[e110]
[i125]
El
Gran Presidente, dentro de la Cámara del Concilio del Señor,
consideraba la naturaleza del hijo del hombre que es asimismo un hijo de
Dios. Él pensaba en lo que se necesitaba para hacerlo aun más parecido
a su Padre. "Otro trabajo debe ser llevado a cabo. Él necesita
equilibrio, y juicio sano, y preparación para una prueba mayor y para
futuro servicio a la raza de los hombres. Por esto, que se prepare con
cuidado". Y el Maestro, anotando en sus tablas el propósito de la
próxima prueba, salió y habló a Hércules. "Sal, hijo mío, y
captura al jabalí; salva una región asolada, pero toma el tiempo de
alimentarte". Y Hércules salió.
Y
Hércules, que es un hijo de hombre y no obstante un hijo de Dios, pasó
a través del séptimo Portal. El poder del séptimo signo pasó a través
de él. No sabía que se enfrentaba a una prueba dual, la prueba de la
rara amistad y la prueba del coraje sin temor. El Maestro lo había
instruido para buscar un jabalí, y Apolo le dio un arco flamante para
usar. Dijo Hércules: "No lo llevaré conmigo en el camino, por
temor a matar. En mi último trabajo, en las riberas del gran mar, maté
y destruí. Esta vez no mataré. Dejo el arco".
Y
así, desarmado, excepto por su fuerte clava, trepó el acantilado de la
montaña, buscando al jabalí, y viendo, a cada lado, visiones de miedo
y terror. Subió aún más y más alto. Y entonces se encontró con un
amigo. En el camino se encontró con Folos, uno de un grupo de
centauros, conocido de los dioses. Se detuvieron y hablaron, y por un
momento Hércules olvidó el objeto de su búsqueda. Y Folos llamó a Hércules,
invitándolo a abrir [i126]
un tonel de vino, que no era suyo, ni tampoco pertenecía a
Folo. Este gran barril, pertenecía al grupo de centauros; y de los
dioses, que los habían beneficiado con el tonel, había venido la orden
de que nunca debía ser abierto, salvo cuando los centauros se
encontraran y estuvieran todos presentes. El tonel pertenecía al grupo.
[e111]
Pero
Hércules y Folo lo abrieron en ausencia de sus hermanos, llamando a
Quirón, otro centauro sabio, para que fuera y compartiera su jarana.
Este así lo hizo y los tres bebieron juntos, y se deleitaron y
embriagaron e hicieron mucho bullicio. Esta gritería fue oída por los
otros centauros desde lugares distantes.
Ellos
acudieron encolerizados, y una feroz batalla tuvo entonces lugar y a
pesar de las sabias resoluciones, nuevamente el hijo del hombre, que era
un hijo de Dios, se transformó en el mensajero de la muerte y mató a
sus amigos, los dos centauros con los cuales antes había bebido. Y,
mientras los otros centauros se afligían con fuertes lamentaciones, Hércules
escapó otra vez a las altas montañas, y nuevamente reanudó su búsqueda.
* *
*
Llegó
hasta los límites de la nieve, siguiendo las huellas del feroz jabalí;
lo siguió hasta las alturas y el áspero frío, y sin embargo no lo
vio. La noche se fue acercando, una a una las estrellas salieron, y aún
el jabalí se le distanciaba, y buscó dentro de sí mismo alguna maña
sutil. Colocó una trampa con habilidad, y sabiamente oculta. Entonces
esperó en una sombra oscura la llegada del jabalí. Las horas pasaron,
y él aún esperó hasta que se acercó el alba. El jabalí salió de su
guarida, buscando comida, impulsado por un hambre de días. En las
sombras, cerca de la trampa, esperaba el hijo del hombre. El jabalí cayó
dentro de la trampa y a su debido tiempo Hércules soltó a la bestia
salvaje, haciéndola prisionera de su habilidad. Luchó con el jabalí y
lo dominó y obligó a hacer lo que él decía, o ir por el camino que
él deseaba.
[i127]
Desde
la cima nevada de la alta montaña bajó Hércules, gozoso en el camino,
conduciendo por la senda que bajaba, al feroz pero domesticado jabalí.
