarse.

3. Las personas así entrenadas y relacionadas, desde el ángulo de la iniciación a recibir, se hallan en la misma etapa de evolución. Reciben la misma iniciación y están siendo sometidas a las mismas pruebas y dificultades, debidas al rayo de la personalidad, que actúa para impedir el contacto, desvirtuar el reconocimiento, retardar el progreso e interpretar mal la información. Durante el tiempo que un discípulo en entrenamiento está enfocado en su personalidad no le será posible obtener la iniciación grupal; el reconocimiento de su compañeros aspirantes será fugaz y rápidamente perturbado por la criticadora mente inferior, y se erigirá un muro de formas mentales, creadas por la personalidad respecto a los miembros del grupo, que impedirá el progreso conjunto a través del Portal de la Iniciación.

4. La iniciación grupal no puede ser realizada por un grupo en entrenamiento mientras los miembros, como grupo, no hayan desempeñado su "empresa espiritual" particular. Es ley del espíritu que el discípulo debe comparecer ante el Iniciador con las manos vacías; pero, en formación grupal, los miembros del grupo contribuyen conjuntamente con algo para el enriquecimiento del ashrama. Esto puede tomar la forma de un proyecto, considerado en línea con el Plan, por el cual testimonian su comprensión de ese Plan y demuestran al grupo iniciático y a los discípulos avanzados con quienes se les permitirá hacer contacto, que ya han probado su aptitud para ser aceptados y lo han demostrado en el servicio prestado. Esto debe ser una [i344] empresa, un servicio y una contribución grupales La contribución específica del individuo no es tenida en cuenta.

     Este concepto de iniciación grupal debe ser recordado, pues [e286] colorará todo lo que trataré de impartirles y acelerará el día de la propia aceptación.

     Nadie es admitido (por medio de los procesos de la iniciación en el Ashrama de Cristo ( la Jerarquía), hasta el momento en que comienza a pensar y a vivir en términos de relaciones y actividades grupales. Algunos aspirantes bien intencionados interpretan idea grupal como un mandato para esforzarse en formar grupos -su propio grupo o grupos. Esta no es la idea presentada en la era acuariana, tan cercana hoy; fue el método de acercamiento durante la era pisceana, ya pasada. Ahora el acercamiento es totalmente diferente, no se espera que alguien permanezca en el centro de su pequeño mundo y trabaje para convertirse en el punto focal de un grupo. La tarea consiste en descubrir al grupo de aspirantes al cual debe afiliarse y con el cual debe recorrer el sendero de iniciación -cosa muy diferente y mucho más difícil. Necesita recordar el significado de las palabras siguientes, extraídas de los Archivos de los Maestros, impartidas en forma de preguntas y respuestas. Las preguntas son dirigidas al neófito que está obteniendo la primera vislumbre de relación grupal que conduce la iniciación grupal:

"¿Oh Chela en la Luz, no ves tú el Portal?

Veo el Portal y oigo una voz que llama. Qué debo hacer, Maestro de mi vida?

Atraviesa el Portal y no pierdas el tiempo en mirar retrospectivamente el camino que terminas de hollar. Sigue adelante hacia la luz.

El portal es demasiado angosto, oh Maestro de mi vida, Temo que no podré pasar.

[i345] Acércate al Portal y toma la mano de otro peregrino en el camino de la vida. Acércate al Portal y no trates de entrar solo.

Ahora que he tomado la mano del hermano de mi derecha y del hermano de mi izquierda, no puedo ver el portal. Me parece estar rodeado de peregrinos en el camino. Parecen iguales, su nota es una, se parecen a mí y me circundan por todos lados, no puedo ver el portal.

Avanza en el sendero, oh peregrino en la luz, y permanece con ellos tomados de la mano ante el Portal de la luz. ¿Que ves tú?

Nuevamente aparece la puerta, y ahora parece amplia, no angosta como antes. ¿Qué vi antes? No era igual al portal que ahora enfrenta a este grupo de hermanos que permanece unido en el sendero.

El portal que viste antes, era una ficción de tu mente; una forma mental de tu creación separatista, algo que te separaba de la [e287] verdad -demasiado estrecha para atravesarla, sin embargo colmada de seducción errónea. Sólo el hombre que toma la mano de su hermano puede ver realmente el Portal; sólo el hombre rodeado por los muchos que constituyen uno, puede entrar por ese Portal que se cierra al hombre que trata de entrar solo".

     En los días lemurianos los iniciados entraban solos uno por uno, y muy pocos lograban realizar la meta, y uno por vez eran admitidos en los Misterios. En la época atlante, cuando el Portal de la Iniciación estaba ampliamente abierto, los aspirantes a los Misterios eran admitidos en grupos de siete, pero no habían hecho contacto en conciencia física con su miembros compañeros de grupo; aún se ponía el énfasis (durante el período de entrenamiento) sobre el logro y la realización individuales. Actualmente el hombre está obteniendo un progreso espiritual tan rápido, que la Jerarquía acepta grupos en todo momento, particularmente en relación con los rayos que están actualmente en encarnación. Esto significa que en los tres rayos mayores (que están siempre [i346] predominantemente activos, aunque tengan ciclos variados de mayor o menor actividad) hay grandes grupos que están recibiendo el entrenamiento preparatorio para determinada iniciación. Esta aceptación grupal adquirirá un rápido desarrollo cuando el mundo se estabilice en un ciclo pacífico de crecimiento y desenvolvimiento, después de la experiencia drástica de la guerra mundial (1914-1945); para ello debe estar a disposición la información que intento dar.

     Hay otro punto que quisiera aclarar. Como bien saben, un ashrama contiene discípulos e iniciados en todas las etapas de desarrollo evolutivo y en todos los rangos y grados; trabajan juntos al unísono, y sin embargo -dentro de sus rangos diferenciados, pues cada grado permanece aislado, aunque unido con los demás- han establecido una armonía propia, codificado su intercambio telepático y comparten un secreto y silencio ocultista que protegen los secretos y conocimientos para que no pasen de un grado a otro ni lleguen a los que no están preparados. Similarmente, cuando un aspirante procura descubrir en el plano físico a quienes compartirán con él el misterio de su siguiente paso inmediato o expansión demostrada, descubrirá a su propio grupo, hallando que está formado por los que no han alcanzado su etapa particular de sabiduría y también los que lo dejaron muy atrás. Simultáneamente será atraído a un vórtice de fuerza y a un campo de servicio. Reflexionen sobre este enunciado. Por lo tanto, aprenderá las lecciones requeridas, de quien debe trabajar en un ashrama, y sabrá comportarse con quienes no pueden compartir con él los secretos que ya conoce, y con aquellos que han penetrado más profundamente que él en los misterios.


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