Por las patas traseras, conducía al jabalí, y todos en la montaña reían
al ver la escena. Y los que encontraban al hijo del hombre, que es el
hijo de Dios, cantando y bailando en el camino reían también al ver
la marcha de los dos. Y todos en la ciudad reían al ver la misma
escena; al tambaleante, cansado jabalí y al hombre que reía y cantaba.
Así
ejecutó Hércules su séptimo trabajo y regresó hacia el Maestro de su
vida.
Y
el Gran Presidente dentro de la Cámara del Concilió del Señor observó:
"La lección del verdadero equilibrio ha sido aprendida. Aún falta
una lección. De nuevo en el noveno Portal el centauro debe ser
encontrado y conocido y rectamente comprendido".
[e112]
Y
el Maestro dijo: "El séptimo trabajo está completado, el séptimo
Portal ha sido pasado. Considera las lecciones del pasado; reflexiona
sobre las pruebas, hijo mío. Dos veces has matado lo que deberías
amar. Aprende el por qué". Y Hércules permaneció dentro de las
puertas de la ciudad y allí se preparó para lo que luego sucedería,
la prueba suprema.
ELTIBETANO
Prólogo
"El
mito es el velado pensamiento del alma ". (Isis
sin velo)
Libra
nos presenta muchas paradojas, y marcados extremos, dependiendo de si
uno está en la vuelta del zodíaco en sentido de las agujas del reloj,
o en la trayectoria inversa, la del discípulo que ha vuelto
conscientemente, al sendero evolutivo, al camino de regreso al hogar. Se
dice que es uno de los signos más difíciles de comprender. Es el
primer signo que no tiene ni símbolo humano ni símbolo animal, excepto
que sosteniendo la balanza está la figura de la justicia -una mujer
cegada- cegada tal vez para la objetiva visión exterior, que la visión
intuitiva interior debe adivinar dónde está la justicia.
[i128]
Es
un intervalo, se nos dice, comparable al silencioso escuchar en la
meditación: un tiempo de imposición del pasado. De nuevo, extrañamente,
el hombre medio se acerca a Libra a través de la drástica prueba de
Escorpio, mientras que el hombre más evolucionado entra a la prueba de
Libra desde el signo de Virgo, con la conciencia de Cristo agitándose
en su corazón y su mente. Piensa cuán diferentes serán las
experiencias de estos dos hombres en Libra. En un caso la balanza
oscilará salvajemente arriba y abajo; en el otro se aproximará al
equilibrio o éste será logrado, entre la materia y el espíritu, y
entre los más pequeños pares de opuestos.
En
este punto empezamos a ver por qué, en este tranquilo signo, nos
encontramos con los problemas del sexo y el dinero, ambos buenos
servidores y malos maestros, según el uso que se haga de ellos. El sexo
es un sacramento, una compensación del hombre y la mujer, para la
producción de las formas, para la continuación de la vida evolutiva.
El dinero es un medio de trueque, de compartir a distancia. Si es amado
y retenido sólo por sí mismo, es el oro del avaro, y si no, el oro del
amante, entregado corazón.
El
equilibrio de los pares de opuestos está agudamente definido. La
balanza puede oscilar desde la parcialidad y el prejuicio a la justicia
o el discernimiento; desde la insensible estupidez a la sabiduría
entusiasta. Cuán inusual y deliciosa combinación de palabras es esa.
En el lenguaje común [e113] nosotros simbolizamos la sabiduría
con la estúpida, parpadeante lechuza, y aquéllos que piensan que son
sabios están demasiado, a menudo, llenos de solemnidad y son algo
pesados. Sin embargo, la sabiduría debe ser "entusiasta".
Esto es algo para reflexionar. Y puede haber intriga, los tortuosos
caminos de las leyes hechas por el hombre la invitan; o hay una conducta
recta y el nativo de Libra puede estar caracterizado por actitudes
materialistas o espirituales. Nuevamente una y otra vez en este viaje
circular, las constelaciones son todas armoniosas, buenas, y para un
propósito; es nuestra receptividad y el uso que hagamos de ellas, que
determina lo que manifestamos. Esto se relaciona con penosa exactitud
con las impresiones logradas por el turista ocasional, y por el hombre
que vive por algún tiempo en un país, y realmente conoce a su gente. A
veces uno [i129] piensa
que una prueba de inteligencia debería ser tomada antes de otorgar una
visa. Tales extravagantes ideas, por ejemplo, nos surgen al ver y oír a
las gentes que han pasado unos pocos días en París y piensan que
conocen Francia.
Y
en este imponente signo de equilibrio, justicia y ley, encontramos que
la prueba termina en un estallido de risa, el único trabajo que la
provoca. Desde la montaña venía Hércules, haciendo rodar al jabalí
como si fuera una carretilla, cantando y riendo, y todos los
espectadores reían con él. ¡Cuán encantador!; y esto a pesar del
hecho de que nuevamente Hércules cometió un lamentable error. El
Maestro le había dicho que "tomara tiempo para alimentarse",
pero Hércules tomó tiempo para una orgía de borrachos con dos sabios,
viejos amigos, centauros. Y tomen nota de que ellos abrieron el tonel de
vino que debía ser abierto sólo por y para el grupo. Todo un sermón
podría ser predicado sobre este punto y también sobre el hecho de que,
mientras Hércules tomaba precaución para no matar al jabalí, terminó
matando a dos amigos. Así aparece la tentación detrás, cuando
pensamos que hemos despejado de trampas el sendero delante nuestro. Pero
entonces el sabio Maestro, cuando evaluaba el trabajo, pasó ligeramente
sobre el alboroto al que todos habían contribuido, diciendo tan sólo,
"Reflexiona sobre las lecciones del pasado" (contribución de
Libra). "Dos veces has matado lo que deberías amar. Aprende el por
qué". Esto es todo; y se nos recuerda que la personalidad
permanece fuera del ashrama, (nuestros maestros sólo ven cualquier luz
que llevemos). No hay ningún elogio especial, Hércules simplemente pasó,
no con honores, pero al séptimo trabajo se lo proclamó como completado
y al séptimo Portal como atravesado. Justicia como misericordia.
"Sí, Tú, Oh Dios, quieres ser tan severo para señalar todo lo
que está mal hecho, Oh Señor, ¿quién puede soportarlo?"
Reflexiones
de un Nativo de Libra
[e114]
Antes
que Hércules capturara al jabalí de Erimanto, se sentó a la mesa de
Folo y bebió vino fuerte. En este momento él era [i130]
el alma de la jovialidad, buscando y encontrando placer. Para
Hércules, como para todos los que asumen el trabajo que debe ser
realizado en Libra, los vapores del placer se deben disipar antes que la
tarea mayor del autodominio, es decir, la captura del jabalí, sea
emprendida.
Es
de señalar que el beber vino en abundancia conduce a Hércules a la
tragedia, la muerte de Folo. Esta repentina intervención de la catástrofe
dentro de la existencia buscadora de placer de un libriano, por
desagradable que la experiencia pueda ser, es una necesidad para el
desarrollo del alma. Sin tales tragedias, las potencialidades de Libra
permanecen latentes. El libriano emprende su camino en invierno, una época
de desolación, cuando la vida de la personalidad ha perdido su
atractivo.
Hércules
no usa la fuerza bruta para capturar al jabalí. Coloca una trampa,
espera y permite que la bestia caiga por sí sola en la trampa. Cuando
el jabalí tropieza y cae en los ventisqueros, Hércules aprovecha su
oportunidad. Es curiosamente libriano el evitar un encuentro directo, y
no gastar más fuerza que la necesaria. Él busca lograr sus fines
suavemente, no forzadamente.
Se
nos dice que Hércules toma las patas traseras del jabalí, y obliga a
la bestia a bajar por la ladera de la montaña en sus patas delanteras,
y que este espectáculo provoca la risa de todos los que observan eso.
En este incidente observamos la habilidad del libriano para encontrar
soluciones inusitadas, y para percibir el valor de lo incongruente.
Situaciones
de gran consecuencia en la historia de la humanidad son determinadas por
inusitados acercamientos a problemas comunes. Por ejemplo, un jefe tártaro,
inició un gran fuego detrás de sus propias tropas, forzándolas así a
arremeter con un vigor tan desesperado que ningún enemigo podía
resistirlos. Otra vez, cuando Aníbal mandó sus elefantes contra Escipión,
éste ordenó a los soldados soplar las trompetas en las orejas de los
animales; confundidos y aterrorizados por el ruido, los elefantes
huyeron en desorden, y mataron a muchos de los hombres de Aníbal.
La
percepción de las incongruencias es una de las más grandes armas dadas
a la humanidad en su perpetua lucha contra el espejismo. Es [i131]
la fuente de la risa la que desbarata la ostentación y
destruye las instituciones anticuadas.
Este
es el único trabajo que termina en una explosión de risa. Hércules no
sólo realizó la tarea asignada, sino que hizo del feroz jabalí un
objeto del ridículo. Por una perspectiva ligeramente alterada muchas de
las aterrorizantes [e115]
experiencias de la vida pueden ser trasformadas por un benéfico sentido
del humor. Mucho de lo que la gente mira con grave y seria formalidad
tiene decididamente ridículas implicancias.
La
descripción gráfica de Hércules conduciendo al jabalí por sus patas
traseras, es una representación simbólica del alma dirigiendo un
cuerpo torpe. Esta relación en la cual cada aspecto logra su debida
importancia es característica de los librianos más altamente
organizados. Así es el principio de equilibrio observado.
El libriano se maneja pesando y equilibrando todas las cosas.
Esta actitud lo hace aparecer frecuentemente fluctuante e indeciso.
Sabiendo que hay innumerables gradaciones entre el negro y el blanco, él
es raramente propenso a ser un extremista. Sabe que aquellos que son
mirados como pilares de la sociedad pueden ser fariseos; y los modestos
y humildes, la sal de la tierra; que aquéllos que declaran su
excelencia más vehementemente pueden ser los menos meritorios; que el
sabio de palabra puede actuar como los necios; los necios pueden
encontrarse con tesoros; que los juicios del mundo pueden ser revocados
por una corte superior; que la verdad puede manifestarse sobre la tierra
de muchas inverosímiles maneras.
La
búsqueda de la verdad, entonces, se cambia en el desarrollo de la
discriminación. En un sentido, la verdad no existe para los seres
humanos, pues todas las verdades no son sino parte fraccionarias de
mayores conjuntos. La búsqueda de estos conceptos más inclusivos es de
más importancia que la insistencia sobre un fragmento aislado de un
limitado segmento separativo.
Como
una laboriosa araña, el libriano está perpetuamente hilando hilos de
relaciones, creando una sensitiva red de significados. El resultado de
tal actividad es la síntesis. Permanece entre lo concreto y lo
abstracto, tratando de relacionarlos a los dos. Siempre hay una [i132]
discrepancia, siempre la brecha entre el fin previsto y la
meta lograda; y no obstante, la tela brilla luminosamente y asume un
modelo de intrincada belleza.
A
medio camino entre el cielo y la tierra, el libriano espera. Mirando
arriba, ve la visión, el amanecer dorado iluminando la cima de la montaña
cubierta de nieve; contemplando hacia abajo mira los lodazales y el
cieno a través del cual pasan los hijos de los hombres. Por un lado,
reconoce altos ideales; por el otro, los ve repudiados. Si él se eleva
hacia el mundo del ideal, pierde contacto con las cosas comunes; si
desciende al nivel de la actividad materialista, pierde las preciadas
percepciones que son la causa principal de su ser. Se mantiene
suspendido en equilibrio entre estos dos mundos para poder lograr
comprensión, una comprensión que incluye lo superior y lo inferior, lo
bueno y lo malo, lo excelso y lo insignificante. Esto es la compasión.
[e116]
El
conocimiento logrado causa desilusión. Escudriñando dentro de los
corazones humanos, percibe las sombras oscuras, y el sedimento de extrañas
pasiones. Descubre los métodos básicos por medio de los cuales
personas de importancia establecen sus éxitos, los puntos oscuros en la
vida de hombres respetables, los hábiles caminos por los que ellos
eluden las sugerencias de la conciencia. Observa las ideas en capullo
que son mordidas por la escarcha a la primera tentación. Contempla la
larga marcha hacia adelante de la raza humana, con sus esporádicos
logros y sus multiplicados fracasos.
¿Cuál
es el resultado de tales reflexiones? En primer lugar, se debilitan
sustancialmente los espejismos que tan a menudo encadenan al hombre a la
tierra. Se entera que el hombre vive en una arremolinada bruma de ilusión,
asiéndose a la vida como si fuera un fin en sí misma, huyendo a menudo
de la verdad como de una catástrofe. Esta descripción de defectos no
significa que la bondad humana es pasada por alto; sin una suficiente
cantidad de ella, el mundo no se podría soportar.
El
libriano no está seguro en absoluto de querer tomar parte en la lucha
agresiva para lograr un modo de vivir, y avanzar [i133]
belicosamente hacia un sitio de poder y prestigio en el
mundo. Si sólo tuviera que preocuparse de sí mismo, probablemente se
retiraría a una biblioteca, y pasaría sus días allí. Sin embargo,
también existen otros seres humanos que le hacen reclamos. El motivo
del servicio se arraiga así en su vida, un sentido de servicio basado
en una evaluación realista de la naturaleza humana. Realmente es muy
difícil servir a la especie increíble llamada hombre. Informa a un
hombre de una verdad que, si la aceptara alteraría su estereotipado
modo de vida, y él te condenará como si fueras un radical; razona con
él, y él tercamente insistirá en la supremacía de sus instintos; por
otra parte, muéstrale indiferencia hacia su condición, y te denunciará
por ser insensible a sus sufrimientos. Quienquiera que sirva a la raza
humana debe estar preparado para la incomprensión, la mala interpretación,
y la perversidad que apoya lo opuesto de lo que se dice.
El
libriano no es inclinado a ser fanático ni tirano. Buscando más bien
persuadir que forzar, él entiende el arte del compromiso espiritual;
esto implica una complacencia de que el cielo se alcanza con una serie
de pasos separados más bien que con un simple salto salvador. Servir a
otros requiere una justa apreciación de sus capacidades; esperar de
ellos lo que son incapaces de dar es a la vez insensato y frustrante. La
ayuda dada a una persona debe encontrar expresión dentro del marco de
sus limitaciones. Si esto no se hace, la ayuda puede resultar un
impedimento. Se debe hacer una cuidadosa distinción entre demasiada
ayuda y demasiado poca; si se da demasiado, el [e117]
individuo, no será estimulado a usar sus propios recursos,
mientras que demasiado poca puede causarle el hundirse en un mar de
desesperación. En otras palabras, la ayuda dada debe ser cuidadosamente
adecuada a las necesidades del individuo involucrado. En muchos casos,
la ayuda será solamente un estorbo; por lo tanto, es a menudo mejor
permitir a una persona formar sus propias certidumbres espirituales, de
sus propios amargos conflictos.
El
constante pesar y medir tan característico de Libra, tiene una
finalidad; el establecimiento del equilibrio. El [i134]
mundo está sostenido por el equilibrio, y a esto lo
comprende el libriano. De hecho, las leyes del karma pueden ser
consideradas como actividades equilibrantes que impiden la continuación
de una condición desequilibrada. Las catástrofes que le sobrevienen a
un hombre están destinadas, no a castigarlo, sino a restaurar el
equilibrio en su naturaleza. El que establece el equilibrio en su propia
vida no estará obligado a que se lo impongan por medio de
desagradables, intimidantes circunstancias. Los platillos de la balanza
de Libra son fácilmente inclinados a un lado u otro, pero el punto
medio en el cual descanza la balanza, permanece inalterado. Este es el
punto del equilibrio, el refugio seguro que las sombras fluctuantes de
los cataclismos terrenales y las catástrofes nunca pueden amenazar.
Se
debe señalar que el equilibrio, como es aquí concebido, es una condición
más bien dinámica que estática. Un sistema equilibrado de energía
sería una definición más adecuada; expresado de otra forma, podría
ser llamado una distribución ordenada, de las energías dirigidas y
controladas por una muy inclinada voluntad al bien. El hombre
completamente desarrollado, o iniciado, podría tal vez ser descripto
también en tales términos.
En
medio de la disonancia, el libriano acaricia el sueño de la armonía;
en un país lejano, él recuerda la casa de su Padre. En recuerdo de
esto busca ser un punto de paz en un mar de fuerzas en pugna. Esa es la
meta, pero no siempre el logro. Sin embargo, este anhelo de armonía
fortalece en él el deseo de ser un hacedor de paz. Puede comprender hábilmente
ambos lados de un problema', y esta habilidad le sirve bien para ser
mediador y árbitro.
Las
energías que emplea son la persuasión, la cortesía, y la cooperación;
cuando éstas fracasan, desdeña métodos más rigurosos. Se siente
naturalmente inclinado hacia el trabajo de grupo, y es atraído por los
programas de acción que promueven la hermandad y la unidad.
Hay
un elemento fuertemente femenino en el libriano, y esto es natural, ya
que Venus gobierna este signo zodiacal. El duro, impetuoso empuje de la
vida moderna es demasiado agresivamente masculino; la gracia [i135]
como una influencia complementaria. El libriano comprende
esto instintivamente. Sabe que el dogmatismo masculino debe ser
modificado por el sabor más sutil de la [e118]
dulzura femenina; que la dúctil agua durará más que la
piedra implacable y el rígido acero.
Cuando
el libriano ha asimilado las suaves armonías de Venus, empieza a
responder a otra vibración, la de Urano. La afirmación en la Biblia
que describe este impulso está expresada en estas palabras, "Mira,
Yo hago todas las cosas nuevas". Se entiende a las viejas formas
como siendo cadenas y trabas. Ellas deben ser descartadas. La escoba de
Dios debe arrastrar con todos los escombros de las edades para que los
altos ideales de la hermandad y la unidad, puedan ser incorporados
dentro de la misma estructura de nuestras instituciones, para que las
vidas que los hombres conducen puedan reflejar la divina imagen que está
indeleblemente marcada en su ser esencial.
Sin
embargo, este cambio revolucionario no se debe cumplir cambiando el
arreglo de nuestro aspecto exterior, formas o instituciones; debe
originarse dentro de la mente humana en el silencio del corazón del
hombre, cuando él se vuelve hacia la luz que brilla sobre él y que
viene del resto de inmortalidad que en él mora. El libriano se equipa
para rehacerse, sabiendo que éste es el primer paso hacia el
reordenamiento del mundo.
Los
Regentes de Libra y su Signo Opuesto
El
signo opuesto de Libra, con el cual debe ser hecha la compensación, es
Aries, cuyo regente exotérico es Marte, mientras que el gobernante de
Libra es Venus. Exotéricamente, por lo tanto, debe haber una compensación
entre la Voluntad y la mente superior, expresándose a través del deseo
o el amor, según el estado de evolución. El regente esotérico de
Libra es Urano, y Saturno en este signo es el gobernante de esa
"estupenda Jerarquía creadora" que forma parte del tercer
aspecto de la divinidad. Es por esta razón que Libra está
estrechamente conectada con la Jerarquía, y explica el tercer aspecto
de la Divinidad y de ahí que es un signo gobernante y un mayor factor
determinante donde la ley, el sexo y el dinero están comprometidos. El
Tibetano expresa más adelante que, "Si los estudiantes hicieran un
estudio cuidadoso de estas tres cosas: la ley, primer aspecto; la relación
entre los pares [i136] de
opuestos (el sexo), segundo aspecto; y la energía condensada, llamada
dinero, tercer aspecto; tal como ellos se expresan hoy en día y como
ellos pueden expresarse en el futuro, tendrían un cuadro de la
realización física humana y de la futura expresión espiritual que sería
instructiva y tendría mayor valor. Todo el proceso es explicado por la
actividad de los tres regentes de Libra: Venus, Urano y Saturno".
(Condensación, Astrología Esotérica).
[e119]
Una
belleza singular emerge cuando consideramos los principios fundamentales
de Aries y Libra como fueron dados por Dane Rudhyar en "Dones del
Espíritu". El distintivo para Libra es, "tranquilidad",
pero está lejos de la tranquilidad del confort lujoso. El autor lo
define como "una expresión de relación totalmente aceptada, sea
ésta con un objeto, una situación o una persona... Los hombres sólo
pueden estar libres de la naturaleza cumpliendo con la naturaleza;
cumpliendo con ella con tranquilidad, con elegancia.
"Por
elegancia queremos decir esa cualidad que el matemático tiene en la
mente cuando habla de 'la elegante solución de un problema matemático',
una solución que avanza con extrema facilidad, con la mayor simplicidad
de medios, con un mínimo de pasos intermedios, con lógica inherente.
Un pino gigantesco de California es asimismo la elegante solución del
problema contenido en la semilla; un perfectamente fácil y lógico
desarrollo de las potencialidades inherentes a esta semilla.
"El
natural crecimiento de las potencialidades inherentes, la facilidad y la
lógica de la evolución, la elegancia del desarrollo; éstas son joyas
del arte de vivir; éstas son las pruebas del dominio".
Que
tu mente descanse en la contemplación de estas hermosas palabras. Es
difícil imaginar un concepto más alentador del crecimiento, un
crecimiento que se desarrolla desde adentro como se abre una flor, sin
esfuerzo y ansiosa tensión. Aquí podríamos advertir que Libra
representa al reino vegetal, al sexo y a la afinidad natural. En ese
reino se dice que tres rayos vibran al unísono. Esto da por resultado
servicio, color y fragancia. Las palabras de Rudhyar no son poesía mística;
ellas tienen sus raíces en hechos biológicos, donde también la energía
creadora, el Dios inmanente, está trabajando.
[i137]
Volviendo
a Aries, encontramos que el principio fundamental es
"adaptabilidad", que indica un método por el cual la tranquilidad
de libra puede ser obtenida. Todos nosotros sabemos de hombres y mujeres
en la historia y en torno nuestro ahora, que se mueven con serenidad y
poder en medio de trágicos acontecimientos. Y ¡qué espectáculo
terrible e inspirador es ese! También encontramos adaptabilidad en el
camuflaje del reino animal, en el colorido de los pájaros y bestias que
les ayuda a proteger sus vidas. El hombre en circunstancias peligrosas
tiene una necesidad igual de disfraz, en su caso, para aumentar la
adaptabilidad. Esto inmediatamente hace surgir una duda en cuanto a los
peligros del compromiso, del abandono de los principios por la
seguridad. Pero lo mismo que El Tibetano nos ha dicho que "el
compromiso espiritual" puede ser un reconocimiento del tiempo y la
evolución, no implicando ninguna traición a la meta, así leemos lo
siguiente escrito por Rudhyar:
[e120]
"Este
tipo de adaptación social no deberá ser tal como para desviar o
enturbiar la corriente de la liberación del poder. No deberá alterar
la cualidad de las imágenes proyectadas, u oscurecer la visión que
ellas trasmiten... Es ésta una difícil tarea de discriminación. Ser
adaptable, pero retener la pureza y la total integridad de nuestra visión
y de nuestro ideal; aceptar rodeos, pero no perder el rumbo de la meta;
ser comprensible y aceptable para aquellos que necesitan el despertar
espiritual, pero no distorsionar o rebajar el carácter del mensaje;
usar los valores nacidos del pasado, pero no desestimar el futuro a
cambio del incierto presente; ser amable con los hombres, pero
inflexiblemente verdadero para con el espíritu, tales son los problemas
con los que la persona de Aries se encontrará constantemente, en una
forma u otra.
El
individuo que está consagrado verdaderamente al espíritu, actúa como
el espíritu en términos de necesidades humanas". (Tranquilidad y
adaptabilidad; Libra se compensa con su signo opuesto, Aries).
Las
Constelaciones y las Estrellas
Hay
tres constelaciones en Libra, todas de especial interés. Primero está
la Cruz del Sur que nunca ha sido vista en el hemisferio norte desde los
tiempos de la Crucifixión, cuando fue vista en Jerusalén. Ahora la
Cruz que aún se divisa en el hemisferio sur se está alejando. Tratemos
de entender la presentación dramática de este gran símbolo. Cuatro
estrellas brillantes forman esta cruz; cuatro, el número del aspecto [i138]
material del hombre, el cuaternario. La Cruz del Sur, el
cuaternario, se está alejando. El mismo simbolismo se ve en Géminis,
con Cástor y Pólux. Cástor, simbolizando la inmortalidad, se está
volviendo más brillante y Pólux, la mortalidad, se está oscureciendo.
La cruz se está retirando, y esta promesa está en Libra, llamada la
puerta abierta a Shamballa, el signo en el cual se encuentra "el
sendero angosto, como el filo de la navaja" que conduce al hombre al
reino del alma.
La
segunda constelación es la de Lupus, el lobo. A través de las edades,
la cabeza del lobo ha sido el símbolo del iniciado. Pero es un lobo
moribundo, y la naturaleza del lobo que ha devorado la naturaleza del
alma hasta ahora, es simbolizada como desapareciendo, pues a medida que
el hombre logra el equilibrio, la actividad y el poder del lobo
desaparecen.
La
tercera es la Corona, la corona sostenida delante del hombre trabajando
en Libra. El símbolo está basado en la historia de Ariadna, el aspecto
madre, a quien Baco le dio una corona de siete estrellas, símbolo del
segundo aspecto de la divinidad que glorifica la materia haciéndola la
expresión de la mente divina. (Según A.A.B..)
[e121]
Como
con todo lo de Libra, las interpretaciones y comprensión de las
constelaciones son difíciles, pero estimulantes de la reflexión. Si
los datos parecen escasos y vagos, es tal vez nuevamente representativo
del interludio del Libriano, al que uno de los Maestros de Sabiduría ha
llamado "el maestro de la tierra de nadie". Así sólo podemos
reflexionar, recordando cómo el lobo aparece como el animal que
amamantaba a Rómulo y Remo; y fue el feroz animal al que San Francisco
de Asís amansó por el amor que sentía por él, y el sentimiento de
unidad con él.
Algunos
detalles sobresalientes de la disertación de A.A.B.
En Libra tenemos al hombre que no habla, simbólico
del intervalo de silencio en la vida de Jesús. Entre los 12 y los 30 años
no tenemos noticias de él. Esos fueron
años de silencio, ya que los pasaba entre los esenios en Egipto o en el
taller de carpintero en el cual, ese gran hijo de Dios, equilibraba el
espíritu y la
materia y se preparaba para
su ministerio como un hijo del hombre que era [i139]
también un hijo de Dios -demostrablemente-. La gran revelación, a
mi parecer,
no es que nosotros seamos espíritu sino que todo es Dios en manifestación;
todo es energía de diferentes categorías. Cristo fue la perfecta
expresión de la divinidad en la forma. Él equilibraba perfectamente el
espíritu y la materia. Ese es el trabajo que todos nosotros tenemos que
hacer...
Los
dos centauros buenos que Hércules mató, son conocidos como Quirón
(pensamiento bueno) y Folo (fuerza física). Esta prueba fue para
mostrar el control de la naturaleza emocional, astral o del deseo, en
cualquier forma que ella pueda tomar. Tú no puedes controlar o guiar la
naturaleza del deseo por medio de la fuerza física o sólo por el
pensamiento, pueden tener éxito por un tiempo y después vuelve a
surgir nuevamente en tí. La única solución es apresar al jabalí del
deseo en las altas montañas. Es en la cima de las montañas que ocurren
todas las grandes revelaciones, donde la niebla del valle desaparece y
llega la iluminación...
"Libra
es un signo de aire y está en la cruz cardinal que gobernará al próximo
sistema solar, y en este sistema gobierna el sendero de la iniciación,
que es hollado por la flor de la raza". Otra vez el misterio cubre
con un velo para que nosotros encontremos al signo difícil de
comprender. Pero los principios fundamentales del signo son claros, y
sencillos: hablan derecho al corazón y sin oscuridad. Para el hombre
medio, con no desarrollado conocimiento espiritual, la palabra acude una
y otra vez a través de los eones: "Y el Verbo dijo: que se haga la
elección." La respuesta eventualmente vuelve como un resultado del
proceso evolutivo y desde el alma. "Yo elijo el camino que conduce
entre las dos grandes líneas de fuerza". (Astrología Esotérica,
pág. 175). |